Cuerpo del Delirio

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Cuerpo del delirio © Ketty Cadillo García Antares Artes & Letras Centro Cultural de España Ilustraciones: José Antonio Morales Diseño: Jesús Ruiz Durand Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso del autor. Derechos reservados Impreso en el Perú - Printed in Perú Ikono S.A. Edificio los Sauces Dept. 1503 Residencial San Felipe, Jesús María, Lima Perú. Tf 4636770 998710299 ikonos@terra.com.pe Primera edición. Abril 2008 Hecho el depósito legal en la Bibliotecca Nacional del Perú Nº2008-05567

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K e t t y

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C a d i l l o

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G a r c í a

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EXORDIO DELIRIO COLORES DOMINGO EN OCTUBRE HECHIZO SANTUARIO NIEBLA CUERPO RITO VUELVO SABIA MANOS EXTRAÑAS MUÑECA DE TRAPO CÍRCULO DE VIDA SOLITARIA PIEL GATA EN CELO ¿CÓMO? YEGUA SALVAJE CONDENA ABISMO MENTIRA MEDIA VIDA HUIDA BAILA UNIDAD ETERNA

08 10 12 14 16 20 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42 44 46 48 50 52 54 56 58

AGRADECIMIENTOS

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A

MIS

PADRES

,

QUE

N U N C A

LEERÁN

ESTOS

VERSOS

.

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X O R D I O

Las mujeres durante siglos fueron musas. Una que otra tomó la palabra y causó asombro, como la mítica Safo en la antigua Grecia o como Teresa de Ávila en la España del siglo XVI. Todavía en la Hispanoamérica de Rubén Darío, las mujeres recibían el incienso de los varones en los salones. Pero fueron algunas de ellas las que saltaron de coleccionar versos en álbumes que les dedicaban los vates, Chocano, Nervo, Gutiérrez, a escribir los propios con originalidad y desenfado. Así nacieron Delmira Agustini, Juana de Ibarborou, Gabriela Mistral. En el Perú, la primera mujer poeta de valía es Magda Portal y luego continuó una pléyade de escritoras, entre ellas Blanca Varela, la peruana más conocida en el orbe hispano, o María Emilia Cornejo, emblemática en su áspera manera de decir su verdad. Han pasado huracanes en la poesía escrita por mujeres y ahora los versos de Ketty Cadillo señalan otro momento de la producción femenina. Es la hora de la preocupación por el cuerpo y por la sexualidad. Estos poemas, de apariencia suave, son fumarolas de un volcán en ebul lición. Pero ha pasado la hor a de la con f ro ntación con el varón: la mujer se atreve a hablar de sí misma, de sus sensaciones, de sus deseos, y para eso no necesita sino decirlo bien, sin remilgos, pero también sin voluntad de exhibición. M a r c o

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M a r t o s


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e l i r i o

Delirio de flor abierta, pétalos de lirio en medio de selva negra. Cuerpo humedecido, sudor de piel canela, dulce invierno de sábanas mojadas. Delirio de un alma que explota. Lengua áspera, piel suave, sueño profundo, luna cómplice. Amanecer intruso que dibuja el rostro de un ser desconocido.

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olores Color de nostalgia, mal que hiere. Olor a sangre seca, madera vieja, ajada por el sol. Signo de penitente marcado con ceniza. Color a sexo húmedo, canción de cuna junto al mar. Dos cuerpos fundidos hechos líquido, como el metal. Río profundo, arroyo silencioso, miles de puntos corriendo hacia la vida...

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omingo en octubre

Octubre sobre mis hombros, olor a humedad. ParĂ­s con calles vacĂ­as: domingo en una gran ciudad. MelodĂ­a que rompe el silencio, sonido de violines cansados dispuestos a revivir recuerdos borrados. Avenida eterna, ojos verdes que devoran carne humana. Neblina que cubre dos cuerpos silenciosos, seres que se funden con la esperanza de encontrar gramos de felicidad.

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H

e c h i z o Gracias a un encanto, travesura de aprendiz de hada, Él apareció en mi cama durante una madrugada. Cuerpo tatuado, heridas de guerra, rasguños de sangre. Se coló por mi ventana, se tomó mi café amargo con sabor a mañana. Encendió mis noches durante dos días, hasta que la luna terminó el encanto. Su boca dibujo un “quizá” con sus labios, se marchó con el viento, dejó mi cuerpo húmedo, adolorido, vacío...

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S

a n t u a r i o

Manos que recorren el santuario prohibido. Torrente de agua, placer infinito. Dios ha encontrado su templo de piel erizada. Dedos fรกlicos, bomba de tiempo, reloj que se para.

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N

i e b l a Entre un no, un sĂ­, torrente de palabras que marcan distancia. CĂ­rculo de vida eterno dando vueltas alrededor de dos cuerpos en un espacio infinito multiplicado por la soledad. Niebla arrolladora que cubre la piel, hechizo nocturno dando vueltas donde dos es igual a uno. Batalla terminada, salĂłn de paredes ajadas, seres derrotados, sonrisa en los labios.

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C

u e r p o

Abrazo mi cuerpo, recorro mi piel: tacto suave, piel de gallina, estrĂ­as tatuadas, caderas marcadas, grasa acumulada que se niega a desaparecer. Dedos que dibujan el mapa eterno: un cuerpo que a veces me niego a reconocer.

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R

i t o Sabor de piel desnuda untada de chocolate y miel; festín de dioses, culto pagano, Ninfa vestida de blanco

camino al altar. Sacrificio de gozo, Dios aterrorizado: ¡pecado!, ¡pecado! demasiada felicidad. Sábanas suaves, Gólgota privado, espada que parte de un tajo mi vientre, grito callado, gemido animal, mar embravecido, espuma blanca. Cuerpo rendido, rito que llega al final.

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V

u e l v o Vuelvo a creerte, con los ojos cerrados, el coraz贸n herido, los labios ardiendo. Vuelvo desnuda, con ganas de amarte de sentir tus manos, de ser tuya. Vuelvo a enga帽arme, para curar mi soledad, con una mentira, para sentir mi piel viva, a pesar de las arrugas.

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S

a b i a

Sudor que hace grietas, que erosiona mi piel, que modela mi cuerpo. Arcilla blanda, carretera peligrosa, kilómetros de distancia. Pudor que se esfuma, que se evapora con tu calor. Cuerpo extraño: túnel oscuro, camino recto. Sabia de vida, que brota de tu sexo, agua bendita de sabor dulce, casi salado...

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M

a n o s

e x t r a ñ a s

Mañana que despierta, apuesta que gana el sol, olas de tela, mar de dos plazas, día intruso, nunca odié tanto el sol. Sabor salado en los labios, dolor entre las piernas: cinco dedos, dos glúteos, manos extrañas que han dejado su olor. Mañana que despierta, apuesta perdida: pasión que se esfuma con la luz del día.

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u ñ e c a

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t r a p o

Muñeca de trapo que camina por París; muñeca insulsa, nadie vuelve la mirada por ti.

Muñeca de trapo, cuerpo desnudo, temblando de frío, mañana de otoño, bajo un cielo gris.

Muñeca de trapo, promesa incumplida de amante furtivo, cuerpo desconocido, que no volverás a ver.

Muñeca de trapo vestida de rosa, domingo frío, violines que suenan,

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eco de una canción de cuna.


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í r c u l o

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v i d a

Nació de la nada: humo de sueño ardiente, olor a dalias por la mañana, rostro pintado de gris, un miércoles de ceniza, habitante oculto, tras mil máscaras.

Creció en el vacío: niña que busca una mitad que no existe, un pecado que no excomulga, sexo sin pudor ni lágrimas, corazón encurtido con vinagre y sal.

Murió triste: círculo eterno, camino sin retorno, hiedra que crece alrededor de una lápida, campo santo, historia con fin.

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S

o l i t a r i a

Rostro con veinte arrugas, heridas de guerra, batalla particular contra la vida. Ahí estás, parada en una esquina, una vez más. Con toda tu vida metida en una mochila. Angustia que sueña con otro cuerpo dentro de una cama caliente. Ser solitario que espera una cena donde la pasión sea el plato fuerte. Ángel caído que busca la cura para los temblores de su vientre.

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P

i e l Yemas de dedos que queman. Piel contra piel que se gasta. Sรกbanas de lino, un espejo, gemido ahogado por la almohada. Bomba de tiempo, poema oculto, historia que escribe mi cuerpo.

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a t a

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c e l o

Mis ojos en tus ojos lago azul profundo, lluvia salada que se esfuma con la luna plateada. Viento que dibuja, corazones rojos, polvo de madrugada. Silencio c贸mplice, prohibido hacer ruido, gata en celo que se esconde bajo lluvia de almohadas. Noches de veinticuatro horas, delirio de alcohol, cuerpo que se rinde ante los deseos de sus sentidos.

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C

ó m o ? Cómo te muestro este cuerpo, masa de grasa y carne que no reconozco. Cómo escondo las partes que me avergüenzan ante el espejo, que disimulo con ropa de volantes. Cómo me saco de encima las arrugas de estos treinta vividos. Cómo borro las huellas interminables marcas dejadas en mi piel por otras manos. Dime ¿cómo lo hago?

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e g u a

s a l v a j e

Corre yegua salvaje, vestida solo de piel, corre, no pares, que en la cima está el placer. Montañas endurecidas, templo abierto para recibir al devoto más fiel. Corre yegua salvaje, no dejes de bailar, mantén el ritmo, toma aliento, tu cumbre está cerca: cierra los ojos, cuerpo que tiembla...

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o n d e n a Metidos en un cubo, partidos en cinco partes, imagen de seres, fundidos en hierro. Prohibido dejar huella, hacer ruido, solo es posible escuchar el rumor de un llanto escondido. Palacio de nieve, caparaz贸n de hielo, cierras los ojos, incendio peligroso, mujer condenada que espera resignada su castigo.

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A

b i s m o De pronto se abrió el abismo, de pronto el Mar Rojo cerró la senda: tú a un extremo, yo en la otra orilla. La misma cama, las mismas sábanas, el mismo aire que nos alimenta. Placer devastado por el compromiso. Sexo sin pasión, placer convertido en obligación. Historia desgastada

por el tiempo; viento cómplice, tintineo de agua caliente, huesos roídos, cuerpos adoloridos de tanto dañarse.

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M

e n t i r a ¿ Cómo nace la mentira? ¿ Cómo se hace parte de tu vida? Buscas ese alguien para cada quien que sabes... no existe. Invención de un ideal para llenar el vacío: días de soledad en medio de tanta gente. Te mintieron, ¿te das cuenta? te enseñaron a buscar el amor en noches vacías y cuerpos desnudos, flor regada con alcohol, hiedra roja que se envuelve, a la primera piel caliente. Nieve en el campo, una vez más te falló el corazón, ¿dónde te enseñan a vivir... vida?

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M

e d i a

v i d a

Hace quince aĂąos, beso adolescente, hoy este cuerpo ajado cuenta en un espejo embrujado las marcas de cada amor efĂ­mero promesas en noches eternas en dĂ­as nublados. Hoy este cuerpo reclama un poco de inocencia, volver a ruborizarse con un beso, volver a temblar con una mirada. Hoy a los treinta quiere borrar la mitad de su vida.

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H

u i d a Necesidad de huir vida, de inventar un mundo: sin espejos delatores por la maĂąana, ni promesas de volver para ocupar el vacĂ­o que existe en mi cama. Necesidad de huir vida, de este estar diario que invento, horas que pasan sin dejar huella, donde entierro el pico para que los otros no me digan nada.

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B

a i l a Baila, nunca te canses, mueve ese cuerpo desnudo, baila mujer de caderas anchas, llena la pista con tus ancas de rana. Baila vestida de seda, mueve tus huesos oxidados, no hagas tan largo el preĂĄmbulo, acepta el sacrificio, entrĂŠgate al gozo que nubla tus sentidos. Sacrifica tus tacones, siente tus pies tocando las heladas nubes del cielo.

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n i d a d

e t e r n a

¿Cómo encontrar el lugar que buscas? Paraíso eterno de noches interminables, lecho de seda para esta desnudez completa, cabello oscuro piel morena, mujer que tiembla ante tu mirada. ¿Cómo romper este círculo interminable? Caminante solitaria de calles vacías, escalera de caracol que asfixia, peldaño a peldaño mil arrugas. ¿Cómo dejar de llorar? Convertir el llanto en una sonrisa, dejar de partir tu vida, conformarte en tu unidad eterna.

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Al Sr. Alberto Benavides y Antares por apostar por estos versos. A Ricardo Ramón y al Centro Cultural de España, por el apoyo. A Ismael Pinto, por todo el cariño y la amistad incondicional de siempre. A Cuco Morales, por cederme su trabajo, (tú sabes cuanto admiro lo que haces). A Roberto Zariquey, por la primera revisión y las recomendaciones. A Gaby Zenteno por los primeros bocetos para este poemario. A Luzmary, Kelly, Lucía, Esther, María, Litos, Carlos, Rud, Patrick, Pedro, Isi, Anna, Horacio, Marion, por esos años maravillosos en España (perdón si me olvido de alguno). A Sandra, Jandy, Juan Carlos, Pepe, Agustín, Gerardo, Dick, Leila, Zoila por la amistad y las primeras lecturas. A Ericka por ser mi apoyo, mi amiga, mi confidente. A Yaki Oyarce por la amistad y enseñarme tanto. A Pilar Ramos y todas mis queridas DIVAS, por todo el apoyo incondicional y por compartir este sueño. A Gaby Rossi y Pippo Miglio por todo el cariño, por acogerme, por estar ahí…A Paola por ese regalo que es nuestra amistad. A Jesús Ruíz Durand por darle la forma final a este sueño. A mis tías Olga y Rosalía, por el cariño y su deliciosa comida. A mis primas, Marlene, Rosa María y Lupe, por el cariño incondicional siempre. A mis hermanos, a pesar del tiempo y la distancia. En suma, gracias a toda mi familia (cada vez somos menos).

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PRINTED

IN

PERU,

BY

IKONOS

S

.A.

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Cuerpo del delirio se terminó de imprimir en abril 2008 en los talleres gráficos de Ikono SA, Edif Los Sauces dept 1503 Residencial San Felipe Jesús María Lima Perú. Tf 46367770 99871 0299

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