Trendy
El crochet está de moda
◗◗ Te conecta con vos. Las cosas que vas haciendo, sus formas y los colores que elegís son reflejo de tu personalidad. Tejer te conecta con lo lúdico y estimula mucho la imaginación. Empezá copiando cosas que viste por ahí y te gustaron, pero agregales tu toque.
◗◗ Ayuda a concentrarte. Estamos seguras de que si pudiéramos aplicar la concentración a la que te lleva el crochet en otras áreas de nuestra vida, las cosas serían mucho más fáciles y livianas. La mayoría de las veces, hacemos cinco cosas a la vez, y eso hace imposible concentrarse
Este tejido pasó del baúl de la abuela a la maxicartera y es la nueva materialidad arty de muchos diseñadores. No te pierdas ni un punto...
en serio, empezar algo y terminarlo. Con el cro-
Por Magalí Etchebarne. fotos de julia gutiérrez. Producción de Cami Padilla.
da lo antes posible!
chet, eso no pasa. Te fuerza a concentrarte, y lo lográs fácil porque te dejás llevar en los movimientos continuados. Además, como seguís siendo una ansiosa: ¡querés ver esa manta termina-
◗◗ Es práctico y útil. Podés tejer en cualquier lado. El crochet va con vos y no ocupa espacio. Apenas
Nadie sabe exactamente cuán an-
Beneficios
tiguo es o dónde se originó. Sin em-
◗◗ Relaja y ejercita la paciencia. El estrés, al que
car donde estés, en los viajes al trabajo, en la pla-
bargo, en todas las culturas hay
nos acostumbramos cada vez más las que vivi-
ya, en las salas de espera e incluso en las clases
indicios que sugieren que es una
mos en una ciudad, nos sumerge en una ansie-
que son un plomo pero a las que hay que asistir
práctica antiquísima. En Francia, por ejemplo, los
dad que se hace parte de lo cotidiano. Esperar
igual. Lo mejor es que no es sólo un pasatiempo:
escritores señalan que en el siglo XVIII, las agujas
para que nos atiendan, esperar que salga el mail
como cualquier trabajo artesanal, requiere dedi-
de bordado eran usadas sobre un bastidor y que
con los adjuntos, esperar el colectivo: nos pare-
cación, y los resultados son siempre beneficio-
luego la práctica evolucionó hasta la del crochet
cen torturas, atentados a la calma. Y en esa lo-
sos: lo que tejiste lo vas a usar, regalar o hasta lo
sin bastidor. Con el tiempo, y a lo largo de todo el
cura de querer todo ya, perdemos la noción de lo
podés vender.
mundo, las guerras y las malas cosechas que da-
que es hacer de a poquito y atravesar el tiempo
◗◗ Te enriquece. No hay nada más gratificante que
ñaban la economía de comunidades convirtie-
real de las cosas. Tejer te obliga a bajar los deci-
ver algo terminado, y mucho más si eso lo empe-
ron el crochet en una floreciente industria casera
beles, a ver las puntadas avanzar de a poco y a
zaste y lo terminaste vos. El día que la manta que
que los ayudaba a sostenerse. Y hasta hubo rei-
que el resultado sea la consecuencia de tu cons-
venís tejiendo se extiende en el suelo terminada
nas y monjas tejedoras, escritoras y hasta femi-
tancia ¡y tu paciencia!
es un día de plenitud, ¡misión cumplida!
una bolsita con la aguja y el hilo. Y lo podés sa-
nistas combativas que honraron (y honran) el tejido como medio de expresión. Porque el crochet tiene algo de adictivo, te hace bien y además te conecta con lo más primitivo: con los procesos y los resultados de las cosas. En tiempos de consumismo de productos industriales, tejer te devuelve tu parte productiva y, en ese sentido, te hace más libre. Saber tejer es un poco un hobby, una habilidad, y otro poco una pronunciación en el mundo. En la historia, las mujeres lo hicieron mientras esperaban: maridos, hijos que habían ido a la guerra, pero también como forma de decir algo, de crear, de rebelarse. En los cuentos de hadas, las ruecas de las tejedoras siempre dicen algo y esconden otro poco. A la vista del resto, el que teje crea una trama: palpable, útil, decorativa. Pero interiormente se reserva el placer de evadirse, de transportarse lejos en ese delicioso
Crochet attack El yarnbombing se puede traducir como “bombardeo de hilos” y se lo entiende como grafitis textiles. Se trata de intervenir espacios públicos con crochet y tejidos con dos agujas. ¿Dónde nació? Lo creó un grupo callejero llamado Knitta, de Houston, Texas, fundado en 2005 por dos mujeres. La intervención se hace a partir de envolver con tejidos columnas, puentes, troncos de árboles, bancos y cabinas de teléfonos, entre otros elementos urbanos. En la actualidad, hay grupos de yarnbombing en varias partes del mundo, incluso en Buenos Aires: hace unos meses, se intervino el parque Rivadavia, en Caballito, envolviendo troncos de árboles y pasamanos. La técnica puede durar años, aunque no es permanente, y cuando se lo desea se lo puede quitar, por eso es que también se lo conoce como “grafiti ecológico”, siempre se interviene con respeto, sin hacer daño a los árboles.
trance que genera la concentración.
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calidad de vida
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¿Qué necesito para comenzar? Una maestra. El crochet tiene ese toque tan especial que, como cualquier otro viejo oficio, necesi-
Te presentamos a estas tejedoras
¡D an cl as es !
ta de un maestro y un aprendiz. Pero es un aprendizaje visual y muy fácil de adquirir. Seguro tenés cerca a alguna tía, mamá de una amiga, compañera de trabajo que teje y vos ni sabías. Preguntá, vas a ver. En pocas clases sacás los puntos más sencillos, y con el tiempo vas a ir perfeccionándote. Porque el círculo siempre se cierra igual, empezás aprendiendo, terminás enseñando. Las
Mariana Guerra
maestras que consultamos apuntan la clave del
45 años, paisajista
crochet en estas tres virtudes: constancia en la práctica, observación y concentración. Hilos y agujas. Las agujas las pedís para crochet y vienen en diferentes materiales, aunque son más recomendables las de acero inoxidable. Las agujas, además, están numeradas: ese número acompaña el grosor del hilado. Para comenzar, lo más recomendable es una triple 0 (000) y un hilo macramé (que era lo que se utilizaba para hacer las carpetas o finales de los manteles hace mucho tiempo). El hilo macramé es fino y parejo, fácil de tejer. También son recomendables los hilados de algodón, mezcla de algodón y seda, o los de acrílico (para invierno), que también son parejos y vienen en distintos grosores ✖
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calidad de vida
Valeria Pasamonik
“El crochet me gusta muchísimo porque es ágil, en pocos pasos tenés un proyecto, combino muchos colores y texturas y me abre la puerta de la creatividad y la razón. Como cualquier técnica, tiene su costado fácil y su costado complicado, pero todos pueden aprenderlo, ¡es ATP total!”
38 años, Lic. en Educación física
Buscala en Facebook: Teje que te teje.
Contactala por mail: valetin@fibertel.com.ar.
“Este año, me propuse multiplicar mi pasión y enseñarles a mis amigas ofreciendo un encuentro mensual en mi casa donde aprender a tejer. Es muy lindo lo que pasa, se ‘tejen’ relaciones, conversaciones y dinámicas grupales en las que todas se ayudan.”
Soledad Erdocia
Lucila Garabato
35 años, docente de prácticas textiles
27 años, tejedora
“Me enseñó una señora que da clases en una mercería de mi barrio, tomé sólo una clase y me enganché mucho, no podía parar de tejer. Es mucho más rápido que coser o bordar, aunque haya algunos proyectos que demanden tiempo y dedicación.” Buscala en Facebook: www.perfectacouture. blogspot.com.
“Rompiendo con el mito: ¡a mi abuela le enseñé yo a tejer! Me enseñó una amiga cuando estaba terminando el secundario, y al terminarlo, trabajé mucho con el tejido: vendiendo y dando clases. Las cosas que hago son reflejo de lo que yo soy en este mundo.” Contactala por mail: libe_lulita@hotmail.com.
M a k e u p : C o n s u e l o C ú n e o . A g r a d e c em o s a E l e m e n t o s A r g e n t i n o s p o r l a l o c a c i ó n , a H a n d Ma d e , A y l o v y u y T i e n d a M i l G r a c i a s .