OPINIÓN
La breve vida del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) Por el Dr. Javier O. Vilosio (*)
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éctor José Cámpora asumió la presidencia de la Nación el 25 de mayo de 1973, y designó un gabinete ideológicamente heterogéneo, representativo de diversos sectores del peronismo de entonces. Entre ellos al tristemente célebre José López Rega, a cargo del Ministerio de Bienestar Social, del que dependía la Secretaría de Salud. Se inició entonces un breve período de 49 días conocido como primavera camporista. En su mensaje ante la Asamblea Legislativa, al referirse a la política de salud a implementar, mencionó el fracaso de los intentos hechos hasta el momento para ordenar los subsectores de las obras sociales, estatal y privado. Afirmó que: “No debe existir libre empresa en cuanto a quienes intervienen en problemas de la asistencia médica…”, y anunció que su Gobierno propugnaría un sistema único nacional de salud, y fomentaría la industria nacional de medicamentos, “regulando su importación y eliminando la libre comercialización de dicha industria, para terminar así con la especulación y el lucro”. El 20 de junio de ese año Perón volvió al país. El presidente y su vice, el conservador Vicente Solano Lima, renunciaron a sus cargos el 13 de julio, para facilitar la convocatoria a nuevas elecciones. Para el futuro presidente Radical, Raúl Alfonsín, la renuncia de Cámpora “fue un golpe de la derecha”. Por tercera vez en su vida Juan Perón, esta vez acompañado en la fórmula por su esposa, ganó la presidencia el 23 de setiembre de 1973, con algo más del 60% de los votos. En diciembre de ese año el Poder Ejecutivo publicó el Plan Trienal para la Reconstrucción y Liberación Nacional 1974-1977. En ese Plan se estableció que el grave deterioro sectorial era producto, fundamentalmente, de la delegación de la responsabilidad estatal en grupos comunitarios (cuestionando al Instituto Nacional de Obras Sociales), y la progresiva reducción del gasto público en el sector. Se argumentó que se había estratificado a la población nacional entre los pudientes, los asalariados (cubiertos por las Obras Sociales) y los indigentes. Y que cada grupo recibía atención médica “…de calidad muy diferenciada”. Se resaltaba el crecimiento desordenado, no planificado, del sector, y su falta de coordinación: “…no coordinan entre sí la instalación y uso de sus establecimientos asistenciales, el destino y la utilización racional del recurso humano ni las necesidades de la población a cubrir”. Como respuesta a esta situación el Gobierno del Pueblo se proponía funcionar como “garante y cogestor” en la integración y conducción de un Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), a través del cual se encauzaría el desarrollo sectorial, a través de un planeamiento racional, factible y aceptable por todos los sectores. El secretario de Salud Domingo Liotta, afirmaba que el Sistema actuaría como coordinador de la planificación y de las acciones en salud del sector de obras sociales y privado,
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aunque éstos no estuvieran todavía incorporados al sistema, como manera de lograr una efectiva racionalización de los recursos sectoriales. Se preveía la incorporación voluntaria de las provincias, y su aplicación progresiva por áreas programáticas y en zonas prioritarias, en un plazo de tres años. En términos prácticos el SNIS implicaba privilegiar el fortalecimiento de la Red Pública estatal, por sobre el desarrollo de las Obras Sociales. Posteriormente y “contando con los esfuerzos solidarios de las organizaciones populares y los trabajadores” se produciría la incorporación voluntaria, ordenada y paulatina de las Obras Sociales, y el sector privado. El financiamiento previsto se integraba por recursos presupuestarios nacionales, provinciales y de los efectores privados que adhirieran. El SNIS debía complementarse, además, con la Carrera Sanitaria Nacional, destinada a garantizar la adecuada capacitación técnica de los trabajadores de la salud, y a satisfacer las “inquietudes científicas y sociales” de los profesionales del sector. Respecto de los medicamentos, era objetivo del SNIS tener injerencia en la cadena de industrialización y comercialización farmacéutica. La ley enviada por el Ejecutivo fue aprobada el 12 de setiembre de 1974, como Ley 20.748, y reglamentado por el decreto 1846/74 del 13 de diciembre de ese año. La Ley de Carrera Sanitaria Nacional (Ley 20.749) fue sancionada por el Congreso y reglamentada (Decreto 1847/74) en las mismas fechas que la del SNIS. Perón murió en Julio de 1974 y al crearse el Sistema gobernaba su esposa, Isabel Martínez. La situación política nacional era compleja, y violenta. A la muerte de su líder, la derecha y la izquierda peronista combatían abiertamente. Los sindicatos resistieron el proyecto de SNIS y lograron que la Ley aprobada exceptuara a las Obras Sociales de su integración al mismo. Pero pese a ello, la CGT y organizaciones sindicales integraría distintos organismos decisorios del sistema. Los gremios médicos también plantearon su oposición a diversos aspectos del proyecto del SNIS, y fundamentalmente a la Carrera Sanitaria Nacional. La Ley 20.748 sólo contó con la adhesión de cuatro provincias: Chaco, Formosa, La Rioja y San Luis. Y solo hasta 1976. Finalmente, tanto la Ley del SNIS como la de Carrera Sanitaria Nacional fueron derogadas por un decreto ley emitido en el Gobierno del Gral. Videla, el 31 de octubre de 1978. El SNIS sobrevivió sólo dos años en la tempestuosa y trágica realidad de los de los años 70 en nuestro país. q
(*) Médico. Master en Economía y Cs. Políticas.