6° aniversario 19 de octubre 2013 • Número 73 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada
ECUADOR TEMA DEL MES
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De la pág. 16 a la 20
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19 de octubre de 2013
EL MUNDO LE FALLÓ A YASUNÍ La diversidad cultural y medioambiental debe preservarse. No se vale lucrar dañando a la naturaleza y las comunidades.
Suplemento informativo de La Jornada 19 de octubre de 2013 • Número 73 • Año VII
COMITÉ EDITORIAL
Las anteriores son aseveraciones políticamente correctas que pocos cuestionarían, pero en el mundo real las decisiones sobre cómo preservar no son tan sencillas. Por ejemplo: sabemos que devastar regiones bioculturales para extraer petróleo es un buen negocio. ¿No extraerlo con el fin de preservar ecosistemas valiosos y poblaciones originarias puede ser también económicamente redituable? ¿Es legítimo demandar una retribución económica por hacer -o dejar de hacer- algo moral y ambientalmente pertinente, y en sí mismo valioso? ¿Qué pasa si el pago reclamado no se consigue?
Armando Bartra Coordinador Luciano Concheiro Subcoordinador Enrique Pérez S. Lourdes E. Rudiño Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Yolanda Massieu Trigo, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.
Diseño Hernán García Crespo
La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 53556702. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo número 04-2008-121817381700-107.
La propuesta que en 2007 hizo al mundo el gobierno de Ecuador al demandar que su decisión de no extraer hidrocarburos en el Parque Nacional de Yasuní fuera económicamente compensada con un porcentaje de lo que el país dejaría de ganar debido a tal medida globalizó esa importante discusión.
Art. 71. La naturaleza o Pacha Mama (…) tiene derecho a que se respete íntegramente su existencia y al mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales (…) Art. 407. Se prohíbe la actividad extractiva en las áreas protegidas y en zonas declaradas intangibles (…) Art. 57. Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible y en ellos está vedado todo tipo de actividad extractiva (…)
PORTADA: La Jornada del Campo
Yolanda Massieu Trigo, profesora-invesƟgadora de la UAM-Xochimilco, fue coeditora en este número del suplemento, el cual fue integrado fundamentalmente con arơculos de profesores y estudiantes de Desarrollo Rural de la UAM-X que visitaron Ecuador en mayo de 2013.
Lo que estaba en juego no era poca cosa pues, de proceder la propuesta, se quedarían en el subsuelo unos 856 millones de barriles, que de extraerse y quemarse emitirían 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono. En cuanto a los recursos solicitados -del orden de 350 millones de
En 2007 Ecuador propuso que la decisión de mantener intocado el petróleo que se encuentra bajo Yasuní, que en caso de extraerse le reportaría más de siete mil millones de dólares, sea compensada por el mundo con aportaciones equivalentes al 50 por ciento de lo que se hubiera obtenido aprovechando los hidrocarburos. El Boletín del Ministerio de Energía y Minas del uno de abril de ese año informa que se ha acordado “dejar crudo represado en tierra, a fin de no afectar
que los avances y retrocesos que en ellas logremos tienen una expresión insoslayable en el mercado. En los tiempos del código de barras, algo intrínsecamente valioso como preservar la naturaleza tiene un costo económico, y atenuar la pobreza también lo tiene, de modo que alguien deberá pagarlo. Y no porque la naturaleza y las personas sean mercancía, sino precisamente porque no lo son, y porque la única forma de que la responsabilidad por la erosión ambiental y social sea compartida por todos en proporción a nuestra capacidad y nuestra responsabilidad, es reconocerla, medirla, asignarle un precio y definir quién debe desembolsarlo. Es claro que algunos de los que luchan contra el despojo socio ambiental ven mal que se le ponga precio a bienes que defendemos precisamente porque no son mercancía y el sistema los mercantiliza. Entiendo la reticencia, pues al hacerlo corremos el riesgo de caer en su juego. Pero por otra parte es la única forma de librar esa batalla. Y la historia está llena de ejemplos de cómo a veces es necesario ponerle precio a bienes y valores que debieran estar más allá de cualquier cotización. Veamos tres:
Las respuestas no son simples ni automáticas pues aun quienes rechazamos la dictadura del valor de cambio tenemos que reconocer la omnipresencia del mercado y por tanto la necesidad de hacer económicamente viable lo socio ambientalmente conveniente.
La región amazónica de Yasuní es hervidero de vida y zona de refugio de pueblos autóctonos como como los tagaeri y los taromenane, que han decidido permanecer en aislamiento. En 1998 el Parque Nacional Yasuní fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como Reserva Mundial de la Biósfera y en 1999 fue declarado Zona Intangible por el gobierno de Ecuador. Desde 2009 estos reconocimientos se ubican en el marco de la nueva Constitución ecuatoriana firmada en Montecristi, una de las más avanzadas en cuestiones ambientales. Dice la Constitución:
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un área de extraordinaria biodiversidad y no poner en riesgo la existencia de varios pueblos en aislamiento voluntario“. Sin embargo, condiciona la decisión: “Esta medida será considerada siempre y cuando la comunidad internacional entregue al menos la mitad de los recursos que se generarían si se opta por la explotación del petróleo; recursos que requiere la economía ecuatoriana para su desarrollo”.
dólares anuales por 13 años-, el gobierno se comprometía a emplearlos en el manejo de 19 áreas protegidas, la reforestación de otras y la transición a una nueva matriz energética, pues hoy casi 50 por ciento de la energía eléctrica ecuatoriana se obtiene quemando combustibles fósiles. Seis años después del promisorio planteo, habían ingresado al Fideicomiso creado ex profeso no dos mil 200 millones de dólares, sino apenas algo más de 13 millones, provenientes no de gobiernos sino sobre todo de agencias de cooperación. Así las cosas, el 15 de agosto de este año el presidente Rafael Correa dio por terminado el compromiso y solicitó a la Asamblea autorización para impulsar la extracción anunciando que “sólo” se afectarían mil hectáreas del Yasuní. “El mundo nos ha fallado”, dijo. Y sí, el mundo falló, pero ahora también el gobierno de ese país está fallando. Porque cuando tienes una Constitución tan ecologista e indianista como la de Ecuador, es inconsecuente condicionar a un pago, una medida de la que depende la preservación del medio ambiente y de los pueblos amazónicos. Sin embargo, el desafío global que significó la propuesta tuvo la virtud de poner sobre la mesa la tensión existente entre el cuidado de la naturaleza y la procuración del bienestar. Y de hacerlo no en abstracto, donde es claro que son dos caras inseparables de una misma moneda, sino en un mundo globalizado y sometido a los mercados; mundo al que paradójicamente remite la metáfora de la moneda. Porque en el orbe metalizado realmente existente, el daño ambiental, el daño social y el remedio a esos daños pasan indefectiblemente por el mercado. No digo que las batallas por la justicia y por la sustentabilidad sean asuntos de mercado o que se libren nada más en el mercado; digo, sí,
1.- Cuando el joven proletariado inglés exigía una jornada de trabajo “sostenible” y un salario remunerador, estaba dando una lucha justa y necesaria. El ponerle medida y precio a lo inconmensurable –su capacidad laboral- no significa que estuviera legitimando la conversión de sus energías y talentos en mercancías. Es verdad que mientras de día los cartistas negociaban la tasa de explotación, de noche los ludditas aporreaban máquinas, pero a la postre se vio que las dos formas de resistir eran pertinentes y necesarias. Sería bueno, entonces, ir entendiendo que el empobrecimiento de las personas y de la naturaleza se combate desde adentro y desde fuera del sistema, y que las dos vertientes son complementarias. 2.- Uno de los saldos de las revoluciones justicieras del siglo pasado fue que los privilegiados del orden social anterior fueron obligados a pagar en alguna medida el costo de la nueva equidad, mediante una abrupta acción redistributiva del patrimonio y el ingreso. Y de la misma manera las reformas revolucionarias del siglo XXI deben obligar a los países, clases y personas privilegiadas a que asuman cada vez más el costo de la nueva justicia social y ambiental. Lo que pasa por la reasignación de la propiedad y de la riqueza, y tiene una expresión en el mercado. La vida y la dignidad no tienen precio; los hospitales y las escuelas, sí. 3.- La conversión al manejo orgánico de cientos de miles de huertas de café de montaña en manos de campesinos fue posible porque esa forma de trabajar tiene virtudes socio ambientales que un pueblo milpero sabe reconocer, pero también porque un amplio sector de consumidores incorporados al comercio justo estuvo dispuesto a compensar al esfuerzo requerido para la conversión con un precio mayor para el café. La decisión del presidente Correa de sacar el petróleo despertó en Ecuador una fuerte oposición. Al cuestionar la medida, Franco Viteri, presidente del Gobierno de las Naciones Originarias de la Amazonía Ecuatoriana, sostuvo que: “hemos estado sentados en un saco de oro durante años y no nos hemos muerto. La verdadera pobreza de la Amazonía empezó hace 40 años con el boom petrolero”.
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UNA
CONSTITUCIÓN
DE AVANZADA
La nueva ConsƟtución de Ecuador fue promulgada en 2008. En su preámbulo resalta el valor de la Ɵerra y de la naturaleza, así como de las lecciones de la historia y de los idiomas indígenas, pues dice entre otras cosas que: “celebrando a la naturaleza, la Pacha Mama, de la que somos parte y que es vital para nuestra existencia (….), apelando a la sabiduría de todas las culturas que nos enriquecen como sociedad (…), como herederos de las luchas sociales de liberación frente a todas las formas de dominación y colonialismo, y con un profundo compromiso con el presente y el futuro”, el pueblo soberano de Ecuador ha decidido construir “una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay; una sociedad que respeta, en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colecƟvidades; un país democráƟco, compromeƟdo con la integración laƟnoamericana -sueño de Bolívar y Alfaro-, la paz y la solidaridad con todos los pueblos de la Ɵerra (…)”. HE AQUÍ ALGUNOS FRAGMENTOS DE LA CONSTITUCIÓN DE ECUADOR: “Artículo 2: El castellano es el idioma oficial del Ecuador; el castellano, el kichwa y el shuar son idiomas oficiales de relación intercultural. Los demás idiomas ancestrales son de uso oficial para los pueblos indígenas en las zonas donde habitan y en los términos que fija la ley. El Estado respetará y estimulará su conservación y uso”. “Artículo 14.- Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay. Se declara de interés público la preservación del ambiente, la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio genético del país, la prevención del daño ambiental y la recuperación de los espacios naturales degradados”. Sobre los derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades, la Constitución dice, entre otras cosas: “Artículo 56.- Las comunidades, pueblos, y nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano, el pueblo montubio y las comunas forman parte del Estado ecuatoriano, único e indivisible”. Algunos de los derechos colectivos que se reconocen son: “conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, que serán inalienables, inembargables e indivisibles. Estas tierras estarán exentas del pago de tasas e impuestos (…); mantener la posesión de las tierras y territorios ancestrales y obtener su adjudicación gratuita (…); participar en el uso, usufructo, administración y conservación de los recursos naturales renovables que se hallen en sus tierras (…); la consulta previa, libre e informada, dentro de un plazo razonable, sobre planes y programas de prospección, explotación y comercialización de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras y que puedan afectarles ambiental o culturalmente; participar en los beneficios que esos proyectos reporten y recibir indemnizaciones por los perjuicios socia-
les, culturales y ambientales que les causen (…); conservar y promover sus prácticas de manejo de la biodiversidad y de su entorno natural. El Estado establecerá y ejecutará programas, con la participación de la comunidad, para asegurar la conservación y utilización sustentable de la biodiversidad (…); conservar y desarrollar sus propias formas de convivencia y organización social, y de generación y ejercicio de la autoridad, en sus territorios legalmente reconocidos y tierras comunitarias de posesión ancestral”. Asimismo, “no ser desplazados de sus tierras ancestrales (…); mantener, proteger y desarrollar los conocimientos colectivos; sus ciencias, tecnologías y saberes ancestrales; los recursos genéticos que contienen la diversidad biológica y la agrobiodiversidad; sus medicinas y prácticas de medicina tradicional, con inclusión del derecho a recuperar, promover y proteger los lugares rituales y sagrados, así como plantas, animales, minerales y ecosistemas dentro de sus territorios; y el conocimiento de los recursos y propiedades de la fauna y la flora. Se prohíbe toda forma de apropiación sobre sus conocimientos, innovaciones y prácticas”. También dice: “Artículo 60.- Los pueblos ancestrales, indígenas, afroecuatorianos y montubios podrán constituir circunscripciones territoriales para la preservación de su cultura. La ley regulará su conformación. Se reconoce a las comunas que tienen propiedad colectiva de la tierra, como una forma ancestral de organización territorial”. En el capítulo de Derechos de la naturaleza, la Constitución garantiza: “Artículo 71.- La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos. Toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir a la autoridad pública el cumplimiento de los derechos de la naturaleza. Para aplicar e interpretar estos derechos se observaran los principios establecidos en la Constitución, en lo que proceda. El Estado in-
centivará a las personas naturales y jurídicas, y a los colectivos, para que protejan la naturaleza, y promoverá el respeto a todos los elementos que forman un ecosistema. “Artículo 72.- La naturaleza tiene derecho a la restauración. Esta restauración será independiente de la obligación que tienen el Estado y las personas naturales o jurídicas de Indemnizar a los individuos y colectivos que dependan de los sistemas naturales afectados. En los casos de impacto ambiental grave o permanente, incluidos los ocasionados por la explotación de los recursos naturales no renovables, el Estado establecerá los mecanismos más eficaces para alcanzar la restauración, y adoptará las medidas adecuadas para eliminar o mitigar las consecuencias ambientales nocivas. “Artículo 73.- EI Estado aplicará medidas de precaución y restricción para las actividades que puedan conducir a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la alteración permanente de los ciclos naturales. Se prohíbe la introducción de organismos y material orgánico e inorgánico que puedan alterar de manera definitiva el patrimonio genético nacional”. En materia de justicia indígena, la Constitución señala entre otras cosas que: “Artículo 171.- Las autoridades de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales, con base en sus tradiciones ancestrales y su derecho propio, dentro de su ámbito territorial, con garantía de participación y decisión de las mujeres. Las autoridades aplicarán normas y procedimientos propios para la solución de sus conflictos internos, y que no sean contrarios a la Constitución y a los derechos humanos reconocidos en instrumentos internacionales. El Estado garantizará que las decisiones de la jurisdicción indígena sean respetadas por las instituciones y autoridades públicas. Dichas decisiones estarán sujetas al control de constitucionalidad. La ley establecerá los mecanismos de coordinación y cooperación entre la jurisdicción indígena y la jurisdicción ordinaria”.
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BIODIVERSIDAD: UNA RIQUEZA FRÁGIL
La polémica de la conservación se cruza cada vez más con la cuestión del acceso a esta riqueza. La existencia de la biodiversidad es frágil, pues la contaminación de suelos y aguas, la apertura de carreteras, la minería y la explotación petrolera pueden acabar en corto tiempo con los bosques, selvas, mares, aguas continentales y hábitats diversos de microorganismos, animales y vegetales, que se pierden así de manera irremediable. En el mundo, las zonas de más alta biodiversidad están comprendidas principalmente en los países periféricos, principalmente en los que están alrededor de la franja del ecuador, y es justamente Ecuador, atravesado por esta franja, con una superficie de 283 mil 520 kilómetros cuadrados, uno de los países con mayor biodiversidad. Ésta se encuentra tanto en la zona montañosa andina, como en la costa, la sierra y la parte amazónica. Además, a Ecuador pertenecen las Islas Galápagos, de gran importan-
cia biológica, por su diversidad y su historia (al ser donde Darwin, a partir de la observación, concibió buena parte de las ideas que plasmó en El origen de las especies en el siglo XIX). Es importante destacar que la presencia y actividad de las organizaciones indígenas han sido muy importantes en Ecuador en las luchas por la defensa de los territorios y la naturaleza. Es el único país en el mundo que legisló, en su Constitución de Montecristi de 2008, los Derechos de la Naturaleza, un reconocimiento sin precedentes de que los seres vivos tienen derechos y éstos tienen que ser respetados por la actividad humana. Aún más, el Sumak Kawsay (Buen Vivir ecuatoriano) está planteado en el proyecto político actual como un concepto en construcción y una forma de vivir en armonía en la tríada: ser humanocolectividad-naturaleza. Esto ha sido difícil de ejercerse más allá de su registro en el papel. Para el proyecto político del presidente Correa, reelecto con una mayoría aplastante este año, el Buen Vivir consiste básicamente en dotar de bonos, carreteras, escuelas y hospitales a la mayoría de su población. Para lograrlo requiere de fondos económicos, y al parecer esto sólo puede obtenerse ampliando la explotación petrolera en el área amazónica, y aumentando las concesiones mineras en áreas como el Íntag. Evidentemente, ambas producciones extractivas tienen un alto costo ambiental, con pérdida de fuentes de agua, bosques, selvas y biodiversidad. Ilustraremos con tres ejemplos: la resistencia desde hace más de una década de la región de Íntag contra
las concesiones mineras; los proyectos Amazoónico y Selva Viva, y la lucha contra la ampliación de la explotación petrolera en el área natural protegida del Yasuní, en la Amazonía. El Íntag está ubicado en la Sierra, al Norte de Quito, en la provincia de Imbabura. Es una región de alta biodiversidad, en la que habitan animales en peligro de extinción (como el mono araña y el jaguar), con una gran riqueza biológica y de fuentes de agua. En ella se localiza la Asociación Agroartesanal de Caficultores Río Íntag (AACRI), organización productora de café orgánico; la zona está habitada por campesinos que producen café, maíz, frijol y frutales diversos, en pequeñas propiedades llamadas chacras. Tiene un área de 40 mil hectáreas de bosques en conservación y en ella está la Reserva Ecológica Cotacahi Cayapas. Las organizaciones regionales llevan varios años de
En la Amazonía ecuatoriana habitan siete nacionalidades distintas, y son frecuentes los conflictos de tierras. Tiene una extensión de 120 mil kilómetros cuadrados, dentro de la cual existen tres zonas protegidas, una reserva y dos parques nacionales resistencia a las concesiones mineras, que iniciaron en los 80’s. En esos años y hasta los 90’s, la organización Decoin, una alianza de los locales contra las mineras, tuvo éxito en la expulsión de compañías belgas, canadienses y japonesas. Silvia Quimburgo, líder de Decoin, nos expresó en mayo de este año que el problema es aún mayor desde que el gobierno ecuatoriano apoya a Coldelco, empresa estatal chilena, y se ha creado una similar en Ecuador. En 2012, los gobiernos chileno y ecuatoriano aprobaron el inicio del proyecto minero Íntag Junin, para iniciarse en el segundo semestre de 2013, y las recientes noticias de ataques a líderes locales y cierre de vías para impedir el paso de técnicos mineros, indican que se agudiza la confrontación por la defensa territorial del Íntag.
FOTO: Karen Elwell
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a biodiversidad comprende a todos los seres vivos, que se relacionan en redes complejas con los diversos ecosistemas en que habitan. Su valor se ubicó por mucho tiempo en el goce estético, la recreación y la ética, pero con el advenimiento de la crisis ecológica actual se reconoce cada vez más su capacidad para proveer de bienes ambientales indispensables, como el agua y el aire limpio. Además, con la aparición de la ingeniería genética a fines del siglo pasado, la variedad existente de organismos vivos se vislumbra como fuente de genes con potencial valor económico.
FOTO: Leo Bar
Yolanda Massieu e Irene Talavera
Nos trasladamos a Tena, cruzada por el caudaloso Río Napo, afluente del Amazonas. En la Amazonía ecuatoriana habitan siete nacionalidades distintas, y son frecuentes los conflictos de tierras. Tiene una extensión de 120 mil kilómetros cuadrados, dentro de la cual existen tres zonas protegidas, una reserva y dos parques nacionales. Es en la Amazonía ecuatoriana en donde se realiza la mayor explotación petrolera del país.
En contraste, aquí encontramos el proyecto de preservación Selva Viva, creado en 1993 ante la creciente destrucción de la Amazonía, aún en la bio-reserva Sumaco de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El proyecto comprende una extensión de selva protegida, el centro de rescate de animales Amazoónico, el hotel comunitario Runa Huasi, el Hotel Liana Lodge, una escuela local y ayuda financiera para los habitantes indígenas en caso de emergencia. Está sostenido por donadores europeos y trabajo voluntario. Resulta impresionante visitar el Amazoónico y observar la gran cantidad de especies animales que habitan esta región y que son usadas irresponsablemente como mascotas; están siendo cazadas o desplazadas de su hábitat por el avance de los proyectos petroleros y los asentamientos humanos. Se calcula que el 25 por ciento muere en el trayecto al refugio. Las guacamayas, monos, tortugas, caimanes, felinos y otros, que son rescatados y pueden aún adaptarse a la vida silvestre (aproximadamente un tercio de los que llegan), son liberados en la reserva Selva Viva, los otros residen en el Amazoónico, ante la imposibilidad de regresar a su entorno natural. Otro caso que no augura un buen futuro para la biodiversidad de la Amazonía ecuatoriana es la decisión gubernamental de autorizar la explotación petrolera, por la compañía estatal Petroamazonas, en el parque Yasuní (designado reserva de la biosfera por la Unesco en 1989 y una de las zonas más biodiversas del paneta), donde hay mil 73 especies de fauna y dos mil 113 de flora. Además de afectar los recursos biológicos, la decisión tendrá un fuerte impacto en la forma de vida de los indígenas tagaeri, taromenane (en aislamiento voluntario) y oñamenane. Luego de denodados esfuerzos de organizaciones sociales por detener esta medida, y de una propuesta del gobierno de Correa de recibir una compensación de la comunidad internacional por no extraer petróleo, ante la cual la respuesta fue insuficiente, el Congreso aprobó la decisión el 4 de octubre del presente. Correa critica a los ambientalistas por “infantiles”, sostiene que los derechos constitucionales de la naturaleza son “supuestos derechos”, y defiende el petróleo como necesario para superar la pobreza. Una vez más, queda en el aire la pregunta de si la única manera para lograrlo es con la destrucción de la naturaleza, los seres vivos y el modo de vida de los indígenas dueños de un territorio biodiverso.
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LA CHAKRA ANDINA COMO PARADIGMA Wenceslao Cervantes H. y Sayab García E. de alimentos para el autoconsumo y la conservación de los recursos naturales, incluidos los suelos y las especies animales.
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partir de una visita al Amazonas ecuatoriano con productores de cacao, productores de café en la región del Río Íntag y comunidades indígenas campesinas en la provincia del Cotopaxi, nos propusimos abordar el tema de la Chakra, como opción campesina que guarda cercanías con la milpa mesoamericana. En este artículo pretendemos abordar las racionalidades bajo las cuales funciona la chakra andinoamericana, que han permitido su subsistencia no sólo como sistema productivo o modelo agroecológico, sino también como una opción concreta de manejo sustentable de los recursos.
En mayo pasado tuvimos oportunidad de conocer la experiencia organizativa de la Asociación Kallari, que acopia la producción de cacao proveniente de las chakras familiares de la región amazónica, para la elaboración de chocolates de alta calidad. El éxito de la asociación radica en la importancia que le dan al sistema productivo conocido como chakra que, en palabras de uno de los jóvenes representantes de la organización, “es un sistema amigable, donde se juntan el cacao con otras plantas, maderables, medicinales y que este conjunto de plantas nos da un componente adicional de conservación de los recursos naturales de rescate de otros seres vivos que se encuen-
El sistema de la chakra es diversificado, tenemos tres sistemas, uno es monocultivo rotativo, otro es agrosistema bajo árboles de sombra y agrosistema con bosque secundario con café abajo tran, esto es un valor agregado y una entrada económica adicional para el campesino”. Del testimonio anterior, aun y con el lenguaje gerencial, podemos inferir que mediante la chakra las familias no sólo producen cacao para obtener recursos económicos, sino que además garantizan la producción
Coincidentemente otro testimonio de un campesino de la Asociación Agroartesanal de Caficultores Río Íntag” (AACRI) nos refiere a la chakra como el sistema de producción de las fincas familiares donde combinan el cultivo de café para obtener recursos con la producción de alimentos; “por sobre todas las cosas está el alimento de la familia, la familia somos los productores, somos familias extensas. El sistema de la chakra es diversificado, tenemos tres sistemas, uno es monocultivo rotativo, otro es agrosistema bajo árboles de sombra y agrosistema con bosque secundario con café abajo. El café sirve para generar recursos y los demás productos para subsistir el resto del año.” Además nos comenta que respecto a la seguridad alimentaria no les preocupa mucho, “porque mediante este sistema la familia siempre tiene alimento”. En la provincia de Cotopaxi, en una comunidad indígena, presenciamos la entrega de varios conjuntos de granos y tubérculos de nueve diferentes especies de parte de las autoridades comunales a algunas mujeres para que siembren la chakra, quedándoles el compromiso, una vez realizada la cosecha, entregar a otras mujeres una cantidad igual de las semillas recibidas para que también siembren la chakra. Estas actividades se insertan en el marco de una estrategia comunal para fortalecer la soberanía alimentaria de la comunidad. De lo anterior podemos resaltar algunas de las características de la chakra andino-americana
1. Es el modo de producción campesino de la unidad familiar. 2. Se basa en la diversificación de cultivos, en especies y variedades. 3. La producción se destina al autoconsumo, y al mercado, caso del café y del cacao. 4. El motor de la chakra es el trabajo familiar. 5. Su principio es el manejo integral ecológico de plantas de sombra, maderables, medicinales, comestibles, etcétera. Al caracterizar el sistema chakra no podemos dejar pasar la similitud que encontramos con la milpa mesoamericana, ambos como sistemas campesinos agroecológicos fundamentados en la racionalidad de la satisfacción de las necesidades familiares, porque buscan garantizar la subsistencia y reproducción de la unidad doméstica, y de alguna forma mantienen una relación más armónica con la naturaleza a diferencia de la racionalidad económica instrumental en la que impera la lógica de la ganancia, de los máximos rendimientos y de la competitividad, misma que reproduce la lógica capitalista. Nos resta decir que actualmente en estos tiempos de crisis múltiples, estos sistemas productivos que hermanan las lógicas campesinas de reproducción social constituyen una opción viable productiva, ecológica, económica, social y cultural para el futuro de los pueblos latinoamericanos que compartimos el valor del trabajo no como mercancía sino como fuerza creadora y recreadora del vínculo con la tierra, con la vida.
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LA CONSTRUCCIÓN DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Verónica Valdez y Viridiana Jiménez
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n Ecuador, el debate en torno a la soberanía alimentaria puede ubicarse en dos posiciones: la que asume el actual gobierno enmarcado en el Plan Nacional del Buen Vivir, y las estrategias de sobrevivencia que se sustentan en la vida cotidiana el pueblo. La soberanía alimentaria desde arriba. Por un lado, el Estado ecuatoriano realiza una importante inversión pública en varios programas de alimentación, nutrición y asistencia alimentaria para que las poblaciones más vulnerables tengan garantizada su alimentación. Por ejemplo, el Ministerio de Salud Pública ha impulsado la Estrategia Nacional de Nutrición que tiene entre sus tareas proporcionar incentivos monetarios y brindar servicios de salud; por su parte, el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP) impulsa el crecimiento sostenible de la producción y la productividad, apoyando principalmente a los pequeños y medianos productores.
La soberanía alimentaria desde abajo. Del otro lado, se encuentran los pueblos andinos y amazónicos que desde sus territorios ofrecen diversidad de visiones sobre lo que para ellos es la soberanía alimentaria.
que hoy en día sorprendentemente también están sirviendo como una forma de resistencia social ante megaproyectos. La soberanía alimentaria en construcción. En el andar por los caminos ecuatorianos, se pueden mirar multiplicidad de opciones que buscan una soberanía alimentaria, algunas propuestas con puntos de encuentro y otras de desencuentro.
En la comunidad de San Ignacio, la soberanía alimentaria implica la necesidad de recuperar semillas, hortalizas y animales endémicos de los Andes para hacer frente a las iniciativas empresariales como las semillas transgénicas. Asimismo, la agricultura como una forma de ejecutar esa soberanía significa una práctica que trasciende a formas de producir y reproducir su vida, así como territorializar viejos y nuevos conocimientos. En la experiencia de las familias campesinas de la región de Río Íntag, así como de Imbabura, existe el interés de mantener una diversificación de cultivos para asegurar una soberanía alimentaria, al tiempo que este tipo de arreglo de agroecosistemas se vuelve menos
vulnerable a las inclemencias climáticas y de plagas, dando como resultado la conservación de la biodiversidad (aún con el predo-
minio de un solo cultivo). Las chacras ecuatorianas (los símiles de las milpas mexicanas) son eso, una producción de diversidad,
Es importante destacar que la soberanía alimentaria se ha posicionado como un tema relevante en la agenda política y social de Ecuador, principalmente por las luchas y exigencias del movimiento campesino-indígena, cuyas demandas no sólo expresan su derecho para producir lo que necesitan y quieren consumir, sino también muestran alternativas distintas al desarrollo actual o, mejor dicho, al Plan Nacional del Buen Vivir, que para algunos actores locales no está satisfaciendo del todo sus necesidades de lo que para ellos significa el Buen Vivir.
KALLARI: UNA COOPERATIVA CON VISIÓN DE EMPRESA SOCIAL Adelina González Marín y Marcela Orraca en cuanto terminen de construir sus propias instalaciones con un crédito otorgado por el gobierno. En el nuevo lugar, además de procesar los productos, ofrecerán hospedaje temático para el turismo social interesado en conocer esta cadena de producción y reproducción social.
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ujeres y hombres de la Amazonía ecuatoriana están a cargo de este proyecto integral de producción de chocolate orgánico de primera calidad para la exportación, con materias primas e insumos locales. La Asociación Kallari está conformada por 850 familias de 21 organizaciones campesinas, y vende alrededor de 15 millones de dólares cada año. Innovación tecnológica, proceso de producción de calidad integral que cuida desde el precio competitivo para las familias productoras de cacao hasta el diseño del empaque que se exportará prin-
cipalmente a Europa, pasando por la ética en la publicidad del producto. Las y los kichwas presumen al grupo de visitantes que han aceptado la propuesta de la Coca-Cola de colocar el chocolate en sus redes de distribución a cambio de imprimir el logo de la trasnacional en el empaque. Y esto no implica el aislamiento: en Kallari son expertos en aprovechar redes internacionales para encontrar nichos en el mercado y trabajar con voluntarios de todas partes del mundo. Kallari quiere decir principio, comienzo. Surge ante las dificul-
tades económicas que enfrentan las familias campesinas, particularmente los intermediarios que acaparan las utilidades. Pero también nace como un esfuerzo por revalorar el campo y la agricultura. “Soñamos con un cambio de mentalidad en los jóvenes, lograr que se enamoren del cacao, que se enamoren de la tierra,” explica Carlos Pozo, coordinador general. Mientras uno los escucha, admira las mesas con los chocolates, con los premios internacionales, con la joyería artesanal que aprovecha las semillas y la creatividad local. Nos reciben en una bodega que rentan y de la que se despedirán
Y es que para ellas y ellos, además de mejorar la calidad de vida lo importante es visibilizar a las personas y familias en ese proceso de dignificación de sí mismos, de su ser indígena, de la tierra y territorio que ocupan y del país del que son parte. Quieren mostrar que es posible brindar trabajo digno, aprovechar y desarrollar las capacidades de la gente y usar adecuadamente la tecnología, siempre con un profundo respeto y cuidado de la tierra.
Por eso vamos a la chacra. Ahí en el centro de Ecuador, ahí donde nace la Selva del Amazonas, ahí donde la diversidad no sólo es una riqueza amenazada, sino también defendida y cuidada. Ahí nos recibe una familia completa y nos muestra con cariño sus cultivos bajo técnicas ancestrales de alimentos y hierbas medicinales. Una empresa social en manos de los cooperativistas, en la que se reconoce el aporte de cada integrante para construir los sueños y para los y las que vienen. No podemos dejar de comprar chocolates y, al disfrutarlos, los colores de la selva, las miradas de nuestros anfitriones, el olor del cacao fermentado y su jugo cuando es fresco, invaden la memoria y nos llenan de esperanza.
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EL TERRITORIO Y LA CULTURA COMO PATRIMONIOS Pablo Cruz, Carlos Cañete Ibáñez y Juan Carlos Loza Jurado
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ablar de Ecuador es hablar de una nación con un proyecto diferente en el concierto de las naciones latinoamericanas. En la mitad del mundo hoy se intenta, y se debate, poner en práctica una alternativa muy diferente al “desarrollo” basado sólo en el libre mercado, apertura de las fronteras a empresas trasnacionales, capitales golondrinos y en general en la venta de la vida misma en una mercantilización sin freno, tal como ocurre en la mayor parte de los territorios de Norte, Centro y Sudamérica, con las excepciones sobresalientes de Cuba, Bolivia y Venezuela. Con la implementación de políticas públicas diferentes a las aplicadas en los países donde el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tienen asentados sus reales desde hace ya décadas -con imposiciones que facilitan los negocios para la extracción de la riqueza local, del beneficio económico de las oligarquías endémicas, con la destrucción de la naturaleza y con el beneplácito de gobiernos en turno-, en Ecuador hoy se sigue construyendo una utopía, una forma de vida surgida desde las bases campesinas e indígenas principalmente, y de sujetos sociales que apuestan por un modelo diferente al neoliberal.
por medio de la relación equilibrada con los entornos naturales, lo que resulta en un sistema de convivencia, reciprocidad y correspondencia entre los seres. Con la filosofía de vida que los ecuatorianos llaman Sumakawsay han trascendido en el tiempo y actualmente le muestran al mundo que la vida digna e integral es posible siguiendo el camino del respeto, resguardo y conservación de los espacios y territorios que la madre tierra nos ha heredado.
del Ecuador (Conaie) y del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC). También escuchamos las perspectivas de desarrollo y defensa de la naturaleza en la montaña y zona del Río Íntag de la Asociación Agroartesanal de Caficultores y de los talleres artesa-
con la rapidez necesaria las transformaciones que hagan pleno ese Buen Vivir, lo cual ha generado tensiones y contradicciones, sobre todo frente al gobierno, aun entre aquellos sujetos sociales que las promovieron y lucharon por que se reconocieran esos derechos.
nales del Gran Valle, y observamos las experiencias de productores kichwas de cacao orgánico en la Amazonía y su trabajo comunitario de turismo ecológico. Con todo ello, nos resultó esperanzador que una concepción de vida venida de las comunidades originarias tuviera cabida en el mundo actual saturado y gobernado por el afán consumista de depredación social, ambiental y cultural.
Quizá una de las enseñanzas con cada uno de los sujetos sociales que nos compartieron no sólo tiempo sino comida y techo en Ecuador es la capacidad de análisis, reflexión y sobre todo autocrítica para seguir construyendo su Buen Vivir y reconocer que dicha forma de vida no es homogénea, monolítica ni estática; todo lo contrario, es diversa, dinámica y en constante reconfiguración.
El Sumakawsay es la cultura de la vida, que no compite con el otro para ver quién es mejor, es sabiduría heredada por los antepasados y hoy hermana a los seres vivos dentro de su espacio; sistema de vida humana-natural que resguarda la raíz en la Chakra para que mañana asegure la vida en el Pueblo y dé sentido de futuro a esta y las generaciones que vienen.
Sumak Kawsay o Buen Vivir del Ecuador actual. Una forma o filosofía de vida de los indígenas quechuas, similar a las formas y valores tradicionales de muchas comunidades indígenas de América Latina, y que en este caso ha sido reconocida en la carta constitucional ecuatoriana, donde se reivindica la igualdad y la justicia social mente a los sujetos, preservando el territorio ante cualquier intento de intromisión de algún agente ajeno al sentido de vida armónico, como pueden ser los transgénicos.
El Sumakawsay sin duda es el patrimonio heredado que contribuye a la existencia de los territorios andinos, es el aliento de los seres que cultivan la vida y “ayuda a parir a la madre tierra” que otorga el frejol, la
Todo lo que vimos y escuchamos en los territorios ecuatorianos responde a la conservación de la memoria histórica construida, desde la salvaguarda de las semillas hasta la conservación de los sistemas
yuca y el ají como alimento para los individuos que colectivamente conservan el territorio y lo reproducen y reconstruyen desde sus creencias, testimonios y prácticas cotidianas.
de cultivo en la Chakra; así construyen y reproducen su sistema de vida en sus espacios, defendiendo y conservando sus territorios y sistema cultural como vía para heredar un patrimonio biocultural a las próximas generaciones.
En mayo de 2013 nos tocó compartir y conocer de cerca las luchas, experiencias y propuestas de trabajo de académicos, estudiantes, líderes y representantes de comunidades campesinas e indígenas que, intentando resumir en el contexto mundial actual, apuestan por la vida y la esperanza en un mejor presente. Así fue como en pocos días de convivencia nos tocó escuchar de viva voz y acercarnos al Sumak Kawsay o Buen Vivir del Ecuador actual. Una forma o filosofía de vida de los indígenas quechuas, similar a las formas y valores tradicionales de muchas comunidades indígenas de América Latina, y que en este caso ha sido reconocida en la carta constitucional ecuatoriana, donde se reivindica la igualdad y la justicia social (productiva y distributiva); se reconoce y valora a los pueblos, sus culturas, saberes y modos de vida, y se plantea el respeto y equilibrio entre la naturaleza y la satisfacción de las necesidades. Conocimos las ideas y perspectivas del Buen Vivir en la ciudad con académicos como Alberto Acosta, Francois Houtart y Francisco Hidalgo; con jóvenes radialistas del Churo (Caracol), y aun con los dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas
Con dicha experiencia en la mitad del mundo, el horizonte de comprensión y reflexión acerca del Buen Vivir se ha ampliado, pues aun en el país que ha reconocido el goce de los derechos como condición del Buen Vivir y el ejercicio de las responsabilidades en el marco de la interculturalidad y de la convivencia armónica con la naturaleza (Constitución de la República del Ecuador, Artículo 275) no se han llevado a cabo del todo ni
Territorio armónico: sistema cultural de la vida andina (Sumakawsay). Los espacios territoriales visitados como el Valle de Tumbaco, Sierra de Imbabura y la Amazonía y los campesinos de Cotopaxi nos mostraron los múltiples rostros que tiene Ecuador en diversidad cultural y de formas de organización campesina y agrícola. En estas y más regiones que conforman la gran nación andina ecuatoriana la vida se estructura
El sistema cultural de los pueblos ecuatorianos se sustenta en el territorio (cantones y parroquias), que es la demarcación geográfica donde el imaginario social se une y da fuerza de vida a los que ahí habitan, pero también sustenta la carga simbólica que nutre el pensamiento andino como rasgo de identidad y referencia para los otros. El territorio ecuatoriano porta y transmite un sinnúmero de manifestaciones y significados que dan vida y movilidad como el respeto a la madre tierra y el reconocimiento a la biodiversidad, creando y recreando los elementos culturales que actualmente los identifica en el mundo y articula sustantiva-
Que llegue hasta ese país hermano un enorme agradecimiento por enseñarnos que el territorio se disfruta y se conserva, pero también se defiende y se hereda. Un agradecimiento por mostrarnos que el respeto a la Chakra, a la Madre Tierra y a los pueblos es una vía integral y saludable que en la actualidad promueve la vida digna, es ejemplo para el mundo desde el Ecuador. Gracias por albergarnos a la Quinceava Generación de la Maestría en Desarrollo Rural de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Un abrazo fraterno.
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DECEPCIONA LA POLÍTICA AGRÍCOLA: CRECEN BRECHAS ENTRE CAMPESINOS Y AGROINDUSTRIA
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nálisis académicos manifiestan decepción sobre los efectos concretos en el desarrollo social y económico del campo de Ecuador y en materia de soberanía alimentaria obtenidos como resultado de las políticas públicas, planteamientos constitucionales y restablecimiento de instituciones para el agro durante el gobierno de Rafael Correa. Un amplio estudio, Ecuador rural del siglo XXI: Soberanía alimentaria, inversión pública y política agraria, publicado en 2011 por el Instituto de Estudios Ecuato-
Y aún más. En las conclusiones, el libro –que fue coordinado por Diego Carrión y Stalin Herrera y cuenta con la participación de otros expertos-, afirma que la política del gobierno de Rafael Correa “ha ampliado las brechas de oportunidad entre los grandes y pequeños productores, y los mínimos avances en la distribución de tierras muestran la falta de voluntad política para levantar acciones redistributivas de recursos productivos a favor de un modelo de soberanía alimentaria”. Apoyado en estadísticas y gráficos, el documento señala que
yuca (en 13, 22, 33 y 22 por ciento, respectivamente). Y otros cultivos típicamente campesinos, si bien no disminuyeron su producción, sí sufrieron reducción en superficie de siembra: fréjol tierno, en siete por ciento, y tomate riñón asociado, en 26 por ciento. Asimismo, se ve un estancamiento en los precios de arroz, trigo, ajo, papa, cebolla y choclo en el periodo 2000-09, mientras que los precios de productos agroindustriales crecieron más, como en maíz duro, leche, carne de res y de pollo, y todavía más los productos de exportación, como banano y café, fundamentalmente y en menor medida cacao y palma.
Por ejemplo, destaca que en 2009, el año de mayor inversión sectorial agropecuaria de este gobierno, el 80 por ciento del presupuesto se destinó a la Costa, la región con el mayor peso agroindustiral y agroexportador.
Sin embargo, dice, las acciones gubernamentales –aparentemente positivas, pues sí han incrementado el gasto público y han recuperado la institucionalidad y política agraria que se había perdido en 20 años previos de neoliberalismo- no han beneficiado a los campesinos, comunidades indígenas, a los sin tierra o a las mujeres rurales. Más bien “muestran una enorme complicidad con el modelo primario agroexportador (…) favorecen los intereses del gran capital”. Esas acciones “desplazan los mandatos constitucionales que favorecen las políticas de soberanía alimentaria y sitúan a la agricultura familiar como beneficiaria de los programas de inclusión económica y asistencia social, y no como sujetos de la política que incentiva la producción y el desarrollo agropecuario”.
el Producto Interno Bruto real del agro ha registrado durante el gobierno de Correa una reducción en su ritmo de crecimiento (entre 2002 y 2010), debido a “un comportamiento nuevo que está ligado a un cambio de la estructura agraria, donde el efecto más nocivo es el decrecimiento de la producción campesina frente a la agroindustria”. Dice que mientras la agroindustria y la agroexportación “gozan de buena salud”, pues sostienen precios buenos y estables, crecen sus exportaciones y dominan los circuitos comerciales y de consumo, la agricultura campesina se observa debilitada, con precios de sus cultivos estancados y un decrecimiento de su producción. Afirma que la balanza comercial agroalimentaria de Ecuador es superavitaria, pero existe déficit en algunos bienes sensibles para la alimentación del pueblo ecuatoriano. Esto “es un síntoma de lo que podría pasar si el crecimiento de la agroindustria sigue minando a las capacidades de los agentes campesinos que han garantizado históricamente el autoabastecimiento interno”. Como ejemplos expone: entre 2009 y 2010 decreció la producción de cebada, choclo, trigo,
Productos campesinos Arroz Trigo Cebolla
El estudio señala que el gasto público para el agro ha crecido significativamente en el gobierno de Rafael Correa, en particular en 2007-09, pero el análisis de cómo se aplica el recurso revela sesgos que favorecen a los productores de mayor escala y a la agroindustria.
rianos, Oxfam, Fundación Rosa Luxemburgo y otras organizaciones, dice que la Constitución de 2008 “pone al campo en el centro de las oportunidades (…) y podría permitir las posibilidades de ensayar, en América Latina y el mundo, alternativas de desarrollo no capitalistas que han sido largamente trabajadas por las organizaciones campesinas en el mundo, con la soberanía alimentaria como nuevo modelo de agricultura”.
VARIACIÓN DE PRECIOS 200-09
El documento señala por otra parte que en Ecuador hay “una enorme desigualdad en la distribución de los recursos (en especial tierra, agua y capital), herencia de la colonia y la hacienda, y condición estructural del modelo primario agroexportador”, y esto no se ha modificado durante el gobierno de Correa. “La concentración de los recursos productivos se combina con el control de los canales de comercialización y precio por parte de los intermediarios, y la agroindustria. De tal forma que, el mercado y la estructura agraria, (ambos elementos del patrón de acumulación primario agroexportador), operan como una estructura de actores, relaciones de poder, instituciones y prácticas
Choclo Papa Ajo
Productos agroindustriales Maíz duro Leche Carne de res Carne de pollo
Productos de exportación Banano Cacao Café Palma
0
50
Fuente: MAGAP (2000-2009). Elaboración:
100
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IEE .
socio-culturales, que se articulan eficientemente en función de captar la producción, excedente y riqueza generada por la economía familiar campesina. Una estructura y dinámica en la cual el Estado participa de manera cómplice a favor de los sectores más modernos´’ de la economía”. Una conclusión fundamental del texto es que: “Los datos muestran un ‘nuevo’ escenario para la economía familiar campesina que está por estudiarse y verificarse a nivel nacional: a) la apuesta estatal por una agricultura de exportaciones ha creado un marco institucional que beneficia a los empresarios agrícolas (precios, infraestructura, crédito, seguridad
en el mercado, disponibilidad de tecnología, políticas de fomento), y que ‘empuja’ a que los pequeños campesinos reconviertan su producción hacia cultivos agroindustriales en detrimento de la producción para el consumo interno b) la coyuntura internacional de altos precios para los cultivos agroindustriales favorece un incremento de los cultivos de exportación que compiten por tierra, agua y trabajo; c) como síntesis del primer y segundo proceso, dada la debilidad estructural de las economías campesinas (minifundio, falta de riego y tecnología) y la falta de un entorno institucional para su promoción y protección (políticas públicas adecuadas, crédito, mercado y precios, asistencia técnica, etcétera) estas familias se ven obligadas a migrar hacia otras actividades, convertirse en jornaleros o trabajadores precarios, funcionalizar o vender su tierra a la agroindustria”. Con esto, dice, surge la hipótesis de que “la soberanía alimentaria enfrentaría un grave riesgo en el mediano y largo plazos”, pues la economía campesina, que ha sostenido en volumen y calidad la alimentación de los ecuatorianos y ecuatorianas, es el modelo de producción que tiene menos oportunidades de reproducción en el tiempo. (LER)
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GRAVES Y CRECIENTES, LAS DESIGUALDADES EN EL ACCESO A LOS RECURSOS PRODUCTIVOS
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a situación de fuerte desigualdad que ocurre en el agro ecuatoriano, con los campesinos de corte familiar cada vez menos competitivos y empobrecidos, por un lado, y con la agroempresa boyante, por el otro, tiene entre sus raíces una franca falta de equidad en la distribución de los recursos (tierra, agua e inversión), la cual si, si bien es histórica, se ha venido agudizando. Estadísticas y análisis comparativos contenidos en el libro Ecuador rural del siglo XXI: Soberanía alimentaria, inversión pública y política agraria, señalan esto y advierten que el fenómeno ocurre no obstante que la Constitución de 2008 establece que el Estado debe promover la redistribución y eliminar los privilegios de unos pocos en el control de los recursos, además de que, según los artículos 334 y 282, se prohíbe el latifundio. Adicionalmente, en la Ley Orgánica del Régimen de Soberanía Alimentaria (LORSA), su artículo
tres estipula como deber del Estado la redistribución de la tierra. Y la Secretaría de Planificación y Desarrollo (Senplades) señala que la revolución económica debe “concretarse a través de la democratización del acceso al agua, tierra, crédito, tecnologías, conocimientos e información, y diversificación de las formas de producción y de propiedad”. El libro establece que la frontera agrícola del país casi se duplicó entre 1954 y 2001 al pasar de seis millones 400 mil hectáreas a 12 millones 356 mil; esto, en una lógica agresiva con el medio ambiente, “insostenible”, que ha derivado en serios daños a la naturaleza. Asimismo se observa una fragmentación de las unidades de pequeña escala y el control de la tierra por un pequeño grupo de agricultores (asociados con la agroindustria). En el periodo señalado las unidades productivas menores de cinco hectáreas pasaron de sumar 251 mil 686 (con 7.2 por ciento de la
Importaciones y exportaciones agrícolas 2005-2010 millones de USD FOB 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 500
2005
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Exportaciones agrícolas
Fuente: BCE (2005-2010). Elaboración: IEE .
2008
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Importaciones agrícolas
2010
tierra) a 335 mil 309 (con 6.3 por ciento de la superficie). A la par, aunque las unidades mayores de 200 hectáreas, seis mil 116, se han reducido en número, mantienen un control muy alto de la tierra, pues constituyen el 0.1 por ciento del total de unidades productivas, pero controlan 29 por ciento de la superficie, dice el libro. “Las grandes propiedades cubren buena parte de las distintas provincias y se concentran en la Costa, mientras que los pequeños agricultores están fundamentalmente distribuidos en la Sierra ecuatoriana; zonas de mayor predominio indígena que por efecto de la limitada reforma agraria se encuentran ocupando suelos de poca calidad y alta pendiente. Tal distribución, además es representación de la especialización regional en la producción de alimentos; históricamente la Sierra se concentró en la producción de alimentos para el consumo interno mientras que la Costa en la producción de alimentos para la exportación”. La desigual distribución del agua es también muy evidente. Los pequeños productores (con predios de hasta diez hectáreas), que representan el 75 por ciento de las unidades productivas, disponen de menos tierra y pueden regar hasta el 26 por ciento de su superficie, mientras que las grandes propiedades, superiores a 50 hectáreas -que representan 6.4 por ciento del total de unidades y concentran el 60 por ciento de la tierra agrícola del país- pueden regar 51 por ciento de sus superficies. “Pero además las economías campesinas pagan más por riego que las empresas agroindustriales: por
ejemplo, por cada cien dólares que gana una bananera, paga por concepto de riego entre 0.05 y 0.4 dólares, mientras que las economías campesinas, por cada cien dólares que ganan, deben gastar entre 1.2 y 30 dólares. El problema central es que, en un contexto de disputas por los recursos productivos, a pesar de ser muy pocos quienes se benefician con los sistema de riego privado, estos acaparan la mayor cantidad del caudal de riego, 64%; mientras los sistemas comunales solo se benefician del 13 por ciento”. El libro dice que el eje central del conflicto, la privatización y concentración del agua, no se ha resuelto. En todo el país hay alrededor de 40 mil conflictos sociales por el agua. El estudio menciona que un tercer elemento que determina la falta de
equidad es el acceso al crédito. Señala que las economías campesinas no tienen capacidad de ahorro debido a sus reducidos ingresos, y su única posibilidad de invertir pasa por obtener crédito, pero enfrentan serias barreras tanto en la banca pública como en la privada, por lo cual su opción es la usura, que implica “robo” prácticamente, por las altísimas tasas de interés. Un cuarto factor de desigualdad es el precio que reciben los productores. Según el estudio, los precios de los cultivos típicamente campesinos son los que se ven más castigados, en términos de lo que recibe el productor primario; del precio al mayoreo, el porcentaje que queda al campesino es muy bajo, en relación con los precios de productos agroindustriales, como flores, café y cacao. (LER)
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EL BUEN VIVIR, UNA ALTERNATIVA AL DESARROLLO Alberto Acosta* sión diferente a la occidental al surgir de raíces comunitarias no capitalistas. Rompe por igual con las lógicas antropocéntricas del capitalismo en tanto civilización dominante y también de los diversos socialismos realmente existentes hasta ahora. La propuesta del desarrollo, surgida desde la lógica del progreso civilizatorio de Occidente estableció una compleja serie de dicotomías de dominación: desarrollado-subdesarrollado, avanzado-atrasado, superior-inferior, centro-periferia… Así cobró nueva fuerza la ancestral dicotomía salvaje-civilizado, que se introdujo de manera violenta hace más de cinco siglos en América con la conquista europea.
Una propuesta desde la periferia del mundo. El Buen Vivir, en tanto sumatoria de prácticas vivenciales, muchas de ellas de resistencia a la realmente larga noche colonial y sus secuelas todavía vigentes, es aún un modo de vida en muchas comunidades indígenas, que no han sido totalmente absorbidas por la modernidad capitalista o que han resuelto mantenerse al margen de ella. Sus saberes comunitarios, muchos de ellos ancestrales -esto es lo que cuenta-, constituyen la base para imaginar y pensar un mundo diferente en tanto camino para cambiar éste.
Dentro del capitalismo no hay solución para la vida; fuera del capitalismo hay incertidumbre, pero todo es posibilidad. Nada puede ser peor que la certeza de la extinción. Es momento de inventar, es momento de ser libres, es momento de vivir bien. Ana Esther Ceceña
A
mérica Latina, a partir de una renovada crítica al desarrollo convencional, se encuentra en un interesante proceso de reencuentro con sus orígenes. Por un lado, se mantiene y recupera una tradición histórica de críticas y cuestionamientos que fueron elaborados y presentados desde esta región hace mucho tiempo, pero que quedaron rezagados y amenazados de olvido. Por otro lado, afloran otras concepciones, sobre todo propias de los pueblos y nacionalidades ancestrales del Abya Yala (Nuestra América, diría José Martí), así como también provenientes de otras regiones de la Tierra. En este punto reconozcamos que, mientras buena parte de las posturas sobre el desarrollo convencional, e incluso muchas de las corrientes críticas, se desenvuelven dentro de los saberes occidentales propios de la Modernidad, las propuestas latinoamericanas más recientes escapan a esos límites. En efecto, estas propuestas recuperan posturas clave ancladas en los conocimientos y saberes propios de los pueblos y nacionalidades ancestrales. Sus expresiones más conocidas nos remiten a las constituciones de Ecuador y Bolivia; en el primer caso es el Buen Vivir o Sumak Kawsay (en
kichwa), y en el segundo, en particular el Vivir Bien o Suma Qamaña (en aymara) y también Sumak Kawsay (en quechua). Existen nociones similares (mas no idénticamente iguales) en otros pueblos indígenas, como los mapuche (Chile), los guaranís de Bolivia y Paraguay, los kunas (Panamá), los achuar (Amazonía ecuatoriana), pero también en la tradición maya (en Guatemala; en Chiapas, México), entre otros. Además de estas visiones del Abya-Yala, hay otras muchas aproximaciones a pensamientos filosóficos de alguna manera emparentados con la búsqueda del Buen Vivir desde perspectivas filosóficas incluyentes en diversas partes del planeta. El Sumak Kawsay, en tanto cultura de la vida, con diversos nombres y variedades, ha sido conocido y
practicado en diferentes períodos en las diferentes regiones de la Madre Tierra. Aunque se le puede considerar uno de los pilares de la cuestionada civilización occidental, en este esfuerzo colectivo por reconstruir/construir un rompecabezas de elementos sustentadores de nuevas formas de organizar la vida, se pueden recuperar algunos elementos de la “vida buena” de Aristóteles. El Buen Vivir, entonces, no es una originalidad ni una novelería de los procesos políticos de inicios del siglo XXI en los países andinos. Los pueblos y nacionalidades ancestrales del Abya-Yala no son los únicos portadores de estas propuestas. El Buen Vivir forma parte de una larga búsqueda de alternativas de vida fraguadas en el calor de las luchas de la Humanidad por la emancipación y la vida.
De todas maneras, siempre será un problema comprobar lo que es y lo que representa un saber ancestral cuando probablemente lo que se presenta como tal no es realmente ancestral, ni hay modo de corroborarlo. Las culturas son tan heterogéneas en su interior que puede resultar injusto hablar de “nuestra” cultura como prueba de que lo que uno dice es correcto. Además, la historia de la humanidad es la historia de los intercambios culturales y, como bien vio José María Arguedas, eso también se aplica a las comunidades originarias americanas. Es imperioso, de todos modos, recuperar las prácticas y vivencias de las comunidades indígenas, asumiéndolas tal como son, sin llegar a idealizarlas.
En ese contexto de proyecciones globales, propio del sistema capitalista, se plasma la estructura dominante de la actual civilización. La institucionalización global de la dicotomía superior-inferior implicó la emergencia de la colonialidad del poder, así como la colonialidad del saber y la colonialidad del ser. Dicha colonialidad, vigente hasta nuestros días, no es sólo un recuerdo del pasado. Explica la actual organización del mundo en su conjunto, en tanto punto fundamental en la agenda de la Modernidad, como anota con justeza Aníbal Quijano. En concreto, a lo largo y ancho del planeta, las sociedades fueron y continúan siendo reordenadas para adaptarse al “desarrollo”. El desarrollo se transformó en el destino común de la humanidad, una obligación innegociable. Para conseguirlo, por ejemplo, se acepta la destrucción social y ecológica que provoca la megaminería o la explotación petrolera, a pesar de que éstas, además, ahondan la modalidad extractivista de producción heredada desde la Colonia. En esta línea del extractivismo del siglo XXI aparecen también los transgénicos y los agrocombustibles.
Lo destacable y profundo de estas propuestas alternativas, de todas formas, es que surgen desde grupos tradicionalmente marginados. Son propuestas que invitan a romper de raíz con varios conceptos asumidos como indiscutibles, empezando por el concepto tradicional de progreso y desarrollo.
Cuando los problemas comenzaron a minar nuestra fe en el desarrollo, empezamos a buscar alternativas de desarrollo, y les pusimos apellidos para diferenciarlos de lo que nos incomodaba, pero seguimos por la misma la senda: desarrollo económico, desarrollo social, desarrollo local, desarrollo rural, desarrollo sostenible o sustentable, ecodesarrollo, desarrollo a escala humana, desarrollo local, desarrollo endógeno, desarrollo con equidad de género, codesarrollo, etnodesarrollo, desarrollo global… desarrollo al fin y al cabo.
Una alternativa al desarrollo. El Buen Vivir plantea una cosmovi-
El Buen Vivir es algo diferente. No se trata de aplicar un conjunto
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11 mantener el divorcio entre la Naturaleza y el ser humano, hay que propiciar su reencuentro. Para lograr esta transformación civilizatoria, una de las tareas iniciales radica en la desmercantilización de la Naturaleza. Los objetivos económicos deben estar subordinados a las leyes de funcionamiento de los sistemas naturales, sin perder de vista el respeto a la dignidad humana y procurando asegurar la calidad en la vida de las personas. Y esto se logra con verdaderos procesos de redistribución del ingreso y de la riqueza. Las reflexiones anteriores enmarcan conceptualmente los pasos vanguardistas dados en la Asamblea Constituyente de Montecristi, en Ecuador. Ubican con claridad por dónde debería marchar la construcción de una nueva forma de organización de la sociedad, si realmente ésta pretende ser una opción de vida, en tanto respeta y convive dentro de la Naturaleza.
de políticas, instrumentos e indicadores para salir del “subdesarrollo” y llegar a aquella deseada condición del “desarrollo”. Una tarea por lo demás inútil. Veamos lo acontecido a lo largo de estas últimas décadas, cuando casi todos los países del mundo han intentado seguir ese supuesto recorrido. ¿Cuántos lo han logrado? Muy pocos, asumiendo que la meta buscada puede ser considerada desarrollo. De hecho, poco a poco se cayó en cuenta que el tema no era simplemente aceptar una u otra senda hacia el desarrollo. Los caminos hacia el desarrollo no eran el problema mayor. La dificultad radica en el concepto mismo del desarrollo. El mundo vive un “mal desarrollo” generalizado, incluyendo los considerados como países industrializados, es decir aquellos cuyo estilo de vida debía servir como faro referencial para los países atrasados. Eso no es todo. El funcionamiento del sistema mundial contemporáneo es “maldesarrollador”, como anota José María Tortosa. En suma, es urgente disolver el tradicional concepto del progreso en su deriva productivista y del desarrollo en tanto dirección única, sobre todo en su visión mecanicista de crecimiento económico, así como sus múltiples sinónimos. Pero no sólo se trata de disolverlos, se requiere una visión diferente, mucho más rica en contenidos y en dificultades. Bajo algunos saberes indígenas no existe una idea análoga a la
de desarrollo, lo que lleva a que en muchos casos se rechace esa idea. No existe la concepción de un proceso lineal de la vida que establezca un estado anterior y posterior, a saber, de subdesarrollo y desarrollo; dicotomía por la que deben transitar las personas para la consecución del bienestar, como ocurre en el mundo occidental. Tampoco existen conceptos de riqueza y pobreza determinados por la acumulación y la carencia de bienes materiales. El Buen Vivir asoma como una categoría en permanente construcción y reproducción. En tanto planteamiento holístico, es preciso comprender la diversidad de elementos a los que están condicionadas las acciones humanas que propician Buen Vivir, como son el conocimiento, los códigos de conducta ética y espiritual en la relación con el entorno, los valores humanos, la visión de futuro, entre otros. El Buen Vivir, en definitiva, constituye una categoría central de la filosofía de la vida de las sociedades indígenas. Hacia un reencuentro con la Naturaleza. La acumulación material -mecanicista e interminable de bienes-, asumida como progreso, no tiene futuro, nos recuerda Eduardo Gudynas. Los límites de los estilos de vida sustentados en la visión ideológica del progreso antropocéntrico son cada vez más notables y preocupantes. Si queremos que la capacidad de absorción y resilencia de la Tierra no colapse, debemos dejar de ver a los recursos naturales como una condición para el crecimiento. Y por cierto debemos aceptar que lo humano se realiza en comunidad,
con y en función de otros seres humanos, como parte integrante de la Naturaleza, sin pretender dominarla. Desde los albores de la Humanidad, el miedo a los impredecibles elementos de la Naturaleza estuvo presente en la vida de los seres humanos. Poco a poco la ancestral y difícil lucha por sobrevivir se fue transformando en un desesperado esfuerzo por dominar la Naturaleza. Paulatinamente el ser humano, con sus formas de organización social antropocéntricas, se puso figurativamente hablando por fuera de la Naturaleza. Se llegó a definir la Naturaleza sin considerar a la Humanidad como parte integral de la misma. Y con esto quedó expedita la vía para dominarla y manipularla, sobre todo en la civilización capitalista. Frente a esta añeja visión de dominación y explotación, sostenida en el divorcio profundo de la economía y la Naturaleza, causante de crecientes problemas globales, han surgido varias voces de alerta. El punto es claro, la Naturaleza no es infinita, tiene límites y estos límites están siendo superados.
En dicha Constitución, aprobada el año 2008, al reconocer los Derechos de la Naturaleza, es decir entender a la Naturaleza como sujeto de derechos, y sumarle el derecho a ser restaurada cuando ha sido destruida, se estableció un hito en la historia de la Humanidad. La restauración difiere de la reparación que es para los seres humanos, cuyas condiciones de vida pueda verse afectadas por algún deterioro ambiental provocado por otros seres humanos. Por igual, trascendente fue la incorporación del término Pacha Mama, como sinónimo de Naturaleza, en tanto reconocimiento de plurinacionalidad e interculturalidad. A lo largo de la historia del derecho, cada ampliación de los derechos fue anteriormente impensable. La emancipación de los esclavos o la extensión de los derechos a los afroamericanos, a las mujeres y a los niños y niñas fueron una vez rechazadas por ser consideradas como un absurdo. Se ha requerido que se reconozca “el derecho de tener derechos” y esto se ha conseguido siempre con una intensa lucha política para cambiar aquellas leyes que negaban esos derechos.
La crisis provocada por la superación de los límites de la Naturaleza conlleva necesariamente a cuestionar la institucionalidad y la organización sociopolítica. No hacerlo amplificaría aún más las tendencias excluyentes y autoritarias, así como las desigualdades y falta de equidad tan propias del sistema capitalista.
La liberación de la Naturaleza de esta condición de sujeto sin derechos o de simple objeto de propiedad exigió y exige, entonces, un esfuerzo político que le reconozca como sujeto de derechos. Este aspecto es fundamental si aceptamos que todos los seres vivos tienen el mismo valor ontológico, lo que no implica que todos sean idénticos. Lo central de los Derechos de la Naturaleza es rescatar el “derecho a la existencia” de los propios seres humanos.
La tarea parece simple, pero es en extremo compleja. En lugar de
Por cierto que en este punto habría que relievar todos los aportes
y las luchas desde el mundo indígena, en donde la Pacha Mama es parte consustancial de sus vidas. Pero igualmente, y esto también es importante, hay otras razones científicas que consideran a la Tierra como un súper organismo vivo. Este súper organismo extremadamente complejo, que requiere de cuidados y debe ser fortalecido, es sujeto de dignidad y portador de derechos, porque todo lo que vive tiene un valor intrínseco, tenga o no uso humano. Incluso hay razones cosmológicas que asumen a la tierra y a la vida como momentos del vasto proceso de evolución del Universo. La vida humana es, entonces, un momento de la vida. Y para que esa vida pueda existir y reproducirse necesita de todas las precondiciones que le permitan subsistir. En todas estas visiones aflora como eje fundamental el principio de la relacionalidad: todo tiene que ver con todo, en todos los puntos y en todas las circunstancias. Entonces, lo que urge es caminar hacia una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, como punto de partida para empezar a reconstruir relaciones armoniosas de los seres humanos con su Madre Tierra. Un penúltimo punto. De lo exse puede concluir que el Buen Vivir se aparta de las ideas occidentales convencionales del progreso, y apunta hacia otra concepción de la vida, otorgando una especial atención a la Naturaleza. Queda en claro, por lo tanto, que el Buen Vivir es un concepto plural (mejor sería hablar de “buenos vivires” o “buenos convivires”) que surge especialmente de las comunidades indígenas, sin negar las ventajas tecnológicas del mundo moderno o posibles aportes desde otras culturas y saberes que cuestionan distintos presupuestos de la modernidad dominante. Como plantean los zapatistas, la tarea es construir un mundo donde caben todos los mundos, sin que nadie viva mal para que otro viva mejor. En síntesis, esta compleja tarea implica aprender desaprendiendo, aprender y reaprender al mismo tiempo. Una tarea que exigirá cada vez más democracia, nunca menos, cada vez más participación, nunca menos, y siempre sobre bases de mucho respeto. Nadie puede asumirse como propietario de la verdad. *Economista ecuatoriano. Profesor e investigador de la FLACSO-Ecuador. Profesor honorario de la universidad Ricardo Palma, Lima Ex ministro de Energía y Minas. Ex presidente de la Asamblea Constituyente. Ex candidato a la Presidencia de la República. El autor recomienda la lectura de su libro Buen Vivir –Sumak Kwasay–: Una oportunidad para imaginar otros mundos, ICARIA, Barcelona, 2013.
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“¡NI UNA LEY MÁS SIN NOSOTRAS!” Theres Hoechli por la igualdad de género con la construcción de alternativas a la política y al modelo de desarrollo. El fuerte vinculo con el campo que la AMDPE tiene por las diversas organizaciones de mujeres rurales se refleja en su agenda, que incluye demandas por una economía solidaria y centrada en las diversas iniciativas productivas y populares desde las mujeres, la soberanía alimentaria como un derecho, la soberanía de los cuerpos, la lucha por los recursos naturales y contra el extractivismo, la despenalización del aborto y la eliminación de todas formas de violencia, de acuerdo con el Manifiesto mencionado
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lo largo de la historia latinoamericana, las mujeres han tenido un papel fundamental en la construcción y transformación de las sociedades. Aunque su presencia ha sido invisibilizada y sus puntos de vista han sido silenciados dentro de los movimientos sociales, su participación ha sido relevante, tal como lo ilustra el caso de Ecuador. Rafael Correa, el actual presidente del país, con su proyecto inicial de justicia social llegó al poder en buena parte con y por el apoyo del voto femenino, ya que la pobreza y marginalidad en gran medida toca a las mujeres. Al mismo tiempo, existía una adhesión de las organizaciones de mujeres a la lucha por la democracia y la justicia desde la caída de varios presidentes en los años 90’s. Varias organizaciones feministas ingresaron al pacto y movimiento político del gobierno de Correa, otras optaron por mantenerse fuera y consolidar su fuerza desde una posición crítica, entre ellas las mujeres de laConfederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el movimiento Luna Creciente, las Defensoras de la Pachamama y la Asamblea de Mujeres Populares y Diversas del Ecuador (AMPDE). En nuestro viaje al Ecuador tuvimos la oportunidad de reunirnos con Alejandra Santillana, una integrante de la AMPDE, por lo cual presentaré en este artículo esta experiencia como ejemplo de la lucha amplia y diversa de las mujeres de este país. La AMPDE nació como plataforma entre diversas organizaciones de mujeres y feministas del país que se juntaron para debatir y ela-
borar propuestas para la Asamblea Constituyente en 2008. El espacio se ha caracterizado desde sus inicios por la diversidad de temas que las organizaciones han trabajado en sus regiones y localidades, además de tener una base fuertemente popular. La AMPDE hace énfasis en la diversidad de organizaciones que aglutina y que se unen en “la voz política de la igualdad en medio de las diferencias, (…) una fuerza política y social que el capitalismo y el patriarcado no ha podido callar”, según establece en su Manifiesto del Movimiento de Mujeres Populares y Diversas de 2010. Es un ejemplo práctico de la diversidad proclamada en la Constitución del Ecuador como Estado Plurinacional.
dígenas las que principalmente plantearon temas atípicos para la agenda feminista, como son la soberanía alimentaria, las semillas nativas o el derecho al agua, a la vez que se sumaron a la demanda histórica del movimiento feminista por la despenalización del aborto. Para Alejandra, la AMPDE representa un feminismo que piensa en la totalidad y no se limita a tematizar asuntos relacionados exclusivamente con las mujeres: “Es un problema que se piense que el feminismo nada más puede tematizar algunos asuntos. Nosotras queremos pensar y debatir el sistema económico, el modelo de desarrollo, la criminalización de la protesta. Todo ello, desde nuestra perspectiva como mujeres”.
Alejandra recuerda que en las reuniones de la Asamblea Constituyente, fueron las mujeres in-
La AMPDE da cuenta de una lucha histórica de las mujeres ecuatorianas que vincula la demanda
En México son las mujeres indígenas las que tienden puentes entre el movimiento feminista e indígena, reivindicando por un lado el derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas y el cumplimiento de sus derechos constitucionales, a la vez que cuestionan las relaciones de poder, costumbres y tradiciones que generan desigualdad y violencia contra las mujeres en sus comunidades.
“¡Ni una ley más sin nosotras!” es el lema de la AMPDE que hoy pretende crear el espacio para debatir, analizar, proponer y actuar sobre las leyes. A pesar de haber logrado colocar ideas y propuestas en la Constitución, no siempre se traducen en leyes, o no de manera adecuada. Alejandra nos comentó que, aunque se lograron ampliar los derechos de las mujeres, no perciben una legislación sensible al género: hay iniciativas por la penalización del aborto por violación, y el feminicidio está creciendo de manera alarmante, muestra de que el derecho al Sumak Kawsay (Buen Vivir) de las mujeres no está garantizado. Por ello y por las incongruencias que perciben en el gobierno de Correa, la AMPDE y otras organizaciones feministas y de mujeres toman distancia y cuestionan la política del gobierno que se ha alejado de la sociedad civil y de sus ideologías iniciales. Como consecuencia de formar parte del proceso de la Asamblea Constituyente, están más que dispuestas a luchar por sus derechos no satisfechos y por el cumplimiento de la Constitución en legislación y políticas públicas: ¡Ni una ley más sin nosotras!
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EL "BUEN VIVIR" Y LA PROTESTA
REGRESO A CASA
Paola Ávila
Lucero Mendizábal
ILUSTRACIÓN: Angie Vanessa Cárdenas Roa
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isitar Ecuador respondía a una necesidad de saber cómo se concreta una Constitución cuyo eje rector rompe la lógica del capitalismo. Sabíamos que nos encontraríamos con un fenómeno en construcción que nos permitiría aprender más. Como era de esperarse, observamos conflicto; en los lugares que visitamos había denuncias puntuales por despojo o imposición pero, sobre todo, acciones ante ello. Llegamos a la capital Quito para atestiguar la marcha del uno de mayo que-igual que ocurre en México- estaba dividida en dos: la marcha oficial y la independiente. Observamos el desacuerdo con el gobierno de Rafael Correa y consignas y mantas que contradecían los grandes espectaculares sobre el “Quito del Buen Vivir”. Esa misma tarde nos enteramos que hubo un operativo policiaco denominado “Sol rojo” en diciembre de 2012 en el que fueron detenidos diez jóvenes por terrorismo, y esa fue la primera vez que se utilizó esta figura legal (artículo 160 del Código Penal), lo que causó mucha indignación. En algunos portales electrónicos encontramos dos versiones de los hechos: por un lado se denunciaba que las pruebas condenatorias presentadas eran playeras del Che Guevara, libros de política, discos de Víctor Jara y de Inti Illimani y cuadernos de la Universidad Central del Ecuador. En otras fuentes se decía que existían manuales de armado de bombas y que se ponían de acuerdo por mensajes cifrados para hacer “llamadas de explosivos durante las marchas”. Una de las campaña en apoyo a los chicos y chicas detenidos fue “Yo
también soy sol rojo”, que circula por las redes sociales. Diversos grupos y personas mencionaban el asunto de los “ecologistas infantiles”, término que utilizó el presidente Correa para nombrar a quienes se oponen a la explotación de los yacimientos de petróleo en el Yasuní, área protegida de la selva amazónica. Este término peyorativo que los acusaba de candorosos e ignorantes ante el problema primordial de que Ecuador se quedará sin crudo en 20 años, terminó siendo adoptado y reivindicado por quienes defienden esta importante área llena de riqueza endémica que queda en su país. Después de las grandes movilizaciones que dieron origen a la actual Constitución y al gobierno, las organizaciones indígenas se encuentran en un proceso de balance y reflexión en torno a los resultados obtenidos. Percibimos cierto desaliento, pero también un análisis profundo de los procesos que están viviendo. Fuimos testigos de múltiples formas de resistencia ante ciertas políticas gubernamentales para el campo: bancos de semillas originarias, producción de café de exportación como expresión de defensa del territorio ante una minera, organizaciones indígenas coordinadas regional y nacionalmente, empresas productivas y de turismo alternativo para poder autoemplearse y encuentros contra las represas, entre otras situaciones. Cada esfuerzo con aspectos contradictorios pero todos en búsqueda de que se concrete el buen vivir que cada grupo concibe. Se observa la tensión entre lo que el gobierno y los habitantes del Ecuador consideran necesario para que el país siga funcionando. Si bien se
habla de una mejor distribución de la riqueza y de una concepción de la nación muy diferente a la del desarrollo capitalista, no deja de haber polarización en ciertos temas como el uso de los recursos naturales, el uso de semillas endémicas o las leyes de radio. Para acabar con dichas diferencias se hace uso de la gestión, de la negociación, e incluso de la confrontación. Al final del viaje, unos jóvenes nos planteaban la ventaja que teníamos los mexicanos al saber que en nuestro país es evidente que el gobierno está contra el pueblo, mientras que en Ecuador la mayoría de la población piensa que no es así, por lo que percibían que protestar no tenía sentido para un amplio sector social. A lo largo de nuestro viaje observamos muchas similitudes entre ambos países, pero en materia de violencia se hizo evidente que allá es significativamente menor a la que sufrimos en México. Esta diferencia no aminora las dificultades que deben resolver los ecuatorianos, porque la protesta también es desvirtuada o francamente condenada en vez de ser un derecho. Así, se enfrentan con los medios que tienen a la mano. Si bien es cierto que la Constitución abre ciertas posibilidades, ya que se pueden exigir derechos que en México ni siquiera se consideran, el cumplimiento de ellos pareciera a veces tan lejano como en nuestro país. Sabemos que no se trata de cuestiones nacionales, ni siquiera exclusivas de Latinoamérica, sino del orden mundial imperante, ante el cual los habitantes de Ecuador también encuentran modos de protesta creativos, simbólicos y profundos, características del pensamiento de este pueblo.
Quién decide movilizarse hacia otro lugar que no es su país de origen? Esta es una de las primeras preguntas al tratar el tema de la migración y que nos lleva a indagar en los derechos universales sobre movilidad humana que sostienen que las personas tienen el derecho de buscar una mejor opción para mejorar su calidad de vida. Esta decisión sobrepasa todos los temas y sus orígenes se definen a partir de la sobrevivencia humana, del vivir dignamente. No es una decisión simple ya que son varios los factores que determinan llegar a una conclusión de dicha magnitud para una persona o una familia pues el hecho de decir adiós o hasta pronto y emigrar a otro país es una decisión que cambia la vida de modo radical. Son muchas las condiciones que incrementan la proliferación de personas cambiando de país, en algunos casos guerras internas, persecución por razones políticas, un Estado en extrema descomposición que no genera garantías para poder desarrollarse en plenitud y sí distintos tipos de violencia. En Latinoamérica la migración es parte de las historias en las que todos los pueblos nos podemos mirar, y Ecuador no es una excepción a la regla, viviendo las distintas categorías del migrar. La que abordaremos en este texto se refiere a la migración de retorno, es decir, cuando alguien emigró y regresó al lugar de origen, la tierra en donde nació. En 2001 había un aproximado de 45 mil a 50 mil migrantes ecuatorianas en otros países y de 20 a 25 mil hombres ecuatorianos. En 2010 los números disminuyeron a menos de 25 mil mujeres y 15 mil hombres en el exterior de Ecuador. El informe Perfil Migratorio Ecuador 2011 señala que entre 2000 y 2010 hubo un crecimiento moderado de la emigración; una desaceleración de los flujos migratorios, y una tendencia de aumento de las personas retornadas, mismas que se reunieron con sus familiares. Los países con mayor población ecuatoriana son Estados Unidos, España e Italia, y un porcentaje de población retornada de estos mismos, de 26, 46 y seis por ciento, con una mayoría de mujeres. El total de personas retornadas en el lapso de diez años es de 60 mil personas. Cabe mencionar que muchas de estas personas han intentado migrar de nuevo y que en muchos casos fueron
deportadas de esos países con la sanción de no volver en un determinado número de años, según las leyes penales de cada país, pero que igualmente dejaron familia, trabajo, sueños y una vida de la cual fueron expulsados por no tener un estatus migratorio que les permitiera continuar con su vivir en ese otro lugar que también se había hecho propio. Un nuevo escenario aparecía en Ecuador. ¿Qué oportunidades han encontrado los emigrantes retornados en su país natal? Ésta y otras preguntas son las que viene trabajando el gobierno del presidente Rafael Correa. Como respuesta se han constituido instituciones como la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) y la Dirección Nacional de Migraciones de la Policía Nacional, dependiente del Ministerio del Interior, pero siguen siendo insuficientes dadas las dimensiones de retorno. Y aunque una parte importante de la población reconoce que su situación está mejor que antes de haber salido de Ecuador, enfrentan problemas de adaptación, pues han aprendido otras costumbres y otras formas de pensamiento que en muchos casos contrastan con la realidad. En ocasiones, muchas personas retornadas aprendieron en el extranjero mucho más sobre el hacer valer sus derechos, y vivieron experiencias que trastocaron parte de su identidad y sus propios códigos de comunicación y relación. Además de que el retorno también se interpreta como una disminución en las remesas, las cuales son el segundo rubro de ingresos externos en el país. Por último, cabe decir que no es una mera cuestión de números sino que hablamos de vida, de gente en constante movilidad, intercambiando saberes, aprendizajes, conocimientos. Recuerdo que en Barcelona, trabajando yo de mesera, conviví con varias mujeres ecuatorianas, muchas de ellas madres solteras que para apoyar a su familia habían emprendido el desafío de la soledad, y de vivir para trabajar cubriendo jornadas de hasta 36 horas seguidas para poder “comprarse un terrenito”, “mejorar la casa de la mamá”, “ahorrar lo suficiente para volver en un futuro”. A ellas, a quienes recuerdo con estas líneas, reconozco mi total admiración por su valentía, su coraje y luchar con todo para salir adelante, y espero que si retornan o no sea por haber escuchado a su corazón.
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TV MICC, UNA TELEVISIÓN DESDE EL PUEBLO PARA EL PUEBLO Lucero Mendizábal y Ángel Tibán* *Actualmente es gerente de TV MICCG Canal 47
FOTOS: TV MICC Canal 47
bre de 2008, vía un con convenio por diez años entre las autoridades gubernamentales de radiodifusión y televisión y el MICC, y establece la operación en la banda UHF para operar una estación matriz en la categoría de servicio público, para servir a la ciudad de Latacunga, con cobertura en Ambato, provincias de Cotopaxi y Tungurahua.
el consumo de lo local. Entre sus prácticas culturales se encuentra la minga, que en México se asemeja al tequio, es decir, la labor colectiva que hacen las comunidades como ofrenda laboral para el bien común.
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ituado en la provincia de Cotopaxi, Ecuador, TV MICC Canal 47 es un esfuerzo de televisión comunitaria que suma casi cinco años de existencia y que ha logrado permanecer no obstante los retos que impone el contar y sostener una serie de recursos, humanos, económicos, de respaldo social y otros. Este es un canal que permite compartir las historias de las personas en la comunidad y las formas de organización, además de implicar contenidos educativos y culturales que muestran los rostros de las diferentes identidades, lenguas y costumbres. En una visita que estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco hicimos a las instalaciones del Canal el pasado mayo, nos resultó admirable y alentador ver el espacio desde el cual transmiten. Pero lo más valioso fue conocer a quienes editan, graban y conducen, personas de las propias comunidades que se redescubrieron a partir de este compromiso de comunicación social.
La televisora es un proyecto del Movimiento Indígena Campesino de Cotopaxi (MICC), que suma 30 años de existencia y se integra por 32 organizaciones presentes en más de mil comunidades. El MICC trabaja enfocado temáticamente en la salud (medicina ancestral y seguridad alimentaria), la juventud, la comunicación y en la equidad de género, y se ha esforzado en la formación de cuadros. Una de sus luchas principales es por políticas públicas que beneficien a las poblaciones. Y ha impulsado la participación de las mujeres; varias de ellas han sido reconocidas en sus gestiones y han ocupado cargos importantes. Dioselinda Iza fue la primera mujer presidenta del MICC (actualmente ya no ocupa ese cargo). Entre sus tareas fundamentales está la recuperación de las semillas nativas y endémicas; esto, relacionado con la identidad cultural expresada en sus comidas y formas propias de alimentación. Su expectativa es garantizar la existencia de la chakra comunitaria (milpa) en Cotopaxi para fortalecer
La televisora de Cotopaxi busca ser un medio crítico, propositivo, cercano, democrático e intercultural. Sus políticas se enmarcan en los conceptos y retos del MICC; está prohibida la difusión y promoción de productos que denigren a la mujer, al hombre y a la comunidad, y no publicita bebidas embriagantes ni de empresas comerciales, ni imágenes que atenten contra la cultura e identidad. La publicidad que se transmite muestra el trabajo de las cooperativas, así como de los productos que elaboran. La concesión de la señal de televisión se obtuvo el 24 de septiem-
En la Ley de Radiodifusión y Televisión de Ecuador, el artículo octavo define a las estaciones comunitarias “como las que nacen de una comunidad u organización indígena, afroecuatoriana, campesina o cualquier otra organización social, que su labor esté orientada al fortalecimiento de la comunidad, a la consolidación intercultural y social, a la defensa de los valores humanos, históricos, artísticos, que afiancen la identidad nacional y vigoricen la vigencia de los derechos humanos (…) pueden realizar autogestión para el mejoramiento, mantenimiento y operación de sus instalaciones, equipos y pago de personal a través de donaciones, mensajes pagados, y publicidad de productos comerciales”. La intención del MICC al contar con un canal de televisión es mantener un rol democrático, con el fin de que sea posible una comunicación justa, equilibrada, dinámica y transparente entre las diferentes culturas, de manera que contribuya a la afirmación de la identidad y la recuperación de tradiciones propias de la vida del pueblo andino. La televisora es un espacio que busca construir el Sumak Kawsay (Buen Vivir), que implica el ejercicio pleno de los derechos colectivos de los pueblos y también de las personas, siendo un aporte a la lucha organizada del pueblo pobre.
La misión de TV MICC es ser un medio de comunicación alternativo, comunitario, participativo, innovador e intercultural, que crea nuevas formas de producción comunicativa y de relación con la gente, para que se fortalezca, promueva y revitalice la cosmovisión y la identidad cultural de los pueblos. Asimismo, ponderar las formas propias de gobierno, costumbres, tradiciones, sabiduría, el arte y la artesanía. El objetivo general es contribuir a la construcción de una mejor calidad de vida para la población que habita en el centro del Ecuador, basándose en los principios políticos organizativos del MICC, de solidaridad, comunidad y autodeterminación de los pueblos. Los criterios de su programación son permitir la comunicación a los movimientos populares empeñados en trabajar para el reconocimiento identitario y cultural de manera colectiva. Por ello la programación está siendo construida de manera colectiva, inclusiva, vinculada a los movimientos sociales organizados y no organizados, estrechamente ligada con quienes son expresión de la cultura, de la política y de la organización social en general. Su enfoque de medio de comunicación alternativa exige la participación activa de la juventud, las mujeres y los niños, así como de los adultos mayores con su sabiduría y experiencia. Una participación crítica que posibilite la recuperación de la memoria histórica y la proyección al futuro como pueblo, con su cultura, su identidad, sus saberes y conocimientos. Algo no negociable dentro de la programación de TV MICC es que un gran porcentaje de la programación es en idioma kichwa, originario del pueblo de
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Además se establecieron alianzas con instituciones fraternas (organizaciones no gubernamentales, ONGs) que cooperan con la labor social del MICC, las cuales han realizado aportes en el campo técnico, la capacitación de personal y pequeñas contribuciones económicas con las cuales han contribuido en la adquisición de equipos básicos para el Canal. En 2012 TV MICC creó un programa para abordar las fortalezas y debilidades de las organizaciones indígenas, campesinas y de mujeres. Un compromiso a futuro es conocer también las diferentes acepciones organizativas existentes en las zonas urbanas del centro del país. Y es que uno de los rasgos identitarios de los pueblos es su sistema de organización, como forma de regularizarse y autogobernarse. Por lo menos en Ecuador, sin la organización el mundo rural no soportaría el abandono y la exclusión que padece en todos los sentidos (de políticas, social, económico y cultural) de parte del Estado y de la sociedad.
Cotopaxi y de todo el centro del país. La televisora busca potenciar el uso oral y escrito de esta lengua. En cuanto a la sostenibilidad económica, según la legislación actual, el MICC tiene la facultad de vender servicios exclusivamente para reinvertir en el medio de comunicación y garantizar la parte tecnológica, infraestructura y personal. Las alianzas económicas están dirigidas a garantizar el recurso económico para el funcionamiento y crecimiento del medio de comunicación y no al lucro personal o de algún grupo. Hoy día se mantiene en marcha el proceso de institucionalización de TV MICC, con la mira puesta en la promoción y el desarrollo comunicacional comunitario. Se ha trabajado en la capacitación de reporteros, técnicos y periodis-
tas, siempre pensando en hacer una comunicación de calidad y utilizando adecuadamente la variedad de formatos periodísticos, de opinión y de entretenimiento. Suman ocho las personas que aquí laboran.
Para la contratación del personal se considera el criterio de equidad de género, que en lo posible sean bilingües (kichwa y castellano) con una cierta formación académica en áreas sociales y experiencia en comunicación social.
Al ser la primera experiencia en Ecuador de un medio de comunicación que pertenece a una organización social, el MICC ha tenido que superar varios vacíos jurídicos y la concepción social de la población con respecto a los medios. Por ejemplo, dado el hecho de que TV MICC es un canal comunitario, hay quienes asumen que todo es gratuito, que los medios comunitarios no necesitan de publicidad porque supuestamente hay alguien que los financia. Esta visión no es mayoritaria, pero está presente sobre todo en los grupos económicos y políticos que tienen influencia de inversión en los medios.
La televisora ha realizado gestiones jurídicas y logró que TV MICC se acoja al artículo octavo de la Ley de Radio y Televisión. Ello implicó el reordenamiento administrativo del concesionario de la frecuencia; en este caso se realizaron reformas al estatuto del MICC y se modificó el carácter administrativo del Registro Único de Contribuyentes del MICC; así, TV MICC cumple con las obligaciones tributarias y laborales. La administración de TV MICC está a cargo del gerente designado por el presidente del MICC y el manejo financiero está bajo la responsabilidad del contador del MICC.
El idioma es otro factor fundamental de la identidad. Por ello para MICC el idioma indígena, en este caso el kichwa, es el que marca el sello de identidad del canal. Para 2012 un 30 por ciento de hablantes de kichwa habían pasado por diferentes programas en vivo y en noticias recabadas en las comunidades y ciudades para expresar sus pensamientos y reflexionar sobre la situación del idioma y de la vida cotidiana en su propio idioma. Sin embargo, hay dificultades para que el idioma tenga mayor carga horaria en las emisiones de la televisora: la escasa producción en kichwa y la falta de políticas estatales que para que este idioma sea lengua oficial. Además hemos sentido que la nueva Ley de Educación que denomina a todo el sistema como intercultural subestima la reivindicación del idioma kichwa. También hemos constatado que hay escasa apertura para financiar la producción audiovisual en kichwa. En este contexto, nuestro desafío es mantenernos produ-
Misión de TV MICC es ser un medio de comunicación alternativo, comunitario, participativo, innovador e intercultural, que crea nuevas formas de producción comunicativa y de relación con la gente, para que se fortalezca, promueva y revitalice la cosmovisión y la identidad cultural de los pueblos ciendo en idioma kichwa. Documentos como la Constitución de Ecuador, los tratados internacionales en los que se reconocen los derechos de los pueblos, especialmente los derechos humanos y los colectivos, son lo que nos guían en la reflexión en los diferentes temas que son tratados en las noticias y análisis de opinión pública. TV MICC transparenta y actualiza de manera permanente su información por medio de las redes sociales (twitter y facebook), y vía el sitio web, la población puede acceder al proyecto político comunicativo de la televisora y a algunas producciones de interés. Diversas instituciones de carácter educativo (estudiantes de varias universidades del país), organizativo (ONGs y organizaciones campesinas e Indígenas) han realizado visitas de investigación y conocimiento del trabajo de TV MICC. TV MICC cumplirá cinco años el 28 de febrero de 2014 como una de las televisoras comunitarias más importanes de América Latina. Su experiencia ha representado una enseñanza ejemplar para quienes sienten un verdadero compromiso con la difusión desde la palabra del pueblo, la palabra simple, humana, que nace del corazón.
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FRENO JUDICIAL AL MAÍZ TRANSGÉNICO: TRIUNFO DE LA SOCIEDAD nos a la alimentación, la salud y el medio ambiente. En conferencia de prensa el 10 de octubre, Adelita Sanvicente, representante de los demandantes y de la Fundación Semillas de Vida, AC, dio a conocer esta decisión judicial, junto con el representante legal de la demanda, René Sánchez Galindo; Víctor Suárez Carrera, director de la Asociación Mexicana de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC); el padre Miguel Concha, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, y Mercedes López, de Vía Orgánica (asociación de consumidores).
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or decisión de un juzgado federal, deberán suspenderse desde ya las siembras de maíz transgénico en México que están en marcha, ya sea en etapa experimental o piloto, y las que están en proceso de análisis y autorización, las cuales implican también pla-
nes de siembra comercial. El Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil, en el Distrito Federal, emitió una medida cautelar en la que ordena esta suspensión a las Secretarías de Agricultura (Sagarpa) y de Medio Ambiente (Semarnat).
Ello, como una medida cautelar en tanto se resuelve el juicio de demanda colectiva, la cual fue presentada el pasado 5 de julio por un grupo de 53 organizaciones y personalidades, con la petición de detener la siembra de maíz transgénico en México, pues ésta atenta contra los derechos huma-
Se congratularon de la decisión judicial; dijeron que era la primera de su tipo en la historia de largas luchas sociales contra el maíz transgénico, y consideraron que la resolución final debería ser la suspensión total de las siembras de este grano en México, pues ponen en riesgo de contaminación y daño, a los maíces nativos. Precisaron que el juez aún no ha podido notificar a las empresas dueñas de esta tecnología y las principales interesadas en su siembra en México y el mundo: Monsanto y Pionner, entre otras; no han sido notificada debido a
estrategias comunes que utilizan las empresas en este tipo de asuntos judiciales, pero la notificación ocurrirá sin falta. Consideraron que los promotores de la demanda colectiva –la cual está en posibilidad de ampliarse con más adherentes- son personas con autoridad moral y científica para exigir el freno del maíz transgénico. Entre ellos están científicos como Antonio Turrent y Víctor Manuel Toledo, el antropólogo Julio Glockner, el doctor Raúl Hernández García Diego, la organización campesina Tosepan Titataniske de Puebla y el Grupo Vicente Guerrero de Tlaxcala. Entre los demandantes están académicos, campesinos, apicultores, activistas, asociaciones civiles y demás. Víctor Suárez destacó la importancia de frenar el maíz transgénico en los campos de México, pues los científicos “han demostrado que no es posible contener este maíz y que su acumulación progresiva e irreversible de los paquetes transgénicos actuales y futuros pudiera rebasar el umbral letal de la tolerancia de la planta e impedir su sobrevivencia, afectando gravemente al maíz y la condición única de México como centro de origen y diversificación continua.
MONSANTO, ÁVIDO POR MAÍCES TRANSGÉNICOS, SE ADUEÑA DE TIERRAS EN NAYARIT Lourdes Rudiño bleciendo, como en ningún otro lugar del mundo, contratos de compra de semillas híbridas con precios fijos a niveles inferiores de lo que el mercado global marca, afirma Federico Langarica Chavarín, quien ha representado a los productores en el conflicto.
La trasnacional -que por ahora está bateada por la decisión judicial de frenar cautelarmente cualquier siembra de maíz transgénico en México- desarrolla una estrategia de debilitamiento de la economía campesina, para poder hacerse de las tierras de los productores:
Agrega: al mismo tiempo –lo cual parece un mecanismo concertado- la Financiera Rural (Finrural), las cajas de ahorro y préstamo y los agiotistas, están ejerciendo presión sobre los campesinos por carteras vencidas: “les han metido cientos de demandas y amenazan con embargar sus tierras”, situación que convierte a los productores en carne de cañón para la compañía que no oculta sus ambiciones por acaparar tierras en El Tizate, zona privilegiada con temperaturas idóneas y agua a más no poder. “Finrural ha apretado tanto que ni siquiera tiene acreditados ya en la región”, comentó Langarica.
Desde el ciclo otoño/invierno 2010-11 Monsanto ha venido esta-
“En el Registro Público de la Propiedad no nos querían dar infor-
mación, pero con amigos hemos investigado y vemos que Monsanto está comprando mucha tierra, al precio que sea, además tiene rentadas más de mil hectáreas, pues paga 13 mil pesos de arriendo por año y hace contratos por tres años.
Ante eso, ¿qué hacen los productores, qué hace por ejemplo una campesina viuda con hijos y tres hectáreas, pues renta, recibe 39 mil pesos juntos y no se molesta en sembrar ni se preocupa si va a llover o no”, dice Langarica. En la
zona, en las márgenes del río Santiago, ya está en proceso un canal que va a servir de riego a unas 70 mil hectáreas. “Monsanto está tomando tierras allí. La mayoría es de pequeña propiedad, pero también compra predios ejidales”.
ILUSTRACIÓN: Fundación Semillas de Vida, AC
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l excelente clima, la alta calidad del suelo, y la vastedad de agua han hecho que Monsanto, la trasnacional líder en transgénicos, coloque sus ambiciones en la región de El Tizate, en el municipio de Santiago Ixcuinta, Nayarit, donde ya desde 2010 cuenta con su Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Sorgo –el más grande de su tipo en Latinoamérica y el tercero a escala global, según la propia empresa- y donde enfoca hoy sus baterías a la adquisición y renta masiva de tierras, en medio de la indiferencia y/o complicidad de autoridades locales y federales.
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19 de octubre de 2013 cultores un pago de 2.70 por kilo, sobre una superficie de más de dos mil hectáreas en ambos municipios, a sabiendas que al momento de la cosecha el precio sería mayor (pues la lonja de Chicago avizoraba un nivel de cuatro pesos).
ILUSTRACIÓN: Fundación Semillas de Vida, AC
“Fue una acción, ventajosa, premeditada y con mucha alevosía”. Los productores se vieron en una encrucijada pues sus costos de producción resultaron de tres a 3.5 pesos por kilo en promedio, o sea que salían perdiendo.
El trasfondo está en el interés explícito de Monsanto de potenciar su Centro de Investigación “una vez que el gobierno federal permita la producción y comercialización de maíz transgénico”, según la expectativa expresada al periódico Milenio, en marzo de 2010, por el presidente de la empresa para América Latina Norte, José Manuel Madero (www.milenio.com/cdb/doc/ impreso/8729411).
adquiriendo se encuentran en las localidades de Sauta, El Papalote, Valle Zaragoza, San Isidro, La Presa, Ejido de Villa Hidalgo, Miguel Hidalgo, El Solorzeño y Patroneño” (www.jornada.unam. mx/2012/10/03/estados/036n1est).
Según esa nota, publicada con motivo de la inauguración del Centro mencionado, que implicó una inversión de 70 millones de pesos, Monsanto pretende impulsar la producción semillas del Centro de Mejoramiento, “para exportar a todo el mundo (…) México tiene la capacidad para convertirse en un centro de producción y exportación de semillas biotecnológicas, o transgéncias, para lo cual deben cumplirse los requisitos de la legislación mexicana”, dijo, según el texto de Milenio.
Y ¿cómo reacciona la autoridad? Emeterio Carlón Acosta, quien fue delegado de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) en Nayarit hasta hace seis meses y durante dos años, “se dio cuenta del problema (de los contratos amañados con precios injustos); escuchó las quejas de los productores, ofreció interceder y luego no nos volvió a atender. Ahora es el titular de Agricultura del gobierno de Nayarit. El delegado actual de Sagarpa, Sergio Mendoza Guzmán, no nos quiere recibir, no quiere saber del tema. El gobernador (Roberto Sandoval) es amigo de Monsanto, pues la empresa le regala todos los esquilmos de su maíz para que él obsequie pacas de pastura a los ganaderos. No tenemos apoyo del gobierno”.
Ya en octubre de 2012, La Jornada publicó información de compras de tierra de Monsanto en El Tizate. Entonces se hablaba de una compra de más de mil 800 hectáreas en las márgenes del río Santiago. El alcalde, Pável Jarero Velázquez, dijo entonces que “los labriegos venden sus tierras porque los acaparadores de granos, en especial los de Sinaloa, les ofrecen precios irrisorios por sus cosechas, en especial las de frijol. Jarero detalló que las tierras agrícolas altamente productivas que Monsanto está
El viacrucis de los campesinos de Nayarit con la trasnacional comenzó en 2010. Ya Monsanto había realizado sin problema contratos de habilitación para compra de semilla con productores desde hacía unos pocos años atrás en El Tizate y desde más de 20 años en Bahía de Banderas. Los contratos respetaban el precio que corría en el mercado. En 2010, sin embargo, actuó como no lo había hecho antes “ni en ningún país del mundo, ni con algodón, soya o cualquier otro cultivo”: pactó con los agri-
Ante ello, viendo que el contrato era leonino y anticonstitucional, en los dos municipios “fuimos a pláticas con Monsanto, pero los gerentes nos dijeron ‘háganle como quieran’ y no aceptaron subir el precio”, recordó Langarica. La situación derivó en la toma, por parte de los productores de la planta de Monsanto en Bahía de Banderas y del Centro de Mejoramiento de El Tizate, la cual duró varios días. El entonces senador perredista Javier Castellón Fonseca gestionó a favor de los productores, y Monsanto al final decidió concertar una compensación de precio la cual fue pagada en el ciclo del año posterior, 2011-12. Productores que habían emprendido demandas legales contra Monsanto fueron comprados y se desistieron, y además las demandas no procedían porque los contratos establecían que cualquier conflicto debía dirimirse en la Ciudad de México, situación para la cual los campesinos no estaban preparados. En el ciclo 2012-13, que corresponde a la cosecha actual, Monsanto generó “nuevos contratos fraudulentos”. Pagan la semilla de maíz a 3.635 el kilo, cuando el mercado mundial marca que el precio debería ser de 4.2 a 4.40. Los agricultores han realizado reuniones para inconformarse y definir estrategias, pero enfrentan acciones intimidatorias de representantes de la trasnacional. “Llegan a su casa a amenazarlos de que si siguen organizándose, la empresa no entregará la habilitación (dinero para la siembra, parte de los contratos)”. Langarica comenta que la situación es grave, que los juzgados están llenos de campesinos que están siendo demandados por las entidades financieras y por los agiotistas, y que todo parece encaminado a que Monsanto se adueñe masivamente de tierras. Pero los productores, dice, tienen también herramientas para defenderse, y una de ellas podría ser la siembra de maíz amarillo que contamine los maíces que se siembran para la trasnacional. Esta es una historia que apenas comienza.
EL MAÍZ: DRAMÁTICA DEPENDENCIA DE LAS IMPORTACIONES Ignacio Lazcano Martínez Dobla un arco hasta su límite y desearás haberte detenido a tiempo
M
Tao Te Kin
éxico exportó durante 1964-1969 grano de maíz blanco por 5.4 millones de toneladas métricas, cuyo valor fue de 303 millones de dólares (con un tipo de cambio de 12.50 pesos por un dólar). Ahora México importa aproximadamente 12 millones de toneladas del grano al año (principalmente amarillo) con un valor de cuatro mil millones de dólares (tipo de cambio equivalente comparable al de 1964-1969 de 12 mil 500 nuevos pesos por dólar; recuérdese la eliminación de los tres ceros). En el lustro de referencia la producción del maíz blanco per cápita fue de 193 kilos; ahora, 45 años después, es de 183 kilos, e importamos 105 per cápita, es decir 57 por ciento de lo producido en el país y 37 por ciento del consumo total del grano nacional (humano, pecuario, industrial). Esta es la cuenta del maíz grano, blanco y amarillo, pero en realidad importamos mucho más sólo que ya transformado en fructosa, glucosa, carnes, leche, huevo, sólidos de destilerías (DDG´s), etcétera, etcétera, fabricados, producidos, con maíz, por ejemplo:
principalmente en los distritos de Sinaloa, cuyos agricultores mostraron su capacidad al elevar de forma sostenida sus rendimientos de maíz blanco, al pasar de 6.88 a 10.45 toneladas por hectárea entre 1995 y 2010. Así, se hace evidente que el grave descuido en la producción del maíz se ha propiciado en la agricultura de temporal. De seguir así las cosas, ¿qué nos depara el futuro? Obviamente más dependencia, pues para el año 2023, seremos aproximadamente 15 millones más de habitantes en el país que demandarán de 4.3millones de toneladas más del grano. Pero además, como si no tuviéramos suficientes problemas con el maíz implícito en otros productos, revisemos el caso de las dramáticas importaciones de gasolinas. ¿De las gasolinas? Pues sí, de las gasolinas. Veamos: Por razones de salud y del cuidado de nuestros recursos naturales como el agua potable, Pemex debe oxigenar sus gasolinas con bioetanol carburante, lo cual está intentando desde hace varios años con nulos resultados, entre otras causas porque en México no producimos este alcohol anhidro.
México importó en 2012 de Estados Unidos, principalmente para la industria refresquera, 1.3 millones de toneladas métricas de fructosa que demandaron de aproximadamente 2.4 millones de toneladas de maíz amarillo para su fabricación.
Si por las razones mencionadas, Pemex que ahora importa algo más de la mitad de la gasolina que nos vende, imitara a Estados Unidos mezclando sus gasolinas al diez por ciento en volumen con bioetanol, entonces consumiría al año cuatro mil 400 millones de litros de bioetanol carburante, el cual se produce de maíz, y así estaríamos importando del grano implícito en este alcohol 10.6 millones más de toneladas de maíz por año.
Al sumar los 12 millones de toneladas de maíz grano importado ahora con el contenido del grano de las compras al exterior de los productos que lo conllevan implícitamente, resulta que nuestra dependencia del maíz del exterior se aproximó a 19 millones de toneladas métricas.
Post datas: a) Entre 2000 y 2011, en Estados Unidos la producción de bioetanol carburante derivado del maíz creció en 22.8 por ciento anual hasta alcanzar los 55 mil millones de litros, utilizando 133 millones de toneladas de grano de maíz es decir, el 39 por ciento de su producción nacional del grano.
Estas impresionantes importaciones de maíz se explican parcialmente, al conocer que la superficie sembrada con el grano en el país disminuyó de 1995 a 2012 de 9.1 a 7.7 millones de hectáreas, con una clara tendencia descendente, lo cual contrarrestó el aumento en el área y en la productividad de superficies de riego completo en el cultivo del maíz,
b) Aun tratándose de maíz este texto, permítaseme informar aquí que Brasil, que produce aproximadamente 22 mil millones de litros de bioetanol carburante por año, utilizando caña de azúcar, mezcla por norma toda su gasolina al 25 por ciento en volumen con el alcohol carburante. Allá, en aquel país no se vende gasolina sin bioetanol de caña.
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NECESARIOS, NUEVOS DEBATES SOBRE EL MAÍZ TRANSGÉNICO Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Susana Carro, Marta Astier, Tzivia Huante, Adelita San Vicente, Aída Castilleja, Antonio Turrent, Catherine Marielle, Joanildo Burity, José Antonio Serratos, Juan José Lavaniegos, León Olivé, Martín Tiznado, Patricia Tovar, Margarita Tadeo, Alejandro Espinosa, Antonio Turrent, José Luis Sánchez, Patricia Artía reabrir un debate social nacional que parecía estancado o incluso cerrado, pero tras deliberar colectivamente, la mayoría de los participantes expresó la conveniencia de abrir un nuevo ciclo de debate en términos más transparentes, inclusivos y democráticos”, apuntaron los organizadores del taller. En opinión de un representante de una organización religiosa, sería necesario también “recuperar el debate histórico, que fue cerrado por la vía de los hechos”.
E
l proyecto internacional GMFuturos, que realiza la Universidad de Durham (Gran Bretaña), en colaboración con el Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental (CIGA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con sede en Morelia, tiene un enfoque multidisciplinario e investiga las razones socio culturales, religiosas y filosóficas que influyen en las perspectivas de diversos actores sociales acerca de los cultivos transgénicos o genéticamente modificados (GM). En esta iniciativa participan investigadores de ciencias sociales, naturales y humanidades de cuatro países (Gran Bretaña, México, Brasil e India), y en la actualidad concluye su estudio de caso en México, el cual se replicará en los dos últimos países. Mediante estos estudios se pretende recoger las voces de actores sociales que históricamente se han visto excluidos de los debates y consultas sobre transgénicos, y para ello se han realizado estancias en comunidades de pequeños agricultores (indígenas y no indígenas) en Michoacán; se ha encuestado a estudiantes e investigadores en un laboratorio de biotecnología; se han realizado grupos de enfoque con consumidores urbanos en Morelia, y se ha entrevistado a profundidad a actores nacionales claves en los debates y las políticas sobre el maíz transgénico, como regula-
dores de autoridades competentes, grandes y pequeños agricultores, representantes de organizaciones no gubernamentales y desarrolladores de cultivos GM, entre otros.
nuestras invitaciones al taller, el cual acabó recibiendo unos 40 delegados, representando a amplios sectores de la sociedad y con un buen balance de género”, dijeron.
Una de las actividades fudamentales del proyecto fue la realización de un taller en la UNAM, en la Ciudad de México, en el que además de presentar una selección de resultados preliminares a los actores invitados, se les solicitó realizar discusiones deliberativas en grupos multi-sectoriales.
En la relatoría de los resultados del estudio de caso más relevantes que presentaron los organizadores del taller, cabe destacar (de forma resumida):
Allí estuvieron presentes diversos representantes de la comunidad académica, asociaciones de agricultores, centros de investigación, agronegocios, asociaciones religiosas y civiles y organismos gubernamentales (entre ellos, las secretarías de Agricutlura y de Medio Ambiente, así como la secretaría ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, Cibiogem). Los organizadores del taller, las doctoras Marta Astier y Patricia Artía, de CIGA-UNAM, y Susana Carro Ripalda de la Universidad de Durham, así como el doctor Joanildo Burity de la Fundación Joaquim Nabuco (Brasil), quedaron muy satisfechos con el alto índice de participación en el taller, con la actitud dialogante de los asistentes, y con los resultados obtenidos. “Tuvimos un excelente nivel de respuesta a
a) La importancia del maíz en el contexto mexicano, mucho más allá de sus facetas alimenticias. Agricultores, científicos y consumidores coinciden en resaltar la centralidad de este cultivo como constitutivo de identidad cultural en México y como organizador de formas de vida sociales y agrícolas. Incluso algunos jóvenes investigadores entrevistados presentaron cuestionamientos filosóficos con respecto a la manipulación genética del maíz, y preferirían definir límites al respecto, si bien reconocen la necesidad de mejorar la productividad de este cultivo y la calidad de vida de los pequeños productores. b) Muchos sectores sociales (consumidores, pequeños agricultores y organizaciones indígenas y de mujeres, entre otros) denuncian una falta de información respecto a los transgénicos y a su regulación, y demandan un mayor involucramiento en los procesos de consulta e imple-
mentación. También algunos jóvenes biotecnólogos admitieron su desconocimento de los procesos regulatorios sobre GM en México, y reclamaron mayor participación del sector científico en este ámbito, que sugirieron incorporar como parte de su formación y posterior labor de investigación. c) La desconfianza de la mayoría de los sectores sociales en los procesos consultivos y regulatorios sobre GM en México, a los que se critica por su falta de transparencia y de democracia y por la exclusión a la que se ven sometidas muchas voces (incluso, a veces, las de algunos científicos). Además de la percepción por parte de muchos grupos sociales de intereses ocultos en la aprobación de ciertas políticas, que a menudo no benefician a aquellos a quienes se dice la biotecnología debería ayudar, como son los pequeños productores. Tras la presentación y discusión de los resultados, los participantes fueron divididos en equipos para generar acuerdos –por medio de una metodología deliberativa específicamente diseñada para el evento-, sobre los aspectos que necesariamente se tendrían que incluir en caso de abrirse un nuevo ciclo de debate. “En un principio algunos participantes plantearon dudas respecto a la viabilidad de
Aunque hubo opiniones discrepantes, el conjunto de los grupos en reunión plenaria llegó al acuerdo de que uno de los ámbitos de acción urgente para México es el del diseño e implementación de políticas públicas para el maíz, que involucren el cumplimiento del marco jurídico nacional, y que tomen en cuenta los intereses y las perspectivas de los pequeños productores. Otros ámbitos de acción prioritarios acordados por los grupos fueron los de la información y la participación social. Las líneas de acción sugeridas por los grupos fueron: 1) El establecimiento de una moratoria activa a la liberación de maíz genéticamente modificado, dentro de la cual se debería promover un debate informado, que incluya a toda la sociedad (no sólo a grupos de interés), que fije plazos y objetivos claros, y que no implique detener el proceso de investigación científica y tecnológica nacional, siempre que este último se dirija a lograr un desarrollo realmente sustentable a todos los niveles; y 2) La apertura de un nuevo debate nacional sobre la producción y conservación del maíz nativo y sobre la seguridad agroalimentaria, en donde haya una buena difusión de información veraz y verificable respecto de la bioseguridad y los GM y consultas activas e incluyentes de todos los sectores de la ciudadanía, y en donde se debata de forma más democrática y transparente a dónde se dirige México como país. En el marco de este proyecto se están realizando durante 2013 talleres con los actores relevantes en los debates y la regulación de transgénicos en India, Brasil y México, y en el 2014 se darán a conocer los resultados finales de la investigación en una Cumbre Internacional sobre Políticas, que tendrá lugar en Londres. También se realizan actividades de difusión del proyecto y sus resultados por medio de publicaciones, conferencias y una página web (https://www.dur.ac.uk/ ihrr/gmfuturos/).
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Michoacán
DEL MAÍZ AL COMAL, DE LA TORTILLA A LA BOCA: LA LABOR DE LA RED TSIRI Claudia Guerrero, Vanessa Salazar, Mariana Soto, Luis Olivares y Gonzalo Álvarez
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l maíz es uno de los tres cereales más importantes del mundo; la región Mesoamericana es el centro de origen y diversicación de las más de 50 razas nativas de maíz. Las culturas de toda esta zona se desarrollaron en una estrecha relación con este cultivo, la cual permanece como un fuerte pilar en la cosmovisión, tradiciones, acciones y preferencias de los diferentes grupos que lo manejan. En México, por su historia y tradición, el maíz constituye la base alimenticia; está presente en un sinfín de platillos, variados en formas y colores, texturas y sabores que hacen que resulte infaltable en la mesa. La tortilla es uno de los más populares. El consumo de tortilla es indispensable en el día a día de la mayoría de los mexicanos, pero ¿de dónde la sacamos? En nuestra actualidad, la sociedad mexicana es predominantemente urbana por lo tanto el proceso artesanal que dio origen a la tortilla -la nixtamalización, el amasar, dar forma a la tortilla con las manos y la cocción en comal- es cada vez más escaso. Ha sido desplazado por las máqui-
nas tortilleras. Sin embargo, aún en zonas rurales y periurbanas son muchas las familias que dependen y gustan de la elaboración manual de la tortilla. En el estado de Michoacán existen aún muchas de estas zonas. Un ejemplo es Uricho. Esta “es la localidad que posee más tortilleras de la región de la cuenca del lago de Pátzcuaro”, nos comentó Carmen, impulsora y promotora de Red Tsiri. Tsiri significa grano de maíz en purépecha. La Red Tsiri es un organización que busca promover el consumo de tortillas elaboradas con semilla de maíces cultivados en la región de Pátzcuaro-Zirahuén, bajo prácticas agroecológicas, con el objetivo de conservar las variedades nativas de maíz presentes en la región, sobre todo las de colores azul, morado y negro. Esta Red ha participado con organizaciones de la sociedad civil y académicas, entre ellas el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA) y el Centro de Investigaciones Geográficas y Ambientales (CIGA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En plática con la señora Marta, integrante de la Red Tsiri y elaboradora de gorditas, nos compartió su experiencia en la Red, “me siento más contenta, pues antes tenía que ir al mercado (de Pátzcuaro) a vender y ahora con la Red ya tengo una venta más segura”. La creación de una microempresa que permite a mujeres como doña Martha vender sus productos ha incidido de manera positiva en su calidad de vida. La Red no sólo ha permitido la organización para la venta de productos como tortillas, gorditas, pinole, dulces, etcétera, sino que les ha brindado los medios para mejorar sus cocinas mediante la instalación de estufas ahorradoras de leña, que además de disminuir el consumo de la madera para cocinar también evita la emisión de gases tóxicos para las señoras que cocinan en fogones. La señora Martha se incorporó a la Red una vez que le instalaron su estufa ahorradora de leña y empezó a elaborar tortillas para la venta por medio de la Red. El éxito en la sazón de la señora Martha la llevó a preparar otros productos, como las ya famosas gorditas, las cuales
se venden en diferentes puntos como la UNAM campus Morelia, la Universidad la Salle y algunas clínicas del Seguro Social. “Empecé haciendo unas poquitas, 20 o 30, pero ahora les han gustado mucho y ya hago hasta 280 en un día”. Estas delicias rellenas de frijol, papa, mole, chicharrón, rajas o nopales las prepara todos los miércoles en punto de las 2:30 de la mañana para que a las 8:00 estén listas para partir a sus diferentes puntos de venta. Muchas otras personas, como la señora Martha, están dentro de la Red Tsiri, ya sea como agricul-
tores, elaboradoras de tortillas, conductores, cuerpo logístico, investigadores y vendedoras. Todos se han visto muy beneficiados del trabajo conjunto de la Red, que requiere mucha organización, compromiso y ganas de ayudarse entre comunidad. Ejemplos de organización como ésta surgen ante la necesidad de crear fuentes de empleo en el medio rural, que permitan a las personas mejorar su calidad de vida, así como conservar las especies de maíz nativas de la región. Por ello apoyemos y consumamos ¡nuestro Tsiri!
LA TRADICIÓN DE HACER TORTILLAS Anahí Aguilera Pantoja, Clara Migoya Bulnes, Nadia Citlali Talavera Sánchez y Mónica Mariana Zamora González (…) entonces Quetzalcóatl bajó al Mictlán, donde tomó unos huesos de hombre y de mujer, los llevó a la diosa Coatlicue y ella, afanosa, los molió en el metate de piedra junto con mazorcas de maíz. Con la masa resultante, Quetzalcóatl formó a los primeros habitantes de Mesoamérica. Por eso su alimento principal es el maíz. Popol Vuh
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ara unos chilaquiles verdes o rojos, unas ricas tostadas, unas enfrijoladas con queso, unas chalupitas, un buen pastel azteca, unos totopos para botanear, unas flautas de barbacoa, unas enchiladas de mole, unos peneques calientitos, unos tacos al pastor, unas quesadillas doraditas, para acompañar cualquier guisado o simplemente pa’ echarle salsa de molcajete..., en fin, hasta en la sopa podemos saborear ese emblemático manjar de la gastronomía nacional: la tortilla. Sin importar clase social, raza o ideología, este elemento indispensable en las mesas de todos los mexicanos repre-
senta un volumen de producción y consumo cercano a los 22 millones de toneladas al año. Así, México es el primer consumidor de tan nutritivo alimento a escala mundial. El origen de la tortilla se remonta hasta los inicios mismos de la historia del maíz, entre el año 2000 y 1000 antes de nuestra era, cuando fue domesticado este importante cultivo que ha adquirido la forma de 64 razas, reflejo de su diversificación a lo largo y ancho de nuestro país. La cuenca del lago de Pátzcuaro alberga muchas de estas coloridas variedades y, dentro de ella, el ejido de San Francisco Uricho, en Erongaricuaro, ha resaltado por su fama como pueblo tortillero. En esta localidad la mayoría de las señoras se dedican al arduo oficio de la elaboración a mano de deliciosas tortillas con maíces criollos de la región. Después, las cargan en sus tlaxcales cuidadosamente tejidos y las llevan a vender o trocar a los mercados, como el de Pátzcuaro.
Allá, la señora María del Carmen Pérez Silverio nos recibió en su casa para platicarnos que, cuando niña, solían trabajar en el campo tres veces al día y no añadían ningún tipo de fertilizante, que toda la familia iba junta a “alzar zurco” en la milpa y que su madre le enseñó el arte de moler el grano y echar tortillas poco antes de que cumpliera los 12 años. Pero las cosas han cambiado mucho, y ahora su nieta, que ya va para los 13, no tiene idea de cómo se hace una buena tortilla. Aun así, otras costumbres más ligadas con el aspecto ritual del maíz sí prevalecen, como los adornos de hoja de maíz y mazorcas que se hacen el día de la fiesta patronal, o como los altares del Día de Corpus, donde colocan su metate, su mano, comales de barro adornados y tlaxcales repletos de tortillitas de masa blanca o de vistosos colores. El amplio techo cubierto de hollín se reflejaba en los ojos de doña Carmen, cansados por el humo de la “chiminía”, mientras nos comentaba que no hace mucho tiempo que Uricho es cono-
cido por sus tortilleras (por ejemplo, la madre de doña Carmen se dedicaba sólo a la elaboración de petates, y la ichuskuta era hecha únicamente para consumo familiar), pues las ventas se esparcieron como pólvora hace apenas 50 años cuando doña Salud Cortés, tras varias veces de ir al mercado de Pátzcuaro, corrió la voz entre sus vecinas de que por allá se vendían muy bien y que se le acababan muy rápido. Así, poco a poco, muchas mujeres comenzaron a ir todas las mañanas a vender. Doña Carmen lleva tan sólo 24 años haciéndolo, pero hace unos diez la competencia aumentó con tortilleras de otros pueblos de la cuenca. Además, el precio de la tortilla ha ido cayendo y el precio del maíz es cada vez mayor, lo que representa importantes dificultades para este oficio. Sin embargo, el aumento en la demanda de tortillas hechas a mano, así como su competencia en la venta quizás se deba a que cada vez más gente está empezando a darse cuenta de la importancia cultural y culinaria de este rico
producto. Es conocido que en las décadas recientes la tortilla hecha a mano está siendo relegada de muchas partes de México, sobre todo en las ciudades, pues la tortilla “de máquina” se ha vuelto la protagonista diaria de nuestras comidas y, tristemente, se encuentran cada vez menos señoras que ofrezcan un producto de alta calidad que, al contrario de la tecnificación tortillera, no es de harina de maíz de dudosa procedencia, sino de puro grano nixtamalizado del campo nacional. Por suerte, existen iniciativas como la Red Tsiri (a la que pertenece la señora María del Carmen) que buscan rescatar los maíces criollos de la región, cultivados en sistemas tradicionales, haciendo grandes esfuerzos por preservar la salud de sus suelos y la cultura regional, y que fomentan que el trabajo de estas mujeres sea bien remunerado, con pagos justos por un producto que procura la conservación de nuestras tradiciones y nuestra sana alimentación.
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FOTO: Marcela Villa
QUINTO AÑO DEL DÍA NACIONAL DEL MAÍZ
FOTO: Alma Mónica Rodríguez Maldonado
FOTO: Marcela Villa
Rosario Cobo Fecha: 29 de sepƟembre de 2013. Llegamos cientos de personas al Monumento a la Madre. Una enorme cabeza colorida de Quetzalcóatl indicaba el punto de reunión. Nos convocó la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País y el Carnaval del Maíz para defender la cultura campesina, hacer efecƟvo el derecho a la alimentación e impedir las siembras comerciales de transgénicos que contaminan nuestras semillas y amenazan privaƟzar la vida. La fiesta empezó con una narración a muchas voces alertando: “el Ɵempo se acaba… ahora es cuando”, mientras en el centro de la plaza varios jóvenes desplegaban en círculos cientos de metros de telas mulƟcolores representando el paso de Ɵempo con un reloj imaginario y los ciclos de la milpa. Atrás se escuchaba: “Porque sembrar maíz y hacer milpa son dos cosas disƟntas: el maíz es una planta, y la milpa, un modo de vida”. Luego entraron bailando los huehues del Carnaval de Tlaxcala con sus espectaculares ropajes: capas, penachos de preciosas plumas y máscaras. En el siglo XVI, su danza saƟrizaba a los conquistadores. Hoy la bailamos para burlamos de las grandes compañías trasnacionales que quieren privaƟzar nuestras semillas y del gobierno que entrega nuestra soberanía nacional. ¡Hoy es nuestra fiesta! Jóvenes de la Campaña y del Carnaval leyeron el pronunciamiento de la celebración, acompañados
por doña Amalia, campesina de Xochimilco; Abelardo, joven contador de Milpa Alta que disfruta trabajar la Ɵerra con su familia; Alejandro Cruz coordinador del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CONOC); una joven del Movimiento Urbano Popular (MUP) que coreaba la consigna ¡Si Zapata viviera, en esta lucha estuviera! También parƟciparon académicos y delegados de otros colecƟvos. Enseguida marchamos al Monumento a la Revolución guiados por un largo dragón con cabeza de Quetzalcóatl, coreando “No a la privaƟzación de la educación, de las semillas, del petróleo… No al gobierno que privaƟza el país”. Allá nos esperaban los maestros, y el colecƟvo Comida no Bombas, que reparƟó sabrosos guisos. Luego se armó el bailongo al calor del son cubano del grupo Toque Bullanga. Algunos comparƟeron alimentos y pulque orgánico sólo para “los versadores”, y no tardaron en apuntarse maestros de Chiapas y Oaxaca, poetas improvisados por la magia de un pulque. Ya pardeaba la tarde cuando un viejo trovador morelense entonó unos cantos, y luego el ballet de la Ollin conmovió al público con el huapango de Moncayo. Al final la lluvia interrumpió los acordes musicales de un flauƟsta y tuvimos que dispersarnos. Así terminó la fiesta, en una plaza mojada y con ánimos renovados para seguir luchando por un país donde quepamos todos.