Tratamiento de Masaje para el Estrés Teoría y Prática-Protocolo El estrés : técnicas de masajes para tratarlo En la actualidad, el estrés se considera un problema de primer orden para toda la sociedad. En todas las etapas de nuestra vida podemos sentir la presión y la ansiedad derivada del estrés, incluida la adolescencia por supuesto: exámenes, relaciones con los compañeros/as, situaciones traumáticas, relaciones afectivas, críticas, cambios de forma de vida, situación familiar no armoniosa, competitividad en general…
Cuando la persona no se adapta a las exigencias externas se rompe el equilibrio del cuerpo. En este sentido el estrés hace referencia tanto a los factores del entorno como a la respuesta del organismo, física y psíquica a esos factores estresantes, Calle (2002: 16). Esta respuesta se manifiesta en forma de múltiples problemas: dolor de cabeza, perdida de apetito, dificultad para conciliar el sueño, depresión, cambios bruscos de humor, tics nerviosos, trastornos cardiovasculares… La forma en que aceptamos o nos enfrentamos a las cosas resulta decisiva para sufrir un problema de estrés, pero también ante éste es importante disponer de una mente serena y un cuerpo relajado y descansado, con energía disponible para enfrentarse a las situaciones diarias. Los métodos de relajación son un arma importante para prevenir y solucionar nuestro problema de estrés. Éstos se manifiestan como imprescindibles para mantener nuestro organismo en estado óptimo. Debemos tomar conciencia de ello desde la infancia y promover la relajación en los centros educativos desde edades tempranas. En particular proponemos aplicar el masaje de relajación; la mano que acaricia y reconforta, como método antiestrés. Es al mismo tiempo una forma natural de apreciar el contacto personal ya que en la sociedad actual no existen demasiadas ocasiones para descubrirlo sin que sean de tipo sexual o violento. En este sentido, enseñando masaje podemos convertirnos en educadores del contacto. (Neuman, 2000: 23).
Masaje y estrés
Fijándonos en el aspecto químico del estrés entendemos la importancia del masaje. Nuestro organismo necesita oxígeno y sustancias nutritivas para mantener sus funciones; en las células se combinan estos dos elementos produciendo energía y generando una serie de productos de desecho, los cuales deben ser expulsados, pero debido al estrés se retienen en el interior de la célula "envenenando" por decirlo así a la persona estresada... El cuerpo reacciona ante el estrés y contrae el sistema vascular y linfático lo cual disminuye la sangre hacia el interior de cada tejido. Las toxinas resultantes de la combustión del oxígeno con los nutrientes que normalmente son expulsadas se acumulan en nuestro interior. Como resultado de esto, se tensan los músculos de la zona, presionan los vasos linfáticos y sanguíneos y los desechos siguen acumulándose más y más como un círculo vicioso de estrés. Aplicando un masaje iniciamos un proceso de limpieza celular; los músculos tensos se aflojan liberando la presión sobre los vasos linfáticos y se eliminan los desechos celulares rápidamente, entrando oxígeno y nutrientes. En cinco minutos aumenta la velocidad de eliminación de sustancias relacionadas con la respuesta al estrés: adrenalina, histamina, cortisol…y el oxígeno de los tejidos de un 10 a 15 por ciento. (Inkeles, 1989: 19). El masaje también aumenta el nivel de las endorfinas, denominadas hormonas de la felicidad, que se relacionan con las sensaciones satisfactorias y placenteras (Lawson, 2005: 9). El masaje estimula la producción de este analgésico natural que segrega nuestro cerebro y que favorece la relajación.
Antecedentes históricos El masaje es tan antiguo como la humanidad. Es de suponer que surgió por una necesidad terapéutica con lo cual fue uno de los métodos curativos más antiguos. En el s. IX a.C el libro chino Nei Tsin (El libro del hombre interior) menciona enfermedades que se curaban mediante el masaje. En la antigua India era muy importante y se utilizaba para eliminar el cansancio y curar lesiones. En Japón era fundamental en la preparación de los luchadores de sumo. En Roma donde abundaban las termas y masajistas se utilizaba el masaje para recuperar a los gladiadores tras los combates. En Grecia se perfeccionó el masaje con motivo de las Olimpiadas, allí intervenían los "aliptes", hábiles masajistas que preparaban a los atletas antes de las pruebas y los recuperaban después. En el 450 a.C Hipócrates recomendó el masaje en dirección al corazón intuyendo ya el sentido de la circulación de la sangre. Posteriormente, Galeno, gran autoridad en cuestiones médicas reglamentó las prácticas de los "aliptes "y resaltó la importancia del masaje para eliminar la fatiga Estos son algunos ejemplos de su importancia en la antigüedad. La iglesia medieval frenó el estudio de la anatomía y medicina pero su interés se retomo en los siglos XIV y XV; Tissot, médico francés del s. XVII destaca el método de las fricciones y su importancia para el organismo. En el s. XIX experimenta un notable impulso, se comienza a estudiar y analizar en profundidad. Un papel importante en el masaje terapéutico le corresponde a Ling, fundador del sistema sueco. En el siglo XX se describen con minuciosidad manipulaciones y efectos. Los científicos soviéticos tienen un papel relevante y la implicación del masaje en el deporte es muy amplia. En la actualidad el masaje es cada vez mas valorado por los deportistas y la sociedad en general por sus cualidades saludables y relajantes.
Tipos de masaje Podemos distinguir tres tipos: Terapéutico: Utilizado para recuperar lesiones. Deportivo: Se utiliza en la preparación de los deportistas/as y puede ser de diferentes orientaciones, de calentamiento, intermedio (en el intervalo entre pruebas), y de recuperación post-esfuerzo.
Higiénico: Se aplica con fines estéticos o con fines de relajación y eliminación de estrés.
Condiciones generales para su aplicación Sala de masaje: El entorno ha de ser confortable, amplio, higiénico, la temperatura debe ser agradable (24-26º). Debemos evitar en lo posible ruidos y corrientes de aire para evitar enfriamientos por lo que, de ser necesario, colocaremos un calefactor en el aula o gimnasio. Para favorecer la relajación utilizamos una música suave que facilita alcanzar un estado de calma. Superficie de trabajo: Se puede realizar en el gimnasio, sobre una colchoneta o aislante, que preferiblemente cubriremos con una toalla grande para no ensuciarla. La mejor solución (sino disponemos de varias camillas) es trabajar cómodamente en el aula colocando aislantes sobre varias mesas unidas a modo de camilla improvisada.
Fluidez: La mano desnuda se desliza mal por la piel pues se calienta rápidamente con la fricción, produce tirones y como consecuencia de ello una sensación desagradable. Para facilitar la fluidez utilizaremos aceite (al que podemos añadir esencias), crema o talco.
Manipulaciones: El masaje de relajación se efectuará a través de maniobras lentas (favorecen la sedación), de profundidad ligera y media (para liberar los músculos de toxinas) y prolongadas (el tiempo necesario para una buena oxigenación). La duración aproximada será de 40-45
minutos para un masaje general y de 20-25 si es localizado. El ritmo será uniforme, sin cambios bruscos y sin perder en ningún momento el contacto con el cuerpo de la persona que lo recibe para no interrumpir su estado de relajación. En la mayoría de las maniobras las manos se mueven alternativamente para producir un efecto de mayor continuidad. Se realizará en dirección al corazón (de las manos a los hombros, de los pies al muslo, de la cintura al cuello…).
Efectos y beneficios del masaje de relajación
Aumenta el flujo sanguíneo. Facilita el retorno venoso y con él la salida de catabolitos de la zona con lo que aumentamos la recuperación del músculo. Estimula la corriente linfática y ayuda a eliminar el ácido láctico y otros residuos que se generan al realizar un ejercicio intenso. Mejora la nutrición muscular, el tono (disminuye el tono excesivo tras el esfuerzo) elasticidad y contractilidad. Estimula el sistema inmune. Elimina células muertas de la piel, la limpia y tonifica. Disminuye el estrés. Produce una relajación profunda física y mental. Provoca la segregación de endorfinas, hormonas que "calman". Bienestar por efecto del tacto sobre nuestra piel Facilita el equilibrio emocional. Aumenta la sensibilidad y capacidad de percepción. Aumenta la conciencia del propio esquema corporal.
Contraindicaciones
Enfermedades de la piel y cabello Inflamaciones agudas con enrojecimiento, dolor y aumento de la temperatura Infecciones y enfermedades hemorrágicas, tumorales y cancerosas Traumatismos con heridas abiertas, fracturas y fisuras Enfermedades vasculares: tromboflebitis, flebitis… En la fase aguda de las enfermedades reumáticas. En las úlceras internas y quemaduras.
Importancia del contacto corporal Vivimos en la era de las máquinas: televisión, ordenador, teléfono móvil…tenemos gran familiaridad con ellas y estamos bien comunicados con los demás, pero se trata de una comunicación a distancia, en realidad, si no las utilizamos correctamente, dichas máquinas pueden aumentar el individualismo, la soledad. Escasea el contacto corporal con otros seres humanos e incluso el tiempo para cuidarse uno mismo, familia, trabajo, compromisos sociales… son muchas las obligaciones cotidianas. El contacto físico en nuestra sociedad es limitado. Particularmente entre hombres, el contacto corporal que no es sexual ni violento se reduce al apretón de manos, palmada en la espalda y poco más. Muchas veces sólo lo que es socialmente aceptado cuando están probados los efectos beneficiosos del tacto. Un niño no tocado puede sufrir problemas de salud; esa carencia táctil puede provocar incluso cierto retraso físico y psicológico (Davis, 1998: 53). La persona tocada es más abierta, acepta su cuerpo, tiene una mayor percepción del mismo; ese contacto puede ser reconfortante, calmante, curativo, afectivo… Es hora de desculpabilizarlo, es una forma básica de comunicación durante toda nuestra vida; es grato darlo y recibirlo, nos une, nos conecta con otros, nos protege, nos cuida…
El contacto influye en las endorfinas, que son hormonas que mitigan el dolor, cuando nos duele algo solemos frotar esa parte lo cual disminuye la transmisión nerviosa de dolor al cerebro. También se relaciona con la curación, de alguna forma puede acelerar el proceso de sanación que realiza nuestro cuerpo. El contacto entre enfermos y sus cuidadores puede convertirse en tan útil como la propia medicina (Davis, 1998: 6). En este sentido el masaje es una forma privilegiada de contacto, en él entra en juego la piel, órgano a través del cual nos relacionamos con el exterior. Durante el masaje se produce una estimulación de la misma a gran escala, nos integramos con la otra persona y establecemos una sutil comunicación con ella. Las manos del masajista deben fluir sobre la piel en consonancia con la respiración del receptor a modo de danza lenta, así el masaje de relajación se convierte en sedante del sistema nervioso. Libera tensiones acumuladas para que la energía de nuestro cuerpo fluya sin obstáculos.
Valor educativo El vínculo de la Educación Física con la salud es muy amplio y dentro de ésta la relajación ocupa un lugar cada vez más destacado para alcanzar un bienestar físico y psíquico ya que la condición o el entrenamiento físico no son suficientes para ello. Los beneficios del masaje en cuanto a sus efectos en el organismo y los vinculados al contacto corporal ya han sido comentados anteriormente por lo que mencionaremos otros aspectos educativos del mismo. Es común la inestabilidad emocional de los adolescentes debido a los desajustes hormonales de la edad. Priman los procesos de excitación nerviosa por lo que el masaje de relajación contribuye a serenar y tranquilizar. Por otro lado el rápido crecimiento, el alargamiento de extremidades provoca un desajuste en el esquema corporal que ocasiona movimientos poco fluidos y en ocasiones con una excesiva tensión muscular. El adolescente tiene poca confianza en sí mismo por su nueva imagen corporal a la que todavía no se ha adaptado. El masaje favorece el conocimiento del esquema corporal, que el niño/a conozca su cuerpo y lo sienta. Mejora su percepción por la concentración e interiorización de sensaciones, la organización espacial y la apreciación de distancias. En el nivel de las emociones también nos aporta beneficios, como señala el psicoanalista Reich, nuestros músculos nos defienden a nivel emocional de tal forma que la musculatura tensa y contraída involuntariamente encierra emociones negativas y problemas afectivos. Mediante el masaje liberamos esa energía aprisionada, rompemos esas barreras de defensa facilitando el descanso físico y emocional de la persona. El hecho de realizarse en pareja y el consiguiente contacto corporal con otra persona además de resultar más motivante para el alumnado favorece las relaciones de compañerismo entre los alumnos/as, el respeto hacia sus compañeros/as, la atención a los demás. El masaje promueve la idea de cuidar del otro y la solidaridad con el prójimo. El masaje también puede incidir en la adquisición una buena postura corporal ya que favorece el tono muscular adecuado. Los músculos sobrecargados o faltos de tono afectan a nuestra postura. El masaje alivia este problema devolviendo al músculo su tono normal para que cumpla su función. A través del masaje podemos hacer hincapié en varios temas transversales: educación para la paz porque favorece las relaciones interpersonales, la armonía consigo mismo y con los demás; educación para la igualdad porque podemos formar parejas mixtas y variar de compañero/a para practicar con todos así favorece la comunicación y cooperación con el sexo contrario (coeducación), educación para la salud por sus beneficios en el equilibrio psicofísico, relajación…
Manipulaciones
Pases sedantes Vaciado venoso Balanceos
Amasamientos Fricciones Presiones Vibración
Pases sedantes: Deslizamos la yema de los dedos superficialmente sobre la piel a modo de inicio de contacto corporal relajante. También los utilizamos para finalizar el masaje.
Vaciado venoso: Es un movimiento amplio que realizamos con la palma de la mano y los dedos presionando con firmeza en dirección al corazón, provocando una salida en profundidad de la sangre contenida en los músculos.
Balanceos: Movimientos oscilantes realizados lentamente; favorecen la circulación de la energía por todo el cuerpo.
Amasamientos: Presionando y retorciendo el músculo se eliminan en profundidad los productos de desecho del trabajo muscular. Existen varios tipos: digital, palmodigital, nudillar, pulgar… Amasamiento digital: Apoyando la palma de la mano realizamos movimientos circulares con la yema de los dedos. Los dedos están ligeramente separados.
Amasamiento palmodigital: Utilizamos la palma y los dedos a modo de tijera que se abre y cierra sobre la masa muscular. El pulgar separado de los demás dedos que están juntos. Se realiza un movimiento de vaivén alternativo.
Amasamiento nudillar: Se realiza con la segunda falange de los dedos a través de movimientos circulares hacia el exterior. Amasamiento pulgar: Se realiza con la yema de los dedos pulgares. Suele aplicarse para tratar con precisión determinadas zonas musculares.
Fricciones: Deslizamos las manos ejerciendo una presi贸n media sobre la piel frotando al un铆sono o alternativamente con gran afluencia de sangre a la superficie. Es una maniobra muy relajante por el amplio contacto de nuestra mano sobre la piel del receptor.
Percusiones: Son palmoteos y cacheteos realizados con las dos manos alternativamente. Son sedantes si se realizan lentamente y con poca intensidad, de lo contrario se convierten en estimulantes.
Presiones: Aplicamos una presi贸n con nuestras manos en una zona corporal transmitimos una sensaci贸n reconfortante y de calma.
Vibraci贸n: Realizando una contracci贸n de hombro y brazo producimos cierto temblor en nuestra mano que se transmite a la masa muscular del deportista. Disminuye la excitabilidad del sistema nervios. Es muy relajante.
Anexo 1. Maniobras de calentamiento de las manos para el masajista