ESPESAS MONTAÑAS DE ENSUEÑO.
Juandayán, Campanero, Río Bobo, Gramalote, Casanare y variados nombres de la Historia, de una casta aún vigente, renuevan la memoria, del canto, de la melodía montañera campesina.
La imaginación inicia su viaje muy temprano, y por caminos accidentados hacia los montes, deja el valle para penetrar en el sutil espíritu, de los fantasmas que acompañan este intento.
Los robledales, los cedros, pinos y gualandayes, con el frailejón de bosques de niebla andinos, helechos y zarzamoras, arrayanes y muchos más, cubren con sus ramas, con sus hojas el camino.
Acolchonados senderos que incitan al caminante, a dialogar con Pacha Mama y recordar vivencias, que transitan por la mente de quien todavía existe, escuchando el lejano mugido de bueyes de carga.
Desde los ĂĄrboles soĂąar atrapando las ardillas, y despertar al arrullo de curillo, gorriones y lobeznos, que vuelan, saltan o caminan, siempre vivientes, desafiando el mundo perdido de facha esperanza.