No. 05 Exodo rural

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1 12 de febrero de 2008 • Número 5 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada

Éxodo rural TEMA DEL MES

TLCAN:

Marchando para quedarse Págs. 18 a 20


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LAS DOS MARCHAS

Suplemento informativo de La Jornada 12 de febrero de 2008 • Número 5

Caminando nacemos (...) Peregrinos somos (...) Desplazados vivimos (...)

COMITÉ EDITORIAL

Vocero de Las Abejas y Las Hormigas, en marcha a la Ciudad de México, noviembre de 2000.

Armando Bartra Coordinador

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Luciano Concheiro Subcoordinador Enrique Pérez S. Lourdes E. Rudiño Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavalotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuéllar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

ientos de miles de campesinos marchan al gabacho en pos de futuro pero muchos más marchan en calles y carreteras por la salvación del campo. Dos movimientos que sintetizan la encrucijada nacional: o se acaba de desfondar el agro o el mundo rural sale fortalecido de su postración. Alternativa en que se juega el destino de México, porque sin maíz –es decir sin identidad y proyecto nacional– no hay país. Los trabajadores del campo están en marcha y su movimiento, compartido por muchos, deja lecciones:

Publicidad 56 88 7591 / 56 88 7913 • Diseño Hernán García Crespo La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 5355-6702. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo en trámite. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores.

ILUSTRACIÓN: Neftalí León / FOTO: David Villaruel Velasco

La salvación del campo devino causa nacional popular, como la reivindicación de la verdadera democracia, la defensa del petróleo y –en sus mejores momentos– los derechos indios. La fuerza mostrada el 31 no es circunstancial; los labriegos están en lucha por una soberanía alimentaria campesina cuando menos desde 1994, cuando el agrocidio en curso devino TLCAN. La pugna no es por detalles o personas sino por un viraje estratégico, y pasa por un debate de cara a la nación, no por regateos rinconeros. Porque la exclusión es incluyente, el movimiento incorpora lo mejor del campo pero también al rancio corporativismo. Esto testimonia lo profundo del descontento, pero igualmente los riesgos de converger con un charrismo rural que en el fondo sólo quiere derecho de picaporte y cuota del presupuesto.

Creciente y planetaria, la migración de sur a norte y de oriente a occidente no es manejable ajuste demográfico sino imparable dislocamiento social; encrespado torrente humano, que más que de oferta y demanda laborales compensándose virtuosamente nos habla de expoliación y saqueo; de exclusión brutal dramatizada en legiones de marginados en movimiento, ejército doliente pero esperanzado que en pos de un espejismo cruza ríos, mares y fronteras. México es puntero en compulsión trashumante. Se desfonda demográficamente el país pero en particular se vacían las comunidades

rurales. A los campesinos siempre les fue mal pero lo de ahora carcome el presente y también el porvenir. Ya no es la proverbial expropiación del excedente, es la expropiación de las ilusiones: el saqueo de la esperanza. Si para el país la migración a Estados Unidos significa dilapidar el “bono demográfico” hipotecando el futuro, el mismo sentido tiene para las comunidades rurales. Debido a que los jóvenes migran por largos periodos o de manera definitiva se fractura la base material, laboral y espiritual de la economía doméstica. Pero también quienes decidieron mantenerse al pie de la parcela, del potrero o de la huerta se ven severamente afectados pues, pese a su modesta escala, la agricultura familiar depende casi siempre de los intercambios regionales o locales de trabajo, y cuando éste se encarece por la migración, la pequeña producción trastabilla. La ruina del campo mexicano no se limita a quienes fueron condenados por los tecnócratas por “falta de ventajas competitivas”. Los desajustes creados por la salida de trabajadores y la entrada de remesas son un tsunami que arrastra igualmente a muchos de los que antes del sismo neoliberal parecían competitivos; ahora ellos mismos devienen migrantes. Además, está el impacto de las ondas expansivas en el imaginario rural, porque en cada vez más regiones la migración es cultura, patrimonio simbólico que llegó para quedarse. Los viajes abren horizontes pero cuando la migración no es movimiento progresivo, sino resultado de una catástrofe social, no es posible normalizarla ni dignificarla. Se puede atenuar los dolores pero el remedio de fondo está en otra parte: en atacar las causas de la expulsión y no sólo los efectos. Con ser importantísima, la cuestión de los derechos de los migrantes no es radical pues no va a la raíz: una desbandada poblacional que se origina en la destrucción de la economía de las sociedades periféricas. Naciones que en la nueva globalización han perdido lo que les quedaba de seguridad alimentaria y de seguridad laboral. Países incapaces de garantizar a su población lo mínimo: comida y empleo. Gobiernos que a falta de otra cosa exportan a sus ciudadanos y cuyas divisas provienen en gran medida de las remesas de los expatriados. La migración es un derecho y no debe ser satanizada. Pero el derecho de irse no es tal sino simple compulsión cuando no existe el derecho simétrico: el de quedarse. Garantía que supone la existencia de las condiciones materiales y espirituales para que permanecer no sea fracaso y condena sino opción plausible. Porque el saldo mayor de la globalización salvaje es haberles arrebatado la confianza en el porvenir a los orilleros rasos. Después de la Revolución de 1910, cada nueva generación de mexicanos percibía que su vida era mejor que la de sus padres y esperaba que sus hijos también vivirían mejor que ellos. Convicción que se perdió en los años 80, conforme la política de los tecnócratas fue

estrechando las opciones de progreso familiar, al desembarazarse del Estado social e imponer un modelo neoliberal que no apuesta al mercado interno sino a la exportación y por tanto ya no necesita ser redistributivo. El derecho de permanecer supone la existencia un porvenir digno en el lugar de origen, y esto debe ser garantizado por el Estado. No estoy inventando derechos. El artículo 123 de la Constitución Política establece que: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley”. Pero dado que el resto se ocupa sólo de las relaciones obrero-patronales, para hacer exigible el derecho constitucional al trabajo hace falta una ley reglamentaria. Así como en 2006 los diputados de la 59 Legislatura aprobaron la Ley de Planeación para la Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional, cuyo dictamen está en la Cámara de Senadores, habría que aprobar una ley de planeación para la seguridad y soberanía laborales, que incorpore a la “rectoría del desarrollo” y la “planeación democrática”, que según la Constitución corresponden al Estado, criterios, estrategias e instrumentos incluyentes y equitativos, para garantizar el derecho a “un trabajo digno y socialmente útil” que hoy no puede ejercer el medio millón de compatriotas que todos los años decide mudarse a Estados Unidos y otros tantos que por falta de opciones formales se sumergen en la economía subterránea. El libre mercado no procura comida ni empleo. Si queremos seguridad alimentaria y seguridad laboral, requerimos acciones de gobierno comprometidas con el bien social. Y para tener esas políticas públicas, necesitamos soberanía: soberanía alimentaria y soberanía laboral; entendiendo por soberanía alimentaria la capacidad de fomentar la producción sostenible de granos y otros cultivos básicos al tiempo que se genera el ingreso necesario para que su población pueda acceder a dichos bienes; y entendiendo por soberanía laboral la capacidad de fomentar la creación de empleo digno y suficiente que ofrezca estabilidad y futuro al conjunto de su población. Y precisamente por esto, los campesinos mexicanos están en marcha.

BUZÓN DEL CAMPO Te invitamos a que nos envíes tus opiniones, comentarios y dudas a

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SOBRE LAS FRONTERAS DERECHOS HUMANOS Y MIGRACIÓN: UNA MIRADA DESDE ESTADOS UNIDOS Susan Gzesh

Foto: David Lauer

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oy, cuado las nominaciones de demócratas y republicanos para las candidaturas a la Presidencia avanzan en sus etapas finales, docenas de comunidades locales en Estados Unidos (EU) están aprobando leyes y modificando prácticas políticas a efecto de hacer suficientemente intolerable la vida, a tal grado que los indocumentados mexicanos simplemente se irán: es la llamada “política del desgaste”. Al mismo tiempo, la administración Bush aumenta las acciones policíacas y sigue construyendo el impopular y muy probablemente inefectivo muro de la frontera con México. En momentos de una profunda inseguridad económica entre los estadunidenses (quienes están viendo caer el valor de sus residencias y desaparecer sus pensiones de retiro), las medidas anti inmigratorias son una distracción popular para evadir los problemas reales de la sociedad. Cualesquiera que sean las medidas de fuerza, la emigración de mexicanos a EU no está reduciéndose o frenándose. Pero la legislación federal para proporcionar estatus legal a los millones de indocumentados mexicanos tendrá que esperar hasta por lo menos enero de 2009, cuando los nuevos miembros del Congreso y el nuevo presidente entren en funciones. Eso da a los inmigrantes y a los defensores de sus derechos un año para planear iniciativas que se entregarían en Washington, DC. Dada esta realidad, debe subrayarse que en EU, las condiciones económicas, sociales

y políticas de México son muy pocas veces abordadas en la discusión del tema inmigración. Si los defensores de derechos de migrantes son serios en su entrega de propuestas a los próximos titulares de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, habrán de tener un acercamiento y trabajo conjunto con aliados mexicanos. Cualquier “solución” duradera al éxodo masivo de mexicanos a EU debe incluir planteamientos para quienes ya viven en este país, una especie de estatus para futuros migrantes y medidas que permitan a los mexicanos que no desean migrar el permanecer en sus tierra. Algunos grupos de defensa de derechos están comenzando a mencionar el “derecho humano a no migrar”.

GUATEMALA: Dólares desde EU atenúan la pobreza • Suman 150 mil quienes pasaron a México en busca del american dream Pablo Sigüenza

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n los territorios rurales de Guatemala los movimientos migratorios son parte de la dinámica usual de las familias campesinas e indígenas. Las migraciones temporales internas, desde regiones como el altiplano occidental y las tierras altas del norte hacia los latifundios de la costa sur y la zona cafetalera, son movimientos constituyentes de la estructura agraria que por siglos ha estado configurada en beneficio de la clase terrateniente a través de la explotación de la fuerza de trabajo campesina. Otro destino importante de la migración interna es Ciudad de Guatemala, lugar donde no hay más espacio para nuevos residentes empobrecidos, y por tanto el

destino final resulta siendo alguno de los municipios aledaños a la metrópoli: Mixco, Villanueva o San Miguel Petapa. A pesar de la afanosa migración interna, en la década reciente el mayor impacto en la vida económica y social del país resultado de flujos migratorios ha sido el que tiene como destino Estados Unidos. Se estima que en 2007 alrededor de 150 mil guatemaltecos y guatemaltecas dejaron sus localidades intentando llegar y pasar la frontera entre México y su vecino del norte. De éstos, cerca de 60 mil fueron repatriados vía terrestre y 25 mil fueron devueltos vía aérea desde Estados Unidos. Y se considera que 65 mil lograron quedarse en la Unión Americana. La Encuesta sobre Remesas 2007 de la Organización Internacional para las Mi-

Los derechos humanos proporcionan un paradigma excelente para un acercamiento a este problema. Los derechos humanos internacionales son universales. Los “migrantes” son primero y antes que nada seres humanos; están incluidos en el concepto de “todo el mundo” de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Además, los derechos humanos son portátiles; los migrantes no los pierden por el hecho de cruzar la frontera. Antes que “migrantes”, son seres humanos y poseen derechos humanos. La carencia de empleo o de “condiciones justas y favorables de trabajo”, un inadecuado nivel de vida y la falta de acceso a educación básica y a servi-

graciones describe que de una población de Guatemala de casi 13 millones 900 mil personas, un millón y medio se encuentran fuera del país. De ellos, poco más de un millón 250 mil envían remesas que benefician aproximadamente a 3 millones 800 mil familiares que, mes a mes, esperan el efectivo y lo destinan principalmente al consumo. Según la medición, la entidad estadunidense de la que se recibió mayor cantidad de remesas es California, con más de 500 millones de dólares, seguido por Texas, Florida y Nueva York. El total de remesas recibidas en 2007 sumó 3 mil 899 millones de dólares, aproximadamente 11.7 por ciento del Producto Interno Bruto nacional. Poca inversión y ahorro. Mucho se ha escrito desde las instituciones internacionales acerca del papel fundamental que tienen las remesas en el impulso del desarrollo y la reducción de la pobreza en nuestros países. Los datos proporcionados por la encuesta demuestran que 64 por ciento de las remesas se usa en consumo o consumo intermedio y únicamente un 23 por ciento se invierte o se ahorra. El consumo ha aumentado de manera acelerada en las distintas regiones del país. Un signo

cios de salud son razones frecuentemente mencionadas como fundamentales en la inducción de la migración ilegal. Todas esas condiciones también constituyen violaciones a los derechos humanos, y ello se puede constatar en los artículos 6, 7, 11, 12 y 13 de la Convención Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Enfocar la atención en los derechos humanos de la gente antes de que se convierta en migrante sería útil para persuadir a los gobiernos de México y EU de que los acuerdos de seguridad migratoria deben incluir medidas de control pero también asistencia. Describir las raíces de la migración ilegal como violaciones a los derechos humanos sería una herramienta para que los migrantes y sus aliados aboguen por la mejoría de condiciones económicas, sociales y políticas en México. Caracterizar las causas fundamentales de la migración ilegal como violaciones a los derechos humanos coloca en manos de ambos gobiernos una obligación tanto moral como legal de frenar conjuntamente esas violaciones. Durante 2008, organizaciones mexicanas y de EU, uniones sindicales, asociaciones de inmigrantes con sede en los pueblos de origen, instancias religiosas y sus aliados, deberían examinar la situación de los derechos humanos para hacer un llamado a ambos gobiernos a crear reformas en beneficio de aquellos que han migrado, de aquellos que migrarán y de los que no desean migrar. En una Norteamérica integrada, en el cual vivimos, la política debe ser diseñada con una perspectiva trasnacional e internacional. “No nos moverán”. Nuestros dos países estarán unidos por siempre por nuestra frontera de 2 mil millas. Los derechos humanos proporcionan un marco para los análisis que trascienden esa línea. Profesora senior y directora del Programa de Derechos Humanos de la Universidad de Chicago

inequívoco de este fenómeno es la construcción, en un lapso de cinco años, de centros comerciales en todas las cabeceras departamentales. Varios estudios y diagnósticos locales han demostrado que el sector de la población del que salen los migrantes a Estados Unidos no es precisamente el sector bajo la línea de extrema pobreza. Es conocimiento popular la necesidad de contar con cierto capital para poder emprender el viaje al norte. Con mucha dificultad, las familias logran acumular cierta cantidad de bienes que les asegura el primer pago del coyote que llevará a uno de sus miembros al sueño americano. Como se ve, ni el destino y uso que se está dando al dinero proveniente de las remesas, ni el sector que principalmente está siendo beneficiado con ellas, concuerdan con el discurso de combate a la pobreza que emana de las instituciones internacionales y los gobiernos de la región. Los sectores más empobrecidos mantienen de manera cotidiana una lucha por la sobrevivencia en el campo y en la ciudad, alejados tanto de la posibilidad de un trabajo digno en su tierra, como de la oportunidad de aventurarse tras el supuesto de mejores horizontes fuera de las fronteras nacionales.


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EL TLCAN Y MIGRACIÓN CHIAPANECA

testimonio

Elvira Arellano entrevistada en el Foro Social Mundial, enero, ciudad de México

• Venta de parcelas para financiar salidas a EU • Contradicciones sobre efectos de remesas

Foto: Antonio Nava

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Daniel Villafuerte Solís

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n medio de una virtual recesión económica en Estados Unidos (EU), por lo menos de su sector de construcción y vivienda, se debate en México la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Hay voces que la exigen por considerar que la apertura total ocasionará mayor pobreza y dependencia agroalimentaria. Los defensores del Tratado argumentan que México ha ganado con la apertura; que es receptor de mayor inversión extranjera directa y mantiene un superávit comercial con EU, el cual en 2003 sumó 33 mil 466 millones de dólares y en 2006 llegó a 81 mil 488 millones. Hay que considerar, sin embargo, que en este lapso los precios del petróleo lograron niveles históricos. La factura por exportaciones petroleras en 2004 fue de 21 mil 257 millones de dólares y en 2006 de 34 mil 707 millones. ¿Quiénes se han beneficiado con la apertura de mercados? En 2006 las exportaciones mexicanas sumaron 249 mil 997.2 millones de dólares, y 44.7 por ciento correspondió a la industria maquiladora y 13.9 al petróleo crudo. Esto es, dos sectores concentran casi 59 por ciento del valor de la exportación. A esto hay que agregar el peso que tienen la exportación de la industria automotriz que, como se sabe, está en manos de capital extranjero, y la de equipos y aparatos eléctricos y electrónicos. En 2004 la primera representó 18.2 por ciento de las ventas manufactureras al exterior y la segunda casi 4 por ciento. En resumen, el peso de la industria maquiladora y de los sectores de capital extranjero es enorme en la dinámica económica, en el comercio internacional y en la generación de empleos. La contradicción del TLCAN consiste en que se ha liberado el comercio, pero al mismo tiempo se endurece la política migratoria, a fin de evitar que los campesinos afectados por la apertura emigren a EU. El TLCAN contribuye al intenso flujo migratorio: la apertura produjo modificaciones sin precedentes en las políticas agraria y agropecuaria. Los costos de un superávit comercial con EU y una IED favorables han sido la desnacionalización de la economía nacional y el éxodo de más 500 mil mexicanos al año al país del norte. ¿Qué ha cambiado en el medio rural con el TLCAN? La tierra dejó de ser un factor de arraigo para los campesinos y se convirtió, en algunas regiones, en una mercancía. Ello repercute enormemente en las condiciones de la reproducción

familiar y de la vida comunitaria. En muchos casos, vender la parcela ha significado tener un ingreso para emigrar. Para muchos, la parcela ha dejado de ser la principal fuente de ingreso y sólo complementa los ingresos generados por trabajo asalariado o por la economía informal en los centros urbanos. Podría decirse que el campo ya no es alternativa para el campesino. Hoy migración y remesas ocupan el papel que tenía la parcela en la reproducción del hogar, con enormes costos para la familia y la comunidad. La pérdida de capital humano para el país, el desarraigo, el alto riesgo de cruzar la frontera y buscar empleo en EU, son algunos de estos costos, que ignoran los tecnócratas a la hora de elaborar las Cuentas Nacionales. En Chiapas se observa que los municipios de Ángel Albino Corzo, Villa Corzo, Villa Flores, Tapachula y Motozintla, que antes del TLCAN eran fuertes productores de maíz y café, ahora son los de mayor intensidad migratoria hacia EU. Frente a la apertura y el desmantelamiento de las instituciones del agro, los pequeños campesinos no han tenido más opción que emigrar. El este de EU, destino chiapaneco. Las remesas que llegan al país crecieron en 374 por ciento entre 1997 y 2006, al pasar de 4 mil 865 millones de dólares a 23 mil 54 millones. El crecimiento de estos envíos a Chiapas ha sido extraordinario: en 2006 superaron 800 millones de dólares, equivalentes a 12 por ciento del PIB estatal y al valor conjunto de los productos más importantes de la entidad, el café, el maíz y la caña de azúcar. Hoy la mayor presencia de chiapanecos en EU es en los estados de la Costa Este: Florida, Georgia y Carolina del Norte, así como California, y las ciudades de Los Ángeles, Miami, Atlanta y Raleigh los concentran particularmente. Es una ruta, quizá la más importante, que se va extendiendo hacia las ciudades de Washington DC, Filadelfia y Nueva York. La cantidad de muertos en su intento por cruzar la frontera debe considerarse en los costos de las remesas. Chiapas ocupa el primer lugar en fallecimientos en el conjunto de los estados. Sólo en la frontera Sonora-Arizona se registraron 11 migrantes fallecidos en 2006 y 12 entre enero y junio de 2007. Chiapas además de ser lugar de origen y llegada de migrantes, es tránsito de los que desde el sur aspiran a llegar a EU. Es de esperarse que los flujos migratorios de Guatemala –que inició un proceso de apertura con EU en 2005– se incrementen de manera significativa. En 2006 Nicaragua, El Salvador y Guatemala, los de mayor intensidad migratoria de

ací en el Valle de Maravatío, Michoacán; mis padres eran campesinos y mis hermanos más grandes trabajaban con ellos; yo no, pues era la más chica. Me fui a Estados Unidos en 1997, después de que en 1995-96 tuvimos la devaluación del peso, la crisis económica. Ahora veo anuncios en televisión que dicen que el TLCAN ha hecho bien a nuestras comunidades. Es mentira. Si hubiera beneficio, no habría 6 millones de mexicanos indocumentados en EU, más los que han podido legalizarse. El TLCAN ha dañado a nuestros agricultores. En mi pueblo, San Miguel Uraguango, que se dedica mayormente al campo, algunos ejidos ya se convirtieron en propiedades privadas; los norteños –migrantes que mandan dinero a su familia– están comprando las tierras. El campesino ya no tiene para trabajar, no le llegan los apoyos públicos y hay muchos problemas. Este verano mi mamá sembró calabazas, pero se quebró su pie y ya no hubo quien fuera a mirar el cultivo y se secó, no hubo cosecha. Ha sido difícil la vida para mis padres. El gobierno debería luchar principalmente para que nuestra gente no tenga que emigrar, pero también debe empezar un diálogo muy enérgico con EU para lograr el respeto de los derechos plenos de los mexicanos que trabajan en ese país (...) Aunque también deberíamos ver nuestras propias leyes. La Cámara de Diputados aprobó un acuerdo para discriminalizar la migración en México, pero está estancado en el Senado. En México hay una situación muy difícil para los migrantes centroamericanos. Nuestro gobierno debe ser humano y generoso con estas personas que lo único que buscan es una vida mejor en EU, no vienen a quedarse aquí pero es el único lugar por el que pueden pasar. Elvira Arellano, deportada de EU a México en agosto de 2007, y quien desde 2002 sufrió la amenaza de separación de su hijo –Saúl, nacido en EU– pues, por ser migrante ilegal y haber trabajado como limpiadora de aviones en el aeropuerto O’Hare de Chicago, fue relacionada injustamente con los ataques de septiembre 11 de 2001. Desde entonces mantiene una lucha por la defensa de los derechos humanos de los migrantes.

Centroamérica, captaron 9 mill 300 millones a llos ll dde ddólares, l que hay que sumar 2 mil 359 millones que recibió Honduras. El mayor cruce de centroamericanos con destino a EU ocurre en la frontera sur. En 2006 se registraron más de 200 mil detenciones de centroamericanos, la mayor parte en Chiapas. Según el Banco Mundial, las remesas pueden convertirse en palanca del desarrollo; es una tesis muy difundida en los gobiernos de los países de origen de migrantes. Pero muchos estudios la contradicen. Se reconoce que las remesas favorecen la balanza de pagos y la estabilidad cambiaria; sin embargo, hay mayor consumo de productos importados y un fenómeno de polarización social entre quienes reciben los envíos de los migrantes y quienes no. Y la pobreza rural… prevalece. Investigador titular del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica-UNICACH dvillafu@prodigy.net.mx


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Zacatecas: emblema de la emigración

Rodolfo García Zamora

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istóricamente Zacatecas ha sido y es el principal expulsor de mexicanos hacia Estados Unidos en relación con su población interna (suma un millón 367 mil habitantes en su territorio y 680 mil radicando permanentemente en ese país), y ocupa el primer lugar nacional en intensidad migratoria internacional, así como en proporción de hogares con migrantes, 23.3 por ciento, y en mujeres migrantes respecto de la población estatal, con 1.9. Además Zacatecas presenta el mayor grado de despoblamiento nacional, con 73 por ciento; el total de sus 58 municipios tiene migrantes en Estados Unidos; ocupa el segundo lugar en remesas recibidas en promedio mensual por los hogares, con 340 dólares, y lo que representan las remesas respecto del PIB estatal es 9.5 por ciento, sólo debajo de 13.2 registrado en Michoacán. Todos estos datos –del XII Censo Nacional de Población, del Banco de México, del INEGI y del Consejo Nacional de Población– corroboran la debilidad económica estructural de Zacatecas para retener laboralmente a su población, y la importancia de las remesas y de las organizaciones de migrantes como promotoras del bienestar social en sus comunidades de origen mediante los proyectos del Programa 3x1, con los cuales financian obras de infraestructura en combinación con recurso público. Migrantes generosos. En la medida en que hay más atraso en los estados –como en Oaxaca, Zacatecas, Michoacán y otros–, con una actividad económica tradicional, limitado sector empresarial y poco atractivo para la inversión extranjera, las acciones de las organizaciones de migrantes se vuelven más relevantes. Así, su generosidad y su compromiso con miles de proyectos comunitarios en México demuestran que los migrantes organizados en Estados Unidos pueden jugar la función de un nuevo actor social transnacional para el desarrollo local y regional del país.

Sin embargo, en Zacatecas, como en el resto del país, se requiere un cambio institucional a fondo en los tres niveles de gobierno, la creación de verdaderas políticas públicas de Estado sobre desarrollo y migración, para ser capaces de capitalizar realmente las enormes y generosas contribuciones de los migrantes al desarrollo integral del país, con empleo, democracia y bienestar para todos. A escala nacional e internacional, Zacatecas es un laboratorio social de los costos de la migración a Estados Unidos en términos de despoblamiento, de marcado envejecimiento de su población y de una creciente adicción a las remesas. Pero también lo es de los aportes de los migrantes (dos mil proyectos 3x1 entre 1993 y 2007) y de su potencial como aliados estratégicos para el futuro de Zacatecas. El estado tiene así condiciones socioeconómicas y políticas favorables para ser pionero mundial en la creación de un nuevo tipo de políticas públicas de desarrollo local transnacional, con la participación de sus más de 250 clubes de migrantes en la Unión Americana. Promover el progreso local. Zacatecas se enfrenta a la disyuntiva histórica de continuar sufriendo pasivamente los costos irreversibles de la migración internacional y los beneficios temporales de las remesas, o realizar un cambio radical en la conducción de la economía y la sociedad con verdaderas políticas públicas de desarrollo regional y social. Urge resolver el dilema, pues es previsible que las remesas caerán en 10 años y para el 2020 se perfila un “estado fantasma”, con crecimiento demográfico sólo en los municipios de Guadalupe, Zacatecas y Fresnillo. El atraso, la marginación y las raíces estructurales de la migración no se resuelven con políticas populistas regalando despensas, cobijas y bicicletas, ni con funcionarios improvisados. Se requiere el diseño y la aplicación rigurosa de verdaderos

Foto: Marco Peláez

• Previsible que en 2020 sea un “estado fantasma”, despoblado • El reto: crear políticas de fomento local trasnacional

programas y proyectos de desarrollo económico y social estatal, regional y local, con la concurrencia de todos los sectores económicos y sociales del estado, el país y el extranjero. Quiebra campesina. Continuar simulando con la simple administración de los programas federales y grandes inversiones publicitarias en la imagen del gobernante actual, frente al intenso despoblamiento, el peligro de quiebra de 60 mil productores de básicos por los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y el eventual retorno de miles de zacatecanos de Estados Unidos a causa de la recesión económica, acortará el tiempo en que Zacatecas se convierta en un páramo, un lugar económica y socialmente inhóspito para la vida de los propios zacatecanos. El revertir esta situación puede ser mérito del gobierno actual; no hacerlo representará una responsabilidad histórica con la que cargará en forma compartida con las administraciones anteriores que ignoraron el conflicto. Doctorado en Estudios del Desarrollo, Universidad Autónoma de Zacatecas rgarciaz@prodigy.net.mx

Trayectos jornaleros: de Guerrero a Sinaloa • Situación desfavorable para mujeres y niños • Programas públicos soslayan inseguridad laboral y accidentes Beatriz Canabal Cristiani

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os campos agrícolas del noroeste continúan atrayendo a miles de jornaleros que llegan mayoritariamente de regiones indígenas de autosubsistencia como Oaxaca y Guerrero. Si bien la población de la Montaña de Guerrero, nahua, mixteca y tlapaneca, migraba hacia zonas cañeras y cafetaleras, a partir de los años 90 participa en un trabajo eventual que no la desliga de sus comunidades ni de la producción del maíz. Su destino principal es Sinaloa, cuyos campos hortícolas de exportación requieren de grandes contingentes de fuerza de trabajo. Hasta hace poco, este tipo de migración cíclica, en que salían hombres y mujeres solos o con sus hijos en noviembre y regresaban al inicio de las lluvias para poder sembrar y cumplir con sus obligaciones cívico-religiosas, fue predominante y pronto se convirtió en una estrategia familiar, que aseguraba la vida de amplios sectores de la población que dependía de la agricultura del maíz o de la comercialización regional de frutales o café muy limitada y en crisis. Las empresas acudieron a buscar esta fuerza de trabajo campesina, ofreciendo condiciones que muchas veces no correspondían con las que encontraban los jornaleros a su llegada a los campos, ya que en este tipo de enganche no media ningún papel firmado.

Las viviendas con que cuentan los campos agrícolas; los comedores, escuelas, guarderías, tiendas, los servicios de luz y agua, varían de un campo al otro pues todavía dependen de la voluntad de los empresarios, aunque ahora tienen que someterse a la vigilancia de algunos centros de derechos humanos. Gran parte de la inversión en estas instalaciones ha sido aportada por instancias federales y el personal corresponde a los Programas de Jornaleros Agrícolas. Trabajo a destajo. Las condiciones laborales de estos miles de trabajadores se sustentan en el carácter flexible y fragmentado de este mercado de trabajo, pues está destinado a población con necesidad de ocuparse y ahorrar lo más posible en un corto tiempo, que llega en condiciones de baja escolaridad o analfabetismo: el pago es por tareas o a destajo, y las jornadas se prolongan más para ganar un poco más de dinero; no hay pago en días de descanso, por enfermedad, accidente o por parto. Sólo se paga el trabajo realizado. A los jornaleros indígenas se les asignan tareas como la preparación de la tierra, la siembra y la cosecha, mientras que los jornaleros locales manejan maquinaria o están en empacadoras y tienen salarios más elevados. Durante los años recientes, las familias montañeras salen ya completas al trabajo de estos campos. La proporción de hombres y mujeres es similar, al igual que lo es la jornada de traba-

jo para unos y otras, pero ellas tienen que cumplir también con tareas de aseo en el albergue, con el cuidado de los niños y la elaboración de alimentos, con lo que generan ahorros a la empresa y a la familia. Su jornada inicia dos horas antes y termina dos horas después. El problema del trabajo infantil constituye un tema de permanente discusión, pues está oficialmente prohibido pero en los hechos se da, porque para las familias migrantes representa un ingreso más, y en los campos se dice que si no reciben a los niños, la familia no se queda a trabajar. En 2006 se registraron oficialmente en Sinaloa 18 mil 843 menores de edad y 67 por ciento de ellos trabajaba. El jornaleo infantil desarraiga a los niños de sus comunidades y les limita la posibilidad de continuar estudiando, pues los ciclos escolares se cortan y no se reconocen los estudios realizados en otros lugares. Las condiciones de trabajo son irregulares: desde hace años se insiste en la necesidad de reconocer la antigüedad de estos trabajadores que laboran por años en una misma empresa aunque temporalmente, así como su derecho a la seguridad social limitada por la falta de documentación oficial, su jubilación y aguinaldo. Muchas de esas condiciones de trabajo no se cumplen y las empresas prefieren pagar multas que les resultan menos onerosas. Actualmente se están generando cambios importantes en los sistemas productivos, pues

se intensifican los rendimientos, y se diversifican los lugares donde están situadas las empresas, por lo que se requiere mano de obra por periodos más prolongados y en diversos meses del año. Eso hace que la población migrante salga de manera más irregular y por más tiempo de sus comunidades. Se trata de un tipo de población que requiere de un acompañamiento serio y bien coordinado. Al Programa de Jornaleros Agrícolas encargado de muchas de las acciones en su apoyo, se le ha restringido el presupuesto, y entre las instancias educativas, de salud o laborales no hay coordinación, como no la hay entre las mismas dependencias de los lugares de origen y destino. Migrantes comuneros. Los programas tampoco se adaptan a las necesidades de esta población, a su doble condición de población jornalera y comunera: los programas educativos y de salud deben tener seguimiento en ambos sitios, el programa Oportunidades debiera reconocer la necesaria movilidad de los niños y de sus madres. Pero es importante destacar que ningún programa para los jornaleros atiende las condiciones laborales en que están trabajando miles de hombres, mujeres y niños con altos niveles de inseguridad en el empleo y sometidos a múltiples riesgos y accidentes. Estos jornaleros, que son comuneros y trabajadores a la vez, tienen sus ojos y demandas puestos en sus lugares de origen y destino: en algunos sitios hay comités que muestran esta doble vigilancia, esta doble pertenencia y aún no tienen certitud de cuál pesa más, si la que dio sustento a su identidad, o la que les genera ingresos y les permite sobrevivir. Miembro de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales y académica de la UAM-Xochimilco


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REMESAS: CONSUMO Y AHORRO, NO INVERSIÓN

Foto: Hernán García Crespo

• Comunidades pobres prefieren gastar en vivienda y educación • El agro, condenado en zonas marginadas origen de migrantes

Lourdes Edith Rudiño

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s paradójico, pero los casi 10 mil millones de dólares que anualmente llegan a las zonas rurales más marginadas de México, por concepto de remesas de los migrantes, no están contribuyendo al desarrollo agrícola de las comunidades –más bien inciden en su contra–, y aunque ese dinero está mejorando la seguridad de las familias y su progreso en términos de educación, alimentación y salud, la principal estrategia de los campesinos es el ahorro, la acumulación de recursos para enfrentar

un futuro incierto, y muy poco se invierte en actividades productivas. Así lo comenta Isabel Cruz Hernández, directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), instancia que durante los ocho años recientes ha creado 28 microbancos rurales, que ofrecen servicios financieros a personas que no tienen acceso a bancos comerciales en las zonas rurales marginadas de México. Trece de estos microbancos pagan 5 mil remesas mensuales por casi 20 millones de pesos (0.1 por ciento del total nacional). La estadística muestra que en

Cobrar cuesta Los 28 microbancos impulsados por AMUCSS son propiedad de sus 22 mil socios. Trece de estas instituciones ofrecen, sin costo alguno, el pago de envíos de varias remesadoras como Vigo, Moneygram, Intermex y Uniteller. Esto es muy importante, pues para los pobladores rurales –carentes en su gran mayoría de servicios financieros— cobrar el dinero que les mandan los migrantes implica por lo general el traslado a sus cabeceras municipales para ir a las ventanillas de las remesadoras, y tan sólo el transporte les hace erogar entre 15 y 20 dólares. Créditos pequeños para todo tipo de actividad económica y cuentas de ahorro disponibles en cualquier momento o con inversiones a plazo, son algunos de los servicios que ofrecen los 28 microbancos. También, microseguros de vida desde 5 mil hasta 100 mil pesos; seguros para la repatriación, algo fundamental si se considera que 15 mil mexicanos mueren cada año en territorio estadunidense, y algunos servicios como pago de luz o teléfono. El conjunto de microbancos (ubicados en Hidalgo, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Puebla) manejan 12 mil cuentas de ahorro; han otorgado 50 mil créditos, y en 2006 pagaron 26 mil remesas por 110 millones de pesos.

2007 México captó 25 mil millones de dólares de remesas (con 70 millones de operaciones de envíos, cada uno de más de 350 dólares en promedio). De ese dinero, 40 por ciento llegó a zonas rurales marginadas, donde sólo 6 por ciento de la población tiene acceso a servicios financieros; el resto cuenta con pocas opciones más allá de guardar el dinero bajo el colchón, o de adquirir activos tales como casas o terrenos. La AMUCSS ha realizado estudios sociológicos y de mercado en comunidades de Oaxaca, Guerrero y Puebla para detectar las actividades que se podrían financiar, aprovechando los recursos de las remesas, y los resultados chocan con lo que generalmente se piensa. Isabel Cruz explica: las comunidades pobres con migración son muy focalizadas, pues su éxodo ocurre basado en redes sociales (uno se lleva al hermano, y luego éste apoya al compadre o a la familia para migrar, y así una cadena), y entonces conviven con otras más pobres donde la actividad agrícola –maíz, frijol, chile, calabaza— enfocada al abasto familiar continúa siendo muy importante. En las comunidades que migran, el excedente monetario genera inflación, y eso daña a las familias donde no hay migrantes y a comunidades vecinas porque aumenta el costo de la mano de obra, “pues la gente compara y dice prefiero trabajar en Estados Unidos (EU) y ganar en dos meses lo que aquí obtengo en un año”. La situación desincentiva el cultivo agrícola y las familias siembran menos superficie (tan sólo lo que pueden trabajar ellas mismas, o lo que logra la esposa del migrante si puede contratar jornaleros). Además, “vemos que son los viejos los que quieren seguir financiando la producción de maíz, del frijol;

los jóvenes migrantes mandan dinero y no están de acuerdo en que se utilice para el campo”. Es previsible que, con el cambio generacional, la agricultura se va a desplomar. Los migrantes que regresan dan la espalda al campo y realizan inversiones en servicios, pequeño comercio, incluso invernaderos, pues quieren replicar lo que vieron en EU. Artesanías vs agricultura. Hay comunidades que han transformado totalmente su economía, comenta la entrevistada. En la sierra norte de Puebla, en el municipio de Pahuatlán, ya nadie siembra; la gente se dedica a artesanías de papel amate, chaquira y bordados. Las remesas se invierten un poco en financiar el capital de trabajo, pero sobre todo en construcción de casas. Migrantes otomís de San Pablito, de Pahuatlán, que viven en Carolina del Norte, dicen “estamos ahorrando para regresar, pero vemos que las cosas no se están componiendo en México”. Estas personas hacen previsiones para regresar a México pero no a su comunidad sino a ciudades como Tulancingo, que es la más cercana a su pueblo, o al Distrito Federal donde trabajaron antes de irse a EU. Allí visualizan mejores oportunidades de trabajo. “Siempre es el trabajo el que determina la elección de la migración”, dice Cruz. Comenta que en las comunidades pobres migrantes las remesas sirven sobre todo para aumentar la inversión en salud, educación y alimentación; y en forma paralela está el construir o mejorar la vivienda. Sin migración, antes los campesinos construían sus casas en lapsos de10 a 15 años. Luego –apoyados por trabajos temporales en las ciudades de México— bajó el tiempo a ocho o 10 años, y ahora, con la migración internacional, lo hacen en cinco años. “Con acceso al crédito, que es algo que estamos haciendo con los microbancos, pueden construir en menos tiempo”. En educación es “impresionante” lo que invierten los campesinos, comenta. Consideran que el estudio permitirá el progreso de sus hijos, y “vemos que en las comunidades de San Pablito o Xochimilco la gente paga todos los días 50 pesos en transporte para que cada niño vaya a escuelas de las ciudades cercanas. También están muy atentos a observar la calidad de las escuelas, para elegir la mejor opción. Isabel Cruz señala que el reto de los microbancos es promover el desarrollo económico de las comu-

nidades, aprovechando las remesas para generar créditos productivos para quienes no migran (para todo tipo de actividades, pues las familias campesinas tienen estrategias de ingreso basado en la diversidad, en la agricultura, el pequeño comercio, el jornaleo temporal), “pues hoy el atesoramiento en casas y terrenos no es algo productivo”. Parálisis productiva. Pero hay un problema: en las comunidades marginadas se observa una gran demanda por cuentas de ahorro y una muy escasa demanda de crédito. “Esto es un síntoma terrible de estancamiento económico. Hay regiones indígenas donde hemos tenido dos o tres ahorradores por un prestatario”. Hay mucho dinero que no se usa productivamente. “En San Juan Mixtepec, en la Mixteca oaxaqueña hay siete cajas captando ahorro; el año pasado una de esas tronó por fraude y tenía 90 millones acumulados”. La escasa demanda de crédito se explica por varias razones; una es que la producción agrícola – que ocurre en la lógica de la seguridad alimentaria familiar (con la milpa para garantizar uno o hasta tres meses de autoabasto)— está expuesta a los riesgos climáticos, a huaracanes, heladas, sequías, y a las plagas, y en estas zonas pobres nunca ha habido un sistema extensionismo o de sanidad vegetal que permita orientar a los campesinos. “Ante ello, los campesinos lo que menos quieren es administrar crédito; esto hace que sean poco proactivos y prefieren ahorrar. Y eso es muy racional. Administran los riesgos conocidos, y evitan los que no conocen”. Hay lugares donde se tienen detectadas oportunidades de desarrollo económico, como la colecta de leche o la instalación de cooperativas para compra de insumos agrícolas y la comercialización. Es el caso de la zona de Álvaro Obregón, a 30 minutos de Morelia, Michoacán, y con vías adecuadas de comunicación, con posibilidades de mercado; allí producen maíz, trigo, frijol, ganadería. Pero no es viable la organización de los campesinos porque hay un pasado de cacicazgo, control político y corrupción con fondos financieros, que impide la confianza social. Y esto es propio de muchos lugares. Así, los desafíos para los microbancos son muchos. Y debe considerarse también que en las zonas rurales la inseguridad está a la orden del día; a veces las propias policías son responsables de asaltos. Las instituciones financieras deben mover dinero y enfrentan la carestía de servicios profesionales de transporte (que cobran 15 mil pesos mensuales, algo muy caro para el medio rural), así como la ausencia de la aplicación del derecho y la justicia. “En el medio rural no hay o no funcionan las instituciones de justicia, y aún con papeles, no puedes tú recuperar préstamos o meter una demanda o enfrentar problemas laborales. Esto hace costosísima la gestión de los servicios financieros”.


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Zonas cafetaleras: expulsión sin freno • Salida de productores encarece mano de obra • El aromático, cada vez menos redituable Lorena Paz Paredes

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a migración rural trastoca la vida de las poblaciones campesinas. No sólo viven de otra manera los que dejaron su comunidad y cruzaron la frontera; también cambian las condiciones de los quedados, que por el éxodo carecen de la ayuda de los hijos jóvenes para las labores de la milpa y la huerta. La migración y los pequeños productores de café. A diferencia de la milpa, donde la familia puede atender desde la siembra hasta la pizca, el corte del café requiere mano de obra adicional, que se concentra en dos o tres meses al año. Cuando los jóvenes de la familia se van, merma la capacidad doméstica de atender el cafetal. Ello se combina con la escasez general de jornaleros, por la estampida migratoria, y con la elevación de los salarios rurales, que conlleva no sólo la escasez de brazos sino también el que las remesas en dólares compiten con la opción de contratarse localmente por pesos. Para los pequeños cafetaleros con una, dos o tres hectáreas, el corte, acarreo y beneficio del café representa entre 30 y 60 por ciento de la inversión laboral. En comunidades del Istmo oaxaqueño, como Santiago Lachiguiri, esas tareas representan casi 50 por ciento del costo en trabajo, del que alrededor de la mitad tiene que ser contratado porque la familia sola no se da abasto. En comunidades tzeltales y tzotziles de los Altos de Chiapas, donde se cul-

tiva café orgánico con rendimientos comparativamente altos (entre 10 y 20 quintales), de cada 10 jornadas de trabajo que invierte el productor en su huerta, nueve son familiares, pues las parcelas son muy pequeñas (una o 1.5 hectáreas) y las familias numerosas, pero a la hora del corte, hay que contratar un 40 por ciento de la mano de obra. Aun en huertas muy pequeñas, las familias necesitan trabajadores, algunos externos, para levantar la cosecha. El problema desde hace años es que las comunidades se vacían, hay escasez de mano de obra y los salarios se han elevado. En la base del éxodo en zonas cafetaleras está el desplome de los precios del aromático que se prolongó, casi sin recuperaciones, de 1989 a 2005, año en que empezó a haber una recuperación, la cual sin embargo, fue insuficiente para frenar la migración.

La Mixteca oaxaqueña. Aquí la migración viene de mucho tiempo atrás, pero en comunidades cafetaleras como Zaragoza se agudizó por la prolongada crisis de precios. Hoy en cada una de las 260 familias zaragozeñas hay por lo menos un familiar que trabaja en Estados Unidos (EU) y vive en Nueva York o Nueva Jersey, y las remesas son vitales para la economía de la población. Los que se marchan: “De esta región mixteca se va mucho joven –cuenta un campesino–; son casi niños, chamacos y chamacas que acaban la secundaria y se van porque ya están con esa mentalidad. Se juntan en grupos de 30 o 40 y agarran camino para el Norte ayudados por polleros o por mismos familiares (...) Hay parientes allá que los reciben y los encaminan desde que salen del pueblo y les consiguen empleo en restoranes y

en obras (...) Salen del pueblo a la ciudad de Oaxaca, de ahí vuelan a Nogales donde le entregan al pollero casi 2 mil dólares. Procuran irse a ciudades muy al norte aunque haga frío, porque allá la migra no los persigue tanto como en estados fronterizos (…) El viajecito les va saliendo como en 25 mil o 30 mil pesos. Y nomás para amortizar esa deuda tienen que quedarse trabajando allá por lo menos uno o dos años.” Pocos vuelven. “En Zaragoza –sigue contando– de 50 jóvenes que salen apenas regresan unos 10. Los demás allá se acomodan.” “En vez de trabajar la huerta con sus padres –dice un viejo cafetalero– prefieren irse y hacer dólares para comprar una casa, una camioneta (...) Ése es el sueño de los jóvenes (…) el que se fue ya regresó con su camioneta, se hizo casa de material y vino a motivar a la juventud de aquí a que siga su ejemplo (…) Y es cierto, algunos salieron de pobres con la migrada, se hicieron de carros y terrenos y ganado. Pero en cambio a muchos otros les va mal, no salen de pobres y se van a morir lejos de su tierra y de su gente. Salen del pueblo por necesidad, y a la mejor, si los precios del café no se hubieran tirado tan de plano, habría menos migración (...) Pero ahora que los precios ya no están tan peores, los mixtecos siguen yéndose (...) Les gana la ambición de conocer otro país, otro idioma, de cargar dinero verde en la cartera.” Y es que la migración es necesidad pero deviene cultura, Con el paso del tiempo se consolidan los destinos laborales en EU y la puerta queda abierta para nuevos migrantes. Pero no sólo migran los jóvenes. También muchos adultos de la comunidad se han ido por temporadas largas cuando menos una vez en su vida. Y es que en la

La Coalición de Trabajadores de Immokalee • Fast food, campo de lucha para mejorar el ingreso jornalero Tania Molina Ramírez

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os trabajadores han estado debajo de la mesa para poner la comida sobre la mesa”. Así describe a La Jornada el guerrerense Lucas Benítez la situación de los jornaleros agrícolas en Estados Unidos, cuya mayoría es migrante. Lucas Benítez es el cofundador de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW por sus siglas en inglés), organización que ha logrado una histórica transformación de la lucha de los jornaleros migrantes por mejorar sus condiciones de trabajo en Estados Unidos y que, a la vez, ha dado nuevos aires a la lucha laboral en ese país. Y lo consiguió en buena medida porque supo sumar esfuerzos con estudiantes, iglesias y políticos. Benítez recuerda que cuando llegó a Immokalee, hace 15 años, los granjeros en esta zona agrícola, la más importante de Florida, hacían lo que les venía en gana y los trabajadores aceptaban los bajos salarios y los malos tratos (los patrones llegaban a andar armados). La historia conocida es que la CIW (www.ciw-online.org) desafió al gigante Taco Bell y, tras una lucha nacional de

cuatro años, consiguió en 2005 que aceptara pagar al jornalero un centavo más por cada libra de tomate. Taco Bell también aceptó que buscaría que los agricultores respetaran los derechos laborales de los jornaleros, y se comprometió a dejar de comprar el tomate de aquellos rancheros que incurrieran en “graves violaciones” de los derechos. Respaldos políticos. Pero, más allá del fundamental logro económico, destaca el hecho de que la coalición logró abrir la lucha de quienes pizcan tomates (cerca de la mitad mexicanos) a la solidaridad de otros sectores de la sociedad: la iglesia (the National Council of Churches, the Presbyterian Church), los estudiantes y personajes políticos (Jimmy Carter y Ethel Kennedy, viuda de Robert F. Kennedy). Su siguiente gran batalla fue contra la mayor cadena de fast-food del mundo, McDonald’s. La CIW obtuvo una victoria en dos años, en abril de 2007. El acuerdo consistió en los mismos términos que Taco Bell y además la cadena se comprometió a colaborar con la CIW para aplicar un mecanismo de monitoreo de las condiciones laborales en los campos e investigar abusos.

decisión de migrar pesa mucho la diferencia entre los salarios locales y los de EU, entre lo que gana el cafetalero trabajando en su huerta y el pago por hora en dólares. Los que se quedan. “Son personas mayores que no les queda de otra que cultivar su milpa y atender su cafetal, apoyándose en la esposa y los chamacos –cuenta un cafetalero–. Pero no es lo mismo, porque sin los hijos mayores, en vez de atender tus dos o tres hectáreas de cafetal, ya nomás atiendes una”. Muchas huertas se han abandonado, hay menos producción y los costos del trabajo se dispararon. En la Mixteca, como en otras zonas cafetaleras, los dólares han encarecido el jornal. Si hace unos años un peón cobraba 70 ó 80 pesos el día más los alimentos, hoy no trabaja por menos de 100 o 120 pesos. Y si el precio del café es bajo, difícilmente el productor puede costear el gasto del corte. Desde 2005 mejoraron las cotizaciones del aromático y, pese a los costos del trabajo, conviene contratar cortadores, Ahora el problema es que casi no los hay. Las remesas. La llegada de dólares financia, en parte, la producción de café de los que se quedan, y también la compra de maíz para el consumo familiar. “Antes no se compraba tanto maíz, pero hoy como llega dinero de EU, la gente compra en Diconsa en vez de sembrar milpa. Se da cuenta que cuesta más cultivar maíz que comprarlo, porque hay que quemar, tumbar monte, y luego pizcar, acarrear mazorca, entrojarlo, desgranarlo. Y la gente dice ‘Para qué tanto trabajo, mejor voy a la tienda por 50 o cien kilos’. No saben que están comprando grano alterado, contaminado, en vez de maíz limpio de nuestra tierra”.

“McDonald’s y Yum Brands (compañía madre de Taco Bell) nos han reconocido como el motor” de sus comidas, dice Benítez. Ahora, la CIW, que agrupa a más de 5 mil jornaleros, libra una batalla contra Burger King. Pero al parecer la gran industria cambió de estrategia y colocó a los jornaleros organizados en una situación difícil: “Burger King hizo una alianza con la principal asociación de agricultores de tomate en Florida, la cual anunció que impondrá una multa de 100 mil dólares al agricultor que dé a conocer sus registros de pago. Con esto, las compañías se han espantado y están a punto de parar el pago”, cuenta Benítez. (Los granjeros deben mostrar sus registros a Yum Brands o McDonald’s, para que éstos desembolsen al jornalero la debida cantidad extra). La solidaridad de muchos se mantiene: el National Farm Worker Ministry (Ministerio Nacional de Trabajadores del Campo), cuatro senadores y organizaciones estudiantiles han externado su apoyo a los jornaleros. Además, los medios continúan dándoles una amplia cobertura, desde The New York Times hasta el británico The Independent. “Hoy el problema no es sólo de los trabajadores migrantes, se convierte en algo parecido a lo que se vio con la gente de color en los años 60. Es una lucha más grande, un problema de la sociedad estadunidense. Si no se cura, sería la segunda vergüenza más grande del país, después de la segregación”, concluye Benítez.


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FALTA DE TRABAJO EN MÉXICO: RAZÓN DE INDÍGENAS PARA IRSE

FOTO: Hernán García Crespo

• Casas de cemento y varilla en Oaxaca, gracias a las remesas • Defensa de identidad y de derechos laborales, interés del FIOB

Rufino Domínguez Santos

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uienes optamos por sobrevivir en tierras ajenas, lo hacemos porque en nuestras comunidades no hay oportunidades de trabajo; lo poco que hay es con salario mínimo y no alcanza para vivir dignamente por el alto costo de la vida; por el bajo precio de lo que producimos, como maíz, frijol, artesanías y toda la gastronomía indígena, que no son reconocidos por sus valores de trabajo y de uso. Esto ocurre con gobiernos que van y vienen, primero del PRI, y ahora con los flamantes presidentes impulsados por el PAN, que no han gobernado como debe ser, porque pueblos y comunidades indígenas seguimos olvidados y marginados. Como siempre. Al principio de los 80 comenzó una gran migración de indígenas oaxaqueños a Estados Unidos (EU), familias enteras cruzaban la frontera con el valor civil de entrar a un país ex-

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principios de 2005, al tiempo que renovaba su directiva, el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB) cambió su nombre a Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, pues se incorporaron a la organización purépechas de Michoacán, de modo que actualmente el FIOB agrupa indígenas zapotecas, mixtecos, triquis, mixes, chatinos, nahuas y purépechas. Con bases que se distribuyen entre California, Baja California, Oaxaca y Michoacán, la organización pluriétnica y binacional tiene hoy unos 20 mil agremiados, 75 por ciento de los cuales corresponden a 73 comunidades oaxaqueñas tanto de la zona mixteca como de la zapoteca, el Istmo y los Valles Centrales. En EU el Frente cuenta con representaciones en Los Ángeles, San Diego, Fresno y el Valle de San Joaquín, en California. Mientras que en el noroeste mexicano sus comités se ubican en Tijuana y San Quintín, Baja California La masiva migración oaxaqueña a Estados Unidos es relativamente nueva comparada con la de Jalisco, Michoacán o Zacatecas, pero desde fines de los años 70 comenzaron a formarse agrupaciones locales como la Unidad Mixteca Tequistepec (UMT), integrada por paisanos de este municipio, y el Comité Cívico Popular Mixteco (CCPM), con traba-

traño, ajeno a todo lo nuestro. Al llegar acá, con un día de trabajo puede uno comer durante una semana, y en México hay que trabajar una semana para comer un día. Tiene uno cama, refrigerador, estufa, carro y lujos que no contamos en nuestras comunidades. Sin embargo, no todo es rosa: hay problemas similares a los que padecíamos en nuestro país. Por ejemplo, faltan viviendas dignas; los migrantes tienen que vivir donde puedan, como los del condado norte de San Diego, en Santa Rosa y Salinas, California, que moran debajo de la tierra, en casas de cartón y plástico, y con la amenaza constante de las autoridades de ser desalojados pues, dicen éstas, “contaminan el ambiente”. En Oregon y Washington hay temporadas de cosecha en que se vive en parques, debajo de lo s árboles o en automóviles, porque la renta es muy alta. En 1991 el Instituto de Estudios Rurales de California (CIRS, por sus siglas en inglés) estimó que los indígenas provenientes

de Oaxaca sumaban unos 50 mil en ese estado, pero ahora, después de 16 años, la cifra se ha triplicado y hay al menos medio millón en todo EU. Un esfuerzo que hizo el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), con la Asistencia Legal Rural de California (CRLA por sus siglas en inglés), fue incluir en el censo general de población de 2000, la palabra “otros”, para registrar a los indígenas migrantes, como mixtecos, zapotecos, chatinos, etcétera. Sin embargo, hasta ahora no tenemos cifras exactas. El primer sentimiento de los familiares de los migrantes es la preocupación de no volver a ver a sus seres queridos con vida, por lo difícil que es el cruce por los asaltos y por las operaciones del gobierno estadunidense llamadas “guardián” en California, “salvaguarda” en Arizona y “Río Grande” en Texas, sin hablar del inservible muro que comenzó a construirse desde hace más de 10 años y que en nada va a detener la migración. La mayoría de los indígenas migrantes son jóvenes de entre 13 y 50 años de edad, y muchos ni siquiera han terminado la educación primaria. Un número significativo de indígenas están cambiando de religión, de la católica a las protestantes; no puedo decir que la católica sea la mejor, pero la mayoría de las religiones creadas en EU son para controlar a las personas, hacerlas pasivas, que no se preocupen por las injusticias y que oren por una vida mejor después de la muerte. Lo peor es que les dicen a sus fieles que se olviden de sus costumbres y tradiciones, por ejemplo el tequio, y que cambien la colectividad por el individualismo o las danzas por los disfraces del Halloween. Hablan de una hermandad que en la práctica no existe. Contribución para las comunidades de origen. En lo económico, un efecto positivo en los migrantes, indígenas o no, es que en EU se vive un poco mejor, a pesar de los problemas. Tenemos mejor alimentación y vestido y disfrutamos del paseo de fin de semana. La mayoría tiene carro y teléfono, algo indispensable en la vida cotidiana y, lo mejor, hay un pequeño porcentaje de familias que han comprado casas, terrenos, y se dedican a sus propios negocios. Pero la mejor economía se refleja en las comunidades de Oaxaca, donde las casas de zacate, tejamanil, tejas o adobe, han sido remplazadas por otras con cemento, varillas y alambrones, materiales no vistos hace 20 años. En general, podemos encontrar que la mayoría de estas casas están abandonadas, porque sus dueños se encuentran en EU. Los tequios de los migrantes y sus aportaciones económicas son utilizados para el mejoramiento comunitario de calles, agencias municipales e iglesias, y para construir puentes y canchas deportivas. Sin embargo, se ha creado una dependencia de los dólares sin que se invierta en desarrollo económico o para crear empleos; muchos esperan las remesas para

El FIOB, 17 años jadores provenientes de San Miguel Tlacotepec, entre otras. Diez años después ya había convergencias, como el Primer Encuentro de Organizaciones Mixtecas en California, de 1985, y la constitución de la Asamblea Mexicana por el Sufragio Efectivo (AMSE), formada en el mismo estado durante 1988, para defender el presunto triunfo electoral de Cuahutémoc Cárdenas, candidato a la Presidencia de la República. Al calor de la repulsa a los festejos del llamado “Encuentro de dos mundos”, se fortalece el indianismo, y en 1991 nace el Frente Mixteco-Zapoteco Binacional, que en 1994 se transforma en Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB), pues se habían incorporado chatinos, triquis, mixes, y otros. El FIOB ha sufrido desprendimientos, como el que derivó en la constitución de la Red Internacional de Indígenas Oaxaqueños (RIIO), pero también forma parte de frentes más amplios, como el Consejo Indígena y Popular Oaxaqueño Ricardo Flores Magón

(CIPO), integrado en 1997, y el Congreso Nacional Indígena (CNI), donde se condensa la nueva efervescencia étnica despertada por los proverbiales 500 años y catalizada a partir de 1994 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En el 2000 el FIOB se dividió y estuvo a punto de desaparecer, sin embargo cinco años después no sólo sobrevive sino que está considerablemente fortalecido. En California y Baja California el Frente defiende los derechos laborales de los trabajadores indígenas migrantes, al tiempo que reivindica su cultura e identidad, mientras que en Oaxaca asesora autoridades municipales, impulsa cajas de ahorro y ha comenzado a experimentar con proyectos productivos. En su V asamblea, celebrada en la ciudad de Oaxaca durante el mes de marzo del 2005, el FIOB definió así su cometido: “Contribuir al desarrollo y autodeterminación de los pueblos indígenas migrantes y no migrantes, así como luchar por la defensa de

los derechos humanos con justicia y equidad de género”. Respecto de la migración, uno de los activistas del Frente considera que las actividades productivas que se están impulsando en Oaxaca, en alguna medida contribuyen a la frenar el éxodo. “Retener a la gente es muy difícil –dice– pero no podemos quedarnos con los brazos cruzados”. En todo caso, lo que llama la atención del FIOB no es tanto su capacidad para impulsar acciones que contrarresten significativamente la migración, como su evidente capacidad de enfrenar organizadamente las difíciles condiciones en que se desarrolla el éxodo. Y destaca aún más si tomamos en cuenta que se trata de migrantes que se incorporaron a la diáspora no hace más de cien años, como los jaliscienses, durangueños, michoacanos y zacatecanos, sino hace apenas tres décadas. Y finalmente hay que destacar que se trata de personas de origen indígena, que en el noroeste mexicano y en EU se vinculan a las actividades agrícolas. Y es quizá por ello que el FIOB es una organización ejemplar que se ha mantenido viva por tres lustros, que tiene una directiva multiétnica y que a diferencia de los clubes mestizos de Zacatecas, Durango, etcétera. cuenta con una fuerte organización en sus lugares de origen.

Armando Bartra


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FOTO: FIOB

SIACOMEX

Movilizaciones del FIOB en 2006

bración” de los “500 años de descubrimiento de América” por “resistencia indígena”. Intérpretes indígenas. En octubre de 1993, y ante innumerables casos de violaciones a la ley laboral del estado de California, comenzó el Proyecto de los Pueblos Indígenas de CRLA, a iniciativa del FIOB; se contrató a dos personas que hablan el idioma tu’un savi (mixteco) y se organizaron talleres educativos en el propio idioma sobre la ley laboral en áreas de alta concentración de los mixtecos en California. Este proyecto quedó permanente con 10 trabajadores indígenas con diferentes idiomas, pero luego se extendió a Oregon y Michigan con otras organizaciones legales, a principios de 2003. En 1996 se empezó el Proyecto de Intérpretes Indígenas, a escala nacional, en los idiomas zapoteco, mixteco, triqui, chatino, etcétera, para que las personas que tenían problemas con la ley y fueran juzgadas en las cortes de EU pudieran defenderse utilizando su primer idioma. Veinte indígenas fueron capacitados de manera intensiva y con ética profesional; ahora ellos interpretan en diferentes instituciones. El FIOB participó en las históricas movilizaciones de los migrantes que comenzaron el 6 de marzo de 2006 en Washington, DC, y que fueron multitudinarias en varias ciudades. Fueron respuesta a la aprobación de la Cámara de Representantes en diciembre de 2005 de la Ley para la Protección de la Frontera, Antiterrorismo y Control de la Inmigración Ilegal, conocida como HR 4437. Era una de las medidas más antihumana, injusta, discriminatoria y racista en contra de todos los migrantes. La participación política de los indígenas en EU ya se ha hecho sentir para los que se han convertido en ciudadanos –ya sea por la amnistía de 1986 o por ser hijos nacidos aquí–, con el derecho a voto. Se ha visto ya la candidatura de indígenas para concejales o, como en el caso de Fausto Sánchez, un mixteco de San Juan Mixtepec y residente de Arvin, California, para dirigir el Distrito Escolar. Pero sobre todo la comunidad indígena oaxaqueña se ha ganado el respeto y la admiración de personas que antes las discriminaban. FOTO: FIOB

vivir, construir casas, pero no inician proyectos que les ayuden a multiplicar el dinero porque no tienen asistencia técnica. En la década de los 70 las comunidades de migrantes seguían manteniendo una relación estrecha con los indígenas migrantes que vivían en el Distrito Federal, pues continuaban practicando los derechos y deberes cívicos, ya que eran nombrados, por asambleas generales y públicas, para servir como autoridades, desde topiles hasta agente municipal, siempre y cuando contribuyeran, económica o administrativamente, al mejoramiento de la comunidad. Esto ya es un mandato en muchas

Rechazo del FIOB a la Ley Antiterrorismo

comunidades de Oaxaca con los migrantes, y si alguien no quiere cumplir con el pedido, se arriesga a perder sus derechos ciudadanos y sus bienes materiales. Varias autoridades nombran sus representantes en EU, quienes se encargan de hacer reuniones y colectar las cooperaciones que luego son enviadas a las comunidades. Esto es importante porque en algunas comunidades sólo quedan personas mayores, mujeres y escasos niños. Si no fuera por esa práctica, tal vez los mismos de siempre harían el trabajo o lo tendría que asumir una mujer. La formación en EU de varias organizaciones indígenas migrantes desde principios de los 80 se debe a las constantes violaciones en materia laboral y de derechos humanos. Después de haber cruzado la frontera, llegamos a un país con leyes e idioma diferentes, y es por eso que se deben conocer los derechos y las obligaciones para evitar problemas. Para el FIOB, la defensa de la identidad indígena fue la razón principal de su formación el 5 de octubre de 1991, en Los Ángeles, California, ya que desmentimos y cambiamos la “cele-

Coordinador General del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB)

10 AÑOS DE SERVICIO A LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS PRODUCTORES DE GRANOS BASICOS DE MEXICO

SIACOMEX S.A DE C.V. es una empresa integrada por pequeños y medianos productores que conforma una red a nivel nacional de comercialización de granos básicos principalmente maíz, frijol, trigo y sorgo. A través de nuestros Planes y Programas de Servicio ofrecemos: Directamente del productor la mejor calidad y a los precios más competitivos en: Maíz blanco de la cosecha del ciclo agrícola PV 2007 de los Estados de Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Campeche, Chiapas, Durango, Veracruz y Zacatecas. Frijol de distintas variedades como son frijoles negros, pintos y claros de los ciclos agrícolas O-I 06/07 y PV 07 de los Estados de Nayarit, Chihuahua, Durango, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas. Estos productos los tenemos disponibles para entrega inmediata en cualquier parte del País en las modalidades a granel o envasado. Servicio de Almacenamiento y Conservación de Mercancías en una Red de 200 bodegas habilitadas en los Estados de Campeche, Chihuahua, Puebla, Nayarit, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Tlaxcala, Guerrero, Nuevo León, Chiapas, Hidalgo, Morelos y Oaxaca. Dentro de este servicio contamos además con: Control de calidad. Emisión de certificados de depósito. Control de inventarios. Distribución de mercancías. Servicio de Transporte de Mercancías en modalidades a granel o envasado y unidades refrigeradas de cualquier punto de la república a tarifas competitivas. Venta de equipo especializado y reglamentario para laboratorio de análisis de granos como pueden ser: determinadores de humedad, balanzas, equipos homogenizadores, cribas y zarandas, básculas de peso específico. Venta de costales de polipropileno a precios competitivos de diferentes tamaños, blancos, transparentes, tonalidades especiales con o sin impresión. Envíos a cualquier parte de la República. Elaboración y estudio de proyectos de inversión. Proyectos comerciales y de infraestructura para manejo y operación de granos básicos. Asesoría y asistencia técnica. En aspectos de comercialización, certificación de calidad y manejo postcosecha de granos e insumos agrícolas. Capacitación. En materia de comercialización, almacenamiento, conservación y certificación de calidad de granos. Inspección y certificación de peso y calidad. En programas de compra, embarques e inventarios almacenados de granos y otros productos agrícolas. Información de Mercados. Financiamiento de inventarios de cosechas nacionales. A través de los esquemas de créditos prendarios, avio agroindustriales y avio comerciales, además del esquema de reportos. Financiamiento de inventarios de insumos agrícolas. A través de créditos prendarios y avio agroindustriales.


DATOS DUROS Radiografía del éxodo En 2006 se estimó que 17.6 por ciento de la fuerza de trabajo mexicana de 15 a 29 años estaba en Estados Unidos: Pero también emigran jóvenes calificados, pues uno de cada 10 nacidos en México que trabaja en EU tiene nivel de licenciatura o más. Los mexicanos en EU representan casi 10 por ciento de la población de México, la cual frenó su crecimiento en 4.5 por ciento en el reciente lustro, debido esencialmente a la emigración, que afecta a uno de cada 10 hogares (con migrantes o antecedentes migratorios). Esta diáspora desangró estados como Guerrero, Michoacán, Zacatecas y Oaxaca, estancó la población de Veracruz, Colima, Sinaloa, Durango, Nayarit, el D.F. y Morelos; la mitad de los municipios perdió población, y el país su soberanía laboral luego de su soberanía alimentaria, en palabras de Armando Bartra. Indocumentados y educados. La migración cambió de rostro: es cada vez menos circular, tiende a establecerse en EU o a quedarse allí por más de tres años, debido a las dificultades y el costo de cruzar la frontera, por la mayor vigilancia. Los nuevos migrantes son indocumentados en 80 por ciento; la migración es cada vez más urbana y educada, y crece el número de profesionistas, incluso con doctorado, que se van a EU; la participación de mujeres ha aumentado: hoy 40 por ciento de los migrantes son mujeres rurales. La migración infantil se ha convertido en problema grave: las cifras de menores deportados va en aumento, y los niños llegan incluso a viajar solos para encontrar a sus padres. Diversificación de origen y destino. Las regiones expulsoras de migrantes se han multiplicado; el sureste (Chiapas, Veracruz, Yucatán y Tabasco), sur (Guerrero) y centro (Distrito Federal, estado de México, Puebla e Hidalgo) se han incorporado al proceso de expulsión de manera acelerada, al grado de desplazar a varios estados de vieja tradición migratoria; en consecuencia, se ha producido una “indigenización” de la migración, con la salida de grandes flujos de indígenas de los Altos de Chiapas, la Montaña de Guerrero, la Sierra de Juárez, la Mixteca de Oaxaca y Puebla, y del Valle del Mezquital en Hidalgo. La crisis internacional del mercado y de los precios del café no es ajena a este fenómeno, como se observa en Veracruz y Chiapas. La diversificación de las zonas emisoras se corresponde con la dispersión de los nuevos migrantes en casi toda la Unión Americana, pues los migrantes se mueven donde hay trabajos y mejores salarios, y ya no únicamente hacia comunidades mexicanas importantes: se van ahora al noroeste (Oregon, Washington), a las Grandes Llanuras (Nebraska, Minnesota, Iowa), a las Rocallosas (Colorado, Nevada), y sobre todo a la Costa Este, desde Florida hasta Connecticut, en particular a las Carolinas, Virginia, Georgia y Florida, viviendo a menudo en localidades rurales y pequeñas ciudades donde no son bien aceptados, especialmente en el sureste. Los mexicanos están presentes en 80 por ciento de las entidades de la Unión Americana. Son 11 millones, indocumentados 6.5 millones de ellos. Los hispanos son hoy la primera minoría de EU, al sumar 42.5 millones, y entre ellos destacan los mexicanos y mexico-estadunidenses: son casi 27 millones. Los empleos de los mexicanos también se han diversificado ocupacional y sectorialmente, de la agricultura y la construcción a la industria y los servicios.

Francis Mestries

Éxodo rural

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El derecho a quedarse GLOBALIZACIÓN, CRISIS AGRÍCOLA Y MIGRACIÓN INTERNACIONAL

• Desempleo y desigualdad por el TLCAN ahuyentan a mexicanos • Hogares deshechos, comunidades de viejos, saldo social del éxodo Francis Mestries “Es importante que la comunidad sepa que la raíz del problema es el TLCAN que ha perjudicado a nuestro país y nos obliga a salir de nuestras comunidades.” Flor Crisóstomo, migrante indocumentada refugiada y en lucha en una iglesia metodista de Chicago.

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a globalización neoliberal acentúa el proceso migratorio desde los países pobres hacia los ricos, porque ahonda la brecha económica entre ambos y agudiza las diferencias socioeconómicas en las naciones emergentes. La integración económica, cuando se da entre países ricos y en vía de desarrollo sin programas de ayuda compensatoria, agudiza los desequilibrios. La experiencia mexicana de 14 años de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) lo confirma. No propició la convergencia salarial entre los tres países con nivelación de los mexicanos hacia arriba; al contrario, contribuyó a su reducción en Estados Unidos (EU), mediante la contratación de indocumentados y la deslocalización de varias empresas industriales a México. La brecha salarial de 1:8 entre ambos países sigue siendo aliciente poderoso para migrar, tanto más cuando el salario mínimo aquí no cubre ni los gastos de subsistencia. Por otro lado, el TLCAN no coadyuvó a crear suficientes puestos de trabajo para compensar la destrucción de empleos que provocó en el campo y en la industria tradicional, y para absorber las nuevas generaciones de activos, pues las maquiladoras y muchas industrias de exportación no están eslabonadas con la economía nacional y sus efectos multiplicadores son pocos; los empleos creados en el periodo han sido precarios, muchos sin seguridad social ni laboral. Por ende, el TLCAN impidió cambiar la política económica al ser un candado del modelo neoliberal y agudizó la crisis agrícola en ramas sensibles como granos, carne, leche, azúcar, frijol, oleaginosas y frutas templadas. E impidió un acuerdo migratorio; EU lo rechazó en la negociación comercial. La acumulación de los efectos del TLCAN, de la política de ajuste estructural y de las crisis y recesiones (1994-95, 1997, 2001) fue determinante en la explosión de los flujos migratorios hacia el exterior en las décadas de 90 y 2000. Pero la política económica de Fox, con crecimientos anuales menores a 2.3 por ciento, agravó en su sexenio el desempleo, la economía informal y la emigración al norte; esta última pasó de 400 mil a 575 mil personas al año y sumó 3.2 millones durante su gobierno. Dinero para el consumo. El incremento de la migración internacional ha disparado el monto de las remesas que llegan a México, primer receptor en América Latina y segundo en el orbe. Subieron de 8 mil 895.3 millones de dólares en 2001 a 23 mil 266 millones en 2006, y su proporción en el PIB pasó de 1.21 a 2.58 por ciento entre 1999 y 2004: esto significa tasas anuales de aumento de dos dígitos. Las remesas rebasaron el monto de la inversión extranjera en 2004; ocuparon el segundo lugar después de los petrodólares (70 por ciento del valor de éstos y 53 por ciento de la inversión extranjera acumulada de 1994 a 2003). Así, se constituyeron en proveedor vital de divisas para la economía mexicana, altamente dependiente de

la entrada de capitales. A su vez, aumentó la dependencia de los hogares respecto de las remesas, pues un millón 430 mil de ellos (1/19 del total nacional) reciben remesas de 325 dólares por mes en promedio, y en su mayoría son dirigidos por mujeres o por jefes de familia de edad avanzada. La dependencia de las remesas aumenta en el medio rural, pues 10 por ciento de los hogares las reciben, y representan 15 por ciento de sus ingresos/capital. La mayor parte de lo recibido se usa para el gasto diario, medicinas y ropa, seguido por la construcción de vivienda, luego por la educación y sólo menos del 10 por ciento se ahorra o invierte: son ingresos salariales y no de capital, y, por consiguiente, son vitales para la manutención de las familias de los migrantes. Por otro lado, los envíos se realizan en su mayoría por medio de empresas remeseras, que suelen cobrar 10 por ciento de comisión y dar una tasa de cambio desfavorable, aunque una mayor competencia entre ellas ha permitido últimamente bajar el costo de transacción. Si bien las remesas favorecen el bienestar de las familias de migrantes, y les permiten sufragar gastos y crear empleos temporales en construcción, talleres y agricultura, son insuficientes para detonar procesos de desarrollo local o regional, y ahondan la diferenciación social entre hogares con y sin migrantes y entre los primeros, pues el acceso a la aventura migratoria depende de los recursos en capital social y monetario de cada familia. Daños a los hogares. La migración ha tenido un efecto más negativo que positivo sobre la producción agrícola, pues implica la salida de los jóvenes más emprendedores, la escasez de trabajadores y el envejecimiento de los productores, con la pérdida del oficio y desinterés por el trabajo en el campo. Muchas comunidades se llenaron de viejos, niños y mujeres, y sufren fuertes presiones sicológicas por la prolongación de las ausencias de maridos e hijos, por los riesgos de infidelidad o abandono y por el aumento de carga de responsabilidades; las mujeres a menudo prefieren correr el riesgo de cruzar la frontera con un coyote que el de ser “reemplazadas”. Cunden los casos de divorcio y desintegración familiar, y los niños de migrantes se descontrolan por falta de figura paterna, o incluso por semi-abandono de los padres en manos de los abuelos, y fracasan en la escuela o caen en adicciones: los jóvenes migrantes “retornados” a veces traen drogas, comportamientos antisociales y enfermedades sexuales. Por ende, aún cuando en estados con añeja tradición migratoria los clubes de migrantes oriundos han contribuido –con ayuda del gobierno (Programa 3x1) o no– a mejorar los servicios y los edificios públicos mediante “remesas colectivas”, la migración debilita la vida organizativa comunitaria debido a la deserción de los hombres de las instancias colectivas de los pueblos. Hoy la válvula de escape de la emigración se ha entrecerrado, debido a la persecución creciente que sufren los indocumentados y al agotamiento del mercado laboral de sectores como la construcción, afectada por la crisis hipotecaria de EU. Es por lo tanto urgente reconquistar la soberanía laboral, creando empleos asalariados mejor remunerados, y la soberanía alimentaria del país, devolviendo rentabilidad a la agricultura y dignidad y función social a sus campesinos y jornaleros.

FOTO: David Lauer

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TEMA DEL MES


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Trabajadores vulnerables, trabajo precario

La senda del destierro

Fernando F. Herrera Lima

Pero la frontera no era una línea recta. Más bien se parecía a una cinta de Moebius. Sin importar donde estuviera, siempre me encontraba “del otro lado”, fracturado e incompleto, añorando sin cesar mis otros rostros, mi otra casa, mi otra tribu.

• Indefensión de migrantes, parte del costo de las remesas • Rutas peligrosas, trampa de muerte para mexicanos

Guillermo Gomez-Peña. La Pusmoderna

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No. 8, primavera 1997

Existe la necesidad de un crecido número de trabajadores dispuestos a llevar a cabo faenas duras, monótonas, bajo condiciones severas de clima. La experiencia demuestra que los blancos no desean esas labores. El mexicano es un factor importante de la economía agrícola de California, fuente principal de mano de obra con bajo salario. Una reducción de braceros tendría graves consecuencias económicas. R.L. Adams, estudio para la Cámara de Comercio de Estados Unidos, 1930

FOTO: David Villaruel Velasco

uede afirmarse que la migración mexicana a Estados Unidos (EU) atraviesa una fase crítica que en buena medida se abrió el 11 de septiembre del 2001, y no se vislumbra una salida virtuosa, tanto por la maraña de intereses encontrados que el tema migratorio enfrenta en ese país, como por la incapacidad y el desinterés de las autoridades mexicanas. Hay una ineludible doble dependencia: del lado norte de la frontera requieren mano de obra barata y vulnerable –la cual es parte del subsidio que México otorga a Estados Unidos; otra parte se da vía el trabajo en la maquila–, y del lado sur se demandan las remesas –el subsidio que los migrantes nos envían permanentemente. “Hay que desmigratizar la relación con Estados Unidos”, ha dicho el gobierno calderonista. “Hay que sellar la frontera con México”, dice la administración Bush. Pero, ¿podría realmente la economía de EU funcionar sin el trabajo migrante? Y ¿podría funcionar la sociedad mexicana sin las remesas? En ambos lados existe un perverso juego doble que vulnera, y casi deja en la indefensión, a los alrededor de 500 mil mexicanos que cada año dejan su territorio para ganar los salarios que les permitieron enviar en 2007 más de 24 mil millones de dólares a sus familias. Más o menos 12 millones de personas nacidas en México –más del una décima parte de la población residente en nuestro país– se encuentran viviendo en EU, destino de 98 por ciento de la migración mexicana. La mayoría está inserta en los segmentos más precarios del mercado de trabajo (construcción, ahora en fase recesiva; agricultura; servicios no calificados; sweatshops; day laborers) y ahí es víctima constante de serias violaciones a sus derechos laborales y humanos, sin que las autoridades mexicanas hagan prácticamente nada en su defensa. Es una parte del costo humano de las remesas. El año pasado se registraron más de 500 indocumentados muertos en su intento por cruzar a Estados Unidos. La militarización de la frontera, los muros y los violentos grupos anti-inmigrantes no han detenido el flujo migratorio, pero sí lo han hecho más caro, más peligroso y más mortal, al obligar al cambio de rutas y al desplazar a los “polleros comunitarios” por “coyotes profesionales”. Caminos peligrosos. Lo que académicos de Arizona denominan “efecto embudo”

El crecimiento económico (...) es la solución última para la reducción de ... presiones migratorias (... por lo tanto) los Estados Unidos deberían acelerar el desarrollo de un área de libre comercio México-Estados Unidos (... pues) el acceso mejorado a los mercados estadunidense y de otros países es la llave para el futuro económico del área. Comisión para el Estudio de la Migración Internacional y el Desarrollo Económico Cooperativo

consiste en forzar las rutas hacia los lugares más riesgosos del desierto. Hipotermia, hipertermia y ataque de animales ponzoñosos son ahora las causas más frecuentes de muerte de los migrantes en tránsito, y las víctimas prin-

El acecho “Estados Unidos necesita resguardar sus fronteras y con su ayuda (la del Congreso), mi gobierno está tomando medidas para hacerlo. Estamos aumentando los operativos para velar por el cumplimiento de la ley en los centros de trabajo, utilizando cercos y tecnología avanzada para detener los cruces ilegales. Hemos acabado eficientemente con la política de ‘capturar’ y ‘liberar’ en la frontera, y para fines de este año habremos aumentado al doble el número de agentes de la Patrulla Fronteriza”. George W. Bush, en su discurso sobre el Estado de la Nación, 28 de enero de 2008. Texto completo en www.whitehouse.gov/news/releases/2008/01).

Prevé BdeM menos remesas en 2008 En 2007 las remesas familiares hacia México sumaron 23 mil 979 millones de pesos, según el Banco de México. Para establecer una dimensión de su importancia, puede señalarse que esos recursos, si fueran repartidos entre el 30 por ciento de hogares más pobres del país, representarían para cada unidad un ingreso mensual de dos salarios mínimos durante todo el año. Este año, de acuerdo con el propio banco central, las remesas se mantendrán en torno a 24 mil millones de dólares, una cifra relevante por sí misma, aunque pone fin al crecimiento continuo en el flujo de estos recursos, que fue de dos dígitos entre 2000 y 2006. La desaceleración en la economía de Estados Unidos, en especial en la industria de la construcción, donde se halla empleado un número elevado de trabajadores mexicanos, es una de las causas del menor crecimiento en el ingreso por remesas, al que debe sumarse el clima anti inmigrante en aquel país. RGA

cipales son jóvenes, casi por igual hombres y mujeres, mayoritariamente de las regiones de corta tradición expulsora, sobre todo centro y sur del país, donde se concentra la población indígena campesina. Es otra parte del costo humano de las remesas que parece no ver un gobierno desmigratizador. En esas condiciones, es un hecho que no va a detenerse esta migración en el corto ni mediano plazos, porque hay causas estructurales y coyunturales que la seguirán impulsando con fuerza. Son complementarios tanto las pirámides poblacionales de ambos países como los procesos paralelos y fuertemente imbricados de reestructuración productiva. La consolidación de un mercado de trabajo trasnacional es un resultado no pasajero de la forma desigual y no equitativa que caracteriza la integración de las economías de México y Estados Unidos. La destrucción de la economía campesina; la maquilización, informalización y precarización del trabajo; y el desmantelamiento del débil Estado social, en México, son elementos que se complementan con una creciente necesidad de mano de obra en de la economía estadunidense, pese a posibles estancamientos temporales.

Y si a un hijo mío le dejo la parcela, siento que lo desgracié para siempre, porque ya no se pudo ir a los Estados Unidos. Campesino del Bajío

Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 123

Seguirles la pista a esos tipos es como estar en el old west Reinaldo Hernández, de la Border Patroll

(Nuestra misión es) la defensa de la propiedad privada (...y combatir a) los criminales que traspasan la frontera (...) Aunque no es requisito que nuestros miembros porten armas de fuego (...) tampoco les decimos que no; es su opción (...) Poseer un arma es derecho normal e individual en Estados Unidos. The Ranch Rescue, agrupación privada de Arizona

Académico de la UAM-Iztapalapa

Remesas familiares en México y empleo en la industria de la construcción en EU Variaciones anuales %

Resistir pues, para no desbaratarse en el éxodo, y para aprender, poco a poco, cómo se vive al mismo tiempo en Texcatepec y en Nueva York. Alfredo Fleis Zepeda

Sería desastroso para nuestra economía nacional el reconocimiento como sistema aceptado, del precedente de facilitar la salida de nuestros mejores elementos de trabajo cuando encuentran demanda en el extranjero, y a la inversa, recibir forzadamente tales contingentes de trabajo cuando ya no son necesarios en el extranjero y nosotros tampoco estamos económicamente en condiciones de recibirlos. Manuel Téllez, secretario de Relaciones Fuente: Banco de México y Departamento del trabajo de EU

Exteriores de Plutarco Elías Calles


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Fomento económico y rural en Latinoamérica, piden migrantes desde EU • Las leyes migratorias deshumanizan a las personas: Óscar Chacón

Lourdes Edith Rudiño

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os envíos de dinero que realizan los migrantes –25 mil millones de dólares para el caso de México en 2007— son “como semillas que caen en un terreno muy adverso”, pues su efecto económico para las familias y localidades receptoras es limitado y de corto plazo. Esas remesas sólo podrán convertirse en factor de desarrollo duradero cuando haya voluntad para generar “un nuevo rubro de políticas públicas en campos como la educación, la vivienda, la salud y el desarrollo de mini, pequeñas y medianas empresas e industrias”. Óscar Chacón, director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latino Americanas y Caribeñas (NALACC, por sus siglas en inglés) señala que por eso su agrupación –con membresía de más de 70 organizaciones de migrantes en Estados Unidos (EU)— está enfatizando la capacitación de liderazgos. “Éstos deben jugar un rol de agentes de cambio, para nuevas políticas de desarrollo económico y comunitario local, regional y nacional, a las cuales ellos contribuyan desde su posición de nacionales en el extranjero.” Hay que considerar que hay 30 millones de migrantes latinoamericanos y del Caribe fuera de su país, particularmente en territorio estadunidense, y que las organizaciones que los asocian están impulsando los liderazgos de jóvenes. Quieren capitalizar dentro y fuera de EU la fuerza que les da hechos tales como su poder económico, que en 2008 será de un trillón de dólares (por cada dólar de remesas, nueve son gastados dentro de EU). Generar desarrollo en el origen. El director de NALACC, con sede en Chicago, Illinois, comenta que ante la falta de políticas que protejan la capacidad industrial y productiva nacional en los países de origen, los migrantes de la región, incluidos los mexicanos, ven y seguirán viendo en el éxodo “una manera concreta de alcanzar la superación personal y familiar que su propia nación no les ofrece”. Y más allá de la coyuntura actual de recesión en Estados Unidos, caracterizada por decrecimiento en la generación de empleos, en el mediano y largo plazos –próximos 18 meses y cinco años, respectivamente—“es altamente probable que los mexicanos continuará emigrando” a ese país si no encuentran en su propia tierra vida digna con empleos remune-

rados, buenas escuelas, mejor cuidado médico, vivienda adecuada y sentido creciente del valor cultural nacional. Sobre todo, considerando la posibilidad realista de que dentro de un año EU recupere su ritmo de crecimiento económico, la generación conocida como los baby-boomers entrará más de lleno en un patrón de jubilación laboral, y este país tendrá una constante necesidad de fuerza laboral extranjera. Odios y simulaciones. Óscar Chacón, nacido en El Salvador y conocido por sus méritos de generar alianzas y fomentar el activismo unido de los migrantes, expresa preocupación por el odio racial y xenofóbico que sufren los latinoamericanos en EU. “De forma eficaz, las fuerzas políticas anti-inmigrantes han logrado dominar el debate público nacional y el legislativo. Un prisma que han venido imponiendo es el de ver a los extranjeros, especialmente a los ‘no autorizados’ como una amenaza a la seguridad nacional: consideran a los 12 millones o más de personas que viven en EU sin autorización migratoria como potenciales terroristas”. Y en particular se habla de la frontera sur de EU como punto vulnerable para el terrorismo. Con mensajes mediáticos, se esconde exitosamente los verdaderos fracasos de la política nacional de este país. Los terroristas del 11 de septiembre de 2001 ingresaron todos a EU con visas legítimas y ninguno por la frontera sur. Políticas inhumanas. En general, afirma el entrevistado, en todo el mundo las políticas y leyes que regulan el transito y la inmigración de seres humanos “son obsoletas; están divorciadas de la realidad de interdependencia social, política, cultural y económica que el modelo de globalización actual genera. Deshumanizan a los migrantes, al grado de caracterizarlos como si fueran algún tipo de mercancía. El valor de la unidad familiar y el amor a la familia, que tanto predican los políticos en un pais como EU, no aplican para los migrantes, y mucho menos si son ‘ilegales’. El criterio rector de las políticas de inmigración es que los migrantes son una ‘amenaza’ para la ‘nación’.” “Y en los países de origen de los migrantes, se da un problema similar. Hay una carencia de políticas publicas que aseguren el bienestar de la familia, desde los niños hasta los abuelitos. Eso expresa un alto grado de deshumanización, que conlleva a ver como ‘algo natural’ la desintegración de millones de grupos familiares en América Latina, especialmente en un país como México. Los costos humanos y sociales de la migración se ignoran sistemáticamente.” Coincidencias fatales. Óscar Chacón augura una situación difícil para el flujo migratorio mexicano a EU este año. La eliminación en enero de 2008 de los últimos aranceles del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –en maíz, leche, frijol y azúcar—aumentará las presiones económicas que empujan a amplios sectores a ver en la emigración una manera práctica de aliviar sus dificultades. Sin embargo, al mismo tiempo la economía estadunidense entró en recesión, y “es muy probable que no veamos un incremento notables de la migración mexicana a EU” este año.


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• Olvida el Estado a los campesinos; el éxodo, opción única Alfredo Zepeda González

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esde que las políticas del gobierno dejaron de mirar más allá de donde termina lo urbano y la vida se va en sembrar, cultivar y cosechar el propio alimento, la emigración está en la agenda de las comunidades indígenas. Pero en las regiones de extremo olvido, que son las sierras de Puebla, Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, la salida al otro lado ha sido la opción más reciente. Los indígenas de las comunidades otomís, tepehuas y nahuas de la sierra norte de Veracruz e Hidalgo empezaron a caminar hace 13 años, sobre las huellas de mixtecos y zapotecos, los primeros en descubrir la isla de Manhattan. Antes nadie conocía más allá de San Juan de los Lagos, donde algunos viajaban en grupo el 2 de febrero a visitar a la Sanjuanita. Los otomís de Amaxac y luego los de El Papatlar fueron los primeros en cruzar la línea por Tijuana y casi simultáneamente lo hicieron los tepehuas de Chintipán. Corría el año de 1995, poco después de la entrada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y si bien no hay relación mecánica entre ese hecho y el éxodo rural, lo cierto es que las causas de la emigración explosiva de los últimos de la fila están en el conjunto de las políticas neoliberales. El precio del café empieza a caer a principios de los años 90 y los de Otatitlán ya no replantan sus huertas después de la helada del 89. El precio del ganado en pie se desliza por el tobogán hasta llegar a nueve peso el kilo en 2007. La naranja tiene su casa natural en la Huasteca, pero igual es derrotada por los cítricos subsidiados de Florida. Los programas para el campo, publicitados por sexenios, desde el Sistema Alimentario Mexicano de López Portillo hasta la Alianza para el Campo de Zedillo y la Alianza Contigo de Fox, nunca se han asomado a las vertientes de la sierra. El hoy extinto Instituto Nacional Indigenista abandonó desde mediados de los años 80 la defensa de los derechos y la cultura indígena y junto con la Sedesol se dedicó a promover un archipiélago de supuestos “proyectos productivos”. Pero en 1990 el presupuesto anual para los llamados Fondos Regionales, destinados a cubrir necesidades de todos los indígenas del país, fue de 50 millones de pesos, apenas lo que costó el distribuidor vial de Reforma y Constituyentes en el Distrito Federal.

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Un recorrido atento por las brechas y las veredas a orillas de las comunidades nahuas, tepehuas y otomís de Tlachichilco, Texcatepec, Ilamatlán y Zontecomatlán muestra el reguero de cascarones abandonados de gallineros para cría de pollos, chiqueros para engorda de puercos y corrales para borregos. El número de tumbas en el cementerio de los proyectos productivos sólo es superado por el de sepulcros humanos. Y es que, tan lejos de los indios como cerca de Estados Unidos, los gobiernos recientes “focalizaron” los mayores recursos en quienes producen para la exportación. Los mayores de 30 años fueron los primeros en salir de la sierra a lavar platos en los restaurantes griegos de Astoria en Queens. Pero en poco tiempo la edad de los emigrantes descendió. Hoy, recién egresados de la escuela elemental y hablando un español entrecortado, los muchachos de 13 y 14 años de Pie de la Cuesta agarran camino rumbo a la nueva comunidad otomí de Nueva York, en los edificios color ladrillo del barrio de Fordham. Allí, con la fresca terquedad de un arroyo subterráneo, se reproduce la fuerza heroica y colectiva de estos pueblos de siete mil años Otro factor que influye en la emigración es el fracaso de la escuela. La diseñada para los indígenas tiene dos apellidos: bilingüe e intercultural, pero en realidad la primaria en las escuelas “multigrado” es un largo y trompicado curso de castellanización a cargo de un solo maestro. La secundaria y el bachillerato por televisión se van convirtiendo en la sala de espera antes de ir a formarse en la filas del desempleo. Los jóvenes ya lo perciben. El eslogan “estudia, supérate y progresa” les suena hueco. Samuel Marín Carlos de la comunidad otomí de Tzicatlán, que cursaba el último semestre de la prepa de San Miguel en Chicontepec, se escapó con otros diez compañeros. Su familia se enteró cuando hablaron por teléfono desde Nashville, camino a Nueva York, más allá de la zona densa de la migra. “Aquí no quedó nada de lo que prometieron los gobiernos”, dice Gervasio Petronilo de la comunidad de La Florida, a una semana de que nació Dulce Teresa, su tercera hija. “Nada más termina el carnaval y le marco al coyote de Phoenix para que me pase por Altar. Voy allá a juntar mis fuerzas con las de mi papá en el carwash del Bronx. Ya es la segunda vez, pero ni modo. Y como mi mamá ya faltó, mi esposa, la Gabriela, va a tener que cuidar a nuestros tres niños y a sus ocho cuñados, mis hermanitos”.

ace 25 años Rodolfo Stavenhagen afirmaba que el Distrito Federal era la ciudad indígena más grande del mundo. Por supuesto nadie le creyó. Los indios están ahí y en una concentración mayor que cualquier otra –replicaba el antropólogo–, sólo que no se ven: “son personas invisibles” En marzo del 2001 la caravana “del color de la tierra” vino a la ciudad proveniente del sur indígena. Pero los zapatistas encapuchados no fueron los primeros en marchar al septentrión. Todos los días innumerables sudacas sin empleo ni futuro abandonan sus arruinadas comunidades y salen a los caminos en un peregrinar invisible y silencioso. Ellos también son el México profundo pero su emblema no es la rebeldía sino la desesperanza esperanzada. Moviéndose hacia el frío, del campo a la ciudad, del surco a la banqueta, de los bordes al centro, la estentórea caravana

Organizaciones étnicas de jornaleros en Sinaloa • Férrea defensa de derechos laborales vulnerados • Agroquímicos y hacinamiento dañan su salud

FOTO: David Lauer

INDÍGENAS DE LA SIERRA MADRE ORIENTAL EN VIAJE A NUEVA YORK

Celso Ortiz Marín

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inaloa destaca por ser el principal productor y exportador de hortalizas de México; una gran diversidad de estos cultivos se obtienen con la más avanzada tecnología –hidroponía y riego por goteo— importada en su mayoría de Holanda e Israel, y adaptada y transformada por manos mexicanas. Hay pimientos rojos, verdes, amarillos, morados y cafés; tomates; pepinos; berenjenas de diferentes variedades y tamaños; sandía; calabaza; chile; papa, y melón. También resalta Sinaloa por la cantidad de empleos que genera. Diferentes tipos de hortalizas son cultivadas y cosechadas por miles de personas, familias enteras que viajan desde sus comunidades hacia los campos de cultivo. Pero estos jornaleros enfrentan la violación a sus derechos laborales, como la omisión de pagos del descanso semanal, las horas extras, los días festivos y el aguinaldo, además de que no reciben reparto de utilidades y no se les otorgan vacaciones. Frecuentemente surgen además conflictos por falta de pago de liquidaciones y del traslado a sus lugares de origen. Están adicionalmente los daños a la salud por el contacto con agroquímicos, las duras jornadas de trabajo y el hacinamiento. Durante ocho meses viven en peque-

De indios chilangos rebelde y el sordo éxodo laboral forman parte de un mismo curso histórico. Saqueando, ofendiendo y humillando a la “civilización”, avanza de las metrópolis a las colonias. Pero los orilleros se enconchan y resisten. Hasta que un buen día hacen su itacate y emprenden la marcha rumbo al centro, rumbo al erizado corazón de la noche. Y en este movimiento incontenible se refundan las ciudades. Entre ellas el Distrito Federal, que de ser metrópoli colonial, emblema de progreso europeizante y ámbito de la modernidad norteada, comienza a recuperar su ancestral condición indígena, o más bien a reinventarla.

ñas casas de lámina y madera; en cuadras polvorientas, donde comparten baños y lavaderos y padecen promiscuidad e infecciones. La incorporación a la seguridad social y a los servicios de salud es limitada. Existen contratos colectivos manejados por el Sindicato Nacional de Trabajadores del Campo, Similares y Conexos (SNTCSC), que pertenece a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que no los protege pero sí les cobra la cuota. Muchos jornaleros agrícolas ni siquiera saben que están sindicalizados. Para hacerle frente a esta problemática, a partir de los años 90 los jornaleros agrícolas migrantes indígenas adoptaron una nueva modalidad de organización. Su característica principal es la identificación étnica y la orientación de su lucha es por la defensa de los derechos humanos, además de que impulsan demandas de tipo civil o laboral. Entre las agrupaciones están el Frente Indígena Mixteca Jornalera Sinaloense, AC; Asociación Indígena Jornalera Sinaloense, AC; Unión Indígena del Sur del País “La Patria es Primero”, AC; Consejo Sinaloense para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, AC; Frente de Unificación de Lucha Triqui, y Consejo Indigenista Sinaloense, AC. Estudiante del doctorado en Estudios Sociales en la UAM-Iztapalapa ortizcelso@hotmail.com

Antes de que los alzados indios zapatistas tomaran el de efe a tambor batiente, ya lo habían tomado de soslayo las “Marías” mazahuas, que hace años mercaban Kleenex y ahora venden muñecas en las esquinas mientras su prole retoza a la sombra de los semáforos en flor. Antes de que los comandantes y sus seguidores se desparramaran en tumulto por el centro de la ciudad, ya lo habían tomado de a poquito los mixtecos, zapotecos y triquis vendedores de quesillo, tlayudas y tostadas. Y si los zapatistas colmaron una vez la Plaza de la Constitución, todos los fines de semana invaden la Alameda para echar novio o novia los multicolores avecindados étnicos de la capital, mudando el jardín afrancesado en bulliciosa plaza de pueblo. Ahí están los indios, vaya si están, lo que pasa es que no salen en la tele y por eso no se ven.

Armando Bartra


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una mirada al campo

DESDE el cómic

GABRIEL VARGAS EN SAN CIRINDANGO DE LAS IGUANAS

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i Borola Tacuche devino mascarón de proa de la insumisa condición de la pobrería chilanga, Briagoberto Memelas, Juanón Teporochas, Poncho López, el Güen Caperuzo y su carnala Caledonia son emblemas del cacicazgo, una institución social “sin adjetivos” que, para bien o para mal, le presta voz y rostro a nuestros parajes y rancherías. “El cacique no nace, se hace”, dice alguna vez Poncho López, porque chueco o derecho, déspota o benévolo, sensato o atrabancado, el cacique es el ambivalente personero de la comunidad, de la misma manera como en los tiempos del PRI el presidente de la República era el gran Tlatoani, el padre sexenal de todos los mexicanos. Los de Vargas no son caciques criollos o aladinados –que los hay–, sino prototipos de su gente: Caperuzo y Caledonia mandan en el Valle de los Escorpiones porque son aún más prietos y salidores que el resto de sus muy prietos y salidores súbditos, y Briagoberto es el padre de La Coyotera porque en ese pueblo pulquero no hay quien le gane en seguirle la hebra al tlachicotón. Quizá porque en los buenos tiempos de Vargas los mandamases de las rancherías y de la nación no eran aún los agringados tecnócratas harvardianios y yaleitas que tuvimos después.

En las historietas rurales del creador de Los Superlocos y La familia Burrón los protagonistas no son aventureros nómadas a la Roy Rogers o John Wayne, sino patriarcas sedentarios que provocan o desfacen entuertos pueblerinos. Y es que a diferencia de la tradición estadunidense del western, que

hunde sus raíces en la leyenda de la colonización y sus espacios abiertos y despoblados, el campo mexicano es socialmente denso y entreverado, un mundo de comunidades agrarias donde quienes ejercen hegemonías informales adquieren inevitablemente el talante de caciques.

LOCALES Y UNIVERSALES

Nómadas binacionales y trilingües • Notas sobre una nueva cultura trasnacional Jesús Ramírez Cuevas

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esafiando los cánones tradicionales para comprender el fenómeno migratorio, en la ciudad de Oaxaca confluye una comunidad cultural de intelectuales y artistas indígenas, trashumantes de su tierra y las fronteras, nómadas en los territorios de las lenguas y de las culturas. Forman parte de una cultura popular trinacional: dos naciones oficiales: México y Estados Unidos; y una tercera nación, negada, que nace de la lengua indígena que hablan y del pueblo al que pertenecen. Como lo explica la cineasta chatina, Yolanda Cruz: “En mi familia somos migrantes que pudimos regresar con una educación, como muchos otros oaxaqueños han hecho. Estudié en la escuela de cine de Los Ángeles y tenía la intención de regresar a vivir a Oaxaca porque no hay nada mejor que vivir en esa ciudad tan bonita. Pero me encontré con una comunidad cultural trilingüe muy fuerte, que se mue-

ve de un lado y a otro. Y me volví nómada como ellos. Somos gente que va y viene. Migrantes que nos comunicamos, pensamos y creamos en tres lenguas, en las que nos movemos con soltura y desde las que creamos”. Aunque son indios que migraron por necesidad, hoy se mueven con soltura en el medio cultural trasnacional; intelectualmente son hábiles para entender y entenderse con el mundo, y culturalmente son profundos y comunitarios. Su mirada individual es al mismo tiempo la mirada de un alma colectiva. Su aparente desarraigo territorial contrasta con sus intensas raíces culturales. “Somos indios porque seguimos hablando, pensando y actuando como indios, no hemos perdido nuestras raíces sino que hemos ampliado nuestros horizontes, primero a fuerza de necesidad, después porque formamos parte de ese mundo binacional”, explica Alejandro Hernández, joven zapoteco, estudiante de música en California.

Estos artistas indígenas son ya parte de una cultura trasnacional, pero contrario a lo que puede creerse, es una cultura en resistencia que forma parte del mundo global. Sus pinturas o sus esculturas pueden exhibirse en galerías importantes en Estados Unidos o Europa, publican libros aquí y del otro lado, a veces en español, en lengua india, en inglés o en los tres idiomas. A pesar de estos avances, dice Yolanda Cruz, “seguimos padeciendo la colonización de la lengua: el español sobre la indígena, y el inglés sobre ambas”. Pero en esta disputa cultural, dice la autora de la película-documental Sueños binacionales, “los que hablamos otras lenguas tenemos ventajas y conocimientos. Pero las culturas que tienen más poder pretenden dominar”. Por eso Yolanda intenta tender puentes entre ellas desde lo cotidiano: “Me gusta encontrar historias en la cocina, en el campo y en la calle. Creo que el diálogo es importante para poder entenderse con el resto del mundo y el lenguaje visual es universal”.

Como las crónicas del Callejón del Cuajo, que transcurren en el ámbito de la vecindad, los aventuras rurales pergeñadas por don Gabriel están humana y territorialmente acotadas, y sus protagonistas se mueven en espacios preestablecidos, donde se les conoce y se les respeta o cuando menos se les teme. Y no porque el autor, nacido en Tulancingo, Hidalgo, pero aclimatado en la capital, haya trasladado a la temática campirana estrategias narrativas de banqueta sino porque, efectivamente, las barriadas chilangas de prosapia reproducen añejas socialidades del terruño. El protagonismo colectivo de los cómics de Gabriel Vargas, tanto los urbanos como los rurales, da testimonio de una terca identidad nacional de origen agrario, fincada sobre la comunidad y la familia que no ha cedido del todo a las tendencias individualistas y serializantes de la modernidad. En este sentido, el México profundo –el México campesino e indígena– pervive y resiste tanto en La Coyotera de Briagoberto Memelas y el Valle de los Escorpiones del Güen Caperuzo, que son mundos propiamente agrarios, como en el Callejón del Cuajo de los Burrón y El Terregal de Susanito Cantarranas y La Divina Chuy, espacios urbanos pero tan telúricos e idiosincráticos como el que más.

Lo que vemos en Oaxaca es una cultura trilingüe, con un binacionalismo especial: “somos comunidades muy arraigadas. Tenemos que dar nuestro servicio a nuestro pueblo. Eso implica para cada uno, regresar al pueblo a cumplir con nuestro deber colectivo, base de nuestra identidad y de nuestras raíces. Somos conscientes de que estamos experimentando algo fuerte, de que somos parte de algo nuevo”, señala la directora de cine. “Somos indios oaxaqueños que vivimos en el exterior pero que no he-

mos perdido el ombligo que nos trae de regreso, nuestro ser indígena.” O como dice el zapoteco Alejandro Santiago, reconocido pintor en Estados Unidos que salió de Suchiltenango siendo niño, y que a su regreso, 32 años después, se dio a la tarea de moldear 2 mil 501 esculturas de barro que diseminó por todas las calles en memoria de sus habitantes que migraron a Estados Unidos, dejando tras de sí un pueblo fantasma: “Somos parte de México, de Oaxaca, de la cultura zapoteca y del arte en Estados Unidos.”

FOTO: Graffiti Land

Armando Bartra


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Homenaje a Gabriel Vargas ILUSTRACIÓN: Héctor Rojas Valdivia hectorrov@yahoo.com.mx

¿Cómo que te vas, cuándo se ha visto que un cacique abandone a sus súbditos?

Como todos los días, en el Valle de los Escorpiones iguanas y culebras salen de sus escondrijos para broncearse al sol. Entre tanto, el güen Caperuzo y su carnalita Caledonia se hacen de palabras.

¿Y los chales de piel de lagartija panteonera, que eran nuestra mayor exportación?

Entiende hermanita. La economía ta’ en crisis.

No se venden. Los de Taigüán son igualitos y más baratos.

Los alacranes que en su paso pisa Sebastiana truenan como ejotes, trizando el silencio del desierto.

Ta güeno, pues, Si t’as d’ir vete. Yo me encargo de aplacar borrachos.

¡¡Caperuzo!!

Nomás no te me vayas a arrejuntar con algún pelao, porque regreso y me lo surto a pedradas.

¡¡Caperuzo!!

¡¡ Briagoberto, Juanón!!

Métele patas, Sebastiana.

Los ex caciques del Valle de los Escorpiones, La Coyotera y San Cirindango de las Iguanas, se cuentan sus penas. Que son las del bocabajeado campo mexicano. Yo me voy pa’l norte, al jale. ¿Y ustedes?

Lo mismo. Desde que Cargill llegó con el soya a la Coyotera ya ni quien se ocupe del tlachicotón. Y ése era mi gane.

A la mañana siguiente.

Ya enfrió. Hay que meterse.

Igualito que en San Cirindango.

Acomódense nomás. Hay lugar para todos. Están entre amigos.

Eran ¡Juan Panadero! ¡Álvaro Laguna! ¡Tsekub Baloyán! Dígame mejor El Payo

Aquí se dan su vuelta los inspectores. Hay que ocultarse entre las matas.

¡Ah chirrión! ¡Aquí hay gente!

A mí me llaman Alma Grande. El muñeco de Ixtac.

Y ésos, ¿quiénes son?

Poco tardó en hacerse la confianza. …las tierras de Vilmayo son de milpa. Pero el máiz no tiene precio. Y cuando sube ya se lo embodegaron los Pesqueira.

¿Los de allá? Son moneros. Los amigos que nos dibujaban cuando se hacían historietas mexicanas. Se van al gabacho a ver si consiguen chamba.

Pues mis rumbos son muy quebrados. Y por lo mismo se metió el narco. Por eso agarré camino.

Yo soy de mar. Pero la mierda negra de Pemex llegó a Ixtac y se acabó la pesca ribereña…

Y los de más allá son cinematografistas y los otros biólogos, y los otros físicos, y los otros…


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Preservarán maíces nativos en el DF; transgénicos, fuera • Sería ejemplo a seguir por toda la República • Monsanto: tras la propiedad intelectual del grano mexicano Lourdes Edith Rudiño

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ste 2008 inició en Milpa Alta un proyecto para hacer del suelo de conservación del Distrito Federal “una reserva de maíz nativo del Altiplano”. Se trata de preservar la riqueza genética y productiva de los cuatro maíces propios de la entidad –y compartidos con el estado de México–: el cacahuacintle, el cónico, el chalqueño y el palomero. José Antonio Serratos, académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y líder del proyecto, precisa que en 2008 se realizará una primera fase, con un financiamiento inicial de un millón de pesos, pero el trabajo se completará a plenitud en cuatro años. El plan pretende proteger las áreas de conservación del DF –que cubren 50 por ciento del territorio–; impedir el declive de la agricultura, a través de la valoración de la producción orgánica –para ello se cuenta con un marco legal que implica un sello verde—, y rescatar las reliquias de la cultura del maíz. “Esto es un asunto biológico, agrícola, pero también económico y cultural”. Con el proyecto “estaremos dando un buen ejemplo hacia el país. Será destacable que

la ciudad más grande de la República y de toda América Latina está dedicada a proteger su maíz”, sobre todo porque si las presiones de empresas trasnacionales como Monsanto prosperan, dentro de dos o tres años podría

México, D. F. 31 de enero de 2008 Amigas y amigos: A todos los asistentes a esta Gran Marcha Campesina y Popular en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo, contra la carestía y en favor de los derechos de todos los mexicanos: Celebro que miles de ciudadanos libres y conscientes marchen juntos para defender al campo y a los campesinos. Reciban un saludo solidario y todo nuestro apoyo a esta lucha, que también es nuestra. Estamos convencidos de que para salvar a México hay que rescatar al campo y a los pueblos indígenas y campesinos. Desde esta plaza reiteramos nuestro compromiso de defender la economía popular y el patrimonio nacional. Ratificamos la exigencia de que se revise el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) para impedir la libre importación de maíz y frijol del extranjero y para establecer una política de apoyo al campo.

México estar admitiendo la siembra comercial de este maíz. “Tenemos ese plazo para generar herramientas jurídicas para proteger estas zonas (de conservación del DF) y este tipo de maíz”. El proyecto es financiado por el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF. Y realizado por éste, junto con la UACM, la Secretaría de Medio Ambiente del DF, la UAM-Iztapalapa, la UAM-Xochimilco, el INIFAP Valle de México, El Colegio de México, la Universidad de Ottawa y el Instituto de Investigación y Desarrollo de Francia. Transgénicos: saqueo intelectual. Serratos destaca por qué debe preservarse el maíz nativo. Hay una difusión muy amplia de maíces transgénicos en los campos del país, situación que es ocultada y manipulada por los funcionarios del gobierno federal. Hay evidencias documentadas de la contaminación de granos genéticamente modificados en Oaxaca, Puebla y en el propio DF (esto último por investigación hecha por el propio Serratos en un proyecto del gobierno de la ciudad de 2002 y 2003) y hay muchos otros estudios realizados por organizaciones no gubernamentales en más entidades. “Con la difusión del maíz transgénico que es muy fuerte y muy rápida –porque surge no sólo del polen del grano que se cultiva, sino del grano que se importa y que no está regulado en su transporte en lo absoluto–, ocurre que este grano va a comenzar a contaminar a las razas nativas de México y potencialmente éstas se exponen a ser patentadas. “Las etiquetas de las compañías desarrolladoras de transgénicos Monsanto o de Syngenta van a marcar el germoplasma de nuestras diferentes razas. “El maíz bolita oaxaqueño ya no se va a llamar así, ahora va a traer una

etiqueta que dice no bolita ni Oaxaca, pero sí Monsanto”. ¿A quién le van a pertenecer estas razas?” desarrolladas por miles de años por los indígenas mexicanos. Aquí se inserta la preocupación de que la Confederación Nacional Campesina (CNC) –que indebidamente se está abrogando el derecho de ser “guardián” de los maíces mexicanos— tenga un convenio con Monsanto para crear bancos de germoplasma de maíz. En esos bancos tal vez entren granos ya marcados con los transgenes de la trasnacional. Y también está el riesgo de que, como ha ocurrido en otros países, las siembras de maíz transgénico de un predio contaminen a las plantaciones vecinas y luego los dueños de éstas sean demandados por las trasnacionales poseedoras de las patentes, por usar “sus” maíces sin el pago de regalías. Ya hay patente en México. Serratos advierte que ya Monsanto patentó una de sus variedades de maíz transgénico en nuestro país. Eso, aunado a la voluntad comprada de los funcionarios del gobierno federal –quienes consideran los transgénicos como gran herramienta productiva e insisten en autorizar la siembra experimental y luego comercial del maíz modificado–, y a toda la experiencia reciente en que la Secretaría de Agricultura ha manipulado estudios sobre la presencia de transgénicos en territorio nacional y se ha negado a difundir resultados y a adoptar el principio precautorio para evitar el avance de la contaminación, indica algo muy claro. “Con todas estas cosas, hay que armar un gran rompecabezas. Hay intereses, hay grupos que pretenden imponer aquí los transgénicos (...) Las trasnacionales están preparando el camino y quieren adueñarse, patentar, los maíces de México”.

Hoy más que nunca necesitamos de la unidad y de la acción decidida de todos los mexicanos dispuestos a enfrentar a la derecha entreguista que se empeña en eliminar los derechos sociales y humanos,; y en entregar el patrimonio del pueblo a extranjeros. Siguiendo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, el gobierno usurpador y sus aliados aprobaron la reforma a la Ley del ISSSTE e impusieron la llamada reforma fiscal que encareció el costo de la vida y aumentó impuestos a trabajadores, comerciantes y pequeños y medianos empresarios. Quieren modificar el marco jurídico para cancelar las libertades democráticas y los derechos humanos de todos.

No permitamos que nos conviertan en esclavos en nuestra propia tierra. Defendamos el campo y el futuro de nuestros hijos.

Ahora con la llamada reforma energética pretenden privatizar la industria eléctrica, pero sobre todo, quieren entregar a extranjeros el petróleo, que es propiedad del pueblo y de la nación. Desde aquí lo decimos claro: no lo vamos a permitir, no pasarán. Llamamos a todos los mexicanos patriotas a organizar, a nivel nacional, la defensa de nuestra industria petrolera. De ser necesario pararemos el país.

Andrés Manuel López Obrador Presidente Legítimo de México

¡Que coman los que nos dan de comer! ¡Sin maíz no hay país! ¡La patria no se vende, se defiende!

Fraternalmente,

San Luis Potosí 64 esquina Córdoba, Colonia Roma, Delegación Cuauhtémoc C.P. 06700, México, D.F. Teléfonos: 55 84 72 10 y 55 84 72 49 Sitio: www.gobiernolegitimo.org.mx Contacto: andresmanuel@ gobiernolegitimo.org.mx


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DECLARACIÓN DE MÉRIDA Magistrados de los Tribunales Agrarios El cambio climático ha asumido la mayor importancia en la visión global de la humanidad. Se encuentra profundamente vinculado con otros fenómenos, como son la pérdida de los ecosistemas y destrucción de manglares. Pero también a fenómenos sociales como son las formas de producción dominantes debido a que provocan la degradación de la biodiversidad. La emisión de gases que generan el efecto de invernadero, a la que contribuyen la sobreexplotación de tierras y aguas, el sobre pastoreo y el manejo inadecuado de los cultivos; han coincidido para abrir el amplio curso por el que discurre el calentamiento global del planeta. Sin duda se trata de la temática que reviste mayor atención en los últimos años. Es un fenómeno irreversible en el corto plazo, que entraña graves riesgos en lo inmediato y a mediano plazo, sobre los cuales existe un margen de incertidumbre sobre sus efectos a nivel regional, local y sectorial. Sin embargo, existe una clara conciencia de que debe actuarse con urgencia, adoptando medidas de mitigación y de adaptación frente a este reto. Los impactos sociales que pueden presentarse entrañan, también, desafíos de insospechadas consecuencias para la humanidad, como son una reconversión de las capacidades productivas, particularmente de alimentos, que se agudizará en los países más pobres, y que por el contrario significará ventajas extraordinarias en los países desarrollados. A lado de la escasez de alimentos, que puede ampliar las franjas de hambruna y de conflicto local e internacional, también es anticipable la degradación hídrica y la escasez de agua en amplias franjas de los países más pobres. La tierra ha sufrido terribles sequías, insólitas tormentas tropicales que cubren casi todo el planeta, enormes glaciares que se funden y temperaturas en continuo ascenso. Como este calentamiento se desarrolla en una escala temporal mayor que la que resulta intuitivamente perceptible, la sociedad en su conjunto se está desentendiendo de estos fenómenos, como si no fuera a ocurrir, o como si fuera decente dejar que se ocupen los demás, en el futuro. Este seminario reconoce el esfuerzo de la comunidad internacional para poner en la agenda global el problema del cambio climático. En particular, reconoce la posición del Gobierno Mexicano en los foros internacionales, asociada a la iniciativa de otros países, para proponer medidas de mitigación, sobre todo las referidas a la disminución de los gases que generan el efecto invernadero. Y se pronuncia apoyando la propuesta del Ejecutivo Federal de crear un fondo multinacional para temperar los efectos del cambio climático. Pero constata que es necesario darle una continuidad, en el ámbito de las políticas públicas internas, para atender los retos que el calentamiento global implica. Por ello, esta reunión de Magistrados reconoce la necesidad de que los tres órdenes de gobierno de nuestro país apoyen, de manera consistente y sistemática, el desarrollo de estudios e investigaciones que permitan un mejor conocimiento sectorial y regional sobre los efectos del calentamiento global en el país y las consecuencias sociales y de intercambio económico a que pueden dar lugar. Estos estudios deben incorporar una información básica sobre aguas, ecosistemas, producción de alimentos, costas y salud, como las franjas de riesgo mas expuestas por este proceso. No puede dejar de señalarse que lo grave es lo que no sabemos, derivado de lo que ya conocemos. Teniendo como referencia los estudios producidos a nivel global, es discernible, en términos generales, que el campo sufrirá graves consecuencias como resultado del cambio climático. No solamente sufrirán alteraciones las zonas de cultivo, ganaderas, dedicadas a la avicultura, apicultura, y en general toda la producción

agropecuaria, debido al aumento de precipitación pluvial, en algunas regiones, o de desertificación en otras. La adaptación al cambio climático; es decir la adopción de medidas que eviten o minimicen sus impactos y costos, es primordial, para lo cual el Estado debe dinamizar procesos tendientes a facilitar información de mayor calidad, mejorar la planificación y asignar recursos. Para las naciones en vías de desarrollo, adaptarse supondrá un costo de decenas de miles de dólares al año y una presión añadida para unos recursos económicos, ya de por si escasos. Pero es en estas naciones en desarrollo, como México, donde deben acelerarse las acciones de adaptación. Las políticas sobre Cambio Climático deben estar orientadas a cuatro tipo de acciones: 1) Disminuir o, de preferencia, eliminar, las causas generadoras de gases de efecto invernadero; 2) contrarrestar las consecuencias del cambio climático; 3) Generar condiciones para que los impactos negativos sean internalizados en las actividades humanas; 4) Aprovechar los impactos positivos para compensar a los dañados, en un marco de solidaridad inter e intrageneracional. Estos cuatro tipo de acciones tienen como denominador común un cambio de paradigma acerca de cómo desarrollar, en lo sucesivo, la convivencia humana y la relación con el resto de la naturaleza en las actividades productivas, la distribución y el consumo, y la certeza de que las cosas han de hacerse de otra forma. Para el campo mexicano se requieren respuestas colectivas de inmediato, orientadas por las políticas públicas y propuestas de organismos internacionales. Se necesita un cambio de mentalidad que procure una cultura medioambiental, y al darlo sabemos que esto no sólo es un paso, sino un salto, en la forma de ver y, por ende, de hacer la gestión del medio natural desde la actividad cotidiana y desde cualquier lugar. Los comportamientos individuales y colectivos evolucionarán para adoptar o reclamar los cambios necesarios en los sistemas y patrones productivos, de distribución y de consumo que mejor permitan afrontar los efectos menos deseables de las transformaciones climáticas, o atajar dichas transformaciones sin rebajar el nivel de vida. Con el propósito de contribuir a un verdadero cambio es necesario orientar y llevar a cabo campañas educativas a población abierta para reducir las actividades humanas altamente depredadoras, básicamente la tala, quema de bosques y selvas y manejo de agua. Igualmente deberán ampliarse las medidas tendientes a la compensación por servicios ambientales, en primer lugar para la conservación de selvas y bosques. No basta con generar una conciencia profunda de respeto a la naturaleza, sino que su cuidado y protección debe ser reconocido y remunerado de manera suficiente para convertirlo en una actividad atractiva y comprometida. También será necesario fortalecer la normatividad orientada a eliminar la emisión de gases contaminantes que favorecen el fenómeno de invernadero, establecer sanciones en el marco agrario a los titulares de derechos que atenten contra la biodiversidad o participen en actividades ilícitas, como pueden ser la tala clandestina y la destrucción de bosques y selvas. La solución indudablemente es lenta, aunque a la larga sea la más eficiente. Contrarrestar y adaptarse a los cambios mencionados, y simultáneamente construir sustentabilidad, entrañará la aplicación intensiva de muchas soluciones innovadoras para cada ocasión, desde los productos de aseguramiento frente a las catástrofes, pasando por las actividades de construcción de nuevos entornos urbanos y sus infraestructuras, sistemas de protección de los entornos amenazados o adecuación

de espacios que se tendrán por el desplazamiento de actividades económicas a los entornos que podrían ser beneficiados por el cambio climático. Dado que una parte de los recursos disponibles se debería aplicar a hacer frente a las consecuencias del cambio climático, el saldo neto positivo por la aplicación a una mejora genuina del nivel de vida dependería de un adecuado aprovechamiento de los recursos de la biodiversidad y que éste se asocie a la reestructuración de actividades que fuesen relevantes para el bienestar de las personas. La justicia agraria se plantea tres aspectos importantes en relación a su competencia: 1) la vinculación explícita con los fenómenos climáticos y el medio ambiente, 2) la protección de los derechos ambientales, culturales y económicos de los campesinos y sus familias, sobre todo la reparación de los daños resultado del cambio climático; y, de manera novedosa, el restauro de los ecosistemas; 3) la potencialidad de relacionar la defensa de los derechos y aplicación de justicia agraria con las potencialidades de aprovechamiento de los recursos por prestar servicios ambientales, el impulso de proyectos para energías limpias y otros que mitiguen los efectos los cambios climáticos De estos aspectos mencionados, deben plantearse respuestas urgentes frente a la ingente escasez de agua, que puede generar conflictos y controversias, como ya está ocurriendo, entre los beneficiarios de dotación de la misma. Para ello deben preverse medidas que pueden ir desde el establecimiento de alternativas compensatorias para una equitativa distribución, hasta la orientación de un uso más eficiente y racional para todo tipo de usos urbanos, agrícolas y rurales. No menos importante es la atención a la venta de servicios e innovadores productos agroambientales, que requiere de políticas públicas para su fomento, de atraer recursos financieros de la comunidad internacional con una gestión sencilla al alcance de los núcleos agrarios. La realidad nos está mostrando que junto a los problemas se abren oportunidades que pueden contribuir a quienes contribuyan a la mitigación y a quienes defiendan sus derechos conforme a la ley, por lo que se deben encontrar los instrumentos y recursos para compensar el esfuerzo que pueden hacer los campesinos y la población de las ciudades que asumen con responsabilidad social los retos del cambio climático. De manera importante se requiere legislar para ampliar la competencia de los Tribunales Agrarios, incorporando la resolución de controversias derivadas de los contratos de servicios ambientales. Indudablemente que el ámbito referido a los seguros sobre las tierras, aguas y producción agropecuaria constituirán un campo muy importante de atención. No puede ignorarse que los núcleos agrarios tienen escaso, por no decir nulo acceso a seguros convencionales, lo cual requerirá de una redefinición de políticas públicas al respecto. También es necesario revertir la gran dependencia de amplios sectores de la población rural del país a los programas públicos asistenciales, es necesario transformarlos. Por una parte para reorientarlos a que sirvan de efectivo soporte al uso eficiente y productivo de los recursos naturales, por otra a que garanticen la conservación de los ecosistemas, así como a la generación de bienes y servicios ambientales. El reto que tenemos es extraordinario. Puede compartirse o no el escenario que se ha expuesto. Aún la visión más optimista no puede dejar de considerar alteraciones en curso hoy imposibles de modificar, aunque puedan mitigarse. La catástrofe no puede ser rechazada como posible, apriorísticamente. Es inexcusable desentenderse del problema, ética y políticamente deben asumirse las consecuencias y procurar las acciones en distintos niveles de actuación personal, institucional y jurisdiccional. Debemos ser capaces de generar sinergias y capacidades institucionales y humanas. Declaración producto de la V Reunión de Magistrados Agrarios y Seminario Internacional: “Cambio climático, Campo y Justicia Agraria realizado en la ciudad de Mérida del 28 y 30 de enero de 2008.


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TLCAN: CAMPESINOS EN MARCHA “LA ACCIÓN HACE LA UNIÓN”:

LA RENEGOCIACIÓN DEL TLCAN NO ES DEMANDA NUEVA

RESPUESTA NEOVILLISTA AL TLCAN

2003

1 de enero – Nace el Movimiento no Aguanta más (MECNAM). En el puente internacional Córdoba – Las Américas (Ciudad Juárez-El Paso) campesinos hacen ayuno en protesta por el avance desgravatorio del TLCAN. 31 de enero – El MECNAM realiza marcha nacional campesina, con más de 100 mil participantes. 28 de abril – Se firma el Acuerdo Nacional para el Campo entre MECNAM, CAP, CNC, y El Barzón y el gobierno federal. Un compromiso fundamental es negociar con los socios del TLCAN mecanismos de protección al maíz blanco y el frijol de México.

• Agricultores norteños en la senda de la División del Norte

2004

Foto: David Lauer

Se incumple el Acuerdo Nacional para el Campo. El gobierno federal hace caso omiso a su compromiso de renegociar con los socios del TLCAN. Se desintegra El Campo no Aguanta más.

2005

Nace el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CONOC) integrado por AMUCSS, ANEC, CNOC, CEPCO, FDCCH, MAÍZ, RED MOCAF y UNOFOC. Surge un frente de organizaciones campesinas con la CCC, CIOAC, UNORCA, El Barzón Nacional, CODUC y CNPA.

2006

FOTO: Ivan M. Cruz Mejía

En el marco de las elecciones presidenciales, se constituye el Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (CONORP) para elaborar propuestas para el campo y dar apoyo a Andrés Manuel López Obrador. Participan la mayoría de las organizaciones campesinas. Se establece una alianza entre CONOC, ANPAP– Barzón y CNPA. El movimiento campesino se manifiesta en las protestas contra el fraude electoral.

Víctor M. Quintana S.

L

a larga duración de la historia parece predominar en el movimiento campesino. La liberación total del comercio de maíz, frijol, azúcar de caña y leche en polvo en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido la ocasión para que los agricultores norteños revivan la memoria de Francisco Villa y la División del Norte no sólo en los símbolos, sino también en su manera de movilizarse. Desde el primer minuto del uno de enero se dan cita decenas de activistas campesinos en el Puente Internacional de Córdova, en Ciudad Juárez. Provienen del Frente Democrático Campesino y de El Barzón en el estado de Chihuahua, y de las representaciones en Durango y Zacatecas de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala. El contingente suena a División del Norte, en la población donde Villa combatió en la batalla que liquidó la dictadura porfirista. Muchos de los reunidos en la temperatura bajo cero de ese día son descendientes de los famosos dorados. Ahí comienza un proceso de lucha en el que Villa ha sido no sólo un símbolo clave. Hay una reedición del voluntarismo villista, de un rechazo sin mucho discurso pero sí muchas acciones de la política de la oligarquía. El muro humano que se forma ese día en el puente internacional con la consigna “Sin maíz no hay país” es, más que una acción de presión al régimen, una convocatoria a la nación. Un llamado a levantarse en todo el país contra el TLCAN y para rescatar la agricultura campesina e indígena. Pero los representantes de la acción del uno de enero no se quedan ahí. Elaboran una propuesta y la presentan en la

reunión nacional de agrupamientos campesinos el 14 de enero. Plantean iniciar el Movimiento Nacional de Resistencia Campesina Villa-Zapata: un proceso de movilizaciones a lo largo de 2008. No le apuestan a que la megamarcha del 31 de enero obligue al gobierno de Calderón a sentarse a platicar la negociación del TLCAN, sino que contemplan toda una serie de acciones destinadas a ir creando una “voluntad colectiva”, una correlación de fuerzas favorable a los campesinos, un “mandato de la nación” que obligue al Ejecutivo federal y al Congreso de la Unión a comprometerse a renegociar el TLCAN y a dar un viraje sustantivo en el rescate del campo con campesinos e indígenas. Dentro de esas acciones está la celebración de un referéndum nacional, y la adhesión acumulativa de ayuntamientos, congresos de los estados y gobernadores a ese “mandato de la nación”. Solidaridad en el camino. Como en el DF las organizaciones no responden de inmediato a la propuesta norteña, las organizaciones de Chihuahua se lanzan a organizar la caravana de tractores “del Chamizal al Zócalo”, desde Ciudad Juárez hasta el Distrito Federal. La bautizan como el Movimiento de Resistencia Campesina Francisco Villa y el 18 de enero arranca su recorrido en donde la patria comienza. Mientras pasan por tierras villistas –Chihuahua, La Laguna, Durango, Zacatecas–, les sobran los apoyos: diesel para los tractores, comida, hospedaje, cálidas recepciones en los pueblos y ciudades. Aunque no hay nada que se parezca a las derrotas villistas del Bajío, en esta zona, conservadora y blanquiazul, la situación se les torna difícil. Sin embargo, prosiguen, tozudos su camino hasta la ciudad de México en confluencia

con otras marchas de Tlaxcala, Morelos y Michoacán. Lo que queda muy claro luego de estos movimientos de las organizaciones campesinas norteñas es que su proceder es una especie de “voluntarismo heterodoxo”. No inician una movilización cuando la correlación de fuerzas les es favorable; su principio no es “la unión hace la fuerza” sino, más bien, “la acción hace la unión”. Su apuesta, basada en la práctica de movilización de las organizaciones rurales de Chihuahua, es que “la gente no se reúne con juntas; se reúne con acciones”. A contracorriente de los medios. Y tienen mucho de razón. Porque ante la andanada desinformativa promovida por el gobierno federal para atacar al movimiento campesino y convencer de las bondades del TLCAN, el muro humano del Puente Internacional y la gran marcha de 2 mil kilómetros con tractores mantienen un foco de contrainformación y de convocatoria a lo largo de enero en todo el país. Los grandes medios electrónicos se pueden desentender del debate sobre el TLCAN o darle voz sólo a los corifeos gubernamentales, pero no pueden ignorar la perseverancia y valentía de los agricultores norteños que, a rueda de tractor, recorren tres cuartos de país. Luego del éxito indudable de la marcha campesina del 31 de enero, de la gran convocatoria clasista, nacional y metapartidista de la misma, la gran enseñanza de la marcha de tractores de los campesinos neovillistas es que ante un gobierno tan cerrado como el actual, no son los cabildeos copulares, ni las grillas con la clase política, la forma más eficaz de resistencia y de avance de las propias propuestas, sino es pedagogía de la acción, esa práctica de la acción comunicativa, parafraseando a Habermas.


12 de febrero de 2008

19

2007

Desde el Valle de Mexicali, Antonio Arévalo de la CNC: “El TLCAN no ha favorecido a los campesinos mexicanos, sólo a los agricultores de Estados Unidos. Hoy no gano nada por sembrar trigo, al contrario, pago. Los apoyos oficiales no llegan a tiempo, diesel con descuento tampoco. Esto no puede seguir, ya no podemos dejarnos. Es la hora de hacerse escuchar”.

Rosa María Velásquez, habitante de los márgenes donde la mancha urbana amenaza con acabar con las tierras de cultivo en Villa Nicolás Romero, estado de México: “Venimos a defender al campo y el maíz, nuestras parcelas. Queremos seguir siendo campesinos. No es justo lo que le están haciendo al campo. Ya no podemos dejarnos”. Víctor Álvarez, integrante del sindicato de telefonistas: “Esta manifestación tiene como propósito exigir el cambio de la política económica que sólo beneficia a la oligarquía; la revisión del

Laura Lozada, de Ciudad Sahagún, Hidalgo: “Estamos indignadas con la situación del país. No nos alcanza para comer. La tierra todavía es de los mexicanos, no queremos que se vuelva de los gringos. Tenemos que unirnos porque sólo el pueblo puede salvar al país”.

Foto: Enrique Pérez S. / Anec

soberanía alimentaria del país. Pero estamos muy animados por la respuesta de la gente que apoya nuestra lucha en defensa del maíz y del campo”.

TLCAN; el rechazo a la reforma laboral, a la ley del ISSSTE y a la entrega de nuestros recursos naturales, como el petróleo, al extranjero. El país está en peligro y aquí estamos todos juntos para salvarlo”.

FOTO: Hernán García Crespo

Yazmín Ortega, hija de campesinos y residente en la capital: “El campo está de la patada a causa de la política económica, mis hermanos tuvieron que irse

Esteban Lugo, obrero del Sindicato Mexicano de Electricistas: “Esta marcha es de protesta. Ya era hora de que nos uniéramos campesinos, obreros y trabajadores. Rechazamos la entrega del país a intereses extranjeros, nos oponemos a la privatización de la industria eléctrica y del petróleo; queremos que se revise el TLCAN para defender nuestro maíz y frijol. Esta es la protesta de todos los de abajo. No podemos seguir aceptando a este gobierno entreguista. Tenemos que unirnos la gente del campo y la ciudad para luchar juntos porque tenemos conciencia de que sólo así se hará valer la soberanía popular”.

Un matrimonio joven con su hija extiende una cartulina al aire que dice: “Hermanos campesinos, el DF está con ustedes en la lucha”. El hombre comenta: “Es una marcha muy importante. Es indignante para los mexicanos que perdamos la capacidad de alimentarnos. Estamos luchando con nuestro pueblo por sus dere-

Magdalena Sánchez campesina dePuebla: “Estoy encabronada, ya estuvo suave de que nos vean la cara estos neoliberales, están causando hambre en el campo; mis hermanos, mis primos y mis tíos, todos de fueron al otros lado. El pueblo ya no aguanta: o luchamos o nos morimos de hambre, ya no hay de otra. Ya es hora”. Elba Rodríguez, jornalera del jitomate: “Esta muy bien la protesta. La unión hace la fuerza. No hemos visto beneficios para los campesinos, puros abusos y engaños. Hay que unirnos para protestar. Hay que levantar la cabeza y no dejarnos. Si el campo pierde, México muere”. Sobre Reforma una enfermera ve pasar a los manifestantes: “Vengo a ver a los campesinos para apoyar

Foto: Enrique Pérez S. / Anec

Alvaro Cázares atravesó el país arriba de su tractor desde Chihuahua hasta el corazón de la ciudad para protestar en este acto: “Venimos a marchar para que se conozca la situación del campo mexicano. La realidad es que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) está acabando con los campesinos, lo que está en juego es la

su lucha, a nuestro maíz, a nuestra tortilla, a nuestro campo”.

chos. Aquí nos estamos uniendo el campo y la ciudad”.

2008

1 de enero – Agricultores de Chihuahua, junto con las organizaciones de la Campaña Sin Maíz... establecen un muro humano en la frontera Ciudad Juárez-El Paso. 7 de enero – Se reúnen la Campaña Sin Maíz no hay País, el CONORP, la CNC, CCI, UNORCA, UNTA para perfilar lo que será la movilización del día 31 de este mes y para empezar una nueva alianza campesina, en contra del TLCAN. 18 de enero – Con tractores, salen desde Chihuahua, rumbo a la ciudad de México, miembros del Movimiento de Resistencia Campesina Francisco Villa. 31 de enero – Marcha Nacional Campesina. Participan, con sus tractores, los llegados desde Chihuahua –y los que se unieron a ellos en camino, de Zacatecas y Durango–. Asisten 200 mil campesinos, obreros y ciudadanos. La principal consigna es “renegociación del TLCAN en su capítulo agropecuario”.

María, una estudiante de Ciencias de la UNAM explica: “Cada hora se pagan 1.5 millones de dólares por importaciones de productos agrícolas gringos. Mejor que los inviertan en el campo mexicano”. Heriberto Hernández, campesino maicero de Guanajuato, concluye: “Aquí estamos advirtiendo lo que viene. Si el gobierno no hace caso por la buena, tendrá que hacerlo por la mala, pero ya no nos vamos a dejar. Ésta es la primera llamada”.

Foto: Enrique Pérez S. / Anec

E

l 31 de enero decenas de miles de personas colmaron las calles del centro de la ciudad de México en la primera protesta masiva del año. La marcha fue una de las más importantes de tiempos recientes ya que unificó la protesta de campesinos, obreros, colonos y estudiantes; y para muchos, anuncia lo que viene. Estos son testimonios recogidos camino al Zócalo de los excluidos del modelo económico neoliberal:

FOTO: Hernán García Crespo

al norte. El gobierno tiene que echar abajo el TLCAN porque significa la muerte del campo. No le va a quedar de otra, o se las va tener que ver con los campesinos. No es posible que México sea el origen del maíz y ahora dependamos el exterior”.

Jesús Ramírez Cuevas

31 de enero – Por el encarecimiento de la tortilla, campesinos y sociedad civil realizan una movilización nacional. 25 de junio – Las organizaciones de CONOC ANPAP-Barzón, CNPA, AMAP GEA. Greenpeace, Comercio Justo México, Instituto Maya, Oxfam y más de 300 organizaciones, intelectuales, artistas, científicos y ciudadanos de pie lanzan oficialmente la Campaña Sin Maíz no hay País y sin Frijol tampoco, en el Museo de la Ciudad de México. Sus planteamientos centrales son inducir la renegociación del TLCAN, y generar acciones legislativas para garantizar la soberanía alimentaria y la protección del maíz blanco y el frijol. 5 de agosto – En el Zócalo capitalino artistas inician siembras simbólicas de maíz en espacios urbanos. 27 de octubre – Las organizaciones de la Campaña Sin Maíz no hay País realizan el concierto “Salvemos al campo para salvar a México” como parte de las protestas contra el TLCAN. Participan más de 10 bandas de música y asisten alrededor de 70 mil personas. 5 de noviembre – La Campaña realiza una movilización campesina frente a la Secretaría de Economía. 8 al 10 de noviembre – Se realiza en la ciudad de México la Feria Nacional Campesina, en donde más de 200 productores muestras sus productos del campo, se realizan foros y talleres en defensa del campo mexicano. 10 al 15 de diciembre – La Campaña Sin Maíz... realiza un Ayuno por la Independencia Alimentaria, en el Ángel de la Independencia. Entregó una carta dirigida al presidente de EU, George W. Bush, donde se exige la renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN; artistas e intelectuales se solidarizan con el movimiento.

Desde su lanzamiento, la Campaña Sin Maíz no hay País ha recolectado más de 600 mil firmas en contra del TLCAN; la meta es alcanzar un millón.

Enrique Pérez S.


12 de febrero de 2008

20

TLCAN: CAMPESINOS EN MARCHA

VAIVENES CENECISTAS

AMENAZAN UNIDAD CAMPESINA

Foto: Enrique Pérez S. / Anec

• Renegociación del TLCAN, prevalece como demanda prioritaria • Maíz modificado: por congruencia, debe rectificar la CNC

Lourdes Edith Rudiño

L

a movilización campesina del 31 de enero presentó un bloque aparentemente compacto de organizaciones, incluida la priista Confederación Nacional Campesina (CNC) pero, transcurridos días apenas, esa unidad se evidencia muy frágil. En el medio está la demanda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –con la exclusión del maíz blanco y el frijol– que el bloque expresa como demanda número uno, y para algunas organizaciones es irrenunciable, pero otras la usan sólo como presión política y carta de intercambio. Y está el tema del maíz transgénico, donde la CNC está en tremenda contradicción interna. Vayamos al asunto del TLCAN. El primer discurso en el Zócalo capitalino el 31 de enero, el de Cruz López, presidente de la CNC, fue contundente, y lo dijo a un auditorio de miles. “Si hubiera que resaltar un logro de este movimiento nacional, la CNC se queda con la consolidación de nuestra alianza clasista. De aquí para adelante nos verán a los campesinos y trabajadores mexicanos siempre juntos (...) Exigimos la inmediata renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN (...) démosle la oportunidad a los campesinos de alimentar a su pueblo (...) Durante el TLCAN la dependencia alimentaria creció de 10 a 48 por ciento y PEMEX ha sido sujeto a una desinversión (....) México importa 30 por ciento del consumo de gasolinas. Ambas dependencias ominosas deben calificarse de traición a la patria”.

Pero cuatro días después, la CNC actuó amenazando esa “alianza clasista”. Emitió un comunicado para “ratificar su disposición de mantener al diálogo con el gobierno (...)” y mencionó sólo de refilón la inconformidad con el TLCAN. Dio prioridad en sus demandas a “un nuevo Acuerdo Nacional para el Campo”, y dijo que la CNC sería “instransigente (...) en rechazar las reglas de operación” de los programas rurales, publicadas unilateralmente por las secretarías de Agricultura (Sagarpa) y de Medio Ambiente, asunto que implica el control de los 204 mil millones de pesos del presupuesto rural de 2008. Ello no obstante que el bloque de organizaciones campesinas (CONOC, ANEC, CNOC, FDCCH, Red Mocaf, Unofoc, MAÍZ, CNPA, Barzón-ANPAP, Coaech, CCI, CONORP, Unorca, UCD y otras) había acordado antes con la CNC que no asistirían a la reunión propuesta por el Ejecutivo para el 6 de febrero, con el secretario del Trabajo, Javier Lozano, encabezándola, y con los de Economía y Agricultura, Eduardo Sojo y Alberto Cárdenas, por considerar a éstos interlocutores inválidos. ¿Para qué hablar con Alberto Cárdenas?, por ejemplo –dijeron– si su discurso es que el de México es “un campo ganador” equiparable al de golf de la campeona Lorena Ochoa; o que “los productores de maíz están contentos porque traen centavos en los bolsillos y de aquí en delante (sic) van a elevar sus rendimientos por hectárea” o “que no conviene renegociar el TLCAN”. El bloque propuso en una carta a Felipe Calderón que el diálogo fuera con Gobernación y con una agenda previa, incluido el tema TLCAN.

Al final, el 5 de febrero en junta del bloque la CNC sintió tal presión que debió renunciar a asistir a la reunión oficial del 6. Los devaneos cenecistas “estuvieron a punto de romper el bloque”, comentó Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) y uno de los líderes de la Campaña Sin Maíz no hay País. Veletas. El caso es que la CNC anda trastabillando. En una reunión de legisladores rurales priistas, César Duarte, coordinador de los diputados cenecistas, se quejó de que la Sagarpa estaba actuando “perversamente” al hacer pensar a la opinión pública que la CNC rechaza el TLCAN, cuando esta agrupación, dijo, lo que está buscando prioritariamente es que se ajusten las reglas de operación de los programas públicos (entiéndase, el control del dinero). Aunque luego el chihuahuense se revolvió y terminó su discurso lamentando la desolación generada en el campo por el TLCAN. Así pudo empatarse con un planteamiento previo de Heladio Ramírez, el líder moral cenecista. Así que desacuerdos en el tema TLCAN podrían romper la “unidad campesina”, sobre todo cuando en comunicados de prensa la Secretaría de Gobernación y la Presidencia han declarado su intención de dialogar y negociar con las organizaciones, pero la renegociación del Tratado no entra en la agenda. El otro punto de quiebre que vulnera la alianza campesina es el tema de maíz transgénico. La CNC firmó dos documentos donde rechaza la siembra de maíz modificado genéticamente en territorio mexicano –la convocatoria pública a la movilización del 31 de enero y el Manifiesto Campesino, signado ese día por el bloque de organizaciones— pero recordemos que la confederación de productores de maíz de la CNC tiene firmado un convenio con Monsanto, la empresa predominante en el desarrollo, patente y comercialización de transgénicos, el cual, con inversión de la trasnacional, pretende resguardar el genoma de maíces nativos. –En esto hay contradicción –le dice la prensa a Cruz López– sobre todo porque a futuro ese convenio implica el riesgo de apropiación intelectual del genoma de las semillas mexicanas. “Las cuestiones de percepciones no las podemos procesar”, responde el dirigente de la CNC en relación a las probables patentes. Y manejando bien las palabras, dice que no, que el convenio con Monsanto es para proteger el genoma de maíces nativos, y que la CNC quiere el pleno respeto a la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados. Monsanto, se sabe, firmó tal convenio para obtener el visto bueno público de la representación campesina nacional (que quieren cubrir con la CNC) para la siembra experimental y luego comercial de maíz transgénico en México. Y para hacer creer que este tipo de semillas no dañará la riqueza genética nacional, pues el convenio con la CNC convierte a los campesinos de la agrupación en “guardianes” de las semillas nativas. El Manifiesto Campesino, suscrito por la CNC y todas las demás organizaciones, dice textualmente: “Exigimos la prohibición a la siembra de maíz transgénico y el establecimiento de un programa multianual de fomento productivo y de mejoramiento tecnológico para la producción de maíces criollos, híbridos y orgánicos e efecto de proteger nuestra riqueza genética, la economía campesina y satisfacer la demanda nacional”. Víctor Suárez, señala que la firma de la CNC al Manifiesto Campesino ocurrió después de cinco rondas de discusiones, pero al final lo suscribió, y eso significa una de dos: o está rectificando y por tanto se ve obligada a echar atrás su convenio con Monsanto, o simplemente hay simulación. “Si es así, la emplazaremos (las demás organizaciones) y le exigiremos congruencia”. El directivo de ANEC reconoce que la unidad del bloque es muy endeble, y que la unidad puede romperse en cualquier momento. Si la CNC o cualquier otra organización decide negociar con el gobierno dejando de lado demandas fundamentales –TLCAN y transgénicos— habrá de pagar el costo político. “Nosotros (los de la Campaña Sin Maíz no hay País) seguiremos movilizándonos, seguiremos tomando acciones”.


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