mermelada n.1

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mermelada para llevar

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Los Jammings Poéticos nacieron gracias a la congregación de amigos escritores que comparten el deseo de manifestar colectivamente su impulso creador y que gracias la generosa invitación de Vilma Ramia encontraron una oportunidad para hacerlo en los espacios del Ateneo de Caracas en febrero de 2011. En un Jamming se leen en voz alta principalmente textos poéticos, pero también fragmentos narrativos y crónicas, tomando como trampolín y alas al texto precedente. Es un encuentro que nace de la idea de la descarga y la improvisación, y que se cristaliza en un recital estilo jam y contrapunto. Deseosos de conservar la experiencia y concentrarla en un formato que permitiera su réplica y su disfrute a salvo del tiempo que pasa inclemente, decidimos crear Mermeladas para llevar.

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En esta edición los autores del Jamming Poético n.1

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Juan Carlos Bertorelli Leo Felipe Campos Kira Kariakin Annabel Petit Cinzia Ricciuti Keila Vall De La Ville

Un especial agradecimiento a:

© Copyright de los textos del Jamming pertenece a sus autores. Cualquier reproducción de los mismos deberá ser consultada con dichos autores, que tienen todos los derechos reservados.

Coordinación General: Kira Kariakin y Keila Vall De la Ville Compilación y Edición: Keila Vall De la Ville ~ keilavall@gmail.com Logotipo y diseño: ushadesign.com | Edición numerada | Junio 2011


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De rerum natura ~j.c.b.~ Tu mano: una hoja tibia caĂ­da en la sĂĄbana.


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A salvo ~k.v.~ I. Una planta nace tras el cristal. Busca su humedad, inventa la tierra a punta de raíz. Sobrevive en soledad concurrida. Mírala bien, ya que viniste. Sus ramas verdes como cilantros cuentan que esta planta no teme a las alturas. Acércate acaricia la nube que posa en el cristal imagina las flores crema. Sin tocarlas, imagina su tacto. El rubor en la palma de la mano. II. La planta es lo que cuenta un cuerpo cuando un cuerpo cuenta su historia. Abre la puerta sin candado y detrás el universo entero. El misterio. Estrellas diminutas sobre fondo negro, supongo. Más flores. La planta escucha la lluvia, huele la lluvia observa las gotas deslizar al otro lado del vidrio ¿cuánto de esta humedad es también allá? Asoma una rama. El claustro es mentira. Eso dice la planta.


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Vastedad (Cuatro variaciones de un mismo poema)

~c.r.~ 1.

3.

Me detengo a observar el desierto que avanza.

Las últimas briznas acarician la humedad que aún queda.

Tengo el corazón hecho hierba.

Me detengo a observar el desierto que avanza.

Las últimas briznas acarician la humedad que aún queda.

En el aire caliente escucho nuevos verdores.

En el aire caliente escucho nuevos verdores.

Tengo el corazón hecho hierba.

2.

4.

Me detengo a observar el desierto que avanza.

En el aire caliente escucho nuevos verdores.

Las últimas briznas acarician la humedad que aún queda.

Tengo el corazón hecho hierba.

En el aire caliente escucho nuevos verdores. Tengo el corazón hecho hierba.

Las últimas briznas acarician la humedad que aún queda. Me detengo a observar el desierto que avanza.


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Desperfecto ~k.k.~ tengo un hueco en el coraz贸n es seco y oscuro si introduzco un dedo siento la aspereza de la arena oculta de mis sequ铆as y la negrura densa que aprieta como una boa insomne e insatisfecha mi coraz贸n es tuerto de sentimiento el viento en 茅l no encuentra nido ni la luz reposo yo vivo con un hueco ciego en el pecho


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Robitussin AC ~k.v.~ Andabas como un galgo olfateando luces de turno asombra cuántas podías encontrar en una noche ibas de caza y veías a la distancia un robitussin ac por favor. Después eran los brillos la garganta dormida horas en el sofá escuchando cocteau twins belmont y cocacola el placer tiene tantos nombres. Había neblina en la sala. Entonces una ambulancia, un doctor descarriado, tenían otro sentido las agujas, el alcohol isopropílico querían decir algo distinto. Se asombrarían, eras un galgo costillas hocico no eras sexy eras un galgo. El disco compacto por estrenar el empaque abierto con los dientes la ronquera del día después. Eras la caricia que llegaba en buen tempo, entre el humo y los sonidos del asombro.


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Historia 20/20 ~j.c.b.~ Nada como lentes en rewind y slow motion para revisitar colapsos. Verías las sábanas destendiéndose, tú retrocediendo desnudo y de espalda hasta entrar en la cama cada noche atrapado por la fuerza de gravedad del hueco negro, sólo materia muerta implosionando, y chupando todo alrededor. Verías los fugaces reencuentros, húmedos en los muslos y los ojos, el lila oscuro y el blanco de esos mordiscos agridulces con pasión nueva como de pareja nueva. Verías la boa de jean enroscada en su pierna, bajando y subiendo, su saliva regresando a la boca y lanzándose hacia abajo de nuevo: un salto mortal para dos agonizantes. Con lentes en rewind verías los jirones regresando, las cáscaras rearropando las frutas, la fragancia dulzona e intoxicante dando saltos mortales hacia atrás abrazándose a las gotas y estrechándose para entrar en el frasco de perfume; la sopa perdiendo el punto de hervor, los vegetales abandonando su coreografía entre las burbujas, saltando fuera del wok, derrotando al cuchillo y reuniendo sus trozos desmembrados. La puerta cerrándose y tú entrando en la sala perfecta como si nada: la cuidada escenografía del cataclismo. El soundtrack: una batidora centrifugando truenos, el vacío de envases plásticos con restos de cenas a medio tocar y el ritmo acompasado de disparos de palabras sin silenciador. Con lentes en rewind y slow motion, verías cada imagen como fósforos en la mano: pequeños momentos de claridad que dejas caer al piso cuando empiezas a quemarte los dedos. Al final, sólo letras y teclas y signos de puntuación: literatura.


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Infinituales ~a.p.~ Ésta era una vez que éramos tan desestructurados pero tan agudos y otras veces éramos concéntricos y obtusos cuando otros ángulos no nos dejaban gravitar en círculos volátiles puntos claros de infinito y bueno eso era ser lineales de otra forma también como en otra dimensión y no sé bien pero ahí creo que éramos progresivos como el rock y como los sólidos en revolución pero nos creíamos otra cosa otro dibujo nos creíamos punto y línea sobre el plano pero no éste sino otro que no estuviera en el plano real porque estábamos desestructurados era eso y a veces teníamos sueños piramidales que nos centrifugaban del estado natural que era el de ser nada más y nada menos que la parte de la sucesión de una mínima parte y entonces sabíamos estando así que si nos hubieran medido llegaríamos al centro cuál centro preguntarás: el centro exacto del punto medio – otro punto? pues sí otro el que menos puede verse de todos los puntos el que menos puede tocarse colocarse debajo o encima entonces parece que no existe porque damos vueltas y vueltas al círculo y no lo encontramos nunca mejor seamos desestructurados para que nos gocemos cóncavos convexos que debe parecerse mucho al centro y entonces el punto que está aquí o allá y aun más allá en el infinito será como una línea que nos enrosque y que a veces nos regale la forma nos abrace y nos arroje fuera con propulsión resolvente de juguetes y así sea con pabilo con cuerdas o con agua; con brazos piernas bocas cabellos dientes como los niños que repiten lo que les hace reír felices seamos todo eso por un rato un punto en lo Eterno


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Lo que no sé ~k.k.~ no sé escribir otros cantos no sé irradiar otros versos las palabras no son mías me atraviesan libres de un yugo que no sostengo vienen de atrás de donde no veo vienen del origen y de lo oscuro donde los deseos nacen sin saberse y llueven erizados sobre la piel dormida


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Círculo ~a.p.~ No es fácil habitar el presente moverse en estos cuatro puntos cardinales y contarlos como testigos hasta veinticuatro cada día Un centro desconocido dispara hacia norte, sur, este u oeste De doce a doce caminamos hacia el frente con la mirada puesta en: éste, ésta, aquél, aquello En el reloj son sólo doce para tomar la imprecisión como respuesta, (O este el camino cierto que acompañará cualquier elección Porque si no era Este, era otro) Ver atrás cuánto antes todo era: sur y que ahora convertido en retroceso o mejor dicho en descenso al revés que es algo tan parecido a creer que hay norte Para algunos, los puntuales o los justos el hecho, la búsqueda, el camino se rezagan del riesgo a ser jugados: y nada cambia para que nada se desvíe Allí encrucijada estoy con esta línea invisible con la que tengo problemas Desde mi, desde ti, desde nosotros, desde ellos, esos, estos Preservo el recuerdo de la hora precisa y anticipo el fracaso de la llegada final Hasta el retorno y desde no sé qué punto dibujo invisible mi círculo


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El camino para este tiempo ~c.r.~ Tengo en mi saco varias despedidas listas, preparadas para este tiempo de incertidumbre. Pronto, con la ayuda de mi abdomen, acercarĂŠ las manos a la cuerda dolorosa de los tobillos y me desatarĂŠ. Las plantas de mis pies, tanto tiempo boca arriba, piden camino.


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Deseo ~k.k.~ tengo contrapuestos los saberes las manos est谩n desconcertadas con tanta textura distinta mi mirada rebota en el espejo y cercena convicciones deseo vuelo quemarme las alas cenizas prendidas cayendo de mi cielo por un sol rabioso quiero furia la paz es falsa anodina c贸moda ardiendo todo tiene sentido cuando el fuego trabaja sin pausa y me consume perenne


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Del budismo que no tengo ~c.r.~ Sentada en posici贸n de loto escribo de no ser por el cigarro la desnudez y estos ojos prendidos de ganas ser铆a una monja zen.


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Paradoja Para R.A.

~k.v.~ Ayer con el insomnio afilado pensé en mi sueño que es tu tiempo. Cuando yo duermo tú te encuentras. Mi sueño te crea te organiza se vuelve mapa. Si despierto ya no estás. Somos una manera de decir paradoja que es una extraña palabra.


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A la distancia ~l.f.c.~ Parece que el suicidio submarino de tus ojos te empujó a necesitarme y quieres dejarme creer, en cada frase, que nada te importa con tal de seguir probando. Yo estoy lejos y te veo la piel en otros cuerpos, sin desespero y con una imaginación que se resiste a entender que se pueden reciclar los fracasos, pero que coleccionarlos es una ambición innecesaria, la ilusión del hombre frágil. Hacer de ti un invento, la distinción y lo nuevo, algo pretendidamente sorpresivo. Obsesionarme con morderte las axilas y nunca decírtelo, por ejemplo. Anular las ideas tópicas que surgen de las luchas, quedarme dormido en la mesa, lamerte la lengua sin hablar ni pensar en el tiempo. No me refiero a viajar y crecer y transformarnos, sino a un estado invisible y profundo, más difícil de establecer. Algo que está más cerca del barro, y la cama, y la nada que se prende como una alucinación estelar, brillante y leve. La simpatía absoluta, en caso de que pudiera extenderse hasta el límite de lo posible. Ambiciono sin detenerme y me contradigo sin fijarme, ambas acciones van juntas, como siamesas espectrales que se devoran entre ellas hasta convertirse en una. Es lo que entiendo como la continuidad del comienzo, la peor de mis costumbres. Por eso decidí esconderme en la parálisis, abrazar con las manos frías y frecuentar ese otro concepto encantador e infantil del olvido voluntario. Reconocer que somos una nube de polvo y que tú eres ese extraño punto de luz que vuela despacio y sin pedir permiso, es el primer paso en esta aparente reconquista de mis deseos; de alguna manera, la recuperación de las ganas de volver a equivocarme. Pero ya te digo, si voy a fallar, quiero que sea de otra forma. Algo menos trascendente que una ventana, la intranquilidad o la herida. La trampa de las películas de amor, y de los westerns, es que una vida corre tan rápido que se resuelve en dos horas. Yo quiero hacerlo al revés. Yo quiero que resolvamos dos horas de nuestra historia en una vida, que no lleguemos. Cuando proyecto posibilidades y recuerdo esa primera mirada que me diste, de pie frente al mueble prestado de un apartamento ajeno, me pregunto si seré capaz de sostenerlo, si continuará nuestra complicidad de entonces: el gesto de burla, la media sonrisa, el roce, la alabanza al frío del aire acondicionado en un set artificial. ¿Has pensado en el clima? Yo lo reviso y lo siento y me instalo en él casi a diario, a veces sin notarlo, porque cuando te proyecto siempre cargas vestido y es de noche y esa noche tiene esa humedad que sólo es posible cuando hace calor. Yo soy la sombra que sale de la esquina en la misma imagen, al otro lado de la acera donde tú mueves tus piernas bajo la tela. Los cables de electricidad no existen, ni el ruido de los motores de los carros, ni el rumor de las conversaciones ajenas, ni los perros; pero tú apareces y yo me concentro, callado, en la debilidad de la brisa y en el espacio exacto, vacío, que nos separa, en los poros de la piel de tus párpados, en lo que estarías pensando si estuvieses aquí, tan cerca y palpable, con tu calma elemental; en todo aquello que podría comenzar a dibujar los bordes del infinito si yo me animara, de un momento a otro, a escamotear mi desasosiego y te dejara existir.


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Temporales ~a.p.~ Decían en presente Cuando el pasado era sordo y ciego Cuando el futuro era sordo y ciego Tuvieron ecos, alarmas en el recuerdo y despertaban a veces con el grito de susto, que deja la cama sin hacer para huirle al murmullo del viejo sueño El tiempo los salvaba el tiempo que gritaba qué era, desvistiéndose en horas y vistiéndose en años. Sin urgencias por oír. Sin ver. En este instante el presente se queda enredado en los hilos de sus voces en los bolsillos en el ruedo de los pantalones Se olvida el presente de las trenzas de los zapatos que los hacen tropezar con lo lejano con aquel idioma que ya no se dicen


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I ~j.c.b.~ Tendí cielos nocturnos a manera de manteles, trencé ramas floridas para hacer platos: tanto amé tus migajas que las pretendí banquetes.


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Sinónimos ~c.r.~ Usaré la palabra poesía para evitar la palabra amor. La primera aún es más aceptada.


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Poema A Cecilia Ortiz

~k.v.~ Almuerzo y leo poesía. Libro abierto. Bocado de ensalada. Verso. A lo lejos un grito de Luca. Mateo responde (otro grito.) Ruge el menor. Con más fuerza. Conozco el motivo: pelean por un juguete. Sin ojos los miro. Bocado de ensalada. Habría que alimentarse siempre así. Esto sabe distinto con poesía. Te abracé con mucha fuerza como a una toalla para no caer ni del verso ni del baño, un beso estilo recuerdo para secarme el temor. Bocado. Verso. Sonrisa invisible. Mi bebé crece, se hace escuchar. Su hermano tendrá que aprender. ¿Te abracé como a una toalla? Te abracé con mucha fuerza como a una toalla para no caer ni del verso ni del baño Maravilla. Bocado. Maravilla. Sólo pienso Gracias. Todo está en orden en mi casa. ¿Dónde es que vive la poesía? Y el día a día muerde al poema.


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b/n ~j.c.b.~ Las siete letras salvajes de tu nombre que convierten los átomos en jirafas lamiéndose y lo sólido en líquido y lo líquido en prismas, que convierten la música en mil perlas saltando de sus collares y rebotando contra el piso y las palabras en gigantes rodando colina abajo; las siete letras salvajes de tu nombre que convierten las luces verdes de los semáforos en bandadas de loros y los fosos de los ascensores en geyseres en plena erupción, son las mismas siete letras lago de tu nombre donde el mío flota viendo el cielo.


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Ejercicio de sirena ~k.k.~ la mano se acomoda a la concavidad de la axila resbala lenta acuna la curvatura del seno continĂşa deslizĂĄndose por la planicie del abdomen llega a destino se sumerge en el mar


Ă­ndice mermelada

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Juan Carlos Bertorelli

Keila Vall De La Ville

Cinzia Ricciuti

Kira Kariakin

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8

Keila Vall De La Ville

Juan Carlos Bertorelli

Annabel Petit

Kira Kariakin

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Annabel Petit

Cinzia Ricciuti

Kira Kariakin

Cinzia Ricciuti

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Keila Vall De La Ville

Leo Felipe Campos

Annabel Petit

Juan Carlos Bertorelli

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Cinzia Ricciuti

Keila Vall De La Ville

Juan Carlos Bertorelli

Kira Kariakin


Juan Carlos Bertorelli Caracas, 1960. Estudió letras e historia y por más de 20 años ha hecho comunicación para marcas. Leo Felipe Campos San Félix, Venezuela 1976. Es autor del libro de cuentos “Sexo en mi pueblo” (Editorial Punto Cero). Publica crónicas, dicta talleres de escritura creativa. Lleva http://mijaragual.com. Kira Kariakin Caracas, 1966. Ha trabajado en los medios editorial y digital como agente, productora, editora y consultora por más de 20 años. Mantiene su blog http://www.k-minos.com. Annabel Petit Caracas, 1978. Es licenciada en letras, profesora de primaria y universitaria. Le gustan los textos con textura y sabor, como las mermeladas. Lleva http://annabelalpapel.wordpress.com/. Cinzia Ricciuti Caracas, 1969. Es Intérprete, traductora y docente del idioma italiano. Es autora el blog http://verdadesqueasoman.blogspot.com. Keila Vall De La Ville Caracas, 1974. Publicó el libro de cuentos “Ana no duerme” (Monte Ávila Editores). Mantiene el blog http://fugapermanente.wordpress.com.


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