15 de abril de 2017 • Número 115 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada
BATALLAS EN EL OLIMPO
Milpa vs. Maíz LAS OTRAS CULTURAS INDÍGENAS
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BATALLAS EN EL OLIMPO
Suplemento informativo de La Jornada 15 de abril de 2017 • Número 115 • Año X
COMITÉ EDITORIAL
Milpa vs. Maíz
Armando Bartra Coordinador Lourdes E. Rudiño Subcoordinadora
El maíz se yergue altivo sobre las seductoras redondeces de la calabaza, los fajes rastreros del frijol y los ardores del picante. ¿Falócrata? ¡Que va! Lo cierto es que sin la compañía el talludo nomás no se halla.
Enrique Pérez S. Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL
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Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Yolanda Massieu Trigo, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.
abido es que desde tiempos inmemoriales el maíz se siembra entreverado con otras muchas plantas y también es notorio que la alimentación de los antiguos mexicanos era variada; diversidad que proveían la milpa, la recolección, la caza y la pesca. El maíz era importante pero no estaba solo ni en la parcela ni en la cocina. Sin embargo también es constatable que su relevancia como símbolo fue grande. Con todo, cabe preguntarse qué tanto énfasis ponía una cultura milpera como la azteca en el protagonismo simbólico del cereal. Prevalencia que después de la conquista y sobre todo en tiempos recientes se ha subrayado mucho, a mi juicio excesivamente.
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Algunos hemos argumentado que, a diferencia de los cereales de clima templado que son monocultivos y se siembran al boleo, el maíz y los ecosistemas en que prospera convocan a un tipo de siembra plural y entreverada que no se maneja como las plantaciones sino como los jardines. Más que a la especialización, el maíz es proclive a los agrosistemas diversos y complejos. El maíz pide milpa. Y quienes lo domesticaron, a la par de otras muchas plantas y algunos animales, eran conscientes de ello.
Diseño Hernán García Crespo
PORTADA: Alejandra Márquez-Arias
La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 53556702. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo número 04-2008-121817381700-107.
Fue coeditor en este número del suplemento Antonio Carrillo Bolea, director operativo de Estampa Verde, AC/ Asesoría profesional en proyectos de Permacultura y Agricultura Regenerativa www.estampaverde.org
Así las cosas, nuestra insistencia en personalizar en el cereal una cultura agrícola multicolor y sofisticada ¿no será un revelador lapsus occidental y moderno por el que pretendemos ver en el maíz lo que para otras culturas fue por ejemplo el trigo? Que por cierto tampoco era alimento único pero sí una siembra especializada. Y no, la analogía es impertinente porque los portentosos trigales no son milpas. No es cosa nuestra, dirán algunos, ya los antiguos habían hecho del maíz una prima donna y hay de ello múltiples testimonios. ¿Será que los aztecas ya eran maicistas o será que somos nosotros los que tendemos a personalizar demasiado? Ante la duda me fui a las fuentes. Lo primero fue verificar que en las viejas culturas agrícolas de otras regiones se rendía culto a las diversas plantas domesticadas y no a una sola. Y efectivamente en el antiguo Egipto se pensaba que Isis había descubierto
el trigo y la cebada silvestres introduciendo esos cultivos entre su gente, mientras que su hermano Osiris encontraba la forma de emparrar la vid, pisar las uvas y hacer vino. Y de esta manera los divinos hermanos habían hecho agrícolas a sus pueblos y por ello eran venerados. En la antigua Grecia el culto era a Dionisos, patrón de los árboles cultivados, que había descubierto todos los frutales y en particular los manzanos y las higueras. Más tarde se lo concibió también como dios del cereal y “el fructificador” de la agricultura en general. Así, Isis, Osiris, Dionisos y otros dioses lo eran de la multiplicidad de los cultivos que daban sustento y alegría a sus pueblos y no de uno solo. Aunque a veces se los identificara ritualmente con uno, en el caso de Dionisos con la vid y el vino que se bebía en las fiestas. De ahí es fácil derivar paralelismos, por ejemplo entre Osiris-Isis-Dionisos y nuestro Quetzalcóatl. Veamos. En los Anales de Cuauhtitlan y en La historia de los antiguos mexicanos por sus pinturas, queda claro que los aztecas creían vivir en la edad del quinto sol, el sol del movimiento, Nahui Ollín. Y aunque en los Anales… no se dice expresamente cuál era su alimento, en La historia… consta que los macehuales eran gente de maíz, gracias a que Quetzalcóatl sonsacó a la hormiga negra para que le mostrase el Tonacatepetl, el “cerro de nuestro alimento”, de donde éste tomó los granos del cereal que
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puso en la boca de los primeros hombres. ¡Ahí está!, somos “hombres de maíz” porque lo dice el mito y lo repitió Miguel Ángel Asturias. Pues sí y no. Porque Tonacatepetl es el cerro de todos nuestros bastimentos, no solo del cereal, pues de él viene el maíz de cuatro colores, pero también salieron de ahí el frijol, el amaranto, la salvia… Pero ¿y qué hay con los ritos? No hay duda de que en ellos se celebraba al maíz y a su diosa Xilónen, en otros casos llamada Chicomecóatl y Chalchiuhcihuatl. Para saber qué era realmente lo que ocurría en las festividades, tendré que remitirme a quienes, como Bernardino de Sahagún y Diego Durán, contaron con testimonios de primera mano. Dice Sahagún en Historia general de las cosas de Nueva España, que Chicomecóatl era –como Ceres– la diosa de la tierra y la fertilidad y que “fue la primera que comenzó a hacer pan y otros manjares y guisados”, además de que nos dio las “yerbas medicinales” (Sahagún, 31). Sobre sus fiestas, “que se hacían en las calendas del cuarto mes, que se llamaba uey tozoztli” (Ibid., 102), dice que para prepararlas la gente iba a los campos de cultivo, “de donde traían cañas de maíz y otras yerbas” con que adornaban la figura de la diosa. Imagen a la que
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3 labradas a manera de mazorcas de maíz atadas en una cinta azul y en las manos sendas mazorcas de maíz contrahechas de pluma guarnecidas de oro” (Ibid., 180). La centralidad ritual del maíz es clara, pero en las ofrendas se muestra la multiplicidad de los dones que se le agradecían a la diosa. Ahí se ponían unas “sartas de mazorcas y de chiles y llenas de todo género de semillas […] y de ají, y calabazas y bledos […] dándole las gracias por el fruto y año fértil que había concedido al pueblo” (Ibid., 182). Es decir que le agradecían todos los dones de la milpa. Y si vemos otros festejos, encontraremos siempre el empleo ritual de los diversos frutos del policultivo. “El sexto mes del año […] se celebraba etzalcualiztli que quiere decir día de comer maíz y frijol cocido”, ocasión en que se celebraban “los instrumentos de labrar las tierras como son las coas y los palos agudos con que siembran y las palas con que cavan la tierra y los mecapaltin con que cargan y los cacaxtle […] donde atan la carga […] este día ofrecían incienso ante ellos y hacían mil zalemas cantándoles y hablándoles” (Ibid., 282). En la fiesta a Hueytecuilhuitl se celebraba que había mazorca tierna (xilote), pero también “bledos y acederas, de las cuales hacían pan”, así como “sartas de ají verde”.
ofrendaban “harina de chía que ellos llamaban pinolli” y “maíz tostado revuelto con frijoles”. Es verdad que el centro del ritual eran las “mazorcas que tenían guardadas para semilla”, y que “muchachas vírgenes” llevaban al cu, al altar de Chicoquemecatl, “para que allí se hicieran benditas” (Ibid., 103). Pero de la multiplicidad de bienes agrícolas que de ella dependían no hay duda. Chicoquemécatl era la diosa “de los mantenimientos del cuerpo, para conservar la vida humana […] Decían que ella hacía todos los géneros de maíz, y todos los géneros de frijoles y cualesquiera otras legumbres para comer, y también todas las maneras de chía” (Ibidem). La diosa de la milpa, pues. Por su parte, Durán, en Historia de las Indias de Nueva España e islas de tierra firme. También nos habla de la “diosa Chicomecóatl llamada por otro nombre Chal- chiuhcihuatl que quiere decir piedra preciosa y por otro nombre Xilonen” (Durán 179) y que “era la diosa de las mieses y de todo género de simientes y legumbres que esta nación tenía para su sustento”. En su festividad bailaba una doncella que “al cuello tenía un collar de mazorcas de oro
Los bledos, también llamados cenizos, es decir el amaranto, eran fundamentales en la dieta de los aztecas. Y también lo eran en sus ritos, en que su semilla molida y remojada a veces con sangre era empleada como masa para representar cosas divinas. Así en la fiesta de Chicomecóatl, en que se bendecían las semillas de maíz, “Hacían de masa [de semillas de amaranto] que llamaban tzoalli la imagen de esta diosa, en el patio de su cu, y delante de ella ofrecían todo género de maíz, y todo género de frijoles y todo género de chía porque decían que ella era la autora y dadora de todas aquellas cosas que son mantenimientos para vivir la gente” (Sahagún 78). “En el décimo tercer mes, que llamaban tepéilhuitl […] hacían fiesta a honra de los montes […] de los que hacían las imágenes en figura humana a cada uno de ellos de la masa que se llamaba tzoalli” (Ibid., 86), “a los que hacíanles los dientes de pepitas de calabaza y los ojos de unos frijoles que se llaman ayocatli” (Ibid., 89, ver también 134). Pero el uso ritual más importante del amaranto era en la fiesta a Huitzilopochtli, “colibrí de la izquierda”, hijo de Coatlicue, dios de la guerra y divinidad principal de los aztecas. De ella dice Durán que en lo alto de su templo ponían una “jícara llena de masa” de amaranto
de la que, después de incensarla con copal, “comían todos aquel día el pan hecho de aquel género de masa” (Durán 295). Más prolijos son los informantes de Sahagún, los cuales platican que en lo alto del cu “hacían la estatua de Huitzilopochtli”, “hacían sus imágenes de tzoalli, grandes como una persona” (Sahagún, 152, 153). Y en otro lugar precisa: “Así mismo dicen que aquel día cuando amasaba y hacía el cuerpo de Huitzilopochtli para celebrar la fiesta que se llamaba panquetzaliztli, tomaban semillas de bledos y las limpiaban muy bien […] y las molían delicadamente, y después de haberlas molido, estando la harina muy sutil, amasábanla, de lo que se hacía el cuerpo de Hutzilopochtli”.
temporal, chile, que es la pimienta que ellos comen, y todas las demás legumbres que usan en su sustento” (Durán, 20). Es decir que en llegando hacían milpa.
Seguían otros ritos y sacrificios humanos, cumplidos los cuales “deshacían y desbarataban el cuerpo de Huitzilopochtli, que era una masa hecha de semilla de bledos, y el corazón de Huitzilopochtli tomaban para el señor o rey, y todo el cuerpo y pedazos que eran como huesos del dicho Huitzilopochtli lo repartían a los indios […] los cuales comían el cuerpo de Hutzilopochtli cada año […] Y los que comían decían que era el cuerpo de dios que se llamaba Teoqualo, y los que recibían y comían el cuerpo de Hutizilopochtli se llamaban ministros de dios” (Ibid., 187). Es decir que el amaranto era la carne del dios con la que los aztecas comulgaban. ¿No seremos, entonces, pueblos de amaranto?
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Y qué decir del pulque, vino profano y sagrado que no podía faltar en ninguna fiesta. Se bebía octli o pulcre en la de Xiuhtecutli (Ibid., 37), en la de Omácatl (Ibid., 40), en la de Tlaltetecuin (Ibid., 41), en la de Opochtli (Ibid., 42), en la de Izquitecatl (Ibid., 91), en la de Teotleco (Ibid., 132), y así… Además, según el mito de los soles, los del quinto, los macehuales, somos hombres de maíz y de pulque. Y en efecto, por lo que se ve, los aztecas se la pasaban en el agua… en el agua de las verdes matas. El portentoso texto etnográfico de Sahagún nos proporciona una minuciosa descripción de los trabajos agrícolas de los labradores (Ibid., 541) y de los hortelanos (Ibid., 542) y luego enlista los productos: maíz, frijoles, cenizos, ají, tomates, calabazas, papas, acedos, chía, jícamas, zapotes, guayabas, anonas, mameyes, ciruelas, tunas… además de pulque y miel (Ibid., 549-560). Por su parte, al relatar la llegada de los mexicanos a Tenoxtitlan, Durán nos dice que lo primero que hicieron fue construir el templo y “lo segundo que hacían, en acabando de edificar el tabernáculo, […] era luego sembrar maíz de riego y de
No tiene ningún chiste ratificar lo sabido, que en sus siembras y alimentos los aztecas eran un pueblo milpero. Lo que los cronistas me permiten confirmar es que también en sus mitos y ritos el maíz aparecía siempre acompañado del amaranto, los frijoles, la calabaza, el chile, los tomates, la chía… y claro el pulque. Sin duda el maíz era muy destacado, pero no más que el amaranto del que estaba hecho el cuerpo de los dioses. Mi conclusión es que también en lo que toca a su mundo simbólico los aztecas eran un pueblo milpero.
Pero ¿y los otros mesoamericanos? En cuanto a los mayas, no hay duda de que hacían milpa y de que la celebraban. Un ejemplo recogido por Jean de Vos, en La batalla del sumidero. Historia de la rebelión de los chiapanecas 1525-1534, nos habla de su variedad alimentaria, registrada en su forma de medir del tiempo. Así, están relacionados con comestibles los nombres de algunos de los 18 meses del calendario de los antiguos chiapanecos: numaha ñumbi: en que se siembra el maguey (24 de junio); numaha mundju: cuando se siembra el chile (23 de agosto); numaha catani: fin del agua, principio del maíz (12 de septiembre); numaha manga: se cría el pescado (2 de octubre); numaha haome: baja el río y retorna el pescado (22 de octubre); numaha mua: se siembra el camote (21 de diciembre); numaha cupamé: madura el coyol (11 de marzo); numaha puri: madura el jocote (31 de marzo) (De Vos, 29, 30). Lo que nos habla de que la diversidad milpera no sólo es virtuosa en el espacio por facilitar la simbiosis entre múltiples organismos preservando la fertilidad de los suelos, sino que también es virtuosa en el tiempo por distribuir racionalmente a lo largo del año los trabajos y los alimentos. Cosa que no sucede con los monocultivos, incluido el del maíz, que concentran esfuerzo y producto. Completa la cornucopia chiapaneca el testimonio de fray Tomás de la Torre, que visitó la región en 1545: “Cogen cacao dentro de su tierra. Siembran [maíz] dos veces al año […] hay grandísima abundancia de los frutos de la tierra, piñas, plátanos, jícamas, camotes, aguacates, ciruelas y todo lo demás…” (Ibid., 30).
su madre y su abuela, Hunahpú e Ixbalanqué, hermanos menores de los héroes culturales Humbatz y Hunchouén, lo primero que hacen es milpa. “Comenzaron entonces sus trabajos, para darse a conocer ante su abuela y ante su madre. Lo primero que harían era la milpa. Vamos a sembrar la milpa abuela y madre nuestra, dijeron” (Popol Vuh, 69, 70). Y más tarde, dialogando con un ratón, enumeran los frutos de su trabajo “Esta será la comida: el maíz, las pepitas de chile, el frijol, el pataxte, el cacao…” (Ibid., 73). Más adelante se expone en el Popol Vuh el mito cosmogónico –compartido con variantes por todos los mesoamericanos– que nos hace hombres de maíz. Ahí se dice que Tepeu y Gucumatz, los “Progenitores”, los “Creadores” enviaron al coyote, al gato montés, a la cotorra y al cuervo para que indicaran el camino de Paxil, lugar donde están las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas. Y de ellas fueron hechos los primeros hombres: “De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre” (Ibid., 103). Pero en el mismo sitio y de inmediato, el Popol Vuh nos habla de la diversidad alimentaria fundacional: “Y de esta manera se llenaron de alegría porque habían descubierto una hermosa tierra llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas, y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado Paxil y Cayalá” (Ibid., 104). * Un pueblo milpero celebra la milpa: la representa, la canta, la baila, la invoca, la honra, le hace sacrificios. Y, qué duda cabe, la milpa era parte central del mundo simbólico de los antiguos mesoamericanos. Ahí estaba el maíz, claro. Pero siempre acompañado. Que no son menos que él el amaranto, el frijol, el chile, la calabaza, la chía, el pulque… La lección es que la virtud y la felicidad están en la buena compañía, en el bullicio polifónico. La exaltación de las individualidades preponderantes, de la uniformidad y del monólogo es occidental y moderna. No le atribuyamos al maíz un protagonismo excluyente que no tenía. Hagamos milpa.
En el Popol Vuh, libro sagrado de los antiguos quiché, se habla del maíz, pero también de la milpa en cuanto tal. Así al apersonarse con
Bibliografía: Bartra. Armando (coordinador). Haciendo milpa. Diversificar y especializar: estrategias de organizaciones campesinas. Itaca, México, 2014. De Sahagún, Bernardino. Historia general de las cosas de Nueva España, Porrúa, México, 2016. De Vos, Jean. La batalla del Sumidero. Historia de la rebelión de los chiapanecas, 1525- 1534, a través de testimonios españoles e indígenas. Instituto Nacional de Industria, México 1990. Durán, Diego. Historia de las indias de Nueva España e islas de tierra firme. Valle de México, México, 1974. Frazer, James George. La rama dorada. FCE, México, 1979. León Portilla, Miguel. Los antiguos mexicanos. FCE, México, 1977. Popol Vuh. FCE, México, 1979.
Los Tuxtlas
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LA TIERRA ENCANTADA
Diana Caballero Alvarado Fotógrafa y diseñadora de la comunicación gráfica; miembro emergente de la Liga Internacional de Fotógrafos de Conservación ILCP; colaboradora en la Reserva Ecológica La Otra Opción, AC www.dianacaballerofoto.com
Por si fuera poco, contribuyen en la regulación y equilibrio de los ciclos y flujos de la naturaleza. El tiempo y la misma naturaleza fueron muy generosos con esta isla de montañas en el trópico húmedo mesoamericano. Sin lugar a duda, Los Tuxtlas es un paraíso de y para la diversidad biológica y cultural. En la mitología de las distintas culturas y civilizaciones de Mesoamérica esta región representó el Tlalocan, (lugar del néctar de la tierra) tlalli, tierra; octli, néctar; can, lugar; el paraíso
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omo una isla de montañas que aparece por encanto en el horizonte de la gran planicie costera del Golfo de México, en el sureste del estado de Veracruz, entre la cuenca baja de los ríos Papaloapan y Coatzacoalcos, se dibuja la silueta de una sierra de origen volcánico que a lo largo de sus historias ha capturado a navegantes, viajeros y conquistadores y desafiado a la naturaleza y la fantasía.f Los Tuxtlas es una región que destaca por sus emblemáticas historias grabadas en el territorio, la atmósfera, la memoria genética de las especies y de las culturas que la han habitado; en el mito, la leyenda y el son; en la resistencia, la colonización y la mezcla, y en la deforestación del trópico húmedo mesoamericano. Hace siete millones de años o más comenzó la historia volcánica de esta Sierra custodiada por tres de sus más de 300 vigías; el Volcán Santa Marta, el Volcán San Martín Pajapan y el Volcán San Martín Tuxtla. El origen de este último vigía fue en el año 1793. Durante este periodo dio vida a más de 300 volcanes que trajeron diversos elementos del corazón de la Tierra. Con ellos transformaron suelos, paisajes, territorios, atmósferas, ambientes y climas. Controlaron la lluvia y el fuego, la tormenta y la sequía. Con la materia crearon organismos únicos e innumerables que desarrollaron bacterias, hongos, plantas y animales, y a su vez, se especializaron, agruparon y establecieron vínculos, alianzas y estrategias para llevar agua a todo el territorio. Así, formaron comunidades y diseñaron tipos de hábitat en todo el territorio para atrapar la humedad del aire, del océano y de la tierra. De esta manera, por aire, mar y tierra llegaron navegantes, viajeros, conquistadores, migrantes, refugiados y desplazados ambientales a cobijase en esta Sierra. Con el tiempo formaron tierras fértiles y abundantes. Dunas cos-
dos. Sus huellas quedaron grabadas en la larga, intensa, compleja y dinámica historia de uso y manejo del territorio y en el inicio de la última gran deforestación del trópico húmedo en México. En el presente, los milenarios bosques y las exuberantes y extensas selvas de Los Tuxtlas sobreviven como islas de biodiversidad, en la cima de sus volcanes, en las partes más inaccesibles y agrestes de la Sierra; en el ADN; en pequeños fragmentos o reservas aisladas, conectadas, protegidas y gravemente amenazadas por el desarrollo actual de una insaciable y creciente población humana que cultiva pastos para alimentar a la industria ganadera y cañera, y, de paso, para nutrir el olvido. Pero también sobreviven en la palabra, el mito y la leyenda de sus pueblos, en el conocimiento colectivo y científico; en las iniciativas para su conservación, en el decreto de Reserva Especial de Biosfera, en lo que queda de la milenaria herencia que actualmente enfrenta sequias, incendios, diluvios e inundaciones traídos por los flujos y ciclos
teras, sabanas, humedales, lagunas y manglares se establecieron en las partes bajas; diversas y exuberantes selvas cobijaron los valles, la impenetrable serranía, los lagos y los bosques de pino y encino mientras los milenarios bosques de niebla custodiaron el territorio desde la cima de los volcanes y se enlazaron con los bosques y el agua para llevar vida a todo el territorio. Los Tuxtlas es considerada la región más lluviosa del Golfo de México y una de las cinco más importantes de este país, debido a que sus bosques de niebla capturan la mayor cantidad de humedad y agua por hectárea, con precipitaciones que superan los cuatro mil 500 milímetros anuales en algunas zonas. Estos bosques se encuentran en los puntos más altos, importantes y frágiles del territorio y sus tres cuencas hidrológicas. Los árboles de los bosques, y también de las selvas, capturan la humedad y el agua de lluvia, la filtran lentamente permitiendo la recarga de manantiales, así como la eliminación de contaminantes. Ayudan también a conservar la estabilidad del escurrimiento superficial y favorecen la infiltración de agua, regulan la calidad y cantidad de ese líquido durante todo el año, mitigan los ciclos de inundación y sequia y estabilizan el paisaje evitando la erosión de suelo, deslaves y azolves de los ríos.
blos y ciudades conectadas por las tres cuencas que recorren este territorio. A medida que se pierden los árboles de los bosques y las selvas tropicales húmedas, los ciclos y flujos de la naturaleza cambian y con ellos los ecosistemas, los recursos y todas las especies que vivimos ahí o que dependemos de ellos actualmente y probablemente lo que vamos a tener es un gran diluvio que arrasará con todo hasta formar una isla desierta. La región está catalogada como zona crítica y prioritaria para la restauración. Por ello, es urgente recuperar y conservar la herencia milenaria. La larga, intensa, dinámica y compleja historia de Los Tuxtlas nos puede recordar lo que esta sucediendo con los bosques, las selvas tropicales y con todos los ecosistemas en México y en el mundo. Ante la actual crisis global de memoria y conciencia, el vertiginoso cambio climático, el alarmante ritmo de alteración y destrucción de los ecosistemas, la acelerada pérdida de biodiversidad y el acelerado crecimiento de las poblaciones, resulta fundamental dirigir la mirada a nuestros orígenes, a lo que nos sostiene como individuos, sociedad y especie. En la naturaleza todo está conectado de alguna manera y la supervivencia del ser humano esta estrechamente relacionada con la salud de los ecosistemas.
de Tlaloc, dios de la lluvia, y de Chalchitlicue, diosa de los nacimientos, arroyos, ríos, lagos, lagunas y mares. Los indígenas popolucas y nahuas llamaron a este territorio el Taalogan, el paraíso subterráneo custodiado por Chane, Señor del Monte, Dios Jaguar y sus encantos, reconocido como el dueño de todo lo que existe en estas tierras de abundancia. Desde hace seis mil años o más, este territorio tiene las huellas de los primeros pasos de la cultura Olmeca, considerada hasta el momento, la cultura madre de Mesoamérica. Con el tiempo llegaron culturas y civilizaciones provenientes de otros territorios y de viejos mun-
provenientes del norte y del sur que recorren los océanos y las cordilleras conectando todos los territorios de la Tierra. Complejos ciclos y flujos de la naturaleza se reafirman, reinventan en cada instante adaptándose a las huellas de su pasado. Actualmente, los manantiales y los ríos de Los Tuxtlas se están secando. La deforestación, la sequia, los incendios y la necesidad de agua avanzan mientras los bosques retroceden. Sin ellos, los manantiales, los ríos, los lagos y las laguna pierden su estabilidad y su capacidad de recarga. De mantenerse esta tendencia, en los próximos años los ríos no tendrán capacidad para abastecer de agua a los habitantes de todas las rancherías, comunidades, pue-
Hoy más que nunca la fotografía desempeña un papel fundamental en la conservación.. Su lenguaje universal nos permite comunicar, alertar, recordar y despertar conciencias e inspirar cambios más que ningún otro medio. Desde hace muchos años la gente de la costa, de los manglares, de las selvas, de los bosques, de las lagunas, de los lagos y de las ciudades, han sembrado amor y esperanza en los caminos del conocimiento, la restauración, el manejo y aprovechamiento sustentable del territorio y su biodiversidad para la conservación de la naturaleza y la cultura. La mirada, las huellas y la memoria de quienes habitan, conocen, comparten y protegen este territorio del trópico húmedo mesoamericano me han llevado por los senderos más hermosos de esta tierra encantada, única en el mundo e invaluable para la humanidad. Mi obligación como fotógrafa de conservación es crear e inspirar con sus historias.
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EL PAPEL DE LAS COMUNIDADES EN EL MANEJO SUSTENTABLE DE LA BIODIVERSIDAD María Susana Rocha Mier Gente Sustentable, AC asuchitl@yahoo.com.mx cales de conservación se pueden encontrar en el ejido Benito Juárez, del municipio de Catemaco, que tiene un área de reserva de 25 hectáreas, donde opera una empresa de ecoturismo comunitario llamada Anolis, que promueve la educación ambiental. Otro caso es la reserva del Cerro Marinero, del ejido López Mateos, en el municipio de Catemaco, donde la comunidad tomó el acuerdo de conservar cien hectáreas de selva en las laderas del cerro, y también se promueve el ecoturismo como alternativa económica compatible con la conservación. De la misma manera, citan en el mismo artículo, en la comunidad de El Pescador, municipio de Pajapan, se elaboraron reglamentos con la participación de sus habitantes, para proteger el venado en sus acahuales, los cangrejos azules y el manglar de la desembocadura del río Huazuntlán.
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os Tuxtlas, ubicada en la parte centro-sur del estado de Veracruz, es una región llena de colores y sabores. Es considerada un área privilegiada por su biodiversidad. Por su alto valor ecológico, se estableció la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas desde 1998, en una superficie de 155 mil 122 hectáreas que abarcan parte de ocho municipios. Desde entonces, la gestión para la conservación ha sido un reto importante, en una zona amenazada por el crecimiento demográfico, la ganadería extensiva, la deforestación y la extracción ilegal de
flora y fauna, entre otros problemas. Se puede enumerar un sinfín de conflictos y dificultades y hay muchos investigadores que se han dado a la tarea de detallarlos. Pero también hay buenas noticias, que pueden permitir que aún exista la esperanza. Se cuenta con ejemplos de experiencias de conservación de la biodiversidad, tal como lo exponen Luisa Paré y Helio García en su artículo “Reservas campesinas en la región de Los Tuxtlas y la Sierra de Santa Marta”, publicado por la Academia Nacional de Educación Ambiental (ANEA). Algunos casos de iniciativas lo-
Por otro lado, las comunidades costeñas de esta región desde hace 22 años realizan actividades voluntarias para la conservación de cinco especies marinas que arriban a las playas tuxtlecas: carey, lora, laud, verde y caguama. Son seis campamentos tortugueros instalados en Los Tuxtlas: Punta Puntilla, Capulteolt, El Salado, Arrecifes, Zapotitlán y Peña Hermosa. En éstos, alrededor de 133 integrantes de los comités son acreditados y capacitados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el equipo técnico de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas. En la región sur de Los Tuxtlas se ha organizado el Subcomité de Cuenca del río Huazuntlán, en el
que participan 850 ejidatarios de 37 comunidades de los municipios de Soteapan, Mecayapan, Tatahuicapan y Pajapan. Este es un esfuerzo autónomo y participativo de conservación y restauración ambiental, impulsado y asesorado por Desarrollo Comunitario de Los Tuxtlas, AC. Su trabajo inició en 2004 restaurando vegetación ribereña, recuperando manantiales y elaborando el Programa de Restauración y Conservación de las cuencas del río Huazuntlán con una visión más integral del manejo de la cuenca. En 2005, el huracán Stan afectó arroyos y parcelas en comunidades de la sierra, esto acercó recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) que permitieron continuar con la protección de cuerpos de agua, e incorporar acciones de conservación de suelos y proyectos de producción agroforestal. En este tiempo se han incorporado cuatro mil 171 hectáreas al Programa de Restauración, y dos mil 500 al programa de Fondos Concurrentes de Servicios Ambientales (de la Comisión Nacional Forestal, Conafor, y del gobierno del estado). El Subcomité es actualmente organismo auxiliar del Consejo de Cuenca del río Coatzacoalcos. La Red de Monitores Comunitarios de Aves Huilotl Toxtlan, impulsada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) desde el 2010, es otra muestra del trabajo comprometido de las comunidades para conservar los seres emplumados de la región de Los Tuxtlas. Son 35 hombres y mujeres de 18 comunidades de los municipios de San Andrés Tuxtla, Catemaco, Soteapan, Tatahuicapan y Pajapan, que realizan recorridos de hasta tres kilómetros mensualmente para reportar la existencia de estos individuos voladores que tanto contribuyen al equilibrio de los ecosistemas. En el libro titulado Plumas de multitudes, en el capítulo tercero, se cuenta la historia del monitoreo de aves y la participación social en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, por compañeros comprometidos con esta causa: Maria Luciana Santos, Braulio Malaga y Martha Patricia Lozada Ronquillo. Existen proyectos incipientes que buscan mejores prácticas sustentables con la participación de las comunidades, como es el Proyecto para el Desarrollo de la Microcuenca Xoteapan, promovido por medio de una red de instituciones y organizaciones de orden público y privado, y que encabezan el ayuntamiento de San Andrés Tuxtla; la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales (Semarnat); el
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de San Andrés Tuxtla; la Agencia de Desarrollo Rural PESA-FAO, y Gente Sustentable, AC. Esta experiencia ha puesto en manifiesto la importancia del enfoque de cuencas y el impacto colectivo para dar prioridad a las líneas estratégicas de acción y detonar procesos para el desarrollo sustentable en el mediano y largo plazos con la participación comprometida de los habitantes de la microcuenca. Otro esfuerzo importante de mencionar es el Proyecto de Conservación de Cuencas Costeras en el Contexto del Cambio Climático (C6), un trabajo colectivo impulsado por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, AC, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la Conafor y la Conanp, y operado por el Fondo Golfo de México, AC; se desarrolla en la parte sur de Los Tuxtlas con diferentes subproyectos en los municipios de Pajapan, Mecayapan, Soteapan y Tatahuicapan. Este es el tercer año de financiamiento para impulsar el desarrollo sustentable de las comunidades, con subproyectos de ganadería silvopastoril, milpa agrodiversa, manejo integral de solares, restauración de cuerpos de agua, entre otros, en los cuales el papel protagónico lo tienen los habitantes de cada región, que, con su participación informada, toman decisiones sobre sus prácticas hacia una cultura de conservación de sus recursos naturales. Las organizaciones de la sociedad civil que asesoran estos subproyectos son: Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (Endesu), Sembrando Semilla Sagrada, Desarrollo Comunitario de Los Tuxtlas (Decotux), Gente Sustentable y la Sociedad Cooperativa Agua y Monte. Aún quedan muchas experiencias por contar, y siguen brotando iniciativas con fuerza y valor, todas con el objetivo de cuidar nuestra casa común para todos los seres que habitamos en ella. Sin duda, en cada caso, hay una buena dosis de tolerancia, solidaridad, generosidad, entusiasmo y creatividad, entre otras vitaminas para el trabajo en equipo, con estrategias construidas colaborativamente, y emprendidas con un alto compromiso social y ambiental. No dejo de lado las malas noticias, pero qué cosa fuera la maza sin cantera, diría Mercedes Sosa, y contestaría cantando Paty Ruiz Corzo: ¿quién dijo que todo está perdido?, ¡yo vengo a ofrecer mi corazón!
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CONSERVACIÓN DE LA VIDA SILVESTRE EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA LOS TUXTLAS Valeria Vega-Vela*, Ernesto Rodríguez-Luna*, Juan Carlos López-Acosta* y Mireya Burgos-Hernández** *Centro de Investigaciones Tropicales (Citro), Universidad Veracruzana ** Citro, Universidad Veracruzana y Departamento de Conservación de la Biodiversidad. El Colegio de la Frontera Sur Autor para correspondencia: vvega_vale@hotmail.com
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l Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000 se puso en marcha como parte de las estrategias nacionales de conservación y aprovechamiento de la biodiversidad. Fue la primera iniciativa que brindó incentivos para la configuración de intereses privados y públicos a favor del aprovechamiento y la conservación. Un aspecto preponderante en este programa fue la estrategia bajo enfoque de Unidades de Manejo Ambiental (UMAs), las cuales funcionaron como cimientos para desarrollar nuevas oportunidades de ingresos, generación de empleos y fomentar la sustentabilidad en las áreas rurales, es decir, realizar un manejo de la biodiversidad congruente con los intereses y las necesidades socioeconómicas de los pobladores locales (usuarios de la diversidad). Las UMAs pueden ser intensivas o extensivas, las primeras promueven la reproducción de ejemplares de especies nativas o exóticas, mediante manipulación directa y manejo zootécnico, bajo condiciones de estricto confinamiento. Entre sus objetivos están la investigación, conservación, exhibición y comercialización, por lo que incluye a los aviarios, herpetarios, zoológicos, criaderos de mamíferos, bioterios y viveros, entre otros. Las segundas operan mediante técnicas de conservación y manejo de especies que se desarrollen en condiciones
naturales; considerando los aspectos biológicos, sociales y culturales vinculados a los ecosistemas y a sus componentes. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es la dependencia responsable de evaluar anualmente las actividades de las UMAs, pero esa información se queda resguardada en esa dependencia y no se tiene un seguimiento adecuado y fidedigno de las actividades que se establecieron en el plan de manejo aprobado para el funcionamiento de cada UMA. Según el más reciente registro hecho por la Semarnat, en el 2015, se tienen registradas 12 mil 578 UMAs en México, que corresponden a 38.8 millones de hectáreas, donde se protege una gran riqueza de especies de flora y fauna silvestre. De estas UMAs, el 75.1 por ciento son extensivas y el 24.9 intensivas, y en su mayoría se encuentran localizadas en el norte del país (Nuevo León, Sonora, Coahuila y Tamaulipas), con aprovechamiento principalmente extractivo-cinegético. Pero este sistema está permeando en otras regiones del país como es el caso de Veracruz. En Veracruz en 1998 se establecieron las primeras UMAs, en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas (RBLT). Para 2015 sumaron 20 UMAs, de las cuales 15 son intensivas y cinco extensivas. Del total de UMAs establecidas en la RBLT, 33.3 por ciento tiene fines de Conservación, Investigación y Ecoturismo, mientras
que 66.6 por ciento tiene fines de Conservación y Aprovechamiento Comercial. Bajo el esquema de UMAs intensivas, se conserva y aprovecha flora y fauna silvestre en una superficie total de 845.82 hectáreas. La mayor superficie ha sido destinada al aprovechamiento intensivo de criadero (663.48 hectáreas) y una menor proporción al aprovechamiento intensivo vivero (182.34 hectáreas). Para el caso de las UMAs extensivas, se está conservando y aprovechando la flora y fauna silvestre en una superficie total de 798.9 hectáreas, sin embargo la UMA con aprovechamiento extractivo presenta la menor superficie (25 hectáreas), mientras que aquellas con aprovechamiento mixto cubren una superficie de 623.8 hectáreas. Las UMAs de la RBLT presentan regímenes de propiedad ejidal (20 por ciento) y privada (80 por ciento). El uso de suelo de las UMAs extensivas fue agropecuario y forestal (60 por ciento), forestal (20 por ciento) y silvícola (20 por ciento). El suelo de las UMAs intensivas fue principalmente de vocación agroforestal, agropecuario, combinación de agropecuario y forestal, únicamente forestal, pecuario y silvícola El ciento por ciento de las UMAs se encuentran establecidas en la zona rural y se pueden observar los siguientes tipos de especies manejadas en los dos tipos de UMAs, intensivas y extensivas: principalmente árboles como el cedro rojo y palmas como el xochicoahuilt, tepejilote, palma camedor y palma
cola de pescado; mamíferos como el mono araña, venado cola blanca, tepezcuincle, serete y pecarí de collar, y reptiles como la rana de arroyo agrio, cocodrilo de pantano, mazacuata e iguana verde. Diferentes autores coinciden en que la conservación de la vida silvestre en las UMAs intensivas se dirige a ser una alternativa económica subsidiada, muy alejada de lograr un desarrollo sustentable.
Se estima que gran parte de las UMAs centran sus esfuerzos de conservación en ciertas especies como venado cola blanca, pecarí y palomas, por lo que se podría pensar que se quedan sin manejo muchas especies con un valor ecológico
Se requiere generar estrategias de mercado que ofrezcan una viabilidad en la comercialización de los partes y derivados de vida silvestre, y con esto retroalimentar la economía de los propietarios de UMAs, los asesores técnicos y la reinversión para el mejoramiento del hábitat. Es de gran importancia fomentar la creación de UMAs extensivas a partir de las UMAs intensivas con fines de conservación y ecoturismo, a efecto de generar alternativas productivas. Un ejemplo es la UMA Nanciyaga, donde se emplea a unas 60 personas de las comunidades rurales para realizar actividades de manejo de animales silvestres en cautiverio y vida libre con un fuerte atractivo turístico. El manejo de los monos en la Isla de Agaltepec promueve una economía de turismo alternativo que derrama la visita de 200 mil turistas al año, mientras que la ciudad de Catemaco recibe a 400 mil personas y un 50 por ciento de los turistas se dirigen a Nanciyaga, motivados por practicar turismo de naturaleza, observación de la vida silvestre y contacto con la naturaleza. En la creación de UMAs hay una mayor participación de la propiedad privada, y es menor en el caso de ejidos. Esto se debe que en ocasiones el tejido social es más fuerte en la iniciativa privada. Es
importante mencionar que las primeras UMAs en la región de Los Tuxtlas fueron ejidales, y de ellas un 80 por ciento sigue entregando sus reportes anuales. Se estima que gran parte de las UMAs centran sus esfuerzos de conservación en ciertas especies tales como venado cola blanca, pecarí y palomas, por lo que se podría pensar que se quedan sin manejo muchas especies con valor ecológico. Tal es el caso de las UMAs enfocadas a unas cuantas especies que tienen alto valor en el mercado; allí se deja sin manejo a diferentes variedades de plantas. Es decir que por medio del esquema de UMAs, se puede diversificar los productos de vida silvestre y realizar un aprovechamiento sustentable. Conclusiones. Las UMAs son una estrategia de manejo integral de los recursos naturales, a partir del cual se espera resolver los problemas ambientales, sociales y legales del manejo de la flora y fauna silvestre en las zonas rurales de la RBLT. Actualmente se tiene la percepción de que no resuelve los problemas anteriormente mencionados, ya que existen factores indirectos que afectan su viabilidad (distribución de la propiedad, falta de aplicación de justicia en el país, excesiva tramitología, entre otros). A pesar de ello se observó una tendencia en el incremento del número de UMAs con el paso de los años. Se observa que el 75 por ciento son UMAs en manejo intensivo, enfocado a especies con valor comercial. En Los Tuxtlas, las UMAs están permitiendo, en cierta medida, la restauración de la naturaleza y los servicios ambientales que se habían perdido, esto gracias a las acciones de reforestación y cambio en las prácticas agrícolas y pecuarias tanto de los esfuerzos de la administración de la RBLT como la aportación de las UMAs. Las UMAs han servido para fomentar la conservación de especies extirpadas de la región, como es el caso del mono aullador, pecarí y venado cola blanca, especies que se encuentran en la NOM-SEMARNAT-059-2010. Así, se piensa que el esquema de UMA está funcionando y está siendo muy aceptado por los propietarios de las tierras de Los Tuxtlas, pero se necesita del apoyo internacional, nacional y estatal para lograr la protección de las flora y fauna silvestre.
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LA PERMACULTURA COMO HERRAMIENTA PARA EL MANEJO DE LA BIODIVERSIDAD Antonio Carrillo Bolea Director de Estampa Verde, AC www.estampaverde.org
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i tomamos el horizonte histórico de ocupación humana de la región de Los Tuxtlas, nos encontramos con que el deterioro ambiental en gran escala es relativamente reciente, con que las malas decisiones de manejo de los recursos naturales han sido principalmente impulsadas por políticas públicas equivocadas que le han impuesto al paisaje dinámicas contrarias a su vocación original y con el hecho de que hay un conflicto de identidad aún vigente entre los pobladores de la región. En la actualidad, la mayor parte del paisaje de Los Tuxtlas nos muestra un rostro dedicado a la ganadería extensiva, con algunos parches de monocultivo de maíz, tabaco y algunos frutales, mezclados con otros parches de tamaño variable de selva o cobertura forestal principalmente nativa. ¿Por qué en estos lomeríos tan accidentados se realizan prácticas ganaderas o agrícolas convencionales que destruyen la base de recursos de los que dependen? ¿Qué acaso la combinación de fuertes precipitaciones y pendientes pronunciadas no son una mezcla perfecta para detonar procesos agudos de degradación de suelos y pérdida de nutrientes? ¿Por qué, a pesar de los esfuerzos institucionales de impulsar una diversificación productiva, se siguen abriendo terrenos de agostadero para actividades agropecuarias? El árbol de problemas tiene sus raíces profundamente sumergidas en el suelo de la selva y sus ramificaciones se extienden en varias direcciones. No es fácil comprenderlo con un enfoque reduccionista, se necesita una visión holística para entender su complejidad y proponer soluciones apropiadas. El planteamiento de observación detallada, análisis holístico e intervención sistémica que brinda la permacultura hacen a ésta una herramienta muy efectiva para entender e impactar de manera positiva en la regeneración de la base de recursos naturales de la región y facilitar manejos inteligentes con miras hacia una sustentabilidad futura. La permacultura como ciencia de diseño tiene sus orígenes en Australia, pero ya es universal y no conoce fronteras. Se han establecido diferentes centros productivos y educativos en muchos ecosistemas del planeta y actualmente vive un momentum muy interesante dada la urgencia de intervenir y rediseñar nuestro sistema agroalimentario.
En este sentido, en la región de Los Tuxtlas hemos estado trabajando en el desarrollo de una agenda para el contexto específico de esta Área Natural Protegida, donde se puedan aprovechar recursos muy importantes que muchas veces pasan desapercibidos o no son eficientemente aprovechados por las agencias gubernamentales u organizaciones de la sociedad civil que buscan tener un impacto positivo.
cursos naturales; necesitamos trabajar para armar el rompecabezas ecosistémico con las piezas que tenemos y tratar de rescatar las más posibles. En este largo camino juegan un papel muy importante tanto el patrimonio natural como el cultural. No hay conservación ni sustentabilidad si detrás de las iniciativas no existen ciudadanos comprometidos en una mayordomía responsable de los recursos.
Desde nuestra perspectiva, la sustentabilidad no es posible si no hay una regeneración previa de los re-
En estos momentos nuestras energías se encuentran dirigidas al desarrollo de programas de capa-
citación que puedan resolver necesidades específicas de la población; nos enfocamos en los actores que más incidencia tienen sobre el paisaje de la selva de Los Tuxtlas: los ganaderos. Siempre vistos como los responsables de la mayor parte de la devastación ecológica, en buena medida esto fue así porque sobre todo en la década de los 70’s se estuvieron promoviendo, desde la esfera de políticas públicas federales, medidas productivistas enfocadas en hacer “rentables” los terrenos antes ocupados por selva nativa. Este enfoque, que consideraba a la selva como terreno ocioso que necesitaba ser transformado a través de la tumba, quema y conversión a pastizal o zona agrícola, fue el responsable del imaginario actual que sigue permeando a muchos productores, quienes continuamente gastan sus recursos en tratar de ganarle la batalla a la resiliencia selvática, buscando someter a la naturaleza para seguir estableciendo monocultivos de pastos. Nuestro enfoque está basado en el manejo holístico propuesto por Alan Savory, quien ha sacudido la discusión científica al sostener que el manejo adecuado del ganado puede ayudar a regenerar terrenos degradados. Lo más importante es lo que se encuentra previo a la introducción y el manejo del ganado: la definición de un contexto holístico que le permita definir al tomador de decisiones, en este caso, el ganadero
en su parcela, cuál será la calidad de vida que busca para sí mismo y su familia, y cuál será la base de recursos que tiene que estar cuidando para asegurar que tendrá un paisaje futuro que sustente sus formas de producción, en balance con la naturaleza. Sólo partiendo de este punto es que podemos entonces proceder a diseñar módulos silvopastoriles con árboles intercalados en los potreros, bancos de forraje y zonas voluntariamente dedicadas a la regeneración y la conservación. Estas herramientas, junto con el diseño en Línea Clave (Keyline) y el diseño en Permacultura de los demás componentes de la finca o rancho, nos brindan elementos para poder trabajar desde el contexto único de cada individuo, ofreciendo soluciones posibles, realistas y escalables que se puedan implementar gradualmente y que generen utilidades, rompiendo así con el círculo vicioso de dependencia asistencial de los actuales programas gubernamentales. Creemos que con estas herramientas podremos empoderar a los ganaderos para que puedan tomar decisiones mejor informadas, ayudándoles a conocer plenamente las implicaciones que tienen sus actividades productivas, así como también las maneras en las cuales pueden trabajar en una versión más inteligente y mejor diseñada de la misma, en armonía y balance con la naturaleza.
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CAMBIO CLIMÁTICO Y DEGRADACIÓN AMBIENTAL, COMBINACIÓN PELIGROSA PARA EL CAMPO Francisco José Gómez Marín Biólogo, docente investigador del Instituto Tecnológico Superior de San Andrés Tuxtla fjgmedith@hotmail.com
Los climas en la Tierra han sufrido variaciones de origen natural (sin una intervención del hombre) a lo largo de la historia del planeta. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) indica que se ha demostrado con un 95 por ciento de seguridad que la actividad humana provoca enormes emisiones de GEI, que son la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX. Esto ocasionará alteraciones del clima en muchos lugares del planeta. Se prevé aumentos en la frecuencia e intensidad de desastres naturales por fenómenos hidrometeorológicos, como inundaciones, deslaves, sequías y huracanes, que ocasionarán pérdidas de vidas humanas, económicas y productivas; afectación a infraestructuras y servicios; enfermedades, y daños a la salud, lo cual vulnerará la seguridad y suficiencia alimentaria. El sector agropecuario es uno de los que más impactan y contribuyen al cambio climático, pero también será uno de los más impactados por él. Este sector es responsable de 14.5 por ciento de las emisiones de GEI a nivel mundial y de 12 por ciento de las de
México. La ganadería representa casi la mitad del sector, y destaca el ganado bovino como el principal emisor de GEI. En la región de Los Tuxtlas (330 mil hectáreas), en Veracruz, predomina una ganadería extensiva y poco tecnificada. La deforestación regional alcanza alrededor de 80 por ciento de su superficie, y en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas (155 mil 122 hectáreas) la deforestación alcanza alrededor de 70 por ciento de su selva. Actualmente permanecen sólo unas 40 mil hectáreas de selva y vegetación secundaria muy fragmentadas. Pero la responsabilidad y contribución de la ganadería de Los Tuxtlas al cambio climático es compartida con los consumidores de su carne y leche. Si evitamos el consumo excesivo de carne y leche, y si fuéramos más exigentes al consumir productos menos dañinos con el ambiente, como los orgánicos certificados, podríamos empezar a promover un cambio que disminuya el impacto del sector ganadero en el cambio climático. Para ello se requiere capacitación de los ganaderos en mejorar sus prácticas y técnicas: rotación de potreros, sistemas silvopastoriles, alimentación y sanidad. La mejor alimentación del ganado puede reducir sus emisiones de GEI, pues alimentos poco digeribles provocan mayores emisiones de GEI del sistema digestivo de los animales. Hay que apoyar y dar incentivos a la restauración y protección de manantiales y corrientes de agua para evitar que sean pisoteados y contaminados por el ganado. Afortunadamente son muchos los
ganaderos que mantienen abundantes manantiales y arroyos con algún grado de protección del ganado. Otros no ponen cuidado y tratan de aprovechar el terreno al máximo sin respetar la vegetación a orillas de los arroyos y provocan su sobrecalentamiento, enturbiamiento del agua y contaminación por las excretas del ganado, lo que implica riesgos sanitarios para la población que vive aguas abajo. El ganado bovino también impacta con su pisoteo provocando compactación del terreno, por lo que disminuye la infiltración de agua en el suelo y aumenta la escorrentía o agua que corre en superficie por las laderas de los numerosos cerros volcánicos de la región. Se altera el régimen hídrico de los ríos provocando crecidas de caudal e inundaciones más graves cuando llueve y baja su caudal demasiado, como si fuera estiaje, poco después. Sin un suelo que actúe como esponja, sin vegetación y bosque protector que absorban el agua y la liberen poco a poco, los picos de escorrentía son más fuertes y las crecidas de las corrientes causan más erosión y deslaves, especialmente en lugares donde el suelo se encuentra ya degradado por la actividad agropecuaria. Los agroquímicos, herbicidas, plaguicidas y fertilizantes agropecuarios también generan contaminación de los suelos y afectan a diferente nivel a la mayoría de los ecosistemas. Los ecosistemas acuáticos son especialmente afectados por los fertilizantes que provocan la eutrofización, que consiste en un exceso de nutrientes, fósforo y nitrógeno principalmente, que generan un crecimiento desmesurado de algas que los
FOTO: José Gómez Marín
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l calentamiento global se refiere al aumento del promedio de la temperatura de la Tierra debido a los gases de efecto invernadero (GEI). Éstos son resultado de las emisiones por la quema de combustibles como el petróleo y la madera, así como por la quema y descomposición de residuos, los incendios forestales (la mayoría provocados por el hombre) y la degradación de los suelos por la ganadería y agricultura.
Degradación y urbanización de orillas y contaminación de agua por descargas de aguas residuales en la microcuenca de Xoteapan, en Los Tuxtlas.
utilizan como nutrientes. Esas algas dificultan el intercambio de oxígeno del agua con el aire y acaban descomponiéndose consumiendo el oxígeno en el agua, provocando la muerte de peces y organismos acuáticos. En Los Tuxtlas la eutrofización proviene sobre todo de las descargas de aguas residuales urbanas. Por la falta de infraestructuras y servicios urbanos (agua entubada, drenajes), mucha gente se estableció cerca de los ríos para tener un suministro de agua, pesca, un lugar de baño y recreación. Pero se vio el río como el lugar donde deshacerse de los residuos sólidos y líquidos. Hoy sólo los más mayores recuerdan la vida, alimentos, frescura, placer y recreación que les proporcionaban los ríos.
Suelos en Los Tuxtlas degradados y erosionados por causa de la ganadería.
Cada vez más comunidades, y con mayor frecuencia e intensidad, enfrentan problemas de disponibilidad y calidad de agua. Se requiere un cambio de conciencia y actitud que implique la colaboración y participación de las comunidades, los diferentes sectores productivos y el apoyo de las instituciones y autoridades en establecer políticas para una mejor planificación y ordenamiento del territorio, de las infraestructuras y servicios y la reconversión de las actividades productivas, que sean más amigables y cuidadosas con el sistema suelo-agua. No es posible cuidar el agua si nos olvidamos del suelo y la vegetación. Entendiendo y reconociendo estas relaciones, podremos estar en mejores condiciones de adaptarnos para no ser tan vulnerables ante el cambio climático.
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REINTRODUCCIÓN DE FAUNA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN Edith Carrera Sánchez* y Francisco José Gómez Marín** *Maestra en Ciencias; Reserva Ecológica La Otra Opción, AC edithcarrera2014@gmail.com **Biólogo. Selva del Toztlan, AC fjgmedith@hotmail.com
En un intento por revertir la pérdida de biodiversidad, se han implementado distintas estrategias conservacionistas en favor de las especies amenazadas o extirpadas de Los Tuxtlas. En el caso de los primates, académicos de la Universidad Veracruzana, a partir de 1980, se dieron a la tarea de realizar estudios sobre los monos y su hábitat. Esta acción originó que los monos, en riesgo de morir, fueran puestos a salvo mediante la estrategia de la translocación.
A las majestuosas aves se les dispuso de un tiempo para que se adaptaran al lugar. El equipo de la UNAM se encargó de su cuidado y preparación para su posterior liberación, así como de promover la sensibilización ambiental, invitando a estudiantes y vecinos de la zona a conocerlas En junio de 2014, la doctora Patricia Escalante Pliego, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, y el Parque Xcaret llevaron a cabo la primera liberación de guacamaya roja (Ara macao), acción emanada de su Proyecto de Reintroducción de Guacamaya Roja en Los Tuxtlas, en la Reserva Ecológica La Otra Opción. En los años siguientes, en la Reserva Ecológica Nanciyaga se han efectuado otras liberaciones más. Este artículo está enfocado a la participación del equipo de La Otra Opción, es decir, en el recibimiento y evento de liberación de las guacamayas en sus instalaciones. Por tanto, no desarrolla los aspectos ejecutados por la doctora Escalante, los cuales son la preparación del grupo que fue liberado, evaluación de hábitat y seguimiento. Ni se re-
fiere a los trabajos realizados por Xcaret, la reproducción de los ejemplares y su donación al proyecto. La llegada de las guacamayas ocurrió la madrugada del 21 de marzo de 2014. Su población incluía 29 guacamayas (17 machos, 11 hembras y un joven sin sexar). El autobús de Xcaret que las trasladaba arribó a la comunidad de Tebanca (a 18 kilómetros de la ciudad de Catemaco, Veracruz). Los niños de esta comunidad, aún en piyama, observaban con sorpresa cómo salían del autobús las cajas que contenían las aves. Esas cajas fueron colocadas cuidadosamente en camionetas con ayuda de la Red de Monitoreo de aves Huilotl Toxtlan, de personal de la Dirección de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas e incluso de policías municipales, para, posteriormente, trasladarlas al ejido Miguel Hidalgo “El Apompal”. Aquí ya estaban esperando grupos de vecinos organizados para transportarlas al aviario situado en La Otra Opción. La expectación causada en este ejido fue tal que los maestros interrumpieron sus clases para acompañar a los alumnos a recibir estas aves. Una vez repartidas las cajas, los voluntarios se encargaron de llevarlas sobre sus espaldas en un trayecto de poco más de dos kilómetros. A las majestuosas aves se les dispuso de un tiempo para que se adaptaran al lugar. El equipo de la UNAM se encargó de su cuidado y preparación para su posterior liberación, así como de promover la sensibilización ambiental, invitando a estudiantes y vecinos de la zona a conocerlas. A unos días de la fecha marcada para su liberación, el personal de La Otra Opción, motivado por fomentar la apropiación del proyecto, se reunió con las señoras del Programa Oportunidades del ejido Miguel Hidalgo “El Apompal”, quienes adornaron la calle principal del poblado con banderas de los colores del plumaje de las guacamayas, expresando así alegría y agradecimiento, pues después de más de 30 años de su desaparición, las guacamayas regresaban a Los Tuxtlas. La actividad buscaba despertar en la gente sentimientos de orgullo por las guacamayas, motivándola a protegerlas y cuidarlas. Como estaba planeado, el día 14 de junio de 2014, se liberaron las 27 guacamayas. Asistieron a las instalaciones unas 300 personas: personal de Xcaret, el equipo de la doctora Escalante, los pobladores de comunidades vecinas, los representantes de los tres niveles
de gobierno y miembros de la sociedad civil organizada. Los ingenieros Antonio González Azuara, delegado estatal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y Víctor Alvarado Martínez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) del estado de Veracruz, se hallaban entre las autoridades que encabezaron el evento. Igualmente, se contó con la presencia del director de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) región GolfoPlanicie Costera y personal de la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). A casi tres años de su liberación, algunas de las guacamayas liberadas en La Otra Opción regresan frecuentemente, mostrando fidelidad al sitio, lo cual permite monitorearlas. Hasta el momento no se han tenido registros de nacimientos, pero se les ha visto alimentarse de frutos, flores y semillas silvestres. La Otra Opción agradece el apoyo de los vecinos por su colaboración en el trabajo compartido
en este proyecto, así como a las instituciones mencionadas y estudiantes involucrados en el trabajo de difusión y monitoreo de las guacamayas liberadas. Mientras tanto, se sigue trabajando en las instalaciones con otra especie extirpada en Los Tuxtlas: el pecarí de labios blancos (senso o marín) Tayassu pecari, para que un nuevo programa de reintroducción pueda ser ejecutado con esta especie de mamífero, el cual se encuentra en peligro de extinción en nuestro país y, de igual modo, podamos compartir una nueva experiencia con ustedes.
FOTOS: Diana Caballero Alvarado
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a región de Los Tuxtlas está considerada la zona más al norte de selva alta perennifolia del continente americano. Sin embargo, también es posible encontrar una gran variedad de ecosistemas como bosque mesófilo, manglares y comunidades de pino-encino. A pesar de los varios esfuerzos de distintas instituciones y asociaciones para la conservación de los recursos naturales de la región, sólo queda diez por ciento de la vegetación original y su fauna requiere atención urgente.
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PRIMATES AYUDANDO A PRIMATES: EL CENTRO MEXICANO DE REHABILITACIÓN DE PRIMATES Alejandra Márquez-Arias Área de Investigación y Educación Ambiental. Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates, AC
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a región de Los Tuxtlas forma parte de la selva mexicana, que es el hábitat con mayor diversidad biológica y gran cantidad de endemismos del país. Entre las funciones de la selva está moderar el clima local y mundial, favorecer la infiltración de agua a los mantos acuíferos y mantener la pureza del aire. Actividades humanas, como la deforestación, han provocado la desaparición casi total en Los Tuxtlas de los animales que viven ahí como el mono aullador (Alouatta sp) y el mono araña (Ateles geoffroyi). El problema para los primates mexicanos se incrementa con el tráfico de vida silvestre que los ha colocado en peligro de extinción debido a que la gente los busca para tenerlos como mascotas.
Y lo más importante, los monos no pueden ser domesticados, son muy inteligentes y muy sociables con otros monos, no con los humanos. En conclusión: no deben estar con las personas; ¡los monos mexicanos deben vivir libres! Primates ayudando a primates. La urgencia de realizar acciones que permitan a los primates mexicanos sobrevivir llevó a un grupo de profesionistas (biólogos, médicos veterinarios, ingenieros, contadores, licenciados en comunicación) a formar el Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates, AC (CMRP), con el objetivo de reci-
bir, proteger y rehabilitar a primates traficados y rescatados de vivir como mascotas, y mantenerlos saludables para, de ser posible, reintroducirlos a su hábitat natural, o conservarlos a salvo, tratando de contribuir, junto con las comunidades locales y la sociedad en general, al mantenimiento estable y saludable de las poblaciones de primates en estado natural. La labor del CMRP se basa en el derecho que tienen los monos a vivir en libertad. Además es la intención del Centro conservar la función ecológica que tienen los monos en su hábitat ya que no la
puede realizar ninguna otra especie; son los jardineros de la selva y su presencia garantiza la continuidad del hábitat. De regreso a Los Tuxtlas. Sólo mediante una denuncia ciudadana las autoridades ambientales (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) pueden recuperar a los monos para ponerlo en custodia del CMRP, donde son evaluados. Allí se diseña un programa especial para cada mono, posteriormente se traslada a Los Tuxtlas donde comienza un largo camino de trabajo para que sea autosuficiente en su hábitat. La existencia del ecosistema de Los Tuxtlas es un engranaje de varias piezas; una de éstas son los monos y su función de dispersar semillas que permite que la vegetación continúe y siga siendo hogar de otros organismos. Para recuperar el equilibrio ecológico de Los Tuxtlas es necesario actuar desde muchos frentes; el CMRP se ocupa de conservar a los monos, sin embargo no cuenta con apoyo económico de ninguna institución gubernamental ni empresa privada para la realización de sus actividades. Recurre a la sociedad civil para conseguir comida adecuada para los monos, mantener las instalaciones donde se encuentran en buenas condiciones, darles medicamentos y atención veterinaria. Por fortuna,
A pesar de las buenas intenciones y esfuerzos de las personas para cubrir las necesidades de los monos que adquieren, éstos sufren. Pensemos: los monos son extraídos de Los Tuxtlas cuando son bebés, justo cuando más necesitan a su madre; en las casas no tienen contacto con otros monos y no conocen los códigos sociales específicos de su especie; además, el aislamiento les provoca graves estados de depresión. La condición física de los monos se daña terriblemente por la falta de espacio y de movimiento. Lo que los monos necesitan comer es la vegetación de la selva, no las sobras de la comida de humanos ni productos industrializados.
constantemente se rescatan monos de vivir como mascotas, pero la necesidad de ayuda económica crece. Para continuar ayudando a los primates mexicanos, el Centro ha diseñado programas para que la sociedad civil pueda colaborar y en los que invitamos al lector a participar: Donaciones directas. Las personas interesadas en ayudar al CMRP realizan una donación en efectivo directamente a la cuenta de banco de la asociación. Apadrina un mono. La persona que apoya se convierte en padrino de un mono, dona una cantidad mensual que se destina a su manutención (alimentación, cuidados médicos, alojamiento y rehabilitación). Tours ecológicos. Se realizan visitas en grupo a las instalaciones del CMRP en Los Tuxtlas donde se encuentran los monos en proceso rehabilitación. Se realizan talleres que permiten concientizar, valorar y replantear la función de los monos y la importancia de que permanezcan en la selva mexicana. Denuncia. Si sabes de algún mono o de cualquier otro animal silvestre que esté viviendo como mascota, da aviso a las autoridades. Las denuncias pueden ser anónimas: Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa): 55-8964-99. Juntos podemos recuperar nuestra biodiversidad.
FOTO: Tania Barberán
Monos araña en proceso de rehabilitación.
Mono aullador. Es el primate más grande de América, su nombre se debe a los fuertes aullidos que emiten que se escuchan a largas distancias.
Revisión médica a un mono araña en proceso de rehabilitación.
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Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas
CONSERVACIÓN IN SITU Y GENERACIÓN DEL CONOCIMIENTO Rosamond Coates Bióloga, jefa de la Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas. Instituto de Biología, UNAM rcoates@ib.unam.mx
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a Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas, dependiente del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (IB-UNAM), fue fundada en 1967 en la región de Los Tuxtlas, en la porción de Veracruz. Su propósito principal es cuidar un área representativa de la selva húmeda tropical en el sureste del país y que ello permita también la existencia de investigaciones a largo plazo sobre diversos aspectos biológicos de la fauna y flora y del entorno ambiental físico de esta región. Tales estudios producirán un conocimiento detallado sobre la selva como ecosistema para su futura conservación y aprovechamiento. Desde su fundación, la Estación se ha ocupado en dar cumplimiento a los siguientes objetivos: • Preservar los ecosistemas del área de la Estación y contribuir en la restauración ecológica regional, • Conocer la estructura y funcionamiento de los ecosistemas protegidos, • Ofrecer servicios que permitan la realización de investigación, enseñanza y divulgación y
• Conocer la problemática social del área de influencia de la Estación y participar en soluciones viables.
Martín Tuxtla y forma parte de la Zona Núcleo 1 de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, la cual fue decretada en 1998.
muy importantes para la formulación de los planes de manejo y conservación para las áreas naturales protegidas en el país.
El esfuerzo continuo de un gran número de académicos que han visto la Estación como un laboratorio vivo cuyos componentes son motivo de estudio ha convertido a la Estación en un centro único y de renombre nacional e internacional. Los avances alcanzados por la Estación a 50 años de su fundación son impresionantes. Simultáneamente, se ha desarrollado una infraestructura única para apoyar la investigación científica y la docencia.
La Estación Los Tuxtlas ofrece servicios a una gran cantidad de académicos, y no solamente a los de la UNAM, para realizar sus investigaciones sobre varios aspectos de la selva tropical y su entorno en México. Aparte de las 640 hectáreas del predio con selva alta perennifolia, se cuenta con una infraestructura única para una estación de campo con laboratorios, invernaderos, oficinas, biblioteca, salón de clases y acervo de colecciones científicas, así como instalaciones de hospedaje que permite estancias largas, seguras y productivas por los grupos de investigación.
La Estación ha jugado un papel importante como generador de la información científica para la región y México. Últimamente, se ha promovido los proyectos de restauración ecológica en las áreas degradadas por las actividades agrícolas en las comunidades aledañas a la Estación Los Tuxtlas, con el propósito de mitigar los efectos negativos producidos por los inadecuados usos de la tierra, así como signos del cambio climático dentro de la región.
La región donde está ubicada la Estación se conoce como la Sierra de Los Tuxtlas y se localiza en la vertiente del Golfo de México. Esta región está completamente aislada de cualquier otro sistema montañoso. La Sierra es de origen volcánico, con tres volcanes principales: San Martín Tuxtla, al noreste de la sierra (altura de mil 680 metros); Santa Martha, al este del lago Catemaco (altura mil 250 metros), y San Martín Pajapan, en la sierra de San Martín Pajapan (altura mil 180 metros). El predio UNAM está situado en el lado oriente del Volcán San
Los proyectos de investigación realizados en la Estación Los Tuxtlas son muy variados, pero la mayoría abordan aspectos biológicos sobre la flora y fauna de la región. Los inventarios de la biodiversidad regional no están aún terminados en lo relativo a muchos grupos de insectos y la flora tropical. En las dos décadas recientes, los estudios sobre los efectos y las consecuencias de la fragmentación de la selva han sido
Para las tareas de la docencia y divulgación del conocimiento científico y la vinculación interinstitucional, la Estación cuenta con un área en donde se realizan las tareas de enseñanza a grupos escolares y al público en general. Los propósitos de esta área son ilustrar a personas de diversos niveles de educación sobre la riqueza de los elementos florísticos y faunísticos que ocurren en las selvas del trópico húmedo y señalar la importancia de su conservación. Además, miembros del personal académico de la Estación apoyan y colaboran en acciones de conservación, ca-
pacitación, inventario y monitoreo biológico con diversas instituciones, sectores sociales, productores de campo y asociaciones civiles; todos juntos trabajan por el bien del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad a nivel regional. El Instituto de Biología de la UNAM, por medio de su Estación Los Tuxtlas continuará impulsando y propiciando investigación científica de alta calidad, enseñanza y divulgación, así como las actividades de vinculación con la sociedad en todos los campos de la biología, de manera que mantendrá aquellos proyectos multidisciplinarios y de interacción con otras instituciones en materias tales como la ecología, geografía y etnoagroforestería y las investigaciones sociales. Por otro lado, la Estación colabora activamente con la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas en la promoción y la iniciación de proyectos sostenibles en las áreas rurales circundantes. La conservación de las selvas tropicales es tarea de todos. La Estación Los Tuxtlas invita las personas interesadas en el tema a conocer y participar en sus actividades en conjunto con las comunidades dentro de su área de influencia.
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EXÓTICAS INVASORAS Leo Adalid Luna Aguilar Director ejecutivo de Fomento Ecológico y Social A.C. adalidlun@hotmail.com
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éxico es considerado un país megadiverso. Alberga al menos el diez por ciento de la diversidad mundial. Uno de los estados con mayor riqueza biológica en el país es Veracruz, pues posee cinco mil 472 especies de plantas vasculares, mil 361 de vertebrados y seis mil 272 especies de artrópodos. En la región central de la entidad se ubica la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas (RBLT), que fue decretada en noviembre de 1998 con una superficie total de 155 mil 122 hectáreas, en las cuales se presentan tres zonas núcleo. En esta Área Natural Protegida se alberga una vasta biodiversidad donde se estima la presencia de al menos cuatro mil 916 especies de las cuales 29 son endémicas.
Especie exótica invasora es un término poco común, pero que empieza a tomar auge, pues la problemática que conllevan estas especies es poco conocida. Para entender un poco mejor, partamos de algunas definiciones. Una especie nativa es aquella que se encuentra dentro de su área de distribución natural. Una especie endémica es una especie cuya distribución se encuentra restringida a una región. Especie exótica se refiere a una especie que fue introducida a un área fuera de su distribución natural, y especie invasora es aquella que se desarrolla fuera de su hábitat natural y de forma inusual sin ayuda del ser humano, produciendo alteraciones en los ecosistemas. La invasión de especies biológicas sucede cuando éstas son traslada-
das a nuevas áreas donde se pueden desarrollar y se extienden. El movimiento se da en varios ámbitos como el transporte y la comercialización. La misma migración humana ha trasladado especies de un lugar a otro modificando los ecosistemas.
Dentro de las más importantes se tiene al llamado pez diablo (Pterygoplichthys spp.), que se ha instalado en cuerpos de agua como la Laguna de Sontecomapan y Laguna del Ostión; los pescadores empiezan a observar cómo esta especie incrementa su número disminuyendo las poblaciones de especies nativas. Otra especie de interés es una orquídea africana (Oceoclades maculata), que se ha esparcido en gran parte del área de reserva llegando con algunos ejemplares a las zonas núcleo.
distintos ecosistemas debido a la comercialización, a la introducción de cultivos, al acuarismo y otras actividades. A escala mundial, la pérdida histórica de biodiversidad y el creciente ritmo de extinción de especies no son aplicables a procesos naturales de extinción; son atribuibles al aumento de poblaciones humanas y a actividades que amenazan la biodiversidad. Se considera que el impacto por especies invasoras es la segunda causa principal de pérdida de biodiversidad sólo después de la destrucción del hábitat.
En México, a la llegada de los conquistadores se inició el intercambio de especies exóticas provenientes del viejo mundo y viceversa. Muchas de las que llegaron en los barcos con la tripulación, como las ratas, causaron alteraciones; hubo otras traídas intencionalmente para un uso específico, y algunas que hoy tenemos arraigadas incluso en nuestra dieta, tal es el caso de la albahaca, el cilantro, clavo de olor, trigo, entre otras. Actualmente las especies exóticas se siguen introduciendo a
Otro problema fuerte en esta reserva de la biosfera es la introducción de pastos para la ganadería, actividad que ha ganado mucho terreno a la selva; son pastos aparentemente más productivos para el ganado, que afectan y se expanden hacia la vegetación nativa y alteran el ecosistema; caso alarmante es el de la Laguna de Sontecomapan (decretada sitio RAMSAR –esto es de Humedales de Importancia Internacional--), cuyo manglar es muy importante para los procesos ecológicos del ecosistema, y se ve muy amenazado por la actividad ganadera que se da al margen de este cuerpo de agua y que avanza paulatinamente con pastizales que cercan y reducen el manglar.
Cuando estas especies introducidas llegan a establecerse, compiten por espacio y alimento, pueden llegar a mezclarse e hibridar con especies nativas, alterando el ecosistema y destruyendo el hábitat. Estas especies pueden ser portadoras de enfermedades transmisibles, capaces de exterminar poblaciones nativas enteras. Las consecuencias pueden llegar a ser catastróficas y poner en peligro procesos ecológicos esenciales para los ecosistemas.
El tema de las especies invasoras es transversal e incluye injerencia ecológica, socioeconómica e incluso ética y, por lo tanto, merece un trato especial, ya que las consecuencias de no atender este problema podrían ser devastadoras para algunos ecosistemas. Hace falta mayor información e interés para el estudio de la repercusión de la presencia de las especies que ya se tienen identificadas como exóticas e invasoras, y mayor esfuerzo para conocer las que aún no se han identificado, así como el potencial invasor que podrían llegar a desarrollar. A la par, es necesario que haya comunicación interinstitucional a distintos niveles para poder abordar la problemática, pues algunas secretarías y gobiernos municipales promueven especies como tilapias y pastos forrajeros, sin preocuparse por el manejo, control y el lugar de introducción. Al instalarse estas especies, se altera el ecosistema con graves consecuencias para las especies nativas.
Datos recientes de la RBLT reportan la presencia de 109 especies exóticas invasoras, de las cuales 82 son plantas, un invertebrado, ocho peces, cinco aves, siete reptiles y seis mamíferos.
FOTO: L.A. Luna.
FOTO: J. N. Stuart
Lamentablemente, la RBLT enfrenta varias problemáticas que han repercutido en la calidad del ecosistema y en la pérdida de sus poblaciones biológicas. Una problemática principal es la introducción de especies exóticas invasoras, que son una amenaza ya que pueden afectar radicalmente a las especies nativas desplazándolas e incluso conducirlas a su extinción.
Ecosistema de manglar fragmentado por pastizal inducido para ganadería; se puede apreciar al fondo una línea de mangle negro (Avicennia germinans) como frontera entre el manglar y el pastizal.
A partir de los compromisos adquiridos por México en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Estrategia Nacional de Biodiversidad, en 2010 se emitió la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras en México. Se han hecho algunos esfuerzos para atender esta problemática, pero se esperan más y con mayor velocidad pues, aunque ya tengamos una estrategia, estas especies biológicas también tienen la suya.
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EL PAPEL DE LAS OSC EN LA CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD Jessica Swanson Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y técnico en Manejo de Vida Silvestre por la Universidad Veracruzana jessiehswanson@gmail.com
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a región de Los Tuxtlas es una de las zonas con mayor biodiversidad en México y gracias a esto en 1998 fue decretada área natural protegida con la categoría de reserva de la biosfera, que tiene como objetivo preservar, conservar y restaurar el equilibrio biológico y patrimonio ambiental. Lo anterior ha generado oportunidades para desarrollar diferentes actividades encaminadas a la conservación y protección de la Reserva, entre ellas la creación de una amplia variedad de organizaciones de la sociedad civil (OSC), dedicadas entre muchas otras cosas a la educación ambiental, investigación y el desarrollo sustentable. La región de Los Tuxtlas está integrada por siete municipios: Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla, Catemaco, Soteapan, Mecayapan, Tatahuicapan de Juárez y Pajapan. Sin embargo, los municipios que abarca la Reserva son ocho, incluyendo además de los anteriores a Ángel R. Cabada, el cual tiene influencia en varios aspectos sociodemográficos y de uso y manejo de recursos naturales. En su plan de manejo, la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas (RBLT), considera a ciudadanos, autoridades y organizaciones civiles y privadas para que contribuyan de manera conjunta al cumplimiento de los objetivos de conservación de esta área natural protegida. Ello, tomando en cuenta que constituye una porción del territorio nacional terrestre, representativa de los dife-
rentes ecosistemas y su biodiversidad, y que por su importancia está sujeta a regímenes especiales de protección, conservación, restauración y desarrollo. En la Reserva de la Biosfera se cuenta con una amplia participación de ejidos, comunidades, organizaciones sociales y civiles, instituciones de los tres niveles de gobierno, centros e institutos de investigación y educación. Además, se tiene un contacto directo y constante con instituciones de investigación y educación como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)y la Universidad Veracruzana (UV). La Dirección de la RBLT promueve la participación de las instituciones de investigación y académicas, así como de organizaciones sociales, públicas y privadas en el desarrollo de investigación básica y aplicada en la Reserva. Las OSC han tenido la oportunidad de desarrollar sus proyectos, apoyadas con recursos económicos de diferentes instituciones privadas y gubernamentales nacionales e internacionales. Como resultado de los trabajos de investigación, colaboración y participación de las OSC en Los Tuxtlas, se ha logrado generar un plan de manejo más completo, inclusivo y participativo, aumentando de esta manera las posibilidades de conservación en la región, ya que se logra un frente común con el mismo objetivo. Una de las participaciones más importantes de las OSC es en
el consejo asesor de la Reserva, ya que en éste se cuenta con un subconsejo de organizaciones de la sociedad civil que tiene voz y voto y que a la fecha representa a 14 OSC en la RBLT. Además se cuenta con la participación de otras OSC en diferentes subconsejos de dicho consejo. Desafortunadamente, se carece de un directorio actualizado para determinar cuáles y cuántas son las OSC que están realizando trabajos de investigación o conservación de la biodiversidad en Los Tuxtlas. Pero podemos mencionar algunas de las más involucradas en la actualidad: Defensores del Medio Ambiente de Los Tuxtlas, AC; Proyecto Sierra Santa Marta; INECOL, AC; Gente Sustentable; Selva del Toztlan, AC; Mujeres Gestoras, AC; Ecoenlance Sustentable, AC; Fomento Social y Ecológico, AC; Centro Mexicano de Rehabilitación de Primates, AC; Agua y Monte, AC, y Sembrando Semilla Sagrada, AC. Las OSC en Los Tuxtlas contribuyen directamente a la conservación y restauración ecológica y de la biodiversidad, por medio de la educación, sensibilización ambiental y capacitación. Algunas de las acciones que realizan las OSC son: actividades para la mejora de las políticas públicas, generación y difusión de información y el empoderamiento y la participación de la sociedad. Asimismo, la promoción de la educación como herramienta básica y fundamental para el desarrollo equilibrado y duradero.
Ejercen acciones para la preservación en zonas de la Reserva. Realizan trabajo directo con comunidades mediante asesoría y organización, para la conservación de la naturaleza. Sobre desarrollo sustentable, tienen varios proyectos en comunidades indígenas y en la zona de amortiguamiento de la Reserva. Han realizado reforestaciones, y en específico el Proyecto Selva del Interser, de la asociación civil Defensores del Medio Ambiente de Los Tuxtlas, ha sembrado en la región más de cinco mil árboles, en los tres años recientes. Además, algunas de las OSC hacen activismo y son fuertes críticas de las políticas gubernamentales antiecológicas.
Es claro que la conservación a futuro de la riqueza biológica que existe en Los Tuxtlas sólo podrá lograrse si se mantienen las zonas núcleo de la Reserva como tales, y si se logra modificar las prácticas agropecuarias actuales dentro de la zona de amortiguamiento, así como la tala hormiga y la cacería ilegal en las zonas núcleo. Sin embargo, para que la Reserva cumpla con su propósito, es también fundamental estimular y garantizar la continua participación de instituciones de investigación y de organizaciones sin fines de lucro, interesadas en la conservación de la fauna y flora nativa de Los Tuxtlas.
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UN BUEN DESTINO PARA EL TURISMO DE BIENESTAR Valentina Vega Vela Instructora certificada de yoga y coordinadora de programas para grupos en Rancho Los Amigos www.losamigos.com.mx
Hay varios lugares repartidos en el paisaje mítico de Los Tuxtlas donde ya puedes encontrar experiencias únicas. En la parte sur los pueblos indígenas aún conservan conocimientos sobre las propiedades medicinales de varias plantas nativas, pero en toda la región hay cascadas, ríos, lagunas, lagos y playas que brindan el paisaje perfecto para unas merecidas vacaciones dedicadas a tratar bien al cuerpo, calmar la mente y regenerar nuestras relaciones. Catemaco tiene mucha fama, en gran parte debido a la amplia tradición de herbolaria y misticismo que se encuentra anidada allí desde tiempos prehispánicos y que actualmente tiene el referente coloquial del “brujo de Catemaco”. Sin embargo, las experiencias que hoy por hoy puedes encontrar son más diversas y superan la famosa “limpia”: desde despertar en medio de la selva con el sonido de las aves y los monos para participar en una clase de yoga restaurativo y meditación, dormir bien y comer bien alimentos producidos localmente y sin agroquímicos, hasta hacer un temazcal que permita conectar a profundidad tu cuerpo, mente y espíritu con estos paisajes míticos. El potencial es amplísimo. Gracias a su la ubicación, a tres horas del aeropuerto internacional de Veracruz y todavía fuera de la ruta del turismo masivo convencional, se podría desarrollar el nicho de turismo de salud internacional para aquellas personas que buscan una recuperación y rehabilitación post-operatoria. La hospitalidad de la gente local, siempre con una amplia sonrisa y dispuesta a ayudar, ha permitido que se consoliden proyectos de ecoturismo que ya ofrecen servicios de gastronomía especializada, masajes, temazcal y otros tratamientos herbolarios.
La biodiversidad de plantas medicinales nativas y endémicas ofrece una fuente todavía poco explorada de medicinas y tratamientos para curar padecimientos del cuerpo, la mente y también el espíritu. Cultivos como el cacao, la vainilla, diferentes variedades de jitomates, maíces, frijoles y calabazas, así como la disponibilidad de proteína animal de calidad, permiten contar con una lista de ingredientes megadiversa que hacen una experiencia gastronómica inolvidable para el visitante. Esas son las condiciones especiales que existen en Los Tuxtlas. Representan una posibilidad casi ilimitada para satisfacer múltiples necesidades del individuo y su comunidad para experimentar una calidad de vida de cuerpo, mente y espíritu, pero también un altísimo riesgo de perder para siempre esa valiosa base de recursos. El crecimiento y desarrollo no planeado de la región ha llegado a poner en alto riesgo el patrimonio biológico y cultural de los catemaqueños en específico y de los humanos en general. Por esas razones necesitamos curarnos a nosotros en lo individual y en lo colectivo-social. La tribu global se cura y se atiende a sí misma para curarse y curar a la Madre Tierra. Necesitamos realizar procesos de curación de nuestra relación con nosotros mismos, entre nosotros y con la Naturaleza. Los Tuxtlas ofrece unas condiciones únicas para realizar miles de experiencias creativas y transformadoras en un sentido muy positivo. Catemaco en tiempos prehispánicos era un importante centro ceremonial y de peregrinación, inclusive desde tiempos Olmecas, desde el periodo preclásico Mesoamericano. Actualmente existen muchos sitios arqueológicos por descubrir donde se podrían establecer centros medicinales-hospitalarios-educativos para poder contar con la capacidad necesaria para recibir a mercados específicos de turismo de bienestar y salud. Las condiciones actuales de madurez de las organizaciones civiles presentes en la región, las instituciones de gobierno, así como de los prestadores de servicios turísticos, permiten exigir a los gobiernos actuales y emergentes tener una agenda de políticas públicas para el sector turístico en Los Tuxtlas que atienda verdaderamente el contexto y el potencial de cada uno de los lugares que existen.
FOTOS: Holger Baschleben
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a abundante biodiversidad de flora y fauna de Los Tuxtlas, junto con la belleza paisajística particular que nos ofrece su geografía de origen volcánico, brindan el escenario perfecto para las actividades relacionadas con el turismo de bienestar. Este concepto, que se está desarrollando en Los Tuxtlas, ya ha tenido experiencias de éxito en diferentes lugares del país y del mundo y básicamente consiste en brindarle al visitante la oportunidad de curar su cuerpo y su mente por medio de diferentes formas de terapia, nutrición, masaje, relajación, etcétera.
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EL PAPEL DEL ECOTURISMO EN LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE Christoph Neger Maestro en Desarrollo Regional Sustentable de la Universidad de Graz, Austria, y estudiante de Doctorado en el Posgrado en Geografía de la UNAM ch.neger@gmail.com
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os Tuxtlas es una de las regiones más ricas en biodiversidad, en especies de plantas y animales, en todo México. Por muchos siglos los seres humanos convivieron en armonía con la naturaleza de esta área. En la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, gran parte del patrimonio natural fue destruido.
En el 1998 se decretó una reserva de la biosfera, un área natural protegida donde el objetivo es alcanzar nuevamente un estado armónico entre el desarrollo humano y la conservación del medio ambiente. Para lograr este fin, se han implementado diferentes estrategias para aprovechar los recursos naturales de una manera alternativa, más sensible y con menos impacto ambiental, por ejemplo mediante sistemas agroforestales o Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs). En este contexto, otra estrategia prometedora es el desarrollo del ecoturismo, un turismo donde el principal atractivo para el visitante son los paisajes naturales, la vegetación y la flora y fauna que se encuentran en el lugar. Aparte de eso, para que sea realmente ecoturismo, es importante que las actividades turísticas no dañen al medio ambiente, y que los mismos integrantes de los proyectos ecoturísticos trabajen en el pro de la conservación. Los Tuxtlas, con sus paisajes naturales espectaculares, tiene un alto potencial para atraer este tipo de turismo. Los proyectos pioneros se fundaron en la segunda mitad de los años 80’s, por parte de la iniciativa privada. Más tarde, junto con la declaración de la Reserva de la Biosfera, se formaron varias iniciativas de ecoturismo comunitario. En estas empresas comunitarias, al inicio, se invitó a toda la comunidad a participar, y las decisiones
se tomaron de manera democrática entre todos los miembros. Junto con el auge del ecoturismo comunitario, también se fundaron nuevas iniciativas privadas. No obstante, en la actualidad el desarrollo del ecoturismo en la región se ha estancado, ya que se enfrenta con muchas dificultades. Durante la larga temporada de lluvias hay muy poca afluencia turística; además, el estado de las carreteras dificulta el acceso a los lugares donde se practica el ecoturismo; y sobre todo en los años recientes la situación de inseguridad que vive el estado de Veracruz ha causado una disminución del turismo en toda la zona de Los Tuxtlas. Por estas razones, los ingresos económicos derivados del ecoturismo, hasta ahora, han sido modestos. La única excepción es Nanciyaga, un proyecto de ecoturismo conocido a nivel nacional, que da empleo a 35 personas. En las otras empresas, el ecoturismo a menudo representa un ingreso adicional a las otras actividades económicas de las personas. No se debe olvidar en este contexto que el turismo tiene también efectos indirectos; los turistas compran artesanías de productores locales y consumen alimentos producidos en la región. A pesar de sus limitaciones, el ecoturismo también ha aportado beneficios importantes a la conservación de la naturaleza. La mayoría de los proyectos ecocturísticos tienen áreas de selva que protegen voluntariamente, y muchos de los integrantes participan en actividades relacionadas a la conservación, como la reforestación, la limpieza de playas, los campamentos tortugueros, el monitoreo de aves, la vigilancia ambiental, los proyectos de reintro-
ducción de especies (por ejemplo la guacamaya roja), el establecimiento de UMAs, entre otras. El ecoturismo ha logrado concienciar a las personas acerca de la importancia de conservar el patrimonio natural y de la interdependencia de los seres humanos con la naturaleza. De esta manera, los proyectos de ecoturismo se pueden ver como comunidades de aprendizaje para el uso sustentable de los recursos naturales. En parte, esta consciencia y estos conocimientos ya se reparten también con los alumnos de escuelas de la región y de otras partes del país que vienen a visitar los lugares donde se practica el ecoturismo. Promover este turismo ecológico, por lo tanto, se ha vuelto uno de los pilares de la conservación ambiental en Los Tuxtlas. Sin embargo, existe todavía mucho potencial de mejorar su situación en la región y de esta manera también los beneficios ecológicos que conlleva. Por parte de las autoridades sería necesario mejorar las vías de acceso y trabajar en contra de la inseguridad que afecta a toda la sociedad, pero sobre todo al sector turístico. A las instituciones gubernamentales que apoyan el ecoturismo se les puede aconsejar coordinar sus esfuerzos y trabajar en una estrategia global y continua de desarrollo del ecoturismo. Finalmente, para las empresas ecoturísticas sería conveniente trabajar de manera cooperativa para posicionar la región como un destino ecoturístico. Actualmente existen dos desarrollos interesantes: por un lado, integrantes de diferentes grupos de ecoturismo están involucrados en un programa de monitoreo de aves con el nombre “Huilotl Toxtlan”, que coordina la administración de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas. Gracias a este programa, las personas involucradas ahora cuentan con la capacidad para recibir el turismo de observación de aves. Poco a poco están empezando a vender este producto a grupos de turistas. Por el otro lado, en diciembre del año pasado en el municipio de Catemaco se originó un movimiento llamado “Catemaco Somos Todos” que trata de reunir a todos los prestadores de servicios turísticos a trabajar en conjunto. Entre las personas más activas en este proceso están los integrantes de los proyectos ecoturísticos. Estos desarrollos y la creatividad y el compromiso de las personas involucradas dan esperanza de que el ecoturismo pronto pueda alcanzar el gran potencial que tiene para la región de Los Tuxtlas.
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LOS PROYECTOS ECOTURÍSTICOS DE LOS TUXTLAS En esta sección se da un panorama de los diferentes proyectos de ecoturismo que se pueden encontrar en la región de Los Tuxtlas. Cabe mencionar, que esto no pretende ser una lista exhaustiva, ya que frecuentemente se fundan nuevas iniciativas, y otras cierran temporalmente o se abandona por completo el proyecto. Lo que se intenta aquí es mencionar los proyectos más establecidos y además iniciativas nuevas que tienen una perspectiva prometedora debido a que cuentan con un grupo fuerte de personas motivadas y el suficiente apoyo institucional. Primero, en cuanto a los proyectos de ecoturismo privados, el principal de la región es Nanciyaga, a la orilla del Lago de Catemaco, que cuenta con una gran variedad de atractivos diferentes para el turista e incluso produce sus propias artesanías y alimentos. Nanciyaga forma es uno de los dos proyectos pioneros de ecoturismo en la región; el otro es el vecino La Jungla. Otros proyectos privados alrededor del Lago de Catemaco son Bahía Escondida y El Teterete en la comunidad Pozolapan, Rancho Xococapan en Arroyo Agrio y Prashanti en Tebanca. En otras partes de la región se encuentran los proyectos Ecobiosfera y La Comuna, en la comunidad Dos Amates; la estancia rural Yambigapan, cerca de la Laguna Encantada en San Andrés Tuxtla; Rancho Los Amigos, a la orilla de la Laguna de Sontecomapan, y La Otra Opción, un lugar ubicado dentro de la Sierra de Santa Marta al que sólo se puede entrar a pie, con cuatrimoto o a caballo. Los dos últimos proyectos, Rancho Los Amigos y La Otra Opción son los más notables en cuanto a la conservación de la naturaleza, ya que en cada uno se han destinado más que 50 hectáreas como área de recuperación de la selva. Con respecto a los proyectos comunitarios, el primero que se fundó y hasta ahora uno de los más exitosos es Selva del Marinero, en la pequeña comunidad de López Mateos, en el municipio Catemaco. En esta comunidad se logró involucrar a miembros de casi todas las familias locales en el proyecto ecoturístico. Las personas de López Mateos han trabajado constantemente desde hace 19 años en su proyecto y han creado una gran área de conservación comunitaria. Otros proyectos que tienen una larga historia de conservación y ecoturismo son El Apompal, en Miguel Hidalgo, y Ecoturismo Arqueológico Las Margaritas. Los dos proyectos conforman la Red de Ecoturismo Comunitario de Los Tuxtlas (RECT). Un proyecto más reciente que, a pesar de las dificultades, en los años pasados ha logrado posicionarse como experiencia de ecoturismo exitoso es Anolis, en la comunidad Benito Juárez. Otras empresas comunita-
rias en el municipio Catemaco son Cascadas Encantadas, también en Benito Juárez, y Ecoturismo Los Manglares, de Sontecomapan. Aparte, existe el proyecto de ecoturismo comunitario Los Clarines, en la localidad Ruiz Cortines, en el municipio San Andrés Tuxtla. En las comunidades del sur de Los Tuxtlas existen diferentes proyectos de ecoturismo indígena que fueron iniciados por la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), como Jem Taaxi, en Soteapan; Jomxuk, en Huazuntlán, y Ceytaks, en Santa Rosa Loma Larga, municipio Hueyapan de Ocampo. Estos lugares están afuera de los límites de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, pero también son rodeados por un bello paisaje natural. Otros centros de ecoturismo indígena en la costa de la Reserva de los Tuxtlas están relacionados con los proyectos comunitarios de conservación de las tortugas marinas que llegan a anidar a las playas, como el centro Tortuga Carey en la comunidad Peña Hermosa, municipio de Pajapan, y el centro ecoturístico Los Arrecifes, en el municipio Mecayapan. Todos los lugares mencionados cuentan con los servicios básicos de hospedaje, comida y recorridos guiados en la naturaleza. El hospedaje en la mayoría de los casos son cabañas rústicas, pero también existen ofertas más de lujo. En el caso del proyecto Anolis uno puede quedarse a dormir en la casa de personas de la comunidad y así experimentar como es la vida cotidiana de la gente que vive en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas. En algunos lugares también existe la opción de acampar. Aparte de los recorridos básicos, en la mayoría de los lugares se ofrecen servicios adicionales, por ejemplo la visita de cuevas, paseos en caballo, recorridos en lancha, renta de kayaks y bicicletas, pesca deportiva, alberca, temazcal y masajes. Finalmente, cabe mencionar que dentro de la región existen pequeños operadores turísticos que se dedican a actividades de aventura, como el esnórquel, el buceo, el rappel, el cañonismo y los paseos en bicicleta de montaña. En el caso de empresas como la Tribu Wounaan y Aventux, algunos de los integrantes forman al mismo tiempo parte de iniciativas de la sociedad civil que trabajan voluntariamente o con pocos recursos en la conservación de la naturaleza y el desarrollo sustentable. El turismo de aventura, de esta manera, les ayuda a poder seguir con este trabajo importante. Aparte, ellos cooperan con los proyectos de ecoturismo comunitario y llevan visitantes a los lugares ecoturísticos, por lo que se puede contar a estos operadores también como parte del ecoturismo en Los Tuxtlas.
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LA GASTRONOMÍA, UN APORTE BIODIVERSO AL SABOR Carlos Manuel Rodríguez Mouriño Director de la Reserva Ecológica Nanciyaga
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a cocina es lugar de encuentro antropológico y social y Los Tuxtlas no es la excepción. Es en los ingredientes, en las recetas utilizadas y en los propios platillos que ofrecemos en muchas ocasiones a nuestros parientes, amigos y a quienes nos visitan, donde se manifiestan los orígenes, los sincretismos, las mezclas y la inventiva que las abuelas han heredado a las generaciones nuevas. En un lugar como Catemaco, donde hemos gozado siempre de vasta vegetación, con valles de tierras fértiles y el gusto por comer bien, los sabores de nuestros alimentos provienen de ingredientes extraídos o colectados a la manera de nuestros antepasados.
La biodiversidad de Los Tuxtlas nos pone a disposición vegetales, frutos y hasta carnes que desde tiempos ancestrales fueron incluidos en la dieta de esta región. Hay alimentos icónicos, como la carne de chango, que no proviene precisamente de un mono –que por cierto es una especie en peligro de extinción, por el avance de actividades antropogénicas que prefieren destruir que conservar–; esta carne es de cerdo, y se ahúma y se marina con especias. Este platillo es muy común en todos los restaurantes de Catemaco Hay otros platillos, con especies de pescados y productos de la Laguna de Catemaco que nos dan sustento y nos identifican o diferencian a nivel mundial, como es el topote, un pequeño pescado que se fríe en
crudo o ahumado y se acompaña comúnmente con rodajas de jitomate, cebolla y chile. Otro es el tegogolo o ategogolo, que es un caracol de agua dulce muy codiciado y ahora escaso en la Laguna. Este marisco se prepara de múltiples maneras, siendo la más común en pico de gallo. La incorporación de los animales y las plantas en la cocina de Los Tuxtlas no queda ahí; también están las mojarras en los guisos tradicionales, como es: al chile limón, al calador o al tachogoby. En esta última presentación, la mojarra es asada a la leña a la manera tradicional y se le baña con una salsa a base de un tomatillo silvestre que le da un toque agridulce; es un platillo único y tradicional de todas las cocinas en Catemaco.
Hay más. Es el caso del chonegui, una enredadera cuyas hojas se utilizan, así como el acuyo, particularmente para hacer frijoles con granos de maíz y bolitas de masa. Existen tubérculos como son la malanga, la yuca y el camote, que se incorporan a guisos o simplemente se colocan como entradas, hervidos o fritos. También está la semilla de una palma espinosa de nombre común Chocho –aunque es difícil de conseguir, por la explotación que se ha dado–. Simplemente se hierve y se puede comer así. Es un manjar único y diferente. No podemos dejar atrás frutos de árboles como el abasbabi, o el ojochi, pequeño fruto que tostado tiene un sabor parecido al cacao y del cual se sabe contiene una gran riqueza nutricional. Del chagalapoly, una uva silvestre, se hacen bebidas frescas, curadas y hasta fermentadas. Y las inventivas de nuestros paisanos han desarrollado, aparte de bebidas, mermeladas que son incorporadas en diversos platillos, así como utilizadas en repostería. Existen especies de animales como las tortugas, los armadillos, los venados, ceretes, cocodrilos, e inclusive aves, que están incorporadas a la dieta de los pobladores de Los Tuxtlas. Pero debido a que muchas de ellas están en peligro de
extinción y que nunca se han desarrollado ecotecnias que puedan garantizar una demanda alimenticia, han ido desapareciendo de los recetarios culinarios de la región.
La biodiversidad de Los Tuxtlas nos pone a disposición vegetales, frutos y hasta carnes que desde tiempos ancestrales fueron incluidos en la dieta de esta región. Hay alimentos icónicos, como la carne de chango, que no proviene precisamente de un mono Venir y degustar una comida donde se incorporan ingredientes y formas de preparación únicas es una oportunidad para que nuestro paladar se deleite con sabores que en ningún otro lado del país e inclusive del mundo tienen. La gastronomía de Los Tuxtlas es vasta y diversa, tanto que estas líneas son insuficientes para describirla, y lo mismo ocurre con su rica vegetación. Es recomendable entonces salir de la rutina y darse a una aventura culinaria por Catemaco y los Tuxtlas.
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LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD, UN CAMBIO IRREVERSIBLE: JOSÉ SARUKHÁN Martha Elena García y Guillermo Bermúdez Periodistas especializados en alimentación y medio ambiente calmil.comunicacion@gmail.com,
FOTO: Martha Elena García
gbermudezoom@gmail.com
E
n México ni la sociedad ni el gobierno parecen estar haciendo lo suficiente para frenar los estragos a los ecosistemas y al medio ambiente. Mientras algunos consideran que lo primero es el control de las emisiones, otros estiman prioritario proteger la biodiversidad. De acuerdo con el doctor José Sarukhán, “comemos, vestimos y estamos parados en biodiversidad”, y concuerda con nosotros en que nos la estamos comiendo demasiado rápido. De ahí que las repercusiones de la perturbación en los sistemas ecológicos “generan una situación que es mucho más peligrosa y difícil de resolver, que lo que tenemos por el cambio climático”. El coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) distingue la relevancia entre ambos: mientras “el cambio climático es importante porque afecta condiciones de vida, la pérdida de diversidad biológica afecta el balance vital del planeta”. Si perdemos los ecosistemas creados por el hombre, donde se maneja la biodiversidad que comemos, la humanidad sufrirá las consecuencias: “Tenemos que ver cómo mantenerla, porque si no podemos producir comida, pues no iremos muy lejos. Creo que hay que empujar estas ideas para que la gente las entienda y reconozca la importancia de trabajar en favor de resolver estos problemas”. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son interdependientes en varios escenarios. Mientras aquél perjudica la capacidad para producir alimentos, el menoscabo de ésta también repercute en el cambio climático: “Será muy difícil resolver cualquiera de los dos de modo aislado, pues debe hacerse de forma conjunta y mediante acciones simultáneas en cuestiones de protección de la biodiversidad, deforestación cero y un uso más inteligente, sensato, planeado, científicamente fundamentado de la producción de alimentos, ya sean cárnicos, agrícolas o del mar. Y al mismo tiempo, la reducción de las emisiones de gases de efecto inverna-
dero, que son el motor del cambio climático”. No obstante, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destaca que “en la pérdida de biodiversidad hay cambios irreversibles, como la extinción de una especie; no tanto en lo del cambio climático, donde pueden reducirse las emisiones. No traer de regreso ecosistemas naturales”. Para el primer académico mexicano doctorado en ecología, estamos alterando a tal grado la naturaleza que ponemos en peligro la sustentabilidad de la vida. En un escenario extremo, “esto no quiere decir –acota– que nuestra especie podrá ponerse la medalla sospechosamente honrosa de haber extinguido la vida. La naturaleza va a seguir con o sin nosotros. La cuestión es pensar si nuestra especie en unos 30 o 50 años va a tener individuos que vivan de manera digna, humana y adecuada o en un infierno”. Sobre la economía verde, el doctor Sarukhán sostiene: “Es un término muy laxo porque todo mundo salta a la carreta de esto con ideas muy diferentes. Entiendo por economía verde una producción económica que sea lo más amigable con la naturaleza y que no la afecte demasiado. Puede ir desde la generación de energía, hasta los productos que se pueden generar. La forma en cómo se producen los alimentos, las fibras y las cosas que usamos, hechos y manejados de manera que la huella ecológica de su producción sea cero o muy pequeña”. Alude a que con los bonos de carbono se hizo demasiado ruido, pero poco se ha avanzado: “Se tomaba como un permiso de seguir haciendo las mismas cosas y tratar de reponerlo en otra parte. No creo que esa sea la actitud con la que se debe cambiar el comportamiento hacia el ambiente. Hay que buscar otras formas, tanto o más atractivas e incluso lucrativas, que los bussiness as usual de ahora, que emplean la mayor cantidad de recursos, sin reciclar nada, como si fueran infinitos”. Acerca de la tendencia a ver las innovaciones tecnológicas como la salida a la pérdida de biodiversidad y al cambio climático, el recientemente distinguido con el Premio Tyler por Logro Ambiental 2017 explica que buena parte de lo que concibe como economía verde depende de tecnologías como coches híbridos, focos ahorradores, motores de bajo consumo… Cosa
muy distinta son los desarrollos “que han estado ahí simplemente porque los productores han querido sacarle hasta a última gota a su inversión y no quieren arriesgarse a invertir en nuevas cosas”. La innovación tecnológica “que sea útil no nos debe asustar, pero pensar que con enormes reflectores solares o pintando de blanco los techos o haciendo cambios enormes del pH del mar se resolverán las consecuencias dañinas de lo que ha pasado, es en buena parte ciencia ficción e interés de los industriales por desarrollar estas cosas. Hay que ir con mucho tiento y midiendo sus repercusiones porque pueden resultar errores fatales”. No hay duda de que para el bienestar se requiere energía, pero ¿cómo lograr que la gente tenga un acceso adecuado a ella?, se pregunta y contesta José Sarukhán: los contrastes en el uso de energía per cápita son fenomenales entre África o América Latina –donde muchos carecen de elementos mínimos de bienestar– y países cuyo derroche de energía impacta el clima y el ambiente, con repercusiones a miles de kilómetros de distancia y sin las condiciones para que eso se revierta. El científico se manifiesta a favor de“un cambio muy grande de comportamiento en todo el mundo, incluso en los que viven con niveles muy bajos de consumo de recursos y energía, no para que tengan menos, sino para que su mejoría no sea con base en criterios de aprovechar en exceso esos recursos, sino de tener una ruta de cambio moderada, más sensata y racional de la que las personas que viven con grandes excesos tuvieron en su momento”. –Eso implicaría otro modelo económico, doctor. –Un cambio de modelo económico es primero un cambio de comportamiento humano. Depende de alguien que produce las cosas, pero fundamentalmente de quien las compra. Si los consumidores que están claros de esta problemática, sus consecuencias y poseen estímulos para decir no, de inmediato los productores empiezan a cambiar”. –Para lograrlo, el Estado tiene que dictar las políticas públicas, ¿cierto? –El Estado debe estimular, en primer lugar, la educación de los consumidores, aunque ahí tenemos
una gran complicación, porque si el consumo se reduce y no hay una reacción de las empresas, se pierden los empleos y entonces se produce un problema social y económico. Estamos metidos en una situación que tiene salida, pero ésta sólo es posible con la participación de todos: gobernados inteligentes, quiere decir informados de las consecuencias de sus actos, motivados a cambiar y también impulsados a exigir cambios en el gobierno. Asimismo, un gobierno y un sector privado que empiecen a responder a esto. Si no va a ser muy difícil el cambio. El precursor de la Conabio ve con escepticismo las Conferencias de las Partes (COP’s) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC)porque se logran pocos compromisos internacionales y nada de lo que se aprueba es obligatorio. Los avances reales resultan del compromiso de cada país en su propio entorno y son producto de la conjunción entre la comunidad académica, la sociedad y a veces un gobierno que dice, bueno sale, vamos a hacerlo, como ocurrió hace 25 años con esta Comisión. El doctor Sarukhán menciona algunos de los esfuerzos que han contribuido a mejorar las posiciones para impulsar transformaciones positivas en nuestro país, aunque admite que su trabajo es restringido y son insuficientes porque se requieren recursos económicos y voluntad para hacer más. “Lo que pasa es que la cuestión ambiental tiene más un lugar en el discurso que en el presupuesto. Esto debe cambiar”. Reconocido con el premio Campeones de la Tierra 2016, de la Organización de las Naciones Unidas, Sarukhán Kermez celebra que una sugerencia del gobierno mexicano haya cristalizado en un acuerdo nacional: “Se trata de horizontalizar el tema de la biodiversidad, como un ingrediente crucial en la toma de decisiones de las políticas públicas. Por primera vez los secretarios de Agricultura y de Medio ambiente firmaron un acuerdo que compromete a la Sagarpa [Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación] a no ampliar la frontera agrícola en zonas de alta biodiversidad y a tener el visto bueno de la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales]. Esto nunca había ocurrido. Estamos trabajando en instrumentar esto con criterios precisos para su identificación, a fin de aprobar
o no, casi instantáneamente, las peticiones de áreas de cultivo. Se pretende transformar una buena idea en una buena realidad, que se puede mejorar con el tiempo”. Respecto a la iniciativa de la Ley General de Biodiversidad, encuentra cosas interesantes en la propuesta del Senado, mas le parece absurdo que una ley de tal trascendencia para el bienestar de la gente se haga sin la consulta de quienes pueden dar opiniones, a lo mejor diferentes, pero adecuadas, informadas, fundamentadas. “Creo que es saludable un periodo de participación, ojalá sea intenso”. Admite que el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y. Participación Justa y Equitativa en los Beneficios es muy complicado y hay intereses económicos gigantescos de la agroindustria, la farmacéutica y varias otras, que se oponen a la regulación y la protección de la gente que construyó ese conocimiento. Cuando hay de por medio alicientes económicos es muy difícil que no ocurra lo que pasó con el barbasco, que le pagaron unos cuantos dólares a la gente, pero cuando molécula se sintetizó, ya no se necesitó la planta. No podemos meter en el mismo saco de las patentes ni a todas las medicinas ni a todos los alimentos. Hay alimentos básicos en muchos países que han sido desarrollados por su gente, y no es correcto que sean capturados y presentados en otra forma, haciendo todo lo posible por desplazar el trabajo que hicieron aquellas personas. México es un país particularmente vulnerable a estas cosas. Es centro de origen de varios cultivos fundamentales, y todavía ahora existe la gente que los hizo. “Para mí, el mayor elemento de la seguridad alimentaria es la soberanía alimentaria. Lo que me preocupa es que protejamos ese patrimonio cultural y biológico que se ha creado con el trabajo de esta gente porque es esencial para la seguridad y la soberanía alimentarias”. Por último, Sarukhán enfatiza: “No hemos valorado que los sistemas ecológicos nos dan bienestar. Apenas estamos entendiendo que el agua viene de los bosques, que mantenerlos es absolutamente crucial para la seguridad nacional y que tienen propietarios en nuestro país, por lo que debemos hacer algo para protegerlos. Como éste, hay docenas de ejemplos. Ese veinte todavía no cae en la mente de mucha gente y de muchos tomadores de decisiones”.
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CAPITAL NATURAL DE MÉXICO: PARTICIPACIÓN SOCIAL, TRANSPARENCIA, ENFOQUE TRANSVERSAL EN PRO DE LA BIODIVERSIDAD
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i bien México representa sólo uno por ciento de la superficie del planeta Tierra, alberga alrededor de diez por ciento de la biodiversidad mundial y es uno de los cinco con mayor diversidad de especies. Sin embargo, “es innegable que durante más de medio siglo nuestro capital natural ha sido severamente deteriorado en extensas regiones, por lo que se requiere incrementar y mejorar las estrategias para su manejo sostenible”, señala la obra Capital Natural de México, en su volumen IV, hecho público en marzo de 2017 y el cual está dedicado a las “Capacidades humanas e institucionales”. Hace unos diez años, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) inició, con la colaboración de un amplio grupo de especialistas, la edición de esta obra, dedicada a evaluar el capital natural de México. Se publicaron tres volúmenes “en los que se consideró el enfoque de evaluación científica para analizar los temas más relevantes relacionados con el conocimiento de la biodiversidad, su estado de conservación y las políticas públicas para su uso, valoración y recuperación”, menciona el Volumen IV para describir sus antecedentes. El Volumen IV, que fue presentado el 21 de marzo de 2017 (Día Internacional de los Bosques) por José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Conabio, dice en su introducción que el contenido del libro ofrece una oportunidad de reflexión y de diálogo entre diversos sectores, dadas las crecientes presiones del cambio climático, y resalta la necesidad de promover la transversalidad para integrar la biodiversidad en las políticas públicas para el bienestar social. “Nuestro país ha logrado establecer un marco normativo y varias dependencias clave en el ámbito federal y estatal, que pueden ser rectoras en la gestión de nuestros recursos naturales y guía para crear capacidades en municipios e incorporar los saberes locales en un contexto que incremente activamente la participación de las comunidades; no obstante, es necesario dedicar mayores recursos al sector ambiental para conservar su riqueza biológica. Ahora tenemos la oportunidad de valorar el capital natural en nuestra vida diaria y para el desarrollo futuro, y en ese sentido, debemos buscar, canalizar e incrementar los recursos financieros dedicados a su conservación”, dice y señala que en especial se requiere fortalecer las áreas protegidas y los programas de uso sustentable fuera de ellas.
dedicado a la conservación de la biodiversidad y desarrollar alternativas para reorientar la economía, así como promover la transparencia y sistematización de información por parte de quienes reciben fondos y manejan inversiones para el manejo sustentable del capital natural.
“En particular se deberá destacar la importancia de hacer partícipe a las comunidades que dependen directamente de los servicios ecosistémicos, y promover la reconversión y la restauración de los ecosistemas, como la mejor medida de adaptación ante el cambio climático global”. El Volumen IV establece 27 puntos claves de los lineamientos establecidos en el libro, donde sobresale la necesidad de la gestión local (estatal y municipal) y de contar con mayores recursos presupuestarios y de otras fuentes a favor del cuidado de la biodiversidad, además de transparentar esos recursos. Asimismo, se valora la participación social y comunitaria, y se resalta la importancia de integrar el tema en las decisiones macroeconómicas. De estos puntos, podemos destacar los siguientes: • La dimensión de sustentabilidad se debe incorporar en las decisiones macroeconómicas y presupuestales para internalizar los impactos negativos que tienen las actividades productivas sobre los ecosistemas, desde la perspectiva de los servicios ambientales, la recuperación de los recursos naturales y la sustitución de los no renovables, en especial los combustibles fósiles. • Los estados y municipios tienen un papel fundamental en el uso del territorio, por lo que su participación en la conservación del patrimonio biológico de México es esencial; es necesario fortalecer en particular a los municipios, en sus marcos normativos y capacidades para lograr incorporar en sus planes y acciones la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad. • Las estrategias estatales de biodiversidad son fundamentales como mecanismo de integración de la academia, la sociedad y los gobiernos locales, para valorar la protección de la naturaleza por la sociedad y en la planificación para la implementación de políticas públicas, ya que se basan en evaluaciones sobre el conocimiento y conservación de la biodiversidad, los procesos que la amenazan y las oportunidades para su uso sustentable en cada una de las entidades. Dichas estrategias son resultado de amplios procesos participativos para establecer objetivos, metas y acciones, así como analizar los recursos
necesarios y conformar una agenda para el desarrollo de capacidades que se requieren para mejorar la gestión de su biodiversidad. • Las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones sociales han tenido un papel relevante en canalizar el interés colectivo por un ambiente saludable y un desarrollo viable en el largo plazo. • Las organizaciones sociales han apoyado el desarrollo de las comunidades locales, en particular de pueblos y comunidades indígenas, para su desarrollo social, por medio de la elaboración de esquemas de conservación comunitaria y el manejo sostenible de bosques, agrobiodiversidad y otros sistemas productivos. • El marco jurídico en materia ambiental ha tenido avances notables en el país. Sin embargo, aún es necesario homologar y sistematizar conceptos y contenidos en el sistema jurídico que contribuyan a incrementar la sincronía entre los tres órdenes de gobierno y las legislaciones ambientales y sectoriales. • México ha creado capacidades para compilar, integrar y generar información sobre su capital natural, así como herramientas e innovaciones en el análisis y salida de la información, que son útiles para la toma de decisiones, el diseño de políticas públicas, la gestión de la biodiversidad y la difusión del conocimiento sobre nuestra riqueza biológica, por lo que hay que mantener esas capacidades e incrementarlas. • Es imperativo encauzar e incrementar el financiamiento
• La cooperación internacional ha producido beneficios en el desarrollo del marco normativo, y en políticas y programas para la conservación y el manejo sustentable de la biodiversidad, además de promover la realización de estudios y evaluaciones científicas que han impulsado el desarrollo de capacidades humanas y de elementos indispensables para la gestión del capital natural, como la participación ciudadana y la rendición de cuentas, entre otros aspectos. Es necesario incrementar las capacidades institucionales para garantizar el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por México. • Las áreas naturales protegidas requieren programas y planes de manejo efectivos y de largo plazo, que consideren las condiciones particulares de cada área e incluyan acciones prioritarias para mantener y recuperar su biodiversidad y los servicios ambientales que brindan, ante factores de amenaza como la degradación de hábitats y el cambio de uso de suelo, la sobreexplotación de especies, las invasiones biológicas, la contaminación y el cambio climático. • Las áreas protegidas de jurisdicción estatal o municipal y las privadas contribuyen de manera importante a incrementar la superficie protegida y tienen el potencial de promover un enfoque de sustentabilidad con una amplia participación local; en este sentido destacan las áreas destinadas voluntariamente a la conservación. Deben buscarse mecanismos para estimular nuevas áreas de este tipo y asegurar la protección de las ya existentes. • Es necesario promover la conservación, restauración y el uso sustentable fuera de las áreas protegidas para mantener la conectividad ecológica, la biodiversidad y sus procesos funcionales. Existen instrumentos promovidos por el sector ambiental e iniciativas sociales que ayudan
a compaginar políticas de distintos sectores. Destacan experiencias como el Corredor Biológico Mesoamericano-México, el manejo forestal sustentable, el pago por servicios ambientales y el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre, que han contribuido a la conservación in situ y al bienestar social en diferente medida y en distintas regiones; no obstante, se requiere contar con mecanismos adecuados para su evaluación. • Se cuenta con diferentes modalidades de ordenamiento ecológico del territorio, que abarcan desde el ámbito nacional hasta los ordenamientos comunitarios locales; sin embargo, hay limitantes y retos para su ejecución y cumplimiento, entre ellos, armonizar los planes de desarrollo en los distintos órdenes de gobierno y crear espacios para la participación social con el fin de guiar las decisiones de la gestión en el ámbito local. • Para fortalecer las capacidades de propietarios, usufructuarios y encargados del manejo y la conservación de los recursos naturales en los sectores público y privado es imperativo mejorar la comunicación entre la ciencia, la gestión pública y la sociedad, así como incrementar la inversión para generar conocimiento estratégico sobre el capital natural del país. • Se deben multiplicar los casos exitosos que demuestran cómo el conocimiento es necesario para brindar opciones de manejo sostenible de los recursos naturales ante los retos del cambio global; también es imperativo aprender lecciones sobre decisiones de la gestión que han ocasionado graves daños ambientales por no haber considerado los conocimientos generados. • Se debe promover el interés de instancias gubernamentales de los tres órdenes de gobierno en ampliar con visión de largo plazo y continuidad la capacitación y la oferta de empleos en áreas dedicadas al estudio, manejo, conservación y restauración del capital natural. • Para lograr el desarrollo sustentable de México se requieren políticas públicas que consideren criterios ecológicos y que sean adoptadas por todos los sectores, con la participación proactiva de la sociedad; es decir, lograr la integración de los temas relacionados con la biodiversidad para el bienestar social (LER).
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ENTREVISTA A CARLOS GAY: DILEMAS DE LA ECONOMÍA VERDE EN EL CAMBIO CLIMÁTICO Guillermo Bermúdez Periodista especializado en alimentación y medio ambiente gbermudezoom@gmail.com
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a llamada economía verde es un concepto camaleónico. Se tiñe de variados colores según los tiempos y circunstancias. Aunque verde de origen, hoy esta tendencia económica “es como tener la mosca detrás de la oreja y darle vuelta a la solución fundamental del problema”. Y eso es darle largas a las soluciones de fondo a los problemas ambientales: “Las Metas de Desarrollo Sustentable se deberían lograr a corto plazo, en dos generaciones; plantearlo en cuatro es hacernos patos”. Pocos dudan que “estamos exigiéndole a la naturaleza más de lo que puede dar, de que no debemos ni podemos seguir caminando así porque nos estamos acabando los recursos naturales. Tenemos que hacer algo diferente y cuidarlos. El problema es cómo hacerlo, cómo resolver los problemas”. En medio de libros y documentos apilados sobre su escritorio del pequeño paraíso que es su oficina, el doctor Carlos Gay, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que la economía verde es un paliativo dentro del sistema económico tradicional para estimular una producción más limpia, quizá en la dirección que tendríamos que ir. Pero atacar las causas estructurales de todo eso “representa hacer cambios fundamentales en cómo organizamos el planeta”. El también investigador del Instituto de Geofísica recuerda que ya desde la Convención Marco de Cambio Climático (1992) se
propuso estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera creando un mecanismo de mercado para disminuir las emisiones, mediante instrumentos que permitieran comercializar y bursatilizar las emisiones de dióxido de carbono (CO2). “Éste es el origen de los bonos de carbono, que se inventaron para sustraer de la atmósfera una tonelada de carbono mediante un mercado para comerciar con eso y así abatir las emisiones”. Como ex director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, coordinador de la delegación mexicana en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que recibió el Premio Nobel de la Paz 2007 junto con Al Gore, explica que como a algunos les ha resultado más fácil cumplir sus compromisos de reducción de emisiones que a otros, aquéllos pueden reducirlas más allá de lo que se comprometieron y ese excedente se lo venden a quien no pudo cumplir con su cuota de reducción. Similares soluciones surgieron luego en materia del uso de recursos naturales y los procesos productivos, cuando algunos se plantearon: “Voy a reducir mi impacto sobre la naturaleza, a contaminar menos por mis descargas de agua o por las emisiones de mis chimeneas, a reducir el consumo de materias primas cambiando los procesos. Produzco cosas que denomino verdes. Eso me permitirá compensar lo que invierta e incluso pasarme de rosca; entonces me vuelvo verde”.
Para Gay es claro que en esto “la motivación es seguir ganando dinero en otro nicho de mercado donde se puedan hacer negocios. Además, uno puede hacerse verde y ser una especie de burbuja verde en un medio social muy deprimido, sin darle un beneficio real, y presumir con campañas de publicidad”. Conservar la naturaleza implica un problema ético, pues deberíamos hacerlo sin más estímulo que el imperativo moral de hacer bien las cosas. “Pero históricamente – sostiene Gay– para la mayoría la motivación es seguir creciendo, hacer dinero, encontrar nuevos nichos de mercado”. Aun así, enfatiza, “no hay que demonizar estas tendencias porque a fin de cuentas repercuten positivamente en lo que pretenderíamos hacer”.
La charla había comenzado cuando el doctor Gay se refirió a la encíclica papal dedicada a la defensa de la naturaleza, de la que el hombre ha abusado sin percatarse de que es parte de ella. En este contexto, dijo Gay, el mundo actual se maneja con las premisas de la economía normal: comprar, vender, ganar, consumir, crecer…Y los problemas que genera pretenden resolverse con esas mismas premisas. “El Papa dice que hay que salir de eso y ver la naturaleza como aquello que nos da lo que necesitamos para vivir, donde cada quien use lo que necesita para tener una vida plena”. Le preguntamos qué otras opciones hay para resolverlos desde una perspectiva diferente, en términos de modelos económicos que no le apuesten sólo al consumo, producción y crecimiento.
Admite, sin embargo, que son una contribución menor y no atacan en conjunto este multifacético y complejo problema. Si alguien produce plumas a partir de maíz, ejemplifica, no quiere decir que la producción de maíz se haga sustentablemente. Simplemente fabrica plumas verdes en vez de usar plástico. Vale la pena también generar un ciclo cero para sustituir combustibles fósiles “si produzco biocombustibles, los quemo en la industria o el transporte y capturo sus emisiones con mi plantación de maíz para producir ese biocombustible. Pero el maíz está conectado con el terreno, con la gente, la comida, la economía…”
Luego de mencionar que el Club de Roma propuso en 1972 un modelo para un planeta finito y que fijaba límites al crecimiento, “lo que se salía de las posiciones de los economistas clásicos y cuyo argumento siendo válido”, Gay agregó:
Se debe analizar “qué hay detrás de estos negocios verdes, cómo repercuten en su entorno y en el planeta en su totalidad, no de modo aislado”.
La economía verde alarga la vida del planeta, concede, pero “tendríamos que encontrar un sistema distinto en que se premien otras
“Creo que la visión de los economistas no ha cambiado desde el siglo XVII hasta nuestros días. Cuando se inventaron el libre mercado, el crecimiento y la competencia, el planeta parecía muy grande. Las condiciones son muy diferentes ahora, pero seguimos abriendo nuevos mercados a la competencia, aunque ya sabemos que el planeta es finito”.
cosas de manera diferente”. Donde “no se puedan apropiar de la naturaleza unas cuantas compañías”, donde las grandes corporaciones no puedan patentar un gen… aunque “ya se han apropiado del petróleo y del agua en muchos sitos”. Para Gay, “la humanidad tendría que concentrarse en tratar de satisfacer los derechos humanos básicos: salud, techo, comida y educación para todos los habitantes del mundo”. Están las Metas del Desarrollo Sustentable, 17 temas que “suenan muy bien, pero que tendrían que estar al centro de los planes de desarrollo del planeta, y no sólo en un discurso. Y esto supone un paradigma diferente del que tenemos ahora”. Sintetiza: “El eje tendría que ser el bienestar de la humanidad y su supervivencia a muy largo plazo, vivir 150 millones de años, como los dinosaurios, y apenas llevamos 5 millones de años como especie. Y a la velocidad que vamos podríamos acabarnos el planeta mucho antes”. Si ésa fuera nuestra meta, tendríamos que “asegurarnos de que consumimos a una velocidad que aseguremos la supervivencia de las generaciones que vienen”. La cuestión es que el cambio climático exacerba todos los problemas relacionados con la diversidad biológica y cultural. “Sin él podríamos ocuparnos de cómo estamos acabando el planeta, pero el cambio climático acelera todo: si vamos a agotar el suelo fértil, lo haremos antes con el cambio climático”, y lo mismo con el agua, la comida, la energía, la pobreza.... “No exageramos: el CO2 nos presiona para hacer las cosas más rápido”.
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LENGUA PURA Y PURA LENGUA Elisa Ramírez Castañeda
A
pesar de su fama y grandeza, la literatura en lenguas indígenas –visible sobre todo en celebraciones y homenajes a la lengua, la raza y la resistencia–, es algo relativamente reciente como fenómeno cultural.
Se trata de un género específico: diverso, profuso, alentador; se recrea y prospera como planta bien regada, bien injertada, arraigada en la tierra misma. Pero sus frutos viajan ahora fuera del terruño: se exportan a festivales internacionales y se traducen para demostrar la apertura y diversidad de nuestra literatura. Tras las letras se escucha aún la voz de la tradición oral indígena, pero ahora llega más lejos: por radio, internet, grabaciones, cuando se escribe y publica. En la década de los 80’s, se publicaron los primeros libros de texto gratuito en lenguas y sus variantes, hechos por maestros o promotores indígenas con lingüistas, pedagogos e ilustradores de la Secretaría de Educación y de la recién creada Dirección de Educación Indígena. Actualmente, la educación en lenguas indias –con todas sus modalidades y reformas– agoniza. Pero un buen número de hablantes se ha apropiado de la escritura no para mejor incorporarse al poder, sino para mejor interpelarlo, y también escriben en español, para entenderse con quienes hablan otra lengua: las lenguas son ahora arma y puente. Paradójicamente, la oralidad es resguardada por la escritura; surge como nueva memoria, como ejercicio para recuperar los espacios robados a las lenguas y a la tradición oral –cambiada por abalorios de consumismo y educación. Lejos del pueblo, pero cerca de la lengua, los escritores actuales son anfibios de dos lenguas, y utilizan con astucia las políticas culturales y los recovecos demagógicos. Además, hay talento, eficacia y una temática específicamente indígena: terminarán por hacernos ver a todos viejos problemas con nuevas palabras: darán nuevas herramientas a las tradiciones ancestrales. Y hay una problemática joven y actual que usa las viejas palabras para exponer nuevos problemas. La primera generación de escritores indígenas –profesores casi todos ellos– fundó revistas, asociaciones, agrupaciones que coinciden con el fermento de los 70’s. Algunos apoyan las declaraciones y los movimientos internacionales a favor de los derechos de los pueblos nativos y las luchas por los derechos específicamente indígenas; otros, simplemente aprovechan la corriente de conciencia étnica para ejercer una ciudadanía cívicamente correcta en sus respecti-
vas lenguas. Sus escritos incluyen casi siempre una defensa de la lengua, la propia historia, la visión de la comunidad, el paisaje y el sufrimiento: son voceros de las cuitas o logros de sus pueblos ante el otro. La lengua se convierte, entonces, en trinchera y territorio. Víctor de la Cruz emprendió la recopilación y clasificación de la poesía oral existente en su lengua, el zapoteco de Juchitán, que promueve desde la Casa de la Cultura de Juchitán y la revista Guchachi’ reza. Todos los escritores que hoy escriben en esta variante –son decenas– deben a don Andrés Henestrosa y al doctor De la Cruz la sistematización y el renombre de la dulzura del zapoteco, con todos sus aciertos y mitología; a esto se añade la aceptación y difusión de sus propuestas de reivindicación étnica y de la lengua en un municipio autónomo ejemplar. Por su parte, los nahuas –sobre todo de Veracruz– deben a Natalio Hernández y a la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas –su revista, que duró varias décadas, tuvo distintos nombres– el florecimiento de la poesía en lengua náhuatl, más clásica y pausada. Ellos y autores en otras lenguas estuvieron cercanamente vinculados a la educación y han sido los artífices del reconocimiento oficial de las literaturas y de las lenguas indígenas. En Yucatán, la labor como recopilador y tallerista de Carlos Montemayor dio lugar a la publicación de literatura oral y abrió paso a un notable contingente de escritores en lengua maya. Del lado no indígena, aumenta el interés fuera de las esferas académicas. La revista México Indígena, que tras varias peripecias y cambios es ahora Ojarasca, lleva cuatro décadas de difundir las luchas indígenas y a sus escritores: la manera de hacer crónica y de denunciar las injusticias ha hecho escuela, misma que se ha trasladado a la prensa de izquierda y a la reflexión política que surgió, como potente manantial, a raíz del movimiento zapatista. Porque ya después del zapatismo nada fue igual. Todos los escritores tuvieron que tomar partido. Se volvieron a plantear –al menos– la educación, la escritura, la difusión, las radios, los derechos culturales de los indígenas quienes, paulatina pero firmemente, dejaron de lado a los antropólogos, cronistas, lingüistas y mediadores y continuaron su propio camino, si acaso con acompañantes. La escritura en lenguas toma el carácter contestatario; ya no es escondite ni refugio, ahora es beligerante y toma por asalto del ámbito de las letras, sobre todo de la poesía.
También fue necesaria una respuesta oficial ante el levantamiento, y la vertiente “cultural” resultaba más abordable que la lucha política: la compensación por la inequidad de siglos o el enfrentamiento militar: el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), el entones Instituto Nacional Indigenista (antecesor de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, CDI), Universidades multiculturales, apoyos a la cultura como espectáculo, incentivos a las letras indígenas desde distintas dependencias echaron mano de cuantos artistas, escritores y personalidades indias pudieron para ofrecer su apoyo. México se declaró constitucionalmente un país multicultural: resulta por tanto que en muchas ocasiones estos gestos obligan al presupuesto a ejercerse como si el país de veras fuera plural; de ninguna manera se aplica lo que corresponde a los indígenas –el diez por ciento de la población–, aunque a veces el gobierno se ve obligado a cumplir, como en el caso de las bibliotecas multiculturales, que deben incluir forzosamente libros en lenguas, o en el de los becarios en lenguas indígenas –se decide y desdecide si son escritores a secas o si lo son sólo en lenguas, o con quién compiten cuando solicitan apoyos oficiales. Y es que la cultura y la escritura han crecido desde el poder. No amenazan ni cuestionan de una manera peligrosa: que griten, que publiquen, que escriban, que lean, que hagan sus huipiles y torneen sus jarritos, que creen sus Academias y que resuelvan entre ellos sus conflictos de linderos, alfabetos y variantes. Creyeron cooptar a los intelectuales indígenas y sus voces con premios, becas, fomentos y apoyos específicamente diseñados para ensalzar y acallar con efímera abundancia el despojo ancestral. Las comunidades de base cristianas también se han dado a la tarea de promover la escritura: en Chiapas, donde ya había una tradición bastante difundida de escribir para antropólogos, la radio y diversos programas catequistas, a partir de 1994 proliferaron los escritos en lenguas chiapanecas. Los escritores y recopiladores del estado se cuentan entre los más favorecidos por el aparato cultural regional, las editoriales independientes más resistentes y algunos de los más originales creadores. Pero no todo es hermosa poesía ni gallarda denuncia. Ningún privilegio ha sido concedido a los indígena por un gobierno orgulloso de la diversidad, o consciente de la inequidad: toda reivindicación, material o cultural ha costado sangre, lágrimas, tinta y golpes contra
el exacerbado racismo oficial. Y la lucha abarca también a los congéneres: los pioneros han abierto brecha a los colados; los que se alzaron en armas ganaron becas también para el que ahora aparta la vista hacia la madre tierra o la atinada metáfora. Los maestros indígenas fueron inicialmente respetados por las comunidades, pronto resultaron iguales al resto del magisterio: individuos con plaza fija y sindicato conocido. Sin embargo, de las filas del magisterio indígena surgieron los nuevos caciques, los nuevos líderes y varios comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Lo mismo sucede con los escritores de la siguiente generación, en su mayoría profesionistas. El prestigio que tienen hoy en día los poetas o escritores entre quienes hablan y escuchan sus poemas, cuentos o ensayos, es notable; nunca sucede lo mismo con los escritores o poetas en español. Recientemente acompañamos a Hubert Malina a la Montaña de Guerrero. Fuimos recibidos en la entrada a Zilacayota con música y flores, se nos honró como si fuéramos diputados en funciones –que nunca serán recibidos así por estos lares–, se nos agasajó, hospedó y alimentó: nunca habíamos asistido a semejante presentación de un libro de poesía. Los poetas no solamente son artífices de bellos versos; también denuncian, encarnan, representan a su comunidad y su lengua. Celebrar la lengua mè’phàà –antes conocida como tlapaneco– se convirtió un acto político, aunque se trate de una fecha oficialmente instaurada por las Naciones Unidas y ajena a la comunidad.
En lenguas nativas se denuncia la trata de los niños que rayan amapola; o se habla de un padre desaparecido, de las muchachas de Chamula que inhalan cocaína y se pintan los labios, de quienes ejercen la prostitución en la periferias urbanas, de aquellos que van al Norte, de un país lleno de ánimas de quienes mueren antes de su hora y no han sido sepultados. Ya no estamos ante el indio bucólico que se convirtió en centinela de su amada, sino ante el volcán que humea y un país acosado por tantísima alma en pena en espera de cruces o de ofrendas. También hay novela, crónica, testimonio, guiones, canto y plegaria, rap y canciones, poesía y más poesía. Por eso, las presentaciones, los festivales, las editoriales y los actos públicos son una toma de posición, inmediata, y hasta el más taimado se sube a este tren bien encarrilado. Pero no se crea, ni por un momento, que se controla o se subsume –como un mero género que se luce y que enarbolan personas con bellos atuendos–. Aunque por ahora los lectores son ellos mismos y un círculo más o menos estrecho a su alrededor, este impulso ya no puede detenerse: se les va a salir de la mano a los promotores, se ejercerá la autonomía a pesar de los pesares. Ellos mismos son testigos, traductores o detractores, voceros y ejecutores, usuarios y promotores, críticos y comparsa. Nosotros, con orgullo y con paciencia, aunque no entendamos ni jota de lo que recitan o alegan en sus lenguas, nos limitamos a escuchar, a disfrutar, a leer o a reseñar sus traducciones.
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LA COMUNIDAD MASEUAL EN LA TOSEPAN Y LA REVITALIZACIÓN DE LAS LENGUAS ORIGINARIAS; EL PROYECTO DE LA MASEUALPEDIA Aldegundo González Álvarez Responsable del Kaltaixpetaniloyan, Unión de CooperativasTosepan
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oñar, dibujar los sueños y trabajar en forma colectiva para alcanzarlos ha sido una herramienta que han empleado las y los cooperativistas de la Sierra Nororiental del estado de Puebla. La Tosepan nació en 1977 constituyendo la primera experiencia cooperativa. Actualmente está conformada como Unión de Cooperativas Tosepan (con la agrupación de ocho cooperativas diversas y tres asociaciones civiles). En sus inicios, integraba básicamente a maseualmej (nahuats). Hoy en día agrupa a 35 mil familias y 86 por ciento pertenecen a los pueblos maseual y tutunaku. Cuando la Tosepan cumplió sus primeras dos décadas de vida, se soñó de manera colectiva con diferentes líneas de acción para llegar a los 40 años. Uno de estos sueños fue la construcción del Kaltaixpetaniloyan (La Casa donde se abre el espirítu), derivado de las necesidades de formación planteadas como inquietudes en las asambleas comunitarias y regionales en 1997 y 1998. De esta forma, se establecieron siete líneas de formación para el quehacer del centro. Una es la identidad étnico-cultural, que como temas a desarrollar plantea el estudio de la historia y los derechos de los pueblos originarios, los valores étnicos y culturales, el fortalecimiento del conocimiento tradicional y la revitalización y el estudio de la lengua maseual. La representación del Universo de acción asemeja la construcción del penacho de la Danza de los Quetzales, porque desde 1997 se han trazado líneas gruesas que han permitido que en los 20 años recientes se entretejan nuevos sueños. En el 2006, por ejemplo, se inició el proyecto educativo Tosepan Kalnemachtiloyan (La escuela de todos). En este modelo educativo, además de alcanzar los estándares que exige la Secretaría de Educación Pública (SEP), y conocer otros modos de vida y diferentes manifestaciones culturales, se incorpora como eje central, desde el preescolar, el cultivar el amor al campo, así como la identidad maseual; para ello hay que construir materiales propios acordes a la región y sobre todo en la lengua local. En este aspecto, el equipo de maestros y maestras se ha dado a la tarea de elaborar alrededor de 700 páginas de materiales en lengua maseual para los primeros años de formación, y esta labor continúa porque hay que seguir trabajando para los siguientes niveles.
Maseualpedia para compartir la sabiduría ancestral a las nuevas generaciones. De igual forma, desde 2007 se cuenta con un equipo de trabajo que realiza la labor de documentar diferentes aspectos de la cultura maseual desde la lengua propia. Este equipo es asesorado por el doctor Jonathan D. Amith. En una suma de esfuerzos con la asociación vasca Garabide (www.garabide.eus), a finales de 2015 se culminó con la creación de un diccionario digital con ocho mil 245 entradas, el cual se encuentra en periodo de validación y emplea términos y acepciones propios de la variante regional de la lengua maseual (nahuat). Asimismo, en el presente año se inició el proyecto de la Maseualpedia, con la finalidad de ofrecer un espacio de consulta para las nuevas generaciones. Este reto constituye una alternativa para acercar la palabra de las y los mayores a los estudiantes desde la forma en que se concibe el maseualtamachilis (conocimiento maseual). Por ejemplo, en lo que respecta a la flora, se tiene la taxonomía maseual que el Taller de Tradición Oral junto con Pierre Beucage han documentado. Y el doctor Víctor Toledo editó el libro El Kuojtakiloyan: patrimonio biocultural de los nahuats de la Sierra Norte de Puebla. En esos trabajos se muestra la forma de clasificar el patrimonio biocultural desde la cosmovisión maseual. De esta forma, la Maseualpedia constituye un reto para acercar la riqueza que heredó el pueblo maseual a las nuevas generaciones. Por tanto, este proyecto representa una línea
de trabajo desde los valores de la cultura local y que cimentan hoy los sueños en el territorio.
UNIVERSO DE ACCIÓN DEL KALTAIXPETANILOYAN
A sus 40 años de vida organizada, la Unión de Cooperativas Tosepan aglutina a una población mayoritariamente maseual. La sede regional de la organización se encuentra en Cuetzalan del Progreso, en donde se van piloteando las diferentes propuestas desde el centro de formación Kaltaixpetaniloyan. En el último semestre del 2016 se realizó un ejercicio colectivo para soñar los próximos 40 años de la Tosepan.
Para construir el penacho de la Danza de los Kuesaltinij (Quetzales) se arma el cono que servirá de base. Estas bases sostienen el corazón, para este fin se utiliza la raíz de chikikis (Cecropia obtusifolia) sobre ésta se van insertando cada una de las varetas de bambú que dan forma al penacho. Sobre las varetas se entretejen las primeras líneas de colores en forma de semicírculo, se remata este primer tejido con plumas blancas. Se deja un espacio vacío para volver a abrir con las plumas y se alinean de nuevo los colores que emanan del corazón (del centro) pero esta vez en posición vertical, como rayos de colores que dan señal de que el penacho se puede seguir tejiendo…
En el primer documento que se elaboró se puede leer: “Somos maseualmej y nos sentimos orgullosos de serlo. Por eso hablamos nuestra lengua nahuat a la que comúnmente reconocemos como maseualtajtol. A través de ella podemos hacer que florezca nuestra manera de sentir y pensar, que van de acuerdo a nuestra forma de vida. Entendemos el español, pero nos gusta más hablar en maseualkopa, porque con esta lengua aprendimos a ver la vida desde el momento en que por primera vez vimos la luz del día. Creemos en nuestra manera de ser maseual que está llena de riquezas, que no son económicas, pero sí de muchos valores naturales y humanos. Con lo anterior podemos notar la preocupación de una organización maseual que a sus 40 años de vida sigue repensando diferentes caminos para revitalizar la lengua y las raíces que sostendrán el tronco de Yeknemilis (vida buena), en donde la lengua está muy presente.
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LA LENGUA TAMBIÉN ES TERRITORIO: EXPERIENCIAS DE RECUPERACIÓN DE ESPACIOS MAYAS EN YUCATÁN Yazmín Yadira Novelo Montejo
Ante este panorama, la resistencia del pueblo maya ocurre sobre todo en el terreno jurídico; las batallas legales se van librando con acompañamiento de organizaciones civiles y grupos organizados pro derechos humanos. Esta es parte de la lucha, pero existe otra, una que va caminando sin cascabeles; silenciosa y desapercibida, la lucha en el terreno simbólico toma como eje principal de batalla a la lengua y la recuperación de los espacios que ha venido perdiendo de forma paralela a las pérdidas físicas. Igual de peligrosa que el despojo de tierras, la pérdida de una lengua equivale a vivir como desplazado en un universo simbólico ajeno; en el caso del maya yucateco, desde 1940 se contempla una disminución en la proporción de hablantes, de 73.9 por ciento de la población total de la entidad yucateca, a un 29.6 por ciento en los censos 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Las consecuencias de esta pérdida de la lengua maya pueden retratarse en investigaciones académicas; así, tanto Miguel Güemez (2010) como Deira Jiménez (2008), antropólogo y psicóloga, respectivamente, han demostrado cómo el desconocimiento del marco cultural lingüístico afecta económica y psicológicamente al pueblo maya, el cual, al enfrentarse a un contexto ajeno a sus sistemas de salud, e incomprendido por las (dis) capa-
Es por ello que los movimientos de revitalización lingüística en Yucatán cobran importancia, a pesar de estar ubicados en terrenos simbólicos; de esta manera, el trabajo por fortalecer la lengua maya tiene un impacto concreto en la reversión de ambientes hostiles y conflictivos en el entorno social. Estas líneas buscan compartir las aventuras y desventuras de esos trabajos, cuyas formas de organización y actuación se caracterizan por salirse de la figura del indígena permitido, es decir, aquel caricaturizado en museos y discursos políticos. Una lengua existe en la acción de sus hablantes, por lo tanto la lengua es lo que son y hacen sus hablantes; en este sentido el maya es una lengua que está rejuveneciéndose pues muchos de los proyectos de revitalización lingüística están liderados por jóvenes hablantes de maya quienes en algunos casos han recuperado su lengua, al re-aprenderla: “Yo no hablaba maya pero ahora estoy aprendiéndola para poder cantarla y seguir haciendo mi música”, explica Yalen K’uj, joven cantante de Akil, Yucatán, quien es parte del colectivo ADN Maya, un grupo de chicos que organizan conciertos en lengua maya. Al igual que él, muchos jóvenes han despertado a la necesidad de hablar maya, y con su ejemplo van generando un efecto dominó que toca a quienes están a su alrededor, despertando la necesidad de aprender maya. Sáasil Sánchez, editora de La Jornada Maya, apenas cuenta con 26 años, y además de ser la responsable de la sección en maya K’ints’il de dicho medio, es escritora en su lengua y ha publicado en revistas y libros coordinados de literatura. En el ámbito de la literatura, es importante destacar que Yucatán es el primero en ofrecer institucionalmente una formación para escritores en lengua maya, quizá este sea uno de los ingredientes para tener en su haber dos premios Nezahualcóyotl de literatura en lenguas nacionales. Jóvenes traduciendo Firefox al maya, creando aplicaciones para el aprendizaje de la lengua, haciendo teatro, cantando y haciendo radio. Estos son algunos de los ejemplos de cómo la lengua mantiene la misma edad que quienes la usan; por ello la lengua maya es tanto milenaria como actual.
La edad también se refleja en la renovación celular de sus palabras, y es así que en todas las experiencias anteriormente nombradas ha surgido la necesidad de crear nuevos vocablos y conceptos. Aunque aún es una tarea pendiente de unificar, existen en la red esfuerzos para crear neologismos que vayan adecuando a la lengua a los tiempos y usos actuales. Uno es el blog administrado por Nelsy Rubi Cituk Poot, quien nos propone formas para decir palabras del ámbito tecnológico, como formatear, impresora, fibra óptica; todos estos términos tienen una propuesta vigente, posible de encontrar en la siguiente liga: http://neologismosmayayucateco.blogspot. mx/2016/03/neologismos-validados-listos-para-su-uso.html La tecnología es un camino y un instrumento. Algo en común para los proyectos de revitalización lingüística es su potenciación a partir de las nuevas tecnologías; un ejemplo del uso se da en el campo de la música. Existen alrededor de 30 jóvenes cantantes que hacen uso de la lengua originaria de Yucatán; la mayor parte de ellos no cuenta con los recursos económicos para competir en una industria musical masificada, pero van solventando sus carencias con el uso de software libre, páginas de creación de loops (melodías repetitivas que sirven para hacer canciones), grabación en celulares, etcétera. Además de ello, la difusión de sus canciones y trabajo se hace por medio de redes sociales, como Facebook, Twitter e Instagram, y de medios móviles como el WhatsApp, es así que, lejos de mirar la tecnología como una intrusa cultural, se ve como una herramienta capaz de servir a estas dinámicas de fortalecimiento lingüístico y cultural.
FOTO: Radio Yúuyum
En Yucatán, por ejemplo, recientemente la comisaria ejidal del municipio de Chochola fue destituida ilegalmente por iniciativa de la Procuraduría Agraria para favorecer a una empresa cementera de la localidad. Y podemos mencionar las luchas de Chablekal, Xoy, los Chenes en Campeche, etcétera, que demuestran cómo para el turismo resulta importante demostrar la vigencia cultural maya, mientras que para otros fines la propiedad histórica de la tierra maya no se reconoce.
cidades comunicacionales de médicos y funcionarios, ve mermada su salud y economía.
Ts'o'ok u káajak xkúumalo'ob, bejla'e' chen tu juunal Yazmín Novelo
La existencia de nacientes medios de comunicación también advierte la falta de atención de medios tradicionales como la radio o la televisión por señal tradicional, ante ello, el streaming se presenta como opción no sólo de transmisión sino también de reconstrucción del tejido maya; por ejemplo Radio Yúuyum (que transmite los lunes de 6:00 a 10:30 PM por la liga: www.yuuyum.org o desde dispositivos móviles: http://bit.ly/ yuuyum) reúne semanalmente a la comunidad maya de California con sus lugares de origen, y así se une Richmond con Peto y Seattle con Oxcutzcab, y llegan los saludos de Comitán, Chiapas, a Mérida, etcétera. La literatura, por su parte, ha incursionado en el ámbito de los podcast, en la grabación de audios
de poemas, cuentos y obras de teatro; asimismo, se hace cómplice de la radio para regresar la oralidad a los escritos de libros y revistas que se han hecho en esa lengua. Seguramente existen varios proyectos que escapan a esta memoria, sin embargo están dentro del paisaje de esperanza que se busca compartir con otros pueblos originarios, que son parte de esta resistencia en la reconstrucción del territorio, no sólo el físico, también el del óol (alma, espíritu), porque nuestras luchas tienen que ser en todos los sentidos en los que estamos siendo amenazados, desde el territorio físico hasta el simbólico. Como dijera un líder Nasa “La desterritorialización se da en dos formas, cuando sacan a la gente del territorio y cuando sacan al territorio de la gente”.
FOTO: Educación y Cultura AZ
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l sureste mexicano, que comprende Tabasco, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo y Campeche, es promovido por la Secretaría de Turismo (Sectur) con la marca Mundo Maya. Así, toda esta zona se identifica como territorio propio de un grupo originario y se presume la historia milenaria de los pueblos asentados aquí. Paradójicamente, es este el tiempo en el que los despojos ejidales se han acrecentado con la complicidad de gobiernos y empresas.
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LOS DISTRITOS ELECTORALES INDÍGENAS: UNA PROPUESTA DE REPRESENTACIONES COMUNALES Parastoo Anita Mesri Hashemi-Dilmaghani
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esde hace aproximadamente 20 años existen “distritos indígenas” en diversas regiones del país. Sin embargo, en estos distritos casi ninguno de las y los diputados son integrantes de comunidades indígenas, sino que llegan a través del sistema de
partidos políticos a llenar éstos espacios. Además, la conformación misma de los distritos llamados “indígenas” nunca se ha realizado con base en un estudio serio de la territorialidad de los pueblos; por ejemplo, uno o más distritos Wixárrika (Huicholes) necesariamente tendrían que conformarse según la
realidad del territorio ancestral de ésta nación, que se encuentra hoy día dividido entre diversos estados. Más importante aún, el doctor Jorge Alberto González Galván del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM) y los mismos pueblos originarios han señalado que el problema principal es que a través del sistema de partidos políticos, no se puede contemplar una representación real y efectiva. Es así que el intelectual Zapoteco serrano Jaime Martínez Luna, comunero de Guelatao de Juárez, se ha referido a la necesidad de una representación comunal de los pueblos, es decir, que los distritos indígenas sean conformados a través de un proceso serio de redistritación, y que sean las asambleas generales de las comunidades quienes decidan quién va a ser su representante. Es en éste contexto en el que, en el estado de Tlaxcala, se debería entender el debate iniciado desde el diálogo en San Andrés Larráinzar entre el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno federal sobre el respeto efectivo de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y la construcción de una nueva relación, de tú a tú, entre los pueblos originarios de éste país y los gobiernos estatales y federal. Lo anterior implica necesariamente una manera de que sean representados en los congresos locales y federal, aplicando
procedimientos comunitarios para designar a sus representantes. Lo anterior implica una mirada crítica a los planteamientos realizados fuera de las estructuras comunitarias, como es el que presenta el señor Hipólito Arriaga Pote, quien se ostenta como “gobernador indígena nacional”, dado que éste personaje si acaso podría legítimamente ser autoridad de la comunidad de donde es originario, si fuera a demostrar que fue nombrado en la asamblea general, o en el mejor de los casos podría llegar a demostrar, haber recibido tal nombramiento en una asamblea a la que hayan asistido personas de todas las comunidades que conforman el pueblo al que dice pertenecer, en éste caso, el pueblo Otomí. Esta persona pretende, a través de visitas personales realizadas a distintos puntos del país, designar “gobernadores indígenas estatales”. En el caso de Tlaxcala, tal designación (Arturo Ramos Arano) fue realmente dudosa dado que no se basó en la decisión de las asambleas generales de las comunidades Nahuas y Otomíes del estado. Lo mismo puede decirse sobre las cinco personas que se presentaron en el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (y no en las asambleas de sus comunidades) exigiendo su registro en las elecciones pasadas como “candidatos indígenas” (sus nombres pueden conocerse en el expediente del asunto que fue resuelto en el Tribunal Electoral de Tlaxcala, en el expediente TET-JDC-084/2016 Y ACUMULADOS). Lo que implican las leyes internacionales y nacionales vigentes sobre los derechos colectivos de los pueblos indígenas es que existan dos distritos electorales indígenas,
Tianguis orgánico Bosque de Agua. Dispensario del Valle (Nicolás San Juan 616, Col. Del Valle, CDMX). Todos los domingos de 9:30 a 15:00 horas. Informes: tianguisorganicodf@gmail.com / www.bosquedeagua. org.mx / Facebook: tianguisorganicodf / Twiiter e Instagram: bosquedeagua / (55) 34-33-76-66. Evento: Diplomado Teórico Práctico. Construyendo sociedad y universidad comprometidas con el Buen Vivir. Movimientos sociales, democracia participativa, territorio y hábitat. Inicia 22 de abril de 2017. Todos los sábados de 10 a 15 horas. UACM, plantel San Lorenzo Tezonco. Aula B 101. Ciudad de México. Informes: diplouniversidadsociedad@ gmail.com / 55154919 – 55159627 / FB: Diplomado Movimientos sociales y Buen vivir.
como mínimo, en Tlaxcala y que los representantes de los mismos sean nombrados por decisión de las asambleas de todas las comunidades que los integran. Es decir, dichas personas deben haberse presentado con actas de asamblea en la mano para poder ostentarse como “candidatos indígenas,” para así, comprobar el aval de sus comunidades de origen por lo menos, si no de todas las que conforman el distrito electoral respectivo (aunque dicho sea de paso, aún no existen “distritos electorales indígenas en el estado). Este proceso cumpliría con lo que dicen los tratados internacionales, la constitución federal y la estatal sobre el respeto a las instituciones políticas, jurídicas y sociales propias de los pueblos indígenas. Por lo contrario, se estaría violando el derecho a la libre determinación y autonomía y a la aplicación de los sistemas normativos propios de los pueblos originarios, y daría pie a un gran fracaso frente a una demanda seria y legítima de los pueblos. Sería el anuncio de otra estrategia fallida para eliminar los efectos de una larga historia colonial y neocolonial.
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MADE IN OAXACA Paola Ávila
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entro un país diverso, donde la reivindicación de cultura originaria ha obedecido a muy variados intereses –ser una herramienta de cohesión en algunos pueblos ante el despojo territorial, ser una reivindicación con fines políticos de instituciones, e incluso estrategia de venta–,existen distintas relaciones entre las producciones culturales y el contexto social, económico, lingüístico, biológico y todo lo que conlleva un territorio. En los años recientes, en mi aproximación con artistas jóvenes en los valles centrales de Oaxaca he observado una estrecha relación, mezcla de ruptura y reconocimiento, con la cultura originaria. Un ejemplo es la claridad en el concepto de la producción del colectivo Tlacolulocos. Saben que su nombre no es el común de un crew grafitero o ni de un colectivo de artistas visuales; lo eligieron con la conciencia de que Tlacolula, su lugar de origen, es el espacio
donde permanecerán, donde está su estudio y donde se ancla el sentido de su trabajo. Sin embargo no hablan de un Tlacolula folclórico y colorido, ya que nacidos en él, conocen la entraña del pueblo. Y tienen una mirada profunda de los fenómenos que existen en su pueblo y en el estado: -“Lo cultural ahora ya se mezcló, en mi obra hablo mucho de eso […] como los fenómenos extranjeros y más que nada en Oaxaca, que tiene un chingo de contacto tanto por el turismo como por gente que trabaja en los Estados Unidos, esos fenómenos culturales se van mezclando […] por eso es el pedo de ‘El sur nunca muere” […]’ la gente del istmo cree mucho en la muerte [… y con] el rollo pandillero, yo lo mezclé en ese sentido” (Canul. 2013). Su producción se centra en pintura, murales y video. Predominan el blanco y negro como respuesta a la imagen que han impuesto a los pueblos como sitios
turísticos, donde se ven coloridos e impecables hasta los mercados.
Tlacolula y la realidad de Tlacolula se ve muy evidente” (Cosi. 2013).
-“[…] los dos videos que he hechos sí salen cosas feas, o sea, salen los bares, las putas, salen los borrachitos que se quedan en la calle, los polis vendiendo […] sí se contrasta bastante la visión turística que tiene
Una de las fiestas emblemáticas en México, cooptada por la industria en tiempos recientes, es la del Día de Muertos; los Tlacolulocos la reivindican con un mural en su pueblo, se vuelve parte de la fies-
ta pero con una reelaboración de la muerte más cercana a la Niña Blanca de las pandillas. A la vez que llegan a pintar pan con su amigo Luis de Mitla, cuya familia realiza el tradicional pan adornado para esas fechas. Otro ejemplo muy puntual es la producción de Equis X Rone. Su plástica no es realista pero él dice que la elabora a partir de sus vivencias de niño y en los pueblos en los que ha estado. Cuando le pregunté de qué manera empezó su producción plástica recordó una anécdota: -“como a las seis, siete años […] en una comunidad de la sierra que se llama El Cucharal […] ahí tenían una costumbre que se llama Los tejorones, entonces la tradición era ponerse máscaras, se ponían máscaras pero tú elaborabas tu máscara […] nuestro abuelito nos hacía máscaras de cartón, les inventaba cosas y nos las dejaba así, pues, para que nosotros las interviniéramos” (Equis X Rone. 2013). De esta experiencia y de hallarse en un sitio propicio, un río, creó una instalación artística: -“En el ensamblaje quise hacer mis raíces pero llenas de vida, raíces que estaban muertas pero que ya les di vida […] esa idea nació cuando fui a un río de por allá, ¿no? Vi un carrizo tirado y [..]. Me imaginé muchas cosas, que era un personaje de allá, pues, eran personajes […] ¡ah! ese es un tejorón […] y les puse unas fusiones de pájaros, de animales, pues resultó eso, personajes antropomorfos” (Equis X Rone. 2013). La convivencia social, cultural y con su entorno ha sido la que lleva a los jóvenes oaxaqueños a crear; por eso la obra está provista de sentido, en contraste con otros productores que hacen obra sólo por negocio, como enfatizaron algunos entrevistados, aclarando que su interés es distinto.