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Noticias de la Asociación
La adaptación, por medio de la evolución a las condiciones naturales de nuestro planeta durante toda la historia de la vida, me hacen pensar en primer lugar, que no sería tan fácil que, de golpe, en unas decenas de años, nuestras funciones biológicas y mentales se pudiesen modificar así de rápido para cambiar de hábitat, a un lugar como Marte que tiene unas condiciones totalmente nocivas para nuestra forma de existencia, y que conste que no hablo nada más que del ser humano. Está por ver si otras formas de vida lo podrían soportar, parece ser que sí. Pero también quiero que recapacitemos sobre cómo ha sido la historia de la vida en la Tierra, ante todo cuántas formas de vida la han poblado y cuantas han desaparecido; hace apenas sesenta millones de años se extinguieron los dinosaurios, pero mucho antes hubo múltiples extinciones que acabaron con formas de vida que ahora solo estudian los paleontólogos. ¿Seremos nosotros acaso una especie más y antes de que el Sol pase de ser una enana amarilla a una gigante roja nos habremos extinguido?, faltan cuatro o cinco mil millones de años. Pienso que no deberíamos ser tan antropocéntricos como siempre hemos sido al creernos tan superiores que vamos a existir eternamente como especie.
La otra clave en la que me interesaría que reflexionásemos es la siguiente: Aun en el supuesto de que no nos extinguiésemos tan pronto, sabido es que aún queda mucho tiempo por delante antes de tener que buscar otra casa. ¿No sería mejor que pensásemos en arreglar la que tenemos, que ya tendremos tiempo de mudarnos a otra?
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Voy a poner un ejemplo: Una persona, vive en un hermosísimo chalet con agua potable corriente, energía solar, jardín lleno de flores y plantas aromáticas, un huerto y árboles frutales, piscina y todas las comodidades que se puedan imaginar, lo único que parece tener de inconveniente ese chalet, es que tiene una concesión para vivir en él que finaliza dentro de mil quinientos años; esa persona que lo habita es un poco o bastante descuidada y tiene la casa, el huerto, el jardín y la piscina llenos de suciedad y le da mucha pereza limpiarlo todo. Entonces se plantea que, como el chalet lo tendrá que dejar dentro de mil quinientos años y además lo tiene muy sucio, pues que debería ir pensando en buscarse otra vivienda que probablemente tuviese que abandonar cinco mil años más tarde, aunque, eso sí, tendría que cambiar todas sus comodidades y meterse en un pisito frio, sin aire y lejos del mejor clima; o acaso sería mejor pensárselo dos veces sabiendo que la vida de un ser humano no pasa de ciento y pico de años y que tal vez sea más razonable limpiar el chalet y el jardín y el huerto y la piscina, pudiendo vivir así cómodamente lo que le quede de vida.
Por favor “primum vivere, deinde philosophari”
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El pasado 6 de febrero nuestra asociada n°17 Mari Carmen Ballenilla Fajardo cumplió 100 años. En estos tiempos tan tristes por la situación de pandemia que padecemos, nos complace poder festejar noticias como esta; máxime al comprobar personalmente en conversación telefónica con ella, la lucidez, vitalidad y ánimo de que hizo gala.
Por ello queremos, desde las páginas del Boletín, que nos confirmó continúa leyendo mes a mes, expresarle nuestra sincera FELICITACIÓN. Nos alegra dejar constancia de ello.
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