Latidos de Nuestro PaĂs Historias que renuevan la democracia
La presente publicación forma parte de los premios del Concurso Nacional “Semilla Ciudadana” convocado por el Jurado Nacional de Elecciones como un reconocimiento a las organizaciones juveniles y de mujeres que están fortaleciendo nuestra democracia.
Jurado Calificador Eduardo Ernesto Vega Luna / Defensor del Pueblo Verónika Fanny Mendoza Frisch / Congresista de la República Gerardo Távara Castillo / Secretario General de la Asociación Civil Transparencia María Elena Reyes Meléndez / Directora ONG Manuela Ramos Beatriz Delgado Canaval / Representante de la CONFIEP
Con el apoyo de:
Latidos de Nuestro País Historias que renuevan la democracia
Primera Edición - Diciembre 2013 Lima, Perú
Jurado Nacional de Elecciones Presidente Dr. Francisco A. Távara Córdova Miembros del Pleno Dr. José Humberto Pereira Rivarola Dr. Baldomero Elías Ayvar Carrasco Dr. Carlos Alejandro Cornejo Guerrero Dr. Jorge Armando Rodríguez Vélez Diseño / Sharon Andrade Fotografías / Pedro Cárdenas Latidos de Nuestro País Historias que Renuevan Nuestra Democracia Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica Ciudadana Programa Mujer e Inclusión Ciudadana Programa Jóvenes Electores Tiraje 2,000 ejemplares Jurado Nacional de Elecciones – JNE Av. Nicolás de Piérola Nº 1080, Lima 1 www.jne.gob.pe Hecho en el depósito legal Nº 2013-20207
Secretario General Dr. Michell Samaniego Monzón Director Central de Gestión Institucional Dr. Luis Miguel Iglesias León
Textos Edición General Dra. Milagros Suito Acuña Directora Nacional de Educación y Formación Cívica Ciudadana Soc. Fernando Montenegro Marcelo Jesús Barrera Torres
Ricardo León Almenara Periodista. Redactor principal en la revista Somos, del diario El Comercio. Especializado en la cobertura de conflictos sociales ligados al terrorismo y al narcotráfico, como a las crisis socioambientales, de derechos humanos o aquellas derivadas de la política regional.
“La mejor manera de premiar este tipo de iniciativas es dándolas a conocer a nivel nacional. El mejor aplauso es la réplica como experiencia, el mejor premio es servir de ejemplo.” Existen diversas maneras de entender y de asimilar la democracia. Una de ellas, quizá la más sólida, es a través de la participación activa de los pueblos en su propio desarrollo, porque refleja aquel ideal político -muchas veces silencioso pero siempre determinante- basado en las decisiones colectivas libres y responsables. Una colectividad puede fortalecerse libremente y a partir de ahí crecer.
Ahora pensemos este ideal desde la perspectiva del Perú, un país que no solo es extremadamente diverso en un nivel cultural y humano, sino que además en sus territorios congrega poblaciones de muy distintos orígenes y de muy variadas formas de participar en el desarrollo de sus pueblos. Todo ello, por cierto, en una situación muchas veces difícil. Es entonces que aparecen las oportunidades: la dificultad de acceder a los beneficios del Estado amplía el margen de acción de los líderes locales. Hablamos, entonces, de participación ciudadana. Bajo este ideal, el Jurado Nacional de Elecciones convocó al concurso nacional Semilla Ciudadana, cuyo objetivo es reconocer las experiencias llevadas a cabo por organizaciones de la sociedad civil para fortalecer la gobernabilidad y la democracia. Y, finalmente, para convertirlas en modelos positivos y replicarlas. Fueron 120 las participantes: 81 organizaciones juveniles y 39 colectivos de mujeres. Participaron grupos de Ica, Cusco, Lima, La Libertad, Lambayeque, Ayacucho, San Martín, Junín, Tacna, Ucayali, Apurímac, Huancavelica, Puno, Arequipa, Piura y Amazonas.
Se premió a cinco grupos juveniles y cinco de mujeres. Sin embargo, todas las experiencias ciudadanas son muy valiosas por su aporte al país. Ganaron en esta oportunidad aquellos que mejor demostraron su enfoque de acción a través de la educación en temas de ciudadanía, en el fortalecimiento de los valores ciudadanos, en la promoción del liderazgo, en el trabajo dinámico colectivo, en la cultura cívico-política y en la estimulación de valores basados en el respeto por la democracia. Las organizaciones juveniles premiadas fueron ‘Arte en las Calles’, ‘Jarabe de Clown’ y ‘Ángeles de arena’, que a partir del libre desarrollo de la cultura urbana destacan en sus campos de acción; además de la ‘Asociación de Jóvenes Unidos por Puno’ y la ‘Asociación Juvenil Machu Picchu’, ambas con el objetivo claro y meritorio de llevar a sus integrantes hacia una participación mucho más activa, y a darse a conocer como el grupo sólido de ciudadanos que tomará las decisiones del futuro en sus regiones.
Asimismo, los grupos femeninos premiados fueron la ‘Federación de Mujeres de la Provincia de Andahuaylas’, la ‘Federación Regional de Mujeres Asháninka, Nomatsiguenga y Kakinte’ y ‘Hatun Warmi’, las tres orientadas a la defensa colectiva de sus derechos y a la lucha por enfrentar las dificultades que atraviesan; la ‘Red Macrorregional de Mujeres Autoridades del Norte’, compuesta por aquellas que ocupan cargos públicos locales, distritales o provinciales; y ‘ Parió Paula’, una iniciativa de unión femenina desde la música y la expresión artística. Estas organizaciones ya muestran resultados alentadores en sus zonas de influencia. Pero, la mejor manera de premiar este tipo de iniciativas es dándolas a conocer a nivel nacional. El mejor aplauso es la réplica como experiencia, el mejor premio es servir de ejemplo. Es por ello que el Jurado Nacional de Elecciones, a través del concurso Semilla Ciudadana, lo que en el fondo consigue es abrir los espacios para que la población del país se compenetre mucho más con el desarrollo a partir del trabajo colectivo. Como dijo Abraham Lincoln, “la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”. Estas iniciativas ciudadanas son, pues, la democracia en su estado más puro.
Índice 14
Experiencias Ciudadanas de Mujeres
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Hijas de la Madre Selva Hatun Warmi: Las chicas saben lo que hacen Parió Paula: Suenan los Tambores de Paz Femupa: Juntas son invencibles Mujeres en la Política: Ahora ellas deciden
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Experiencias Ciudadanas de Jóvenes
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Jóvenes Unidos por Puno: Un Desafío en las Alturas Entre el amor y el Humor Jumapi: Un nuevo canto a Macchu Picchu La eterna Primavera del Arte Ángeles de Arena: Verdaderos héroes terrenales
Experiencias ciudadanas de Mujeres
Hijas de la Madre selva
禄 Sobrevivieron a la guerra contra el terrorismo, pero luego debieron enfrentar otros conflictos internos: el machismo, la violencia familiar, la desnutrici贸n de sus hijos, el olvido. Las mujeres de la Fremank han logrado hacer latir el coraz贸n de la selva central con un solo objetivo: el reconocimiento.
Los mejores homenajes son los que gritan en silencio, es cierto, como aquellas coronas de plumas que determinan el camino de las calles en Satipo. El de la Fremank es, en cambio, un homenaje a ellas mismas,
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“Me hice dirigente en el año 1985 porque ningún hombre quiso serlo por miedo a los ‘tucos’”, explicaría Luzmila años después. “Vi entonces la oportunidad de ayudar a que de verdad existiera igualdad de oportunidades para hombres y mujeres”.
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os mejores homenajes son aquellos que significan mucho desde el silencio. En todas las veredas de las calles principales de Satipo, por ejemplo, se pueden ver dibujadas pequeñas coronas de plumas en bajorrelieve, signo distintivo de las comunidades indígenas que pueblan los alrededores de esta provincia de la selva de Junín. Es un mensaje visible, perpetuo, poderoso: estás en una tierra que siempre ha sido de ellos. Pero años atrás hubo quienes no respetaron esa pertenencia. En una audiencia pública de la Comisión de la Verdad y Reconciliación llevada a cabo en mayo de 2002 en Huancayo, pidió la palabra Luzmila Chiricente, una respetada dirigente asháninka proveniente de la comunidad de Cushiviani, perteneciente al distrito de Río Negro (provincia de Satipo). Su caso remeció la sala de audiencias no solo por lo que Luzmila reveló, sino por la fuerza humana con la que dijo su verdad. “Bernalvides Cueva Chiricente, hijo de la dirigente asháninka Luzmila Chiricente, fue secuestrado por integrantes del PCP-SL el año 1989 (…) Juan Beto Umaña Chiricente fue secuestrado por integrantes del PCP-SL el año 1989. César Cueva Chiricente fue secuestrado y asesinado por integrantes del PCP-SL el año 1992. Cléber Cueva Chiricente fue secuestrado por integrantes del PCP-SL y posteriormente detenido y desaparecido por efectivos del Ejército”, se lee en el acta elaborada aquel día.
Luzmila representa el ideal de la supervivencia orgullosa, pero sobre todo representa del modo más real ese modo de (sobre)vivir entre dos fuegos que debió soportar aquella población, víctima de una guerra que no era suya. “Me hice dirigente en el año 1985 porque ningún hombre quiso serlo por miedo a los ‘tucos’”, explicaría Luzmila años después. “Vi entonces la oportunidad de ayudar a que de verdad existiera igualdad de oportunidades para hombres y mujeres”.
Habían sobrevivido a una guerra interna en su país, y ahora querían enfrentar otra guerra interna, esta vez en sus hogares.
Luzmila es una de esas personas predestinadas a luchar. A fines de los años 90 la guerra no había terminado del todo, pero ya había semillas de cambio que, sin embargo, tardarían un poco en florecer: nunca es fácil resurgir. En 1997 se fundó la federación Regional de Mujeres Asháninka, Nomatsiguenga y Kakinte (Fremank), una agrupación de mujeres de estos tres grupos étnicos que, a pesar de las diferencias culturales notorias y
naturales entre unas y otras, compartían la misma necesidad de lamer las heridas juntas y encarar un cambio. Esto, en un contexto difícil de sufrimiento histórico, pero además de machismo sostenido y se manifestaba, en su modo más común, a través de la violencia familiar. Las mujeres indígenas de la selva central habían sobrevivido a una guerra interna en su país, y ahora querían enfrentar otra guerra interna, esta vez en sus hogares. Hubo en 1998 un primer congreso de mujeres indígenas en Satipo, pero solo
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sirvió para dar cuenta de los esfuerzos extra que necesitaban ellas para hacerse oír. El segundo congreso, llevado a cabo en octubre del 2001, contó con mucha mayor presencia. Aquel año el lema fue ‘Con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas’. En un libro titulado “Asháninka empoderada” (PUCP, 2010), que escribió la antropóloga María del Pilar Ego-Aguirre, se narra la historia de la creación dela Fremank, incluyendo las dificultades que atravesaron estas valientes mujeres indígenas. “Para sensibilizar fue muy difícil, muy difícil porque tú sabes que nuestro país es mucho machismo, decían para qué las mujeres están organizando, que está abandonando su esposo, sus hijos…”, comentó Luzmila a la autora del libro. Había que romper muchas y muy gruesas barreras. Con el paso de los años, gracias al esfuerzo de las dirigentas – desplazarse largas distancias en la selva, dialogar con grupos étnicos distintos, no dejar de lado los planes familiares-, la Fremank tiene una visión clara y definida: fortalecer a las mujeres asháninkas, nomatsiguengas y kakintes, hacerles partícipes en las decisiones de sus comunidades, promover su acceso a una mejor educación y una salud adecuada y defenderse en bloque, como un solo puño, ante los casos de violencia de género
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“Para sensibilizar fue muy difícil, muy difícil porque tú sabes que nuestro país es mucho machismo, decían para qué las mujeres están organizando, que está abandonando su esposo, sus hijos…” y violencia sexual. Como dijo una de las mujeres entrevistadas por Ego-Aguirre para su libro, “seamos escuchadas, no seamos escuchadas, por lo menos ahora las mujeres estamos sentadas ahí, junto al machista”. Siempre con los pies en la tierra, y siempre con la mirada en las estrellas. Una vez que emprendes una lucha, los objetivos se multiplican. Eso lo sabe Luzmila. No solo ha tenido que enfrentarse a las heridas abiertas del pasado y al machismo degenerado en violencia de género. En los últimos años, además, la desnutrición infantil y la amenaza a sus territorios son una nueva problemática, un nuevo motivo. Un nuevo motor. “Los hombres a veces compiten entre ellos, a veces entre etnias diferentes se pelean. Pero las mujeres no hemos querido eso, nosotras hemos querido mejor para que no haya violencia y para que nuestros hijos coman bien. Antes pensábamos que trayendo comida de afuera lo arreglábamos, pero no, nosotras mismas lo vamos a hacer”, dice ahora Luzmila. Ella, que desde
sus inicios como dirigenta apoyó la defensa grupal de la identidad, no está sola: son cerca de 10 mil mujeres de 44 comunidades de cinco distritos (con sus respectivos anexos) las que forman parte de esta enorme red humana.
“En algunas comunidades serán 50 mujeres, en otras serán 200, pero siempre estamos juntas”, concluye. Los mejores homenajes son los que gritan en silencio, es cierto, como aquellas coronas de plumas que determinan el camino de las calles en Satipo. El de la Fremank es, en cambio, un homenaje a ellas mismas, a las mujeres asháninkas, nomatsiguengas y kakintes que ya saben lo que es luchar y que y saben lo que es ganar.
Ficha: FREMANK
Nombre de la organización: Federación Regional de Mujeres Asháninkas, Nomatsiguengas y Kakintes (Fremank) Fecha de creación: 3 de octubre de 1997 Ejes de trabajo: Derecho a la participación política de los pueblos indígenas, favorecimiento de la mujer, lucha por los derechos humanos y contra la violencia familiar y la desnutrición infantil, educación intercultural bilingüe, reconocimiento del territorio natural. Zona de influencia: 44 comunidades y anexos de cinco distritos de la selva central del Perú, en la región Junín.
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Hatun Warmi: Las chicas se hacen grandes
» El distrito en el que viven, San Juan Bautista (Ayacucho), tiene uno de los mayores índices de embarazo adolescente en el país. Pero ellas no tienen miedo. Al contrario, enfrentan juntas esta problemática con las armas que mejor saben usar: la amistad, la libertad y el respeto.
El 13% de mujeres adolescentes del país ya son madres o están embarazadas. Este índice se eleva aún más en Ayacucho, donde llega hasta el 23%.
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Muchas amigas nuestras, compañeras de aula, están ahora embarazadas, son parte de esa estadística que cada día crece. Somos nosotras las que tenemos que ayudarlas
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ás que una norma oficial dictada por una autoridad, parece un acto de protesta: la Ordenanza Municipal 005-2013 de la Municipalidad de San Juan Bautista establece, en el Artículo 1, “Declarar de interés distrital la creación de un espacio articulador (…) en la prevención del embarazo adolescente…” y en el Artículo 2, “Encargar a la Gerencia de Desarrollo Social y Equidad de Género, propiciar y vigilar la asignación presupuestal por parte del Gobierno Local y el cumplimiento de los planes y programas de prevención del embarazo adolescente”. Esta problemática –los embarazos precoces y no planificados en menores- es un denominador común irregular en varias regiones del país, pero en este distrito de la provincia de
Huamanga, es un problema mayor. Es, literalmente, una cuestión de Estado. Una buena manera de explicar esta situación es a través de estadísticas. Se calcula que el 13% de mujeres adolescentes del país ya son madres o están embarazadas. Este índice se eleva aún más en Ayacucho, donde llega hasta el 23%. En el año 2010 se registraron 3056 casos de adolescentes ayacuchanas embarazadas, según la Dirección Regional de Salud (Diresa). Y específicamente en el distrito de San Juan Bautista, los casos suelen ser más de 200 cada año. La 005-2013 es una ordenanza municipal pero también es una acción de protesta y también es un grito de ahogo.
El 19,7% de adolescentes que son madres vive en áreas rurales, el 22,4% son consideradas pobres y el 33,9% cuenta únicamente con educación primaria.
La protagonista de esta historia se llama Ana. Es una chica de 15 años, vive en San Juan Bautista y es, además de simpática, muy popular entre sus amigas y atractiva para sus amigos. Ana conoció a Emilio en el quinceañero de una amiga de ambos; bailaron, se conocieron, intercambiaron sus números de teléfono. Comenzaron a salir. Al poco tiempo se hicieron novios: Emilio la engreía, Ana estaba ‘templada’. Poco después, lo que parecía ser una aburrida noche de viernes se transformó en la propuesta que le hizo Emilio a Ana de ir a bailar a una discoteca. Se tomaron unos tragos, se pusieron más cariñosos de lo normal y esa noche tuvieron relaciones. No se protegieron. Pasaron las semanas y Ana no menstruaba. Será un retraso, pensaba ella. Pero no: estaba embarazada, se lo confirmó una prueba de orina que se practicó ella misma. Por supuesto, llamó de inmediato a su novio, pero este dijo que el padre podría ser cualquier otro, no él. Ana estaba desesperada. El mundo, su mundo –el colegio, sus padres, sus amigos, sus planes profesionales y personales- se le vinieron abajo. ¿Lo tengo o aborto? ¿Me hago cargo o me arriesgo? Finalmente tuvo a su hija, la llamó Emiliana, y junto a ella decidió continuar con su vida. La historia de Ana es ficticia, pero aparece en un video que las mujeres de la asociación Hatun Warmi emiten en todos los talleres que realizan para las chicas y adolescentes de San Juan Bautista a las que se dirigen. Este grupo fue conformado en octubre de 2012 por jóvenes sanjuaninas que buscaban promover la igualdad de género, la mayor presencia femenina en la política local y, sobre todo, disminuir el índice
de embarazos no deseados entre adolescentes y menores de edad de esta jurisdicción. Un problema tan difícil de controlar como este; sin embargo, no podía ser tratado desde lejos por autoridades que no viven el drama en carne propia. Debían ser mujeres jóvenes, como Ana, las que tomaran las riendas. Son entre 15 y 18 jóvenes, estudiantes de los colegios Fe y Alegría y José Faustino Sánchez Carrión, y de la universidad San Cristóbal de Huamanga, las que integran Hatun Warmi. “Porque nosotras percibimos este problema a nuestro alrededor, en nuestro entorno. Muchas amigas nuestras, compañeras de aula, están ahora embarazadas, son parte de esa estadística que cada día crece. Somos nosotras las que tenemos que ayudarlas”, explica Katherine Galindo, una de las representantes de la asociación. “¿Y tú qué harías?”, es la pregunta que cada semana, en los talleres que realiza Hatun Warmi, se plantea a las jóvenes participantes. Aquí la respuesta es libre y no se establece como obligatorio ningún punto de vista. No hay sermones, no hay homilías, no hay críticas ni acusaciones. Se discuten, eso sí, todas las posibilidades en torno a la maternidad, el aborto, el matrimonio, el rol de los padres, la deserción escolar, el enamoramiento y el apoyo de la pareja, etc. Nadie impone nada: aquí lo importante es que las adolescentes que conforman esa población de riesgo sepan que solas no están.
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Según revela la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar elaborada en 2011, el 19,7% de adolescentes que son madres vive en áreas rurales, el 22,4% son consideradas pobres y el 33,9% cuenta únicamente con educación primaria. Esto quiere decir, en otras palabras, que la pobreza y el retraso educativo son una de las causas del desconocimiento en torno a la maternidad y la planificación familiar. Y sin embargo no siempre es culpa de ellas. Yoni Salas, el representante de la Estrategia de Salud Reproductiva de la Dirección Regional de Salud de Ayacucho, comentó recientemente que este desconocimiento sobre la sexualidad responsable nace en los hogares y su silencio. “El tabú es uno de los factores que impide que los padres y madres de familia conversen con sus hijas o hijos adolescentes sobre sexualidad, por ello se dejan llevar por los comentarios de sus amigas o amigos. Y hay situaciones anecdóticas, como cuando en una charla que brindábamos en un colegio sobre el aparato sexual reproductivo, un grupo de adolescentes nos dijo que no era un espacio para abordar el tema”, recuerda Salas. Entonces aquí el rol de las Hatun Warmi es fundamental porque significa hablar de tú a tú.
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A comienzos de 2013 se dio a conocer, a través de la prensa ayacuchana, uno de los casos más dramáticos relacionados al embarazo precoz en los últimos años. Una humilde mujer, de iniciales K. M. G. y proveniente de Acosvinchos, debió ser operada de urgencia y, a través de una difícil cesárea, dio a luz en el Hospital Regional de Ayacucho. La noticia no habría tenido nada de raro si no fuera porque esa mujer tenía 12 años cuando dio a luz. Era casi una niña. Más allá del modo en que esta menor adecúe su vida a la maternidad, el hecho es que este caso demostró que el embarazo adolescente es realmente un problema grave en esta parte del país, y que el rol de las jóvenes de Hatun Warmi es fundamental. Hatun Warmi, por cierto, significa ‘mujer grande’.
Ficha: HATUN WARMI
Nombre de la organización: Hatun Warmi Fecha de creación: 19 de octubre de 2012 Ejes de trabajo: Promoción de la participación ciudadana con equidad de género, con especial atención en la población juvenil. Articulación de alianzas con diversas instituciones para disminuir el número de embarazos adolescentes y de menores de edad en la región. Zona de influencia: Mujeres de colegios, universitarios e institutos del distrito de San Juan Bautista, en la provincia de Huamanga, región Ayacucho.
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Parió Paula: Suenan los tambores de paz
» Desde una casa animada en el límite de Barranco y Chorrillos, las chicas de Parió Paula hacen sonar sus tambores y otros instrumentos para comunicar a través de la percusión, la forma musical más orgánica posible. Ahora, además, ellas toman las calles para gritar su libertad a través del arte.
El Festibarrio, una iniciativa autogestionada que involucra a los vecinos en jornadas de música (percusión, cajones, zapateo, descargas), juegos clásicos (siete pecados, fulbito, soga, chapadas) y artes plásticas
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Un colectivo de mujeres que han descubierto la capacidad de comunicarse y de entenderse a través de la percusión, y ahora comparten un espacio de libertad creativa fortaleciendo la energía colectiva femenina a través de los tambores.
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Se puede comunicar a través del sonido puro de tambores? ¿Se puede convertir un instrumento de percusión en un arma de construcción masiva? ¿Se puede acaso fomentar el cambio social desde un sonido? Los indígenas huitoto, en la selva peruana, descubrieron un día que los pájaros carpintero se comunican entre sí a través de golpes en los troncos de los árboles, y que algunas especies de peces golpean ligeramente la superficie del agua con sus aletas para decir algo o para advertir el peligro; ellos, los huitoto, a partir de entonces desarrollaron una técnica para comunicarse de una aldea huitoto a otra utilizando los manguaré: dos troncos huecos de madera –uno más delgado, el otro más grueso- que se golpean con mazos para realizar anuncios según el tono del sonido. Incluso a una distancia de varios kilómetros, con los manguaré se anunciaba la llegada de un jefe, se señalaba la muerte de un líder o se declaraba una guerra. Pues bien, han pasado varios siglos y, aunque ya no se utilizan los manguaré –por lo menos no en las ciudades-, la percusión sigue siendo un excelente canal comunicativo, elemental pero funcional. Lo saben ellas, las chicas de Parió Paula.
Esta historia comenzó cuando Laura Robles, músico de profesión, conversaba con amigas suyas alrededor de estas tres preguntas y les hablaba de lo ‘muy masculino’ que era su entorno musical. Por alguna razón, quienes la rodeaban en el mundo de la música eran casi todos hombres. Laura, además, notaba cómo las personas a su alrededor se comunicaban menos entre ellas. Es decir, sí mantenían ‘vínculos’ pero cada vez más virtuales y menos sustanciosos, más cercanos y a la vez más distantes. Ella quería retomar las raíces: comunicar por instinto.
Foto: Daniel Ruiz Bauer
“Éramos varias sus amigas, pero ninguna hacía música. Pero por esos días se ponían de moda la batucada y este ritmo de manifestaciones musicales de la calle, y nos animó a empezar con la percusión”, cuenta Norma Lecca, una de las primeras del grupo que se animó a probar con los sonidos. Después Laura siguió su propio camino musical, pero ya había un grupo de chicas con el bichito de la percusión dentro, así que Norma se reunió con Amanda Gonzáles y otros chicas, y crearon un espacio llamado Parió Paula y, poco tiempo después, abrieron la Casa Paula, un espacio cálido
ubicado casi en el límite de Barranco y Chorrillos, dos distritos que por su cultura artística urbana les permitirían integrarse rápidamente en la movida callejera. Parió Paula es un colectivo de mujeres que han descubierto la capacidad de comunicarse y de entenderse a través de la percusión, y ahora comparten un espacio de libertad creativa fortaleciendo la energía colectiva femenina a través de los tambores, a través del sonido más elemental.
La idea es una sola: si tienes algo que decir, dilo con tambores.
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“Cuando nos invitaron al festival ‘Palabra de Mujer’, por primera vez salimos de nuestra ‘casita’ y comenzamos a dictar talleres en otros lugares de Lima, enseñando a más mujeres a jugar con el sonido, a jugar con la expresión, a hacer un poco de bulla con sentimiento. La conexión con ellas fue inmediata. Luego de esta experiencia, el proyecto se conecta a otros eventos culturales y artísticos como ‘Nosotras Estamos en la Calle’, la ‘Noche de los Museos’, el ‘Festival Internacional de Teatro de Calles Abiertas’, el festival de ‘Cultura Viva Comunitaria’ y el ‘Festival Afroperuano’, y nos gustó la idea de salir a las calles a manifestarnos con percusión”, dice Norma. Así, poco a poco, el rango de acción de las ‘paulas’ se abrió, y ahora es común verlas participando en carnavales callejeros o en protestas ciudadanas en defensa de la playa y los acantilados ante el embate del mercado inmobiliario en Barranco, o en una campaña de limpieza en calles de algún distrito (en esos casos llevan, además de tambores y otros instrumentos, bolsas de basura para ayudar a los vecinos en esta tarea). Para celebrar, para protestar, para anunciar o solo para comunicarse: para todo sirve la percusión.
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“Si tienes entre 9 y 15 años, te la pasas tocando con los lapiceros sobre la mesa, juegas a sacar ritmos hasta con la dentadura de tu abuelo o golpeando en todo lo que pueda generar un sonido…”. Con este anuncio, las chicas de Parió Paula invitan a otras mujeres a sumarse a sus talleres de percusión. Cada vez el grupo es mayor, cada vez es más compacto, más sonoro. Pero una de las actividades más reconocidas de las ‘paulas’ es el Festibarrio, una iniciativa autogestionada que involucra a los vecinos en jornadas de música (percusión, cajones, zapateo, descargas), juegos clásicos (siete pecados, fulbito, soga, chapadas) y artes plásticas, pasacalles, etc. Es llevar vida a la calle. La idea es una sola: si tienes algo que decir, dilo con tambores.
Ficha: PARIÓ PAULA
Nombre de la organización: Parió Paula Fecha de creación: 15 de enero de 2009 Ejes de trabajo: Transmitir a otras mujeres una experiencia de liberación a través de la percusión. Recuperar y revalorar el espacio de mujeres en comunidad como un lugar de construcción y acción. Recuperar la identidad y el espacio público de los barrios. Utilizar el espacio público para la recreación, integración y revaloración del barrio como un espacio seguro para los vecinos, especialmente las y los niños. Zona de influencia: Barrios y vecindarios de Lima donde se den espacios para el arte al aire libre a favor de la comunidad y de la expresión cultural. Han participado en festivales en Iquitos y en el Festival de Cultura Viva Comunitaria en Bolivia.
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Femupa: Juntas son invencibles
» En una de las provincias con el más alto nivel de violencia familiar, un grupo de damas valientes y decididas que integran la Federación de Mujeres de la Provincia de Andahuaylas (Femupa) consiguió poner el tema en la agenda política regional, y encontró un espacio para acoger a las víctimas de este flagelo.
No se atrevĂan a alzar su voz por miedo o por vergĂźenza o por una suma de ambas. Es una historia de mujeres valientes defendiendo a mujeres reprimidas.
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Entre enero y abril de este año se registraron en el Perú 12.749 casos de agresiones a mujeres en la modalidad de violencia familiar, y otros 1.571 casos de violencia sexual. Eso es mucho. Es demasiado.
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E
sta es la historia de un grupo de mujeres que se cansaron del maltrato sufrido en sus hogares y en su entorno y salieron a defenderse ellas mismas y aquel otro grupo de mujeres que, siendo también víctimas de la violencia familiar, no se atrevían a alzar su voz por miedo o por vergüenza o por una suma de ambas. Es una historia de mujeres valientes defendiendo a mujeres reprimidas.
Un estudio realizado en la primera mitad de 2013 por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables arrojó resultados terroríficos: entre enero y abril de este año se registraron en el Perú 12.749 casos de agresiones a mujeres en la modalidad de violencia familiar, y otros 1.571 casos de violencia sexual. Eso es mucho. Es demasiado. Pero sigamos con las estadísticas para entender más a fondo el problema. Cusco es la región con el mayor índice de
“Nosotras ya sabemos lo que es la violencia social, yo misma la he vivido. Y ya sabemos entonces lo que puede generar después. Ya sabemos, por la propia experiencia, hasta dónde puede llegar la violencia si no se la detiene”
violencia familiar, pues el 51,8% de mujeres cusqueñas ha sido víctima de abusos. El segundo lugar en este lamentable ranking lo tiene la región Apurímac, donde el índice de mujeres víctimas de la violencia familiar es 50,3%. Dentro de Apurímac, la provincia de Andahuaylas es clave no solo porque aquí se registran la mayor cantidad de casos, sino porque desde aquí se toman importantes decisiones al respecto. Cuenta Doris Medina, secretaria general de la Federación de Mujeres de Andahuaylas (Femupa) que la razón verdadera por la cual ellas ya no quieren soportar más abusos, es porque su pueblo ya ha sufrido demasiada violencia, demasiado encono, demasiadas injusticias acumuladas. “Nosotras ya sabemos lo que es la violencia social, yo misma la he vivido. Y ya sabemos entonces lo que puede generar después. Ya sabemos, por
la propia experiencia, hasta dónde puede llegar la violencia si no se la detiene”. Andahuaylas, además de ser una de las provincias más pobres y abandonadas del país, ha sido uno de los epicentros del terrorismo mortal y es, hasta estos días, un foco de protestas sociales derivadas de un descontento histórico. Volviendo a las estadísticas, hay cifras que muchas veces no se toman en cuenta, pero que revelan el trasfondo del problema y que demuestran que la violencia familiar funciona bajo una lógica perversa basada en el miedo. El 42% de mujeres agredidas no tiene ningún nivel educativo, mientras que el 39% tiene solo educación secundaria y una cantidad similar educación primaria; otro 30% de estas mujeres tiene estudios superiores. Es decir, no solo sufren estas vejaciones las mujeres de las zonas más lejanas y olvidadas, sino también aquellas que vienen en las ciudades. Sigamos: el 38,5% de las mujeres maltratadas físicamente no pidió ayuda porque creyó que no era necesario, el 17% de ellas por vergüenza y el 13% por no saber adónde acudir. Pero además está el bloque más difícil de romper y modificar: el 7,8% de víctimas no buscó ayuda por temor a que el agresor tenga problemas legales o judiciales, el 6% de estas se considera culpable de la agresión, y el 2,6% evita problemas por
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miedo al divorcio. Un número similar, el 2,8%, no protesta porque considera que de nada sirve. “Actualmente solo existen 47 casas refugio en todo el país, y es una cifra que resulta insuficiente para atender a las mujeres afectadas de la violencia familiar”. Esto lo dijo –bastante preocupado, en realidad- el titular de la Defensoría del Pueblo, Eduardo Vega,
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durante la presentación del informe ‘Balance sobre el Cumplimiento del Plan Nacional hacia la Mujer 2009-2015’. Estos espacios de ayuda y protección para las mujeres deberían ser muchos más, o deberían crecer al ritmo que cree la violencia familiar. Por lo menos. Explica Doris que uno de los mayores logros de la Femupa es haber conseguido –después de una intensa negociación y
de mucho trabajo- que se les otorgue un terreno propicio para abrir allí una casa refugio. Esta se ubicará en la comunidad de Llantoyhuanca, en la localidad de Chacccamarca. Dora, junto a sus compañeras de la federación, debió dialogar primero con el presidente de la comunidad y luego ante el resto de pobladores, para poder convencerlos. La tarea no fue fácil, porque había que lidiar precisamente con hombres, muchos de los cuales generan la estadística señalada arriba. Pero la Femupa se hizo escuchar y lo consiguió. Aquí, además, las mujeres pueden recibir ayuda de abogados, psicólogos e incluso líderes religiosos. En Andahuaylas la lucha contra la violencia familiar se ha convertido en una causa común, en un objetivo compartido. En una meta. La obtención de un terreno donde construir la casa refugio es una de sus mayores satisfacciones de la Femupa, pero felizmente no la única. Gracias al trabajo de estas valientes mujeres, y a la presión ejercida a través de sus manifestaciones y solicitudes (pero sobre todo porque era lo justo, lo necesario), el Gobierno Regional de Apurímac promulgó a fines de 2011 una ordenanza regional cuyo primer artículo dice: “Declarar prioritaria la atención a víctimas de la violencia de género y violencia familiar en Apurímac”.
Ahora las mujeres maltratadas de esta región ya tienen dónde refugiarse y ponerse a salvo, pero además con dicha ordenanza ya encuentran un sentido al hecho de denunciar los maltratos. Y todos estos elementos suman para revertir esas terribles estadísticas.
Ficha: FEMUPA
Nombre de la organización: Federación de Mujeres de la Provincia de Andahuaylas. Fecha de creación: 15 de mayo de 2010 Ejes de trabajo: Coordinar en las organizaciones sociales de base, la sociedad civil, las instituciones públicas, privadas y organismos internacionales, acciones que promuevan el desarrollo de las mujeres de los ámbitos rurales y urbanos de la provincia de Andahuaylas. Promover con las instituciones existentes, acciones que coadyuven al desarrollo integral de las familias y a las mujeres de la provincia para una activa participación ciudadana. Zona de influencia: Mujeres de todas las edades de las comunidades y distritos de la provincia de Andahuaylas.
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Mujeres en la Política: Ahora ellas deciden
» Son todavía pocas las mujeres que ocupan cargos políticos en el país. Son pocas, pero se hacen sentir. La Red Macrorregional de Mujeres Autoridades del Norte, que agrupa a más de 120 lideresas de Piura, Tumbes, Lambayeque, La Libertad, Amazonas y Cajamarca, nació para consolidar la imagen de un grupo que sabe defenderse. Ellas saben lo que hacen.
Dejó de ser el país más feliz del mundo y los hombres tenían la culpa. Se tomaron varias decisiones. La primera de ellas fue darles a las mujeres el control del país, dejar todo en sus manos.
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“en las elecciones regionales del 20022006, de las 225 listas electorales presentadas en todo el país, solo 18 estaban lideradas por mujeres. Eso es muy poco. “Ya es el turno de las mujeres”, asegura Rosemarie.
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slandia, esa próspera nación establecida sobre una pequeña isla en el noroeste de Europa, solía ubicarse en los primeros puestos de las listas de las naciones más felices del mundo. Era como una tierra prometida: había trabajo para todos, los islandeses podían ahorrar dinero sin trabajar más de la cuenta, vivían bien, no había desnutrición ni pobreza ni analfabetismo, no había conflictos con países cercanos (de hecho, Islandia no tiene un ejército permanente). Esa tranquilidad absoluta sufrió un golpe durísimo a fines del 2008, cuando los tres bancos islandeses más importantes quebraron y la isla bonita hizo ‘crack’. Las deudas que dejaron estos bancos superaban en más de 10 veces el Producto Bruto Interno del país y esa felicidad que había en cada uno de sus habitantes se convirtió en la preocupación ante el riesgo de perder sus ahorros y pasar de un brinco del primer al tercer mundo. Se convirtió en ira, además.
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¿Qué había ocurrido? Varios estudios posteriores a la crisis económica –una de las más graves de los últimos tiempos en el mundo- indicaron que los problemas comenzaron por un exceso de testosterona. Sí, así como suena. Puede sonar peyorativo, pero es cierto: la mayor parte de los banqueros islandeses eran hombres jóvenes, adinerados. Y los políticos también, eran tipos demasiado ambiciosos, demasiado arrogantes, demasiado arriesgados. John Carlin, un periodista del diario español El País, que visitó Islandia por aquellos días, escribió sobre esos “impulsos que condujeron a una pequeña nación de pescadores a creer que todos se estarían bañando en champán francés por el resto de sus días”. Islandia dejó de ser el país más feliz del mundo y los hombres tenían la culpa. Se tomaron varias decisiones. La primera de ellas fue darles a las mujeres el control del país, dejar todo en sus manos. Se relevó de su cargo al Primer Ministro y se nombró en su lugar a Jóhanna Sigurdardóttir, una mujer mayor muy estricta y eficiente, pero muy trabajadora también, que no solo era la primera mujer en ocupar dicho cargo en toda la historia política islandesa, sino que también fue la primera lesbiana en acceder a un importante puesto. De los nueve ministros, todos hombres, se reemplazó a cinco de ellos por mujeres. Los consejeros de los bancos eran
todos hombres, pero sus puestos fueron ocupados por afanosas señoras y señoritas. Ocurrió lo mismo en las principales empresas estatales. Esa pequeña islita del océano Atlántico daría una lección al mundo entero, acostumbrado al manejo masculino torpe y muchas veces irresponsable. La situación económica del país ha ido mejorando, y al mismo tiempo se ha dado un cambio rotundo en las mentalidades: ahora ellas mandan.
Salvando las distancias, en Latinoamérica ya se han dado importantes experiencias de mujeres en la alta política, en la cima de la toma de decisiones. Uno puede estar de acuerdo o no con ellas, con sus ideologías o con sus formas de gobernar, pero ya es un mérito que hayan ocupado los más altos cargos. En Chile, dos mujeres acaban de disputar la presidencia del país, Michelle Bachelet y Evelyn Matthei. En el Perú tenemos a Susana Villarán (ex ministra de la Mujer, ex candidata presidencial y actual alcaldesa de Lima), a Lourdes Flores Nano (lideresa del Partido Popular Cristiano, ex candidata presidencial) y a Keiko Fujimori (ex candidata y lideresa
del fujimorismo) como mujeres hechas en la política. Podríamos incluso incluir en esta lista a la Primera Dama, Nadine Heredia, que aunque no ocupa un cargo oficial en el Gobierno participa activamente en el partido Nacionalista, y representa la esencia del mundo femenino allí arriba, sobre el estrado. Sus casos son los más visibles, pero de ninguna manera los únicos. La Red Macrorregional de Mujeres Autoridades del Norte nació en el 2009 como un espacio para que estas lideresas de las regiones Piura, Tumbes, Lambayeque, La Libertad, Amazonas y Cajamarca compartan experiencias y formen un
“Todavía hay mucho machismo en el entorno político, los hombres creen que no podemos tomar decisiones. Y esto ha hecho que muchas mujeres piensen que no están preparadas”
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bloque unido y sólido, para demostrar que, como ocurrió en Islandia, quizá haya llegado el momento de que sean las mujeres quienes dirijan las grandes reformas del país. “En todo el país hay 51 alcaldesas distritales o provinciales, que en realidad son pocas si tenemos en cuenta que el total de municipios son más de 1800. Pero cada vez somos más, y además muchas de nosotras somos regidoras o concejales. Somos un grupo importante, y nos queremos hacer ver. No solo queremos participar más, sino que además necesitamos capacitarnos en temas de gestión política y administrativa, y por eso nos hemos agrupado”, explica Rosemarie Niquén, asesora de la red macrorregional y consultora de la gerencia de Programas Sociales del Gobierno Regional de Lambayeque. Ella sabe que los retos son difíciles; por ejemplo, en las elecciones regionales de 2002-2006, de las 225 listas electorales presentadas en todo el país, solo 18 estaban lideradas por mujeres. Eso es muy poco. “Ya es el turno de las mujeres”, asegura Rosemarie.
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Esto ocurrió en el 2004 en el distrito de Pátapo, en la provincia de Chiclayo (región Lambayeque). La regidora municipal Angelita Sales criticó durante varias semanas al entonces alcalde, Julio Vásquez, por presuntas irregularidades económicas de su gestión y por un mal manejo de los fondos municipales. Un día, Vásquez –impotente, huidizo, cobarde- agredió físicamente a Angelita y le causó lesiones en el cuerpo. La golpeó, la ofendió, la insultó. La ninguneó. “Todavía hay mucho machismo en el entorno político, los hombres creen que no podemos tomar decisiones. Y esto ha hecho que muchas mujeres piensen que no están preparadas, o simplemente evitan participar en la política, para no enfrentarse a esas humillaciones”, comenta Rosemarie. A esto se suma el acoso político –que no es sino otra forma de violencia de género-. De hecho, el bloque de mujeres políticas del país, a través de Susana Villarán y la congresista Verónika Mendoza, presentó hace pocos meses un proyecto de ley para combatir el acoso contra las mujeres que ocupan cargos políticos, todo bajo una estadística real y cruda: dos de cada cinco mujeres políticamente activas son víctimas de estos malos tratos, de este desprecio injustificado. Ahora las mujeres no solo tienen el poder, sino que saben defenderse.
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RED DE MUJERES AUTORIDADES DE LA RED Ficha: MACROREGIONAL DE MUJERES AUTORIDADES DEL NORTE. Nombre de la organización: Red De Mujeres Autoridades de la Red Macroregional de Mujeres Autoridades del Norte. Fecha de creación: 20 de julio de 2009 Ejes de trabajo: Revalorar a la mujer de la macrorregión norte del Perú que desempeña un rol de autoridad en la estructura orgánica de los diferentes niveles de gobierno en la gestión pública. Intercambiar experiencias de gestión con enfoque de género para el tratamiento de temas específicos. Fortalecer la gobernabilidad democrática participativa y concertada, impulsando nuevas lideresas y redes desde el ámbito local. Zona de influencia: Provincias, distritos y caseríos de Piura, Tumbes, Lambayeque, La Libertad, Amazonas y Cajamarca.
Nuestra dialéctica de trabajo El Jurado Nacional de Elecciones tiene entre sus principales funciones la de Educación Cívica Ciudadana. Gracias a esta tarea contribuimos al desarrollo de capacidades de personas donde su atención y acceso a la información es limitada, lo que nos ha permitido alcanzar reconocimiento a nivel nacional. A través de esta pieza clave generamos también conciencia cívica en la ciudadanía, promoviendo valores fundamentales como la participación, la tolerancia, el respeto, la igualdad y la inclusión.
Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica Ciudadana Nosotros Educamos
Población Joven en el Perú La juventud es una construcción social y cultural donde se afianza el desarrollo bio-psico-social del ser humano. En esta etapa confluyen diversos cambios y se afianzan aspectos como la valoración y reconocimiento, modo de pensar, sentir y actuar, con una propia expresión de vida. El periodo comprendido para el Perú es entre los 15 a 29 años de edad.
8 millones 171 mil 356 jóvenes A NIVEL ELECTORAL REPRESENTAN EL
29,6% es decir
5’899,706
electores jóvenes.
Población Mujer en el Perú Las cifras demuestran que las mujeres constituyen mayoría numérica frente a los varones. No obstante, la historia del país también ha dado cuenta de que ser más, en números, no implica necesariamente ser visibles en igualdad. De esta forma, la discriminación se convierte en el elemento fundamental para que una mayoría numérica se convierta en una minoría social. Y eso sucede con las mujeres peruanas.
13 millones 789 mil 517 mujeres A NIVEL ELECTORAL REPRESENTAN EL
50,3% es decir
10,937,881
de electores mujeres
Programa Jóvenes Electores
Programa Mujer e Inclusión Ciudadana
Desarrollamos capacidades a jóvenes para mejorar su incursión en el ámbito político
Fomentamos conciencia cívica ciudadana con un enfoque de igualdad de género
Incidimos en las organizaciones políticas para que asumen una perspectiva generacional.
Promovemos la participación política de mujeres e indígenas en igualdad de oportunidades
Capacitamos a jóvenes con discapacidad auditiva promoviendo su accesibilidad a procesos electorales.
Incidimos en las organizaciones políticas para la equidad de genero
800 jóvenes han formado parte de nuestro voluntariado construyendo una cultura ciudadana
433 mujeres líderes han sido beneficiadas por nuestro programa en el 2013
#JuventudesJNE - Somos un referente en materia de juventud a través de las redes sociales.
907 participantes a nivel nacional del curso semipresencial sobre igual de género
Semillas Ciudadanas que cambian al Perú El concurso nacional “Semilla Ciudadana” es una iniciativa que reconoce y hace visible las buenas prácticas ciudadanas de organizaciones juveniles y de mujeres que están comprometidas por el desarrollo del país con historias e ideas muy valiosas que renuevan nuestra democracia.
LA EDICIÓN 2013 Superó las expectativas de participación
120 organizaciones inscritas
• 39 organizaciones de mujeres • 81 organizaciones juveniles
17 regiones del país. Ica, Cusco, Lima,
Trujillo, Chiclayo, Ayacucho, San Martín, Junín, Tacna, Ucayali, Apurímac, Huancavelica, Puno, Arequipa, Ancash, Piura y Amazonas.
Experiencias ciudadanas de J贸venes
Jóvenes Unidos por Puno: Un desafío en las alturas
» Puno es una de las regiones del país en donde la población juvenil ha mostrado un mayor crecimiento durante los últimos años. Más jóvenes significa nuevas oportunidades, pero al mismo tiempo nuevos retos y la necesidad de un espacio para su desarrollo profesional y humano. En este escenario nació la Asociación de Jóvenes Unidos por Puno.
Una juventud quiz谩 adormecida por las circunstancias, hasta que despert贸 de su letargo y decidi贸 cambiar. La AJUP es el ejemplo perfecto de que los j贸venes tienen el poder del cambio.
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La AJUP no solo maneja un marco teórico y no solo realiza reuniones y foros para discutir su situación. Son jóvenes; por lo tanto, son inquietos, curiosos y dinámicos, y estas características las usan a su favor. Un día se dieron cuenta de que debían intervenir en espacios donde puedan ser conocidos y reconocidos por la sociedad puneña en general. Por eso, una de las actividades que realizan es la limpieza del lago Titicaca, símbolo de la grandeza y el peso de Puno en la historia del Perú
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U
n pueblo necesita mucha energía, pero también necesita maneras de canalizar esa energía: no contar con manos activas es tan problemático como tenerlas pero no saberlas utilizar. Y no hay mejor energía humana que la juventud. Hablemos, por ejemplo, de la juventud puneña. Los habitantes de Puno que tienen entre 15 y 29 años son más de 358 mil, es decir, el 27,4% de la población –más de la cuarta partede toda esta región y el 67,8% de la población económicamente activa. Sin embargo, según una Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) publicada en 2009, el 54,2% de jóvenes puneños vive en condiciones de pobreza. La mayoría de ellos son migrantes que provienen de las comunidades campesinas y de centros poblados a Juliaca y la ciudad de Puno, debido a las escasas condiciones de desarrollo en sus zonas rurales, así como por la búsqueda de una mejor calidad educativa (secundaria y superior) y de una mejor situación económica. Aproximadamente el 12% de jóvenes en esta región altiplánica no trabaja ni estudia, y ese es un problema mayor, y otro alto porcentaje de este grupo se dedica a la actividad minera informal. En resumen, la juventud puneña crece a ritmo sostenido pero también bajo el permanente reto de superar una condición adversa. Pero felizmente Puno, y en especial sus jóvenes, tienen de dónde sostenerse para avanzar en este camino lleno de obstáculos. La Asociación de Jóvenes Unidos por Puno (AJUP) nació
La juventud puneña crece a ritmo sostenido pero también bajo el permanente reto de superar una condición adversa.
precisamente con la premisa de darle una voz a este grupo humano que se agita, se sacude, se levanta y busca la manera de cambiar la realidad de un pueblo históricamente postergado, aunque también históricamente combativo.
El nacimiento de este grupo se remonta al año 2008, cuando se celebró en el Perú el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) con líderes políticos y empresariales de los países ubicados en los alrededores del océano Pacífico, quienes discutieron asuntos comerciales, de integración y de cooperación. Esas reuniones tuvieron a Lima como sede principal y toda la atención se centró ahí, en la capital. Sin embargo, casi al mismo tiempo pero con cierto perfil bajo, se llevó a cabo en Puno el evento ‘APEC Youth Camp’ (o ‘Campamento de Jóvenes del APEC’), donde chicos y chicas de varios países del mundo discutieron asuntos competentes a su situación y a la manera en la que ellos mismos podían intervenir. Para tal fecha tan importante, Puno debía mostrar a sus mejores cuadros juveniles, y entonces nació la Asociación de Jóvenes Unidos por Puno (Ajup). Se trata, en suma, de un grupo compuesto por jóvenes de la región que buscan desarrollar al mismo tiempo lazos de unión social y humana, y un marco político adaptado a las necesidades de este grupo que ocupa un alto porcentaje de la población puneña total. Esa masa inquieta y expectante logró ya ocupar una silla en la mesa donde se toman las decisiones. Es un mérito enorme.
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“Los jóvenes de las zonas rurales de las 13 provincias de Puno se ven muy limitados en la satisfacción de sus necesidades básicas (…) Su fragilidad organizativa se muestra en una marcada dispersión, desorganización, desinterés en la participación activa en decisiones ciudadanas…”, escribió recientemente en un diario local un dirigente del Consejo Provincial de la Juventud. Pero la reacción a esa dura realidad no se ha hecho esperar y ya la AJUP ha comenzado a rendir sus primeros frutos. Como explica Alexander Valdez, vicepresidente de esta asociación y uno de sus integrantes más entusiastas, “nuestro mayor logro es haber conseguido, después de mucho esfuerzo, crear una mesa temática de la juventud para trabajar directamente con organismos del Gobierno (regional, provincial, distrital) a favor de los jóvenes de Puno”. Se integró la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, como un espacio de articulación y generación de propuestas públicas entre la sociedad civil y el Estado. En paralelo, se logró introducir la problemática juvenil en el Plan Concertado Regional 2013-2021 del Gobierno Regional de Puno. Es decir, la AJUP se posicionó como un puente de intereses entre las autoridades (es decir, el Gobierno en sus muchas variables) y los ciudadanos, en especial esos mismos jóvenes puneños que están a la espera de una oportunidad, y que conforman ese grueso bloque de población económicamente activa, aunque desaprovechada. Pero la AJUP no solo maneja un marco teórico y no solo realiza reuniones y foros para discutir su situación. Son
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jóvenes; por lo tanto, son inquietos, curiosos y dinámicos, y estas características las usan a su favor. Un día se dieron cuenta de que debían intervenir en espacios donde puedan ser conocidos y reconocidos por la sociedad puneña en general. Por eso, una de las actividades que realizan es la limpieza del lago Titicaca, símbolo de la grandeza y el peso de Puno en la historia del Perú (de hecho, el Titicaca es protagonista en el símbolo oficial de la AJUP), así como ‘librotones’ para colectar material escolar para las zonas más deprimidas de la región –que son
Nuestro mayor logro es haber conseguido, después de mucho esfuerzo, crear una mesa temática de la juventud para trabajar directamente con organismos del Gobierno.
muchas- o plantaciones de árboles con la ayuda de voluntarios de todas las edades. En todo aquello que sea beneficioso para Puno, la AJUP se hace presente. Puno, como vimos en las cifras mencionadas anteriormente, tenía una juventud quizá adormecida por las circunstancias, hasta que despertó de su letargo y decidió cambiar. La AJUP es el ejemplo perfecto de que son los jóvenes los que tienen el poder de cambio, tanto de su propia realidad como de la de su entorno.
Ficha: AJUP
Nombre de la organización: Asociación de Jóvenes Unidos por Puno Fecha de creación: 16 de febrero de 2009 Ejes de trabajo: Promover la participación juvenil en temas de participación ciudadana y Gobierno. Incidir en temas de políticas y planes de la juventud puneña ante el Estado y la misma sociedad. Desarrollar una acción de voluntariado en la mejora continua de nuestra sociedad. Zona de influencia: Jóvenes hombres y mujeres de Puno, de entre 15 y 29 años, que abarcan el 27,4% de la población total de esa región.
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Entre el amor y el humor
» Reír cura. Eso lo saben los médicos, los filósofos y los chicos y chicas de Jarabe de Clown, una iniciativa juvenil que entrega afecto a cambio de risas, para con esas risas y ese buen ánimo promover un cambio positivo en la sociedad, para curarla. Porque ser payaso es un trabajo serio.
Ofrecen sonrisas a cambio de sonrisas. El programa se llama ‘Sonríe, es lunes’ y sirve para curar esa terrible enfermedad llamada ‘lunesitis’.
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No son médicos y sus historias no comenzaron en un hospital neurosiquiátrico, como la de Patch, pero también curan con la risa o desde la risa. Ellos comenzaron esta aventura visitando precisamente los pasillos y las habitaciones del Instituto de Salud del Niño, en especial el área de Quemados.
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P
atch Adams había querido suicidarse tres veces antes de que su madre lo internara en un hospital neurosiquiátrico para que le quiten lo loco; esto ocurrió en los revoltosos años 60 en Estados Unidos, una época de cambios y revoluciones constantes. Uno de los pacientes con los que Patch compartió su habitación se llamaba Rudy y sufría de graves alucinaciones que le hacían temer a objetos y seres que no tenía cerca y que nada malo podían hacerle, como las ardillas. Tenía fobias terribles y gritaba, gritaba mucho. Y, claro, todos le pedían que se calle y deje descansar a los otros pacientes que, sedados, rumiaban su propia locura. Pero Patch no le pedía que se calle, sino todo lo contrario: le hablaba, le animaba a conversar, a contarse historias, a jugar. Poco a poco, Rudy dejó las fobias y las alucinaciones –ya no tenía pavor a las ardillas- y comenzó una rápida recuperación. No es que Patch lo hubiese curado, pero sí le dio la energía suficiente para reponerse y curarse por dentro. No sabemos qué ocurrió después con Rudy, pero la historia de Patch sí la conocemos. Él estudió luego medicina, pero con la idea siempre clara de que la atención clínica debía complementarse con la curación a base de amor y humor. Nunca usó la bata blanca de los médicos, y en lugar de eso se calzaba los zapatos más estrafalarios que encontraba, se pintaba el pelo de colores, cogía cualquier muñeco como compañero y, nariz roja en ristre, visitaba a pacientes con diversas enfermedades y los ayudaba desde la risa. Años después, fundó el
Clown. Ellos no son médicos y sus historias no comenzaron en un hospital neurosiquiátrico, como la de Patch, pero también curan con la risa o desde la risa. Ellos comenzaron esta aventura visitando precisamente los pasillos y las habitaciones del Instituto de Salud del Niño, en especial el área de Quemados. Luego se expandieron y comenzaron a visitar, también cada domingo, el Hospital Materno Infantil, en las áreas de pediatría y postparto. Estos simpáticos payasos llegaban durante los horarios de visita, jugaban con los niños, se reían de sí mismos. Para un niño que ha sufrido una quemadura o que lleva semanas internado por una neumonía, reír durante un par de horas es un placebo irresistible.
Instituto Gesundheit! en Virginia, Estados Unidos, donde atiende gratuitamente -junto a otros payasos comprometidos- a miles de pacientes que buscan una alternativa a la fría medicina clínica. Patch ha recorrido el mundo y ha visitado a poblaciones afectadas por las guerras y los desastres naturales, pero también por la pobreza total y el abandono absoluto del Estado. Uno de esos lugares es Belén, ese entrañable pueblo de Iquitos donde, en medio de la basura y los delincuentes y las calles infestadas de gallinazos, hay personas que quieren sentir que le importan a alguien.
Los chicos y chicas de Jarabe de Clown no son médicos y sus historias no comenzaron en un hospital neurosiquiátrico, como la de Patch, pero sí se parecen a él en un aspecto básico: también curan con la risa o desde la risa. Según estadísticas de la Asociación de Ayuda al Niño Quemado (Aniquem) y del Ministerio de Salud, alrededor de 3000 niños son hospitalizados
cada año tras haber sufrido quemaduras. De ellos, uno de cada tres sufre quemaduras en más del 20% de su cuerpo. En sí, la imagen más difícil del dolor y el sufrimiento la proyecta un niño que ha sufrido quemaduras y que, día y noche, revive el daño a través del dolor o del trauma generado. Para estos pequeños, la ayuda médica especializada que reciben y la compañía cercana de sus familiares funcionan con un paliativo para su sufrimiento, pero lo que más extrañan ellos es sonreír. Y es aquí donde juegan un papel importante los chicos y chicas de Jarabe de
“Desde nuestro primer día junto a nuestros amigos del Hospital del Niño fuimos partícipes de la inexplicable cercanía entre niño y payaso. Los reencuentros, los desencuentros, los juegos, las promesas, la esperanza y el compromiso. Comenzamos dedicando un par de horas a la semana, pero poco a poco dejaron de ser suficientes. Las invitaciones a albergues, comedores populares, colegios y asentamientos humanos no se demoraron en llegar. Y nosotros, emocionados, no dudamos en atenderlas”, cuenta Milagros Mosqueira, la directora de Proyectos Sociales de Jarabe de Clown. Este colectivo tiene actualmente unos 30 integrantes voluntarios, hombres
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y mujeres de 19 a 27 años, que viven en 18 distritos de Lima y Callao y que estudian 15 carreras distintas en nueve universidades y tres institutos superiores. Es decir, están en todas partes porque esto se contagia. Ahora este singular grupo de narices rojas realiza varias actividades, ya no solo con pacientes niños o adultos, sino también en las calles. Por ejemplo, los segundos domingos de cada mes llevan a cabo en algún lugar público de la ciudad el Día del Abrazo y, claro, dan abrazos gratis a quienes los quieran aceptar. Otros domingos, en cambio, realizan el Festival del Juego, en el que –también en un espacio abierto y público- ellos se dedican a jugar con cualquier transeúnte con un poco de buen humor. Por último, cada lunes en hora punta, como para dejar en claro que el cambio comienza por uno mismo, estos chicos se paran en el cruce las avenidas Paseo de la República y Canaval y Moreyra, uno de los puntos más transitados de la ciudad y en un núcleo de estrés y ansiedad, ofrecen sonrisas a cambio de sonrisas como parte del programa ‘Sonríe, es lunes’. Los chicos de Jarabe de Clown, además, visitan cada semana el albergue Mundo Libre, creado para niños y adolescentes con problemas de drogas o que son víctima de la violencia o de muchos peligros de los cuales no se pueden defender. Al igual que con los niños quemados, el objetivo reforzar sus emociones, brindarles apoyo moral y, al fin y al cabo, hacerlos reír libremente.
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“Nuestro objetivo es recuperar su inocencia, devolverles la capacidad de juego, hacerles recordar que aún siguen siendo niños y que tienen derecho a serlo. Es increíble ver como cada vez se atreven a más, cómo su imaginación va despegando”, agrega Milagros. La risa tiene un poder mayor al que imaginamos, y eso solo lo sabe alguien que hace reír, eso solo lo sabe un payaso.
Ficha: JARABE DE CLOWN
Nombre de la organización: Jarabe de Clown Fecha de creación: 6 de abril de 2008 Ejes de trabajo: Promover el amor sincero y la felicidad como modo de vida a través de la dinámica clown. Consolidar proyectos viables y sostenibles para el desarrollo de una ciudad solidaria, amable. Convertir el trabajo del clown en un catalizador y en una forma efectiva de responsabilidad social. Zona de influencia: Niños y jóvenes con problemas de adicción a las drogas, menores que padecen enfermedades graves o que han sido víctimas de accidentes, y población de Lima y Callao en general que forman parte de las dinámicas urbanas.
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Jumapi: Un nuevo canto a Macchu Picchu
» Machu Picchu, una de las nuevas siete maravillas del mundo, no solo tiene un valor inmenso como monumento histórico y como ecosistema. También sus jóvenes forman parte de un pueblo histórico y complejo. Son ahora ellos los que quieren hacer la historia.
J贸venes de las comunidades del distrito de Machu Picchu migran a la ciudad grande, o a Cusco mismo, para buscar trabajo o para estudiar, y otros se quedan pero trabajando en diversos temas alejados de sus comunidades.
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El primer paso de esta asociación fue el más difícil: reunir a una juventud dispersa en un solo proyecto y hacerla reaccionar a tiempo. Una vez logrado este objetivo, y en el tiempo transcurrido, la Jumapi ha permitido que las poblaciones vulnerables juveniles de las comunidades aledañas se integren en las actividades de desarrollo del distrito
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achu Picchu no es solo aquella joya arqueológica que asombra al mundo y que posee un valor turístico incalculable. Machu Picchu es también un distrito compuesto por unas 5 mil personas, la mayoría de las cuales vive en comunidades principalmente indígenas. De este total, alrededor de 800 pobladores
tienen entre 14 y 29 años y conforman el bloque juvenil que dirigirá y encabezará el destino de este distrito en los próximos años. Por supuesto, como todo grupo poblacional alejado, tiene problemas difíciles que enfrentar diariamente. “Muchos jóvenes de las comunidades del distrito de Machu Picchu migran a la ciudad grande, o a Cusco mismo,
para buscar trabajo o para estudiar, y otros se quedan pero trabajando en diversos temas alejados de sus comunidades. Entonces estamos dispersos, aislados, desconectados. Nos dimos cuenta de esto y decidimos que necesitábamos encontrar espacios para nosotros, no podíamos seguir alejándonos de nuestra tierra. Está bien buscar las oportunidades fuera, pero también en el propio distrito había trabajo que hacer. No habíamos podido juntarnos y formar un equipo amplio”, explica Javier Quiroz, presidente de la Asociación Juvenil Machu Picchu (Jumapi). Los pobladores oriundos de Machu Picchu, además, por tener una relación tan directa con el turismo extranjero había recibido durante décadas más influencias externas que internas, culturalmente hablando. En las comunidades del distrito aún se habla quechua, pero en la capital el idioma ‘oficial’ es el inglés de los turistas. A través de los años, estos guardianes de ese monumento histórico que es Machu Picchu corrían el riesgo de perder su propia identidad. Había que ponerse a trabajar en una alternativa de cambio. La Jumapi dio sus primeros pasos allá más de 10 años, cuando un grupo de jóvenes del distrito de Machu Picchu, pero sobre todo de sus comunidades, se planteó el reto de diseñar la manera de participar activamente en la vida pública del pueblo, de generar una noción de identidad, de defender su cultura y de crecer como bloque. En otras palabras, se proponía configurar una generación de líderes que encabecen un cambio.
La Jumapi trabaja con jóvenes del distrito a través de cinco líneas claras de acción: la cultura, la educación, el medio ambiente, la empresa y el deporte. En cada uno de estos ejes hay un programa establecido que potencia las habilidades de esta juventud local. Y se lo tomaron muy en serio. Incluso antes de que existiera la ley sobre la cuota de jóvenes en las agrupaciones políticas, la Jumapi ya venía dialogando con las autoridades y con los grupos locales, ya participaban en actividades de la Municipalidad de Machu Picchu y, finalmente, ya se iba haciendo escuchar. Ahora son 35 miembros activos y otros 120 colaboradores los que integran una plataforma de actividades que, silenciosamente, está dando sus primeros resultados. La Jumapi trabaja con jóvenes del distrito a través de cinco líneas claras de acción: la cultura, la educación, el medio ambiente, la empresa y el deporte. En cada uno de estos ejes hay un programa establecido que potencia las habilidades de esta juventud local. Llevado a la práctica, esto se traduce en la creación de dos empresas, lideradas y manejadas por jóvenes que integran la asociación, y orientadas a brindar un servicio turístico de calidad,
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comodidad y respeto por el lugar. Se traduce también en la creación de un club deportivo manejado por estos mismos jóvenes, y donde ellos integran los equipos. El mayor entusiasmo lo muestran precisamente aquellos quienes no tuvieron nunca la oportunidad de mostrar sus destrezas. En el ámbito de la educación, se abrieron espacios a través de talleres intensivos sobre liderazgo, participación juvenil en los gobiernos locales y nacionales, trabajo en equipo y representatividad ante instituciones públicas y privadas. Luego, mediante foros, debate y conversatorios, se plasmó lo aprendido. Los jóvenes de Machu Picchu sentían que algo cambiaba favorablemente a su alrededor. Machu Picchu es, por supuesto, un polo cultural importante. Por eso la Jumapi buscó generar motivaciones desde la oportunidad: qué mejor para defender una cultura ancestral que revalorarla frente a quienes viajan hasta aquí para conocerla. El turismo es, desde ese punto
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de vista, una oportunidad para desplegar la riqueza cultural. Es entonces que mediante grupos de danza, teatro andino y música fusión se muestra el orgullo de un pueblo que ahora se muestra unido. El primer paso de esta asociación fue el más difícil: reunir a una juventud dispersa en un solo proyecto y hacerla reaccionar a tiempo. Una vez logrado este objetivo, y en el tiempo transcurrido, la Jumapi ha permitido que las poblaciones vulnerables juveniles de las comunidades aledañas se integren en las actividades de desarrollo del distrito, y ha llevado a estos jóvenes a participar en las iniciativas desplegadas. Son ellos mismos, los jóvenes, los que ahora comienzan a dirigir el destino de esta localidad. Ya son responsables directos de su presente y su futuro. Al mismo tiempo, su participación en la política local se activa y rinde sus primeros frutos. Este espíritu juvenil ya se hizo sentir, y ahora el cambio generacional se está dando.
Ficha: JUMAPI
Nombre de la organización: Asociación Juvenil Machu Picchu Jumapi Fecha de creación: 10 de noviembre de 2011 Ejes de trabajo: Fomentar la participación de los jóvenes en diferentes espacios, culturales, educacionales, empresariales, medio ambientales y deportivos para fortalecer sus habilidades y competencias personales y grupales. Promover programas, proyectos y actividades para la formación humana y el desarrollo integral de la juventud. Impulsar la integración juvenil mediante el intercambio y la colaboración entre asociaciones juveniles, instituciones públicas, instituciones privadas, ONGs y agrupaciones afines que persiguen similares objetivos. Zona de influencia: Jóvenes, hombres y mujeres de las comunidades del distrito de Machu Picchu, cuyas edades fluctúan entre los 14 y 29 años.
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La eterna Primavera del Arte
» Como si se tratara de una combustión espontánea, los jóvenes de Arte en las Calles han decidido ‘tomar’ Trujillo con sus festivales para llevar la expresión de toda una ciudad a su grado máximo y, de esta manera, reconocerse como miembros de una misma comunidad cultural.
El arte no solo es la pura expresión, sino también gestión de la cultura. Había que despertar ese instinto expresivo de los jóvenes trujillanos, así que se unieron.
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a moverse de acuerdo a este género musical que trasciende generaciones trujillanas, tocado esta vez por la Orquesta Sinfónica. Como mágico y mudo testigo, en el centro de este hermoso caos, el Monumento a La Libertad, ubicado al centro de la plaza, servía de eje principal de una manifestación pura. La descarga fue motivadora y la idea se repitió en el 2012. Como dicen en el norte: de lo bueno poco, pero a cada rato.
El proyecto Arte en las Calles es, al mismo tiempo, una válvula. Nadie puede cerrar los ojos ante la difícil realidad que atraviesa Trujillo: es una ciudad cuya economía creció al mismo tiempo que su nivel de violencia e inseguridad.
Escena uno. Ocurrió en la plaza de Armas de Trujillo el 29 de diciembre del 2011, cuando se celebró un aniversario más de la independencia de esta ciudad. Miles de personas –niños, jóvenes, adultos, ancianos- se rindieron homenaje a sí mismos y bailaron marinera al mismo tiempo, en este mismo espacio. Es una de las mayores concentraciones de gente bailando que ha visto esta ciudad, incluso el país entero. Expertos, aficionados, principiantes y otro que otro valiente entusiasta que aprendió lo básico en cinco minutos -“¡Es más fácil que la Macarena!”, exclamó uno de ellos-, todos alzaron sus sombreros, sus pañuelos, el borde de una falda, un trapito blanco, una servilleta, lo que había a la mano y comenzaron
El proyecto Arte en las Calles había sido lanzado exactamente un año atrás, el 29 de diciembre del 2010 en Trujillo. Primero intentó ser un colectivo de artistas, pero luego entendieron que el arte no solo es la pura expresión, sino también gestión de la cultura. Había que despertar ese instinto expresivo de los jóvenes trujillanos, así que se unieron a ese poderoso movimiento latinoamericano llamado Cultura Viva Comunitaria y desplegaron las alas. “Es difícil, pero el objetivo es simple: ligar el arte y la cultura al concepto de ciudadanía. Queremos tomar la ciudad desde el arte, hacerla nuestra, recuperarla para nosotros”, resume Juan Julio Luján, el coordinador de Arte en las Calles con un ímpetu imposible de detener. Como se vio aquel domingo en Trujillo, la plaza de Armas se convirtió en una plaza de Almas.
Pero estaríamos encantados de que nuestra experiencia se conozca y replique, pues finalmente de eso se trata, de sumar”. Escena dos. El grupo acecha, rodea una calle entera de la avenida 9 de Octubre y cubre todas las salidas para evitar que alguien escape. La confusión se apodera del ambiente, los transeúntes no entienden qué es lo que ocurre, pero perciben claramente las características de un clima enrarecido. Hace calor es tarde de octubre en Trujillo (aquí siempre es primavera, aquí siempre habrá algún sol). El grupo acelera el paso pero sus integrantes parecen calmados: el factor sorpresa funciona mejor en estos casos. ¿Qué hacer, hacia dónde huir?, piensan los habitantes de la urbanización Las Quintanas que, sin quererlo, están en el lugar indicado a la hora indicada. Es inminente, nadie escapará sin haber recibido lo suyo. A la hora exacta acordada -4 p.m., los relojes están sincronizados- uno de los jóvenes del grupo levanta los brazos cargados de adrenalina: lleva un letrero que más que una proferir amenaza ofrece una promesa: ‘Abrazos Gratis’. Inmediatamente después, los gritos desaforados de sus compañeros se mezclan con el barullo de la calle en sí. Los vecinos de Las Quintanas, los transeúntes que cruzan la avenida, todos recibirán un abrazo esa tarde.
El proyecto Arte en las Calles es, al mismo tiempo, una válvula. Nadie puede cerrar los ojos ante la difícil realidad que atraviesa Trujillo: es una ciudad cuya economía creció al mismo tiempo que su nivel de violencia e inseguridad. Y de desarraigo. Lo más difícil de entender, dentro de este contexto actual, es lo que ocurre en la juventud; según estadísticas oficiales, el 40 por ciento de crímenes violentos lo cometen menores de edad, que además tienen una –por desgracia- activa participación en la economía ilegal del robo y la extorsión. Esa es la realidad. A eso hay que enfrentar. Y herramientas, existen: Trujillo es también una de las capitales de la cultura de la costa peruana y su capacidad expresiva diluye cualquier sombra. Por eso, este proyecto ha ido tomando la ciudad desde diversos puntos a través de festivales artísticos gratuitos e itinerantes donde participan todas las disciplinas artísticas, desde teatro y danza hasta fotografía y malabarismo, desde pintura y grafitti hasta lectura de cuentos. Ya han sido ‘tomados’ el Parque Ecológico de la urbanización El Bosque, el parque San Esteban en la urbanización San Andrés, la plaza cívica del distrito de
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El Porvenir, el parque infantil Yonel Arroyo en Cartavio, la plazuela El Recreo en el Centro Histórico de Trujillo. Siempre habrá espacios para el arte en la calle. Escena tres. No parece un ritual poco común en homenaje a los astros desde la humilde pequeñez del ser humano: lo es. Hoy es 25 de julio de 2013, anunciado por el sabio calendario maya como el Día Fuera del Tiempo, el momento en que se reúnen las energías acumuladas durante todo un año, se alinean, se mezclan y hierven juntas. Estamos en la llamada Campiña Moche, casi a las afueras de Trujillo. Una cultura milenaria desde su territorio evoca a otra cultura milenaria desde su sabiduría y todo se materializa a través de grupos que realizan cánticos, danzas alegres, percusión. Ruido, pero no bulla. Arte. Explica Juan Julio, que además de coordinador es uno de los más entusiastas participantes, que Arte en las Calles crecerá porque ese es su objetivo final. “Si bien la aspiración es latinoamericana, este movimiento aún está en la etapa ‘micro’, es decir, en la conformación de plataformas locales, regionales y nacionales, las cuales se encuentran en diversos niveles de desarrollo e integración dependiendo de la legislación y políticas públicas que desarrollan sus países. Pero estaríamos encantados de que nuestra experiencia se conozca y replique, pues finalmente de eso se trata, de sumar”. Esta ciudad sabe lo que quiere, esta ciudad sabe defenderse, esta ciudad sabe expresarse. En el pueblo trujillano se
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materializa el eterno poema de Alejandro Romualdo, ‘Canto coral a Túpac Amaru’: Le sacarán los sueños y los ojos / Querrán descuartizarlo grito a grito / Lo escupirán. Y a golpe de matanza lo clavarán / ¡Y no podrán matarlo!... Por cierto, Romualdo también nació aquí, en Trujillo.
Ficha: ARTE EN LAS CALLES
Nombre de la organización: Arte en las Calles Fecha de creación: 29 de diciembre de 2012 Ejes de trabajo: Es un festival artístico gratuito itinerante autogestionado por artistas y jóvenes voluntarios, apoyados por las Juntas Vecinales. Su afán es integrar las diversas manifestaciones artísticas y mostrarlas a la comunidad. Han realizado ya más de 20 festivales. El objetivo es sensibilizar a la población para aprovechar la cultura como instrumento de generación de conciencia social. Zona de influencia: Urbanizaciones y barrios urbanos y rurales de Trujillo y sus alrededores, en la región La Libertad, en especial aquellos donde vive la población más necesitada y donde la juventud requiere de espacios de expresión.
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Ángeles de Arena: Verdaderos héroes terrenales
» Comenzaron silenciosamente en un arenal de Ventanilla, y luego fueron ganando terreno a través de un arte suyo, único, irrepetible. Los Ángeles de Arena no solo hacen hip hop danza moderna, ‘break dance’ y acrobacias: ellos están logrando que las cosas cambien en su entorno.
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“La falta de dinero, la falta de oportunidades, todo eso nos impulsó para dedicarnos al arte, todo ese deseo de superación y ese querer trascender. Nosotros tratamos de inculcarle los valores a los chicos a través del arte, alejándolos de las drogas o el alcohol y la violencia”,
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n trabajo como este requiere concentración y control de la adrenalina: consiste en saltar de una vereda a otra haciendo difíciles saltos mortales en el tiempo que demora el semáforo en pasar del rojo al verde, en una esquina cualquiera de esta ciudad caótica pero maternal y solidaria. Quienes los miran, los conductores de esos autos estacionados, solo quieren seguir su ruta lo más rápido posible, mientras que estos artistas solo quieren que la luz roja se prolongue y que al final de la ‘pasada’ les den algunas monedas a cambio. Y su respeto. Si Lima tuviera que resumirse en una postal callejera, esta sería protagonizada sin duda por los Ángeles de Arena: hijos y nietos de esa generación de migrantes provincianos que llegaron a la capital para quedarse mientras esta se modernizaba rápidamente, y vinieron para hacerla suya, para hacerse ver en las entrañas de un país a veces indiferente. Estos chicos que uno encontraba en cada semáforo de la ciudad –primero con desconfianza, luego con curiosidad, finalmente
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con admiración- y que en unos cuantos segundos te mostraban que están hechos de material noble, representan la vigencia cultural de un pueblo. Su real valor es ese: son el espíritu de la Lima actual. El inicio real de los Ángeles de Arena se remonta a un período entre los años 1998 y 2000 en el asentamiento humano Mi Perú, en Ventanilla. Eduardo Ponce y Héctor Moncada asimilaban una corriente nueva a través de, hip hop, el rap y el reggaeton, un bombeo distinto a nivel musical, algo más visceral. Y, durante las olimpiadas de Sydney 2000, cuando se sentaban frente al televisor y veían cómo esos gimnastas se alejaban de lo clásico y ofrecían un espectáculo diferente, vanguardista, se
Los años avanzaron y Mi Perú se iba convirtiendo en un pueblo chico con un respectivo infierno grande: pobreza, ausencia de servicios básicos, violencia. Más violencia. miraron a los ojos y decidieron que el camino ya estaba trazado, solo había que ponerse a caminar. A correr. A saltar. A hacer mortales. Y a caer siempre de pie con una venia al respetable, ya no para pedir monedas, sino para esperar aplausos.
La historia de este pueblo se ha escrito con la memoria y nada más. Una madrugada de octubre de 1985, cientos de efectivos de la Guardia Civil aparecieron con antorchas y con caballos y, como en una escena de una película sobre guerras medievales, iban encendiendo las puntas de las carpas de estera fría y seca. El Gobierno había dado la orden de desalojar a los invasores que se habían asentado en el entonces Fundo Bocanegra, en el Callao, y de pronto decenas de personas quedaron sin un espacio mínimo adónde vivir. El Ministerio de Vivienda les dijo: váyanse con sus esteras a ‘ese descampado’, que era en realidad un terreno polvoriento y desolado y frío, un arenal vacío en Ventanilla. Un jovencito Alan García, ya presidente, viendo todo este terreno desde la curva de la carretera, dijo que debería llamarse Mi Perú. Y así lo llamaron. Los años avanzaron y Mi Perú se iba convirtiendo en un pueblo chico con un respectivo infierno grande: pobreza, ausencia de servicios básicos, violencia. Más violencia. El asentamiento humano crecía rápido, pero estaba desarticulado. Y en ese universo peligroso los jóvenes eran siempre los más expuestos, los más vulnerables. Eduardo y Héctor lo sabían, lo veían, lo sentían y lo conversaban a ratos, en los descansos que se tomaban
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durante esas rutinas de baile y danza y giros y movimientos que ensayaban allí mismo, sobre la arena. Si te caes en la arena no te duele, pero te quema: es una regla del baile pero también una metáfora de la vida. Así que se lo tomaron en serio. “La falta de dinero, la falta de oportunidades, todo eso nos impulsó para dedicarnos al arte, todo ese deseo de superación y ese querer trascender. Nosotros tratamos de inculcarle los valores a los chicos a través del arte, alejándolos de las drogas o el alcohol y la violencia”, explica Eduardo. En el largo recorrido que han realizado se
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fueron abriendo paso rápidamente en el mundo del arte urbano y fueron también ampliando su repertorio. Actualmente Ángeles de Arena brinda talleres de baile moderno -hip hop, break dance y acrobacias- a unos 40 o 50 chicos y jóvenes, de manera gratuita, y aunque no cuentan con un espacio propio, la municipalidad de Mi Perú les ha cedido un lugar temporal. Los Ángeles de Arena, esa generación de jóvenes que aspiran a tener una mejor vida, son como el hilo conductor de su distrito, de su tierra.
y ya son reconocidos en el Perú y el extranjero. Y se han subido a escenarios humildes de colegios estatales de Ventanilla con las mismas ganas y la misma sencillez con la que trabajaron junto a la bailarina Vania Masías, y han aparecido en múltiples programas de televisión con el mismo profesionalismo que mostraron, por ejemplo, durante la inauguración de la planta de gas de Camisea, en Lurín, o en su presentación durante la inauguración dela Copa América 2004 en Lima, uno de sus mayores logros.
Al mismo tiempo, los Ángeles de Arena han ido escribiendo su propia hoja de vida en el mundo del espectáculo
Una de las últimas y más asombrosas presentaciones de los Ángeles de Arena se llevó a cabo hace pocas semanas,
en el sintonizado programa ‘Perú tiene talento’, en Frecuencia Latina. Una decena de chicos de la compañía mezclaron el ‘break dance’ y el techno con escenas de teatro robótico y pop clásico. Explosión. Carácter. Habilidad. Fuerza. No se iban a caer, no se iban a quemar, pero sí iban a bailar y quebrar y saltar como las primeras veces sobre la arena o cuando su vida giraba en torno al verde-ámbar-rojo de los semáforos de la plaza Grau. Los Ángeles de Arena han sido nombrados Embajadores de Ventanilla e Hijos Predilectos de Mi Perú. Pero en el fondo ellos solo quieren seguir haciendo lo que les gusta, y replicarlo lo más posible. La premisa es una sola: el movimiento es vida.
Ficha: ÁNGELES DE ARENA
Nombre de la organización: Ángeles de Arena Fecha de creación: 10 de enero de 1998 Ejes de trabajo: Capacitación y formación de niños, jóvenes y adolescentes en el arte urbano, a través de una práctica integral basada en la educación, el entretenimiento, el deporte y la cultura, a través de talleres de danza, hiphop, ‘break dance’ y acrobacia, entre otras disciplinas. Zona de influencia: Niños, jóvenes y adolescentes de Mi Perú y otros barrios de Ventanilla. El objetivo es expandirse a otros lugares del país.
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