FRANCISCO RAMÍREZ
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Región de Murcia La diversidad territorial del Sureste Ibérico es resultado de un largo proceso histórico. En su obra Bastitania y Contestania del Reino de Murcia, el canónigo e historiador murciano Juan Lozano y Santa hace un análisis geográfico de estas antiguas regiones; este erudito, nacido en Jumilla, asigna en su trabajo el grueso del espacio territorial a los bastetanos, mientras que el área contestana quedaría restringida a la zona costera. Inicia Lozano su investigación sirviéndose de Ptolomeo y otros historiadores geográficos, diciendo (1980: 3-4): Prescindo de Fenicios y Griegos para decir que los Carthagineses poseyeron nuestra región Murciana antes que el astuto Romano, y más de 234 años antes de la venida del Mesías. Ya por entonces encontraron poblado lo que hoy es el Reyno de Murcia. La población del mismo quenta sobre 2040 años de antigüedad. Aquí vemos el mapa de la Antigua Carthaginense, en el que se remarca el perímetro bastitanocontestano, con los límites del antiguo Reino de Murcia.
Mapa de la antigua provincia Carthaginense Fuente: www.regmurcia.com
Quedarían así delimitadas estas tierras, cuya vida dependería mayormente del agua del Segura, el río que las surca: Thader (palmera) fue su nombre 8
romano, al que los árabes llamaron Nahr al-Abiad (río Blanco). Posteriormente, los griegos bizantinos denominaron Oróspeda al territorio donde el rey visigodo Leovigildo, allá por el año 579, formara la provincia de Aurariola. Tras la invasión musulmana, el sitio, al que los árabes llamaron Cora de Tudmir, sería reino feudatario del Califato de Córdoba. El Pacto de Tudmir, fechado en rayab (séptimo mes del calendario musulmán) del año 94 de la hégira (abril del 713), implicaba el reconocimiento de la soberanía islámica, con la entrega a los musulmanes de Auriola/Ûrîûla (Orihuela), Lqnt/ Laqqant (Alicante), Baltana/Balantala (Villena), Mûla (Mula), Lûrka (Lorca), Begastri (Cehegín) y Eio/Ils (Hellín/Elche?), así como el pago de tributos a cambio de la paz y la libertad de culto. En contrapartida, los árabes otorgaron autonomía política a Teodomiro (Theodomirus en las actas del Concilio XVI de Toledo), como caudillo en el gobierno de una región que llevaba poco tiempo sometida a la dominación visigoda. El año 825, a fin de sofocar una revuelta entre clanes árabes, el Emir envió tropas a tierras levantinas; tras normalizar la situación Abd ar-Rahman II mandaría fundar Medina Mursiya en una zona resguardada por el río Segura, posiblemente donde ya había existido una villae tardorromana: Murtia. Murcia, a quien los árabes llamaron Mursiya, derivaría del griego Mupтia o Mupϐia, que significa mirtos. La fundación de la ciudad surgió por necesidades políticas y militares: acabar con las rivalidades entre facciones musulmanas y contar con una fortaleza que sostuviera la autoridad del emirato, fueron las principales razones. Según el profesor Torres Fontes, la orden dada el 11 de abril del año 831 a Gabir ibn Malik ibn Labid de construir una ciudad que fuera residencia de gobernadores y jefes militares dio lugar a la creación de Mursiya. Dada su condición de villa principal, en la construcción de la urbe se aplicaría toda la ciencia árabe existente en materia de fortificaciones. Así describiría el sitio el geógrafo árabe al-Idrīsi: Capital del país de Tudmir, situada en una llanura sobre los bordes del río Blanco. De ella depende un arrabal floreciente y bien poblado que está rodeado de murallas y de fortificaciones muy sólidas. Este Mayo 2021