Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”. Curso: Forma, espacio y medida.
Maestra: Aneli Galván Cabral.
Alumna: Karla Jocelyn Acevedo Quiñones.
11 de abril del 2019.
¿Cómo enseñar matemática en el jardín? Adriana Gonzales- Edith Weinstein La educación matemático no implica acumular conocimientos (formulas, símbolos etc) sino poder utilizarlos en la resolución de situaciones problemáticas, transfiriendo y resinificando lo aprendido. Tres grandes modelos referidos a las relaciones entre docente, alumno y saber. En el modelo más clásico, el docente inicialmente introduce las nociones y presenta los ejercicios. El alumno escucha, imita y se ejercita, para posteriormente aplicar los conocimientos adquiridos en la resolución de los problemas presentados. El contenido, es decir el saber, es el centro de la actividad pedagógica. Se propone una enseñanza centrada en la actividad del alumno, de ahí los llamados “métodos activos”, en los cuales cobran importancia los intereses, las motivaciones, las necesidades del alumno. El docente acompaña y facilita el aprendizaje. El3 docente es quien propone a sus alumnos problemas que les sean significativos. En la elección de los mismos tiene que tener en cuenta tanto los saberes de los alumnos como los contenidos que él, intencionalmente, se propone enseñar. El alumno resuelve sus problemas en interacción con sus pares. El problema debe ser una situación que plantee al alumno un óptimo desequilibrio. En consecuencia la intervención pedagógica debe concebirse en términos de diseño de situaciones que permitan un grado óptimo de desequilibrio, es decir, que superen el nivel de comprensión del alumno pero que no lo superen tanto que no puedan ser asimilados o que resulte imposible reestablecer el equilibrio. La resolución de problemas matemáticos no solo sirve para enseñar contenidos del área, sino que además deben ser enseñadas las estrategias que permitan resolverlos. Pretendemos un alumno que resuelva y formule problemas. El docente es quien debe proponer a los niños situaciones con carácter lúdico que impliquen un obstáculo cognitivo a superar, garantizando de esta forma tanto el interés y la motivación del niño como la construcción de saberes.