DON PAULINO RODRÍGUEZ MARQUINA - Sara Peña de Bascary

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Don Paulino Rodríguez Marquina Sara Peña de Bascary Trabajo Publicado en VIII Actas “La Generación del Centenario y su proyección en el Noroeste Argentino 1900-1950” Centro Cultural Alberto Rougés. F.M. Lillo (Pág. 365)

A fines del Siglo XVIII, ya consolidado el encuentro de la raza americana y española, el hombre de estas tierras comenzó a recibir influencias culturales de otros países del mundo. En las primeras décadas del siglo XIX comenzaron a llegar los llamados naturalistas viajeros1 quienes vinieron, la mayoría, a realizar estudios científicos de la riqueza de nuestro suelo para hacerlo conocer en el extranjero. Sus escritos y presencia influyeron notoriamente en el progreso y desarrollo de Tucumán. A partir de la segunda mitad de la decimonónica centuria se inició la radicación definitiva de gran número de franceses, alemanes, italianos, ingleses, belgas, españoles, entre otros hombres de diversas nacionalidades. Formaron sus familias con tucumanas lo que dio origen a nuevas propuestas culturales al integrarse a nuestra sociedad. Se fue así delineando paulatinamente nuestra identidad. Entre estos extranjeros hubo quienes se destacaron notoriamente dejando huellas indelebles en la cultura, ciencia y progreso. La conjunción de sus ideas innovadoras y el afán de superación de los tucumanos concretaron obras trascendentes. El aporte de los inmigrantes españoles fue también gravitante. De ellos la figura de Don Paulino Rodríguez Marquina se destaca por su vasta trayectoria, sus inquietudes por cuestiones sociales y por las particulares características de su personalidad. Paulino Rodríguez Marquina nació en Allariz, provincia de Orense (Galicia) el 16 de septiembre 1859. Fueron sus padres Don Camilo Rodríguez de Arias y Doña Rita Marquina Macarena. Pasó su infancia en su ciudad natal y concluido el bachillerato inició estudios universitarios en Santiago de Compostela los que no concluyó por su venida a Argentina. Recibió, además, una esmerada formación en diversas disciplinas, de parte de su tío carnal el sacerdote benedictino Paulino Rodríguez Arias, Capellán del Monasterio de Santa Clara en Allariz.2

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Cfr. SARA PEÑA DE BASCARY: “Naturalistas en Tucumán”. En Todo es Historia, Nº 1976. SARA PEÑA DE BASCARY; “Paulino Rodríguez, “gallego” emprendedor, polémico”. Gaceta de Tucumán, Suplemento Literario, 16 de agosto de 1981. De ese artículo tomamos referencias para el presente 2


2 Motivó su llegada a Argentina un hecho fortuito: uno de sus hermanos, Berardo el mayor, por un problema sentimental había huido de España llegando a nuestro país en busca de olvido. Al parecer lo consiguió a tal punto de olvidar también a su familia.3 Paulino, que contaba por entonces 21 años, fue enviado en su búsqueda arribando a Buenos Aires en 1880. Posteriormente, decidido a quedarse en el país, se radica en Tucumán en 1882, donde casó con María Lescano Ibiri. Era un hombre de gran personalidad, alto, rubio y de ojos azules. Se dice que tuvo gran éxito con las mujeres.

Los primeros tiempos: el cólera y la revolución A pocos años de su llegada a Tucumán, durante la epidemia de cólera, el joven español dio muestras de coraje, actuando valerosamente en tan críticos momentos. En diciembre de 1886, se produjeron los primeros casos de la peste, desencadenado el pánico en toda la provincia. La contaminación del agua para beber, proveniente de pozos y lo primitivo de la medicina disponible, produjeron un cuadro aterrador. La dimensión de la mortandad adquirió niveles inesperados. La Provincia carecía de recursos para enfrentar la crisis y debió recurrir a Buenos Aires requiriendo ayuda para contar con médicos y medicinas. Se solicitó, además la colaboración de todo el vecindario para encarar el terrible flagelo. Fue entonces que el periodista español Salvador Alfonso creó la Cruz Roja en Tucumán para combatir el cólera, y su compatriota y amigo Paulino Rodríguez Marquina se convirtió en uno de sus más decididos miembros. Cuenta el mismo en uno de sus escritos: el terror se apoderó de los habitantes y entre ellos de la mayor parte de la Cruz Roja, quedando a los pocos días de aquella asamblea numerosa, el reducido numero de veinte abnegados, que sin descanso prestaban sus servicios, ya en los hospitales, ya conduciendo enfermos o enterrando cadáveres4 La epidemia del cólera es una de las páginas sombrías de la historia de Tucumán. Las crónicas de la peste registrarían hechos espeluznantes, como el asesinato de

trabajo el que ampliamos con nuevos datos que con el tiempo encontramos. Nuestro especial agradecimiento a Cesar Rodríguez Marquina que facilitó generosamente el completísimo Archivo de su abuelo que proporcionó la mayoría de la valiosa información que brindamos, además de fotografías invalorables. 3 Berardo Rodríguez Marquina, médico se doctoró en Buenos Aires con la tesis “El Cólera”. En sus últimos años se radicó en Tucumán donde murió en 1916. 4 Archivo Rodríguez Marquina, en adelante ARM: “Memoria Histórica y descriptiva de Tucumán, pasado, presente y porvenir de la Industria Azucarera” Por Paulino Rodríguez Marquina 1888 – 1889 (inédita) Tomo I, pagina 269.


3 miembros de la Cruz Roja en Los Sarmientos, por turbas que miraban a los médicos como brujos, afirma el historiador Carlos Páez de la Torre (h).5 No bien instalado en la provincia, se incorporó al combativo periodismo de la época y es en 1887, superada la epidemia del cólera, cuando comenzó a manifestarse su polémica personalidad.

Paulino Rodríguez Marquina con uniforme de la Guardia Nacional

La oposición de los partidarios del “juarismo” tucumano al gobierno “cívico” de Don Juan Posse, con el beneplácito del gobierno nacional de Juárez Celman, tenía a la provincia convulsionada. Se esperaban inminentes disturbios. Lo que pronto ocurrió. La revolución que finalmente derrotó a Posse, se precipitó, entre otras causas por la aguda pluma de Rodríguez Marquina que atacó ácidamente al gobierno, en un suelto llamado “La Porra”. Inmediatamente se inició la persecución del autor del artículo, quien para burlar la misma debió huir disfrazado de fraile. Buscando ponerse a salvo, se enroló en la Oficina 5

CARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H). “Tucumán, 1887 cólera y revolución” En Todo es Historia –Nº 85. Bs. As. 1974.


4 Nacional de Enganche, con los opositores al gobierno, bajo el mando del Teniente Maximiliano Márquez. Volvió entonces a la ciudad de Tucumán, donde el Gobernador Juan Posse tuvo que soportar también el desfile de Marquina con uniforme de soldado frente al Cabildo y además que el 12 de junio, día del triunfo revolucionario, don Paulino encabezara el victorioso grupo que fue a tratar su rendición6. Superados el cólera y la revolución, en 1887, el nuevo gobernador Lídoro Quinteros crea la Oficina de Estadística de la Provincia y designa a Rodríguez Marquina su Director. En ese cargo que desempeñó hasta su muerte realizó, acaso, su obra más significativa. En primer lugar trabajó arduamente en la organización de la oficina – verdadero ejemplo de trabajo en equipo- y más adelante, en la confección del “Anuario de Estadística de Tucumán” que se editó con continuidad durante toda su gestión, la que finalizó con su muerte. Obra, utilísima en todos sus aspectos fue conocida y distribuida mundialmente. Esta publicación anual contiene imponderables estadísticas sobre la Provincia: habitantes, educación, salud, comercio, producción, niveles de pobreza, meteorología, entre una amplia gama de temas, ilustrados con gráficos y dibujos. Los datos que brinda el Anuario son una fuente inagotable de información para estudiosos e investigadores de distintas disciplinas. Entre los papeles de Rodríguez Marquina se encuentra correspondencia de diferentes lugares del mundo, solicitando o agradeciendo el envío del Anuario, además de elogiosos comentarios sobre su contenido.

Periodista y polémico Paulino Rodríguez Marquina no limitó su actividad a la administración pública. Entre sus diversas inquietudes, estuvo siempre presente el periodismo. Fue redactor de “Gil Blas”, “El Deber”, “la Provincia”,”El Orden” y colaborador de “Tucuman Literario”, periódico de la Sociedad Sarmiento y de la “Revista de Ciencias Sociales”, fundada por Juan B. Terán, Julio López Mañán y Ricardo Jaimes Freyre, entre otras publicaciones culturales y científicas de la epoca. Debido a su fogoso temperamento, que lo llevaba a exponer ásperamente las verdades, tuvo más de una sonada polémica. Hombre de ideas revolucionarias, como tal fue combatido y como combativo que era, no calló ante los ataques que recibía. Es así como, en 1897, retó a duelo al poeta Damián P. Garat, que lo había injuriado en “El Orden” del 10 de noviembre. En ese diario vemos las causas del incidente: Garat ganador de un concurso literario organizado por la 6

CARLOS PÁEZ DE LA TORRE. Op. Cit


5 Sociedad Sarmiento, afirmaba, bajo el titulo última palabra que Rodríguez Marquina había manifestado que su trabajo no valía un pito y que se lo había premiado para quedar bien con el periodismo7. Acusaba además a Rodríguez Marquina, entre otras cosas, de haber obtenido, en 1892, un premio con falacia ya que para conseguirlo había convencido a Don Antonio S. Osuna de presentar un trabajo de escasa calidad, para que en comparación resultase mejor el de Usted….8. Don Paulino montó en cólera y designó padrinos a Matías Salazar y Alberto Lacabera, diciéndoles: En El Orden de ayer el Señor Damián P. Garat me dirige ofensas que no tolero. En consecuencia ruégoles que apersonándose a dicho señor exijan de el una inmediata y completa retractación o una satisfacción el en campo del honor

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Inmediatamente sus comisionados se enfrentaron con los padrinos del otro, Martín Berho y José Mariño, ante un Tribunal de Honor integrado por Federico Helguera y Roman Torres. Garat, además, se sentía ofendido por un artículo de Rodríguez Marquina publicado en “La Provincia”. Luego de arduas deliberaciones del Tribunal se llegó a la conclusión que se habían interpretado mal las cosas. Corolario: se dieron las retractaciones solicitadas y el honor de Don Paulino quedó a salvo. Posteriormente tuvo otra vehemente polémica pero, ante la investidura del supuesto ofensor u ofensores, la cuestión no se pudo dilucidar en el campo de honor. “La Provincia” del 7 de junio de 1901 informaba: en el salón de audiencias del Superior Tribunal de Justicia tuvo lugar el informe 'in voce' dado por el Señor Paulino Rodríguez Marquina en el juicio por injurias que sigue contra los directores de la Revista católica “la Verdad”, presbíteros Barrere y Piedrabuena: numerosas personas escucharon al Sr. Rodríguez Marquina, estando presentes los mencionados sacerdotes que replicaron oportunamente. El tribunal resolverá la semana entrante10. Por lo que deducimos del informe: Don Paulino se molestó con los directores de “La Verdad” porque habían permitido que se publique un artículo, del señor D’Artier (sic) que consideraba injurioso hacia su persona. Al finalizar su exposición ante el Juez manifestó que no exigía reparación alguna, renunciaba a ella ya que no quería por la fuerza lo que no se le había dado de buena voluntad. La cuestión debió solucionarse amigablemente como en la polémica anterior, ya que entre la correspondencia de Rodríguez Marquina se conserva, además del informe in voce, una esquela del Presbítero Bernabé Piedrabuena invitándole gentilmente a su 7

“El Orden”. Tucumán 10 de noviembre de 1897. Ibídem 9 ARM: Carta de P. Rodríguez Marquina a Matías Salazar y a Alberto Lacavera, 11 de noviembre de 1897. Con la misma se conserva el Acta del Tribunal y sus conclusiones. 10 ARM: “La Provincia”. Recorte que se conserva con el informe in voce 8


6 consagración como obispo de la Diócesis de Tucuman, en 1908. No pudimos acceder a mayores datos sobre el entredicho que en sí, pinta las costumbres del momento y la fuerte personalidad del biografiado.

Cuestiones sociales Rodríguez Marquina fue un innovador. Recibía de Europa la influencia de los cambios que allí se gestaban y quiso implantarlos en el medio. Pero, como sucede con toda corriente mutante, encontró resistencia. Fue implacable en sus públicas denuncias por cuestiones sociales y su lucha fue constante durante toda su vida. Pero su opinión y su persona fueron muy respetadas. Nadie puso en duda la honestidad de sus intenciones. No buscó prestigio político para sí a través de su abrumadora prédica. Nunca quiso ser dirigente por eso, así lo afirmaba, no se nacionalizó argentino. Sus propósitos eran nobles y sinceros. Es por eso que muchas personalidades tucumanas que, si bien pudieron sentirse tocadas por sus denuncias, le brindaron amistad y respeto buscándole como colaborador en cuestiones publicas, cargos y comisiones honoríficas. Cabe destacar que las ideas del partido Socialista Obrero, fundado por Juan B. Justo a fines del siglo XIX, debieron también influir en Rodríguez Marquina. En su primer manifiesto electoral de 1896, el socialismo afirmaba que no dice luchar por puro patriotismo, sino por sus intereses legítimos, no pretende representar los intereses de todo el mundo, sino los del pueblo trabajador, contra la clase capitalista opresora, y parásita, no hace creer al pueblo que puede llegar al bienestar y la libertad de un momento a otro, pero le asegura el triunfo si se decide a una lucha perseverante y tenaz, no espera nada del fraude y de la violencia, pero todo de la inteligencia y la educación populares11. Ya veremos estos enunciados vertidos en sus escritos y discursos. El profundo conocimiento que llegó a tener, de los problemas socio-económicos de la provincia, a raíz de la tarea de estadística que realizaba le impulsó a bregar por el mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores en Tucumán. El decía que se sostiene por algunos, que la estadística es una mistificación, cuando lo que hay de cierto es que se le teme, porque con los números se tapa la boca a los verdaderos mistificadores12 11

JOSÉ L. ROMERO “Las ideas políticas en la Republica Argentina”.Págs.220-224 F. Cultura Económica. Bs. As. 1996. 12 ARM. Escritos y discursos inéditos.


7 Sus conferencias y discursos inéditos son reveladores de sus preocupaciones y de las soluciones que sugería para los problemas que acuciaban a la clase obrera. En una oportunidad, hablando en el sindicato de mozos, dijo: voy a permitirme lanzar una idea que hace tiempo me preocupa, cual es la formación de una gran Sociedad de Socorros Mutuos, cuyos beneficios son incalculables. Una asociación donde todos los obreros y obreras, contándose como tales a los empleados de comercio y de industria y aún de la administración, podría tener por lo menos 10.000 asociados que mediante una cuota mensual de dos pesos podría sostener una buena asistencia medica, servicios de farmacia, sanatorios, subsidios en las enfermedades y aún durante los días de paro forzosos. Os entrego la semilla, si queréis esta en vuestras manos hacerla germinar13 A los obreros les hizo ver la obligación moral que tenían de votar libremente aseverando: artículo de fe habíase hecho ya entre políticos de todos los matices que al obrero bastábale una orden de su patrón, una empanada, un vaso de vino o una copa de aguardiente para que siguiese a la cola del fogoso caballo del caudillo como el paciente cordero obedece a los sonidos del cuerno o a los ladridos de los perros del pastor, o como el esclavo a la fusta del odioso capataz para llevar a las urnas el voto y a los atrios su sangre….. y continuaba vehementemente su arenga: ha llegado el momento obreros de Tucumán de unirse en fraternal abrazo, de olvidar antiguos bandos políticos en los que jamás habéis alcanzado otros honores que ser carne de cañón, de levantar la bandera proteccionista del obrero ya que por doquier se despliegan banderas proteccionistas del monopolio…Finalizaba: nada de votos inconcientes, las urnas están abiertas para todos, el poder constituido tiene el hermoso renglón que dice sufragio libre. Confiad en vuestras fuerzas que son indestructibles y os llevarán al triunfo de los ideales, si desechando programas más o menos embusteros de mechadores políticos os proponéis triunfar elevando al gobierno del pueblo hombres del pueblo.14 En 1894 publicó en “Tucuman Literario”, periódico de la Sociedad Sarmiento, un artículo que ilustra mas sobre su preocupación por cuestiones sociales: “Las clases obreras – la mano de obra, costumbres, vicios y virtudes de las clases obreras y medios para mejorar sus condiciones”15. En el Centro cosmopolita de Trabajadores, con motivo del día del trabajo, pronunció en 1901, otro de sus revolucionarios discursos. Transcribimos algunos de sus más significativos párrafos. 13

ARM: discurso sin fecha. Inédito. ARM: discurso “A Obreros de Tucumán” inédito 15 SARA PEÑA DE BASCARY, Op. cit. 14


8 Obreros de Tucumán: mucho habrá que luchar, no será tarea de un día, ni de un año, pero estad seguros que no esta lejano el día que la fuerza del derecho prime sobre el derecho de la fuerza…les recalcaba: los gobiernos liberales que se dicen emanados de la voluntad del pueblo; los que proclaman a voz llena los derechos del hombre, niegan hoy en pleno siglo XX lo que los reyes absolutos de la madre patria concedieron a los indios; el trabajo tenia su legislación, la jornada era de ocho horas eligiéndose en estos climas tropicales las primeras de la mañana y las últimas de la tarde, mientras hoy, hasta se trabaja el domingo, Concluyendo enfáticamente : pues obreros: a que se legisle para mejorar las condiciones del hombre trabajador, a que se reduzca a 8 horas la jornada laboral; a que se prohíba el trabajo a los menores de edad y a que se cumpla con la Constitución16 Ya veremos cómo, más adelante, estas vehementes palabras tendrían eco y sus ideas serían expuestas y debatidas en el Congreso Nacional. Rodríguez Marquina consideraba que la situación de la clase obrera, oprimida y explotada, era producto de la ignorancia, de la falta de educación. Así lo apreciamos en sus acalorados discursos y escritos en los cuales hacia notar a los obreros que el cambio estaba en manos de ellos si así lo querían. La educación era para el fundamental y continuamente responsabilizaba al Estado de las falencias educativas en la población.

La mortalidad infantil La situación sanitaria de la Provincia fue otra de sus grandes preocupaciones en el plano social. Escribió “La mortalidad infantil en Tucumán”, trabajo muy elogiado que le valió, entre otros resultados, ser invitado a Congresos de Medicina e Higiene. Denunciaba, en el mismo, los problemas que acuciaban a los tucumanos en ese sentido y también las negligencias que se apreciaban proponiendo medidas concretas. Curiosamente el trabajo que había presentado en un concurso de la Sociedad Sarmiento, fue rechazado por considerárselo científico y no literario. Esta circunstancia indujo a Rodríguez Marquina a una acalorada apelación haciendo hincapié en las bases constitutivas de la Sociedad, la que tenia por objeto fomentar el estudio de las ciencias y las letras, comprendiendo todo lo que contribuya al mejoramiento moral e industrial por lo que le sorprendió el rechazo de su estudio que era de interés no solamente político sino social 17 16 17

ARM: discurso, inédito. 1º de mayo de 1901 ARM: Manuscrito incompleto. Sin fecha.


9 Finalmente “La Mortalidad infantil en Tucumán” se publicó en 1899. Un ejemplar de la misma fue dedicado por su autor al Dr. Eliseo Cantón quien, como diputando Nacional en 1895, logró la Sanción de la Ley que otorgaba un empréstito a la Provincia para construir un sistema de agua corriente. Había fundamentado su iniciativa en que la mortandad de niños era ocasionada por el agua que provenía de pozos18. Coincidía con Marquina quien ya, durante la epidemia del cólera, había expresado su inquietud por la carencia de agua potable que agravaba la situación. Para Rodríguez Marquina, la falta de higiene, los malos hábitos alimentarios, y la ignorancia de las madres en el cuidado de sus hijos eran los responsables directos de la mortalidad infantil que entre 1897 y 1898 fue alrededor de 4.500 muertes de menores de un año. Para remediar la situación proponía educar a las madres sobre el modo de criar a sus hijos, siguiendo los beneficios de la higiene y del método. Así lo consigna la especialista Vanesa Teitelbaum. 19 Como director de la Oficina de Estadística, ya había alertado sobre la mortalidad infantil en la Provincia, sugiriendo la necesidad de implementar una política eficiente de protección de la infancia. Y advertía: Tenemos en Tucumán sociedades de todo género, sin que falte la protectora de animales, pero nadie se ha acordado hasta ahora de la formación de una, protectora de la infancia, sin duda porque los niños no molestan en la puerta de los ricos pidiendo limosna, o no influye su mayor o menor mortalidad en el buen servicio público de carros o tranvías.20 Su trabajo sobre la mortalidad infantil además de señalar la indiferencia del cuerpo social por la infancia abandonada, abrió el debate acerca de las competencias y responsabilidades del Estado en esa materia.21

La tuberculosis Otra cuestión sanitaria que demandó el interés de Rodríguez Marquina fue la tuberculosis. En 1905, en la “Revista de Letras y Ciencias Sociales”, denunció que la 18

CARLOS PÁEZ DE LA TORRE (H), en La Gaceta. En apenas ayer... de 2008 CFR.: TEITELBAUM, VANESA. “La prédica higienista en la construcción de una imagen de la maternidad en Tucumán”, Argentina. Ed. En Toluca, México 1998.pag. 1998 20 ARM Op. cit. 21 Cfr. PABLO HERNÁNDEZ y SOFÍA BRIZUELA: “La “niñez desamparada” en Tucumán a fines del siglo XIX. Política Social y Opinión Pública”. Trabajo presentado en Congreso Nacional del trabajo. Agosto 2001. Consultado en Internet archivo PDF. Además CECILIA FANDOS realiza un importante estudio sobre el tema de la Mortalidad Infantil y Rodríguez Marquina en “Los actores sociales del campo de Tucumán según la Cultura científica del S. XIX”. En Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Jujuy. Jujuy 2004 19


10 tuberculosis en Tucumán era alarmante. En ese artículo disentía con la opinión del Dr. Manuel Esteves, a quien estimo muy de veras decía – pero que había manifestado que no existía peligro y que además, según Rodríguez Marquina – le hacia un flaco favor a la Provincia haciendo propaganda que es una gran ciudad de invierno donde pueden pasarla muy bien los tuberculosos y otros de quienes se desentienden los médicos de la Capital, para que vengan a infestar nuestros hoteles y aún nuestras casas de familia22 . El Doctor Esteves había expresado, respecto las estadísticas de Rodríguez Marquina sobre la tuberculosis, que no podía pasar en silencio estos datos que parecen vistos con vidrios de aumento. A esto replicaba Don Paulino: Discúlpeme Doctor Esteves que le manifieste que a mi juicio esta en un error expresarse así, porque para decir la verdad no se necesitan vidrios de aumento ni de disminución. Yo no hago otra cosa que repetir las cifras que me suministra el Registro Civil y este se concreta a asentar en la partida de defunciones el diagnóstico bajo cuya firma dan los facultativos y no puedo creer que ninguno de ellos expida documentos contrarios a la verdad, ni mecho menos que esté interesado en desacreditar a esta ciudad. Terminaba el escrito manifestando: Por mi parte, cumplo el juramento que he empeñado al recibirme de la dirección de estadísticas de decir la verdad, ahora toca a todos prevenirse contra el mal23

Situación de la clase obrera. La inquietud de Rodríguez Marquina por los problemas que acuciaban a la clase obrera, por los que bregó constantemente, tuvo particular trascendencia cuando el diputado tucumano, el socialista, Mario Bravo presentó en el Congreso de la Nación una nueva iniciativa socialista en defensa del proletariado argentino: la de los obreros empleados de la industria azucarera nacional.24 En su extensa y acalorada exposición citó continuamente a Rodríguez Marquina manifestando que las referencias de sus anuarios y sus ensayos le servían de base en su propuesta, aunque adolecían de alguna insuficiencia como lo explicaba el mismo Marquina en el Anuario de 1907. Don Paulino afirmaba que quienes mas trabas ponían para la ejecución de una correcta estadística de la Industria azucarera, eran los que más la necesitaban para justificar los pedidos de protección nacional: los propietarios de ingenios,

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“Revista de Letras y Ciencias Sociales”. Nº 7. Tucumán 1905, Págs. 37 Ibídem; Pág. 44 24 MARIO BRAVO; En: Diario de Sesiones del Congreso de la Nación 1913. 23


11 con honrosas pero contadas excepciones25. Pero a pesar de esto, acotaba Mario Bravo, la tarea por el realizada era de vital importancia para un cabal conocimiento del problema social tucumano. En otro tramo de su disertación expresó: Rodríguez Marquina, a quien debo citar con mucha frecuencia, es un hombre seriamente estudioso que ha dedicado su tiempo a la investigación y ha ordenado en interesantes anuarios su labor de estadígrafo .Y continuaba: en 1899 publicó un trabajo titulado la Mortalidad Infantil en Tucumán lleno de datos y observaciones de suma importancia. Después de referirse a la vida del artesano y describirla en sus detalles más pequeños, estudia la clase pobre, el proletariado propiamente dicho. Consideraba como clase pobre - decía Bravo – a aquellas familias que a duras penas pueden conseguir para comer, vestir, para casa, etc., un peso diario. Esta clase es la más abundante porque en ella figuran diez o doce mil familias de peones, cuyo jornal debe proveer a su subsistencia y apenas alcanza con la indicada26 Al llegar a ese punto, el diputado Bravo aclaró, que si bien todo lo expuesto por Rodríguez Marquina en un amplio espectro, era muy importante, se limitaría a lo relacionado a los trabajadores de la industria azucarera y citaba: vamos hacer pues una reseña de cómo se desenvuelven estos desheredados de la suerte y de las causas que originan su excesiva mortalidad en los niños. Marcha a la vanguardia la miseria en que viven las madres, causas de privaciones mil y origen de multitud de enfermedades. En efecto, la mujer que durante su embarazo sufre hambre y un excesivo trabajo ¿como es posible que pueda nutrir y desarrollar en su seno a una criatura que por su constitución pueda librarse de rendir prematuro tributo a la muerte? ¿Cómo vive la mujer del peón? En medio de la inmundicia; el agua sólo entra en el rancho para la alimentación; nunca para la higiene: aquella es escasa, pues apenas dispone para sí, su esposo y sus hijos menores, de otra cosa que de dos mal pesadas libras de de carne de segunda o tercera clase, dos libras de maíz y dos onzas de sal cada día. La cama redúcese a dos planchas de zinc, o una, algunas veces, otras un mal catre de “tientos” o unas bolsas llenas de paja, una manta que lo mismo sirve para cubrirse en las heladas noches de invierno que en los lluviosos días de verano... La mujer del peón, la lavandera…llevan una vida de trabajos y sufrimientos; trabajan durante todo el tiempo de gestación, trabajan en cuanto han abandonado el lecho donde han alumbrado, trabajan mientras dan de mamar y continúan haciéndolo hasta que abatidas por una enfermedad no pueden más27. 25

PAULINO RODRÍGUEZ MARQUINA. En: “Anuario de Estadística de la Provincia de Tucumán- 1907”. MARIO BRAVO. Op. cit. 27 MARIO BRAVO. Op. cit. 26


12 Mario Bravo mencionó, además, un trabajo de Julio P. Ávila sobre este tema el que fue premiado por la Sociedad Sarmiento y la Sociedad Médica de Tucumán. Como vemos, Rodríguez Marquina no estuvo solo en la búsqueda de soluciones a los apremiantes problemas sociales. El diputado Bravo trajo también a colación que en 1903, el abogado catalán Juan Bialet Massé fue comisionado por el gobierno nacional a fin de realizar un estudio sobre el problema. El llamado “Informe Bialet Massé”, originalmente: “Estado de las Clases Obreras en el interior de la República” corroboró los informes y denuncias de nuestro biografiado. En 1913, los diputados socialistas Mario Bravo, Alfredo Palacios, Juan B. Justo y Nicolás Repetto presentaron en la Cámara de Diputados de la Nación el proyecto de Ley de Reglamentación del Trabajo en la Industria Azucarera. En sus puntos principales el Proyecto establecía: jornada laboral de ocho horas, la que podía ser de diez horas en plena zafra debiéndose pagar las horas extras. Se fijaba el descanso en 24 horas por 48 horas de trabajo. Además precisaba que la tarea nocturna debía pagarse doble. Se instituían multas y el producto de las mismas se destinaría al Consejo Nacional de Educación, para escuelas primarias. Se consignaba, además, quienes fiscalizarían el cumplimiento de la norma. Recién, durante el Gobierno radical de Octaviano Vera, el 14 de enero de 1923 la Legislatura de Tucumán aprobó la Reglamentación de la jornada máxima de trabajo y de salario mínimo, en una hábil maniobra del mandatario que fue, al decir del Dr Carlos Páez de la Torre (h) una victoria total del gobierno conseguida con dura mano28. En su trabajo, sobre la gobernación de Vera, se pueden apreciar todos los problemas que se suscitaron en la Provincia antes y después de la aprobación de esa Ley que tanto tiempo tuvo que esperar para su sanción. Otra de las inquietudes, en la cuestión social, de don Paulino fue propiciar la creación de un Banco destinado a brindar soluciones habitacionales a familias de escasos recursos. Y, en 1910, el Gobierno de la Provincia le otorgó medalla de oro por su trabajo: “Reformas de la Ley de Jubilaciones y Pensiones”. Su constante prédica comenzó a encontrar respaldo entre quienes podían brindar soluciones.29

En la cultura

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CARLOS PAEZ DE LA TORRE (h) “El Octaviano Vera, el tucumano radical”. En: Todo es Historia nº 105. 29 SARA PEÑA DE BASCARY, Op. cit.


13 Su actividad cultural fue también destacada: miembro de la Biblioteca Alberdi, Presidente de la Sociedad Española, entusiasta propulsor de la Asociación Amadeo Jacques y de las primeras colonias de vacaciones. En la Sociedad Sarmiento, como uno de sus miembros, realizó una fecunda actividad. Mantuvo estrecha amistad con el “maestro” José Fierro, fundador y Presidente de la misma en 1892-1893, periodista, profesor y vicerrector del Colegio Nacional. Varios libros de Rodríguez Marquina, que se conservan, están dedicados a su amigo Fierro y también existen publicaciones de este maestro dedicados a don Paulino. Fue organizador y propiciador de los “Juegos Florales” de 1901. En la inauguración, como Presidente de la Sociedad Española, dijo: Constituye para mí un orgullo el haber luchado hasta conseguir que renazca en la tierra de las flores y de las mujeres bellas, las lides de las cuales surgen paladines ignorados que pueden gracias a ellas llegar a ser honra de las letras30 . Recibió por el éxito obtenido en los juegos florares elogiosos comentarios, como el del Doctor Alberto de Soldati quien le manifestó: que era un entusiasta partidario de esos torneos de la inteligencia, que tantas veces han sido ocasión para que se revelaran genios literarios o poéticos y que saludablemente estimulan a la juventud, excitando la emulación, educando su gusto e inclinándola en el noble cultivo de las letras31 . El doctor Juan B. Terán le escribió desde Buenos Aires felicitándole cordialmente por la obra de verdadera y alta cultura que ha realizado en los Juegos Florales que ha organizado y presidido32 Los Juegos Florales se habían realizado por primera vez en 1895 con motivo del centenario del nacimiento del General Gregorio Aráoz de La Madrid. Consistían en concursos de poesías de diversos temas al que concurrían jóvenes de ambos sexos. Se elegía a la reina de los juegos entre las participantes. Estos certámenes se continuaron realizando en Tucumán y tuvo singular brillo el de 1916 con motivo del Centenario de la Independencia.33 Pronunció innumerables conferencias, la mayoría inéditas, demostrando grandes aptitudes de orador. Fue el primer español que rindió homenaje a la Independencia Argentina, con un memorable discurso pronunciado en la Casa Histórica en 1898. Este acto incluyó un 30

ARM: Discurso – manuscrito.1901 ARM: Carta de Alberto de Soldati a Paulino Rodríguez Marquina. Tucumán, 6 de junio de 1901 32 ARM: Carta del doctor Juan B. Terán a Paulino Rodríguez Marquina. Buenos aires, 20 de octubre de 1901 33 CFR: DAVID LAGMANOVICH; “Aquellos Juegos florales de 1916” En “Discursos poéticos” Págs. 79 a 89. Ediciones Rectorado Universidad Nacional de Tucumán 31


14 desfile, con carroza alegórica, en la que pasaban jovencitas con vestimentas tradicionales: la española Juanita Ochoa y la tucumana Merceditas Coll. El carruaje pasó frente al Cabildo y se dirigió hacia el histórico solar. El colorido espectáculo fue registrado por fotos que se conservan.34 Durante la gobernación del Dr. Ernesto Padilla planificó y dirigió el censo que se realizó el 1º de agosto de 1913 el que fue publicado el año siguiente como “Censo de la Capital de Tucumán”35 con prólogo del gobernador. Los datos que brinda el mismo sobre la ciudad son inestimables, y han proporcionado a historiadores y especialistas meticulosa información sobre un amplísimo espectro: habitantes, nivel de educación, profesiones, viviendas, nacionalidades, edificios, comerciantes, industrias, etc. Con gráficos y dibujos, de su autoría, y fotos de la ciudad, Casa Histórica y su templete, avenida Mate de Luna, escuelas, casa de Gobierno bancos, y hasta imágenes del personal de Seguridad y Orden Público: cuerpo de bomberos y policías. Fue el autor del Escudo Municipal de Tucumán, el que publica a todo color en y con detalles descriptivos en “El Censo de 1913”. El 14 de octubre de 1898 el Honorable Concejo Deliberante había ordenado sacar a concurso el diseño para el Escudo de la ciudad de Tucumán, que usaba hasta el momento el escudo nacional. Se instituyó como premio una medalla de oro y un diploma; el 10 de noviembre se habían presentado 21 proyectos. El 7 de diciembre el Honorable Concejo sancionaba como Escudo de la ciudad de Tucumán el presentado bajo el lema Labor Honesta, de Paulino Rodríguez Marquina. Dice la Ordenanza: El Escudo de Armas de la ciudad de Tucumán será: cuadrilongo, redondeado por sus dos ángulos inferiores y terminado en punta en su base. Su campo será de plata, ocupando su centro la Casa de la Independencia, sin tocar la bordura. Su bordura será azul, con la inscripción "9 de Julio de 1816 en la parte superior y 13 estrellas distribuidas entre la diestra y la siniestra y la punta. La inscripción y las estrellas son de oro. Orlarán el todo, dos ramos de laurel, en cuya unión inferior, o sea la punta del escudo, un lazo con los colores nacionales (azur y blanco) ostentará la divisa ‘SEMPER PRIMA’. Coronará el escudo un sol esplendente36. La medalla de oro y el diploma que le otorgaron, lo conservan sus descendientes. Cabe aclarar que Rodríguez Marquina no conoció el frente original de la Casa de la Independencia, motivo central del escudo, cuando el llegó a Tucumán en 1882 la casona ya

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SARA PEÑA DE BASCARY: Op. cit. PAULINO RODRÍGUEZ MARQUINA, “Censo de la Capital 1913”….Tucumán 1914 36 Ibídem 35


15 había sido demolida. Su fuente de inspiración debió ser la célebre foto de Angel Paganelli tomada, pocos años antes de su demolición. Fue la primera vez que se uso la fachada del histórico solar para un isotipo. No hubo problema en la Provincia que escapase a su interés. Como concejal municipal fue autor de numerosos proyectos. Participó activamente en el emplazamiento y organización de “Villa General Mitre” en Tafí Viejo. Integró con sus amigos, Faustino Velloso y Lucas M. Zavaleta, una Comisión designada a tal fin por el gobernador Próspero García. Se buscaba, con esta iniciativa, la radicación en ese lugar de los Talleres Ferroviarios. Según cuenta Velloso se exigía que los terrenos fueran donados por lo que con Zavaleta y Marquina, sin pensar ni medir las consecuencias que para nuestro peculio tendría la patriada, nos dedicamos con todo empeño a buscar los terrenos y entregarlos en donación a la empresa37 .En “Villa General Mitre”, de Tafí Viejo, creó las primeras colonias de vacaciones y construyó su casa de veraneo, la que aún perdura. En 1905 fue presidente de la Comisión escolar, entre otras trascendentes obras que realizó en esa localidad. Es por eso que a su muerte, fue enterrado en la iglesia parroquial. En 1906, el ministro de Gobierno, Doctor Julio López Mañán le nombra miembro de la Comisión de Lucha Contra el Alcoholismo, juntamente con los doctores Benigno Vallejo, Luis Baufrere, Marcos Paz Peña y Pedro D. García. En 1914 el Presidente del Comité Provincial del Congreso del Niño, Doctor Juan B. Terán, le designa integrante de la Comisión de Asistencia a la Madre y al Niño. Escribió sobre la influencia de la inmigración en nuestra provincia y hasta se preocupó por la evasión de documentos históricos de Tucumán, solicitando al gobierno se tomasen medidas para evitarlo y recuperar los que habían salido del archivo histórico provincial. Se debe a Rodríguez Marquina la iniciativa de designar a la primera mujer que ocupó un cargo en la administración pública Por sus importantes trabajos recibió numerosas distinciones: Premio en la Exposición de Geografía y Cartografía de Bruselas, Premio en la Exposición de San Francisco EEUU en 1915. Participó del 2º Congreso Médico latino americano en calidad de Vocal de la Comisión Directiva de la sección Demografía y Estadística Sanitaria. Fue delegado provincial en el 2º Congreso de Comercio e Industrias (1913) donde presentó los trabajos: “Conocimiento de Aduanas”, “Encomiendas internacionales”, “Cultivo y 37

CARLOS PAEZ DE LA TORRE (H). En La Gaceta de Tucumán: “Apenas Ayer” del 5 de abril de 2008


16 selección del Tabaco”, “Estadística Comercial”, “Inventarios en las quiebras” “Servicios e impuestos municipales” y “Aranceles en remates judiciales”38. Escribió y publicó “Corografía de Tucumán” y “Recursos Militares de la Provincia” este último con motivo de los conflictos bélicos con Chile. Además de críticas bibliográficas en la “Revista de Letras y Ciencias Sociales”. A pedido del Gobierno del Brasil, escribió “Memoria descriptiva de Tucumán, pasado, presente y porvenir de la Industria Azucarera”. Se trata de un minucioso compendio de Tucumán y su industria principal en los años 1888 y 1889: dos volúmenes manuscritos, con numerosos gráficos y dibujos, prolijamente encuadernados. La historiadora norteamericana Dona J. Guy en su libro “Política azucarera argentina: Tucumán y la generación del 80”, recogió valiosos datos de este manuscrito, que inexplicablemente se encuentra inédito. Editó en 1890 una guía de bolsillo de Tucumán, obviamente completísima, con el propósito, según decía en el prólogo, de evitar que los visitantes se dejasen explotar por cocheros, mandaderos inútiles, por hoteleros, en fin por todos aquellos que al servir a sus semejantes llevan en el corazón la divisa de que la caridad debe comenzar en casa39 La obra de Rodríguez Marquina en Tucumán, fue muy apreciada en su país natal. Prueba de ello es la carta que le dirige en 1910, desde Barcelona, don Enrique Deschamps, director de la Sección Latinoamericana de la Enciclopedia Universal Ilustrada, solicitándole sus datos personales para publicarlos. Le expresaba: no solo estamos transcribiendo las noticias de los muertos ilustres sino la de los vivos positivamente útiles al movimiento progresista de la época, entre los que figura usted40

Los festejos del Centenario, su última polémica Combatió con vehemencia el centralismo porteño, que había decido que los actos del centenario de la Independencia se hicieran en Buenos Aires y no en Tucumán como lo había prometido el Presidente de la Nación Roque Sáenz Peña quien, a fines de 1913 por razones de salud, había delegado el mando en el vicepresidente Victorino de la Plaza.41.

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Cfr: ARM. SARA PEÑA DE BASCARY; Op. cit. 40 ARM. Carta de Enrique Deschamps a Paulino Rodríguez Marquina. Barcelona, 25 de marzo de 1910 41 Roque Sáenz Peña murió el 4 de agosto de 1914. 39


17 Con tal motivo, Rodríguez Marquina, pronunció en la Sociedad Sarmiento, el 27 de julio de 1914 ante el Gobernador Padilla y otras personalidades, un explosivo discurso, el que debido a su extensión transcribimos los párrafos más ilustrativos respecto a la opinión que le merecía la actitud de Buenos Aires hacia las provincias y su posición de extranjero que planteaba el problema: He dudado mucho, señores, si tengo o no derecho de ocupar esta tribuna que han honrado eminencias de la ciencia, para abordar el tema que me he propuesto desarrollar y, creedme: he pasado muchas noches de insomnio recordando que en época no muy lejana, se le dijo a un ilustrado extranjero que ha prestado y presta servicios a Tucumán, que no tenía derecho a ocuparse de asuntos que sólo atañen a los argentinos42. A mi también se me dijo lo mismo en el salón de actos de esta Sociedad, ante numerosa Asamblea, convocada para anatemizarme, cuando me atreví a levantar mi voz en Tucumán Literario, en son de protesta por haber visto el Santuario de vuestra independencia, convertido en cuadra de las mulas destinadas al servicio de los correos de la Nación. Hónrome en declarar, que no fue tucumano quien lo dijo, y que los tucumanos a cuya cabeza figuraba el ilustrado cuerpo docente que ha colocado los cimientos de esta Sociedad y la cuidó hasta su mayoría de edad, condenaron por unanimidad, la falta del patriotismo, del que así se había expresado. Pero he pensado, que si fui yo el que primero que levantó su voz contra el sacrilegio, si he sido el que, como Presidente de la Sociedad Española he hecho que los coros de españoles hayan entrado respetuosos a la Casa de la Independencia y en ella hayan entonado vuestro himno nacional; si he sido el primero y hasta ahora, el único español que haya dejado oír su voz en el recinto augusto para cantar glorias argentinas, las glorias de la Patria mía; si durante mas de cinco lustros en el cargo que desempeño he laborado por el engrandecimiento de esta Provincia: si todo lo que he dado nada le he quitado, creo que tengo el derecho a dirigiros la palabra en el sentido que me propongo hacerlo, no sin pedir vuestra benevolencia, si en algo puedo molestarlos.43 Voy hablar”, dijo “sobre el modo como pretende solemnizarse por los Poderes Públicos de la Nación el Centenario de la independencia”. Decía “que se había creído equivocadamente en la promesa del primer mandatario, y digo se ha creído, porque yo jamás he podido concebir como dogma de fe, que esa gran capital que vive por que las

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Posiblemente se refería a Ricardo Jaimes Freyre (ilustre boliviano, Miembro del Consejo Superior de UNT, periodista, poeta, profesor del Col. Nacional), quien tuvo también problemas al haber cuestionado que en el salón de la Jura de la Independencia se mantuviesen las mulas del correo. 43 ARM: Discurso manuscrito.27 de julio de 1914


18 provincias quieren que viva, permitiría desminuir lujos de sus regias avenidas y de sus inútiles acuarios en cuatro millones que costaría la exposición internacional que se había proyectado realizar en Tucumán 44 Hizo también una ácida reflexión sobre los anuncios de construir edificios grandiosos, decía que se tomaba a los tucumanos como los tontos de la leyenda, porque se conocía que la Nación prometía una obra pública si se le regalaba el terreno, ordenaba la confección de planos, los discutía, ordenaba cambios, iniciaba la licitación y la aprobaba tarde, comenzaba la obra aún más tarde, previa colocación de la piedra fundamental con la asistencia de algún alto delegado y cuando se llegaba a la altura de los muros, la obra se suspendía. Y lo mas curioso señores, señalaba, que para celebrar el nacimiento de un pueblo a la vide libre, se proyecte una cárcel!!! Esta visto, que los provincianos somos hijos molestos, por no decir parias, respecto a la metrópoli…45 Terminaba su lapidaria arenga exhortando a los tucumanos, sin distinción alguna de clases, sexos, ni de gremios, ni de edades, ni de nacionalidad…., a formar comisiones, levantar suscripciones, solicitar donaciones, y por último unirse para elevar, por intermedio del gobernador Ernesto Padilla, una propuesta a fin que se cumpla con la promesa del Presidente Sáenz Peña de realizar los festejos del centenario en Tucumán, recordándoles que sois argentinos, y que en Tucumán esta la cuna de vuestra nacionalidad!46 Finalmente ninguna de las obras que anunció el Gobierno Nacional para el Centenario se concretó y esto suscitó numerosos reproches que se sumaron a los de Rodríguez Marquina. Especialmente el diario el Orden, arreció con sus críticas como lo consigna Elena Perilli de Colombres Garmendia en su obra “Tucumán en los dos centenarios”47 Don Paulino Rodríguez Marquina, murió en Tucumán el 10 de noviembre de 1915 a los cincuenta y seis años. Si bien corta en tiempo, 33 años, su trayectoria en esta ciudad fue sumamente fructífera en cuanto a realizaciones y en proyectos que el no pudo concretar personalmente por su muerte. Pero hubo quienes continuaron con su obra. Un ejemplo de ello es la perduración en el tiempo de la Oficina de Estadísticas y la publicación del Anuario. Dejó, ademas, y es sin duda lo más significativo, su impronta en las luchas por las reivindicaciones sociales. 44

Ibídem Ibídem 46 Ibídem. 47 ELENA PERILLI DE COLOMBRES GARMENDIA En: “Tucumán en los dos centenarios 1910-1916”. Ed. Centro Cultural de la Fundación Miguel Lillo. Tucumán 1999, Pág. 111. 45


19 De una personalidad como la suya, que vivió a pleno, es mucho lo que aún se puede consignar y analizar, pero tal riqueza de hechos y matices obliga también a la síntesis. Con lo rememorado se ilustra sobre la trascendente participación de un inmigrante español en Tucumán en los tiempos del Centenario. De la manera en que sintió, vivió a la Provincia y el país es claro testimonio sus palabras vertidas en la Sociedad Sarmiento, ya en sus últimos años. No soy argentino: lo sabéis: soy español, y si no lo fuese tengo pruebas sobradas, de que sería argentino. No soy ciudadano argentino porque no quiero ser dirigente. He querido y quiero ser servidor y considero que para serlo, no necesito renunciar a mis derechos, ni rehuir mis deberes de español. No he dado a mi patria nada de lo que ella tiene derecho a que le den sus hijos. La he abandonado a los veinte años, cumplidos los deberes militares, pero allí no he sido siquiera elector. No he trabajado aquí para enviar a mi patria el fruto de mi sudor; lo que ganado, aquí lo he gastado: lo que lo que he dejado de gastar, aquí quedará. He enseñado a mis hijos argentinos, a amar a su patria, pero también les he inculcado amor a España; aquí han nacido, y mi orgullo será, de que sean argentinos buenos y sobre todo, buenos argentinos; también les enseñé que no deben enorgullecerse, de lo bueno que haga su padre, porque considero que, quien debe enorgullecerse soy yo, si ellos saben aprovechar la educación que les he dado48

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ARM. Discurso de Rodríguez Marquina en la Sociedad Sarmiento.


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