El Pensamiento Pedagogico de Haya

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EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO GLOBAL de HAYA DE LA TORRE

Escribe: Dr. EUDORO TERRONES NEGRETE

A la memoria de VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE, al cumplirse el 2 de agosto de 2009 el XXX aniversario de su fallecimiento.

I. EL MAESTRO VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE Entre los grandes pensadores, pedagogos sociales y políticos científicos de Perú y de América Latina del Siglo XX, Víctor Raúl Haya de la Torre ocupa uno de los primeros puestos, cuyas tesis se mantienen vigentes. Haya de la Torre es filósofo, político, maestro, orador, políglota, ensayista, escritor, periodista, historiógrafo, primer líder universitario continental, impulsor de la Reforma Universitaria en el Perú, primer presidente de la 1


Federación de Estudiantes del Perú, primer rector de la Universidad Popular Gonzáles Prada, jefe y fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y del Partido Aprista Peruano (PAP). Nace el 22 de febrero de 1895, en Trujillo (Perú), en un ambiente peruano desorganizado, empobrecido, anarquizado por el sectarismo político de civilistas, demócratas y militaristas y al borde del caos. El fantasma de la guerra civil amenazaba al país. Pocos años después el latifundio empezó a extenderse como reguero de pólvora arrasando con la pequeña y mediana propiedad; empresas extranjeras se apoderan de haciendas, industrias y comercios, el capital norteamericano acaparaba las minas de Cerro de Pasco, más de la mitad de la población era analfabeta. Desde temprana edad amaba las lecturas exóticas y no dejaba de concentrarse en la lectura. Cuando joven sobresale por su inteligencia, rectitud de carácter, espíritu de bien, vocación de servicio y preocupación por los problemas de la sociedad. Más tarde será dentro del contexto intelectual de América Latina el gran Patricio y pensador original indoamericano; el Padre rector del pensamiento democrático continental y el abanderado de la justicia social. Cuando se encontraba por primera vez en prisión, desde la Isla de San Lorenzo (Lima), escribe un mensaje a los obreros y estudiantes, en los términos siguientes: “No sé cuál será mi suerte, ni me interesa pensar en ella. Agito y agitaré las conciencias hacia la justicia. Lucho por producir la precursora revolución de los espíritus y maldigo con todo el calor de mi convencimiento a los explotadores del pueblo, que hacen del gobierno y de la política, vil negociado culpable” (1) Animado de hondo sentido autoctonista, nacionalista, humanista, cientificista y elevado espíritu de justicia social, creció entre ideales y luchas estudiantiles, perseguido y desterrado por los dictadores de turno, luchó con ideas propias - superando odios, sorderas e incomprensiones- por la unión política y económica de los países de América Latina, por un

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“interamericanismo democrático sin imperio”, para hacer frente al enemigo común: el imperialismo. Comprometido históricamente en la lucha política sin odios ni venganzas, contra toda forma de explotación y de injusticia, se puso a examinar las teorías europeas -fascismo, nazismo, comunismo- a los ojos de la realidad latinoamericana, y las encontró impracticables para la solución de nuestros problemas. Es así como llega a plantear el slogan de lucha: “A problemas peruanos, soluciones peruanas”. Pablo Silva Villacorta, al valorar a Haya de la Torre como ideólogo, estadista y político en las primeras décadas del Siglo XX expresa lo siguiente: “Así, para ir al grano, si del 24 al 30 vemos en Haya de la Torre al ideólogo, que crea una estrategia revolucionaria autóctona y científica para la transformación de los pueblos latinoamericanos, en 1931 nos hallamos frente a un estadista de 36 años, a un líder con visión de gobernante, a un político con responsabilidad y ante un nuevo tipo de hombre público” (2) Desde joven lo vemos en uno y otro lugar del Perú organizando y capacitando a los estudiantes, obreros, campesinos, comerciantes, empresarios, industriales y profesionales. Producto de su perseverante espíritu de lucha sin cuartel contra toda forma de injusticia y desigualdad son, por ejemplo, la conquista de las ocho horas de trabajo diario, el seguro social, el voto de las mujeres, el voto de los analfabetos, la educación gratuita en todos los niveles y modalidades, la reorganización de los métodos escolares, la aplicación de algunas reformas de la educación, las leyes de reivindicación económica y profesional de los maestros y la creación del Ministerio de Educación Pública. Sus compañeros y amigos, con mucho cariño y respeto le decían “Maestro” o “Jefe”, precisamente por ser un líder político de versación multifacética y de conducta moral ejemplar. Iniciado en la docencia, dicta clases de educación primaria en el Colegio Anglo – Peruano (San Andrés) que dirigía el Dr. John Mac Kay, enseña a niños menores de diez años en las que pudo observar “la inferioridad de aquellos que vivían o se alimentaban mal”. Tal vez sea esta su primera experiencia pedagógica, que le llevó a pensar seriamente en los grandes problemas del país y cómo resolverlos.

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Integra el Grupo Norte junto a destacados intelectuales como César Vallejo, Antenor Orrego, Alcides Spelucín, Carlos Manuel Cox y Manuel Vásquez Díaz. En 1913 ingresa a la Universidad de Trujillo y logra matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras. Entre 1923 y 1930 trabaja como cronista de Claridad, Europe, Repertorio Americano, The Labour Monthly, Sagitario, The Socialist Review, La Correspondencia de Puerto Rico, entre otros. Posteriormente sus artículos son publicados en Cuadernos Americanos, Crítica de Buenos Aires, El Universal de México y en Bohemia de La Habana. Por mucho tiempo cumplió funciones como profesor emérito y visitante en universidades americanas y europeas y dictó conferencias magistrales en las universidades de Oxford, Columbia, Harvard, La Sorbona, Kent, Roma y en los países de América Latina. En 1962 es elegido Presidente de la República del Perú, pero desgraciadamente por un golpe militar fue impedido gobernar y desconocido su legítimo derecho. En 1978, por mandato popular asume la Presidencia de la Asamblea Constituyente, y logra la elaboración y aprobación de una nueva Constitución política. Mil y unas veces atacado por la furia de los enemigos del pueblo, por la derecha y la ultraizquierda, jamás se inclinó de rodillas ante el dinero, el halago, el soborno, la calumnia ni la amenaza de muerte. Con el solo poder que le daba sus conocimientos, su fecunda capacidad y experiencia de líder hizo de su vida un ejemplo, de su nombre una bandera de justicia y libertad y de su movimiento político una fuerza moral invencible y de reivindicación de los que menos tienen. El Maestro Haya, fallece a los 84 años de edad, el 2 de agosto de 1979, sus restos yacen en el Cementerio general de Trujillo.

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II. LA CONCEPCIÓN DE LA EDUCACIÓN SEGÚN HAYA DE LA TORRE. El Aprismo, desde su fundación, en 1924, se ha empeñado en la preparación técnica de sus dirigentes y de la juventud para ponerlos al servicio del país. Según Haya de la Torre, el Aprismo quiere dentro de un Estado Antimperialista, educar, mejorar, capacitar y defender al indio, a las clases productoras y consumidoras del país para contribuir con el crecimiento, el desarrollo y progreso de la nación peruana y de los países indoamericanos dentro de un clima de racionalidad, de paz, de libertad y de justicia social. Y parte de la educación del indio, porque cree firmemente que la transformación político-social y económica tiene que empezar por liberarlo de la ignorancia y del analfabetismo, fuerza económica y social tradicional e histórica y porque forma parte de una clase, predominantemente, de la clase trabajadora. La mayor elevación del índice de productividad de una Nación está en razón directa con la mayor capacitación material y moral del productor, con el mayor perfeccionamiento de la técnica de producción y con la mayor utilización de los elementos naturales que son sus fuentes de riqueza. Un Estado progresista tiene que ser dirigido por hombre con visión y con cultura política y cultura económica, con conocimiento de los problemas históricos de la nación. En este sentido, Haya de la Torre llegó a plantear que “el Estado deberá abolir gradualmente el latifundio, resguardar e impulsar técnicamente a las comunidades, educar integralmente al indio y procurar el mayor aprovechamiento de la riqueza producida para beneficio de la colectividad. La tierra para quien la trabaja y la máxima explotación de la tierra y no del hombre, son apotegmas esenciales en una política agraria que tiende a elevar científicamente la productividad” (V.R.H.T. Pensamientos de crítica, polémica y acción).

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“Alguna vez hablando en la Sociedad Antropológica de Oxford – señala Víctor Raúl- dije algo que ya he repetido en mi curso de conferencias de la Universidad de México: el misticismo indígena, creo que se basa en la tierra. Es una forma, quizá la más elevada, de totemismo. La tierra libre es tótem. La tierra esclavizada es tabú. La tierra es la madre que nadie puede profanar violándola por el apropiamiento. No creo que el misticismo indígena venga del cielo a la tierra, surge de la tierra madre: Pacha-mama” (V.R.H.T. Pensamientos de crítica, polémica y acción). En el campo de la educación, en su discurso del 23 de agosto de 1931, Haya de la Torre expresó lo siguiente:“La educación y la cultura del pueblo constituyen capítulos importantes del programa del Partido Aprista. Tenemos que rescatar culturalmente a millones de hombres que están alejados de toda posibilidad de vida realmente civilizada. Tenemos que elevar al rango de humanos a tantos millones de indígenas que han vivido olvidados, aunque sean los herederos de los dueños de este país. Pero tenemos que orientar nuestra educación de acuerdo con nuestra economía. Tenemos que preparar los hombres para el trabajo y por el trabajo. Tenemos que establecer formas de educación práctica, de un carácter técnico, de un carácter actual, de un carácter moderno, de un carácter integral. Una educación pública formada en la escuela única, que acabe con las diferencias que hoy existen establecidas por las escuelas primarias privadas y las escuelas primarias del Estado. La Escuela única del Estado es, sin duda, una medida conducente a la formación de la conciencia nacional y a la formación de un buen concepto de la política y del trabajo en el país”. Piensa Haya que una obra seria de reconstrucción nacional debe estar en manos de un nuevo Estado capaz de organizar las enseñanzas de los trabajadores y funcionarios públicos, del experto nacional, capacitándolos ampliamente con modernos equipos de enseñanza. Decía el maestro Víctor Raúl: “No hay escuela política posible sin un partido organizado en el poder, porque el partido cuando es principista y económicamente adoctrinado, es base de preparación técnica y disciplina para dirigentes y dirigidos. Pero la acción pedagógica de un partido político debe completarse por la acción pedagógica del Estado. El servidor público, es el funcionario, el civil-servant del léxico político inglés; debe ser preparado y seleccionado tanto por el partido como por el Estado. No hay que olvidar, sin embargo, que hay una categoría de funcionarios del Estado que deben 6


ser técnicos permanentes en las dependencias públicas, lejos de las contingencias de la política” ((V.R.H.T. Pensamientos de crítica, polémica y acción). En su discurso del 28 de julio de 1978 como Presidente de la Asamblea Constituyente de Perú, manifestó: “Centrar un sistema político en torno al hombre exige consagrar especial importancia a la formación del hombre. Nuestra Constitución debe atribuir a la enseñanza una jerarquía dominante y superior. En nuestro contexto nacional, la gratuidad de la enseñanza, en todos los grados es una conquista que debemos rescatar. Para el joven estudiante, no debe existir más límite en sus aspiraciones, que el marcado por su capacidad. Y erradicar el analfabetismo, que nos avergüenza, debe colocarse entre las primeras obligaciones de un nuevo Estado antiimperialista”. “Me parece que la ética spinoziana es aplicable a la situación política del Perú: el mal, es la ignorancia. Spinoza señala tres grados de conocimiento: la opinión, la razón y la intuición. Los hombres pertenecientes a la primera categoría basan su conocimiento en lo que oyen, en lo que perciben o en lo que imaginan. Y ésta es la categoría pre-científica, la más baja de las etapas del conocimiento, la media ciencia de que hablaba Piérola…Categoría típicamente civilista, digamos nosotros. La categoría superior –razón- corresponde al rango científico, y ésta es rara, muy rara en nuestra política. El grado supremo –la intuición- que supone una visión sinóptica del universo, del cosmos –del mundo hablando políticamente-, es más rara aún. La correlación de Conocimiento y Moral en la filosofía de Spinoza es pues muy aplicable a nuestra política; los hombres de opinión, los de categoría pre-científica, están sujetos a las influencias de las cosas que los rodean, vale decir, son hombres de apetito, de pasión, de instinto, más próximos al mal que al bien. En la política peruana son los que han predominado y predominan. Por eso no es aventurado afirmar que todos nuestros males son males de ignorancia” (V.R.H.T. Pensamientos de crítica, polémica y acción). Más enfático y contundente aún es Haya de la Torre cuando manifiesta que “No puede intentarse la reorganización del Estado, usurpando funciones. El 7


secreto de una verdadera organización política radica en que cada uno contribuya a la vida del Estado desde su plano de acción, dentro del que debe especializarse más y más. En el Perú, jamás se ha ensayado el trabajo de especialización. Por eso la fuerza, la intriga, el recurso vedado, son los únicos medios de conseguir ventajas personales, siempre a costa del sacrificio de los demás y especialmente a costa del sacrificio del Estado” (V.R.H.T. Pensamientos de crítica, polémica y acción). Haya de la Torre concibe una educación “no alienada” con el capitalismo privado ni con el capitalismo de Estado, educación nacional que responda al espacio-tiempo histórico peruano e indoamericano; educación que de oportunidades en todo y a todo; educación policlasista, democrática, científica, tecnológica, humanista, axiológica y ética. Educación que no convierta a los educandos en siervos de la sensualidad, en esclavos del placer ni en sirvientes de la lujuria. Educación para la transformación integral de las obsoletas estructuras del país, educación que alce su voz ante las seductoras incitaciones de la diaria pornografía, del alcoholismo y la drogadicción. En la concepción de la educación según Haya, el Apra postula una educación que no siendo ni calco ni copia de ideas transnacionales y foráneas, es decir de realidades ajenas a la nuestra, contribuya a la emancipación material, espiritual y moral de los trabajadores manuales e intelectuales. III. EL PARTIDO-ESCUELA El Partido del Pueblo proviene del gran movimiento cultural forjado al calor de las universidades populares y fundadas en el Perú el 22 de enero de 1921, como producto social de la continental Reforma Universitaria iniciada en Córdova (Argentina) en 1918. “Nosotros formamos el Partido que ha preconizado y preconiza la ciencia y la tecnología, como función del estadista y del político. Somos el Partido Escuela que le ha dicho a cada aprista, desde sus orígenes: Si sabes poco aprende, si sabes mucho enseña. Pero no te estés quieto, cambia, evoluciona, distribuye lo que tengas de conocimientos y de riqueza con los demás” subrayaba Haya de la Torre. En un país de “analfabetos de abajo” y “analfabetos de arriba”, el primer paso para hacer una revolución social era emprender la transformación de los espíritus, liberar a las masas de la ignorancia, mediante una “justa 8


distribución de la riqueza cultural que lleva implícita la de la riqueza material”.

Nos recuerda Haya de la Torre que su anhelo como fundador del APRA ha sido siempre que ella oriente a los pueblos latinoamericanos hacia sus verdaderos problemas y que no debía desviarse con demagogias ineficaces, con gritos inútiles, con arrogancias de gesto que a nada bueno conducen. No se cansaba de repetir: “Hay que dejar que los comunistas criollos griten y se entreguen a su bohemia anárquica y a sus sueños de opio; hay que darles de vez en cuando su cocacho aprista, pero no hay que malgastar demasiadas energías, porque ellos tienen como destino el gritar y el ser histéricos, y nosotros la enorme responsabilidad de dirigir. Para esto, es necesario tener el cerebro como en refrigerador, bien nutrido y bien fresco” (Obras completas, Tomo 7, p.206). El 21 de septiembre de 1969, con motivo del XXXIX aniversario de fundación del PAP, destaca la importancia de formar parte de un Partidoescuela y valora el bagaje cultural que atesora cada militante y dirigente al afirmar que en el APRA “El que sabe poco, aprende; el que sabe mucho, enseña”, pero al mismo tiempo les invoca a no permanecer quietos, a mantener una actitud favorable al cambio social, a evolucionar, a compartir

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con los demás cuanto tienen de conocimientos, a no olvidarse que la mayor fortuna y el más ingente caudal lo forma la cultura. Haya siempre propugnó el aprovechamiento de la experiencia culturaleducativa, de los adelantos científicos y tecnológicos del mundo en sus valores universales, pero asimilados, adaptados, aplicados, adecuados a nuestros pueblos en cuanto sean posibles y viables, es decir “metabolizados”, frente a un mundo cambiante y a un continente que tienen que realizar urgentes cambios en todo orden de cosas para arribar a su Gran Transformación. En el Perú, decía el maestro Haya, “no ha surgido ni política de ejemplo, ni política de ciencia; porque no hemos tenido una política que educara y preparara a la masa nacional para una intervención democrática en la vida del Estado. Por eso es que hemos formado un Estado falsamente constituído que determina la posibilidad de que aparezcan periódicamente en el país gobiernos absolutos, crueles tiranías e insólitos libertadores arbitrarios que son tiranos más tarde” (Obras Completas, Tomo 5, pp.65 y 66).. Desde sus años aurorales, Haya de la Torre concibió al aprismo como Escuela para la Vida, Escuela de disciplina moral, Escuela de civismo y Universidad Popular, que supo mantener la fe sin claudicaciones ni debilidades y cuya misión histórica es llegar a la Conciencia del pueblo, porque “Sólo cuando se llega al pueblo se gobierna, desde abajo o desde arriba… con la luz de una doctrina, con el profundo amor de una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio”. Decimos que el aprismo es un partidoescuela por las razones siguientes: - Porque el aprismo insurgió a la escena política nacional y latinoamericana, señalando un rumbo y un camino constructivo, tanto a jóvenes y a obreros “que no sabían de donde venían y adónde iban”, previniéndoles del riesgo de caer en infantilismos demagógicos y mentiras desaprensivas de prometer lo que no se ha de cumplir. - Porque el aprismo se orienta a redimir a niños, adolescentes, jóvenes y al pueblo mismo de sus defectos, vicios, debilidades y derrotismos, rescatando los 10


valores positivos de su personalidad para levantarlos contra la aventurera impreparación e inmadurez de gobernantes de undécima hora. - Porque el aprismo se opone a la reacción más ultrancista de las facciones políticas escindidas por irrefrenables ambiciones y voracidad por sinecuras. El aprismo busca salvar al pueblo del baldón del servilismo, del colonialismo mental europeo, persiguiendo la victoria de lo noble y de los bueno en cada individuo. - Porque el aprismo forma, perfecciona, adiestra, capacita al ciudadano en las leyes de la vida política, pública, sindical y cultural. - Porque el aprismo partió de la necesidad de estudiar, discutir, investigar la realidad de nuestros pueblos, a fin de plantear alternativas de solución a sus complejos y múltiples problemas y necesidades. Es así como el aprismo “supo acercarse al pueblo, conocer sus necesidades, comprender sus anhelos y sentir su dolor”. - Porque el aprismo originalmente despertó de la abulia y del letargo a grandes masas humanas que se hallaban prácticamente dormidas y se limitaban a decir: “Qué se va a hacer”, “así es”, “a mal tiempo buena cara”, o cosas por el estilo. - Porque el aprismo orienta a las clases productoras y consumidoras a vivir dentro de un nuevo estado antiimperialista, con clara y definida conciencia cívica, conciencia política, conciencia cultural, conciencia geográfica, conciencia histórica y con alto espíritu moralizador y alta solvencia moral. “No puede haber revolución económica y social, si no hay ante todo y con ella una profunda revolución cultural” sentenciaba Haya de la Torre. El aprismo no es un movimiento político de contubernios, de negociados, de empresarios, electorero o de intereses subalternos. El aprismo es un Partido de masas educadas en el cual todo ha sido para sus integrantes: escuela, educación de la lealtad, sacrificio, espíritu de superación, actualización y renovación de conocimientos, capacidad para perseverar en la lucha contra la ignorancia. El aprismo se fundó como Escuela, como Universidad del Pueblo, y fue la persecución de la tiranía la que les obligó a ser políticos para defender su obra cultural y sindical. “En la escuela del Aprismo,-indica Haya de la Torre-, quien quiera ser un gran dirigente y capacitarse, tiene los caminos abiertos, con tal que dentro 11


de esos caminos pueda recoger este gran llamado, este gran imperativo: «dénos usted soluciones y no nos recuerde problemas». Los problemas los sabemos de memoria, la cuestión fundamental es hallar soluciones, es y crear en nosotros esa capacidad de solución” (Obras completas, Tomo 1:361). Hastiado de ver pasar por Palacio de Gobierno a gobernantes empíricos, improvisados y mediocres, Haya demanda a los amigos, simpatizantes, militantes y dirigentes de su partido una mayor preparación especializada, una mejor capacitación económica, política, tecnológica y en administración pública, para estar en condiciones eficientes de cumplir sus funciones cuando tengan la oportunidad de ejercer algún cargo público. “Hay que prepararse para el ejercicio del gobierno si la misión del aprista es salvar la Patria de los que medran con ella”, acotaba. El Aprismo con Haya de la Torre, surgió como un Partido-Escuela, como “Escuela de educación de la voluntad”, para señalar un rumbo y un camino constructivo, pacifista, libertario y justiciero a jóvenes y obreros que “no sabían de donde venían y adónde iban”, para prevenirlos del riesgo de caer en infantilismos demagógicos y en mentiras desaprensivas de prometer lo que no podrían cumplir. En su discurso del 6 de junio de 1946, en Lima, ante miles de trabajadores, Haya de la Torre enfatiza que el Aprismo se fundó como escuela, como universidad y fue la persecución de la tiranía la que les obligó a ser políticos para defender su sacrificada obra cultural y sindical. Quince años después, el 25 de febrero de 1961, al conmemorarse el Día de la Fraternidad en la “Avenida de los pañuelos blancos” (Alfonso Ugarte), vuelve a recordar el origen del APRA como Escuela y Universidad: “Será preciso recordar que no surgimos como un amontonamiento de gentes, ni como una urgencia de ambiciones. Surgimos como una escuela para el pueblo, surgimos como la Universidad Popular, que fue la obra de un apostolado juvenil y gallardo, que fue la obra de reunir a los hombres y decirles, ante todo: ¿Salvemos al Perú de la tiranía de la ignorancia que es la peor de las tiranías y la madre de todas…!”.

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El 21 de setiembre de 1969, con motivo del XXXIX aniversario de fundación del PAP, destaca la importancia de formar parte de un Partidoescuela y valora el bagaje cultural que atesora cada militante y dirigente al afirmar que en el APRA “El que sabe poco, aprende; el que sabe mucho, enseña”, pero al mismo tiempo les invoca a no permanecer quietos, a mantener una actitud favorable al cambio social, a evolucionar, a compartir con los demás cuanto tienen de conocimientos, a no olvidarse que la mayor fortuna y el más ingente caudal lo forma la cultura. Haya siempre propugnó el aprovechamiento de la experiencia culturaleducativa, de los adelantos científicos y tecnológicos del mundo en sus valores universales, pero asimilados, adaptados, aplicados, adecuados a nuestros pueblos en cuanto sean posibles y viables, es decir “metabolizados”, frente a un mundo cambiante y a un continente que tienen que realizar urgentes cambios en todo orden de cosas para arribar a su Gran Transformación. IV. EL ESTADO-DOCENTE En la concepción de la educación, según Haya de la Torre, el Estado aprista tiene una fisonomía pedagógica propia, al tomar en cuenta la realidad cultural de los grupos sociales latinoamericanos. El Estado-escuela tiene por misión la elevación espiritual de las masas por el bienestar y la cultura, redimiéndola del analfabetismo y de toda forma de coloniaje, dependencia, vasallaje y sumisión cultural, política y económica. Ante un país con crisis estructural, predominante pobreza, retardo socio-económico, deuda externa alarmante, analfabetismo creciente y crisis estructural, Haya le dota al aprismo de una política educativa contra la ignorancia, los vicios y las debilidades humanas, y logra incorporar al Estado de una filosofía pedagógica y moral propias, teniendo en cuenta la realidad cultural de los grupos sociales latinoamericanos:

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“El Estado aprista es un Estado-educador, un Estado-escuela, un Estado-docente y reivindicador que supera la etapa del Estadopatriarca gobernado como un latifundio, o la del Estado-militar gobernado como un cuartel. El Estado Aprista alcanza una categoría superior y magistral de entidad directora y educadora, técnicamente organizada y vigorosamente asentada en la conciencia nacional -por su autoridad moral, por su sentido social, por su respeto a la libertad religiosa y política y por su alta solvencia espiritual” (3). Hastiado de ver pasar por Palacio de Gobierno a gobernantes empíricos, improvisados y mediocres, Haya demanda a los amigos, simpatizantes, militantes y dirigentes de su partido una mayor preparación especializada, una mejor capacitación económica, política, tecnológica y en administración pública, para estar en condiciones eficientes de cumplir sus funciones cuando tengan la oportunidad de ejercer algún cargo público. “Hay que prepararse para el ejercicio del gobierno si la misión del aprista es salvar la Patria de los que medran con ella”, acotaba. Antes de convertirse en partido político, el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) fue Escuela para el trabajo y la vida ciudadanas, donde se impartía capacitación a los obreros, campesinos, estudiantes, dirigentes políticos y al pueblo en general sobre sus deberes y derechos para su mejor conducción dentro de la sociedad, en procura de justicia social. Dijo, entonces, Haya de la Torre: “Vamos a recordar que el Aprismo, título y honor de su organización política, no se fundó como partido, se fundó como Escuela, como Universidad y fue la persecución de la tiranía la que nos obligó a ser políticos para defender nuestra obra cultural y sindical”. El Apra proviene del gran movimiento cultural de las Universidades Populares fundadas en 1921, que a su vez fue la resultante social de la continental Reforma Universitaria iniciada en 1918, en Córdova (Argentina). El Apra surgió al escenario político nacional analizando críticamente la sociedad peruana e indoamericana, debatiendo y cuestionando los ancestrales problemas, confrontándolas con las de otras realidades del continente y postulando soluciones propias. Después de un riguroso diagnóstico de la realidad nacional e indoamericana Haya de la Torre concluyó que era imposible llevar a cabo con éxito un programa de gobierno de transformaciones estructurales si 14


ante todo no se ejecutaba un programa masivo, diversificado y coherente de educación popular. Expresó: “No puede haber revolución económica y social, si no hay ante todo y con ella, una profunda revolución cultural”. Ante el tradicional Estado-gendarme, Estadocuartel, Haya de la Torre pensó en un Estado nuevo al que denominó “Estado –escuela”, “Estado docente”, Estado educador” o “Estado alfabetizador”, para redimir al pueblo de la ignorancia y de la explotación; para forjar ciudadanos con mentalidad y actitud favorables al cambio social; para entrenar, capacitar y liberar a las clases sociales de la humillación, del servilismo, de la demagogia política, del colonialismo mental europeo y del analfabetismo. Así, el nuevo Estado Docente tendría una función educativa y de culturalización de masas. La educación cumpliría su rol de Escuela Popular para la Vida y la Libertad, para el Trabajo operativo y la Solidaridad social; promovería en las masas trabajadoras la necesaria conciencia laboral, conciencia histórica, conciencia geográfica, conciencia cívico – patriótica, conciencia moral y conciencia económica que les permita arribar a mejores horizontes de vida, bienestar y felicidad, prestos a comprender y saber qué es lo que se tiene, hasta dónde se puede llegar y cuánto se debe aspirar como meta de desarrollo y de progreso individual y colectivo. Se explica ahora con sobradas razones por qué el APRA insurgió al escenario político demandando educación gratuita en todos los niveles y modalidades, con igualdad de oportunidades y derechos para todos hasta el límite que marquen sus capacidades, planteando la necesidad de una reforma integral de la educación con tendencia a la escuela unificada desde el Kindergarten a la Universidad y exigiendo a los gobierno de turno un alto porcentaje presupuestal para la educación del país. Desde 1931, Haya de la Torre se esmeró por considerar en el PLAN DE ACCIÓN INMEDIATA o Programa Mínimo de Gobierno del Apra importantes planteamientos a favor de la educación nacional. Por ejemplo, 15


cabe mencionar los siguientes: el fomento del mutualismo escolar; el establecimiento de tarifas especiales en los servicios de transportes que utilicen los estudiantes para concurrir a su centro educativo; la reforma de la enseñanza agrícola atendiendo a la especialización que exige la realidad nacional mediante cursos teórico – prácticos sobre agricultura en las escuelas primarias preferentemente; la educación al campesino usando su propio idioma además del castellano; la introducción del cooperativismo agrario entre los propietarios indígenas o campesinos. Dentro del vasto Programa de Educación Popular que se ha trazado el Partido del Pueblo (APRA) se considera también el mejoramiento de la condición económica de los maestros, la creación del Ministerio de Educación; la creación de granjas escuelas, de Institutos Superiores, de Institutos de Orientación Profesional de acuerdo a las actitudes físicas; la creación de una institución de unión latinoamericana que auspicie la realización de conferencias y congresos sobre temas de economía, de pedagogía y otros con sede rotativa en los pueblos integrantes de la unión; el establecimiento de escuelas elementales en los Cuarteles atendidos por Pedagogos, la atención a la especialización de los Oficiales y del Personal subalterno del Ejército, de la Armada, Aviación y Policía; la creación de Universidades Populares, Escuelas nocturnas y dominicales, Editoriales Pedagógicas y Bibliotecas Populares (fijas y rodantes); la creación en las diversas regiones del país de institutos de enseñanza superior de acuerdo a sus necesidades específicas de desarrollo. Finalmente, Haya de la Torre, como líder máximo del aprismo, propuso desde 1931 conservar la autonomía de las universidades y escuelas técnicas superiores; mantener los principios de la Reforma Universitaria; gestionar la validez de los títulos profesionales otorgados por las universidades y Escuelas en los países latinoamericanos; emprender enérgicas campañas contra el abuso del alcohol y de la coca; el intercambio bibliográfico a nivel de estudiantes latinoamericanos; la creación de becas de estudio; la formación de la conciencia sanitaria en el país; el fomento de la cultura física de los educandos, el establecimiento de misiones ambulantes para la difusión de conocimientos básicos de agricultura, entre otros.

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Entre algunas tareas básicas del nuevo Estado Docente, según el pensamiento de Haya de la Torre, tenemos las que a continuación se mencionan: elevar las condiciones profesionales, técnico-pedagógicas, socio-económicas y culturales de los docentes, organizar grupos sociales en concordancia a sus patrones socio-culturales propios para su participación en el proceso educativo, impulsar el acceso de la población mayoritaria a las manifestaciones artísticas, científicas y culturales, democratizar la distribución gratuita del material educativo y deportivo – recreacional, revalorar la cultura andina y las lenguas quechua y aymara, incrementar la oferta educativa especialmente en áreas marginales, rurales y de frontera, ampliar la cobertura de los servicios de comunicación e información del Estado, producir y difundir programas educacionales orientados a la población infantil, estimular el desarrollo de la capacidad crítica y creativa de los educandos, fomentar la creación y el funcionamiento de cooperativas de escolares, de centros educativos y colegios de modalidad cooperativa, orientar el sistema educativo nacional con propósitos de descentralización y regionalización. V. EL COLOQUIO COMO MÉTODO PEDAGÓGICO A través de sus concurridos coloquios de pedagogía social, artículos periodísticos, conferencias, entrevistas y las manifestaciones públicas, Haya de la Torre abordaba la educación desde un punto de vista integral, humanístico, científico, democrático, popular, tecnológico y ético. A dichos coloquios, asistían obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, pequeños y medianos comerciantes, líderes políticos de partidos, docentes, etc., para escuchar el mensaje antiimperialista, revolucionario, democrático, justiciero y libertario del Maestro Haya. Los coloquios eran verdaderas prácticas de democracia pedagógica. En ellos el público aprendía de todo, se repasaba hechos sociales, históricos, políticos, filosóficos, científicos y tecnológicos, se debatían problemas de 17


actualidad nacional, continental y mundial, se utilizaban métodos variados: socrático, analógico, dialéctico, deductivo, inductivo, intuitivo, histórico, analítico y sintético, pero lo más importante, se formulaban planteamientos de solución a muchos de los viejos y nuevos problemas del país y de América Latina. Haya dialogaba frecuentemente con su público en la Universidad Popular Gonzáles Prada. Respetaba las opiniones de los interlocutores, respondía de manera precisa, clara y conceptuosa a cada una de las preguntas en un lenguaje de fácil comprensión. En las siguientes líneas, Ignacio Campos, autor de los “Coloquios” de Haya de la Torre, nos recuerda lo siguiente: - “Uno de los concurrentes- Daniel Guillén Benavides. Planteó al Maestro este reto a su privacidad: - Permítame suponer – le dijo- que usted no es Jefe del partido. Que no es político ni estadista. Algo más: supongamos que no ha sido nada de esto. ¿Qué le habría gustado ser, de no ser estadista? - La respuesta llegó rápida, categórica, como si el Maestro hubiera estado esperando la pregunta y, aún más, como si la contestación estuviera a flor de labio. - ¡Maestro de escuela!” VI. LA REVOLUCIÓN SOCIAL, ECONÓMICA, EDUCATIVA Y CULTURAL Cuando Haya de la Torre se percata, como producto de sus investigaciones que históricamente la sociedad peruana tiene problemas complejos aún no resueltos, clases sociales en conflicto, analfabetismo de abajo y analfabetismo de arriba, creciente concentración de la riqueza en pocas manos, deficiente explotación y distribución de los recursos naturales, alto índice de desocupación, desempleo y subempleo, aspiraciones de educación de la mayoría nacional no satisfechas, entre otros, toma la decisión de afrontarlos con realismo y responsabilidad para finalmente embarcarse

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en la magna tarea de realizar una revolución social, económica, educativa y cultural. Del riguroso diagnóstico de la realidad peruana, Haya de la Torre concluye también que en el Perú no ha habido ni política de ejemplo, ni política de ciencia; porque no hemos tenido hasta hoy una política que educara y preparara a la masa nacional para una intervención democrática en la vida del Estado. “Por eso es que hemos formado un Estado falsamente constituido que determina la posibilidad de que aparezcan periódicamente en el país gobiernos absolutos, crueles tiranías e insólitos libertadores arbitrarios que son tiranos más tarde” (4) Entonces, para afrontar todos estos problemas piensa en organizar, por todos los medios posibles a su alcance, un gran movimiento político moderno, que partiendo de la necesidad de estudiar e investigar la realidad de los pueblos del Perú y de América Latina, se acercara rápidamente a la mayoría de la población para conocer sus necesidades, comprender sus anhelos y sentir su dolor, orientar a las clases productoras y consumidoras por los caminos de la democracia funcional, la Justicia social de Pan con Libertad y hacia un nuevo Estado verdaderamente revolucionario, policlasista, nacionalista, humanista, integracionista y antiimperialista. Para este fin tuvo que desarrollar toda una estrategia política y educativa, todo un programa realista que le permitiera llegar al pueblo con más cultura y más educación, en el entendido que sólo así se podría forjar una sólida conciencia cívica, conciencia social, conciencia política, conciencia histórica, conciencia profesional, conciencia cultural y conciencia ética en la población. Estuvo convencido en más de una oportunidad, que debería empezar por la transformación de los espíritus, por la liberación de las masas de la ignorancia, por la democratización de la educación y por la equitativa, racional y justa explotación y distribución de la riqueza material.

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El Maestro entendía el término revolución no en el sentido catastrófico de cuartelazo, montonera, motín o anarquía, sino en el sentido de profunda significación histórica y constructiva, de transformación, evolución y renovación, pero sujeta a los imperativos y limitaciones de la realidad en permanente cambio, que posibilitara la conquista de la justicia social por un camino propio, camino equidistante de Washington, de Moscú, de China, de Cuba o de cualquier otra colonia imperialista. Entendía el término revolución en sus dimensiones de orden social, político, económico, cultural, científico, tecnológico y ético. En este sentido puso todo su interés y preocupación, no desmayó en ningún instante, cuantas veces era necesario desde diferentes tribunas exigió a los gobernantes de turno, que legislaran “sin discriminaciones, en defensa de ese capital humano que vale nada o vale muy poco, si no se le enriquece, si no se le supera, si no se le dignifica, con todos los recursos y beneficios invalorables que dan las armas del pensamiento y los implementos de la educación”, pero también, demandó que realizaran una educación técnica, educación en el trabajo, por el trabajo y para el trabajo, toda vez que: “Educar al productor en la escuela de producción moderna, educarlo en el trabajo sin explotación que lo civilice en vez de envilecerlo, es aumentar la producción de la riqueza y, ecuacionalmente, aumentar su consumo. La orientación educacional de las masas productoras hacia su máxima capacitación técnica, es, pues, una obra integral de cultura. Y de cultura cuya mayor elevación va determinando el mayor progreso económico” (5).

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Entre los políticos latinoamericanos del Siglo XX, Víctor Raúl es uno de los pocos que se propuso llegar a la conciencia del pueblo, no con dinero mal habido, no con matones, tanques, metralletas y camiones al estilo de viejos políticos, sino a través de un solo camino: con Ciencia, con más educación y más cultura. Para llegar a la conciencia del pueblo, -como él lo había logrado-, recomendaba a los dirigentes, estudiantes, profesionales y ciudadanía en general ser más cerebro que sentimiento, cultivar el hábito de la lectura, leer y leer, tener al libro útil como el mejor compañero, aplicar la realidad a los libros y no los libros a la realidad. Sólo así, pensaba Haya, la población estaría en condiciones de enfrentarse con éxito a la aventurera impreparación de gobernantes advenedizos, oportunistas, demagogos y opresores, como también a tantos otros líderes tránsfugas, de la peor especie, venidos del colonialismo mental europeo. He aquí algunas de sus demandas: “Porque el Perú necesita cultura, nuestro Partido reclama la reorganización de los métodos escolares y hace suyas las reivindicaciones de los maestros, propugnando la creación del Ministerio de Educación Pública bajo la dirección de verdaderos técnicos. Por eso, por la angustiosa necesidad de cultura que tiene nuestro pueblo es que el aprismo proclama la urgencia de reabrir la Universidad de Lima, amparando las demandas de los estudiantes, cuyo programa de reforma garantiza la renovación del espíritu universitario y orienta a dicha juventud hacia su verdadera misión social” (6) Perseverante en sus propósitos y fines en aras de la educación del pueblo, el 18 de febrero de 1972, en Campo de Marte, Haya de la Torre demandó al gobernante de turno una nueva Ley de Educación, con la condición que no esclavice, ni deforme a la juventud, “sino que prepare a las nuevas generaciones del pueblo peruano a ser libres y dueñas de sus destinos”. VII. LA EDUCACIÓN INTEGRAL El 23 de agosto de 1931, en un aplaudido y comentado discurso, Víctor Raúl expresó que la educación y la cultura del pueblo constituyen capítulos fundamentales del programa del Partido Aprista y por tanto los dirigentes deberían dedicarse a rescatar culturalmente a millones de hombres, elevar al rango de humanos, orientar la educación de acuerdo con nuestra economía, preparar a los hombres para el trabajo y por el trabajo y desarrollar una educación pública formada en la escuela única: 21


“Tenemos que rescatar culturalmente a millones de hombres que están alejados de toda posibilidad de vida realmente civilizada. Tenemos que elevar al rango de humanos a tantos millones de indígenas que han vivido olvidados, aunque sean los herederos de los dueños de este país. Pero tenemos que orientar nuestra educación de acuerdo con nuestra economía. Tenemos que preparar a los hombres para el trabajo y por el trabajo. Tenemos que establecer formas de educación práctica, de un carácter técnico, de un carácter actual, de un carácter moderno, de un carácter integral. Una educación pública formada en la escuela única, que acabe con las diferencias que hoy existen establecidas por las escuelas primarias privadas y las escuelas primarias del Estado. La Escuela única del Estado es, sin duda, una medida conducente a la formación de la conciencia nacional y a la formación de un buen concepto de la política y del trabajo en el país” (7). Concibió, asimismo, la educación integral como la generadora y productora principal de cambios profundos en las formas de ser, pensar, trabajar, producir, consumir, estudiar y vivir de las personas; la realizadora de cambios en lo político, económico, social, cultural, ecológico y moral. Y para que todo lo expuesto aconteciera planteó la necesidad que el pedagogo asumiera previamente el compromiso de “derribar el sistema económico establecido por el capitalismo”, “unirse a las filas de los que combatimos contra la injusticia social” y “rebelarse contra las condiciones económicas actuales”. “Una educación integral - señala- no puede conseguirse sin ciertas condiciones materiales, no sólo en las escuelas, sino en los hogares. Y esto es imposible de realizar mientras el sistema económico actual tenga reducidos a la miseria y a la sordidez a millones de hogares. De ahí que el pedagogo mejor será aquel que luche por derribar este sistema económico establecido por el capitalismo, en nombre del derecho de los niños. Los maestros de escuela deben unirse a las filas de los que combatimos contra la injusticia social para poder cumplir 22


su misión educadora. El niño mal comido y mal dormido, el niño que crece mirando la miseria, el dolor, las enfermedades que rodean los hogares de las clases trabajadoras oprimidas, es un producto de ese ambiente y su conciencia será un resultado de esas condiciones en que su vida se ha desarrollado. Por eso el problema técnico de la Pedagogía, tiene un límite: el límite de las condiciones económicas del actual sistema social. La Pedagogía que proclame un método de educación integral, tendrá que proclamar también su rebelión contra las condiciones económicas actuales. Si estamos de acuerdo en que la Pedagogía se cumple a medias entre el hogar y la escuela, el niño no podrá ser educado en una escuela magnífica, levantada por cualquier Estado capitalista y poderoso, al mismo tiempo que su hogar es triste, miserable e insalubre”.(8) El Maestro Haya, resueltamente no creía en parches, reajustes ni en remedos de reformas, era partícipe de una reforma integral de la educación, desde el Kindergarten hasta la Universidad, a fin de ponerla al servicio de la reconstrucción y la transformación nacional, con previa capacitación de los ciudadanos, trabajadores, empleados y funcionarios en los diversos campos de la actividad humana y de las actividades del Estado. Más aún, las instituciones educativas de educación técnica y de educación superior deberían convertirse en verdaderas “Escuelas de hombres de Gobierno”. VIII. LA EDUCACIÓN TÉCNICA Víctor Raúl insistía con tesón en la educación técnica. Decía que un Estado revolucionario, antiimperialista, educador requiere de muchos técnicos, de muchos profesionales especializados y con capacidad resolutiva y de respuesta a diversos tipos de problemas de la sociedad. El partido de gobierno y el Estado deberían formar técnicos y seleccionarlos, más allá de toda motivación o interés político-partidario: “En una obra seria de reconstrucción nacional, que no se base en llamar expertos extranjeros para que tutelen las actividades de los gobernantes, el Estado debe organizar la enseñanza del funcionario público, del experto nacional, capacitándolo ampliamente. No hay escuela política posible sin un partido organizado en el poder, porque el partido cuando es principista y económicamente adoctrinado, es base de preparación técnica y disciplina para dirigentes y dirigidos. Pero la acción pedagógica de un partido político debe completarse por la acción pedagógica del Estado. El servidor público, el funcionario, el civil-servant del léxico político inglés, debe ser 23


preparado y seleccionado tanto por el partido como por el Estado. No hay que olvidar, sin embargo, que hay una categoría de funcionarios del Estado que deben ser técnicos permanentes en las dependencias públicas, lejos de las contingencias de la política” (9). Para Haya de la Torre la revolución no se hace sólo en las barricadas, ni con gritos estentóreos ni con huelgas de brazos caídos, hay que hacerla desde todos los sectores y hay que tener para cada uno de ellos hombres expertos que sepan el cómo hacer bien las cosas. “En esta preparación – expresó- es urgente la división del trabajo, la preparación de grupos técnicos, especializados, expertos…es necesario que, divididos por grupos pequeños, nos hagamos especialistas de algo, de una rama cualquiera de la acción revolucionaria, no sólo en su aspecto de preparación por el conocimiento y por la crítica de formas actuales, sino por el “descubrimiento” – y aquí recordaremos a Engels-, por el descubrimiento de los medios que nos lleven a la organización de un nuevo sistema social” (10) Hablaba de la urgente necesidad que los puestos públicos sean alcanzados por concurso abierto y por méritos propios, en función a los conocimientos, capacidades, producción intelectual, experiencia y conducta moral del postulante. Pues sólo así se erradicaría los nombramientos por favor político, que en la mayoría de los casos llenan los ministerios, los poderes del Estado, las municipalidades, etc. con personal mediocre y proclive a la corrupción e inmoralidad. IX. LA EDUCACIÓN MORAL No le faltó razón a Víctor Raúl cuando explicaba que no sólo la educación técnica, también la educación moral, la educación económica y la educación política, constituyen las firmes palancas para impulsar el desarrollo, el crecimiento y el progreso de los pueblos, en tanto despiertan y fomentan en las personas la conciencia de la responsabilidad (pedagogía

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de la responsabilidad) y un elevado espíritu de lucha por la transformación estructural de la sociedad (pedagogía sociopolítica para el cambio). En el campo de la educación moral, Haya abogó por una educación moral ciudadana que conlleve a defender a la sociedad de sus enemigos internos y externos, que conlleve a los trabajadores manuales e intelectuales a aceptar con responsabilidad los cargos públicos para los cuales puedan estar preparados, y a ejercer el derecho de un oficio o de una profesión de manera eficiente, con honestidad y transparencia, educación moral ciudadana con autoridad y ejemplo. Decía: “Los mejores programas económicos y políticos fracasarían sin una enérgica tentativa para la educación moral del Perú. Ambos son para nosotros primordiales”. Cuando Haya abogaba por una educación moral ciudadana lo hacía con el sano propósito de defender a la sociedad de sus enemigos internos y externos, de procurar que los trabajadores manuales e intelectuales acepten con responsabilidad los cargos públicos para los cuales puedan estar preparados, y posibilitar el manejo de la cosa pública y privada de manera eficiente, honesta y transparente, con autoridad incorruptible y conducta ejemplar. Fue enfático al manifestar que “Los mejores programas económicos y políticos fracasarían sin una enérgica tentativa para la educación moral del Perú. Ambos son para nosotros primordiales”. Entre los líderes políticos de Perú y de América Latina, Víctor Raúl era uno de los pocos convencidos que para reconstruir y reorganizar un país era fundamental: a) la reorganización total de nuestra economía; b) la aplicación de una política educativa integral, c) la moralización estricta de la administración de los poderes del Estado, d) educar al pueblo más con el ejemplo moral que con la palabra, y e) la aplicación de sanciones drásticas: que el que robó, devuelva lo robado; que el que es delincuente responda ante la justicia, porque un movimiento como el aprista no puede tolerar pillos en su seno, debería ser una fuerza de inflexibles moralización y de cura política que traiga como consecuencia justicia, libertad y bienestar para la colectividad.

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“Los pueblos – decía Hayano se educan únicamente en las escuelas, colegios o universidades, se educan primordialmente en el ejemplo. La moralidad gubernativa es una de las enseñanzas fundamentales que deben darse a un pueblo. No se educa solamente enseñando a leer y escribir, porque el conocimiento en sí es un instrumento que puede servir para el bien o para el mal, para la explotación o para la liberación. Importa educar hacia la libertad en una escuela de optimismo que demuestre que la justicia social es la única meta de la sabiduría integral” (V.R.H.T. Pensamientos de crítica, polémica y acción). “No se puede enseñar en las escuelas, que un país es libre e independiente por la voluntad de los pueblos, etcétera, cuando están viendo y oyendo los muchachos en sus casas y en las calles, que no lo es. No se puede recomendarles el trabajo como medio de progreso cuando ven que los que progresan son los que consumen y no los que producen. No se puede hablar de la riqueza nacional, cuando saben que está en manos del extranjero. No se puede enseñar nada sin ejemplos objetivos, sin experimentación. Una educación así, hará escuela de pícaros y no de hombres libres” (11). En tal sentido, la moralidad gubernativa es una de las enseñanzas básicas que debe darse al pueblo; el gobernante, el parlamentario, el ministro, el funcionario, el empleado, etc., deben ser ejemplos de conducta moral, hombres que practiquen los principios morales, que demuestren cotidianamente ser trabajadores manuales o intelectuales honrados e incorruptibles y que están trabajando en alguna institución o empresa del Estado no para servirse de ella sino para servir desinteresadamente a la sociedad por el bienestar colectivo y el futuro del país. “Un sistema de moral es siempre el respaldo de todo progreso. Ejemplos vivos de esa moral son indispensables para la educación” “Educar al soberano, decía Sarmiento, refiriéndose al pueblo. Yo soy y he sido – refiere haya- un ardoroso defensor de la necesidad de educar al pueblo, pero creo que para educar es preciso tener autoridad y dar ejemplo. Cuando la juventud presencia el espectáculo de un país desorganizado, 26


desmoralizado y vendido, la juventud no puede aprender sino una lección de desesperanza”. X. LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA En cuanto a la educación superior universitaria, Víctor Raúl era partidario de una Reforma Universitaria como “Revolución de los Espíritus”, con un nuevo sentido y una nueva proyección: renovadora, desprofesionalizada, investigativa, democrática, impulsora de cambios radicales en los sistemas y metodologías de enseñanza-aprendizaje, y que erradicara de las universidades a los catedráticos que se hallaban en “pleno proceso de momificación”. Como producto de su perseverante lucha Víctor Raúl, identificado con los principios de la Reforma Universitaria iniciada en Córdova (Argentina), logró en el Perú echar afuera a dieciséis profesores de la Universidad de San Marcos, cambió radicalmente los sistemas y obligó a una servil asamblea parlamentaria a respetar los derechos de los estudiantes. “Porque queríamos una renovación de las universidades, no para hacer más fácilmente al estudiante la manera de conseguir un diploma sin saber mucho. Nosotros quisimos precisamente lo contrario: darles a las universidades una nueva validez, un nuevo sentido, una nueva proyección. Hacerlas verdaderos centros de cultura. Desprofesionalizarlas, en el sentido de que no sólo el diploma fuera el objetivo del universitario. Crear los ámbitos de la investigación desinteresada. Hacer de ellas lo que han sido las universidades del mundo, en el campo científico, la exploración, en las que no es el interés profesional lo que prevalece, sino el amor a la ciencia y la devoción por la cultura. Ese fue el afán de la revolución o Reforma Universitaria. Y así comenzó. Había que sanear, había que limpiar las cátedras donde permanecían aferrados viejos señores, que eran, sobre todo, viejos por sus ideas y nosotros lo logramos en

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esa primera etapa, tendiendo a la democratización universitaria…” (12). En su primer mensaje del destierro a la juventud del Perú, escrito en San Ángel, México, noviembre de 1923, Haya afirmó que las Universidades Populares del Perú constituyen quizá la más eficaz, la más hermosa y la más original de las organizaciones estudiantiles y obreras de Sud América, de Centro América, las Antillas y México. Consecuente con su plataforma de lucha por la educación del pueblo, propuso la democratización de las universidades, para convertir a estos centros superiores en verdaderos centros de cultura, de trabajo, de investigación, de extensión y proyección social, y para que el estudiante devuelva al pueblo parte de la enseñanza recibida. Tal iniciativa lo formuló en su discurso del 22 de agosto de 1965: “Por eso nosotros quisimos – dijoque las puertas de la universidad se abrieran, para que miles y miles de estudiantes pobres que no podían llegar a los claustros universitarios, tuvieran la posibilidad de hacerlo... Allí queda también establecido el principio de que el estudiante tiene como obligación -por recibir privilegiadamente una enseñanza que el pueblo paga- devolverle al pueblo parte de esa enseñanza que recibe por un azar de la fortuna....». Su compromiso con la mayoría nacional le llevó a pensar en una Universidad social, a través de la cual el estudiante entre en contacto directo e inmediato con las clases trabajadoras. En este sentido luchó por una reforma universitaria: “que sale hacia la realidad social, que no quiere hacer del estudiante una casta parasitaria, sino que lo desplaza hacia la vida, lo sitúa entre la clase trabajadora y lo prepara a ser colaborador y no instrumento de opresión para ella.” La Universidad Popular Gonzáles Prada, fundada por Haya de la Torre, adoptó dos lemas originales: uno que se indicaba con los tres ochos «8-88» para significar: ocho horas de trabajo, ocho horas de estudio y ocho 28


horas de descanso. Y el otro, que provenía del lema del cooperativismo, decía «Uno para todos y todos para uno». Víctor Raúl concibió a las universidades populares como lugares apropiados para la formación de la conciencia social, política, económica, cultural y educativa del Gran Frente Único de Clases Explotadas que lucharía posteriormente contra toda forma de dominación, dependencia, explotación, imperialismo e injusticia social. Más aún concebía a las universidades populares como “la protesta viva frente a las universidades caducas que crean castas de opresión, y la esperanza viva también de las magníficas aulas del futuro que preparan al hombre sin dificultades para cumplir su función social” Era su máxima aspiración que las universidades populares pudieran comprender un día “a todos los proletarios del Perú, al obrero, al campesino de nuestras costas, al indio que vive la más cruel de las tragedias sociales en nuestras sierras y ojalá al salvaje montaraz y senil de nuestras selvas”. En lo referente a la reforma universitaria defendió la conservación de la autonomía de las universidades y escuelas técnicas superiores, el mantenimiento de los principios de la Reforma Universitaria iniciada por el estudiantado, la libertad de cátedra, el enriquecimiento y actualización de las bibliotecas, talleres y laboratorios, expansión de sus capacidades docentes y experimentales, la validez de los títulos profesionales otorgados por nuestras Universidades y las Escuelas en todos los países latinoamericanos, la creación de institutos de enseñanza superior en forma descentralizada en diversos lugares del país, acorde con sus necesidades específicas, la creación de una Escuela Profesional de Servidores del Estado y la gratuidad de la enseñanza primaria, secundaria y universitaria: Consideró de necesidad y utilidad pública la aplicación de la gratuidad de la enseñanza en todos sus niveles, “desde el analfabeto escolar hasta el analfabeto universitario, que también los hay” como una reivindicación económico-social tan poderosa y tan decisiva para el mejoramiento de las condiciones materiales del hombre y para que el desarrollo y la justicia se cumplan. “Porque quien cambia su situación por obra de la educación, cambia también su posición y su nivel social”. En el año 1979, siendo Víctor Raúl Haya de la Torre, Presidente de la Asamblea Constituyente del Perú y a iniciativa de los constituyentes apristas, fue elevado a la categoría de precepto constitucional el principio de la gratuidad de la enseñanza. 29


XI. LA EDUCACIÓN POLÍTICA Y LA POLÍTICA EDUCACIONAL De su diagnóstico de la realidad nacional y latinoamericana, Haya de la Torre concluye respecto a la educación y la política, que en el Perú no ha surgido ni política de ejemplo, ni política de ciencia; porque no hemos tenido hasta hoy una política que educara y preparara a la masa nacional para una intervención democrática en la vida del Estado. Por eso es que hemos formado un Estado falsamente constituido que determina la posibilidad de que aparezcan periódicamente en el país gobiernos absolutos, crueles tiranías e insólitos libertadores arbitrarios que son tiranos más tarde” (Discurso del 23 de agosto de 1931, en la Plaza de Toros de Lima). Siempre se interesó y preocupó por la educación del pueblo para que éste se preparara bien y pudiera hacer buen uso de su vida redimida o desempeñarse eficientemente en algún cargo de responsabilidad como futuro gobernante o autoridad de su pueblo y del país. “Nosotros sostuvimos – dijo Haya- que la política es una ciencia, es una tecnología, es un conocimiento que requiere hombres capacitados, preparados para su ejercicio; de expertos y especialistas; de ciudadanos que realmente tengan el autorizado título y la verdadera aptitud de dirigentes del Estado” (Discurso en el Día de la Fraternidad, Lima, 20 de febrero de 1971). Una educación política y una política educacional eficientes sería lo ideal para superar las taras y lacras sociales de la sociedad peruana, como solución a los graves y complejos problemas sociales y económicos y la transformación del Estado tradicional, conservador y reaccionario en un nuevo Estado policlasista, nacionalista, revolucionario, libertario, justiciero y antiimperialista. Como consecuencia de una educación política y una política educacional eficientes se germinaría un nuevo liderazgo político científico, con conciencia de Frente Único de Clase, con conciencia histórica, con conciencia social y con conciencia de un futuro mejor para todos los peruanos. 30


El 8 de diciembre de 1931, día de la transmisión del mando supremo, en Lima el fraude electoral había quedado consumado y el comandante Sánchez Cerro fue ungido Presidente de la República. En su mensaje de toma de posesión ante el Congreso Constituyente, en alusión al Apra, afirmó que la seguridad del estado se encontraba amenazada por el desarrollo de “peligrosas ideas políticas, económicas y sociales” y que frente a dicha amenaza, su gobierno defendería el orden social y la estabilidad de las instituciones cueste lo que cueste. Ese día, por la tarde, Haya abandonando su cátedra del curso de Aprismo que había dictado durante tres meses seguidos, ocupó la tribuna del Comité Aprista de Trujillo, ante una nutrida concurrencia de militantes y dirigentes del PAP, respondió categóricamente al dictador, de cuya pieza oratoria histórica presento los siguientes párrafos: “¡No estamos perdidos!... Yo afirmo que estamos más fuertes que nunca. Porque gobernar no es mandar, no es abusar, no es convertir el poder en tablado de todas las pasiones inferiores, en instrumento de venganza, en cadalso de libertades; gobernar es conducir, es educar, es ejemplarizar, es redimir. Y eso no lo harán jamás quienes van al poder sin título moral, quienes carecen de la honradez de una inspiración superior, quienes capturan el Estado como botín de revancha. Ellos mandarán, pero nosotros seguiremos gobernando. Porque nosotros continuamos educando, organizando y dando ejemplo, vale decir, nosotros continuamos redimiendo”. “Quienes han creído que la única misión del aprismo era llegar a Palacio están equivocados. A Palacio llega cualquiera, porque el camino de Palacio se compra con oro o se conquista con fusiles. Pero la misión del aprismo era llegar a la conciencia del pueblo antes que llegar a Palacio. Y a la conciencia del pueblo no se llega ni con oro ni con fusiles. A la conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros, con la luz de una doctrina, con el profundo amor de 31


una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio... ¡Sólo cuando se llega al pueblo se gobierna: desde abajo o desde arriba! Y el aprismo ha arraigado en la conciencia del pueblo. Por eso, mientras los que conquistaron el mando con el oro o con el fusil, crean mandar desde Palacio, nosotros continuaremos gobernando desde el pueblo”. Para el Maestro Haya la Política es sinónimo de Cultura “cuando es política auténtica”, es decir, ciencia de buen gobierno. Y aplicando la ética spinoziana a la situación política del Perú, Haya concluye en afirmar que “todos nuestros males son males de ignorancia”: “Me parece que la ética spinoziana es aplicable a la situación política del Perú: el mal, es la ignorancia. Spinoza señala tres grados de conocimiento: la opinión, la razón y la intuición. Los hombres pertenecientes a la primera categoría basan su conocimiento en lo que oyen, en lo que perciben o en lo que imaginan. Y ésta es la categoría pre-científica, la más baja de las etapas del conocimiento, la media ciencia de que hablaba Piérola…Categoría típicamente civilista, digamos nosotros. La categoría superior -razóncorresponde al rango científico, y ésta es rara, muy rara en nuestra política. El grado supremo - la intuición- que supone una visión sinóptica del universo, del cosmos - del mundo, hablando políticamente, - es más rara aún. La correlación de Conocimiento y Moral en la filosofía de Spinoza es pues muy aplicable a nuestra política; los hombres de opinión, los de categoría pre-científica, están sujetos a las influencias de las cosas que los rodean, vale decir, son hombres de apetito, de pasión, de instinto, más próximos al mal que al bien. En la política peruana son los que han predominado y predominan. Por eso no es aventurado afirmar que todos nuestros males son males de ignorancia” (13). Haya exigía a los militantes y dirigentes del Partido más cerebro que sentimiento, más conocimiento científico de la realidad, para estar en las mejores condiciones y posibilidades de plantear las alternativas de solución a los complejos, variados y múltiples problemas de la sociedad contemporánea. “El primer estudiante de América”, -llamado con justicia a Víctor Raúl Haya de la Torre, en el aula magna de la Universidad de México (1925)-, en todo instante relacionó la política relativista con la educación integral, la economía y la moral, dentro de una causa permanente de reivindicación

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social con requisito previo para liberarnos de “tanta intoxicación fantástica”. “El día que pensemos seriamente en que la política es ciencia, -decíaespecialmente la política nueva, y ciencia ligada con la economía y que una afirmación en política, como un cálculo en economía, debe basarse en algo, ese día nos libraremos de tanta intoxicación fantástica que, como el opio es gratísima a la fiebre tropical de hacer castillos en el aire, pero muy seria cuestión, para los pueblos a los que se engaña o desvía. Ese fue el error del pasado y los nuevos debemos enmendar la falta conscientemente” (14). Pensó que en el Perú, y particularmente entre los hombres de la vieja generación, faltaban aquéllos con una cultura política especializada y moderna; puntualizó que política y economía son disciplinas científicas inseparables, y el hecho de no saber organizar la economía de un país o las finanzas de un gobierno, significaba no saber gobernar. El Maestro Haya era consciente que en la época de la esclavitud o en la de servidumbre, el trabajador agrario no necesitaba saber leer ni escribir, pero que en la época moderna, para la agricultura industrializada o para la industria de la máquina y del laboratorio, el trabajador sí debe saber algo más que leer y escribir. Sostuvo que la política es una ciencia, es un conocimiento que requiere de hombres capacitados, de expertos y especialistas, de ciudadanos que realmente tengan el autorizado título y la verdadera aptitud de dirigentes del Estado. Consideraba que una educación política y una política educacional eficientes serían lo ideal para superar las taras y lacras sociales de la sociedad peruana, los graves y complejos problemas sociales y económicos de nuestros pueblos, asimismo para generar un nuevo liderazgo político científico, con conciencia de Frente Único de Clase, con conciencia histórica, con conciencia social y con conciencia de cambio social. En su discurso del 28 de julio de 1978, electo Presidente de la Asamblea Constituyente de Perú, manifestó: 33


“Centrar un sistema político en torno al hombre exige consagrar especial importancia a la formación del hombre. Nuestra Constitución debe atribuir a la enseñanza una jerarquía dominante y superior. En nuestro contexto nacional, la gratuidad de la enseñanza, en todos los grados es una conquista que debemos rescatar. Para el joven estudiante, no debe existir más límite en sus aspiraciones, que el marcado por su capacidad. Y erradicar el analfabetismo, que nos avergüenza, debe colocarse entre las primeras obligaciones de un nuevo Estado antiimperialista”. XIII. PENSAMIENTOS BÁSICOS PARA LA ACCIÓN EDUCATIVA Son pensamientos básicos de Víctor Raúl Haya de la Torre para la acción educativa, entre otros, los siguientes: • “Gobernar es conducir, es educar, es ejemplarizar, es redimir”. • “Sobre la base del regionalismo económico debemos erigir nuestro sistema educacional”. • “Debemos orientar nuestra educación de acuerdo con nuestra economía”. • “Necesitamos mover el Partido, convertirlo en una verdadera Escuela de hombres de Gobierno”. • “El técnico y el experto deben dirigir las actividades estatales a fin de poder rumbar científicamente hacia un nuevo camino que resuelva nuestros grandes problemas”. • “Tenemos que preparar los hombres en el trabajo, para el trabajo y por el trabajo”. • “Tenemos que establecer formas de educación de carácter práctico, técnico, actual, moderno e integral”. • “Hay que garantizar al servidor nacional seguridad en su puesto, pero hay que empujarlo a que consiga su puesto por el mérito”. • “Preconizamos la educación libre, gratuita, con la unánime oportunidad que sólo limiten las capacidades de cada persona que debe gozar de este derecho humano”. • “¡Muy grande es la misión de los maestros de escuela en América Latina, si ellos saben tomar su misión sinceramente!”.

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• “Que cada hijo del pueblo se prepare bien para que haga buen uso de su vida redimida”. • “La soledad de un refugio, la cima de una montaña, el exilio, el trabajo, la vida toda y la muerte misma deben ser sitios y momentos de ejemplarización, de autoeducación y de fortalecimiento”. • “A una mayor y mejor especialización, mayor y mejor oportunidad de trabajo profesional”. • “Aplicar la realidad a los libros y no los libros a la realidad”. • “El pedagogo mejor será aquel que luche por derribar el sistema económico establecido por el capitalismo, en nombre del derecho de los niños. • “Los maestros deben unirse en la lucha común contra la injusticia social, para cumplir su misión educadora”. • “El problema técnico de la Pedagogía, tiene un límite: el límite de las condiciones económicas del actual sistema social”. • “No se puede enseñar nada sin ejemplos objetivos, sin experimentación”. • “Un sistema de moral, es siempre el respaldo de todo progreso”. • “Para educar es preciso tener autoridad y dar ejemplo”. • “La moral gubernativa es una de las enseñanzas fundamentales que deben darse a un pueblo”. • “Que las puertas de la Universidad se abran, para miles y miles de estudiantes pobres”. • “La tiranía de la ignorancia es la peor de las tiranías y la madre de todas”.

XIV. EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO DE VÍCTOR RAÚL En su mensaje a la conciencia de los peruanos, Haya de la Torre manifiesta: “Represento un principio, un credo, una bandera de juventud. Agito y agitaré las conciencias hacia la justicia. Lucho por producir la precursora revolución de los espíritus y maldigo con todo calor de mi convencimiento a los explotadores del pueblo que hacen del gobierno y la política, vil negociado culpable”.

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Su pensamiento pedagógico no es individualista, es social. “El individualismo ha muerto y todo individualista es burgués o es reaccionario. Hay que acabar con los que no saben sentir su responsabilidad de células dentro de los organismos. La generación anterior a la nuestra, cayó en el intelectualismo, se perdió en la literatura, y se olvidó de la vida. La nuestra va más directamente hacia el rumbo constructor. Por eso, con orgullo, debe llamarse revolucionaria, y como tal debe vivir, proceder y luchas. Necesitamos hacer obra de revelación y descubrir a nuestro pueblo, intoxicado por una prensa gris, la realidad ardida del mundo nuevo. Su pensamiento pedagógico es moralizador: “Pero si por desgracia así fuera, si el soborno o el temor han corrompido, como parece, a los hombres que tienen hoy la responsabilidad de velar por los destinos de un pueblo, no debemos nosotros, los que constituimos la nueva generación, rendirnos ante la impudicia o ante el miedo”. «Aumenten su cultura y eduquen su voluntad, supérense más y más... Y esto necesitamos: mucha cultura efectiva, mucha ciencia, mucha técnica, mucha conciencia. ¡Necesitamos saber mucho, no sólo para nosotros mismos, sino también para enseñar a los demás!» «El Aprismo necesita que cada aprista tenga un gran acervo de cultura y de conocimientos nuevos y claros. Lean, estudien, conversen sobre temas interesantes, y, al mismo tiempo que hacen una seria labor intelectual educadora de la voluntad y de la inteligencia, ejerciten su cuerpo, fortifíquenlo». «Yo fundé el Aprismo para redimir a mi pueblo. pero, yo deseo que cada hijo del pueblo se prepare bien para que haga buen uso de su vida redimida». «El Aprismo necesita de muchos hombres fuertes, libres de vicios, libres de ignorancia, libres de egoísmo, que se entreguen totalmente a la obra de redimir y se salvar a sus hermanos».

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TÚ SERÁS EL AUTOR DE TU PROPIA LIBERACIÓN «¡El Apra nunca muere! ¿Por qué?... porque cada aprista sabe que nuestro mensaje no fue una consigna, no fue una papeleta de empeño, ni fue una prenda de hipoteca... El Apra le dijo al pueblo: «Anda tú, con tus propios conocimientos. Sé libre y marcha hacia adelante, porque tú serás el autor de tu propia liberación!» EL QUE SABE ENSEÑA AL QUE NO SABE «Somos el Partido escuela que le ha dicho a cada aprista, desde sus orígenes: Si sabes poco aprende, si sabes mucho enseña. Pero no te estés quieto, cambia, evoluciona, distribuye lo que tengas de conocimientos y de riqueza con los demás y no te olvides que la mayor fortuna y el más ingente caudal, lo forma la cultura y más temprano que tarde, por el talento de los que más sepan y por la eficiencia de los más expertos». Necesitamos saber mucho, no sólo para nosotros mismos, sino también para enseñar a los demás.

PREPARARSE PARA GOBERNAR BIEN «Hay que prepararse para el ejercicio del gobierno si la misión del Aprismo es salvar a la Patria de los que medran con ella». TENGAN UN GRAN ACERVO DE CULTURA «El Aprismo necesita que cada aprista tenga un gran acervo de cultura y de conocimientos nuevos y claros. Lean, estudien, conversen sobre temas interesantes, y al mismo tiempo que hacen una seria labor intelectual educadora de la voluntad y de la inteligencia, ejerciten su cuerpo, fortifíquenlo». «Tengan al libro útil como el mejor compañero, y al Aprismo santo y mártir como el supremo ideal de vida».

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EDUCACIÓN GRATUITA «Preconizamos, por ello, la educación libre, gratuita, con la unánime oportunidad que sólo limiten las capacidades de cada persona que debe gozar de este derecho humano. Nuestro Partido proviene del gran movimiento cultural de las Universidades Populares, fundadas aquí en 1921, que fueron resultante social de la continental Reforma Universitaria iniciada en 1918 en la Argentina». EDUCATIVA Y CULTURALMENTE Educativa y culturalmente, el aprismo es un partido-escuela, partido anticolonialista, partido técnico y planificador, partido moralizador, promotor y defensor de principios y valores éticos. Su misión histórica es redimir a vastos sectores sociales de la ignorancia, del analfabetismo, de la exclusión social y formar ciudadanos y educandos comprometidos con el desarrollo nacional y la transformación del país. En un país de «analfabetos de abajo» y «analfabetos de arriba», el primer paso para hacer una revolución social era emprender la transformación de los espíritus, liberar a las masas de la ignorancia, mediante «justa distribución de la riqueza cultural que lleva implícita la de la riqueza material». Desde sus años aurorales, Haya de la Torre concibió el aprismo como escuela para la vida y cuya misión histórica es llegar a la conciencia del pueblo, de las mayorías nacionales y latinoamericanas, porque «Sólo cuando se llega al pueblo se gobierna, desde abajo o desde arriba... con la luz de una doctrina, con el profundo amor de una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio». EMANCIPACION MENTAL El aprismo, como original filosofía latinoamericana, concebida en pleno siglo XX, en contraste con otras filosofías del mundo, considera en su esquema conceptual la interpretación de los países, de sus problemas y sus necesidades, manteniendo su independencia política y pedagógica, exenta 38


de todo colonialismo mental europeo, libre de toda imitación política y educacional de cuanto signifique patronazgo tutelar o sumisión a ideologías o pedagogías extranjeras. El aprismo precisa que el colonialismo mental es el hábito de muchos latinoamericanos y comunistas de mirar continuamente hacia Europa en busca de ideas para analizar, enfocar y plantear alternativas de solución a la problemática de nuestros países. En este sentido, el aprismo está contra todo intento de introducción de ideas, de métodos y de programas políticos copiados de otras latitudes. Enfatizan los apristas, «que el gobierno español mantuvo un firme control sobre sus colonias y, como resultado, el grupo gobernante en América Latina miraba a ultramar para recibir asesoramiento y dirección. Debido a que América Latina ha permanecido como una colonia en lo económico, argumentan los apristas que sus grupos gobernantes han desarrollado un colonialismo intelectual que les obliga seguir buscando sus ideas en el exterior. El aprismo recusa a los políticos europeizantes o colonos mentales, por las razones que siguen: Porque los políticos europeizantes son apóstata de Bolívar y vasallos de Europa, imitadores obsecuentes de los que les mandan pensar y hacer sus tutotes europeos. Porque los colonos mentales carecen de capacidad suficiente para pensar y actuar por sí mismos, y optan por mirar a ultramar en busca de asesoramiento y dirección. Porque tratan de aplicar los libros a la realidad y no la realidad a los libros, distorsionando la historia política y económica de los países latinoamericanos. Porque los políticos europeizantes desconocen a los países latinoamericanos del gran conjunto continental, considerándolos como una isla. 39


Porque conceptúan a América Latina como a un continente inmaduro, desarticulado e incapaz de solucionar sus problemas. Consideran a esta parte del mundo como «el país de reflejo» aludido por Hegel, y por tanto su futuro está en manos del pensamiento europeo. Porque estos vasallos criollos del europeísmo que viven sujeto a dictados, orientaciones, consignas y consejos de partidos políticos del «viejo mundo», sean de partidos de izquierda o de derecha, tienen por oficio sacrosanto introducir, propagar y defender ideas y métodos copiados al pie de la letra sin procurar ajustarlos al proceso evolutivo y real de la vida latinoamericana. Porque el colonialismo intelectual hizo que estudiantes, educadores, intelectuales, periodistas, políticos, empresarios y gobernantes, tanto de izquierda como de derecha, vivieron muchísimos años desconociendo a los demás países del gran conjunto continental. Al respeto, explica Haya de la Torre: “Unos por ignorancia y por imitar a Europa a cuyos vaivenes y luchas estaban atentas. Otras por recelos, por calcar aquí los jingoísmos y hostilidades del viejo mundo que tanto provecho dan a los políticos mediocres... Hemos vivido colgados de los faldones europeos. No nos hemos atrevido -recalquémoslo- a pensar por nosotros mismos en política. Si se fundaba un Partido, debería llevar nombre y lemas del Viejo Mundo, citar, idolatrar y rendir pleitesía a los tutores y pontífices del otro lado del mar; si se llegaba al gobierno, había que proceder siguiendo sus modelos e imitando sus palabras. Todo lo que no fuera de allá nos parecía aquí malo y despreciable. Y todo lo que Europa ha hecho en lo adjetivo y partidario fue calcado nominalmente en nuestros pasos criollos con fervor ciego y sumiso de tropicales que no discriminan ni ahondan». Sólo con la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana fue posible recusar tal colonialismo. Se afrontó, consiguientemente, la histórica tarea de «pensar por nosotros mismos y para nosotros mismos”

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“Por esto es que nosotros nos cuidamos tanto de que al intentar, un movimiento de reforma social y económica en el Perú, nuestro movimiento fuera original. Que no debiera imitar a nadie, ni que fuera un nuevo colonialismo de izquierda o de seudo izquierda”, explica Haya de la Torre (Obras completas, Tomo 7:326). El aprismo nació del propio suelo latinoamericano, surgió de su intransferible realidad telúrica y social, contando como protagonista humano a la nueva raza mestiza que no pudieron dar origen los otros continentes coloniales del mundo. Resulta, entonces, que América Latina, por su raza, por su cultura, por su tradición, por su geografía e historia constituye el Nuevo Mundo, una realidad diferente a la del Viejo Mundo. Si sus usos, tradiciones, costumbres, formas de vida, problemas y necesidades son diferentes, habría la necesidad también de plantear soluciones diferentes. UNA TESIS POLÍTICA, IDEOLÓGICA Y DOCTRINARIA COMPLETA, REALISTA Y ORIGINAL PARA AMÉRICA LATINA El aprismo representa una tesis política, una ideología y una doctrina completa, realista y original para América Latina; es un método de acción revolucionaria; es un programa integral desde el punto de vista económico, político y social para asegurar la independencia económica de Perú y de los países de América Latina. En este sentido se ha acuñado y voceado en todo tiempo y por doquier el slogan político «Sólo el Aprismo Salvará al Perú», significando que no es el aprismo solo, como Partido que excluye toda otra colaboración, sino el aprismo como doctrina, programa, línea directriz, orientación política en el que caben todas las ideas, los pensamientos, las iniciativas, las colaboraciones para desarrollar un plan constructivo, realista, renovador y con visión de futuro. Las expresiones contundentes, claras y precisas de Haya de la Torre nos liberan de mayores comentarios: “El aprismo, como doctrina política, 41


supone fundamentalmente estos principios: defensa de la riqueza nacional, porque la riqueza de un pueblo es el respaldo de su soberanía; defensa que supone desarrollo y progreso nacional de esa riqueza, como base de la felicidad y bienestar del pueblo que debe conservarla e impulsarla para beneficio de su mejoramiento material y cultural. En segundo término: sobre la base de este concepto económico de la seguridad y desarrollo nacionales, la organización del Estado, teniendo en cuenta al ciudadano como participante manual e intelectual en la producción de la riqueza, base de la economía, principio que responde al concepto de la Democracia Funcional. En estos dos grandes enunciados se basa todo el programa de acción política del Aprismo” (Obras completas, Tomo 5:323). Mucha razón tuvo Víctor Raúl Haya de la Torre cuando planteó que el aprismo no debiera imitar a nadie, ni que fuera un nuevo colonialismo de izquierda o de seudo izquierda. El líder de la juventud peruana e indoamericana, Haya de la Torre, puntualizó entonces: “Así nos emancipamos también del coloniaje mental europeo, iniciando un movimiento que, al mismo tiempo que significaba y contenía la independencia económico-social de nuestros pueblos, significaba y contenía asimismo la emancipación de los dictados mentales que venían de Europa pretendiendo enseñarnos cómo se consigue la justicia. El movimiento aprista surgió, entonces en su autenticidad, en su originalidad, como algo nuevo. Como una atrevida concepción de independencia mental y política. Pero recogió al mismo tiempo la tradición hereditaria de nuestro afán popular indoamericano de libertad: Nosotros con la fundación del APRA mantuvimos el principio de que la justicia puede alcanzarse sin sacrificar la libertad del hombre” (Obras completas, Tomo 7:378 y 379). MOVIMIENTO AUTÓNOMO, SIN NINGUNA INFLUENCIA NI INTERVENCIÓN EXTRANJERA El aprismo desde sus orígenes declaró que era un movimiento sin ninguna influencia ni intervención extranjera, que quería encontrar sus propios caminos para realizar en Perú y América Latina con sus propia gente, sus propios medios, sus originales métodos y con ideas propias la gran transformación social de los pueblos. Esto significaba, que no estaba sometida ni iba a someterse nunca a la Segunda, Tercera o a cualquier otra Internacional política con sede en Europa.

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Pero sí, en su lucha contra el imperialismo no descarta el aprovechamiento de las experiencias de la historia, las verifica en suelo peruano y latinoamericano, y desechando críticas absurdas venidas del viejo mundo se afirma realistamente en la dialéctica de los hechos. Todo lo expuesto hace que el APRA sea un gran movimiento nuevo, auténticamente peruano y latinoamericano, por su ideario, por su organización, por su origen popular, criollo y mestizo. A los apristas no los dirige nadie que no sea la voluntad soberana del pueblo, cuyas necesidades, derechos, aspiraciones y proyectos de vida digna, libre, culta y justa defienden. El APRA es un movimiento político y social que no le financia nadie, desde Rusia, Italia, Inglaterra o las arcas de la plutocracia limeña tan bien ayudada por otro dinero extranjero. Para este gran partido político del pueblo su mejor oro es la voluntad, la fe insobornable, el optimismo, la mística, el sacrificio permanente de sus integrantes, militantes y dirigentes. Haya de la Torre no se cansó de repetir que el APRA es un Partido de doctrina, el primero definitivamente organizado del país, y por eso demandó que le combatieran doctrinariamente y no con mentiras ni insultos. EL VERDADERO Y ÚNICO CREDO CIVIL DE NUESTRA AMÉRICA Nadie duda ahora que el aprismo es el verdadero y único Credo civil de nuestra América; es ya una doctrina por la que hombres y mujeres batallan con gallardía y mueren con heroicidad por un Perú con las puertas abiertas a su liberación progresiva de todos sus vicios y males. Haya de la Torre explica el por qué intelectuales, dirigentes políticos, maestros, empresarios, etc., vivieron años y años en un mundo ideo-político que 43


jamás les perteneció: “Unos por ignorancia y por imitar a Europa a cuyos vaivenes y luchas estaban atentos. Otros por recelos, por calcar aquí los jingoísmos y hostilidades del viejo mundo que tanto provecho dan a los políticos mediocres…” Diferenciándose de quienes eran repetidores de consignas políticas e ideologías extranjeras afirmó la autonomía e independencia del APRA frente a toda subordinación y dependencia, respondiendo su concepción ideológica a la realidad peruana y latinoamericana. Al respecto fue muy claro cuando expresó: “Los colonos, los alienados, los hipotecados a las potencias extranjeras, aunque se revistan de radicalismo y de “revolucionarismo”, en realidad sólo representan al neo-colonialismo que pretende, con sus nuevas fórmulas imperiales, la sujeción de nuestros pueblos subdesarrollados”. Harry Kantor, en “Ideología y Programa del Movimiento Aprista” explica “que el gobierno español mantuvo un firme control sobre sus colonias y, como resultado, el grupo de gobernante en América Latina miraba a ultramar para recibir asesoramiento y dirección. Debido a que América Latina ha permanecido como una colonia en lo económico, argumentan los apristas que sus grupos gobernantes han desarrollado un colonialismo intelectual que les obliga seguir buscando sus ideas en el exterior”. XV. EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO AUTOCRÍTICO “Que la autocrítica debe ser una condición fundamental en nuestro planteamiento” Haya de la Torre. Definimos el término autocrítica como la crítica de una obra por su autor; crítica de una persona o entidad sobre sus actuaciones o supuestos, etc.; capacidad de distinguir los propios defectos o errores y voluntad de enmendarlos oportunamente. Cuando los apristas ejercitan la autocrítica se hacen un inventario de lo que son y le asignan etiquetas positivas y negativas a lo que encuentran dentro y fuera de ellos, para luego tratar de optar por el

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camino correcto en las intenciones, en los propósitos, en los objetivos, en los fines y en las metas trazadas durante su existencia. Haya de la Torre, en uno de sus históricos discursos llegó a decir que “No somos un Partido de ángeles ( y ya lo dije alguna vez) ni de San Francisco de Asises. Somos un Partido de hombres susceptibles de errar y de pecar que han querido redimirse y reeducarse. Pero nadie puede negar que este Partido ha logrado la hazaña histórica de conformar un movimiento cívico que ha sabido arrostrar todos los embates, todas las persecuciones, todas las asechanzas, que ha sido vencedor de la adversidad y que ha redimido cada vez a más grande altura una calidad ciudadana que es ejemplar para todos los peruanos y que a sotto voce, o declaradamente, es también reconocido por todos los peruanos con el corazón bien puesto. (Obras completas, Tomo 5:462). Por la autocrítica el militante o el dirigente aprista trata de afirmarse así mismo en la lealtad a su partido y a sus principios políticos que abraza. Por la autocrítica los apristas repasan a diario lo que piensan, dicen y hacen en su relación con los demás y para los demás. A través de la autocrítica los apristas buscan y logran descubrir la esencia y la profundidad espiritual e intelectual para adquirir y practicar en sus relaciones y horas de lucha los verdaderos valores humanos y desarrollar los sentimientos nobles que los animan. Es por medio de la autocrítica que los apristas logran identificar y distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo benéfico o lo dañino para sí y para los demás. Mediante la autocrítica los apristas evalúan el pasado, el presente y se preparan para actuar con acierto en el futuro. El aprismo es un Partido adulto, que está en la plenitud de su responsabilidad histórica, con ochenta y cuatro años de fundación. Ha dejado atrás la infancia y la adolescencia. Posiblemente a lo largo de sus años de ardorosa e infatigable lucha ha cometido errores, como cualquier ser humano. No es una organización de ángeles sino de hombres de carne y hueso, hombres con sus defectos y sus virtudes, con espíritu de superación y voluntad de rectificación de dichos errores.

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“De un pueblo que ha sido educado en el padecimiento y en la enseñadora experiencia; en la experiencia del suceso y del fracaso. De un pueblo al que se le ha dicho siempre que nuestro Partido como nuestro país, no son un Partido ni un país de ángeles; porque somos hombres de carne y hueso, susceptibles de pecar y de equivocarnos, sin necesidad de evocar a Terencio. Porque somos susceptibles de equivocación puesto que somos hombres, pero al mismo tiempo somos un poco más que el hombre común cuando tenemos la hidalguía y la voluntad de confesar y reconocer errores, y decir ante el supremo juez de nuestro Partido, que es el Pueblo, que estamos listos a rectificarnos y superarnos con humildad y decisión de trabajar siempre en la mejor forma y con el mayor beneficio para los intereses nacionales. (Obras completas, Tomo 5:495). XVI. EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO HUMANISTA El término humanismo viene del latín “Humanus” que significa “humano”.El humanismo es un movimiento ideológico originado en Italia en la segunda mitad del siglo XIV, al empezar el Renacimiento, como tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, y que se extendió por Europa en los siglo XV y XVI, tratando de obtener el desarrollo integral del hombre en los campos físico, espiritual, intelectual, estético, religioso y moral. El movimiento humanista tuvo como promotores principales a Petrarca y a Erasmo de Rótterdam, Giordano Bruno, Miguel de Montaigne, Pedro Charrón, Thomás Moro y Juan Luis Vives. A través de este movimiento humanista se propiciaba el estudio de los escritores antiguos, griegos y latinos y se abandonaba la filosofía medieval a la que poco le interesaban los problemas humanos de la Tierra. Los primeros humanistas aparecieron en Grecia en el siglo V antes de Jesucristo. El filósofo griego Protágoras de Abdera (480-411 a.C.), expresó que “El hombre es la medida de todas las cosas: de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en tanto que no son”. Sócrates (469-399 a.C.), abandona el estudio de la naturaleza, para dedicarse de lleno al estudio del hombre. Para Sócrates el hombre era un ser susceptible de conocerse a sí mismo (autoconciencia); con el uso frecuente de la frase “Conócete a ti mismo” se ve en él una preferencia casi exclusiva por el tema del hombre. El hombre es tal en la medida en que piensa. Sócrates busca mejorar moralmente al hombre tras el conocimiento del bien honesto. Para este filósofo el saber y la virtud son los medios adecuados para hacer al hombre feliz, buen individuo y buen ciudadano al 46


servicio de la sociedad. Sócrates se preocupa por los problemas de la moral práctica del hombre. Fue el primero que distinguió entre leyes humanas escritas y leyes no escritas. Sócrates reconoció que si una ley fuera injusta, el ciudadano podría desobedecerla. En la moral socrática se da una relación entre el saber, la virtud y la dicha. El conocimiento del bien implica la práctica de la virtud y el ejercicio de la virtud hace dichoso al hombre. El hombre bueno puede convertirse en malo, por causa de la edad y del cansancio o de la enfermedad, etc.; en cambio, el hombre malo no podría convertirse nunca en malo, puesto que ya lo es. Platón (427-347), definía al hombre como “Animal sin alas, con dos pies, con las uñas planas; el único entre los seres que es capaz de adquirir una ciencia fundada en razonamientos”. Según Platón el hombre es un ciudadano de dos mundos: ciudadano del mundo sensible y ciudadano del mundo inteligible, aunque por ser racional está llamado a serlo del mundo inteligible. Aristóteles (384-322 a.C.), considerado “El Maestro de los que saben” y uno de los más grandes filósofos griegos, afirma en su obra “Política” que “El hombre es un animal social” o “El hombre es un animal político y es el único animal que posee razón…y la razón sirve para indicarle lo útil y lo dañoso y, por lo tanto, también lo justo y lo injusto”. El movimiento humanista intentaba devolver al hombre su independencia y su amor a la vida terrenal, que venía perdiéndose. Y en la edad contemporánea se continúa con la filosofía antropológica del humanismo con el fin de conocer la naturaleza del hombre, contemplando y explicando al hombre en su integridad física y espiritual, creyendo que el fin del hombre es ser él mismo y que la condición parra alcanzar esa meta es que el hombre sea para sí mismo. Erich From, en su obra “Ética y Psicoanálisis” afirma que “Los grandes pensadores de la ética humanista del pasado, sobre cuyas obras se basa este libro (Ética y Psicoanálisis), fueron filósofos y psicólogos; creyeron que la comprensión de la naturaleza del hombre y la comprensión de valores y normas para su vida son interdependientes”. Para Fromm, una de las características de la naturaleza humana es que el hombre encuentra su felicidad y la realización plena de sus facultades únicamente en relación y solidaridad con sus semejantes. Lo bueno en la ética humanista es la afirmación de la vida, el despliegue de los poderes del hombre. La virtud es la responsabilidad hacia la propia existencia. Lo malo lo constituye la mutilación de las potencias del hombre. El vicio es la irresponsabilidad hacia sí mismo.

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El Aprismo es una ideología, una doctrina y una filosofía indoamericana que se inscribe en la corriente del humanismo contemporáneo en cuanto éste se encamina hacia una nueva sociedad teniendo como eje central al hombre, en sus creaciones, acciones y reacciones, en sus potencialidades de cambio y condición humana. E s así que el humanismo centra su interés y objetivo en reconocer, amparar y promover al hombre como centro del universo a través del cual gira el desenvolvimiento de la sociedad y como ente transformador de la sociedad cuya condición y dignidad humana es respetada y fomentada en su dimensión y sentido trascendente. El aprismo es un partido humanista por las razones siguientes: Considera que el hombre es el fin y el gestor de la historia, y por lo tanto no puede ser instrumento de nada ni de nadie. Propugna el respeto y la protección a la vida de las personas sin discriminación ni distinción de clases ni grupos sociales. El hombre vale por lo que es, por lo que sabe como persona humana y no por lo que tiene bienes o riquezas. El aprismo estimula el desarrollo de las virtudes, capacidades, competencias, experiencias, tradiciones, formas de vida y costumbres del hombre en torno a una sociedad fraterna y solidaria, sin odios ni rencores. Fomenta la realización plena del hombre, dentro de un orden de justicia social de Pan con Libertad, que excluye toda explotación del hombre por el hombre o del hombre por el Estado, pero también afirma la unidad de todos los hombres y la supremacía del hombre frente al Estado y al Capital. El aprismo es un movimiento político de movilización permanente del pueblo en actitud de afirmación, de construcción, de transformación, de renovación y de liberación del hombre y por el hombre. Los apristas consideran que en un mundo como el que estamos viviendo, es necesario construir un futuro practópico, posible en su realización, con un desarrollo humano sostenible, sin modelos rígidos, que coloque al hombre 48


como sujeto de la historia, como el centro del universo y no como mero objeto y víctima de ella. Manifiestan que una economía humana y justa tiene que ser una economía orientada hacia la satisfacción de las necesidades materiales, necesidades intelectuales y necesidades espirituales del ser humano, lejos de los falsos criterios consumistas, lucrativos y de pura rentabilidad monetaria.

XVII. El PENSAMIENTO PEDAGÓGICO COOPERATIVISTA “Por primera vez la idea del cooperativismo en el Perú, fue introducido cuando había un desconocimiento absoluto de lo que era cooperativismo, cuando un senador, allá por el año de 1931 dijo que cooperativismo era comunismo” Haya de la Torre. El tratadista e historiador de la Economía, Werner Sombart, en su obra “Apogeo del Capitalismo”, enfoca el movimiento cooperativo como un sistema económico original. Y define las cooperativas como uniones personales libres, de sujetos económicos sin fortuna, con el objeto de perfeccionar la gestión de su economía mediante la organización dentro de una gran empresa. A su vez, el líder y experto economista de las filas del Apra, Carlos Manuel Cox, en su tratado “Dinámica Económica del Aprismo”, subraya que el Cooperativismo como sistema, no es ni pro-capitalista ni tampoco anticapitalista. Utiliza el capital, pero al servicio del esfuerzo de los cooperadores, de tal suerte –y aunque esto resulte una repetición de conceptos- que la acumulación de capitales no revierta en forma individual, de aprovechamiento particular, sino que se distribuya entre todos los que constituyen la empresa que se le ha dado el nombre de Cooperativa y que se le debe seguir llamando así, escuetamente, sin adjetivo calificativo: Cooperativa o Cooperativismo”. Y agrega: “El cooperativismo no es anticapitalista, mejor dicho, no puede ir contra la acumulación de la riqueza. Tampoco puede ser precapitalista, en el sentido de que tenga por móvil la obtención de la ganancia…La cooperación es un movimiento espontáneo del ser humano, para protegerse del resto, en lo social, de la pobreza, de la adversidad; y, en lo material, en

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lo económico, para protegerse contra el reto de la inseguridad y el egoísmo, que impide progresar”. El aprismo es el primer partido político del siglo XX de Perú y América Latina que inició en el Perú la labor de divulgación doctrinaria y filosófica del cooperativismo de crédito, producción y consumo. Desde 1928, el aprismo postuló la promoción y defensa del cooperativismo como instrumento eficaz de liberación y justicia social, que crea condiciones de fraternal convivencia social y de bienestar general, que destruye los monopolios imperialistas y oligopolios, que democratiza la economía, que asegura el dominio nacional de la riqueza, que devuelve las herramientas de producción a sus propios trabajadores, distribuyendo equitativamente la producción, las utilidades, el poder de gestión y decisión empresarial, que destruye el poder económico de la oligarquía terrateniente, que decreta la desaparición del latifundio y del minifundio. Haya de la Torre, en su famoso Manifiesto de 1932 expresó que «La ausencia de grandes capitales nacionales, la necesidad de equilibrar la influencia económica extranjera que se desenvuelve sobre bases de fuerte capitalización y crédito que no son nuestras ni están bajo nuestro contralor, impone la formación de un vasto organismo cooperativo nacional con la decidida protección del Estado. En este sentido, la formación de un Banco Central Cooperativo de Crédito, destinado a impulsar y respaldar el cooperativismo industrial y agrícola, es propugnada francamente por el programa del Partido. De la investigación realizada por el Congreso Económico resultaría la verificación exacta de nuestras fuentes de producción, de su tipo de organización y grado de desarrollo según las regiones. Tanto en la pequeña agricultura –comunidades, yanaconaje, chacras, fundos, etc.-como en la pequeña industria y comercio, el cooperativismo es posible como un medio inmediato de reorganización económica, tendiente a la elevación del índice de producción, ampliación del radio de trabajo, más fácil circulación y más barato consumo de la riqueza».

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También puntualizó con claridad meridiana que “La organización cooperativa supone un sistema integral cuyo progreso será impulsado por la experiencia metódica. Supone también “la educación cooperativa”, que comienza en la escuela y se intensifica en institutos técnicos. No solo prepara y orienta al productor; sino que educa y orienta al consumidor; crea y amplía el mercado manteniendo permanentemente el intervencionismo del Estado como colaborante para el mayor desarrollo de la productividad del país”. El aprismo, desde su nacimiento como partido político, planteó la necesidad de impulsar y fomentar el cooperativismo en el Perú, con la decidida protección del Estado, por constituir una nación insuficientemente desarrollada para el mejoramiento de niveles de vida, de lucha contra la especulación, el acaparamiento y la adulteración de productos y para la normalización del mercado, para evitar que el hombre peruano deje de ser, a la postre, el “lobo del hombre”, para evitar el beneficio de los menos y lograr el bienestar de los más, como palanca indudable de progreso y de bienestar de las grandes mayorías nacionales. Empezó proponiendo la formación de un Banco Central Cooperativo de Créditos, destinado a impulsar y respaldar el cooperativismo industrial y agrícola. El aprismo conceptúa el desarrollo del cooperativismo con sus siete principios fundamentales: libre adhesión, control democrático, interés limitado del capital, reparto de los excedentes, neutralidad política y religiosa, ventas al contado, precios del mercado y fomento de la educación cooperativa. Manuel Seoane Corrales, destacado líder aprista, manifiesta que “En este tipo de economía (el cooperativismo) se encuentra la llave del progreso social de un país con poco índice de capitalización. Por ende, creando este movimiento cooperativista y dándole el máximo de desarrollo, pueden hallarse soluciones que amengüen las difíciles condiciones de vida del hombre peruano” (“Izquierda Aprista”, Okura Editores S.A., Lima-Perú, 1984:51). 51


NOTAS DE PIE DE PÁGINA: (1) Lima, 3 de octubre de 1923, Isla de San Lorenzo, Lima. (2) Silva Villacorta, Pablo. “Adónde van las ideas de Haya de la Torre”. Lima-Perú, 1966. (3) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras completas, Tomo 1. “Testimonios y Mensajes”, p.289. Editorial Juan Mejía Baca, Segunda edición, 1984, Lima. (4) Discurso de Haya de la Torre, el 23 de agosto de 1931, en la Plaza de Toros de Lima. (5) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras completas. Tomo 5, “Política Aprista” p.147. (6) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras completas. Tomo 5, “Política Aprista” p.148. (7) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Op.cit., pp.75 y 76. (8) (7) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras Completas. Tomo 2. “Construyendo el Aprismo”, pp.74 y 75. (9) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras Completas. Tomo 2. “Pensamientos de crítica, polémica y acción”, p.472. (10) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras Completas. Tomo 1. “Por la emancipación de América Latina”, pp.88 y 89. (11) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras Completas. Tomo 2. “Pensamientos de crítica, polémica y acción”, pp.476 y 477. (12) Discurso de Haya de la Torre, el 22 de agosto de 1965. (13) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras Completas. Tomo 2, “Pensamientos de crítica, polémica y acción”, p.461. (14) Haya de la Torre, Víctor Raúl. Op.cit., p.453.

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americano.

ORREGO, Antenor. Pueblo-Continente. Ediciones Continente, Lima-Perú, 1957. GARCÍA, Alan. La revolución constructiva del aprismo. Teoría y práctica de la Modernidad. Lima, 2008. FACUNDO CHINGUEL. El pensamiento Hayista. Filosofía, Ideología y Doctrina de Haya de la Torre. Editores IacesVRHT. Departamento de Impresiones y Publicaciones de la Universidad Inca Garcilazo de la Vega. Lima, 2004.

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RAMOS ALVA, Alfonso. 7 tesis equivocadas del marxismoleninismo sobre Indoamérica. Instituto de Estudios Antimperialista. Lima-Perú, 1977. SEOANE CORRALES, Manuel. Izquierda Aprista. Okura Editores S.A., Lima-Perú, 1984. SILVA VILLACORTA, Pablo. Adónde van las ideas de Haya de la Torre. Lima-Perú, 1966. TERRONES NEGRETE, Eudoro. “Revolución sin remedos (Posición anticolonialista mental del Aprismo)”. Ind. Gráfica de la Sociedad de Beneficencia Pública de Huancayo. Huancayo, abril de 1986. TERRONES NEGRETE, Eudoro y SACRAMENTO SOCORRO, Roger. Meditaciones acerca del Aprismo. Círculo Representativo de Estudios Apristas. Talleres Gráficos de Imprenta y Librería “El Amauta”. Tarma-Perú, 1978. TERRONES NEGRETE, Eudoro. Aprismo es Moralización. Serie: Documentos de la Revolución Aprista en Acción. Publigraf Industrial EIRL, Pueblo Libre, Lima-Perú, 1987. TERRONES NEGRETE, Eudoro. Definición del Aprismo. Ediciones Círculo Representativo de Estudios Apristas. Tarma-Perú, 1984. ÍNDICE El maestro Víctor Raúl Haya de la Torre……………… La concepción de la educación según Haya de la Torre…………………………………………………………….. III. El Partido-Escuela…………………………………………… IV. El Estado-Docente…………………………………………… V. El coloquio como método pedagógico………………… VI. La revolución social, económica, educativa y cultural…………………………………………………………. VII. La educación integral………………………………………. VIII. La educción técnica………………………………………… IX. La educación moral…………………………………………. X. La educación superior universitaria…………………… XI. La educación política y la política educacional…… XII. El anticolonialismo mental………………………………. XIII. Pensamientos básicos para la acción educativa……. I. II.

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XIV. El pensamiento pedagógico de Víctor Raúl Haya de la Torre……………………………………………………….. - Tú serás el autor de tu propia liberación……… - El que sabe enseña al que no sabe………………. - Prepararse para Gobernar bien……………………. - Tengan un gran acervo de cultura………………… - Educación gratuita……………………………………. - Educativa y culturalmente………………………….. - Emancipación mental………………………………… - Una tesis política, ideológica y doctrinaria completa, realista y original para América Latina…. - Movimiento autónomo, sin ninguna influencia ni intervención extranjera…………………………. - El verdadero y único credo civil de nuestra América………………………………………………….. XV. El pensamiento pedagógico autocrítico……………….. XVI. El pensamiento pedagógico humanista……………….. XVII. El pensamiento pedagógico cooperativista……………

NOTA FINAL: Agradezco a los amigos, compañeros dirigentes, militantes y simpatizantes de las ideas pedagógicas de Víctor Raúl Haya de la Torre, por el valioso tiempo dispensado en la lectura del presente libro electrónico. Quedo en deuda con ustedes, por los comentarios de la obra que tengan a bien remitir a mi correo (eudoro.terrones@yahoo.com). Asimismo, estaré muy reconocido por el reenvío del libro a su red de amigos en toda Indoamérica y el Mundo, en homenaje póstumo al más grande político y estadista del siglo pasado, Víctor Raúl. El 2 de agosto de 2009 se cumple el XXX aniversario de su viaje a la inmortalidad. Fraternalmente, Dr. EUDORO TERRONES NEGRETE Jesús María (Lima-PERÚ), domingo 12 de julio de 2009.

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