La Patria Fantástica libro

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VOLUMEN 1

Aテ前 2014

Ficciones Histテウricas a cargo del 3er Aテアo de Secundaria. Colegio San Ignacio de Loyola. INDICE

DIBUJO DE TAPA POR ANABEL CANELO 2


Introducción

Por Carlos Dearma / La Patria Fantástica es parte de una idea que surgió a mediados del año 2014 como parte de un trabajo de producción histórica-literaria que iba a estar a cargo del Tercer año de Secundaria de nuestra escuela: El Colegio San Ignacio de Loyola de Hudson, Provincia de Buenos Aires.

Dicha idea surgió a partir de algunas cuestiones que tienen mucho que ver con mi tarea cotidiana como docente en Historia de una escuela secundaria: ¿Cuantas posibilidades tienen los estudiantes, en una materia como Historia, de “crear” o producir materiales inéditos? ¿Cómo llevarlos más allá del estudio o de la mera reproducción de contenidos “creados” por otros (incluyéndome)?

Creo que fue desde allí donde nació el germen de lo que es hoy “La Patria Fantástica”, facilitar la posibilidad de que los propios estudiantes puedan crear por ellos mismos “sus historias” (en este caso en alianza con la literatura realista y fantástica). Les pedí que escribieran relatos cortos que, siguiendo las pautas de los géneros antes nombrados, se inserten dentro de hechos y/o procesos históricos estudiados por ellos.

Mis expectativas con respecto al trabajo encomendado fueron absolutamente sobrepasadas, la excelencia y creatividad de los mismos me sorprendió y agrado sobremanera. El resultado de este esfuerzo lindo de creatividad es el trabajo que podrán leer a continuación, esta maravillosa conclusión a cargo de nuestros chicas y chicos de Tercero secundaria.

Quiero felicitarlos a todos desde aquí por el esfuerzo realizado y los resultados obtenidos, del cual este Volumen I es apenas una muestra de la totalidad de los trabajos. Hoy puedo decirles con absoluta sinceridad que su profe les admira. Mis mejores deseos para ustedes en la última etapa de la secundaria y espero disfruten de la lectura de su “Patria Fantástica”, saludos para todos.

El Profe.

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La Posta de Yatasto Por Johanna Maldonado. Soy de esas personas a las cuales les cuesta mucho expresarse o escribir, considero que no sirvo para estas cosas. La cuestión es, que a mi profesor de Historia se le ocurrió un repentino Trabajo Practico en el que hay que Narrar en primera persona un Hecho Histórico. No soy muy fanática de la historia Argentina, muchas veces la considere como cosas del pasado lejanas a mi vida y no lograba entender el sentido de reverlas o estudiarlas. Porque consideraba que era algo muy extenso y no tuvo finales felices. Mientras me concentraba en la comida, la merienda, la siesta y la cena pensé sobre qué hacer o que escribir. Absorta en mis pensamientos me sobre salto la loca idea de faltar el día de la fecha de entrega. De última me pondré las pilas y un 1 lo puedo levantar, me justificaba constantemente con esta posibilidad. Pero a pesar de todo esto, hay una escena de la historia Argentina en la que estoy muy interesada. Es cuando San Martín y Belgrano estrechan sus manos. Mi duda es, donde en verdad se encuentran, si es en La posta de Yatasto o en La posta de algarrobos sobre la salida al río Juramento. Decidí no darme por vencida y me senté en una silla con un lápiz y un papel. Probablemente en vano ya que cualquier mosca o mínimo ruido era más interesante que pensar. Casi mágicamente revoluciono todo se tornó misterioso, atractivo y comenzó a fluir de mi un sin número de ideas, pensamientos y emociones que me llevaron a imaginar tan fuertemente aquel suceso. Fue entonces cuando debajo de mi cama una luz Roja fluorescente brillaba. Me agache suavemente mientras me dejaba llevar por el suspenso. La luz era tan fuerte que mis ojos se cerraron un momento. Para cuando divise el objeto la luz se apagó. Tome el objeto, Era una pequeña caja dorada de no más de 8cm x 8cm. Llevaba una perilla azulada en uno de los costados. Sin pensarlo dos veces giré la perilla, la caja se abrió y un botón rojo se presentó ante mí. Cuando me di el milisegundo para presionar el botón, la luz volvió a encenderse y mis ojos se cerraron completamente. Comencé a sentir un viento frío, me permití abrir los ojos y a continuación vi lo más maravilloso que mis ojos podían contemplar. El célebre encuentro entre Belgrano y San Martín en el cual Belgrano traspasaba el mando de las casi aniquiladas huestes argentinas a San Martín. Segundos antes de que ambos estrecharan sus manos. Adelante de nosotros estaba situada La Posta de algarrobos. Como aparecí, probablemente de la nada, Los ojos de los grandes próceres se abrieron inmediatamente. 4


Jamás había visto en toda mi vida personas sorprenderse tanto. Mire a las Huestes de Belgrano, todas heridas y como dije casi aniquiladas, que también estaban asombradas. Aun no sé si su asombro era porque no entendían que hacia una niña en este lugar; por mi vestimenta; o por la repentina aparición. Me limite a expresar unas simples palabras, así conseguía librarme de mi gran duda. -

¿Dónde Estamos?- El general San Martín Abrió aún más su boca al escucharme hablar. Cerca de la Posta de algarrobos.- Firmemente y decidido contesto Belgrano. ¿Se dirigen hacia un Río?- Pregunte. No estaba tan asombrada como ellos, pero si, la loca idea de tener enfrente a estos grandes próceres rebotaba en mi cabeza. El General San Martín asintió suavemente.

Dejaron de prestarme atención unos segundos, lo habían tomado con bastante calma, a pesar de que yo esperaba que comiencen a perseguirme hasta matarme. Ya que en 1813 a los niños se los trataba diferente, pero también sé que el término “Niño” no estaba asociado a alguien con 14 años. En ese tiempo, Las mujeres de 15 años probablemente se casaban. Aun con duda San Martín estrecho su mano con Belgrano. Segundos más tarde me anime a pedirle una Firma, “Autógrafo”, a Belgrano. Él lo tomo con calma y cedió. Cuando su pluma estaba terminando de firmar, la caja que me trajo hasta aquí se abrió otra vez iluminando el lugar con su luz Roja. No quería cerrar los ojos hasta que Belgrano firmara. Pero hasta él había cerrado los ojos y frenado de escribir. Cerré mis ojos y cuando los abrí, me encontré otra vez en mi habitación. Las hojas y el Lápiz en su lugar, todo estaba en su lugar. Segundos más tarde la caja se autodestruyo dejando una simple nota que decía: “Deseo Concedido” Así es como, Querido Profesor, Le entrego mi Trabajo Practico.

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La verdadera historia de la Segunda Invasión Inglesa Por Ariana Mendoza En medio de la guerra que enfrentaba a Gran Bretaña con Francia y España, se produjeron las dos invasiones inglesas al Río de la Plata. Las victorias obtenidas por el pueblo de Buenos Aires en 1806 y 1807 tuvieron gran resonancia e importantes consecuencias. Todos creen saber lo que pasó: que el éxito de la segunda invasión lo obtuvo el vecindario de Buenos Aires; la participación popular en la lucha armada es tradicionalmente representada con la imagen de los porteños arrojando aceite hirviendo sobre los invasores desde los techos de las casas. Esto es una farsa, una historia inventada para tapar los acontecimientos inexplicables que sucedieron. Lo que realmente ocurrió fue lo que voy a contar a continuación. En la mañana del 5 de julio de 1807, no hacia buen tiempo. Dos días antes, el ejército del virrey interceptó el primer avance del enemigo cerca de Miserere, donde hubo un combate, pero las fuerzas enemigas dispersaron a los defensores. Volviendo a la fecha, el ejército británico volvió a reunirse en Miserere planeando una estrategia para llegar hasta el fuerte y Retiro: ingresarían a la ciudad en doce columnas por distintas calles. Lo que ellos no sabían, era que el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Álzaga le había pedido a los porteños que colaboraran con el labor de expulsar a los británicos, tirando piedras, agua hirviendo (o aceite, pero este era muy caro para la época) o lo que sea desde los balcones o ventanas hacia las calles donde suponían que iba a pasar el ejército enemigo. La reacción de la gente no fue la esperada: desaprobación. No era que ellos no quisieran colaborar, sino que era muy arriesgado, todos tenían hijos que alimentar, numerosas familias que se podrían destrozar si los británicos les disparaban. Por esto, las familias porteñas se encerraron en sus casas, deseando que todo acabara rápido y para bien. Cuando el ejército enemigo avanzó por las calles de Buenos Aires les resultó más fácil de lo que se esperaban, casi tenían la victoria asegurada. El único impedimento posible era el día: el cielo estaba encapotado de nubes negras y espesas y a medida que marchaban hacia su punto de encuentro el aire se volvía más denso, casi irrespirable. Los soldados que iban adelante detuvieron su caminar ya que a pocos metros de ellos se elevaba una cortina de niebla antinatural. Se acercaba a los soldados a una velocidad increíble surcándose y zigzagueando entre las construcciones, directo hacia ellos. Los ingleses se quedaron sin habla, paralizados por el miedo, jamás habían visto algo así. De esa especie de “niebla” le salían unos brazos que atrapaban al que se cruzaba en su camino. Una vez que la niebla los absorbía, desaparecían, sin dejar rastro, sin dejar cuerpo. Los soldados que alcanzaron a ver como sus compañeros eran “comidos” por la extraña niebla, atinaron a dar la vuelta y correr pero no fue suficiente, esta los alcanzó. Los británicos luchaban, disparaban y trataban de hacer todo lo posible para que la niebla no los alcanzara, pero no podían hacer nada contra algo que no tenía forma ni volumen. No podían luchar, solo escapar. Los porteños escucharon los gritos y abrieron sus ventanas para ver lo que ocurría en las calles. Ellos fueron los únicos testigos que vieron de afuera todo lo que ocurrió con la extraña niebla. Pocos soldados sobrevivieron, el ejército sufrió de muchas bajas por este improvisto. Liniers exigió la rendición y mandó a Whitelocke (comandante de las fuerzas británicas) las condiciones de la capitulación. Este la aceptó el 7 de julio y se retiraron de Buenos Aires recién el 9 de septiembre. Esto es lo que realmente ocurrió en la segunda invasión inglesa, los porteños decidieron que sería mejor expandir la historia de que ellos fueron los causantes de la baja del ejército enemigo. 6


Domingo Faustino Sarmiento, El Cazador de Vampiros Por Melanie Lambruschini Enemigos de Rosas, Sarmiento se ve obligado a huir hacia Chile perseguido por los federales. Lo que no contó la historia de su lucha contra otro tipo de enemigos....los vampiros, que habían invadido toda la cordillera, Sarmiento al no saber este dato tratada huir por la provincia de Neuquén hasta llegar a Chile .Este ya había hecho catorce millas.

Sin descanso y ya fatigado comenzó a caminar mucho más lento, llegando la noche decide esconderse en una cueva oscura y de difícil acceso a ella, ya que en la entrada le había puestos rocas filosas y puntiagudos para que los federales no pudieran entrar.

Al día siguiente al despertarse se había dado cuenta que tenía mordida, arañazos y golpes. Él no le dio importancia y se preocupó por los federales. Es así que sigue recorriendo y avanzando por la cordillera hacia Chile pasando por rocas peligrosas; y empieza a sentir fiebre y síntomas, ahí se dio cuenta de que las mordidas, arañazos y golpes que tenía en el antebrazo, brazo y piernas no era cualquier cosa, era algo serio. Pensó en ese momento ir a un pueblo que estaba cuatro millas atrás.

Al llegar a este pequeño pueblo casi ya delirando e inestable por la fiebre, lo ven dos señoras muy corpulentas y pitucas, lo llevan al médico del pueblo llamado Juan Carlos Dearma ; un sabio médico del pueblo muy amigable con vos gruesa que enamoraba a todas las mujeres del pequeño pueblo . Este le da unas ‘’pociones ‘’ para que se pueda mejorar, ya que el diagnostico que le dio era que esas mordidas, arañazos y golpes era de los vampiros Kinchuisi; si estos te mordían, arañaban y pegaban te podían llegar a causar la muerte. Dado este diagnóstico el Dr. Juan Carlos Dearma lo deja en observación diez días.

Por suerte se despertó de la terrible pesadilla causada por el frió y el hambre por estar encerrado en un calabozo, ya que lo habían atrapado los federales el día que se había quedado dormido en la cueva con las piedras filosas y puntiagudas muy fáciles de romper.

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DIARIO DE MI MUERTE Por Sophia Weinsziehr La primera vez que la vi estábamos en la Plaza Mayor, manifestando la Revolución de Mayo. Cantidades de personas amontonadas y efusivas queriendo saber que ocurría a puertas cerradas del Cabildo. Antonio Beruti y Domingo French repartían escarapelas celestes y blancas entre los presentes.

Y ahí estábamos nosotros, cada uno con sus respectivos padres. Ella tan hermosa y celestial. Su cabello renegrido hacía el contraste perfecto con su piel blanquísima de porcelana. Sus ojos penetrantes se enfocaron en los míos y me sonrío elevando las comisuras de sus rosados labios. Apenas pude notar un leve sonrojo en sus pómulos cuando el miliciano Domingo French se acercó corriendo hacia mis padres, les comunicó la pronta necesidad de una reunión para confeccionar el escrito que presentaría luego en el Cabildo, aunque mucho no pude escuchar debido a que toda mi atención estaba en la muchacha. Cuando por fin se alejó, busqué con la mirada a la misteriosa joven que había robado mi aliento pero mis intentos fueron fallidos.

Seguí a mis padres combatiendo contra la multitud para llegar al carro familiar y nos dirigimos hacia donde se realizaría la reunión. Domingo French nos acompañó para guiarnos. No entendía mucho de lo que pasaba. Mi padre hablaba con el miliciano mientras mi madre miraba el horizonte con la cabeza en alto.

Llegamos a una casa con unas rejas negras imponentes y entramos en ella. Allí se encontraban varias personas reunidas. En el momento en el que entre, mis oídos se deleitaron con una extraña melodía. Mi curiosidad me obligó a encontrar de dónde provenía tan magnífico sonido, me separé de mis padres y me dispuse a buscar. Subí las largas escaleras que conducían a una sala y ahí se encontraba ella. Sus dedos, largos y finos, se deslizaban entre las teclas del piano como si estuvieran destinados únicamente a ello mientras movía lentamente la cabeza de lado a lado, con los ojos cerrados y el ceño levemente fruncido. Paro de tocar y se dio cuenta de mí. En ese momento entablamos una conversación.

Se nos pasó la tarde, y cuando nos encaminamos al lugar donde nuestros padres estaban reunidos, el general Manuel Belgrano (del cual no me había percatado de su presencia) comentó que el general San Martín, estando en Londres, se ha enterado de lo que está pasando en la Argentina y ha manifestado su firme deseo de volver para pelear por su patria. Mi padre me tomó del brazo y dijo que debíamos irnos. Mi madre se quedó en la casa con todas las otras mujeres.

Partimos a la plaza y cuando llegamos la gente estaba muy alborotada, aunque en realidad era mucha menos a causa de la llovizna que había azotado durante ese día. French y Berutti entregaron el escrito que aclaraba la composición de la Primera Junta de gobierno que todos deseábamos. Baltasar Hidalgo de Cisneros no debía permanecer en el poder, ni siquiera aunque fuera un cargo diferente al de virrey. 8


Pronto llegó la renuncia de Cisneros, tras lo cual se procedió a designar a la Primera Junta. Luego nos enteramos de que ese mismo 25 de Mayo, Cisneros despachó a José Melchor Lavín rumbo a Córdoba para advertir a Santiago de Liniers y pedirle que emprendiera acciones militares contra la Junta. A partir de ese día, las reuniones secretas se fueron incrementando y esa fue la excusa perfecta para poder ver a mi dulce amada. Cada día nuestro amor era más fuerte, y cada mirada, cada sonrisa, cada roce de nuestras manos, me hacían saber que era recíproco. Hace casi un año y medio nos vemos y hoy sería el día en el que le confesaría a mi madre quien era la dueña de mi corazón. La senté en la mesa de la cocina y les pedí amablemente a las criadas que se retiraran, aunque sabía que escucharían a través de la puerta. Veía en el rostro cansado de mi madre preocupación y curiosidad. Respire profundo, llenando mis pulmones, y le dije quién era mi amada y cuales eran mis intenciones con ella.

Pensé que mi madre se pondría feliz ya que siempre me decía que debía conseguir una esposa pronto, pero no. Cuando escuché lo que salía de sus labios creí morir, me entere de la peor noticia. Estaba reservada para un general. ¿Cómo iba a poder yo competir con un general? Hoy es 12 de Noviembre de 1812 y mi amada está en el altar con el general. Mientras yo, Juan Domingo Moreno, me encuentro aquí escribiendo mi desdichada muerte con tan solo diecisiete años y dejando sobre este mesón, donde tantas veces le he escrito poemas y confesiones de amor, mi carta de despedida. Mi querida María de los Remedios de Escalada...

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La verdadera historia de Cancha Rayada Por Brenda Esteban Al caer la noche del 18 marzo de 1818 el ejército unido acampó en dos líneas paralelas dispuestos a pasar la noche. El general José de San Martín viendo su posición muy comprometida, decidió cambiar de posición antes del amanecer. Sorpresivamente, San Martín fue avisado de que el enemigo salía de la ciudad, y sin tiempo para organizar la defensa, fue atacado por las tropas realistas. Luego de la batalla se desato la confusión y el pánico al ver que los muertos se levantaban, dispuestos a atacar a los que aún seguían vivos y a los que estaban gravemente heridos, sin la mínima posibilidad de defenderse, fue en ese entonces que el ejército unido y el ejército realista se unieron para combatir a los muertos vivos, utilizando los cañones que quedaban y sus armas. Volaron muchos sesos y mucha sangre, pero igualmente los hombres que ya habían estado en batallas estaban acostumbrados. Pudieron matar a muchos zombies pero también murieron o se transformaron varios combatientes, aunque otros pudieron escapar y otros sobrevivieron a lo ocurrido. Una parte de los que vivieron contaron la verdadera historia y otros no quisieron recordar lo ocurrido e inventaron otra.

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Manuel Belgrano: El caza demonios Por Loana Sanchez Manuel Belgrano aún no había nacido y su destino ya estaba escrito. Al nacer el 3 de junio de 1770 en su pecho se veía una extraña marca, una estrella de cuatro puntas débilmente marcada, pensaron que solo sería una mancha que desaparecería con el paso del tiempo; pero no fue así. Manuel creció feliz y tranquilo con su familia, pero al llegar a la edad de los 21 años su historia cambio para siempre. Belgrano ya había logrado su título de abogado, logro ser periodista y se volvió un gran militar, pero tras su vida normal se ocultaba un secreto. Esa marca en su pecho era un símbolo, un símbolo que demostraba que él era el elegido para derrotar al inframundo. El peleo en tantas guerras tanto humanas como demoniacas, sus armas estaban marcadas con el símbolo para obtener sus batallas ganadas. En la declaración de independencia paraguaya en 1811 se encontró con dos demonios, un hombre y una mujer, la mujer tenía un largo y oscuro cabello en la que sobresalían dos diminutos cuernos, un vestido tan oscuro como la noche y sus ojos eran profundos y claros como el agua y el muchacho tenia cabello blanco como la nieve de la cual sobresalían dos inmensos cuernos, una cola que se movía en todas direcciones, pero algo que asombro a Belgrano eran sus ojos de un color rojo tan intenso como la sangre; ambos tenían alas de cuero como los dragones. No parecían querer lastimarlo solo advertirlo, le dijeron que debía ir a Rosario porque allí hallaría todas las respuestas a sus dudas y desaparecieron tan misteriosamente como aparecieron. Belgrano viajo a rosario no solo por la advertencia de los demonios sino también por una vieja amiga que le pidió ir. Al llegar a Rosario se encontró con algo inhabitual solamente veía oscuridad como si se hubiese quedado ciego de repente, luego un fuego lo invadió y vio al rey de los demonios. Tenía garras y dientes afilados, en sus manos y brazos tenia escamas esmeraldas en lugar de piel, su lengua era larga y estaba partida a la mitad como la de una serpiente y tenía una cornamenta tan afilada que parecían dagas listas para matar. Belgrano tomo su espada y lucho contra el rey; la lucha fue intensa y muy dura pero Belgrano logro ser el vencedor. Agotado por su lucha se recostó bajo un sauce cercano a allí, en una suave almohada de pasto verde, miro más allá de las ramas del sauce y vio el cielo y se maravilló con los colores, ese celeste tan maravilloso, ese blanco que resaltaba y el sol fue el toque final para completar la maravillosa vista. Al llegar a la casa de su amiga, Isabelle Rosas, Belgrano le pide ayuda para crear la bandera Argentina. Y así fue como en 1812 Argentina obtiene su bandera y Belgrano sigue con su vida pero bueno esa es otra historia y creo que tú ya la conoces.

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El Espectro Por Anabel Canelo Febrero de 1820, una época dura para Argentina, una época de guerras civiles y batallas y Cepeda fue la primera de las dos llevadas a cabo en la cañada bonaerense del mismo nombre (Arroyo Cepeda), un arroyo que dividía Santa Fe y Buenos Aires. El 1 de Febrero la batalla de Cepeda se iba a realizar entre los unitarios y federales pero hay algo que mataba a caudillos de cada lado, era como una especie de enfermedad que los hacía vomitar sangre y después derramar sangre por los ojos, parecía que agonizaban, no sabía con qué clases de demonio o ente se enfrentaban y tuvieron que retirarse de la batalla inmediatamente antes que causaran muchas muertes más. José Artigas estaba indignado por lo que había sucedido, mientras los habitantes de ambas provincias estaban convencidos de que era una especie de enfermedad mortal y por miedo a ello emigraron a otras provincias. El 23 de Octubre de 1859, fue el tiempo de la segunda batalla que se llevó a cabo en el arroyo Cepeda, esta misma fue librada por el ejército de la Confederación Argentina, comandado por Justo José de Urquiza y las tropas de Buenos Aires. Antes del enfrentamiento, esa " plaga" empezó a atacar a ambos ejércitos sin piedad, Urquiza no sabía qué hacer ante esta masacre pero si sabía muy bien que eso no era una plaga, se puso firme y le grito que se revele y luche contra él, y así fue. Urquiza no reconocía tal cosa pero era muy horrible, era como si le salieran cenizas de sus extremidades, ojos completamente blancos y dientes punzantes. Urquiza lucho con todas sus fuerzas para eliminar a ese ente de esas tierras, lo logro, sintió que vengo la muerte de todo su ejército a causa de este espectro, el comandante murió pocos minutos después por las lesiones graves y por la cenizas toxicas de aquel espectro pero pudo morir como un héroe.

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Viernes 3 de junio de 1888 Por Ariadna Gariglio Escribo este relato con la intención de que cuando muera, alguien encuentre estas líneas y me conozca, me conozca a mí y a esta especie de "don" con el que nací...

A continuación voy a contarte sobre el secreto que me atormenta desde que tengo memoria… Seré directo. Tengo un "sexto sentido”. Sé que me va a pasar en el futuro y lo supe desde que nací.

Se aproxima una fecha negra en mi vida y no pienso hacer nada, estoy resignado. Voy a ser breve. Sabía que iba a ser maestro, sabía que iba a fundar escuelas, un diario. Sabía que escribiría un libro: "Civilización y barbarie". Sabía que sería gobernador de San Juan, lo sabía.

Y como ya dije, no voy a hacer nada para evitarlo; no porque no quiera, sino porque no puedo.

Todos tenemos un destino escrito, algunos se imaginan que puede ocurrir, otros no tienen idea hasta que les sucede y luego estoy yo, viviendo la vida sin emoción, sin reacción, sin sorpresas. Viviendo la vida que sé que tengo que vivir y que no puedo cambiar. Viviendo dos veces.

Creo que a muchas personas les gustaría saber que les va a pasar dentro de un determinado tiempo, pero déjame que te diga, a vos que me estás leyendo, que no es nada divertido. Nada emocionante. ¿Cómo iba a reaccionar cuando me eligieron presidente?, si ya lo sabía. Que gracias tiene leer un libro con expectativas si ya lo has leído y sabes que va a pasar? Yo creo que ninguna. Sabía que sería presidente, sabía que sería periodista y también, sé, que ocurrirá el 11 de septiembre, en Asunción, Paraguay. Domingo Faustino Sarmiento (15 de febrero de 1811 - 11 de septiembre de 1888)

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INDICE

P谩ginas

Introducci贸n por el Profesor Juan Carlos Dearma

3

La Posta de Yatasto

4

Por Johanna Maldonado. La verdadera historia de la Segunda Invasi贸n Inglesa

6

Por Ariana Mendoza Domingo Faustino Sarmiento, El Cazador de Vampiros

7

Por Melanie Lambruschini

DIARIO DE MI MUERTE

8

Por Sophia Weinsziehr La verdadera historia de Cancha Rayada

10

Por Brenda Esteban

Manuel Belgrano: El caza demonios

11

Por Loana Sanchez El Espectro

12

Por Anabel Canelo

Viernes 3 de junio de 1888

13

Por Ariadna Gariglio

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