Trabajo de deontología y derecho informático

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CPDS

Deontología Informática y Legislación

Contenido:

Fichas de Lecturas Mapa Mental de la Constitución de México Ensayo Fuentes Bibliográficas

Pertenece a: Justino Santiago

Profesor: Dr. Enrique Martínez

2015


Reencuentro ISSN: 0188-168X cuaree@correo.xoc.uam.mx Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco México

Hirsch Adler, Ana Elementos significativos de la ética profesional Reencuentro, núm. 38, diciembre, 2003, pp. 8-15 Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34003802

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Elementos significativos de la ética profesional Ana Hirsch Adler* Universidad Nacional Autónoma de México, México. * Investigadora del Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM. Correo electrónico: hirsch@servidor.unam.mx


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Resumen Este trabajo constituye un segundo avance en el marco teórico (en proceso) acerca de la ética profesional. Forma parte del proyecto colectivo de investigación: Valores universitarios y profesionales de los estudiantes de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se hará referencia a dos cuestiones: algunas ideas sobre el campo en estudio y la definición y caracterización de tres de los valores más importantes: autonomía, responsabilidad y competencia profesional.

Palabras clave: Ética Autonomía Formación profesional

Abstract This article is the second part of an ongoing study to develop a theoretical frame of reference for professional ethics, part of the collective research project Professional and communal values of graduate students at the National Autonomous University of Mexico. Two issues are treated; some basic notions of this field of study, and a definition and characterization of three of the most important values; autonomy, responsibility and professional competence.

Key words: Civic ethics Autonomy Professional training

E

ste trabajo constituye un segundo avance en el marco teórico (en proceso) acerca de la ética profesional. Forma parte del proyecto colectivo de investigación: Valores universitarios y profesionales de los estudiantes de posgrado de la UNAM, financiado por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la UNAM. Aquí nos referimos brevemente a dos cuestiones: algunas ideas sobre el campo en estudio y la definición y caracterización de tres de los valores más importantes.

Algunas ideas sobre el campo en estudio 1. Las profesiones ocupan un lugar relevante tanto en el ámbito social como personal. La ética profesional es condición de posibilidad y realización del bien social y la justicia, y en el rango per-

sonal se vincula fuertemente con nuestros proyectos de vida. 2. Se trata de una ética aplicada, es decir, que está centrada de modo explícito en un campo concreto de la actividad humana, en el que aplica su saber fundamental. Tiene un doble cometido: utiliza en la actividad profesional criterios y principios de la ética básica, y aporta criterios o principios específicos. Su objetivo es proporcionar los elementos que se requieren para estructurar un proceder ético habitual en el mundo del ejercicio profesional. Se alimenta de dos fuentes: ética de las profesiones y criterios profesionales que aportan las disciplinas científicas. No le incumbe propiamente solucionar los casos concretos, sino diseñar los valores, principios y procedimientos que los afectados podrán tener en cuenta en los diversos casos. Se trata de un marco reflexivo para la toma de decisiones. En ese marco se debe tener en cuenta (Etxeberria, 2002):


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Reencuentro a) La actividad de que nos ocupamos, con la meta por la que cobra sentido. b) Valores, principios y actitudes que deben desarrollarse para alcanzar la meta. c) El principio dialógico (ética discursiva). d) Datos de la situación, que deben ser descritos y comprendidos lo mejor posible. e) Consecuencias de las distintas alternativas.

Desde el punto de vista de la deontología profesional hay que afrontar las siguientes cuestiones (Etxeberria, 2002):

a) Plantear cómo se realiza y cómo se controla en la actividad profesional la autonomía de las personas implicadas: la del propio profesional, la de los beneficiarios (clientes y usuarios) y la de los afectados. El horizonte es aquí el de la potenciación de la autonomía de todos, justificándose los límites con respecto a la autonomía de los demás. b) Concretar cómo se realizan las exigencias de justicia desde y gracias a las actividades profesionales. Puede decirse que la justicia social se realiza si el sistema de profesiones existente fomenta realmente la distribución equitativa de bienes. c) Definir los principios o normas por las que debe regirse la profesión. Generalmente se plasman en códigos profesionales. Desde la vertiente teleológica hay otros referentes importantes:

a) Precisa cómo la actividad profesional remite al bien. b) Se realiza plenamente no sólo cuando se remite a unos principios y normas, sino cuando se expresa como hábitos de conducta moralmente adecuados de los profesionales. c) Reconoce la pluralidad social, en general, y en cuanto a los propios profesionales y beneficiarios. En el ejercicio de las profesiones, como en cualquier otra actividad, la moralidad se juega en última instancia en el modo en que las personas concretas, los profesionales en este caso, deliberan, deciden y actúan (Etxeberria, 2002).

3. La formación ética es una necesidad inaplazable, no sólo para los alumnos universitarios, sino también para los profesores.

La introducción de materias y contenidos de ética profesional en los currículos, no resuelve esta necesidad por sí sola, pero contribuye a llenar el vacío. No se trata de meros asuntos discursivos, sino de ayudar a reflexionar sobre qué debe hacer un buen profesional para serlo (Hortal, 1995). Para ello, hay que trabajar en torno a los fines que tiene cada disciplina, las consideraciones que derivan del respeto a los derechos, legítimos intereses y puntos de vista de los beneficiarios de la actividad profesional y la ética social. La Universidad sigue dejando huella a quien acude a sus aulas y no sólo a partir de la formación profesional. La incorporación del espíritu universitario dependerá de muchas circunstancias personales y, en especial, del grado de inserción, comunicabilidad, sensibilidad y apertura con que se participe en la vida comunitaria. Por eso es tan importante el tema de la identidad. Las instituciones de educación superior deben proporcionar a la sociedad personas, no sólo profesionalmente bien preparadas, sino además, cultivadas, con criterio, de mente abierta, capaces de hacer un buen uso de su profesión y de participar libre y responsablemente en las actividades de convivencia social. En el contexto de la Universidad, se requiere presentar a los estudiantes la dimensión ética de la profesión y que ésta sea racional y crítica (Hortal, 1995, p.58). Puede contribuir a la reflexión sistemática sobre los bienes y servicios que presta la profesión a la sociedad, las obligaciones que esto conlleva y los principales dilemas y conflictos éticos que se producen en el trabajo.

4. Muchos conflictos éticos en las profesiones hoy se resuelven mediante la abstención de la actuación. Se puede tener un comportamiento moral, inmoral o incluso amoral, pero no es posible un comportamiento sin sustancia ni referencia moral; cabe la afirmación, la negación o la indiferencia ante la ética: lo que no cabe en su inexistencia (Altarejos, 1998, p.12).

5. El progreso técnico no ha ido acompañado del correspondiente desarrollo moral. Se invierte mucho en la formación técnica de las personas, y mucho menos en su formación ética. Los trabajos pro-


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fesionales son actividades científico–técnicas que tienen un soporte ético.

formación permanente. Es necesario estar abierto a los nuevos desarrollos y situaciones profesionales.

Después de una larga marginación, hoy se vuelven relevantes los contenidos éticos y su compleja relación con la tecnociencia (Etxeberria, 2002). Hasta hace poco tiempo, parecía que la ciencia y la tecnología habían logrado sustituir a la ética. Siempre se presentaron como un conocimiento confiable y fecundo, y capaces de resolver los graves problemas que aquejan a la humanidad (ideología del progreso). Sin embargo, su propio proceso está orillando a regresar a la ética. Entre las principales razones están: a) la aparición de nuevos problemas, que no necesariamente se resuelven desde el enfoque científico, y b) porque la tecnociencia, que por un lado es liberadora, por el otro, ha tenido consecuencias negativas (para el hombre y la naturaleza) y es inequitativa. Se reitera lo ya propuesto por muchos autores —desde hace décadas— acerca de la necesidad de priorizar los fines y no los medios.

El planteamiento de principios profesionales éticos —en general— es aún más necesario que antes, frente al cambio de las profesiones y los desajustes de identidad profesional.

6. La noción de profesión está fuertemente unida a la modernidad. Las profesiones han estado en continuo cambio desde su origen y especialmente en nuestros días. La ciencia se va diversificando en áreas o subdisciplinas, en tanto que las profesiones van diferenciando pautas de especialización. Al mismo tiempo, se van creando campos de frontera. El modelo de la profesión liberal resulta hoy insostenible, por la creciente interdependencia de las profesiones y de la sociedad del conocimiento. 7. Se han generado problemas de identidad profesional en las sociedades actuales. Los rápidos cambios científicos y tecnológicos, y otros fenómenos sociales, están provocando desempleo y necesidad de recalificación. Esto da lugar a desajustes de la identidad profesional, que obligan a replantear desde premisas nuevas el binomio educación-identidad profesional (Cobo, 2001).

Además del contexto macrosocial, es importante considerar lugares más próximos en donde se mueven los profesionistas; como el marco legal y colegios o asociaciones, instituciones de trabajo y los medios sociales en que se desenvuelve su vida. Generalmente, los Estados asumen una responsabilidad sobre las profesiones, acerca de la formación específica necesaria para ejercerla, en la protección de los derechos de clientes y usuarios y en la defensa de los derechos legítimos de los propios profesionales (Cobo, 2001).

8. La construcción, actualización y conocimiento de los códigos profesionales de cada una de las disciplinas y de los campos de frontera (como por ejemplo, genética y bioética) se están volviendo temas relevantes. Los códigos tienen importantes funciones sociales (Cobo, 2001): a) Reguladora de la licitud o ilicitud ética de los actos y conductas, mediante la propuesta de algunos criterios o principios que reflexionen en torno a la actuación profesional en situaciones dilemáticas. b) De identidad, por medio de dos factores: competencia profesional y expectativa de una conducta correcta.

La culminación de la formación inicial (licenciatura) ya no representa una etapa final, sino la entrada al mundo laboral y a una Fotografía: José Ventura


12 c ) Declarativa de los principios y valores y de los criterios profesionales de cada profesión, tal como los ven y expresan sus miembros. Hay profesiones que tienen como objetivo inmediato y principal el bien individual o grupal, quedando el bien social como objetivo mediato (por ejemplo Psicología). Hay otras, cuyos objetivos sociales son inmediatos (por ejemplo Educación). d ) Informativa hacia clientes y usuarios, otros profesionales, poderes públicos y sociedad en general. e) Protectora de la profesión, por tres caminos principales: competencia profesional, conducta correcta y defensa de los intereses.

Definición y caracterización de algunos valores básicos de la ética profesional Considero que son tres los valores más importantes en la ética profesional: autonomía, responsabilidad y competencia profesional. A continuación se dan algunos elementos para caracterizarlos.

Autonomía En la revisión de diversos autores que trabajan el campo de la ética profesional, se encuentra siempre la referencia a la autonomía; en ocasiones como un principio fundamental, y en otras, como un valor indispensable. Sintéticamente podemos decir que:

1. Se basa en el valor de la libertad (Etxeberria, 2002). 2. Remite a la capacidad de construirse a sí mismo, de darse una determinación, a partir de las propias elecciones con la máxima libertad. Se vincula con la autorrealización (que es parte de la responsabilidad). 3. Se refiere a la capacidad personal de tomar decisiones en el ejercicio de la profesión. 4. Se condena la presión externa (extraprofesional), tanto por individuos, como por instituciones públicas y privadas en la configuración de la realización personal y en la toma de decisiones relevantes; aunque pretenda fundamentarse en que es por nuestro bien. 5. Se vincula estrechamente con la identidad personal. Es intersubjetiva —mi identidad depende de mis relaciones dialógicas con los demás— y es contextual, en el sentido de que es el contex-

Reencuentro to social —las comunidades de pertenencia— el que proporciona el material simbólico con que se construye. 6. Distingue a las profesiones de los oficios o trabajos ocupacionales. 7. Augusto Hortal (Fernández y Hortal, 1994) introduce un elemento indispensable —que podemos emplear para completar lo antes dicho (que se centra únicamente en la autonomía del profesionista)— cuando plantea tres principios fundamentales de la ética profesional: beneficencia, autonomía y justicia. El primer principio (de beneficio o beneficencia) se refiere a los bienes y servicios que proporciona el profesionista a la sociedad. Dicho principio hace evidente la falta de simetría entre quien ofrece el servicio y el beneficiario de la actividad. Para corregir ese desequilibrio es necesario hacer intervenir el segundo principio: autonomía; que consiste en considerar que el receptor de los servicios (individual y colectivo) no es un ente pasivo, sino sujeto protagonista, con derechos y obligaciones. Se deriva de la obligación social de garantizar a todos los individuos el derecho de consentir antes de que se tome cualquier tipo de acción con respecto a ellos (protegiendo de manera especial a los que no pueden decidir por sí mismos). Podemos concluir, pues, que la autonomía está del lado del profesionista para poder ejercer su trabajo con la mayor libertad posible y del lado del beneficiario de su actividad, para proteger sus derechos y la posibilidad de intervenir en la toma de decisiones que le atañen.

Responsabilidad Para definir y caracterizar este valor se retoman y combinan las ideas de diversos autores (Altarejos,1998, pp. 45 y 46; Etxeberria, 2002, pp. 176183; y Escámez y Gil, 2001, pp. 11-43). La responsabilidad implica:

1. Hacerse cargo. 2. La capacidad de responder por las propias acciones ante los otros y ante uno mismo. 3. Una obligación, pero no impuesta desde instancias externas, sino reconocida por los propios profesionales.


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4. La autorrealización: Ser responsable ante mí mismo es considerarme responsable del hecho mismo de ser, de ser una persona que debe realizarse como persona[...] Implica escuchar activamente, esto es, discernir, situar mis cualidades, deseos y circunstancias en el horizonte de mis motivaciones morales profundas y desde ahí decidir, responder[...] Mi elección respecto a lo que quiero ser, a la profesión que quiero tener, etc., es situada así en un horizonte de sentido (Etxeberria, 2002). Fotografía: José Ventura

5. Tres preguntas clave (Etxeberria, 2002): a) ¿De qué somos responsables? Debo responder por: mi proyecto global de vida, y por aquello que me puede ser imputado. Respondo de la acción o la obra bien hecha (aquella que realiza bien el objetivo de la misma), de las consecuencias y de las omisiones. b) ¿Ante quién? Ante nosotros mismos y ante los otros. Esos otros son a veces personas concretas con las que establecemos relaciones directas y, en otras ocasiones, sujetos anónimos a los que alcanzan las consecuencias de nuestras acciones. c) ¿En virtud de qué? Las razones son múltiples y dependen del paradigma ético en el que nos coloquemos (por ejemplo: honestidad, centrarse en el beneficiario de la actividad, respeto a la autonomía de las personas, respeto a los compromisos y pactos, y colaboración en torno a bienes comunes o convergentes). 6. Elementos objetivos y subjetivos. Se presume un grado de excelencia y ésta se inscribe también en la dimensión subjetiva del trabajo. 7. Procesos de actualización o formación permanente. Por este valor —y no sólo por los bienes extrínsecos— se desarrollan estos procesos. 8. La otra cara de la libertad. Aumenta progresivamente el potencial operativo del sujeto y desde ese crecimiento se da cuenta de las acciones y responde a los efectos. 9. Una dimensión de la autonomía. En el profesional es la contraparte a la confianza que le otorgan los beneficiarios de su actividad.

La responsabilidad consiste, en una primera aproximación, en la asunción de la propia autonomía, es decir, en la aceptación de que soy capaz de alcanzar pensamientos que puedo justificar y de tomar decisiones de las que puedo dar cuenta a los demás y a mí mismo (Escámez y Gil, 2001, p.11).

10. Una estrecha relación con la competencia profesional (que incluye también la formación inicial y permanente) y con la calidad en el servicio. 11. Una cualidad moral en sí misma y, por tanto, propia de todo profesional de cualquier tiempo. En el ofrecimiento que hace un profesional de su competencia, está implícito el hacerse cargo del interés y beneficio del cliente y, por tanto, no se admite la posibilidad de descargar en otro o de echar la culpa a otro (Altarejos, 1998).

12. La necesidad y la oportunidad de elegir. Es importante recordar que muchas de las acciones las realizamos en instituciones. Algunas de ellas tienen políticas que pueden provocarnos conflictos éticos. La primera forma de responsabilidad, al respecto, es la de discernir si debemos o no implicarnos en una determinada institución y, en caso afirmativo, cómo y hasta dónde. La profesión debe ser vivida como responsabilidad: ante sí mismo, por la obra bien hecha (profesionalidad), por las consecuencias de la obra bien hecha (servicio a los intereses comunes) y en el marco institucional (Etxeberria, 2002).


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13. Una cualidad de la acción. Se busca resolver problemas a partir del ejercicio de la profesión, tanto en forma individual, como colectiva (para tener mayores posibilidades de éxito). [...] hace posible que a las personas se les pueda demandar que actúen moralmente. Puesto que los hombres y las mujeres son responsables de sus actos, se les puede pedir cuentas de por qué los hacen y también de los efectos que de esas acciones se derivan para las otras personas o para la naturaleza (Escámez y Gil, 2001, p. 28).

14. La orientación de las conductas de acuerdo con las nuevas circunstancias históricas, tecnológicas y sociales. 15. Educación. Lo que puede lograr la educación es hacer responsable a la gente[...] la responsabilidad puede ser enseñada y aprendida (Escámez y Gil, p. 43). La educación de una persona responsable tiene que centrarse en la adquisición de unas capacidades o competencias básicas: a) En el ámbito cognitivo, las capacidades de: Deliberación. ● Enjuiciar las propias acciones atendiendo a las circunstancias concretas en que se producen. ● Análisis de las consecuencias de las acciones como portadoras de valores o contravalores. ● Comprensión de que las propias acciones repercuten en el mundo de las personas actuales y en el mundo de los que vienen detrás de nosotros. ●

b) En el ámbito evaluativo–afectivo, las capacidades de: ● Autonomía (para tomar las propias decisiones).

Fortaleza para resistir las presiones externas o internas, que se oponen a las decisiones tomadas y para asumir las consecuencias de las propias decisiones. ● Estimación y compromiso con la tarea de hacer un mundo más habitable. ●

16. Cuatro situaciones (Escámez y Gil, 2001, pp.2936); cuando alguien: a) Tiene la responsabilidad de algo (es responsable de algo). La persona debe ser consciente de lo que hace, tener la capacidad de interpretar o comprender la situación o escenario en que se produce o deja de producir su acción, poseer la capacidad de tomar la decisión de ejecutar o no la acción, y de controlar el inicio de la acción o su terminación. Por tanto, entre la plena responsabilidad y la falta de responsabilidad hay una variabilidad de niveles que corresponde a las diversas maneras en las que se puede decir que una decisión o acción es un acto propio de la persona (Escámez y Gil, 2001).

b) Asume la responsabilidad de algo. La persona es responsable de aquello que está en el campo de acción de su poder. La ética de la responsabilidad es el deber comprometido para actuar hasta donde alcanza nuestro poder de hacerlo. c) Es hecho responsable de algo. Cuando se ha perjudicado a otros, el que lo hizo carga con un demérito y tiene la obligación de reparar los daños. Por el contrario, cuando la persona realiza actos buenos o meritorios, tiene derecho al reconocimiento. d) Obra responsablemente. Somos responsables de nuestras acciones en cuanto repercuten en el bienestar de los demás. La conciencia tiene un papel central en la vida del profesional (Cobo, 2001). Es la capacidad que tiene el sujeto, para:

a) Juzgar sus propias decisiones y opciones, y a sí mismo cuando actúa libremente. b) Motivarse o impulsarse a sí mismo a actuar en coherencia con su percepción de lo que conviene o debe hacer. c) Sancionarse. d) Responsabilizarse ante sí mismo, por las decisiones y opciones tomadas y los actos realizados.

c) En el ámbito del comportamiento, las capacidades de:

La conciencia juzga y dictamina aplicando principios y valores. Se vincula con la educación de la conciencia del sistema de principios de comportamiento y valores que en él inciden.

Realizar las acciones que se han decidido. Articular de modo eficaz los medios con las metas que se desean alcanzar.

Existen problemas de conciencia, especialmente cuando se presentan dilemas éticos, como los siguientes:

● ●


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a) Cuando la aplicación de algún principio ético produce daños o problemas a otros. b) Cuando se tiene que elegir entre dos opciones buenas, incompatibles en la práctica. c) Cuando se presentan objeciones de conciencia.

Bibliografía

Juan Manuel Cobo (2001), con respecto a esto, sugiere: situarse responsablemente ante el problema, identificar bien el contenido real de éste y sus circunstancias, prever y evaluar comparando las consecuencias de cada respuesta al dilema y optar en conciencia.

Altarejos, Francisco, “Presentación” y “La docencia como profesión asistencial”, en Altarejos, Ibañez–Martín, Jordán y Jover, Ética docente. Elementos para una deontología profesional, Ariel, Barcelona, 1998, pp. 9-50.

Competencia profesional Exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar un servicio. Se refiere a la habilidad o capacidad para resolver los problemas propios del trabajo. En ella radica la autoridad del profesional y su valor social. Expresa la síntesis del saber y hacer, de doctrina y capacidad, y de conocimiento y acción eficiente (Altarejos, 1998). Cuando requerimos los servicios de un profesional, esperamos de él no sólo competencia (dominio de los conocimientos teóricos y prácticos de su profesión), sino también una utilización adecuada de esa competencia, una conducta profesional ética. El tema de la ética profesional es de gran actualidad y de elevada sensibilidad social, por las faltas de moralidad de la vida pública y el ejercicio

de las profesiones, lo mismo de los problemas generados por algunos colegios profesionales (que no funcionan o funcionan mal).

Cobo Suero, Juan Manuel, Etica profesional en ciencias humanas y sociales, Huerga Fierro Editores, Madrid, 2001, p. 215. Escámez Sánchez, Juan y Ramón Gil Martínez, La educación en la responsabilidad, Piadós, España, 2001, pp. 11-44. Etxeberria, Xavier, Ética de las profesiones, Desclée de Brouwer, Bilbao, España, 2002, p. 207. Fernández Fernández, José Luis y Augusto Hortal Alonso (comp.), Ética de las profesiones, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, España, 1994, p. 199. Hortal Alonso, Augusto, “La ética profesional en el contexto universitario”, en Aula de Ética, la ética en la universidad. Orientaciones básicas, Universidad de Deusto, Bilbao, España, 1995, pp. 57-71.


Anexo 1. Fichas de análisis de lecturas FICHA DE ANÁLISIS 1.

1. Referencia. Adler H. A (2003). Elementos significativos de la ética profesional. Distrito Federal México: Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Págs. 8-15 2. Objeto de estudio. La autora formula como objeto de estudio Los Valores Universitarios y Profesionales de los Estudiantes de Postgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Hace referencia a dos cuestiones fundamentales en su estudio: algunas ideas sobre el campo en estudio y la definición y caracterización de tres de los valores más importantes: autonomía, responsabilidad y competencia profesional. 3. Objetivos, propósitos y fines. La autora pretende despertar la conciencia de los profesionales que ocupan un lugar relevante tanto en el ámbito social como personal. Su objetivo es proporcionar los elementos que ser requiere para estructurar un proceder ético acorde al mundo del ejercicio profesional, su propósito no es solucionar casos concretos de falta de ética, sino diseñar los valores, principios y procedimientos que los afectados o profesionales podrán tener en cuenta en diversos casos. Se trata de un marco reflexivo para la toma correcta de decisiones. 4. Marco teórico/conceptual . Algunas ideas a tener en cuenta sobre el campo de estudio En la sociedad en la que vivimos nos damos cuenta que la educación formal no es suficiente para orientar a los estudiantes a tomar decisiones y acciones que contribuyen al bienestar común o al sentido común de las cosas. Por los hechos presentados por profesionales que dejan poco qué desear en el ejercicio de su profesión, hoy más que nunca nos damos cuenta que la formación ética es una necesidad inaplazable no solo para los alumnos universitarios, sino también para los propios docentes. L a introducción de materias y contenidos de ética profesional en los currículos, no resuelve necesariamente esta necesidad por sí sola, pero ciertamente fomentar a replantear las acciones ilícitas o lícitas, y por ende llena ése vació que muchas veces se olvidan de enseñar en el hogar. . Autonomía Existen diversas acepciones sobre el término autonomía, en ocasiones como como un derecho fundamental y en otras como un valor indispensable de todo ser humano. Netamente está relacionado a la libertad (Exteberria, 2002). Se vincula con la autorrealización, a la capacidad personal de tomar decisiones en el ejercicio de la profesión o de la voluntad propia del ser humano. No se debe permitir que se coaccione esta liberta que tenemos desde que nacemos, ya sea por individuos o por instituciones públicas o privadas, aunque se pretenda fundamentarse en que es para nuestro bien. A este respecto (Fernández y Hortal, 1994) introduce un elemento indispensable que se


centra únicamente en la autonomía profesionista, cuando plantea tres principios fundamentales de la ética profesional: beneficencia, autonomía y justicia. El primer principio de beneficio o beneficencia, se refiere a los bienes y servicios que proporciona el profesionista a la sociedad. La autonomía consiste en considerar que el receptor de los servicios (individual o colectivo) no es un ente pasivo, sino un sujeto protagonista, con derechos y obligaciones. Se deriva de la obligación social de garantizar a todos los individuos el derecho de consentir antes de que se tome cualquier tipo de acción, sobre todo protegiendo de manera especial a los no pueden decidir por sí mismo. De modo que la autonomía está del lado del profesionista para poder ejercer su trabajo con la mayor libertad, para proteger sus derechos y la posibilidad de intervenir en la forma de decisiones que le atañen. . Responsabilidad En este aspecto la responsabilidad implica la capacidad de responder por las propias acciones ante los otros y ante uno mismo (hacerse cargo), es una obligación reconocida por los propios profesionales. Implica escuchar activamente, esto es, discernir, situar mis las cualidades, deseos y circunstancias en el horizonte de las motivaciones morales profundas y desde ahí responder a lo que quiero ser, a la profesión que quiero tener, es situado así en un horizonte de sentido. .Competencia profesional En el ejercicio profesional se exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar un servicio. Más que nada se refiere a la habilidad o capacidad para resolver los problemas propios de la profesión en el campo de trabajo. En ella radica la autoridad del profesional y su valor social, engloba la exigencia del saber y hacer, de doctrina y capacidad, y de conocimiento y acción eficiente en el desenvolvimiento del ejercicio de la profesión. Por tanto, cuando solicitamos los servicios de un profesional sobre todo cuando ha cursado estudios a nivel de una Universidad, no solo esperamos de él las competencia inherentes de su profesión (dominio de los conocimientos teóricos y prácticos de su profesión), sino también una utilización adecuada de esa competencia, es decir, conducta y acciones propias de la ética profesional. A este nivel el tema de la ética profesional es de gran actualidad y de elevada sensibilidad social, por las faltas de moralidad de la vida pública y el ejercicio de las profesiones. 5. Metodología La investigación que hace la autora es de tipo exploratorio, para deducir la importancia de la ética profesional en el ámbito laboral y la importancia que esta tiene en una sociedad que requiere no solo de profesionales con conocimientos y competencias en el área de su especialidad, sino más importante, que el ejercicio de esas competencias esté acompañado de valores y principios que engrandezcan la valía personal del profesional tanto en sus acciones y motivaciones, en lo público o en lo privado. 6. Tesis, hipótesis, y preguntas centrales (ANALÍTICA)  La noción de profesión está fuertemente unida a la modernidad. Las profesiones han estado en continuo cambio desde su origen y especialmente en nuestros días.


La ciencia se va diversificando en áreas o subdisciplinas, en tanto que las profesiones van diferenciando pautas de especialización. Al mismo tiempo, se van creando campos de frontera.  El modelo de la profesión liberal resulta hoy insostenible, por la creciente  interdependencia de las profesiones y de la sociedad del conocimiento.  La responsabilidad es una cualidad de la acción. Se busca resolver problemas a partir del ejercicio de la profesión, tanto en forma individual, como colectiva.  Es importante recordar que muchas de las acciones las realizamos en instituciones. Algunas de ellas tienen políticas que pueden provocarnos conflictos éticos. La primera forma de responsabilidad, al respecto, es la de discernir si debemos o no implicarnos en una determinada institución y, en casi afirmativo, cómo y hasta dónde.  La conciencia juzga y dictamina aplicando principios y valores. Se vincula con la educación de la conciencia del sistema de principios de comportamiento y valores que en él inciden.  Existen problemas de conciencia, especialmente cuando se presentan dilemas éticos 7. Reflexión La construcción, actualización y conocimiento de los códigos profesionales de cada una de las disciplinas y de los campos de frontera de las profesiones y conocimientos (como por ejemplo, genética y bioética) se están volviendo temas relevantes. Los códigos de la ética en la profesión tienen importantes funciones sociales que deben de enseñarse no como complemento sino elemento integral del profesional hoy en día.


Mapa mental de la constitucion de México Constitución de México

Norma jurídica y fundamental en la vida política y social de méxico

República Democrática, Representativa y Federal

Gobiernos no vitalicio ni hereditario

Los cuidadanos se expresan y participan por medio del voto

El cuidadano gobierna a traves de sus representantes

Ejecutivo

Municipal

Presidente municipal de de cuidad de Puebla

Derecos del hombre

De los mexicanos

De los extranjeros

Forman 31 entidades federativas y un distrito federal

Legislativo

Federal

Presidente de méxico

Estatal

Gobernador de Puebla


Derecho Informático Justino Santiago

Si hacemos memoria de nuestra historia de cómo se dio a darse la comunicación entre los seres humanos, partiendo desde la creación del papiro, a la impresión y así avanzando a través del tiempo, llegando hacer parte importante tanto de las instituciones y gobiernos de aquellas épocas, permitiendo con ello tener información de cierta manera pero en forma dispersa, es decir se tenía que recurrir de un organismo a otro para tener información de un tema específico. En como la sociedad humana siguió avanzando hasta nuestros días se ha producido cambios en los mecanismos arcaicos de información hacia los nuevos mecanismos, con la aparición de las computadoras quienes revolucionaron el mundo modernos así como una vez lo fue en su tiempo el ferrocarril. La sociedad humana dio un gran salto en cuanto a la capacidad de compartir información así como también de eliminar las fronteras entre países y de crear un nuevo mercado. Con la aparición de este gran invento el “computador” y del internet (otro maravilloso invento) más la telecomunicaciones se dio origen a las TIC “Tecnologías de la información y comunicación”, se vino consigo grandes responsabilidades, como legislar este medio. Es así como surgió el Derecho Informático. El Derecho Informático según definición en Wikipedia: es el conjunto de principios y normas que regulan los efectos jurídicos nacidos de la intersección entre el Derecho y la Informática.

Una relación equívoca Una primera forma de entender la relación entre el derecho y las tecnologías de la información es interpretarla como la aplicación de instrumentos tecnológicos a las operaciones que realizan quienes actúan en el ámbito del derecho (abogados, jueces, peritos, etc). A esta concepción de la informática como herramienta utilizada por los “operadores del derecho” se la llama usualmente con el nombre de Informática Jurídica. Por contraposición, se denomina Derecho Informático a la universalidad de problemas que surgen de las transformaciones que el derecho ha ido realizando como imposición de ciertas actividades novedosas que se desarrollan en el ámbito social y que requieren nuevas regulaciones o una reinterpretación de las regulaciones ya existentes a fin de dar respuestas en el sentido de la justicia.


Informática Jurídica Tradicionalmente se ha diferenciado entre • Informática Jurídica de Gestión • Informática Jurídica Documental • Informática Jurídica Decisoria La Informática Jurídica de Gestión es la aplicación de la informática a las tareas cotidianas de abogados, jueces, peritos, etc. a través del uso de computadoras y programas para realizar tareas de procesamiento de textos, de almacenamiento de datos, para efectuar comunicaciones mediante redes, etc. Sin embargo, no se encuentran características propiamente jurídicas que puedan diferenciar estas metodologías del análisis, programación y aplicaciones utilizadas en otros ámbitos administrativos. En consecuencia, resulta impropio hablar de una Informática Jurídica de Gestión cuando los elementos jurídicos que hay en ella son irrelevantes y en consecuencia insuficientes para categorizarla. La Informática Jurídica Documental, por su parte, pretende dar solución a las dificultades en el trabajo de recuperar documentos en amplios repositorios jurídicos. Desde la invención de la escritura, tanto las leyes como las sentencias y los artículos de doctrina se expresan mediante documentos escritos. En los últimos años, la cantidad de estos documentos jurídicos ha crecido de manera tan elevada que ha hecho imprescindible la utilización de potentes motores de búsqueda. Básicamente, los motores de búsqueda actuales utilizan combinaciones de distintos métodos de ordenación: clasificación temática, búsqueda por palabras incorporadas y búsqueda por palabras del propio texto. Asimismo hacen uso de operadores lógicos y sintácticos (conjunción, disyunción, negación, adyacencia, proximidad, etc). Se puede demostrar empíricamente que en sistemas de bases de datos jurídicas - dadas ciertas condiciones- existe un “umbral máximo” a partir del cual el aumento de complejidad de la expresión de búsqueda no mejora la respuesta. Estos sistemas –trabajando sobre universos documentales enormes- son esencialmente de respuesta aproximada y por lo tanto ineficaces en caso de requerirse una respuesta exacta.


Por tal razón, son útiles para tareas de búsqueda de jurisprudencia en donde no es necesaria la precisión y es suficiente obtener algunos (y no todos) los fallos que sirven para defender la postura del abogado o para fundamentar la decisión judicial. En cambio, son muy poco confiables en la búsqueda de leyes o de proyectos de ley ya que en este caso lo importante es que no haya indeterminación sobre los resultados buscados. Pero aún cabe realizar una crítica más profunda: los elementos esenciales del sistema normativo son proposiciones lógicas condicionales y la Informática Jurídica Documental trata documentos, no normas. Cada documento jurídico (por ejemplo, una ley) suele abarcar una pluralidad de proposiciones condicionales combinadas con multitud de otros elementos que no tienen este carácter. Esto lleva a desaprovechar las posibilidades de la tecnología informática relegada a cumplir una función muy inferior a sus posibilidades. La Informática Juridica Decisoria, a su vez, consiste en la aplicación al derecho de técnicas y modelos de inteligencia artificial con el objeto de lograr sistemas expertos que simulen el razonamiento jurídico. Esta disciplina sí tiene en consideración las estructuras lógicas normativas y trabaja a partir de sistemas inferenciales. La mayoría de los proyectos de Inteligencia Artificial aplicada al derecho que se han desarrollado en la Argentina y en el mundo han carecido de continuidad y hoy no existen, lamentablemente, aplicaciones ni estudios de la envergadura que se podría haber esperado. El diseño de estos sistemas expertos requiere un trabajo de investigación muy arduo para que pueda tener alguna utilidad en la práctica del derecho. Pero, a pesar de ello, el potencial de la Informática Jurídica Decisoria es tal que se puede considerar que en el futuro tendrá el papel de mayor relevancia en el campo de la Informática Jurídica.

Derecho Informático A partir del uso generalizado de sistemas informáticos y muy especialmente con la utilización de las redes masivas, comenzaron a surgir controversias jurídicas que no se prestaban a soluciones clásicas. Las dificultades son, esencialmente, la caracterización jurídica de los hechos que suceden en Internet, la determinación del lugar donde se producen (ley aplicable y tribunal competente) y del tiempo en que suceden (en los casos en que éste sea un elemento de configuración).


Así surgen dos puntos fundamentales a considerar: el dictado de nuevas normas específicas y la reinterpretación de las normas existentes para ser aplicadas a las nuevas situaciones. Estos problemas han surgido en todas las ramas del derecho: cuestiones de responsabilidad civil (violación de la propiedad intelectual, relación entre marca y nombre de dominio, responsabilidad de los administradores de redes y de los programadores), de derecho constitucional (conflicto entre la protección de la intimidad y el derecho a la información –necesariamente influído por los nuevos parámetros temporales-), de derecho penal (violación de correspondencia /correos electrónicos, prácticas de “hackeo”, injurias y amenazas por la red). A causa del anonimato que predomina en las relaciones por Internet se plantean también problemas de derecho tributario (por la dificultad de fiscalizar las operaciones), de interpretación de los contratos (en los cuales puede desconocerse la identidad de la contraparte, incluso si tiene capacidad para ser contratante), además de enormes dificultades probatorias en los procesos judiciales de cualquier índole. La dificultad mayor para el desarrollo del Derecho Informático estriba en que el sistema jurídico no ha podido asimilar la nueva realidad social ya que aún no se ha logrado comprender la profundidad de los cambios introducidos por las tecnologías de información. El sistema jurídico no ha podido acoplarse correctamente al sistema social. Por este motivo las modificaciones que se han hecho han sido, en su mayoría, parciales, desordenadas y no han contado con una metodología clara. Diariamente, aumentan los delitos, los daños no resarcidos, la suplantacion de identidad, etc. Para poder dar solución a estos problemas es necesario introducir una reforma integral que afecte todo el orden jurídico, para que así el derecho pueda asimilar el nuevo paradigma comunicacional.

Un ejemplo de Argumentación

Informática

Jurídica:

Hipertexto

y

Cuando una tecnología de la comunicación es incorporada al sistema social, la tecnología dominante anterior no desaparece por completo, pero sí sufre un proceso de “reubicación”. También puede comprobarse que la potencialidad de la nueva tecnología demora bastante tiempo en ser aprovechada en todas sus dimensiones. Así, la


televisión, en sus primeros tiempos, cumplió funciones de “radio con imagen” sin desarrollar en estas sus primeras épocas todas las potencialidades expresivas que luego tuvo. Se puede estimar que en los procesos judiciales el reemplazo de las piezas escritas en papel por documentos informáticos tendrá un primer período en que el contenido será similar al anterior. Es decir, el cambio estará dado por la velocidad de la comunicación, el ahorro de espacio, la disminución del costo de almacenamiento, la facilidad de consulta, etc. Pero el contenido, los modos expresivos, las formas argumentales que se usarán no sufrirán –en este primer período- cambios fundamentales. Estos modos argumentales fueron desarrollados en la tradición occidental de la oratoria judicial a partir de la tecnología de la palabra y luego de la escritura y esa tecnología implicó, entre otras cosas, la secuencialidad argumental. Entonces, los retóricos clásicos se plantearon el siguiente problema: si para defender una posición ante un tribunal se cuenta con varios argumentos de distinto valor ¿en qué orden deben expresarse? A esta cuestión se dan variadas respuestas que suelen coincidir en que nunca el argumento más débil debe exponerse al final. Este interesante tema parte del supuesto de la secuencialidad a que obliga la tecnología hasta hace poco disponible. Pero en el caso de poder argumentar a través de documentos informáticos ese supuesto desaparece. La tecnología del hipertexto disocia las estructuras de la escritura de las de la lectura, tanto en secuencia como en características físicas. De este modo –merced al cambio de tecnología- desaparecen muchos de los supuestos de la teoría de la argumentación (y no sólo el mencionado ahora como ejemplo) por lo que puede plantearse el problema: ¿cómo se debe argumentar mediante escritura hipertextual? Lo cierto es que este tema aún espera a ser tratado teóricamente.

Conclusiones La tecnología de la información puede permitir cambios esenciales en la labor jurídica permitiendo que se cumplan las aspiraciones de celeridad, precisión, mayor conocimiento, transparencia, etc. Pero para lograrlo se necesita realizar un cambio difícil. Quizá la mejor estrategia consista en efectuar aplicaciones parciales, efectivas y de menor resistencia. Así, la informática jurídica, que hace treinta años constituía una esperanza vuelva a retornar a una senda provechosa. Por su parte, el derecho informático debe replantearse sus problemas generales. En un camino inverso a la informática jurídica, requiere una concepción general del sentido y la significación que en la sociedad han producido las tecnologías de la


información, entendidas no como conjunto de medios para realizar las mismas tareas sino como productoras de transformaciones profundas en las posibilidades funcionales de la sociedad. Pero en ambos casos, tanto en la aplicación de la tecnología en la labor jurídica como en las transformaciones jurídicas necesarias para asumir los nuevos problemas lo que es claro es que sólo se conseguirán resultados exitosos a través del pensamiento y la educación. Bibliografía: Martín R (2001). Deontología y Legislación Informática. http://www.uclm.es/profesoradO/raulmmartin/Legislacion/apuntes.pdf Consultado el 15 de mayo del 2015. Téllez, J. (1987). Derecho Informático. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=916 Consultado el 15 de mayo del 2015.


DEONTOLOGÍA INFORMÁTICA Y LEGISLACIÓN

Justino Santiago En la actualidad la sociedad se ha visto inundado por las tecnologías de la información, como es normal cada tecnología lógicamente tiene la intención de resolver problemas comunes o facilitarnos la vida en muchos aspectos, sin embargo, también hay que ser consciente que cuando una tecnología soluciona un problema, como consecuencia surgen otros cinco problemas nuevos que traen aparejados la nueva tecnología. Un sinnúmero de situaciones nuevas ponen cada día en peligro el uso de tecnologías relacionados sobre todo a la informática.

Vivimos un proceso de cambios constantes, las computadoras influyen directamente e indirectamente en la calidad de vida de millones de personas se comprende, por tanto que es un tema de gran importancia. El uso de los sistemas de informáticos puede tener efecto más allá de lo que alcanza la imaginación. De modo que se debe reconsiderar la actitud sobre los actos que demuestran una carencia de respeto a los derechos y la privacidad de las computadoras, así como lo datos de las otras personas. (Asís, Sánchez, Salvador y Camacho, 2015).

Referente a este hecho, es importante señalar que el objeto de estudio de la deontología (el estudio o la ciencia de lo debido), se fundamenta en la premisa del deber y las normas morales, cabe señalar aquí que el concepto de Deontología fue acuñado por el filósofo inglés Jeremias Bentham en su obra Deontología y ciencia de la moral (1836) donde ofrece una visión novedosa de esta disciplina. En realidad la deontología, en su sentido más amplio, es la ciencia o tratados de los deberes y normas morales, tiene que ver con el comportamiento moral o ético, basado en principios y normas morales que regulan las actividades humanas.

Por extensión la Deontología Informática, trata, por tanto, de la moral o ética profesional en el manejo del activo más importante que tienen las empresas, un bien cada vez más apreciado, el cual es la información. Generalmente los profesionales de la informática, como grupo, no han sido objeto de algún tipo de falta de ética, contario, gracias a estos expertos, nuestra vida es más placentera en muchos aspectos de lo que era hace muchos años atrás. El alto grado de competitividad y la seriedad de esta disciplina se puede notar donde vayamos.

Las computadoras se utilizan para diseñar, analizar, soportar y controlar aplicaciones que protegen y guían las finanzas de las personas. No obstante, muchas personas dan por sentadas que las computadoras son simplemente máquinas que siguen órdenes, estas órdenes se conocen en la jerga informática como algoritmos (pasos de instrucciones ordenadas y lógicas que permiten solucionar un problema). Es aquí donde no se perciben las serias consecuencias éticas inherentes a


su utilización, ya que al igual que un utensilio funciona perfectamente para preparar alimentos, también el mal uso puede ser perjudicial.

Esta característica de la informática obviamente está dirigida hacia problemas de seguridad, en realidad el mundo conectado más hoy en día que la información ya no se desplaza en segundos de un continente a otro, sino que lo hace al instante, esta realidad de lo rápido que se extiende la información, lo cual obviamente se necesita para tener ventaja competitiva en el mercado, también se debe ser consciente que la amplia distribución conlleva problemas importantes de seguridad, por ejemplo el efecto de publicar ampliamente el código fuente de un malware.

Seguramente un tipo de conducta poco ética es la intrusión por medio informático, aunque de esta no resulte ningún daño obvio. La actividad por sí misma es inmoral incluso si el resultado es una mejora en la inseguridad para justificarlo. Un ejemplo de ello sería cuando una intrusión podría ser necesaria para salvar una vida o para reservar la seguridad nacional. Es importante señalar en este punto que la deontología analiza los deberes internos del individuo, lo que debe hacer moralmente y evitar lo que dicta su conciencia y valores aceptados.

Por lo tanto, desde este enfoque tecnológico, finalidad muy claramente delimitada por la profesión que no es otra cosa que los valores propuestos en ella, podemos afirmar que toda humana responde a determinados fines sociales, por tanto, la deontología es un intento de conciliar lo formal, las generalidades modelizadas de una profesión, y lo vital, las situaciones concretas de cada uno de los miembros pertenecientes a su respectiva profesión, así en un sentido más abarcador la ética se une a la profesión y desde ahí se le da un enfoque teológico e al ética (García 2013).

A este respecto la ética es una disciplina filosófica que se define como principios directivos que orientan a las personas en cuanto a la concepción de la vida, el hombre, los juicios, los hechos, y la moral. Como consecuencia la ética en la informática se define como la disciplina que identifica y analiza los impactos de las tecnologías de la información en los valores humanos y sociales (Huanca 2012). Así los actos y modos de comportamiento de los hombres ante ciertos problemas y los juicios que por dichos son aprobados o desaprobados según ciertas normas ampliamente aceptadas.

Los problemas éticos que plantean las tecnologías de la información se caracterizan por su generalidad, dada una situación de la vida real, el problema de cómo actuar para que su acción pueda ser catalogada como buena o moralmente valiosa. El tratamiento de problemas generales sobre el comportamiento que se debe adoptar frente a determinadas situaciones es tratado por el investigador de la moral, es decir, el ético.


Una de las diferencias cuando hablamos de “ética” y “deontología” es que la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y diseño de códigos deontológicos, además de autorregular esta profesión, se invita al seguimiento de un camino muy concreto y a la formación ética de los profesionales en cada disciplina del saber.

Muchas veces tales situaciones se presentan y crean toda una nueva disciplina en el campo del saber, por ejemplo en el campo de la tecnología de la información, vale la pena mencionar la disciplina de la seguridad informática, el cual es uno de los campos que se ha desarrollado en la actualidad debido al uso de los computadores y el Internet en cada una de las actividades cotidianas, para lo cual se han creado estándares, procedimientos y técnicas que han sido desarrolladas para proteger los datos individuales o de una entidad reconocida.

En realidad el mundo de la seguridad informática es toda una disciplina que por decirlo, así, tiene marca propia, a tal grado que individuos, grupos informáticos y grandes compañías de software han hecho de su carrera y profesión el apasionante mundo de la seguridad informática, ciertamente, no en vano la protección de la información se ha vuelto un mercado que cada día se vuelve más cotizado y muy remunerado, además de que quienes por sus habilidades han hecho algo que pocos mortales pueden lograr, esto les crea un aura de prestigio y renombre entre sus colegas.

Sin embargo, como todo en la vida no es solo de color blanco, habrá ciertos individuos sin escrúpulos a quienes alarmen los principios éticos y deontológicos tal como lo afirmo el filósofo Jeremias Bentham, se admite el principio de que la virtud deber ser la regla, y la dicha el fin de las acciones humanas, no obstante, retomando el tema de la proliferación de código malicioso que mencionamos antes, tales individuos no solo están contentos de violar la seguridad de los sistemas lo cual ya es en sí un delito, sino que actúan impunemente causando daños a los sistemas.

A este respecto es importante señalar, lo que significa el delito informático, se puede definir como la manipulación de los registros informáticos que contienen información referente a los activos de una organización o empresa objeto del delito, para ocultar el robo o desfalco realizado. Los delitos pueden ser de varios tipos:

   

Manipulación de datos de entrada. Cambios no autorizados en los programas. Transmisión ilegal, interceptación o desviación de la información tele procesada. Alteración de los ficheros de datos.


El mayor problema que tienen que resolver las técnicas y procedimientos de seguridad informática es el acceso no autorizado a sistemas de información software y los datos contenidos en su base de datos, el sistema posee un seguro para cada uno de los usuarios donde debe registrar su ingreso al sistema mediante un nombre y una clave que lo identifica como usuario del sistema, lo mismo que para realizar cualquier operación dentro de él. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo.

Después de haber comprendido a grandes rasgos los conceptos deontológicos y éticos en el aspecto humano y sobre todo implícitamente en la tecnología de la información referente al daño que puede provocar el mal uso de la información, no hay duda, que estamos universalmente de acuerdo a actuar tal como dicta la ley y la conciencia en donde el principio de la virtud deber ser la regla. La ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos el comportamiento del profesional en su actividad laboral cuando sus intereses no están en juego.

Ahora que pasa si nuestros intereses están en juego, nuestra reputación, haremos lo que nos conviene y lo que no nos conviene esta es una cuestión complicada, porque no somos animales: elegimos racionalmente e irracionalmente movidos por la pasión. Por ejemplo hipotéticamente hablando, aunque puede ser una realidad para nuestros días, un ejemplo sería cómo actuaríamos si tuviésemos el poder de cambiar el marcador de nuestro equipo favorito cuando está perdiendo y le faltan pocos minutos de juego, qué haríamos usaríamos nuestros poderes para que nuestro equipo gane a cualquier costo.

Por lo general el hombre hace lo que le conviene, lo que no nos conviene pocas veces no nos interesa, la naturaleza del hombre es ofrecer alguna excusa para romper las reglas de lo que está bien en su actuar y no que no lo está, una de tales excusas es la falta de documentación en cuanto a la legislación sobre los delitos informáticos, la falta de omisión no exige del castigo y el desconocimiento de las leyes que rigen la conducta del profesional no lo ampara de la ley, todo lo contrario la abstracción mental de saber científico-profesional es un motivo extra para esperar un comportamiento debido. Las leyes morales de la ética de la información que garantizan el bienestar de cada entidad informativa y la infoesfera son cuatro, la primera menciona que nunca debe haber entropía en la infoesfera, la segunda que debe prevenirse la entropía en la infoesfera, la tercera enuncia que se debe eliminar la entropía en la infoesfera y la cuarta que debe garantizar el bienestar, la cantidad, calidad y variedad de la información en la infoesfera. Estas leyes guían a las personas, como agentes responsables en la sociedad de la información (Moran, 2013).

En la actualidad la ética de la información comprende aspectos relacionados con el proceso de la digitalización, la comunicación de resultados y el uso adecuado de la información generada,


también trata todo lo relacionado con el uso de la información, en aspectos tales como la propiedad intelectual, el acceso a la información, la censura, el uso de información de instituciones gubernamentales, la intimidad y confidencialidad, la integridad de datos, entre otros engloba la llamada infoesfera en el párrafo anterior.

La infoesfera es propiamente el entorno integrado por todas las entidades informacionales incluyendo a los agentes que intervienen en los ciclos de la información–, sus propiedades, interacciones, procesos y relaciones mutuas. Es un ambiente comparable, aunque diferente, al del ciberespacio –que en realidad es sólo una de sus subregiones, por así decirlo, ya que también incluye los espacios analógicos de información que crean todo un conjunto de caldo prebiótico para crear un mundo totalmente diferente.

En menos de un siglo se ha pasado de un estadio de sumisión frente a la naturaleza a un estadio en el que contamos con los medios y las herramientas para instrumentar nuevas realidades y adaptarlas a nuestras necesidades. Hablamos de una reinvención del futuro. Por primera vez en la historia somos responsables de la existencia de nuevos ambientes completos. Nuestro poder tecnológico es colosal, pululando de manera subrepticia entre lo natural y lo artificial. Empero, nuestras responsabilidades morales hacia el mundo y las generaciones futuras son igualmente enormes

Por desgracia, el avance del poder tecnológico y las responsabilidades morales no están siendo guiados por una inteligencia ética o una sabiduría práctica. Parecemos niños que juegan alegremente con un universo maravilloso, pero dicha algarabía es de una magnitud tal que nos lleva a un embelesamiento que nos impide percibir un peligro latente. Así Todo lo que existe, ha existido y existirá siempre en el universo como objeto de información.

Que cualquier cosa pueda ser concebida como un objeto de información significa que la información es prácticamente todo y es lo que más se debe proteger, a este respecto la mayoría de los países han regulado leyes con ése fin. Todas aquellas conductas ilícitas susceptibles de ser sancionadas por el derecho penal, que hacen uso indebido de cualquier medio Informático han sido catalogadas como delitos informáticos, pero cabe aclarar que el uso indebido de los computadores es lo que ha propiciado la necesidad de regulación por parte del derecho.

Uno de los delitos más perseguido es el ciberterrorismo entendido como toda acción violenta que infunde terror, realizada por una o más personas en Internet o con el uso indebido de tecnologías de comunicaciones, estos grupos actúan por medio de envío de mensajes encriptados a través del correo electrónico, impidiendo la penetración de los organismos de seguridad, también existen sitios web de organizaciones terroristas donde se da a conocer su historia, postulados, y objetivos que sorprendentemente no cesan, quizás por la falta de los aspectos que hemos tratado aquí.


REFERENCIAS Asís, F., Sánchez, J., Salvador, A., Camacho, D. (2015). “Normativa y regulación informática”. https://grupo4nri.wordpress.com/acerca-de/ Consultado el 15 de mayo del 2015.

Bentham, J. (1836). “Deontología y ciencia de la moral”. https://books.google.com.pa/books?id=r3pjJg7GlkwC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge _summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false Consultado el 15 de mayo del 2015.

García, A. (2003). “Ética y deontología de lo que ya no existe y no es necesario hablar”. http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/119365/1/EB19_N159_P67-75.pdf Consultado el 15 de mayo del 2015.

Huanca, M. (2012). “Los 10 mandamientos de la ética informática”. http://es.slideshare.net/marcosfidel/deontologia-informatica Consultado el 15 de mayo del 2015.

Morán, A. (2013). “La ética de la información y la infoesfera”. http://www.scielo.org.co/pdf/esupb/v21n46/v21n46a02.pdf Consultado el 15 de mayo del 2015.


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