CIRCULO INTERNO
El heraldo del bien que vendrá No 16 EDITADA EN EL PAÍS DE INDIA EDITOR JULIO LIRA CH. Agosto 2019
EL ESOTERISMO Y EL PENSAMIENTO MODERNO
PENSAMIENTO
ZEN
"Hay cuatro estados de conciencia posibles para el (hombre) En su libro La Ciencia de la Auto Realización, Srila Prabhupada expresa
CONECTATE A LA
LA QUINTA DIMENSIÓN
EDITORIAL Alcanzando la perfección de la vida «La forma humana de vida tiene por objeto comprender a Dios» Todo ser humano sensato se hace esta pregunta fundamental: «¿Cuál es el propósito de la vida?». Desgraciadamente, a nuestra dificultad en encontrar un significado final, se le une el hecho de que miles de filosofías, religiones e ideologías contrarias, así como también sus exponentes, compiten por nuestra lealtad. Aquí, Śrīla Prabhupāda nos da una guía sencilla e iluminadora. El tema de hoy trata de nuestra relación con Dios. Eso es autorrealización. El movimiento de saṅkīrtana es el proceso más sencillo de autorrealización, debido a que limpia el corazón. El erróneo entendimiento que tenemos de nuestra identidad se debe al polvo que cubre el espejo de nuestra mente. En un espejo que esté cubierto de polvo, no podemos vernos. Pero si está bien limpio, entonces podemos vernos. Así que la meditación es un proceso para limpiar el corazón. Meditación significa tratar de entender nuestra relación con el Supremo. Existe una relación con todo aquello con lo cual estamos en contacto. Debido a que ahora estoy sentado en este cojín, la relación consiste en que yo me siento y el cojín me sostiene. Ustedes tienen relaciones. Ustedes son ingleses o hindúes, así que hay una relación con su sociedad, con su familia, con sus amigos. Entonces, ¿cuál es nuestra relación con Dios? Si preguntamos a todo el mundo cuál es su relación con Dios, muy poca gente podrá responder. La gente dice: «¿Qué es Dios? Dios está muerto. Yo no creo en Dios, y ni hablar de tener una relación». Debido a que esas suciedades están cubriendo sus corazones, no pueden ver. Tenemos una relación con todo; ¿por qué no tratamos de entender nuestra relación con Dios? ¿Acaso negarse es muy inteligente? No. Eso es ignorancia. Todas las criaturas de este mundo material están cubiertas por las tres modalidades de la naturaleza material. Por eso no pueden ver a Dios. No pueden entender a Dios, ni tampoco tratan de entenderlo. Pero Dios está ahí. En Inglaterra hay neblina por la mañana, así que no se puede ver el Sol que se encuentra tras la niebla. Pero, ¿acaso significa eso que no hay Sol? No podemos verlo porque tenemos los ojos cubiertos. Pero, si enviamos un telegrama a otra parte del mundo, nos responderán: «Sí, el Sol está aquí.
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El heraldo del bien que vendrá No 16 EDITADA EN EL PAÍS DE INDIA EDITOR JULIO LIRA CH. Agosto 2019
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Podemos verlo. Está muy deslumbrante, lleno de luz». Así que, cuando se niega la existencia de Dios o no se puede averiguar cuál es la relación que se tiene con Dios, eso significa que se está falto de conocimiento. No es que no haya Dios. Nosotros no podemos verlo. El Sol no está cubierto. El Sol no puede ser cubierto. La niebla o la nube o la neblina no tienen poder para cubrir el Sol. ¡Cuán grande es el Sol! Es muchísimas veces más grande que la Tierra. Y las nubes pueden cubrir a lo sumo diez,
EL ESOTERISMO Y EL PENSAMIENTO MODERNO
La idea de un conocimiento que sobrepasa todo conocimiento humano ordinario y que es inaccesible a la gente común, pero que existe en alguna parte y pertenece a alguien, penetra la historia entera del pensamiento de la humanidad desde las épocas mas remotas. Y de acuerdo con ciertos restos del pasado, un conocimiento completamente diferente del nuestro formaba la esencia y el contenido del pensamiento humano en esas épocas en que, de acuerdo con otras opiniones, el hombre se diferenciaba
muy poco, o no se diferenciaba absolutamente nada, de los animales. El “conocimiento oculto” es por eso llamado algunas veces “conocimiento antiguo”. Pero desde luego esto no explica nada. Debe notarse, sin embargo, que todas las religiones, todos los mitos, todas las creencias, todas las leyendas heroicas populares de todos los pueblos y todos los países, están basados en el reconocimiento de la existencia, alguna vez y en algún lugar, de un conocimiento muy superior al conocimiento que nosotros poseemos o podemos poseer. Y en un grado considerable el contenido de todas las religiones y mitos consiste en formas simbólicas que representan tentativas para transmitir la idea de este conocimiento oculto.
satisfacer hasta tres deseos, pero aun esto no sirve para nada. En todos los cuentos de hadas de todas las épocas y pueblos, los hombres se sienten perdidos irremisiblemente cuando por otra parte, nada demuestra tan claramente la debilidad del pensamiento o de la imaginación humanos como ideas existentes acerca del conocimiento oculto. La palabra, el concepto, la idea, la expectativa, existen, pero no en formas concretas definidas de percepciones conectadas con esta idea. Y la idea misma tiene que ser desenterrada muy frecuentemente con gran dificultad del fondo de montañas de mentiras, tanto creadas con intención como sin ella, de engaños y auto-engaños, y de intentos ingenuos de presentar en formas inteligibles tomadas de la vida ordinaria, lo que en su propia naturaleza no pueda tener parecido alguno con ellas. El trabajo de encontrar huellas del conocimiento antiguo u oculto, o aun indicios de su existencia, se asemeja al trabajo de los arqueólogos que buscan huellas de una olvidada civilización antigua, y que las encuentran enterradas bajo varios estratos de cementerios dejados por pueblos que vivieron desde entonces en ese lugar, separados posiblemente por miles de años e ignorantes uno de la existencia del otro. Pero cada vez que un investigador se encuentra con los distintos intentos de expresar el contenido del conocimiento oculto, invariablemente ve la misma cosa, a saber, la asombrosa pobreza de la imaginación humana ante esta idea. La humanidad ante la idea del conocimiento oculto le recuerda a uno las gentes en los cuentos de hadas a quienes alguna diosa, hada o mago, promete darles todo lo que ellas quieran, con la condición de que digan exactamente que es lo que quieren. Y generalmente en los cuentos de hadas las gentes no saben que pedir. En algunos casos el hada o el mago ofrece o se encuentran ante la pregunta de que es lo que desean y de lo que les gustaría tener. Son absolutamente incapaces de determinar y formular su deseo. O bien en ese momento recuerdan solo algún pequeño
deseo sin importancia, o expresan varios deseos contradictorios que se nulifican entre si; o aun mas, como en el cuento de “El Pescador y el Pez”, son incapaces de consternarse dentro de los limites de lo posible y, siempre deseando mas y mas, terminan por tratar de dominar fuerzas mas altas, sin darse cuenta de la pobreza de su propio poder y capacidad. Y así nuevamente caen, nuevamente pierden todo lo que han alcanzado, porque ellos mismos no saben con claridad que es lo que quieren. En una forma jocosa esta idea de la dificultad de formular deseos y del raro éxito de los hombres en ello, se muestra en un cuento hindú: Cuento en verso de Pushkin muy popular en Rusia y basado en una vieja leyenda. “Un mendigo, que había nacido ciego, que llevaba una vida solitaria, y que vivía de la caridad de sus vecinos, acosaba continuamente y con gran constancia a cierta deidad con sus plegarias. Esta al fin se sintió movida por tan continua devoción, pero temiendo que su adorador pudiera no satisfacerse fácilmente, cuido de obligarlo por un juramento a pedir no mas que una sola gracia. “Esto dejo perplejo al mendigo por largo tiempo, pero su ingenio profesional al fin vino en su auxilio. “Me apresuro a obedecer el mandato, generoso Señor”, dijo, “y esta sola merced es todo lo que yo pido de tus manos, que viva para ver al nieto de mi nieto jugar en un palacio de siete pisos, atendido por un séquito de servidores a la hora de su alimento de leche y arroz, servido en taza de oro.” Y concluyo expresando su esperanza de no haber excedido el limite de un solo deseo que se le había concedido. “La deidad vio que había sido sorprendida de buena ley, porque, aun cuando una en forma, la gracia pedida abarcaba las múltiples gracias de salud, riqueza, longevidad, recuperación de la vista, matrimonio y progenie. Solo por admiración de la astucia y consumado tacto de su adorador, si no en cumplimiento de su palabra empeñada, la deidad se sintió obligada a concederle todo lo que había pedido”.
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CONECTATE A LA
LA QUINTA DIMENSIÓN En la Física moderna existe un concepto sobre el Universo llamado la "Teoría de la Relatividad, " la cual fue formulada por el gran científico Alberto Einstein. Esta compleja teoría involucra la comprensión de la naturaleza del espacio y del tiempo. Todo evento que ocurre en el cosmos, ocurre en un lugar y momento determinado, como todos los fenómenos naturales. Para que se lleva a cabo una acción, incluso las acciones humanas, esta se desarrolla en un lugar y en un momento de tiempo específico. De manera que hay una interrelación indivisible entre el espacio y el tiempo. A esto se le ha llamado en la Física relativista el "continuo del espacio-tiempo," y fue el nacimiento de una idea que conmovió al mundo, y cuyo descubrimiento por parte de Einstein estuvo
y está directamente relacionada con la velocidad de la luz, la materia y la energía (o antimateria). Aplicando las ideas de los matemáticos alemanes Gauss y Riemam, quienes contribuyeron a la investigación de la comprensión de la naturaleza teórica del espacio geométrico y sus múltiples dimensiones, Einstein también sugirió la existencia de un universo curvo de cuatro dimensiones, un cosmos en el que se añade una cuarta dimensión, el tiempo, y en el que la presencia de la materia influía en la curvatura. Incluso para los científicos más calificados fue un difícil concepto, pero les fascinó como posible respuesta a los hasta entonces insondables misterios del universo. Ahora bien, ¿como deben verse estas cosas desde la perspectiva trascendental de la conciencia de Krishna? ¿Qué significa la cuarta dimensión? ¿Hay una quinta dimensión? En estas páginas tratarémos de recoger algunas de las ideas científicas básicas que permitan entender el escenario de la relatividad, y luego, tras exponer algunos
CIRCULO INTERNO conceptos esenciales de manera breve, compararémos esas nociones a la luz de los Vedas, y citarémos algunas interpretaciones y declaraciones que han dado almas iluminadas que han visto la verdad y están libre de los defectos mundanos. Sólo un alma autorrealizada puede ver las cosas tal como son y el Señor Supremo es también el científico supremo. Por lo tanto, las palabras de las almas autorealizadas que son plenamente consciente de Krishna, deben tomarse como las manifestaciones de la Verdad Absoluta. Después de exponer algunos ideas básicas sobre la geometría, y las nociones acerca de dimensión, incluyendo la posición de las partículas (desde las subatómicas hasta la jiva o ente viviente) en el cosmos, darémos un muy breve resumen de la teoría de la relatividad, en una forma simple de manera que la esencia de los ese descubrimiento significa pueda ser entendido por el lector común, sin necesidad de que tenga que conocer la complejidad física y matemática que involucra la geometría del espacio-tiempo. Este previo escenario es indispensable pra poder pasar al segundo punto, que es el objetivo central: ¿Qué significa la cuarta o quinta dimensión desde la perspectiva trascendental de la conciencia divina? Para sustentas esta parte fundamental, citarémos las opiniones de dos grandes gurus-guardianes que han dado al respecto. Nos referimos a nuestro maestro espiritual, diksa-guru y padre espiritual, A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada, a Srila Bhakti Raksaka Sridhara Maharaja. Ellos han contribuido a esclarecer varias cosas importantes sobre el contexto mencionado.
La ciencia ignora que la vida proviene de la vida
En su libro La Ciencia de la Auto Realización, Srila Prabhupada expresa:
“El mundo entero de la ciencia y la tecnología está basado en la falsa idea de que la vida nace de la materia. No podemos permitir que esa necia teoría pase sin oposición. La vida no proviene de la materia. La materia se genera de la vida. No es una teoría; es un hecho. La ciencia está basada en una teoría incorrecta; por lo tanto, todos sus cálculos y conclusiones están equivocados, y la gente está sufriendo debido a eso. Cuando todas esas erróneas teorías científicas modernas se corrijan, la gente se volverá feliz. Así que debemos desafiar a los científicos y vencerlos. De los contrario descarriarán a toda la sociedad." Los Vedas enseñan que la vida consciente es original, fundamental y eterna. A pesar de los grandes avances de la ciencia experimental y la tecnología, no se ha podido lograr realmente el verdadero objetivo de la vida humana y existe en todas partes muchas crisis y sufrimientos. De allí el creciente interés de los pensadores modernos acerca de las enseñanzas del Bhagavad-gita y otras fuentes de la Literatura Védica. En el Gita, Sri Krishna le dice a Arjuna (10.8): aham sarvasya pravhabo mattah sarvam pravartate iti matva bhajante mam buddha bhava-samanvitah "Yo soy la fuente de todos los mundos materiales y espirituales. Todo emana de Mí. Los sabios que saben esto perfectamente, se dedican a Mi servicio devocional y Me adoran con toda su corazón." Este origen supremo ha sido confirmado en otras referencias de la Literatura Védica, tales como el Atharva Veda (Gopala-tapani Upanisad 1.24): yo brahmanah vidadhati purvam yo vedais ca gapayati sma krshna ("Fue Krishna quien en el principio instruyó a Brahma en el conocimiento védico y quien divulgó el conocimiento védico en el pasado."). El Narayana Upanisad dice: atha puruso ha vai narayano 'kamayata prajah srjeyeti, afirmando similar conclusión, al igual que en el Moksa-dharma, el Varaha Purana, el Srimad-Bhagavatam, etc. De tal
CIRCULO INTERNO manera que en este punto crítico y fundamental, la ciencia moderna y el conocimiento védico, se hallan diametralmente opuestos. La Ciencia moderna comenzó como un experimento para ver hasta que punto la naturaleza podía ser explicada sin invocar a Dios. El propósito del Bhaktivedanta Institute del cual fui miembro por muchos años, en India y en USA, fue fundado por Srila Prabhupada para que sus discípulos mas calificados (incluso con títulos universitarios de Master y Ph.D), presentaran la conciencia de Krishna en forma científica ante la comunidad académica internacional, combatiendo las concepciones materialistas de los científicos modernos, en base a las enseñanzas védicas y siguiendo los preceptos del Vaisnava siddhanta (la perfecta conclusión teológica de la Verdad Absoluta), tal como la recibimos de Srila Prabhupada, cuyas ideas fundamentales en torno al concepto erróneo de la ciencia en torno al cosmos, la vida y la materia, fueron expuestas en conversaciones y caminatas con varios discípulos, las cuales se recogieron en un importante librito titula La Vida Proviene de la Vida, que constituye una referencia fundamental para introducirse en el entendimiento del tema que aquí nos ocupa. Para la gente que ha llegado a aceptar las afirmaciones de los científicos modernos como verdades probadas e indiscutibles, esta obra será sin duda una revelación, y una forma de entender de manera sencilla y directa, sin tecnicismos, la esencia filosófica de la conciencia de Krishna desde el punto de vista científico. Srila Prabhupada rompe el hechizo de los mitos materialistas que, disfrazados de ciencia, han embrujado tanto a la civilización mmoderna. Era por lo tanto justicia, que el mundo pudiera disponer también de otro punto de vista más trascendental: el de la ciencia conciencia de Krishna, que está basada en el conocimiento védico inmemorial y que puede ser llamada atma-tattva, la ciencia del Ser. La cual nos permite no sólo conocer perfectamente el origen del Universo, sino también la naturaleza del alma y de Dios, y el vinculo
trascendental que debe existir entre los seres vivientes y el Ser Supremo, Vagaban, Sri Krishna. En La Vida proviene de la Vida, Srila Prabhupada expresa claramente lo siguiente: "Los elementos materiales no son creativos, no poseen fuerza creativa. Solo el alma es creativa. La vida no puede ser creada a partir de la materia, y la materia no puede crearse a sí misma. Usted, una entidad viviente, puede mezclar hidrógeno y oxígeno para crear agua. Pero la materia en sí misma no tiene ninguna potencia creativa. Si usted coloca una botella de hidrógeno cerca de una botella de oxígeno, ¿se combinarán automáticamente sin su ayuda?" El oxígeno y el hidrógeno son la energía inferior de Krishna, pero cuando usted, la energía superior, los mezcla, pueden entonces convertirse en agua. La energía superior no tiene poder alguno, a menos que la energía superior esté involucrada en ello....El mar puede ser calmado y quieto. Pero cuando la fuerza del aire lo empuja, manifiesta altas olas. De manera similar, hay otra fuerza superior al aire, y otra, y otra, hasta que finalmente llegamos a Krishna. Eso es verdadera investigación." En el Bhagavad-gita (9.10) explica: mayadhyaksena prakrtih suyate sacaracaram: "Esta naturaleza está actuando bajo Mi dirección y está produciendo a todos los seres móviles e inmóviles." Y en el verso (14.4) se afirma: sarva-yoni u kaunteya murtayaƒ sambhavanti yah tasam brahma mahad yonir aham bija-pradah pita "Todas las especies de vida aparecen mediante su nacimiento en esta naturaleza material, ¡oh hijo de Kunti!, y Yo soy el padre que aporta la simiente." Desafortunadamente, los científicos observan sólo la causa inmediata; ellos no pueden percibir la causa remota, la causa eterna subyacente tras la manifestación temporal. Los Vedas describen que esa causa es Sri Krishna, la Suprema Personalidad de Dios: sarvakarana-karanam, la causa de todas las causas. El Brahma-samhita, obra culminante que describe esotéricamente la naturaleza trascendental del supremo Reino Celestial, Goloka-Vrindavana, afirma desde el principio que Krishna, quien es conocido como Govinda, es la Divinidad Suprema y el origen de todo. El posee un cuerpo espiritual eterno y bienaventurado. El no tiene otro origen y es la causa original de todas las causas, que es la traducción de este verso: isvarah paramah krsnah sac cid ananda vigrahah anadir adir govindah sarva karana karanam ¿Tiene en verdad la ciencia información acerca de los fenómenos fundamentales acerca de la naturaleza y la conciencia superior?
CIRCULO INTERNO La máquina cósmica y la energía espiritual (la jiva-sakti)
Aunque los científicos y los supuestos hombres de conocimientos están buscando la verdad y la causa original, no aceptan cuando los Vedas— el sruti, conocimiento revelado y perfecto, que está más allá de la limitación material por ser aparauseya, inconcebible (acintya) y divino (divyajñana)— declaran que la causa original es la Suprema Personalidad de Dios. Esa es su enfermedad y necedad, por limitarse a su conocimiento parcial e imperfecto. Aunque los científicos trabajan diariamente con la energía inferior y superior, ignoran la existencia de estos dos tipos de energía. No podemos permanecer pasivos ante tal ignorancia que ha confundido al mundo. La energía material nunca puede trabajar independientemente. Para originarse debe ser a través de la acción de la energía espiritual, la energía superior. ¿Cómo puede entonces la gente creer que toda la gran manifestación cósmica, que es como una máquina cósmica hecha de materia, haya surgido automáticamente? Ninguna máquina o artefacto funciona a menos que alguien que la conozca apriete un botón y pueda operarla. ¿De que sirve un hermoso automóvil sin chofer que lo conduzca? Por lo tanto, quien es más importante ¿el operador o la máquina? Quien posee verdadero conocimiento no está demasiado pendiente de la máquina, sino del operador. El que maneja la máquina cósmica universal es el Señor Supremo, Krishna. Y lo hace indirectamente, a través de sus diferentes agencias e intermediarios, los semidioses, desde Brahma, el ingeniero del universo, hasta los demás devatas o
controladores particulares, de la lluvia, del fuego, del aire, la tierra, estrellas y planetas, y los demás elementos y departamentos que necesita el cosmos para su funcionamiento perfecto, ¿Cómo podemos saber que El, Dios, es el operador primordial del Todo y de todo cuanto existe como partes de esa Totalidad (purnam)? El Sri Isopanisad explica este aspecto filosófico de la totalidad cósmica, del Todo y sus partes (las jivas o entidades vivvientes) y Krishna también dice en el Bhagavad-gita: mayadhyaksena prakrtih suyate sacaracaram: "Toda esta manifestación cósmica está actuando bajo mi control." Sin embargo, a pesar de que en los Vedas existe suficiente sustentación acerca del origen y la evolución cósmica, desde el punto de vista de la trascendencia, la mentalidad atea, escéptica, ignorante y desvergonzada, niega el veredicto supremo, las conclusiones de las Escrituras Reveladas (sastras), y las palabras de los santos (mahatmas y sadhus). Quienes han alcanzado la perfección (siddhas) no contradicen la palabra suprema. Si alguien niega que Krishna el supremo controlador, entonces tendrá que aceptar a otro controlador y deberá presentarlo. Pero eso no lo podrá hacer. Por lo tanto, ante la ausencia de pruebas autoritativas y fehacientes, debe aceptar la autoridad de los Vedas. Por eso el conocimiento védico debe ser respetado por todos como la sabiduría más superior. Esta es una argumentación lógica y conclusiva que demuestra sencillamente la presencia de Dios y la necesidad de aceptar la Verdad Absoluta y la exposición de Sus genuinos representantes. Nadie puede conocer a Dios sin la ayuda de un maestro o alma autorrealizada. El automóvil y el conductor, el avión y el piloto: dos energía distintas De la misma manera, todo el mundo podrá comprender fácilmente que existe otra naturaleza trascendental más allá de la materia, otra energía que controla la materia. Por ejemplo, un automóvil sólo está formado por la combinación de elementos materiales, pero necesita gasolina para moverse. Pero tampoco se mueve solo. Si llenamos el tanque del vehículo con ese combustible, el cual es también un producto material derivado del petróleo, el auto-móvil no se moverá sólo. O sea, que el término automóvil está también mal empleado por que no se mueve solo por si mismo. Para que un vehículo motorizado pueda desplazarse necesita que alguien lo maneje, de una persona que lo conduzca. Por consiguiente sin alguien que maneje el vehículo, éste no se moverá. El carro es energía material (para-prakrti), y quien lo conduce está esencialmente hecho de energía espiritual o anti-material (apara-prakrtti, jiva-sakti). Esto es muy fácil de entender. Otro ejemplo similar: El avión es una gran máquina que vuela bajo la dirección de una pequeña chispa espiritual, el piloto. Ningún científico podrá demostrar que un gran avión 747 puede volar sin la pequeña chispa espiritual. Si pretenden decir que alguna nave puede volar sin piloto, por medio de sofisticadas computadoras, entonces tenemos la misma situación; ¿Quién maneja a control remoto las
CIRCULO INTERNO computadoras y el rumbo de la nave? De manera que así como la pequeña chispa espiritual puede dirigir un gran avión, la chispa espiritual grande dirige toda la manifestación cósmica. Krishna es la causa de toda la creación. Y el Svetasvatara Upanisad dice que, aunque la medida del alma es muy pequeña (la diezmilésima parte de la punta de un cabello), sin embargo nuestros cuerpos funcionan debido a esa energía espiritual atómica que se encuentra dentro. Por eso el cuerpo funciona y el avión vuela. Eso no es muy difícil de entender.
La misión de la difusión científica del conocimiento védico, tiene como objetivo restaurar la verdadera dimensión espiritual en la sociedad humana. Sin una conciencia superior no es posible alcanzar la paz ni la felicidad. Tenemos la esperanza que bajo las divinas instrucciones de nuestros guías y maestros predecesores, podamos cumplir esta nobles tarea y orientar positivamente a quienes buscan sinceramente el conocimiento superior. El escenario de la relatividad: el espacio-tiempo de la Física Una vez expuestas están ideas fundamentales, las cuales ubicarán al lector para las proyecciones de las próximas páginas, vamos a analizar un poco las ideas que tiene la ciencia acerca del espaciotiempo. Como dije al principio, para ello, antes de exponer la cuarta y quinta dimensión desde el punto de vista más trascendental, es preciso conocer un poco el escenario del espacio-tiempo, tal como es comprendido en la física relativista. Aunque como matemático pueda comprender más a fondo estas cosas, sólo daré una descripción muy sencilla, que pueda fácilmente entender cualquier lector sin demasiados conocimiento científico especializado. A los 17 años, Carl Friedich Gauss puso en duda audazmente las reglas de la geometría
de Educlides, señalando que muchas de esas reglas (como el postulado de las paralelas en el plano) no eran válidas para las superficies curvas. Pero quedó a cargo del alumno de Gaus, Bernhard Riemann, el ampliar totalmente los límites de la geometría tradicional, postulando espacios curvos de tres dimensiones y, finalmente, fatásticos espacios de cuatro y más dimensiones. Cincuenta años más tarde, el físico Albert Einstein llevó el proceso a un enorme clímax al emplear estas abstracciones y al utilizarlas en su Teoría de la Relatividad para describir el universo. El espacio con sentido común del griego Euclides, es el plano (de dos dimensiones, largo y ancho) en donde no hay curvas y en el que las líneas rectas forman los caminos más cortos, y los triángulos, cuyos ángulos siempre suman 180 grados, pueden moverse sin distorsión. Gauss sugirió que este plano era sólo un caso de la Geometría, aplicable a las superficies curvas. El genio en multitud de aspectos de Gauss tenía muchas aficiones, que incluían las Matemáticas, la Astronomía y la Física. Halló él la fórmula para calcular las órbitas de los asteroides (la de los planetas la inventó Kepler), hizo descubrimiento fundamentales en la teoría electromagnética e inventó un telégrafo. Contribuyó a la teoría de los números, la teoría de funciones, la probabilidad y la estadística. Después de concebir la teoría de la geometría no-euclidiana, cuando aún era un muchacho, Gauss no desarrolló mucho esa idea. Gauss fue nombrado en 1807 el primer director del Observatorio de Gottingen. Contribuyó a convertirlo en el centro científico y matemático más influyente de Europa. Gauss murió en 1855, poco después de que naciera la geometría multidimensional. Los dos conceptos vitales permanecieron dormidos durante varios años, esperando al matemático imaginativo capaz de fusionarlos en una sola y poderosa teoría. Pero las ideas que se habían incubado en la mente de Gauss durante 50 años, fueron desarrolladas por Riemman y sus sucesores, para convertirse en los métodos prácticos que manejaría Einstein 50 años después, dando al hombre moderno orientaciones sobre la estructura del Universo, la cual está también descrita en el Quinto Canto del Srimad-Bhagavatam Purana. Lo exótico y lo herético: el análisis vectorial y las múltiples dimensiones Herético es relativo a la herejía, al error en materia de fe (sraddha en sánscrito), o a la opinión sustentada contra los principios ciertos en una ciencia. De manera que en el contesto de esta sección, tiene el significado delos conceptos nuevos que se opusieron a las ideas anteriores que había sobre el álgebra y la geometría. Alrededor del año 1840, H.Grasmann, un compatriota de Gauss, revisó el comportamiento excéntrico de los números complejos, las fuerzas direccionales y los segmentos lineales que simbolizan las fuerzas, las velocidades y cosas análogas, introduciendo el concepto de "vectores," un instrumento esencial para la Física. El hecho de que
CIRCULO INTERNO los vectores y los números complejos (que son pares de coordenadas en el plano o el espacio) se comporten de una forma matemática análoga, hace posible analizar complicadas situaciones en las que un conjunto de fuerzas están actuando a la vez, por ejemplo, en la brújula giroscópica de un barco. El análisis de las fuerzas en planos inclinados y en las construcciones estructurales, hace uso indispensable de los vectores para el equilibrio de esas fuerzas. Surgió así la rama matemática llamada "Análisis Vectorial." Después de haber cooperado en la fundación del análisis vectorial en dos dimensiones, gauss prosiguió sus estudios, alrededor de 1819, hasta inventar un tipo de números que servirían finalmente para representar las fuerzas, las velocidades y las aceleraciones que actúan en más dedos dimensiones. Tales investigaciones serían fundamentales para el estudio del comportamiento de los planetas y los cuerpos celestes y para el cálculo rpeciso de sus órbitas. Estos números fueron llamados "números hiperconplejos", que son expresiones o ecuaciones como a + bi + cj + dk, en las que cualquiera de las unidades i, j, k, cuando se elevan al cuadrado, suman menos uno (i 2 + j2 + k2 = --1). La cosa más sorprendente de los números hipercomplejos es que prescinden de una regla básica de la aritmética que se consideró previamente inviolable. Al multiplicarse conjuntamente, dos números de esta clase pueden dar lugar a resultados distintos, dependiendo del orden en que se tomen, es decir no se cumple la ley conmutativa (AxB no es igual a BxA). Grasmann afrontó estas implicaciones y elaboró un álgebra hipercompleja, inventado un procedemiento nuevo para la multiplicación, en cuya álgebra operativa los vectores son tratados independientemente del número de dimensiones. Este fue un avance sumamente importante en las matemáticas. En las décadas posteriores a la obra revolucionaria de Grasmann en el análisis vectorial, aún de vanguardia en la matemática actual, se descubrieron otros tipos de números exóticos que desobedecían las sacrosantas leyes de la aritmética clásica. Surgieron así las distintas álgebras bajo la Luna, cada una con sus propias reglas, símbolos y ecuaciones. Antes de la época de Gauss, los matemáticos habían tratado a i, la raíz cuadrada de menos uno, con un escrupuloso respeto, con cierta incredulidad y misterio. Tal vez poe eso i fue llamado como un "número imaginario." Una vez que se aplicaron los números complejos de la forma v = a + bi a las fuerzas y cosas parecidas, i =( --1 se transformó en un auxiliar matemático indispensable. De esta manera, los número complejos e hipercomplejos (de tres dimensiones en adelante), se incorporaron progresivamente a las ecuaciones del álgebra y del cálculo, y los matemáticos empezaron a hablar de "funciones de variables complejas," las cuales se utilizan hoy en día para el análisis y la solución de algunos problemas de la Física, usando determinadas y complicadas ecuaciones diferenciales. A partir de la época en que Newton utilizó por primera vez, las
ecuaciones diferenciales han sido una gran fuente de quebraderos de cabeza para los matemáticos y de la creación matemática. Nuevas ecuaciones que requieren nuevas soluciones están apareciendo constantemente en las investigaciones científicas, y surgen de muchas clases de problemas, por ejemplo el estudio de la trayectoria un rayo de luz que llega al ojo desde un objeto visto en un espejo a partir de ángulos específicos, o el ajuste de dos burbujas de jabón que van unidas, de manera que tengan la menor área posible, según el llamado "principio de esfuerzo mínimo," etc. Todos estos problemas involucran los problemas de equilibrio, y a los de maximizar y minimizar a través de la misma técnica. En las manos de un ingeniero, estas herramientas matemáticas del principio de maximizar y minimizar a través de ecuaciones diferenciales, puede aplicarse a situaciones para alcanzar sus fines y predecir resultados. Obviamente esto tiene una enrome importancia práctica en muchos aspectos de la vida, como el diseño de puentes y diversas construcciones, el comportamiento de los planetas, y el estudio mismo de la Geometría y sus dimensiones, que es a donde queremos llegar.
La Geometría multidimensionalDespu
CIRCULO INTERNO és de los triunfos y avances matemáticos de muchas décadas, y especialmente de las investigaciones de Gauss, quien fue cubierto de honores por las sociedades científicas de su tiempo, no se publicó mucho acerca de un extraña idea geométrica que había fascinado al precoz Gauss desde su juventud, que era la idea de un pensamiento afín al concepto de un espacio curvo. Gauss creía que las nuevas formas de geometría bidimensional podrían desarrollarse a partir de un extraño y nuevo axioma, el de que por un punto exterior a un recta dada se puede trazar más de una línea paralela a dicha línea. Dicho axioma iba totalmente en contra de los postulados clásicos de la geometría de Euclides y del sentido común, hasta la proposición jamás imaginada de que, por un punto exterior a una recta, una y tan sólo una línea, puede trazarse paralela a aquella. No obstante la oposición secreta, el genio pionero de Gauss vio la aplicación de su idea de las reglas noeuclidianas del paralelismo a sectores del espacio curvo. Los trabajos de su discípulo Riemann y la fundamentación formal y aceptada de las Geometrías no-euclidianas, por parte de los matemáticos rusos Bolyai y Lobachevsky, sirvieron de base a las investigación posteriores de Eistein y al descubrimiento de la teoría de la relatividad y la naturaleza geométrica del espacio- tiempo.
Más allá de la tercera dimensión: las geodésicas y la relatividad La geometría de Riemman de muchas dimensiones, así como es difícil de apreciar en términos visuales, es bastante fácil de concebir como una posibilidad abstracta: como una simple progresión a partir de una línea en el espacio unitario de la longitud, a un plano de dos dimensiones (largo y ancho), a un sólido en el espacio "tridimensional," cuyas coordenadas son la altura, la anchura y la profundidad. Esto es fácil de comprender, porque incluso al ver hacia arriba un rincón de nuestro techo, podemos ver que ese ángulo tiene tres dimensiones, que son las líneas que salen de él. Todos los cuerpos en el
espacio, a partir de un sistema de coordenadas con un origen dado, son así representados por estas tres coordenadas x, y, z, que determinan la posición espacial de una partícula u objeto, es decir su ubicación en estos tres ejes, en los cuales la altura viene dada por el eje z. En el espacio de tres dimensiones, la ubicación de un punto con estas tres coordenadas viene dado por un vector, que es la línea que va desde el origen del sistema de coordenadas hasta ese punto. El valor de este segmento que empieza en el origen y termina en ese punto (llamado afijo del vector), viene dado por la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de sus coordenadas, es decir por la fórmula V = ( x 2 + y2 + z2 o lo que es lo mismo por (x 2 + y2 + z2) (. Riemann puso su idea multidimensional en órbita, apoyándose en los conceptos de Gauss, y generalizó las propiedades de las curvas de forma tal que pudieron aplicarse efectivamente a los espacios, dándose cuenta de que toda superficie o espacio de la geometría superior, podría trazarse por medio de distintas redes de curvas de referencia. Y lo más importante es que Riemann halló que las ecuaciones escritas en términos de un sistema de coordenadas, podían con frecuencia ser ampliamente simplificadas al escribirse en términos de un conjunto distinto de curvas de referencia. Uno de los más prácticos conjuntos de curvas de referencia está formado por las llamadas "geodésicas." Una geodésica es simplemente el camino de la distancia más corta entre dos puntos. En una espacio plano una geodésica es un segmento de línea recta. En una esfera es un arco de un círculo máximo análogo al que siguen los jets intercontinentales. En una superficie irregular en forma de lámpara o en un espacio curvo, puede ser prácticamente cualquier tipo de curva. Al trabajar con ecuaciones diferenciales elaboradas para minimizar distancias, Riemann halló que podía trazar redes geodésicas de líneas de referencia y seguir la curvatura de cualquier espacio, desde tres dimensiones hasta n dimensiones. En esa novedosa e insólita geometría, Riemann prescindió aparentemente del sentido común, pero el arte del análisis ganó mucho en destreza. Al igual que en el enlace entre el álgebra y la geometría plana realizado por Descartes al considerar el sistema de coordenadas en el plano (donde cada punto viene dado por un par de valores de números reales, que sirven para identificar la posición de un objeto o trazar el plano con las calles de una ciudad, etc) las ecuaciones con muchas variables encuentran ahora sus correspondientes geométricos, hablándose en forma equivalente de números y puntos en el espacio dimensional, y los nuevo símbolos de la geometría superior se convirtieron en útiles colaboradores de las ecuaciones. Las ideas subyacentes en este marco así concebido, eran simples como las de la curvatura: definiciones realistas que demostraron ser válidas en el mundo tangible de dimensionalidad reducida. El desarrollo matemático posterior a las ideas de Gauss y Riemann, condujo a nuevas concepciones de la Geometría y el Análisis Vectorial, dando lugar a nuevas ramas y enfoques sobre la dimensión
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Más allá de la tercera dimensión Las geodésicas y la relatividad del espacio, las superficies curvas y las múltiples dimensiones. De las investigaciones y progresos en ese campo, surgió la Geometría Riemanniana, la Topología Algebraica y Diferencial, las Representaciones espaciales en base a la Teoría de Grupos, etc. La Topología: las matemáticas de la distorsión Los trabajos de Riemann, las geometrías no-euclidianas, el estudio algebraico sobre las superficies, y los trabajos de Poincaré y Nicolás Bourbaki (el seudónimo de un grupo francés que publicó con rigor una enciclopedia de los fundamentos de las matemáticas y sus diversas ramas), impulsaron a las matemáticas modernas a las regiones más avanzadas, algunas de las cuales han ocupado a las mentes más brillantes en la historia de las Matemáticas. Es un extraño mundo, una disciplina que es casi oficio hermético de iniciados en un lenguaje abstracto (pero de comprobadas y grandes aplicaciones prácticas en la Física, la Biología, y otras ciencias). Este campo se conoce como la Topología. Henry Poincaré la llamó en latín análisis situs o "estudio de la situación," un tipo especial de geometría referida a las posibilidades de que las superficies pueden retorcerse, doblarse, estirarse o bien deformarse, de una forma determinada en otra (sin que nada se "rompa" o se pierda la "continuidad"). En el fondo es el estudio multidimensional de las ecuaciones de representación continua, y la exploración en el campo de la topología, utiliza diversas herramientas matemáticas. Algunas veces los topólogos se ocupan de superficies que nadie podría construir, y en ocasiones conciben formas que parecen imposibles, por ejemplo una superficie con una sola cara. Se ha dicho, seriamente en broma, que un topólogo no distingue la diferencia entre una rosquilla y su taza de café con un asa. Pero así como no le es posible transformar una rosquilla en una taza, puede demostrar que
rosquilla y taza son topológicamente iguales o equivalente, lo cual significa decir que, por lo menos en teoría, una puede transformarse en la otra mediante una "transformación continua." Desde el punto de vista topológico, una esfera, un cubo y una burbuja irregular son superficies que tienen el mismo género (0). Una rosquilla (de genero 1), se deforma en una taza de café al deformar la superficie de un recipiente. La azucarera, una superficie de género 2 (con dos agujeros), sigue siendo para un topológo una masa con dos huecos. Como se habrá notado, la determinación del género de una superficie la determina en número de agujeros que tiene la misma. En un ejercicio de imaginación topológica, un neumático que pueda estirarse infinitamente, puede dársele la vuelta sin que se rompa, abriendo y estirando el agujero de la válvula. Si se pinta el interior y elñ exterior del caucho con dos colores podrá apreciarse que en unos cuantos pasos o transformaciones, se puede dar vuelta al neumático y cambiar los colores. Formas topológicas más sofisticadas son la cinta de Möbius, la botella de Klein, el dobletoro, etc. La geometría multimensional es una poderosa herramienta matemática, y ha servido para operar en los espacios tridimensionales pero, ¿qué hay más allá? ¿Cual es el rol de la conciencia en todo esto? ¿Qué interpretación espiritual tiene la cuarta o la quinta dimensión?
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"Hay cuatro estados de conciencia posibles para el (hombre) En una de las reuniones siguientes, G. volvió a la cuestión de la conciencia. No se pueden comprender ni las funciones psíquicas ni las físicas, dijo, salvo que se haya captado el hecho de que ambas pueden trabajar en estados diferentes de conciencia. "Hay cuatro estados de conciencia posibles para el hombre (recalcó la palabra "hombre"). Pero el hombre ordinario, o sea el hombre número 1, 2 ó 3, vive solamente en los dos estados más bajos de conciencia. Los dos estados de conciencia superiores le son inaccesibles y aunque pueda tener chispazos de estos estados, es incapaz de comprenderlos y los juzga desde el punto de vista de estos dos estados de conciencia inferiores que le son habituales. "El primero, el sueño, es el estado pasivo en el cual los hombres pasan un tercio y a menudo hasta la mitad de su vida. Y el segundo, el estado en que los hombres pasan la otra mitad de su vida es en el cual caminan por las calles, escriben libros, conversan de asuntos sublimes, participan en la política, se matan los unos a los otros; es un estado que ellos consideran como activo y que llaman de «conciencia lúcida» o «estado de vigilia». Las expresiones «conciencia lúcida» o «estado de vigilia» parecen haber sido escogidas en broma, sobre todo si uno se da cuenta de lo que debe ser una «conciencia lúcida» y de lo que es en realidad el estado en que el hombre vive y actúa. "El tercer estado de conciencia es el recuerdo de sí, o conciencia de sí, o conciencia de su propio ser. Es habitualmente admitido que tenemos este estado de conciencia o que podemos tenerlo a voluntad. Nuestra ciencia y nuestra filosofía han pasado por alto el hecho de que no poseemos este estado de conciencia y que por sí solo, nuestro deseo es incapaz de crearlo en nosotros mismos, sin importar cuan clara sea nuestra decisión. "El cuarto estado de conciencia es la conciencia objetiva. En este estado un hombre puede ver las cosas tal como son. Algunas veces en sus estados inferiores de conciencia puede tener chispazos de esta conciencia superior. Las religiones de todos los pueblos contienen testimonios de la posibilidad de un tal estado de conciencia que califican como «iluminación» o por otros varios nombres, y lo definen como indescriptible. Pero el único camino justo hacia la conciencia objetiva es a través del desarrollo de la conciencia de sí. Si a un hombre ordinario se le lleva artificialmente a un estado de conciencia objetiva y se le vuelve luego a su estado habitual, no recordará nada y pensará simplemente que por un lapso de tiempo había perdido el conocimiento. Pero en el estado de conciencia de sí un
hombre puede tener chispazos de conciencia objetiva y recordarlos. "El cuarto estado de conciencia representa un estado totalmente diferente del anterior; es el resultado de un crecimiento interior y de un largo y difícil trabajo sobre sí. "Sin embargo, el tercer estado de conciencia constituye el derecho natural del hombre tal cual es, y si el hombre no lo posee, es únicamente porque sus condiciones de vida son anormales. Puede decirse, sin exagerar nada, que en la época actual, el tercer estado de conciencia no aparece en el hombre sino sólo por chispazos muy breves y muy raros, y que este estado no puede convertirse en algo más o menos permanente sino por medio de un entrenamiento especial. "Para la gran mayoría de las personas, aun las cultas e intelectuales, el principal obstáculo en el camino para adquirir conciencia de sí es que creen que ya la poseen; en otras palabras, están totalmente convencidas de tener ya conciencia de sí mismas y de poseer todo lo que acompaña a este estado: individualidad en el sentido de un «Yo» permanente e inmutable, voluntad, capacidad para hacer, y así sucesivamente. Por tanto, es evidente que un hombre no se interesará por adquirir, a través de un trabajo largo y difícil, algo que en su opinión ya posee. Por el contrario, si se lo dice, pensará que usted está loco o que intenta explotar su credulidad para un provecho personal. "Los dos estados superiores de conciencia — «la conciencia de sí» y «la conciencia objetiva» están ligados al funcionamiento de los centros superiores del hombre. "Además de aquellos centros de los cuales hemos hablado, hay en el hombre otros
CIRCULO INTERNO dos centros, el «centro emocional superior» y el «centro intelectual superior». Estos centros están en nosotros; están plenamente desarrollados y trabajan todo el tiempo, pero su trabajo nunca llega a nuestra conciencia ordinaria. La razón debe buscarse en las propiedades especiales de nuestra pretendida «conciencia lúcida». "Para comprender la diferencia entre estados de conciencia, tenemos que regresar al primero, que es el sueño. Este es un estado de conciencia completamente subjetivo. Un hombre está sumergido en sus sueños, no importa si los recuerda o no. Aun si al dormido le llegan algunas impresiones reales, tales como sonidos, voces, calor, frío, sensaciones de su propio cuerpo, no suscitan en él sino fantásticas imágenes subjetivas. Luego el hombre se despierta. A primera vista éste es un estado de conciencia completamente diferente. Puede moverse, hablar con otras personas, hacer proyectos, ver peligros, evitarlos y así sucesivamente. Parece lógico pensar que se encuentra en una situación mejor que cuando estaba dormido. Pero, si profundizamos un poco más las cosas, si echamos una mirada dentro de su mundo interior, dentro de sus pensamientos, dentro de las causas de sus acciones, comprenderemos que está casi en el mismo estado que cuando estaba dormido. Y es peor aún, porque en el sueño él es pasivo, esto es, no puede hacer nada. Por el contrario, en el estado de vigilia, puede hacer algo todo el tiempo y los resultados de sus acciones repercutirán sobre él y sobre lo que lo rodea. Y, sin embargo, no se recuerda a sí mismo. Es una máquina, todo le sucede. No puede detener el Unjo de sus pensamientos, no puede controlar su imaginación, sus emociones, su atención. Vive en un mundo subjetivo de «quiero», «no quiero», «me gusta», «no me gusta», «tengo ganas», «no tengo ganas», esto es, un mundo hecho de lo que él cree que le gusta o no le gusta, de lo que él cree que desea o no desea. No ve el mundo real. El mundo real le está oculto por el muro de su imaginación. Vive en el sueño. Duerme. Y lo que él llama su «conciencia lúcida» no es sino sueño — y un sueño mucho más peligroso que su sueño de la noche, en su cama. "Tomemos algún acontecimiento en la vida de la humanidad. Por ejemplo, la guerra. Hay una guerra en este momento. ¿Qué significa? Significa que varios millones de dormidos están tratando de destruir a otros millones de dormidos. Por supuesto, rehusarían hacerlo si llegasen a despertar. Todo lo que sucede actualmente se debe a este sueño. "Ambos estados de conciencia, sueño y vigilia, son igualmente subjetivos. No es sino al comenzar a recordarse a sí mismo cuando un hombre puede realmente despertar. Y entonces toda la vida circundante adquiere para él un aspecto diferente y un sentido diferente. La ve como una vida de gente dormida, una vida de sueño. Todo lo que dicen los hombres, todo lo que hacen, lo dicen y lo hacen en el sueño. Nada de esto puede tener el menor valor. Sólo el despertar y lo que lleva al despertar tiene un valor real. "¿Cuántas veces me han preguntado ustedes si no sería posible detener las guerras? Por supuesto, sería posible. Bastaría que la gente se despertase. Parece una cosa pequeña. Sin embargo, es lo más difícil que puede haber porque este sueño es inducido y mantenido por la totalidad de la vida circundante, por todas las condiciones del ambiente. "¿Cómo despertar? ¿Cómo escapar de este sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que un hombre tiene que hacerse. Pero antes de hacérselas deberá convencerse del hecho mismo de su sueño. Mas sólo es posible convencerse de esto tratando de despertar. Cuando un hombre haya comprendido que no se recuerda a si mismo y que el recuerdo de sí significa un despertar hasta cierto punto, y cuando haya visto por experiencia lo difícil que es recordarse a sí mismo, entonces comprenderá que para despertar no basta desearlo. Diremos, aún con más precisión, que un hombre no puede despertarse por si mismo. Pero si veinte hombres convienen en que el primero que se despierte despertará a los demás, ya tienen alguna posibilidad. Aun esto, sin embargo, es insuficiente, porque los veinte hombres pueden dormirse al mismo tiempo y soñar que se están despertando. Por consiguiente esto no basta; hace falta más. Estos veinte hombres deben ser vigilados por un hombre que no está dormido o que no se duerme tan fácilmente como ellos, o que se duerme conscientemente cuando es posible, cuando de ello no resulte daño alguno ni para él ni para los demás. Deben encontrar a un hombre de este género y contratarlo para que los despierte y no
les permita volverse a dormir. Sin esto es imposible despertar. Esto es lo que hay que comprender. "Es posible pensar durante mil años; es posible escribir bibliotecas enteras, inventar millones de teorías y todo esto en sueño, sin ninguna posibilidad de despertar. Por el contrario, estas teorías y estos libros escritos o inventados por dormidos simplemente tendrán como efecto arrastrar a otros hombres al sueño. "No hay nada nuevo en la idea del sueño. Casi desde la creación del mundo se ha dicho a los hombres que están dormidos y que deben despertar. Por ejemplo, ¿cuántas veces se dice esto en los Evangelios? «Despertad», «vigilad», «no durmáis». Los discípulos de Cristo, aun en el Jardín de Gethsemani, dormían mientras su Maestro oraba por última vez. Esto lo dice todo. ¿Pero lo comprenden los hombres? Lo toman como una figura retórica, una metáfora. No ven en absoluto que debe ser tomado al pie de la letra. También aquí es fácil comprender por qué. Tendrían que despertar un poco o por lo menos tratar de despertar. En serio, a menudo se me ha preguntado por qué en los Evangelios no se dice nada acerca del sueño... En cada página se trata de esto. Esto muestra simplemente que la gente lee los Evangelios en sueño. En tanto que un hombre duerma profundamente y este totalmente sumido en sus sueños, no puede ni siquiera pensar que está dormido. Si fuera capaz de pensar que está dormido, se despertaría. Y así todo sigue, sin que los hombres tengan la menor idea de todo lo que pierden a causa de su sueño. Como ya lo he dicho, el hombre, tal como es, tal como la naturaleza lo ha creado, puede devenir un ser consciente de sí. Creado con este fin, nace para este fin. Pero nace entre dormidos, y naturalmente cae a su vez en su sueño profundo justo en el momento en que debería comenzar a tomar conciencia de si mismo. Todo colabora con esto: la imitación involuntaria que hace el niño de los adultos, las sugerencias voluntarias o involuntarias de estos, y su así llamada «educación». Todo intento de despertar de parte del niño es frustrado al instante. Fatalmente. Y cuántos esfuerzos son necesarios más tarde para despertar; y cuánta ayuda se necesitará cuando se hayan acumulado millares de hábitos que compelen al sueño. Uno se libra de esto muy raras veces. En la mayoría de los casos cuando un hombre es todavía un niño ya ha perdido la posibilidad de
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despertar; vive toda su vida en el sueño y muere en el sueño. Además, muchas personas mueren mucho antes de su muerte tísica. Pero aún no ha llegado el momento de hablar de esto. "Recuerden ahora lo que ya les he dicho. Un hombre plenamente desarrollado, a quien yo llamo «un hombre en el pleno sentido de la palabra», debería poseer cuatro estados de conciencia. Los hombres ordinarios, es decir los hombres 1, 2, y 3, no viven sino en dos estados de conciencia. Conocen o al menos pueden conocer la existencia del cuarto estado. Todos estos «estados místicos» y otros por el estilo son mal definidos; sin embargo, cuando no se trata de fraudes ni de simulaciones éstos son relámpagos de lo que llamamos un estado de conciencia objetiva. "Pero el hombre nada sabe acerca del tercer estado de conciencia, y ni siquiera lo sospecha. Hasta es imposible que pueda sospecharlo porque si usted se lo explica, si le dice en que consiste, le dirá que este es su estado habitual. ¿No se considera a sí mismo como un ser consciente que gobierna su propia vida? Los hechos lo contradicen pero él los considera accidentales o momentáneos, destinados a arreglarse de por sí. Al imaginarse que posee la conciencia de sí de algún modo por derecho de nacimiento, no se le ocurrirá tratar de aproximarse a ella o de obtenerla. No obstante, en ausencia de la conciencia de sí, o del tercer estado de conciencia, el cuarto es imposible, salvo en raros destellos. Mas el conocimiento, el verdadero conocimiento objetivo que los hombres se esfuerzan por conquistar, según afirman— no es posible sino en el cuarto estado cíe conciencia. El conocimiento que se adquiere en el estado ordinario de conciencia se entremezcla constantemente con sueños. Y con esto tienen ustedes un cuadro completo del ser de los hombres 1, 2 y 3." En la reunión siguiente, G. continuó: Las posibilidades del hombre son inmensas. Ustedes no pueden ni siquiera tener una idea de lo que un hombre es capaz de alcanzar. Pero nada se puede alcanzar en el sueño. En la
conciencia de un hombre dormido sus ilusiones, sus «sueños», se mezclan con la realidad. El hombre vive en un mundo subjetivo del cual le es imposible escapar. Esta es la razón por la cual nunca puede hacer uso de todos los poderes que posee y, por la que siempre vive solamente en una pequeña parte de sí mismo. "Ya se ha dicho que el estudio y la observación de sí, bien dirigidos, llevan al hombre a darse cuenta que hay «algo falseado» en su máquina y en sus funciones, en su estado ordinario. Comprende que es precisamente porque está dormido que no vive y no trabaja sino en una pequeña parte de si mismo. Comprende que por la misma razón, la mayoría de sus posibilidades quedan sin realizarse, y la mayoría de sus poderes sin utilizarse. Siente que no tiene de la vida todo lo que ésta puede darle, y que su incapacidad se debe a los defectos funcionales de su máquina, de su aparato receptor. La idea del estudio, de sí adquiere un nuevo significado a sus ojos. Siente que posiblemente ni siquiera valga la pena estudiarse, tal cual es ahora. Ve cada función en su estado actual y lo que podría y debería llegar a ser. La observación de sí lleva al hombre a reconocer la necesidad de cambiar. Y al practicarla se da cuenta de que esta observación de si aporta por sí misma ciertos cambios en sus procesos interiores. Comienza a comprender que es un medio para cambiar, un instrumento para despertar. Al observarse, de alguna manera proyecta un rayo de luz sobre sus procesos interiores que hasta ahora se habían efectuado en total oscuridad. Bajo la influencia de esta luz, éstos comienzan a cambiar. Hay un gran número de procesos químicos que sólo pueden ocurrir en la ausencia de luz. Del mismo modo, un gran número de procesos psíquicos sólo pueden ocurrir en la oscuridad. Aun una tenue vislumbre de conciencia basta para cambiar completamente el carácter de los procesos habituales, y hacer totalmente imposibles gran número de ellos. Nuestros procesos psíquicos (nuestra alquimia interior), tienen muchos puntos en común con aquellos procesos químicos cuyo carácter cambia por causa de la luz, y están sometidos a leyes análogas. "Cuando un hombre llega a darse cuenta de la necesidad no sólo del estudio y de la observación de sí, sino también de la necesidad de trabajar sobre sí con el objeto de cambiar, entonces debe también cambiar el carácter de su observación de sí. Hasta ahora, no ha estudiado sino los detalles del trabajo de los centros, tratando solamente de constatar tal o cual fenómeno, esforzándose por ser un testigo imparcial. Ha estudiado el trabajo de la máquina. De ahora en adelante debe comenzar a verse a sí mismo, es decir, empezar ya a ver no sólo los detalles aislados, no sólo el trabajo de pequeñas palancas y pequeñas ruedas, sino todas las cosas tomadas en conjunto — este conjunto que él representa para los demás. "Para este fin un hombre debe ejercitarse en tomar, por así decirlo, fotografías mentales de sí mismo en momentos diferentes de su vida y en sus diferentes estados emocionales; ya no fotografías de detalles, sino vistas globales. En otras palabras, estas fotografías deben contener simultáneamente todo lo que un hombre puede ver en sí mismo en un momento dado. Emociones, humores, pensamientos, sensaciones, posturas, movimientos, tonos de voz, expresiones faciales, y así sucesivamente. Si un hombre llega a tomar instantáneas interesantes no tardará en obtener una verdadera colección de retratos de sí mismo, que tomados en conjunto le enseñarán claramente lo que él es. Pero es difícil lograr tomar estas fotografías en los momentos más interesantes, es difícil captar las posturas, las expresiones faciales, las emociones y los pensamientos más característicos. Si un hombre logra tomar bien y en número suficiente estas fotografías, no tardará en ver que la idea que tenía de sí mismo y con la cual seguía viviendo año tras año, está muy lejos de la realidad. "En lugar del hombre que creía ser, verá otro completamente distinto. Este «otro» es él mismo, y al mismo tiempo no es él. Es él tal como lo conocen los demás, tal como él se imagina y tal como aparece en sus acciones, palabras, etc.; pero no es exactamente él, tal cual es en realidad. Porque él mismo sabe que en este otro hombre, que los demás conocen y que él mismo conoce, hay mucho que es irreal, inventado y artificial. Ustedes deben aprender a separar lo real de lo imaginario. Y para comenzar la observación y el estudio de sí, es indispensable aprender a
CIRCULO INTERNO dividirse. Un hombre debe darse cuenta de que en realidad está formado de dos hombres. "Uno es el hombre que él llama «yo» y a quien los otros llaman «Ouspensky», «Zakharov» o «Petrov». El otro es el verdadero él, el verdadero Yo, que aparece en su vida sólo por muy breves momentos y que sólo puede llegar a ser firme y permanente después de un período de trabajo muy largo. "Mientras un hombre se considere a sí mismo como una sola persona, seguirá siendo siempre tal cual es. Su trabajo interior comienza desde el instante en que empieza a experimentar en sí mismo la presencia de dos hombres. Uno es pasivo y lo más que puede hacer es observar y registrar lo que le sucede. El otro, que se llama a sí mismo «yo», que es activo, y habla de sí en primera persona, es en realidad sólo «Ouspensky», «Petrov» o «Zakharov». "Esta es la primera realización que un hombre puede obtener. Tan pronto comienza a pensar correctamente, ve que está por completo en poder de su «Ouspensky», «Petrov» o «Zakharov». No importa lo que él planee o piense hacer o decir, no es «él», no es su «Yo», el que lo dirá o lo hará, sino su «Ouspensky», «Petrov» o «Zakharov», y por supuesto lo que ellos harán o dirán no tendrá nada en común con lo que su «Yo» hubiese dicho o hecho; porque ellos mismos tienen su propia manera de sentir o de comprender las cosas, que puede a veces falsear y deformar completamente las intenciones originales del «Yo». "Con respecto a esto, desde el primer momento de la observación de sí, al hombre le acecha un peligro preciso. Es «Yo» el que comienza la observación, pero «Ouspensky», «Zakharov» o «Petrov» se apoderan de inmediato de ésta y son ellos los que la continúan. Así desde el comienzo, «Ouspensky», «Zakharov» o «Petrov» falsean algo, introducen un cambio que parece sin importancia, pero que en realidad altera todo radicalmente. "Supongamos por ejemplo, que un hombre llamado «Ivanov» escuche la descripción de este método de observación de sí. Se le ha dicho que un hombre debe dividirse a sí mismo: de un lado «él» o «yo» y del otro «Ouspensky», «Petrov» o «Zakharov». Entonces se divide literalmente como he dicho. «Éste es "yo", se dice a sí mismo, y aquél es "Ouspensky", "Petrov" o "Zakharov".» Nunca dirá «Ivanov». Esto lo encuentra desagradable; de esta manera inevitablemente empleará cualquier otro apellido o nombre de pila. Además, llamará «yo» a lo que le gusta en él, o en todo caso, lo que encuentra de fuerte en él, mientras que llamará «Ouspensky», «Petrov» o «Zakharov», a lo que no le gusta o considera como sus debilidades. Sobre esta base se pone a razonar, completamente equivocado por supuesto, ya que se engañó sobre el punto más importante, al rehusar enfocar lo que él realmente es, es decir «Ivanov», y al no prestar atención sino a los imaginarios «Ouspensky», «Petrov» o «Zakharov». "Es aun difícil imaginar lo mucho que detesta un hombre emplear su propio nombre cuando habla de sí en tercera persona. Hace todo lo posible por evitarlo. Se llama a sí mismo por otro nombre, como lo acabo de decir, o inventa para sí un nombre falso, un nombre por el cual nadie lo ha llamado jamás, ni lo llamará nunca; o se llama simplemente «él» y así sucesivamente. Bajo este aspecto no son excepción las personas que acostumbran llamarse en sus conversaciones mentales por su nombre de pila, su sobrenombre o diminutivos afectuosos. Cuando llegan a la observación de sí prefieren llamarse ellos mismos «Ouspensky» o decir «el Ouspensky en mí», como si pudiera haber un «Ouspensky» en ellos mismos. ¡Como si no sobrara «Ouspensky» para Ouspensky mismo! "Pero cuando un hombre comprende su impotencia frente a «Ouspensky», su actitud hacia sí mismo y hacia el «Ouspensky» en él, deja de ser indiferente o apática. "La observación de sí deviene la observación de «Ouspensky». El hombre comprende que no es «Ouspensky», que «Ouspensky» no es sino la máscara que él lleva, el papel que él desempeña inconscientemente y que por desgracia no puede evitar desempeñarlo, un papel que lo domina y le hace decir y hacer miles de cosas estúpidas, miles de cosas que él nunca haría ni diría. "Si es sincero consigo mismo, siente que está en poder de «Ouspensky» y al mismo
tiempo siente que no es «Ouspensky». "Comienza a tener miedo de «Ouspensky», comienza a sentir que «Ouspensky» es su enemigo. Todo lo que quiera hacer es interceptado y alterado por «Ouspensky». «Ouspensky» es su «enemigo». Los deseos, los gustos, las simpatías, las antipatías, los pensamientos, las opiniones de «Ouspensky», o bien se oponen a sus propias ideas, sentimientos y estados de ánimo, o no tienen nada en común con ellos. Y sin embargo «Ouspensky» es su amo. Él es el esclavo. No tiene voluntad propia. Está lejos de poder expresar sus deseos, porque todo lo que querría decir o hacer siempre será hecho por «Ouspensky» y no por él. "A este nivel de la observación de sí, este hombre ya no debe tener sino una sola meta: librarse de «Ouspensky». Y puesto que de hecho no puede librarse porque él es «Ouspensky», debe por consiguiente dominarlo y obligarlo a hacer no lo que desea el «Ouspensky» del momento, sino lo que él mismo quiere hacer. «Ouspensky» que es hoy el amo, debe convertirse en el servidor. "Éste es el primer paso en el trabajo sobre sí; hay que separarse de «Ouspensky», no sólo en el pensamiento, sino de hecho, y llegar a sentir que uno no tiene con él nada en común. Pero hay que tener muy presente en la mente que toda la atención debe quedar concentrada sobre «Ouspensky». En efecto, un hombre es incapaz de explicar lo que él mismo es en realidad; sin embargo puede explicar «Ouspensky» a sí mismo, y es por aquí por donde debe comenzar, recordando al mismo tiempo que él no es «Ouspensky». "Nada hay más peligroso en este caso que fiarse de su propio juicio. Si un hombre tiene suerte, quizá tendrá a su lado a alguien que le diga donde está él y donde está «Ouspensky». Es
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CIRCULO INTERNO además necesario que tenga fe en esta persona, si no, no dejará de pensar que comprende todo mucho mejor por sí solo, y que no necesita aprender dónde está él y dónde está «Ouspensky». Y esto no es sólo con relación a sí mismo, sino también con relación a los demás, de quienes imagina ver y conocer sus «Ouspensky»; y naturalmente se engaña. Porque en este estado, un hombre no puede ver nada ni sobre sí mismo ni sobre los demás. Y cuanto más convencido esté de que puede, tanto más se engañará. Por el contrario, si es capaz de la más mínima sinceridad hacia sí mismo, y si realmente quiere conocer la verdad, entonces puede encontrar una base exacta e infalible, primero para juzgarse correctamente a sí mismo, luego para juzgar a los demás. Pero todo el problema está precisamente en ser sincero consigo mismo. Y esto está lejos de ser fácil. La gente no comprende que la sinceridad se debe aprender. Se imagina que depende de su deseo o de su decisión el ser sinceros o el no serlo. "Pero ¿cómo podría un hombre ser sincero consigo mismo, cuando este hombre «sinceramente» no ve lo que necesitaría ver en sí mismo? Es necesario que alguien se lo muestre. Y su actitud hacia quien se lo muestre debe ser justa, es decir aquella que lo ayude a ver lo que le es mostrado, y no la que necesariamente se lo impida, como sucede cada vez que un hombre se imagina que no tiene nada que aprender de nadie. "En el trabajo ésta es una fase crítica. Un hombre que pierde su dirección en este momento ya no la vuelve a encontrar nunca. Porque no hay que olvidar que tal cual es el hombre en la actualidad, no está en condiciones de distinguir en él «Yo» y «Ouspensky». Todos sus esfuerzos en este sentido no evitarán que se mienta, que se ponga a inventar y nunca podrá verse tal cual es en realidad. Es necesario convencerse profundamente de esto; sin ayuda exterior, un hombre jamás podrá verse. "¿Por qué esto es así? Recuérdenlo. Hemos dicho que la observación de sí conduce a la constatación de que el hombre se olvida sin cesar. Su impotencia para recordarse a sí mismo es uno de los rasgos más característicos de su ser y la verdadera causa de todo su comportamiento. Esta impotencia se manifiesta de mil maneras. No recuerda sus decisiones, no recuerda la palabra que se ha dado a sí mismo, no recuerda lo que ha dicho o sentido hace un mes, una semana, un día o tan sólo una hora. Comienza un trabajo y muy pronto olvida por qué lo había emprendido, y es en el trabajo sobre sí donde este fenómeno se produce con una frecuencia muy especial. Un hombre no puede recordar una promesa dada a otro, sino con la ayuda de asociaciones artificiales, de asociaciones educadas en él, las cuales a su vez se asocian a toda clase de concepciones, también ellas formadas artificialmente, tales como el «honor», la «honradez», el «deber» y así sucesivamente. En realidad se puede decir que por cada cosa que recuerda un hombre, siempre hay otras diez, mucho más importantes, que olvida. Pero el hombre nunca olvida nada más fácilmente que lo que se refiere a él mismo, por ejemplo: «las fotografías mentales» que ha podido tomar. "De esta manera, sus opiniones y sus teorías se encuentran desprovistas de toda estabilidad y de toda precisión. El hombre no recuerda lo que ha pensado o lo que ha dicho; no recuerda cómo ha pensado o cómo ha hablado. "Esto, a su vez, está en relación con una de las características fundamentales de la actitud del hombre hacia sí mismo y hacia lo que lo rodea, a saber: su constante «identificación» con todo lo que llama su atención, sus pensamientos o sus deseos y su imaginación. "«La identificación» es un rasgo tan común, que en la tarea de la observación de sí es difícil separarla del resto. El hombre está siempre en estado de identificación; sólo cambia el objeto de su identificación. "El hombre se identifica con un pequeño problema que encuentra en su camino y olvida completamente las grandes metas que se propuso al principio de su trabajo. Se identifica con un pensamiento y olvida todos los demás. Se identifica con una emoción, con un estado de ánimo, y olvida otros sentimientos más profundos. Al trabajar sobre sí mismas, las personas se identifican hasta tal punto con metas aisladas que pierden de vista el conjunto. Para ellas los dos o tres árboles más cercanos llegan a representar todo el bosque. "La identificación es nuestro más terrible enemigo porque penetra por todas partes.
En el mismo momento en que creemos luchar contra ella seguimos siendo víctimas de su engaño. Y si nos es tan difícil liberarnos de la identificación, es porque no identificamos más fácilmente con las cosas que más nos interesan, a las que damos nuestro tiempo, nuestro trabajo y nuestra atención. Para liberarse de la identificación el hombre debe entonces estar constantemente en guardia y ser despiadado consigo mismo. Es decir, que no debe tener miedo de desenmascarar todas sus formas sutiles y escondidas. "Es indispensable ver y estudiar la identificación a fin de descubrirla en nosotros mismos hasta sus raíces más profundas. Pero la dificultad de la lucha contra la identificación se acrecienta aún más por el hecho de que cuando la gente la nota, la mira como una cualidad excelente y le concede los nombres de «entusiasmo», «celo», «pasión», «espontaneidad», «inspiración», etc. Consideran que realmente no pueden hacer un buen trabajo en cualquier terreno sino en estado de identificación. En realidad esto es una ilusión. En tal estado el hombre no puede hacer nada sensato. Y si la gente pudiera ver lo que significa el estado de identificación, cambiaría de opinión. El hombre identificado no es más que una cosa, un trozo de carne; pierde hasta la poca semejanza que tenía con un ser humano. En el Oriente, donde se fuma el hashish y otras drogas, a menudo sucede que un hombre se identifica con su pipa hasta el punto de considerarse a sí mismo como una pipa. Esto no es un chiste, sino un hecho. Se toma efectivamente una pipa. Esto es la identificación. Pero para llegar a esto no son necesarios en lo más mínimo el hashish o el opio. Miren a la gente en las tiendas, los teatros o restaurantes. Vean cómo se identifican con las palabras cuando discuten o tratan de probar algo, sobre todo algo que no conocen. No son más que deseo, avidez, o palabras; de ellos mismos no queda nada. "La identificación es el principal obstáculo para el recuerdo de sí. Un hombre que se identifica es incapaz de recordarse a sí mismo. Para poder recordarse a sí mismo, primero es necesario no identificarse. Pero para aprender a no identificarse, ante todo el hombre debe no identificarse consigo mismo, no llamarse a sí mismo «Yo», siempre y en todas las ocasiones. Debe recordar que hay dos en él,
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que hay él mismo, es decir Yo en él, y el otro con el cual debe luchar y al que debe vencer si quiere alcanzar cualquier rosa. Mientras un hombre se identifique o sea susceptible de identificarse, es esclavo de todo lo que puede sucederle. La libertad significa ante todo liberarse de la identificación. "Después de haber estudiado la identificación en general, hay que prestar atención a uno de sus aspectos particulares: la identificación con las personas que toma la forma de la «consideración». "Hay varias clases de consideración. "En la mayoría de los casos un hombre se identifica con lo que piensan los demás de él, con la forma en que lo tratan, con la actitud que tienen hacia él. Un hombre piensa siempre que los demás no lo aprecian lo suficiente, que no son suficientemente corteses o atentos. Todo esto lo atormenta, lo preocupa, lo vuelve receloso y hace que desperdicie una cantidad enorme de energía en conjeturas o en suposiciones; de esta manera desarrolla en él una actitud desconfiada y hostil respecto a los demás. Cómo lo han mirado, lo que se piensa de él, lo que se dice de él, todo esto toma una importancia enorme a sus ojos. "Y no solo «considera» a las personas sino también a la sociedad y a las condiciones históricas. Todo lo que a tal hombre le desagrada le parece injusto, ilegítimo, falso e ilógico. Siempre el punto de partida de su juicio es que las cosas pueden y deben ser cambiadas. La «injusticia» es una de las palabras que sirven a menudo de máscara para la «consideración». Cuando un hombre se convence de que lo que lo subleva es una «injusticia», el dejar de considerar equivaldría para él a «reconciliarse con la injusticia». "Hay personas capaces no sólo de «considerar» la injusticia o el poco caso que se les hace, sino de «considerar» aun el estado del tiempo. Esto parece ridículo, pero es un hecho: la gente es capaz de considerar el clima, el calor, el frío, la nieve, la lluvia; pueden enojarse e indignarse contra el mal tiempo. El hombre toma todo de una manera personal, como si
todo en el mundo hubiese sido dispuesto especialmente para complacerlo o por el contrario para causarle desagrado y fastidio. "Todo esto no es sino una forma de «identificación» y se podrían citar muchas otras formas. Este tipo de consideración se basa enteramente en las «exigencias». El hombre en su fuerointerno «exige» que todo el mundo lo tome por alguien notable, a quien cada cual debería constantemente mostrar respeto, estima y admiración por su inteligencia, su belleza, su habilidad, su sentido del humor, su presencia de ánimo, su originalidad y todas sus otras cualidades. Esta «exigencias» se basan a su vez en la noción completamente fantástica que la gente tiene de si misma, lo que sucede muy a menudo aun con personas de apariencia muy modesta. En cuanto a los escritores, actores, músicos, artistas y políticos, son casi sin excepción unos enfermos. ¿Y de qué sufren? Ante todo de una extraordinaria opinión de sí mismos, luego de exigencias y finalmente de «consideración», es decir de una predisposición para ofenderse por la menor falta de comprensión o de apreciación. "Hay todavía otra forma de «consideración» que puede quitarle al hombre una gran parte de su energía. Tiene como punto de partida la actitud que consiste en creer que no considera lo suficiente a otra persona y que ésta se ofenda por esto. Comienza a decirse que quizá él no piensa lo suficiente en esta otra persona, que no le presta suficiente atención y que no le da un lugar suficientemente grande. Todo esto no es sino debilidad. Los hombres se tienen miedo unos a otros. Y esto puede llegar muy lejos. He visto estos casos muy a menudo. Un hombre puede llegar de esta manera a perder el equilibrio, si alguna vez lo tuvo, y conducirse de manera completamente insensata. Se molesta contra sí mismo, y siente cuan estúpido es, pero no se puede detener, porque en este caso, de lo que se trata es precisamente de «no considerar». "Otro ejemplo, quizá peor aún, es el del hombre que considera que según él «debería» hacer algo, mientras en realidad no tiene absolutamente nada que hacer. «Deber» y «no deber» es un problema difícil: es difícil comprender cuándo un hombre realmente «debe» y cuándo «no debe». Esta cuestión no se puede abordar sino desde el punto de vista de la «meta». Cuando un hombre tiene una meta, debe hacer exclusivamente lo que le permita acercarse, y nada que pueda alejarlo de ella. "Como ya lo he dicho, las personas se imaginan a menudo que si comienzan a combatir la «consideración» en sí mismas, perderían su sinceridad y tienen miedo porque piensan que en este caso perderán algo, una parte de sí mismas. Aquí se produce el mismo fenómeno que en las tentativas de lucha contra la expresión de las emociones desagradables. La única diferencia es que en este último caso el hombre lucha contra la expresión «exterior» de sus emociones y en el otro, contra la manifestación «interior» de emociones que quizás sean las mismas. "Por supuesto este miedo de perder su sinceridad es un engaño, una de esas fórmulas engañosas en que descansa la debilidad humana. El hombre no puede impedir el identificarse ni el «considerar interiormente», no puede impedir el expresar sus emociones desagradables, por la sola razón de que es débil. La identificación, la consideración, la expresión de emociones desagradables son manifestaciones de su debilidad, de su impotencia, de su incapacidad de dominarse. Pero como no quiere confesarse esta debilidad, la llama «sinceridad» u «honradez», y se dice a sí mismo que no desea luchar contra su sinceridad, cuando de hecho es incapaz de luchar contra sus debilidades. "La sinceridad, la honradez, son en realidad algo totalmente diferente. Lo que por lo general se llama «sinceridad» es simplemente un rehusar a refrenarse. En lo más profundo de sí mismo todo hombre lo sabe bien. De manera que cada vez que pretende no perder su sinceridad, se miente a sí mismo. "He hablado hasta ahora de la consideración interior. Seria posible dar muchos otros ejemplos. Pero les toca a ustedes el hacerlo, quiero decir que a ustedes les toca buscar estos ejemplos, en sus observaciones sobre ustedes mismos y sobre los otros. "Lo contrario de la consideración interior la consideración exterior constituye en parte un medio de lucha contra ella. La consideración exterior se basa en una especie de relación con la gente que es totalmente diferente de la consideración interior. Es una adaptación a la gente, a su comprensión y a sus exigencias. Al considerar
CIRCULO INTERNO exteriormente, un hombre realiza todo lo necesario para hacerse la vida más fácil a sí mismo y a los demás. La consideración exterior necesita un conocimiento de los hombres, una comprensión de sus gustos, de sus hábitos y de sus prejuicios. Al mismo tiempo, la consideración exterior requiere un gran poder sobre si mismo, un gran dominio de sí. Sucede muy a menudo que un hombre desea sinceramente expresar o mostrar a alguien de una u otra manera lo que realmente piensa de él o lo que siente respecto a él. Si es débil, cede naturalmente a su deseo, tras lo cual se justifica diciendo que no quería mentir, que no quería fingir, que quería ser sincero. Luego, se convence a sí mismo de que la culpa era del otro. Quería realmente considerarlo y aun estaba dispuesto a ceder, no quería disputas, etc... Pero el otro rehusó considerarlo, así que no había nada que hacer con él. Sucede a menudo que un hombre comienza con una bendición y termina con una injuria. Decide no considerar a los demás y después los censura por no considerarlo a él. Este ejemplo muestra cómo la consideración exterior degenera en consideración interior. Pero si un hombre se recuerda realmente a sí mismo, comprende que el otro es tan máquina como él. Entonces se pondrá en el lugar del otro. Al hacerlo, llegará a ser realmente capaz de comprender lo que el otro piensa y siente. Si se puede comportar así, su trabajo se vuelve mucho mas fácil para el. Pero si se acerca a un hombre con sus propias exigencias, no obtendrá sino una nueva consideración interior. "Es muy importante en el trabajo una justa consideración exterior. A menudo sucede que hombres que comprenden muy bien la necesidad de la consideración exterior en la vida, no comprenden esta necesidad en el trabajo; deciden que justamente porque trabajan sobre sí mismos, tienen el derecho de no considerar. Mientras que en realidad, en el trabajo, es decir para que éste sea eficaz, es necesario diez veces más consideración exterior que en la vida corriente, porque solamente la consideración exterior del alumno puede mostrar su valoración y su comprensión del trabajo; en efecto, los resultados del trabajo son siempre proporcionales a la valoración y a la comprensión que se tiene de él. Recuerden que el trabajo no puede comenzar y proseguir en un nivel más bajo que el del «hombre de la calle», es decir, en un nivel inferior al de la vida ordinaria. Es un principio de los más importantes, que es olvidado muy fácilmente. Pero hablaremos de esto más tarde." G. nos recordó una vez más el hecho de que olvidamos constantemente las dificultades de nuestra situación. Ustedes piensan a menudo de una manera muy ingenua, dijo. Creen que ya pueden «hacer». Es cierto que deshacerse de esta convicción es la cosa más difícil del mundo. Ustedes no comprenden toda la complejidad de su estructura interior, no se dan cuenta de que cada esfuerzo, además de los resultados deseados —si es que los produce— trae miles de resultados inesperados, a menudo indeseables. Por ende, olvidan constantemente (y aquí mismo está su más grave error) que no comienzan por el principio, con una linda máquina completamente nueva y limpia. Hay detrás de cada uno años de vida errónea y estúpida. Siempre han cedido a sus debilidades, siempre han cerrado los ojos a sus errores, tratando de evitar toda verdad desagradable; mintiéndose a sí mismos constantemente, justificándose, culpando a los demás, y así sucesivamente. Es inevitable que todo esto haya dañado su máquina. Por un lado está sucia, oxidada en varios sitios; por otro lado su mal funcionamiento ha hecho surgir dispositivos artificiales. "Estos dispositivos artificiales se opondrán a cada instante a sus buenas intenciones. "Se llaman «topes». "«Tope» es un término que necesita una explicación especial. Todos saben lo que son los topes de los vagones de ferrocarril: aparatos amortiguadores de choques. En la ausencia de estos topes los menores choques de un vagón contra el otro podrían ser muy desagradables y peligrosos. Los topes atenúan los efectos de estos choques y los hacen imperceptibles. "En el hombre existen dispositivos exactamente análogos. No son creados por la naturaleza sino por el hombre mismo, aunque involuntariamente. En su origen se encuentran las múltiples contradicciones de sus opiniones, de sus sentimientos, de sus simpatías, de lo que dice, de lo que hace. Si un hombre tuviese que sentir durante
su vida entera todas las contradicciones que están en él, no podría vivir ni actuar tan tranquilamente como ahora. Sin cesar se producirían en él fricciones; sus inquietudes no lo dejarían reposar nunca. No podemos ver cuan contradictorios y hostiles entre sí son los diferentes «yoes» que forman nuestra personalidad. Si un hombre pudiera sentir todas estas contradicciones sentiría lo que él realmente es. Sentiría que está loco. Para nadie es agradable sentirse loco. Además, tal pensamiento priva al hombre de su confianza en sí mismo, debilita su energía, frustra su «respeto de sí mismo». De una manera u otra, tiene entonces que dominar este pensamiento o desterrarlo. O bien tiene que destruir sus contradicciones o dejar de verlas y de sufrirlas. Un hombre no puede destruir sus contradicciones, pero deja de sentirlas cuando los topes aparecen en él. A partir de entonces ya no siente los impactos que resultan del choque entre perspectivas, emociones y palabras contradictorias. "Los «topes» se forman lenta y gradualmente. Muchísimos se crean artificialmente por la «educación». Otros deben su existencia a la influencia hipnótica de toda la vida circundante. El hombre está rodeado de gente que habla, piensa, siente, vive por medio de sus «topes». Al imitarlos en sus opiniones, acciones y palabras crea involuntariamente en sí mismo «topes» análogos que le hacen la vida más fácil, ya que es muy duro vivir sin «topes». Pero éstos impiden toda posibilidad de desarrollo interior porque están hechos para amortiguar los choques; empero, los choques, y sólo ellos, pueden sacar al hombre del estado en que vive, es decir, despertarlo. Los «topes» arrullan el sueño del hombre y le dan la agradable y apacible sensación de que todo irá bien, que no existen las contradicciones y que puede dormir en paz. Los «topes» son dispositivos que permiten al hombre tener siempre la razón: le impiden sentir su conciencia moral. "La «conciencia» es otro término que necesita explicación. "En la vida ordinaria, se toma el concepto de «conciencia» de una manera demasiado simple. ¡Como si nosotros tuviéramos conciencia! De hecho, el concepto de «conciencia moral», dentro del dominio emocional, equivale al concepto de «intuición intelectual» dentro del dominio intelectual. Y así como no tenemos intuición intelectual tampoco tenemos
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conciencia moral. "La intuición intelectual es un estado en el cual el hombre conoce de una manera inmediata y total todo lo que sabe en general; un estado en el cual es capaz de ver cuán poco sabe y cuántas contradicciones hay en lo que sabe. "La conciencia moral es un estado en el cual el hombre siente de una manera inmediata y total todo lo que siente en general o puede sentir. Y como cada uno tiene en sí millares de sentimientos contradictorios, que van desde una constatación profundamente escondida de su propia nulidad, hasta las formas más estúpidas de la infatuación — y de toda clase de terrores hasta la presunción, la suficiencia y la autoidolatría — sentir todo esto simultáneamente no sólo sería doloroso; sería insoportable. La ausencia de términos adecuados nos obliga a traducir consciousness por "intuición intelectual" y conscience por "conciencia moral". "Si un hombre cuyo mundo interior consiste por entero de contradicciones, sintiese a la vez todas sus contradicciones, si sintiese súbitamente que ama todo lo que odia, y que odia todo lo que ama, que miente cuando dice la verdad y que dice la verdad cuando miente; y si pudiese sentir la vergüenza y el horror de tal mezcolanza — conocería entonces el estado que se llama «conciencia moral». Un hombre no puede vivir en tal estado; tiene que destruir las contradicciones o destruir la conciencia. No puede destruir la conciencia, pero si no puede destruirla, puede hacerla dormir, lo que significa que puede separar en sí mismo mediante barreras impenetrables un sentimiento de otro, nunca verlos juntos, no sentir- nunca su incompatibilidad ni lo absurdo de su coexistencia. "Pero felizmente para el hombre, es decir para su paz y su sueño, este estado de conciencia es muy raro. Desde su más tierna infancia, los topes han comenzado a desarrollarse y a fortalecerse en él, quitándole progresivamente toda posibilidad de ver sus contradicciones interiores; por consiguiente, para él no hay el menor peligro de un súbito despertar. El
despertar sólo es posible para aquellos que lo buscan, que lo quieren, y que están dispuestos a luchar consigo mismos, a trabajar sobre si mismos, mucho tiempo y con perseverancia para obtenerlo. Con este fin, es absolutamente necesario destruir los «topes», es decir, ir al encuentro de todos los sufrimientos interiores que están ligados a la sensación de las contradicciones. Además, la destrucción misma de los «topes» exige un trabajo muy largo, y un hombre tiene que estar de acuerdo con este trabajo, comprendiendo bien que para él el despertar de su conciencia estará acompañado de todas las incomodidades y de todos los sufrimientos imaginables. "Pero la conciencia moral es el único fuego que puede fundir todos los polvos metálicos del crisol, del que ya hemos hablado, y crear la unidad que el hombre no poseía en el estado en que emprendió el estudio de sí mismo. "El concepto de «conciencia moral» nada tiene en común con el de «moralidad». "La conciencia moral es un fenómeno general y permanente. Es la misma para todos los hombres y no es posible sino en ausencia de los «topes». Desde el punto de vista de las diferentes categorías de hombres, podemos decir que existe la conciencia del hombre que no tiene contradicciones. Esta conciencia no es sufrimiento, sino una alegría de carácter enteramente nuevo, y que somos incapaces de comprender. El despertar aun momentáneo de la conciencia moral en un hombre con millares de «yoes» diferentes implica obligatoriamente el sufrimiento. Por tanto, si estos instantes de conciencia se repiten más a menudo y duran cada vez más, si el hombre no les teme, sino por el contrario coopera con ellos y trata de guardarlos y prolongarlos, un elemento de alegría muy sutil, un gusto anticipado de la verdadera «conciencia lúcida» penetrará gradualmente en él. "El concepto de moralidad no es general. La moralidad está hecha de «topes». No hay una moral común: lo que es moral en la China es inmoral en Europa y lo que es moral en Europa es inmoral en la China, lo que es moral en San Petersburgo es inmoral en el Cáucaso y lo que es moral en el Cáucaso no lo es en San Petersburgo. Lo que es moral para una clase de la sociedad es inmoral para otra y viceversa. La moral es siempre y en todas partes un fenómeno artificial. Está hecha de múltiples «tabúes», es decir de restricciones y de exigencias variadas, algunas veces sensatas en su raíz, otras veces habiendo perdido todo sentido, o no habiéndolo tenido nunca porque han sido establecidas sobre una base falsa, sobre un terreno de supersticiones y de terrores imaginarios. "La moralidad está hecha de «topes». Y puesto que hay topes de todas clases y como las condiciones de vida varían considerablemente en los diferentes países, en diferentes épocas y entre distintas clases sociales, la moral así establecida es también muy diversa y contradictoria. No existe una moral común a todos. Asimismo es imposible decir que hay una sola moral para toda Europa, por ejemplo. Se dice algunas veces que la moral europea es la «moral cristiana». Pero ante todo, la idea de «moral cristiana» admite en sí misma un número muy grande de interpretaciones, y muchos crímenes han sido justificados por esta «moral cristiana». Luego la Europa moderna no tiene realmente casi nada en común con la «moral cristiana» cualquiera que sea el sentido que se le atribuya. "En todo caso, si es la «moral cristiana» la que ha llevado a Europa a la guerra que se desarrolla actualmente, ¿no sería preferible mantenerse tan alejado como fuese posible de tal moral? Muchas personas dicen que no comprenden el aspecto moral de su enseñanza, dijo uno de nosotros. Y otros dicen que su enseñanza no comporta moral alguna. ¡Seguro que no! dijo G. A la gente le gusta mucho hablar de moral. Pero la moral es una simple autosugestión. Lo que es necesario es la conciencia. No enseñamos moral. Enseñamos cómo se puede descubrir la conciencia. La gente no se pone contenta cuando decimos esto. Dicen que no tenemos amor. Simplemente porque no alentamos la debilidad y la hipocresía, sino por el contrario arrancamos todas las máscaras. Aquél que desea la verdad no hablará de amor o Cristianismo porque sabe cuán lejos está de esto. La doctrina cristiana es para los Cristianos. Y los Cristianos son aquellos que viven de acuerdo con Cristo, es decir que hacen todo según sus preceptos. ¿Pueden vivir en conformidad con los preceptos de Cristo, aquellos que hablan de amor y de moral? Naturalmente, no lo pueden hacer; pero siempre habrá habladurías de este tipo y siempre habrá gente para quien las palabras pesarán más que las cosas. Sin embargo, hay una señal que nunca falla: quienes hablan de tal manera son hombres vacíos; no vale la pena perder el tiempo con ellos.
CIRCULO INTERNO "La moral y la conciencia son dos cosas bien diferentes. Una conciencia nunca puede contradecir a otra. Pero una moral siempre puede contradecir y aun negar fácilmente a otra moral. Las morales se destruyen completamente unas a otras. Los hombres con «topes» pueden ser muy morales. Pero sus «topes» pueden ser diferentes; dos hombres muy morales pueden entonces considerarse el uno al otro muy inmorales. Por regla general esto es casi inevitable. Cuanto más «moral» es un hombre tanto más estima «inmorales» a los demás hombres «morales», que no lo son de la misma manera que él. "La idea de moral está ligada a la idea de buena o mala conducta. Pero la noción del bien y del mal difiere de un hombre a otro; siempre es subjetiva en el hombre No 1, 2 ó 3, y cada vez es función del momento o de la situación. El hombre subjetivo no puede tener una concepción general del bien y del mal. Para el hombre subjetivo, el mal es todo lo que se opone a sus deseos, a sus intereses, o a su concepción del bien. "Se puede decir que para el hombre subjetivo, el mal en realidad no existe. Para él no existen sino diversas concepciones del bien. Nadie jamás hace nada deliberadamente por servir al mal, por amor al mal. Cada uno actúa por servir al bien como él lo entiende. Pero cada uno lo entiende de diferente manera. Por consiguiente los hombres se despedazan y se asesinan por servir al bien. La razón es siempre la misma: su ignorancia y el profundo sueño en que viven. "Esto es tan evidente que aun parece extraño que la gente no piense en ello. En todo caso, el hecho es que no pueden llegar a esta comprensión, y cada uno considera «su bien» como el único bien, y todo el resto como el mal. Seria ingenuo y perfectamente vano el alimentar la esperanza de que los hombres pudieran comprender alguna vez y desarrollar en ellos una idea general e idéntica del bien. Pero ¿no existen el bien y el mal por sí mismos, fuera del hombre? preguntó uno de los presentes. Sí, dijo G., solamente que esto está muy lejos de nosotros y no vale la pena perder nuestro tiempo tratando de comprenderlo ahora. Recuerden simplemente esto: la única posible y permanente idea del bien y del mal para el hombre está ligada a la idea de la evolución; por supuesto, no a la idea de la evolución mecánica sino a la idea del desarrollo del hombre por sus esfuerzos conscientes, por el cambio de su ser, por la creación de la unidad en él. y por la formación de un Yo permanente. "No se puede formar en el hombre una idea permanente del bien y del mal si no está puesta en relación con una meta permanente y una comprensión permanente. Si un hombre comprende que esta dormido, y si tiene deseo de despertar, todo cuanto pueda ayudarle será el bien, y todo cuanto obstaculice su camino, todo cuanto tienda a prolongar su sueño, será el mal. De la misma manera él podrá discernir exactamente lo que es bueno y malo para los demás. Lo que les ayuda a despertar es bueno, lo que se lo impide es malo. Pero sólo es así para aquellos que quieren despertarse, es decir para aquellos que comprenden que están dormidos. Los que no se dan cuenta que están dormidos y que no pueden tener deseos de despertar. no pueden tener la comprensión del bien y del mal. Y como en su inmensa mayoría las personas no se dan cuenta y jamás se darán cuenta de que están dormidas, nunca podrá existir para ellas el bien y el mal. "Esto contradice las ideas generalmente aceptadas. La gente tiene el hábito de pensar que el bien y el mal deben ser el bien y el mal para todo el mundo, y sobre todo, que el bien y el mal existen para todo el mundo. En realidad, el bien y el mal no existen sino para un pequeño número, para aquellos que tienen una meta y se dirigen hacia esta meta. Entonces, para ellos, lo que va en contra de su meta es el mal, y lo que les ayuda es el bien. "Pero la mayoría de los durmientes dirán naturalmente que tienen una meta y que siguen una dirección definida. Para un hombre el darse cuenta de que no tiene meta y de que no va a ninguna parte es el signo de que se aproxima a un despertar; es signo que el despertar llega a ser realmente posible para él. El despertar de un hombre empieza en el instante en que se da cuenta de que no va a ninguna parte y de que no sabe a dónde ir, "Como ya hemos dicho, los hombres se atribuyen un gran número de cualidades que en realidad no pueden pertenecer sino a aquellos que han alcanzado un grado más elevado de desarrollo y un grado más elevado de evolución que los de los hombres Nº 1, 2 y 3. La individualidad, un «Yo» único y permanente, la
conciencia, la voluntad, la capacidad de «hacer». un estado de libertad interior — ninguna de estas cualidades pertenece al hombre ordinario, no más que la idea del bien y del mal, cuya misma existencia está ligada a una meta permanente, a una dirección permanente y a un centro de gravedad permanente. "La idea del bien y del mal algunas veces está ligada con la idea de la verdad y la mentira. Pero para el hombre ordinario, la verdad y la mentira no existen más de lo que existen el bien y el mal. "La verdad permanente y la mentira permanente sólo pueden existir para un hombre permanente. Si un hombre cambia continuamente, la verdad y la mentira también cambiarán continuamente para él. Si a cada momento cada hombre está en un estado diferente, sus concepciones de la verdad serán tan diversas como sus concepciones del bien. Un hombre nunca se da cuenta de la forma en que comienza a ver como verdadero lo que ayer consideraba como falso, y viceversa. No se da cuenta de estos cambios, en la misma forma de que no se-da cuenta de la transición de uno de sus «yoes» a otro. "En la vida de un hombre ordinario, la verdad y la mentira no tienen ningún valor moral, porque un hombre nunca puede atenerse a una verdad única. Su verdad cambia. Si durante cierto tiempo ésta no cambia, es simplemente porque está mantenida por los «topes». Y un hombre nunca puede decir la verdad. Algunas veces, «se dice» la verdad, otras veces «se dice» una mentira. Por consiguiente, su verdad y su mentira están igualmente desprovistas de valor. Ni una ni otra depende de él, ambas dependen del accidente. Y esto no es menos verdadero en lo que concierne a las palabras de un hombre, a sus pensamientos, a sus sentimientos y a sus concepciones de la verdad y de la mentira. "Para comprender la interdependencia de la verdad y de la mentira en su vida, un hombre debe llegar a comprender su mentira interior, las mentiras incesantes que se dice a sí mismo. "Estas mentiras son producidas por los «topes». Para llegar a destruir las mentiras que inconscientemente se fabrica a sí mismo, así como las que inconscientemente presenta a los demás, los .«topes» deben ser destruidos. Pero el hombre no puede vivir sin «topes». Éstos gobiernan automáticamente todas sus acciones, todas sus palabras, todos sus pensamientos y todos sus sentimientos. Si los topes fuesen destruidos, desaparecería lodo control. Un hombre no puede existir sin control, aunque sólo se trate de un control automático. Sólo un hombre que
CIRCULO INTERNO posee la voluntad, es decir un control consciente, puede vivir sin «topes». Por consiguiente, si un hombre comienza a destruir los «topes» en sí mismo, debe al mismo tiempo desarrollar una voluntad. Y como la voluntad no puede ser creada a pedido ya que esto requiere tiempo, el hombre corre el riesgo de encontrarse abandonado con sus «topes» demolidos y con una voluntad aún no suficientemente fuerte. Entonces la única posibilidad que podría tener en esta fase crítica es de ser controlado por otra voluntad ya fortalecida. "Es por esta razón por lo que en el trabado de escuela, que trae consigo la destrucción de los «topes», un hombre debe estar dispuesto a someterse a la voluntad de otro mientras que su propia voluntad no esté todavía plenamente desarrollada. En general, el problema de esta subordinación a la voluntad de otro hombre es lo primero que se estudia. Empleo la palabra «estudiar» porque el hombre tiene que comprender por qué es indispensable tal obediencia, y tiene que aprender a obedecer. Esto no es nada fácil. Un hombre que comienza el trabajo del estudio de sí con la meta de llegar a un control sobre sí mismo, todavía está acostumbrado a creer en el valor de sus propias decisiones. El mismo hecho que haya visto la necesidad de cambiarse le muestra que sus decisiones son correctas y refuerza la creencia que pone en ellas. Pero cuando comienza a trabajar sobre sí mismo, un hombre tiene que abandonar sus propias decisiones, tiene que «sacrificar sus propias decisiones», porque de otro modo la voluntad del hombre que dirige su trabajo no podría controlar sus acciones. "En las escuelas del camino religioso la primeraexigencia es la obediencia, es decir la sumisión total y absoluta, pero sin comprensión. Las escuelas del cuarto camino exigen, antes que nada, la comprensión. Los resultados de los esfuerzos son siempre proporcionales a la comprensión. "El renunciamiento a sus propias decisiones, la sumisión a la voluntad de otro, pueden presentar dificultades insuperables para un hombre, si no ha llegado a darse cuenta de antemano que de esta manera
no sacrifica ni cambia realmente nada en su vida, ya que toda su vida él ha estado sometido a alguna voluntad ajena y que realmente nunca ha tomado ninguna decisión por sí mismo. Pero el hombre no es consciente de esto. Considera que tiene el derecho de escoger libremente. Le es duro renunciar a la ilusión de que él mismo dirige y organiza su vida. Sin embargo, no hay trabajo posible sobre sí, mientras no se haya liberado de esta ilusión. "El hombre debe darse cuenta de que él no existe; debe darse cuenta de que no puede perder nada porque no tiene nada que perder: debe darse cuenta de su nadidad en el sentido más fuerte de esta palabra. "Este conocimiento de su propia nadidad, y sólo ello. puede acabar con el miedo de someterse a la voluntad de otro. Aunque parezca muy extraño, este miedo es en realidad uno de los mas glandes obstáculos que encuentra el hombre en el camino. El hombre teme que le llagan cosas contrarias a sus principios, a sus concepciones, a su ideas. Además, este temor produce de inmediato en él la ilusión de que realmente tiene principios. concepciones y convicciones, que en realidad nunca ha tenido ni sería capaz de tener. Un hombre que durante toda su vida nunca se ha preocupado por la moral, de repente se espanta con la idea de que le harán hacer algo inmoral. Un hombre que nunca se ha ocupado de su salud y que ha hecho todo lo posible por arruinarla, comienza a temer que se verá forzado a hacer algo que le pueda hacer daño. Un hombre que por todas partes durante toda su vida ha mentido a todo el mundo de la manera mas descarada, tiembla al pensar que se le pueda pedir que mienta. Conocí un borracho que a lo que mas temía en el mundo era a que se le hiciera beber. "Muy a menudo, el miedo de someterse a la voluntad de otro se manifiesta en forma tal, que nada puede lograrse. El hombre no comprende que la subordinación a la voluntad de otro, a la cual se adherirá conscientemente, es el único camino que puede conducirlo a la adquisición de una voluntad propia." La vez siguiente G. regreso a la cuestión de la voluntad: La cuestión de la voluntad, de nuestra propia voluntad y de la voluntad de otro hombre, dijo él, es mucho mas compleja de lo que parece a primera vista. Un hombre no tiene suficiente voluntad para hacer, es decir para dominarse a sí mismo y controlar sus acciones, pero tiene suficiente voluntad para obedecer a otra persona. Y solo de esta manera puede escapar a la ley de accidente. No hay otro camino. "Ya he hablado del destino y del accidente en la vida del hombre. Examinemos ahora en detalle el sentido de estas palabras. El destino mismo existe pero no para todo el mundo. La mayoría de la gente está separada de su destino y vive solamente bajo la ley del accidente. El destino es el resultado de las influencias planetarias que corresponden a un tipo de hombre dado. Hablaremos de los tipos mas adelante. Mientras tanto comprendan esto: el hombre puede tener el destino que corresponde a su tipo pero prácticamente no lo tiene nunca. Y esto porque el destino concierne a una sola parte del hombre, su esencia. "Recordemos que el hombre está constituido por dos partes: esencia y personalidad. La esencia en el hombre es lo que le pertenece. La personalidad en el hombre es «lo que no le pertenece». «Lo que no le pertenece» significa: lo que le ha venido de afuera, lo que él ha aprendido, o lo que él refleja; todas las huellas de impresiones exteriores grabadas en la memoria y en las sensaciones, todas las palabras y todos los movimientos que le han sido enseñados, todos los sentimientos creados por imitación, todo esto es «lo que no le pertenece», todo esto es la personalidad. "Desde el punto de vista de la psicología ordinaria, la división del hombre en personalidad y esencia es difícilmente comprensible. Sería más exacto decir que la psicología lo ignora todo acerca de esta división. "Un niño pequeño no tiene todavía personalidad. Él es lo que realmente es. Es esencia. Sus deseos, sus gustos, lo que quiere y lo que no quiere expresan su ser tal cual es. "Pero tan pronto interviene aquello que llamamos «educación», la personalidad comienza a crecer. La personalidad se forma en parte bajo la acción de influencias intencionales, es decir, de la educación, y en parte por el hecho de la involuntaria imitación de los adultos por el niño mismo. En la formación de la personalidad, también desempeña un gran papel la «resistencia» del niño a los que le rodean y sus esfuerzos por disimular ante ellos lo que le «pertenece», lo que es «real». "La esencia es la verdad en el hombre; la personalidad es la mentira. Pero a medida que aumenta
CIRCULO INTERNO la personalidad, la esencia se va manifestando más y más raramente, más y más débilmente; aun muchas veces la esencia se detiene en su crecimiento a una edad muy temprana y no puede crecer más. Muy a menudo ocurre que el desarrollo de la esencia de un adulto, aun de un hombre muy intelectual o en el sentido corriente de la palabra, muy culto, se ha detenido al nivel de desarrollo de un niño de cinco a seis años. Esto significa que nada de lo que vemos en este hombre le pertenece en realidad: lo que le pertenece, lo que le es propio, es decir su esencia, se manifiesta habitualmente sólo en sus instintos y en sus emociones más simples. Sin embargo, en ciertos casos la esencia puede crecer paralelamente a la personalidad. Tales casos representan muy raras excepciones, especialmente en las condiciones de vida de los hombres «cultos». La esencia tiene más oportunidades para desarrollarse en los hombres que viven en estrecho contacto con la naturaleza, en condiciones difíciles en las cuales es necesario constantemente combatir y superar los peligros. "Más como regla general la personalidad de tales hombres está muy poco desarrollada. Tienen más de «lo que realmente les pertenece» pero están casi desprovistos de «lo que no les pertenece»; en otros términos les falta educación e instrucción, les falta cultura. La cultura crea la personalidad; al mismo tiempo es también producto y el resultado de esta última. No nos damos cuenta de que toda nuestra vida, todo lo que llamamos civilización, ciencia, filosofía, arte, política, son creaciones de la personalidad, es decir, de todo lo que en el hombre «no le pertenece». "En el hombre, el elemento que «no le pertenece» difiere mucho de lo que «le es propio» por el hecho de que puede ser perdido, alterado o quitado por medios artificiales. "Es posible obtener una confirmación experimental de esta relación de la personalidad a la esencia. En las escuelas del Oriente, se conocen medios y métodos mediante los cuales se pueden separar la esencia y la personalidad de un hombre. Con este fin, se sirven a veces del hipnotismo o de narcóticos especiales, otras veces de ciertas clases de ejercicios. Si por uno u otro de estos medios se separan la personalidad y la esencia de un hombre por un cierto tiempo, se ven dos seres completamente formados, coexistentes de alguna manera en él, que hablan distintas lenguas, que tienen gustos, intereses y metas totalmente diferentes, y a menudo se descubre que uno de los dos se ha quedado en el nivel de un niño muy pequeño. Si el experimento se prolonga, es posible dormir uno de estos dos seres; o bien el experimento puede comenzar con esto, es decir, poniendo a dormir ya sea la personalidad, ya sea la esencia. Ciertos narcóticos tienen la propiedad de dormir a la personalidad sin afectar la esencia. Después de haberle hecho tomar a un hombre el narcótico, se puede ver desaparecer su personalidad por un cierto tiempo, quedándole sólo su esencia. Ocurre que un hombre lleno de ideas variadas y exaltadas, lleno de simpatías y antipatías, de amor, de odio, de apegos, de patriotismo, de hábitos, de gustos, de deseos, de convicciones, de repente se revela completamente vacío, desprovisto de todos sus pensamientos, sentimientos, convicciones y de todo punto de vista personal sobre las cosas. Todo aquello que lo había agitado anteriormente ahora lo deja completamente indiferente. A veces, puede así percibir el carácter artificial e imaginario de sus estados de ánimo habituales y de sus frases pomposas; y aun sucede que puede olvidarlas completamente como si esto no hubiera existido nunca. Tales cosas, por las cuales estaba dispuesto a sacrificar su vida, ahora le parecen ridículas, o insensatas, o indignas de su atención. Todo lo que puede encontrar en sí mismo es un pequeño número de inclinaciones instintivas y de gustos. Le gustan los caramelos, el calor, no le gusta el frío, no quiere trabajar más, o por el contrario, le gusta hacer ejercicio. Esto es todo. "En ciertos casos muy raros, y a veces cuando menos se espera, la esencia se revela plenamente adulta, plenamente desarrollada, aun cuando la personalidad no lo este; y en tales circunstancias, la esencia engloba todo lo que es firme y real en un hombre. "Pero esto sucede muy rara vez. Por regla general, la esencia del hombre es o bien primitiva, salvaje e infantil, o simplemente estúpida. El desarrollo de la esencia es fruto del trabajo sobre sí. "Un momento muy importante en el trabajo sobre sí es aquel en que un hombre
comienza a distinguir entre su personalidad y su esencia. El verdadero «Yo» de un hombre, su individualidad, no puede crecer sino a partir de su esencia. Se puede decir que la individualidad de un hombre es su esencia ya adulta, madura. Pero para permitir que crezca la esencia, es indispensable ante todo atenuar la constante presión que la personalidad ejerce sobre ella, porque en la personalidad están contenidos los obstáculos al crecimiento de la esencia. "Si consideramos al hombre culto promedio, veremos que en la inmensa mayoría de los casos, en tal hombre su personalidad es el elemento activo, mientras su esencia es el elemento pasivo. El crecimiento interior de un hombre no puede comenzar mientras este orden de cosas no cambie. La personalidad debe volverse pasiva y la esencia, activa. Esto no puede producirse hasta que se quiten o se debiliten los «topes», puesto que los «topes», en su conjunto, constituyen el arma principal de la que se sirve la personalidad para mantener sujeta a la esencia. "Como ya hemos dicho, la esencia de los hombres poco cultos, es en general mucho más desarrollada que la de los hombres cultos. Parece entonces que ellos deberían estar mas cerca de la posibilidad de un desarrollo, pero en realidad no es así, porque su personalidad se demuestra insuficientemente desarrollada. Para crecer interiormente y, desde luego, para trabajar sobre sí, un cierto grado de desarrollo de la personalidad es tan indispensable como una cierta fuerza de la esencia. La personalidad está constituida por los «rollos», y por los «topes» que resultan de cierto trabajo de los centros. Una personalidad insuficientemente desarrollada significa una falla en los rollos, es decir, una falta de saber, una falta de informaciones, una falta del material en que se basa el trabajo sobre sí. Sin cierta suma de conocimientos, sin cierta cantidad de los elementos que «no le pertenecen», un hombre no puede comenzar el trabajo sobre sí, no puede aun comenzar a estudiarse y a combatir sus hábitos mecánicos, simplemente porque para el no hay razón o motivo para emprender tal trabajo. "Esto no quiere decir que todos los caminos le están cerrados. El camino del faquir y el camino del monje, que no exigen ningún desarrollo intelectual, le quedan abiertos. Pero los medios o los métodos que pueden ser utilizados por un hombre cuyo intelecto ha sido desarrollado, le son inutilizables. De este modo, la evolución es tan difícil para un hombre sin cultura como para un hombre culto. Un hombre culto vive apartado de la naturaleza, lejos de las condiciones naturales de la existencia, dentro de condiciones artificiales de vida, que desarrollan su personalidad a expensas de su esencia. Un hombre menos culto, que
CIRCULO INTERNO viva en condiciones más normales y naturales, desarrolla su esencia a expensas de su personalidad. Para que un trabajo sobre sí pueda ser emprendido con éxito, se necesita la conjunción feliz de una personalidad y de una esencia igualmente desarrolladas. Tal conjunción dará las más grandes oportunidades de éxito. Cuando la esencia está muy poco desarrollada, es indispensable un largo periodo de trabajo preparatorio, pero todo este trabajo quedará completamente estéril, si la esencia está interiormente podrida o si ha contraído algunos defectos irremediables. Casos de este tipo se encuentran muy a menudo. Un desarrollo anormal de la personalidad detiene frecuentemente el desarrollo de la esencia en un nivel tan bajo que aquella deviene una pobre y pequeña cosa informe. De una pobre y pequeña cosa informe, nada se puede esperar. "Además, sucede a menudo que la esencia de un hombre muere mientras que su personalidad y su cuerpo permanecen vivos. Casi todas las personas que vemos en las calles de una gran ciudad son así, interiormente vacías; en realidad, están ya muertas. "Es una suerte para nosotros que no lo veamos y que no sepamos nada de ello. Si supiésemos cuántos hombres están ya muertos y cuan numerosos son los cadáveres que gobiernan nuestras vidas, el espectáculo de este horror nos haría perder la razón. De hecho, muchos hombres se han vuelto locos porque han entrevisto esta realidad sin una preparación suficiente; han visto lo que no estaban facultados para ver. Para estar en condiciones de afrontar esta visión impunemente, hay que estar en el camino. Si un hombre que no puede hacer nada viera la verdad, seguramente se volvería loco. Pero esto sucede rara vez. En el curso ordinario de las cosas, todo está ordenado en forma tal que nadie puede ver nada prematuramente. La personalidad no ve sino lo que quiere ver, y lo que no es contrario a su experiencia. No ve jamás lo que no le gusta — lo cual es a la vez una ventaja y una desventaja. Es una ventaja para el hombre que quiere dormir, y es un obstáculo para el que quiere despertar. Si la esencia está sometida a la influencia del destino, preguntó uno de nosotros, ¿significa esto que, comparado al accidente, el destino es siempre favorable al hombre? Yo quisiera Ver nota . saber si un hombre puede ser conducido al trabajo por su destino. No, respondió G., no se trata en absoluto de
esto. El destino es preferible al accidente sólo en el sentido de que es posible tomarlo en consideración; el destino puede ser conocido de antemano, y entonces es posible prepararnos para lo que nos espera. Por el contrario, en lo que se refiere al accidente no se puede saber nada. Pero el destino puede ser no menos desagradable o no menos difícil. En este caso, a pesar de todo, hay medios que permiten al hombre liberarse de su destino. "El primer paso en esta dirección consiste en sustraerse a las leyes generales. El accidente general o colectivo se produce exactamente como el accidente individual. Y así como hay un destino individual, hay también un destino general o colectivo. El accidente colectivo y el destino colectivo están gobernados por las leyes generales. Un hombre deseoso de crearse una individualidad propia debe entonces liberarse de las leyes generales. Las leyes generales no son todas ellas obligatorias para el hombre; el puede liberarse de un gran número de éstas, si llega a liberarse de «topes» y de la imaginación. Todo esto se conecta a este problema fundamental: ¿Cómo liberarse de la personalidad? La personalidad encuentra su alimento en la imaginación y la mentira. Cuando la mentira en la cual vive el hombre haya disminuido, y la imaginación se haya debilitado, la personalidad misma no tardará en declinar y el hombre podrá pasar entonces a estar bajo el control ya sea de su destino, o de una línea de trabajo que a su vez está dirigida por la voluntad de otro hombre; de esta manera, un hombre puede ser conducido hasta el punto en que una voluntad podría ser formada en él, una voluntad capaz de hacer frente a la vez al accidente, y si es necesario, al destino."Estas conversaciones se prolongaron varios meses. Evidentemente, no se trata de poder reconstruirlas en su orden exacto, porque G. tocaba muy a menudo una veintena de temas diferentes en una misma noche. Muchas cosas fueron repetidas en respuesta a las preguntas hechas; finalmente muchas ideas estaban tan estrechamente ligadas que sólo artificialmente se podría separarlas. En ese entonces, ciertas personas de un tipo bien definido ya habían tomado una actitud negativa con respecto a nuestro trabajo. Después de habernos reprochado nuestra falta de "amor", muchos de ellos se indignaron cuando hubo un pedido de dinero, de pago. A este respecto, era muy característico que los más rebeldes no eran aquellos que tenían dificultad en pagar, sino los que tenían fortuna y para quienes la suma pedida era una simple bagatela. Aquellos que no podían pagar, o que no podían pagar sino muy poco, siempre comprendían que no se podía obtener algo por nada, y que el trabajo de G., sus viajes a San Petersburgo y el tiempo que él y los otros daban al trabajo, costaban dinero. Sólo aquellos que tenían dinero no lo comprendían, y no querían comprenderlo. ¿Querría decir esto, por acaso, que el Reino de los Cielos podría ser comprado? preguntaban. Pero nunca se ha pedido dinero para tales cosas. El Cristo decía a sus discípulos: «No llevéis bolsa ni alforja» —¡y ustedes piden mil rublos! A este paso se pueden hacer excelentes negocios. Supongamos que haya un centenar de alumnos. Esto daría un ingreso de cien mil rublos. ¿Y si hubiera doscientos, trescientos alumnos? ¡Trescientos mil rublos por año, qué magnífica renta!" G. sonreía siempre cuando yo le contaba estos comentarios. —«¡No llevéis bolsa ni alforja!» Pero ¿no hay que tomar de todos modos un boleto de ferrocarril y pagar el hotel? ¡Vean su mentira y su hipocresía! No, aun si no tuviésemos ninguna necesidad de dinero, sería todavía necesario mantener está exigencia. Desde el comienzo esto nos desembarazaría de una cantidad de gente inútil. No hay nada que muestre mejor a la gente que su actitud hacia el dinero. Están listos a despilfarrar tanto y más para sus fantasías personales, pero no tienen ninguna apreciación del trabajo de otro. ¿Quizás yo debo trabajar para ellos y, gratuitamente, darles todo lo que se dignen tomar de mí? «¿Cómo puede comerciarse con el conocimiento? ¡Debe ser regalado!» dicen ellos. Es precisamente por esta razón por lo que es necesario hacerles pagar. Hay quienes jamás pasarán esta barrera. Pero si la pasan, esto significa que nunca pasarán las otras; y éstas no son las únicas razones. Más tarde usted lo verá." Estas otras razones eran muy sencillas. Eran numerosos los que de hecho no podían pagar. Y aunque G. siempre había mantenido el principio muy estrictamente, en realidad nunca rechazaba a un alumno porque éste no tuviera dinero. Y se descubrió más tarde que él mismo sostenía a un gran número de sus alumnos. Aquellos que pagaban mil rublos pagaban no solamente por ellos mismos, sino por los otros.
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Alcanzando la perfección de la vida «La forma humana de vida tiene por objeto comprender a Dios» Todo ser humano sensato se hace esta pregunta fundamental: «¿Cuál es el propósito de la vida?». Desgraciadamente, a nuestra dificultad en encontrar un significado final, se le une el hecho de que miles de filosofías, religiones e ideologías contrarias, así como también sus exponentes, compiten por nuestra lealtad. Aquí, Śrīla Prabhupāda nos da una guía sencilla e iluminadora.
El tema de hoy trata de nuestra relación con Dios. Eso es autorrealización. El movimiento de saṅkīrtana es el proceso más sencillo de autorrealización, debido a que limpia el corazón. El erróneo entendimiento que tenemos de nuestra identidad se debe al polvo que cubre el espejo de nuestra mente. En un espejo que esté cubierto de polvo, no podemos vernos. Pero si está bien limpio, entonces podemos vernos. Así que la meditación es un proceso para limpiar el corazón. Meditación significa tratar de entender nuestra relación con el Supremo. Existe una relación con todo aquello con lo cual estamos en contacto. Debido a que ahora estoy sentado en este cojín, la relación consiste en que yo me siento y el cojín me sostiene. Ustedes tienen relaciones. Ustedes son ingleses o hindúes, así que hay una relación con su sociedad, con su familia, con sus amigos. Entonces, ¿cuál es nuestra relación con Dios? Si preguntamos a todo el mundo cuál es su relación con Dios, muy poca gente podrá responder. La gente dice: «¿Qué es Dios? Dios está muerto. Yo no creo en Dios, y ni hablar de tener una relación». Debido a que esas suciedades están cubriendo sus corazones, no pueden ver. Tenemos una relación con todo; ¿por qué no tratamos de entender nuestra relación con Dios? ¿Acaso negarse es muy inteligente? No. Eso es ignorancia. Todas las criaturas de este mundo material están cubiertas por las tres modalidades de la naturaleza material. Por eso no pueden ver a Dios. No pueden entender a Dios, ni tampoco tratan de entenderlo. Pero Dios está ahí. En Inglaterra hay neblina por la mañana, así que no se puede ver el Sol que se encuentra tras la niebla. Pero, ¿acaso significa eso que no hay Sol? No podemos verlo porque tenemos los ojos cubiertos. Pero, si enviamos un telegrama a otra parte del mundo, nos responderán: «Sí, el Sol está aquí. Podemos verlo. Está muy deslumbrante, lleno de luz». Así que, cuando se niega la existencia de Dios o no se puede averiguar cuál es la relación que se tiene con Dios, eso significa que se está falto de conocimiento. No es que no haya Dios. Nosotros no podemos verlo. El Sol no está cubierto. El Sol no puede ser cubierto. La niebla o la nube o la neblina no tienen poder para cubrir el Sol. ¡Cuán grande es el Sol! Es muchísimas veces más grande que la Tierra. Y las nubes pueden cubrir a lo sumo diez, veinte o cien kilómetros. Así que, ¿cómo pueden las nubes cubrir el Sol? No. Las nubes no pueden cubrir el Sol. Ellas cubren nuestros ojos. Cuando un conejo se enfrenta a un enemigo y no puede
defenderse, cierra los ojos y piensa: «Mi enemigo ya se fue». De igual manera, estamos cubiertos por la energía externa de Dios, y pensamos: «Dios está muerto». El Señor tiene tres clases de energías. En el Viṣṇu Purāṇa se describen las energías del Señor Supremo. Y también en los Vedas, en los Upaniṣads, hay descripciones de las energías del Señor Supremo. Parāsya śaktir vividhaiva śrūyate (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.8). Śakti significa «energía». El Señor tiene múltiples energías. Los Vedas dicen: «Dios no tiene obligación de hacer nada». Nosotros tenemos que trabajar debido a que no tenemos ningún otro medio de existir tenemos que comer, deseamos disfrutar de esto, de aquello - pero, ¿por qué habría Dios de trabajar? Dios no tiene que trabajar. Entonces, ¿cómo podemos decir que Dios creó este universo? ¿No es eso trabajo? No. Entonces, ¿cómo ocurrió? Sus múltiples y variadas energías son tan fuertes que están actuando en forma natural y están llenas de conocimiento. Podemos ver cómo una flor florece y crece y sistemáticamente despliega múltiples colores: en un lado un pequeño punto, en otro lado otro pequeño punto, blanco por un lado, más blanco por el otro lado. La mariposa también exhibe una simetría tan artística como ésa. Así que todo eso está siendo pintado, pero de una manera tan perfecta y tan rápida que no podemos ver
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cómo ocurre. No podemos entender cómo se está llevando a cabo, pero lo está ejecutando la energía del Señor. La gente dice que Dios está muerto, que no hay Dios y que no tenemos ninguna relación con Dios, debido a una carencia de conocimiento. Se ha dicho que esos pensamientos se asemejan a los pensamientos de un hombre que está poseído por un fantasma. Así como un poseso habla toda clase de necedades, cuando nosotros quedamos cubiertos por la energía ilusoria de Dios, decimos que Dios está muerto. Pero eso no es un hecho. Por lo tanto, necesitamos este proceso del canto para limpiar nuestro corazón. Emprendan este sencillo proceso de cantar el mantra Hare Kṛṣṇa. De esa manera, en su vida familiar, en su club, en su hogar, en la calle en todas partes - canten Hare Kṛṣṇa, y esa oscuridad que cubre su corazón, que cubre su verdadera posición, desaparecerá. En ese momento entenderán ustedes su verdadera posición constitucional. El Señor Caitanya Mahāprabhu recomendó: ceto-darpaṇa-mārjanam. Mārjanam significa «limpiar», y darpaṇam significa «espejo». El corazón es un espejo. Es como una cámara fotográfica. Así como una cámara fotográfica toma toda clase de fotografías de los días y de las noches, así mismo nuestro corazón toma fotografías y las mantiene en un estado inconsciente. Los psicólogos saben esto. El corazón toma muchísimas fotografías, y, por lo tanto, queda cubierto. No sabemos cuándo ha
comenzado, pero es un hecho que, debido a que hay contacto material, nuestra verdadera identidad está cubierta. Por consiguiente, cetodarpaṇa-mārjanam: tenemos que limpiar nuestro corazón. Hay diferentes procesos para limpiar el corazón: el proceso de jñāna, el proceso de yoga, el proceso de meditación, las actividades piadosas. Karma también limpia el corazón. Si actuamos en forma muy piadosa, nuestro corazón gradualmente se limpiará. Pero, si bien esos procesos se recomiendan para limpiar el corazón, en esta era son todos difíciles. Para seguir el sendero del conocimiento filosófico, debemos convertirnos en eruditos muy sabios, debemos leer muchísimos libros, acudir a profesores y eruditos entendidos y especular. Debemos buscar a una persona que haya visto la luz. Así que todos ésos son procesos filosóficos. La meditación es también un proceso recomendado. Debemos preguntar: «¿Qué soy yo?». Consideren: ¿Soy yo este cuerpo? No. ¿Soy yo este dedo? No, éste es mi dedo. Si contemplamos nuestra pierna, veremos que: «¡Oh!, es mi pierna». En forma similar, encontraremos que todo es «mío». Y ¿dónde está ese «yo»? Todo es mío, pero ¿dónde está ese «yo»? Cuando buscamos ese «yo», eso es meditación. Verdadera meditación significa concentrar todos los sentidos de esa manera. Pero ese proceso de meditación es muy difícil. Debemos controlar los sentidos. Los sentidos nos arrastran hacia afuera, y tenemos que llevarlos hacia adentro en pos de la introspección. Por consiguiente, en el sistema de yoga hay ocho procesos. El primero consiste en controlar los sentidos mediante principios regulativos. Luego posturas para sentarse; eso nos ayudará a concentrar la mente. Si nos sentamos recostados en algo, eso no nos ayudará; si nos sentamos recto, eso ayudará. Luego controlar la respiración, luego la meditación, luego el samādhi. Pero hoy en día éstos son procesos muy, muy difíciles. Nadie puede ejecutarlos de inmediato. Los supuestos procesos de yoga son fragmentarios: sólo se practican las posturas para sentarse y unos cuantos ejercicios respiratorios. Pero eso no nos puede llevar hasta la etapa de la perfección. El verdadero proceso de yoga, sibien es un proceso védico recomendado, es muy difícil en esta era. En forma similar, podemos tratar de recibir conocimiento mediante el proceso filosófico especulativo: «Esto es Brahman, esto no es Brahman, así que ¿qué es Brahman? ¿Qué es alma espiritual?». Esa discusión filosófica empírica también está recomendada, pero es inútil en esta era.
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El Simbolismo del Tarot
¿QUÉ ES EL TAROT?
No es posible el estudio de la Filosofía Oculta sin instrucción sobre simbolismo, puesto que si las palabras ocultismo y simbolismo son correctamente usadas, significan casi una y la misma cosa. Simbolismo no puede ser aprendido como el aprendizaje para construir puentes o hablar un idioma extranjero, y para la interpretación de los símbolos un tipo especial de mente se hace necesario; en suma al conocimiento, son requeridas facultades especiales, el poder del pensamiento creativo y una imaginación desarrollada. Uno puede entender el uso del simbolismo en las artes, en el conocimiento, en una forma general, cual es el significado oculto por el simbolismo. Pero igualmente es necesario un entrenamiento de la mente, en orden a comprender el "lenguaje de los Iniciados", y a expresar en este lenguaje las intuiciones que surgen. Hay muchos métodos para el desarrollo del "sentido de los símbolos" en aquellos quienes se esfuerzan para entender las fuerzas ocultas de la Naturaleza y del Hombre, y para enseñar los principios fundamentales así también como los elementos del lenguaje esotérico. El más sintético uno de los más interesantes, de estos métodos es el Tarot. En su forma externa el Tarot es un paquete de cartas usadas en el sur de Europa para juegosde adivinación. Estas cartas fueron conocidas primero en Europa al final del siglo catorce, cuando eran usadas por las gitanas españolas. Un mazo de Tarot contiene las cincuenta y dos cartas de juego ordinarias con la adición de una "carta figura" para cada pinta, llamado el Caballero, colocada entre la Reina y el Paje. Estas cincuenta y seis cartas se dividen en cuatro pintas, dos negras y dos rojas y tiene la siguiente designación: cetros (bastos o tréboles), copas (corazones), espadas (picas) y pantáculos o discos (diamantes u oros). Agregándose a los cincuenta y seis cartas el mazo del Tarot tiene veintidós cartas numeradas con nombres especiales:
1. El Mago 0.. El Tonto 2. La Sacerdotisa 21. El Mundo 3. La Emperatriz 20. El Juicio 4. El Emperador 19. El Sol 5. El Carro (7) 18. La Luna 6. Los Amantes 17. La Estrella 7. El Hierofante (5) 16. La Torre 8. El Poder 15. El Diablo 9. El Ermitaño 14. El Tiempo (La Templanza) 10. La Rueda de la Fortuna 13. La Muerte 11. La Justicia 12. El Colgado Este mazo de cartas, en la opinión de muchos investigadores, representa el Libro jeroglífico Egipcio de setenta y ocho tablillas, que llegó a nosotros casi milagrosamente. La historia del Tarot es un gran rompecabezas. Durante la Edad Media, cuando esto apareció por primera vez históricamente, había una tendencia de construir sistema sintéticos simbólicos o lógicos del tipo de la Ars Magna de Ramón Llul. Pero producciones similares al Tarot existen en China e India, así que no podemos pensar si posiblemente uno de esos sistemas creados durante la Edad media en Europa, está también evidentemente conectado con los Antiguos Misterios y la Iniciaciones de Egipto. Aunque este origen está en el olvido y el propósito de su autor o autores es completamente desconocido, no hay duda que es el más completo código de simbolismo Hermético que poseemos. A pesar estar representado como un mazo de cartas, el Tarot es realmente algo totalmente diferente. Este puede ser "leído" en una variedad de formas. Como ejemplo, entregaré una interpretación metafísica del significado general o del contenido general del libro del Tarot, es decir, su título metafísico, el que mostrará plenamente que este trabajo no habría sido inventado por gitanos iletrados del siglo catorce. El Tarot posee tres divisiones: La primera parte tiene veintiuna cartas numeradas; la segunda parte tiene una carta 0, la tercera parte tiene cincuenta y seis cartas, es decir, las cuatro pintas de catorce cartas. Además, la segunda parte parece ser un nexo entra la primera y la tercera, ya que el total de las cincuenta y seis cartas de la tercera parte juntas son iguales a la carta 0. Ahora, si imaginamos veintiuna cartas dispuestas en la forma de un triángulo, siete cartas en cada lado, un punto en el centro del triángulo representado por la carta 0, y un cuadrado rodeando el triángulo (el cuadrado consistente en cincuenta y seis cartas, catorce en cada lado), tendremos una representación de la relación entre
CIRCULO INTERNO Dios, el Hombre y el Universo, o la relación entre le mundo de las ideas, la consciencia del hombre y el mundo físico.
El triángulo es Dios (la Trinidad) o el mundo de las ideas, o el mundo arquetípico. El punto es el alma del hombre. El cuadrado es el mundo visible, físico o fenoménico. Potencialmente el punto es igual al cuadrado, lo que significa que todo el mundo visible está contenido en la consciencia del hombre, es creado en el alma del hombre. Y el alma en si es un punto que no tiene dimensión en el mundo del espíritu, simbolizado por el triángulo. Está claro que tal idea no ha sido originada de gente ignorante y es claro también que el Tarot es algo más que un mazo de cartas para jugar o adivinación. H.P. Blavatsky menciona al Tarot en sus trabajos, y tenemos alguna razón para creer que ella estudió el Tarot. Se sabe que gustaba de "jugar solitario". No sabemos si ella leía las cartas así como jugaba este juego, pero el autor dijo que Madame Blavatsky buscó persistentemente y por largo tiempo por un MSS sobre el Tarot. En orden a llegar a ser un instruido en el Tarot, es necesario entender las ideas básicas de la Kabala y de la Alquimia. Puesto que esto representa, como de hecho muchos comentaristas del Tarot piensan, un resumen de las Ciencias Herméticas-- la Kabala, Alquimia, Astrología, magia, con sus diferentes visiones. Todas estas ciencias atribuidas a Hermes Trismegisto, verdaderamente representan un sistema de una muy amplia y profunda investigación psicológica de la naturaleza del hombre y su relación con el mundo del nouménico (Dios, el mundo del Espíritu) y el mundo fenoménico (el mundo visible, físico). Las letras del alfabeto hebreo y varias alegorías de la Kabala, los nombres de los metales, los ácidos y las sales en la alquimia; de los planetas y constelaciones en la astrología, de los espíritus buenos y malos en magia-- todo esos fueron solamente medios para velar la verdad del no iniciado. El Simbolismo del Tarot
Pero cuando el verdadero alquimista habla de la búsqueda del oro, habla del oro en el alma del hombre. Y llamó oro a lo que en el Nuevo Testamento es llamado el Reino de los Cielos, y en el Budismo, Nirvana. Y cuando el
verdadero astrólogo habla de constelaciones y planetas, él habla de las constelaciones y planetas en el alma del hombre, es decir, de las cualidades del alma humana y sus relaciones con Dios y con el mundo. Y cuando el verdadero Kabalista habla del Nombre de Dios, él busca su nombre en el alma del hombre y en la Naturaleza, no en libros muertos, ni en textos bíblicos, como hacen los estudiosos de la Kabala. La Kabala, Alquimia, Astrología, Magia son sistemas simbólicos paralelos psicológicos y metafísicos. Cualquier sentencia alquímica puede ser leída en un sentido Kabalístico u astrológica, pero el sentido siempre será psicológico o metafísico. Estamos rodeados por una muralla construida por nuestras concepciones del mundo, y estamos incapacitados para mirar sobre esta muralla hacia el mundo real. La Kabala presenta un esfuerzo para romper este "círculo encantado". Esta investiga al mundo como es, el mundo en sí. El mundo en si, como lo sostiene el Kabalista, consiste de cuatro elementos, o de cuatro únicos principios formadores. Estos cuatro principios están representados por las cuatro letras del nombre de Jehovah. La idea básica de la Kabala consiste en el estudio del Nombre de Dios en su manifestación. Jehovah en hebreo es deletreado por cuatro letras, Yod, He, Vau, He -- I.H.V.H. A estas cuatro letras son dados los profundos significados simbólicos. La primera letra expresa el principio activo, el comienzo o la primera causa, movimiento, energía. "Yo"; la segunda letra expresa el elemento pasivo, inercia, quietud, "el no Yo"; la tercera, el balance de los opuestos, "la forma", y la cuarta, el resultado o energía latente. Los Kabalistas afirman que cualquier fenómeno o cualquier objeto consiste de estos cuatro principios, es decir, que cualquier objeto y cualquier fenómeno consiste del Nombre de Dios (El Mundo), -- Logos. El estudio de este Nombre (o d la palabra de cuatro letras, tetragrammaton, en griego) y el hallazgo de esto en todas partes constituye el mayor problema de la filosofía Kabalística. Para establecer esto en otra forma los Kabalistas sostienen que estos cuatro principiospenetraron y crearon todo. Por consiguiente, cuando el hombre encuentra esos cuatro principios en las cosas y fenónos de la totalidad de las diferentes categorías (donde antes él no observaba similitud), comienza a ver analogía entre estos fenómenos. Y gradualmente, termina por convencerse de que el mundo entero está construido de acuerdo a una y a la misma ley, sobre uno y el mismo plan. La riqueza y el desarrollo de su intelecto consisten en la expansión de su facultad para encontrar analogías. Por lo tanto el estudio de la ley de las
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cuatro letras, o del nombre de Jehovah presenta medios poderoso para ampliar la consciencia. Esta idea está perfectamente clara, porque si el Nombre de Dios está realmente en todo (si Dios está presente en todo), todo sería análogo a cada cosa -- la más pequeña partícula análoga a la totalidad, una grano de polvo análogo al universo, y todo análogo a Dios. El Nombre de Dios, la Palabra o Logos es el origen del mundo. Logos también significa Razón, la palabra es el Logos, la razón de todo. Ha una completa correspondencia entre Kabala y Alquimia y Magia. En la Alquimia los cuatro elementos que constituyen el mundo son llamados fuego, agua, aire y tierra; estos corresponden totalmente en significado con las cuatro letras Kabalísticas. En Magia, ellos son expresados como cuatro clases de espíritus: elfos (o salamandras), ondinas, silfos y gnomos. El Tarot a su vez es totalmente análogo a la Kabala, la Alquimia y la Magia, y los incluye. Correspondiendo a los cuatro primeros principios o cuatro letras del Nombre de Dios o los cuatro elementos alquímicos o las cuatro clases de espíritus, el Tarot tiene cuatro pintas -- cetros, copas, espadas y pantáculos. Así cada pinta, cada lado del cuadrado, igual al punto, representa uno de los elementos, controla una clase de espíritu. Los cetros son fuego o elfos (o salamandras); las copas son agua u ondinas; las espadas son aire o silfos, y los pantáculos, tierra o gnomos. Además en cada pinta el Rey significa el primer principio o fuego; la reina-- el segundo principio o agua; el Caballero -- el tercer principio o aire, y el Paje (valet) -- el cuarto principio o tierra. Luego nuevamente, los ases significan fuego, los dos agua; los tres aire; los cuatro tierra. Luego nuevamente los cuatro es el primer principio, los cinco el segundo, etc. Al observar las pintas, uno puede decir que las pintas negras (cetros y espadas) expresan actividad y energía, voluntad, iniciativa y el lado subjetivo de la consciencia, y las rojas (copas y pantáculos) expresan pasividad, inercia y el lado objetivo de la consciencia. Luego las primeras dos pintas (cetros y copas) representan "el bien" y las otras dos (espadas y pantáculos) representan "El
mal". Así cada carta de los cincuenta y seis indican (independientemente de su número) la presencia de los principios de actividad o pasividad, del "bien" o del "mal", surgiendo tanto en la voluntad del hombre como fuera de ella. Y el significado de cada carta es posteriormente descifrado a través de sus variadas combinaciones con las pintas y números en su significado simbólico. Las cincuenta y seis cartas como un total representan un completo cuadro de todas las posibilidades de la consciencia del hombre. Y esto hace el Tarot adaptable para la adivinación. Así, incluyendo a la Kabala, la Astrología, la Alquimia y la Magia, el Tarot hace posible "buscar oro", "evocar espíritus" y "trazar horóscopos", simplemente por medio del mazo de cartas sin la complicada parafernalia y ceremonias de un alquimista, astrólogo o mago. Pero lo más interesante del Tarot está en las veintidós cartas con nombre. Estas cartas tienen significado numérico y también un muy complicado significado simbólico. La literatura relativa al Tarot tiene en consideración principalmente la lectura de los diseños simbólicos de las veintidós cartas. Verdaderamente muchos escritores sobre ocultismo han desplegado sus trabajos sobre el plan del Tarot. Per esto no se sospecha frecuentemente porque el Tarot raramente es mencionado. Oswald Wirth habla del origen del Tarot en su ensayo sobre el Tarot Astronómico. "De acuerdo al cristiano, los veintidós arcanos mayores del Tarot representan los cuadros jeroglíficos que se encontraban en los espacios entre las columnas de una galería que el neófito estaba obligado a cruzar en las iniciaciones egipcias. Había veintidós columnas al norte y la misma cantidad al sur, esto es, once cuadros simbólicos a cada lado. Estos cuadros eran explicados al candidato para la iniciación en orden regular, y ellos contenían las reglas y principios para el iniciado. Esta opinión es confirmada por la correspondencia que existía entre arcanos cuando estaban así dispuestos." En la galería del templo los cuadros eran dispuestos en pares, uno opuesto al otro, así que el último cuadro era opuesto al primero, la penúltima se oponía a la segunda, etc. Cuando colocamos así las cartas encontramos una sugerencia interesante y profunda. De esta forma la mente encuentra el uno en el dos, y es llevada del dualismo al monismo, que es lo que podemos llamar la unificación de la dualidad. Una carta explica a la otra y cada par muestra además que ellas pueden ser solamente explicadas en forma mutua y no hay significado cuando son tomadas en forma separada. Así, por ejemplo, las cartas 10 y 13 ("Vida" y
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"Muerte") significan en conjunto una condición total y complementaria que no puede concebirse por el proceso mental ordinario e imperfecto. Pensamos de vida y muerte como dos "opuestos", antagonistas uno de otro, pero, si vamos más allá, veremos que cada uno depende del otro para la existencia y no podrían venir a la existencia en forma separada. Un símbolo puede servir para transferir nuestras intuiciones y para sugerir otras nuevas mientras su significado no esté definido. Los símbolos reales están perpetuamente en proceso de creación, pero cuando reciben un significado definitivo se transforman en jeroglíficos y finalmente un simple alfabeto. Como esto ellos expresan simplemente conceptos ordinarios, cesan de ser un lenguaje de los Dioses o de los iniciados y pasa a ser un lenguaje de los hombres que cualquiera puede aprender. Propiamente hablando, un símbolo en ocultismo significa lo mismo en arte. Si un artista usa símbolos ya hechos en su trabajo, este no es verdadero arte, sino solamente un pseudo arte. Si un ocultista comienza a usar símbolos ya hechos, su trabajo no es verdaderamente oculto, porque esto no contendrá esoterismo, ni misticismo, sino sólo un pseudo ocultismo, pseudo esoterismo y pseudo misticismo. El simbolismo en que los símbolos tiene significados definidos es pseudo simbolismo. ________________________ Teniendo clara esta idea en su mente, el autor halla que la clave del Tarot debe residir en la imaginación y decide hacer un esfuerzo para rediseñar las cartas, entregando cuadros descriptivos del Tarot, y para interpretar los símbolos, no por medio de análisis, sino por síntesis. El lector encontrará en el siguiente titulo
"cuadros escritos", reflexiones de muchos autores que han escrito sobre el Tarot, como Saint Martin, Eliphas Levi, Papus, etc. y otros autores que ciertamente nunca pensaron en el Tarot como, por ejemplo, Plotino, Gichtel (siglo VXII), Friedrich Niestzche, M. Collins, etc., quienes llegaron, no obstante, a los mismos principios fundamentales como los autores desconocidos del Tarot. Las descripciones de los arcanos en estos "cuadros escritos" frecuentemente representan una concepción que es casi enteramente subjetiva, por ejemplo, la de la carta 18. Y el autor parece pensar que otro puede concebir los mismos símbolos en forma diferente, en ningún caso él considera esto totalmente posible. Cualquier interesado en este rompecabezas filosófico bien puede preguntar: ¿Entonces, qué es el Tarot? ¿Es una doctrina o simplemente un método? ¿Es un sistema definitivo o simplemente un alfabeto por cuyos medios se puede construir cualquier sistema? En resumen, es un libro conteniendo enseñanzas específicas, o es simplemente un aparato, una maquina que puede ser usado para construir cualquier cosa, igualmente un nuevo universo. El autor cree que el Tarot puede ser usado para ambos propósitos, por supuesto, los contenidos de un libro pueden ser leídos tanto hacia delante como para atrás no puede ser dicho para ser, en sentido ordinario, estrictamente definitivo. Pero quizá encontramos en esta verdadera indefinición del Tarot y en la complejidad de su filosofía, el elemento que constituye su definición. ¡El hecho de que se cuestione el Tarot si es un método o una doctrina muestra la limitación de nuestra "mente tridimensional" que está incapacitada para elevarse sobre el mundo de la forma y contraposiciones o para liberarse a ella misma de la tesis y antítesis! Sí, el Tarot contiene y expresa cualquier doctrina a ser encontrada en nuestra consciencia, todo en este sentido tiene definición. Esto representa la Naturaleza en toda su riqueza o sus posibilidades infinitas, y existe en esto como en la Naturaleza, no uno, sino todos los potenciales significados. Y esos significados fluyen y siempre están cambiando, así el Tarot no puede ser específicamente esto o aquello, porque siempre se mueve y aún es siempre lo mismo. ________________________
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La memoria, el recuerdo de uno mismo
El propósito de este capítulo, La memoria, es el de reunir cosas dichas y escritas por Ouspensky acerca de la memoria, el recuerdo de uno mismo y el retorno. Los contenidos de La memoria no son definitivos, sino que son suplementarios a lo que Ouspensky escribió acerca de estos temas en Tertium Organum y en Un nuevo modelo del universo. La memoria no puede ser entendida sin referencia a dichos libros y sin un conocimiento del sistema de estudio del “cuarto camino” de Ouspensky. Las primeras cuatro secciones de este libro se encuentran impresas con ligeras variaciones de forma en La psicología de la posible evolución del hombre. La sección quinta esta tomada de En busca de lo milagroso. Las secciones sexta y séptima han sido reconstruidas partiendo de anotaciones de algunas de las reuniones de Ouspensky en Londres y en Nueva York. Estas dos secciones no siempre utilizan las palabras exactas de Ouspensky porque unas anotaciones taquigráficas de preguntas y respuestas pueden ser bastante difusas, pero se ha tenido mucho cuidado para no alterar o embrollar en modo alguno el significado de las palabras de Ouspensky. En el lenguaje ordinario la palabra consciencia se utiliza muy a menudo como equivalente de la palabra inteligencia (en el sentido de actividad mental) o como alternativa de esta. En realidad, la consciencia es una forma particular de “darse cuenta”, en el hombre, darse cuenta de sí mismo, darse cuenta de quien es él, de lo que siente o piensa o de dónde se encuentra por el momento. De acuerdo con el sistema que estamos estudiando, el hombre tiene la posibilidad de cuatro estados de consciencia. Estos son: dormido,
vigilia, consciencia de sí mismo y consciencia objetiva. Pero aunque tenga la posibilidad de estos cuatro estados de consciencia el hombre realmente vive sólo en dos estados: una parte de su vida la pasa dormido y la otra parte en lo que se denomina “estado de despertar”, aunque en realidad difiere muy poco del sueño. Por lo que respecta a nuestra memoria ordinaria, o momentos de memoria, realmente recordamos sólo momentos de consciencia, aunque no veamos que esto es así. Más tarde explicaré lo que significa la memoria en sentido técnico. Ahora simplemente quiero que dirijan la atención a sus propias observaciones de su memoria. Notaran que recuerdan las cosas de un modo diferente: algunas cosas las recordarán bastante vívidamente, algunas muy vagamente y otras no las recordarán en absoluto. Solamente saben que sucedieron. Esto significa, por ejemplo, que si saben que hace algún tiempo fueron a un lugar concreto para hablar con alguien, pueden recordar dos o tres cosas conectadas con su conversación con esta persona; pero puede que no
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recuerden en absoluto cómo llegaron allí o cómo regresaron. Pero si les preguntan si se acuerdan de cómo llegaron allí y cómo regresaron dirán que lo recuerdan con claridad, cuando, en realidad, simplemente conocen el hecho y saben dónde fueron; pero no lo recuerdan, con la posible excepción de dos o tres chispazos. Se quedarían asombrados si descubrieran lo poco que en realidad recuerdan. Y esto sucede así porque solamente se memorizan los momentos en los que eran conscientes. Comprenderán mejor lo que quiero decir si retroceden mentalmente todo lo que puedan a su temprana infancia, o en todo caso a algo que pasó hace mucho tiempo. Entonces se darán cuenta de lo poco que realmente recuerdan y cuanto de ello afecta a lo que simplemente saben u oyen que ha sucedido. Por lo que respecta al tercer estado de consciencia, podemos decir que el hombre tiene momentos ocasiónales de auto consciencia, pero no manda sobre ellos. Ellos van y vienen solos, siendo controlados por las circunstancias externas y por asociaciones o emociones ocasiónales. Se plantea la cuestión: ¿es posible adquirir dominio sobre estos fugaces momentos de consciencia para evocarlos más a menudo y para mantenerlos durante más tiempo, o incluso para hacerlos permanentes? El primer estado, o más bajo, es el de dormido... El hombre esta rodeado por sueños... Imágenes puramente subjetivas (bien reflexiones de experiencias anteriores, bien reflexiones de vagas experiencias del momento, tales como sonidos dentro del alcan ce d el d u r mien te, s en s acio n es
provenientes del cuerpo, ligeras molestias, sensaciones de tensión) revoloteando por la mente, dejando sólo una ligerísima traza en la memoria e inclusive no dejándola. El segundo grado de consciencia llega cuando el hombre se despierta. Este segundo estado (el estado en el que nos encontramos ahora, el estado en el cual trabajamos, hablamos, nos imaginamos a nosotros mismos como seres conscientes y todo lo demás) normalmente lo llamamos “consciencia de vigilia” o “consciencia clara”, pero realmente debería llamarse “duermevela” o “consciencia relativa”. En el estado de dormido podemos tener chispazos de consciencia relativa. En el estado de consciencia relativa podemos tener chispazos de auto consciencia. Pero si queremos tener períodos más prolongados de auto consciencia y no meramente chispazos, debemos entender que estos no pueden sobrevenir por sí mismos. Necesitan acción voluntaria. Esto significa que la frecuencia y duración de los momentos de auto consciencia dependen del dominio que uno tenga sobre sí mismo. Significa también que consciencia y voluntad son casi una y la misma cosa o, en cualquier caso, aspectos de la misma cosa. En este punto debe entenderse que el primer obstáculo en el camino del desarrollo de la consciencia de uno mismo en el hombre es su convicción de que ya posee la auto consciencia o, en cualquier caso, que puede obtenerla siempre que quiera. Es muy difícil persuadir a un hombre de que no es consciente y de que no puede ser consciente a voluntad. Es particularmente difícil porque aquí la naturaleza utiliza un divertido ardid. Si le preguntas a un hombre si es o no consciente, responderá que él es consciente y que es absurdo decir lo contrario, porque te oye y te entiende. Y no le sobraran razones, aunque a su vez estará bastante equivocado. Este es un ardid de la naturaleza. Tendrá bastante razón, porque tu pregunta o puntualización le ha hecho vagamente consciente por un momento. Al instante, la consciencia habrá desaparecido, Pero recordará lo que dijiste y lo que respondió, y se considerara a sí mismo ciertamente consciente. En realidad, la adquisición de la auto consciencia significa trabajo
CIRCULO INTERNO largo y duro. ¿Cómo puede un hombre estar de acuerdo con este trabajo si piensa que ya posee la misma cosa que se le promete como el resultado de largo y duro trabajo?. Naturalmente, un hombre no comenzará esta tarea y no la considerara necesaria hasta que se convenza de que ni posee auto consciencia ni nada que se le parezca conectado con ella; es decir, unidad o individualidad, “yo” permanente y voluntad. Con el objeto de entender los siguientes párrafos debe tenerse en cuenta que el punto de vista general de que el hombre tiene sólo una mente (la mente intelectual) es erróneo. En realidad, el sistema nervioso se divide de acuerdo con las funciones del cuerpo, y cada división tiene su propia mente. El uso que hace Ouspensky de la palabra “centro” difiere del significado científico corriente porque incluye la mente particular en control así como los nervios y los conjuntos de células nerviosas subsidiarias que conectan esta con otras partes del cuerpo. Debemos encontrar la razón por la cual no podemos desarrollarnos más rápidamente sin un largo periodo de trabajo escolar. Sabemos que cuando aprendemos algo acumulamos material nuevo en nuestra memoria. Pero, ¿qué es la memoria? Y ¿qué es material nuevo? Para entender esto debemos aprender a considerar cada centro como una máquina separada e independiente, consistente en materia sensible que, debido a su función, es similar a la materia de la que están hechos los registros gramofónicos. Todo lo que nos sucede, todo lo que vemos, todo lo que oímos, todo lo que sentimos, todo lo que aprendemos, esta registrado en estas grabaciones. Esto significa que todos los acontecimientos externos e internos dejan ciertas impresiones en los discos. “Impresiones” es una palabra bastante buena porque realmente son impresiones o imprimaciones lo que queda. Una impresión puede ser profunda, o puede ser ligera, o puede ser simplemente una impresión efímera que desaparece rápidamente sin dejar rastro detrás de sí. Pero ya sea una impresión profunda o ligera sigue siendo una impresión. Y estas impresiones grabadas son todo lo que tenemos, todas nuestras posesiones. Todo lo que sabemos, todo lo que hemos aprendido, todo lo que hemos experimentado, todo esta allí en nuestras grabaciones. Exactamente del mismo modo nuestros procesos mentales, cálculos y especulaciones consisten únicamente en comparar nuestras grabaciones unas con otras, oírlas una y otra vez, intentando comprenderlas a base de juntarlas, y así sucesivamente. No podemos pensar en nada nuevo, nada que no este en nuestras grabaciones. No podemos decir ni hacer nada que no se corresponda con algo que no este en las grabaciones. No podemos inventar un pensamiento nuevo, igual que no podemos inventar un nuevo animal, porque todas nuestras ideas de animales son creadas a partir de nuestra observación de los animales existentes. Las impresiones de nuestras grabaciones están conectadas mediante asociaciones. Las asociaciones conectan impresiones recibidas simultáneamente o semejantes entre sí de alguna manera. Desde el momento en que la memoria depende de la consciencia, y ya que realmente sólo recordamos los momentos en los que tuvimos chispazos de consciencia, queda bastante claro que las impresiones simultaneas diferentes conectadas entre sí permanecerán durante más
tiempo en la memoria que las impresiones inconexas. En el chispazo de auto consciencia, o incluso cerca de este, todas las impresiones del momento se conectan y permanecen así en la memoria. Lo mismo se puede decir de las impresiones conectadas por su similitud interna. Si estamos más conscientes en el momento de recibir una impresión, conectamos esta impresión más claramente con impresiones anteriores similares, y así permanecen conectadas en la memoria. Por otra parte, si recibimos impresiones en un estado de sueño, simplemente no nos damos cuenta de ellas y su rastro desaparece antes de que puedan ser apreciadas o asociadas. En una de sus reuniones se le preguntó a Ouspensky si todas las impresiones de nuestras grabaciones se forman en esta vida o si nacemos con algunas. El contesto: Las impresiones del centro instintivo nacen con nosotros; están ya allí, y también hay unaspocas cosas en el centro emocional. El resto se produce en esta vida; en los centros del movimiento e intelectual todo ha de ser aprendido.
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PENSAMIENTO
ZEN
Le urge al hombre encontrar un camino que le enseñe a liberarse del seductor engaño de confiarse a los sueños, a la ambición, a los estímulos de una publicidad o de una propaganda exteriores grandilocuentes como orientaciones de su actividad. El zen, forma de interpretar la realidad de origen budista, recoge una sencillez de principios de difícil transmisión a través de las palabras, que trata de rescatar al hombre del sufrimiento de la existencia. La doctrina zen remarca con especial interés como fundamentos de su enseñanzas: - La recuperación de la simplicidad y de la sencillez. - La posibilidad de hallarlo todo, paradójicamente, al perderlo todo. - Un especial entusiasmo en la riqueza del vacío. - La inexistencia de un principio y un fin. Tan sólo existe el vacío. El zen trata de ser una reconciliación de la persona con el ser sensible, con el cosmos, gracias a la cual el hombre se centra en la realidad que le envuelve captada ahora en su íntima verdad dando de lado a la engañosa verdad que manejamos en el mundo conceptual y lógico. El pensamiento discursivo-lógico-racional-conceptual es descalificado por la postura zen. La realidad fundamental de uno mismo, en sí cercana y natural se nos resiste, nos cuesta mucho captar por un simple error de perspectiva mental. El zen persigue el derrumbamiento de toda nuestra falsa construcción mental alcanzando así nuestra mismidad. La emancipación de la conciencia, el encuentro con uno mismo integrado completamente en el universo, como mejores líneas de contacto con la realidad.
¿QuÉ ES EL ZEN? El taoismo chino, modo de liberación primitivo, apadrinó el nacimiento del zen, al unirse al budismo mahayana hindú. La fusión de ambas filosofías dieron nacimiento al "zen". El zen es un método budista para conseguir una comprensión directa de la realidad (de la vida). Fue difundido durante el Siglo VI desde la India a China donde se le consideró como "lo que apunta directamente al corazón del hombre". El zen se basa en una sencillez de principios incomunicables con la palabra, más bien con una simple sonrisa. Es un modo de vida basado en el budismo y en su vía del medio que consiste en evitar los extremos. Los extremos son el abandono a los placeres y el disfruto por un lado, y por el otro la agonía de las mortificaciones y austeridades.
Zen en síntesis: * Experimentar las realidades cotidianas de forma objetiva, tales como son, y no como nos gustaría que fueran. * La recuperación de la simplicidad y sencillez * Hallarlo todo al perderlo todo. "La posesión crea conmoción provocada por la ansiedad que hace nacer en el hombre". "La frustración de un deseo reprimido crea ansiedad". * Detener el intelecto y la imaginación para poder experimentar las realidades concretas como son realmente. * Liberarse del yugo de los "conceptos". Destruir las rígidas formas del pensamiento con el que intentamos poseer la vida. * Encontrar el entusiasmo en la riqueza del vacío. * Despertar el sentido innato de la existencia. EL VACÍO
CIRCULO INTERNO Para el zen vaciarse significa darse cuenta de que realmente no se tiene nada y que nunca se ha tenido nada. Nada que ganar y nada que perder, nada que dar y nada que recibir; ser exactamente así de pobre y sin embargo ser rico en posibilidades inagotables. El vacío zen es un vacío dinámico y vivo, inaprehensible y atemporal, cuya verdadera naturaleza permanece desconocida. La esencia de la vida se siente, no se piensa (no se racionaliza o conceptualiza), y cuando se capta se comprende su naturaleza de vacío. Ese estado de "desprendimiento" y "ausencia" de deseos es a la vez espiritual y psicológico. Un poema zen dice así: "El camino perfecto carece de dificultades excepto la de negarse a admitir preferencias, sólo cuando se ha liberado del odio y del amor se revela plenamente y sin disfraces; una diferencia de un décimo de pulgada es lo que separa al cielo de la tierra. Si quieres verlo con tus propios ojos, no debes tener pensamientos fijos, ni a favor ni en contra." "Todo es adecuado y a la vez nada es adecuado" El zen descubre su esencia en la vida trivial y sin acontecimientos extraordinarios, del hombre corriente. Rechaza todas las escrituras (textos) y opiniones de otros en beneficio o preferencia de la experiencia personal. También rechaza las actitudes excesivamente reverente ante los temas sagrados. Habla el maestro zen Dogen: "Aprender el camino de Buda, es aprender acerca de uno mismo. Aprender acerca de uno mismo es olvidarse de uno mismo. Olvidarse de uno mismo es estar iluminado por todas las cosas del mundo. Estar iluminado por todas las cosas del mundo es prescindir del cuerpo y de la mente propias." Habla el maestro zen Ummon: "Cuando camines, limítate a caminar. Cuando te sientes, limítate a sentarte. Y sobre todo, no titubees." L O S P R O C E S O S M E N TA L E S Y S U S FA L S A S REPRODUCCIONES Al vivir en la espontaneidad, en la naturalidad, de nada sirven los dogmas y las teorías. Objetivar, cosificar, conceptualizar la realidad es la pretensión obsesiva que persigue el conocimiento convencional del hombre de occidente. Todo lo que se presenta frente a él, ya sea divino o humano ha de ser clasificado y encapsulado dentro de una definición rígida e inamovible. De esta forma nos formamos ideas, creencias, deseos y aversiones todas ellas ficticias, ajenas al mundo verdadero de la realidad presente y siempre cambiante.
NUESTRA PROPIA NATURALEZA (LA INCLINACIÓN NATURAL) Nos pasamos la mayor parte de nuestras vidas respondiendo al mundo tal como creemos que se espera de nosotros, lo cual ha dado lugar a la creencia de que poseemos un conjunto de características que, sumadas, constituyen una "personalidad". Pero la verdadera "persona" está debajo de esa máscara pesada y artificial. EL OBJETIVO DEL ZEN El zen trata de alcanzar el perfeccionamiento o la iluminación del ser humano de forma espontánea, instantánea, instintiva y natural. De forma fulminante se conquista la comprensión de la realidad y la armonía o integración del ser en la totalidad integradora del universo. Luego el camino zen, llega incluso a confundirse con la meta. El zen trata de conseguir vivir en la verdadera realidad, y para ello crea a su alrededor un clima o atmósfera para alcanzar la iluminación. Para ello se sirve de tres elementos: - La meditación sentada o zazen, las enseñanzas de los maestros o sutras y los koan.
CIRCULO INTERNO El zen persigue la aniquilación del orgullo, la vanidad, la obsesión, la susceptibilidad y la excesiva animosidad. El zen detesta el egoísmo que se manifiesta en efectos calculado (con resultados artificiosos y efectistas) o cualquier otro tipo de autoglorificación. EL SATORI ZEN (LA ILUMINACIÓN INMEDIATA) Para vivir la verdadera realidad de forma armoniosa con el universo es necesario alcanzar el "satori zen" o "iluminación inmediata". Trás una acumulación de conceptos y argumentaciones se llega al límite de carga admisible y el edificio se derrumba en sí y entonces se abre un nuevo cielo a lo lejos. Se trata de una especie de catástrofe espiritual que se presenta súbitamente. Estamos, entonces en el verdadero punto de arranque hacia la iluminación. Para ello hemos de: * Deshacernos de todas las imágenes ilusorias continuamente repetidas sobre las que ha cristalizado durante tanto tiempo nuestra voluntad y que nos han proporcionado tantas angustias y preocupaciones. * Olvidarnos de nuestro "yo", siempre tomado tan a pecho y siempre origen de sufrimiento. * Desterrar todas las obsesiones que continuamente nos crispan, paralizan y absorben nuestra energía "En el misterio de la paz interior no se puede entrar racionalmente, con la lógica. Sólo es posible a través de la ininteligibilidad". Una vez alcanzado el satori, las excitaciones exteriores ya no provocan deseos contradictorios de manera que el hombre, a partir de entonces, ya no sufre con las miserias de la vida. La ascensión al satori lleva consigo la disipación de todas las dudas e indecisiones. Ya no hay nada de lo que evadirse. Las complicaciones pasadas y presentes, siempre para nuestro intelecto, gravosas e innumerables, ya no valen la pena.
Hasta entonces, nuestros esquemas mentales sometidos al reino de la tiniebla impenetrable nos han impedido el disfrute de la vida. El nuevo descubrimiento zen a través de la iluminación hace que el espíritu se sienta libre y en libertad; es sinónimo de espontaneidad, lo opuesto a la afectación. La afectación, el engolamiento, los aires místicos son síntomas del fracaso en la búsqueda de la verdad. El zen huye del artificio y de la intencionalidad. Lo "perfectamente natural", "lo no afectado" son muestras de la liberación. El espíritu ahora universalista, integrado en el cosmos, ya no se siente comprometido por y con nada y sin apegarse a nada se coloca libremente en una omnipresencia perfecta que equivale a una especie de perfecta inmovilidad. "Aplacad todas vuestras ansias, sed como ceniza fría y plantas marchitas; mantened la boca estrechamente cerrada, hasta que crezca en ella el musgo, sed inmaculados como puro lienzo blanco. Sed fríos e inanimados como un incensiario en un santuario abandonado. Símbolo del estado de la nada absoluta." El "satori" es, pues el estado donde cada uno encuentra el lugar que le corresponde en el flujo de la vida, identificándose con todo lo existente y amado. Alcanzar el "satori" equivale a descubrir el significado de la propia existencia. Experimentar el estado natural de la mente, del que emanan todas las buenas acciones y la armonía. Llegar a ser verdaderamente "humano", relacionándose con los demás con una conciencia y comprensión intuitiva totalmente desinteresadas. El "satori" es un estado interno, lleno de claridad y paz en el que logra en cada persona identificarse con todo lo que a uno le rodea y contemplar a la gente sin juzgarla. Para el hombre "iluminado" el "yo" pasa a no existir, alcanzando un estado de "pobreza" y "vacuidad"
CIRCULO INTERNO Pero para ello es necesario liberarse de todos los temores de una conciencia proyectiva que trata de anticipar el futuro mediante el miedo y el deseo. La grandeza del hombre está en su vida cotidiana, en el ahora, el eterno ahora, el presente más inmediato. Una vez alcanzado el "satori" (la iluminación), la vida ordinaria está habitada por el espíritu. La mirada perspectiva de los ojos a las cosas pequeñas cotidianas se vuelve distinta. "Traer agua para beber y cortar leña para el fuego, son las cosas (las cosas sencillas) en las que reside el maravilloso Tao (el camino del conocimiento)".
equiparable a una experiencia mística (el satori). E L S AT O R I , R E M E D I O A U N A PAT O L O G Í A GENERALEMENTE ACEPTADA La conducta patológica (de nuestro esquema mental) resulta ser la situación común a la mayoría de las personas y por tanto tiende a ser equivocadamente calificada como conducta "normal". El "satori" trata de recuperar el ritmo o el pulso genuino, es decir el estado propio y normal de cada individuo. Para ello es necesario: * Abandonarse a si mismo. * Vaciar nuestra mente de las imágenes aprehendidas y acumuladas. * Olvidarse, no atender a doctrinas, dogmas, a dioses y símbolos, como por ejemplo ocurre en la religión cristiana. Lo valioso del zen es su propuesta de conseguir la reconquista de la "vida diaria", mediante la captación y entrega al ritmo que pide cada cosa, cada acción en cada momento. El zen persigue recuperar el ritmo natural en los actos cotidianos a través de la captación del ritmo "genuino". Este pulso "original" y "espontáneo" supone la desaparición de los efectos de los malos hábitos, ampliamente extendidos en nuestra sociedad. LA PRÁCTICA ZEN: LA SUBLIMACIÓN DE LA VIDA DIARIA "Lo que cuenta no es lo que hacemos sino como lo hacemos". "No hay una acción que sea noble de por sí: lo será o no, según la manera en que el sujeto la realice". La práctica es el método principal y más adecuado de penetración en la esencia de las cosas. El zen demuestra con el "satori" que la acción es necesaria y además vivifica.
"Los demás, cuando comen, no comen sino que andan dando vueltas a los más diversos asuntos, dejándose molestar por ellos; si duermen, en realidad no es dormir lo que hacen, sino soñar un sinfân de cosas.... " La meta del zen es concentrarse con intensidad en la realidad presente. "Viajar es estar vivo, pero llegar a alguna parte es estar muerto". LA ACTITUD PERFECCIONISTA El auto-perfeccionamiento supone una reafirmación del yo. Con la actitud perfeccionista se pretende dotar al "yo" de una serie de añadidos, reforzamientos para así acomodar o ajustar el "yo" de acuerdo con un canon de belleza o prestigio exterior a él. La actitud perfeccionista tiene como resultado: - Las tensiones - Las desilusiones - Las mentiras porque tan sólo persigue utopías: - Bienes y cuerpos sin sombras - Mañanas prefabricadas por la mente - Individuos tan bellos y tan perfectos que tan sólo podemos encontrar en las estrellas de las películas. La vida zen es renunciar al utópico y obsesivo perfeccionamiento, es no preocuparse sino por lo que se tiene entre manos, sin más
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ilusión que la de deleitarse en el perfume de una flor o el de una mujer que pasa junto a nosotros, en la contemplación de una obra de arte o en el gustar el crujido expansivo de una manzana partida entre los dientes.
cotidiano. * La capacidad para favorecer la inspiración venida del interior. * El arrojo libre de toda consideración reflexiva. * La búsqueda de la energía vital en el zen. Zen como brevario energético.
"La paz sólo se puede conseguir armonizando los elementos de la propia naturaleza". LA POSESIÓN Y EL DESEO La posesión de las cosas empobrece al hombre, mientras que la renuncia le enriquece. La posesión crea conmoción, provocada por la ansiedad que hace nacer en el hombre. Por último, la frustración de un deseo reprimido crea ansiedad. EL ZEN, GUÍA ESPIRITUAL DE LOS SAMURAIS El feudalismo japonés basado en una dictadura militar se sustentaba en la figura del "shogun", el generalísimo y en su casta de guardias-guerreros conocidos con el nombre de "samurais". La filosofía zen se convirtió en la guía espiritual de este grupo elegido de soldados.
El "bushido" de los samurais es la adaptación del zen al arte militar que aún perdura reflejado en las artes marciales, riquísima fuente de inspiración sobre toda la vida japonesa. Todas las artes marciales que constituyen el "budo" contienen un fin espiritual. El ejercicio correcto a través del entrenamiento corporal lleva con el sacrificio a la madurez espiritual. EL ZEN Y EL ALMA JAPONESA "No hubo y no hay un japonés que no esté influido por el zen en sus más profundos sentimientos".
Los samurais, se encontraban bajo el amparo y protección del "shogun". Disfrutaban de una serie de derechos. Por ejemplo , llevar dos sables y hacer justicia por si mismos ante las clases inferiores. Sus comportamientos eran regidos por un estricto código de honor, el "bushido" o "Tao del Guerrero", muy influenciado por el zen. El zen de los samurais se fundamentaba en los siguientes principios:
El zen abarca todos los dominios de la vida popular japonesa: - La arquitectura, la poesía, la pintura, la jardinería, los ejercicios físicos, el artesanado, el comercio, el arte del té, el arte de disponer las flores (ikebana), las escuelas y los monasterios. EL SINTOÍSMO, EL ESPÍRITU "SINTO” El sintoísmo es la raíz más primitiva de la cultura japonesa. Sintetiza la unión de alma o yo japonés con el universo, con el yo cósmico y con la naturaleza. Fuera de la naturaleza el hombre japonés no estaría completo. El espíritu "sinto" supone la asimilación de los ritmos sutiles y primordiales de la Naturaleza, de la vida universal y se asemeja al espíritu "zen". Ambos persiguen la pérdida del sentimiento del "yo" como centro de atención del interés humano. La fijación en el propio yo es paralizadora y esclavizadora para el hombre. Multiplica las necesidades, las ilusiones, los deseos y las frustraciones. Todos ellos fuente de sufrimiento. "Si fijas la atención en ti mismo, tu espíritu será una traba". LA LÓGICA ZEN
* El aprecio de lo real, de lo inmediato, de lo
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La respiración del nombre de Jesús La oración de Jesús puede comenzar por una oración vocal recitada un cierto número de veces –con ayuda de un rosario, por ejemplo– y bajo la dirección de un guía espiritual o staretz. El rosario ortodoxo, hecho de lana negra trenzada, posee cien «nudos»; los hay más cortos. Se puede recitar uno, o dos, o varios, a ciertas horas del día. Pero éste es sólo un medio exterior que debe conducir a la oración interior. Esta debe entonces adecuarse al ritmo de la respiración. Se recomienda ser prudente y no separarse de las directrices dadas por el staretz. El staretz es un anciano, por lo general monje, que tiene experiencia en la oración y es apto para ser el «padre» o guía espiritual. Sin embargo, si se está en la imposibilidad de tener un guía semejante, «es posible dejarse guiar por la santa Escritura», dice el padre Velitchkovsky, «y por las recomendaciones de los Padres». La respiración sirve de soporte y de símbolo espiritual a la oración. «El nombre de Jesús es un perfume que se expande» (Cant 1, 4) y que se ama respirar. El soplo de Jesús es espiritual, cura, arroja los demonios, comunica el Espíritu santo (Jn 20, 22). El Espíritu santo es soplo divino (Spiritus, spirare), espiración de amor en el seno del misterio trinitario. La respiración de Jesús, como el latido de su corazón, debía estar ligada sin cesar a ese misterio de amor, como también a los suspiros de la criatura (Mt 7, 34; 8, 12) y a las «aspiraciones» que todo corazón humano lleva en sí. «El mismo Espíritu intercede dentro de nosotros con gemidos inefables» (Rom 8, 26). La función respiratoria, esencial para la vida del organismo, está ligada a la circulación de la sangre, al ritmo del corazón, a las fibras más profundas de nuestro ser. La respiración profunda del nombre de Jesús es vida para la criatura: «El que da a todos la vida, la respiración y todas las cosas. En él tenemos la vida, el movimiento y el ser» (Hech 17, 25-28). «En lugar de respirar al Espíritu santo, dice Gregorio el Sinaíta, estamos colmados por el soplo de los malos espíritus».
Sinaíta, es más fácil para los principiantes. Pero no es necesario cambiar a menudo de fórmula, aconseja, sino sólo a veces. «Recitando atentamente esta oración, permanecerás de pie o sentado, o incluso acostado, reteniendo la respiración, en la medida de lo posible, para no respirar demasiado a menudo… Invoca al Señor Jesús con un deseo ferviente y en una paciente expectativa, abandona todo pensamiento… Si ves la impureza de los malos espíritus, es decir, los pensamientos, encerrando el espíritu en el corazón, invoca al Señor Jesús sin cesar y sin distracción, y ellos huirán, invisiblemente quemados por el nombre divino. La hesychia… consiste en buscar al Señor en su corazón, es decir, guardar su corazón en la oración y encontrarse constantemente en el interior de este último…» [5]. Sin embargo, no se trata aquí de actos meritorios: número de rosarios, cantidad de oraciones, mortificaciones en el sentido vulgar.
Adecuando la oración al ritmo respiratorio, el espíritu se calma, encuentra el «reposo» (hesychia, en griego; de ahí el nombre de «hesicasmo» dado a esta corriente espiritual de la oración). El espíritu se libera de la agitación del mundo exterior, abandona la multiplicidad y la dispersión, se purifica del movimiento desordenado de los pensamientos, de las imágenes, de las representaciones, de las ideas. Se interioriza y se unifica al mismo tiempo que ora con el cuerpo y se encarna. En la profundidad del corazón, el espíritu y el cuerpo reencuentran su unidad original, el ser humano recobra su «simplicidad». Conviene buscar el silencio del espíritu, evitar todos los pensamientos, incluso aquellos que parecen lícitos, fijarse constantemente en las profundidades del corazón y decir: «Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí». A veces sólo se dirá: «Señor Jesucristo, ten piedad de mí». Luego se cambiará: «Hijo de Dios, ten piedad de mí»; esta última fórmula, según Gregorio el
La noción de mérito está ausente de la teología oriental. «No os inquietéis por el número de oraciones a recitar. Que vuestra sola preocupación sea que la oración brote de vuestro corazón, viviente como una fuente de agua viva. Arrojad enteramente de vuestro espíritu la idea de cantidad» 6. No se trata de un ejercicio mecánico, o de una técnica psicosomática, emparentada con la de otras religiones orientales. Se trata de un ejercicio, ciertamente sostenido, que es llamado «atención», o incluso «sobriedad», o «trabajo espiritual», o «guardia del corazón». Es una vigilancia de la oración que quiere ser y devenir incesante y penetrante en las fuentes mismas del corazón.
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La oración del corazón
La oración de Jesús es también llamada oración del corazón. Esta noción del corazón es esencial en la espiritualidad oriental y, en particular, la rusa. Se podría decir que en este aspecto la tradición oriental no se ha dejado subyugar por las nociones de la filosofía grecolatina y que ha permanecido mucho más cerca de las fuentes bíblicas y semitas. Existe, en efecto, una teología del corazón en el Antiguo Testamento, al igual que en el Nuevo, que es la llave de la antropología bíblica. Se puede distinguir –y oponer– el corazón y la cabeza. La cabeza sería el dominio de lo cerebral, de lo mental, de lo intelectual, de lo lógico, de lo racional… Pero el corazón no debe ser reducido únicamente al dominio de lo afectivo, del sentimiento. «Es un hombre de corazón», se dice a veces, o bien: «es una mujer de cabeza». El corazón es una dimensión espiritual, donde el cuerpo tanto como el alma entremezclan sus raíces. El corazón es la fuente vital del ser. «El corazón, en efecto, es el amo y el rey de todo el organismo corporal, y cuando la gracia se apodera de las praderas del corazón, reina sobre todos los miembros y todos los pensamientos del alma, y es de allí de donde ella espera el bien» [7]. «Algunos colocan el espíritu en el cerebro, como en una especie de acrópolis; otros le atribuyen la región central del corazón, aquélla que está libre de todo soplo animal. En cuanto a nosotros, sabemos a ciencia cierta que nuestra alma razonable no está dentro de nosotros como estaría en un vaso –puesto que es incorpórea– y tampoco fuera –puesto que está unida al cuerpo– sino que ella está en el corazón como en su órgano» [8]. «En cuanto al corazón, designa en la tradición oriental el centro del ser humano, la raíz de las facultades activas del intelecto y de la voluntad, el punto de donde proviene y hacia el cual converge toda la vida espiritual. Es la fuente, oscura y profunda, de donde brota toda la virtud psíquica y espiritual del hombre y por la cual éste está próximo y se
comunica con la fuente misma de la vida» [9]. La oración de Jesús, con su aspecto de técnica espiritual y su ritmo respiratorio, consiste en el descenso del espíritu –o de la inteligencia–al corazón. «Conviene descender desde el cerebro al corazón. Por el momento, dice Teófano el Recluso, no hay en vosotros más que reflexiones totalmente cerebrales sobre Dios, pero el mismo Dios permanece en el exterior» [10]. «Ontológicamente, la consecuencia esencial de la caída, para el hombre, es precisamente esta disgregación espiritual por la cual su personalidad está privada de su centro y su inteligencia se dispersa en el mundo exterior. El lugar donde se produce esta dispersión de la personalidad en el mundo de las cosas es la cabeza, el cerebro; allí los pensamientos forman remolinos, como copos de nieve, como enjambres de moscardones en el verano. Por el cerebro, el espíritu conoce un mundo que le es exterior al mismo tiempo que pierde el contacto con los mundos espirituales, cuya realidad estrecha oscuramente, sin embargo, el corazón. Para reconstruir a la persona en la gracia, es necesario, entonces, reencontrar una relación armoniosa entre la inteligencia y el corazón» [11]. Es necesario orar con el corazón, es necesario encontrar la oración del corazón. Es necesario sentarse en un lugar retirado y tranquilo, lejos del ruido y el movimiento, en silencio. Inclinar la cabeza hacia el corazón, alejarse de la agitación de los pensamientos, decir no a la dispersión, a la multiplicidad de las imágenes, de las ideas, de los recuerdos. Respirar calma, lenta, profundamente, orando al Señor Jesús. Fijar la mirada interior en el «lugar del corazón» todavía sombrío y oscuro, donde la oración introduce el nombre divino de Jesús con el ritmo de la respiración. Poco a poco el nombre de Jesús se identifica con los latidos del corazón. El corazón, por sí mismo, ora y respira sin cesar en la oración de Jesús que se convierte, así, en «oración perpetua» e incesante. Ese aspecto técnico nos parece chocante. Vemos en él, enseguida, como el psicólogo sagaz que es todo hombre occidental, el peligro de la introspección, de la autosugestión, del «análisis»… Sin embargo, no se trata de eso. Se trata, en realidad, de liberar el corazón y el espíritu de la opresión de los pensamientos, de la ocupación continua de las ideas, de la influencia de los «espíritus impuros», a fin de que, bajo la acción de la gracia, las «energías del corazón», liberadas, puedan brillar en nosotros sin trabas a través de nuestra alma tanto como de nuestro cuerpo. «En el corazón está la vida, y allí también conviene vivir»
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La iluminación del corazón
Cuando la oración de Jesús se convierte en oración del corazón, su primer efecto es la iluminación. No olvidemos que ella es el grito suplicante del ciego para obtener la curación (Lc 18, 38) al que Jesús responde abriendo los ojos del enfermo y dándole la luz. La oración incesante de Jesús obtiene la curación. «La sola presencia de Cristo, cuando anuncia que daría su vida en rescate de una multitud, ‘comunicó’ la oración de Jesús al ciego de Jericó» [13]. Los ojos del corazón se abren a la luz divina. El corazón se ilumina y, por él, el ser entero (Mt 6, 22). «Cuando la inteligencia y el corazón están unidos en la oración, y los pensamientos del alma no están dispersos, el corazón se entibia con un calor espiritual y la luz de Cristo resplandece en él, llenando de paz y de alegría al hombre interior» [14]. La iluminación aportada por la oración del corazón viene sólo de la gracia. «Sólo la gracia divina posee en sí misma la facultad de comunicar la deificación a los seres de una manera analógica; entonces la naturaleza resplandece con una luz sobrenatural y se encuentra transportada por encima de sus propios límites por una sobreabundancia de gloria» 15. Pero la iluminación no se produce sin trabajo; a veces, sólo es dada al término de una prolongada espera, de una larga pena. Ello se debe a que el corazón es también el dominio del pecado, de lo oscuro, de las tinieblas. No olvidemos el sentido de las palabras de la oración: «Señor Jesús, ten piedad de mí, pecador». Es
necesario forzar esa oscuridad por la contrición y el verdadero arrepentimiento, a menudo por las «lágrimas»; es la «gracia del enternecimiento» la que imprime en la mirada y el rostro de los espirituales de oriente una dulzura semejante. «En la atmósfera del corazón, una vez purificado de los soplos de los espíritus malos, es imposible, se ha dicho, que no brille la luz divina de Jesús. Siempre que no se hinche de orgullo, de vanidad y de presunción» [16]. Esta iluminación del corazón procede de una acción del Espíritu santo, que es luz. Pero es necesario no confundirla con las aspiraciones, las visiones, las «luces» espirituales o sensibles. De hecho, los Padres son unánimes en recomendar que no se busquen tales cosas. No es necesario dedicarse a ellas ni dejarse distraer por ellas, si se presentan. Pues se debe, siempre, guardar la «sobriedad». La verdadera oración del corazón es siempre «la oración pura».
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El Maestro Masaharu Taniguchi Siempre se refiere en concienciar la Imagen Verdadera
¿Por qué? Para desapegarse del yo falso, yo carnal. Lo más valioso es la Imagen Verdadera y que la materia no es existencia verdadera. A través de la Meditación Shinsokan sintonizamos con Dios con el mundo verdadero que ya existe y al sintonizar con este mundo desapegamos el mundo de los cinco sentidos el mundo de la materia. A través del despego de la materia existencia falsa dejamos fluir y exteriorizar nuestro yo verdadero. Para desapegar se debe eliminar el “tiene que ser así” esa idea somete a la persona a mantener mente rígida y sufrir por ello. En la vida cotidiana, muchas veces podemos estar manifestando, de forma inconsciente, vibraciones de apego en relación a cosas y personas, perjudicando a sí propio y a la vida de las personas queridas a nuestro rededor.
Debemos despertar para el hecho de que, en verdad el cuerpo no existe. El no pasa de la materialización de las vibraciones mentales en constante mutación. El cuerpo carnal es una imagen en constante mutación. Este nuestro cuerpo, que se transforma incesantemente e no tiene sustancia y no es nuestro. Al comprender que nuestro cuerpo no es “existencia verdadera” damos el primer paso para la verdadera libertad. El cuerpo carnal es un elemento material que ocupa lugar en el espacio y por lo tanto está sujeto a limitaciones impuestas por la materia y por el espacio. Así siendo el cuerpo carnal llega a ser un obstáculo para la libre acción del “Yo Verdadero” Si queremos que manifestar plenamente la libertad innata de nuestro “Yo verdadero”, no debemos admitir la existencia de la materia (cuerpo) capaz de impedir esa manifestación. Solamente cuando comprendemos que la materia (cuerpo carnal) es algo que puede ser controlado libremente, nos tornamos capaces de asegurar la libertad de nuestro “Yo verdadero”. (V.V. vol.33 pág. 46) Apego a la propia cultura, a la nación y a la creencia religiosa.
Apego es la inclinación concentrada en determinada persona, quitándole la libertad y perjudicando su desarrollo. La materia no es existencia verdadera, el cuerpo no es existencia verdadera. Esa comprensión nos conduce a descubrir aquello que existe de verdad. Debemos cambiar la noción a cerca de la “existencia” pasando a admitir la “inexistencia” de aquello que creíamos “existente” y reconocer la existencia de aquello que creíamos “inexistente”.
Despertar para la Verdad de que “el hombre es hijo de Dios” no es solo concienciar apenas la naturaleza divina de sí mismo, pero también comprender que “todas las personas son hijas de Dios” y vivir en armonía con todos amándolos y reverenciándolos. La verdadera paz mundial nace de la unión, armonía y comprensión mutua entre las personas. Donde no existe unión, armonía y comprensión mutua no es posible el surgimiento de paraíso. Todo las religiones son buenas; el budismo, cristianismo, islamismo. Llegándose a la esencia de su doctrina, constatamos que la Verdad que ellas predican es una sola. Así como las religiones se identifican en su esencia, también las personas se identifican en su naturaleza Verdadera.
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