Arte textil latinoamericano En proceso… ¿Cómo puede América Latina sumar la creatividad textil y su capacidad comunicacional para aportar en la construcción de una comunidad mejor interconectada, más desarrollada y con mayor visibilidad a nivel global? No es fácil responder a esa pregunta si consideramos a Latino América en su conjunto con todas las diferencias étnicas, nacionales y de gustos, que conviven entre nuestras naciones. Para recrear en el lector el imaginario de las dinámicas artísticas textiles que se dan en algunos de nuestros países y pensar en una participación diferente de Latinoamérica en los circuitos de la globalización, tendríamos que conocer primero la realidad de los contextos en los que se desenvuelven nuestros artistas, las preocupaciones y obstáculos a los que se enfrentan, pero también sus oportunidades. Para esto convoqué a varios personajes icónicos de nuestra cultura textil, hombres y mujeres valientes con infinita fe en lo que hacen, perseverancia y paciencia inquebrantables. No es para menos, aportar nuestra creatividad textil y su capacidad comunicacional al resto del mundo globalizado, implica asumir uno de nuestros mayores retos mientras el futuro de la mayoría de nuestros países se desvanece entre deudas impagables, crisis permanentes y la carencia de sistemas que dinamicen el intercambio de bienes culturales con políticas claras. A esto debemos añadir, lamentablemente, la inexistencia de programas en la mayoría de escuelas de las artes visuales y por consiguiente la casi total inexistencia de curadores especializados con capacidad de incluir el arte textil contemporáneo dentro de los canales de distribución como museos, galerías y ferias. Fuertes gravámenes a las exportaciones e importaciones y el escaso acceso a internet en algunos países. En el siglo anterior los gobiernos destinaron grandes cantidades de dinero a la preservación de los textiles como parte de los objetos que debían conservarse para reforzar el sentido identitario de los pueblos. Se crearon museos y se incentivaron las artes populares e indígenas por medio de comités y organizaciones que las avalaron. Los museos se constituyeron en los pocos entes educadores de la materia textil y salvo pocas excepciones se dejó de lado la educación activa de la expresión textil en su materialidad, conceptualización y técnicas como recurso para potenciar la creación y producción textil en el arte, el diseño y las artesanías. Rubro que con el enfoque e inversión adecuados, sin prejuicios absurdos, puede llegar a ser un impulsador importante para nuestras industrias culturales dando trabajo a miles de personas en un ámbito de trabajo solidario y justo. A pesar de esto algunos de nuestros países y agentes tuvieron una mejor visión y promovieron un mayor intercambio logrando mejores resultados, sin embargo la
tendencia general era que los contextos en los que se trabajaba tenían cada vez menos oportunidades que ofrecer y solamente aquellos con temple encontraron la forma de hacer mucho con casi nada y permanecer. Afortunadamente, las crisis llevaron también a buscar soluciones y con el agotamiento de los gobiernos y la llegada del internet, en este siglo muchos de estos agentes textiles se han involucrado en importantes iniciativas privadas que han activado el ambiente ofreciendo nuevas oportunidades y aire fresco de carácter global. La Organización World Textile Art, WTA, presidida por la artista colombiana Pilar Tobón, su fundadora, es una de estas iniciativas que ha marcado un antes y un después. Comenzó con el cambio de milenio desde Miami para promocionar y fomentar el arte textil contemporáneo en todas sus expresiones realizando tres exhibiciones que con el tiempo se convirtieron en bienales. Con la cuarta, realizada en Costa Rica en el 2006 con el Centro Cultural Costarricense Norteamericano, CCCN, como co organizador; se sumaron talleres, ciclos de conferencias y un viaje marcando el crecimiento exponencial del evento en los años posteriores. En el marco de esa misma Bienal , la suscrita, comisaria de esta cuarta Bienal, hizo la propuesta a los organizadores de crear la Asociación Red Textil Iberoamericana, Redtextilia, con el fin de promover el conocimiento y desarrollo de la cultura textil iberoamericana en primer lugar, entre sus agentes e indirectamente entre toda la sociedad, mediante actuaciones en los ámbitos del patrimonio, la formación y la creación textiles, trabajando con honestidad, transparencia, solidaridad, respeto y reconocimiento a la pluralidad cultural de la comunidad de países iberoamericanos. Desde entonces REDTEXTILIA ha organizado su I Encuentro en Costa Rica en el 2010 y la WTA ha organizado bienales en Argentina 2009, México 2011 y próximamente en Medellín, Colombia 2014; impactando ambas de manera diversa los contextos en los que se han desarrollado. Como resultado de esos esfuerzos se ha dado un creciente y activo interés en lo textil, su materialidad y sus dinámicas. En específico la Bienal en Argentina, la cual constó de 43 exhibiciones dispersas por el centro de Buenos Aires y trajo una activación del mercado haciendo que otras galerías siguieran el ejemplo de la Galería Ruth Benzacar al integrar dentro de su oferta los bordados de Leo & Daniel Chiachio Gianonne. L a Bienal en Costa Rica trajo consigo la creación del departamento de diseño textil en la Universidad Nacional de Costa Rica, liderado por Herbert Bolaños y la fundación de la Red Textil Iberoamericana. REDTEXTILIA a su vez motivó el asociacionismo en Chile concretándose con la fundación de Chile Crea Textil presidida por Andrea Fischer, vicepresidenta de REDTEXTILIA. Con el I Encuentro de la Red Textil Iberoamericana se identificó al grupo de artistas y diseñadores que hoy conforman la agrupación del Colectivo Textil Costarricense. El impacto ha sido diferente cada vez acorde a las necesidades de cada país y es impredecible cuáles serán los resultados de los eventos a seguir pero son definitivamente un motor para el
cambio porque hacen posible que el imaginario textil se materialice y miles puedan tocar y ver para con ello exigir los cambios que es menester hacer en cada país. Los resultados de estos esfuerzos conjuntos o solitarios de muchos de nuestros agentes se vieron plasmados desde la década de los 60’s cuando algunos artistas visuales empezaron a utilizar la materialidad textil para expresarse. En los 70’s se fundaron los primeros talleres de diseño textil a nivel universitario como en la Pontificia Universidad Católica de Chile con Inge Dusi , Carmen Gloria Gajardo y Paulina Brugnoli a la cabeza o el de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Hijas de esta generación son Paola Moreno, académica de ambas universidades e investigadora y Andrea Fischer, presidenta de Chile Crea Textil, CCT, único organismo creado para fomentar el crecimiento y desarrollo del arte textil en Chile. Ambas artistas concuerdan en que no hay curadores especializados en arte textil y por lo tanto su inclusión dentro de los circuitos del arte han estado limitados a exhibiciones temporales. Afortunadamente CCT ha podido revertir en alguna medida esta situación y es posible medir el resultado de sus esfuerzos viendo la exhibición realizada por primera vez en el Museo Nacional de Bellas Artes “Arte textil contemporáneo” y a través de la exhibición “Tramando el diseño", en el Centro Cultural Palacio La Moneda. En Argentina también se dio una primera generación de artistas en los 60’s, entre quienes destacan Gracia Cutuli y Joan Wall amén de otros artistas educados en Europa quienes rompen con la estructura del tapiz, investigando y desarrollando las posibilidades de la fibra en la búsqueda de nuevos lenguajes. Gracia Cutuli, creó el primer taller de tapices de Buenos Aires, el taller El Sol y más tarde la Galería El Sol, puente para los artistas que utilizaron este medio. En los 70’s Graciela Szamrey funda y dirige “La Rueca”, primer Taller Escuela de Arte Textil, en Córdoba Argentina; Ana Mazzoni, también en Cordoba, funda el Centro Integral de Arte Textil y se crea el CAAT - Centro Argentino de Arte Textil, una institución de artistas textiles, que contribuirá a hacer de Argentina el país de habla hispana con la escena textil más dinámica y activa de Latino América. El CAAT, presidido ahora por Laura Ferrando y acompañada de Silke e Isabel Ditone figuras estelares del textil argentino; editan la revista “Tramemos”, un foro de información y debate, fundamental para el desarrollo del arte textil en el país. Con programas de arte textil en la Escuela Provincial de Bellas Artes en la Ciudad de Córdoba, el Instituto Universitario Nacional de Arte en Buenos Aires y la Universidad Nacional de Rosario; entre todas las instituciones han logrado aportar al país un sin número de artistas y recursos educativos que han permeado la atmosfera cultural de Argentina con resultados que pueden plasmarse en la calidad de sus propuestas artísticas como las de Leo & Daniel Chiachio Gianonne, artistas visuales que han rescatado el bordado para expresarse y a quienes se les considera un valor en alza, exhibiendo en ferias, galerías y museos internacionales. Por otro lado, Manuel Ameztoy, primer artista argentino invitado por el Faena Arts Center, crea sus Paraísos desplegables, instalación de 1.400 m2 de textiles calados a
mano que recrean las emociones suscitadas en el artista durante su estancia en los humedales entrerrianos, su inspiración primaria. Dos jóvenes artistas emergentes, Guillermina Baiguera y Pablo Peisino destacan por sus meticulosos bordados, ella por sus estampas eróticas japonesas y su título del cuento de Atahualpa Yupanquí; él el mundo del arte desde la historieta, haciendo de la experiencia algo más libre, una expresión más potente y concentrada. En Lima, hace dos años , se constituyó el Centro Peruano de Arte Textil con la artista Mary Deacon como su presidenta. El Centro pretende rescatar el textil como tesoro activo del Perú mientras que considera las condiciones paupérrimas en las que viven muchos de los artesanos tejedores del Perú, urbanos y rurales; y la velocidad en que se van perdiendo sus técnicas ancestrales. Cuenta que en Perú la curadoría del textil contemporáneo es incipiente y prácticamente inexistente y que a excepción de los artistas Cristina Colichón , Maximo Laura y Ella Krepps hay una ausencia del textil peruano dentro de los circuitos de las artes visuales, nacionales e internacionales. Tampoco existe dentro del Pensum de las universidades a excepción del Instituto de diseño textil en Arequipa, dirigido por Mariana Masias. Cristina, graduada del Massachusetts College of Art y representante de Perú en la Bienal de Venecia 2012, trabaja a la usanza textil tradicional peruana reinterpretando desde lo contemporáneo el dialogo entre la luz, el espacio y las formas mediante el uso de materiales alternativos como nylon, transparencias y fibras metálicas. Concluyo esta primera parte satisfecha al constatar a través de conversaciones con los generosos colaboradores de esta investigación, que el esfuerzo de cada uno ha sumado al del otro y que entre todos hemos ido marcando la diferencia haciendo posible un mayor intercambio y conocimiento del potencial creativo textil de Latinoamérica. Quizás, continuar trabajando solidariamente viene a ser la respuesta a la cuestión inicial, cómo ir más allá lo tendremos que revisar en la próxima edición. Paulina Ortiz, artista y diseñadora, licenciada por la Universidad Nacional de Costa Rica, es Presidenta de la Red Textil Iberoamericana y profesora de diseño textil en la Universidad Veritas.