ECOSAN ECOSAN ECO VICENTE VICENTE Editorial Realidad del Vertedero de San Vicente.
A pesar de que en la promulgación de la nueva Ley de Gestión de la Basura, aún existen los vertederos de cielo abierto por cuanto se requieren en Venezuela alrededor de 200 rellenos sanitarios para atender la necesidad actual de disposición final de los desechos sólidos. Aunado a lo anterior vemos como nuestro país por mal manejo de los desechos e ineficiencia en los mecanismos recolectores han generado que la basura permanezca expuesta en nuestras ciudades. Sus consecuencias se palpan directa o indirectamente sobre nuestra salud, con un marcado deterioro del paisaje natural. Por lo cual surge la pregunta ¿A dónde debería ir esta basura?. La respuesta es sencilla: A lugares apropiados donde los residuos sólidos reciban el tratamiento sanitario y ambiental mínimo, para que la solución no forme parte del problema. En Venezuela la situación de los vertederos se resume en: hombres, mujeres, niñas, niños y adultos mayores; que deambulan escarbando los residuos, aguas superficiales y subterráneas que se contaminan, deteriodo del paisaje, degradación del suelo y contaminación del aire por malos olores y quemas aisladas. La situación se complica toda vez que los encargados del manejo de tales instalaciones, no siempre cuentan con el equipamiento básico necesario lo cual puede atentar directamente contra su salud. Por si esto fuera poco, y muy lejos de los que sugieren los expertos, en Venezuela no llegamos a un 0,8% de reciclaje de los desechos que se acumulan en estos lugares. Por esta razón, es comun observar toneladas de desperdicios de todo tipo acumulándose por calles y avenidas, particularmente en áreas donde el comercio buhoneril se apodera de las aceras. De allí que el 60% de los desechos sólidos urbanos sean empaques, envoltorios o cajas. En su mayoría materiales de difícil descomposición.
Maestría en Gerencia Ambiental Materia: Ambiente y Estilos de Desarrollo. Profesora: María Elena Martín de Villamizar.
SUMARIO SUMARIO Conociendo su historia, en busca de entender la realidad. Por Luz Hernández
Pág. 04
¿Qué hacemos con la basura? Por Josefina Blanco y Luisa Rincones
Pág. 05
Vivir de la Basura: Una realidad. Por Jully Gómez y Mayosti Rodríguez.
Pág. 06
Nueva ordenanza regulará el uso de la bolsa plástica en Paraguaná. Por Miledy Hernández.
Pág. 07
UNEFA junto con las instituciones gubernamentales: “Dignificando vidas”. Por Ginette Rosales y Douglas García.
Pág. 08
Segregadores y Cosejos Comunales Por Luz Hernández y Yelitza Rosales.
Pág. 12
Marco Legal de la Ley de la Gestión Integral de la Basura.
Pág. 16
Buenas Prácticas Ambientales: Entradas de Cine a cambio de botellas de plástico y latas.
Pág. 20
Escuchando a la Comunidad
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Autores: Blanco, Josefina. García, Douglas. Gómez, Jully. Hernández, Luz. Rincones, Luisa. Rodríguez, Mayosti. Rosales, Ginette. Rosales, Yelitza. Serrano, Milvis. Miledys, Hernandez. Edixa, Machado.
CONSUMO = BASURA Como testimonio de nuestro abuso consumista los materiales convertidos en basura y acumulados en el tiempo serán una dura tarea para este querido personaje de un futuro tal vez no muy lejano. 1 AÑO El papel, compuesto básicamente por celulosa, no le da mayores problemas a la naturaleza para integrar sus componentes al suelo. Si queda tirado sobre tierra y si le toca un ivierno fuerte, no tarda en degradarse. Lo ideal, es reciclarlo para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación. 5 AÑOS Un trozo de chicle masticado se covierte en ese tiempo, por acción del oxígeno, en un material duro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes. Degradado casi no deja rastros. 10 AÑOS Ese es el tiempo que tarda la naturaleza en transformar una lata de refresco o de cerrveza al estado de óxido de hierro. Por lo general, las latas tienen 210 micrones de espesor de acero recubierto de barniz y estaño. A la interperie, hacen falta mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra totalmente. 200 AÑOS Los zapatos deportivos están compuestos por cuero, tela y goma, y en algunos de los casos, espumas sintéticas. Por eso tienen varias etapas de degradación.
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