No.39 La vida en riesgo

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18 de diciembre de 2010 • Número 39 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada

TEMA DEL MES


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¿QUIÉN PODRÁ SALVARNOS?

industrias privadas (...) Mientras éstos la arrojan por sus tiznadas mandíbulas, la ciudad de Londres se asemeja más al monte Etna, la corte de Vulcano, Strómboli o sus suburbios del infierno (...) Es este (horrible humo) el que esparce negros y sucios átomos y cubre todas las cosas, ahí donde llega. Las consecuencias de todo eso son que la mitad de cuantos perecen en Londres mueren de males ptísicos y pulmónicos; de modo que los habitantes no están nunca libres de toses”.

Autismo social frente al cambio climático Suplemento informativo de La Jornada 18 de diciembre de 2010 • Número 39 • Año IV

COMITÉ EDITORIAL

Lo sabemos todo acerca de la crisis ecológica, pero de algún modo no creemos que vaya a ocurrir realmente.

Armando Bartra Coordinador Luciano Concheiro Subcoordinador

Slavoj Zizek

S

Enrique Pérez S. Lourdes E. Rudiño Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

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Diseño Hernán García Crespo

aúl era un pointer y tenía instinto de cazador. Pero el perro había aprendido a respetar las cosas de sus amos, incluido el conejo. Entonces se negaba a verlo, si se lo topaba desviaba la vista, cerraba los ojos. En la contradicción, Saúl se hacía loco. Así nosotros con la catástrofe ambiental: por instinto de sobrevivencia quisiéramos hacer algo para remediarla, pero nos han enseñado que el curso del progreso es inmutable. Se pronuncian discursos huecos, se realizan conferencias en la cumbre como la de ahora en Cancún y en esas ocasiones se movilizan en protesta algunos miles de activistas contestatarios. Sin embargo la mayoría de las personas sigue pasmada. Si sube la comida, si perdemos el empleo, si caen los salarios, y si somos muchos los afectados, lo más probable es que protestemos en las calles y a lo mejor hasta tumbamos algún político. Sin embargo, ante la pérdida anunciada de las condiciones que hacen al planeta habitable para los seres humanos, nos quedamos quietos en espera de que otros –los gobiernos cómplices del ecocidio o los tecnólogos patrocinados por las corporaciones– remedien el estropicio que provocaron o solaparon. Quizá lo que nos inmoviliza son las dimensiones de una debacle que en apariencia rebasa nuestra capacidad de acción. No es así, de nosotros y de nadie más depende que la humanidad enmiende el rumbo que conduce al desbarrancadero. Hay que emplear bolsas reciclables y cerrar la llave del agua al lavarnos los dientes, pero eso no basta. Bien por el activismo menudo y cotidiano pero hace falta también ir a la raíz, es necesario enfrentar entre todos los grandes dilemas de nuestra civilización.

La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 5355-6702. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo en trámite. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores.

PORTADA: Edgardo Mendoza Romero / ANEC

Diagnosticar la crisis ambiental es importante pero es vital esclarecer las razones por las que la mayoría de los seres humanos permanece atónita ante el desastre. Sobre todo porque el problema no empezó en 2007 ni fue el Panel de las Naciones Unidas el primero en anunciarlo. Hace 350 años, cuando en Inglaterra arrancaba el industrialismo privado y codicioso, ya eran sensibles sus efectos contaminantes. John Evelyn, uno de los científicos fundadores de la Royal Society, no sólo alertaba sobre los “prodigiosos estragos” que la creciente demanda de madera causaba sobre los bosques, sino que en el libro Fumifugium: o la inconveniencia de la dispersión del aire y el humo de Londres, de 1661, denunciaba la contaminación provocada por: “emisiones pertenecientes únicamente a cerveceros, fundidores, cocedores de cal, jabonadores y otras

Casi 200 años después, en sus manuscritos económico-filosóficos de 1844, Carlos Marx campechaneaba su crítica a la irracionalidad económica y la injusticia social inherentes al capitalismo, con el señalamiento de “la contaminación universal que se está ocasionando en las grandes ciudades”, y continuaba: “El hombre vuelve una vez más a vivir en una caverna, pero la caverna ahora está contaminada por el aliento mefítico y pestilente de la civilización (...) Una morada en la luz, que, como dice Esquilo en Prometeo encadenado, es uno de los grandes dones gracias a los cuales transformó a los salvajes en hombres, deja de existir en este caso para el obrero. La luz, el aire (...) dejan de ser una necesidad para el hombre. La suciedad –esta corrupción y putrefacción del hombre–, la cloaca de la civilización, llega a ser un elemento vital para él”. Un siglo más tarde, a mediados de la pasada centuria, el historiador polaco Witold Kula en Problemas y métodos de la historia económica, llamaba la atención sobre la contaminación atmosférica con palabras que 60 años después parecen proféticas: “En el curso de los actuales procesos de producción, la humanidad lanza anualmente una cantidad de anhídrido carbónico equivalente a 1/300 partes de la cantidad total de este gas existente en la atmósfera. Es esta una cantidad desconocida en los anales geológicos de la Tierra desde el período cuaternario. ¿Podemos, acaso, prever los efectos de este proceso al fin de un largo período?”. No pudimos –o no quisimos– y por ello 60 años después estamos entrampados en una crisis medioambiental antropogénica nunca antes vista. ¿Qué nos pasa? El ecológico no es el único gran desastre que acompaña a la modernidad, están también la pobreza crónica de la mayoría y la creciente desigualdad social, lacras patentes que causan descontento y provocan movilizaciones justicieras, pero que no han ocasionado el rechazo generalizado y activo al sistema que las origina. La explicación de esta relativa pasividad hay que buscarla en la capacidad del capitalismo para engatusarnos, para encantarnos con sus cantos de sirena, para hechizarnos con promesas cuyo cumplimiento siempre pospuesto se aleja con el horizonte. Más que un programa de transformación, el progreso es un mito: no descripción de hechos sino expresión de voluntades, de deseos. La modernidad, que se pregonaba racionalista, resultó inspiradora de un mito civilizatorio; el orden que debía enterrar a la magia y la superstición acabo vendiéndonos un encantamiento; la sociedad que debía barrer con todos los ídolos terminó fetichizando al progreso.

progreso no es liberador sino esclavizante pues, en nombre de un futuro de abundancia total y libertad ilimitada, nos encadena a la producción. El hechizo del porvenir nos arrebató el pasado que nos daba sentido y nos tiene atrapados en un presente circular y alienado donde lo único que cuenta es producir. Y en este frenético activismo económico no hay lugar para la naturaleza. “De suerte que todo es producción –escriben Gilles Deleuze y Felix Guattari, en El antiedipo–: producción de producciones (...) Ya no existe la distinción hombre-naturaleza. La esencia humana de la naturaleza y la esencia natural del hombre (...) se identifican como producción o industria”. Así es. En la modernidad la naturaleza ya no existe más como recordatorio de nuestros límites y materia prima de nuestras posibilidades. La naturaleza ha sido producida, luego seguirá siendo producida en un proceso ininterrumpido que se corrige solo y en el que no puede haber averías que no se reparen por sí mismas en el propio curso de la producción. Si producimos vida, la vida no puede estar en riesgo. Porque ahora la vida ya no es vida, la vida es producción que se autoproduce. Y la producción capitalista no es un medio sino un fin en sí misma. En el mercantilismo absoluto la individualidad cualitativa del producto se desvanece para dejar paso a su verdadera esencia que es la plusvalía: valor agregado cuyo único propósito es incrementar la producción en un curso ilimitado y siempre alcista. Proceso que por ser puramente cuantitativo no contiene la posibilidad de su contención o interrupción: crecimiento perpetuo o muerte, es la consigna del capital. Atrapada por el fetiche del progreso e incapaz de librarse del encantamiento de la modernidad, la humanidad ha caído en una suerte de autismo esquizofrénico: negamos la realidad de la crisis sistémica porque nos hemos convencido de que en el fondo nada puede interrumpir el proceso de producción de producciones. Y cuando las evidencias son demasiado contundentes para soslayarlas, escapamos de la angustia con mistificaciones y autoengaños. Proliferan, entonces, soluciones mágicas de carácter tecnológico como las que ofertan la ingeniería genética, los manipuladores del clima, las nanociencias... todas en la lógica: la técnica nos hunde, la técnica nos salvará. Los bonos de carbono, la Reducción de Emisiones por Deforestación y Depredación (REDD) y otros mecanismos por el estilo, son impotentes si no es que contraproducentes. El desastre resultante de transformar la naturaleza en mercancía no se remedia poniendo precio a los bienes y males ecológicos, como no pueden mitigarse por medio del mercado los daños que causa el propio mercado. No se trata de satanizar a la ciencia sino de rechazar la peligrosa idea de que podemos salvarnos sin romper el hechizo del progreso y sin someter a crítica a una tecnología productivista que interiorizó la lógica codiciosa del gran dinero. No propongo borrón y ciencia nueva. Sostengo, sí, que el otro mundo que necesitamos con urgencia será posible sólo en la medida en que otra ciencia y otra técnica sean también posibles.

Los mitos buscan despertar pasiones y, como pensaba el sindicalista francés Georges Sorel y saben los movimientos indios de nuestra América, pueden ser revolucionarios. Pero el mito del

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18 de diciembre de 2010

Lo que Cancún desesƟmó:

LA MERCANTILIZACIÓN DE LA NATURALEZA

LA ALTERNATIVA

DECLARACIÓN DE LOS PUEBLOS Como una referencia para entender el problema del calentamiento global desde la perspecƟva de la sociedad, transcribimos aquí algunos fragmentos de la Declaración de los Pueblos, surgida de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio ClimáƟco y los Derechos de la Madre Tierra, el 22 de abril de 2010, en Cochabamba, Bolivia. Esa declaración destaca en su primer planteamiento que “Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro”. DAÑOS AL CAMPO Y A LOS INDÍGENAS

Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados “más desarrollados”, en complicidad con un segmento de la comunidad cienơfica, nos ponen a discuƟr el cambio climáƟco como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuesƟonar la causa, que es el sistema capitalista. Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el someƟmiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial. El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirƟendo todo en mercancía: el agua, la Ɵerra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la jusƟcia, la éƟca, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma. Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que Ɵenen y no por lo que son.

DERECHOS DE LA TIERRA El cambio climáƟco ya está produciendo profundos impactos sobre la agricultura y los modos de vida de los pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo y estos impactos se irán agravando en el futuro. El agro negocio, por medio de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globalizada y su lógica de producción de alimentos para el mercado y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climáƟco. Sus herramientas tecnológicas, comerciales y políƟcas no hacen más que profundizar la crisis climáƟca e incrementar el hambre en el planeta. Por esta razón rechazamos los tratados de libre comercio y acuerdos de asociación y toda forma de aplicación de los derechos de propiedad intelectual sobre la vida, los paquetes tecnológicos actuales (agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen como falsas soluciones (agrocombusƟbles, geoingeniería, nanotecnología, tecnología terminator y similares) que únicamente agudizarán la crisis actual.

Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácƟcas ancestrales de los pueblos indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de Vivir Bien, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.

RESARCIR LOS DAÑOS Es necesario construir un fondo de adaptación, como un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climáƟco como parte de un mecanismo financiero manejado y conducido de manera soberana, transparente y equitaƟva por nuestros Estados. Bajo este fondo se deben valorar los impactos y sus costos en países en desarrollo y las necesidades que estos impactos deriven, y registrar y monitorear el apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe manejar además un mecanismo para el resarcimiento por daños por impactos ocurridos y futuros, por pérdida de oportunidades y la reposición por eventos climáƟcos extremos y graduales, y costos adicionales que podrían presentarse si nuestro planeta sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien.

ASUMIR LOS COSTOS

Proponemos el proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan: 

Derecho a la vida y a exisƟr;



Derecho a ser respetada;

Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los pueblos y su derecho al consenƟmiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los pueblos y los derechos de la naturaleza.



Derecho a la conƟnuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas;



Derecho a mantener su idenƟdad e integridad como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;



Derecho al agua como fuente de vida;



Derecho al aire limpio;

Demandamos la plena y efecƟva aplicación del derecho a la consulta, la parƟcipación y el consenƟmiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas en todos los procesos de negociación así como en el diseño e implementación de las medidas relaƟvas al cambio climáƟco.



Derecho a la salud integral;



Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioacƟvos;



Derecho a no ser alterada genéƟcamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.



Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las acƟvidades humanas.

El mercado de carbono se ha transformado en un negocio lucraƟvo, mercanƟlizando nuestra Madre Tierra, esto no representa una alternaƟva para afrontar el cambio climáƟco, puesto que saquea, devasta la Ɵerra, el agua e incluso la vida misma.

La humanidad está frente a una gran disyunƟva: conƟnuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.

Los países desarrollados, principales causantes del cambio climáƟco, asumiendo su responsabilidad histórica y actual, deben reconocer y honrar su deuda climáƟca en todas sus dimensiones, como base para una solución justa, efecƟva y cienơfica al cambio climáƟco. Asuman los costos y las necesidades de transferencia de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida de oportunidades de desarrollo por vivir en un espacio atmosférico restringido. Se hagan responsables por los cientos de millones que tendrán que migrar por el cambio climáƟco que han provocado y que eliminen sus políƟcas restricƟvas de migración y ofrezcan a los migrantes una vida digna y con todos los derechos en sus países. Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos del cambio climáƟco y rechazamos la noción de adaptación al cambio climáƟco entendida como la resignación a los impactos provocados por las emisiones históricas de los países desarrollados, quienes deben adaptar sus esƟlos de vida y de consumo ante esta emergencia planetaria.

FOTOS: corresponsaldepaz.org • http://www.salutxdesenvolupament.org/es/node/779 • fundacionses.blogspot.com • servindi.org • opaybo.org • cmpcc.org • juventudsurversiva.blogspot.com • elciudadano.cl • outrapolitica.wordpress.com • efeverde.com


CANCÚN 2010

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BALANCES DIVERGENTES

Sandra Guzmán

CRÓNICA: DE LA COP 15 A LA COP 16

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En este sentido, el carácter informal y condicionado restó credibilidad a este Acuerdo de Copenhague, aun cuando 114 países se unieron a él a lo largo de 2010. Con este escenario de incredulidad ante el proceso de Naciones Unidas, México recibió la presidencia temporal de la COP, a partir de lo cual el país asumió una serie de decisiones políticas importantes, como colocar a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en el rol de conductor del proceso climático a nivel internacional, antes ocupado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La SRE decidió desplegar un cuerpo diplomático para entablar relaciones con los diversos actores del proceso internacional. La designación del embajador Luis Alfonso de Alba –con experiencia en procesos multilaterales en materia de derechos humanos– creó un nuevo enfoque de diálogo que redujo el escepticismo de aquellos actores desconfiados del papel mexicano, quienes reconocieron la apertura y compromiso mostrado por México desde inicios de 2010. No obstante, emergió una advertencia de la propia delegación mexicana que generó pesimismo sobre los resultados de lo que sería

Algunas de las posiciones que establecían barreras en la negociación, fueron:

FOTO: Oxfam Internacional

l futuro del clima y de la humanidad se vio vulnerado cuando al final de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 15), celebrada en Copenhague, Dinamarca, surgió un acuerdo que fue rechazado por un gran número de países, debido a que fue elaborado fuera del proceso de negociación formal. Aunque el acuerdo llevó a la mesa de discusión a cinco de los países más contaminantes del mundo: Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica, e incluyó algunos aspectos relevantes como la distribución de 30 mil millones de dólares del año 2010 al año 2012, como una fondo de “arranque rápido”, y cien mil millones de 2012 al 2020, para el financiamiento de largo plazo para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y para la adaptación al cambio climático, además de la inclusión del tema de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD), y la transferencia de tecnología, se trata de un acuerdo no vinculante y violatorio del proceso transparente e incluyente de Naciones Unidas.

horas, con el fin de llevarlo a la sesión plenaria para que los países se suscribieran o no a él.

la COP 16: “No existen las condiciones políticas para crear un acuerdo jurídicamente vinculante sobre el clima. Por ello, nos enfocaremos a reconstruir la confianza y veremos si un conjunto de decisiones pueden ser los resultantes de Cancún. Es importante considerar que el tema del cambio climático no se atenderá sólo con un acuerdo, por ello le apostaremos a un conjunto de decisiones”. Convocatorias hechas tanto por el presidente Felipe Calderón, como por la canciller Patricia Espinosa y por diversos miembros de la delegación, dieron pie a encuentros y diálogo con grupos de países africanos, latinoamericanos, asiáticos, pequeñas islas e incluso con diversos sectores de la sociedad. Además de que el tema se llevó a reuniones internacionales como las del Grupo de los 20 y del Foro de las Principales Economías del Mundo. Así llegó México a la COP 16, con altas y bajas. Incluso muchos actores centrales, incluida Christiana Figueres, responsable del Secretariado de Naciones Unidas para Cambio Climático, señalaron que no había mucho que esperar de la Cumbre. La COP 16 plasmó un escenario de incertidumbre y hubo dos factores que generaron un ambiente de enojo y decepción durante la primera semana de negociaciones: Uno, el aspecto logístico, pues los participantes debían invertir más de 30 minutos para trasladarse de los hoteles a la sede de las negociaciones y recorrer más de siete kilómetros para pasar de un edificio a otro (en el MoonMesse) para dar seguimiento puntual a la discusión. Y dos, posiciones como la de Japón, que desde un inicio advirtió que no apoyaría un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto, lo que dificulto el panorama.

͏QUÉ SIGNIFICA EL ACUERDO DE CANCÚN? La COP 16 resultó un paso importante en la recuperación de la confianza en el proceso de Naciones Unidas para enfrentar el cambio climáƟco. Emergió de ella un paquete más o menos balanceado de decisiones en temas esenciales como el financiamiento, la transferencia de tecnología, la adaptación y la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD), mismo que fue acogido por todos los países, excepto Bolivia, lo que significa un primer paso, pero no el fin del proceso. El texto acordado carece de vinculación jurídica, lo que significa que los países no están obligados legalmente a cumplir lo esƟpulado, aun cuando haya habido una manifestación generalizada de voluntad. Esto además de que aún existen elementos no resueltos como los compromisos cabales de reducción de emisiones por parte de los países desarrollados, y la inclusión de elementos en materia de derechos humanos, salvaguardas ambientales, aspectos de género y otros.

Sesiones informales sobre el Protocolo de Kioto y el Grupo de Visión de Largo Plazo corrieron la primera semana, generando incertidumbre y tensión por la falta de avances puntuales y claros. La baja respuesta al proceso generó rumores sobre la posible elaboración de un texto “secreto” por parte de la cancillería mexicana, y muchos comenzaron a dudar sobre la transparencia e inclusión; temían una reedición del capítulo Copenhague. Esta sospecha pronto se difuminó porque era claro que el costo político que pagaría México con una acción así sería demasiado alto e inaceptable para el gobierno federal. Negociaciones complejas. Al llegar el fin de semana los textos de Visión de Largo Plazo y del Protocolo de Kioto fueron presentados tras una revisión y “limpieza” por parte del grupo que se integró para reunirse todos los días, incluidos el Secretariado, los presidentes de ambos grupos, y la presidencia mexicana de la COP. Estos textos sirvieron para mostrar a los ministros –que comenzaron a arribar el sábado cuatro de diciembre– el grado de avance y la manera en que éstos podrían integrarse a los trabajos, sin involucrarlos de lleno en el proceso de negociación para evitar retrasos. Se decidió entonces colocar a los ministros a la cabeza de los grupos de discusión, como fue el caso del grupo de financiamiento, que estuvo a cargo de los ministros de Australia y de Bangladesh. Esto generó una discusión más amplia y llevó a la presentación de nuevos textos a mitad de la segunda semana. A partir de este momento, los documentos presentaban diversas opciones, que evidenciaban la complejidad de la generación de acuerdos, por lo que se trabajó en un nuevo texto que –después de discutirse durante dos largas noches– se presentó el viernes 10 de diciembre pasadas las 15:00

En la medida que los países se sumen y trabajen internamente para cumplir con lo esƟpulado en Cancún, se podrá construir un camino hacia la vinculación jurídica del acuerdo, lo cual podría darse en la COP 17, en 2011, en Durban, Sudáfrica, siempre y cuando se mantengan las condiciones de inclusión y transparencia. La tarea pendiente de México es llevar el liderazgo que mostró al ámbito nacional y pasar de los anuncios y declaraciones a la acción y puesta en marcha de planes y programas, así como al marco legal y a la coordinación interinsƟtucional para lograr resultados concretos que puedan luego plasmarse en un plan de Estado en materia de cambio climáƟco, y que no sólo tengamos un plan sexenal como es el Programa Especial de Cambio climáƟco. Los poderes EjecuƟvo y LegislaƟvo, el sector privado y la sociedad civil en general tendrán que velar porque el tema del cambio climáƟco se mantenga en la agenda pública y se aƟenda de manera prioritaria, evitando así que el momento post Cancún sea arrebatado por otras coyunturas. El tratamiento del tema de cambio climáƟco debe ser integral, transversal e inevitablemente urgente (Sandra Guzmán, CEMDA).

Arabia Saudita y los países árabes: Demandan la inclusión de la tecnología para la captura y almacenamiento de carbono proveniente de la quema de combustibles fósiles dentro del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) como una condición para su apoyo al paquete de Cancún. Unión Europa: Demandaba la inclusión de los mecanismos de mercado como opciones dentro de los textos, a cambio del apoyo de la continuación del Protocolo de Kioto. Estados Unidos: Demandaba la inclusión de un mecanismo para medir, reportar y verificar emisiones, que aplicara para los países en desarrollo como China, India y Brasil, a cambio de apoyar su participación en el financiamiento y la transferencia de tecnología, entre otros temas. China en apoyo del Grupo de los 77: Demandaba metas de reducción de emisiones y financiamiento por parte de los países desarrollados; además de un anuncio claro de la continuación del Protocolo de Kioto a cambio de apoyar alguna decisión en Cancún. Bolivia: Demandaba la continuación del Protocolo de Kioto; la inclusión de los derechos humanos y del respeto de los pueblos indígenas en los diferentes mecanismos como REDD; la reducción ambiciosa de emisiones por parte de los países desarrollados; la estabilización de las emisiones en 300 ppm y evitar el aumento de la temperatura por más de un grado Celsius, a cambio del apoyo en el proceso y de la aprobación del propio mecanismo REDD. México logró mediar y desbloquear la negociación, incluso en los temas donde no había muchas expectativas, y en la última versión de texto consiguió plasmar decisiones de forma más o menos balanceada. Presentado el texto y discutido en grupos, se dio la plenaria informal con tres horas de retraso respecto de las 18:00, hora estimada por la canciller Espinosa para concluir este proceso. Bolivia pidió entonces la palabra, para señalar su inconformidad con el texto de trabajo, pues no incluía los puntos que había demandando. Excepto Bolivia todos los países se suscribieron al texto que se había trabajado, y a todos los presentes sorprendió escuchar las posiciones de países como Estados Unidos, China, India, Brasil, Unión Europea, Arabia Saudita y otros tantos que no sólo reconocieron el trabajo de la delegación mexicana, sino que además señalaron que no hay acuerdo perfecto y que el ahí alcanzado representa lo mínimo indispensable para caminar hacia la COP 17. A petición de Venezuela, los países regresaron a los grupos de trabajo y finalmente dieron paso a la plenaria de cierre, que no cambió las posiciones. Bolivia mantuvo su oposición al texto. La presidenta de la COP señaló ante ello que consenso no es igual a unanimidad y dio por terminada la sesión. No hay actor de la COP 16 que haya salido completamente satisfecho con los resultados, pero, dadas las expectativas y la complejidad política, se reconoce no sólo la labor de la delegación mexicana para reencauzar el rumbo de las negociaciones internacionales sobre cambio climático y del propio proceso de Naciones Unidas; también se reconoce que hay una buena oportunidad de que en Durban, Sudáfrica, en la COP 17 se trabaje en un acuerdo jurídicamente vinculante.



CANCÚN 2010

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BALANCES DIVERGENTES

Pablo Solón, embajador en la ONU

COP 16: FRACASO

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FOTO: Enrique Pérez S. / ANEC

• Sólo acuerdos voluntarios

os llamados Acuerdos de Cancún de la COP 16 no representan acuerdos legales y vinculantes para la reducción de emisiones por parte de los países desarrollados y con mayor responsabilidad en la crisis climática planetaria. Se trata de compromisos “voluntarios” no sujetos a medición, verificación o sanción en caso de incumplimiento. En este sentido, la COP 16 es un rotundo fracaso si bien no se rechazó, en principio, un posible segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto en el futuro (¿Cop 17; Durbán, Sudáfrica?) y, a diferencia de Copenhague, se mantuvo el carácter multilateral de las negociaciones, afirmó Víctor Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC). Para evitar llegar a compromisos vinculantes, los países desarrollados ofrecieron la “zanahoria” de 30 mil millones de dólares en 2011 para mitigación y adaptación en países vulnerables. Este monto, aparte de ser absolutamente insuficiente, será administrado por el Banco Mundial, responsable de las políticas neoliberales y causantes del calentamiento global en las décadas pasadas, y servirá para promover nuevos mecanismos de mercado de carbono. Además se acordó una promesa en el “largo plazo” de mayores fondos. Por parte del gobierno mexicano, se confirma el doble discurso: hacia afuera, “adalid del clima”; hacia adentro, el mantenimiento de las mismas políticas macroeconómica, energéticas, de transporte y agroalimentarias causantes de emisiones de gases de efecto invernadero, además de profundizar la desigualdad, la pobreza, la dependencia e inseguridad alimentarias y la depredación de los recursos naturales. Está pendiente un diálogo y una concertación nacional para un pacto de Estado por el clima: Es destacable la capacidad de organizaciones rurales como las del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc) y de coaliciones plurales de la sociedad civil, como el Esmex-Diálogo Climático para construir propuestas alternativas, impulsar campañas de información y educación y llevar a cabo en Cancún foros, talleres y una marcha de los pueblos por la justicia climática.

POSICIÓN DE BOLIVIA

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uestro país ha venido sosteniendo que (la elevación de la) temperatura de dos grados centígrados no es aceptable, porque claramente, como lo expresan diversos estudios, significaría para el África un incremento de tres grados centígrados, con consecuencias muy graves a nivel de la desertificación y el acceso al agua.

cifra que no se sabe de dónde va venir, cuáles son sus fuentes y cuál es la certeza. No nos dice cuánto efectivamente va haber desde el año 2013, cuando empieza a correr esta cifra. (...) El Banco Mundial (BM) no es una institución que expresa de manera equilibrada los intereses de los países en vías de desarrollo y de los países desarrollados. Es una entidad, fundamentalmente dominada por quienes más dinero ponen para el BM. Por eso nos sorprende profundamente que aquí se ponga al BM como el trust. Cuando aquí no hubo acuerdo y nunca se dijo que estábamos todos en consenso para que sea el BM el que empiece a manejar esto, así fuera de manera provisional y transitoria.

Para el caso de países como Bolivia que tiene nevados, significaría la desaparición de éstos tomando en cuenta que en el curso de los últimos 20 años que han pasado ya hemos perdido un tercio de nuestros nevados. (... El) problema de este documento (de los acuerdos de Cancún) es que nos habla de un mecanismo de financiamiento, un mecanismo de tecnología de adaptación, el cual saludamos, pero cuáles son los recursos efectivos, reales que va a tener este mecanismo de financiamiento. Si vemos lo que se dice en el capítulo cuatro de financiamiento y leemos con atención, se señala que se movilizarán conjuntamente 100 billones de dólares para el año 2020. No expresa y no dice que serán los países desarrollados los que proveerán ese financiamiento, sino dice que movilizarán. ¿Cómo lo conseguirán?, ¿de dónde?

En relación al tema de transferencia de tecnología, un tema que hemos discutido y que estaba en anteriores versiones, ha sido prácticamente omitido. El tema de los derechos de propiedad intelectual. Un comité ejecutivo de tecnología que no tiene ni siquiera la función, no hablemos de levantar los obstáculos que puede generar la propiedad intelectual, sino que no habla ni siquiera de que va a ver asuntos relativos a temas de propiedad intelectual es prácticamente tener un centro que no va a promover efectivamente la transferencia de tecnología a los países en vías de desarrollo.

¿Cuánto realmente van a poner los países desarrollados? Hemos venido aquí a que los países desarrollados cumplan con lo que dice la Convención. Que ellos tienen que proveer los fondos necesarios para garantizar las acciones de mitigación y adaptación en los países en vías de desarrollo y este párrafo (96) pone una

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¿Por qué sólo se toma en cuenta las opciones referidas al mercado de carbono y no todas

* Fragmentos del discurso del embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Pablo Solón, pronunciado en la COP 16, el 10 de diciembre de 2010.

En un comunicado Greenpeace recordó que este año el mundo experimentó más consecuencias vinculadas con fenómenos asociados al cambio climático –temperaturas récord, desastres catastróficos, el creciente derretimiento del Ártico, entre otras–. Y estas son las razones por las cuales el siguiente año, en la COP 17, Durban, Sudáfrica, deberá ser “el lugar donde lleguemos a un fuerte acuerdo global (...) global que sea justo, ambicioso y legalmente vinculante, que nos permita ayudar a que los países erijan una economía verde que nos permita saber y contabilizar a aquellos que contaminan”, afirmó Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace México.

Y la preocupación sigue. “Cancún ha salvado el proceso, pero no ha salvado el clima aún”, afirmó Wendel Trio, director de política climática de la organización.

(...) nosotros somos partidarios de desarrollar un mecanismo para la reducción de la deforestación y la degradación de nuestros bosques y lograr una gestión sostenible. Pero el enfoque dominante que está en esta opción, a pesar de todos los pedidos, las propuestas y las reuniones bilaterales que hemos tenido, es una opción dirigida a la valoración de los bosques en términos de su capacidad de captura de CO2, para prepararlos para una tercera fase que será una fase de mercados de carbono. ¿Por qué no se toma en cuenta la propuesta que hacemos nosotros como Bolivia, que decimos que el financiamiento para los bosques no tiene que estar en función de cuánto captura un bosque, sino tiene que estar en función de cuánto necesitamos para preservar y proteger ese bosque, porque necesitamos planes de gestión para que esos bosques no se destruyan producto de incendios, producto de desmontes que tienen que ver con la necesidad de generación de fuentes de trabajo alternativo?

En la mayoría de las tecnologías de energía limpia más del 70 al 80 por ciento de las patentes están en manos de los países desarrollados (...)

LOS GOBIERNOS SE MUESTRAN CAPACES DE COPERAR reenpeace Internacional manifestó beneplácito por los resultados de la 16 Conferencia de las Partes (COP 16), en particular porque “los gobiernos han mostrado que son capaces de cooperar entre ellos y que pueden avanzar para lograr un acuerdo global”. El proceso de negociación fue salvado, dijo, no obstante que algunos decían que estaba muerto.

estas otras opciones? ¿Por qué se habla en un tema de las varias aproximaciones para luego volverlo en sustancia en un tema monotemático que hace únicamente referencia al mercado de carbono? ¿Es esta una aproximación amplia, pluralista que toma en cuenta las posiciones de todas las partes?

Por eso, permítame expresarme con claridad que el Estado Plurinacional de Bolivia, y quiero pedir que quede en actas para que no haya ninguna mala interpretación, no acepta, rechaza este documento, por lo tanto no hay consenso para su adopción, que quede absolutamente y claramente registrado.

Greenpeace

Esto es lo que los gobiernos acordaron en Cancún, según el recuento de Greenpeace:

FOTO: Enrique Pérez S. / ANEC

ANEC

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*En el tema financiero, los gobiernos establecieron un fondo climático que permitirá entregar los recursos necesarios para que el mundo en desarrollo enfrente el cambio climático y frene la deforestación. Falta aún establecer la forma en que se proveerá el dinero. *Otro tema importante tiene que ver con el mecanismo que protegerá los bosques tropicales al mismo tiempo que salvaguarda los derechos de las comunidades indígenas y la

biodiversidad. El acuerdo REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) aún tiene algunos puntos críticos pendientes que deben ser definidos y reforzados en los siguientes meses. *Los gobiernos reconocieron la brecha existente entre los niveles de reducción de emisiones ofrecidos por los países y los que la ciencia establece. Además aceptaron que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debe también estar en línea con lo que dice la ciencia –entre 25 y 40 por ciento para el 2020– y que necesitan mantener el incremento de la temperatura muy debajo de los dos grados Celsius. Pudo haberse logrado más en Cancún, de no haber ocurrido la negativa influencia de Estados Unidos (EU), Rusia y Japón. Los últimos dos fueron muy dañinos con sus afirmaciones de que no querían la continuación de Protocolo de Kyoto. EU vino a México con un muy pobre compromiso de reducción de emisiones y, a pesar de ser el más grande emisor de GEI, históricamente hablando, debilitó diversas áreas importantes de acuerdo y casi puso en peligro el resultado exitoso de la reunión. “Todos los gobiernos tienen ahora mucho trabajo por hacer: mantenerse en línea con lo que acaban de acordar, es decir, redoblar sus esfuerzos de reducción de emisiones. Esto es sólo el comienzo. La sociedad civil en cada esquina del mundo debe presionar a sus políticos, para asegurarse de que redoblen esfuerzos a nivel local y lleguen a Durban listos para sacar el acuerdo”, dijo Trio.


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BALANCES DIVERGENTES

Entrevista con Fernando Tudela de Semarnat

AVANCE DE COP 16 EN BOSQUES Y FONDO VERDE • Rechazo boliviano, porque quería reventar la reunión Lourdes Edith Rudiño

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Así lo consideró Fernando Tudela Abad, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), quien opinó que la disidencia de Bolivia en los acuerdos de la COP 16 se dio porque los representantes de este país “traían una línea de reventar Cancún y no venían con la línea de hacer lo posible, lo mejor que fuera negociable para resolver el cambio climático (...) Fue una posición política”. Además de que es inaceptable que Bolivia se erija como la voz de los pueblos o la representación de las naciones insulares. “Las representantes de la islas estaban allí diciendo que lo de Cancún es un avance y les interesa muchísimo”. En entrevista, dijo que los acuerdos de Cancún deberán influir internamente en México para fortalecer los recursos públicos que se destinan a pagos de servicios ambientales e incorporar en ellos a la agricultura campesina y muy probablemente para desarrollar una reingeniería del presupuesto forestal –con miras más a preservar la riqueza vegetal que se tiene antes que inducir la reforestación– además de que hay condiciones propicias para que el sector privado mexicano comience a ver en el cambio climático no sólo amenazas sino oportunidades de negocio, lo cual, afirmó, “no es malo” y permitirá avanzar más rápido a México en su reducción de emisiones.

FOTO: Lourdes Edith Rudiño

a 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16) celebrada en Cancún, debe ser considerada como una de las tres o cuatro COP que hasta el momento han rendido frutos sustanciales –a la par de la celebrada en 1997, cuando se firmó el Protocolo de Kioto–, pues logró reencauzar el “tren descarrilado” en que estaba el proceso de negociaciones multilaterales, y además puso los cimientos para que empiecen a caminar acuerdos trascendentes, como los relativos a bosques y selvas y el Fondo Verde.

El funcionario atribuyó el éxito de la COP 16 al trabajo de la diplomacia mexicana y de la propia Semarnat, pues, contrario a lo que muchos pensaban, México “no cuchareó, ni tenía un documento secreto”; lo que hizo fue facilitar el proceso, permitió que se escucharan todas las voces, y asumió la estrategia de avanzar en lo posible, en lo realista, “pues antes de correr hay que caminar y antes de caminar gatear, y si ahora estamos en la fase de gatear, pues vamos a hacer eso”. La Declaración de los Pueblos, generada en la conferencia de cambio climático que se realizó en Cochabamba, Bolivia, en abril pasado, no fue referencia ni base para la COP 16, pues, dijo Tudela es cuestionable la condición democrática de los acuerdos que se obtienen en este tipo de conferencias, donde se pregunta en forma general “¿están de acuerdo?” y todos levantan la mano. En Cancún, aclaró Tudela, no hubo conformismo, sino visiones realistas. El mantener la meta de no rebasar los dos grados Celsius de aumento de la temperatura “es ambiciosísimo, pues implicaría ir a concentraciones por debajo de 450 partes por millón de CO2, en momentos que estamos en 390. Llegar a un calentamiento debajo de los dos grados en estos momentos es extraordinariamente difícil y los

primeros que se resistirían a tomar en serio una meta de un grado son buena parte del Grupo de los 77, que siguen exportando petróleo (…). No es una cuestión de votar por cuántos grados quiere uno, sino de entender las implicaciones políticas, técnicas, tecnológicas de lo que uno dice. Para ir más allá de lo que se ha planteado como ambición en Cancún tendríamos que empezar todos los países a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sin distinciones para acomodar las necesidades de los que están en vías de desarrollo”. Por otro lado, el no haber alcanzado acuerdos jurídicamente vinculantes, agregó, no puede verse como fracaso, pues en los hechos los países asumen igual sus compromisos de acuerdos voluntarios que los vinculantes. Allí está como ejemplo el incumplimiento de Canadá al Protocolo de Kioto. Para Tudela, en Cancún resultó “un avance sustantivo” el que se determinara “que necesitamos movilizar recursos hacia la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Suelos (REDD), con el plus que implica la conservación de los ecosistemas forestales y el incremento del inventario de carbono”. Y en Cancún se estableció que se avanzará en un programa de trabajo al respecto y se estará poniendo sobre la mesa las implicaciones del cambio climático en los ecosistemas. “Eso no se había dicho antes, porque los bosques no entraron en Kioto. Gracias a la COP de Cancún los bosques y las selvas están dentro del esquema de cambio climático” y no se negoció nada de mecanismos de mercado enlazados a REDD. Por eso, “las manifestaciones de repudio a REDD (expresadas por activistas en eventos paralelos a la COP 16) me resultan incomprensibles”. También es destacable que en Cancún se haya tomado la decisión de establecer un Fondo Verde. Ello, no obstante que muchos países desarrollados querían que previamente

EL ACUERDO MANTUVO VIVO EL PROCESO, FALTA QUE EL PROCESO MANTENGA VIVA A LA TIERRA Raúl Benet

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l inesperado resultado de Cancún abre una nueva polémica: ¿Triunfo para el clima? ¿Derrota para los pueblos? La valiente posición de Pablo Solón, representante de Bolivia, es ya asumida por muchos movimientos sociales como el lanzamiento de una campaña mundial contra el Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC) por no lograr un compromiso con fechas y volúmenes, que obligue legalmente a los países desarrollados a reducir sus emisiones y aportar los recursos y la tecnología que hagan frente al cambio climático. Por su lado, la ONU y 193 de los 194 países presentes en la COP 16, así como académicos y organizaciones no gubernamentales consideran que este acuerdo, si bien insuficiente, fue un arte de diplomacia cuya virtud es revitalizar un proceso que parecía agonizante.

La opción era la desaparición del UNFCC, del Protocolo de Kioto y de cualquier otro instrumento multilateral. Al principio de la COP 16, Japón declaró que no asumiría un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto. Rusia y Canadá secundaron. Cada una de las partes, atrincherada en posiciones irreconciliables. El gobierno de México, a la mitad de la conferencia, metió por la puerta principal al Banco Mundial (BM), al signar un préstamo multimillonario para asuntos climáticos. Con ello enfrentó a muchos que no veían con buenos ojos que el BM manejara los fondos climáticos. Las filtraciones de Wikileaks, que mostraron a Estados Unidos comprando voluntades de los países más vulnerables y ejerciendo presión económica contra sus detractores (Bolivia, Ecuador y Venezuela), empeoraron el ambiente. No se veía posible entonces sacar adelante el proceso. Por eso,

y pese a la indignación de ver aplastada la posición de Bolivia, es satisfactorio que el proceso de negociaciones siga en marcha. La delegación de Venezuela lo puso claro: No se ha salvado el clima, los acuerdos son magros, el trabajo está por hacerse, pero tenemos una estructura para seguir adelante. Las organizaciones agrupadas en la Campaña Global Acción por el Clima (GCCA), conocida como TCKTKCTKC (Greenpeace, Oxfam, 350, Amnistía Internacional, Avaaz y otras 260 de todo el mundo), consideran que este acuerdo constituye el inicio de una carrera hacia el futuro, en que los ciudadanos están poniendo manos a la obra para enfrentar el cambio climático y exigir a sus gobiernos que de inmediato aterricen los acuerdos de Cancún en compromisos obligatorios que hagan explícitas las metas y las fechas de reducción de emisiones, y que dispongan de los fondos y la tecnología requeridos.

7 se precisaran los mecanismos de gobernanza y operación. Ya establecido, “ningún país va a poder decir ‘veamos el diseño y luego veré si le entro o no’, y yo diría que todo el mundo está claro que si este fondo verde no empieza a operar a partir de Durban (de la COP 17) vamos a tener problemas. En un año podremos definir lo que falta por definir”. Por lo pronto está dicho ya cómo será el mecanismo de gobernanza –en los meses próximos se detallará su funcionalidad– y que el Banco Mundial (BM) se hará cargo interinamente, por tres años, de que vaya fluyendo el ejercicio de los recursos”. Este fondo financiará, con créditos o donaciones, la estrategia REED entre otras cosas. Ante la reacción de algunos países como Bolivia por la injerencia del BM, afirmó que no se trata de que esta institución decida cómo se van a usar esos fondos, sino que los gestione nada más. Tudela detalló respecto de REDD que para el caso de México, “ya comenzamos, junto con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la construcción de una estrategia nacional de REDD plus; es un trabajo no de funcionarios en un despacho, sino lo estamos haciendo con la sociedad civil, incluso con críticos del gobierno y nadie ha dicho ‘no, es horrible, mejor nada’, todos han participado. El producto se presentó en Cancún y en un año más tendremos una estrategia armada entre todos, y eso es exactamente lo que pide el acuerdo de Cancún que todos los países lo hagan”. Pero los acuerdos de Cancún son sólo una plataforma, a partir de la cual “debemos trabajar como locos en una serie de direcciones que están apuntadas”, por ejemplo, hay que poner las bases para que los reportes de las emisiones de GEI sean generalizados, que los rindan tanto países desarrollados como en desarrollo, especialmente los grandes emisores y que haya mecanismos de verificación y consultas internacionales “Todo esto tiene que someterse a un trabajo de construcción de directrices, reglas”. Consultado sobre qué cambiará en México a partir de la COP 16, dijo: “ya empezamos a cambiar, ya empezamos a tener una movilización de recursos fiscales hacia cambio climático”. Además “estamos a años luz” de lo que ocurría hace apenas unos dos o tres años, cuando, fuera de la Semarnat, el aparato público desconocía incluso los términos básicos del calentamiento global. “Nicholas Stern –quien emitió en 2006 un importante reporte sobre la economía del cambio climático–, vino aquí (…) y dijo (que los retos) no son una transformación pequeñita por aquí, un retoque por allá y una mejora acá, implican una transformación profunda, una nueva revolución industrial. Y ya nos empezó a caer el veinte. Tenemos una serie de proyectos y programas en el Programa Especial de Cambio Climático (PECC). En lo relativo a la agricultura, aceptó que hay trabajo por hacer si bien es cierto que la COP 16 no generó ningún enfoque específico para el agro. “Estoy convencido de que un manejo prudente, a veces con modelos tradicionales es más benéfico (que la agricultura industrial, de grandes extensiones y monocultivos) y no sólo para la conservación de carbono en el suelo. Hay que buscar maneras de retribuir servicios ambientales que ellos están garantizando y que hasta ahora se les ha reconocido en nada o en pequeña medida (…) Hacia allá tenemos que ir. Hay muchos proyectos que ayudarán a movilizar también el sector agrícola en ese mismo sentido de mitigación y adaptación”.


CANCÚN 2010 EL CLIMA COMO NEGOCIO

CUANDO LOS LOBOS SE VOLVIERON VEGETARIANOS

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a grave crisis ambiental que afecta al planeta es resultado de un modelo que ha privilegiado la ganancia sobre el uso responsable de los recursos naturales afectando con ello la calidad de vida de la mayoría de la población mundial. La globalización del capital en las dos centurias recientes ha devastado regiones enteras, destruido economías locales y provocado verdaderas tragedias en beneficio de unos pocos. Las grandes potencias económicas, causantes directas y beneficiarias del desastre, no han querido reconocer y menos asumir la responsabilidad que tienen en la catástrofe que hoy amenaza el futuro de la humanidad, prueba de ello es su falta de compromiso para atender las recomendaciones emanadas de los Protocolos de Kyoto y el sucesivo fracaso de las conferencias gubernamentales como ocurrió en la COP 15 realizada en Copenhague en diciembre de 2009. Durante muchos años las grandes empresas y los gobiernos que las representan han eludido su responsabilidad llegando al extremo burdo de negar la misma realidad al señalar que el llamado cambio climático era un mito. Sin embargo en los años recientes, dada la magnitud y evidencia del desastre, las grandes corporaciones y los gobiernos tuvieron que cambiar su posición ante la crisis ambiental, y al reconocerla, vieron en ella la manera de hacer negocio por medio de iniciativas “amigables con el medio ambiente” que no son sino soluciones falsas a esta crisis y que, peor aún, la agudizan.

gía limpia” a una de las empresas más sucias: la trasnacional mexicana del cemento, Cemex. Los impulsores de este gigantesco parque presumen que con su operación se evitará generar unas 600 mil toneladas de CO2 anualmente; sin embargo omiten decir que el parque se construyó en mil 100 hectáreas de tierras de riego que dejaron de producir alimentos para abastecer a unas 45 mil personas y que cientos de campesinos perdieron sus tierras altamente productivas, su forma de vida y de trabajo. Ello sin mencionar la gran cantidad de vegetación nativa destruida en la construcción del parque, la mortandad de aves y la falta de un plan de manejo para los aceites y las grasas de deshecho. Como decimos en México, en La Venta salió más caro el caldo que las albóndigas.

Las grandes trasnacionales se reconvirtieron y de pronto se asumieron ambientalmente responsables. Devastar selvas para producir biodiesel; implantar parques eólicos en áreas altamente productivas de alimentos o apoderarse de bosques comunitarios y de biodiversidad bajo el pretexto de la captura de bióxido de carbono, eran y son excelentes pretextos verdes para seguir enriqueciendo a unos cuantos. Promotores de las falsas soluciones, las megacorporaciones y los organismos financieros internacionales con sus iniciativas sólo prolongan la agonía del planeta y atesoran capital a costa de una crisis que, se estima, dentro de 15 años provocará el desplazamiento de mil millones de refugiados ambientales.

Las grandes trasnacionales se reconvirtieron y de pronto se asumieron ambientalmente responsables. Devastar selvas para producir biodiesel; implantar parques eólicos en áreas altamente productivas de alimentos o apoderarse de bosques comunitarios y de biodiversidad bajo el pretexto de la captura de bióxido de carbono

Energías limpias, una solución falsa pero rentable. La emisión de gases con efecto invernadero ha sido considerada una de las principales causas del actual desastre ambiental. Ello le abrió la puerta a las grandes corporaciones generadoras de energía para hacer un negocio redondo. Impulsan proyectos aparentemente sustentables de generación de energía y reciben además fondos verdes del Banco Mundial. Si, negocio redondo, ¿a costa de qué?, ¿y a costa de quién? En el Istmo de Tehuantepec, por ejemplo, recientemente la empresa española Acciona construyó el parque eoloeléctrico Eurus, el más grande de América Latina en su género, con una inversión de unos 550 millones de dólares. Establecido sobre tierras de regadío del ejido La Venta, próximo a la ciudad zapoteca de Juchitán, Oaxaca, cuenta con una capacidad instalada de 250 megavatios y con 167 aerogeneradores que pronto abastecerán de “ener-

Cambiar el clima o cambiar el sistema. Las salidas que impone el gran capital global a la crisis climática parten de una visión que ha convertido todo en mercancía, llegando al extremo de darle un valor monetario al aire. Hasta ahora el costo real de las “alternativas” a las crisis ambiental ha recaído principalmente sobre las espaldas de los países con bajo gasto de energía y por lo tanto con bajas

EXIGEN LOS INDÍGENAS EL DERECHO A SER CONSULTADOS

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n el marco de la Conferencia sobre Cambio Climático (COP 16), las organizaciones indígenas, civiles y campesinas de los cinco continentes manifestaron su rechazo a la mercantilización de los recursos naturales; exigieron que se respeten los derechos de los pueblos indígenas, los de la Madre Tierra y, sobre todo, el derecho al uso y la gestión comunitaria de los recursos naturales en los territorios ancestrales. Cecilio Solís Librado, copresidente del Caucus Indígena, señaló que es inaceptable que embajadores, secretarios de Estado y gobernantes del mundo quieran seguir imponiendo el poder político, económico y social. En lugar de esto, exigió que se reconozca que los pueblos indígenas tienen derechos de decisión en sus territorios. En la manifestación del siete de diciembre a las afueras de la COP 16, Solís Librado añadió que los derechos de los pueblos indígenas van más allá de la discusión de la COP 16. “Nosotros somos el pueblo, son nuestros

territorios, somos indígenas que cada día vemos mermada la comida en nuestras casas; cada día nuestros pueblos tienen que lidiar, antes por un interés económico, ahora por un desplazamiento forzoso que es resultado del cambio climático”. El impacto climático “no es producido por los pueblos indígenas, sino por los países capitalistas y sus formas de desarrollo que han fracasado, a lo que no pueden seguir permitiendo que los Estados hablen

emisiones de gases. Para variar, los pobres pagan el despilfarro de los ricos. Es claro que los grandes intereses globales no están dispuestos a reducir el gasto enloquecido de energía ni frenar el ritmo de producción y consumo que les asegura sus niveles de ganancia. Es ingenuo entonces pensar que desde los poderosos surgirán alternativas reales que enfrenten de manera efectiva esta situación. Las falsas salidas que impone el capital global no son la solución a la profunda crisis que vive el planeta, son simplemente una prolongación de la agonía. Es por ello que ante un futuro incierto y difícil se requiere avanzar en la construcción de alternativas “desde y para la gente”: la justicia climática demanda ya un cambio de modelo, la vida de nosotros y de las próximas generaciones depende de ello. UCIZONI-MAIZ

por ellos, nunca más un mundo sin los pueblos indígenas y campesinos”, dijo.

no se cumple, realizaremos una auto consulta como una política de lucha”.

El dirigente de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), Miguel Palacín Quispe, lamentó que la presidenta de la COP 16, la canciller mexicana Patricia Espinosa, haya evitado que los acuerdos de Cancún tengan un carácter jurídicamente vinculante.

Miguel Palacín dijo también que antes de hablar de un mercado de carbono, los países desarrollados deben primero comprometerse a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero.

Los indígenas, se sienten decepcionados debido a que una de sus principales demandas era que se incorporara el Acuerdo de Cochabamba en el texto resultante de Cancún.

FOTO: Enrique Pérez S. / ANEC

Emanuel Gómez y Claudia Barajas

FOTO A h UCIZONI FOTO: Archivo

Carlos Beas Torres

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Palacín Quispe señaló que los indígenas insistieron además en incluir en el acuerdo de Cancún los dos instrumentos internacionales que mencionan que los pueblos indígenas tienen derecho a ser consultados y dar el consentimiento libre, previo e informado en decisiones que los atañan: la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Desafortunadamente, manifestó, estos convenios son letra muerta en muchos países. El indígena peruano agregó que “en muchas luchas indígenas se está impulsando que el derecho a la consulta se cumpla y si

Por último, indicó que los indígenas rechazan que se acepte un incremento de la temperatura de la Tierra de dos grados Celsius; debe ser sólo un grado y pidió que se cumpla el Protocolo de Kioto, además de que se reconozcan los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas para enfriar el planeta y que éstos tengan una participación plena y efectiva en esta tarea.

FOTO: Oxfam Internacional

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EL CLIMA COMO NEGOCIO

LAS PROMESAS DE LA INDUSTRIA BIOTECNOLÓGICA: Evento: Premios AMER 2011. Organiza: Asociación Mexicana de Estudios Rurales, AC (AMER). Informes: amer_cecioh@ yahoo.com.mx / amer4@servidor.unam.mx www.amer.org.mx

¿IGNORANCIA O ENGAÑO? Adelita San Vicente Tello

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n los años recientes hemos presenciado una costosa campaña de difusión y mercadotecnia de la industria biotecnólogica y su representación civil en el país, Agrobio, en la que reiteran que las semillas transgénicas son la solución para múltiples problemas. Afirman que esta tecnología permitirá desde revertir la crítica situación del campo mexicano y las adversidades producto del cambio climático hasta atender la necesidad de mayor cantidad de alimento por el incremento de la población del planeta. Veamos si las promesas de esta industria son una solución, si sus argumentos son errados, o más aún, si incurren en el engaño. Si bien la industria biotecnológica moderna es amplia –ya que incluye desarrollos para la biomedicina, la bioremediación, la farmacéutica y agropecuaria– aquí el punto a debate son las semillas transgénicas que se sembrarán al aire libre. Recordemos que las semillas transgénicas presentes en el mercado, así como las que están en experimentación en México sólo tienen dos características: tolerancia a herbicidas, presente en más de tres cuartas partes de los transgénicos que se comercializan en el mundo, y resistencia a plagas por la expresión de la toxina Bacillus thuringiensis (Bt). Cuando se habla de solucionar el hambre del mundo se presupone que esta tecnología aumentará los rendimientos, y este planteamiento es completamente falso; así lo han reconocido las propias empresas, que dicen: “no existen aún en el mercado cultivos transgénicos que incrementen intrínsecamente los rendimientos”. Analicemos el gran tema que han publicitado las empresas: las plantas con resistencia a sequía que podrán enfrentar el cambio climático y alimentar a la humanidad. En 2007 en un viaje pagado a periodistas a su planta de San Luis, Missouri, “Monsanto, aseguró que desarrollaba un maíz blanco resistente a sequías para ‘ayudar’ a los países en desarrollo, los cuales para utilizarlo no deberán esperar a que sea avalado en las naciones de primer mundo, ya que ese proceso se lleva hasta diez años.” (Angélica Enciso, en La Jornada, 22 de mayo de 2007). En ese momento se dio mayor énfasis a la regulación que a la forma en que se conferiría la resistencia. Más adelante, en 2009, al celebrar el Día Internacional de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, Monsanto y BASF anunciaron el descubrimiento de un gen que confiere tolerancia a la sequía en plantas de maíz. En un boletín y con inserciones pagadas en la prensa revelaron que “el gen cold shock protein B (cspB) –proteína B de impacto en frío– que se encuentra de manera natural en bacterias Bacillus subtilis, puede contribuir a que las plantas de maíz toleren condiciones de sequía y estabilicen su rendimiento en períodos de escaso suministro de agua”.

Monsanto señaló que “una parte importante de esta inversión se canaliza a identificar y evaluar genes con características prometedoras en cuanto a rendimiento y tolerancia a condiciones de estrés”. Este tema es el central, pues si bien Monsanto detenta la tecnología para insertar la información genética, esta información se encuentra en las propias plantas, la mayor parte cultivadas por campesinos que con mucha dedicación y trabajo, año con año, han logrado variedades resistentes a diversas condiciones. Es un conocimiento desarrollado a lo largo de milenios. Esta información se ha recolectado por años en diversos bancos de germoplasma, pero el del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) sobresale, y no tanto por su tamaño, sino porque, siendo una institución no gubernamental, el material que almacena es utilizado por diversos investigadores del mundo sin ningún control por parte del gobierno mexicano. Así se observa en diferentes estudios. Por ejemplo un texto publicado en la revista Crop Science, de la Sociedad de Ciencia de Cultivos de Estados Unidos, indica que los científicos del Instituto Federal Suizo de Tecnología usaron para su estudio variedades del grano desarrolladas por el CIMMYT en México. Tal estudio evaluó si diferentes variedades del maíz tienen la mezcla genética que les permita adaptarse a las sequías.

Monsanto señaló que “una parte importante de esta inversión se canaliza a identificar y evaluar genes con características prometedoras en cuanto a rendimiento y tolerancia a condiciones de estrés” Asimismo, en el reporte de Monsanto sobre su proyecto para el desarrollo de un maíz que hace un uso eficiente del agua –el cual se realiza con inversión de la Fundación Gates y de la Howard Buffett– se señala que el CIMMYT participa ofreciendo sus variedades de maíz de alto rendimiento, adaptadas a las

condiciones africanas y con su experiencia en la “mejora” convencional y las pruebas de tolerancia a la sequía. Por otra parte, en cuanto a la dimensión del problema que se pretende atacar tenemos que los investigadores que estudian este fenómeno han reiterado que la tolerancia a sequía es compleja, controlada por varios genes que posiblemente actúan en una manera organizada. Además, no está determinada exclusivamente por características genéticas, pues los sistemas productivos agrícolas constituyen un factor muy importante en el desarrollo de cultivos en ambientes secos. Por ello resulta muy complicado incidir en esta característica. Y por ello los únicos cultivos transgénicos que han logrado posicionarse en el mercado a gran escala hasta el momento son los que involucran rasgos genéticos simples (que se heredan por la vía de un solo gen) como es la tolerancia a los herbicidas y la resistencia a los insectos. Así, las empresas presentan de manera reduccionista una solución a un problema complejo. Al analizarlo, más que un planteamiento equivocado pareciera un engaño, pues lo que observamos en el fondo es la búsqueda y apropiación de estos genes que resisten sequía y condiciones climáticas extremas, que se encuentran en variedades creadas, reproducidas y salvaguardadas por los campesinos. Esto se deduce del informe presentado el pasado octubre de 2010 por la organización ETC, que señala que “BASF, Monsanto, Bayer, Syngenta, Dupont y socios de la industria de la biotecnología presentaron 532 solicitudes de patentes (un total de 55 familias de patentes) sobre genes llamados “resistentes al clima” en oficinas de patente de todo el mundo. La apuesta es solicitar patentes de amplio espectro sobre genes relacionados con presiones ambientales. Monsanto (la mayor compañía de semillas del mundo) y BASF (la mayor firma química del mundo) formaron una sociedad colosal de mil 500 millones de dólares para manipular genéticamente la tolerancia al estrés en plantas. Juntas, las dos empresas acaparan 27 de las 55 familias de patentes (49 por ciento) identificadas” (http://www.etcgroup.org/upload/

Evento: Tercer Congreso Latinoamericano de Agroecología. Organiza: Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología y Universidad Autónoma de Chapingo. Fecha: 17-19 de agosto de 2011. Lugar: Oaxtepec, Morelos, México. Informes: www.congresocla.com.mx / www.3congresocla.com.mx Libro: Defensa comunitaria del territorio en la zona central de México: Enfoques teóricos y análisis de experiencias. Coordinador: Carlos A. Rodríguez Wallenius. Autores: Varios. Editorial: Juan Pablos Editores. Año: 2010. Informes: juanpabloseditor@ prodigy.net.mx Libro: Contexto histórico de las organizaciones campesinas nacionales. Autor: Rubén Mercado Terán.

publication/pdf _ f ile/ FINA L _climatereadyComm_106_2010.pdf). Resulta evidente que no sólo nos enfrentamos a una falsa promesa de la industria biotecnológica, sino a un verdadero engaño. Lejos de ayudar a los “pobres” del mundo buscan apropiarse de la riqueza de nuestros pueblos. Tan burdo es su engaño que en el boletín de prensa mencionado de 2009, encontramos en letras pequeñas una leyenda que advierte que lo dicho puede cambiar en el tiempo: “Advertencia sobre información respecto de expectativas futuras: Ciertas declaraciones incluidas en esta presentación son con miras al futuro (...)”. No debe confiarse excesivamente en estas declaraciones que tienen efecto solamente a la fecha de su presentación. Poco a poco estamos desentrañando el engaño de estas empresas y su objetivo real. Estamos claros de que la compleja problemática que enfrenta el sector rural en México, el hambre que afecta a millones de personas en el mundo y el propio cambio climático, son producto de su avidez, que busca controlar a la humanidad, y de sus falsas soluciones que lejos de acabar con los problemas los crean y profundizan. Agrónoma, aspirante a maestra en Desarrollo Rural. Directora de Semillas de Vida, AC adelita@semillasdevida.org.mx


¿ QUÉ HACER?

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CAMBIO DE PARADIGMAS

Un nuevo modelo agroalimentario para enfrentar la crisis climática Víctor Suárez Carrera “Divididos no avanzaremos; no debe haber hegemonía de ningún sector. Hay que enfrentar al capitalismo juntos, con calidad ideológica y programática” Evo Morales (Cancún; 9 de diciembre de 2010)

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l campo: clave para enfrentar la crisis climática planetaria. A la luz de la crisis climática planetaria, hoy se revelan las falacias, ignorancias, contrasentidos y necedades de un puñado de dogmáticos y trasnacionales que en los 30 años recientes han pretendido invisibilizar al campo, declarando la guerra a los campesinos, a los pueblos indios y a la población rural de México y el mundo.

El gobierno mexicano, en su calidad de anfitrión y en la presidencia de la COP 16, ha utilizado la crisis climática para promover una imagen de liderazgo internacional “verde”, a favor de acciones de fondo y duraderas que detengan el calentamiento del planeta Como lo señala Víctor Toledo “el calentamiento del planeta se debe no sólo a la producción industrial y al transporte”, entre 25 y 32 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que provocan el calentamiento global provienen de áreas rurales. En el caso de México, según el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) del gobierno federal, los GEI generados por las actividades en el territorio rural aportan 19 por ciento del total nacional. A esta cifra debe agregarse dos por ciento de emisiones derivadas de los energéticos fósiles utilizados en las actividades agropecuarias y forestales, así como entre dos y cuatro por ciento por los GEI causados por las importaciones masivas de alimentos e insumos agropecuarios y por el llamado turismo de granos dentro del territorio nacional. De tal forma que el campo y la gestión actual de los territorios rurales del país aportan, bajo el modelo hegemónico neoliberal, alrededor de 25 por ciento del total de GEI, y se equiparan a las emisiones de los sectores de energía (generación y uso) y transporte. Sin embargo, aún dista mucho de reconocerse en México y en las negociaciones climáticas globales la responsabilidad de los modelos agroalimentarios y de gestión de los territorios rurales hegemónicos en la crisis climática. A lo más, se considera a la deforestación y degradación de los bosques en los países subalternos como un factor relevante de emisión de GEI pero considerándolo como algo aislado e independiente del

modelo de agricultura industrial hegemónico impuesto en la mayor parte de los países por el llamado Consenso de Washington y sus instrumentos e instituciones (FMI, BM, BID, OMC, REDD+). En todo caso, se atribuye la degradación de bosques y suelos y la deforestación a los instintos “ecocidas” de las comunidades campesinas, los pueblos indios y, en general, de los pobres rurales. Cambio climático y modelo hegemónico agroalimentario. El cambio climático global, resultado del sistema-mundo moderno y exacerbado en los pasados 50 años, es un hecho incontrovertible que amenaza la acumulación capitalista a escala planetaria y la sobrevivencia de la humanidad. El cambio climático ha afectado, y lo hará con más frecuencia y severidad en el futuro, la producción y disponibilidad de alimentos y agua, así como los modos de vida rurales a lo largo y ancho del planeta por medio de la exacerbación de sequías, inundaciones, alteración de los ciclos hidrológicos, deslaves, surgimientos de plagas y enfermedades, etcétera. Hoy, de acuerdo con un estudio del Instituto de Políticas Agrícolas y Comerciales (IATP) y la Fundación Heinrich Böll, además de los mil 50 millones de personas que padecen hambre en el mundo, mil 69 millones carecen de acceso a agua potable para beber y dos mil 612 millones no tienen agua para satisfacer sus necesidades sanitarias básicas. En México, cerca de 25 millones padecen hambre. Asimismo, los modos hegemónicos de agricultura industrial altamente demandante de energía fósil y su contrapartida de depauperación, despojo y exclusión de la economía agroalimentaria y rural en manos de pequeños y medianos productores, campesinos, indígenas y de sus comunidades y pueblos, han contribuido al calentamiento global en una proporción más relevante de lo que actualmente se reconoce. Este hecho coloca a los territorios rurales y a sus modos de gestión como víctimas y a la vez causantes importantes del cambio climático global. Por lo tanto, la relación cambio climático y campo-economía campesina-gestión de los territorios rurales se revela con suma claridad, además de la estrecha interdependencia de las relaciones crisis económica-campo y crisis social-campo, entre muchas otras más. O se transforman radicalmente los modos hegemónicos de producción y reproducción en la agricultura, la economía agroalimentaria y la gestión de los territorios rurales a escala mundial y en los Estados nacionales en otra lógica que no sea la de mercantilización y acumulación capitalista, o no sólo el sistema-mundo capitalista profundizará su Gran Crisis (incluyendo la

aceleración del calentamiento planetario), sino la humanidad entera estará en riesgo de sobrevivencia. Incongruencias gubernamentales frente a la crisis climática. El gobierno mexicano, en su calidad de anfitrión y en la presidencia de la COP 16, ha utilizado la crisis climática para promover una imagen de liderazgo internacional “verde”, a favor de acciones de fondo y duraderas que detengan el calentamiento del planeta. Desde Copenhague a Cancún, durante todo un año, Calderón ha derrochado recursos y discursos en cuanto foro internacional ha sido posible. Pero hay un doble discurso. En el plano nacional, el gobierno continúa aplicando las mismas políticas macroeconómicas, energéticas, agroalimentarias, de transporte, etcétera, que promueven e incrementan la emisión de GEI, además de que generan mayor desigualdad económica y social, pobreza rural, dependencia alimentaria, mala nutrición, migración y depredación de nuestros recursos naturales. Ejemplos: a) Autorización de siembras experimentales de maíz genéticamente modificado para satisfacer los intereses de Monsanto, lo cual pone en grave riesgo la agrodiversidad de los maíces mexicanos, vital para la adaptación frente al cambio climático; b) promoción de plantaciones forestales industriales privadas, en lugar de poner en el centro de las políticas forestales la restauración campesina de los suelos y el manejo comunitario de bosques; c) fomento y protección de la minería a cielo abierto por empresas trasnacionales, violando las leyes mexicanas y los derechos de las comunidades campesinas, los pueblos indios y los pobladores urbanos de las áreas de influencia; e) promoción con subsidios públicos de plantaciones de café robusta genéticamente modificado a cielo abierto para favorecer a la Nestlé, en lugar de impulsar y proteger la caficultura orgánica de café arábigo de altura bajo sombra, con base en las comunidades campesinas

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¿ QUÉ HACER? e indígenas; f) promoción del uso de tierras de cultivo para establecer plantaciones industriales de oleaginosas destinadas a los agrocombustibles y presión al Congreso para modificar leyes que prohíben el uso de maíz para la elaboración de bioetanol, cuando México importa el 40 por ciento de sus alimentos y 20 por ciento de la población padece hambre y desnutrición; g) impulso al despojo de territorios campesinos para favorecer inversiones extranjeras en energía eólica; y, f) subsidios de mil millones de pesos en 2010 para importar fertilizantes químicos de Ucrania y otros países y cero subsidios para la producción local de abonos orgánicos y la restauración de suelos agrícolas degradados.

Se requiere mantener la unidad, iniciativa y movilización de las organizaciones y movimientos sociales después de Cancún para lograr los cambios requeridos TEMA DEL MES

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CAMBIO DE PARADIGMAS

Lejos de reorientar las políticas internas, el gobierno mexicano continúa aplicando en forma inercial y desarticulada las mismas políticas, programas y acciones con independencia de sus implicaciones sobre el clima planetario y la degradación de los recursos naturales. Ante el mundo el gobierno mexicano pregona a favor de un fondo verde internacional, pero internamente no ha establecido un fondo verde nacional. En la propuesta de presupuesto de egresos de la federación para 2011, el gobierno federal no incluyó nada al respecto. El cambio climático es utilizado, además, por los gobiernos federal y locales como el pretexto perfecto frente a las fallas estructurales de las políticas neoliberales, así como por la indolencia e ineficiencia gubernamental. El gobierno mexicano, además, aprovecha el cambio climático para impulsar falsas soluciones que sólo benefician a grandes corporaciones que son responsables de fuertes emisiones de GEI y ahora pretender hacer negocios “verdes”, imponiendo falsas soluciones. El Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc) y un conjunto amplio y plural de asociaciones de la sociedad civil participantes en el Espacio Mexicano frente al Cambio Climático-Diálogo Climático (Esmex-DC) han planteado propuestas viables a escala local, nacional e internacional para detener el calentamiento del planeta en el marco de un nuevo modelo agroalimentario y de organización económica y de la convivencia de la humanidad. Se requiere mantener la unidad, iniciativa y movilización de las organizaciones y movimientos sociales después de Cancún para lograr los cambios requeridos. Entre tanto, para continuar el esfuerzo y la lucha de décadas por un nuevo modelo agroalimentario a favor del planeta, innumerables comunidades y organizaciones autónomas y autogestivas del país, como las articuladas en el Conoc, se han comprometido a continuar impulsando y extendiendo sus prácticas e innovaciones en la agricultura sustentable de granos básicos, caficultura orgánica bajo sombra, manejo comunitario de bosques, sistemas financieros rurales sociales así como en la defensa y manejo sustentable de los recursos naturales en manos de campesinos y campesinas y pueblos indios.

VOCES EN PRO DE LA AGRICULTURA FAMILIAR Lourdes Edith Rudiño CANCÚN, Quintana Roo. En Brasil fue frecuente en el pasado y hoy día ocurre en muchos países que a los campesinos, a los productores de pequeña escala, se les “criminaliza”, se les acusa de ser causantes del deterioro ecológico y del calentamiento global. Pero detrás de todo eso lo que hay es un interés ideológico y económico que pretende dejar el camino abierto para que los grandes capitales se apropien de las tierras, de los recursos, siendo realmente éstos los responsables de la crisis ambiental que vivimos, afirma Alberto Broch, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores Agrícolas de Brasil (Contag), la cual integra a más de 15 millones de trabajadores rurales, campesinos y agricultores familiares. Broch participó en el seminario Agricultura Familiar, Sistemas Financieros Rurales y Cambio Climático, que ocurrió paralelo a la COP 16. Allí habló de cómo Brasil ha avanzado en políticas públicas y legislaciones que benefician a la agricultura familiar por medio de favorecer el crédito especializado para este sector, la capacitación, la creación del programa de compra de alimentos locales enlazado con el abasto a escuelas y otras instituciones, todo lo cual ha permitido sacar a 20 millones de brasileños de la indigencia y ubicarlos en una situación en que por lo menos ya no padecen hambre. “Hemos logrado muchas cosas, considerando que Brasil es un país muy desigual”. Isabel Cruz, presidenta del Foro Latinoamericano y del Caribe de Finanzas Rurales (Forolacfr), resaltó que en general Alberto Broch América Latina “está llena de rezagos que afectan principalmente a las áreas rurales. Existe una exclusión masiva de acceso a servicios básicos y financieros y hay ausencia de políticas públicas para el desarrollo de la agricultura familiar. Pero, agregó, cada vez se observan más iniciativas que buscan construir oportunidades”. Destacó la experiencia de Brasil, la cual, demuestra que a pesar del actual contexto de crisis ambiental, crisis financiera y crisis alimentaria, “es posible construir soluciones nacionales e internacionales con el trabajo campesino”. Coincidió con Broch en que la agricultura familiar, con prácticas tradicionales, con el aprovechamiento del conocimiento de los antepasados y escasa o nula utilización de agroquímicos, es coherente con la conservación de los recursos naturales y de la protección ambiental. Pero Broch precisó: hay condicionantes y retos. “Cuanto más se fortalece la agricultura familiar, se crea un modelo donde es posible combinar producción de alimentos y preservación. Para eso necesitamos

políticas específicas, marcos regulatorios (…) Para nosotros, en primer lugar es importante que los Estados, los gobiernos tengan como prioridad de su agricultura, la agricultura familiar, pues son indispensables políticas específicas que propicien la investigación, la asistencia técnica, la capacitación (…) Inclusive los centros de investigación deben empezar a generar investigaciones de nuevas formas de hacer la agricultura”. El problema es que “esto no es lo que se ve en la mayoría de los países , porque intentan terminar con los pequeños y hay una tendencia en el mundo hacia la gran agricultura, el agro-negocio, el monocultivo, lo cual no combina con la preservación ambiental”, dijo en el seminario, que fue organizado por el Forolacfr y el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc). Brasil por lo pronto, sigue en su tarea de fortalecer el apoyo campesino. Ahora mismo los representantes campesinos en diálogo directo con el Poder Legislativo y con apoyo del Ejecutivo, están impulsando una legislación para generalizar el pago de servicios ambientales a los productores familiares. El subsecretario de Desarrollo Rural de México, Ignacio Rivera, escuchó parte de estos planteamientos. Coincidió en que la producción campesina requiere un nuevo tipo de respuestas que deben provenir desde el aparato público, de la Secretaría de Agricultura, “pues no podemos pensar que los campesinos solos resolverán sus retos”. Se refirió a la necesidad de organización para la producción, pues el campo mexicano, dijo, requiere de escala. Y se deben impulsar políticas orientadas al desarrollo de capacidades y de capital humano. “El campo tiene que contribuir a la soberanía y la seguridad alimentarias, pero sustentablemente y no puede hacerlo a cualquier costo (…) La agricultura familiar es la que tiene el potencial de cumplir con esta misión de dar los alimentos en forma sustentable. Algunos estudios demuestran que un peso invertido en este tipo de agricultura tiene más eficiencia que un peso invertido en la agricultura comercial”. En México, señaló, un escaso diez por ciento de los productores son comerciales y el 90 restante son de pequeña y mediana escala. “Tenemos que abordar este asunto desde las políticas públicas”. Además, agregó, atender a la agricultura familiar va enlazado con la atención al problema de la pobreza. “Un 75 por ciento de los pobres del mundo viven en el campo, eso significa que son agricultores o están directamente relacionados con la actividad agrícola. Eso me lleva a mirar el papel que tiene la agricultura”.


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AGRICULTURA ECOLÓGICA

Eric Holt-Gimenez

LOS PECADOS DE LA AGROECOLOGÍA SEGÚN EL CAPITAL

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a agroecología –aplicación de conceptos y principios ecológicos para el diseño y manejo de sistemas agrícolas sostenibles– es la mejor forma para que el agro haga frente al cambio climático. Remedia el calentamiento global al reducir la emisión de gases invernaderos y al capturar carbono. Mitiga los efectos globales al incrementar la resiliencia agrícola. Y facilita la adaptación porque ayuda al agricultor a responder de manera rápida ante los cambios de clima. Todo eso hace la agroecología mientras produce más comida por hectárea que la agricultura convencional.

FOTO: Claudio Vicuña

Y he aquí los pecados de la agroecología: reduce el consumo de agroquímicos, conserva material genético y depende del campesinado

Entonces, ¿por qué la agroecología no fue un tema fundamental en las negociaciones de Cancún? Hay que acordarse de que la ciencia agroecológica nació de observaciones ecológicas a los sistemas agrícolas tradicionales. Cuarenta años de acompañamiento, investigación, innovación y práctica entre científicos y campesinos han refinado la agroecología, resultando en un método sofisticado para manejar agro-eco sistemas diversificados y productivos que conservan el medio ambiente. También, ayudan a conservar in situ la semilla criolla campesina, un patrimonio genético irremplazable. Y he aquí los pecados de la agroecología: reduce el consumo de agroquímicos, conserva

material genético y depende del campesinado. Los primeros dos pecados reflejan la burda lógica del mercado agroindustrial que se opone férreamente a cualquier cosa que reduzca sus ventas. El tercero tiene una lógica de clase. Apoyar, fortalecer o provenir de un campesinado independiente siempre ha sido imperdonable para las clases pudientes. Durante medio siglo de modernización agrícola, el capital agroindustrial quiso eliminar al campesinado, (aun mientras le extraía el valor de su mano de obra, sus semillas y su sobreproducto). Ahora el capitalismo lo ve como obstáculo a su proyecto de financializar la crisis climática. La agroecología no sirve a los intereses de quienes se reunieron en Cancún sirve los intereses de su enemigo de clase. Hace 12 años el huracán Mitch, evento climatológico por excelencia, azotó el istmo mesoamericano. Después de 30 años de desarrollo agrícola convencional, el medio ambiente –y los campesinos que ahí vivían– se encontraban vulnerables ante el fenómeno. El llamado “huracán de los pobres” soltó la lluvia de diez inviernos sobre las laderas erosionadas, las barrancas precarias y la golpeada frontera agrícola, y dejó 12 mil muertos. Mientras los gobiernos y la cooperación externa negociaban planes de reconstrucción, los hombres y mujeres del Movimiento Mesoamericano Campesino a Campesino se organizaron en un esfuerzo masivo

Víctor M. Toledo

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n el asunto del cambio climático, que es quizás el evento más preocupante de la historia de la humanidad, hay que marcar las diferencias y delinear los matices. Por ejemplo, no se puede afirmar que todos seamos culpables, humanidad o especie, como pregona la retórica superficial que domina los medios masivos y los discursos de los políticos. Los culpables tienen nombre y apellido, y en cada ámbito existen diferentes circunstancias, causas, efectos y afectados. En el caso del campo, las áreas rurales del mundo son hoy escenarios donde se realiza también la batalla entre la vida y la muerte... del planeta. El calentamiento global se debe no sólo a la producción industrial y al transporte. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, de 25 a 32 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global provienen de áreas rurales: hasta 18 por ciento debido a la deforestación, principalmente en las regiones intertropicales, es decir, la conversión de bosques y selvas en áreas agrícolas y pecuarias, y hasta 14 por ciento por la agricultura y ganadería, pues ciertos cultivos y las reses generan o eructan metano, gas más dañino que el bióxido de carbono. En esta arena de procesos antiguos y nuevos, los agronegocios, basados en el modelo agroindustrial, calientan; la agroecología, generalmente practicada por los pequeños productores tradicionales, enfrían. Este dilema representa las dos opciones del mundo agrario: una basada en la conversión de la naturaleza en un piso de fábrica para la producción especializada en medianas y grandes propiedades y utilizando todo el arsenal agroindustrial: fertilizantes y pesticidas químicos, maquinarias, petróleo y gas, y variedades genéticamente modificadas incluyendo organismos transgénicos. La otra, que busca la relación recíproca con la naturaleza y sus procesos, tomando en cuenta las sabidurías locales y tradicionales, respetando la diversidad

biológica y genética, utilizando energía solar, realizada en pequeña escala por familias, cooperativas y comunidades. El modelo agroindustrial contribuye de manera cuádruple al calentamiento global, porque 1.- es la principal causa de deforestación al ampliar los extensos monocultivos agrícolas y de pastos; 2.- aumenta la cabaña ganadera a niveles excesivos: hacia 2001 se reportaban más de mil 500 millones de reses en el mundo; 3.- utiliza petróleo y gas como fuentes casi únicas de sus prácticas, y 4.- al inducir la especialización de enormes regiones agrarias, estimula el transporte de alimentos desde largas distancias aumentando la quema de combustibles fósiles. En contraste, la práctica de la agroecología, como la agricultura orgánica y sustentable, la ganadería holística y el manejo ecológicamente certificado de bosques y selvas, fundadas en la agrodiversidad y en la búsqueda de localidades y regiones autosuficientes, que producen casi todos sus alimentos y evitan el uso de energía en su transporte, contribuyen a aminorar el calentamiento global. Hay todavía otra razón a favor de la opción agroecológica: su resistencia a los riesgos provocados por el cambio global del clima. Esto ha quedado demostrado por experiencias como la del movimiento de campesino a campesino del norte de Centroamérica, un proceso de innovación que se inició en 1987, llevando como actores a familias campesinas de Guatemala, México y Nicaragua, y que hoy alcanza ya a unas 10 mil familias. La eficacia de las técnicas aplicadas en el movimiento de campesino a campesino ha quedado corroborada por una investigación rigurosa de carácter colectivo y participativo realizada en 1999-2000 para evaluar los impactos del huracán Mitch. Con la participación de unas 40 organizaciones campesinas y ONGs de Guatemala, Honduras y Nicaragua, se crearon cien equipos de investigación que levantaron datos en mil sitios con impactos bajos, medios y altos del huracán, comparando terrenos bajo manejo agroecológico y terrenos contiguos bajo manejo convencional. Los resultados mostraron la mayor

FOTO: Christian Guthier

LO AGROINDUSTRIAL CALIENTA, LO AGROECOLÓGICO ENFRÍA

resistencia, entendida como la capacidad para amortiguar eventos catastróficos, de las parcelas agroecológicas confirmando de paso su carácter sustentable (ver detalles en Holt-Giménez, E. 2008. http://www.simas.org.ni/files/cidoc/CaC-mov%20centroamerica.pdf). Por todo lo anterior debe exigirse una política agroalimentaria que no esté en favor de los grandes propietarios agrícolas, ganaderos y forestales, de las empresas monopólicas y de los consorcios alimentarios, es decir, del sector que produce alimentos emitiendo los máximos niveles de carbono. Tan sólo la renuncia oficial a la soberanía y autosuficiencia alimentarias provoca la importación de 45 por ciento de alimentos de Estados Unidos, con altos costos en transporte y energía. Esta complacencia del gobierno mexicano por los agronegocios se complementa con la falta de apoyo a la agricultura orgánica, a la forestería comunitaria, a los proyectos de sustentabilidad rural (en el país existen dos mil), a los sistemas agroforestales de café, en fin, a las formas que menos contribuyen al calentamiento global del planeta. El movimiento y la resistencia campesinos están obligados a tomar un papel activo en este nuevo escenario de luchas, ya vislumbradas desde hace décadas, donde la defensa del planeta es también la lucha por la soberanía alimentaria, las culturas milenarias y la vida campesina e indígena. Y es que la lucha social y la lucha ecológica son una misma, especialmente en el caso del campo, donde el avance de la modernización neoliberal destruye por igual idiosincracias y culturas tradicionales y recursos naturales de todo tipo.


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Publicaron sus resultados en revistas científicas. Instaron a sus gobiernos a reconstruir el campo a base de la agroecología. Ellos mismos podrían multiplicar el conocimiento de campesino a campesino.

Frente a las sequías, huracanes, heladas y plagas que traerá el cambio climático, los servidores de la agroindustria se reunieron en Cancún para proponer mercados de carbono y la privatización de los bosques ¿La respuesta? El Plan Puebla-Panamá. En su gran sabiduría neoliberal, El Banco Interamericano de Desarrollo, los ministros de Agricultura de México y Centroamérica, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la cooperación europea vieron en Mitch una oportunidad perfecta para abandonar el campesinado y convertir la región en una enorme maquiladora. Según ellos, esta inserción en el mercado global traerá progreso económico a todo el istmo... Ya sabemos el resultado. Los campesinos del Movimiento Campesino a Campesino aprendieron una lección dura: No basta tener la razón. Sin una organización política que ejerza presión, que fije políticas afines y que proteja al campesinado, la agroecología, por muy eficaz que sea, no tiene ninguna posibilidad de hacerle frente a los desastres naturales. La destrucción neoliberal de la economías campesinas en México y Centroamérica provocó una ola migratoria sin antecedentes, seguida por la entrada de los monopolios mas voraces del planeta: Cargill, Monsanto, Syngenta, ADM, Wal-Mart... Mientras el Plan Puebla-Panamá agoniza por falta de inversiones (la región nunca tuvo la menor posibilidad de competir con China), los grandes capitales agro-alimentarios desmantelan y remodelan Mesoamérica a su gusto. Frente a las sequías, huracanes, heladas y plagas que traerá el cambio climático, los servidores de la agroindustria se reunieron en Cancún para proponer mercados de carbono y la privatización de los bosques. No se mencionó la agroecología en las plenarias, despachos, ni pasillos oficiales. No hablaron del campesinado. No, la agroecología se alzó en las calles con el grito de los campesinos y las campesinas, quienes, negándose a desaparecer, nos ofrecen una vía productiva, limpia y justa para enfriar el planeta. Esta vez debemos apoyarles, por el bien de todos. Director ejecutivo de Food First, Instituto de Política Alimentaria y Desarrollo

MANEJO COMUNITARIO DEL AGUA Y CAMBIO CLIMÁTICO Catarina Illsley y Emilia Pool

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as comunidades campesinas e indígenas de México son al mismo tiempo usuarias y productoras de agua. Como usuarias ocupan los últimos lugares en dotación de servicios de agua potable y drenaje. En contraste, como productoras captan alrededor de 23.3 por ciento del agua pluvial del país. Esto, porque casi la mitad de las regiones de mayor precipitación –incluyendo las cabeceras más importantes de las cuencas– corresponde a territorios de pueblos indígenas. Éstas aportan unos 122 mil milímetros cúbicos de agua que sirve para el abasto propio y de otras regiones (incluyendo ciudades importantes, entre ellas el Distrito Federal, que son abastecidas de agua total o parcialmente por pueblos indígenas); de la mayoría de las presas que en el norte del país forman los distritos de riego de la agricultura de alto rendimiento, y de sistemas importantes para la generación de electricidad y para el equilibrio de los ecosistemas. A la vez, los efectos del cambio climático, sobre todo las lluvias impredecibles y el paso de los huracanes, están afectando ya de manera directa a las comunidades indígenas y campesinas. Son quizá los más afectados a pesar de que han contribuido muy poco a las emisiones de gases de efecto invernadero. Más de la mitad del territorio nacional se encuentra bajo régimen de propiedad social: pertenece a ejidos y comunidades indígenas. El 14.3 por ciento de la superficie del país que contiene la mayor parte de las selvas húmedas y los bosques templados húmedos está bajo la custodia de comunidades indígenas incluyendo un tercio de las Áreas Naturales Protegidas (ANP). Es claro entonces que la conservación de gran parte de la biodiversidad y los ecosistemas del país, así como de los servicios que éstos proporcionan, en primer lugar el abasto de agua, depende del manejo sustentable y la conservación los territorios campesinos. Se hace entonces prioritario considerar a las comunidades campesinas y a sus habitantes en cualquier estrategia de política relacionada con el manejo de los recursos naturales y el cambio climático.

rales del país que valdría la pena examinar a la luz de la crisis climática. Estos complejos conocimientos se encuentran aparejados con mecanismos que facilitan la acción colectiva para el uso y manejo de los recursos naturales, algunos de los cuales permiten la creación de instituciones robustas y agilizan la evaluación y la adaptación de éstas a un entorno cambiante. Donde aún funcionan, las asambleas comunitarias, los sistemas de cargos, los comités de usuarios son formas organizativas que pueden concretar la regulación local y la articulación de acciones orientadas a la adaptación y la mitigación efectivas. Por tratarse de instituciones locales creadas por los usuarios de los recursos naturales, no únicamente disminuyen los costos de transacción para el monitoreo, la vigilancia y la sanción a quienes incumplen con los acuerdos de manejo, sino que proporcionan información más precisa y oportuna sobre las condiciones de los recursos y sus cambios.

Los campesinos del mundo, en particular los indígenas, desde siempre han producido alimentos y bienes bajo condiciones limitantes de energía, tecnología y escala. Los mexicanos conocen y usan un amplio espectro de tecnologías para cosechar el agua, conservar la humedad del suelo y hacer un uso más eficiente del riego, así como para reducir las inundaciones, la erosión y la lixiviación de nutrientes cuando la precipitación pluvial aumenta. Estos sistemas de conocimiento que, aunque deteriorados, aún subsisten, devienen en herramientas para ampliar la resiliencia y disminuir la vulnerabilidad del medio rural ante el cambio climático.

Se hace prioritario considerar a las comunidades campesinas y a sus habitantes en cualquier estrategia de política relacionada con el manejo de los recursos naturales y el cambio climático

Ante esta realidad, es decir, ante el hecho que los campesinos son habitantes, conservadores y poseedores de conocimientos e instituciones para el buen manejo hay un reclamo internacional legítimo para que los programas partan de “el reconocimiento de los derechos de las poblaciones locales, de su consentimiento previo libre e informado, de la seguridad en sus derechos de propiedad sobre los recursos según las leyes y sus usos y costumbres y del fortalecimiento de los servicios ambientales ecosistémicos por medio de la incorporación de los saberes locales” (Declaración de Anchorage 2009, Cumbre Mundial de Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático).

Algunos ejemplos: desde tiempos prehispánicos se han levantado terrazas y bordos de diversos tipos, usando materiales locales y plantas como magueyes o pequeños árboles, para retener la humedad, abatir la erosión y crear nuevos espacios para el cultivo, como los metapantlis del Altiplano Central. También se construyen canales, pequeñas presas y zanjas para dirigir el agua y los sedimentos hacia las parcelas o lejos de ellas, y para disminuir la velocidad de las corrientes en las barrancas. Los sistemas tradicionales de riego con zanjas y pantles de Morelos y Puebla aprovechaban el agua de lluvia con eficiencia energética. Los campos elevados, camellones y chinampas son ejemplos de sistemas ancestrales que permiten la producción intensiva y diversificada con control de la temperatura del suelo y de los niveles del agua. En el otro extremo, en territorios escasos en agua, algunos chochos de la Mixteca oaxaqueña aún saben cultivar el maíz de cajete, cuya alta productividad se logra mediante un manejo óptimo de la humedad retenida en el suelo. Como éstos, hay infinidad de ejemplos para todas las regiones biocultu-

Existe instrumental teórico-metodológicopráctico y suficiente experiencia acumulada para implementar nuevos modelos de política pública

FOTO: Carlos Ramos Mamahua / La Jornada

para medir y comparar el impacto del Mitch sobre la agricultura agroecológica y la agricultura convencional. El proyecto involucró a dos mil campesinos de Honduras, Guatemala y Nicaragua. Encontraron que, en comparación con las parcelas convencionales, las agroecológicas tenían 40 por ciento más capa fértil, 70 por ciento menos erosión y 50 por ciento menos derrumbes. Además tuvieron menos pérdidas económicas. Los campesinos descubrieron algo que los científicos ahora afirman: la agroecología reduce la vulnerabilidad ante los desastres naturales. También se dieron cuenta del corolario: la agricultura convencional aumenta la vulnerabilidad.

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Dada la magnitud y la velocidad de los cambios climáticos actuales, es necesario aportar información y fortalecer capacidades mediante el impulso de procesos de base comunitaria, participativos e incluyentes, de producción de conocimientos, mitigación y adaptación al cambio climático. El proyecto Agua Compartida para Todos, que –auspiciado por la Fundación Río Arronte IAP– desarrollan el Grupo de Estudios Ambientales y Sociales, AC (GEA) y una veintena de comunidades marginadas de la región centromontaña de Guerrero, así como proyectos de otros grupos en México y otros países demuestran que existe instrumental teóricometodológico-práctico y suficiente experiencia acumulada para implementar nuevos modelos de política pública que permitan fortalecer a las comunidades en sus capacidades para producir agua y enfriar el planeta, incorporando los derechos de las poblaciones locales y construyendo relaciones policéntricas entre las comunidades y otros actores relevantes, que pueden incluir a instituciones académicas, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, iglesias, etcétera. Programa de Manejo Campesino de Recursos Naturales del GEA, AC macarena@laneta.apc.org Se encuentra abierta la convocatoria de la Fundación Gonzalo Río Arronte: Agua para Comunidades Marginadas. http://www.alternativasociales.org/esp/index.php


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Sergio Madrid

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n su versión 2010, la Evaluación de los recursos forestales mundiales, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reporta que México tiene 64.7 millones de hectáreas de bosques y selvas y lo coloca en la lista de los 12 países con mayor superficie de estos ecosistemas. Además de su relevancia por su extensión, los bosques de México destacan por la biodiversidad que albergan y, sin duda, por el carbono que almacenan en su biomasa aérea y subterránea, la cual es estimada en ocho mil 700 millones de toneladas de carbono. Hoy día las reservas de carbono en los bosques han adquirido enorme relevancia en el marco del aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera y sus efectos en clima mundial. Esto se debe a que, de acuerdo con los reportes nacionales de emisiones de gases de efecto invernadero, la mayoría de las áreas forestales del mundo, en lugar de ser captadores netos de carbono, son ahora responsables de casi 20 por ciento de las emisiones totales debido a los procesos de deforestación y degradación forestal. En este contexto hoy se discute cómo se puede frenar ese proceso de pérdida de las reservas de carbono y cómo lograr que los territorios forestales sean efectivamente sumideros y almacenes de carbono. Sin la menor duda, lograr este objetivo es un imperativo que debe alcanzarse pronto frente a los graves riesgos que significa el cambio climático en términos de sequias, inundaciones y cambios en los regímenes de lluvia. Esta discusión es de enorme relevancia, pues las decisiones gubernamentales que se tomen al respecto, pueden representar cambios significativos, favorables o desfavorables, para millones de personas que habitan en las regiones forestales. Hasta hoy existen planteamientos y

BOSQUES Y CAMBIO CLIMÁTICO propuestas muy diversas de cómo lograr ese objetivo. Por un lado, una corriente fuertemente posicionada plantea la urgencia de salvar los bosques del “deterioro que le provoca la agricultura campesina y el aprovechamiento maderable del bosque”. Para ello se proyectan medidas orientadas a limitar drásticamente el acceso de la población local a los territorios forestales mediante programas que contemplan un pago a cambio de no utilizar los recursos de los bosques ni intervenir en ellos, bajo la percepción de que sólo así el bosque se podrá conservar. Este planteamiento se basa en el concepto de pago del “costo de oportunidad” enfocado a pagar al dueño de la tierra un monto equivalente a la utilidad que él supuestamente obtendría al transformar el uso forestal de un territorio determinado. Esta propuesta implica fuertes desventajas y riesgos para los países en desarrollo que cuentan con una población rural que depende directamente del uso de sus territorios. Significaría cancelar la posibilidad de un desarrollo local, desaprovechar el capital natural de nuestros países y orillar a la población local a vivir de una economía de “pago de rentas” para limpiar las emisiones de los países ricos y centros urbanos, sin importar el deterioro de las capacidades productivas locales y las posibilidades de organización y gobernanza. Por otro lado, existen propuestas diferentes que plantean que el mantenimiento de largo plazo de la cubierta forestal y de las existencias de carbono en territorios forestales

De nueva cuenta la Cámara de Diputados aprueba un presupuesto rural al servicio de las mismas políticas anticampesinas, clientelares y a favor de las agrocorporaciones y la dependencia alimentaria  El PEC Rural 2011 promueve la desigualdad, la dependencia alimentaria y la degradación de los recursos naturales.  Más presupuesto rural en 2011 con más opacidad, discrecionalidad y uso político-electoral de cara a las elecciones locales del año próximo y las presidenciales del 2012.  La revalorización del campo y una nueva política agroalimentaria no constituyen una prioridad para ningún partido político.  Las estrategias campesinas centradas en el aumento clientelar y corporativo del presupuesto rural están agotadas y son contraproducentes para el sector campesino.  Es urgente un replanteamiento integral de las estrategias del movimiento campesino autónomo para la reorientación de las políticas públicas del sector rural. 1. El PEC Rural aprobado por la Cámara de Diputados para 2011 se incrementó a 293,652 millones de pesos, lo que representa un aumento de 33,800 millones de pesos con relación a la propuesta presidencial y de 24,573 con relación al presupuesto autorizado en 2010. Este incremento de 1.09% representa un incremento equivalente al aumento del gasto neto total de la federación para 2011. 2. Sin embargo, a contrapelo de las declaraciones triunfalistas de la Comisión de Agricultura y algunas centrales campesi-

debe basarse en estrategias de uso sustentable del bosque bajo control y administración de las poblaciones y comunidades locales. A diferencia del enfoque de no tocar, esta propuesta se basa en que la deforestación y el deterioro de las regiones forestales han sido provocados por el avance de procesos de desarrollo poco responsables de los sectores agrícola, ganadero, turístico, minero y agroenergético. Se basa en que son las comunidades locales quienes mejor realizan un resguardo y protección del recurso forestal; en que un manejo sustentables del bosque mantiene las existencias de carbono y reduce las presiones de agentes deforestadores. La propuesta se orienta a dinamizar la economía local basada en un uso sustentable del bosque para auto-sostenerse y no depender de la economía del subsidio y del pago de rentas. Las comunidades forestales de México han demostrado que lo anterior no es sólo utopía. Es en terrenos ejidales y comunales donde precisamente se localiza la mayor parte de los bosques y las selvas remantes que permanecen en buenas condiciones de conservación; es donde, además, operan los programas comunitarios de manejo forestal orientados, entre otros objetivos, a mantener en el largo plazo las existencias de madera y por lo tanto de carbono. La experiencia de las comunidades y ejidos mexicanos que manejan de manera activa sus

nas, la aprobación del PEC rural 2011 representa el aval de la Cámara de Diputados a las mismas políticas anticampesinas del gobierno de Felipe Calderón. En los hechos, los diputados y las diputadas asignaron mayor presupuesto (293,652 millones) para la ejecución en 2011, sin ningún cambio significativo, de las mismas políticas neoliberales hacia el campo. Lo anterior a cambio del reparto clientelar, corporativo, opaco y discrecional de una “piñata” 33,800 millones de pesos. 3. De nueva cuenta el interés de la Cámara de Diputados, las Comisiones Unidas del Sector Rural y la mayor parte de las centrales y organizaciones campesinas estuvo centrada en el monto y no en la reorientación y calidad del PEC rural. Ni siquiera una sola de las reservas que intentaban modificar la orientación y la calidad del presupuesto rural fue aprobada por la Cámara de Diputados. No hubo beligerancia y capacidad de concertación política como si la hubo –y con excesos y estridencia– para defender los incrementos presupuestales. La Cámara de Diputados se plegó en toda línea a la SHCP. 4. En el proceso de discusión e incidencia del PEF 20011, el CONOC enfatizó de nueva cuenta en la necesidad de unir fuerzas para lograr una reorientación del PEC rural 2011 hacia objetivos de soberanía alimentaria, aumento de la producción sustentable de alimentos para enfrentar la crisis alimentaria y nutricional, reactivación prioritaria de la economía campesina, reestructuración y relanzamiento de un nuevo sistema financiero rural, disminución de las desigualdades y reversión del deterioro de los recursos naturales con base en el manejo comunitario de los bosques. Ninguno de estos objetivos fue alcanzado ni generó convergencia de fuerzas campesinas y legislativas. Pareciera que no es “rentable” cambiar de fondo las políticas neoliberales hacia el campo. Ni siquiera intentarlo. 5. El CONOC enfatizó, intentando de rescatar algunos de los compromisos suscritos con organizaciones y centrales campesinas, en una serie de reservas puntuales para reorientar aspectos puntuales de la operación de determinadas políticas y programas: mandatos en el texto del Decreto de Presupuesto de la Federación para reformar la orientación y ejecución del Procampo, para impedir el recorte al Programa de Fomento Productivo de café y evitar beneficiar a Nestlé con subsidios públicos, para garantizar esquemas de microaseguramiento para la población rural más vulnerable y para evitar que subsidios públicos se etiquetaran a trasna-

bosques es muy alentadora, ya que han podido evidenciar que la generación de ingresos provenientes de las actividades productivas comunitarias se convierte en un incentivo económico y social para proteger al bosque de las amenazas que significan los incendios, la tala ilegal y las plagas. Además, este manejo activo ha demostrado su capacidad para impulsar el fortalecimiento de la gobernanza local, la diversificación productiva y la conformación de un freno al cambio de uso de suelo promovido por las políticas de expansión de la ganadería, la agricultura, el turismo y la minería. El desarrollo del manejo forestal comunitario sustentable en México no se ha dado sólo en casos aislados; se pueden encontrar experiencias en todo el país y como ejemplo menciono la Sierra Norte de Puebla; Huayacocotla, Veracruz; El Salto, Durango; Uruapan, Michoacán; la selva maya, Quintana Roo y Campeche, la Sierra Norte y Sur de Oaxaca, y la Costa Chica de Guerrero, entre muchos otros. Una vez terminada la COP 16 se espera que se hayan sentado las bases para el desarrollo de una estrategia que realmente frene la deforestación y logre impulsar procesos que permitan a los bosques ser efectivos sumideros de carbono. Tocará a cada país posteriormente desarrollar su propia estrategia nacional. Diversas organizaciones mexicanas pugnan hoy día para que el gobierno mexicano tenga la sensibilidad para avanzar hacia una estrategia basada en el manejo activo del bosque y se frenen las iniciativas de pago por no tocar, que representarían un grave daño para el desarrollo rural mexicano. El CCMSS ha emitido un informe completo sobre esta situación que puede ser consultado en el sitio: www.ccmss.org.mx Consejo Civil Mexicano de Silvicultura Sostenible (CCMSS)

cionales para impulsar proyectos con tecnologías riesgosas, entre otras reservas. Y ni siquiera esto fue posible logarlo. Los grupos parlamentarios, las comisiones del sector rural y las centrales campesinas no tuvieron interés por estos cambios cualitativos, que además no representaban incrementos presupuestales. 6. El PEC Rural 2011, además, fortalece la opacidad, discrecionalidad y uso político-electoral de los recursos públicos, tanto a nivel federal como estatal y representa una pésima señal en contra de la transparencia, rendición de cuentas y desarrollo de una ciudadanía rural. 7. Consideramos que las estrategias campesinas centradas en el aumento clientelar y corporativo del presupuesto rural están agotadas y son contraproducentes para el sector campesino y que el proceso de construcción y decisión del PEF no se puede seguir abonando a la negociación clientelar y cupular, que benefician siempre a los mismos y dañan a los pequeños campesinos y campesinas. 8. Es urgente un replanteamiento integral de las estrategias del movimiento campesino autónomo para la reorientación de las políticas públicas del sector rural. Atentamente,

Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas CONOC: Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS) Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) Coordinadora Estatal de los Productores de Café de Oaxaca (CEPCO) Frente Democrático Campesino de Chihuahua (FDC) Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ) Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF) www.conoc.org.mx

contacto@conoc.org.mx


¿ QUÉ HACER?

18 de diciembre de 2010

EL MANEJO FORESTAL COMUNITARIO León Jorge Castaños M.

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ntes de la Revolución de 1910, la tierra agropecuaria y los montes estaban concentrados en pocas manos: 97 por ciento entre haciendas y ranchos, uno por ciento pueblos y comunidades y dos por ciento pequeños propietarios. Aun en los mejores tiempos de la Reforma Agraria y reparto o devolución de la tierra y bosques a ejidos y comunidades, los dueños y poseedores de monte jugaron un papel marginal al impulsarse, durante casi 50 años, políticas públicas de fomento y conservación contrarias a su participación y avance socioeconómico que pisoteaban sus derechos de uso y manejo de sus montes: lo que había eran permisos o concesiones a particulares, empresas privadas y estatales, organismos públicos federales y estatales o parques nacionales y vedas forestales en amplios territorios del país. Producto de reclamos y movimientos sociales en contra de esas acciones, en 1975 empezó a impulsarse una política pública forestal que reconocía la dominancia de la tenencia ejidal y comunal. La intención era que los campesinos se apropiaran del aprovechamiento maderable del bosque natural y comercializaran directamente sus materias primas. Años después, respaldaron esta estrategia grupos de la sociedad civil, otras dependencias públicas y en los 13 años recientes la Secretaría de Medio Ambiente y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) por medio del Programa de Desarrollo Forestal Comunitario (Procymaf). Al generarse ingresos económicos, los ejidatarios, comuneros y propietarios particulares revaloran su recurso natural y empezaron a convertirse en sus mejores guardianes, comprobándose que sin beneficios difícilmente puede conservarse y gestionarse el bosque. Surgió entonces el Manejo Forestal Comunitario (MFC), llamado también socio producción silvícola, silvicultura comunitaria o forestería comunal; algunos han avanzado hasta el manejo forestal responsable y certificado y otros en la cadena industrial y administrativa han evolucionado a la empresa social forestal o empresa forestal comunitaria.

¿APROVECHAR BIEN O PAGAR PARA QUE NO SE APROVECHE?

(CO2) y emite oxígeno (O2), mientras que en el de respiración se emite CO2 y capta O2; un bosque natural sujeto a manejo y aprovechamiento maderable se dinamiza, se renueva y rejuvenece constantemente, lo que permite en determinados rangos de edad, por un mayor crecimiento en volumen, capturar o secuestrar mucho mayor CO2.

Francisco Chapela

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n Montreal en 2005, en la Onceava Reunión de las Partes firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la COP 11, se dijo que para reducir el cambio climático podrían emprenderse acciones para detener la deforestación y la degradación forestal en los países tropicales. La idea fue bienvenida por muchos, pues representa la posibilidad de reducir entre 12 y 17 por ciento de las emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI) que provienen de la destrucción y descreme de los bosques y selvas tropicales.

En los bosques de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), los vedados, los sujetos a pagos de servicios ambientales o los de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs) que no se tocan o aprovechan, aunque estén sujetos a fenómenos naturales, se hacen viejos, dejan de crecer en volumen, capturan menos CO2 y en el proceso respiratorio liberan más CO2. En cambio, en el bosque bajo aprovechamiento se remueven los árboles de la cosecha que han almacenado CO2; al transformarse en celulosa, madera aserrada, triplay, muebles o casas van a seguir reteniéndolo por tiempos variables, excepto la leña combustible que se quema.

El canalizar dinero para apoyar proyectos forestales permitiría mitigar los impactos del cambio climático de una manera barata y daría tiempo a otros sectores para transformar sus sistemas productivos. El 30 de octubre del 2006 se dio a conocer el Informe Stern sobre la economía del cambio climático, hecho por encargo del gobierno del Reino Unido. Este documento estima que para detener el proceso de calentamiento global se necesita el equivalente al uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. De no hacerse esa inversión, el riesgo es que los efectos del cambio climático sobre la agricultura –por huracanes y otros meteoros, las inundaciones y deslizamientos de tierra– provoquen una enorme recesión global, con pérdidas de hasta 20 por ciento del valor del PIB.

Hay entonces que revalorar los bosques naturales bajo MFC por su aportación al cambio climático y considerarlos seriamente en la Estrategia Mundial y Nacional de Reducción de Emisiones de Deforestación y Degradación (REDD+). En deforestación, ¿cuáles modalidades de desmontes vamos a mitigar?: la de los grupos marginales (sistemas agrícolas ancestrales y tradicionales), las de los grupos de capital e influencias (potreros, aguacate, café, frutales, criaderos de peces y mariscos, enervantes, biocombustibles, desarrollos urbanos y desarrollos turísticos) o el de las instituciones y empresas oficiales (caminos, electrificación, presas, perforación de pozos petroleros). En cuanto a degradación, destacan los incendios, plagas y enfermedades, tala ilegal comercial, corta libre, extracción libre de leña combustible. El MFC es una garantía para frenar la deforestación y degradación y puede ser una opción para algunas modalidades de desmonte.

En 2007, durante la COP 13 en Bali, se adoptó el concepto de “reducción de las emisiones de GEI mediante Reducción de la Deforestación y la Degradación Forestal (REDD)”. No se tomó ningún acuerdo obligatorio en este tema, pero se invitó a los países a fortalecer sus acciones de REDD de manera voluntaria, y aprender cómo abordar este tema. En esta tesitura, en el Día Forestal, en el marco de la COP 16 en Cancún, el presidente Felipe Calderón explicó su estrategia forestal: pagar a los campesinos de las zonas forestales el “costo de oportunidad” de las siembras de maíz; es decir, una cantidad por hectárea equiparable a la utilidad neta de sembrar este cultivo, que es el eje de identidad de las culturas mesoamericanas. ¿Es pertinente y viable esta propuesta? Si consideramos los informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre los recursos forestales de México, se estima que en 1980 teníamos 51.5 millones de hectáreas de bosques y selvas. La superficie bajó a 37.5 millones en 1983 y a 34.5 millones en 2002. No obstante, los datos del INEGI indican que cada vez es menor la deforestación, pues hacia 1993 se estaban perdiendo casi un millón de hectáreas anuales y en 2002 unas 337 mil. El presidente Calderón mencionó en su discurso que en 2005 se perdían 155 mil hectáreas y que se estima que en 2010 se pierdan 128 mil. Es decir, estamos ante una reducción continua de la deforestación y podemos prever que en los años próximos se llegue, en efecto, a una tasa cero. FOTO: Sergio Ávalos

El país lleva entre 25-35 años de manejo forestal con aprovechamiento maderable continuado en manos campesinas, actualmente en seis a ocho millones de hectáreas de bosque natural –74 por ciento ejidal, 15 de propietarios particulares y 11 por ciento comunal–; se ha mantenido la cobertura vegetal y en varios casos se ha ampliado, y se ha favorecido la economía campesina. Los bosques naturales bajo MFC sostenible contribuyen a contrarrestar el cambio climático, con mayor captura neta de CO2 por unidad de superficie que otras modalidades de conservación. Si recordamos que en el proceso de fotosíntesis se captura dióxido de carbono

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FORESTERÍA COMUNITARIA

Debemos indagar qué cambió en México en los 20 años pasados que redujo la deforestación. En 1990-1994 se aplicó el “programa de ajuste estructural” a la economía mexicana, el cual enfatizó quitar subsidios a la producción

agrícola. Eso significó eliminar los servicios de investigación agrícola, el extensionismo, los créditos blandos, el acopio de cosechas y el desarrollo de infraestructura. En 1994, entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y se levantaron los zapatistas. Después de la promulgación de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en 1988, el subsector forestal se incorporó al sector ambiental de la gestión pública. En este período florecieron los grupos ambientalistas y a favor de los derechos humanos. Se dio impulso a los mercados éticos, incluyendo los esquemas de comercio justo, agricultura orgánica y silvicultura sostenible certificados. En México se logró identificar y certificar 33 unidades de manejo forestal sostenible que cubren más de 800 mil hectáreas. Los proyectos de manejo sostenible en áreas forestales crecieron. El conjunto de cambios ocurridos en 19902010 dieron también como consecuencia que la población rural dejara de crecer y se estabilizara en poco más de 26 millones de habitantes. Después del ajuste estructural y del abandono al campo, y considerando que la superficie de bosques y selvas tiende a estabilizarse en 33 millones de hectáreas y que los enfoques y las iniciativas de desarrollo sostenible de la sociedad civil se están multiplicando, estamos ante la posibilidad de hacer un manejo sostenible de nuestros recursos forestales, fortaleciendo la forma de vida de los 26 millones de mexicanos que viven en localidades rurales y haciéndola compatible con la persistencia de los paisajes silvestres y cultivados que alojan la diversidad biológica. Ello implica dar viabilidad económica y social a estas personas. Para eso haría falta invertir en infraestructura productiva, investigación y formación de capital humano, organización y formación de capital social y en el desarrollo de mercados y sistemas de financiamiento para los productos provenientes de sistemas de manejo forestal sostenible. Pero hoy el presupuesto de cerca de cinco mil millones de pesos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), se destina principalmente a reforestaciones y plantaciones que tienen una sobrevivencia y viabilidad muy pobres. Si se canalizaran los apoyos económicos, políticos y técnicos hacia lograr que la población rural haga un manejo forestal sostenible y tuviera sistemas agrícolas sostenibles, podríamos al mismo tiempo consolidar el patrimonio forestal del país y detener la depauperación de la población rural. La propuesta del presidente Calderón de pagar los “costos de oportunidad” no abona a la consolidación de las formas de vida de las comunidades rurales ni a las tendencias de largo plazo de reducción de la deforestación y de estabilización demográfica en México. Podría en cambio terminar de desarticular las economías de las comunidades rurales de México, y nos hace prever que –en caso de que se intentara implementar en serio esa estrategia– una buena parte de los 26 millones de habitantes rurales pasaría a abultar las estadísticas de los desempleados urbanos o incluso algunos se incorporen en las nóminas del crimen organizado. Programa de Capacitación, Asesoría y Mercados (TREES) de Rainforest Alliance fchapela@ra.org


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¿ QUÉ HACER? HUERTAS BIODIVERSAS

EFECTOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL EN LA CAFICULTURA Fernando Celis Callejas

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n marzo del 2010, en una reunión de la Organización Internacional del Café (OIC) en Guatemala, se presentó un diagnóstico de que la producción de este cultivo estaba siendo muy afectada por el cambio climático. El planteamiento decía que sería difícil atender en los siguientes años el creciente aumento del consumo mundial, estimado entonces en 132 millones de sacos (de 60 kilos) para 2009, (se redujo después a 129 por la recesión económica), en comparación con una producción de 124 millones de sacos en el ciclo 2009-2010. En esa reunión un experto de Brasil advirtió que si se quería tener café a futuro deberían desarrollarse “nuevos esquemas de producción”, aun cuando se sacrificara en parte la calidad; planteó que no tenía futuro la recolección a mano de los granos de café, por la escasez de trabajadores y mayores salarios, y que deberían tenerse plantas de café con modificaciones genéticas para que fueran más resistentes a los cambios climatológicos, que produjeran al segundo año (y no esperar al cuarto, como hoy es habitual), que tuvieran una sola floración y maduración (actualmen-

50 por ciento en los precios del grano. En noviembre –al mismo tiempo que Colombia sumaba tres ciclos con una producción menor en 35 por ciento– los precios de los cafés arábigos lavados, que son los que se producen en México, llegaron a 240 dólares las cien libras, los más altos en términos nominales al inicio de una cosecha desde 1977. Los cafés mexicanos se vendieron ese mes en un promedio de 225 dólares las cien libras.

te son varias) y que permitieran una recolección semi-mecanizada. Cabe señalar que Brasil produjo 54.7 millones de sacos en 2010, cerca de 40 por ciento de la cosecha mundial y casi 12 veces más que la de México y este país tiene una fuerte influencia en las tendencias de la cafeticultura mundial. Estas opiniones han generado una fuerte polémica en relación a las medidas de adaptación en el cultivo del café.

En los años recientes la cafeticultura mexicana ha sufrido mayores afectaciones por lluvias, sequías, granizadas y frentes fríos más lluviosos. En el ciclo 2009-10 se presentaron heladas que afectaron las regiones cafetaleras del norte de Veracruz, Puebla, San Luis Potosí e Hidalgo

En el 2010 han sido constantes las informaciones sobre posibles afectaciones a la producción de café por exceso de lluvias, sequías, mayores fríos, etcétera, en buena parte de los países productores. En dos ciclos, el 2009-10 y el 2010-11, se estiman globalmente pérdidas de alrededor de 4 por ciento de la producción mundial. Para septiembre de 2010 se estimaba la existencia de 30 millones de sacos de inventarios, los más bajos en varias décadas, equivalentes a un 23 por ciento del consumo anual.

En los años recientes la cafeticultura mexicana ha sufrido mayores afectaciones por lluvias, sequías, granizadas y frentes fríos más lluviosos. En el ciclo 2009-10 se presentaron heladas que afectaron las regiones cafetaleras del norte de Veracruz, Puebla, San Luis Potosí e Hidalgo. La cosecha actual también está muy afectada en esos estados por

La información sobre afectaciones climatológicas, aunada a la especulación financiera en la bolsa del café de Nueva York, propició entre junio y noviembre un aumento de

CAFÉ ORGÁNICO, ORGANIZACIÓN SOCIAL Y SERVICIOS AMBIENTALES EN MÉXICO lo han aceptado, pues en la mayoría de los casos es congruente con su forma de vida y cosmovisión del mundo.

FOTO: Niko Santo

En este 2010 el 82 por ciento de los productores orgánicos de Chiapas son indígenas y el 50 por ciento de la superficie orgánica corresponde a café.

Luis Martínez Villanueva

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l café orgánico ha sido desde hace poco más de 20 años un baluarte de las organizaciones sociales en México, que genera empleos en el campo y divisas. Su inicio se remonta a la década de los 60s en la zona del Soconusco, en Chiapas, propiamente dicho en la Finca Irlanda, pero se detona cuando la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) decide –con sus dos mil 500 socios y más de diez mil hectáreas– convertir su forma de producción a orgánica en 1983-84. Esta decisión de UCIRI surgió a raíz de que inició contactos con compradores de Alemania (GEPA), Austria (EZA) y Holanda, quienes indicaron que gracias a que en la zona no se había aplicado insumos químicos de síntesis artificial (los llamados agroquími-

cos) y al paradójico “atraso” de la zona respecto a la cafeticultura nacional, sería más factible el cambio tecnológico. En 1988 UCIRI logra el primer certificado de café orgánico otorgado a una organización de pequeños productores indígenas, reconocimiento que recibió de la empresa Naturland, de Alemania. El café orgánico es aquel que se produce sin agroquímicos, pero que a la vez utiliza abonos orgánicos para la fertilidad y conservación del suelo; es cultivado bajo sombra diversa, y el control de plagas y enfermedades se realiza con métodos biológicos, etológicos, culturales y otros. Producción orgánica e indígenas. Con el éxito obtenido por UCIRI, otras organizaciones hermanas se interesaron por lograr ese nuevo mercado de café orgánico. Desde un inicio, los grupos indígenas son los que más

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Cafés biodiversos, resumideros de carbono y otros servicios ambientales. Un aspecto destacable de los cafetales orgánicos es su alta biodiversidad. desde los que han sido arreglados para producir más de un producto a la vez como la pimienta, palma camedor, hoja de plátano, naranja, limón, macadamia entre otros, hasta cafetales que resguardan árboles de carácter ceremonial como la ceiba, los voladores y mezquites, o árboles medicinales y maderables. Así los pequeños productores no sólo producen café sino que resguardan la poca biodiversidad que está siendo presionada por la frontera agrícola a favor de la ganadería o de las grandes plantaciones. Estimaciones de los socios de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) dicen que dentro de los cafetales cuando menos se manejan diez especies de árboles de sombra, pero que pueden ser más de cien cuando se trata de manejo de especies de uso antropocéntrico. Por tanto, si un árbol es extraído del cafetal, éste inmediatamente es repuesto pues el cafetal orgánico, por definición, es de sombra. Así se garantiza también que el carbono que se tiene como stock dentro de los cafetales se

mantenga y, en la medida de lo posible –por medio de las obras de conservación de suelo, aplicación de abonos orgánicos y manejo del sotobosque–, se incremente el carbono capturado. Con el paso del tiempo este carbono es mineralizado y de esta forma secuestrado efectivamente por el suelo por medio de los microorganismos y los desechos de las plantas. Así los cafetales absorben más carbono del que desechan las comunidades cafetaleras. Julio Moguel y Víctor M. Toledo señalan que al menos 40 por ciento de las zonas prioritarias para la conservación se traslapan con las zonas cafetaleras. Entonces son de importancia vital para conservar especies tan distintivas de las selvas o de los bosques mesófilos de montaña como las orquídeas, las bromelias, los tucanes, tigrillos, ceretes, monos y hasta el casi extinto quetzal. Es por ello que las mismas comunidades han empezado a hacer sus ordenamientos territoriales y han establecido extensas áreas de conservación bajo la figura de reserva comunitaria. Todo el territorio es visto como una unidad y no se ha fraccionado gracias al rechazo de comuneros y ejidatarios al Programa de Certificación de Derechos Ejidales (Procede), por medio del cual la Secretaría de Reforma Agraria vende la falsa idea a los campesinos que “ahora sí van a ser dueños de sus tierras”. Las tierras cafetaleras también son zonas importantes de recarga de agua. Por estos servicios, las comunidades cafetaleras deberían recibir un pago de parte de las comunidades y ciudades cuencas abajo. Claro, con acuerdos negociados. Pero poco se ha hecho en este sentido y al parecer las actuales políticas gubernamentales no son con el enfoque de acuerdos a nivel cuenca. Asesor técnico de UCIRI


18 de diciembre de 2010 frentes fríos más tardíos y con más lluvia que dañaron las floraciones. En otros estados se tienen afectaciones por mayores lluvias y se debate si esto es coyuntural y cíclico por la presencia de El Niño y La Niña o si será una constante en los próximos años. Sobre estos problemas, llama la atención la fuerte campaña que impulsan las grandes empresas trasnacionales como AMSA y la Nestlé, de que tienen plantas que son más resistentes a los cambios climáticos y tratan de introducirlas por todas partes. Los daños climatológicos están generando un fuerte debate entre los productores de café. Se discute sobre cuáles son las medidas más adecuadas de adaptación y se revisa qué tipo de plantas están siendo más resistentes y cuál es el equilibrio adecuado entre arbustos de café y árboles de sombra. México está expuesto al cambio climático por aumento de temperatura, pero también, por la latitud del país, por afectaciones por frentes fríos. Entre los productores se está generalizando la visión de que las “plantas mejoradas”, que requieren un paquete tecnológico especializado, son las que serían menos resistentes a la variabilidad climática, y que tendrá que recurrirse a los saberes de los cafeticultores para identificar las plantas criollas y semillas que serían más adecuadas para cada región, incluso a escala local. Se sabe que los cafetales con sombra proporcionan muchos beneficios ambientales:

VIVIR CON MENOS Roberto Escalante

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ste texto de reflexiones, retos y propuestas lo escribo no como economista, sino como pensador y ciudadano preocupado por el cambio climático.

*Educación. Dentro de los contenidos educativos se deben crear los valores éticos que propicien actitudes precautorias, ya que no se puede seguir viviendo como si no pasara nada. *Conciencia, entendida ésta como la suma de actos individuales y colectivos de voluntad que reflejen una nueva manera de relacionarse con la naturaleza y su entorno. *Toma de decisiones. La sociedad necesita normas, leyes y lineamientos para empezar a resolver los daños que ha causado el accionar de la civilización sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Estas decisiones ya no pueden ser privilegio exclusivo de gobernantes. En los ámbitos ambientales y de otro tipo, este estilo de tomar decisiones ha probado ser ineficaz Ahora más que nunca se precisa de hacer la política pública, realmente de los que significa público, es decir, de los ciudadanos y sus comunidades. En lo ambiental hay que ampliar el concepto del Estado y cambiar su orden de causalidad. Ahora es de arriba hacia abajo, y debe ser de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo e infinito, en donde lo de abajo tenga prioridad.

La historia del desarrollo del pensamiento científico se enorgulleció al crear la categoría de homo-economicus, y le atribuyó a ella la calidad de ser la semilla del hacer más para estar mejor. Esta teoría ha convencido a gran parte de la humanidad de que la ganancia es lo bueno, es lo que debe ser. Hay que cambiar esa categoría que ha probado ser catastrófica y no porque la ganancia sea ilegítima per se. Es catastrófica porque ha destruido en la conciencia de los individuos su pertenencia colectiva y, por lo tanto, solidaria. Hoy requerimos al homo-cooperandis, que puede tener lo

¿ QUÉ HACER?

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HUERTAS BIODIVERSAS

captura de carbono; producción de oxígeno; protección de suelos, cuencas hidrológicas y de la biodiversidad, e incluso belleza escénica. En los años recientes varios grupos accedieron a apoyos fiscales pequeños (325 pesos por hectárea) hasta por cinco años en el Programa de Mejoramiento del Sistema Agroforestal Café, lo que se considera como pagos por servicios ambientales. Hubo muchas resistencias de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para establecer este programa; argumentaba que el café es un producto de exportación que ya recibía muchos apoyos; que los productores tenían predios muy pequeños y dispersos; que no se haría mucho, ya que sólo se ponía como requisito mantener la cobertura forestal mínima de un 60 por ciento. Los productores han señalado que montos tan pequeños no valoran adecuadamente los beneficios ambientales que proporcionan los cafetales con sombra. En el caso de los proyectos de captura de carbono, para el caso del café, como sólo se considera la adicionalidad, esto no es significativo, ya que no se pueden meter muchos más árboles en un cafetal porque afectan la producción. A los cafeticultores les interesaría que se estableciera en México un fondo, principalmente con recursos fiscales, además de aportaciones internacionales, e incluso parte de financiamiento que sea manejado por un

propio pero entiende que su individualidad es inútil si no tiene una dimensión de los otros, y aquí hay que incluir a los seres humanos y a los otros seres vivos. Basta de pensar, que debemos estar contentos cuando lo que hacemos es rentable, por ejemplo, en el caso de la agricultura que nos alimenta, o si su participación en el PIB es grande y creciente. Lo mismo puede decirse acerca de la propuesta que dice que el que contamina paga. La teoría no puede autorizar la destrucción a cambio de dinero que, además, está inequitativamente distribuido. *Vivir con la mitad. José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), dijo hace algún tiempo que una de las preocupaciones mayores es que seguimos viviendo y consumiendo como si no ocurriera nada. Y no cambia esta manera de vivir a pesar que cada día nos informamos de que en México y el mundo hay lugares donde se inundan territorios, en otros lugares el calor es extremo y en muchas regiones seres humanos mueren y se pierden otros seres vivos que nos alimentan, que tienen el mismo derecho de existir. El capitalismo, pero también el socialismo capitalista, ha convencido a muchos de que valen por su capacidad de compra y de almacenamiento, por el uso de ciertas marcas exclusivas que portan en sus automóviles, relojes, ropa, nublando la conciencia de que casi todas esas cosas son superfluas. Los hombres del pasado sobrevivieron con cantidades infinitamente menores de lo que hoy tenemos como oferta. En parte eso se debe a la tecnología. En otra parte se explica, ayer y hoy, por el respeto al verdadero sentido común, esa mezcla del conocimiento profundo y la práctica. Igual carga el morral hecho de fibras naturales por los tzotziles de Chiapas que la bolsa de mano marca Vuitro. *Territorio. Desde hace varias décadas, en las universidades se enseña que mientras más urbana es una sociedad es más moderna, y lo moderno es igual a mayor civilización, mejor entendimiento, más cultura, mayor sustentabilidad. No es extraño que en las escuelas, cuando el maestro les pregunta a los niños de donde proviene la carne de pollo

organismo público; que se estableciera un programa sencillo que involucrara a la mayoría de los productores y cafetales con sombra, y que se pactara con las comunidades y asociaciones de productores compromisos públicos, mediante convenios sobre las acciones a realizar y un seguimiento conjunto sobre su cumplimiento.

México está expuesto al cambio climático por aumento de temperatura, pero también, por la latitud del país, por afectaciones por frentes fríos Estarían comprometidas acciones tales como la conservación e introducción de árboles; un manejo más ecológico de la fertilización; protección de suelos, de la biodiversidad y de cuencas hidrológicas, y otras. Los apoyos deberían ser no menores de mil 500 pesos por hectárea. Las familias cafetaleras pueden ser unos buenos cuidadores de la madre tierra como la llaman los indígenas, pero necesitan tener las condiciones para una vida digna, con ingresos adecuados por la venta de su café, diversificando su producción y otras actividades, pero también recibiendo apoyos por un manejo sustentable de los cafetales con sombra. Asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC)

que se comen en su casa, la respuesta sea del supermercado. Ahí los fabrican, los niños creen. De igual manera, cuando uno le pregunta a sus alumnos quiénes son los chichimecas, en dónde viven y a qué se dedican, éstos ignoran las respuestas. El anatema es que lo moderno fue fraguado en lo antiguo, tiempo en el que se forjaron las posibilidades de hoy. Lo trágico estriba en que lo antiguo, que hospeda sabiduría, ha sido olvidado y es ignorado por la modernidad. La convicción de que el territorio urbano es el moderno y el rural o indígena el retrasado ha arrojado no sólo desprecio, sino graves consecuencias sobre los recursos naturales y el medio ambiente. El territorio urbano tiene que entender que para tener agua, comida, aire, cultura, necesita de lo rural. Los bosques, por ejemplo, son los padres del agua y a los padres se les respeta, se les cuida, se les honra. En suma, para ser moderno cuando se vive en el territorio urbano, hay que pensar y valorar el territorio que le antecedió. *El último reto es en realidad el principio. Para paliar los efectos del cambio climático el primer reto es pensar que es posible tomar en nuestras manos todos los retos, los dichos y los que surjan. Y ese principio, el primer reto, es convencernos que la solución no está en la COP de Cancún. Por ello, hago tres propuestas: 1.-Conformar el consejo ciudadano ambiental de México, que elabore una propuesta para ser socialmente exigible el derecho de preservar el agua y los bosques. 2.-Otorgarle a la autoridad ambiental el derecho de veto a las acciones públicas y privadas que no demuestren sustentabilidad. 3.-Crear el instituto de acceso a la información ambiental, autónomo del Estado, para transparentar el uso de los recursos públicos y privados que afecten bienes públicos ambientales. Director del Seminario de Investigación de la UNAM sobre los Impactos Económicos y Sociales del Cambio Climático en México


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LOS CAMPESINOS PAGAN LOS PLATOS ROTOS: TESTIMONIOS DE DESASTRES

ILUSTRACIÓN: Oxfam Internacional

CANCÚN, Quintana Roo. Para los campesinos del mundo, esto es para quienes trabajan directamente la tierra, que están expuestos a lluvias torrenciales, sequías, huracanes, tifones, heladas y otros fenómenos de la naturaleza, que se han hecho cada vez más frecuentes, el cambio climático no es un discurso, no es una amenaza, ni un proceso de negociaciones multilaterales donde se define si el planeta habrá de elevar su temperatura en uno o dos grados Celsius. El calentamiento global es para ellos una realidad viva que está acabando en muchos casos con su patrimonio, que vulnera sus estructuras de organización, como son sus cajas de ahorro y redes de microfinanzas, y que los mantiene en una gran incertidumbre pues, dicen, las fechas tradicionales de lluvias y secas según las estaciones del año se han modificado drásticamente y ya no hay claridad sobre cuándo se debe sembrar y cosechar.

FOTO: Lourdes Edith Rudiño

red de Finanzas Rurales RED-Fasco de Guatemala

Hay ignorancia en el mundo sobre los impactos del clima en países pequeños y pobres. Éstos cobran una dimensión de vida causando un estancamiento económico nacional y de largo plazo y dañando más a los más desposeídos. Este 2010 las lluvias y tormentas han sido las más agresivas desde hace 50 años y provocaron derrumbes; se destruyó por completo la infraestructura del país: puentes, carreteras. Los daños son en todos los niveles: el comerciante y el campesino no pueden vender sus productos por la falta de puentes. Quien sigue pagando los platos rotos es la gente del campo, las poblaciones indígenas, los más pobres. Este tipo de fenómenos serán más frecuentes y con mayores impactos. Este año muchas personas perdieron por completo su hogar, y una casa en Guatemala es un proyecto de vida, porque el costo de la tierra, que es escasa, es demasiado elevado. Una unidad de tierra, que en Guatemala llamamos

Catalina Díaz Caja Solidaria Kondoi, de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca

Eugene Dieudonné Red de Microfinanzas KNFP de Haití

FOTO: Enrique Pérez S. / ANEC

Isidro Tzunún

Estrella Penunia Banzuella Asociación de Campesinos Asiáticos para el Desarrollo Rural Sostenible

FOTO: Lourdes Edith Rudiño

Paralelo a la COP 16, representantes campesinos de diversas partes del orbe sesionaron en el seminario Agricultura Familiar, Sistemas Financieros Rurales y Cambio Climático, organizado por el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc) y por el Foro Latinoamericano y del Caribe de Finanzas Rurales (Forolacfr), y el tema de los desastres fue fundamental. He aquí algunos testimonios.

cuerda, es de 24 por 20 metros, es decir 404 metros cuadrados. Esta parcela puede costar 250 mil dólares. Y este año ha habido más de 200 mil personas que han tenido que ser movilizadas a refugios temporales por el paso de la tormenta Ágata, luego Álex y 16 tormentas más que entraron a territorio nacional apenas hace unos días. Hay comunidades que quedaron completamente inundadas. Perder casa, tierra, es perderlo todo. Y no es sólo eso. En mayo de este año el Pacaya, que es el volcán de fuego de Guatemala, cercano a la capital, expulsó ceniza volcánica y causó que la gente no pudiera salir porque la ceniza había prácticamente tapado todo. Hemos entendido que los fenómenos naturales van a sobrepasar cualquier capacidad que esté instalada porque las condiciones estructurales son históricas, de exclusión y marginación. Los campesinos pobres han sido empujados a vivir en las laderas de los barrancos, debajo de las montañas y han tenido que cultivar sus alimentos deforestando. La pregunta es ¿qué hacemos? cuando la concentración demográfica es de 400 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que empuja al deterioro de esos recursos naturales. Y no hay mucho dinero. El gobierno tenía un presupuesto de millones de dólares, pero se vio rebasado por el primer fenómeno, Ágata, y para colmo la ayuda se politiza, se enlaza con el proceso de campañas para las elecciones de 2011. Uno se pregunta cómo es posible que un país que tiene una de las reservas de la biosfera maya más grande, toda la selva del Petén, una gran cantidad de bosque, tenga que pagar las consecuencias de la contaminación y calentamiento que provocan los países desarrollados.

Voy a comentar lo que ocurre en dos países. En Lagos este año se sufrió una experiencia muy fuerte, un tifón, que es un fenómeno que no les ocurría desde hace 30 años. Fue en la región sur y la elevación de los ríos provocó inundaciones de hasta siete metros y los predios agrícolas, granjas de pollos y de cerdos, las casas, quedaron sumergidos. El gobierno no supo responder porque no está preparado para esto. A media noche la gente nadó o utilizó botes para llegar hasta las montañas, y allí se salvaguardó. Los campesinos fueron muy golpeados pues acostumbran almacenar sus cosechas de granos en sus casas y todo eso se perdió. En Filipinas, de donde soy yo, experimentamos muchos tifones, pero ahora hay más que antes, y también son más constantes las sequías. Decimos que en el país ya sólo tenemos dos temporadas, la seca y la mojada. Y hay un gran descontrol, tenemos lluvias en junio cuando los agricultores preparan su tierra, y se afecta la labor, y las lluvias de octubre ahora se han ampliado hasta noviembre, dañando las cosechas. Esto ha reducido la producción nacional e importamos cada vez más granos y vegetales. A ello se aúnan los efectos del Acuerdo de Libre Comercio de Asia, vigente desde 1996, que permite el acceso de alimento de Tailandia, cuya calidad es muy buena y preferida por los consumidores, y eso desestimula la producción interna. La cebolla era un producto que se sembraba mucho en Filipinas, ahora los campesinos ya no quieren producirlo porque las cebollas que vienen de Tailandia y Taiwan son más baratas. La crisis económica que ya se padecía por efecto del libre comercio ahora se exacerba con el cambio climático.

FOTO: Lourdes Edith Rudiño

Lourdes Edith Rudiño

dera, esto es, tiró árboles, fue un proceso muy agresivo. En 2015 sólo vamos a tener algunos puntitos de bosque en el país. Participé en un evento donde los agricultores haitianos comentaron los efectos del cambio climático. Se dijo que hay una modificación en temporadas de lluvia y en las de secas, que por estos cambios ya las legumbres no se dan. Los pescadores no encuentran peces cerca del litoral y como no tienen barcos, no pueden ir más lejos a buscarlos. Ya no pueden subsistir. La temperatura del mar cambió y las especies se han retirado de la costa. Hace diez años el cambio climático no era tema, hoy es algo muy preocupante relacionado con la pobreza y la inseguridad alimentaria.

En Haití hay una política neoliberal que le da poca importancia a la producción rural y los alimentos que vienen del exterior no pagan aranceles. Eso desplaza la producción interna y los ingresos campesinos no son suficientes para vivir. Por eso, cuando surge una necesidad mayor de la familia, unos deciden emigrar a la ciudad, y otros cortan sus árboles para hacer carbón, para tener dinero inmediato. En 1994 el nueve por ciento del territorio nacional tenía cobertura forestal y ahora es sólo el dos por ciento. Es un país montañoso que ocupa la mayor parte de su territorio en agricultura. Con la deforestación, se han deslavan los cerros y se inundan las ciudades. Hemos llegado a una devastación ecológica tal que no hay manera de revertirla. El terremoto de enero de 2010 agravó las cosas, pues mucha gente reconstruyó sus casas con ma-

El desgajamiento del que sufrimos el 28 de septiembre de este año cerro (propiciado por lluvias torrenciales y suelos erosionados, deforestados) fue una experiencia que a todos nos lastimó y seguimos enfrentando sus consecuencias. En la caja de ahorro tenemos mil 200 socios. Varios de ellos tienen invernaderos, con jitomate y verduras, que se dañaron, como se dañaron también las milpas. Las viviendas fueron también afectadas. El gran deslave abarcó toda el área de Tlahui, fue como un temblor a la vez, está cuarteado todo el territorio. La caja de ahorro tiene problemas porque los socios de los barrio Llano Grande y Manantial fueron avisados por Protección social que van a tener que reubicarlos. Esos socios están empezando a ver que no podrán pagar sus créditos con nosotros.

NOS UNIMOS A LA PENA QUE EMBARGA A MARTÍN ESPARZA FLORES, POR EL SENSIBLE FALLECIMIENTO DE SU SEÑORA ESPOSA:

NUESTRO AMIGO Y COMPAÑERO

MARÍA DEL PILAR SÁNCHEZ RODRÍGUEZ D.F., a 11 de diciembre de 2010.


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PAGAR LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO Steve Suppan y Karen Hansen

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n un artículo de la edición 33, de junio pasado, de La Jornada del Campo (“Buscando la salvación por medio del presupuesto”), comentábamos cómo en las consultas del Congreso estadounidense sobre la próxima Ley Agrícola o Farm Bill, los congresistas no quisieron reconocer el elefante en la casa agrícola: el cambio climático. Los pasos de este elefante agudizan la volatilidad de la oferta y la demanda de alimentos y por tanto agitan el comportamiento de los precios. El Partido Republicano ganó las elecciones estadounidenses con candidatos que niegan la existencia del elefante, el cual, sin embargo, sigue pisando el jardín y mucho más. Pues bien, ahora llegaron a Cancún 20 mil o más personas para dialogar. ¿Cuánto cuesta, quiénes pagan, y qué hace falta para que el elefante no acabe con el jardín? Y aquí se acaba la metáfora, porque se trata del daño a nuestro planeta y sus ocupantes. Hace casi un año, en Copenhague, unos pocos jefes de Estado negociaron un acuerdo político no vinculante en el cual los países ricos se comprometieron a reunir un fondo de 30 mil millones de dólares para el arranque rápido (fast start) del financiamiento climático entre 2010 y 2012. Se propuso un fondo con recursos balanceados para proyectos tendentes a reducir los gases invernadero por un lado y por otro proyectos para facilitar la adaptación al cambio climático en las naciones más vulnerables. En noviembre un estudio breve del Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo (www.iied.org) mostró que es previsible que sólo entre 11 y 15 por ciento del arranque rápido se dedique a la adaptación. ¿Por qué hay tanto desbalance en este fondo, siendo que los países más vulnerables exigen fondos de compensación para adaptar sus recursos, sobre todo en la agricultura, a las consecuencias variadas del cambio climático? Resulta que los países donantes piensan invertir la gran mayoría del arranque rápido para crear una materia prima artificial: el crédito de compensación de emisiones del carbono. Sus empresas pueden comprar estos créditos para cumplir con sus cupos de emisión (no-vinculantes), pero sin reducir sus propios gases de efecto invernadero. ¡Otra innovación financiero-ambiental! Ésta, auspiciada por los bancos en la Asociación Internacional del Comercio de Emisiones (www.ieta.org) y sus colegas académicos. Se sabe ya que los llamados mercados del carbono no sobreviven sin el apoyo legislativo y subsidios gigantescos del Estado en la forma de los permisos para contaminar, regalados por el Estado a las empresas. En Estados Unidos la Cámara de Representantes aprobó en junio de 2009 la ley Waxman-Markey, que regula el comercio de emisiones, pero está estancada en el Senado. El valor de los permisos que esta legislación considera hubiera llegado a un rango de entre 50 mil y 300 mil millones de dólares para 2017, según las estimaciones del gobierno. El colapso de la Bolsa Climáti-

ca de Chicago, anunciado en octubre, es otro testimonio de cómo los llamados mercados privados dependen ampliamente del gobierno. Sin embargo, un informe de la Oficina del Secretario General de las Naciones Unidas –formalizado en Cancún, aunque publicado antes–, considera que los mercados de carbono contarán con más de la mitad de los cien mil millones de dólares anuales para el financiamiento de largo plazo, a partir de 2020, de los proyectos aludidos en el Acuerdo de Copenha-

gue. No es infrecuente que los presupuestos y las cifras econométricas sean optimistas, pero este informe tiene una fe ciega en el mercado. Wall Street pagó una buena parte de la victoria electoral del Partido Republicano y espera un mercado del carbón de unos dos trillones de dólares para 2017, subsidiado por los mismos votantes que denunciaron recientemente el alto nivel de gastos gubernamentales durante la campaña electoral. Y puede ser que si el Partido Republicano gana la Presidencia en 2012, descubrirá que sí existe el cambio climático, o por lo menos su parte más rentable. Ya que el porvenir político estadounidense es tan fatídico, ¿a qué fue el Instituto de Políticas Agrícolas y Comerciales (IATP) con sede en

Minessota– a las negociaciones en Cancún? Fuimos a tratar de convencer a los gobiernos que los costos verdaderos de no financiar los proyectos del Fondo de Adaptación del Convenio Climático serán mucho más caros con cada año de demora. En el caso de Estados Unidos tan sólo los gastos de reparación a los daños infraestructurales llegarán a 271 mil millones de dólares anuales a partir de 2025, según un estudio de Frank Ackerman y Elizabeth Stanton. Urge que el Fondo de Adaptación financie por lo menos con unos tres mil millones de los 30 mil millones de dólares comprometidos para 2010-2012, para que los países más vulnerables puedan defenderse y el convenio puede cumplir sus obligaciones. Instituto de Políticas Agrícolas y Comerciales (IATP)


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FOTOS: Enrique Pérez S. / ANEC y Oxfam Internacional

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