LA HISTORIA EN LA SOCIEDAD ANDINA 1.- SOCIEDAD ANDINA CLASES SOCIALES La sociedad en el Incanato estuvo organizada a base de clases sociales. Existían dos clases muy diferenciadas: la Nobleza y el Pueblo. En cada una de estas clases había diversos niveles. Nobleza: La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey), la Coya (esposa principal del Inca) y los príncipes legítimos o auquis.
Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca, quienes integraban los ayllus reales o panacas. Ejercían las más altas funciones, como funcionarios imperiales, gobernadores, generales, sumos sacerdotes, etc.
Nobleza de Privilegio, no pertenecían a la familia real, sino que eran nacidos del pueblo, pero que por sus grandes servicios prestados al Estado (en las guerras, en el culto religioso, en las obras públicas, etc.) habían alcanzado tal jerarquía. Tal era el caso de los jefes militares, los sacerdotes y las acllas o escogidas.
Pueblo:
Hatunrunas, conformada por la gran masa del pueblo. Dedicábanse a las labores agrícolas, aunque también prestaban su trabajo en las obras públicas. Vivían agrupados formando parte de los ayllus. Eran los verdaderos forjadores del imperio.
Mitimaes o Mitmaqkunas, eran aquellos pobladores que, habiendo demostrado fidelidad al Inca y asimilado la cultura quechua, eran enviados a colonizar los nuevos territorios conquistados. Había otro tipo de mitimaes, que, como castigo a su rebeldía, eran enviados a zonas distantes de su lugar de origen. Tal fue el caso de los aymaras del altiplano, que fueron trasladados a diversas regiones del Imperio, como a la actual provincia de Aymaraes, en Apurímac.
Yanacunas o yanaconas, eran personas que no pertenecían a ayllu alguno y oficiaban de criados perpetuos al servicio del inca y de los grandes señores.
EL EJÉRCITO Los incas formaron un ejército fuerte acorde con las necesidades de su estado expansionista. Se dividía en grupos de guerreros profesionales y soldados reclutados especialmente para cada campaña, y basaba su poder en la cantidad de hombres, la eficiente logística, la férrea disciplina y moral de combate, y la construcción de fortalezas militares. Las acciones bélicas guardaban un carácter religioso.
Fortalezas: el Estado Incaico planificó tanto las conquistas de pueblos vecinos como la defensa del territorio propio. Su base fue un ejército bien dotado, una red de caminos que facilitaban su desplazamiento y la construcción de grandes fortalezas que cumplían como principal función la disuasión de posibles ataques y su contención, si se producían.
Los soldados: la mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante estaba compuesta por combatientes de oficio, casi todos de origen noble). Cada provincia del imperio debía aportar una cuota de reclutas según su población.
Estrategia: el ejército inca arrollaba a sus enemigos por su superioridad numérica. Expertos en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y dotados de armas y defensas, resultaron incontenibles.
El armamento: preferentemente utilizaron la maza, confeccionada con una piedra pesada encajada en un palo, también el hacha, la lanza, la honda entre otras.
Protección: los guerreros vestían túnicas de algodón reforzado y cascos de madera o de cañas entretejidas con hilos de lana. También se cubrían la espalda con placas de madera, y llevaban escudos.
Entrenamiento: los hombres lo recibían como parte de la educación tradicional; en períodos de conflicto, la preparación se realizaba en las fortalezas militares.
ECONOMÍA La economía inca estaba basada en la previsión y planificación de todas las etapas del proceso productivo. En el Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control permanente y directo del Estado, que, haciendo suyas las experiencias
tecnológicas y culturales desarrolladas por las culturas preincas, organizó un aparato productivo, fundamentalmente agrícola, que dio solución a los problemas de alimentación, vestido, vivienda y seguridad social de una población cada vez más numerosa. Se estima que a la llegada de los españoles, esta ascendía de 6 a 10 millones de almas. EL TRABAJO El trabajo era considerado como una función social de la que no podía eximirse ningún individuo; era pues obligatorio. Todos los habitantes del Imperio, hombres y mujeres, debían trabajar, pero no era igual para todos sino que se asignaba a cada individuo según sus capacidades. «A nadie se le exigía más de lo que podía dar; así, el niño trabajaba mucho menos que el joven y éste menos que el adulto, edad en la que se exigía el máximo esfuerzo, descendiendo después la exigencia a medida que iba descendiendo la edad». (Luis E. Valcárcel). El trabajo era colectivo, pues siempre lo hacían con la intervención de todos los miembros de la comunidad o ayllu, los mismos que se ayudaban mutuamente unos a otros. Modalidades de trabajo comunitario eran la mita, el ayni y la minca.
DIVISIÓN DE LAS TIERRAS Las tierras del Imperio se dividían en tres sectores:
Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda de los dioses y para el sustento de la clase sacerdotal encargada del culto.
Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia, la nobleza y los funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento para la gente que trabajaba al servicio del Inca, para los ejércitos en campaña y para ayudar a los pueblos que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos alimentos se guardaban en los graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca eran trabajadas en comunidad por el pueblo.
Tierras del Pueblo, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para que obtuvieran su sustento. Cada año se hacía el reparto de estas tierras entre los
hombres y mujeres aptos para realizar las labores agrícolas. Cada hombre casado recibía un tupu (o topo), otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija mujer. De acuerdo a las informaciones del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una fanegada y media (2.880 m2) y representaba una extensión de tierra donde se podía sembrar un quintal de maíz (46 kg). En realidad, según la opinión de Baudin, un tupu era el lote de terreno necesario para cultivar lo suficiente para una familia sin niños. Su extensión debía variar según la clase de tierra. AGRICULTURA Los incas fueron un pueblo esencialmente agrícola; sin embargo, tuvo su asiento en un territorio falto de tierras cultivables. Para superar tal deficiencia aplicaron técnicas agrícolas, las principales de las cuales fueron las siguientes:
Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas de los cerros.
Waru waru, técnica heredada de las poblaciones del altiplano, en la que se araban surcos alrededor de los cultivos y se les llenaba de agua para crear un microclima más estable que el ambiente.
Pozas secas que se llenaban en época de lluvias. Era muy empleado en la costa. Se les llamaba simplemente lagunas o cochas.
Se estima que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales, entre ellas, papas (cerca de 200 variedades), camotes, maíz, ajíes, algodón, tomate, maní, coca y quinua. GANADERÍA Los camélidos fueron un recurso esencial del Tahuantinsuyo. El Estado inca se preocupó de abastecerse tanto de la carne como de la fibra de estos animales. La ganadería, a diferencia de la agricultura, fue menos favorecida. Esto se debió a la escasa fauna andina. Aun así, constituyó la única ganadería existente en la América precolombina, constituida por los dos camélidos sudamericanos, que domesticaron: la llama y la alpaca, de los que aprovechaban tanto su carne para alimento, como su fibra o lana para sus vestimentas. La llama también fue utilizada como medio de transporte de carga. Antiguamente, a los camélidos
sudamericanos se les denominaba auquénidos, término erróneo que ya no debe usarse pues corresponde científicamente a un grupo de insectos de la familia de los Curculiónidos (gorgojos). Si bien no domesticaron la vicuña y el guanaco, aprovecharon también la carne y la lana de estos camélidos, para lo cual organizaban cacerías llamadas chacos o chakus. Criaron también el cuy, roedor andino que hasta hoy es la base de muchos potajes de la gastronomía andina. La ganadería se relacionaba estrechamente con la agricultura. Los incas no concebían una sin la existencia de otra. Al igual que la agricultura, la ganadería estaba distribuida entre el Sol, el Inca, la nobleza y el pueblo. PESCA Los habitantes de las costas del Pacífico y de las riberas del lago Titicaca se dedicaban a la pesca. De ella obtenían alimento, material para fabricar objetos como peines y agujas y abono para la tierra. Para pescar usaban anzuelos, redes, canastas y arpones. En la costa usaban desde remotos tiempos el famoso caballito de totora, que era un haz de juncos dispuestos en forma de cigarro, sobre el cual montaba el pescador, que para impulsarse usaba un pequeño remo. Para la pesca más prolongada usaban balsas de madera impulsadas por una vela de fibra de algodón, con las que se atrevían a incursionar más adentro del mar. Se dice que el “caballito de totora” fue trasplantado por orden del inca Pachacútec a las orillas del lago Titicaca, donde a partir de entonces se usan las ya tradicionales balsas de totora. COMERCIO Entre los incas, y en general en todas las culturas andinas se empleó el comercio de trueque, que consiste en el cambio que hace un individuo de los productos que le sobran por otros que, a su vez, necesita. Así, por ejemplo, los habitantes de la costa intercambiaban sus productos (pescado seco, conchas, etc.) con el de los habitantes de la sierra (alimentos, lana, etc.). Sin embargo, se tiene evidencia de que algunos productos aprovechados por todos hacían las veces de moneda, como por ejemplo, el ají, la sal, el maíz, el algodón, la coca, plumas de aves y conchas marinas. Se mencionan también
hachas pequeñas o tumis. El que vendía recibía en pago cualquiera de estos productos. Cuando compraba, pagaba a su vez con los referidos productos. No existió el oficio de “comerciante” como hoy lo conocemos, sin embargo, sabemos que la administración inca, al conocer que el valle de Chincha se hallaba tan superpoblado al punto que no podía satisfacer la alimentación de todos sus habitantes, decidió dividir a su población económicamente activa en tres grupos: agricultores, pescadores y “comerciantes”. ESCULTURA En escultura, los incas hicieron muchos trabajos bien elaborados. En su mayoría fueron hechos en piedra, pero también lo hicieron en metales como el oro y plata, así como en madera. Representaron figuras antropomorfas (humanas), zoomorfas (animales) y fitomorfas (vegetales), de diversos tamaños, desde miniaturas hasta representaciones en tamaño real. Algunas representaciones escultóricas están talladas sobre la roca madre (como en Machu Picchu) o sobre grandes piedras (Saywite); es decir se hallan asociadas a las grandes construcciones arquitectónicas. En algunos casos se ven representaciones de cerros, escalas y acueductos, de posible simbolismo ritual. Otras piezas escultóricas simulan formas de tableros o maquetas, cuyo uso no ha sido precisado aún. CERÁMICA Se pueden distinguir dos tipos de alfarería, la utilitaria y la ceremonial. La cerámica utilitaria era la de uso doméstico, por lo general hecho de manera simple y tosca. La cerámica ceremonial, mucho más elaborada y decorada, era enterrada con los difuntos, llenos de alimentos o bebidas que servirían a los muertos en su camino hacia el otro mundo. Son estos ejemplares los que se conservan en los museos y por eso lucen en perfecto estado. La cerámica inca se caracteriza por sus superficies pulidas, su fina decoración pictórica de tendencia geométrica y el uso de los colores amarillo, negro, blanco, rojo y anaranjado. Solían pintar rombos, líneas, círculos, animales y frutos estilizados, así como plantas y flores. Ejemplares típicos de la alfarería inca son el aríbalo (cántaro) y el quero (vaso).
El prestigio alcanzado por la alfarería inca hizo que en muchos lugares conquistados se copiara sus formas y decoraciones. Generalmente se producía una mezcla de los estilos locales con el estilo inca, y se encuentran piezas Chimú - Inca, Chancay, etc. Cuando llegaron los españoles, la alfarería inca perdió su función mágica y ceremonial y se volvió utilitaria. METALURGIA Y ORFEBRERÍA: En el campo de la metalurgia, los incas se colocaron a la cabeza de los pueblos precolombinos, perfeccionando las técnicas heredadas de las culturas preincas. Conocieron y trabajaron el oro, la plata y el cobre, y aún obtuvieron la aleación del bronce (cobre y estaño). No conocieron el hierro. Los metales los obtenían de los botines de las conquistas y de las explotaciones mineras organizadas, que pertenecían tanto al Inca como a las comunidades, obteniéndolas sin cavar muy profundamente la tierra. El oro lo sacaban mayormente de las arenas de los ríos. Los minerales los fundían en crisoles de tierra cocida, que colocaban en las altas cumbres, y cuyo fuego avivaban soplando con canutos de cobre. Los metales de mayor dureza lo utilizaban en las puntas de sus instrumentos de labranza, en sus armas, y en instrumentos para tallar piedras durísimas como el granito. En cuanto a los metales preciosos (oro y plata), los utilizaron para labrar bellos objetos de orfebrería. En realidad, quienes realizaban estas obras artísticas eran los pueblos sometidos, como los chimúes, cuyos orfebres fueron trasladados al Cuzco para ejercitar su arte al servicio del Inca. Es fama que los conquistadores españoles encontraron cantidades ingentes de objetos artísticos labrados en oro y plata, como aquellos que fueron ofrecidos para el rescate del inca Atahualpa y los hallados en el Coricancha; sin embargo, todos ellos fueron fundidos y transformados en lingotes para ser transportados a España como riquezas. TEXTILERÍA: La textilería estuvo muy desarrollada, aunque sin llegar a la belleza desplegada por algunas culturas preincas costeñas, como la nazca y la paracas.
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon variados tejidos de lana y algodón. Los tejidos finos que se han conservado son motivo de admiración por su colorido y finura en la confección. Este tejido, llamado cumbi o cumpi, estaba hecho de lana de vicuña, y cuando se le quería dar calidad especial o aspecto vistoso, se le mezclaba con hilos de oro, pelos de lana y murciélago, o se le recubría con plumas multicolores, o se adornaban con cuentas. Estaba decorado con hermosos dibujos geométricos y naturales (tocapus). Los elementos decorativos y el color realzaban la fineza y suavidad del tejido. También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se conservan bastantes muestras en el ajuar de sus momias. Debido a la organización clasista de la sociedad inca, los trajes finísimos estuvieron destinados al Inca y a la nobleza, mientras que las simples gentes del pueblo vestían trajes simples y burdos. Pese a ello, los habitantes del Perú antiguo fueron los mejores vestidos de América. LITERATURA Los cronistas de la conquista y de la colonia han dado fe de la existencia de una literatura quechua o incaica, que se transmitió de manera oral, siendo su principal vehículo de transmisión el idioma quechua o runa simi, que los incas impusieron como lengua oficial en todo el imperio. Se suele dividir en literatura cortesana y literatura popular.
CIENCIA Los Incas no desarrollaron mucho las ciencias. Las que cultivaron tuvieron un carácter práctico, pues sus conocimientos los aplicaron a la mejor obtención de sus productos naturales. Medicina La medicina que se practicó en el incanato, estaba íntimamente ligada a la magia y la religión. Todas las enfermedades se suponían provocadas por el desprendimiento del espíritu del cuerpo, a causa de un maleficio, un susto o un pecado. Los curanderos incaicos, llegaron a realizar intervenciones quirúrgicas, como trepanaciones, con el propósito de eliminar fragmentos de huesos o armas,
que quedaban incrustadas en el cráneo, luego de accidentes o enfrentamientos bélicos. Uno de los instrumentos utilizados en la cirugía incaica, fue el tumi o cuchillo de metal en forma de "T". Como anestesia se usaba la coca y la chicha en grandes cantidades y se sabe que también conocieron el uso de vendas. Matemáticas Conocieron el sistema decimal, que lo aplicaron a la estadística de los quipus y a la organización. También tuvieron algunas nociones de agrimensura, es decir, la medición de tierras. En el arte de construir debieron también aplicarse conocimientos científicos, si se tiene en cuenta los imponentes y bien ensamblados que son algunos edificios, como Sacsayhuamán y Machupicchu, que indudablemente requirieron de una cuidadosa programación y cálculos físicos y matemáticos. Astronomía La astronomía mereció especial atención porque se relacionaba con las labores agrícolas y su división se marcaba con una fiesta especial. Observaron pacientemente al Sol y determinaron los solsticios y los equinoccios. Para tal efecto utilizaron columnas de piedra levantadas en las partes altas del Cuzco. Al observatorio solar llamaron Intihuatana (quechua: inti watana, “donde se amarra al Sol”), que consistía en una columna de piedra levantada sobre un círculo de este material, que se hallaba en algunos lugares destacados, tales como los patios de los templos o edificios religiosos, y siempre expuestos a la proyección de la luz del solar. Los quipus y otras formas de comunicación Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos llamado quipus. Los nudos indicaban los números, del uno al diez, y el color del cordón u otros detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay que destacar que esto último no era una regla común sino que tendía a variar. El encargado de elaborar e interpretar el quipu era el quipucamayoc. El quipu es una herencia cultural milenaria, pues en Caral se descubrieron quipus de 5.000 años de antigüedad. RELIGIÓN
Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los fenómenos naturales. La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémico. En los andes vivieron gran cantidad de creencias, cada cual con un componente étnico. Se creía en la existencia de tres mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay Pacha) e inferior (Uku Pacha); y en un dios creador Viracocha. El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido por los siguientes personajes:
El Sumo sacerdote inca, llamado Willac-Umu o Huíllac-Uma (en quechua: “cabeza de los presagiadores”), tenía entre sus funciones: presidir las ceremonias religiosas, velar por la ortodoxia del culto, aconsejar al Inca, etc.
Las acllas: fueron mujeres separadas de sus familias y dadas como tributo por las diversas regiones del Tahuantisuyo. Por lo general realizaban labores al servicio del Estado y la religión. Vivían en los Acllahuasis, edificios ubicados en diferentes regiones del Perú. Destacan los acllahuasis del Cuzco y de Pachacámac.
DIVINIDADES Wiracocha (Viracocha): fue una divinidad panandina, de origen preinca. Era un dios adorado por la nobleza cusqueña. El Sol (Inti): fue el dios oficial en el Tawantinsuyo, difundido por el inca Pachacútec. La Luna (Mama Killa): la luna. Diosa del cielo y las estrellas, protectora de las mujeres (collas y acllas) y esposa del dios Inti. Pachacámac: fue el dios más importante de la costa central. Illapa: dios del rayo. Pachamama: madre tierra. Mama Cocha: madre de los lagos. Coyllur: diosa de las estrellas. Apus: dioses de las montañas, los montes tutelares.
I.- REALIDAD GEOGRAFICA ANDINA La geografía de la Comunidad Andina es diversificada, con zonas áridas semiáridas, montañosas, de planicie tropical, subtropical y templada siendo un factor determinante en su geografía la Cordillera de los Andes. Los Andes peruanos conforman la parte central de la Cordillera de los Andes, atravesando todo el territorio del Perú de norte a sur. Dentro de la geografía del Perú constituye una región
natural que
también
se
le
denomina Región
andina,
región
de
la Sierra o Serranía. Limita al oeste con la región de la Costa y al este con la Selva. Al norte tiene continuidad con la Región Interandina del Ecuador y al sur con la Región Andina de Bolivia y de Chile.
La
región
andina es un concepto
orográfico, biogeográfico y cultural.
Orográficamente es producto de elevación y plegamiento rocoso que se originó durante el Cretáceo, cuando la corteza terrestre de la placa de Nazca inició la subducción bajo la placa sudamericana, dando lugar a un elevamiento que llega hasta los 6768 msnm en el nevado Huascarán y a la formación de una cordillera volcánica al sur del Perú. Biogeográficamente es una región que presenta una vegetación con una densidad intermedia entre la costa desértica y la selva tropical, y con clima de montaña que va de subtropical a frío según la altitud. Culturalmente está
relacionado
con
la
cultura
andina
del
Perú,
que
étnicamente
es quechua y aimara mayormente. EL CLIMA: El clima de los Andes está relacionado con la altitud, la latitud y la cercanía a la costa desértica o a la selva húmeda. En general se considera que el clima serrano característico va de subtropical a frío, con aire muy seco y tiene dos fases estacionales, una lluviosa entre noviembre y marzo, y una seca de abril a octubre. El piso nival de congelación permanente comienza a los 4,800 msnm como promedio, por lo que hay numerosas montañas y cordilleras nevadas. Sin
embargo el calentamiento global está variando estas condiciones, por lo que el hielo por encima de los 5,000 msnm está en retroceso. Se considera que hay unas 20 cordilleras nevadas, las cuales se agrupan en tres sectores de norte a sur: •
Los Andes del norte: Desde la frontera con Ecuador hasta el nudo de
Pasco. Destaca por su altitud la Cordillera Blanca en Ancash. •
Los Andes centrales: Del nudo de Pasco al nudo de Vilcanota.
•
Los Andes del Sur: Desde el nudo de Vilcanota hasta las fronteras con
Bolivia y Chile, envolviendo todo el Altiplano peruano. Por otro lado se pueden dividir también de oeste a este en las siguientes 3 cordilleras: •
La Cordillera Occidental: Tiene la mayor altitud continua, por lo que
constituye la divisoria continental entre la cuenca del Pacífico y las cuencas al interior del continente. •
La Cordillera Central: En el sector norte divide los valles interandinos
del Marañón y del Huallaga, y en el sector centro es discontinua. La Cordillera Oriental: En su mayor parte es una cordillera de selva de poca altitud, salvo al sur que es divisoria entre la cuenca del Titicaca y la cuenca amazónica. NEVADOS: La cordillera está coronada por las montañas de nieves perpetuas. Por encima de los 6000 msnm hay más de 30 nevados y por encima de los 5000 msnm son más de mil. El Alpamayo es considerado uno de los nevados más bellos del mundo. VOLCANES: Los volcanes se encuentran sólo al sur del Perú y en la cordillera volcánica, ya que esa región forma parte de la zona volcánica central de los Andes. El volcán más elevado es el Coropuna con 6,425 msnm, el más activo el Ubinas y el más impresionante el Misti, símbolo de la ciudad de Arequipa. PISOS ALTITUDINALES: El geógrafo peruano Javier Pulgar Vidal vio que los pisos ecológicos de los Andes peruanos están en relación con su altitud. Haciendo un aparte del piso basal donde se sitúa la Costa y la Selva, en los Andes se definen las siguientes regiones:
•
Yunga marítima: De 500 a 2,300 msnm del flanco occidental de los Andes
peruanos, equivalente a un piso altitudinal de premontano a montano bajo. •
Yunga fluvial: De 1,000 a 2,300 msnm del flanco oriental, equivalente a un
piso montano bajo. •
Quechua: De 2,300 a 3,500 msnm, equivalente a un piso montano alto.
•
Suni: De 3,500 a 4,000 msnm, equivalente a un piso subalpino.
•
Puna: De 4,000 a 4,800 msnm, equivalente a un piso alpino.
•
Janca: De 4,800 a 6,768 msnm, equivalente a un piso nival.
ECORREGIONES: La sierra peruana presenta diferentes ecosistemas montanos, por lo que puede dividirse biogeográficamente en las siguientes ecorregiones: •
Puna: Región altoandina situada por encima de los 3800 msnm como
promedio, con clima frío de montaña subhúmedo, una flora de tundra y fauna adaptada a la altura. •
Jalca o Páramo: Región altoandina del norte del Perú por encima de los
3500 msnm como promedio, con clima de montaña húmedo y una flora de páramo. •
Serranía esteparia: Situada en el flanco occidental de los Andes por
encima de los 1000 msnm como promedio, limita con la Puna, con clima semiárido y vegetación de estepa. •
Yungas: Situada en el flanco oriental de los Andes justo por encima de la
llanura amazónica, desde los 500 hasta los 3,800 msnm y con ecosistemas variables que van desde la selva alta cálida, nubosa, densa y lluviosa, hasta la serranía de humedad estacional, fría y parcialmente boscosa. •
Bosques y valles secos: Sectores de los Andes peruanos presentan el
ecosistema de Bosque seco (sin lluvias la mayor parte del año) especialmente en el norte del país, donde destaca la ecorregión del Bosque seco del Marañón. También son secos los valles de Huánuco (río Huallaga), Tarma, Mantaro, Apurímac, Pampas y Urubamba. II.- EL MACISO ANDINO COMO COLUMNA DE LA ECOGRAFIA ANDINA: El PERÚ PAIS DE MONTAÑAS
Con la finalidad de contribuir al esbozo de una imagen del Perú país de montañas se tratará de evocar, la complejidad del macizo andino, la variedad de sus zonas de vida, regiones biogeográficas y provincias bióticas, ecorregiones naturales, y de indicar la diferenciación demográfica y socio-cultural. EL MACIZO ANDINO El macizo andino peruano se extiende a lo largo del Océano Pacífico en una zona tropical, desde la frontera ecuatoriana hasta las fronteras chilena y boliviana, sobre unos 18 grados de latitud sur, sea aproximadamente unos 3000 kms. Presenta una marcada diferenciación latitudinal. Tiene unos 350 kms, a la latitud de Bayovar y es baja no alcanza los 4000 metros y no tiene nevados. Se ensancha llegando a unos 450 kms a la latitud de Casma alcanzando su mayor altitud en la cumbre del Huascarán a los 6746 metros. Se amplía al sur hasta unos 850 km a la latitud de Chilca. La latitud, la relación a línea del Ecuador o del trópico de Capricornio, matiza entre otros factores climáticos la duración del día. Por otro lado hay que notar que los Andes del norte, más bajos y calientes, son más húmedos, mientras que los del sur, más altos y fríos, son más secos. Obviamente en cada zona la altitud es el parámetro que determina la temperatura. La cordillera de los Andes, de orientación norte-sur, juega ella misma un papel importante en relación con las diferenciaciones climáticas longitudinales, bloqueando la circulación de las masas de aire húmedo que provienen del Atlántico y la Amazonía. En los meses de verano, de diciembre a marzo, las lluvias son muy abundantes en la vertiente amazónica y en los valles y altiplanicies interandinos, mientras que nunca llueve en la vertiente pacífica que atrapa en los meses de invierno, de junio a septiembre, la neblina que se forma encima de un litoral bordeado por las aguas frías de la corriente de Humboldt. Esta corriente, de sur a norte, limita la evaporación del mar originando en la vertiente occidental un clima desértico hasta, a la altura de Paita en el extremo norte del Perú, con la corriente del Niño cuyas aguas calientes se deslazan de norte a sur y sin responsable de las lluvias que en estas latitudes permite la formación de bosques secos y húmedos en la vertiente pacífica. Además hay que tomar en cuenta la enorme influencia de la conformación morfológica de este macizo en cuanto a la distribución de las aguas, considerando que todos los ríos se originan en las cumbres andinas y que existe un notable desbalance hídrico entre la vertiente pacífica que recibe sólo un 2 % del líquido vital cuando la vertiente amazónica goza del 98 %. En la vertiente occidental se cuentan 53 cuencas pacíficas mientras que
todas las aguas de 41 ríos de los valles interandinos corren a la cuenca del Amazonas y los 9 ríos que nacen en el altiplano se vierten en el lago Titicaca (Durt 2001). Finalmente no hay que olvidar que el macizo andino es una zona de altos riesgos sísmicos, donde se dejan sentir además, en forma muy marcada, el impacto de alteraciones climáticas como las del fenómeno El Niño con sus consecuentes lluvias extraordinarias en la vertiente pacífica que alternan con largas sequías, así como movimientos de aires polares responsables de inusuales bajas de temperaturas y nevadas. LOS RECURSOS NATURALES Ahora bien, considerando los factores básicos que determinan el entorno natural, clima, relieve, suelo y subsuelo, agua superficial y subterránea, mar, flora, fauna, diferentes especialistas establecen según diversos criterios catálogos de recursos naturales y sistemas de clasificación de zonas acuíferas, edáficas, florísticas y faunísticas. Por ejemplo en cuanto a la flora, vale citar los trabajos de Weberbauer (1922, 1945), Koepcke (1961), Hueck (1972, 1978), Rauh (1979), Malleux (1975) y en cuanto a la fauna los de Koepcke (1954), Cabrera y Willink (1973) y Brack (1976). LAS ZONAS DE VIDA Reconociendo que existe una dependencia de orden natural entre los principales factores climáticos y la vegetación, en base a criterios de precipitación, bio temperatura, evaporación y florísticos, se definen a nivel global formaciones vegetales (Holdridge 1947). Posteriormente, con la finalidad de representar unidades bioclimáticas de mayor jerarquía, estas formaciones se consideran como zonas de vida, asumiendo que este sistema de clasificación permite sacar conclusiones sobre la vida animal, el hombre y sus actividades socio-económicas. LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS Y PROVINCIAS BIÓTICAS Diversas clasificaciones permiten establecer las bases científicas para la conservación de la flora y fauna silvestres a través de la constitución de áreas protegidas, parques, reservas o santuarios naturales. Se fundan en la idea de integrar tanto la flora como la fauna en una sola unidad eco geográfico. En cuanto a regiones biogeográficas basta recordar que el macizo andino pertenece a la Región Neotropical, al Dominio Andino-Patagónico, Provincia Altoandina, Provincia
Puneña y Provincia del Desierto así como al Dominio Amazónico, Provincia Pacífica y Provincia de las Yungas y en el extremo norte peruano a la Provincia del Páramo. En cuanto a su litoral, pertenece a la Región Oceánica, en el extremo norte hasta la altura de Paita al Dominio Oceánico Tropical y más al sur al Dominio Oceánico Peruano-Chileno (Cabrera y Willink 1973). Otra clasificación en provincias bióticas, reconocen 44 provincias de las cuales 7 son peruanas y entre estas una sola es amazónica (UICN 1974). Es obvio que estos dos sistemas han sido y seguirán siendo revisados y afinados. LAS ECORREGIONES NATURALES Una ecorregión es un área geográfica que se caracteriza por las mismas condiciones climáticas, edáficas, hidrológicas, florísticas y faunísticas, en estrecha interdependencia, perfectamente delimitable y distinguible de otra, y de utilidad práctica. El concepto de ecorregión se superpone a los de zona de vida, región biogeográfica, provincia biótica, regiones florísticas y faunísticas, que son sólo visiones parciales del mismo (Brack 1986). En el Perú se identifican once ecorregiones naturales de las cuales siete se encuentran en el macizo andino, Bosque Tropical del Pacífico, Desierto Pacífico, Bosque Seco Ecuatorial con sus dos formaciones bien distintas, la del Sapotal-Algarrobal y la del Ceibal, así como Serranía Esteparia, Páramo, Puna así como Selva Alta. Dos lo bordean, el Mar Tropical de la corriente caliente del Niño y el Mar Frío de la corriente de Humboldt, y dos son de la planicie amazónica, Selva Baja y Sabana de Palmeras. Este sistema de clasificación toma muy en cuenta las variaciones latitudinales y es por ahora el más adaptado a escala nacional, regional y local, para describir los diferentes paisajes. LAS VARIABLES SOCIALES En cuanto a población, el macizo andino presenta características que son comparables con las de otros macizos montañosos. Se constata por ejemplo que alrededor del 90% de la población se congrega en espacios separados por vacíos o extensiones poco pobladas y que las comunidades, pueblos o ciudades ocupan los valles. En 1940 63% de la población residía en los valles interandinos y el altiplano, hoy más de la mitad de la población vive en las ciudades del piedemonte pacífico. Cabe recalcar que el movimiento migratorio que se dirigía hacia el piedemonte occidental se orienta ahora hacia el piedemonte oriental. Un aspecto saltante del panorama demográfico en el macizo andino es la creciente urbanización, en los años 40 el número de residentes en área urbana era
de 2,5 de un total de 7 millones de habitantes, en los años 60 cerca de la mitad de la población residía en área urbana y a fines de los años 80 un 68% es urbana. Para indicar, a grandes rasgos, las diferenciaciones demográficas latitudinales y longitudinales que corresponden a las variaciones morfológicas y climáticas, en 1986 y en cuanto a concentración urbana, una población de 1.5 millones de habitantes se reparte entre cuatro ciudades del piedemonte pacífico, Piura, Trujillo, Chiclayo y Chimbote al norte de Lima y 255 mil habitantes entre dos ciudades, Ica y Tacna al sur. Lima metropolitana concentra en la misma fecha 5.8 millones de habitantes. Esto indica la proporción del desbalance urbano norte-sur en la costa. Para comparar ahora el desbalance frente a la población urbana de la sierra, un conjunto de cuatro ciudades, Arequipa, Cusco, Huancayo y Juliaca, en la sierra centro-sur, pasa el millón de habitantes, o sea un tercio menos que las cuatro ciudades de la costa norte, mientras que en la sierra norte Cajamarca no alcanza los 100 mil habitantes. En la vertiente amazónica la única ciudad con un crecimiento significativo, Tarapoto, no alcanza los 100 mil habitantes (Atlas del Perú 1989). En el 2002 Lima debe alcanzar los 7.5 millones, sobrepasando ampliamente el tercio de la población peruana actual, estimada en más de 25 millones. Las razones de estos cambios demográficos son de diversas índoles, dependen entre otros de factores como tasa de crecimiento demográfico, políticas nacionales e internacionales de desarrollo socio-económico, orientaciones de los mercados, acceso a servicios, movimientos sociales, que no todos influyen a la misma escala y velocidad y no tienen los mismos impactos en diversos lugares. Y es preciso reconocer el peso de las políticas agrarias en el macizo andino donde el sector agrícola sigue siendo el que ocupa más mano de obra, frente a otros sectores productivos, pujante como el minero, tradicional como el pesquero o de lento crecimiento como el industrial, así como el comercial y el servicios que apuesta a un desarrollo del turismo interno y externo. Es claro que de los entretejidos de relaciones, que resultan de historias específicas y se elaboran entre el campo y la ciudad, entre las diferentes actividades rurales y urbanas, entre los diversos entornos naturales y sociales, entre los niveles locales, regionales, nacionales e internacionales, resultan indescriptibles matices de diversificación social. En base a encuestas y estadísticas se trata de rendir cuenta de esta de diversificación elaborando mapas temáticos de la población económicamente activa, de las comunidades campesinas o indígenas, de los asentamientos humanos, de niveles de educación y de salud, de pobreza. (Atlas del Perú 1989, Atlas de la Región de Cusco, 1997, Perú en Mapas, 1997, 1998). En cuanto a la pobreza, por ejemplo, se nota sin sorpresas que es
extrema en bolsones periurbanos de las grandes ciudades y en áreas rurales dispersas del macizo andino. Considerando estos mapas se percibe la extrema complejidad, inestabilidad y vulnerabilidad del tejido social en el macizo andino. LAS VARIABLES CULTURALES El Perú es un país multicultural y en el macizo andino conviven poblaciones de origen indígena, mestiza, criolla, europea, africana y asiática. Se constata que siguen siendo indígenas poblaciones que perdieron sus idiomas pero no sus tradiciones en los valles norteños de la vertiente pacífica o en los Andes piuranos. Que se fortalece la conciencia y el orgullo de ser indígena en la vertiente amazónica, como es el caso de los aguarunas y huambisas. Que son indígenas también, pero diferentes, los campesinos, comerciantes o intelectuales, quechua hablantes, de los departamentos de Lambayeque, Cajamarca, Amazonas y San Martín en el norte hasta Puno y Tacna en el sur, que hablan cada uno este idioma con sus propias modalidades. Asímismo son indígenas los ayamara hablantes que conviven con quechua hablantes en Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna y participan en la producción, la comercialización así como en política regional. Y son indígenas, si bien marginados, los machiguengas y huachipairis de la vertiente oriental del Cusco. Igualmente lo son los amueshas y ashanincas, del Palcazú, Pichis y Pachitea, que conservan sus idiomas y costumbres, compartiendo sus territorios por un lado con descendientes de colonos europeos, importados para ampliar la frontera agrícola en el siglo XIX, que siguen hablando alemán y no pierden la conciencia de una identidad europea en Pozuzo, Oxapampa, y Villarrica, y por otro lado con migrantes andinos de Cerro de Pasco y Junín. Se ubican chinos desde que la revolución industrial llegó al Perú y donde faltaba mano de obra para construir las vías férreas y trabajar en los ingenios. Donde esten los japoneses no pierden sus derechos ancestrales. En la vertiente pacífica, el norteño valle de Piura como en el sureño valle de Chincha permanecen bolsones de descendientes de esclavos africanos que mantienen las tradiciones de un Perú negro. Es claro que hay mestizos de todas las sangres en zonas rurales como urbanas. En las ciudades se conserva una cultura criolla heredada de la colonia española, se elabora una cultura chicha y se adquieren multifacéticas identidades postmodernas y globalizadas que se conjugan con identidades tradicionales y barriales, predominando la conciencia de una identidad chola. PAISAJE NATURAL
Se llama paisaje natural a aquella parte del territorio del planeta tierra que se encuentra casi virgen del hombre, es decir, prácticamente no ha sido modificado por la acción de este. Aunque, el concepto también es empleado con recurrencia para designar a aquellas zonas que cuentan con una protección especial, legislada por el cuerpo pertinente, como consecuencia del especial interés que revisten per se. Si bien la cuestión arriba mencionada es la condición para ser declarada paisaje natural o espacio natural, como también se conoce estos lugares, existen algunos otros requisitos que cumplen la mayoría de estas regiones y por tanto son designadas de este modo. Un espacio natural, paisaje natural o un ambiente natural, es una parte del territorio de la tierra que no se encuentra modificado por la acción del hombre. El término se utiliza más específicamente para designar alguna de las categorías que sirven, de acuerdo con las diferentes legislaciones, para la protección de determinadas zonas de la naturaleza de especial interés. El paisaje natural es aquello que no está modificado por el hombre, a pesar de algunos pequeños enclaves. Son las tierras que no pertenecen a la ecúmene o sea que no están habitadas, como: las regiones polares, la alta montaña y alguna selva tropical que es recorrida por cazadores y recolectores que no utilizan el fuego. El paisaje natural será un espacio recorrido pero no organizado, y con densidades de población bajas. Se trata de los espacios ocupados por sociedades de recolectores, pastores, cazadores y pescadores que tienen un conocimiento muy íntimo y especializado del medio. El área necesaria para procurarse los recursos debe ser muy amplia ya que dependen de lo que ofrece la naturaleza. En la actualidad se ha pasado de ver el paisaje como el marco estético de la actividad humana a considerarlo como un recurso. El paisaje como recurso y patrimonio cultural de la humanidad adquiere una enorme consideración. EXISTEN DOS TIPOS DE PAISAJES NATURALES: el paisaje costero y el paisaje de interior. El paisaje costero, como su nombre bien indica, es el que está más próximo al mar. El paisaje de interior es el que está más alejado de la costa. En él podemos estudiar distintos tipos de paisajes: el de montaña, el del valle, y el de la llanura.
Para representar los paisajes y para poder estudiarlos utilizamos mapas y croquis. Éstos están regidos por signos convencionales. En resumen el paisaje natural es un paisaje que no fue modificado por el hombre, es lo contrario a los paisajes ordenados (ciudades, megalópolis, represas, etc.). AMBIENTE NATURAL: Se define como ambiente natural: "lo que no ha sido alterado por el hombre". Pero esta definición no es dogmática; puesto que, supongamos, si un hombre se interna en una selva y toca o afecta un árbol, ello no la transforma automáticamente en un ambiente artificial o antropizado, de este modo la definición dada tiene sólo un sentido relativo. Por oposición se encuentra el ambiente antropizado (artificial), que es el que ha sido afectado por la presencia humana o ha tocado la mano del hombre.
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Director-Editor Carlos Peñaherrera. Instituto
Atlas de la región del Cusco. Dinámicas del espacio en el Sur andino -1997 - Hurtado, I. ; Mesclier, E.; Mauricio Puerta, bajo la dirección de J.P. Deler. IFEA-CBC-ORSTOM. Lima. Brack, A.J. – 1976 – Ecología animalcon especial referencia al Perú. Primera parte: Sinecología ms. Lima Brack, A.J. – 1986 – Ecología de un País Complejo. Gran Geografía del Perú. Naturaleza y Hombre t.2. Manfer-Juan Mejía Baca. Lima.
Cabrera, A.L y Willink, A. - 1973 – Biogeografía de America Latina. OEA. Washington. Durt, E. - 2001 – Au Pérou l’eau vaut de l’or. L’eau patrimoine commun de l’humanité. Altenatives Sud, vol.VIII, n 4: 141-146. Hocquenghem, A.M. - 1998 – Para vencer la muerte. CNRS, IFEA, INCAH. Lima. Holdridge, L.R. - 1947 – Determination of World plant Formation from simple climatic data. Science, 105, 2727:367-368. Hueck, K. – 1972 – Mapa de la vegetación de America del Sur. G. Fisher.