La primera vez que te vi pensé que no podía existir un color más bonito que el tuyo.
Fue muy fรกcil rendirse a tus encantos.
Los dĂas pasaron y nos volvimos inseparables.
Ahora todo mi tiempo debĂa ser para ti.
Y yo sĂłlo te querĂa ver feliz.
Pero a veces ni las mejores intenciones son suficientes.
Entonces entendĂ que ya no se podĂa hacer nada.
Así que me fui sin ti.
De eso hace mucho tiempo, pero a veces, me da por recordar...