“Al inicio fue un poco difícil entrar al mercado, pero de la mano de Koplast lo he logrado”
S
ilvia Molina es una de las tantas mujeres emprendedoras que no descansan hasta alcanzar sus objetivos pero que no descuidan ni un momento a su familia. Ella no siempre se dedicó a la venta y distribución de materiales de construcción y saneamiento. Antes de eso, con mucho esfuerzo y dedicación, manejó Liz Center, una boutique que llegó a tener tres locales en su ciudad. Pero le era insuficiente: “Como buena emprendedora huancaína tenía que hacer más, buscar otros horizontes”. Y como si fuese el destino, por enton ces el Perú vivía el inicio del boom inmobiliario. Eureka.
Sin perder tiempo, dejó su negocio y buscó trabajo como almacenera en una empresa de tuberías. Se involucró en todos los procesos, aprendió del negocio y al tiempo, presentó su renuncia. Estaba lista para abrir su propia empresa. Así lo hizo. Y los primeros problemas tocaron su puerta. ¿Cómo encontrar personas comprometidas con el trabajo? ¿Personas que compartan el mismo sueño? El tiempo le enseñaría cómo buscar y cómo encontrar al talento. Descubriría luego que el secreto para retener-
los se basa en motivarlos y ofrecerles la posibilidad de crecer como profe sionales a través de la capacitación. Pero el principal problema fue entrar al mercado. Tuvo muchos inconve nientes con el abastecimiento de productos pues el stock provisto por las fábricas era suficiente. “Al inicio fue un poco difícil pero de la mano de Koplast lo he logrado”, indica. “Ellos representan el empeño y garra de todos”. Silvia Molina fundó Molisa Ingenieros hace siete años pero eso no hecho que descuide a su familia. Si bien cumple con duras jornadas que inician a las 5:30 a.m., ella logra separar ese poco tiempo libre para dedicárselos. Incluso, no importa si el Sport Huancayo, equipo del que es seguidora, juega un de ver el partido por pasarla con ellos
Ferretería MOLISA
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