2 minute read
El miedo urbano bajo la luz
A pesar de que el miedo usualmente se asume como un efecto paralizador, el miedo también es un acto de respuesta para la defensa. Se convierte en umbral para la supervivencia. Limitador y beneficioso, el miedo ha sido promotor de choques culturales, de guerras y de barreras, y, al mismo tiempo, es estímulo creativo, movilizador de resistencias y acompañamientos.
Advertisement
Las espacialidades del miedo realzan y formalizan los límites y las diferencias que rompen los tejidos sociales. Mientras que las arquitecturas del caos, la corrupción y los intereses políticos han dado destrucción paulatina a las ciudades.
Interesan los mismos criterios formales aplicados en la estética de las arquitecturas del caos: los límites, violencia, placer, esquizofrenia, trasgresión, desviación, locura, discontinuidad, dislocación, disyunción y ruptura. Pero aquí, no se entienden como metáforas para el disfrute sobre el paisaje y la plástica, sino como la realidad que contiene la vida social y cultural proveniente del caos y su complejidad, dejando tras de sí, el rastro que va dando forma a los miedos urbanos colectivos.
El poder, sea cuales fueran sus origines y sistemas, ha utilizado desde siempre la amenaza, el caos y el miedo como arma de dominación política y control social. El cuerpo femenino se posiciona aquí como dispositivo de interacción entre género, poder y ciudad.
LA CIUDAD RESISTENCIA. Testimonio de las Flâneuses
El miedo urbano ritualizado en las calles nos excluye de las mismas. Acostumbrarse a él equivale a legitimarlo y entonces, será perpetuado.
Si no caminamos, no habrá transformaciones, ni habrá revolución.
La dimensión arquitectónica, urbana y espacial del miedo en el género, tiene una larga lista en saldo rojo.
La mujer que camina siendo consciente del piso que la yergue, reconoce en cada paso una huella de rebeldía, mientras descubre los límites visibles o invisibles que intentan detener el paso de sus iguales. Sólo así, se reconoce un frente común que puede desafiar las fronteras que se imponen ante ellas