No. 06 Arboles de la vida

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1 11 de marzo de 2008 • Número 6 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada

árboles de la vida TEMA DEL MES

CONGRESO AGRARIO PERMANENTE

¿Espacio a preservar? ¿Cadáver que apesta? Pág. 20

Págs. 18 a 20

• Deforestación o aprovechamiento sustentable • Bosques comunales • Políticas en cuestión


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TUMULTO VERDE, MOTÍN ENARBOLADO

COMITÉ EDITORIAL

Tlalticpac. Toquichtin tiez. (La tierra será como sean los hombres) Refrán nahuatl

Armando Bartra Coordinador a Luciano Concheiro Subcoordinador

S

Enrique Pérez S. Lourdes E. Rudiño Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuéllar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

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Diseño Hernán García Crespo

ILUSTRACIÓN: Pedro Guevara / bnk57mex@hotmail.com

La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 5355-6702. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo en trámite. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores.

omos una especie en peligro de extinción, sólo que a diferencia de la vaquita marina lo nuestro es suicidio. Extinguirse no es vergüenza, se fueron los grandes saurios y ni quién les diga nada. Pero aquello fue natural y esto es histórico; a ellos les ocurrió, nosotros nos lo buscamos. Si algo dramatiza el proceso de autoextinción de los sapiens sapiens es la terca destrucción del bosque. Y nuestro país, que aún tiene cerca de 60 millones de hectáreas arboladas, ocupa el deshonroso quinto lugar en el índice mundial de deforestación, pues cada año se pierden alrededor de 600 mil hectáreas de bosques y selvas. Paradoja forestal: los recursos silvícolas se desaprovechan y a la vez se destruyen. Dos fenómenos perversos que se muerden la cola, pues el subaprovechamiento va asociado de aprovechamiento ecocida. Y es que el uso comercial sustentable de nuestros bosques ha disminuido y está por debajo de su potencial: menos de un quinto de lo cosechable llega a los mercados formales; lo que ocasiona importaciones crecientes que rebasan los 4 mil millones de dólares anuales, pero también explotaciones clandestinas que sólo gracias a que reducen sus costos saqueando el recurso pueden competir con los maderables importados a precios de dumping. El país necesita acrecentar el aprovechamiento forestal sustentable. Lo que demanda políticas de fomento, pero igualmente controles comerciales que impidan la competencia desleal de productos importados, cuyos bajos precios ocultan subsidios económicos y/o daños ambientales no reflejados en el costo. Así como urge garantizar nuestra soberanía alimentaria fortaleciendo la producción campesina de granos básicos, es también indispensable preservar nuestros bosques impulsando la silvicultura comunitaria. Los intereses ambientales, económicos y sociales del país, y los requerimientos de ingreso, empleo y preservación del patrimonio de los dueños de los bosques, convergen en la necesidad de preservar la soberanía silvícola mediante políticas públicas orientadas al desarrollo forestal sustentable. La histórica disociación entre la propiedad del bosque y su explotación está en la base del perverso subaprovechamiento depredador que padece nuestra riqueza forestal. Y es que más de 80 por ciento de la superficie arbolada está en manos de casi 9 mil comunidades agrarias, mientras que la explotación del mismo es en 80 por ciento privada. Discordancia socialmente injusta y ambientalmente destructiva, pues las empresas que acceden al recurso natural mediante concesiones comunitarias ven la operación como un costo que abatir y no como una inversión estratégica, imponiéndole a los propietarios relaciones

económicamente inicuas, socialmente subordinadas y ambientalmente ecocidas. Mientras la integración de la cadena productiva silvícola se opere desde arriba, es decir, desde la empresa privada, será difícil e incluso imposible que las comunidades dueñas del bosque contrarresten la lógica saqueadora de una industria que se desentiende del recurso no sólo por su visión cortoplacista, sino también –y sobre todo– porque el bosque no le pertenece. Tanto más si consideramos que esta mentalidad ecocida es histórica y ha generado complicidades sociales, profesionales y burocráticas que operan como poderosas inercias culturales. En la modalidad de aprovechamiento del bosque más desfavorable a los comuneros, los ingresos que éstos obtienen son exclusivamente por derechos de monte provenientes de la venta de madera en pie, y equivalen a

Foto: R C Photographic

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una renta, es decir, la simple valorización de la propiedad sobre un bien natural. Cuando los miembros de la comunidad trabajan en la extracción de madera o en su procesamiento, reciben también salarios, es decir, ingresos derivados de la venta de su fuerza de trabajo e independientes de su condición de propietarios. Finalmente, cuando las comunidades conforman empresas propias y asumen el control de algunas etapas del proceso productivo, además de los salarios de quienes participan en las diferentes labores, los socios de la empresa obtienen ingresos por concepto de utilidades, las que incluyen una parte de renta y otra de ganancia propiamente dicha. Dado que la parte mayor del ingreso forestal corresponde a las ganancias y no a la renta efectivamente pagada o los salarios, es evidente que la emancipación económica de las comunidades dueñas de los bosques, que históricamente han sido receptoras de derechos de monte y a veces de jornales, pasa por la constitución de empresas asociativas que propicien el acceso colectivo a las ganancias que genera el negocio forestal.

Por ello, desde hace más de 30 años cientos de comunidades silvícolas organizadas en Oaxaca, Quintana Roo, Durango, Chihuahua, Guerrero y otros estados, impulsan como alternativa una integración desde abajo, desde el sector primario, desde los propietarios del bosque. Proyecto que ha tenido que lidiar con leyes favorables a las empresas privadas, con paraestatales suplantadoras e ineficientes, con políticas anticampesinas, con instituciones públicas tan corruptas como torpes y con instancias técnicas y gremios profesionales patrimonialistas. Con todo, ahí la llevan. Y de entre las ceibas surgió Xtabay. Lugar de pastoreo, reservorio de caza y pesca, bodega de materiales de construcción, botica comunitaria, el bosque no se agota, sin embargo, en la silvicultura diversificada también hay magia y mito en la floresta. Porque bosque es cultura; cultura milenaria sedimentada en el imaginario colectivo de la especie. Como las inmensidades del desierto, de las praderas y del mar, la floresta indómita es ocasión de ancestrales experiencias metafísicas que remiten a la fragilidad del hombre inmerso en la naturaleza. La civilización occidental embarneció entre el bosque y el mar (como otras lo hicieron en oasis del desierto, manchones fértiles en la estepa o claros de la selva), de modo que, para nosotros, además de importancia biológica, económica y social, el bosque tiene trascendencia simbólica: como escenario privilegiado de la otredad, como escondrijo de horrores y maravillas, como seducción y como espanto; como espacio mítico poblado de faunos, cíclopes y centauros; de hadas, elfos y gnomos; de chaneques, aluces, chilobos y nauhales, presencias paganas que nos acechan desde el bosque y desde el sueño, en el fondo lo mismo. Ámbito del inconsciente colectivo de una humanidad progresivamente arracimada en aldeas y ciudades, el bosque físicamente existente ha sido también refugio de locos, leprosos y ermitaños; lugar donde sesionan los cismáticos y donde las brujas celebran sus aquelarres a la luz de la luna; alcoba de amantes clandestinos; zona liberada donde prófugos, bandidos y conspiradores de toda laya dictan su ley. En el nuevo siglo la floresta conserva su magia. Hábitat del México profundo, por sus veredas remontadas aún se apersonan los nahuales o de perdida el narco. Ya casi no quedan anacoretas pero sí bandidos generosos; modernos Robin de los bosques que en pos de justicia agarraron monte. Y a falta de leyendas –que ahora son urbanas– una de las utopías más seductoras del cruce de milenios germinó precisamente en la selva chiapaneca.

BUZÓN DEL CAMPO Te invitamos a que nos envíes tus opiniones, comentarios y dudas a

jornadadelcampo@gmail.com


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Bosque natural

Un bosque no es un conjunto de árboles, sino uno de los ecosistemas más complejos del mundo vegetal. Los bosques naturales, particularmente en México, son el hábitat de miles especies, de insectos, de aves, de mamíferos, de reptiles, así como de helechos, líquenes, bromelias y hongos. Además, crecen ahí arbustos, palmas y enormes árboles que, en su conjunto, conforman un valiosísimo capital natural. Los bosques naturales pueden ser manejados de manera planificada y ser incorporados a esquemas de aprovechamiento sostenible, como lo realizan hoy día varios cientos de comunidades y ejidos en México.

Plantación forestal comercial

Una plantación forestal de árboles alineados está muy lejos de ser un bosque. Es en realidad un cultivo de árboles para la producción de madera y celulosa. Si una plantación comercial no se desarrolla bajo un esquema de desarrollo sustentable, puede causar grandes impactos ambientales, sociales y económicos. Una plantación comercial debe tener especial cuidado con la contaminación del suelo y de los mantos freáticos; debe poner atención en las comunidades locales y en los legítimos dueños de los terrenos que podrían ser afectados.


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MI VOZ QUE MADURA, Y MI VOZ QUEMADURA CANCIÓN DE LA FLOR DE MAYO

Maya peninsular (fragmento) Ya, ya estamos en el corazón del bosque, a orillas de la poza en la roca, a esperar que surja la bella estrella que humea sobre el bosque. Quitaos vuestra ropa, desatad vuestras cabelleras; quedaos como llegásteis aquí sobre el mundo, vírgenes, mujeres mozas.

SOMOS INDIRÍTALAS Juego (fragmento)

Árbol frondosórolo del verde pradórolo que yo he soñadórolo en mi niñez.

EL HOMBRE NACIDO DE ÁRBOL

Mixteco (fragmento) Con mi humilde perdón, les daré algunas palabras de lo que sucedió hace mucho, lo que dijeron los ancianos. Un hombre fue a la montaña. En la montaña llevaba ocho días, cuando vio un árbol sagrado de madroño. Fue hasta el árbol, le hizo un agujero en el costillar y ahí se metió. Tiempo después, pasó otra vez por ahí y vio que estaba abultado, la panza del árbol estaba hinchada. Hizo la cuenta de los meses, y cuando se completaron regresó, hizo un agujero en la panza del árbol y vio adentro un hombrecito. Era un hombrecito. Lo agarró en brazos y se lo llevó a su casa. Al llegar a su casa el hombrecito cobró vida y su nombre fue Catorce Fuerza. Cuando creció fue muy fuerte. Y reverenciaba mucho al árbol. Pero el árbol no estaba derecho, y él fue donde estaba y lo enderezó. Abrazó el árbol y lo puso derecho, desde las raíces. Él fue quien lo enderezó. Y el árbol creció como antes. Nunca se secaría, Nunca moriría. Ese hombre se llamaba Catorce Fuerza. Reverenciaba mucho ese árbol porque había nacido de su vientre. Despacito, despacito creció y se hizo más y más fuerte.

TODOS LOS BOSQUES,

EL BOSQUE • De las leyendas nórdicas al Popol Vuh Elisa Ramírez

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zuzado por la siniestra madrastra, el infame padre de Hansel y Gretel los lleva hasta lo más profundo de la floresta para deshacerse de ellos; tras mucho caminar, los hermanos encuentran una casita de dulce donde habita una vieja comedora de carne humana. En un fragmento del Popol Vuh, los enemigos tienden una trampa a los primeros hombres, enviándoles hermosas mujeres desnudas con la misión entregarse a ellos en el bosque y pedirles una prenda como prueba de la unión; una se convierte en Mujer Deseo y la otra en Mujer Llorona. Ambas historias coinciden en un punto: la floresta no puede ser tratada a la ligera, pues encierra peligros inescrutables. El reino vegetal tiene dos caras: la cultivada y la silvestre, el huerto y el bosque, la milpa y el monte, el jardín y la selva. En el medievo occidental como en las cosmogonías mesoamericanas, el bosque es lo natural, lo inculto, lo que no fue hecho por el hombre sino que existe de suyo y tiene dueño: espíritus que deben ser respetados y temidos. Natura natural. La imagen del bosque europeo indómito, que llegó a nosotros con la Conquista, es la de

un lugar umbrío donde el sol nunca brilla del todo; penumbra pletórica de aromas, sonidos y visiones misteriosas; de promesas y de amenazas. La espesura es fuente de vida para cazadores, leñadores y carboneros, y guarda remedios para todas las enfermedades; pero es igualmente territorio de animales salvajes y fieras legendarias; de brujas, ninfas, elfos y otros espíritus malignos que atrapan a quienes lo perturban. Ámbito desmecatado, el bosque fue refugio de toda clase de transgresores: prófugos, bandidos, cismáticos, anacoretas; pero también de hombres salvajes, niños adoptados por lobos y vírgenes amenazadas por padres incestuosos que en espera de que algún príncipe las rescate cubren su desnudez –y guardan su honra– bajo largas y blondas cabelleras. Y como espacio simbólico, fue morada de dioses ancestrales reverenciados mediante ceremonias a los árboles sagrados; un culto que persiste, soterrado, en nuestros prosaicos arbolitos navideños. El encuentro de dos culturas, hace cinco siglos, mostró la semejanza entre las más viejas cosmovisiones europeas y las mesoamericanas, en algunas de las cuales el firmamento es sostenido por enormes ceibas que conectan cielo, tierra e inframundo; arraigados en

El arbol del Tule Leyenda Mixe El bastón de Condoy pesaba sesenta y dos kilos y medio. Cuando Condoy salió de Mitla rumbo a Oaxaca, descansó en un lugar llamado El Tule. Ahí, clavó su bastón en el suelo. Y el bastón comenzó a retoñar. Por eso en ese lugar está un árbol, que es el más grande del mundo. Es el bastón de Condoy. Y cuando se seque, será porque ese día murió Condoy.

Canción de Taweakame Soy el árbol del aire y puedo convertirme en hombre y en mujer. De hombre, me llevo a las mujeres. De mujer, me llevo a los hombres. Soy el borracho, el loco, el más loco del mundo, por eso me llaman Taweakame.

Foto: El Fotopakismo

Huichol (fragmento)

lo más hondo pero tocando el cielo con sus ramas, los grandes árboles son vías de comunicación entre los niveles del cosmos. No sólo vivos sino animados, los árboles y sus espíritus sienten, oyen, recuerdan y rigen conductas. Los dueños mágicos del bosque que viven en cuevas –las bocas del inframundo donde todo sucede al revés– y cuyas monturas y animales domésticos son los venados, definen también tabúes. Al cazador que, pese a que ayunó de carne antes de entrar al bosque, perdió su presa, le explican la verdadera razón de su fracaso mostrándole a través de un espejo o ventana, que su esposa lo engaña. Transgresión que debe ser castigada matando a la adúltera y su amante, pues tiene consecuencias fatales en el mundo silvestre. Mujeres seductoras, como Xtabay, atrapan a los hombres y los llevan al fondo de la tierra. Según diversas versiones del relato maya, Xtabay es dueña de los animales o encarnación del diablo, pero en todos los casos vive en las ceibas y se aparece en noches de luna vestida de blanco y con larga cabellera para seducir y perder a los hombres de la selva. Las Xtabay son coloradas como palo de Brasil, sus muslos y cara son carmesí, y sus vaginas tan rojas como si estuvieran teñidas. Las Xtabay les ofrecieron a los lacandones que fueran los padres de sus hijos y les mostrarían el rumbo a la casa de Nuestro Padre. Sólo que el camino resultó ser el de sus propias casas. Después de aquel primer acercamiento, nadie las ha visto si no es antes morir, pues tal es el precio de semejante experiencia. Según consejas centroamericanas, la que se aparece a los trasnochadores y tunantes es la Ciguanaba, una mujer desnuda de grandes senos y pelo despeinado, lavando o junto al agua. Pero al tender la mano se toca sólo un banano. Quien la ve enloquece, aunque, como remedio se puede encender un puro, morder el machete o trazar con él el signo de la cruz y persignarse. Se llama también Chilca, Chilica, Chirica, que significa serpiente y viene del maya zilik. Mujer, en lenca, se dice shilla, y shina: significa noche. Alegoría de la tensión cultura-naturaleza, el trabajo milpero es lucha sin fin por ganarle al monte. En el cuento chiapaneco del Xut o K’ox –el niño que habrá de convertirse en sol– el hermano menor pelea contra los mayores y los mata. Pero al hacer milpa con instrumentos mágicos que laboran por sí mismos, los espíritus de los hermanos, encarnados en animales de monte, estropean su trabajo. Lo desmontado se había vuelto a tupir: ¡los árboles estaban nuevamente de pie! El K’ox estaba preocupado porque su trabajo había sido en vano y decidió quedarse para vigilar quién era el que llegaba a levantar de nuevo a los árboles. Cerca de la madrugada fueron llegando el venado, el conejo y la tórtola y decían: –Párate árbol, únete bejuco. Y los árboles se levantaron. El K’ox muy enojado, jaló de la cola al venado y se la cortó; por eso el venado tiene la cola mocha. Al conejo le jaló las orejas, y así se quedó con las orejas estiradas. A la tórtola le pegó en la cabeza, por eso sólo hace: “Uuuu… uuu…”, y así quedó para siempre. Ese fue el castigo de estos animales. A partir de entonces, la milpa se hace con trabajo y sacrificio, luchando siempre con el monte, que con sus yerbas y lianas amenaza al maizal.


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Y MI BOSQUE MADURA, Y MI VOZ QUEMA DURA...* *De un poema de Xavier Villaurrutia

Foto: Masochismtango

ARBORESCENCIAS LITERARIAS

Edith González

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l bosque ha sido tema recurrente en todos los géneros literarios, desde cuentos infantiles como Hansel y Gretel, La Caperucita Roja, La Cenicienta, La bella durmiente y Los tres cochi-

Libros amigos En septiembre de 2004 Greenpeace inició en España la campaña Libro Amigo de los Árboles, que invitó a casas editoriales y autores de todo el mundo a imprimir sus libros con papel reciclado o proveniente de madera certificada. La chilena Isabel Allende fue la primera en responder; con la reimpresión de El bosque de los pigmeos en papel reciclado. A la fecha más de 4.5 millones de libros han sido impresos con este esquema. Corresponden a más de 83 editoriales, entre ellas Alfaguara y Edicions 62 (España); Compañía de Letras (Brasil); Caminho (Portugal); Einaudi (Italia); Le Seuil (Francia), y otras más en Canadá, Reino Unido, Bélgica, Holanda y Alemania. Günter Grass, J.K. Rowling, Margaret Atwood, José Luis Sanpedro, José Saramago están en la lista de más de cien escritores participantes. En México no existe esta campaña, pero es posible encontrar las impresiones españolas de algunos títulos en las principales librerías.

nitos, que se desarrollan unas veces en bosques amigables y otras en tenebrosos universos vegetales llenos de criaturas horribles y de misterio. Los cuentos de Howard P. Lovecraft son claro ejemplo del bosque como espacio hostil, o bien, los poemas de Dante Alighieri, en La Divina Comedia (el Infierno), donde los pecadores transitan el siniestro bosque de los suicidas, lúgubre hábitat de los más horribles árboles de ramas espinosas y anudadas, arpías al acecho y sombras eternas (en Japón el bosque Aokigahara, ubicado en las faldas del monte Fuji, es famoso por los muchos suicidas que allí acuden; incluso, es asemejado al de Alighieri). Sin embargo, el bosque como lugar mágico con increíbles criaturas, como hadas y duendes; como universo de aromas frutales, florales y maderas intensas que nos transportan a mundos de ensueño; como mosaico de colores radiantes que brillan incesantemente al ritmo de las hojas a contraluz, y como lugar que abriga, da sombra, alimenta, cuida e inspira, es el referente común en la mayoría de los géneros literarios. Ya como escenario, protagonista o metáfora, el bosque siempre ha sido inspiración para escritores, pintores, filósofos, músicos y científicos. Como metáfora poética, podemos citar Los bosques de la noche (1960), de William Blake, libro que contiene su poesía; encantos y desencantos tamizados por el bosque se agrupan en una sola obra. En la antología del célebre poeta Tu Fu, Bosque de pinceles (2006), obra clásica de la poética china, se mezclan magistralmente historia, cultura y naturaleza, teniendo como punto central al bosque como universo de vida. Árbol adentro (1987), recoge los últimos poemas de Octavio Paz dedicados al amor y al erotismo; muchos están inspirados en los

bosques y árboles. En la obra póstuma Confieso que he vivido (1974), Pablo Neruda plasma los más bellos poemas dedicados a su natal Chile; especialmente hermoso es Bosque chileno, convertido ya en icono de los defensores de la naturaleza en el país sudamericano. En Poemas rústicos (1902), el mexicano Manuel José Othón publica “Primavera”, pieza considerada el himno de los bosques, inspirada tanto en los maravillosos seres que allí habitan como en la armoniosa música que se crea en ellos, una joya de la poesía nacional. Como escenario, sin duda hay que nombrar el famoso cuento de Italo Calvino, El barón rampante, en que el protagonista, el barón Cosimo Piovasco hace de la copa de un árbol del bosque de Umbrosa, su hogar, su escuela y su vida. Es interesante la importancia que Calvino dio en sus obras a la naturaleza; desarrolló los más fantásticos cuentos entre pinos, higueras y olivos, entre raíces, ramas y árboles. En gran parte esta inspira-

ción se debió a su formación en agronomía. Otro ejemplo del bosque como escenario es el famoso bosque Sherwood, donde Robin Hood compartía con los pobres el botín arrebatado a los ricos. Como protagonista, el bosque en México tiene un lugar especial por la importancia de algunas obras históricas. Por ejemplo, podemos citar a Fray Bernardino de Sahagún, en el capitulo VI de la Historia general de las cosas de la Nueva España (Tomo II). Hace una magnífica descripción de los bosques de México. Montañas, árboles mayores, árboles silvestres, árboles medianos, árboles secos, árboles comestibles, árboles aromáticos o árboles medicinales son perfectamente registrados en sus libros. En la novela La ruta de Cortés, Fernando Benítez hace una maravillosa descripción de las selvas de Jalapa, Veracruz, donde Hernán Cortés transitó en su paso hacia la Gran Tenochtitlan. De fecha más reciente se puede citar Oro verde (1988), de Jan de Vos, obra que recoge la historia de la selva Lacandona en Chiapas a partir de 1822, en que se independiza de la Nueva España, o bien, La Guerra en el paraíso (1991), de Carlos Montemayor, novela que se desarrolla en los bosques de la sierra de Guerrero. Como vemos, la importancia de los bosques y las selvas radica no sólo es su papel como ecosistema o como parte de un equilibrio ecológico; los bosques también son fuente de inspiración y creación, de alimento del alma y del espíritu. Lejos de intentar hacer una bibliografía de los bosques, lo que presentamos fue una mínima muestra de lo que el bosque significa para muchos de nosotros, el bosque como universo de vida.

BOSQUE CHILENO Me entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma oscuro del boldo (...) El ciprés de las Guaitecas intercepta mi paso (...) Es un mundo vertical: una nación de pájaros, una muchedumbre de hojas (...) Tropiezo en una piedra, escarbo la cavidad descubierta, una inmensa araña de cabellera roja me mira con ojos fijos, inmóvil, grande como un cangrejo (...) Un cárabo dorado me lanza su emanación mefítica, mientras desaparece como un relámpago su radiante arco iris (...) Al pasar cruzo un bosque de helechos mucho más alto que mi persona: se me dejan caer en la cara sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos, y detrás de mí quedan por mucho tiempo temblando sus abanicos (...) Un tronco podrido: ¡qué tesoro! (...) Hongos negros y azules le han dado orejas, rojas plantas parásitas lo han colmado de rubíes, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y brota, veloz, una culebra desde sus entrañas podridas, como una emanación, como que al tronco muerto se le escapara el alma (...)

ÁRBOL ADENTRO Creció en mi frente un árbol. Creció hacia dentro. Sus raíces son venas, nervios sus ramas, sus confusos follajes pensamientos. Tus miradas lo encienden y sus frutos de sombras son naranjas de sangre, son granadas de lumbre. Amanece en la noche del cuerpo. Allá adentro, en mi frente, el árbol habla acércate, ¿lo oyes? (Octavio Paz, Árbol adentro, España, Seix Barral, Colección Biblioteca Breve, 1987)

ÁRBOL DEL VENENO Me enfadé con mi amigo; supo mi furia, y mi furia murió. Me enfadó mi enemigo, callé mi furia, y mi furia creció. Y la bañé en temor, día y noche con llanto, y la alumbré con risas y engaños y artimañas. Y creció día y noche y engendró una manzana. Brilló ante mi enemigo y él supo que era mía. Bajo el cielo velado penetró en mi jardín; alegre vi al alba a mi enemigo tendido junto al árbol. (William Blake, El bosque de la noche, España, Pre-Textos, Col. La Cruz del Sur, edición bilingüe y anotada de Jordi Doce, 2001)

HIMNO DE

LOS BOSQUES ¡El himno de los bosques! Lo acompaña con su apacible susurrar el viento, el coro de las aves con su acento, con su rumor eterno la montaña. El intenso calor ha resecado la savia de los árboles; cayendo algunas hojas van y al abrasado aliento de la tierra evaporado, se recienta la crústula crujiendo. En tanto yo, cabe la margen pura, del bosque por los sones arrullado, cedo al sueño embriagante que me enerva y hallo reposo y plácida frescura. sobre la alfombra de tupida hierba. (Fragmento del Himno de los bosques, en José Manuel Othón, Poemas rústicos, Jalapa Ver., Universidad Veracruzana, Centro de

(Fragmento del poema Bosque chileno, en Neruda, Pablo, Confieso que he vivido: memorias, Buenos Aires, Losada, 13ª ed., 1996)

Investigaciones Lingüístico-literarias, 1990)


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LOS MUCHOS BOSQUES SELVAS BAJAS: MÁS QUE MADERA Catarina Illsley Granich

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a expresión bosque generalmente remite al fresco aroma de pinos y al color verde que prevalece en los climas templados; bosque tropical, a la exhuberancia y diversidad de las zonas cálido-húmedas. Ambas pueden evocar escenas de extracción de madera de grandes árboles, que a su vez se pueden vincular a ideas de riqueza y/o deforestación. En cambio, las imágenes que se vienen a la mente cuando se dice bosque seco o selva baja caducifolia son muy diferentes; se piensa en zonas que son verdes mientras llueve, pero se vuelven completamente secas durante la otra mitad del año; de árboles retorcidos o espinosos, algunos muy caprichosos en sus formas

y colores, y espectaculares cactos. No sugiere extracción de madera ni manejo forestal. Se piensa, si acaso, en una suerte de parientes pobres de las selvas tropicales. El manejo de los bosques templados es una ciencia formal desarrollada desde hace mucho tiempo, sobre todo en países del norte. Existe un sinfín de investigaciones y las escuelas forestales enseñan cómo elaborar planes de manejo, calcular las existencias de madera y las tasas de regeneración, modelos de manejo, ecología y conservación. En torno a los bosques tropicales y su manejo también hay varias cátedras; aunque menos información. Pero de las selvas bajas poco se enseña y poco se sabe. Tampoco hay muchas áreas protegidas como reservas naturales.

Estos bosques, que constituyen la tercera zona ecológica más extensa de nuestro país, con cerca de 11 millones de hectáreas, están siendo rápidamente sustituidos por agricultura y ganadería. Sin embargo, si bien pocos de sus árboles pueden proporcionar madera para la industria, encierran una gran diversidad de productos de usos muy diversos: medicinas, aceites, resinas, alimentos, forrajes, bebidas, fibras, aceites esenciales y maderas no convencionales. Las primeras evidencias de pueblos agrícolas, que datan de hace 7 mil-10 mil años, se han encontrado en las selvas bajas del Balsas y Oaxaca. Hoy las habitan unos 30 grupos étnicos de México, y son estos pueblos los que principalmente han descubierto las propiedades de

• Proveen medicinas, aceites, resinas, alimentos y más cientos de plantas y animales con las que conviven. También han desarrollado sistemas de manejo para algunas de sus plantas útiles. Por ejemplo, en algunas comunidades de origen nahua de Guerrero existe un manejo muy cuidadoso de los magueyes mezcaleros que crecen de manera silvestre en el bosque seco: se cuadricula con líneas imaginarias el territorio y se va cosechando en orden, de modo que se vuelve al punto de partida en tres años, dando tiempo de que se regenere y mantenga la población; otra serie de prácticas y reglas comunitarias ayudan a garantizar este resultado. La venta del maguey

BOSQUE DE NIEBLA: IMPORTANCIA CRÍTICA Tarin Toledo

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l bosque mesófilo de montaña, también conocido como bosque de niebla, lo encontramos donde las nubes se presentan de manera persistente al nivel de la vegetación. Este ecosistema se caracteriza por el aporte de agua de las nubes, por cañadas en zonas montañosas con árboles de arquitectura retorcida, cuyas copas están cubiertas por plantas como bromelias, helechos y orquídeas. Allí una carpeta de musgos recubre troncos, ramas y piedras, y brinda un aspecto encantado. No hay una evaluación reciente que identifique las áreas de bosque de niebla en México, pero diferentes análisis establecen que se trata del ecosistema tropical más raro en el mundo y el más amenazado en el país. Ocupa menos de uno por ciento del territorio nacional, pero

alberga la mayor diversidad de especies de flora y fauna en relación con su área: entre 2 mil 500 y 3 mil especies de plantas vasculares habitan exclusiva y preferentemente allí. El bosque de niebla juega un papel clave en la regulación de los ciclos hidrológicos y de nutrientes del paisaje. Desafortunadamente, su distribución naturalmente fragmentada y su lenta capacidad para recuperarse de la perturbación, lo convierten en un sistema particularmente frágil. Numerosos estudios coinciden en señalar que es, en especial, vulnerable al cambo climático. La condición de elevada humedad es requisito para la existencia de este tipo de bosque; por ello, la elevación de la condensación de las nubes y el aumento de la temperatura, como resultado del calentamiento global, provocarían una reducción del área afectada por las nubes, con la consecuente pérdida de especies.

Se estima que 50 por ciento de la superficie cubierta originalmente en México por bosque de niebla se ha perdido, principalmente por cambio de uso de suelo hacia agricultura de roza-tumba y quema, y urbanización; en menor medida han incidido los incendios forestales, la sequía, la ganadería extensiva, la tala ilegal, los cultivos ilícitos, la extracción de materiales para construcción y la cafeticultura tecnificada. Si bien es un ecosistema fuertemente amenazado, también existen oportunidades para su conservación, entre ellas el pago por servicios ambientales que desarrolla la Comisión Nacional Forestal, en particular por los servicios hidrológicos que este bosque provee. También los programas de manejo forestal comunitario son una oportunidad para la conservación del bosque de niebla; la extracción de productos maderables y no madera-

se hace por medio de la asamblea. Este manejo, que podría haber sido diseñado por un egresado de una escuela forestal, es resultado de la experiencia local. Hay ejemplos similares para otras especies, como los árboles que se usan para hacer los alebrijes en Oaxaca. Algunos académicos han empezado a acercarse a la riqueza natural y cultural de los bosques secos y a acompañar a sus dueños, casi todos campesinos pobres, a retomar el conocimiento local para validar o desarrollar planes de manejo formales y legalizables. Esto apunta a lo que podría llegar a ser una forestería de bosques secos, enfocada no a cosechar madera, sino múltiples productos, muchos de ellos endémicos de México, una alternativa más sustentable que la sustitución de estos fascinantes ecosistemas por monocultivos y agostaderos. Grupo de Estudios Ambientales, AC

• Amenazado por el calentamiento global y el cambio de uso de suelo bles, con programas de aprovechamiento con tasas de extracción sustentables, favorece el mantenimiento del sistema, al desincentivar su transformación a otros usos como urbanización, cultivos agrícolas o potreros. La cafeticultura ecológica contribuye al mantenimiento del ecosistema; los árboles remanentes del bosque de niebla proveen sombra para los cafetos y funcionan como importantes refugios para una gran cantidad de animales y plantas. Además, las áreas protegidas juegan un papel importante en la conservación de la biodiversidad del bosque de niebla, y el ecoturismo puede apoyar a su mantenimiento. Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio)


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POLÍTICAS FORESTALES DEVALUADA EN EL PRESUPUESTO LA SILVICULTURA COMUNITARIA

Octavio Klimek Alcaraz* y Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible

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FOTO: Red Mocaf

n detrimento de instrumentos orientados a la conservación y manejo campesino e industrialización de bosques nativos, el presupuesto federal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) de 2008 fortaleció significativamente las asignaciones de los programas para siembra de árboles y para las llamadas plantaciones forestales comerciales (PFC). De esta forma, aunque el presupuesto forestal crece, se soslaya el hecho de que el propio Ejecutivo ha declarado a los bosques y selvas como asunto de seguridad nacional. Los recursos públicos disponibles apenas sirven para apoyar 13 por ciento de los 56 millones de hectáreas de bosques y selvas nativos del país. Los programas de conservación, reforestación y manejo de los ecosistemas forestales deben fortalecerse para generar no sólo beneficios a las poblaciones de estas regiones, sino también para detener los altos índices de deforestación causados por los estímulos que desde el aparato público se dan a la agricultura y la ganadería. Un análisis del PEF forestal. El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2008 implica para la Conafor un recurso récord de 6 mil 44.7 millones de pesos, 35.3 por ciento más que en 2007 en términos nominales.

El principal recurso de la Conafor se aplica al ProÁrbol (Bosques recuperados, protegidos y productivos), con 5 mil 549.2 millones de pesos este año. Allí están los principales programas de la dependencia, y destacan tres, que absorben 61.5 por ciento del recurso, y que son los que la política pública está fortaleciendo: Se trata del Programa de Conservación y Restauración de Ecosistemas Forestales (Procoref), que en 2007 tuvo la encomienda de sembrar 250 millones de árboles con un presupuesto de mil 410 millones de pesos, y que ahora se incrementa en 381.8 millones (27.1 por ciento) a mil 792 millones. Este Procoref, que es seriamente cuestionado pues oficialmente se conoce que la sobrevivencia de los árboles plantados no rebasa 50 por ciento –y versiones de especialistas hablan de sólo 10 por ciento–, se complementa con el Programa de Manejo de Germoplasma y Producción de Planta, que contradictoriamente registra en 2008 una reducción de 3 por ciento en su asignación, de 737.9 millones de pesos. Por último, está el Programa de Plantaciones Forestales Comerciales (Prodeplan), que este año ejercerá 884.5 millones de pesos, 82.7 por ciento más que los 400.4 millones de 2007. Prodefor, en declive. Dentro del ProÁrbol, el instrumento que se debilita, y cuya misión es mejorar las capacidades campesinas de manejo de los ecosistemas y la conservación de éstos, es el Programa de Desarrollo Forestal (Prodefor), el cual se reduce en 5 por ciento para sumar 656.2 millones de pesos este 2008. El Programa de la Producción y Productividad de los Ecosistemas Forestales de Manera Sustentable (Procymaf), que tiene esos mismos propósitos, registra en 2008 un incremento de 26.7 millones de pesos (39.4 por ciento) respecto del año anterior, para sumar un recurso limitado de 94.7 millones de pesos. El PEF 2008 para la Conafor deja además sin asignación concreta al Programa de Conservación de la Biodiversidad en Comunidades Indígenas (Coinbio), un esquema exitoso financiado hasta 2007 por el Fondo Mundial Ambiental, en el que las comunidades asumen compromisos de conservación en áreas forestales. Se dice que probablemente este programa será integrado al Procymaf, aunque no existe información sobre los montos que ejercerá.

FOTO: Sergio Ávalos

• En cambio, se impulsan plantaciones comerciales • Omite el PEF 2008 recursos para la conservación indígena de la biodiversidad

Gasto corriente al alza. Al analizar el presupuesto 2008 de la Conafor, destaca que dentro de su total, de 6 mil 44.7 millones de pesos, el mayor aumento ocurrió en el apartado de inversión física (que subió en 42.1 por ciento, a 4 mil 481 millones de pesos), si bien es cierto que el otro rubro, el de gasto corriente, el cual creció en 19.1 por ciento, a mil 563.7 millones de pesos, es tres veces más de lo que en ese renglón ejercerá la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas o dos veces más de lo asignado a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Resalta un importante aumento de 132.4 millones de pesos (219 por ciento) en los programas relacionados con la información y educación forestales, que sumarán 192.9 millones. También el Programa de Prevención y Combate de Incendios Forestales aumenta, en 50.1 por ciento, al contar con 535 millones de pesos. Destaca que la Conafor fortalecerá su Programa de Pago por Servicios Ambientales, pues el monto asignado, 483.4 millones de pesos, implica un aumento de 383.4 por ciento respeto de los 100 millones de pesos de 2007. En contraste, el Programa para desarrollar el mercado de servicios ambientales decrecerá en 29.6 por ciento, de 362.7 millones de pesos el año pasado a 255.3 millones. Además, se debe señalar que en el artículo 50 del Decreto del PEF 2008, se orienta el ejercicio de 750 millones de pesos de ProÁrbol para la conservación y desarrollo forestal de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, para “recuperar el macizo boscoso en las zonas de mayor marginación de las entidades federativas del sur del país (...)” Doctor en recursos silvícolas, Universidad Técnica de Dresden, Alemania

Movilizaciones de Red Mocaf ante la Semarnat, 31 de enero de 2008.

Desbalance en los apoyos al sector primario La deforestación en México es ocasionada en 82 por ciento por el desmonte para la producción agropecuaria, y por lo menos desde la década pasada la estructura del presupuesto federal para el sector primario (agricultura, ganadería y forestal) ha incidido de manera definitiva en esta situación: ha propiciado que las actividades agrícolas y ganaderas desplacen al bosque. En los años 90 se crearon nuevos programas que pretendían hacer frente, al menos en el discurso, a la desigualdad estructural de competencia agropecuaria de México

frente a Estados Unidos y Canadá, debido a los enormes subsidios aplicados en estos últimos países. Al generarse estos esquemas sin una visión integral del medio rural, se propició desmonte para habilitar áreas de cultivo y de pastizales. Entre esos instrumentos destaca del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo), nacido en 1994 y destinado a compensar a productores de granos y oleaginosas; éste impulsó la renta de tierras por parte de grandes empresas. El Procampo, que casi suma 17 mil millones de pesos en 2008 y representa 27 por ciento del presupuesto al sector primario, debía terminar en 2008, pero fue extendido por el Ejecutivo hasta 2012. Alianza para el Campo es otro caso, surgió en 1995 y su presupuesto excede los 10 mil millones de pesos en 2008.

Distribución del presupuesto 2008 al sector primario (agricultura, ganadería y forestal) Millones de pesos 16,678 27%

12,942 22%

5,274 9%

375 1%

900 1%

Programa de Apoyos Directos al Campo (PROCAMPO)

Programa para la Adquisición de Activos Productivos (Alianza para el Campo)

Conafor

Programa de Apoyo a la Participación de Actores para el Desarrollo Rural

Programa de Atención a Contingencias Climatológicas

En 2003 se creó también el Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera (Progan); su conclusión estaba prevista para 2007 pero se amplió ocho años más. Cuenta en 2008 con 4 mil 200 millones de pesos.

2,686 4%

Programa de Inducción y Desarrollo del Financiamiento al Medio Rural

En contraste, el sector forestal estuvo prácticamente abandonado la década pasada. La Comisión Nacional Forestal nació en 2001 con un presupuesto de sólo 265 millones de pesos, y aunque el recur-

3,463 6%

Programa de Soporte al Sector Agropecuario y Pesquero

5935 10%

11,763 20%

Programa de Programa de Atención a Uso Sustentable Problemas de Recursos Estructurales Naturales para (Apoyos la Producción Compensatorios) Primaria

so se ha incrementado cada año, apenas participa hoy con 13 por ciento del presupuesto total para el sector primario. Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible


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POLÍTICAS FORESTALES

CORPORATIVISMO: apuesta de la Conafor en la organización campesina

Gustavo Sánchez

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on la creación de más de 250 organizaciones denominadas “asociaciones regionales de silvicultores” –que dependen para su funcionamiento de recursos federales proporcionados por la Comisión Nacional Forestal (Conafor)–, el gobierno federal despliega una estrategia de corporativización en el ámbito forestal; busca generar una base social que sea acrítica a los graves problemas del sector y a los pocos resultados obtenidos; que apoye incondicionalmente las decisiones gubernamentales, y que de paso sirva a fines electorales.

A partir de 2005, la Conafor inició este proceso; por medio de sus gerencias regionales, constituyó las más de 250 organizaciones y creó también la Confederación Nacional de Silvicultores, con las que pretende tener una representación de los productores del sector que le sea cómoda y valide sin protestar una política gubernamental que no logra incidir en los problemas de fondo del manejo de recursos forestales. Chantajes con el presupuesto. La Conafor ha advertido que quienes no se agremien a estas organizaciones (prácticamente paraestatales) no tendrán acceso a los recursos de los programas de apoyo al sector. La dependencia argumenta que la Ley General de Desarrollo

FOTO: Red Mocaf

• Busca complacencia ante políticas públicas ineficientes

Movilizaciones de Red Mocaf ante la Semarnat, 31 de enero de 2008.

Forestal Sustentable la faculta para impulsar la operación silvícola por medio de “unidades de manejo regional”. Sin embargo, los procesos de organización impulsados autoritariamente –sin tomar en cuenta a las agrupaciones ya existentes, ni cues-

Información forestal imprecisa oculta explotación y tala ilegal

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i usted quisiera saber cuál es la superficie forestal que se encuentra bajo algún esquema de manejo y planificación, deberá conformarse con estimaciones extraoficiales, ya que las instituciones gubernamentales encargadas de generar información no contemplan este concepto. Las estimaciones dicen que los instrumentos de manejo y planificación están presentes sólo en 25 por ciento de los 67 millones de hectáreas de bosques y selvas del país (6.4

millones de hectáreas en Áreas Naturales Protegidas, 8.1 millones con aprovechamiento maderable y 2.5 millones de hectáreas en Unidades de Manejo para la Conservación de la vida Silvestre, Umas). Para realizar aprovechamientos forestales maderables en México se requieren autorizaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las cuales se expiden a favor de los dueños de los predios previa presentación de un programa de manejo, donde se planifican las actividades a realizar durante un ciclo

FOTO: Sergio Ávalos

FOTO: Sergio Ávalos

Virgina Montes

Red Mocaf

más de 5 mil millones de dólares, 10 veces más que el presupuesto gubernamental destinado al sector. Si bien la mayor parte de la producción maderable proviene de terrenos ejidales y comunales, no puede considerarse una producción comunitaria, pues un porcentaje significativo es de comunidades que rentan sus derechos a terceros. Enfrentar este fenómeno es tarea prioritaria de los responsables del sector forestal, pues las empresas rentistas ponen todo su esfuerzo en aumentar ganancias y nunca en el cuidado de los bosques. Desafortunadamente no se puede precisar cuántas comunidades manejan sus bosques y cuántas los rentan, ya que la Semarnat tampoco informa sobre este renglón. Indicadores ausentes. El volumen total y origen de la madera que se corta en México está muy lejos de conocerse, debido al insuficiente esfuerzo de la Dirección General Forestal por acopiar, sistematizar y difundir la información que es vital para la reactivación de un sector en

• Ausencia de datos sobre autorizaciones, volumen y origen de madera que se corta • Debe la Semarnat difundir estadística correcta para estimular la sustentabilidad de corte. Aunque la institución no informa al respecto, el Programa Estratégico Forestal señala que son unos 25 millones de metros cúbicos de madera los que se autorizan anualmente para ser cortados. ¿A quiénes se otorgan estas autorizaciones? La Semarnat tampoco informa, pero se estima que, en número, la mayoría corresponde a pequeñas propiedades, y en menor medida a ejidos y comunidades. Pero a estos últimos se les otorga el mayor volumen, debido a que poseen las mayores extensiones de bosques y selvas en nuestro país. Datos parciales. En cuanto a la producción forestal maderable, la Semarnat sí ofrece información en sus anuarios estadísticos, los cuales reportan exclusivamente los volúmenes comerciales documentados por los productores en las delegaciones estatales de la dependencia. Entre 2000 y 2006 esta producción disminuyó de 9.4 millones de metros cúbicos a 6.5 millones. Volúmenes muy lejanos de la demanda interna anual, estimada en más de 27 millones de metros cúbicos, y cuyo diferencial es cubierto por productos importados. Estas importaciones provocan un déficit en la balanza comercial sectorial de

tiones culturales, ni las experiencias locales de asociación–, e imponiendo cacicazgos, ocasionan divisionismo en muchas regiones, confrontan a los productores y boicotean los esfuerzos de las organizaciones que durante muchos años han trabajado en las regiones forestales. Esas asociaciones creadas por mandato gubernamental se mantienen en muchos casos sólo por el subsidio de 500 mil pesos anuales que la Conafor destina a cada una. Es previsible que la mayoría desaparezca en cuanto les falte el apoyo. Al igual que la decisión de convertirnos en el primer país reforestador del mundo (aunque sólo sea en los informes gubernamentales), la política de corporativización, además de onerosa, no incide en atacar los graves problemas del sector: caída de la producción forestal, incremento en el déficit comercial, pérdida acelerada de la cubierta forestal, creciente mercado ilegal de madera, falta de infraestructura de caminos, poca superficie bajo manejo y descapitalización de la industria, entre otros. La apuesta parece ser comprar una representación del sector social que cierre los ojos ante la falta de resultados de una dependencia que paradójicamente maneja los recursos presupuestarios del sector forestal más altos de la historia.

crisis. Los indicadores de tenencia de la tierra, tipo de productor y de aprovechamiento (comercial, uso doméstico, tala ilegal) no son utilizados, de tal manera que la información forestal precisa no existe, lo que confirma que el sector importa muy poco a quienes toman las decisiones en nuestro país. Para tener una idea del volumen de madera cortada en México habría que sumar al dato oficial la madera no documentada, la de uso doméstico y la abandonada en el bosque, lo cual se estima en alrededor de 30 millones de metros cúbicos anuales, muy arriba de los 6.5 millones que reporta la Semarnat. Todo lo anterior hace evidente la necesidad de cambios en la Semarnat para que genere y difunda información precisa y oportuna que induzca al sector forestal a un manejo adecuado de los bosques y selvas, y que promueva su conocimiento, evaluación y monitoreo, así como el desarrollo económico de las comunidades rurales.


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Salvador Anta F

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erca de 2 mil 400 ejidos y comunidades cuentan con permisos de aprovechamiento forestal, y se concentran principalmente en Durango, Michoacán, Chihuahua, México, Oaxaca, Puebla, Jalisco, Chiapas, Guerrero y Quintana Roo. De estos núcleos agrarios, alrededor de 600 tienen empresas forestales comunitarias, que generan empleo, ingresos y recursos económicos para una parte importante de la población rural nacional. Una proporción relevante de esta población es indígena, de los grupos tepehuanos, purépechas, mixtecos, zapotecos, chinantecos, chontales, zoques, nahuas y mayas, principalmente. En nuestro país se tienen certificadas por su buen manejo forestal unas 800 mil hectáreas de bosques y selvas, de las cuales 90 por ciento son propiedad de comunidades y ejidos forestales. De esta manera, los bosques y las selvas representan un importante capital natural y económico para diversas poblaciones campesinas e

indígenas, y un buen número de comunidades y ejidos realiza un aprovechamiento adecuado de los recursos forestales, que es compatible con su conservación. Sin embargo, existen también muchos casos donde los recursos forestales de ejidos y comunidades no son valorados, y enfrentan diversos problemas de deterioro: cambio de uso de suelo para fines agropecuarios, incendios, extracción ilegal de productos del bosque, cacería furtiva, etcétera, y una parte importante de su población vive en condiciones de pobreza y marginación. Por ello, las políticas de gobierno comienzan a considerar estratégico el apoyar y fortalecer los procesos de silvicultura comunitaria, con los objetivos de hacer productivo el manejo de los recursos; generar ingresos y empleos a partir de la actividad forestal, y proteger y conservar las áreas forestales mediante su buen manejo y aprovechamiento. Con este nuevo gobierno federal comienzan a generarse oportunidades que apuntan hacia este fortalecimiento, entre las que se encuentran:

• La ampliación del Programa de Desarrollo Forestal Comunitario (Procymaf) a los estados de Campeche, Chiapas, Chihuahua, México, Puebla y Veracruz, para establecer un modelo de atención enfocado a las principales comunidades y ejidos forestales del país. Actualmente el programa opera en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Durango y Quintana Roo. • La continuidad del proyecto de Conservación Comunitaria en Tierras Indígenas (Coinbio), ahora como parte de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que junto con los gobiernos de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, permitirá fortalecer los esquemas de conservación voluntaria en las comunidades de estos estados. • El continuo incremento al presupuesto del gobierno federal en materia forestal, que en 2008 representó 20 por ciento más que el año pasado. • La publicación de un decreto del Ejecutivo que obliga al gobierno federal a hacer compras de muebles de oficina fabricados con madera certificada, con lo cual

FOTO: Cortesía de CCMSS

El fomento PÚBLICO de la silvicultura comunitaria

se podrá beneficiar a las empresas forestales comunitarias, principales proveedoras de madera certificada. Éstos son algunos de los programas de desarrollo que las comunidades y ejidos forestales de México deben de aprovechar para continuar

FOTO: Iván Zúñiga

PRODEPLAN: ¿fábrica de bosque?

Lourdes Edith Rudiño

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n 2007 México produjo entre 300 mil y 350 mil metros cúbicos de maderas provenientes de plantaciones forestales comerciales (PFP), las llamadas “fábricas de bosque”, que son sistemas establecidos sobre tierras ociosas o de baja productividad agrícola y ganadera y que, según pronósticos oficiales, para 2010 generarán 800 mil metros cúbicos y para 2025 llegarán a 10 millones de metros cúbicos, esto es, aportarán 70 por ciento de la cosecha nacional total de maderas. Así, México se pondrá en línea con la situación de la región, pues en América Latina hoy 75 por ciento de la madera proviene de PFP, y el resto de bosques naturales.

Desde 1997 la política pública fomenta las PFP por medio del Prodeplan. Y en esta década, empresarios hoteleros, como el Grupo Qualton; de tiendas comerciales, como Chedraui y Liverpool; entidades educativas, como la Universidad Tecnológica (Unitec), y corporativos industriales como el Grupo KUO (antes Desc) han invertido y recibido subsidios para establecer PFC, y también lo han hecho capitalistas del propio sector, como Agros, Kimberly Klark y Sanfandila. Las especies más comunes en la PFC son melina, eucalipto, teca, cedro rojo, caoba y pino. Hasta ahora las PFC se concentran en Campeche, Veracruz, Tabasco y norte de Chiapas, pero toda la franja del Golfo de México, el norte de Oaxaca y el de Chiapas, las tres huastecas, el norte de Puebla

avanzando en su desarrollo social y económico, y con ello contribuir a la conservación de los ecosistemas forestales y los servicios ambientales que nos proveen. Gerente regional de la Conafor Pacífico Sur. Región V

y regiones costeras del Pacífico tienen tierras potencialmente viables para las PFC. Grupo KUO. El principal proyecto del país es el de Forestaciones Operativas de México, con 12 mil hectáreas de eucalipto en Veracruz y Tamaulipas, y planes de llegar a 24 mil. Pertenece a Rexcel, que tiene una fábrica de tableros de madera en Michoacán, y es parte de KUO, grupo que cuenta con negocios en ramos como el automotriz, restaurantero, agrícola y de la industria química. Según fuentes extraoficiales, hay unas 85 mil hectáreas de PFC que reciben subsidios del Prodeplan, más otras 20 mil que no son apoyadas por no haber reunido requisitos de supervivencia y sanitarios, y 20 mil adicionales que fueron plantadas desde antes del Prodeplan. No todas han entrado en producción, pues hay especies que requieren 18 o 20 años para iniciar su cosecha. Un factor que ha generado polémica frente a la PFC es la tenencia de la tierra. Las particularidades de ésta en México, con predominio de ejido y comunidad, dificultan el desarrollo de estas plantaciones a escala industrial. En otros países son muy comunes los proyectos de más de 50 mil hectáreas (en Brasil, Chile y Uruguay los medianos tienen entre 50 mil y 100 mil, y en China, entre 100 mil y 200 mil), y en México, de 3 mil proyectos existentes, 2 mil 800 son menores a 100 hectáreas. Compra y renta de tierra. La integración de la tierra en los proyectos es muy variable: va desde compra de predios hasta renta simple o rentas por turno de corta (siete años en muchos casos); también están las modalidades de renta con participación de cosecha y asociación en participación. En el proyecto de Rexcel, la empresa adquirió 3 mil hectáreas a pequeños propietarios y el resto son terrenos rentados. Los recursos públicos para el Prodeplan han crecido sustancialmente. Durante el zedillismo, el programa aplicó 304 millones de pesos en subsidios, y el acumulado 2001-04 fue de mil 797 millones. En 2008 el presupuesto rebasa los 884 millones de pesos, 83 por ciento más que en 2007.


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Árboles de la vida

TEMA DEL MES

COMUNALES, LA MAYOR PARTE DE LOS BOSQUES • Entre el subaprovechamiento depredador y la silvicultura comunitaria Reforestación Mediática El programa forestal consentido del gobierno federal, el de plantación de árboles para reforestación, obtuvo este año un presupuesto de más de mil 792 millones de pesos, 32 por ciento del ProÁrbol (esquema de programas destinados a recuperar y proteger bosques, así como hacerlos productivos). Sin embargo, como reconoció el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira, los resultados son casi nulos, pues la sobrevivencia de los árboles es apenas de 10 por ciento. Aunque se trató de enmendar posteriormente, Elvira Quesada dijo en enero que sólo 25 mil hectáreas de las 250 mil plantadas en 2007 lograrían éxito. El dato es alarmante, pues con bombo y platillo se anuncia cada año la reforestación –con fines evidentemente mediáticos– y al mismo tiempo la deforestación arrebata cada año 600 mil hectáreas a los bosques y selvas del país. Para Greenpeace, el uso de recursos públicos para este programa es igual a tirar dinero a la basura (sobre todo porque en 2008 crecieron en 27 por ciento respecto de 2007) y el país pierde la oportunidad de aprovechar el dinero para resolver la crisis que viven nuestros bosques. Especialistas consultados afirman que después de un año, la reforestación en México brinda la sobrevivencia de 50 por ciento de los árboles, pero en un plazo de tres o cinco años apenas 10 por ciento está vivo.

Sergio Madrid

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uestro territorio forestal constituye un enorme capital natural para México y el mundo. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), nuestro país tiene 139.5 millones de hectáreas de terrenos cubiertos por bosques, selvas y matorrales de zonas áridas. Estos territorios son hábitat de miles de especies animales y plantas, y son al mismo tiempo un banco natural que permite el mantenimiento y la evolución de la biodiversidad. La cobertura vegetal que cubre estos territorios cumple además funciones vitales para el funcionamiento de las cuencas hídricas, pues retiene el suelo, reduce la velocidad de escurrimiento del agua, evita la erosión y aumenta la capacidad de recarga de los mantos freáticos. Y por si fuera poco, captura y almacena enormes cantidades de carbono, contribuyendo de manera sustancial a reducir el efecto invernadero atmosférico. A diferencia de lo que sucede en otros países, el territorio forestal mexicano alberga miles de pequeñas comunidades que desde tiempos inmemoriables desarrollan ahí actividades productivas con fines de autoconsumo y comerciales. Se estima que existen unas 15 mil comunidades dispersas en el territorio forestal de país habitadas por poblaciones indígenas y mestizas. La propiedad de estos territorios es fundamentalmente social; así lo documenta el Censo Ejidal 2001, que reporta un conjunto de 105 millones de hectáreas en manos de ejidos y comunidades, lo cual representa 75 por ciento del total del ámbito forestal del país. El resto es principalmente propiedad privada, y en algunos casos propiedad gubernamental. Políticas distorsionantes. Las comunidades que habitan las regiones forestales se dedican a actividades agropecuarias en su mayor parte y a silvícolas en menor medida. Esto debido a que las políticas

gubernamentales hacia el sector rural durante los 70 años recientes no se orientaron a la silvicultura sino a impulsar la producción ganadera y agrícola. De esta manera, el gobierno desarrolló infraestructura, tecnología, investigación, créditos y subsidios enfocados principalmente a la producción de carne, frutas, oleaginosas, hortalizas y cereales. Es por ello que la población rural se volcó a esas actividades y las áreas arboladas constituyeron un estorbo. Había que derribar entonces vegetación original, quemarla, meter maquinaria agrícola y así incorporarse a los programas gubernamentales de apoyo. Este énfasis en la producción agrícola y ganadera de las políticas gubernamentales generó así una imparable bola de nieve que nos ha llevado a perder enormes superficies forestales y a colocar a México dentro de los 10 países del mundo que más bosque pierden. Múltiples razones explican los procesos de pérdida de cobertura forestal, la principal de ellas, la decisión del dueño de la tierra por cambiar el uso del suelo forestal para dedicarlo a actividades ganaderas, agrícolas, frutícolas, o de plano a la urbanización. Ante el escenario que arriba describimos, diversos sectores del gobierno, organizaciones comunitarias y ejidales y otros sectores de la sociedad han reaccionado desarrollando diversas acciones para enfrentar este problema, debido a los enormes impactos que provoca en el ámbito económico, social y ambiental. La defensa. Sobre los primeros actores mencionados: las organizaciones comunitarias y ejidales, ellas han jugado un papel invaluable en la protección y conservación de este recurso. Han desarrollado un enorme esfuerzo en la defensa de los bosques, en su conservación y en su manejo. Si bien nuestro país perdió una enorme superficie forestal debido los estímulos a la producción agropecuaria, también debe reconocerse que aún se conserva un vasto recurso

forestal y que esto se debe en gran medida al esfuerzo de comunidades y ejidos. Muchos son los ejemplos de este esfuerzo, entre ellos la lucha por la recuperación del control de su territorio forestal y contra las concesiones forestales que en la década de los 80 llevaron a cabo las comunidades en la sierra de Oaxaca; en la Costa de Grande, en Guerrero; en Milpa Alta, en el Distrito Federal; en Santiago Papasquiaro, en Durango, y en la sierra Tarahumara, en Chihuahua. Además de recuperar el control de su territorio forestal, se esforzaron por aprender a manejar el recurso con la apuesta de que se puede aprovechar y a la vez conservar el bosque mediante un manejo sostenible. Por ello, 25 años después de esas luchas están funcionando cerca de 2 mil 400 pequeñas empresas ejidales forestales, que producen madera con esquemas sostenibles de manejo forestal y son responsables de cerca de 90 por ciento de la madera legal que se comercializa en el país, o sea, unos 6 millones de metros cúbicos, con un valor aproximado de 6 mil millones de pesos. Así, las comunidades y ejidos han desarrollado un esquema organizativo y técnico que se ha denominado “manejo forestal comunitario”, el cual es reconocido mundialmente como un modelo de vanguardia, ya que ha logrado dinamizar las economías locales con procesos democráticos y ha contribuido sustancialmente a la conservación de los bosques del país. Todo lo anterior hace reflexionar en la necesidad de repensar la orientación de las políticas gubernamentales hacia el campo y hacia el sector forestal, de tal manera que los programas desechen los enfoques asistencialistas y pongan el acento en el impulso de las iniciativas comunitarias de manejo del bosque y en el fortalecimiento de sus capacidades organizativas, técnicas y financieras. Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible

APROVECHAR SIN DESTRUIR Elvira Durán Medina

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éxico, por naturaleza, tiene vocación forestal en buena parte de su superficie. Aunque sus bosques se han venido reduciendo desde la Colonia, a mediados del siglo pasado la deforestación se aceleró y para 2000 los bosques sólo cubrieron 33 por ciento del territorio. Lamentablemente, nuestro país destaca en el continente por sus altas tasas de deforestación; esto significa que cada año se pierde superficie de bosque por arriba de lo que se regenera de manera natural o inducida. Los bosques son proveedores de recursos maderables y no maderables, y de servicios ambientales,

tales como capacidad para mantener el balance hidrológico regional, prevenir la erosión y proteger el potencial productivo del suelo, capturar carbono y servir de hábitat para flora y fauna. Por ello, la deforestación es un problema con fuertes efectos ambientales, sociales y económicos. Aunque existen factores naturales que inducen deforestación (por ejemplo: huracanes, inundaciones o fuegos naturales), las principales causales se relacionan con las actividades agrícolas y ganaderas y la tala. Esta última es comúnmente sobreenfatizada en el sentir popular. De allí la idea de que es inconciliable la presencia de la gente con la conservación del bosque y su sana funcionalidad ecológica. Sin embargo, aunque escasa, existe evidencia de bosques que

pueden conservarse de forma comparable con las Áreas Naturales Protegidas (ANP), dedicadas a la preservación de la biodiversidad, donde por decreto federal se impide o limita la presencia y actividades humanas. Un análisis en grupos de ejidos del centro de Quintana Roo y de la Costa Grande de Guerrero, donde por más de 15 años se ha extraído madera legalmente bajo control de las comunidades, mostró que las tasas de deforestación fueron bajas y comparables con la estimada en 76 ANP. Algo similar ocurre en la comunidad indígena de San Juan Nuevo Parangaricutiro, en Michoacán; en algunos ejidos del Filo Mayor, en Guerrero, y en distintas comunidades de las sierras Norte y Sur de Oaxaca.


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CONSERVAR Y COBRAR

• Silvicultura comunitaria en la globalización Gonzalo Chapela

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ecientes investigaciones demuestran que la silvicultura comunitaria es la manera más eficaz de proteger los recursos naturales y, a la vez, mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de zonas en donde la pobreza y marginalidad se concentran. Por ello es primordial orientar esfuerzos a garantizar su rentabilidad en el mercado abierto y frente a otras actividades y, para eso, identificar los principales agujeros por donde se escapan las posibles ganancias de los dueños de los recursos forestales Este análisis se centra sólo en la producción maderable y considera cinco aspectos: 1.- Silvicultura. mientras que en Chile los montes producen cinco metros cúbicos de madera por hectárea y año, los montes mexicanos alcanzan 1.2 en promedio, pero 20 en las tierras con buena productividad (parámetro cercano al de las plantaciones comerciales) y sólo están en aprovechamiento legal una de cada tres hectáreas productivas: tenemos un amplio potencial desaprovechado. Se puede alcanzar un incremento productivo sustancial si se incorpora más superficie, mediante simplificación administrativa y programas de fomento, así como con prácticas sencillas y baratas, como el aclareo y la repoblación natural. El aprovechamiento de maderas cortas contribuiría al incremento de producción en 15 por ciento. Por efecto del “descreme” (la reiterada selección de las mejores especies y ejemplares), el valor de la producción también ha bajado; es esencial el enriquecimiento de los rodales, la reposición de especies, la mejora genética y la extracción de ejemplares de bajo rendimiento, para lo que se tiene que compensar la baja de volúmenes extraídos en el corto plazo. Al haber mayor densidad productiva (calidad y cantidad), se observaría también una reducción en el costo de construcción de caminos. 2,- Aprovechamiento. En la falta de integración industrial se encuentra también una pérdida, ya que la industria manufacturera genera desperdicios por descoordinación entre sus necesidades y el abastecimiento de materia prima semielaborada. Piezas de tamaño pequeño, que actualmente tienen un escaso valor unitario, podrían aprovecharse si se establecen, entre los silvicultores y la industria manufacturera, acuerdos de abastecimiento de piezas dimensionadas

Cortar árboles per se no es sinónimo de deforestar, ya que el bosque tiene la capacidad natural de crecer y reponer los que mueren o son talados. Así, siempre que la extracción de madera se haga de acuerdo con la capacidad productiva del bosque, éste puede mantener su masa forestal y gran parte de su funcionalidad ecológica. La tala legal para producción de madera en las comunidades y los ejidos opera con planes de manejo forestal autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los cuales requieren inventarios de los volúmenes de madera existentes en el bosque y un análisis de dónde, cuánto y cuándo pueden ser aprovechados; así como de las estrategias técnicas, para asegurar la reposición de los árboles cortados.

o maquinadas, mientras que la producción de tableros enlistonados y otras manufacturas elaboradas con trozos pequeños podría aportar un ahorro adicional de otro 15 por ciento de producto vendible. El troceo de madera de tres metros o más evita el desperdicio y genera mayor valor unitario, aunque requiere mejoramiento de la calidad del arbolado, caminos con trazo amplio y mercados que adquieran madera larga. 3.- Aserrío. Prácticamente la mitad del volumen de la trocería lograda de la silvicultura y del aprovechamiento se pierde en el primer proceso de transformación, por un mal aserrío y secado, que generan exceso de desperdicio y

La noche triste del árbol Paulo Scheinvar Los más de 55 millones de hectáreas de bosques de México –28% del territorio– son el sostén directo de aproximadamente 12 millones de campesinos de alrededor de 2 mil comunidades agrarias y 479 ejidos. Pero se están perdiendo. Los datos al respecto difieren pero la tendencia no. Sólo de 2000 a 2005 hubo una reducción de 13 millones de hectáreas de bosques templados y de 4 millones de bosques tropicales (Conabio), mientras que entre 1998 y 2003 la pérdida neta de superficie forestal fue de entre 300 y 490 mil hectáreas por año (INEGI), finalmente, según la FAO, en los pasados 35 años nuestra superficie boscosa se redujo 16.3 millones de hectáreas. Y la deforestación es parte del deterioro general de los recursos ambientales, que avanza a una tasa promedio de 22 % anual, una de las mayores del mundo. Facultad de Economía, UNAM

A diferencia de la tala legal, otros fenómenos sí causan deforestación: la tala ilegal, los incendios provocados, las plagas severas, la agricultura de temporal y la ganadería extensiva. Quizá la actividad que incide más es esta última, que demanda superficies grandes de terreno y es ampliamente practicada en el medio rural donde existen bosques templados y tropicales. No obstante su fuerte efecto ecológico, la ganadería es practicada porque representa un medio de ahorro, tiene mercado y porque comúnmente es promovida mediante los programas de gobierno. Gran parte de los terrenos forestales con ganadería no son aptos para esta actividad, casi nunca se parte de una planificación del territorio de las comunidades y los campesinos no reciben capacitación para el manejo sustentable de los potreros. Los niveles de deforestación bajos, comparables con los de ANP, no son la generalidad en

obligan a entregar madera no pagada, como “refuerzo” por la inexactitud de dimensiones entregadas. Estas pérdidas pueden reducirse sustancialmente al mejorar el proceso de asierre y secado al aire, mediante el mantenimiento cuidadoso del equipo, el uso de aserraderos portátiles, el dimensionado computarizado, el secado en estufa o el mejoramiento del secado al aire. Un renglón importante también es el aprovechamiento de subproductos que, de otra manera, son desperdiciados o canalizados hacia destinos de nulo valor agregado. Con ellos se puede elaborar manufacturas, y los restos de menor dimensión servirían para el abastecimiento de la industria celulósica en forma de astillas. 4.- Transporte. Este rubro puede significar 60 por ciento en los costos, por la deficiencia de caminos mal construidos. Las vías abiertas en la temporada seca se convierten en barrancas durante la etapa de lluvias, con daños adicionales de erosión. El raleo y la fragmentación de los montes provocan la necesidad de más caminos para menos cantidad y calidad de madera. Cuando se construyeron los caminos, las existencias eran de 250 metros cúbicos por hectárea en amplias regiones de arbolado continuo, y ahora sólo hay 90, lo que dispara la relación entre caminos y montes en cinco o seis veces. 5.- Manejo del producto. Por lo general, la venta de madera es sin clasificación, con pérdida de valor. Es necesario establecer normas de calidad; en ciertas condiciones, la selección por clase puede aportar incrementos en precio, con la captura de hasta 30 por ciento de valor. La selección de maderas de clase puede complementarse con el saneado mediante el recorte de imperfecciones. El estufado también agrega valor y acceso a mercados especializados En resumen, existe un muy importante margen de ahorros y generación de valor: 40 por ciento en transporte; 20 en costos de silvicultura al densificar los predios; 18 en aprovechamiento de desperdicios en monte; 20 en reducción de desperdicios en industria; 15 por ciento en incremento de precios por calidad, más los ingresos al integrar localmente la cadena productiva, entre otros. A las opciones anteriores debe agregarse un conjunto amplio de oportunidades en la diversificación productiva, la venta de servicios ambientales, el aprovechamiento de productos no convencionales o el turismo. ¿No valdría la pena desarrollar una política para aprovechar estas oportunidades? ¿No valdría la pena poner las condiciones para que las comunidades de las regiones más marginadas alcancen una vida digna y pacífica? Universidad Autónoma Chapingo

los 15 mil 859 predios de comunidades y ejidos con bosques, pero en muchos hay esfuerzos comunitarios que contribuyen a frenar la deforestación. Esta situación debería someterse a prueba y analizar, en los casos donde ocurre, qué factores hacen que la gente viva en terrenos forestales sin destruir el bosque, ya que donde existe evidencia de comunidades o ejidos con bajos niveles de deforestación, comúnmente también hay manejo del bosque para el aprovechamiento de productos maderables o no maderables, fortaleza en la gobernanza local y se tiene capacidad técnica para el manejo y cultura forestal entre los campesinos dueños del bosque. Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), Unidad Oaxaca, Instituto Politécnico Nacional. eduran3@hotmail.com

Desastres naturales Enrique Serrano Gálvez

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uego de las inundaciones que castigaron severamente al sursureste, es previsible que en 2008 y en años próximos habrá nuevas inundaciones y mayores desastres naturales. Una de las causas de estos fenómenos, en principio naturales, pero con un alto componente de responsabilidad de las autoridades y de la sociedad en conjunto, es la pérdida de la vegetación forestal del país. México ocupa el segundo lugar en América Latina y el sexto mundial en deforestación. Hasta hace poco se afirmaba que no existían pruebas científicas suficientes para vincular este fenómeno con las inundaciones, y hoy prevalece un debate en el mundo al respecto. Apenas un estudio publicado a finales de 2007 en la revista Global Change Biology, y citado por Nature, ofreció evidencia de que el riesgo por inundaciones se asocia directamente con la pérdida de la cobertura vegetal. Un grupo de investigadores colectó información de campo y relacionó la magnitud de la masa forestal con la ocurrencia de inundaciones en 56 países en desarrollo durante el periodo 1990-2000. El estudio explicó exitosamente 65 por ciento de las variaciones en la frecuencia de inundaciones en los países estudiados; 14 por ciento estaría motivado por variables relacionadas con la presencia de los bosques. El análisis sugiere además que una disminución en la cobertura forestal de 10 por ciento incrementaría la frecuencia de las inundaciones entre 4 y 28 por ciento, con la consiguiente pérdida económica y daños a la población. El caso es que debemos mejorar el gobierno forestal en México. Una evaluación objetiva de los programas de reforestación, de desarrollo forestal y de plantaciones forestales comerciales arrojaría información sobre su eficacia y la efectividad de los presupuestos aplicados a estos programas. Y a partir de los resultados de dicha evaluación, habría que reorientar, reforzar, mejorar, ampliar y corregir la política pública en esta materia. De no hacerlo, persistirá la pregunta: ¿Por qué, habiéndose reforestado o plantado el número de árboles que oficialmente se reporta anualmente, la población continúa padeciendo los estragos de la deforestación? División de Ciencias Forestales. Universidad Autónoma Chapingo segechap@hotmail.com


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UNA DE CAL TIP MUEBLES, UN MODELO DE INTEGRACIÓN COMUNAL, INDUSTRIAL Y COMERCIAL • Ejidos zapotecas convierten su madera en muebles; venden directo al consumidor final • La asociación de tres comunidades, clave para el desarrollo empresarial FOTO: Iván Zúñiga

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axaca es reconocida mundialmente por su múltiple y variada constitución étnica, conformada por 16 grupos etnolingüisticos, y con ello, sus fiestas, tradiciones y costumbres; sin embargo, se sabe poco de la raíz organizativa y comunitaria que desde la antigüedad está presente en sus pueblos, la cual ha permitido desarrollar arreglos sociales para el manejo sostenible de los recursos naturales. Un ejemplo destacado es el exitoso modelo forestal comunitario de los ejidos zapotecas de Santiago Textitlán, Ixtlán de Juárez y Pueblos Mancomunados, en la sierra de Oaxaca, que desde hace más de 25 años ha demostrado que las comunidades organizadas pueden poner en marcha esquemas sustentables de manejo del bosque, al tiempo que dinamizan la economía local y desarrollan infraestructura para el cuidado de sus bosques. Con la Integradora Comunal Forestal de Oaxaca, SA de CV, las tres comunidades indígenas no sólo promueven la fabricación, industrialización y comercialización de muebles de madera, sino que también otorgan beneficios a sus más de 23 mil 500 habitantes, al generar unos 834 empleos directos y 500 indirectos, con una derrama económica anual de más de 24 millones de pesos. Para demostrar que realizan un manejo sustentable de sus bosques, las comunidades se han sometido a un proceso de evaluación independiente, y ya cuentan con la certificación internacional de buen manejo forestal que emite el Forest Stewardship Council (FSC). Historia. Estas tres comunidades zapotecas venían operando sus propios proyectos fores-

tales de manera aislada desde hace 20 años; sin embargo, por sí solas no podían atender una serie de grandes retos que les exigía el mercado, como son la mejora de la calidad del producto, la oportunidad en la entrega y el cumplimiento con los volúmenes exigidos. Por tal razón, en julio de 2006 decidieron unificar sus esfuerzos para integrar una figura abocada a estas tareas y que apoyara el desarrollo industrial y comercial, basado en un manejo planificado y sustentable de los bosques. Se requirió de varios meses para convencer a los consejos de administración, comisiones asesoras y asambleas de cada comunidad de establecer una entidad que agrupara a las tres. La intención era que cada una conservara su autonomía para la toma de decisiones por

medio de sus gerentes comerciales, pero que al mismo tiempo permitiera a la integradora decidir en materia de desarrollo. Hasta ahora la integradora ha firmado contratos para la producción de mobiliario escolar durante tres años consecutivos por 43 millones de pesos con el Instituto de Educación Pública del estado de Oaxaca. Hoy día todo el mobiliario que se renueva en las escuelas de la entidad proviene de bosques bien manejados por comunidades forestales locales certificadas. TIP Muebles®. En septiembre de 2006, básicamente con recursos propios pero también con el apoyo de varias organizaciones no gubernamentales e instituciones oficiales, la integradora estableció la primera tienda TIP Muebles® en la capital del estado, basada en un conjunto de instrumentos como fue su establecimiento legal y el desarrollo de un primer plan operativo y de negocios. Durante estos años, TIP Muebles® se ha consolidado en Oaxaca con la venta de mobiliario escolar, para el hogar y oficina, pero más importante aún es el éxito que ahora tiene por estar certificada, lo que ha llevado a abrir tres nuevas tiendas en la misma ciudad: FOTO: Iván Zúñiga

Pedro García

El G-Bosques El Grupo Bosques es una articulación plural de organizaciones regionales y nacionales de productores forestales y organizaciones no gubernamentales, cuyo interés es contribuir a mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales en zonas forestales por medio del manejo planificado y sustentable del bosque. El grupo considera que esto puede lograrse siempre y cuando sean las propias comunidades y ejidos dueños del territorio forestal quienes tengan en sus manos la administración y manejo de los recursos forestales. De acuerdo con el análisis comparado de políticas que ha hecho el G-Bosques, se ve que al igual que en otros países forestales avanzados, como Finlandia, Alemania o Francia, la política forestal de México tendría mucho mejores resultados si en vez de pretender que el gobierno resguarde todos los bosques del país, se centrara en lograr que los propietarios se hicieran cargo de resguardar cada quien el suyo. Para esto, la po-

una en Ixcotel (2006), otra en Plaza del Valle y una más en la colonia Reforma (2007). Las comunidades aún no están satisfechas con el éxito del negocio y se han planteado nuevos retos: -Aprovechar al máximo la capacidad instalada de 9 mil 500 muebles escolares por mes. -Mejorar aspectos de diseño, calidad y logística. -Consolidarse en el mercado local, nacional e internacional. -Desarrollar un sistema de franquicias. -Impulsar en el ámbito nacional el mercado de productos forestales certificados. Para esto requerirá el apoyo de instituciones gubernamentales y no gubernamentales; deberá contar con asesoría especializada en diferentes áreas de negocio y, sobre todo, generar nuevos planes de negocio capaces de lograr la consolidación y la expansión. No será fácil superar los nuevos desafíos. Pero desde el inicio el horizonte de TIP Muebles® no parecía sencillo. Los grandes avances logrados en pocos años hacen soñar a más de uno con la posibilidad de reproducir iniciativas comunitarias exitosas a lo largo del país. TIP Muebles®

lítica debería dar prioridad no a la producción de arbolitos, que es muy probable que sólo pocos lleguen a adultos, sino al fortalecimiento de las capacidades organizativas, técnicas y financieras de las organizaciones rurales, comunidades y ejidos dueños de terrenos boscosos para el manejo, aprovechamiento y conservación forestal. A partir de este eje se podría articular con mucha mayor eficacia las actividades de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y otras agencias de gobierno, dando énfasis a mejorar la competitividad de los productores y los procesos de planeación y manejo del bosque e impulsar su acceso a los mercados. Estudios de caso en todo el país muestran que con esta reorientación hacia la gente y no hacia los árboles, se dinamizaría la economía de las regiones forestales y se alcanzarían de manera mucho más efectiva las metas de conservación, además de reducir la deforestación, los incendios y el mercado ilegal de madera. Este número de La Jornada del Campo fué posible por la iniciativa y colaboración del G-Bosques


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EL BALCÓN:

ÉXITO PRODUCTIVO E INDUSTRIAL EN LA COSTA GRANDE DE GUERRERO

• Derrama económica anual: 35 millones de pesos

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l ejido forestal El Balcón, antes denominado Los Pocitos del Balcón, se ubica en la sierra de Guerrero, en la cumbrera conocida como Filo Mayor (por sus 2 mil metros de altura), entre dos contrastantes tipos de vegetación formados por los bosques de encino y pino que abarcan alrededor de 16 mil hectáreas. La actividad productiva más importante del ejido es el corte de la madera de pino, de cerca de 26 mil metros cúbicos en rollo al año, que son transformados en un aserradero de los campesinos, el cual genera fuentes de empleo e ingreso para los ejidatarios y para gente de otras regiones, como Tecpan de Galeana. La mayor parte de la madera que produce El Balcón proviene de bosques certificados y cuentan con el sello internacional FSC (Forest Stewardship Council); el resto es ad-

quirido de ejidos vecinos que son socios comerciales de El Balcón. El buen resultado que ha tenido en más de 20 años con el manejo adecuado de sus bosques ha motivado a los campesinos de El

ESTAMOS COLABORANDO PARA RESCATAR AL CAMPO MEXICANO: MARÍA ROSA MÁRQUEZ CABRERA Establecer contacto directo con los productores, nuestro mayor logro Por Claudio Romero María Rosa Márquez Cabrera, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) del Gobierno del Distrito Federal, dependencia que tiene poco más de un año de haber entrado en funciones, aseveró que se encuentran listos para dar un mejor apoyo a los campesinos del Distrito Federal, principalmente ahora que se han conseguido recursos adicionales para este rubro. En entrevista con este suplemento, realizó un balance sobre el primer año de la Sederec. ¿Cuál es el balance de la Secretaría a poco más de un año de estar funcionando? Podemos decir que hasta el momento el balance es bueno. En los tres rubros que cubre la Sederec, Desarrollo Rural, Atención a Indígenas y Migrantes, considero que se ha trabajado intensamente. Concretamente en el tema del campo hemos procurado realizar muchos recorridos por las zonas donde se desarrolla la actividad agropecuaria en el DF. Algo que nos planteamos y que por cierto me parece que es de los mayores logros que ha tenido esta secretaría, es el establecer una relación distinta con los productores, lograr un contacto directo y de esa manera poner en marcha programas que se han trabajado previamente con ellos, ahora tomamos mucho en cuenta su experiencia y nos sumamos a su esfuerzo para rescatar el campo. ¿Cómo se logró tener un mejor presupuesto para el campo del DF? En el Gobierno del Distrito Federal, y especialmente en la Sederec, estuvimos en contacto permanente con la Cámara de Diputados, trabajamos mucho en darles a conocer que en el DF se desarrolla una gran actividad agropecuaria, y de igual manera concientizarlos sobre la importancia de este tema, afortunadamente logramos que se etiquetaran 150 millones de pesos,

Asesores del ejido El Balcón

Méritos

FOTO: Cortesía de CCMSS

Eduardo Giadans Delgado y Álvaro Atanacio López

cadena productiva maderable. Se estima que su derrama económica asciende a 35 millones de pesos anuales, de los cuales una parte importante se destina a obras de beneficio social de la comunidad, como construcción de casas, reparación de calles, mantenimiento de escuelas, apoyo con becas para jóvenes y pensiones para los ancianos. Mezcal de Agave. Otra actividad importante es la producción de mezcal de agave. Gran parte del territorio ejidal está en tierras bajas de la cuenca del río Balsas, donde prospera el maguey que es utilizado en la producción artesanal de mezcal de agave. Algunos ejidatarios lo han comenzado a comercializar en botella con etiqueta y procesos de calidad.

Balcón a compartir sus experiencias con poblaciones aledañas. También han involucrado a sus aliados comerciales en la integración de su cadena productiva, que implica la instalación de una fábrica de muebles y tableros, la cual arrojará una derrama económica importante en la Costa Grande de Guerrero y, como ellos dicen, les permitirá atender la demanda de muebles certificados para el sector gubernamental nacional. Responsabilidades compartidas. El esquema comunitario, vigente desde 1987, ha permitido a los campesinos de El Balcón compartir actividades de asistencia técnica, administración y operación; también cuentan con un equipo de ingenieros especializados que los asesora en el manejo forestal. El núcleo agrario tiene 836 habitantes. Están organizados en una asamblea ejidal integrada por 112 ejidatarios. Su trabajo comunal les permite atender el abasto de su industria primaria y, con una buena administración, logran escalar en la

María Rosa Márquez Cabrera mismos que se destinarán al Programa de Uso Sustentable de Recursos Naturales para la Producción Primaria, adicionales a los 128 millones que se operan de manera concurrente con la Secretaría de Agricultura Federal, es decir, este año vamos a contar con un presupuesto entre recursos federales y locales, de aproximadamente 350 millones de pesos para el campo del Distrito Federal. También considero que gracias a la buena coordinación de los tres niveles de gobierno, a pesar de que iniciamos nuestras actividades ya avanzado el año fiscal, logramos ejercer 100% de la aplicación de los recursos, es decir, evitamos el subejercicio. El recurso lo van a tener, pero la pregunta es: ¿va a llegar ese apoyo a los campesinos? Te comenté en un principio que la Sederec ha establecido una relación directa con los productores, personalmente he realizado numerosas visitas a las zonas de cultivo, te puedo decir que la secretaría está trabajando intensamente para que

Los orígenes de El Balcón se remontan a 1972 y 1976. La lucha del ejido comenzó cuando denunciaron la explotación irracional que de los bosques hacía la Forestal Vicente Guerrero, paraestatal manejada por el entonces gobernador Rubén Figueroa Figueroa y única autorizada para comercializar madera en la entidad. El periodo figueroista, de los años 70, fue también conocido como “la guerra sucia”. El Balcón ha recibido reconocimientos internacionales al mérito forestal y de vida silvestre.

los recursos se distribuyan de manera clara y transparente de acuerdo con los ciclos agrícolas y no en función de los ciclos administrativos, que es un reclamo generalizado entre los productores, no solamente en el DF sino en todo el país. Otro asunto que estamos desarrollando es romper con las inercias que tradicionalmente se daban y con las cuales se buscaba controlar a los campesinos de múltiples maneras, por ejemplo, beneficiando sólo a algunos productores, no bajando información y obviamente no bajando los recursos. ¿La Sederec qué está haciendo para romper con esas inercias? Bueno, de entrada creando programas de apoyo donde intervienen directamente los productores, es decir, que dichos programas estén aterrizados en las necesidades reales de la gente. También iniciamos talleres de capacitación para que los productores identifiquen de manera clara cómo pueden ingresar a los programas de apoyo, tratamos de difundir de manera eficaz las fechas y los requisitos. ¿Qué programas está manejando la Sederec? Independientemente de los programas concurrentes, la secretaría tiene funcionando tres programas, Agricultura Urbana, que ha sido muy exitoso entre la gente. Agricultura de traspatio, que va dirigido más a las familias encabezadas por mujeres y que nunca habían sido atendidas. Y el de Turismo Alternativo, mismo que busca hacer visible el gran potencial que tienen las zonas verdes del Distrito Federal. Yo los invito a que visiten nuestra página de Internet, que es www.sederec. df.gob.mx para encontrar información más detallada. Hay programas de gran importancia y que han surgido para atender la coyuntura de la apertura del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, por ejemplo el Programa Integral del Maíz, que busca dar respuesta a la baja producción; en ese programa consideramos desde la protección de las semillas nativas, evitando la entrada de transgénicos, intentamos elevar la productividad y buscar que se venda a un precio justo. Finalmente, te comento que para el año en curso un eje prioritario será el Programa de Agricultura Orgánica, además de reforzar programas como el integral del nopal y del amaranto.


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PAGA JALAPA SERVICIOS AMBIENTALES;

REFORESTACIÓN, UNO DE LOS BENEFICIOS • Cambio de uso de suelo degrada la calidad del agua en Perote Luisa Paré

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ILUSTRACIÓN: Cortesía de CCMSS

omo servicio ambiental, el agua presenta problemas y desafíos, principalmente por el desequilibrio que hay entre la cantidad que se genera y la que se extrae y la confrontación entre las regiones proveedoras de agua y las que se benefician de ella. Es indispensable evaluar las necesidades de todos los usuarios: campesinos, productores acuícolas, habitantes de la ciudad, etcétera, y planear una extracción que no perjudique al ecosistema fluvial. Comprender este equilibrio abriría la oportunidad de financiar la restauración ambiental y la protección de las cuencas hidrológicas, reconociendo la multifuncionalidad de las actividades rurales. Compensación por servicios ambientales. La cuenca del río Pixquiac, de 10 mil 500 hectáreas de superficie y con 7 mil 500 habitantes correspondientes a los municipios de Acajete y Tlalnelhuayocan, abastece 40 por ciento del agua de la ciudad de Jalapa, Veracruz. Además de ser tributaria del sistema de riego de la cuenca del río Antigua y de proveer funciones ambientales a Jalapa y a otras comunidades, la cuenca alberga importantes manchones de bosque mesófilo de montaña (BBM), que es un ecosistema de por sí escaso en el territorio

nacional. En el estado de Veracruz queda sólo 2.7 por ciento de lo que existió de BMM. En esta zona, en la ladera oriental del Cofre de Perote, la tala ilegal de madera para la industria de la construcción ha sido la alternativa de los campesinos ante la falta de fuentes de empleo desde hace décadas. La conversión de terrenos forestales al cultivo de papa, aparentemente más redituable, afecta el volumen de agua, y la calidad también, ya que, estando este cultivo en zonas bajas y húmedas, requiere grandes aplicaciones de fungicidas y otros agroquímicos. La organización civil Sendas, AC, y la UNAM iniciaron un proyecto con el ayuntamiento de Jalapa, el cual orienta parte del dinero que el municipio recauda por pago de agua al apoyo de trabajos de restauración de la cuenca del río Pixquiac. Esa inversión es insuficiente, pero se han sumado otras fuentes, de los propios beneficiarios, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y las secretarías de Medio Ambiente y Agricultura del estado. Se impulsan dos estrategias: una de restauración en terrenos donde ha habido cambio de uso del suelo y otra de protección de terrenos con cubierta forestal. Lo beneficiarios realizan una rigurosa vigilancia de los apoyos, con el fin de abandonar

la tradicional simulación y asegurar realmente la inversión en el recurso. La secuencia de trabajo implica que después de iniciar con reforestación o protección del bosque, al siguiente año se tiene acceso a un programa de diversificación productiva (ecoturismo, horticultura, etcétera), o de tecnificación de las actividades existentes (ganadería, fruticultura). Así, al dedicar una fracción de la parcela de cuatro hectáreas a reforestación, se elimina una parte del área destinada a ganadería, pero se compensa con mayores rendimientos por superficie gracias al mejoramiento técnico con rotación de potreros, manejo de cerco eléctrico, mejoramiento de pastos, bancos de proteínas, etcétera. En este esquema de compensación por servicios ambientales, se ha formado un Comité de Cuenca con participación de personas de las partes alta, media y baja interesadas en la conservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. Esta instancia busca ser un espacio de planeación intermunicipal y de coordinación entre las dependencias de gobierno. Siendo una zona cercana a la capital, sufre el embate del crecimiento urbano desordenado sobre tierras agrícolas, con la especulación de bienes raíces. Ello implica la necesidad de revisar el plan de ordenamiento de la zona conurbada y realizar un ordenamiento ecológico de esta cuenca. El reto ahora es consolidar el trabajo iniciado y lograr que la nueva administración municipal de Jalapa siga el camino emprendido por su antecesora.

Patricia Gerez Fernández

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n las décadas recientes se ha generado una necesidad social, ambiental y económica de dar mayor atención a la restauración de las cuencas altas, como respuesta al crecimiento urbano y su concomitante incremento en la demanda de agua potable. En esas cuencas, ubicadas en las zonas serranas y forestales del país, se observa un abandono sistemático del campo, aunado a la parcelación de los bosques (resultado del trabajo que ha realizado el Programa de Certificación de Derechos Ejidales, Procede, a pesar que las leyes Agraria y Forestal lo prohíben). Tal condición, con escasez de mano de obra y minifundismo, plantea la premisa de que superficies agrícolas y ganaderas abandonadas pudieran ser el inicio de un proceso de recuperación de la actividad forestal y de conservación de las cuencas altas. Esto es, restaurar un potencial perdido que pueda convertirse en un capital natural y económico aprovechable por los hijos y nietos de los actuales dueños de la tierra. Esta posibilidad permite diseñar proyectos de compensación por servicios ambientales vinculados directamente a la reforestación activa en zonas identificadas por su importancia hidrológica. Así, se establecería un círculo virtuoso con objetivos ambientales, sociales y económicos. Sin embargo, lograr el círculo virtuoso requiere salvar

obstáculos, como reforestar con planta nativa de calidad, tamaño y cantidades adecuadas para mantener la diversidad biológica existente en las distintas zonas templadas, selváticas o áridas del país. Acceder a los programas gubernamentales de reforestación en superficies pequeñas es otra dificultad que debe enfrentarse, por ejemplo, en zonas serranas, donde predomina el minifundismo; la deforestación y transformación de los ecosistemas se hizo hectárea por hectárea, y debe esperarse que su restauración sea en los mismos términos. Los apoyos no llegan aquí porque los proyectos no suman superficies importantes estadísticamente. Otro obstáculo está en el factor asociativo. Organizaciones civiles de apoyo técnico –que diseñan esquemas de colaboración interinstitucional con aportaciones financieras de diversas fuentes: gobierno federal, estatal y municipal, universidades, privados, civiles e internacional– enfrentan la discriminación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), pues no entran en los conceptos de asociaciones de silvicultores, dueños de predios forestales o técnicos forestales. Es una lástima, pues las organizaciones civiles cuentan con capacidad y compromiso para hacer el seguimiento que requieren los proyectos. El proyecto de restauración de la cuenca del río Pixquiac, abastecedora de agua en el centro de Veracruz, es un ejemplo de cómo en la práctica se enfrentan estos obs-

ILUSTRACIÓN: Cortesía de CCMSS

DIFICULTADES EN LA RESTAURACIÓN FORESTAL DE CUENCAS PRIORITARIAS

táculos cuando se aplican los recursos federales y estatales disponibles para la reforestación. Como parte de la política forestal, es imprescindible revalorizar la función económica, social y ambiental de las cuencas hidrológicas, pues no sólo proveen agua, sino que conservan los suelos, mantienen la densidad arbórea y recuperan el potencial productivo de las zonas afectadas. Los conceptos contenidos en los apoyos disponibles en la Conafor son amplios, pero su operatividad es limitada pues no se adapta a las necesidades actuales de un país con regiones de gran diversidad biológica, ambiental y social. Los ciudadanos y sujetos sociales comprometidos en esta actividad requerimos de una institución ágil e incluyente, que responda al reto que tenemos enfrente.


11 de marzo de 2008 osotros, comuneros zapotecas de Santiago Lachiguiri y Santa María Guenagati, municipios montañosos de Oaxaca que son la puerta de los vientos del Istmo y el nacedero de las aguas que dan vida a los llanos de Tehuantepec, vamos a contarles cómo fue que acordamos certificar el cerro de las Flores como Área Comunitaria Protegida. El cerro de las Flores es un lugar sagrado donde los abuelos hacían sus fiestas ceremoniales. Desde entonces han pasado muchos años y las costumbres antiguas ya cambiaron. Tanto, que los frondosos bosques de nuestra montaña sagrada estuvieron a punto de desaparecer por obra de los talamontes y también de las rozas y quemas que los propios comuneros hacemos para meter milpa o abrir potreros. Pero un día nos dimos cuenta de que los árboles se estaban acabando, nos dimos cuenta de que las lluvias se retrasaban y las cosechas se perdían, nos dimos cuenta de que los ríos llevaban menos agua y traían menos peces, nos dimos cuenta de que el clima ya no era húmedo y fresco como antes. Un día nos dimos cuenta del daño que le estábamos haciendo a la naturaleza. Todo por el olvido en el que teníamos las costumbres buenas de nuestros ancestros. Todo por no pensar en que la montaña nos cobija y nos alimenta, pero que a cambio debemos respetarla y cuidarla. Entonces hicimos un propósito: para no acabarnos la herencia de nuestros hijos: debíamos ser los guardianes de la montaña. Debíamos aprovechar nuestros recursos pero cuidando que no se destruyeran. Hace cuatro años los comuneros de Santa María y los de Santiago llegamos al acuerdo de hacer a un lado nuestras antiguas discordias por linderos y coordinarnos para preservar la parte más conservada de nuestro bosque. Quiénes son los pobres y quiénes los ricos. Nuestra región es puente entre los valles secos de Tehuantepec y las humedades de la sierra mixe. Aquí, donde nosotros vivimos, el llano se vuelve montaña y empiezan las terracerías y los retorcidos caminos de herradura. Se dice que las planicies istmeñas son ricas, urbanas e industrializadas, mientras que donde arranca la sierra empieza también la pobreza y el atraso. Algo de verdad, pues en las partes bajas están grandes ciudades como Ixtepec, Tehuantepec, Coatzacoalcos y Minatitlán; en cambio Santa María y Santiago, las cabeceras de nuestros municipios, son poblados pequeños y con pocos servicios. Y mientras que los valles están surcados por carreteras anchas y

LA PUERTA DEL VIENTO • Área Comunitaria Protegida cerro de las Flores

FOTO: Alicia Ahumada

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vías de ferrocarril, a nuestros pueblos todavía llegamos por terracerías y veredas de arriero. También es cierto que en los llanos se encuentran las grandes instalaciones de Pemex, así como azufreras, plantas de amoniaco, fábricas de fertilizantes, reparadoras de ferrocarriles, cementeras, embotelladoras, congeladoras de pescado, además de agroindustrias como los ingenios azucareros y los beneficios de café. En los valles están la industria y las ciudades mientras que nuestros montañosos municipios son más rurales que urbanos y más agrícolas que comerciales o industriales. Pero lo que nos falta de economía nos sobra de recursos naturales. En las montañas y en la selva de los Chimalapas está lo que en la región queda de árboles, plantas y animales. Y por estar aquí los bosques, están también las fuentes de aire puro, la razón de las lluvias y todo lo que sirve para estabilizar el clima. Pero lo más importante es que aquí se capta, se almacena y se canaliza el agua que da de beber a las ciudades y llega a las industrias, las presas y los distritos de riego de los valles. Mientras las industrias y las ciudades acaban con la vegetación, ahuyentan a los animales y ensucian el aire, el agua y la tierra, nosotros tratamos de conservar sana a la naturaleza. Entonces, aunque nos vean pobres y dizque atrasados, somos nosotros quienes le damos vida a la economía del Istmo.

Ecoturismo en el DF

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on una superficie de 129 hectáreas, 92 de ellas propiedad del Parque Ecológico de la Ciudad de México, el ejido San Andrés Totoltepec, de la delegación Tlalpan del Distrito Federal, inició en 1997 la experiencia de un parque ecoturístico, que ha sido y continúa administrado por los campesinos del lugar, por medio de la cooperativa Huehuecalli (Casa Vieja, en náhuatl). Maximiliano Álvarez, ejidatario e impulsor ferviente del parque, comenta: “El proyecto, en manos de 47 ejidatarios, aún no está consolidado, pues hay infraestructura que no ha entrado en operación, como un venadario y una planta de lombricomposta. Pero representa mucho para los que estamos aferrados a la defen-

sa de la tierra. Hemos logrado que una buena cantidad de ejidatarios comience a sentir el valor económico de nuestros terrenos y a cambiar la idea de que éstos son sólo pedregales sin aprovechamiento, pues desde 1947 hay una veda forestal. “Lo único que separa nuestro ejido de la mancha urbana es la carretera Picacho-Ajusco, y sentimos presiones para vender la tierra. Hay ahorita gente que quiere comprar 130 hectáreas del ejido a 110 pesos por metro cuadrado, y algunos campesinos piensan que vender significaría acabar con problemas (...) Aquí lo que ocurre es que las tierras son de conservación y de uso común y el gobierno (del DF) no está en condiciones de prestar servicios urbanos; eso desestimula a los com-

Guardianes del bosque. Decenas de comunidades oaxaqueñas cuidamos de manera colectiva y mediante acuerdos voluntarios unas 175 mil hectáreas de áreas naturales dignas de ser protegidas. Zonas en las que se encuentran bosques, manantiales, plantas, animales, paisajes y también lugares simbólicos que tienen gran valor para nosotros. Además, en la entidad hay alrededor de 150 comunidades con buenos programas de manejo forestal, que trabajan unas 650 mil hectáreas sin destruirlas; entre ellas, 30 empresas silvícolas colectivas que son de los propios dueños del bosque. Falta mucho por hacer, pero en total calculamos que en la entidad hay alrededor de medio millón de hectáreas bajo dominio comunal donde estamos realizando algún tipo de estudio orientado a la conservación y el buen aprovechamiento. Así, la iniciativa y empeño de los oaxaqueños en la preservación y el aprovechamiento autogestivo y sustentable de los recursos naturales, permitió que en la entidad se desarrollara un estilo indígena de conservación, basado no en la intervención federal, pareja y por decreto, sino en un modelo diversificado en el cual las comunidades somos los actores principales y en el que lo más importante es fortalecer nuestra capacidad colectiva de manejar los ecosistemas.

pradores. De cualquier forma, hay que pensar que del lado urbanizado de la carretera la tierra se cotiza en mil 500 pesos por metro cuadrado.” El parque, que de lunes a viernes recibe visitas de estudiantes de prescolar, primaria y secundaria, y los fines de semana da acceso al público en general por cinco pesos por persona –con una brecha de ocho kilómetros para bicicleta, áreas para día de campo, un muro para escalar y otros servicios— brinda a los campesinos un ingreso, pero sobre todo “beneficios que no son tan tangibles que tienen que ver con el amor a la tierra y a los bosques.” Apreciar la riqueza cultural. “Los ejidatarios nos hemos preocupado por dar una educación urbana a nuestros hijos para que no tengan que depender del campo, pero se estaba rompiendo la línea generacional. Me di cuenta de que

No queremos estar sin estar. Ya nos robaron nuestros derechos y nuestras riquezas, de modo que ahora muchos no tenemos ni de dónde mantenernos. Por eso es importante que en los papeles que vayamos a firmar sobre lo del Área Comunitaria Protegida, diga claramente que los dueños de la montaña somos nosotros. Porque es bueno hacer, pero hace falta sacarle provecho a lo que hacemos. Que lo aprovechen todos, sí, pero que también lo aprovechemos nosotros. No se vale que el esfuerzo de los comuneros por cuidar el bosque sólo beneficie a las grandes empresas del Istmo, que ensucian el agua y el aire que nosotros les enviamos limpios. Decía un compadre: “Está bonito eso de los árboles, de los pájaros, de los animalitos. Pero también nosotros comemos, ¿no?” Y tiene razón el compadre. Aquí, en el monte, trabajamos duro para cuidar los nacederos de agua y los ríos que van hasta Tehuantepec y hasta Coatzacoalcos. Trabajamos bastante para que sobre las montañas siempre haya nubes y el cerro de las Flores siga siendo la puerta del viento. Y lo hacemos con gusto, porque nos damos cuenta de que toda el agua limpia y todo el aire fresco que llegan a los valles vienen de acá. Nosotros lo sabemos. Ahora hace falta que también los que viven en las ciudades se den cuenta de lo que cuestan el aire y el agua. Para que también ellos pongan su parte. Enán Eduardo, comunero

De D esta t manera ffuimos i llos propios i comuneros quienes, después de participar en recorridos donde ubicamos potreros, partes quemadas, maizales, huertas, acahuales y zonas bien conservadas vimos cuál es el área que técnicamente podía ser certificada como reserva. Pero lo más importante del acuerdo es que voluntariamente definimos un área, y nos echamos el compromiso de preservarla, durante un tiempo que también acordamos libremente. En Lachiguiri y en Guienagati la gente ya se puso en orden. No porque el gobierno nos obligue, sino porque es nuestra voluntad. Y porque hicimos el propósito de dejarles algo bueno a nuestros hijos y a nuestros nietos. Por la transcripción, Rosario Cobo y Armando Bartra

mis hijos no diferenciaban entre un pino y un encino. El parque les está ahora dando ese conocimiento; ha permitido la vinculación de los viejos con los jóvenes (con hijos y nietos) y que éstos aprecien la herencia cultural y de tierras que tienen. Ellos se han involucrado en tareas como la de guías en el parque y saben que a futuro la empresa puede ser fuente importante de ingresos. “Nuestro proyecto da ejemplo. Hay otros 29 miembros del ejido que ya están iniciando otro parquecito, y la comunidad vecina, también llamada San Andrés Totoltepec, quiere crear algo similar. “El conocimiento que obtienen los niños y otros visitantes del parque ecológico, por medio de nuestros guías es en varias vertientes: sobre la biodiversidad (se enteran de qué es un bosque, qué es un arbusto, qué animales endémicos y no endémicos

tenemos); sobre rescate cultural, pues damos pláticas en náhuatl y hacemos ver cómo muchas palabras de uso común, como guajolote, aguacate, Xochimilco, México mismo, provienen del náhuatl. Y también enseñamos los usos sustentables de las plantas del bosque, como las medicinales y comestibles, así como el uso de madera y otros productos forestales para construcción de viviendas. “Todavía 60 por ciento del territorio del Distrito Federal es suelo de conservación, y las amenazas están ahí: la presión urbana, la demanda de vivienda, el desdoblamiento natural de los pueblos originarios y la pobreza campesina (...) Proyectos de turismo ecológico, y otros que preserven los bosques y la masa vegetal son los que permitirán que prevalezca lo verde de esta ciudad y lo que le dará viabilidad”, concluye Maximiliano Álvarez. (LER)


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INCUMPLE MÉXICO COMPROMISOS INTERNACIONALES

• Las instituciones ambientales, al servicio de políticas depredadoras • Desprotección a los manglares, en función de intereses turísticos Raúl Benet

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n 1992, en la célebre Cumbre de Río, más de cien países, incluido México, firmaron importantes acuerdos que pretendían ordenar las actividades económicas en un concierto de sustentabilidad social y ambiental global. En ese contexto, el país se comprometió a emprender acciones significativas y palpables para hacer un manejo de sus bosques que garantizara la conservación y recuperación de la cobertura, la biodiversidad y los suelos forestales, y que a la vez proporcionara beneficios a sus habitantes. Quince años después, la Coalición Mundial de Bosques condujo una investigación para evaluar el cumplimiento de esos compromisos. Las principales conclusiones para el caso de México son: 1.- Al principio se dieron pasos firmes hacia la construcción de una institucionalidad ambiental, al crearse instancias como la Secretaría de Medio Ambiente, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el Instituto Nacional de Ecología, además de programas tales como el Coinbio,

Procymaf y el Corredor Biológico Mesoamericano, que contribuyeron directamente a la realización de los compromisos de México ante la Convención de Diversidad Biológica y su programa forestal. Se formó también la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, con resultados mucho menores a los requeridos (con una eterna falta de capacidad, de decisión política, de recursos humanos, de instrumentos legales y ahora en manos de delincuentes ambientales). Esta institucionalidad se ha ido erosionando y se ha orientado cada vez más a la justificación de políticas energéticas, hidráulicas, ganaderas y forestales no sustentables, y que se traducen en pérdida de biodiversidad, cobertura y suelo forestal 2.- También hubo un avance significativo en legislación: se crearon leyes como la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la Ley para el Desarrollo Forestal Sustentable y la de Vida Silvestre. Sin embargo, este marco legal se está desmantelando, con graves retrocesos como las modificaciones propuestas al artículo 60 T de la Ley de Vida Silvestre, mediante las cuales el gobierno federal pretende desproteger al manglar para ponerlo a disposición de los intereses de los desarrollado-

res turísticos. México es uno de los cinco países del mundo con mayor cobertura de manglar, y el único de éstos que aparece en la lista de los que más lo depredan. Otro ejemplo de los retrocesos es la aprobación de una ley de bioseguridad que permite la introducción de organismos genéticamente modificados, pues se pone en riesgo la diversidad forestal, tema en que los bosques mexicanos destacan a escala mundial. Y uno más es el Programa de Certificación de Derechos Ejidales (Procede), que ha promovido la parcelación y consecuente pérdida de bosques en todo el país. También se ha “domesticado” a la manifestación de impacto ambiental y al ordenamiento territorial, al convertirlos en instrumentos para justificar proyectos devastadores, como la carretera que se construye en torno a las lagunas y bosques de Zempoala. 3.- Entre los acuerdos donde México se compromete está el de reparto justo y equitativo de los beneficios derivados del buen manejo de la diversidad forestal y la vida silvestre en general. Lejos de cumplir, se han institucionalizado esquemas que garantizan lo contrario, como la creación de los ‘Profas’, que en la mayoría de los casos no han hecho más que devolver a mafias de madereros depreda-

Cosechando lluvias en Rajasthan Emma Cosío

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ra el taller de la Universidad de las Abuelas en la granja experimental de la célebre ambientalista india Vandana Shiva. Llegaron campesinas ancianas, viejas y algunas jóvenes del norte del país para discutir problemas de sus campos y compartir experiencias. Uno de los propósitos fue narrar y demostrar los diferentes usos de las semillas, desde su selección hasta un riquísimo platillo guisado. En esta granja se ha creado un banco “vivo” de semillas para intercambiar o regalar las mejores semillas que han logrado. El mayor de los grupos planteaba protestas por la construcción de una presa que las afectaba de muchas maneras, entre otras, el que varios pueblos habían quedado incomunicados. A media noche se abrió estrepitosamente la puerta del dormitorio, entra un “intocable” cargando maletas y bultos, seguido de una mujer sesentona, algo más corpulenta de lo que se ve por aquí, con el pelo pintado de anaranjado, como lo usa toda viuda respetable; cara dura como el mármol que se “cosecha” en el desierto del Thar, de donde ella provenía. Según iba hablando de su trabajo, fue creciendo nuestra admiración y respeto por este personaje. Dirige la organización Gravis, cuya carta de presentación es “trabajar con las comunidades del desierto de Thar para el empoderamiento de los pobres” y hasta la fecha ha trabajado con algo más de un millón de personas en unas 800 comunidades. Basada siempre en la filosofía de Gandhi, sostiene que hay que levantarse, pero la última persona primero. Promueve la propiedad comunal con el control del medio ambiente, la educación y la salud, es decir, una verdadera autonomía. En todos sus proyectos trabaja mezclando la sabiduría tradicional y la tecnología moderna, siempre con la participación del pueblo en todos los niveles. Como no le ha

parecido suficiente limitarse a la recolección del agua, creó unidades de educación formal y no formal, dando especial apoyo a las niñas; un pequeño hospital y diversos sistemas de apoyo a los ancianos; con las mujeres ha creado grupos de autoayuda (203) para que con micro créditos puedan emprender trabajos productivos. Con los mineros del mármol ha organizado grupos para la defensa de sus derechos. Quizá un trabajo más trascendente sea la captación de agua en un desierto inclemente, de temperaturas muy altas, en el que puede dejar de llover hasta por dos años. A veces deben recorrer 24 kilómetros para encontrar agua, siendo muy costoso pagar el agua y su acarreo. Las taankas son sencillas y baratas construcciones para abastecimiento de una familia o un pequeño grupo de familias. Se colecta agua que escurre de los techos, de los patios, o de algún arroyito cercano. Tienen entre tres y cuatro metros de diámetro y entre cuatro y cinco de profundidad. Se usan ladrillos recubiertos de cemento y almacenan entre 25 y 50 metros cúbicos. Alrededor, para el escurrimiento del agua, se aplana un diámetro de 30 metros con inclinación hacia el depósito. Generalmente se tapa con lajas dejando sólo un agujero para sacar el agua. Este almacenamiento podría durar entre cuatro y ocho meses para una familia promedio, de siete a 10 personas. Los naadis son sistemas de captación comunal. Aprovechan alguna hondonada que amplían y profundizan, usando tierra extraída para ponerla alrededor del jagüey y evitar derramamiento. Las dimensiones varían mucho, el tamaño promedio es de unos 200 metros cuadrados y unos seis de profundidad, con un capacidad de más o menos 30 mil metros cúbicos. En cada comunidad se construyen varios naadis. La humedad de sus alrededores propicia el crecimiento de varias especies de árboles en los cuales anidan aves locales y migratorias y cuyo follaje alimenta al ganado. La tierra de la excavación la usan para mejorar la tierra cercana y sembrar cuando menos hortalizas.

dores el control de los bosques. El apoyo casi irrestricto a los inversionistas en plantaciones forestales comerciales contrasta con el exiguo respaldo a las plantaciones comunitarias (de 30 por ciento para su establecimiento). 4.- Otro tema de los acuerdos, el “enfoque ecosistémico”, ni siquiera es entendido por los altos funcionarios de la Comisión Nacional Forestal, quienes de manera muy equivocada lo contraponen al “enfoque de cuencas”. Ignoran que el primero busca mantener los principios que rigen a un ecosistema, como la complejidad, la interconectividad, los procesos de largo plazo, el papel sincrético de los elementos del sistema, etcétera. La política forestal de México es una muestra de un enfoque precisamente antiecosistémico. 5.- Un compromiso fundamental es procurar la conservación de la biodiversidad forestal. Pero a ésta se le ha olvidado prácticamente. El Programa Nacional para el Manejo de los Recursos Genéticos Forestales ni siquiera llega a definir correctamente la diversidad (reduce al concepto al de germoplasma para plantación forestal, sin contemplar la biodiversidad del suelo o la fauna, por ejemplo), y menos concibe medidas para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad forestal. El resultado de todo este incumplimiento de los compromisos en materia forestal es que se sigue perdiendo cerca de un millón de hectáreas forestales al año, que continúa la destrucción de los manglares a un ritmo creciente y que la institucionalidad ambiental es cada vez más débil, dócil y justificativa ante las políticas energéticas, industriales, ganaderas y turísticas no sustentables. Y las comunidades que habitan y poseen los bosques en su mayoría son cada vez más pobres y marginadas, y cada vez más expuestas a los efectos devastadores del cambio climático.

El agua de estos depósitos se usa tanto para humanos como para el ganado. Cada mes la comunidad desazolva el naadi, siempre y cuando no sea luna llena. Los naadis son algo más que una manera de almacenar agua, pues tienen un significado cultural de la relación del pueblo con la naturaleza. Cuando se acercan las lluvias, las mujeres hacen ceremonias para propiciarlas, llevando ofrendas de flores y los recién casados arrojan al naadi una muñeca muy decorada y comparten dulces con sus vecinos. Los campesinos los conciben también como el límite de su comunidad, allí despiden y reciben a sus invitados. Las organizaciones de los pueblos para varias tareas comunales, entre ellas el mantenimiento de estas estructuras, se forman de manera democrática y se incluye a todos los pobladores, sin importar la casta, religión o género. Los trabajos son como tequio y para los demás proyectos Gravis consigue fondos que son manejados por un comité de desarrollo comunitario. También construyen depósitos muy sencillos para regar tierras cultivables, que aunque no pueden abarcar grandes extensiones, algo ayudan al sostenimiento de las familias. La poca productividad de éstas es bastante grave pues provoca la migración masiva de los campesinos hacia las ciudades o incluso a los países vecinos. El trabajo propiamente agrícola de Gravis consiste en la formación de bancos de semillas, desarrollo de bosques comunales, creación de pastizales, horticultura para tierras áridas, viveros de frutales y árboles de bosque. Shashi Tyagi, heroica directora de Gravis, recibe apoyo de pocas organizaciones extranjeras, pues la mayoría son de la India. Al terminar cada módulo del programa de la Universidad de las Abuelas, sin previo aviso, las campesinas se paran a bailar, algunas tocan el tambor y otras cantan. Las que toman más en serio los bailes son las ancianas que se ondulan con una suavidad y una dulzura que más parecen libélulas. Otra espléndida mujer, ésta urbana, refinada y sofisticada, cantaba gazals, canciones “eróticas” que se entonaban en los palacios y las casas de los grandes señores.


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Las Áreas Naturales Protegidas y los Bosques y Selvas de México • Las ANP, insertas en la economía, pero con límites de sustentabilidad Juan E. Bezaury Creel

FOTO: Sergio Ávalos

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as áreas naturales protegidas (ANP) de México –tanto las gubernamentales (federales, estatales, del Distrito Federal y municipales), como las establecidas por ejidos, comunidades o pequeños propietarios– abarcan casi 10 por ciento del territorio del país y constituyen la estrategia más consolidada para la conservación de la biodiversidad y de los servicios ambientales. En las ANP la mayor parte de la superficie es manejada como “zonas de usos múltiples”, y las actividades económicas que allí se desarrollan se rigen por parámetros de sustentabilidad en el aprovechamiento de los recursos naturales y no pretenden satisfacer metas de rendimiento capitalista de corto plazo. Esto significa que las ANP mexicanas no están aisladas de la economía nacional, sino que participan activamente para fortalecerla y consolidarla, pero dentro de los límites que impone la conservación de su condición natural. Los bosques y las selvas cubren 35 por ciento de las ANP gubernamentales. El desglose es así: 25 por ciento

de la superficie de las ANP federales, 48 de las estatales y del Distrito Federal y 43 por ciento de las municipales. Suman en total 6 millones 452 mil 170 hectáreas, de las cuales 2 millones 864 mil 891 son de bosques templados y 3 millones 587 mil 279 hectáreas son selvas tropicales. Adicionalmente, más de tres cuartas partes de la superficie de ANP establecidas por ejidos, comunidades y pequeños propietarios son bosques y selvas. Buena parte de estos terrenos han sido reconocidos como ANP por medio de los certificados que otorga

la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y en los que se especifica el tipo de manejo que se dará a los predios, en función de los intereses de sus propietarios. El aprovechamiento de bosques y selvas en la mayor parte de las porciones de las ANP que no son consideradas como “zonas núcleo” está permitido por las leyes mexicanas, pues estas zonas no son propiedad pública y sus dueños requieren utilizar los recursos para subsistir. En este sentido, las comunidades, ejidos y particulares tienen que pre-

sentar una manifestación de impacto ambiental, que garantice que los aprovechamientos se realizarán de tal forma que no amenacen la persistencia de los bosques y las selvas. El costo de la manifestación de impacto ambiental es cubierto en algunos casos por programas de apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la cual también canaliza una porcentaje considerable de sus pagos por servicios ambientales a predios dentro de las ANP. Por otro lado, la Conanp provee apoyos para el desarrollo de actividades productivas en las ANP, mediante el Programa de Desarrollo Rural Sustentable (Procodes antes Proders) y programas de empleo temporal. El uso de los bosques y selvas en las ANP no han estado exento de conflictos, por ejemplo los generados por el establecimiento de zonas núcleo de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán sobre terrenos de aprovechamiento forestal. En la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, se creó el Fondo Monarca para compensar las pérdidas de ingresos que sufren los propietarios por dejar de trabajar terrenos que antes estaban bajo aprovechamiento forestal y que hoy integran zonas núcleo. Pero a la fecha los apoyos del Fondo son limitados; su efecto es parcial y sólo sirven para amortiguar el conflicto social, no para resolverlo. Un caso muy especial son los parques nacionales terrestres en los cuales –al igual que en monumentos

naturales y santuarios–, la legislación no permite los aprovechamientos extractivos de recursos naturales. La mayoría de estos parques fueron establecidos en los años 30 sin resolver las necesidades de subsistencia de los dueños de las tierras; por tanto, los aprovechamientos forestales continuaron, a partir de entonces de forma ilegal, principalmente con la tala hormiga. El resultado es un alto grado de degradación ambiental y de descontento social. El problema de los parques nacionales se presenta sólo en 5 por ciento de la superficie terrestre de las ANP federales. No obstante, es un problema a resolver, y las opciones son: la recategorización de los parques –a una modalidad que permita un aprovechamiento legal y sustentable de los recursos naturales, tal y como plantea el artículo séptimo transitorio de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente–, o la ejecución de las expropiaciones definidas en decretos emitidos el siglo pasado, con indemnizaciones justas para los propietarios. A pesar del avance fundamental en ANP alcanzado por México, aún queda mucho por hacer para salvaguardar el patrimonio biológico y escénico de estas áreas; para mantener los servicios ambientales que proveen a la sociedad, y para apoyar a los propietarios de los terrenos dentro de las ANP en la búsqueda de modelos de desarrollo sustentable capaces de elevar su calidad de vida. TNC México

PACTO POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y ENERGÉTICA, LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS* Las organizaciones campesinas, sindicales y ciudadanas que convocamos a las dos grandes marchas nacionales del 31 de enero de 2007 y de 2008, aspiramos a un movimiento de la sociedad mexicana trabajadora de largo alcance y suscribimos el siguiente PACTO POLÍTICO

Considerando que: 1. Con el actual modelo neoliberal, la sociedad mexicana presenta graves problemas de inequidad para alcanzar los satisfactores mínimos consagrados en la Constitución. El desempleo, la pobreza y la falta de libertades son constantes en detrimento de las clases marginadas del campo y la ciudad. 2. Se ha profundizado la agresividad e insistencia del gobierno en mantener esta política neoliberal depredadora, privatizadora y excluyente que privilegia los intereses de unos pocos por encima de los derechos de la mayoría. 3. El TLCAN, la imposición de la ASPAN, la escalada de precios derivada del incremento a los combustibles y el riesgo de recesión de Estados Unidos, agudizan el estancamiento de la economía nacional y el deterioro del campo, y aceleran la caída del nivel de vida de la mayoría de la población. 4. Por años las propuestas de los campesinos no han sido tomadas en cuenta, y se aplican políticas contrarias al interés del campo y de la nación. Hay nula disposición del Ejecutivo para impulsar la renegociación del capítulo agrícola del TLCAN. 5. Se arremete contra organizaciones sindicales como en los casos de nucleares, sobrecargos y mineros, quebrantando sus derechos adquiridos y sobre todo el derecho de huelga. 6. La reforma energética que promueve el gobierno federal ratifica la aplicación de las políticas que imponen los organismos financiero internacionales para sustraer los recursos naturales del país. 7. La reforma laboral, auspiciada por el Poder Ejecutivo, busca autorizar con cambios en varias leyes secundarias, modificaciones a la Ley Federal del Trabajo; legalizar la intromisión de la Secretaría del Trabajo y de los patrones en la organización autónoma y exclusiva de los trabajadores; nulificar el derecho de huelga, legitimar los contratos de protección patronal; sustituir la jornada de ocho horas por el trabajo por hora; impedir la estabilidad en el empleo; desaparecer la antigüedad laboral con contratos temporales; ampliar el tiempo de servicios para obtener la pensión o la jubilación, y abaratar la mano de obra nacional.

EL OBJETIVO DE ESTE PACTO POLÍTICO es construir y consolidar, nuestro “MOVIMIENTO NACIONAL POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y ENERGÉTICA, LOS DEREHOS DE LOS TRABAJADORES Y LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS”, el cual será ético, eficaz, amplio, permanente, plural y solidario, capaz de articular propuestas e impulsar una nueva correlación de fuerzas que modifique la actual política económica neoliberal y que restituya la legalidad constitucional que genere las condiciones para democratizar el régimen político.

H. Rechazo a la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y la Iniciativa Mérida, que promueven el estado de excepción y la militarización. Liberación de los presos políticos. I. Respetar la libertad de asociación, expresión y de acceso a la información; freno a la concentración de los medios de comunicación social. J. Exigir el reconocimiento del carácter multifuncional del sector agroalimentario, con un desarrollo ecológicamente sustentable; rechazo a la siembra de transgénicos.

Ratificamos nuestra agenda:

México, D. F., a 25 de febrero de 2008

A. Modificar la política neoliberal de subordinación, dependencia y pérdida de soberanía ante poderes externos, por otro modelo de desarrollo basado en los campesinos, trabajadores, empresas públicas y nacionales, utilizando la renta petrolera exclusivamente para el desarrollo nacional, que garantice el desarrollo humano, el crecimiento económico, la generación de empleos y la disminución de las desigualdades de todos los mexicanos, en todas las regiones. B. El espíritu del Manifiesto Campesino impulsa la renegociación del capítulo agropecuario del TLCAN y la expedición inmediata de un decreto presidencial o una ley para establecer un mecanismo de administración del comercio de maíz y frijol. C. Defender la propiedad social de la tierra –ejidos y comunidades— y las aguas nacionales, como patrimonio de las familias campesinas. Modificar la contrarreforma al Artículo 27 Constitucional, restituyendo a los campesinos el derecho a la tierra como un derecho al trabajo. D. Cumplimiento de los acuerdos sobre derechos y cultura indígena. E. Defender la economía popular; fortalecer el mercado interno, con la creación de empleos estables y bien remunerados; combatir la carestía por medio del control de precios de la canasta básica; impulsar la recuperación del poder adquisitivo de los salarios; exigimos aumento general de emergencia, y políticas de desarrollo social que superen la visión asistencialista. F. Defensa de los derechos laborales adquiridos: de la contratación colectiva auténtica con democracia e independencia sindical; del derecho de huelga; del derecho a jubilaciones y pensiones dignas y de la seguridad social universal. Rechazo a la nueva Ley del ISSSTE. G. Defensa de la soberanía energética, revirtiendo las privatizaciones y acabando con la participación privada abierta o simulada en el petróleo, gas, agua y electricidad. Respeto irrestricto de la legalidad constitucional.

Campaña Nacional Sin Maíz No hay País y sin Frijol Tampoco Coalición Ciudadana Nacional Central Campesina Independiente Confederación Nacional Campesina Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de Educación Superior Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación Diálogo Nacional Federación Nacional de Sindicatos Universitarios Frente Sindical Mexicano Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana Unión Nacional de Trabajadores Unión Campesina Democrática Unión Nacional de Organizaciones Regionales, Campesinas y Autónomas Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas * Texto resumido.


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NATURALEZA Y SOCIEDAD EL CAMPO MEXICANO: CORNUCOPIA DE CREADORES, SABERES Y PRODUCTOS Víctor M. Toledo

Sacerdote sembrando, pintura mural, Teopancaxco

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uando se habla de las grandes creaciones humanas, se tiende a discurrir sobre los acontecimientos notables de individuos de talento extraordinario en campos como el conocimiento, las artes, la arquitectura o la técnica. Poco, o mucho menos, se habla y reflexiona sobre las grandes creaciones colectivas de los pueblos ocurridas a lo largo de la historia, para generar productos tan cotidianos como los alimentos, las bebidas, los aromas, los saborizantes, los colorantes, los textiles, las plantas ornamentales, las recetas culinarias, la herbolaria, los instrumentos domésticos, las viviendas o las materias primas. México es hoy uno de los países donde la otra tradición cognitiva, la ciencia de lo concreto, aún persiste, y con ella los procesos de apropiación no industrial de la naturaleza. Si se reconoce a escala internacional como una fuente desbordante de productos naturales, es porque ha logrado mantener ese legado valioso que es el soporte intelectual de numerosos actos de creación colectiva llevados a cabo a lo largo de miles de años. Si hoy existen es porque en el país también existe, a pesar de innumerables esfuerzos por eliminarla, una continuidad histórica de varios milenios que comienza con un proceso de selección de plantas con ciertos atributos y que hoy, 7 mil años después, todavía continúa. Estos actos de creación colectiva, imperceptibles a la mirada de una sola generación, a los que podemos llamar bioculturales, aparecen como los frutos de un conocimiento sobre el entorno natural, acumulado y transmitido a lo largo del tiempo, en el que cultura y naturaleza se imbrican en un proceso recíproco de mutuos beneficios. Por ello, no resulta impropio hablar incluso de un proceso de coevolución en el que las culturas interactúan, domeñan y domestican con tal tersura a la naturaleza, sus fenómenos y sus

productos, que al final las culturas requieren de la naturaleza tanto como la naturaleza necesita de las culturas. En México, todo lo anterior fue posible porque las civilizaciones mesoamericanas hicieron descansar su reproducción material (alimentos, bebidas, medicinas, combustibles, instrumentos, materiales diversos, objetos de ornato) en la naturaleza y sus recursos, una relación que fue mediada no sólo por los saberes sino por la religión. De esta forma el proceso coevolutivo se hizo posible no únicamente a través de las vías objetivas del conocer sino que estuvo a la vez mediado por una relación esencialmente sagrada, en donde cada elemento natural, fueran plantas, animales, montañas, lluvias, manantiales o rocas, encarnaba en una o varias deidades. Historia de los creadores. Se denomina Mesoamérica a la región en donde antiguamente nacieron, crecieron, maduraron y en muchos casos fenecieron civilizaciones de lo que hoy es México (centro y sur) y buena parte de Centroamérica. El esplendor alcanzado por las civilizaciones mesoamericanas, expresado en altas densidades de población, enor-

mes centros urbanos, complejas organizaciones sociales y políticas, e inusitados avances en arte, religión y filosofía, se debió en buena medida a su habilidad para conocer y manejar la naturaleza circundante, sus elementos, variaciones, ritmos y procesos. Mesoamérica no sólo fue uno de los principales centros de domesticación de más de 100 especies de plantas, también fue uno de los principales laboratorios de manejo de paisajes, masas de vegetación, suelos y topografías, cuerpos de agua y, por supuesto, innumerables especies de plantas y animales. En todos los casos, la alta complejidad ambiental de los territorios logró ser descifrada, interpretada y finalmente manipulada en beneficio de los conglomerados humanos. Los estudios arqueológicos y etno-históricos han revelado las diferentes estrategias adoptadas por los antiguos habitantes de México con el objeto de aprovechar los diversos mosaicos de paisajes y sus diferentes tipos de climas, suelos, masas de vegetación, cuerpos de agua y topografías para la producción de alimentos, materias primas, medicinas y otros muchos satisfactores.

BOSQUES Y SELVAS, TERRITORIOS INDÍGENAS Eckart Boege

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os pueblos indígenas en México ocupan 14.3 por ciento de la superficie nacional, es decir unos 28 millones de hectáreas. Setenta por ciento de este territorio corresponde a 6 mil 81 núcleos agrarios, y el resto es propiedad privada y fragmentos de propiedad social. Son tierras que albergan una riqueza extraordinaria de 45 tipos de vegetación, ensambles ecosistémicos y coberturas de bosques y selvas con alto valor en diversidad biológica. Ahí se encuentra 70 por ciento de todas las selvas altas y medianas húmedas de México, 54 por ciento de los riquísimos bosques de niebla, 27.5 de los pinos y 60 por ciento de las cactáceas endémicas. A esta riqueza vegetal hay que sumar la cultural. Los pueblos indígenas de México y Centroamérica han domesticado gran cantidad de plantas: 15.4 por ciento de las especies del sistema alimentario mundial y 30.2 por ciento de los

ingresos de la agricultura mexicana. Por tanto, no se puede hacer ninguna política ambiental de conservación y uso de la diversidad biológica sin considerar a estos pueblos. Política de conservación insuficiente. Las políticas públicas en México se han centrado en buscar la conservación por medio de la creación de Áreas Naturales Protegidas, lo cual resulta insuficiente debido, por una parte, a que éstas se han diseñado sin el consentimiento de la población local, y por tanto generan conflictos socio ambientales, y por otra parte, debido al saqueo de los bosques por empresas privadas o caciques locales, amparados en el esquema de aprovechamiento de recursos forestales vía concesiones a particulares. El programa de Conservación de la Biodiversidad por Comunidades Indígenas (Coinbio), nacido en 2001, es otra herramienta del gobierno que apoya iniciativas de ejidos y comunidades para resguardar la diversidad biológica; sin embargo, aplica sólo en Michoacán, Guerrero y Oaxaca.

Hoy se sabe de las diferentes tecnologías, de sistemas productivos y estrategias creados por los antiguos pobladores de Mesoamérica en la caza, pesca, recolección y, especialmente en la agricultura y el manejo de pendientes, suelos, selvas y bosques. La manipulación y transformación de los paisajes originales fueron logradas mediante la aplicación de diversas agrotecnologías, incluidas arboricultura, vegecultura, horticultura y sistemas agrícolas de temporal, de riego, de pantano o humedales, así como transformaciones diversas en los sistemas hidráulicos y la topografía para la creación de terrazas, bordos, acequias, plataformas, camellones y reservorios para agua. Todos estos avances logrados durante el curso que fue tomando la apropiación del entorno natural, provocaron a su vez un efecto de retorno: la diversificación cultural. En 10 mil años, la multiplicación de las lenguas, es decir de la cultura, en la antigua Mesoamérica fue de tal magnitud que al momento del contacto con Europa en el territorio mexicano podían distinguirse, por su identidad linguística, unas 120 culturas principales, algunas de las cuales como la maya, mexica, zapoteca, mixteca o purhépecha, habían alcanzado niveles muy altos de complejidad. Entre las evidencias tangibles de este desarrollo de la antigüedad se encuentran las grandes obras arquitectónicas, la cerámica y los reductos urbanos, pero también obras de modificación del medio como diques, acueductos, terrazas y sistemas productivos aún vigentes como chinampas, huertos, selvas manejadas y toda un variedad de parcelas agrícolas (llevando como cultivo principal al maíz). Fue precisamente dentro de este contexto de modificación, manipulación y aprovechamiento del medio donde tuvieron lugar las grandes creaciones bioculturales, es decir las invenciones o usos de una gran variedad de productos. Tales invenciones fueron realizadas no por uno sino por miles o decenas de miles, y no en periodos cortos, sino en lapsos que llevaron docenas, cientos e incluso miles de años. Estas fueron entonces obras colectivas, reproducidas y perfeccionadas a lo largo del tiempo mediante mecanismos de mantenimiento, reproducción y memorización culturales. Estas invenciones contaron, por supuesto, con una “ventaja comparativa”: el territorio de México conforma una de las regiones

Autogestión, congruente con Acuerdos de San Andrés. Varias comunidades indígenas se han organizado desde hace unas décadas para desarrollar esquemas de gestión comunitaria que abarcan miles de hectáreas. En vez de encarar la crisis ambiental con la reforestación masiva y costosa, desde hace 40 años indígenas y campesinos están construyendo iniciativas para proteger los bosques y las selvas primarias y secundarias, establecer reservas comunitarias, impulsar el manejo forestal comunitario sustentable, desarrollar la apicultura y el café orgánico y crear capacidad técnica en ordenamientos territoriales y ecológicos. Recientemente han logrado la organización de comités de cuenca para su manejo integral, tal como ocurre en Chiapas, Tlaxcala, Jalisco y Puebla. Estas experiencias son, en cierta medida, la práctica que los Acuerdos de San Andrés demandaban para todos los indígenas. Por ello es de vital interés el reconocimiento constitucional de los territorios de los pueblos indígenas y sus procesos propios de gestión. CIESAS eboege@prodigy.net.mx


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SIACOMEX

SOMOS UNA EMPRESA INTEGRADA POR ORGANIZACIONES DE PRODUCTORES DE GRANOS BÁSICOS UBICADAS EN 19 ESTADOS DEL PAÍS

SIACOMEX S.A DE C.V. es una empresa integrada por pequeños y medianos productores que conforma una red a nivel nacional de comercialización de granos básicos principalmente maíz, frijol, trigo y sorgo. A través de nuestros Planes y Programas de Servicio ofrecemos directamente del productor la mejor calidad y a los precios más competitivos en:

FOTO: por MarkReqs

Maíz blanco de la cosecha del ciclo agrícola PV 2007 de los Estados de Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Campeche, Chiapas, Durango, Veracruz y Zacatecas.

biológicamente más ricas del planeta, de tal suerte que en esta zona se alcanzan valores extraordinarios de biodiversidad. Los inventarios biológicos sitúan al país en el tercer sitio en riqueza de flora (con unas 30,000 especies), y el primero en reptiles. Y fue justo de ese vasto repertorio de organismos de donde los pobladores originales de México hicieron surgir los productos que hoy disfrutan no sólo los mexicanos sino innumerables habitantes del mundo. Fue, en suma, del encuentro entre la diversidad biológica y las culturas que habitaron el territorio mexicano, confluencia que tomó unos 10 mil años, de donde surgió la cornucopia que hoy nos impresiona y deslumbra. Historia de las creaciones. El registro más antiguo de presencia humana en México data de unos 35 mil años. Hace unos 14 mil años, los registros de los artefactos de piedra indican un aparente cambio de la caza de grandes presas, a la cacería de piezas pequeñas y a la recolección de frutos y semillas. Las evidencias más antiguas lo suficientemente confiables de domesticación de plantas datan de hace 7 mil años y se estima que hace ya unos 4 mil 500 la agricultura se había convertido en el principal modo de abasto y subsistencia, permitiendo el sedentarismo, el crecimiento de la población y la aparición de los primeros señoríos (conglomerados de mayor complejidad social que una tribu). Lo anterior hizo de Mesoamérica uno de los sitios con registros agrícolas más antiguos y uno de los principales centros de domesticación en el mundo. Aunque la caza, la pesca, la recolección y la extracción de productos vegetales y animales, terrestres y acuáticos, dulceacuícolas y marinos, dan fe de un conjunto de acciones que implican conocimientos detallados del medio y de las conductas y distribuciones de las especies, destrezas manuales y elaboración de instrumentos (desde arpones, lanzas y arcos hasta trampas, redes, canoas y jaulas), se trata todavía de actos meramente extractivos. No fue sino hasta el advenimiento de la agricultura, el pastoreo, la agroforestería y la acuacultura, que las culturas humanas dieron lugar a acciones que implican ya manipulación de especies y de masas de vegeta-

ción, conocimiento de procesos biológicos, genéticos, etológicos y ecológicos y, sobretodo, reorientación de fenómenos en el largo tiempo para provecho humano. En este último caso, la llamada “revolución neolítica”, implicó por un lado transformación y manejo de las condiciones naturales con el objeto de incrementar el control humano sobre los factores de la producción, y por el otro la domesticación de organismos vegetales y animales. En este segundo caso los procesos comienzan con la manipulación intencional de especies silvestres de interés humano, con tolerancia, inducción y protección selectiva de individuos y uso del fuego para favorecer o eliminar especies, y terminan con la selección artificial de poblaciones a lo largo del tiempo para favorecer o eliminar caracteres de los individuos, es decir, se realiza ya una cierta manipulación genética. Aunque en contraste con las plantas, la domesticación de animales fue bastante escasa en Mesoamérica, pues prácticamente se redujo al perro escuintle y al guajolote, destacan las técnicas de manejo de los ciclos de vida de especies como la cochinilla, que se cultiva en los nopales para la extracción de colorantes, o el caracol púrpura. Toda la diversidad de formas, tamaños, colores, sabores, aromas y estímulos gustativos contenidos en las mazorcas del maíz, las singulares morfologías y sabores de los frijoles, los tamaños de las calabazas o los guajes, las intensidades del picor de los chiles, los tonos del rojo ladrillo de los achiotes, el azul del añil o el púrpura del caracol, o la variedad aromática de los aguacates, son el resultado de cientos, quizás miles de experimentos, realizados por los productores durante cientos de generaciones, en innumerables hábitat con condiciones climáticas, minerales y de recursos de agua muy diferentes. De la misma manera, la gama de frutos tropicales, las pequeñas artesanías de maderas aromáticas, la gran variedad de peces o de insectos integrados a la alimentación, o el espectro de medicinas de origen vegetal y animal, son el producto de miles de minuciosas observaciones, pruebas y experimentos sobre cada material, presa o sustancia, reproducidos y transmitidos de generación en generación durante varios siglos.

Frijol de distintas variedades como son frijoles negros, pintos y claros de los ciclos agrícolas O-I 06/07 y PV 07 de los Estados de Nayarit, Chihuahua, Durango, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas. Estos productos los tenemos disponibles para entrega inmediata en cualquier parte del País en las modalidades a granel o envasado. Servicio de Almacenamiento y Conservación de Mercancías en una Red de 200 bodegas habilitadas en los Estados de Campeche, Chihuahua, Puebla, Nayarit, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Tlaxcala, Guerrero, Nuevo León, Chiapas, Hidalgo, Morelos y Oaxaca. Dentro de este servicio contamos además con: Control de calidad. Emisión de certificados de depósito. Control de inventarios. Distribución de mercancías. Servicio de Transporte de Mercancías en modalidades a granel o envasado y unidades refrigeradas de cualquier punto de la república a tarifas competitivas. Venta de equipo especializado y reglamentario para laboratorio de análisis de granos como pueden ser: determinadores de humedad, balanzas, equipos homogenizadores, cribas y zarandas, básculas de peso específico. Venta de costales de polipropileno a precios competitivos de diferentes tamaños, blancos, transparentes, tonalidades especiales con o sin impresión. Envíos a cualquier parte de la República. Elaboración y estudio de proyectos de inversión. Proyectos comerciales y de infraestructura para manejo y operación de granos básicos. Asesoría y asistencia técnica. En aspectos de comercialización, certificación de calidad y manejo postcosecha de granos e insumos agrícolas. Capacitación. En materia de comercialización, almacenamiento, conservación y certificación de calidad de granos. Inspección y certificación de peso y calidad. En programas de compra, embarques e inventarios almacenados de granos y otros productos agrícolas. Información de Mercados. Financiamiento de inventarios de cosechas nacionales. A través de los esquemas de créditos prendarios, avio agroindustriales y avio comerciales, además del esquema de reportos. Financiamiento de inventarios de insumos agrícolas. A través de créditos prendarios y avio agroindustriales.

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DESAFÍOS CAMPESINOS

Aborta diálogo con el Ejecutivo

• Transformarse o continuar con “beca gubernamental”

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Plutarco Emilio García Jiménez

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os días 27 y 28 de noviembre de 1988, al concluir el Primer Encuentro Nacional Agrario, 10 organizaciones campesinas (CIOAC, UNORCA, CCC, CNPA, CODUC, UNTA, FDC, CNPI, MNPA y UGOCP) firmaron el Convenio de Acción Unitaria (CAU). Para entonces, Carlos Salinas de Gortari buscaba la legitimación de su gobierno espurio por parte del movimiento campesino, al tiempo que se fraguaban la contrarreforma agraria y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Esa alianza fue sin duda una expresión unitaria y plural que no convenía a los planes del salinismo, por lo que había que frenarla y debilitarla: las secretarías de la Reforma Agraria y de Agricultura y la Confederación Nacional Campesina (CNC) revivieron la vieja idea echeverrista de constituir un solo organismo cúpula del campesinado, tras el fracaso del Congreso Permanente Agrario (Conpa) y el Pacto de Ocampo en la primera mitad de los años 70. Para ello, fueron convocadas en Veracruz todas las agrupaciones campesinas el 6 de enero de 1989, fecha en que se conmemora la promulgación de la Ley Agraria carrancista de 1915. Asistió la mayoría de los firmantes del CAU y, por supuesto, las afiliadas al PRI. En su llamado a la creación del Congreso Agrario Permanente (CAP), Salinas afirmó que éste “(...) permitirá fortalecer la unidad en el campo, y en consecuencia dar la fortaleza que el país requiere en los tiempos que vivimos”. Los días 25 y 26 de mayo de 1989 se constituyó formalmente el CAP, con la CNC, CCI, CAM, UGOCM-JL y con firmantes del CAU, como la CIOAC, UGOCP, UNTA, UNORCA, CODUC, M-400 Pueblos, CCC, y Alcano. Las integrantes del CAU que decidieron no participar fueron la CNPA, FDCCh y CNPI. Líderes manipulados. Para mantener bajo control a la nueva organización cúpula, Salinas

le dio subsidios, y cooptó dirigentes, ofreciéndoles candidaturas a cargos de elección popular por el partido oficial, como ocurrió con Margarito Montes Parra, de la UGOCP, quien a cambio de firmar el “finiquito agrario”, se hizo merecedor del manejo discrecional de grandes sumas de dinero, para compra de tierras y proyectos agropecuarios, y figuró en la lista de candidatos a diputados plurinominales por el PRI. Los apoyos económicos y prebendas del gobierno a las organizaciones del CAP se tradujeron en candados frente a cualquier iniciativa de movilización y participación de las bases. Era previsible que el CAP no promovería protestas contra la reforma salinista al artículo 27 constitucional ni contra el TLCAN. En lo sucesivo, el CAP representó el ala oficialista del movimiento campesino mexicano, apuntalando explícita e implícitamente la política neoliberal y las acciones autoritarias del gobierno. Cuando cumplió 10 años de fundado (mayo de 1999), el entonces presidente Ernesto Zedillo afirmó: “Al CAP le ha correspondido impulsar la nueva etapa de certidumbre y corresponsabilidad para la modernización del campo mexicano, enmarcada en la reforma al artículo 27 de nuestra Constitución y la nueva Ley Agraria”. Por su parte, el coordinador del CAP en turno, Juan Leyva Mendívil, agradeció las “bondades” del gobierno, aplaudió el TLCAN, pues las exportaciones agropecuarias se habían incrementado, y dijo: “Sabemos que contamos con el presidente de la República, sabemos que tenemos CAP para mucho tiempo”. El Mecnam. Con casi 20 años de vida, el desgaste y desprestigio del CAP ha sido creciente. La emergencia del Movimiento El Campo no Aguanta Más (Mecnam), a finales de 2002, produjo el desprendimiento de la UNORCA, organización que desde ese entonces consideró que el CAP era un lastre y un “cadáver”. Otras organizaciones como el CIOAC, CCC,

Foto: Enrique Pérez S. / Anec

• El CAP, cadáver salinista que ya huele mal

UNTA y CODUC se sumaron a las movilizaciones planteadas por el Mecnam, y en la mega marcha nacional campesina del 31 de enero de 2003 también participó la CNC. En las movilizaciones actuales contra el TLCAN y contra la política panista hacia el campo, las organizaciones independientes que han formado parte del CAP están en la disyuntiva de continuar en este cascarón para conservar la “beca” o fortalecer el frente de lucha que se manifestó combativamente el 31 de enero en la ciudad de México. El sector del PRIAN que se mantiene en el CAP, encabezado por UGOCP, Alcano y Consucc, ya se ha deslindado del actual movimiento, calificándolo de “fiebre amarilla”; y para confirmar su entreguismo a quien les paga, han declarado su “voto de confianza” al Caballo negro y a la política anticampesina de Felipe Calderón. La alternativa lógica y más viable para todas las organizaciones en lucha (incluida la CNC) es la construcción de una gran expresión unitaria del movimiento campesino, que enarbole con dignidad y congruencia las actuales demandas sociales y deje atrás la simulación, la pasividad y las prebendas que han caracterizado al CAP, que ciertamente es ya un cadáver que apesta. Miembro fundador de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA)

Pide Cruz López Mantener vivo al CAP

• González Aguilera, pripanista que estorba

“R

escatemos al Congreso Agrario Permanente (CAP), no lo destruyamos”, es el exhorto que hace el presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Cruz López Aguilar, al tiempo que esa cúpula enfrenta choques internos porque no hay acuerdos entre sus organizaciones sobre cuáles son las causas campesinas a defender. Según López Aguilar, el CAP debe sobrevivir no obstante que es probable la creación de un nuevo “congreso nacional campesino” –o una instancia con otro nombre, “para que no tenga las mismas siglas de la CNC”– que aglutinaría a las agrupaciones que hoy reclaman la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que se movilizaron en la ciudad de México el 31 de enero, entre ellas la Campaña Sin Maíz no hay País y varias del CAP, como la Central Campesina Cardenista (CCC), la Central Independiente de Obreros Agrícolas Campesinos (CIOAC) y la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).

Los integrantes del CAP, señala Cruz López, “debemos hacer un análisis de fondo y ver cuáles son las causas que va a defender el CAP”. Esta cúpula tiene por delante “cosas tan importantes como el direccionamiento del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable (...) y participar las negociaciones con el gobierno federal y con el Congreso de la Unión” (para las demandas de los movilizados el 31 de enero). “Es totalmente inconveniente para el movimiento campesino nacional que (dentro del CAP) seis organizaciones estemos enfrentadas con otras seis, independientemente del tamaño”, dice López Aguilar, e insiste en que, a título personal, considera que el CAP debe seguir vivo, “pero si no hay realmente la posibilidad de hacer el rescate, ya veremos qué decisión tomamos”. Desde antes del 31 de enero, el coordinador del CAP, José Luis González Aguilera, dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), se opu-

so a las movilizaciones. “Algunas organizaciones han adoptado una postura dramática ante el TLCAN (...) Si hay voluntad política del presidente Felipe Calderón para impulsar la agricultura, saldremos adelante”, dijo. En fechas recientes acusó a la CNC de querer “chantajear al gobierno federal para que le entregue 90 por ciento de los recursos de los programas para el campo”. González Aguilera es un personaje versátil que durante el foxismo transformó a la UGOCM de priísta a panista, y comenzó a funcionar como “interlocutor” en ceremonias oficiales. De acuerdo con Cruz López, el trabajo de rescate del CAP podrá hacerse en cuanto el dirigente de la UGOCM deje en breve la coordinación de este organismo en manos de José Durán, dirigente de la Unión Campesina Democrática (UCD). “La CNC no se sentará a la mesa del CAP mientras González Aguilera esté como coordinador. Si después nos convocan, allí estaremos.” (Lourdes Edith Rudiño)

or “malos entendidos” –según versiones desde la Secretaría de Gobernación (Segob)–, pero más bien por falta de voluntad política, las negociaciones entre el Poder Ejecutivo y organizaciones campesinas, sociales y laborales abortaron el 6 de marzo, apenas iniciado el primer encuentro. Así, la expectativa expresada por la Campaña Sin Maíz no hay País en la marcha del 31 de enero en la ciudad de México, de tener “un debate de frente a la nación en torno a la situación del campo”, continúa como simple esperanza. Las agrupaciones habían establecido en una carta del 3 de marzo al titular de Segob, Juan Camilo Mouriño, que la agenda del diálogo debería implicar demandas estructurales –en lo relativo a la cuestión agrícola destacaron la renegociación del capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la puesta en marcha de un mecanismo de administración del comercio exterior de maíz, frijol y otros básicos– y encontrar “una inmediata solución”. Los motivos son más que evidentes: en enero, con el TLCAN desgravado, las importaciones de maíz blanco y amarillo desde Estados Unidos se dispararon en 384 y mil 888 por ciento, en ese orden, respecto de enero de enero de 2007, al tiempo que los importadores oligopólicos del grano presionan constantemente a la baja los precios al productor nacional. El 6 de marzo Mouriño Terrazo se deslindó de la reunión; dejó la responsabilidad al secretario de Trabajo, Javier Lozano, y a los titulares de Economía y Agricultura, y se retiró porque “tenía otro compromiso”. Eso motivó que los dirigentes campesinos y sindicales abandonaran la reunión. “No hay voluntad ni capacidad política de parte del gobierno para |negociar; hay un desprecio a las organizaciones no afines al PAN, y pretenden un manejo autoritario de la política pública y los recursos presupuestarios con miras a las elecciones intermedias de 2009”, afirmó Víctor Suárez, de la Campaña Sin Maíz no hay País. Los secretarios (excepto Mouriño) dieron ese día una conferencia de prensa y se quejaron de que los dirigentes pretendían respuestas inmediatas a su agenda, y Lozano reiteró el rechazo del Ejecutivo a buscar modificaciones al TLCAN. Dijo que hay vías alternas para atender la “demanda originaria o legítima” de la renegociación. “Nos quisieron dar el mismo tratamiento de 2007”, cuando después de la marcha contra la carestía alimentaria, el Ejecutivo instaló mesas de diálogo con Agricultura, Economía y Trabajo que no condujeron absolutamente a nada, afirmó Suárez. Las organizaciones campesinas prevén continuar con su agenda, al margen del Ejecutivo. Ésta implica negociar con el Poder Legislativo, realizar movilizaciones e incluso promover un paro nacional en agosto. (LER)


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