Ambientes Artificiales “Todo acto de civilización es un acto de barbarie” Walter Benjamin “Toda obra de Arte produce un modelo de sociedad, que traspone el ámbito de lo real o podría traducirse en él” Nicolas Bourriaud
En esta entrega, el colectivo Arte Bajo Cero da cuenta, a modo de denuncia, la desigualdad. Desigual es la idea que presentan pensando y abriendo de forma dramática la idea de lo que queda adentro y lo que queda fuera. Inclusión; aquellos que viven en pequeños paraísos artificiales de comodidad naturalizada, personas que han acostumbrado sus cuerpos a una “vida acondicionada”, absorbidos por el sistema gracias a su carnet de “turbo consumidores”, comprando todo el tiempo todo, comprando tiempo. Puñado de privilegiados que disfrutan constantemente de sus 21 grados centígrados de temperatura. Excluidos, que desde afuera, observan penosamente la fiesta de unos pocos con su felicidad material y su espacio de independencia personal. Frescos, desde adentro dejando ver lo que pueden y lo que tienen, en una sociedad de control mediatizada, donde se necesita mostrar bajo cualquier precio lo que uno parece ser. La instalación es una critica acerca de la banalidad con la que el mercado ha trasfigurado el espíritu transformador con el que décadas atrás se pensaba a la ecología. Ser verde hoy servirá como guiño neoliberal que asegura formar parte de una “elite” de consumidores que “hace algo” por el medio ambiente comprando una batería de productos que aseguran el ingreso a una moda. El capitalismo, la mejor maquinaria de pensamiento inventada hasta el momento, sabe como succionar cualquier aire de cambio transformador y convertirlo en tendencia, hacerlo muñequito, venderlo en camiseta, transformarlo en combo. En “Ambientes Artificiales“ , la pregunta sobre la ética de la vida burguesa contemporánea queda representada en una serie de números y estadísticas que reflejan los gastos y consumos, daños y polución que produce encender equipos de refrigeración. Se interroga sobre el impacto de esos consumos en la periferia y del grupo reducido de personas consumiendo los recursos de todo un planeta. Se Cuestiona los efectos de aquello que queda excluido y su correlato desde el centro dominante: Metáfora de la extracción indiscriminada de recursos que producen los países desarrollados del primer mundo sobre los países en vías de desarrollo. Mientras con placer disfrutamos lo climatizado artificialmente, las proyecciones nos tensionan: ¿Qué “costos” se ocultan detrás de comodidad de unos pocos?¿Cuáles son las pérdidas? ¿Quiénes se llevan las ganancias? Bajo el “Criterio de coexistencia” Nicolas Bourriaud declara: “¿Podría yo existir, y cómo, en el espacio que esta obra define?“. El colectivo cuestiona nuestro “estar ahí” viviendo ensimismado en la comodidad. Artistas que, toman algo del entorno y lo transforman en algo distinto: un cuestionamiento. Muestran un vacío de humanidad, para dejar que advenga lo humano. Artistas periféricos que interrogan lo obvio en el centro. Arte político que hoy por hoy, se ve cada vez más desmantelado e impotente . Arte Bajo Cero, Aire fresco que viene a hacernos reflexionar sobre nuestro “estar en el mundo”. V. Nicolás Koralsky Curador
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