Profesora,educadora,soñadora... Ester Moleón Páiz, educadora y experta en la situación de África, nos enseña día a día, la realidad africana. “No me da impotencia hablar de África, lo que siempre siento es que no soy digna de hacerlo. La idea de impotencia es europea, los africanos son unos luchadores que luchan las 24 horas de cada día. Nosotros somos unos blandos que nos quejamos por todo.” MÓNICA S.
Tenemos la suerte, de contar en nuestro centro con una gran persona, que se preocupa por la situación de los demás, pero no simplemente de las personas más cercanas a ella, sino también de personas que se encuentran en otro continente a 14 kms. de nosotros.
P.¿Cómo tuviste la iniciativa de entrar a formar parte del partido SAIn? R. Fue un proceso natural. Después de 20 años pidiendo el voto en blanco porque ningún partido político ponía en primer lugar acabar con el hambre en el mundo, un grupo de amigos decidimos crear el SAIn, para luchar contra las causas del hambre, de la guerra, de la esclavitud, del paro. Y aquí estamos. P.¿Cómo empezaste a interesarte por África? R. Cuando era pequeña, en mi casa teníamos revistas que hablaban de África, y recuerdo que estaba deseando leerlas y buscar en los mapas los lugares que mencionaban. Me costaba creer que esas fotos de niños hambrientos pudieran ser verdad.
P. ¿Cómo definirías la labor de SAIn? R. Una labor entusiasmante. El SAIn es un partido pequeño, es verdad, pero tan distinto a los otros... Aquí nadie cobra, al revés, todos pagamos una cuota. Aquí no aceptamos ninguna subvención. Aquí no hay nadie por encima de los demás, todo se decide entre todos. Aquí nadie paga para pegar carteles por las calles, los pegamos nosotros. Un amigo senegalés, cuando conoció el SAIn, me dijo emocionado que ése era el auténtico camino para que sus hermanos pudieran salir de la miseria. Ésa es la razón de ser del SAIn, la que le den los pobres de la tierra.
Y luego más me costó descubrir todo el sistema de robo planificado hacia los africanos y del que yo disfrutaba (y sigo haciéndolo): el cacao que tomaba lo recogen niños esclavos en Costa de Marfil, el café los niños etíopes que no pueden ir a la escuela. Eso me pareció un escándalo. Y empecé a estudiar África. Empecé a amar África. P.¿Por qué en los medios de comunicación no aparecen las guerras y los problemas de África y sí la vida de famosos? R.Porque su objetivo es ése: desviar la atención hacia temas que no pongan en peligro la buena vida de los poderosos, entre los que estamos incluidos nosotros.Las guerras africanas, todas, son provocadas y/o mantenidas por los grandes para expoliar sus inmensas riquezas: ahí tenemos la terrible guerra de Los Grandes Lagos, con sus 10 millones de muertos, de los que nadie habla, y todo para robar sus inmensas riquezas minerales, el coltán, que luego disfrutaremos todos en nuestros móviles. Si supiéramos el sufrimiento y la sangre que cuesta, si supiéramos de sus luchas,...
Ester Moleón,un ejemplo a seguir // Mónica Sánchez
P.¿Qué recuerdos tienes? R.Recuerdo la belleza de los paisajes del desierto del Sahara, la hermosura de la selva tropical camerunesa. Pero por encima destaca la generosidad de los africanos que no tienen nada, la de aquella familia que sólo tenía arroz para comer en su única comida y que me invitó a compartirla con ellos. Y destaca su lucha cotidiana, sin aspavientos, como la de aquel grupo de estudiantes que no tenían libros y que se juntaban para aprender debajo de las farolas, con un ansia y unas ganas que nunca he visto aquí. El peor recuerdo lo traigo del desprecio y la prepotencia de los blancos. Como en Marruecos, que se burlaban de unas niñas que les saludaban cuando pasaban o cuando ridiculizaban a los niños de aquella aldea perdida que estaban esperando al último sorbo que quedaba de refresco para tomárselo ellos. Mirar y no ver nada, que no te duelan esos niños... ¿en qué nos hemos convertido?
P.¿Qué piensas que debemos aportar la sociedad, para que la situación de ese continente cambie? R. Hacernos esta pregunta: si fueran nuestros hijos los esclavos que arrancan el coltán de las entrañas de la tierra, si fueran nuestros hijos los niños soldado, si fueran nuestras hijas las violadas, si fueran los nuestros los que se mueren porque no hay medicinas, si fueran ellos, ¿qué haríamos?
Una vida al servicio de los demás
El Dr. Juan López-Laserna
“Jamás me arrepentiré de haber estudiado traumatología, siempre soñé con poder ser un magnífico médico y creo que lo he conseguido” P. ¿Cómo fue aquel congreso en el que tuvo que realizar varias operaciones con distintos métodos? R. Fue muy bien. Realizamos doce intervenciones distintas de pie y tobillo. Pies planos infantiles, con dos técnicas distintas, un pie plano de adulto con una prótesis kalix, una artrodesis de arco interno, distintas técnicas en juanetes y una prótesis de tobillo Ramsés II. Posteriormente, estas intervenciones han sido editadas en una colección de 4 DVDs que se han distribuido a nivel nacional por un laboratorio y se están vendiendo al resto del mundo. P. ¿Hay algún hecho que haya cambiado su vida? R. La muerte de mi ayudante Juan Adame por un linfoma en un periodo de ocho meses.
p. ¿De dónde viene su interés por la traumatología? ¿Desde qué edad se dio cuenta de que quería dedicarse a esto? R. Desde los 6 años me gustaba la cirugía. Soy la quinta generación de médicos por parte materna. Con esa edad realicé mi primera intervención a una rana, después operaba a todo bicho viviente que se ponía en mis manos, gatos, perros...
P. ¿Por qué su especialidad por los pies? R. Me interesé inicialmente por el pie infantil en mi época de formación en Ortopedia infantil. Después pasé al pie del adulto. La patología del pie es muy variada y tiene un gran componente biomecánico, todavía nos estamos adaptando a la bipedestación, esto hace que las posibilidades de tratamiento sean múltiples y que no te aburras realizando siempre la misma técnica.
P. ¿Qué siente cuando personas de otras provincias vienen expresamente para que usted las trate? R. Que tengo que intentar curarles o mejorarles igual que a los cordobeses.
P. ¿Hay algún paciente que haya marcado su carrera? R. Una niña con una secuela de parálisis cerebral que con tres años llegó a la consulta en una silla de ruedas y después de siete intervenciones (caderas, rodillas, pies, etc) pudo tomar la comunión de pie caminando con dos muletas.