Del amor a la soledad...
Diario de una pérdida
Hoy te fuiste, abuela. Nunca pensé que cuando me despedí y te abracé aquel día, sería la última vez.
Tu partida me ha dejado suspendida, perdida, con una oscuridad incontrolable...
Por una extraña razón me perdí de mi misma y no logro encontrarme
Quiero verte, y te encuentro en fotos y cartas donde fuiste muy feliz...
Dime solo por un momento de donde saco fuerzas para continuar?
¿Quien me escuchará? ¿Quien será mi amigo ahora? ¿Quien me dará paz?
No quiero salir, no quiero reír, siento mi alma triste y los rayos de sol no me motivan para seguir..
Me levanto, me miro, no me encuentro, no tiene sentido
La casa, tu habitación, nada tiene calor y mientras empaco tus cosas puedo recordar tu sonrisa y el amor con que organizabas tus cosas...
Debo contarte que no he estado sola
He dejado mis responsabilidades a un lado para poder respirar, y tengo una compañía en medio de mi silencio
Mis días se volvieron grises desde que no estás, pero tengo mucho amor, ese amor que tu me pudiste dar
Estos días han sido de rutina, pero estoy empezando a asimilar tu partida mientras mamá sigue sufriendo...
No todo ha sido tan malo, encontré el apoyo y amor que jamás había logrado encontrar... Ya no me siento tan sola
No había notado que tengo un amor como esos que decías que yo merecía...
Pero los momentos donde me siento estancada, encerrada y triste vuelven, pero buenas noticias abuela, ya puedo empezar a enfrentarlo...
Tuvimos que limpiar tu hogar y recoger tus cosas, porque la casa ya no tiene sentido, esta fría
Al sentir tu aroma en la ropa siento que te alcanzo, que estás conmigo y eso me llena de paz...
Y así es como nos despedimos de una parte de ti... Diciendole Adiós a los espacios donde compartimos...
Hoy te escribo para comenzar a comenzar a vivir con tu ausencia.
Imagino que el resto será cuestión de tiempo, pero no me malinterpretes, siempre te extraño
Me he apagado, si
Estoy rota...
Pero empiezo a entender que debo seguir, por ti, por mí, por todo lo que alguna vez quisimos lograr juntas...
Mientras tanto, me quedo con tus recuerdos, no para llenarme de nostalgia, sino de felicidad. Proyectaré tu sonrisa en mi mente al recordar todas las historias y enseñanzas que me dejaste. Para recordar tu compañía, tu cariño, el inmenso amor que le dejaste a tus hijos y nietos. Como uno más de ellos, te agradezco por tu amor, presencia y enorme legado: hasta pronto, querida abuela.