Pliego Petitorio IV

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ANTOLOGÍADEPOESÍACOMBATIVA

PLIEGO PETITORIO IV

EDITORIAL PERSONAJES SUBTERRÁNEOS


Prólogo … somos los zapatistas, los rebeldes que nos negamos a ser números, los que preferimos ser dignos, los que no nos vendemos, los que no nos rendimos, los que, cuando queremos ver al futuro, no miramos hacia arriba buscando un signo monetario; los que, cuando queremos asomarnos al mañana, miramos hacia abajo, y buscamos y vemos ahí a un niño y en él buscamos y encontramos, no lo que fuimos, sino el espejo de lo que seremos…

Sub Comandante Marcos UNAM, 21/03/2001 “Las Islas”, CU

Sin duda alguna la violencia en el mundo entero ha alcanzado niveles insostenibles para los sectores más vulnerables. Sin embargo, la violencia es sustentable para quienes detentan el poder. Tan sólo de 2006 a la fecha, el presupuesto destinado por el Gobierno Federal al sector de la seguridad pública en México creció más de 50%.

La violencia en México se agudizó a partir de 2004, cuando Vicente Fox era el presidente de la República. Con Felipe Calderón al frente del Ejecutivo y su llamada “guerra contra el narco”, las cifras de muertos y desaparecidos aumentaron, lo mismo que las ganancias para el narcotráfico. No existen cifras exactas, sin embargo, en marzo de este año, el entonces Comisionado de Seguridad Nacional Manuel Mondragón y Kalb, reconoció que el negocio y tráfico de drogas en el mundo genera unos 400 mil millones de dólares para las mafias internacionales, de los cuales 250 mil se generan en América Latina.

De acuerdo con un reporte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos publicado el 31 de marzo de 2011, los cárteles mexicanos y


colombianos generan una ganancia anual de hasta 39 mil millones de dólares por la venta de droga. En México, el narcotráfico genera 991 millones de dólares por año, según el estudio Evaluando el impacto económico del tráfico de droga en México, realizado por la especialista de la Universidad de Harvard, Viridiana Rios.

Si comparamos estas cifras con las que ha generado el impacto de la violencia sobre, por ejemplo, el PIB –el producto interno bruto, es una medida macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país durante un período determinado de tiempo– encontramos que en 2014 la violencia tuvo un impacto equivalente al 17% del PIB mexicano, es decir, 233 mil millones de dólares anuales –según el “índice de paz” elaborado por el Institute for Economics and Peace a partir de datos oficiales–.

Sin embargo, las cifras de los costos humanos que genera la violencia podrían causarnos escalofríos. En México, la hemos padecido desde tiempos inmemorables, la hemos normalizado e incluso somos fieles practicantes. Según datos del Inegi, en 2013 el 40% de los hogares mexicanos contaba con al menos un miembro de la familia que había sido víctima de algún crimen:

InSight

Crime

destaca

que

los

datos

de

la

encuesta

son

significativamente más elevados que los de las estadísticas oficiales mexicanas, lo que sugiere que hay un alto porcentaje de delitos que no son denunciados. El grupo calcula que, según los datos, el 90% de los crímenes cometidos en 2013 no fueron denunciados.

La discrepancia entre las infracciones denunciadas y la "cifra negra" (el número de crímenes que no son declarados) es especialmente notoria en el caso de los secuestros, añade InSight Crime. Aunque el estudio


indica que 120.000 personas aproximadamente fueron víctimas de un secuestro en 2013, sólo 1.698 casos fueron denunciados.

(Eline Gordts , El Huffington Post, 13/11/2014)

Me gustaría terminar aquí con las cifras. Los muertos, los desaparecidos y las mujeres asesinadas son, para quienes ejercen la violencia desde las altas esferas del poder corrupto, sólo eso: números, cifras que van cambiando. A los números no se les puede llorar, ni recordar, a un número no se le extraña, ni se le busca por debajo de las piedras. Un número es un ente, sin vida, sin memoria. Para ellos somos números y los números no contamos historias.

Pero se equivocan, porque nosotros no somos números, somos poetas y los poetas les escupimos palabras que queman, que hierven sobre sus rostros marchitos y levantamos la voz para contar la historia de quienes se les ha querido sepultar como número y, sin embargo, tienen nombre y apellido.

PLIEGO PETITORIO IV funciona como un homenaje a una mujer que lucho por esclarecer los feminicidios en Ciudad Juárez, pero es también una llamada de atención, un canto poético que entrelaza diversas voces, desde diferentes trincheras, unas disidentes otras estridentes, voces que le gritan al mundo: ¡Seguimos vivos!

Personajes subterráneos Noviembre, 2015



AndrĂŠs Galindo


¿Qué voy a saber yo de la guerra si jamás he luchado? l Así como no hay camino Después de la niebla Ni infierno detrás de Dios, No hay enigma en el desprecio Que siento por lo que soy:

Una Guardia que a los suyos No protege, Un ahínco de rodillas por los dos;

Una bomba que en su patria No detona, Porque mojada a la tierra llegó.

Hoy hablo desde mi trinchera Que más que trinchera es zanja Porque hasta ayer anduve En cuatro patas pensándome Felina sin ver mi semejanza Con las ratas.

Tanto tiempo he pasado indiferente Entre hombres desahuciados Que no noté el duelo que dejó Santiago al irse al cielo.

Estoy que no amo.


Que no puedo con los muertos Ni propios ni ajenos, Ni nacionales ni extranjeros. Que no veo la hora de reencarnar En otra cosa; Algo con más protesta, Con menos ñáñaras, con más Palabra que ápices de rabia.

ll

Hay en el mundo un olor guerra Que festejar a los muertos O marchar por ellos Resulta una ofensa Para los sobrevivientes, Que con sus dientes Contienen la lengua para no perderla Por hablar de justicia.

Hay en el mundo un olor a guerra Que suena a vanagloria escribir Sobre la costa, rodar con valentía Y amar al que se hace llamar artista; (Jugar al poeta o al médico sin fronteras Sólo son excusas para cargar la guadaña.)

Hay en el mundo un olor a guerra Tan físico que se asocia al hambre, Al polvo, al fuego, al ruido, A la tensión, al hurto, al esmog Al Estado, al Narco y a Dios.


¿Que va a pasar con nosotros dos Cuando no haya más camino que Morir armado y no en amor?

lll No habrá sendero después del disparo, Ni casa después de la caza, No habrá cuerpo después del casquillo, Ni evidencia de vida después una ráfaga. No habrá hijos después de los padres Ni madres de rosario en mano. No habrá guerra después de la muerte, Ni paz antes de esta. No habrá paz para nadie en la tierra Ni tierra para nadie sin guerra. No habrá duda de lo cruel que fui Conmigo, Dando asco con mi puño izquierdo tibio. En asco las ratas sin partido morimos; Que nadie nos salve del holocausto Porque despertamos cuando ya todos Estaban tasajeados por el enemigo.

Betsy Numen


Y tú: ¿Oístes o escuchastes? ©©

Enemigo Y cuando oigas un “aigas”, me dirás se dice: hayas, allí escucharas al colono que hallas montado en caballo allá la cima, no “vaiga” siendo que vaya a verme a donde vaya yo, con esta pinta de rojo rebelde y empecemos con el problema; vaya, vaya, con que a esas le tiraremos, con resortera y piedritas, las pedradas no me salen, nomás los piedrazos y las piedradas, que te quede claro cara de tanque.

Mujer del tamaño de Yoda, palabra al estilo Yoda,

Mujer con influjo

agremiado me dijo una vez cuando contrato musical pidieron yo firmara:

O sea, no se as naco, hablar así es de paisanos, habla bien, no como indito, ñero Jacintote ¡No seas tan indígena!

Era una mujer hermosa y perfecta, pero incapaz mental, o en otras palabras: pendeja. Cállenla, mujer, habitada con la “pinta” de “niña”, y facha de “Santa Maria”. “Cortes” a tus palabras y olor a fragancia francesa y ese aroma en sus manos a colonia europea.

Y tú: ¿Oístes o escuchastes?

Yo con un éxodo de ideologías anti racistas me defendí de esa ignorancia tan filosa que fileta fácilmente a otros, no se trata de elevar el nopal por la mexicanidad, se trata de la dignidad personal, la insurrección del exclusivismo separatista de todos como personas, pero como personas de verdad.


Soy indio, mestizo, naco, criado, paisa, ñero, Jacinto pero también Roberto, cholo, Xólotl, pobre, si, sin eufemismos de morenito, cafecito, bronceado, soy negro, porque soy moreno y soy güero porque llegué con mi cara mexicana, ya no es de colores, nunca lo fue en nuestros barrios, lo es afuera donde rige la inopia, así nomás por eso, así estaba yo desde la pansa de mi jefa, no decidimos eso, pero aquí estamos, lo aceptamos y nos preservamos sin el fanatismo y la apropiación falsa atrapante de defendernos por compasión, yo defiendo con humanidad, la más que me queda y puedo en este confusito y hegemónico veintiún - siglo, sigo con mis errores y “virtudsotas” qué importa ser del sur o del norte, amarrillo, negro, blanco o verde, qué importa si a todos nos pesa veintiún - gramos y sin rubores la vida.

Comikk MG®


Ciudad Juárez, Chihuahua, 11 de enero Mujer de fe.

Chihuahua calla las ganas de ser amada por el Señor equis testada, Quiere que la ame hasta que se le cansen los huesos y le estalle el cuerpo, Que la extrañe con todo el ardor que refrescan los besos, Que sepa quién es ella. Con tanta sangre suya que también es de todas, Sangre de alba que despierta a la noche, Sangre de luna partida que le convida al sol, Sangre del silencio que apetece un grito, quiere ser amada. Porque pesan los ojos de tanta incertidumbre, Arde la boca seca, como al desierto le arde tanta sangre. Chihuahua calla las ganas de ser hallada por el Señor equis testada, Quiere que la conozca de pies a cara y no olvidarla, Que admita que no puede dejarla, Porque sabe quién es ella. Porque conoce su forma de mujer solitaria, El anhelo de sentir sobre su nariz, La cicatriz de un beso etéreo, Que redime a sus niñas mutiladas. Pesa la incertidumbre en los ojos, Arde el desierto de tanto olvido, de tantos vestidos rotos. En el corazón de Chihuahua aún quedan latentes, Muchas mentes, muchos nombres recurrentes, Que tienen historia y no dejan la muerte. Chihuahua grita de rabia, Del cáncer que le generan tantas flores despojadas de su vientre.


Señor equis testada.

No se permitió sufrir a Chihuahua en la cama, De tanto llorarla, de tanto extrañarla. No se atrevió a descubrir el fuego de su espalda; Puente inquebrantable de estrellas que conectan con el universo Y hacen posible el milagro fotosintético de la trascendencia. Él, que no se permitió la noción de su belleza, No entiende la razón de la lluvia Bebiéndose a la tierra en los ojos de Chihuahua, No sabe. Con tanta sangre de ella que también es de todas, Sangre cándida que mancharon sus manos, Sangre pánico que merecían consuelo, Sangre del grito que apagaron al mundo, Él no comprende lo lejano que está de conocer la dicha, En la sonrisa de Chihuahua; niña de plata, mujer de garra. Las balas callaron las estrellas de Chihuahua, Besaron la piel de las que corrieron en viva alma Sobre el desierto de Susana y de todas las que faltan. Fue el trastorno injustificado que quemó los sueños de la vida, La misma por la que sigue de pie el señor X testada. Ser que arroja en cifras, un número no natural, irracional, Que promedia la podredumbre y fetidez humana, Que se acumula en la mugre escondida de las cosas, De la ineptitud de salir de la ceguera, De la sordera al que está condenado, Porque jamás conoció a Chihuahua, Y nunca sabrá que Chihuahua es su madre, su hija y su hermana.

Diana Mancera


COMANDANTE ROSA BLINDADA (Informe de una pequeña Guerrillera)

Aquí ninguna mujer ha caído comandante nuestros pechos siguen firmes y no es de pezón a boca que a diario amamantamos la guerrilla sino es del vivo ejemplo de nuestros ideales nacidos que alimentamos hijos de huesos fuertes, nuestras faldas son al cielo como el plumaje es a las aves, de nuestro corazón el honor brota y aunque de sangre es nuestra gloria de libertad será nuestro legado.

Somos ahí donde valor se junta con hambre acechando tras la hiedra cual panteras silenciosas cargamos los cañones, y a veces por fuerzas enemigas somos emboscadas en seco ruido fuego, bala, cuerpo inerte, mujer sangra de su vientre cuando una guerrillera muere: de ella misma se enamora.

Por dignidad será nuestra vida de azucenas y desvelos no nos digan que cargar muertos


no es profesión de señoritas si luchan por su madre madre suya es la guerrilla más cojones que cien hombres tiene una mujer con valentía.

Comandante Rosa Blindada aquí mujeres presentes en aurora y en las fuentes que rojas por tu misión se pinten, no habrá quien se rinda ni descanso a quien se venda en ciudades y en la selva tu palabra nos ilustre.

No hay lamento en su derrota ni perdón para traidores siempre una sonrisa rota esconde un alma justiciera, donde una mujer muerta hagamos un campo de flores donde un campo de flores cien nuevas guerrillera.

Jesús de la Peña.


2071

De Profundis Clamavi ad te Domine

¡Oh Patria Buena! ¡Oh clemente, oh piadosa patria!, A ti llamamos los desterrados hijos de la tierra. sentados, Esperando y esperando. A que suceda algo, no sabemos qué. Amándote, en el frió del madrugada, mirando a lo lejos si viene la ayuda…. ¡Oh clemente, oh piadosa patria!, tanto amor nos diste para venir aquí donde ellos sueñan con tirarse al sol como lagartos y morirse en paz, pero al fin morirse… y donde nuestras heridas no valen si no tenemos tu honor. y donde esperamos extrañando el calor de una mujer. Algunos de nosotros tan jóvenes como para haberlo sentido. ¡Oh patria Incansable estamos aquí abajo!! ¿Qué, no nos ves? Porque nadie nunca nos enseño a cómo lamentarnos de nuestra muerte,


mucho menos de nuestra vida ¡Oh Patria soberbia! ¡Oh clemente oh piadosa patria!, Lágrimas de odio recorren las carreteras, Caminose en el estando lejos qué importa ya, tentativa pues, del destierro voluntario. Olvidado. Buscando la luz, Mortajas de vida, en la madrugada febril, Ahora nos damos cuenta que todo esto fue un

ERROR

Raúl Leonel Hernández García


Dicen que por mujeres servimos sólo como musas perras o esclavas he aquí mi refutación en metafórica sonrisa y el danzar de mis estróficas angustias lúcidas

Escucha atentamente esta mi lujuria y siente como llueve entre tus piernas la poesía que es rebelde porque sí

Seré retórica nocturna con un ala estropeada y embriagada de inmundicia recostada entre sábanas cenizas perdida en hojas blancas extrañas y amargas risas

Seré fastidio citadino el caos del expresionismo quizá sólo el grito o el más profundo túnel del existencialismo desierto roído cuyo oro brilla en manos de sus enemigos pero en verso sonrío y en verso trasciendo siendo irónico descrito río

Seré muñeca forjada con yute listones y un par de botones nunca barbie sin proporciones pues siendo un ser repleto de pasiones no podría morir seduciendo sólo a un montón de hombres me siento más forjada en las palabras que recrea el horizonte que en las mentiras creadas por un ser conforme

Porque estos mis senos


y esta mi cintura fina recatada y delineada con afrodisiaca palma no me impiden ser esclava de melancolía de la palabra forjada con ruda agonía y la delicadeza de mi voz tampoco es una limitación me carcome el aire frio y canto adormeciendo esta noche al dolor

Seré lo onírico y fantasmagórico del surrealismo aforme tormenta sin materia SIN dios y SIN nombre reniego a la existencia si he de padecer y actuar atada a tus definiciones hoy soy mi semántica entiende y no soy ni mujer ni hombre

Seré eros desatando a cerbero en tu cuerpo verbo estallando en la ambigüedad del tiempo el destello de un cerebro apuntando ya sin ser femenino o masculino sexo al cielo sólo desnudo silencio y del dantesco infierno el ruido del amor gimiendo

Seré androginia la triada y de la espuma la sirena desmembrada aún cantando al alma pura desangrada en su locura seré el deus homo y natura y de la luna la parte nunca vista y más obscura

Seré


y en el mundo del absurdo cantaré ya sin un rumbo cual quijote enloquecido bailaré hacia el horizonte soportando las angustias de poiesis y neurosis seré psicosis y locura y Sí lo fatal de la escritura

Seré elegiático discurso iluso confuso e intruso de un mundo soñado por miles y miles y miles mentes y voces de esclavos y aunque insistas con que en sueños inmutables estamos varados déjame decirte un secreto cantando

La vida dejó de ser trágico o cómico ensueño cuando perdimos putrefactos definidos y acallados los senderos multiformes que confluyen como labios en el eros paraíso escenificado de la libertad.

Mimi Kitamura


TIPIFICACIÓN AL BORDE DEL DESUSO

Florezco ineptitud en el ímpetu Para patrocinio en manutención De féminas.

Con lo paradójico de esta barba Refuto la idea de testosterona Ensangrentando los nudillos. Y sin ser declaración para proclamarme Del tercer bando.

Denuncio que: Canto bien pacheco “Smile” de Lily Allen Me gustan más las bolsas que mochilas Porque tienen más estilo Me caga el color azul, las lociones y colonias

Me caga afeitarme, tener que darle quincena a la jefa y estudiar para vivir chambeando

vivir chambeando vivir chambeando vivir chambeando.

Y no tener que ser miembro inferior a los 24 cm faroleados. También….


Hartazgo al borde dl desuso

Si mandiles y cacerolas No me hicieron mujer Ni las criticas estultas de la falda larga, El cuello de tortuga y las botas largas Me dieron este intelecto.

Tampoco de la noche a la mañana Guadalupanas se proclamaron milagrosas Al haber tenido, que abortado.

¡Y ese cabrón!… ¡Ese cabrón!… De la voz gruesa, Manos bastas y Proporciones adecuadas

Vaya a enamorarte Y ausentarse Igual que la declamación en lo contemporáneo.

Si hechos a imagen y semejanza Condenados a vivir separados Se convirtió paradigma de Vigilante implacable de modorros prejuicios Porque hecha su Argos.


Al uno negarlo Queda su g茅nero en desuso; Por eso el nosotrxs es incongruente.

Porque occidentalizados-defensores De lo dicot贸mico cegadamente valorado. Quieren la inclusi贸n desfragmentada, Que el feminismo ocupe el lugar del machismo Fundamentando con individuos adaptados y superiores en el contexto.

Pero nos seguimos sublevando. Nos seguimos sublevando Nos seguimos sublevando.

Que hasta el color de la piel y Forma corporal han sido escogidas Y dise帽adas.

Rando


Tercera Tormenta (Frenesí)

Somos sólo un cuerpo despojado de toda culpa, de toda condena, de toda materia, huesos rotos, anquilosados, fluido desgarbado. Una ligera llovizna anuncia la partida presurosa de un par de alas negras. Soberbia habitual, intolerancia cartesiana. Somos incendio que no arde porque nuestros ojos fueron alejados de su centro, en una cadencia infinita de locura. Nadie escucha nuestros gritos, están todos ocupados en sus compras, en saciar apetitos iconoclastas, en anunciar su siguiente charada. Somos lluvia de estrellas atrapada entre cuatro paredes, la tierra cubre nuestros restos, cenizas inconclusas. Somos apenas un olvido entre tantas memorias reprimidas, ya nadie pronuncia nuestros nombres, ni recuerda el sonido de nuestras voces. Somos esa extraña sensación que muy pocos guardan en el pecho, dolor punzante, tormenta infrahumana, que un día reventará los sueños de los aún dormidos y todo llegará a un mismo sitio. No habrá desiertos ni mares, ni tierra fértil donde sembrar despojos, entidades apiladas, erosionadas por el tiempo. El cáncer ya no consumirá nuestra sangre, ni los arranques neuróticos serán motivo de infierno.

Shimara Magaly



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