Año 17 · Nº 76 · Enero - Marzo 2017
UN RENUEVO ESPIRITUAL
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El misterio de la fe ¡No te Detengas!
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Año 17 · Nº 76 · Enero - Marzo 2017
Consejeros Espirituales Fernando Saravia Marianela de Saravia
Contenido
Editora Lorena Farrach Asesor Administrativo Francisco Castañeda Redactores Osberto Ruano Lissette de Archila Verónica de Farrera Lourdes de Castañeda Armando Molina
Corrección de Texto Paola de Pajares María Inés Moeschler Diseño Gráfico Rony Chiché Impresión CIFGA
La Buena Noticia
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Encontrando las 6 diferencias
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Hoy en el Mundo El misterio de la fe
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Espada de la Palabra Jesús, la piedra principal
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Los Milagros Continúan ¡Al que el Señor libertare, será verdaderamente libre!
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Decisiones ¡No te detengas!
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Mujeres de Proverbios Una vida sin Dios
Vida de Alabanza
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Dios haciendo callar al enemigo
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Entretenimiento La vid verdadera
escribenos@revistaaguaviva.com
jesús es vida, no religión No podemos salvarnos a nosotros mismos. (Hechos 4:12)
Todos somos pecadores. (Romanos 3:23)
MUERTE ESPIRITUAL
El pecado nos separa de Dios y ha traído la muerte espiritual
VIDA ETERNA
MUERTE ESPIRITUAL
religión buenas obras
Cristo murió por nosotros y resucitó. (Romanos 5:8)
VIDA ETERNA
MUERTE ESPIRITUAL
MUERTE ESPIRITUAL
Son puentes cortos que no llevan a la vida.
Jesús es el único camino. (Juan 14:6)
J E S U C R I S T O
J E S U C R I S T O
VIDA ETERNA
Recibir a Cristo como Señor y Salvador. (Juan 1:12)
VIDA ETERNA
Atrévete a creerle.
Padre, yo vengo a ti en el precioso nombre de tu hijo, Jesús. Tú dices en tu Palabra que si confieso con mi boca que Jesucristo es mi Señor y mi salvador personal, y si creo en mi corazón que Dios lo ha levantado de los muertos, seré salvo. Hoy decido rendir todas las áreas de mi vida al señorío de Jesús. Jesús, entra a mi corazón. Cambia en mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne. Yo rechazo al mundo y al pecado. Me arrepiento y pongo mi confianza en ti.
MUERTE ESPIRITUAL
J E S U C R I S T O
VIDA ETERNA
Reconozco que soy un pecador. Te doy gracias por morir en la cruz por mis pecados y por derramar tu sangre por mí para que yo sea perdonado. Gracias porque tú resucitaste de entre los muertos. Gracias, Señor Jesús, por salvarme. Yo acepto por fe el regalo gratuito de la salvación. Amén
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Editorial El misterio de la fe La fe es algo que crece sólo si la ponemos en práctica. La primera vez que tenemos fe es cuando creemos en el sacrificio de Jesús en la cruz para nuestra salvación. Pero luego debemos CRECER en la fe, ejercitándola para que revelaciones más profundas del Reino de Dios nos sean dadas. Entender el misterio de la fe es vital para nuestro caminar cristiano. Mientras más lo entiendo, más apertura tendré al orar, creer y ver a Dios actuando a mi favor.
La fe le da poder a nuestra fuente de creencia. La fe mal dirigida nos lleva a conectarnos con lo que erróneamente creemos. Satanás conoce muy bien el poder de la fe. Por eso ha motivado al hombre a poner su fe en ídolos y falsos dioses. En el cristianismo, la fe es la creencia en Jesucristo. Pero existe fe en otras creencias. Por ejemplo, los budistas creen en la filosofía de Buda. Los musulmanes creen en la filosofía de Mahoma. Hay cientos de religiones falsas que usan el poder de la fe para desvirtuar su amor y atención del amor de Dios.
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El poder de la fe está limitado a la fuente en la cual creemos. En otras palabras, si ponemos nuestra fe en el dinero, el poder que tenemos sólo será del tamaño de cuánto dinero tenemos. Los que creen en otros dioses, obtendrán de ellos el limitado poder que el mismo Dios les ha conferido. ¡Pero el que cree en el Dios de Israel, tiene acceso a su poder y eternidad! Como dice en Juan 11:40 “No te dije que si crees, verás la gloria de Dios.”
Meditando sobre la parábola de las diez vírgenes, creo que Dios me llevó a analizar las diferencias y similitudes entre las vírgenes prudentes y las insensatas, extrayendo verdaderas joyas de la parábola para nuestra vida. Por: Osberto Ruano
Encontrando las 6 direfencias
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a parábola compara el reino de los cielos con la actitud de dos tipos de personas que están esperando al esposo que está por llegar a la boda. El primer tipo: Las personas fueron prudentes y, aunque se durmieron, acumularon aceite previendo que el esposo llegara, mientras ellas dormían; el segundo tipo, las personas no guardaron aceite y, cuando llegó el esposo, trataron de comprar, pero no les dio tiempo y quedaron fuera de la boda.
Acompáñeme a leer Mateo 25:1-13 “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
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Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”. Es evidente que la llegada del esposo, nos habla del suceso conocido como el arrebatamiento, hecho en el cual Jesucristo viene en los aires a llevarse a la novia para las bodas del cordero. En 1 Tesalonicenses 4:16-17 dice: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. En Apocalipsis 19:7,9 dice: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de Dios”.
Comparemos a las vírgenes Ahora veamos las similitudes y diferencias entre los dos tipos de personas mencionadas: Similitudes: • Todas son vírgenes • Todas tomaron sus lámparas • Todas salieron a recibir al esposo • Todas cabecean y se duermen • Todas se levantaron y arreglaron sus lámparas Diferencias: • Prudentes vrs. insensatas • Toman aceite vrs. no toman aceite • Almacenan aceite vrs. piden y compran aceite a última hora • Se les apagan las lámparas vrs. lámparas encendidas
• No entran a la boda vrs. entran a la boda • No se dejaron conocer por el esposo vrs. conocidas por el esposo
Vírgenes sensatas e insensatas Ya que las diez vírgenes salieron a recibir al esposo, creo que representan a los salvos, redimidos y justificados por Jesucristo. Entre estas personas existen dos grupos: a) Los creyentes que buscan la santidad y viven en un constante arrepentimiento, que son representados por las vírgenes prudentes; y b) Los creyentes que viven carnalmente, recibieron a Cristo como su salvador, pero no como Señor y, por lo tanto, no le obedecen, ni siquiera se preocupan por conocer su voluntad leyendo su Palabra, representados por las vírgenes insensatas.
La lámpara representa nuestra vida Cada uno presentará su vida delante de Dios y el aceite representa el trabajo del Espíritu Santo en nuestra vida. Mateo 5:16 dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. La luz es el resultado de la combinación de lámpara y aceite. La luz que alumbra delante de los demás es nuestro testimonio, es decir, buenas obras no para gloria de quien las hace, sino para la Gloria de Dios. Esto se traduce en santidad. Con esta base, podríamos decir que entre todos los cristianos, sólo un grupo se irá en el arrebatamiento y otro se quedará, como dice Mateo 24:40-41 “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada”.
Qué determina si vamos o no en el arrebatamiento En primer lugar, ser prudente, lo cual según la parábola, implica dos aspectos: 1. Acumular aceite, que significa dejar que el Espíritu Santo trabaje en nuestra vida, sacando buen y abundante fruto para la gloria del Padre. En otras palabras, quiere decir que el Espíritu de Dios haga brillar nuestra vida con buenas obras delante de los demás, para que el Padre sea glorificado. En una palabra: SANTIDAD. Romanos 8:13-14 “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”. Hebreos 12:14 dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.
2. Dejarse conocer por el esposo, lo cual significa una vida abierta delante de Dios, cultivando una relación con Él, mostrándome ante Él sin fachadas y pidiendo perdón por mis pecados, haciendo uso de la provisión que dejó en su Sangre para el perdón de mis pecados. Salmos 139:23-24 dice: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”, y Mateo 7:21 dice: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mateo 7:23 dice: Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. En una palabra ARREPENTIMIENTO. ¡Así que seamos prudentes y vivamos una vida de arrepentimiento y santidad para la Gloria del Padre! www. revistaaguaviva.com
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Hoy en el mundo La fe es la puerta de entrada a otra realidad; una conexión entre nosotros y aquello en lo que creemos. Fe es una fuerza que pone en acción lo que se cree y, si nuestra fe es en Dios, adquirimos el entendimiento de cómo funciona el Reino de Dios. Por: Lissette de Archila
El misterio de la fe
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odos deseamos tener una fe que provoque oraciones que sean escuchadas por Dios, así como la experiencia de verlo a Él moverse de tal manera en nuestra vida, que cuando oramos, lo vemos actuar en nuestro favor para darnos bendición.
Hebreos 11:1 “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.” Una sustancia no es sólo una idea o la imaginación. Es algo TANGIBLE. Nosotros no lo vemos, pero Dios sí.
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Cuando tenemos la fe que agrada a Dios, lo que Él mira en nosotros es una confianza segura que se convierte en una fuerza que nos conecta a Él, como una puerta abierta entre el cielo y la tierra, que abre el camino para que su poder fluya hacia nosotros y conteste nuestras oraciones. Pero debemos entenderla y saber cómo aplicarla para que tengamos una vida fructífera en nuestro caminar con Dios.
Misterio, en términos bíblicos, se refiere a secretos revelados por el Espíritu de Dios a los que entran en su Reino y buscan su verdad. La Palabra de Dios nos revela este misterio una y otra vez en los evangelios: si creemos, veremos el poder de Dios actuar en nuestra vida. Veamos un ejemplo: ”Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a Él los ciegos, y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le respondieron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. Y se les abrieron los ojos…” (Mateo 9:28-30) La fe es algo que crece sólo si la ponemos en práctica. La primera vez que tenemos fe es cuando creemos en el sacrificio de Jesús en la cruz para nuestra salvación. Pero luego debemos CRECER en la fe, ejercitándola para que revelaciones más profundas del Reino de Dios nos sean dadas. Entender el misterio de la fe es vital para nuestro caminar cristiano. Mientras más lo entiendo, más habilidad tendré al orar, creer y ver a Dios actuando a mi favor.
La fe le da poder a nuestra fuente de creencia La fe mal dirigida nos lleva a conectarnos con lo que creemos erróneamente. Satanás conoce muy bien el poder de la fe. Por eso ha motivado al hombre a poner su fe en ídolos y falsos dioses. En el cristianismo, la fe es la creencia en Jesucristo.
Pero existe fe en otras creencias. Por ejemplo, los budistas creen en la filosofía de Buda. Los musulmanes creen en la filosofía de Mahoma. Hay cientos de religiones falsas que usan el poder de la fe para desvirtuar su amor y atención, del amor de Dios. El poder de la fe está limitado a la fuente en la cual creemos. En otras palabras, si pongo mi fe en el dinero, el poder que tengo sólo será del tamaño de cuanto dinero tengo. Los que creen en otros dioses, obtendrán de ellos el limitado poder que el mismo Dios les ha conferido. ¡Pero el que cree en el Dios de Israel, tiene acceso a su poder y eternidad!
¿Cómo se acrecienta la fe?
1. Conocer en quién tengo puesta mi fe No es difícil creer en la existencia de Dios. Todos los humanos tenemos la certeza intrínseca de que existe un ser superior que lo creó todo. Pero, ¿cuánto conocemos a Dios? ¿Tenemos una relación de amor e intimidad con El? O, ¿Es para mí alguien lejano, distante, que me provoca miedo? Se conoce a Dios pasando tiempo con Él. Esto se logra cuando oramos, leemos la biblia o escuchamos un mensaje. Mientras más nos acercamos a Dios, más lo entendemos y lo conocemos como a un Padre, amigo o consejero. Conocerlo nos hace fácil confiar en Él, por lo tanto, nos facilita la tarea de creerle.
2. No sólo lea la palabra de Dios. Aplíquela en su vida Muchas personas creen en la existencia de Dios, pero no creen que la Biblia sea la única fuente de verdad.
Hoy en el mundo
La fe es un misterio
El verdadero cristianismo CREE EN LO QUE DICE LA PALABRA DE DIOS, o sea la Biblia, y la toma como la máxima autoridad en cuestiones de Dios. Tan grande es la fe de un cristiano en la Biblia, que rige su vida por lo que allí dice. Jesús, aquél en quien creemos para que nuestra vida sea bendecida, dijo en su palabra: Juan 14:12 “De cierto, de cierto os digo, el que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” No basta con leer la Biblia como si fuera un libro común. El libro común se lee como algo de inspiración, educativo o para entretenimiento. La Biblia va mucho más allá de eso. Se debe leer con meditación y luego con la práctica que allí se nos enseña. Como se aplica un ungüento cuando se está enfermo, o un perfume para tener aroma agradable, así se aplica la Palabra de Dios. Úsela como un manual de vida, como una medicina para sanar, como una estrategia para pelear su batalla.
La primera vez que tenemos fe es cuando creemos en el sacrificio de Jesús en la cruz para nuestra salvación.
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3. Hable la Palabra en voz alta
Hoy en el mundo
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. (Romanos 10:17) La palabra de Dios está viva y tiene poder. Repita en voz alta los versículos que le llaman distintivamente la atención, y crea de todo corazón que son verdad. Hay algo vivo en la resonancia de los versículos bíblicos, que provocan un cambio en la atmósfera cuando se pronuncian en alto. ¡Tienen la autoridad de Dios para actuar! Repítala hasta que la crea. Algunas personas de fe fuerte tienen hábitos como estos: • Ellos leen la palabra en voz alta, porque al escucharla, alimenta la fe. • Repiten una y otra vez un versículo que les impresiona, hasta que lo creen profundamente y se vuelve parte de su vida diaria.
• La usan como un arma poderosa en la guerra espiritual. En medio de una situación de angustia, temor o estrés, hablan un versículo bíblico que les hace acrecentar su fe. Al hablar en voz alta este versículo, sus fuerzas regresan, y el temor se apacigua.
4. Decida tener fe aunque no la sienta “Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.” (Juan 20:29) La fe no es una emoción. Es el entendimiento de cómo interactúa el mundo invisible de Dios con el mundo racional en el que vivimos. No se maneja con emociones, sino con la decisión de aceptar, como un hecho, de que Dios existe y, por ende, su Reino. Crea usted como cree un niño, sin cuestionar ni dar pasos atrás.
El que tiene fe logra entender cómo funciona el sistema invisible de Dios en un mundo visible. Por lo tanto, se deja controlar por lo invisible e intangible de Dios, en vez de lo que ve con sus ojos o escucha con sus oídos.
5. Nuestra fe será probada La fe no puede crecer sin ser probada. La fe es como un músculo, se desarrolla al ser utilizado. Cuanto más utilices tu fe, más se extiende. Por lo tanto, Dios nos lleva a situaciones en donde no vemos ni sentimos que Él está cerca. Nos hace pasar por pruebas largas y difíciles para que tengamos que poner en práctica su Palabra, y demostrar cuánto le creemos. Cada vez que escogemos creerle, crecemos un poco más en estatura espiritual. Debemos entender la magnitud del poder de la fe. Fe es más que decir palabras. Es creer hasta lo más profundo de nuestro ser aquello que no vemos, y por lo tanto, lo hablamos. “La Escritura dice: «Tuve fe, y por eso hablé.» De igual manera, nosotros, con esa misma actitud de fe, creemos y también hablamos.” (2 Corintios 4:13) Jesús mismo amonestaba a sus discípulos por su falta de fe, porque limitaba el actuar sobrenatural en sus vidas, pero por otro lado, aplaudía y celebraba la fe fuerte en personas que le creían sin cuestionar. Debemos ser atrevidos, y creer. Esa es la fe que agrada a Dios, la que nos lleva a vivir con el entendimiento de que el mundo espiritual existe, y que está bajo la soberanía del Dios de Israel.
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En los tiempos bíblicos, la piedra principal se refería a la piedra sobre la cual se edificaba un edificio. Por eso también se le llama piedra fundamental.
Por: Armando Molina
Jesús, la piedra principal
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cercándoos a Él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, pero para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también dice la Escritura: «He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; el que crea en Él, no será avergonzado.» Para vosotros, pues, los que creéis, Él es precioso. En cambio para los que no creen: «La piedra que los edificadores desecharon ha venido a ser la cabeza del ángulo» y: «Piedra de tropiezo y roca que hace caer.» (Salmos 118:22) En los tiempos bíblicos, la piedra principal se refería a la piedra sobre la cual se edificaba un edificio. Por eso también se le llama piedra fundamental. Estas piedras se encontraban en un lugar estratégico y daban apoyo y fortaleza a todo el edificio. El Nuevo Testamento aplica este concepto y título a Jesús.
Jesús mismo se refiere a sí mismo como la principal piedra del ángulo.
Jesús es el fundamento de la iglesia Él es la piedra viva que fue rechazada por los hombres. Esto se refiere al rechazo del pueblo de Dios al mensaje de Jesús. Y es que Dios tiene una manera diferente de evaluar a la que tienen los hombres, Él le da vuelta a los estándares humanos, aquello que es precioso para los hombres, no es necesariamente precioso para Dios. ¿Acaso no caemos nosotros muchas veces en darle más valor a las opiniones de los hombres que a lo que Dios nos dice en su Palabra? Estas personas rechazaron a Jesús, la piedra principal.
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¿Por qué rechazan a Jesús?
Espada de la palabra 12
Recordemos que Jesús no vino en la gloria de un rey; cuando entró a Jerusalén no entró a la ciudad montado sobre un caballo a la cabeza de ejércitos, sino montado sobre un burrito; cuando nació, no nació en un palacio, sino en un establo. No tenía riquezas, sino que el hijo del hombre “no tiene donde recostar su cabeza” (Mateo 8:20). No sólo esto, Él también fue rechazado, porque su mensaje no agradaba a muchos: era un mensaje que llamaba a dejar los malos caminos, a dejar la letra de los mandamientos de Dios y seguir el espíritu de los mismos, por medio de una relación de fe y confianza en Dios como Padre. Él llamaba a la gente a creer en Él y manifestar esa fe con obras de justicia y misericordia, no con tradiciones y ritualismos vacíos.
Piedra viva en la que edificamos Pero ahora, aquel que fue rechazado por los hombres, ha sido hecho Piedra Viva sobre la cual se edifica la iglesia. Nosotros, los creyentes, también constituimos un edificio, pero la base de ese edificio es Jesús. Como iglesia, no podemos edificar encima de ningún otro fundamento que no sea Él. Aunque algunos han tratado, estableciendo las obras humanas o incluso a algún ser humano como base. Pero construir sobre esos fundamentos lleva a la ruina y es similar a construir sobre la arena en lugar de la roca: 1a. Corintios 3-10,11 dice: “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”
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Somos piedras vivas También, cuando el apóstol Pedro menciona los sacrificios espirituales, está haciendo la comparación entre las funciones del antiguo templo y el nuevo templo espiritual. El antiguo estaba hecho de piedras muertas y, sin embargo, tenía una función santa. En dicho templo se hacían sacrificios a Dios, sacrificios que eran apenas una sombra del sacrificio perfecto de Jesús. Ahora, el templo espiritual está hecho de piedras vivas, y nosotros, los creyentes, como los sacerdotes del antiguo pacto, ofrecemos sacrificios a Dios por medio del único mediador entre Dios y los hombres: Jesús. El ofrecer estos sacrificios por medio de Él los hace aceptables a Dios, ya que el Padre ama al hijo por poner su vida como un sacrificio perfecto por el pecado. (Juan 10:17).
Una promesa confiable Isaías 28:16 dice: “Por eso el Señor, dice así: «He aquí que yo he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable. El que crea, no se apresure.” Desde el Antiguo Testamento, ya estaba dada la profecía de que Dios haría esto. Es el fundamento que Dios ha puesto, sobre el cual podemos edificar nuestra casa. Cualquier otro fundamento, al final nos fallará. ¿No sería agradable poder contar con una garantía segura de paz y salvación? Algo que nos pueda dar certeza y tranquilidad, sin importar la magnitud de los problemas o peligros que podamos afrontar. Dicha garantía dependería del carácter del que la hiciera para poder tener el efecto deseado. Si una institución o persona no confiable me hace una promesa o una garantía, difícilmente ésta me
hará estar tranquilo. Sin embargo, este versículo contiene una garantía así, que viene directamente desde el trono de Dios. Aquí hay un fundamento firme sobre el cual construir: el Dios todopoderoso nos dice que todo aquel que confíe en el fundamento que Él va a poner, no será avergonzado y su esperanza no será defraudada. Sobre esta promesa del profeta Isaias, podemos ver lo siguiente: • El autor de la promesa es Dios. “He aquí, pongo en Sión por fundamento una piedra…” • La fortaleza y seguridad de la promesa: “piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable”. • El resultado de creer la promesa es la paz y confianza. “El que crea, no se apresure”. Pero como en tantas otras promesas del Señor, hay un contraste entre aquellos que reciben esta piedra poniendo en Él su confianza y aquellos que la rechazan.
Algunos ponen su confianza en Jesús y no son avergonzados, otros lo rechazan y tropiezan La frase “piedra de tropiezo” nos da la imagen de una persona que está caminando y corriendo hacia una meta, pero en el camino encuentra un obstáculo que la hace caer y que impide que alcance dicha meta. Es muy importante entender que el rechazo de estas personas no significa que el propósito de Dios haya dejado de cumplirse, ese propósito se cumplirá. Para Dios, sólo hay un único fundamento firme y ese es su propio hijo Jesús, eso no cambiará sin importar cuanta gente lo rechace. Quiera el Señor que todos nosotros que estamos leyendo estas líneas seamos de los que, poniendo nuestra confianza en Jesús, hacemos de Él nuestra roca y piedra de salvación eterna.
Fueron necesarios cuatro años y seis meses para que la voluntad perfecta y la sabiduría infinita de Dios permitieran el milagro de mi excarcelación.
Por: Lorena Farrach
¡Al que el Señor libertare, será verdaderamente libre!
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s cierto, fueron días difíciles, de incertidumbre, de anhelos, de esperanzas, de impaciencia y de dolor, porque necesitaba estar con mi familia, no sólo en los momentos de éxito y alegría, como graduaciones de mis hijas, noche buena, año nuevo, entre otros, sino también en el día a día, en preparar el café, ayudar con las loncheras, despedirlos, trabajar para contribuir en los gastos del hogar, preparar los alimentos que les gustan y atender en el alivio de una fiebre, un dolor de estómago o de cabeza en mis hijas. Estuve recluida en el centro de detención preventiva para mujeres “Santa Teresa”, un centro destinado a albergar a las mujeres que están en proceso penal sin una sentencia completamente firme.
En su infraestructura, para la época en que fue construido, era una edificación que llenaba todos los requerimientos para cumplir sus fines, con taller laboral y área para educación, canchas, salón de belleza, salón de usos múltiples y capilla; además, ocho sectores para clasificar a las internas, bartolinas de castigo y su área administrativa. En esa época era escasa la población femenina privada de libertad, no pasaban de 100 personas, para luego 200 y, en 2011, 450 internas. A la presente fecha, son casi 1,000, por lo que 40 años después ya no cubre las condiciones humanas para albergar a las internas.
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Dios nunca me desamparó
Los milagros continúan
Y me correspondió estar los cuatro años y medio en un área denominada “Aislamiento Expnc”, la cual está localizada al ingreso del centro, junto al aislamiento de internas que han ingresado con procesos relacionados a pandillas. Era un buen lugar, en comparación con las demás opciones. Sin embargo, el estar en prisión, me hacía sentir como un pajarito que está en una jaula, tras malla, rejas, con un pasador y, en mi caso, con candados; sabía que no podía moverme de allí sin permiso de la autoridad del Centro. Recuerdo que cuando me arrestaron, pasé un tiempo en piloto automático. Para mí el día era como una neblina, no era 100% comprensible esa situación para mí. El instinto de supervivencia me empujaba a salir adelante un día a la vez, sin embargo, Dios siempre tiene el control y no se olvida de sus hijos. Yo sabía, en el fondo de mi ser, que no era en vano esta prueba. Cuando tú le preguntas a Dios, Él te da respuestas, Él quiere un corazón dispuesto, “la peor cárcel es un corazón cerrado” decía Madre Teresa, gran sierva de Dios.
Humillé mi corazón y fue así como el Espíritu Santo me rescató Y guió para que pidiera la ayuda espiritual que estaba necesitando para lograr superar la prueba. Lo que comprendí, lo resume así: a) aceptar el error que había incurrido para ser sometida a prisión: que en mi caso fue un incumplimiento de deberes en mi profesión, b) arrepentirme por haber incurrido en él y por lo que causó, c) pedirle perdón a Dios y perdonar a los demás implicados, d) perseverar en el Señor y recibir mi libertad espiritual, e) recibir el milagro
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de ser excarcelada, es decir mi libertad física, y f) regresar al seno de mi hogar.
Continué avanzando Parece sencillo cuando lo mencionamos, pero avanzar de uno a otro paso, tiene ciertamente un grado de dificultad, porque estamos acostumbrados a que todo sea instantáneo, comida rápida, sopas instantáneas, café instantáneo, entre otros. Nuestro constante enemigo es el tiempo, todo requiere tiempo y el tiempo de Dios es perfecto, pero a nosotros nos cuesta tener paciencia para esperar en el Señor. También la circunstancia específica de estar en prisión lo hace más difícil, porque los factores externos son antagónicos, el entorno es cruel y hostil.Y si sólo ves tu situación y posición, es fácil deprimirse. Seguir adelante sólo se logra si, a pesar de todo, se decide confiar en el Señor y mantenerse en su presencia. Sólo así, no importando el entorno, se logra vivir en fe, un día a la vez, y esperar el milagro de Dios. En el relato de la primera parte de mi testimonio (publicado por la Revista Agua Viva en la edición de enero-marzo 2015), compartí mi experiencia de cómo logré mi libertad espiritual, de allí en adelante, me tocó testimoniar mi fe, compartir mi esperanza y decisión de caminar en Cristo Jesús, con la población interna. Todo esto lo pude hacer por medio de exhortar en la asamblea de la iglesia, en recibir y dejar que se manifestase en mí el Espíritu Santo, cuando lo deseara. Esta manifestación la recibí en una vigilia y fue un espíritu de “gozo” que consistía en una risa que yo no podía parar, que se manifestaba de repente en oración, alabanza y adoración.
Oraba y me congregada Individualmente, yo continuaba orando y también lo hacía cuando me congregaba en la Iglesia, todo esto en lo espiritual. En lo secular, me dediqué a compartir con mis compañeras, organizar las actividades deportivas, cursos Libres de formación, porque para ese entonces no los había. También servía como facilitadora voluntaria en Derechos de la Mujer, Manualidades, Cooperativismo, Administración y alfabetización. Fue en 2015 que inició un proyecto en educación formal para privadas de libertad aisladas, que guardan prisión por procesos jurídicos que las relacionan con una de las pandillas más fuertes en Guatemala. Este era un nuevo reto, donde también pude ver el valor del testimonio para honra y gloria del Padre Celestial.
... Y acepté mi error Paralelamente, en mi situación jurídica, me encontraba con una apelación en marcha, en contra de los 21 años y 4 meses que me había decretado la justicia humana, como sentencia por haber autorizado como Notaria una Adopción calificada como irregular. El camino se me iluminó al conversar con el órgano fiscal sobre un posible acuerdo de colaboración, que consistía en aceptar el error cometido y colaborar con la investigación. Antes de esto, en realidad, yo creía que se me había encarcelado injustamente, en ese momento no estaba lista para reconocer mis errores y avanzar en superar esa prueba, aún no había pasado el proceso de entender que en determinado momento incumplí una falta en el desempeño de mis deberes y es algo que ahora con mucha perseverancia y en el bendito nombre de Jesús, pido al Padre Celestial que borre y no quede como línea de iniquidad a mis descendientes.
Para lograr ese acuerdo de colaboración, tuve muchas reuniones con el órgano investigador. Luego recibí de ellos la propuesta de esperanza de excarcelación y tener la esperanza de poder obtener en un futuro cercano mi libertad física, muchísimo antes de lo que decía la sentencia. Recuerdo que cuando recibí la noticia que sí había sido aceptada mi colaboración y saldría mucho antes de prisión, estaba en el Hospital Militar recibiendo fisioterapia por una caída que había tenido en el Centro, jugando futbol. Mi hija menor estaba conmigo cuando me dieron la noticia, que saldría en más o menos dos años y medio, y ella me dijo, “y no se puede antes?” porque para ella era “mucho, demasiado tiempo”. Yo sentí que me decía: ¡mami te necesito, no puedo más!... este ejemplo es parte de los momentos difíciles entre los privados de libertad y sus familias, momentos de dolor, de angustia, de tristeza y desesperación por la separación familiar. La fisioterapia que recibí fue una bendición de Dios, porque tenía oportunidad de salir varias veces al mes. Todo el personal del Hospital era muy amable y comprensivo, me veían llegar con custodios, pero Dios me dio gracia y fueron muchas jornadas de bendición. Era un aliciente en mi situación, salír al mundo exterior y ver a mi familia, que era tratada con deferencia. Puedo testificar que Dios no nos hace pasar por algo que no podamos soportar. ¡Se siente la gracia de Dios, cuando más la necesitas; sin Él nada es posible!
Para suscribir el acuerdo de colaboración, fueron largas reuniones. Llegar a culminar una negociación como esa es bastante difícil, se necesita mucha dedicación, sinceridad y valentía. Me tocó escribir todo mi relato y, como no contaba con una computadora, la cual es prohibida en los centros de detención, fue mi esposo quien transcribía lo que yo redactaba a mano, que se compendiaron en este caso 100 hojas, para una declaración final de aproximadamente 5 horas.
Llegó lo esperado En julio de 2014 recibí ya una materialización de lo que yo tanto esperaba. Fue maravilloso asistir a una audiencia citada por la jueza de Femicidio, quien convocó a una audiencia para aprobar el acuerdo entre la fiscalía y mi persona, y expresó: “Licenciada, ¿está consciente que pronto recobrará su libertad?”. Ella me dio el primer beneficio de suspensión condicional de persecución penal y lo hizo, no porque mi abogado terrenal lo había solicitado, sino porque se lo ordenó mi Padre Celestial; eso lo sé con certeza, porque era una audiencia que ni había sido propuesta por mi defensa, ni yo la esperaba en ese momento como se dio. Esto me parecía un sueño imposible; compartí con mis compañeras que éste era el primer paso, de cuatro grandes pasos que veía materialmente necesarios para obtener mi excarcelación.
“No temas valiente guerrero, El Señor está contigo” (Jueces 6:12)
No temas, el Señor está contigo Pero mi agradecimiento era tan grande con Dios, que sabía que tenía que testimoniar las grandes maravillas que hacia Él en mi vida y motivar a las demás internas, por lo que solicité hacer una exhortación en un servicio. El tema estaba basado en un pasaje de Gedeón (Jueces 6:12), donde la frase que me tocó fue: “No temas valiente guerrero, el Señor está contigo”. Esta frase se la dijo el Señor a alguien como Gedeón, que en ese momento era más que pequeño, más que indefenso, que estaba escondido en un lagar, acariciando su escasa provisión y en ese instante era así como me sentía yo, porque así estaba, encerrada en una prisión, humillada y menospreciada, algunas veces apartada de la sociedad, como apartaban a los leprosos en el tiempo de nuestro Señor Jesús: Y Dios me dijo “No temas pequeña guerrera, Yo estoy contigo”; compartí con mis compañeras esa exhortación, también hice un pequeño cartel con esa frase y se las coloqué en la pared de la celda y, de allí en adelante, después de ese servicio, me solicitaron muchísimas veces que yo diera la exhortación. Y ese fue un ministerio bendito para mí, en el que invitando a creer, hacia que yo aumentara mi fe, con tantas maravillas en la Palabra de Dios, tantos pasajes en los cuales Dios nos reanima, nos da nuevas fuerzas, nos da esperanza, nos recuerda que somos la niña de sus ojos, que si Él está con nosotros, nadie podrá estar contra nosotros, como dice en Romanos 8:31. Me encanta exhortar, porque me recuerda que nuestro Padre Celestial es infinitamente misericordioso y amoroso.
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Los milagros continúan
La esperanza de excarcelación
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Recibiendo otro beneficio que me acercaba más a mi libertad física. Creo que el tiempo se me hacía más largo, porque se asomaba la impaciencia a mi vida. En ese tiempo, una persona que predicaba en la iglesia de la cárcel, que también tuvo a su esposa e hija privadas de libertad y que colaboraba con un ministerio carcelario, me comentó que, al momento de quedar detenida su esposa e hija, él se dedicó a procurar el proceso hasta que su esposa e hija fueron puestas en libertad, y yo le platiqué esto a mi esposo y eso lo motivo a procurar mi excarcelación. Mi hija me representaba como abogada y mi esposo procuraba los procesos. Fueron largas jornadas, muchos operadores de justicia fueron amables y diligentes en lo que se podía, algunos otros no, pero yo motivaba a mi esposo y le decía “nada pierdes si te hacen una mala cara o te dan una mala contestación, seguí adelante, que no te importe, nada perdés”… y así lo hacía, cuando era necesario se movían tanto mi esposo como mi hija, para lograr tener el expediente en el juzgado de ejecución y obtener fecha para una bendita audiencia. Nos dieron esa fecha tan esperada en mayo. Sentí la piedad inmensa de mi Señor cuando la jueza manifestó que “daba trámite al incidente de libertad”. Todo parecía perdido temporalmente y esta acción lo rescató, se abrió de nuevo la posibilidad en ese momento y eso me hizo sentir tanto agradecimiento, y el gran día: 22 de junio 2015, frente a mis ojos aprecié el milagro de ver derribar esa sentencia que dictaba que más de dos décadas estaría yo en prisión.
Cuando la jueza ordenó mi libertad condicional, confirmé en realidad que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios, cuando Él dice “es”: se hace.
El tiempo del Señor es perfecto Es mejor reprender la impaciencia cuando se quiere asomar a nuestra mente y corazón, Él sabe cómo lo hace y cuándo lo hace. Lo sé, porque para llegar a este momento de ser excarcelada y regresar al seno de mi hogar, pasaron acontecimientos en los cuales vi la mano de Dios y encontré el sentido de la prueba. Después de ese bendito 22 de junio 2015, me tocó esperar que se resolviera un proceso al que me habían ligado en 2013 y la apelación estaba entrampada. Pasaron 3 meses con la insistencia de mi esposo procurando que la audiencia se lograra, cuando de repente, señaló la jueza una nueva audiencia “privilegiada” para decidir sobre mi excarcelación a realizarse en 7 días, el 28 de octubre de 2015. Esa audiencia se llevó a cabo y mi amado Jesús permitió que la jueza ordenara mi libertad física. Esa tarde regresé a la prisión sólo a esperar mi salida y mis compañeras estaban muy conmovidas y me expresaron palabras de cariño, con lo que comprendí que cuando te pones al servicio del Señor y crees ser un vaso inútil, Dios te hace útil y tú no te das cuenta, pero Dios impacta a través de tu vida.
Él recorrió esa noche el camino a casa que yo había imaginado. Cuando llegamos, mis dos hijas menores bajaron del segundo nivel de la casa a recibirme y en el vestíbulo nos reunimos. Como primera acción nos abrazarnos e hicimos oración, agradeciendo la misericordia del Señor, dando gracias por el milagro recibido.
Ahora estoy en casa con planes para ayudar Y he tenido la oportunidad de ir varias veces en calidad de invitada, al Centro Preventivo, trabajo pro-bono para una fundación, representando judicialmente a privados de libertad de escasos recursos que ya pueden obtener su libertad. Tengo planes, proyectos y bendiciones para compartir principalmente con la población privada de libertad, por la que también oro cada día, pidiendo bendición, provisión y conversión, para ellos y sus familias. A los exprivados de libertad nos es muy difícil reincorporarnos a la sociedad y es acá donde Dios y nuestra familia es la mayor riqueza. Sé que Dios me guía en esta nueva fase y todo lo que aprendí y conocí por experiencia propia, servirá para saber dónde ayudar en el nombre de Jesús.
Los milagros continúan
Siete meses después, avancé un paso más
Mi salida fue como la imaginé ese 28 de octubre 2015, día de mi libertad física, mi esposo llegó con mi hija y la rectora a la puerta de la bartolina.
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Crecer es parte de la vida natural y, aunque no siempre es fácil, es sano y necesario. La meta de nuestra carrera, nuestro caminar en Cristo, es alcanzar aquello para lo cual Él nos ha llamado.
Por: Lourdes de Castañeda
¡No te Detengas!
É
l nos creó para obrar en bien, en función de su glorioso Reino, y nos ha dejado al Espíritu Santo y sus dones para dirigirnos en este proceso de crecimiento y santidad. Así como es necesario para una planta crecer y alcanzar cierta estatura para comenzar a dar frutos, así es necesario que crezcamos también nosotros. Dios nos quiere ver dando frutos para su gozo y su gloria. Con la mirada puesta en Dios, podemos caminar confiando en que Él nos hará crecer poco a poco hasta alcanzar su estatura (Efesios 4:7-15). Hebreos 12 nos habla de esa carrera que como creyentes en Jesús llevamos. Analicemos ahora esta parte del crecimiento en Cristo, de la cual nos habla este capítulo de la carta a los Hebreos:
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1. No tengas en poco la disciplina del Señor (v.5-11) Existen muchas partes del crecimiento que de niños nos hubiera gustado evitar, especialmente la parte de tener que ser corregidos. A nadie le gusta ser disciplinado, nos hace sentir humillados y avergonzados. Al ser corregidos, se evidencian nuestros errores y el orgullo en nuestro interior se inflama, pues continuamente está procurando evitar que los demás noten nuestra debilidad y carencia. Cuando somos corregidos, podemos tener dos actitudes: aceptar que ciertamente hemos cometido una falta, humillarnos y pedir perdón, o tratar de seguir ocultando nuestra falta con excusas y justificaciones para mantener intacta nuestra imagen.
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Por esta razón, es tan necesario permanecer con nuestra mirada en Jesús, pues cuando lo hacemos, sabemos que es Él quien está tratando con nosotros, y nuestra resistencia se cae ante su mirada. La falta de aceptar y apreciar la corrección, es una de las principales causas por las cuales los hijos de Dios podemos caer en estancamiento y deserción. Debemos reconocer ese orgullo en nuestra vida para dejarlo a un lado y apreciar así la corrección de nuestro Padre que tiene sus ojos en lo que hemos de llegar a ser.
2. Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (v. 14) Qué declaración tan difícil de asimilar la que se describe en este versículo. Estar en paz con todos no es posible con nuestras propias fuerzas, siempre habrá áreas en nuestro carácter y en otros que nos harán estar en continuo desacuerdo o rivalidad.
Se necesita estar llenos del Espíritu y dejar a un lado las pasiones de nuestro interior (Santiago 4:1) para que, por medio del amor de Cristo, tengamos paz y unidad unos con otros. Tampoco es posible, en nuestras fuerzas, buscar la santidad. Los deseos de la carne que luchan en nosotros son contrarios a los del Señor (Gálatas 5:17). Sabemos lo que no debemos hacer. Sin embargo, hacemos lo que no debemos y buscamos una justificación convincente para acallar nuestra conciencia. En consecuencia, sin la sujeción al Espíritu Santo, nadie es capaz de estar en paz con todos, ni de buscar la santidad. Esto viene a nuestra vida cuando Dios decide llamarnos y respondemos a ese llamado, buscando estar con Él y agradarle. Cuando una persona conoce a otra y pasa mucho tiempo con él/ella, sin darse cuenta va adquiriendo su misma manera de hablar, pensar o actuar. Lo mismo debe ocurrirnos al pasar tiempo con el Señor. Su santidad viene a ser parte de nuestro estilo de vida, ya que rechazamos hacer aquello que sabemos que a Él le ofende, y poco a poco vamos dejando nuestra vieja naturaleza y revistiéndonos de Él. Ciertamente, sin santidad nadie verá a Dios, pero NADIE puede ser santo por sí mismo, pues es la santidad de Dios la que nos transforma y nos capacita a vivir en esa manera. Por lo tanto, lo que debemos buscar es estar en comunión con el Santo, para poder estar en paz con todos y ser apartados por Él.
3. Que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; para que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados (V.15) La Gracia de Dios es recibir aquello de lo cual no somos merecedores. Es un favor de Dios que es imposible pagar, aún con todo lo bueno que podamos hacer a lo largo de nuestra vida; es un regalo. Muchas veces guardamos en nuestro corazón heridas que otros nos han hecho y pensamos que no nos lo merecíamos y que, por lo tanto, ellos no merecen ser perdonados.
Decisiones
Ante la corrección de otras personas, solemos tomar la postura de orgullo. Sin embargo, cuando hemos recibido el amor incondicional del Padre, podemos entender lo que este texto de Hebreos 12:6 dice: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.” Recibimos entonces humildemente su firme y amorosa corrección. Sin embargo, se vuelve difícil cuando el Señor nos corrige por medio de otra persona, pues el orgullo vuelve a brotar y rechazamos la corrección.
Pero no nos damos cuenta que la falta de perdón es como un fruto podrido guardado en el corazón, que tarde o temprano arruina todo lo demás. Eso se convierte en raíces de amargura que arruinan aún las cosas buenas que podamos tener. Un corazón lleno de amargura es incapaz de recibir el amor de otras personas, continuamente siente o piensa que los demás son una amenaza y se mantienen en una actitud de defensa. Cuando algo bueno les sucede, son incapaces de recibirlo, pues no se sienten dignas y buscan cualquier pretexto para hacer parecer esas bendiciones como algo que a la larga les perjudicará. Las personas que se acercan a ellos se sienten imposibilitadas de brindarles su amor y comprensión, pues siempre encuentran una respuesta negativa ante todos sus intentos, y así, poco a poco estas personas, con amargura en su corazón, se van quedando solas, lo que provoca aún más amargura en su vejez.
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Decisiones
Es triste ver a las personas que llevan este camino, la amargura es en realidad una maldición. Pero Cristo vino a darnos vida en abundancia, no maldición. Su Palabra es verdadera y sus principios traen salud a nuestros huesos (Proverbios 4:20-22). Obedecer sus mandatos trae alivio a nuestra alma, y uno de ellos es perdonar a los que nos hacen daño. Sólo el verdadero perdón puede darte verdadera libertad y gozo. Perdonar no significa darle al adversario la razón de haber hecho lo que hizo, significa que. a pesar de haberlo hecho, decidimos quitar toda condenación, reclamo o acusación en su contra. Significa dejarlo en libertad a pesar de ser culpable y darle un “finiquito” pues ya fue pagada la deuda que me debía, Jesús fue quien pagó todas las deudas, tanto las mías como las de los demás. Es porque Cristo nos amó y perdonó a nosotros primero, que podemos perdonar y amar aún a nuestros enemigos. Esto tampoco puede venir de nuestro corazón, es necesario darle al Señor nuestro corazón para que Él ponga en nosotros este sentir, pero es nuestra decisión. Si queremos crecer, es necesario dejar a un lado lo que nos ata, y la falta de perdón es una de esas cosas.
4. No rechazar al que nos habla (v. 25-27) Cuán grande es el amor del Señor que, a pesar de ser nosotros quienes tomamos caminos contrarios a Él, es Él quien va en busca nuestra y nos llama, a veces con gritos que nos libran de la muerte, y a veces con suaves susurros en lo profundo del corazón, pero no nos deja solos.
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Dios siempre nos habla, pero si ignoramos su llamado y su voz una y otra vez, el corazón se va endureciendo como roca, hasta volverse insensible a su voz. La Palabra dice que las ovejas reconocen su voz y lo siguen, así que, si has dejado de oír la voz del Pastor, presta atención y vuélvete a Él, no sea que tu corazón se esté endureciendo y no estés atento al llamado del novio en su venida. La voz del Señor se manifiesta de muchas maneras, Él puede valerse de cualquier medio para llamar nuestra atención. Lo importante no es el medio que utiliza, sino el ser reconocido. Puede ser que al principio no estemos acostumbrados a escucharlo, pero cuando lo hacemos, sabemos que es Él quien nos está hablando. Quizás la forma más difícil de saber si es su voz o no es cuando lo escuchamos en nuestro interior, pues confundimos su voz entre tantas voces en nuestra cabeza y es posible que no la identifiquemos. Por eso es necesario llenarnos de la lectura de la Biblia, pues es la Palabra de Dios, y mientras más la conocemos, más claro se nos hace reconocerlo, pues cuando Él habla, nunca va en contra de sus preceptos y enseñanzas. La Palabra del Señor es verdad y vida, es el mismo Jesús: “En el principio ya existía La Palabra, y la Palabra estaba con Dios y La Palabra era Dios” (Juan 1:1). Por esta razón, qué delicado es tomar la Palabra de Dios a la ligera. Si la rechazamos, estamos rechazando a Cristo. No olvidemos que Dios es fiel a su Palabra, y lo que Él ha dicho, lo cumple. Él nos pide escucharlo y guardar sus leyes para que nos vaya bien, ése es su deseo (Deuteronomio 28:114, 30:19-20; Jeremías 29:11-14)
pero si no hacemos caso a sus correcciones, e insistimos en ir por nuestro camino de desobediencia, tarde o temprano enfrentaremos las consecuencias (Deuteronomio 28:15ss); “Así que no nos engañemos, a Dios no lo podemos burlar, lo que sembramos eso cosechamos”. (Gálatas 6:7)
5. Demostremos gratitud sirviendo al Señor con temor y reverencia (v.28-29) Un corazón que reconoce su pecado delante de Dios y llega a entender lo bueno y misericordioso que es el Señor, es un corazón agradecido, y su único deseo es agradar al Señor con su propia vida poniéndose a su servicio. Para un creyente que ha rendido su vida a los pies de Cristo, le es imposible dejarle de servir. Servirle al Señor no se circunscribe en un lugar o a un determinado tipo de personas o maneras. Servirle al Señor significa ir y hacer lo que Él nos pide, en el momento, lugar y con las personas que Él nos manda. Servirle con temor y reverencia, significa reconocer que estamos al servicio del Gran Rey de Reyes, del Creador del universo, del tres veces Santo, y no es un juego, “porque nuestro Dios es fuego consumidor.” (Hebreos 12:29). Es recordar en todo momento que soy yo quien está a su disposición y no Él a la mía. Es negarme a mí mismo y seguirlo por amor. Así es que, NO TE DETENGAS en tu caminar, sigue avanzando atendiendo sus amonestaciones, dejando atrás toda amargura, escuchándolo y poniéndote a su servicio. “Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” (Filipenses 1:6)
Mujeres de proverbios A veces cuestionamos la existencia de Dios. Sé que alguna razón tenemos para pensar así. En mi caso, fue por algunas experiencias que te quiero compartir, porque sé que de la misma manera que yo, has vivido circunstancias desagradales y de mucho sufrimiento. Por: Verónica de Farrera
Una vida sin Dios
V
engo de un hogar que se desintegró cuando tenía 11 años, soy la segunda de 4 hermanos y viví en una familia atea, o sea que no creíamos en Dios.
A pesar de eso, yo estaba siempre admirando y deleitándome de la naturaleza, me gustaba ver la majestuosidad del inmenso mar con sus grandes olas y su rugido que me llenaba de tanta emoción, sin saber que alguien lo había creado todo, pues yo pensaba que todo en este mundo era bello y cambiante por la evolución.
Era tal mi admiración que hasta escribí muchos poemas. Pero cuando leí un poco sobre el Génesis, primer libro de la Biblia, me convencí de que la naturaleza fue creada por Dios y nosotros somos parte de esa creación. Se nos hace difícil creer que Dios se deleita en nuestras vidas, y lo sentimos tan lejos de nosotros. Pero ciertamente Él es Dios, y en la Biblia lo podemos encontrar en todas las formas en que se le describe. A pesar de ser Dios, Él no está lejos de ninguno de nosotros.
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Qué difícil creer que Dios está cerca cuando estamos pasando por cosas que no entendemos. A continuación, incluyo un fragmento del libro que escribí, en donde cuento un poco de mi niñez y de las cosas duras que me tocó vivir a tan temprana edad.
Mujeres de proverbios 22
Fragmento del libro Mi dulce hogar, capítulo 1 , página 24-25 No los vi abrazados ni tomarse de las manos, menos decirse cosas lindas, no se veían enamorados. Nunca vi a mis padres orar ni entrar a una iglesia y recuerdo que no nos permitían que habláramos de Dios, mi padre siempre nos motivó a leer y a formar nuestras propias convicciones, se consideraba ateo y veía como personas débiles a los que buscaban a Dios.
En casa no teníamos Biblia por eso nunca la leímos aunque se fomentó la lectura desde muy niños, por eso pude conocer obras y escritores de diferentes géneros a muy corta edad, eso se lo agradezco mucho a mi padre, pero cuánto me hubiera gustado que me enseñaran a leer la Biblia, porque así también hubiera conocido a mi Señor.
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Realmente creo que no es muy bueno para una niña entre los 5 y 7 años estar leyendo novelas y libros que sólo representan dramas y tragedias. No eran precisamente cuentos de hadas o historias infantiles los que me pedían leer.
Estaba muy pequeña y no entendía por qué tenía que ser así Pero mi memoria lo guardó todo. “Los niños suelen preocuparse cuando ven u oyen discutir a sus padres. Es duro oír sus gritos y las palabras desagradable, que se dicen. Ver a sus padres alterados y fuera de control puede hacer que un niño se sienta desprotegido y asustado.” Mi padre, un hombre muy inteligente, intelectual, pero ateo, a quien le faltó el amor desde su hogar, por lo que hoy entiendo, estaba lleno de complejos, miedos e inseguridades. Esto se manifestaba en el mal esposo que era, irresponsable, violento, poco amoroso. A pesar de todo eso, él era mi héroe, porque tenía momentos bonitos con nosotros, jugábamos juegos de mesa cuando estábamos en casa, y salíamos de paseo intercambiando conversaciones; lo admiraba mucho también por su inteligencia, lo veía muy guapo, no se daba cuenta que lo observaba y me daba mucha tristeza cuando él veía a otras mujeres y las enamoraba, eso me dolía mucho porque veía sufrir a mi mamá.
Un día mi mamá se cansó de todo y se fue de casa Después de catorce años juntos, para buscar una estabilidad económica mejor ella sola, fuera del país y lejos de papá. Buscó el país del Norte, con la intención de regresar por nosotros sus hijos, para que viviéramos otra realidad. Así que, al ella irse, quedamos con mi hermano mayor; de tan sólo trece años, al cuidado del hogar y de mis dos hermanitas de nueve y siete años, mientras mi papá trabajaba. Eso fue terrible para mí, entré en una crisis muy fuerte de soledad, nunca pensé que de un día a otro ella ya no estaría con nosotros, sufrí tanto que no dormía casi nada en las noches, no comía y lloraba casi todo el día por ella.
Dios puso a mi lado personas que me ayudaron Mi maestra, que en la escuela me veía débil y durmiendo sobre el escritorio, se tomó el trabajo de buscar ayuda para mi. Citó a mi papá para saber un poco más de nuestra situación, me consolaba y me abrazaba, trató de darme un poquito de cariño de madre, eso nunca lo olvidaré. Así como nunca olvidaré la ayuda que mi hermano Rodolfo me dio al preocuparse por mí en esos días tan tristes. Mi amiga Carolina, que fue tan amorosa y se hermanó conmigo, también jugó un papel muy importante para que yo no me sintiera tan sola.
Una oración Recuerdo que con mis dos hermanitas, nos atrevimos a hacer una oración, pidiéndole a Dios que cuidara de mi madre y que pudiera llegar bien a Estados Unidos. No sabíamos si pedir que llegara o que regresara, pero si regresaba corría el riesgo de ser maltratada y abusada por los que se aprovechan de estos emigrantes, así que mejor le pedimos a Dios que cruzara. ¿Crees que Dios podría escuchar la oración de tres niñas “ateas”? o quizá no éramos ateas porque estábamos orando, o talvez a pesar de ser ateas oramos con todo el corazón. ¿Qué piensas tú querido lector?
todo aquel que cree en Él no muera sino tenga vida eterna.”
Yo te motivo a buscar el camino del Señor Que hables con Él, que le pidas un milagro en tu vida, con la certeza de que Él no lleva cuentas de tus pecados, más bien pide y habla con total seguridad de que te ama y te quiere ver feliz. Nuestro Dios es fiel, bueno, amoroso, y no nos trata conforme a lo que hemos hecho.
La Biblia dice en Mateo 18:19 “Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Mi mamá llego bien y actualmente vive en Estados Unidos.
Busca tu propia experiencia con El Señor, estoy segura que te responderá, y no sólo vas a recordar esta etapa de tu vida como un tiempo que pasó y del que Él te sacó, sino también serás de mucha bendición para otros cuando cuentes lo que te ha sucedido y lo que Él ha hecho por ti para ser feliz y vivir como verdadero hijo/hija de Dios.
¿Llevas una vida sin Dios?
Encuentra el propósito de tu vida
Si puedes recordar el titulo de este artículo es UNA VIDA SIN DIOS. Es porque mi vida, que estuvo tan llena de tantas tristezas y dolor, tornándose cada vez peor, había perdido la esperanza de algo mejor.
Por último, quiero decirte que si haces esto, encontrarás el propósito de tu vida. No estás en este mundo por casualidad, hay un plan maravilloso para ti.
Así es como creo que te has sentido alguna vez, y puedo entender con toda certeza sobre esos sentimientos. Pero no todo es obscuridad, ni tristeza, ni dolor, hay alguien que pagó por nuestra vida, se llama JESÚS, ¿sabes? Él fue enviado por Dios con gran amor por ti y por mí. Juan 3:16 dice: “De tal manera amó Dios al mundo que envió a su único hijo, para que
¡ANIMO! Jesús te está esperando.
¿Crees que Dios podría escuchar la oración de tres niñas “ateas”? o quizá no éramos ateas porque estábamos orando, o talvez a pesar de ser ateas oramos con todo el corazón. ¿Qué piensas tú querido lector?
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Vida de alabanza
Por: Osberto Ruano
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Dios haciendo callar al enemigo
n Mateo 21:15-16 dice: “Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?” Veamos el contexto: Jesús acaba de sanar a los ciegos y cojos que habían llegado al templo. Unos muchachos, los principales sacerdotes y escribas fueron testigos de las sanidades que Jesús había hecho, y los muchachos maravillados irrumpen en alabanzas a Jesús, reconociéndolo como el Mesías prometido, diciendo: “Hosanna al Hijo de David”, y ante tal aclamación, los principales sacerdotes y escribas se llenaron de celos y trataron de que Jesús mismo los callara. Me llama la atención los dos tipos de reacciones ante las maravillas de Jesús. Hoy en día Jesús sigue haciendo maravillas y milagros, yo soy testigo, sigue sanando, liberando y arrancando almas de las garras del infierno,
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La alabanza siempre ha sido un tema que ha llamado mi atención, porque sé que es muy importante para Dios; de hecho, el término alabanza aparece mencionado en la Biblia más de 250 veces. Estudiando en la Biblia un poco del tema, encontré esta joya, que nos habla de una alabanza perfeccionada.
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pero al igual que en aquel tiempo, se siguen dando las mismas reacciones: Rechazo y alabanza. ¿Con qué grupo te identificas? El rechazo puede ser por muchas razones, te enumero algunas de ellas: Algunos se sienten amenazados en sus tradiciones y creencias religiosas, como los principales sacerdotes y escribas del pasaje, otros porque le temen a lo sobrenatural, a lo desconocido, otros porque están cegados, otros porque son rebeldes y orgullosos, y no dan alabanza a nadie, solo buscan recibirla de los demás.
Continuando con el pasaje, Jesús en vez de callar a los muchachos como pretendían los fariseos, cita un pasaje que se encuentra en Salmos 8:2, que dice: “De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo”, y dicho por los propios labios de Jesús: “¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?” Es interesante que quien está hablando es Jesús, la alabanza perfecta al Padre, el experto en la materia. No ha existido, no existe, ni existirá nadie en el universo que sepa agradar más al Padre con su alabanza que Jesús, por lo tanto, capta toda mi atención cuando habla del tema. De hecho, dice la Biblia que Jesús alaba al Padre en medio de la congregación, Hebreos 2:12 dice: “Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré”. Si hacemos un paralelo de los dos textos bíblicos, el común denominador en ambos, son los niños y los que maman, es decir los bebés. En el salmo dice que en ellos, Dios funda fortaleza para hacer callar al enemigo y Jesús dice que en ellos Dios perfeccionó la alabanza. Quiere decir que para que Dios perfeccione nuestra alabanza, necesitamos hacernos como niños, y que al irse perfeccionando nuestra alabanza a Dios, Él funda fortalezas y hace callar al enemigo, a Satanás y sus demonios.
La alabanza: un arma poderosa Estamos en batalla espiritual y la alabanza es un arma poderosísima para callar al enemigo. ¿Ves lo importante que es la alabanza en la vida del creyente? Primero, Dios mismo marca en nuestra vida, las áreas que van siendo conquistadas, y construye fortalezas para evitar que esas áreas vuelvan a perderse; y segundo, Dios usa la alabanza como arma para conquistar terreno en nuestra vida, ya que al dejar mudo al enemigo, quien es padre de mentira y usa la mentira como arma para engañarnos. Al ser enmudecido, pierde una de sus principales armas para atacarnos.
Características de un bebé Hay muchas características que Dios podría estar viendo en los bebés y en los niños para perfeccionar la alabanza en ellos, pero te dejo con tres, que considero son importantes en tu alabanza a Dios:
1. Dependencia El niño es dependiente de sus padres, mientras más pequeño es, más depende de ellos. Un bebé prácticamente depende de sus padres para todo, para comer, para dormir, para hacer sus necesidades, etc. No hacen esfuerzo para conseguir su alimento, techo, ropa, medicina, etc, sus padres le proveen todo. Dios espera que dependamos de Él como un bebé depende de sus padres para todo, que en cada decisión que nos toque tomar, dependamos de Él, así como reconocer que Él es nuestro proveedor, y simplemente usa como un medio, el trabajo, la empresa, o a personas, según sea el caso.
Que reconozcamos que cada día de nuestra vida es un regalo de Dios y que Él tiene contados nuestros días.
2. Confianza La confianza es un peldaño más alto que simplemente creer, la confianza lleva acción. Un ejemplo que ilustra la diferencia entre creer y confiar: Imagina que hay dos edificios muy altos y una cuerda que une a ambos edificios. Yo soy equilibrista y atravieso en una bicicleta la cuerda floja cinco veces sin problemas. Si apuestas a que voy a pasar la cuerda floja en mi bicicleta la sexta vez, eso es creer en mi capacidad como equilibrista, pero confiar en mí va más allá, sería aceptar mi invitación a pasar la cuerda floja conmigo en el asiento trasero de mi bicicleta ¿Ves la diferencia? Dios pide que confiemos en Él plenamente, que vivamos según lo que Él dice que es bueno para nosotros, aunque nuestra lógica y todo el mundo nos diga lo contrario. Mientras el mundo te dice que sobornes, que robes, que mientas, que aproveches las oportunidades de adulterio, que escales de posición sin importar el precio, Dios te dice lo contrario, que vivas en integridad, en pureza y en santidad, llevando su Evangelio a toda criatura, pide que confíes que Él tiene el control y que sus planes para ti son lo mejor que te puede pasar.
Vida de alabanza
En los niños se perfecciona la alabanza
3. Espontaneidad Los niños son expresivos, lloran si tienen hambre o si les duele algo, no importando quien los vea, no les importa mucho “el qué dirán”, así también se ríen a carcajadas cuando algo les causa gracia, son espontáneos, saltan, se divierten. Dios pide que seamos como niños en nuestra alabanza, sin vergüenza, sin prejuicios, simplemente que expresemos lo agradecidos que estamos con Él. Así que seamos como niños y dejemos que Dios perfeccione nuestra alabanza y calle al Enemigo.
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Entretenimiento Las vid verdadera Juan 15:1-8 tiene uno de los mensajes más hermosos de la Biblia, en donde Jesús nos habla del fruto de nuestra permanencia en Él. Hay grandes tesoros que podemos encontrar en esta porción de la Biblia. Léelo, y contesta las siguientes preguntas. Y luego, ¡¡aplícalo a tu vida!!
1.
¿Quién es la Vid?
2.
¿Quién es el labrador?
3.
¿Quién es el pámpano?
4.
¿Qué hará con el pámpano que no lleve fruto?
5.
¿Qué hará con el pámpano que sí lleve fruto?
6.
¿Cómo nos hacemos limpios, según el versículo 3?
7.
¿Cuál es la única manera en que podemos dar fruto?
8.
¿Cuánto podemos hacer separados de Cristo?
9.
¿A dónde se va el pámpano que no produce fruto?¨
10.
¿Cuál es el resultado de permanecer en Cristo?
11.
¿Cómo glorificamos al Padre?
a. ______________ b. ________________
RESPUESTAS: 1. Jesús 2. El Padre 3. Nosotros 4. Lo quitará 5. Lo limpiará para que de más 6. Por su Palabra 7. Permanecer en Jesús y Él en nosotros 8. Nada 9. Al fuego para que ardan 10. Pedimos todo lo que queremos, y nos es hecho 11. A. Llevamos mucho fruto B. Seamos discípulos de Cristo
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Enero - Marzo 2017