Lecturas de los confines En los días 24, 25 y 26 de septiembre, se realizó en Gracias, Lempira un evento que se llamó “Lecturas de los confines”. Impulsado por la Fundación Blue Lupin y Plan Honduras, fue un evento que utilizo una metodología bastante practica para poder acercar al artista y al público de una manera libre y no elitista. Teniendo como público a instituciones como la Universidad Pedagógica Francisco Morazán, Abundant Life, Liceo Graciano, Minerva School, Instituto Ramón Rosa y Centro Básico Lempira. Es de reconocer la loable acción acometida por grandes poetas, en esta ocasión acompañaron: Olayo Pinto, Marvin Valladares, Roberto Benítez, Salvador Madrid, Nestor Ulloa y Rigoberto Paredes, acercar en este caso la poesía a públicos que a veces o desconocen o no tienen accesibilidad a ella fue uno de sus principales objetivos pero si bien a cada participante se le obsequiaba un libro de bolsillo para conocer las obras de estos poetas, la oportunidad de conocerlos, poder escucharlos y dialogar con ellos elevo lo magno de este acontecimiento. Trasmitir los sentimientos escritos en cada poesía por boca de sus creadores es empezar a cambiar la percepción que tenemos, a veces errática, de las artes en nuestros niños, jóvenes y adultos. Como lo dijo el ilustre poeta Rigoberto Paredes en uno de los diálogos “escuchar poesía te cambia la vida”.
La metodología fue práctica, reunido el público los poetas escogían poemas de su autoría y luego de escucharlos el público podía preguntar, opinar o criticar. Fue muy bueno ver el interés que tienen muchos jóvenes en la poesía, signo visible del progreso y esfuerzo que se hace gracias a las instituciones involucradas y los gestores culturales que tienen la misión de poder educar e ir haciendo que el público encuentre la gracia del arte. El poder consumir arte, poder juzgarlo y transformarlo es un pensamiento que se va forjando por estas acciones accesibles a todos nosotros. Está por demás decir la aceptación de las personas. Ese despertar de sentimientos e ideales que causa la poesía se vivió cada mañana o tarde, pero también esta esa contraparte al observar lo deficiente que suele, a veces ser, el sistema educativo público. Es labor de cada uno de nosotros estudiar un poco más cada día y poder trasmitirle a los pequeños, sentimientos buenos y trascendentales, de por si el poeta ya está haciendo lo suficiente, dejando escrito sus letras. Letras que son ese reflejo de la sociedad, esas hijas de su tiempo que nos ayudan a replantearnos incluso nuestro “modus vivendis”.
Por último, queda abierta la invitación a que sigamos apoyando este tipo de iniciativas, no solo para ser más nobles, sino qu e trascenderlo y demostrar las bondades de nuestro país, esa cultura no forzada, no elitista, no escrita, sino más bien la que vivimos a diario, la que hombres y mujeres se esfuerzan cada día por llevar ideales y metas altas en beneficio de todos nosotros los hondureños. Recordando a Marc Chagall que decía “el arte sobre todo, es un estado del alma”.