JULIO X QUILLE El Primogénito de los Andes. Fotografías inundación 1950
Nuestros pasos siempre terminan...
El Primogénito de los Andes. Copyright© 2020 Julio X Quille
A mi querido riรณ, con el que tantas horas pase, y que tantas de mis preguntas respondiรณ, a ti majestuoso Cacique de los Andes, a ti Riรณ Tomebamba. Julio X Quille.
<<Aguas en enero, atranca tu granero. Abril, Aguas mil. Mayo, !hasta que se pudra el sayo!>> -Dichos populares.
Pachamama y su primogénito. Con un suave y delicado trazo Pachamama definió el camino de un pequeño rió, que seria su deleite, y fuente de vida, de todos los que a él se acerquen en paz. Cuál potrillo dando sus primeros pasos, refrescaba sus orillas saludando al alba a una colorida flora, las llanuras que con este limitaban brillaban tan radiantes como el cielo, su cántico constate, temido en momentos, no era sino un llamado para guacamayas y colibríes. Estación tras estación y roció tras roció fue creciendo cual indomable corcel, todo su entorno se regocijaba de vida, y en complicidad con los otros tres ríos crearon un entorno nunca antes visto en todo el mundo.
Pobladores . Un dĂa comenzaron a llegar pobladores muy diferentes a su acostumbrada fauna, y se establecieron cerca y de ĂŠl, y este de reojo comenzĂł a mirarlos.
Con respeto y cautela se acercaban los Cañaris y el río devolvía una animoso saludo, por cada cántaro de agua que tomaba un Cañari, una veneración al rió se escuchaba, por cada pregunta qué se le hacia en silencio, el rió respondía. Los Incas en toda su braveza entendieron que el río que tenían al frente, los miro desde el principio como extraños y que la impertinencia mostrada, hizo que este se tomara la vida de unos cuantos, al tiempo terminaron respetándolo y ofreciendo las respectivas reverencias. Los colonos españoles no serian menos respetuosos, al mirar a tan temible matador, y decidieron mantener cautela, los imprudentes lo pagaban con su vida, y conforme emergía la ciudad la leyenda del matador crecía.
El Bautizo y Tomebamba. - Tal vez bautizándole y dándole un nombre cristiano, este matador se calme. - Decía la gente. Y así entre supersticiones, bailes y las risas Cañaris lo bautizaron en 1802 como Julián Matadero. La modernidad llegaría a Cuenca, y en un acertado o equivocado escrito un investigador extranjero termina nombrándolo; río Tomebamba. Lo cierto es que para asuntos legales y geográficos Rió Tomebamba es, y para que la gente recuerde su rugido, Julián Matadero ungido fue.
La inundación de 1950 Con su nombre restaurado el rió sintió como si despertara de un largo sueño, al abrir sus ojos encontró que su orillas fueron tomadas, muchos puentes habían sido construidos a lo largo de él, su flora había sido destruida y su antigua fauna había desparecido. Nadie la pudo escuchar su lamento, pero en efecto seria algo que lo veríamos todos, seria algo que se contaría de generación en generación.
Ese día oscureció pronto, y la llovizna cada vez más en tormenta, la tierra hacia sonar a su interior cual tambores que van al frente de batalla, el viento empujaba con fuerza, abriendo el camino al gran comandante, una vez que este reunió la suficiente fuerza, comenzó desde los albores del Cajas y fue arrasando con todo lo que encontraba a su paso, y conforme mas se acercaba a la ciudad, mas amenazante se tornaba, Su ingreso a la ciudad, fue épico, y aunque nadie la vio, no podemos imaginar entrada mas triunfal que la que admiraron sus orillas al ser rescatadas y la misma Pachamama que lloraba a cantaros de alegría al ver a su pequeño trazo convertido en un gran río, su furia estaba desatada, fue tanta que duro hasta al madrugada del siguiente día.
Esa mañana del 3 de abril de 1950 cuando la población despertó, sintió como un frió y un silencio se apoderaba de ellos, el rió había hablado con un aire tajante e in-negociable, 14 puentes, varias viviendas y otras construcciones fueron el coste de nuestra ignorancia. Los otros tres ríos, Tarqui, Machangara, y Yanuncay, rendían homenaje a su gran general, no causaron destrozos, aun que también dejaron claro que estaban presentes.
Cuentan las leyendas que los Cañaris lo llamaban Mayu Amaru, y los Incas lo llamaba Wayna Puma, de leyenda en leyenda termino nombrado como Julián Matadero, En estos días te conocemos como Tomebamba, solo el tiempo dirá si llegaremos a conocer el nombre que te dio la Pachamama. Julio X Quille New Hartford, New York. 4 de Mayo 2020
...encontrando, el camino de regreso a casa.