community 01/2020
EL RINCÓN DE LOS NIÑOS
Los obreros de la viña según Mateo 20:1–16
Una vez más, Jesús cuenta a los discípulos sobre el reino de Dios. Lo compara con el dueño de una viña que contrata obreros. Ellos trabajan para él. No todos trabajan el mismo tiempo, pero reciben el mismo salario. Un padre de familia salió por la mañana a contratar obreros. Convino con ellos pagarles un denario al día y los envió a su viña. Tres horas después, el hombre vio a otros que estaban en el mercado desocupados. Y les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os daré un salario justo”. Y ellos fueron. Seis horas más tarde de haber enviado a los primeros obreros a su viña, salió otra vez al mercado y empleó a más obreros. Tres horas después esto se repitió. Cuando los obreros empleados primero habían trabajado
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once horas, el hombre volvió a descubrir a algunos hombres que estaban desocupados, Les preguntó: “¿Qué hacéis todo el día sin trabajar?”. Le respondieron: “Nadie nos ha empleado”. Entonces el hombre también los envió a su viña. Llegó la noche. El señor de la viña dijo a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales el jornal. Paga primero a los últimos que comenzaron el trabajo”. Al venir los obreros que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al final se les debía pagar a los obreros que habían comenzado primeros el trabajo. Pensaron que iban a recibir más que aquellos que habían trabajado poco, pero también ellos recibieron cada uno un denario. Al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: “Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día”. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en