18 de marzo de 2017 • Número 114 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada
TEMA DEL MES
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LOS TERRITORIOS BIOCULTURALES SEGÚN IGNACIO RAMÍREZ*
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n el número 111 de este suplemento hablé de Ignacio Ramírez y hoy me referiré de nuevo a él con motivo la diversidad biocultural, tema del que El Nigromante se ocupó hace 170 años.
Suplemento informativo de La Jornada 18 de marzo de 2017 • Número 114 • Año X
COMITÉ EDITORIAL Armando Bartra Coordinador Lourdes E. Rudiño Subcoordinadora Enrique Pérez S. Hernán García Crespo CONSEJO EDITORIAL Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavallotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Yolanda Massieu Trigo, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuellar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal. Publicidad lajornadadelcampo@gmail.com Diseño Hernán García Crespo
PORTADA: Olga Costa. La vendedora de frutas, 1951.
La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 53556702. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo número 04-2008-121817381700-107.
Caroline Schroeder, de la Fundación Heinrich Böll México; Ercilia Sahores, de Regeneración Internacional, y Francia Gutiérrez, de la Campaña Nacional Sin Maíz no Hay País, coeditaron este número del suplemento por parte de la Caravana de la Diversidad Biocultural.
La Academia de San Juan de Letrán, fundada en 1836 y que se reunía en el Colegio del que tomó su nombre en torno a escritores como Guillermo Prieto y Andrés Quintana Roo, por dos décadas congregó a literatos del más diverso pelaje político y literario, entre ellos el think tank de Benito Juárez, el núcleo impulsor de las Leyes de Reforma. A poco de creada la agrupación, un joven estrafalario se apersona en una de sus sesiones. Así lo cuenta Guillermo Prieto en un texto que reproduzco ligeramente abreviado. Una tarde de Academia, después de oscurecer, percibimos al reflejo verdoso de la bujía que nos alumbraba, en el hueco de una puerta, un bulto inmóvil y silencioso que parecía como que esperaba una voz para penetrar en nuestro recinto. Lo vio el señor Quintana y dijo: ¡adelante! Entonces [...] vimos acercarse un personaje envuelto en un copón o barragán desgarrado, con un bosque de cabellos erizos por remate [...] Representaba el aparecido 18 o 20 años. Su tez era oscura, pero con el oscuro de la sombra; sus ojos negros parecían envueltos en una luz amarilla tristísima; parpadeaba seguido y de un modo nervioso; nariz afilada; boca sarcástica [...] el vestido era un prodigio de abandono y descuido; abundaba en rasgones y chirlos, en huelgas y descarríos [...] –¿Qué mandaba usted? –Deseo leer una composición para que
ustedes decidan si puedo pertenecer a esta Academia. En el auditorio reinaba un silencio profundo. Ramírez sacó del bolsillo del costado, un puño de papeles de todos tamaños y colores; algunos impresos por un lado, otros en tiras como recortes de moldes de vestido, y avisos de toros o de teatro. Arregló esa baraja y leyó con tono seguro e insolente el título que decía: “No hay Dios”. El estallido inesperado de una bomba, la aparición de un monstruo, el derrumbe estrepitoso del techo no hubiera producido mayor conmoción. Se levantó un clamor rabioso que se disolvió en altercados y disputas. Ramírez veía todo aquello con despreciativa inmovilidad. El señor Iturralde dijo: –Yo no puedo permitir que aquí se lea eso; es un establecimiento de educación. –Pues yo no presido donde hay mordaza, dijo Quintana, levantándose de su asiento [...] –Triste reunión de literatos, exclamó Guevara, la que se convierte en reunión de aduaneros que declaran contrabando el pensamiento [...] –Que hable Ramírez [...] Y Ramírez habló. Habló de “astronomía, matemáticas, zoología, el jeroglífico y la letra, el dios […] Todo sin esfuerzo y empleando el decir fluido de Herodoto o la risa franca y picaresca de Rabelais [...]”. Era
el suyo un desbordado y retador discurso unas veces oral y otras escrito, que se prolongaría hasta el día de su muerte y con el que se anticipó a las ideas de su tiempo sacando de quicio a los espíritus pacatos. De sus subversivos planteos, me interesa destacar aquí la re territorialización biocultural que propone para la República Mexicana en el Congreso Constituyente de 1856-1857, de la que hablé por primera vez en el Suplemento antes mencionado. Citaba yo ahí una de las intervenciones del legislador. “¿Qué males nos provienen [...] de que las poblaciones sigan distribuidas del modo en que las encontró el Plan de Ayutla?” Muchos –dice– son los problemas que nos ocasiona “negar la necesidad de una nueva combinación local” que tome en cuenta tanto “las exigencias de la naturaleza” como los “intereses de los pueblos”. Es decir un reordenamiento del territorio nacional sobre bases ecológicas y etnográficas. “Ya tome yo por base los hombres, ya los territorios que habitan [...] descubro que un nueva división territorial es una necesidad imperiosa”. Y el congresista empieza con la dimensión natural. “Los elementos físicos de nuestro suelo se encuentran de tal suerte distribuidos que ellos solos convidan a dividir a la nación en grandes secciones con rasgos característicos muy marcados [...] una nueva división tirada por la naturaleza. Desde las inmediaciones del Istmo hasta la frontera con Estados Unidos, tres fajas, una templada y dos calientes, nos aconsejan el establecimiento de tres series diversas de combinaciones territoriales [...] Sobre las costas del Golfo de México descubro un vasto terreno regado por caudalosos ríos y dilatadas lagunas: la abundancia de agua navegable acerca y confunde sus poblaciones”. Y se pregunta “¿Dónde naturaleza formó un solo pueblo nosotros formaremos fracciones de otros cinco? ¿Por qué conservar a Chihuahua y Durango poblaciones separadas por un peligroso desierto y una sierra intransitable? ¿Y por qué no se establece en el antiguo Anáhuac el Estado de los Valles?”. Las propuestas concretas de Ramírez pueden ser técnicamente discutibles, pero no la idea de una división territorial por cuencas, como ahora se estila. Pero donde se muestra más visionario es en el planteo de una regionalización política del país que reconozca los ámbitos jurisdiccionales de los pueblos originarios. “La división territorial aparece todavía más interesante considerándola con relación a los habitantes de la República”, dice. Y empieza su argumento poniendo en entredicho la idea de que somos un pueblo mestizo. “Entre las muchas ilusiones con que nos alimentamos, una de las no me-
Congreso Constituyente de 1856 y 1857
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3 lógica decolonial. En ésta perspectiva el cuestionamiento de la gran propiedad ya no remite sólo a su impertinencia económica o a la injusticia social que conlleva, sino también a la violencia histórica con que se impuso; un colonialismo que marcó nuestro orden económico, social y político pero también nuestra geografía. Así lo asume Olvera: “Basta comparar lo que hoy tienen los pueblos con lo que tenían, según la tradición, después de la Conquista, para concluir que ha habido en verdad una escandalosa usurpación”.
Ignacio Ramírez
nos funestas es suponer en nuestra patria una población homogénea. Levantemos ese ligero velo de la raza mixta y encontraremos cien naciones que en vano nos esforzaremos hoy por confundirlas en una sola [...] Muchos de estos pueblos conservan las tradiciones de un origen diverso y de una nacionalidad independiente y gloriosa [...] Estas razas conservan aún su nacionalidad protegida por el hogar doméstico y por el idioma [Y de esta manera] conservan la división territorial anterior a la Conquista”. Concluye El Nigromante con una propuesta que, de haberse aprobado, hubiera instaurado en México un orden inédito. “¿Queréis formar una división territorial estable con los elementos que posee la nación? Elevad a los indígenas a la esfera de ciudadanos, dadles una intervención directa en los negocios públicos, pero comenzad dividiéndolos por idiomas. De otro modo no distribuirá vuestra sabiduría sino dos millones de hombres libres y seis de esclavos”. Ramírez no se sacaba las reivindicaciones de la manga. En muchos lugares eran demandas que movilizaban a la población. Así lo reseña el congresista: “Y si nada dice a la comisión lo que llevo expuesto, dirija siquiera sus miradas a la agitación en que se encuentra la República. Cuernavaca y More-
los quieren pertenecer al estado de Guerrero y contra sus votos prevalecen los intereses de un centenar de propietarios feudales. Hace muchos años que el valle de México trabaja por organizarse. La Huasteca ha sufrido un saqueo por haber solicitado su independencia local. Tabasco pide posesión de su territorio presentando títulos legales [...] A todas estas exigencias de los pueblos contestamos: todavía no es tiempo; ¡Ya no es tiempo! nos contestarán los pueblos mañana, si queremos al fin complacer sus deseos para contener los horrores de la anarquía”. El Nigromante no es el único que en el Constituyente critica la gran propiedad agraria y propone entregar tierras a indios y campesinos, lo hacían también Ponciano Arriaga, Castillo Velasco e Isidoro Olvera, entre otros. Pero Ramírez ubica claramente el origen del mal en la impronta que la Conquista y la Colonia le impusieron al territorio mexicano. Y en consecuencia demanda rectificar la injusticia reorganizando espacialmente al país con criterios agroecológicos pero a partir de los ámbitos originarios de sus pueblos. Hoy muchos piden reconocer las jurisdicciones autonómicas de las diferentes etnias, pero Ramírez iba mucho más lejos, pues quería rehacer por completo el mapa político de México desde una
Las regionalizaciones agroecológicas, étnicas o bioculturales hoy usuales son pertinentes y útiles, pero hay que ir más allá, como lo hacía El Nigromante, atendiendo al origen colonial de nuestro mapa político. La división territorial de México viene de la Conquista, cuando por consideraciones geoestratégicas y para fincar en el espacio la dominación, los invasores establecieron Intendencias y Provincias. Y sobre esa base administrativa colonial se crearon las circunscripciones del México independiente, incluyendo algunas nuevas como Aguascalientes, Morelos, Guerrero y Colima que respondían a situaciones coyunturales. Y siendo arbitraria la división política, fue también simulado nuestro federalismo, pues en lugar de que convinieran en él sujetos estatales autónomos deseosos de articularse, fue decretado por el poder central e impuesto desde arriba a las flamantes entidades federativas. El resultado fue una delimitación político espacial que, además de arbitraria, resulta inadecuada desde cualquier punto de vista; una división disfuncional que ha conducido a sucesivos intentos de regionalización complementaria o sustitutiva. Algunos tienen un enfoque económico como los de Ángel Bassols Batalla; otros aplican criterios agroecológicos como los de Efraín Hernández Xolocotzi y los de Francisco Quintanar de principios de los años 60’s, que además de elementos morfológicos, hidrológicos, climáticos y agrícolas añade lo que llama “regiones etnográficas”. Por otra parte, con criterios etnográficos, Aguirre Beltrán delimitó las que llamó “regiones de refugio”, ocupadas por pueblos indios, y recientemente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas definió las regiones que son su materia de trabajo, además de realizar mapeos que ubican prioridades hidrológicas, terrestres,
marítimas, de aves… En la misma línea de no redistribuir espacialmente toda la República, sino identificar únicamente algunas áreas pertinentes desde una cierta atalaya, están los territorios bioculturales en cuyo diseño Eckart Boege combina criterios agroecológicos y etnográficos (que no autonómicos pues la cuestión de los territorios históricos de los pueblos originarios le parece “pantanosa e ideológica”). Lastrada por la imposición colonial y después por el patrimonialismo de los grupos locales de poder que durante el siglo XIX crearon territorios para imperar sobre ellos, a nuestra torpe división política se le han sobrepuesto regionalizaciones que persiguen propósitos diversos y aplican distintos criterios. En años recientes ha cobrado fuerza la delimitación de áreas de importancia ambiental para fines de conservación; también las que atienden al poblamiento indígena buscando sustentar derechos autonómicos. Y por último, combinaciones de ambas, como las que definen territorios bioculturales, donde las poblaciones locales autóctonas aparecen como componentes y actores de la diversidad natural y domesticada, siendo ésta el punto de partida. Propuestas sugerentes que sin embargo no incorporan la totalidad del territorio nacional, quizá porque el ambientalismo y el etnicismo son proclives a las perspectivas localistas. Llama entonces la atención que hace 170 años y en espacios refundacionales como el Congreso Constituyente, Ignacio Ramírez sustentara en criterios étnico históricos y agroecológicos –es decir bioculturales– una propuesta de regionalización política que, rebasando la legitima preocupación por los indios y los ecosistemas, apuntaba hacia un revolucionario proyecto de país. Propuesta alternativa que, además de reivindicar a la naturaleza y a los pueblos autóctonos, incorporaba cuestiones clasistas como el reconocimiento de los derechos del trabajo frente al capital, y enfatizaba temas que apenas hoy cobran visibilidad, como los derechos de las mujeres, los niños y los ancianos. De la propuesta de nueva Constitución, Ramírez reclama airado que “se olvida de los derechos más importantes, se olvida de los derechos sociales de la mujer, no piensa en su emancipación y en darle funciones políticas [… Pero] el caso es que muchas desgraciadas son golpeadas por sus maridos
[y] los tribunales pasan [esos atropellos] como cosas insignificantes [...] La mujer no es esclava, la mujer es persona, la mujer no es cosa, la mujer tiene derechos que [debe] proteger la ley porque es igual al hombre”. Reclama también que en el proyecto “nada se dice de los derechos de los niños” y recuerda que “algunos códigos antiguos duraron por siglos porque protegían a la mujer, al niño, al anciano [...]”. Derechos que quedarán en el papel en tanto no se reforme el sistema socioeconómico. Dice El Nigromante: “Sabios economistas de la Comisión, en vano proclamareis la soberanía del pueblo mientras privéis a cada jornalero de todo el fruto de su trabajo [...] mientras el trabajador consuma sus fondos bajo la forma de salario y ceda sus rentas con todas las utilidades de la empresa al socio capitalista [...] Así es que el grande, el verdadero problema social es emancipar al jornalero del capitalista”. En consecuencia propone lo que hoy llamaríamos un modelo de desarrollo que en nombre de la equidad social limite la codicia del gran dinero. En cuanto al orden político, su punto de partida es la soberanía popular. Pero la verdadera, la que el pueblo “ejerce con acierto derribando a los tiranos y conquistando la libertad [...] No un orden de cosas que proclamándolo soberano, lo declara imbécil e insensato, quitándole hasta la más remota intervención en los negocios [En un orden así] los intereses del pueblo no influirán en las elecciones, serán dirigidos por los cabecillas de partido, por los intrigantes, por los que piden y prometen empleos [...] De ahí viene que vea con indiferencia las elecciones, pues sabe que su voluntad ha de estrellarse ante un mecanismo embrollado y artificial que huye de la influencia del pueblo porque le tiene miedo [...] Que los ciudadanos son electores no sido hasta ahora más que una vana ilusión, que es tiempo ya de realizar; pero para esto no hay que asustarse ante el pueblo [...]”. El Nigromante confiaba en la gente y nunca le temió al pueblo. ¿De cuántos políticos de hoy podríamos decir lo mismo? *Las citas de Ignacio Ramírez vienen de la Crónica del Congreso Extraordinario Constituyente 1856-1857, integrada por Francisco Zarco, la descripción de su arribo a la Academia de Letrán la tomé de Memorias de mis tiempos, de Guillermo Prieto.
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SE HACE CAMINO AL ANDAR: LA CONSTRUCCIÓN DE LA CARAVANA DE LA DIVERSIDAD BIOCULTURAL Hugo Núñez Membrillo Integrante de la Caravana del Maíz
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nte la amenaza latente de la mercantilización de la naturaleza, en los años recientes se ha vuelto imprescindible fortalecer los procesos de lucha y resistencia existentes en nuestro país. Asimismo, se ha vuelto necesaria la constante construcción de nuevas formas de diálogo y organización entre los diferentes sectores de nuestra sociedad. Una muestra de ello ha sido la Caravana de la Diversidad Biocultural, un grupo conformado por académicos, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones rurales, y comunidades indígenas y campesinas.
Aquellos días, más que una dinámica unidireccional, se buscó fomentar un diálogo entre la academia, estudiantes, organizaciones rurales e integrantes de comunidades indígenas y campesinas. Estas actividades permitieron ampliar el abanico de alianzas y fortalecer las relaciones entre los diferentes actores que venían sumándose a la Caravana. Relaciones de confianza, solidaridad y reciprocidad, algo aparentemente menor, pero fundamental para que éste, o cualquier otro esfuerzo organizativo, pueda seguir construyendo en su andar. FOTOS: Dzilám Méndez
Las reuniones que dieron origen a la Caravana comenzaron a principios de 2016, motivadas por los retos y las amenazas que representaba la Décimo Tercera Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Desde entonces se planteó la necesidad de construir un espacio organizativo que respetara la diversidad de quienes se fueran sumando, pues sólo de esa manera se tendría la capacidad de ir tejiendo alianzas y vislumbrando alternativas. El camino recorrido por la Caravana ha sido muy breve, pero los aprendizajes han sido sumamente enriquecedores y valiosos, muchos derivados de las actividades realizadas en 2016. Y es que el camino se construye al andar.
detallando la manera en que dichos acuerdos internacionales, más allá de proteger la diversidad biológica, simplemente abren la puerta a los intereses del capital privado.
Taller Jurídico en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El 5 de mayo del 2016 se realizó en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM el taller “Marco jurídico institucional sobre la biodiversidad y alternativas para la defensa del patrimonio biocultural de los
pueblos”. El objetivo de este taller era entender las posibles brechas jurídicas dentro de los convenios, tratados y protocolos internacionales, pero también comenzar a plantear alternativas que evitaran la privatización de los recursos y conocimientos tradicionales asociados a la biodiversidad.
Dentro de este taller se fue construyendo una serie de planteamientos y posiciones críticas en torno a la visión mercantilista de la naturaleza; además, se fue entretejiendo un discurso con la capacidad de ir aglutinando a los diferentes actores que confluyeron desde aquel momento. “¿Cómo no quedar atrapados en las premisas que queremos rechazar?”, fue una de las preguntas que más reflexiones generó en torno al tipo de acciones a realizar y sobre el camino que se debía de continuar de manera colectiva: academia, organizaciones de la sociedad civil y comunidades. La latente preocupación por no caer en una especie de extensionismo académico y jurídico dejaba en claro el interés por parte de los asistentes de buscar las respuestas fuera de la torre de la academia; resultaba evidente, que si se quería defender la diversidad biológica, era necesario buscar y construir las alternativas conjuntamente con las comunidades de nuestro país. Diálogo en la Universidad Autónoma Chapingo (UACh). El 12 y 13 de octubre del mismo año, en el marco de la Feria Nacional de la Cultura Rural de Chapingo, se realizaron, junto con académicos de la UNAM y de la UACh, algunas actividades como conversatorios y la proyección de documentales. Allí se platicó la importancia de la diversidad biocultural y las implicaciones que tendría la COP 13. Asimismo, se expusieron las ambigüedades existentes dentro de los Protocolos de Nagoya y Cartagena,
Feria de la Diversidad Biocultural y Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural. Hacia fines de noviembre de 2016, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, se realizó la Feria de la Diversidad Biocultural, que inauguró la exposición temporal “¡Cultivamos un mundo diverso!” y fue marco de talleres, obras de teatro, performance y proyección de documentales. Dentro de esta feria, del 30 de noviembre al uno de diciembre, se realizó el Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural, y previamente una serie de conversatorios, a los que acudieron académicos, organizaciones de la sociedad civil y rurales y miembros de comunidades de más de 12 estados de México y de otras regiones del mundo. En los conversatorios, realizados el 29 de noviembre, las comunidades pidieron a la academia que no se quedara sólo en el discurso y se comprometiera realmente con las luchas sociales. Demandaron relaciones más horizontales, pues sólo así se podrían sostener alianzas plurales y duraderas entre el mundo de la academia y las comunidades. Quedó claro entonces que tal vinculación no podía limitarse a un intercambio de información; era necesario que la construcción de planteamientos, planes de acción y formas de organización debiera realizarse de manera conjunta. Todo lo anterior sería trabajado durante los dos días posteriores dentro del Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural. Las múltiples riquezas, en términos de balances, planteamientos y propuestas se podrán valorar en otros textos en este suplemento. Pero vale la pena rescatar aquí la constante idea de seguir construyendo este tipo de relaciones, reconociéndonos como iguales dentro de la diversidad.
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FERIA Y DIÁLOGO PARA CELEBRAR LA DIVERSIDAD BIOCULTURAL Dorian Freani y Catherine Marielle Grupo de Estudios Ambientales
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el 30 de noviembre al uno de diciembre de 2016, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en la Ciudad de México, ocurrió un evento inédito: la primera Feria de la Diversidad Biocultural. Su carácter innovador y su pertinencia radicaron en primer lugar en la muy amplia y diversificada colaboración de personas, comunidades indígenas y campesinas, organizaciones de la sociedad civil y académicos que la co-organizaron, junto con el Museo, y que conforman la Caravana de la Diversidad Biocultural.
Esta Caravana emprendió su recorrido colectivo hace más de un año con el propósito de fortalecer otro modelo y otra visión de la diversidad biológica y cultural, que sea incluyente y que valore y visibilice las prácticas agroecológicas de las comunidades y los pueblos indígenas, la protección de los centros de origen y diversidad, el manejo de la tierra, los conocimientos tradicionales y por ende la riqueza biocultural. En firme oposición a la mercantilización de la naturaleza y despojo de los bienes comunes, la Feria se
En una primera ronda, l@s participantes compartieron, en una frase, sus expectativas sobre este encuentro: “amistad, compartir, intercambiar, redes, acompañamiento, aprender más, establecer una ruta para caminar juntos, defensa del territorio, fortalecimiento, comunicación, seguir tejiendo entre pueblos que están resistiendo”, como reafirmación de la voluntad de construir colectivamente.
celebró en la víspera de las negociaciones intergubernamentales de la Décimo Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) –que tuvo lugar en diciembre de 2016 en Cancún– y nos invita a tejer otro camino junt@s. Otro aspecto novedoso de la Feria residió en que se divulgó no sólo vía los métodos clásicos de información, sino también por medio de las artes, con la mezcla de arte popular y contemporáneo. La celebración de la Diversidad Biocultural entre los bellos muros del patio del Museo, ornado por una ofrenda colorida, fue el escenario de una convergencia entre militancia, academia y expresión artística. Los conversatorios se animaron con la participación de
Interrogantes y análisis detallados de los problemas identificados en las comunidades o regiones: “¿Cómo hacer un frente común para defender la biodiversidad? Necesitamos construir otro tipo de relaciones, más horizontales y más amplias, junto con la academia, para defender la biodiversidad. Las amenazas externas son numerosas – países ricos, empresas extranjeras, gobierno federal, etcétera–, pero todas tienen un punto en común que es nuestro verdadero enemigo: la apropiación privada de los recursos colectivos”. “Así denunciamos los efectos adversos del cambio climático, la tala clandestina e inmoderada de árboles, la disminución de los mantos acuíferos y de recursos y especies animales originarias, la deforestación provocada por la ganadería extensiva y la sobreexplotación de los productos silvestres, la desaparición de cerros y bosques, la pérdida de cultivos y especies nativas, la contaminación ambiental por agrotóxicos y desechos industriales, el aumento de enfermedades y plagas, la introducción de semillas híbridas y transgénicas, el contrabando de semillas y la privatización de los recursos biológicos y conocimiento tradicional particularmente a través de las patentes”.
académic@s especialistas en “Patrimonio biocultural de nuestro país”, “Amenazas y experiencias sobre diversidad biocultural” y “La economía verde por dentro: promesas y trampas”. Las artes se expresaron con la exposición “¡Cultivamos un mundo diverso!”, que evidencia los ocho centros de origen y diversidad de las principales plantas alimenticias del mundo, junto con sus peculiaridades culturales; una ofrenda resplandeciente; el ritual de danza In Cuicatl InXochitl; la obra de teatro Ofrenda 4; el performance Tiempo sin rostro, y un concierto de son y zapateado a modo de cierre. El Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural constituyó el núcleo y la razón de ser del evento. El compromiso colectivo logró reunir a un centenar de compañer@s de pueblos originarios y comunidades campesinas, procedentes de los estados de Sonora, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Chiapas, así como de Guatemala, Ecuador, Perú, Chile y Estados Unidos. La meta anunciada al abrirse el Diálogo fue: “coincidir en una posición nacional, un pronunciamiento, para dar a conocer esa palabra en el espacio de Cancún y, más allá de eso, definir las siguientes etapas de lucha de nuestro frente común”. Para ello, se destacaron tres momentos claves en la dinámica, marcados por preguntas generadoras: • Reflexionar en torno a la importancia de la biodiversidad: ¿Cuáles son los elementos fundamentales de la biodiversidad en la comunidad o región y por qué? • Identificar las amenazas: ¿Qué problemas o riesgos hay para la biodiversidad en tus comunidades y regiones? • Definir estrategias: ¿Qué estrategias y alternativas consideran se deben impulsar para fortalecer y defender el patrimonio
biocultural de las comunidades y regiones? Los grupos de reflexión compartieron sucesivamente el fruto de su trabajo frente a la atenta audiencia. Podemos apreciar la riqueza de los análisis y la amplitud de las problemáticas señaladas en el Pronunciamiento del Diálogo Indígena y Campesino. Las propuestas y compromisos definidos, de gran pertinencia, fueron agrupados en cinco grandes ejes: “Fortalecimiento de la identidad, Consolidación de la organización y la autonomía, En lo político, Para el manejo comunitario de los territorios y Para compartir la información”, con una decena de acciones concretas cada uno.
Dos de las múltiples definiciones de biodiversidad de l@s participantes resaltaron: 1.- “Palabra que nos sirve para recordar que somos de muchos colores, sabores y saberes diferentes”. 2.- “Resiliencia”.
La riqueza producida en esa jornada dio lugar al Pronunciamiento que se revisó y aprobó en plenaria al otro día, y se presentó en una conferencia de prensa. Este encuentro marcó una gran etapa en el recorrido de la Caravana, fue un éxito, con gran satisfacción para tod@s, público incluido… ¡el Museo registró una afluencia récord en años! El mensaje político, con respaldo de la academia, trascendido por la estética del arte y de la artesanía, dio luz a un contenido rico y diverso, mucho más real y palpable, vivo y vívido, que el público supo apreciar. Esta experiencia abrió nuevas etapas en la lucha contra la hegemonía ideológica neoliberal y sus efectos nefastos y servirá de motor para enfrentar los retos pendientes. ¡Seguiremos defendiendo nuestro patrimonio biocultural!
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LA PRIMERA FERIA DE LA DIVERSIDAD BIOCULTURAL LLEGÓ AL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS DEL MUNDO Luis Felipe Crespo, Jorge Luis Berdeja y Karla Jaqueline Peniche MNCM
FOTOS: Jorge Luis Berdeja
donde se presenta la riqueza de variedades que se venden en los mercados de los centros de origen, así como de los paisajes que en ellos los pueblos han conformado.
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l Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), bajo la dirección de la maestra Gloria Artís, realizó a finales de 2016 una Feria dedicada al patrimonio biocultural, como respuesta a una petición hecha por los investigadores Aída Castilleja, Arturo Argueta, Dolores Rojas, Adelita San Vicente y Alberto Betancourt, integrantes de la Caravana de la Diversidad Biocultural y de la Red de Patrimonio Biocultural del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Para realizar ese proyecto, prácticamente todos quienes integramos el museo nos pusimos a organizar múltiples actividades. Para apoyar la iniciativa de la Caravana de elaborar un mapa que diera cuenta de la diversidad de semillas que fueron domesticadas en ocho regiones del mundo, definidas por el científico ruso Nikolai Vavilov, la tarea consistió en buscar la mayor variedad de semillas disponibles. La excelente ubicación del museo en el Centro Histórico de la Ciudad de México permitió desplazarnos rápidamente a La Merced, y fue ahí donde en realidad empezó la Feria. Nos encontramos en este mercado con la diversidad biocultural del mundo, ya que ahí todos los días llega y se vende una infinidad de semillas en un ambiente de intercambio de expresiones, colores y sabores. Para dar la bienvenida al museo desde la calle, con estas semillas realizamos hermosos tapetes que representaron los ocho centros de origen en la domesticación de las plantas que hoy alimentan a la humanidad. En paralelo, con Arturo Argueta y Alberto Betancourt, de la Red de Patrimonio Biocultural del Conacyt, y Alejandra Gómez Colorado, Raffaela Cedraschi, Dahil Melgar,
Carmen Lechuga, Soledad Jiménez y Luis Felipe Crespo, del MNCM, nos pusimos a preparar la exposición gráfica “¡Cultivamos un mundo diverso!”, que se exhibe en la fachada de la antigua Sala de Monolitos, en el patio del museo, y cuyo contenido está sintetizado en ocho infografías que ofrecen información sobre cada uno de los centros de origen de la domesticación de las plantas y sobre las características de los paisajes regionales que dicha domesticación han configurado. Los llamados ocho centros de origen son Mediterráneo, Etíope, Medio Oriente, Asia Central, Centro Indo y Subcentro IndoMalayo, Chino, Andino–Amazónico y Mesoamericano. De este último México forma parte. Además la exposición muestra cuáles son los principales pueblos que intervinieron en la domesticación y cómo, hoy en día, se
encargan de mantener vivas esas especies. También muestra cómo ocurre la diversificación, con un conjunto de conocimientos y saberes que permiten aportar materiales genéticos para sostener la biodiversidad del planeta. La exhibición presenta también la diversidad de cocinas generadas. Y muestra cómo estos cultivos, que en el transcurso de siglos han producido una gran variedad de especies, enfrentan riesgos, tales como la expansión de las semillas híbridas y transgénicas. En cada infografía se exponen las distintas estrategias y formas de resistencia y defensa que han impulsado los pueblos y las comunidades para enfrentar las amenazas y continuar contribuyendo a la diversidad biocultural. Cada infografía va acompañada de dos fotografías de gran formato colocadas en los nichos de fachada
Durante la Feria, del 29 de noviembre al 11 de diciembre del año pasado, se realizó el Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural, en el marco del Programa Museo-Foro: Un Espacio Académico para la Reflexión Cultural, donde de manera libre y con un alto nivel de intervención participaron indígenas provenientes de Perú, Ecuador, Guatemala y Estados Unidos de América, quienes dialogaron con representantes de diversos grupos indígenas de México. También se presentó la obra de teatro Ofrenda 4, dirigida por Jesusa Rodríguez, así como el performance Tiempo sin rostro, que concibieron Ezequiel Romero y Rodrigo Hernández Medina. Esto imprimió a la Feria un carácter artístico y festivo presente en todas las jornadas. Las actividades del primer fin de semana concluyeron con un espectáculo de cantos y bailes tradicionales presentado por alumnos de la Universidad Pedagógica Nacional, Plantel Jojutla, de Morelos, bajo la dirección del profesor Salvador Coronel. Las actividades de la Feria continuaron los dos fines de semana siguientes con la organización de talleres tales como Mini-milpa, Bombas de semillas y Germinados, entre otros, además de presentaciones de libros, videos comentados y tres conversatorios como el dedicado al tema de “Pueblos indígenas y patrimonio biocultural”,
que contó con la participación de los investigadores Marina Alonso, Ana Paula Pintado y Javier Gutiérrez, integrantes del Programa Nacional de Investigación Etnográfica de Regiones Indígenas de México, y se concluyeron las actividades con la presentación de la Banda Filarmónica Zoogochense del Valle de México, Estado de México, dirigida por Obed Huantes Gallegos. Durante las intensas jornadas, en el museo se escucharon las voces de académicos, investigadores, ambientalistas, comunicólogos y miembros de la sociedad civil organizada a los que, en general, les preocupa el rumbo que está tomando el cuidado y la protección del patrimonio biológico común, del que depende el bienestar y la sobrevivencia de la población en general. A la Feria acudieron como visitantes integrantes de la diversidad étnica de la Ciudad de México, que circulan todos los días por las calles aledañas a nuestro recinto. Se vieron animados por el ambiente festivo y por el mosaico de semillas que los recibía desde la calle de Moneda. Como parte de las actividades de la exposición se desarrolló durante febrero y marzo el ciclo Platiquemos de Diversidad Biocultural, en el que se abordaron los temas “De la milpa mexicana”, “De la explotación y mercantilización de la naturaleza”, “De la oposición a la mercantilización de la naturaleza: las alternativas”, “De la domesticación de las plantas cultivadas” y “De la domesticación de plantas y animales”, con la participación de especialistas del más alto nivel.
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DIÁLOGO INDÍGENA Y CAMPESINO EN DEFENSA DE LA BIODIVERSIDAD Mercedes López Directora de Vía Orgánica en la Ciudad de México www.viaorganica.org
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l maíz, legado de los pueblos americanos para el mundo, permitió enlazar la diversidad de mujeres y hombres de comunidades indígenas y campesinas de México, Estados Unidos y Centro y Suramérica, quienes intercambiaron problemáticas, saberes y estrategias durante el Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural, efectuado del 29 al 30 de noviembre de 2016 en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo. Cual mazorca de maíz, se desgranaron las voces y los testimonios de los participantes en el diálogo para analizar los impactos y alcances de la Décimo Tercera Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Identificaron las afectaciones y
amenazas de los tratados internacionales para sus vidas y buscaron generar una agenda propia. El objetivo del encuentro fue resumido por una lideresa quichua de Ecuador: “Estamos aquí para darnos cuenta de la biodiversidad en manos de las comunidades indígenas y de nuestras raíces: madre tierra, madre agua, padre sol y variedad de maíces. Cada color del maíz representa nuestra riqueza como pueblos y tradiciones. Cada maíz, cada grano cumple una función, como los seres humanos la cumplimos en la vida, por lo que tenemos que organizarnos y defendernos”. Durante la presentación, se ubicó en mapas del Continente la zona de procedencia de cada participante y se nombraron los princi-
pales alimentos, semillas, frutos, y elementos culturales e identitarios de las comunidades presentes: maíz (en sus diferentes colores y variedades), calabaza, chile, frijol, jitomate, amaranto, haba, quelites, café, papa, oca, flores de ornato y de tila, plantas medicinales, naranja, pitahaya, durazno, ciruela, pera; platillos como: pozole, mole, enchiladas, totopos, tamales, tortillas, atole morado, pozol de maíz blanco y amarillo, miel; animales como: guajolotes, gallinas, ovejas, búfalo, caribú, salmón; artesanías: bordados (con hilos y chaquira), textiles, ropa tradicional, figuras con hojas de maíz y palma; tradiciones: música, lenguaje y ceremonias religiosas; zonas sagradas y arqueológicas; así como las amenazas a espacios, tierras y territorios como bosques, selvas y lagos.
Todos ellos elementos integrantes de la biodiversidad, que ha sido custodiada, preservada y desarrollada por las comunidades indígenas y campesinas del mundo y que, sin embargo, les ha sido negada y arrebatada por gobiernos y corporaciones trasnacionales que conciben a la biodiversidad como una mercancía para lucrar.
FOTOS: Mercedes López
Las y los protagonistas del conversatorio brindaron algunas definiciones de biodiversidad y su forma de preservarla:
LAS MUJERES PRESENTES EN EL DIÁLOGO Las mujeres asistentes al encuentro tuvieron un fuerte eco, al poner de manifiesto su rol fundamental para la conservación de la biodiversidad en sus comunidades de origen con su cosmogonía; trajes típicos; idiomas originarios; trabajo en la siembra, cosecha y conservación de semillas, y su responsabilidad en las tareas domésticas y de alimentación, muchas de ellas no reconocidas socialmente y mucho menos remuneradas. Desde Intertribal Agriculture Council de Montana, Estados Unidos, Lia, vestida con las ropas tribales de su comunidad, destacó que el maíz es fundamental para ella, porque aparte de brindar alimento, permite el intercambio de semillas para enriquecer las variedades y sirve para las ceremonias tradicionales entre los pueblos indígenas de su país.
La voz de las mujeres de las comunidades lacustres de Xochimilco estuvo presente con doña Amalia, mujer de mirada profunda y bondadosa, largas trenzas blancas y vestida con una bella blusa bordada por ella misma, quien se manifestó contra la mercantilización de la biodiversidad: “La madre tierra no tiene precio, ni el agua, ni el aire ni los animales. Tenemos que defender a Quetzalcóatl, Hutizchilopoztli, Telcaztiploca, porque de ellos dependemos. Todo lo que tenemos es la biodiversidad, que es vida para nosotros. Si no la defendemos, vamos a morir, junto con nuestros nietos y bisnietos. Me da tristeza que lo que ahora consumimos viene de mercados internacionales, ahí estamos comprando golosinas como las Sabritas, los churritos, y estamos dejando morir a nuestra madre tierra. Acuérdense que las golosinas de nuestros abuelos eran las semillas y pepitas tostadas, el maíz tostado, el piloncillo, eso comíamos como botana. Tenemos que regresar a lo nuestro, quedarnos con nuestras ricas y sanas botanas que vienen de la milpa y
“Para mí la biodiversidad es la vida, el territorio que tenemos que defender ante las amenazas a nivel nacional y mundial. Todo México tiene que sumarse a la defensa de la biodiversidad, porque es la vida de todos los seres en este planeta”. Isabel Núñez, Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. “Es todo lo que tiene vida, las plantas, los animales, los modos en que los pueblos defienden su
patrimonio, que es la madre tierra. Yo personalmente la defiendo trabajando en la agricultura ecológica, que es amigable con la tierra, para disminuir los químicos y fortalecerla”. René García, Chilapa de Álvarez, Guerrero. “La biodiversidad es vida, es lo que Dios nos regaló, lo que estamos viviendo y la cuidamos en nuestra comunidad sembrando árboles, plantas, cultivando la flor de tila que es muy medicinal. También estamos compartiendo experiencias en nuestra comunidad y otros espacios para cuidar el medioambiente. Para nosotros eso es vida, hay que cuidarla, protegerla, no hay que maltratarla y mucho menos venderla”. Nicéfora Olivera, San Luis Acatlán, Costa Chica de Guerrero. “Para mí es algo extenso: es el pueblo con su buena forma de vivir, sus múltiples acciones en el trabajo, sus usos y costumbres, el vestuario, así también la edu-
tener respeto a nuestros elementos sagrados, cuidando la tierra y consumiendo lo que viene de ella y de nuestros pueblos”.
nizadas y somos importantes para tejer la unidad de los pueblos sin fronteras y defender la vida de los pueblos”.
Por su parte, Isabel Núñez, del Itsmo de Tehuantepec, Oaxaca, resaltó el rol de las mujeres en la preservación de la biodiversidad, al comentar: “Las mujeres estamos en defensa de la madre tierra, porque es la que nos ha dado la vida y nosotras damos la vida por ella. Por eso defendemos lo que está a punto de morir por la amenaza a nivel mundial por parte de grandes empresas”.
Por esa importante participación, invisibilizada socialmente, las manifestantes coincidieron en remarcar: “Las voces de las mujeres deben de ser escuchadas, nosotras debemos ser protagonistas por todo nuestro trabajo y contribución al cuidado de la madre tierra. Tenemos el deseo de interactuar, intercambiar, articular… Hacer milpa como el maíz con el frijol, los quelites, las calabazas, habas, chiles y ocupar el lugar que nos corresponde en las decisiones y los proyectos comunitarios.
Desde Suramérica, una lideresa quichua de Ecuador comentó: “En los Andes, las mujeres estamos defendiendo las semillas. La semilla está en la madre tierra, somos hijos de la tierra, de las semillas y del maíz y nosotras somos las que sembramos, recogemos las cosechas y seleccionamos las mejores semillas para mejorar las cosechas que vienen. Nosotras las mujeres de los pueblos quichuas, frontera con Perú, estamos orga-
“Esa debe ser la cimiente para seguir construyendo acciones en defensa de la biodiversidad, el medioambiente, la soberanía alimentaria y la vida. Y en eso las mujeres somos fundamentales, por lo que estamos organizadas para defender nuestra biodiversidad y que se escuche nuestra voz, que por siglos ha sido acallada”.
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8 cación y el medioambiente –que goza y vive–; para mí eso es la biodiversidad. Yo la defiendo difundiendo buenas prácticas ambientales en la comunidad, en las escuelas, en las asambleas comunitarias, en las pláticas de mujeres, en las reuniones de jóvenes, en los encuentros deportivos”. Felipe Serio, Consejo Wirárika, Jalisco. “Es la comunidad, porque la comunidad es todo: es agua, es suelo, es animales… A través de las tradiciones que celebramos, fortalecemos esa biodiversidad, porque fomentamos el respeto a la misma, al agua, a la tierra, a los seres vivos y a los animales”. Isabel Hernández Tapia, Chilapa de Álvarez, Guerrero. “Es todo lo que se encuentra en un territorio, todo lo que tiene vida y nosotros promovemos el cuidado de la madre tierra con reforestaciones, para que se recupere y podamos mantener los ecosistemas que permiten la vida”. Santiago Villanueva Navarrete, El jagüey, Guerrero. “La biodiversidad es indispensable, porque garantizamos el tener diferentes formas de seguir sobreviviendo. La naturaleza nos ha proporcionado una gran diversidad de la cual nosotros somos beneficiarios. Muchas veces se dice que al hombre le pertenece la naturaleza, y yo digo que no, nosotros formamos parte de esa naturaleza, por lo tanto, yo creo que seguir defendiendo, seguir rescatando, seguir mejorando nuestra biodiversidad nos permite garantizar el futuro”. Emiliano Juárez, Grupo Vicente Guerrero, Tlaxcala. Estas visiones muestran cómo, a diferencia del concepto utilitario y mercantil de la biodiversidad que priva en el mundo capitalista, para las comunidades constituye la vida en todas sus dimensiones: agua, subsuelo, tierra, aire, maíz, semillas, plantas medicinales, animales y territorio. Y qué mejor muestra de esa conceptualización holística del con-
cepto de biodiversidad que el elaborado colectivamente durante el diálogo indígena y campesino: “Biodiversidad: Palabra que sirve para recordarnos que somos de millones de colores, formas, olores, sabores y saberes diferentes. Este patrimonio biocultural de los pueblos y de la humanidad lo visualizamos desde cuatro diferentes ámbitos: la vida, la comunidad, la soberanía alimentaria y la integralidad”. Riesgos para la biodiversidad y las comunidades. Durante el diálogo se identificaron diversas problemáticas –externas e internas– que afectan todas las dimensiones de la vida: recursos naturales, tradiciones culturales y economía campesina, entre otras. El principal problema es el cambio climático que no se puede controlar, pero sí se pueden realizar medidas de adaptación y mitigación. El diálogo indígena y campesino concluyó: “Nos oponemos a las reformas constitucionales, leyes y programas gubernamentales impuestos por el neoliberalismo, que conducen a la venta de ejidos y a la privatización de los bienes comunes”. Los participantes plantearon y se comprometieron a desarrollar estrategias y alternativas de defensa de los bienes comunes que constituyen la diversidad biocultural, agrupadas en cinco grandes ejes: 1.- Fortalecimiento de la identidad, 2.- Consolidación de la organización y la autonomía, 3.- Acciones políticas, 4.- Manejo comunitario de los territorios y 5. Compartir la información con las comunidades. Un compromiso principal fue: “Defender la biodiversidad, lo que implica reconocer la profundidad de los sentidos culturales vinculados a todos los elementos de la Madre Tierra, nuestra Pachamama, y los pueblos originarios. Por lo que defendemos la vida y el bien común con base en la organización, la cooperación y la ayuda mutua que son pilares de la comunalidad. Nos comprometemos a seguir trabajando en ello”.
PRONUNCIAMIENTO DEL DIÁLOGO INDÍGENA Y CAMPESINO DE LA CARAVANA DE LA DIVERSIDAD BIOCULTURAL El uno de diciembre de 2016, en vísperas de la celebración de la Décimo Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en Cancún, Quintana Roo, México, el Diálogo Indígena y Campesino realizado en la Ciudad de México por la Caravana de la Diversidad Biocultural generó un Pronunciamiento. He aquí su contenido fundamental: La Caravana de la Diversidad Biocultural se conformó impulsada por un grupo de organizaciones de la sociedad civil y de académicos, en firme oposición a la tendencia global de mercantilización y privatización de los recursos biológicos, que son bienes comunes de la humanidad de los cuales depende el futuro de todas y todos. Reconocemos que las comunidades indígenas y campesinas son las legítimas poseedoras de la biodiversidad y que son ellas quienes han creado y resguardado en sus territorios, durante siglos, la riqueza biológica y cultural del mundo. Así, la biodiversidad está indisolublemente ligada a las culturas de los pueblos, a un sistema de conocimiento y una cosmovisión; es por ello que la llamamos diversidad biocultural. Es por esto que en el marco de la Feria de la Diversidad Biocultural, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, se realizó un Diálogo Indígena y Campesino sobre la Diversidad Biocultural, del 29 de noviembre al uno de diciembre de 2016, que reunió a un centenar de compañeras y compañeros de pueblos originarios y comunidades campesinas, organizaciones de la sociedad civil y académicos, procedentes de los estados de Sonora, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, así como de Guatemala, Ecuador, Perú, Chile y Estados Unidos. Nuestra riqueza. En este encuentro, caracterizamos los elementos fundamentales de la biodiversidad desde la propia visión de los pueblos originarios y comunidades, que se resume como “Palabra que sirve para recordarnos que somos de millones de colores, formas, olores, sabores y saberes diferentes”. Este patrimonio biocultural de los pueblos y de la humanidad, lo visualizamos desde cuatro diferentes ámbitos: la vida, la comunidad, la soberanía alimentaria y la integralidad.
Así nombramos a la Madre Tierra, nuestra Pachamama, como fuente de vida de todos los seres vivos –todas las plantas, en especial las alimenticias y medicinales, animales, micro-organismos, semillas, aguas, suelos, subsuelos, bosques–, también los territorios y el espacio aéreo, en estrecho vínculo con la experiencia humana como memoria colectiva, cultura, identidad, gastronomía y lenguas nativas. Todos esos elementos tangibles e intangibles son para nosotras y nosotros la diversidad biocultural que garantiza la sobrevivencia y la resiliencia de la humanidad y la naturaleza, y por esto es que resistimos ante múltiples amenazas comunes. Las amenazas. Identificamos diversas problemáticas tanto externas como internas que afectan todas las dimensiones de nuestra vida, nuestros recursos naturales, tradiciones culturales y la economía campesina, entre otras. Así denunciamos los efectos adversos del cambio climático; la tala clandestina e inmoderada
de árboles; la disminución de las mantos acuíferos y de recursos y especies animales originarias; la deforestación provocada por la ganadería extensiva y la sobreexplotación de los productos silvestres; la desaparición de cerros y bosques; la pérdida de cultivos y especies nativas; la contaminación ambiental por agro-tóxicos y desechos industriales; el aumento de enfermedades y plagas; la introducción de semillas híbridas y transgénicas; el contrabando de semillas, y la privatización de los recursos biológicos y conocimiento tradicional, particularmente a través de las patentes. Afirmamos que el cambio de uso de suelos por motivos comerciales;el crecimiento de la agricultura industrial y los agro-negocios; la invasión de territorios con fines industriales y urbanización salvaje por empresas inmobiliarias, y el establecimiento de gasoductos, represas hidroeléctricas, minas y de fractura hidráulica, derivan en el despojo de territorios y en la privatización del agua y de la tierra con entrada masiva de grandes empresas.
FORTALECIMIENTO DE LA IDENTIDAD: 1. Reforzar la identidad, nuestra pertenencia y permanencia en las comunidades indígenas y campesinas. 2. Respetar la cosmovisión y los usos y costumbres de pueblos indígenas y comunidades campesinas. 3. Rescatar y valorar las prácticas tradicionales como el trueque, la gueza, los tequios y la solidaridad entre nuestras comunidades, que nos han permitido nuestra convivencia y son nuestra fortaleza. 4. Fortalecer las prácticas de colectividad para hacer frente al individualismo fomentado por los programas gubernamentales y medios de comunicación. 5. Reivindicar el sentido de comunalidad que nuestros pueblos han practicado por cientos de años. 6. Fortalecer la conservación de nuestra lengua, costumbres, indumentaria y los sistemas alimentarios comunitarios que han sostenido a nuestros pueblos por miles de años. 7. Defender, proteger y revalorar los conocimientos y saberes ancestrales que existen en nuestros pueblos indígenas y campesinos. 8. Fortalecer e impulsar espacios, propuestas educativas y escuelas campesinas donde se construyan comunidades de aprendizaje desde un diálogo de saberes que atiendan problemáticas y necesidades reales. 9. Preservar y proteger nuestro patrimonio biocultural porque ese es el único legado que podemos dejar a nuestras futuras generaciones.
18 de marzo de 2017 Consideramos que existe un mal sistema de gobierno y partidos políticos que quieren terminar con los campesinos y desarticular las organizaciones comunitarias, en complicidad con los medios de comunicación que manipulan, desinforman y criminalizan los movimientos sociales de resistencia ante el despojo; también padecemos de la corrupción generalizada y de la violencia generada por el narcotráfico. Nos oponemos a las reformas constitucionales, leyes y programas gubernamentales impuestos por el neoliberalismo, que conducen a la venta de ejidos y a la privatización de los bienes comunes. En particular rechazamos la iniciativa de Ley General de Biodiversidad, actualmente detenida en el Senado, así como la Ley de Semillas de 2007 que criminaliza el intercambio libre de semillas nativas, y las reformas a las leyes que reducen la protección de la vida silvestre y del ambiente. Condenamos la proliferación del consumismo, la desvalorización de los productos, alimentos y conocimientos tradicionales y la desatención del campo que genera pobreza y migración. Nos preocupa también la proliferación de sectas religiosas, que alteran las formas tradicionales de organización comunitaria y las cosmovisiones de los pueblos originarios y que impactan en la pérdida de identidad. Nuestras propuestas y compromisos. Ante este panorama, las personas participantes planteamos y nos comprometemos a desarrollar las siguientes estrategias y alternativas de defensa de los bienes comunes
9 CONSOLIDACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN Y LA AUTONOMÍA:
PARA EL MANEJO COMUNITARIO DE LOS TERRITORIOS:
1. Rescatar y fortalecer la organización y el tejido social de las comunidades y pueblos indígenas y campesinos. 2. Construir alianzas a nivel nacional e internacional para establecer compromisos comunes en la defensa de los conocimientos tradicionales y la biodiversidad. 3. Reconocernos como hermanos y compañeros que estamos enfrentando una realidad que nos invita a disponer de mucha voluntad política para construir propuestas y confluir en un Frente Nacional en Defensa de Nuestro Patrimonio Biocultural. 4. Sensibilizar y articular a autoridades comunitarias y municipales para contar con su apoyo en la defensa de la biodiversidad. 5. Impulsar, fortalecer y respaldar las experiencias de autogestión y autonomía comunitaria. 6. Fortalecer la articulación y solidaridad de los pueblos indígenas y campesinos. 7. Buscar la vinculación directa y comprometida de la comunidad académica (maestros, estudiantes e investigadores) a los procesos organizativos y luchas de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas.
1. Cuidar, aprovechar y preservar los bienes naturales de manera que se pueda garantizar su permanencia y disposición para las futuras generaciones. 2. Construir proyectos propios que resuelvan las necesidades en nuestras comunidades y detener aquellos proyectos gubernamentales que nos dividen o distraen. 3. Fomentar e impulsar la producción agroecológica en pueblos y comunidades indígenas y campesinas. 4. Ampliar, fortalecer y articular las redes de producción y preservación de semillas nativas a nivel nacional. 5. Impulsar ferias de semillas nativas y tianguis comunitarios para el intercambio de saberes y de lo que producimos indígenas y campesinos en nuestros territorios. 6. Promover la creación de áreas de soberanía alimentaria en pueblos y comunidades indígenas y campesinos. 7. Concientizar a la población para la producción y el consumo de alimentos locales y nacionales. 8. Fortalecer el conocimiento sobre nuestros bienes naturales para valorar, apropiar y defender nuestra biodiversidad. 9. Crear y declarar a nivel comunitario y municipal territorios libres de transgénicos. 10. Promover las iniciativas de producción agropecuaria ejerciendo el derecho a la alimentación sana, segura y adecuada, como estrategia política de soberanía alimentaria.
que constituyen la diversidad biocultural, agrupadas en cinco grandes ejes: 1. Fortalecimiento de la identidad, 2. Consolidación de la organización y la autonomía, 3. Político, 4. Manejo comunitario de los territorios y 5. Para compartir la información.
PARA COMPARTIR LA INFORMACIÓN:
Para nosotras y nosotros, defender la biodiversidad implica reconocer la profundidad de los sentidos culturales vinculados a todos los elementos de la Madre Tierra, nuestra Pachamama y los pueblos originarios. Por lo que defendemos la vida y el bien común con base en la organización, la cooperación y la ayuda mutua, que son pilares de la comunalidad.
EN LO POLÍTICO: 1. Hacer cabildeo e incidencia para alcanzar acuerdos con las autoridades comunitarias y municipales para proteger la biodiversidad. 2. No permitir que los partidos políticos sigan afectando con sus prácticas clientelareselectorales, la organización comunitaria y el tejido social de nuestros pueblos y comunidades. 3. Impulsar y fortalecer demandas colectivas que detengan a las empresas nacionales y trasnacionales que están poniendo en riesgo los recursos naturales de nuestros territorios y la biodiversidad en toda su ex-
presión; como la Demanda Colectiva contra el maíz transgénico en México, y los amparos promovidos por apicultores del sureste mexicano. 4. Impulsar el protagonismo y la participación de las mujeres en los espacios de representación comunitaria y municipal y garantizar su incidencia en la toma de decisiones en las Asambleas. 5. Promover la participación directa de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas y de todos los que se puedan ver afectados, en la toma de decisiones relacionadas con la reglamentación sobre recursos biológicos y conocimiento tradicional asociado.
PARTICIPAN: Campesinos e indígenas procedentes de las comunidades Cuetzalan del Progreso (en Puebla); San Juan Cacahuatepec, Putla de Guerrero, Ixtepec, Santa Cruz Itundujia, Tlaxiaco (en Oaxaca); El Jagüey, Mexcaltepec (Chilapa de Álvarez, en Guerrero); Comunidad Vicente Guerrero, Ixtenco (en Tlaxcala), Xochilmilco (Ciudad de México), Juchitlán y comunidad Wixarika (en Jalisco), comunidad Nuntaj++yi (popoluca del Sur de Veracruz), San Francisco Magú (en el Estado de México), San Juan Cancuc (Chiapas), entre otras. ORGANIZACIONES: Tosepan Titataniske, Colectivo Isitame, Unión Campesina Totikes, Proyecto de Desarrollo Rural
6. Fortalecernos como sociedad civil para impulsar iniciativas de ley incluyentes para proteger y resguardar la biodiversidad cultural de nuestros pueblos. 7. Impulsar y actualizar nuestros estatutos comunitarios poniendo especial interés en el uso colectivo, cuidado y defensa de nuestra biodiversidad. 8. Los pueblos de Latinoamérica están viviendo problemáticas muy similares que nos convocan a construir puentes de entendimiento y alianzas que ayuden a enfrentar intereses gubernamentales y trasnacionales que ponen en riesgo la vida de nuestros pueblos.
Integral Vicente Guerrero A.C, DESMI, Unión Campesina Totikes, Foro Tianguis Alternativo, UNICAM Del Sur, Colectivo de Productores de Flor de Tila Cochauxochitl, BIBAANI A.C Ixtepec, Puente a la Salud Comunitaria, Red De Amaranto Mixteco, Itatoni, UNITONA, Asociación de Consumidores Orgánicos, Campaña Nacional Sin Maíz no hay País, Carnaval del Maíz, Enlace Comunicación y Capacitación, Fundación Heinrich Böll México, Fundación Semillas de Vida, Grupo de Estudios Ambientales (GEA), Regeneración Internacional, Vía Orgánica, Rasa de Jalisco, Organización Atzin (defensa del agua), Red Tsiri, GIRA A.C., Tatewari Intervención Wixarika A.C.
1. Establecer el compromiso de difundir en nuestra lengua y de manera propia las experiencias, aprendizajes y saberes que se comparten en los talleres, foros e intercambios. 2. Generar materiales de difusión apropiados para la realidad de nuestros pueblos y comunidades indígenas que ayuden a socializar los dobles filos y riesgos que conllevan la implementación de leyes, tratados y convenios que se están negociando sin el consentimiento previo, libre e informado y que atentan con la vida misma de nuestros pueblos y comunidades indígenas y campesinas. 3. Aprovechar todos los medios de comunicación a nuestro alcance (prensa, folletos, redes sociales, radio, video y televisión) para difundir las problemáticas que se están viviendo en las comunidades, nuestras luchas y experiencias exitosas en la defensa de la biodiversidad y de nuestro patrimonio.
ORGANIZACIONES DE AMÉRICA INVITADAS: Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (ASOCUCH) de Guatemala ; Asociación para la Naturaleza y el Desarrollo Sostenible (ANDES) – de Perú; Confederación de las Nacionalidades Kichua del Ecuador (ECUARUNARI) – Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI) de Las Américas, Intertribal Agriculture Council (IAC), Montana, Estados Unidos. ACADÉMICOS INTEGRANTES DE: La Red de Etnoecología y del Patrimonio Biocultural de México, Universidad Autónoma Chapingo, Instituto Nacional de Antropología e Historia y Universidad Nacional Autónoma de México.
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DIVERSIDAD CULTIVADA EN MÉXICO Cecilio Mota Cruz Fundación Semillas de Vida, AC cecilio.mota.cruz@gmail.com “Una parte muy considerable de recursos vegetales del globo terrestre le debe su origen precisamente a esta región” N. I. Vavilov
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n rasgo distintivo y sumamente importante de México es su excepcional diversidad de plantas cultivadas; junto con Guatemala, conforma la región natural y cultural nombrada Mesoamérica –y más hacia el norte de nuestro país los enclaves conocidos como Oasisamérica- que, por los trabajos del botánico ruso N. I. Vavilov a inicios del siglo pasado, reconocemos, en conjunto, como uno de los principales centros mundiales de origen, variación y diversificación de especies vegetales con estrecho vínculo a necesidades humanas relacionadas con la alimentación, medicina, vestido, recreación, etcétera, en el pasado de las culturas que aquí se desenvolvieron y en la actualidad a nivel global.
humanos, en una interrelación continua y prolongada, imprimen características tales a estas plantas que contrastan con lo que originalmente pudieran presentar en la naturaleza, proceso que conduce a su
domesticación. El maíz es el máximo exponente de esta interacción, pues sus mazorcas y sus preciados granos precisan ser cultivados, cuidados y cosechados por la mano humana para que se perpetúe como
La acción humana, en diferentes niveles de manejo y usos que imprime a la diversidad de plantas del país, amplía el universo de aquellas asociadas con cierto grado de aprovechamiento. Así, existen especies de plantas que se recolectan o explotan para diferentes usos –como algunas medicinales, frutos silvestres, flores o follajes para ornato, leña y maderas–; otras que se toleran en los terrenos agrícolas, acahuales, solares y huertos para usos ocasionales o frecuentes –árboles de sombra, ornamentales, frutos comestibles, forrajeras–; otras que se fomentan o auspician, se les imprime cierto cuidado y protección, que favorecen la presencia de sus poblaciones sobre otras plantas –la gran mayoría de verduras autóctonas que genéricamente conocemos como quelites y algunas especies frutales–, y las que se siembran año con año y que dependen en su totalidad de la mano y el cuidado humano, como los principales cultivos de la milpa –maíz, frijol y calabaza–. Así, de las 20 mil a 30 mil especies vegetales que se conocen para México, cerca de un tercio (siete mil 461) tienen un uso reconocido, y de éstas dos mil 164 son comestibles (Mapes y Basurto 2016), y 120,
Los factores que han dado lugar a esta diversidad han sido, por un lado, las condiciones naturales del territorio del país debido a su forma y ubicación en el hemisferio norte con la mitad en la región intertropical; la presencia de cadenas montañosas; flanqueado por grandes masas de agua de los océanos, y convergiendo los más variados climas y tipos de vegetación, donde se aloja y ha evolucionado alrededor de diez por ciento de la diversidad biológica del planeta. Y por otro lado, la presencia y la relación e interacción continua, en el pasado y en la actualidad, de los grupos humanos que han habitado estas tierras, los cuales han operado, muy probablemente desde su arribo al continente americano, pero en particular desde hace diez mil años, en un proceso dinámico, abierto, en evolución y en gran medida colectivo y comunitario, pues han sido fundamentalmente las familias, comunidades, culturas, las que han aprovechado y moldeado una diversidad de plantas, a partir de lo disponible en su ambiente: lo cercano, apetecible, digerible y nutricio como alimento: el maíz, los frijoles, las calabazas, los chiles, el aguacate, etcétera, y las plantas con estructuras ideales para recipiente (bules, xicapeztles, calabazos, lipos), aptas para vestido (algodón blanco o coyuchi), atractivas como ornamento o propicias para uso ritual o ceremonial (dalia, nochebuena, cempoalzóchitl, copales) y otras como delicadezas (vainilla y cacao) o estimulante (tabaco). Ya parte de la gran diversidad de plantas que evolucionaron en nuestro país tienen cierta afinidad y aptitud para estos usos, pero sólo la mano, el conocimiento, la sensibilidad y la cultura de los grupos
especie cultivada, a diferencia de su ancestro silvestre -el teocintle, del cual domesticaron el maíz los antiguos mesoamericanos–, que a medida que se seca, tira los siete u ocho granitos que conforman su diminuta “mazorca” como parte de su condición natural de dispersión.
Feria de la Biodiversidad. UAM Xochimilco. Octubre de 2013
en diferentes estados del proceso de cultivo y domesticación, son de gran importancia para la alimentación y la agricultura nacional y mundial (Perales y Aguirre 2008). Parte de esta diversidad, sobre todo las especies cultivadas, se ha difundido a todo el mundo y la base de la economía agrícola, alimentación, industria y ganadería en varias regiones del orbe, sobresaliendo maíz, frijol, calabaza, chile, jitomate, cacao, vainilla, nopal, papaya, tabaco, por mencionar algunos. Y a la vez hemos recibido aportes muy importantes de plantas cultivadas de otras latitudes, de gran importancia en la alimentación y la agricultura nacionales como el trigo, el café, los cítricos y frutos de clima templado, entre otros. En el proceso de manejo y domesticación de esta diversidad, han sido fundamentales las familias, las comunidades y las culturas. En las montañas y valles del centro, occidente del país, hacia las sierras y valles orientales, o las sierras y depresiones del sureste, en las mesetas, barrancos y planicies del norte, o en la plancha cárstica de la Península de Yucatán, los pueblos originarios que ahí se han desarrollado y comunidades mestizas del presente conservan, recrean y adecuan el gran legado de plantas, cultivos, conocimiento y usos en sus respectivos territorios como parte del patrimonio biocultural de los pueblos de México.
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LOS CENTROS DE ORIGEN DE LAS PLANTAS DOMESTICADAS EN EL MUNDO Arturo Argueta Villamar Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM
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n diciembre pasado, México fue anfitrión de la Décimo Tercera Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), instrumento central para la conservación y el uso de la biodiversidad; de la Segunda Conferencia del Protocolo de Nagoya. y de la Octava Conferencia sobre el Protocolo de Cartagena. De acuerdo con los temas que ahí se discutieron, y dado que México es parte de uno de los ocho centros de origen de plantas cultivadas del mundo (Mesoamérica) y uno de los diez países megadiversos biológica y culturalmente del planeta, es muy importante analizar las visiones y los proyectos de conservación de la diversidad cultural y biológica. Destaca la enorme trascendencia de que México sea cuna de procesos de domesticación, en marcha hoy día, y de refinados conocimientos indígenas y campesinos sobre el ambiente y las plantas. Las investigaciones más recientes señalan que en el área del actual territorio de México y Centroamérica, los pueblos originarios protagonizaron una intensa labor de domesticación de plantas y animales que permitió convertir a esta región en un importante centro de origen, diversificación y distribución de una gran variedad de cultivos vegetales y animales. La domesticación implicó el establecimiento de un proceso de relaciones mutuas entre nuestra diversidad cultural y nuestra diversidad biológica. Consecuentemente, y aquí se encuentra nuestra primera afirmación: si queremos conservar nuestra diversidad biológica, se deben preservar los cultivos, los derechos, los conocimientos y los territorios y apoyar la permanencia de los pueblos que han conservado una amplia variedad de especies silvestres y han enriquecido la diversidad agrícola y biológica. Nuestra condición de país centro de origen, diversificación y distribución de numerosos cultivos nos hermana con otras regiones del mundo que también tienen esta condición y que, consecuentemente, comparten con México el interés por recuperar la historia de la domesticación, y valorarla como parte fundamental del proceso de consolidación de la especie humana. Comparten la presencia de culturas que han desarrollado modos de vida capaces de preservar ecosistemas frágiles, y sobre todo –y esta es nuestra segunda afirmación–, la necesidad de defender la diversidad cultural como única
manera de resguardar la soberanía y la cultura de los distintos pueblos y sus valiosos recursos naturales. Podremos apreciar cabalmente los patrimonios naturales y culturales de nuestro país sólo cuando entendamos los procesos de largo plazo, como los ocurridos en la domesticación de plantas y animales en la historia de la humanidad, donde destaca el papel de los pueblos originarios del mundo como preservadores y continuadores de las prácticas, los saberes y los modos de vida que han permitido la conservación de la diversidad biológica. Y aquí se encuentra el meollo de nuestra tercera afirmación: se nos reconoce en el mundo por la enorme riqueza cultural e histórica, lo cual hace que nuestro país tenga un lugar y un perfil privilegiadamente diferenciados. Esa historia y ese perfil no son adorno vano; nos han permitido resistir, subsistir y proyectarnos al futuro como un país que tiene propuestas, como parte uno de los ocho centros de origen de plantas cultivadas, Mesoamérica, en el marco de la preservación de la diversidad silvestre, el enriquecimiento de la diversidad agrícola y los esfuerzos para la alimentación de la población mundial. Según los datos de Nikolai I. Vavilov (1932), los pueblos y culturas del mundo domesticaron alrededor de 750 especies (sus subespecies y variedades) que hoy son el principal acervo de alimentos, pero también de medicinas, fibras, aceites, materiales de construcción, ornato y ceremoniales, entre otros muchos recursos, en el mundo contemporáneo. México y los países de Centroamérica aportaron alrededor de 110 de esas 750 especies, es decir más de 14 por ciento y lo más interesante de todo es que dicho proceso continúa hoy día en manos de los pueblos originarios, campesinos, afrodescendientes, artesanos, pescadores, entre otros. Una exposición para poner de relieve estos procesos de largo plazo, junto con algunos de sus riegos y procesos destructivos así como de propuestas y florecimiento de alternativas, se encuentra actualmente en el Museo Nacional de las Culturas, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ubicado en Moneda 13, a un costado del Palacio Nacional. Les invitamos cordialmente a que la visiten. Está abierta todos los días, excepto los lunes.
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CONVENIO SOBRE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA, PROTOCOLO DE CARTAGENA, PROTOCOLO DE NAGOYA: ¿PARA QUÉ NOS SIRVEN?
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LÓGICA DE MERCADO
Dorian FreaniI y Francia Gutiérrez Caravana de la Diversidad Biocultural a Décimo Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), en Cancún, Quintana Roo, México, realizada del 4 al 17 de diciembre de 2016,integró a gobiernos, empresas, organizaciones civiles, comunidades indígenas, grupos académicos y ciudadan@s de todo el mundo. Los intereses expresados en este tipo de reuniones son diversos, pero el propósito de la sociedad civil es trabajar para que se tomen las medidas necesarias para preservar la riqueza biológica y cultural del planeta, que es la base de la vida misma. ¿Qué son estos Convenios? El CDB es un tratado internacional firmado en Río de Janeiro en 1992, que entró en vigor en diciembre de 1993. Es el primer marco legal internacional que aborda todos los aspectos de la diversidad biológica, es decir, todas las formas de vida que hay en la Tierra, incluidos ecosistemas, animales, plantas, hongos, microorganismos y diversidad genética. Esa iniciativa surgió ante la creciente amenaza sobre las especies y los ecosistemas y por la extinción acelerada de especies, causada por el modelo industrial de producción y consumo. Asimismo, fue determinante el aumento de la conciencia sobre el hecho de que los recursos biológicos de la tierra son esenciales para el desarrollo económico y social de la humanidad, y el reconocimiento de la diversidad biológica y cultural como bien mundial de valor inestimable para la supervivencia de las generaciones presentes y futuras. La presión y el trabajo de la sociedad civil fueron muy importantes en la elaboración de este instrumento, que en varios casos ha servido, sobre todo en conjunción con el trabajo a nivel de comunidades y organizaciones de la sociedad civil, para preservar la diversidad biológica. El CDB tiene tres objetivos principales: “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”. De este Convenio se derivan los dos Protocolos siguientes:
• El Protocolo de Nagoya, que entró en vigor en 2010, tiene como objetivo principal regular el “acceso a los recursos genéticos y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”, “sobre la base del consentimiento fundamentado previo y los términos mutuamente acordados”, teniendo en cuenta que el uso de los recursos genéticos suele asociarse a los conocimientos tradicionales de las comunidades indígenas, y que los derechos sobre esos conocimientos deben ser respetados. Hoy en día, el CDB y sus Protocolos cuentan con 193 países Partes –es decir, que los han firmado y ratificado– y México es uno de ellos. Se reúnen cada dos años en las Conferencias de las Partes (COP) para discutir sobre esos tratados. Esas reuniones son eventos sumamente importantes a nivel global por sus implicaciones científicas, políticas, diplomáticas, socioeconómicas y por supuesto ambientales, ya que es ahí donde se toman las decisiones que influyen sobre el uso de los recursos biológicos del planeta, el derecho de los pueblos sobre esos bienes comunes y en particular el de los pueblos originarios. ¿Cuál es la realidad? Aunque el CDB y los Protocolos ofrecen una regulación legal necesaria a nivel internacional, las ambigüedades presentes en varios de los puntos claves de sus resoluciones resultan insuficientes para asegurar una protección conveniente de la diversidad biológica y del derecho de los pueblos sobre los recursos biológicos. Se resaltan numerosas resoluciones litigiosas, opacas, ambiguas y hasta contradictorias. Por ejemplo, el Artículo 1 del CDB resalta esa falta de claridad, pues menciona “la participación justa y equitativa de los be-
neficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos” y enfatiza el aprovechamiento de los recursos, antes que la propia preservación de éstos. Asimismo, el Artículo 3 del CDB limita considerablemente el alcance de la aplicación concreta de sus disposiciones, pues establece que cada Estado Parte del Convenio, tiene el derecho soberano sobre el uso de los recursos biológicos presentes en su territorio nacional, y que por lo tanto se le delega la responsabilidad de la implementación de la conservación de esta riqueza biológica y de su uso sustentable. Estas formulaciones, equívocas en temas esenciales, traen confusión y favorecen la apertura de espacios y brechas en los que se insertan los intereses empresariales trasnacionales. Las reuniones de las COP y sus órganos de decisión –en particular la Secretaría del CDB– sufren la incorporación creciente de representantes del sector privado, el cual pretende, en discursos oficiales, jugar un rol en la preservación de la biodiversidad mediante sus aportes financieros. Todo ello promueve el avance de la visión mercantilista de la naturaleza en detrimento de su protección. Constatamos claramente que estos vacíos jurídicos perjudican a los pueblos y las comunidades indígenas y a los pequeños productores campesinos, que son los que más han contribuido a la generación y cuidado de la riqueza biológica desde tiempos remotos y, a cambio, favorecen considerablemente al sector empresarial, sobre todo las trasnacionales dominantes en los mercados de la biotecnología, ya sea de la rama farmacéutica, cosmética o de los agronegocios, que presionan cada vez más para ampliar su acceso a los recursos genéticos. Existen también nuevas amenazas, incertidumbres y riesgos de las nuevas biotecnologías y de la biología sintética, por lo que demandamos al CDB aplicar un estricto principio de precaución estableciendo una moratoria contra su liberación, especialmente a la experimentación y liberación de los llamados “impulsores genéticos” para manipular poblaciones silvestres y ecosistemas enteros. Los recursos naturales son de quienes los han cuidado, conocido y reproducido. ¡No están a la venta! INFOGRAFÍA: Jorge Luis Aguilar, Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria
• El Protocolo de Cartagena es un acuerdo internacional que entró en vigor en 2003
para apoyar el CDB en el objetivo siguiente: asegurar la manipulación, el transporte y el uso seguro de los Organismos Vivos Modificados (OVM), que son Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o transgénicos vivos, que pueden tener efectos adversos en la diversidad biológica, considerando al mismo tiempo los posibles riesgos para la salud humana. La principal función de este Protocolo es la regulación de los movimientos transfronterizos de los OVM.
Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria
En el CDB existen lineamientos que consagran la lógica de mercado para el manejo de nuestro patrimonio biológico común, tal como se evidencia en los siguientes ejemplos: • Se acepta el sistema de patentes sobre los recursos genéticos –el mismo utilizado por la Organización Mundial del Comercio (OMC)–, que instaura el derecho de propiedad intelectual sobre los organismos vivos, y por lo tanto la privatización de esos bienes comunes para su uso con fines comerciales. • La participación de la Alianza Mundial de Negocios y Biodiversidad se integra en una estrategia que corre hasta el 2020, y favorece que las empresas hagan negocios con el manejo de la biodiversidad por medio del desarrollo de asociaciones público-privadas, movilización de recursos financieros y ampliación de las “oportunidades de negocios” supuestamente vinculados a la preservación de la biodiversidad. Frente a la COP de Cancún 2016, se lanzó una Alianza Mexicana de Biodiversidad y Negocios, que agrupa instituciones, grandes empresas y bancos tales como: Walmart, Grupo México, Grupo Bimbo, Syngenta, Nestlé, Grupo Financiero Banorte, Cemex, Fundación Televisa, entre otros, algunos de los cuales tienen responsabilidad directa en desastres ambientales, biopiratería, enfermedades por alimentos chatarra y otras agresiones contra la biodiversidad y las comunidades indígenas y campesinas que la sostienen. • El Protocolo de Cartagena, si bien prevé mecanismos de bioseguridad sobre los movimientos transfronterizos de los organismos vivos modificados (OVM) –como el principio de precaución–, deja la aceptación de la liberación de eventos transgénicos a la discrecionalidad de los Estados, sin obligación de consulta a su población y a las personas directamente afectadas por esa introducción. Eso ha sucedido en México con la liberación de granos de maíz transgénico proveniente de Estados Unidos, que ya era importado desde 1996 en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y con las autorizaciones desde 2009 de siembra experimental de maíz transgénico. Todo ello sin que las instituciones mexicanas consideraran los altos riesgos de contaminación de las semillas nativas, la situación de México como centro de origen y diversidad del maíz, ni tampoco los riesgos potenciales para el ambiente y la salud humana y animal. Gracias a una fuerte movilización de la sociedad civil, y la formulación de una demanda colectiva, la liberación al ambiente de semillas transgénicas de maíz está actualmente detenida en México, en la espera de una decisión definitiva del juicio. Este tema es de particular importancia, ya que la contaminación transgénica en México, al ser centro de origen mundial, tendría repercusiones negativas en la alimentación y la biodiversidad agrícola global, que el CDB debería prevenir. • Además de la gran debilidad a nivel nacional para prevenir los daños de los OGM, la comercialización y circulación de los productos derivados y manufacturados de OGM se hace sin restricción alguna. Tomando nuevamente el ejemplo del maíz transgénico, aunque la siembra está en disputa legal, la harina de maíz o cualquier otro producto que contenga maíz transgénico son importados sin etiquetado y sin límites de cantidad. • El Artículo 8j, que reconoce los conocimientos y prácticas culturales tradicionales de las comunidades indígenas como esenciales para la preservación de la diversidad biológica, también los transforma en recursos valorizables económicamente. • En 2010, el CDB finalizó el Protocolo de Nagoya, que fija las modalidades de acceso a los recursos genéticos y la llamada repartición de los beneficios que se derivan de la explotación de los recursos genéticos, incluso aquellos vinculados a los conocimientos tradicionales. El Protocolo amplía la definición de los recursos genéticos y sus derivados (extractos de plantas) en el Artículo 2, pero debilita en su Artículo 7 la noción de “consentimiento fundamentado previo y los términos mutuamente acordados” de las comunidades indígenas y locales, dejando a los Estados el poder de autorizar la explotación de esos recursos.
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FUERTE RECHAZO Y CRÍTICAS A LA INICIATIVA DE LEY GENERAL DE BIODIVERSIDAD
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a iniciativa de Ley General de Biodiversidad, presentada en octubre de 2016 por la senadora Ninfa Salinas, del Partido Verde Ecologista, ha sido objeto de múltiples reacciones y críticas. Incluso, por medio de la plataforma de Change, Greenpeace solicita apoyo público para impedir su aprobación. Asimismo, la Red Temática del Patrimonio Biocultural (del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología, Conacyt), que integra a 174 académicos de 38 universidades, emitió una serie de afirmaciones donde destaca que la iniciativa violaría los derechos humanos de los pueblos indígenas y las comunidades. Apenas el 22 de febrero, según dio cuenta la prensa diaria, alrededor de 50 organizaciones y académicos, incluidos Greenpeace, Animal Heroes y Centro para la Diversidad Biológica, presentaron su rechazo a esta iniciativa, con el argumento central de que sus omisiones ahondarán la sobreexplotación y detrimento de especies silvestres mexicanas. Consideraron que la iniciativa es un mosaico de parches copiados de otras leyes, como la del Equilibrio Ecológico. En su petición de firmas vía Change, Greenpeace dice que
“La iniciativa está llena de omisiones e incongruencias que atentan contra la protección de las especies, deja fuera la prohibición a la captura, importación o exportación y aprovechamiento de aves como las guacamayas, omite la protección a especies vulnerables y deroga la veda para las tortugas marinas. Esta nueva ley también omitiría el trato digno y respetuoso a la vida silvestre”. En cuanto a las objeciones que presenta la Red Temática están, entre otras: • Esta iniciativa afectará vastos sectores de la sociedad rural y en específico a los pueblos indígenas y comunidades equiparables, por lo que éstos deben ser consultados y exponer el consentimiento previo libre e informado y de buena fe, según los estándares internacionales. • La iniciativa omite derechos humanos de los pueblos indígenas y en general de los ciudadanos enunciados en el artículo primero y segundo constitucionales, así como en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
• La iniciativa es omisa respecto a quién es propietario de la biodiversidad. Del primer párrafo del Artículo 5 de la iniciativa se puede inferir a contrario sensu, que la Nación es la propietaria originaria, sin embargo, al no contener una disposición expresa en este sentido, genera ambigüedad para la aplicación de otras disposiciones de la misma Iniciativa.
do a los pueblos y comunidades indígenas como ocupantes de sus territorios. Este hecho excluye automáticamente los derechos de los indígenas en tanto pueblo a su territorio como la totalidad del hábitat (formula del Convenio 169 de la OIT, del cual México es signatario), así como al acceso preferente de los recursos naturales, tal como se establece en la Constitución que nos rige, y en el derecho internacional y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es precisamente en estos territorios donde se encuentra, por lo menos, la mitad de toda la biodiversidad de México.
• La iniciativa reconoce en diversos artículos a propietarios y legítimos poseedores de las tierras donde se encuentra la biodiversidad. Sabemos que la posesión de la tierra puede obtenerse por contratos, por renta por lo que sociedades mercantiles pueden acaparar miles de hectáreas de zonas de alta biodiversidad. En la iniciativa de ley aparecen también como posesionarios o propietarios los ejidatarios, comuneros, y/o pequeños propietarios, excluyen-
• En la iniciativa de ley no aparece ninguna protección de los sistemas indígenas agrícolas, forestales y agroforestales, como tampoco la riqueza genética de la agrodiversidad que son partes constitutivas de las llamadas demarcaciones geográficas bioculturales. La iniciativa da por hecho que existirán “partes” entre las cuales el Estado mediaría por las posibles diferencias o conflictos entre los usuarios y posesionarios.
• La iniciativa fue elaborada sin cumplir con los mínimos cuidados que requeriría una legislación de tal envergadura. Adolece de definiciones centrales como la de sustentabilidad y da lugar a graves confusiones en términos de derechos.
• La iniciativa de Ley general de Biodiversidad, en su Título Segundo sobre Diversidad Genética, incorpora elementos del Protocolo de Nagoya y del Protocolo de Cartagena derivados del Convenio sobre la Diversidad Biológica, ya de por sí lesivos a los derechos reconocidos en el sistema internacional a los pueblos indígenas. La iniciativa incorpora parte de dichos instrumentos de forma restrictiva, limitando aún más el ejercicio de los derechos; se limita a algunos de los principios que establecen estos dos protocolos, tales como establecer la atribución a la Comisión para que coordinar el establecimiento de cláusulas contractuales. Se deja así el reconocimiento de los sistemas normativos indígenas solo para el caso de las condiciones mutuamente acordadas, es decir, solo para los acuerdos de beneficios y no así en la negociación de los contratos (artículos 47 y 48 de la Ley General de Biodiversidad). • La iniciativa omite establecer un sistema de protección al conocimiento tradicional asociado a los recursos genéticos y naturales (LR).
BIODIVERSIDAD AMENAZADA POR INICIATIVA DE LEGISLACIÓN AMBIENTAL MEXICANA Carolina García Sevilla Miembro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS)
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l caso que nos ocupa en este momento tiene que ver con la protección de la biodiversidad de nuestro país, es decir con la protección de nuestros medios de subsistencia, que en un sentido más amplio abarcan la defensa de la vida misma. Esta defensa no se da de forma espontánea y sin antecedentes; por el contrario, nace a partir de las crisis ambiental y humana que figuran como consecuencia directa del desarrollo capitalista, un desarrollo que de forma simplista alude principalmente al crecimiento económico. Siguiendo esta lógica, la explotación de los recursos naturales, a los cuales prefiero referirme como bienes de uso común (BUC), son posicionados como directrices que orientan el crecimiento económico del país, colocándolos directamente en una situación de alta vulnerabilidad y como objeto de la ambición de las grandes “potencias”. Esta dinámica es la base del neoestractivismo y se coloca como paradigma de las sociedades capitalistas actuales. La actual crisis ambiental y humana es ampliamente conocida a escala mundial, hasta el punto de propiciar la creación de una variedad de convenciones, acuerdos y “alianzas”, que como característica esencial poseen el esquema de la construcción con base en los intereses de los países con mayor poder económico y político, adhiriendo subsecuentemente a los nombrados “países en vías de desarrollo”, de los cuales depen-
den directamente, pero a quienes hacen ver como dependientes. Uno de los grandes ejemplos de las alineaciones de estos países es el de la Conferencia de las Partes (COP), en la que actualmente participan 196 países, entre ellos México, y que tiene por objetivo principal la ratificación de diversos acuerdos, como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), etcétera. Las leyes mexicanas están alineadas a dichos convenios y qué mejor prueba que la mostrada por la senadora Ninfa Salinas Sada, del Partido Verde Ecologista de México. Esta servidora pública, el pasado 25 de octubre de 2016, presentó un proyecto de decreto por el que se expide la Ley General de Biodiversidad, la cual reforma diversas disposiciones de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), así como también abroga la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), ambos, instrumentos que actualmente son la base para la protección de la biodiversidad del país. La presentación de dicha iniciativa, tenía el objetivo de ser aprobada y llevada a la COP
13 del CDB, ya que, según ella, nuestro país debía contar con “una ley moderna y adecuada a los más exigentes paradigmas internacionales de manejo de la biodiversidad”, según lo manifiesta el proyecto de decreto mencionado. Alineada a la iniciativa de Ley General de Biodiversidad, se encuentra la iniciativa de ley forestal, propuesta por el mismo partido, y que igualmente ha sido fuertemente criticada, en principio porque significa un retroceso en el avance que se tenía en materia de derechos indígenas y campesinos (ver texto de Angélica Enciso, La Jornada, 3 de febrero de 2017, página 41, “Quieren ONG consulta pública sobre iniciativa de ley forestal del Partido Verde”. http://jornada.unam. mx/2017/02/03/politica/041n2soc). La iniciativa de Ley General de Biodiversidad representa un retroceso en la política ambiental mexicana, pues la encamina a flexibilizar los marcos regulatorios en materia ambiental, principalmente porque, de una manera profunda, sujeta la legislación nacional a los tratados internacionales como los Protocolos de Nagoya y de Cartagena. El hecho de que México haya ratificado dichos convenios no implica que dentro del país debamos ser omisos en legislar sobre el acceso y la participación en los beneficios de la biodiversidad, por ejemplo. En ese sentido, la actual iniciativa deja por completo esa
responsabilidad en manos de tales tratados internacionales. En cuanto a la crítica que ha recibido esta iniciativa, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad ha hecho pública su postura mencionando que ésta debe de ser ampliamente debatida, puesto que implica modificaciones sustanciales que podrían implicar serias repercusiones sobre el marco de derecho y la legislatura ambiental que se ha venido construyendo en los años recientes. Por supuesto, ello no excluye realizar un análisis profundo de los actuales instrumentos en materia ambiental; se sabe que son deficientes. Sin embargo, tenemos que tomarlos de referencia y partir de ellos para poder consolidar una legislación adecuada. De ser aprobada la actual iniciativa, se perderían importantes avances proporcionados por las herramientas de legislación ambiental actuales. Debido a los déficits presentes en la iniciativa, desde los técnicos hasta los conceptuales y estructurales, ésta es incapaz de ser un elemento regulatorio y de protección. Aprobarla significaría dejar una propuesta carente de seriedad que pone gravemente en riesgo los BUC de México, lo que incluye a la biodiversidad en su sentido más amplio. Este es un llamado a visibilizar un problema que por años ha sido relegado a planos secundarios siendo que es la base del mantenimiento de nuestras formas de vida.
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DOLO Y DESINFORMACIÓN, DETRÁS DE LAS CRÍTICAS A LA INICIATIVA DE LGB: NINFA SALINAS Lourdes Rudiño
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ara Ninfa Salinas Sada, presidenta de la Comisión de Recursos Naturales del Senado de la República, las principales inconformidades manifestadas por grupos ambientalistas y de la sociedad frente a la iniciativa de Ley General de Biodiversidad (LGB) obedecen a dos razones: desinformación –generada por el acceso amplio a medios y noticias cuya fuente no es corroborada– y dolo de parte de dos o tres organizaciones que quieren manchar este proyecto.
algo hace falta, con mucho gusto lo integraríamos, pero yo creo que son muchas cosas que hay que debatir sobre si estamos bien o no estamos bien y yo creo que el consenso está casi en el 99 por ciento. Vamos por buen camino, pero si siguen haciendo falta algunas cosas encantada de poder debatirlas. -Otra crítica es que hay riesgo de que se deje fuera la prohibición a la captura, importación, exportación y aprovechamiento de algunas especies vulnerables, como las tortugas marinas…
En entrevista, la legisladora perteneciente al Partido Verde Ecologista (PVE) es enfática al asegurar que:
-Es que eso es completamente falso. No tengo nada más que decir, eso es falso, falso, falso […] México es un país tortuguero que protege a sus tortugas desde hace varios años, está establecido en tratados internacionales y en ciertas disposicones para nuestro territorio y todo eso se sostiene. Nada cambia.
- Para ella resulta desconcertante el hecho de desmentir algunas notas de prensa con críticas a la iniciativa, y no obstante ello, “a la semana siguiente vuelven a publicar con los mismos argumentos”. - Se ha publicado en varios medios que el autor de la iniciativa es Felipe Ramírez, un ex funcionario acusado de tráfico de especies. “No lo conozco, nunca en mi vida lo he visto, no sé quién es, no sé de dónde sacaron ese rumor”. Ninfa Salinas justifica la iniciativa legislativa con estos argumentos: Hay que integrar en una sola ley los tres niveles de la vida (“los genes antes de la vida; el hábitat como el espacio donde la ida se desarrolla, y la vida misma, las especies”). Estos tres niveles se correlacionan directamente y hoy ninguna ley lo manifiesta de tal manera. México ratificó la firma del Protocolo de Nagoya sobre Acceso y Participación en los Beneficios (instrumento del Convenio sobre la Diversidad Biológica), con lo cual se vuelve ley. “No habíamos hecho nada, y es una deficiencia que sin duda hay cubrir”. Al respecto, comenta, hay gente que dice ‘son parches’. Me parece un argumento muy débil, claro hay cosas positivas de la legislación [actual, la Ley de Vida Silvestre y la Ley General de Protección al Equilibrio Ecológico] ¿Cómo no vamos a tomar lo positivo? ¿Por qué tendríamos que hacer todo nuevo?
FOTO: Lourdes Rudiño
- La iniciativa ha sido ampliamente consultada. En el más reciente foro, realizado en el Senado el 14 de febrero de 2017, se observó un consenso de 99 por ciento. “Esto está en las actas y puede ser consultado”.
Ninfa Salinas
-La Red Temática del Patrimonio Biocultural (que integra a 174 académicos) ha criticado ampliamente la iniciativa, y algo que resalta es que ésta omite un sistema de protección al conocimiento tradicional, de los pueblso indígenas, asociados a los recursos genéticos y naturales. ¿Qué responde usted? -Qué chistoso, porque nosotros establecemos una figura clarísima que es hacer un patrimonio biocultural en donde no sólo estamos apostando por la parte de biodiversidad sino también incluir la cultura como parte de ese patrimonio. “Es una figura que hoy no existe en México y que precisamente integra esos conceptos para una región, estoy dando un ejemplo que se me viene a la cabeza, por ejemplo la región de Oaxaca o la región de Chiapas en donde efectivamente existe una diversidad cultural y una riqueza enorme que aporta también al valor como región, no sólo es el corredor biodiverso que existe ahí sino que también los pueblos, y las ideas suman a que se haga y se reconozca como un valor de la región, esa figura la estamos metiendo en la ley […] Estamos tratando de fortalecer esos vínculos culturales y de tradición que existen en un región misma, por lo general estas personas verdade-
ramente tienen un respeto y una interacción con su región muy especial, esos pueblos no son los que destruyen, al contrario, yo creo que son gente que históricamente tiene tradiciones muy arraigadas, me parece tradiciones fantásticas que ayudan al cuidado y al respeto por su entorno, por su medio ambiente, y nosotros lo que requemos es fortalecer precisamente con esta figura patrimonio biocultural. “No he tenido interacción con ella [con la Red], a mí no me han solicitado ninguna reunión pero encantada de poder verlo, creo que estamos persiguiendo lo mismo y creo que podríamos hacer cosas en conjunto”. -La Red también dice que las comunidades deben ser consultadas sobre la ley. ¿Qué opina usted? -La consulta es un tema que no me toca decidir a mí. La consulta va en cuanto a la ley y la normativa que nos emite la Secretaría de Medio Ambiente, y si así lo manifiesta así lo haremos, yo no quiero ir en contra de lo que dice nadie, pero tampoco puedo inventar mis propias reglas. Entonces sin duda nosotros estamos tratando de estar alineados a la regla, y por supuesto aperturando a construir en el patrimonio cultural de México. Si
-También menciona que la iniciativa soslaya la protección de los psitácidos –pericos y guacamayas–, lo que conllevaría al aumento del tráfico ilegal. -La iniciativa habla acerca de establecer vedas, ya existen las vedas, y se sostienen, lo que dice la iniciativa es que va a haber una consulta científica para ver cuál es la opinión de la comunidad científica acerca del correcto manejo de esas especies. De regreso, hay dolo, no sé cuál parte no se explica, la veda se sostiene. Simplemente lo que estamos diciendo es que la decisión debe de ser consultada periódicamente a la comunidad científica. Eso no lo digo yo, hay muchas personas muy serias, mexicanos comprometidos que deben de tener una voz sobre cuál es el mejor manejo de la especie. Quiero comentar también que ha habido un mito general de que la iniciativa de ley desprotege especies forestales y acuáticas. Eso no es así. El artículo que nosotros estamos integrando es mucho más protector pues precisamente agrega el componente de la biodiversidad y respeta al ciento por ciento los ámbitos de la aplicación de Ley Forestal Sustentable, la Ley de Pesca, la Ley de Desarrollo Rural Sustentable. Al aplicar la Ley General de Biodiversidad, a los recursos maderables y no maderables y especies forestales en general se les reconoce como parte del patrimonio biodiverso de México. Y se siguen regulando las especies forestales de manera expresa por la legislación ya eistente. Nosotros estamos respetando eso. No sé de dónde salen interpretaciones distintas.
-Se cuestiona el cambio de conceptos de “trato digno y respetuoso” a bioética. -Hoy en día tenemos un concepto de trato digno y respetuoso para las especies. Nos parece que solamente funciona para especies en cautiverio, pues et´ta en un entorno controlado, pero si hablamos de un jaguar en vida libre, o flora y fauna en su hábitat, ¿cómo se les puede tratar de manera digna y respetuosa? Entonces, sentimos que es un concepto defectuoso. Ha habido mucho debate, pero nadie me ha podido dar un argumento de cómo es que se sostiene eso en la vida libre. Por eso modificamos el concepto por una más amplio, más robusto, que es bioética de manejo, que aplica a las especies en cautiverio y a las que están en libertad, es un concepto que considera la interacción humana con estas especies, en cualquier situación. -¿Qué organizaciones han manifestado su apoyo a la iniciativa? -Todas. Realmente quienes no están de acuerdo son Teyeliz, Greenpeace y Defenders of Wildlife, las tres que básicamente están haciento todo este ruido. Todas las demás organizaciones han sido consultadas, han sido invitadas y me han manifestado de muchas maneras que están a favor. La misma Comisión Nacional de Biodiversidad (Conabio), a la cual tengo mucho respeto, me han manifestado que está a favor. Y lo msmo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Han metido sus observaciones y me dicen en su gran mayoría están de acuerdo y que sería una ley que benificiará a nuestro país, asimismo la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y pues las distintas organizaciones, por eso te diría más bien las que no, porque esas tres son las que han estado haciendo este ruido. No, esta es la última, ya llevamos para la realización de la misma hicimos una consulta amplísima y ahora tuvimos precisamente el foro y yo creo que tenemos materia suficiente, tenemos más de un año trabajando esto, contrario a lo que se ha dicho no es ninguna cosa exprés, hemos tenido largo tiempo de debate, creo que ahora es momento de concretar de ponerlo en un texto y de empezar a debatir ya para pasar a pleno. Ninfa Salinas aspira a que la iniciativa de Ley General de Biodiversidad se aprobada en el actual periodo de sesiones, pues pronto todos los esfeurzos van a estar concentrados en las elecciones. “Haré todo lo posible para que así sea”.
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LA DÉCIMO TERCERA CONFERENCIA DE LAS PARTES DEL CONVENIO SOBRE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA J. Gadir Lavadenz Lamadrid Coordinador general de la Alianza CDB www.cdb.info gadirlavadenz@gmail.com les de nuestros problemas. Es importante utilizar este avance para profundizar en un debate sobre las causas estructurales de la crisis ambiental y humana en que vivimos. Debemos usar todos los espacios posibles, incluyendo el CDB, para promover un cambio profundo en nuestros modelos de desarrollo y sistemas de vida que hoy en día se basan en el capital y en el consumo y por lo tanto ven a la naturaleza como un bien comercial del cual sacar provecho. La sociedad civil tiene una gran responsabilidad para dirigir los debates mundiales en otra dirección y no dejarse consumir por la complejidad de estos procesos. Por otro lado, es crucial estar presentes para impedir que el CDB y otros escenarios parecidos sean cooptados por las grandes trasnacionales, que invierten mucho dinero y esfuerzo para incidir. Esto fue particularmente evidente durante la COP 13 ya que el cabildeo del sector privado fue muy agresivo con la sociedad civil, sus acciones, eventos y propuestas.
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l Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) tiene sus raíces en el año 1988, cuando el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) convocó a un grupo de expertos para explorar la posibilidad y necesidad de un convenio internacional sobre biodiversidad. Después de un proceso de negociación, el texto del Convenio fue presentado para adopción durante la Cumbre de Rio en 1992 con tres objetivos centrales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Aunque este hecho ha sido sin duda un gran avance mundial en la conservación de la diversidad biológica, parece ser que por cada paso que damos hacia adelante también damos varios pasos hacia atrás. La Perspectiva mundial sobre la diversidad biológica 4 (PMDB-4), informe periódico del CDB que resume los datos más recientes sobre el estado y las tendencias en este ámbito, señala que las presiones sobre la diversidad biológica se incrementarán por lo menos hasta 2020, y el estado de la biodiversidad continuará deteriorándose. Una de las razones es que resultan insuficientes las res-
puestas que ofrecemos ante ante las presiones que ejercemos sobre los ecosistemas. Durante la Décimo Tercera Conferencia de las Partes del CDB (COP 13) se dio un paso osado para abordar de manera más directa las causas de la pérdida de biodiversidad que implica a los sectores de producción primaria del mundo: agricultura, pesca y acuicultura y bosques, así como al de turismo, este último muy cuestionado por la sociedad civil ya que la Conferencia se desarrolló en Cancún, México, donde el impacto del turismo es muy evidente y alarmante sobre los manglares de la región. No era una tarea fácil establecer un enfoque transversal de la biodiversidad en estos sectores, pues el CDB tiene un mandato específico referido a diversidad biológica y no tiene un alcance legal sobre las estructuras que deciden en los diferentes sectores que la impactan. En todo caso, la intención fue generar decisiones para que las buenas prácticas trabajadas desde el CDB puedan integrarse en las políticas, los planes y programas de los sectores causantes de la pérdida de biodiversidad y así provocar que los sectores consideren los impactos que ocasionan en ella y los posibles beneficios emergentes de su uso sostenible.
El resultado: una serie de decisiones positivas pero aún lejos de ser suficientes. Las decisiones asumidas pueden servir de base para llegar a aquellos sectores que ocasionan grandes presiones en nuestros ecosistemas, pero todavía no logran incidir de manera directa en las causas estructura-
Otro tema importante durante la COP 13 del CDB fue el de biología sintética, que se puede entender como la siguiente generación de biotecnología que intenta una reingeniería, edición y sintetización de los sistemas biológicos a un nivel genético. El CDB ha tratado este tema durante unos seis años y tomó una decisión crucial durante la COP 12, al enfatizar la necesidad de sistemas precautorios y de regulación y una evaluación socioeconómica y de riesgos al respecto. Este es un gran
logro dentro de las negociaciones, pues aunque aún hay mucho por trabajar, el CDB es el único espacio de regulación de estas nuevas tecnologías y hay grandes intereses privados haciendo mucho esfuerzo para que no exista control alguno sobre ellas y así experimentar libremente sin considerar las repercusiones en los ecosistemas y en la salud de la población. El presupuesto aprobado para el CDB es de más de 13 millones de dólares estadounidenses para 2017 y más de 14 millones para 2018. Aunque quizás sea uno de los más modestos de Naciones Unidas, necesitamos reflexionar sobre el uso que realmente le damos como sociedad a instancias como el CDB y los avances que esperamos del mismo. No es posible describir en un solo artículo todos los temas que estuvieron en negociación y las implicaciones de cada uno en nuestras vidas, pero ciertamente necesitamos estar atentos a ellos y hacer que cada espacio en el que participamos como sociedad civil sea una oportunidad para cuestionar al sistema y abrir espacios para que nuevas formas de vida reciban el apoyo y reconocimiento suficiente y así entablar una relación de armonía con la naturaleza, con las y los demás y con un@ mism@. Para mayor información, consultar estas ligas: www.cbd.int https://www.cbd.int/convention/text/ default.shtml https://www.cbd.int/gbo/gbo4/publication/gbo4-es-lr.pdf http://cop13.mx
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EUFEMISMOS DE LA COP 13 Y EL PROTOCOLO DE NAGOYA Emma Estrada Martínez, Carlos Héctor Ávila Bello y Miguel Pinkus Rendón
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esde 1993 se ha discutido mundialmente acerca de la protección de la biodiversidad, especialmente en las Conferencias de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). No obstante, es necesario expresar con claridad que la mayor parte de los enunciados del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, las Metas de Aichi y el mismo contenido del CDB, retomados y aumentados en la Declaración de Cancún –elaborada en diciembre de 2016 como resultado de la COP 13–, no son más que la expresión de buenas intenciones, ya que en conjunto presentan una contraposición entre las grandes empresas, que buscan apropiarse de la diversidad biológica de los países megadiversos, y la representación legítima de pueblos por tratar de evitar tal despojo. El ejemplo más notorio es el artículo 8j del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en donde se establece que “en la medida de lo posible [sic] y con arreglo a su legislación nacional, se respetará, preservará y mantendrán los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica y promoverá su aplicación más amplia, con la aprobación y la participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los beneficios derivados de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas se compartan equitativamente”. Sin embargo, las comunidades en donde esto se ha aplicado han obtenido solamente de 0.1 a 2.5 por ciento de las ganancias que han logrado las empresas trasnacionales, lo que es absolutamente desigual. Además, en el Protocolo de Nagoya, derivado del CDB, en el Anexo donde se mencionan los beneficios monetarios y no monetarios de los acuerdos comerciales incluidos, “sin limitaciones”, se considera a los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales bajo la normatividad industrial sujeta a patentes, y se acepta la apropiación de los mismos y su tecnología implícita en los conocimientos asociados, llamándola de manera tramposa en su inciso j: “Propiedad conjunta de los derechos de propiedad intelectual pertinentes”, en donde las trasnacionales buscan obtener ganancias, ya sea por la vía de legalizar y registrar la diversidad biocultural, o de la venta de tecnologías patentadas como los transgénicos.
Consideramos que en un verdadero escenario de igualdad, se debería plantear que los conocimientos, las innovaciones y prácticas de la gran industria farmacéutica o alimenticia se compartieran equitativamente con los pueblos. Sin embargo, nunca se ha reconocido el esfuerzo milenario de investigación cuidadosa, amorosa y detallada que han hecho las mujeres y los hombres de los pueblos originarios. Ese proceso ha sido concebido como trabajo, bien y derecho común, que no se refleja en leyes, protocolos, ni convenios. No en balde un habitante original mapuche dijo hace tiempo: “no entiendo cómo se puede patentar una planta, yo no puedo ser dueño de ella, porque crece en mi parcela, en la de mi vecino, en la de otro vecino de otra comunidad y en el territorio; es de todos”. En un artículo publicado en La Jornada Maya el 8 de diciembre de 2016, Carlos Meade, al referirse a la COP 13, anota que “la idea de integración que se está empujando de manera oficial es la de la privatización y mercantilización de la naturaleza, dando por hecho que los sectores privados sólo se interesarán por la naturaleza, mientras ésta represente oportunidades de negocio. Se da por hecho que las empresas dominan las políticas económicas a nivel mundial y que las mismas son las que rigen el devenir del mundo” (https://www.lajornadamaya.mx/2016-12-08/Labiodiversidad-como-mercancia). En contraste, diferentes pueblos originarios del mundo reunidos en Ek Balam, Yucatán, declara-
ron previo a la COP 13 que “los pueblos originarios hemos conservado, mantenido y mejorado, día a día, hasta la actualidad, todos los maíces y la biodiversidad vinculada al uso de la naturaleza”. Por lo que se debe “respetar y reconocer las prácticas tradicionales colectivas de trabajo y solidaridad entre nuestras comunidades, lo cual ha permitido nuestra convivencia”. Por su parte, la senadora Ninfa Salinas Sada (del Partido Verde Ecologista) presentó la iniciativa de Ley General de Biodiversidad (LGB), cuyo objetivo, según ella, es “nacionalizar” el Protocolo de Nagoya. De acuerdo con Carlos Meade, la LGB presenta un marco legal lleno de “incongruencias y ambigüedades” y “es una burda maniobra que impulsa el gobierno mexicano, y que entra en contradicción con los principios del CDB, por ejemplo: “la promoción de los cultivos transgénicos, las concesiones de minería a cielo abierto, el fomento de las plantaciones de palma africana, los permisos para nuevos megaproyectos turísticos en zonas de alta fragilidad y recortes presupuestales en las áreas relacionadas con la conservación y uso de la biodiversidad”. Cabe mencionar que el Protocolo de Nagoya fue suscrito por el gobierno mexicano sin una consulta amplia e informada a toda la sociedad mexicana. En él se menciona el “consentimiento fundamentado previo” de los “proveedores” de los recursos genéticos, en comunidades objetivo (es decir, aquellas que las trasnacionales u otros
particulares elijan y no todas las comunidades poseedoras del territorio en donde se podría localizar los recursos bajo interés, lo cual es totalmente injusto para las comunidades excluidas). Ahora se busca aprobar la iniciativa de LGB, sin embargo, tomando en cuenta que las reformas políticas recientes ha incrementado la desigualdad y la pobreza, ¿qué esperanza tendrían las comunidades de realmente ejercer un consentimiento libre e informado sobre sus recursos genéticos y conocimiento tradicional asociado? ¿Qué posibilidad de una participación equitativa de los beneficios que deriven de su utilización, si los gobiernos pactan con las grandes trasnacionales? ¿En dónde queda la justicia si el mismo Protocolo establece
que en caso de incumplimiento de los acuerdos de acceso, “las partes adoptarán medidas apropiadas, eficaces y proporcionales” para abordarlo?, es decir, ¿se enfrentarán a los representantes de comunidades indígenas, afrodescendientes o campesinas, contra bufetes jurídicos de las grandes empresas? Creemos que lo adecuado sería que los gobiernos de México y Latinoamérica prohíban a empresas nacionales y trasnacionales poner en riesgo, destruir, apropiarse o patentar los recursos naturales de los territorios de los pueblos originarios, los agroecosistemas, paisajes bioculturales y la biodiversidad en toda su expresión. Es fundamental que académicos, profesionistas y comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas vinculadas a la biodiversidad realicen proyectos participativos que retomen la sabiduría ancestral de los pueblos con base en el diálogo intercultural, la agroecología y el manejo sustentable de la riqueza biocultural, oponiéndose con ello a la pretensión de apropiación que persigue la aplicación del Protocolo de Nagoya, junto con leyes hechas a modo como la iniciativa de LGB. Este conjunto de Protocolos y leyes sólo ahondará las profundas desigualdades de nuestros países e incrementarán la inseguridad alimentaria y la dependencia. Las empresas trasnacionales no están interesadas en alimentar a la humanidad, sino en obtener ganancias. Valga citar dos preguntas que hacía Jorge Carpizo (2012) en uno de sus últimos artículos: “¿Cómo va a ser soberano un pueblo que no pueda disponer de sus recursos naturales en su beneficio? ¿Cómo va a ser soberano un pueblo cuyo territorio no sea suyo?” (https:// archivos.juridicas.unam.mx/www/ bjv/libros/7/3063/17.pdf).
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LAS CUMBRES DE CANCÚN: EL REY MIDAS Y LA RESISTENCIA DE LA TIERRA PROFUNDA Alberto Betancourt Posada
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n diciembre de 2016, México fue sede de cuatro importantes reuniones internacionales: la Décimo Tercera Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 13-CDB), la Segunda COP del Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización, la Octava COP del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad de la Biotecnología y la cumbre “indígena” Mu’uch Tambal. Las cumbres de Cancún constituyeron un importante acontecimiento científico, político, diplomático, económico y mediático, por ser el espacio más importante de definición de la estrategia global de conservación de la biodiversidad. Durante el evento chocaron los hierros intelectuales de dos paradigmas completamente contrapuestos: la mercantilización de la naturaleza versus la defensa de los bienes comunes y el reencantamiento de la vida maravillosa. El primero representa una continuación de la ciencia colonial, “desde arriba” y “desde afuera”, en que instancias como el Grupo Banco
Mundial, la Agencia de Desarrollo Alemana y el Fondo Japonés para la Biodiversidad han impulsado un modelo de conservación ligado a la lógica de las ganancias, con el que pretenden re-colonizar el mundo. En contrapunto, y desafortunadamente en notable minoría, el movimiento comunitario exigió que el CDB actualice sus principios y retome con seriedad los elementos de la Declaración de Derechos Indígenas la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y respete los territorios, los saberes, los valores comunitarios y las prácticas productivas indígenas. El consecuente reconocimiento de los lazos entre diversidad cultural y diversidad biológica implicaría formular un modelo de conservación basado en la participación de los pueblos indígenas en el diseño de las estrategias locales, nacionales y globales. El paradigma mercantilista se caracteriza por su afán de lucro. “Los recursos se conservan mejor si les ponemos precio”, solía decir en sus buenos tiempos la maestra Julia Carabias, cuyas ideas y emisarios merodearon el Moon Palace, hotel asentado ilegalmente, en el que los delegados se desplazaban en carritos de golf. Uno de los rasgos de las cumbres de Cancún fue el espíritu empresarial que “logró”
abrir la conservación al mundo de los negocios. Braulio Ferreira de Souza Dias, presidente saliente de la Secretaría Ejecutiva del CDB, señaló en su balance final que 130 grandes empresas asistieron al Caribe mexicano y optaron por ver las inversiones en conservación de la biodiversidad como una oportunidad para obtener innovaciones redituables. El gobierno mexicano, dijo, “promovió con entusiasmo la incorporación de los sectores agrícola, turístico, pesquero y forestal a [al negocio de] la conservación”. Y reconoció el importante papel que juega actualmente el Grupo Banco Mundial en la autorización de los créditos y en la supervisión de las actividades de conservación en el mundo.
nales, por actividades turísticas y extractivas de mayor valor comercial, así como reordenar el uso del suelo ajustándolos a los lineamientos dictados por el Banco Mundial.
Podemos agregar que efectivamente esa institución, sin mínimos parámetros democráticos ni rigor científico, se ha erigido en el cerebro financiero que impone los criterios (neoliberales) de conservación-colonización de los centros de origen de la biodiversidad.
La reunión del protocolo de Nagoya y la efectuada para actualizar el Convenio de Bioseguridad de Cartagena adoptaron medidas que pondrán en grave peligro los conocimientos y la biodiversidad del planeta, que podría sufrir una seria erosión genética por el uso de transgénicos y organismos vivos modificados (transgénicos más quimeras de la biología sintética) en la vida silvestre y los cultivos agrícolas.
Por ejemplo, durante la cumbre del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad, llamada Mu’uch Tambal, Yoko Watanabe, especialista en recursos naturales del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, que es la oficina ambiental del Grupo Banco Mundial, señaló que el banco ha apoyado dos mil 500 proyectos relacionados con pueblos indígenas, los cuales juegan un lugar cada vez más importante en la conservación. El documento “Un nuevo clima para los bosques”, que sirve de guía para el financiamiento de esas iniciativas, establece que los proyectos se proponen intervenir, por medio de la reestructuración productiva, en el cambio de las actividades y los valores tradicio-
Dichos proyectos dirigidos a los pueblos indígenas se aplicarán en bosques, en los que habitan mil millones personas pobres “y aproximadamente dos mil culturas indígenas”. El documento propone como principal instrumento de conservación la creación de áreas naturales protegidas, en las que se practique un ordenamiento forestal basado en la reestructuración productiva y el reordenamiento territorial, para mantener en funcionamiento los servicios ambientales brindados por los bosques.
A contrapelo, la lucha de los pueblos indígenas si logró tener presencia y plasmar algunas reivindicaciones, que pueden servir como instrumentos importantes para resistir la colonización-conservación y para combatir al paradigma instrumentalista-extractivista que pretende privatizar los conocimientos tradicionales. Entre las medida obtenidas, mencionadas en el propio discurso de Ferreira de Souza, se encuentran por ejemplo las ideas del documento “Miradas locales sobre la biodiversidad”, que estableció la importan-
cia de la diversidad biocultural en la resiliencia social y ecológica al cambio climático, así como el reconocimiento del rol que juegan en la salud de los ecosistemas la propiedad de la tierra y las actividades económicas tradicionales. El documento vertió algunas de sus inquietudes en el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020. Midas, hijo del rey Grodinas fue ambicioso desde niño. Obsesionado durante su propio reinado por la riqueza, cuando Dionisio le ofreció concederle un deseo pidió que todo lo que tocara se convirtiera en oro. Su nuevo don le impidió saciar su hambre y su sed; alimentos y vino se transformaban en metal. El presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano Alamán, encarnaron el espíritu del rey Midas durante la cumbre usando su papel de anfitriones, para abrir la puerta a negocios que pondrán en grave riesgo al planeta. En contrapunto, los habitantes de la Tierra Profunda, los pueblos originarios y las comunidades locales, sus intelectuales y su filosofía también estuvieron ahí para defender sus territorios y los centros de origen de la agricultura, donde su sabiduría se objetiva en la cocreación de algunos de los paisajes mejor conservados del mundo y en un continuo incremento de la agrodiversidad. En la CDB continúa el duelo entre dos paradigmas: la mercantilización y el reencantamiento de la naturaleza. Debemos continuar la lucha y llegar mejor preparados a la COP 14, que se realizará en El Cairo, Egipto.
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EL DOBLEZ DE LO VERDE Martha Elena García Periodista especializada en ailmentación y medio ambiente calmil.comunicacion@gmail.com En conversación con Dolores Rojas Rubio, coordinadora de Programas y responsable del Eje de Recursos Naturales, Cambio Climático y Sustentabilidad en la Fundación Heinrich Böll en México, abordamos algunos de los temas que se examinan en La economía verde por dentro, promesas y trampas.
Barbara Unmüßig
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esentrañar los artilugios que esgrimen las empresas para continuar con el modelo económico actual de privilegio de la energía fósil, sin sacrificar sus ritmos de producción y ampliar cada vez más sus mercados, es la propuesta que nos comparten Thomas Fatheuer, Lili Fuhr y Barbara Unmüßig en su libro La economía verde por dentro-Promesas y trampas, publicado por la Fundación Heinrich Böll. Los autores despliegan este doblez de una economía verde que, en vez de desistir del uso de las energías fósiles en el subsuelo, transformar el actual modelo de explotación agrícola y regenerar los ecosistemas naturales, pretende enfrentar la pérdida de la biodiversidad y la agudización del cambio climático utilizando a la naturaleza como una mercancía. Actualmente los bonos de carbono (CO2), las energías renovables y los biocombustibles resultan ser atractivos nichos de mercado. Más aún, en este escenario, la extracción de carbón, gas y petróleo puede continuar a la par de la reducción de las emisiones de CO2 y concretarse ventajosamente por medio de mecanismos flexibles de mercado y de compensación. Si bien esta concepción de la economía verde que hoy se ostenta como dominante –enarbolada por actores corporativos, con el respaldo del Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)– no es la única, Barbara Unmüßig, co presidenta de la Fundación Heinrich Böll, desde el prefacio nos propone revisar los distintos enfoques para entenderla, porque “no todo lo que navega con bandera verde merece esa denominación”. Asimismo, cuestiona “si la ampliación de los mecanismos de mercado constituye o no una estrategia efectiva para frenar el cambio climático y la depredación ambiental”.
Dolores Rojas se remite a los antecedentes que registra el texto, cuando los movimientos ecologistas esparcieron la esperanza en el planeta por medio de la economía verde: “Un cambio de paradigma en los patrones de producción y consumo que garantizara el sano funcionamiento de la naturaleza, el bienestar del ser humano y la equidad social. Esperanza que rápidamente se perdió porque las empresas, partiendo de la falsa premisa de ponerle precio a los servicios de los ecosistemas, comenzaron hacer negocios verdes”. Luego de recordarnos a los precursores del paradigma que proyectaba lograr la compatibilidad de la economía y la ecología, a fin de alcanzar un bienestar social justo y equitativo, dentro los límites de la naturaleza, nos explica que la propuesta del libro “es ver ese otro lado de la economía verde para tratar de evidenciar lo que parece evidente, pero que no lo es. Nos propone una mirada crítica sobre esta tendencia de poner en el centro la economía lo que hasta ahora no ha solucionado: la degradación ambiental y las necesidades de las personas”. Con base en el más reciente informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que plantea mitigar los riesgos de un colapso planetario manteniendo el calentamiento global por debajo de dos grados centígrados y acelerando la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, las empresas privadas y públicas sólo se han enfocado a desarrollar instrumentos que les permitan contabilizar la disminución de emisiones de CO2, mientras continúan realizando una mayor extracción y uso de los recursos fósiles e incluso explorando nuevas reservas. A lo largo del libro los autores, con base en datos sustentados en diversas investigaciones, dan cuenta de los diferentes mecanismos de cuantificación y compensación de las funciones de la naturaleza que, tras el parapeto de los bonos de carbono, impulsan un mercado del capital natural que mina los derechos de las comunidades sobre sus recursos naturales y trastoca su cultura.
El pago por servicios ecosistémicos es uno de esos mecanismos en que nuestro país ha sobresalido. Un ejemplo elocuente son los más de 20 parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, donde empresas extranjeras, en contubernio con los distintos niveles de gobierno, han despojado a las comunidades de su territorio, formas de subsistencia y manifestaciones culturales. Dolores Rojas ilustra otro de esos mecanismos: una fábrica de papel paga en un lugar lejano por un bosque que ni sembró, ni cuidó. No ve el bosque en todas las interacciones de los organismos que conviven ahí. Lo ve como un sumidero que absorbe toneladas de carbono, tantas que hasta sobra un poquito de las que emite su empresa y le tienen que compensar ese diferencial. Más aún, como su materia prima es la celulosa, entonces abonando la pérdida de biodiversidad siembra grandes extensiones mediante desiertos verdes, como los monocultivos de eucalipto o palma de aceite, que crecen rápido, y lucra con ellos bajo la promesa de capturar carbono. Eso le permite contaminar en cualquier parte del mundo y que la empresa siga navegando con bandera de verde, aunque esté devastando un ecosistema en otro lado. “Son incentivos bastante perversos –sostiene Dolores– porque perturban nuestra relación con la naturaleza e incitan a su destrucción. Tan es así, que en los últimos años hemos visto la desaparición de grandes extensiones de la selva del Amazonas, así como la migración forzada de poblaciones a quienes les debemos la existencia de esos recursos. No es casualidad que la mayor diversidad biológica y cultural se concentre en las comunidades indígenas o pueblos originarios de los distintos países, ya que éstos ancestralmente han coevolucionado con su entorno y hoy los intereses económicos los desplazan o les prohíben tocarlo”. Por otra parte, los autores consignan la tendencia creciente de la agricultura intensiva a la exportación para alimento de ganado y la producción de biocombustibles, en un entorno de pérdida de biodiversidad y de tierras cultivables, aderezado con la contaminación del agua y los suelos con agrotóxicos y abonos nitrogenados. Subrayan que la expansión agropecuaria transforma en en tierras de cultivo los bosques nativos, sabanas y humedales, “liberando a la atmósfera en forma de CO₂, el carbono almacenado en los suelos durante miles de años” y facilitando la generación de óxido de nitrógeno, “365 veces más dañino en términos climáti-
La rosquilla de los límites sociales y planetarios
cos que el CO” y de metano, entre otros gases de efecto invernadero. Respecto a este tipo de producción agrícola, Thomas Fatheuer, Lili Fuhr y Barbara Unmüßig constatan que su objetivo no es la seguridad alimentaria, que provea de alimentos saludables a los siete mil millones de personas que habitan la Tierra, sino “elaborar alimento animal y biomasa destinados a la producción de carne, energía y combustibles para satisfacer los deseos de consumo de las clases medias y aumentar las ganancias y el poder de las multinacionales agrícolas”. Cultivos que además de monopolizar grandes extensiones de tierra donde se producen, se extienden a otras latitudes. “Europa es el continente que más utiliza tierras fuera de sus fronteras”. Según consigna el libro, hay una fuerte tendencia a pensar que cualquier problema tarde o temprano tendrá una solución tecnológica por medio de la geoingeniería o biología sintética, entre otras innovaciones. De ahí que las empresas inviertan en investigaciones en estos campos. Con la geoingeniería, comenta Dolores Rojas, se podría capturar CO2 e inyectarlo en el subsuelo para que ahí quede atrapado y ya haya aire limpio; habrá semillas genéticamente modificadas que resistan las sequías del cambio climático; en fin… se van buscando soluciones cada vez más complejas y se va perdiendo que el origen del problema es la quema de combustibles fósiles. Hasta ahora las innovaciones tecnológicas no han solucionado la crisis ambiental ni han erradicado el hambre, como ocurrió con la Revolución Verde, que no sólo no ha incrementó la producción agrícola como se esperaba, sino que resultó contraproducente en términos de biodiversidad y de salud para la población y el medio ambiente. No obstante, esa misma revolución propició el poderío económico de varias empresas y de las trasnacionales (BASF, Bayer, Dow,
Dupont, Monsanto y Syngenta), que vía la piratería de semillas a escala mundial se han adueñado de ellas e incluso las han patentado. Capítulo tras capítulo se plantean preguntas en cada uno de los caminos por donde actualmente transitan los depredadores climáticos: sus costos, si realmente son ecológicos y si ponderan el bien común y no sólo el de unos cuantos. “El libro explora alternativas de modos de vida más sustentables, de una convivencia mejor y a largo plazo con la naturaleza. Invita a buscar soluciones en los entornos locales, porque cada entorno es distinto. Esas soluciones son las que van a impactar finalmente en esta suma global de archipiélagos de prácticas locales”, sintetiza Dolores Rojas y concluye: el estándar debe tomar en cuenta los límites y a las personas, como el modelo de dona que viene en el libro, un espacio de sobrevivencia justo para todos dentro de los límites naturales. Un modelo al que pueden ir adaptando los diferentes grupos sociales en sus diversos entornos. La economía verde por dentro-Promesas y trampas es un texto escrito por tres directivos de la Fundación Heinrich Böll: Thomas Fatheuer, ex director de la oficina en Río de Janeiro; Lili Fuhr, directora del Departamento Internacional de Ecología y Desarrollo Sostenible, y Barbara Unmüßig, co presidenta. Editado en español por la Fundación Heinrich Böll México, Centroamérica y El Caribe en 2016, bajo licencia de Creative Commons (sin fines comerciales). La distribución del libro es gratuita y está disponible hasta agotar existencias en las oficinas de la Fundación (calle José Alvarado Num. 12, Col. Roma, Ciudad de México) y en formato electrónico en su página: http://mx.boell.org/es
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AVANCES (Y RETROCESOS) EN BIOTECNOLOGÍA EN LA COP13 DEL CDB
Evento: Foro: Suelos Resilientes para Agrosistemas Sustentables. Organiza: La Fundación Gonzalo Río Arronte I.A.P., ENDESU A.C., el Centro Geo A.C., la Facultad de Ciencias, la Unión de Científicos Comprometidos por la Sociedad (UCCS) y el Instituto de Investigaciones Antropológicas. Día, lugar y hora: 4 de abril de 2017, en el Auditorio del Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. Circuito Exterior Universitario s/n. Ciudad Universitaria, Ciudad de México. 09:00 horas.
Verónica Villa Grupo ETC
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ntre el 4 y el 17 de diciembre de 2016, 196 países reunidos en la Décimo Tercera Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP 13 del CDB) avanzaron en la regulación global y la supervisión de la biología sintética, un tema sumamente debatido durante casi siete años después de que la sociedad civil alertó sobre la necesidad de precaución y regulación de este nuevo conjunto de biotecnologías. Sin embargo, la COP 13 sufrió también un retroceso en el tema de evaluación de riesgos de los organismos transgénicos, ya que se planteó que los movimientos transfronterizos queden a criterio de las legislaciones nacionales, a pesar de que se trata de algo que involucra a por lo menos dos naciones, y se dio por concluido el trabajo de un grupo clave de expertos que se preparaba para poder entregar directrices sobre los nuevos tipos de transgénicos y lineamientos de evaluación de riesgos sobre organismos derivados de biología sintética. Los avances fueron resultado de la demanda de cientos de organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo que estuvieron siguiendo en el lugar o desde diversos países las negociaciones en este tema en Cancún, así como del eco y acción de delegados principalmente africanos, que recogieron estas inquietudes. Entre las cuestiones más importantes dentro de la biología sintética se debatió: a) su definición operativa, b) el secuenciamiento digital y c) los peligros de una nueva técnica de extinción genética llamada “impulsores genéticos.” En el tema de la definición, la COP13 asumió que la biología sintética representa “una nueva dimensión de la biotecnología moderna que combina la ciencia, la tecnología y la ingeniería [así como] el diseño, el rediseño, la fabricación y la modificación de materiales genéticos, organismos vivos y sistemas biológicos”, definición que desde ahora funcionará como base para las sucesivas deliberaciones sobre la regulación y precauciones necesarias sobre esta tecnología. Para el caso del secuenciamiento digital, que posibilita la biopiratería de ácido desoxirribonucleico (ADN) mediante internet y bases
de datos digitales, los miembros dieron un enorme paso al reconocer la gran brecha legal que existe en el CDB, ya que consideraron que el secuenciamiento digital “constituye una cuestión intersectorial que puede incumbir a los tres objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica”. Sentaron las bases para la formación de un grupo de expertos técnicos que examine “cualquier posible repercusión del uso de información digital sobre secuencias de los recursos genéticos” y que ponga a consideración del órgano científico del CDB sus hallazgos. (La biopiratería digital consiste en que las empresas pueden descargar las secuencias genéticas de plantas, microorganismos y semillas para luego usarlas, recreando ADN físico con técnicas de biología sintética, sin considerar beneficio alguno para los países y las comunidades donde se originan los organismos base de esta información genética). Finalmente, es de suma importancia el avance en el lenguaje precautorio adoptado para los impulsores genéticos. Creados con herramientas de la biología sintética, los “genes dirigidos”, como también se nombran, están diseñados específicamente para esparcirse en la naturaleza, introducirse en poblaciones de diversas especies y potencialmente hacer que éstas colapsen. Un impulsor genético asegura que un carácter elegido pase a todas las generaciones posteriores, evadiendo las leyes de la herencia mendeliana, en la que existe la posibilidad de que si no es bueno para la supervivencia de la especie, ésta tienda a eliminarlo. Al asegurar la transmisión permanente de un rasgo, sería posible afectar o reconfigurar especies enteras y ecosistemas según sus promotores lo diseñen. Por eso también se ha llamado a los impulsores genéticos una “técnica de extinción de especies”. A diferencia de los transgénicos “normales”, que, al contaminar otras variedades, podrían expandirse y sobrevivir o ser eliminados a largo plazo por la resistencia de la propia especie, en el caso de los impulsores genéticos, si son exitosos, podrían llegar a estar presentes en toda una población en muy poco tiempo. Están diseñados para persistir y cruzar cualquier tipo de frontera y pueden volverse un problema global. La decisión de la COP13 del CDB es un primer paso, importante aunque no suficiente: reafirma el llamado a la precaución en el tema de
impulsores genéticos y pide a los gobiernos asegurar que existan mecanismos regulatorios y que se realice evaluación de riesgos adecuada antes de cualquier prueba de campo. El CDB se ha convertido en un campo global de batalla sobre la diversidad biológica. Se considera el organismo de la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) por excelencia para acciones de la sociedad civil en este tema, porque es uno de los pocos tratados en los que la sociedad civil ha logrado hacerse escuchar, con clara influencia en las decisiones. Desde allí se ha frenado la tecnología Terminator, de creación de semillas estériles, la geoingeniería (manipulación del clima) y otras amenazas. En el CDB la sociedad civil ha logrado bloquear muchas malas decisiones o ha apoyado buenas iniciativas relacionadas con la diversidad biológica. En esta COP, el CBD entendió que sería irresponsable experimentar o liberar impulsores genéticos. Incluso la investigación confinada en laboratorio debería detenerse hasta que existan estándares internacionales para la contención de organismos a los que se les estén insertando genes que se comportarán de formas desconocidas y podrían diseminarse incontroladamente. La gran mayoría de los gobiernos en la COP 13 entendieron que necesitan asumir ya que la biología sintética y otras nuevas biotecnologías que se desarrollan muy rápidamente implican amenazas a la biodiversidad, a las economías locales y a los derechos de los campesinos y de los pueblos indígenas. Las decisiones de la COP13 reflejan muchas de estas preocupaciones, y si no se logró avanzar más, fue debido a pocos países, que actuaron en defensa no de sus propias poblaciones y biodiversidad, sino defendiendo el interés de las empresas trasnacionales de biotecnología.
Evento: Curso-Taller Minería y Salud Ambiental. Organiza: Dra. Lilia Albert, de Ambiente y Salud A.C. y Fronteras Comunes. Lugar, fecha y hora: 21 y 22 de abril, Ciudad de México. A partir de las 09:00 horas. Información: www.fronterascomunes.org.mx
Libro: Las milpas de la ira “En este mundo cabrón, quien no resiste no existe”. Autor: Armando Bartra. Brigada para leer en libertad. http://brigadaparaleerenlibertad.com/programas/las-milpas-de-la-ira/
Libro: La economía verde por dentro. Promesas y trampas. Autores: Thomas Fatheuer, Lili Fuhr y Barbara Unmüßig.
Libro: Zapata en el corazón del pueblo. Autor: Plutarco Emilio García Jiménez. Editores: Varios.
Libro: Los derechos de los niños y niñas en México frente al ambiente obesogénico. Autoras: Mónica González Contró e Issa Luna Pla. Del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Libro: Patrimonio natural, cultural y paisajístico. Claves para la sostenibilidad territorial. Dirección de Luis M. Jiménez Herrero y la coordinación de Ana María Ayuso Álvarez y Alexandra Delgado Jiménez. http:// www.tysmagazine.com/ libro-gratuito-patrimonio-natural-cultural-y-paisajisticoclaves-para-la-sostenibilidad-territorial/
Libro: Cacao y campesinos: experiencias en producción e investigación. Varios autores. Ejercicio editorial que incorpora procesos de investigación de tres universidades públicas del Ecuador: Universidad Central, Universidad de Guayaquil y ESPOL. https://docs.google.com/forms/d/ e/1FAIpQLSfI1eI3ezU9ELtVz_pzr 5jrFZce6J88xUzTqiJfu4_6OqFZB w/viewform?platform=hootsuite
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PUEBLOS ORIGINARIOS, DIVERSIDAD BIOCULTURAL, EK-BALAM Y LA COP 13
desde lo local; promover y fortalecer la participación directa de las mujeres de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas en la toma de decisiones relacionadas con la reglamentación sobre recursos biológicos y conocimiento tradicional asociado.
Carlos H. Ávila Bello* y David Lauer** *Profesor-investigador en la Universidad Veracruzana **Fotógrafo independiente, activista a favor del maíz nativo, curador Voces del maíz, Chihuahua, México
La primera cita fue en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en el centro de la Ciudad de México, la segunda en Ek Balam, Yucatán, previo a la Décimo Tercera Conferencia de las Partes (COP 13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se celebró en Cancún, para analizar y discutir las implicaciones que la adopción, no sólo del CDB, sino también de los Protocolos de Nagoya y de Cartagena, pudieran tener para los pueblos originarios del mundo y para la humanidad en general. Con ese fin, el grupo elaboró La Declaración de Ek Balam, que se presentó en una conferencia de prensa en la COP 13. El documento distingue entre la diversidad biológica y la diversidad biocultural. La primera es la totalidad del delicado entramado de seres que sostiene la vida en el planeta, el número total de especies de un lugar dividido en dos componentes: la riqueza (el número de especies en un espacio) y la equidad (cómo están repartidas esas especies en el espacio). Es un complejo dinámico entretejido que incluye la atmósfera, las especies del suelo (hongos, bacterias, lombrices de tierra, artrópodos y otros seres vivos), hierbas, arbustos, árboles, aves y mamíferos. En el subsuelo se encuentran, junto con nutrimentos, ecosistemas tan complejos como selvas o bosques y la actividad en esos espacios puede fijar más carbono de la atmósfera que algunos bosques o selvas. El debate acerca del valor de la diversidad biológica se inició al final de los años 70’s y principios de los 80’s del siglo XX. Sin embargo, el deterioro estimulado por los sistemas económicos no ha disminuido, más bien ha aumentado hasta llegar a niveles alarmantes. Por otro lado, la diversidad biocultural es un proceso co-evolutivo que los seres humanos hemos establecido con la naturaleza, mismo que dio origen al lenguaje, al conocimiento y las técnicas que se han transmitido de generación en generación. Mutualismo que llevó al descubrimiento, por parte de la mujer, de la agricultura, y a la do-
mesticación de diferentes plantas y animales. Estas relaciones constituyen el patrimonio biocultural (Boege, 2008), es decir, el sentido u orientación con que se hacen las cosas, la vida, la existencia, la forma como se crean espacios geográficos ocupados y transformados en el tiempo por los pueblos originarios para obtener bienes materiales e inmateriales. Todo ello posibilitó el sedentarismo, estableciendo las bases de la civilización. Queda claro el papel fundamental que han jugado a lo largo del tiempo los pueblos originarios para el bien, desinteresado, de la humanidad. El CDB dice buscar “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos, mediante, entre otras cosas, un acceso adecuado a esos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes, teniendo en cuenta todos los derechos sobre esos recursos y a esas tecnologías, así como mediante una financiación apropiada”. Sin embargo, la base de ello tiene un enfoque totalmente incompleto y economicista. Lo anterior quedó muy claro al leer uno de los folletos que anunciaba la COP 13, en el que se destacaban tres aspectos: “la alianza mexicana por la biodiversidad y los negocios; la crucial participación del sector empresarial en la conservación [sic] de la biodiversidad, el desarrollo sustentable y la conservación de especies y ecosistemas [sic] para la prosperidad de la sociedad y los negocios [sic]”. Realmente lo que buscan muchos gobiernos, en numerosas ocasiones a espaldas de los pueblos originarios y de los ciudadanos, es integrar la diversidad biológica a los negocios. Muy raras veces, las empresas, sobre todo las trasnacionales, han buscado la prosperidad de la sociedad. Las comunidades donde se ha aplicado el Protocolo de Nagoya han logrado obtener de 0.1 a no más de 2.5 por ciento de las ganancias económicas. Otro ejemplo se ha vivido recientemente entre los pueblos originarios Lakota, de Standing Rock, con una empresa que daña sus territorios sagrados, así como el agua de cientos de miles de personas y seres vivos. En la Ciudad de México y EkBalam, se le dio importancia primordial al patrimonio biocultural de los pueblos y de la humanidad desde los ámbitos de la vida, la comunidad, la soberanía alimentaria y la integralidad; se dijo también
También, terminar con la discriminación por la indumentaria, forma de hablar o color de piel; ampliar fortalecer y articular las redes de producción, preservación y mejoramiento de semillas nativas a nivel nacional; crear materiales de difusión, en las lenguas originales, apropiados para la realidad de los pueblos y las comunidades indígenas, que ayuden a socializar leyes, tratados y convenios que se negocian en diferentes foros nacionales o internacionales, casi siempre a espaldas de los pueblos y la sociedad, y que las instituciones de educación superior diseñen programas educativos basados en las necesidades y demandas de los pueblos originarios, surgidos del diálogo de saberes y la interculturalidad.
FOTOS: David Lauer Read
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ntes de finalizar el año pasado, nos reunimos 50 integrantes de pueblos originarios y campesinos del mundo, más académicos y miembros de organizaciones no gubernamentales, en representación de miles de hijos e hijas del maíz y de la sociedad civil, para conocernos y compartir una visión diferente del mundo, enraizada en la diversidad biocultural.
que los seres humanos no domesticamos al maíz y a muchas otras plantas y animales, las plantas nos han domesticando, pues todas ellas forman parte de la madre tierra; el agua, el viento, los árboles, los animales y todos somos parte de esa colectividad; el maíz es el centro de la vida con un valor sagrado para los pueblos originarios, junto con la biodiversidad, y no son una mercancía. Quienes han conservado, mantenido y mejorado, día a día, hasta la actualidad, todos los maíces y la biodiversidad vinculada al uso de la naturaleza, son los pueblos originarios y no muchas empresas depredadoras interesadas sólo en hacer “negocios”. Parte de las conclusiones de estos encuentros fueron: se deben reconocer los derechos colectivos, entendiendo y respetando la cosmovisión, los usos y las costumbres de pueblos indígenas, comunidades campesinas y sus territorios; reconocer las prácticas tradicionales colectivas de trabajo y solidaridad
entre las comunidades, que son la base de la convivencia entre ellas; toda ley aplicable a las semillas y diversidad biológica se debe discutir y consensuar de manera representativa, por medio del consentimiento libre, previo e informado; ninguna ley debe criminalizar el intercambio y libre flujo solidario de semillas entre los pueblos originarios y campesinos, y se debe prohibir la entrada, siembra y comercio legal o ilegal de semillas transgénicas de maíz en todos los países cuyos pueblos originarios han conservado y diversificado hasta la fecha esta planta y sus cultivos asociados. Asimismo, se debe prohibir cualquier biotecnología que ponga en peligro la diversidad biocultural de los territorios de los pueblos originarios; los gobiernos nacionales deben prohibir a empresas nacionales y trasnacionales poner en riesgo, destruir, apropiarse o patentar los recursos naturales de los territorios de los pueblos originarios, los agroecosistemas, paisajes bioculturales y la biodiversidad en toda su expresión; promover iniciativas de producción agroecológica ejerciendo el derecho a la alimentación sana, segura y adecuada, de acuerdo con la identidad cultural de cada pueblo, como estrategia política de soberanía alimentaria
Finalmente, cualquier resultado de la COP 13 del CDB debe respetar los acuerdos internacionales de derechos humanos, particularmente la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, sin supeditar este marco a arreglos nacionales ni sub-nacionales; sólo así, con un respeto jurídicamente vinculante a los derechos de los pueblos originarios se garantizará que el CBD no incurra en violaciones a esos derechos inherentes. Además reconocer que los pueblos originarios tienen derecho a la libre determinación, lo que incluye mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, conocimientos tradicionales, ciencias, tecnologías y culturas, comprendidos los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, así como el conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora. Cabe preguntarse y reflexionar: ¿un recurso natural puede considerarse como privado y sujeto a posible patentamiento? ¿Pueden considerarse mercancías plantas como el maíz, el frijol, la calabaza o aquellas medicinales que por generaciones han domesticado los pueblos originales y campesinos? En la lógica capitalista la respuesta sería afirmativa, pero existe otra visión, aquella que por generaciones ha considerado a la tierra como un ser viviente, una Madre, aquella que reflexiona “la planta que crece en mi parcela, es la misma que crece en la de otro compañero y en la de otro que vive más lejos en el territorio”, por lo tanto, “no es suya, ni mía, es de todos” y pertenece a un todo, cuyos hilos invisibles apenas empezamos a comprender.
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MANIPULAN AL GOBIERNO, ¿ENGAÑARÁN A LA CORTE? René Sánchez Galindo Coordinador de COLECTVAS rene.sanchez.galindo@gmail.com nadas medidas cautelares pertinentes por primera vez en marzo de 2016; pero como se explicó, esta norma fue aplicada, impugnada y declarada constitucional desde septiembre de 2013 y hasta junio de 2015. Otro engaño es el que pretende realizar la empresa Monsanto. Pidió a la Primera Sala que atrajera el caso y que comunicara al Primer Tribunal Colegiado que reservará el dictado de su sentencia. Su argumento consistió en que la próxima decisión determinará si es inaplicable la Ley de Bioseguridad: falso. En este momento solo se discute si las medidas deben mantenerse hasta finalizar el juicio. Por lo que de ninguna manera se decidirá si es inaplicable la ley.
¿
Puede el Poder Judicial de la Federación revisar el tratamiento legal que el Ejecutivo federal da a las solicitudes de liberar o sembrar maíz transgénico en el país? Durante 44 meses hemos sostenido un intenso debate en los tribunales federales: por un lado, la agroindustria trasnacional y el gobierno federal que actúan como socios de la misma empresa, y por otro, científicos, campesinos, apicultores, abogados, sociedad civil y consumidores. Jueces y magistrados han expedido órdenes conocidas como medidas cautelares. Con ellas se ha impedido que el gobierno se doblegue a los intereses de las corporaciones, mientras se realiza un juicio justo. El magistrado federal, Jaime Manuel Marroquín Zaleta, explicó el caso: “se pretende someter a debate ante la autoridad judicial: la posible liberación comercial de organismos genéticamente modificados [OGMs] de maíz en México […] debe considerarse de orden público y de interés general”. La sentencia de Marroquín soportó seis amparos en cuatro tribunales federales colegiados. Por su parte, el magistrado federal, Benjamín Soto Sánchez, detalló que: “la demanda se basó en tres premisas medulares: a) la calidad de México como centro de origen y de diversidad genética de los maíces nativos y sus parientes silvestres, b) la presencia ilícita de OGMs en cultivos de maíces nativos y c) un alegado riesgo de que con la liberación al ambiente de OGMs se afectará gravemente la diversidad de los maíces nativos y sus parientes silvestres [… se] pone en riesgo el derecho humano e interés difuso de conservación, utilización sostenible y participación justa y equitativa de la diversidad biológica”.
Con base en los 30 tomos que actualmente integran el expediente del juicio de acción colectiva, podemos asegurar que las empresas trasnacionales manipulan al gobierno federal. No solo porque coinciden en todo lo que declaran, argumentan e impugnan ante los tribunales, sino porque las dependencias públicas ocultaron información a los tribunales para favorecer a aquéllas. A fin de contrarrestarlos, buscamos la información por mecanismos de transparencia en internet, la notarizamos y presentamos en juzgados. La agroindustria hoy busca engañar al Poder Judicial de la Federación. Pretende hacer creer a los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte Justicia de la Nación que en marzo de 2016 se aplicaron por primera vez medidas cautelares que la ley conoce como medidas que el juez considere pertinentes. La realidad es distinta, desde septiembre de 2013 fueron consideradas por un juez para suspender la siembra de maíz transgénico en todo el país. Las empresas y las dependencias impugnaron las medidas cautelares, incluyendo a las denominadas medidas pertinentes, mediante apelaciones y amparos que interpusieron desde finales de 2013. PHI (Dupont) promovió una apelación haciendo referencia expresa a las denominadas medidas pertinentes en diciembre de 2013. Perdieron en todos los casos, la última sentencia de amparo en revisión es de junio de 2015. Sin embargo, meses más tarde, declararon falsamente que fue apenas en marzo de 2016 cuando se aplicaron las denominadas medidas pertinentes por primera vez. Con base en estos engaños, las trasnacionales piden que la Primera Sala de la Suprema Corte sea la encargada de resolver si se
mantiene la orden que suspende el otorgamiento de permisos de siembra de maíz transgénico, en lugar del Primer Tribunal Federal Colegiado en materia Civil en la Ciudad de México. Las corporaciones buscan que la Suprema Corte reasuma o retome su competencia, al reclamar que fueron afectadas por las denomi-
Incluso, si la justicia federal nos otorga la razón en la sentencia final y definitiva, tampoco decidiría si la Ley de Bioseguridad es inaplicable, puesto que jamás lo solicitamos. Si bien en la demanda señalamos que las restricciones que establece la Ley de Bioseguridad podrían ser insuficientes, inadecuadas e inconstitucionales, decidimos simplemente denunciar que ni siquiera éstas se cum-
plen. Solo pedimos que se declare el incumplimiento de la ley, la afectación al derecho humano a la biodiversidad, la mayor afectación si se libera la siembra a gran escala y, como finalidad última, que se denieguen los permisos con base en la propia ley. No demandamos decretar que la ley es inaplicable. “Como bien se apunta en los agravios, en algunos apartados de la demanda se alega que sin reconocer que sean adecuados los límites establecidos en la referida Ley de Bioseguridad, dichos límites no han sido respetados y por ello existe la presencia de OGMs”, dispone la sentencia de Marroquín. Puede afirmarse que la demanda busca que se aplique la propia Ley de Bioseguridad. Además, seis tribunales colegiados ya decidieron que las medidas cautelares debían tener efectos provisionales, sin decretar que la Ley de Bioseguridad es inaplicable. Por lo tanto, para dictar una resolución definitiva que mantenga la suspensión de siembra de maíz transgénico hasta el final del juicio, es igualmente innecesario declarar que la Ley de Bioseguridad es inaplicable.
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LA SEMILLA, CLASIFICADA OPOSITORA AL SISTEMA César del Valle Atenco. Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra
FOTOS: Rancho Via
que hay en este país. Es el que preserva la vida y posee conocimiento para el cuidado de las semillas nativas, y el que, ante los intentos de despojo del territorio como los que se viven en varios estados de República, se convierte también en un defensor de los derechos humanos.
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n campesino que cultiva un pedazo de tierra para proveer a su familia de alimentos se vuelve un opositor al sistema político-económico. Un campesino que no consume productos dentro de un centro comercial es inevitablemente un enemigo de la industria de los alimentos, es un consumidor menos y por lo tanto un sujeto que no genera riqueza. Con esa lógica se concibe a una sociedad que tiene diferentes áreas de producción, clases y estándares de calidad humana. En el mismo paquete del campesino está la semilla, que se niega a sí misma para poder ser y dar vida infinitamente. Esta semilla nativa no va en línea con los nuevos avances agro-tecnológicos, no cumple con los estándares requeri-
dos para la producción de riquezas y por tanto es opositora. Por si fuera poco, los ríos, que de manera libre pueden transitar por el cauce que ellos mismos construyeron y que abastecen a los campesinos, también son opositores y por eso es necesario entubarlos. Y los cerros, bosques, minerales, el aire, sol y cada parte de la naturaleza que podamos imaginar tendrán que ser transformados de manera irreversible para satisfacer la demanda de esta sociedad y tendrán que generar riquezas “infinitas”; si no es así, serán también clasificados como opositores. Una parte de campesinos y opositores naturales se ubican en la región montañosa del oriente del Valle de México y Lago de Texcoco, lugar donde se construye el
Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Allí existen cerros de tezontle que están siendo desparecidos de sus lugares de origen y son transformados en caminos y relleno para “ahogar” lo poco que queda del lago. Los manantiales en Texcoco están siendo encauzados para abastecer tan sólo la primera fase del proyecto hasta el 2020, que ocupará unos 25 millones de metros cúbicos de agua por año, lo que representa apenas una tercera parte de lo que se requiere en total por año, según el Manifiesto de Impacto Ambiental que presentó el Grupo Aeroportuario, y que, sin ninguna observación detallada, fue avalado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Si el agua que requiere este proyecto no fue-
se suficiente, será tomada de los comités de agua potable de cada delegación y municipio que se encuentran en la periferia del Nuevo Aeropuerto. Por otro lado, para que el nuevo aeropuerto no sufra inundaciones, siete ríos que atraviesan por diferentes comunidades de Atenco y Texcoco serían encauzados hasta el Lago Artificial Nabor Carrillo, para así, mediante un sistema de bombeo y redes hidráulicas, enviar las aguas hasta el Túnel Emisor Oriente. Todo ello sin tomar en cuenta que el nivel del Lago Nabor Carrillo es más alto que el del terreno donde pretenden construir el aeropuerto, y esto significa un grave riesgo de inundación no sólo para el proyecto sino también para las comunidades que están alrededor. Los modelos de vida adecuados para generar riqueza que el gobierno peñista trata de imponer no son acordes con la vida que necesitamos los habitantes de estas comunidades a la orilla del Lago. Las actividades económicas y políticas que en esta región desempeñamos tienen un estrecho vínculo con el respeto a la vida y a los derechos humanos. Probablemente para el gobierno y somos sujetos improductivos, pero preguntémonos ¿qué es un campesino en estos tiempos? Un campesino no sólo produce alimentos sanos para su familia y su entorno local, y eso ya es una postura política y económica frente a la industria de los alimentos. También es un protector de los recursos naturales que lo rodean, incluidas las especies de animales existentes en la región. Es también el pegamento que une la mayoría de las costumbres y tradiciones
El gobierno peñista aseguró que no se metería en terrenos ejidales para no causar ningún conflicto a los habitantes de la región. Mentira. Desde que anunció la reactivación del proyecto aeroportuario, a los comités ejidales hizo ofrecimientos de compra de terrenos y comenzó con una división interna dentro de las comunidades. No es de sorprendernos la actitud de gobiernos que están acostumbrados a hacer de la ley un instrumento que les permita concretar sus planes dictados desde los intereses internacionales, mientras los sectores rurales u obreros, entre otros, son perjudicados mortalmente. A pesar de que hoy pareciera que los pueblos de la orilla del agua (Atenco: atl, agua; tentli, orilla) tenemos todo en contra, no bajaremos la guardia, ni dejaremos de exigir respeto a nuestra forma de vida, y ello implica, respetar el entorno natural que durante años hemos protegido. Además de que es claro, que este proyecto de aeropuerto no garantiza en nada su propia funcionalidad y es más parecido a un elefante blanco que con el tiempo quedará abandonado. Es necesario detener la construcción del Nuevo Aeropuerto a como dé lugar. En nuestro caso como pueblos, estamos haciendo lo propio por medio de amparos, de foros informativos, talleres culturales, o bien, en algunas ocasiones, poniendo el cuerpo para evitar que nos despojen. Es necesario exigir más información al respecto sobre el proyecto aeroportuario y sus obras complementarias y que todas las secretarías implicadas en el caso, den informes detallados de los desastres que están ocasionando y que van a ocasionar. No estamos dispuestos a ceder ante el monstruo. Antes preferimos luchar y hacer todo lo necesario para defender la tierra, pero es claro que para tirar a la bestia no podemos hacerlo solos, necesitamos de ustedes, científicos, intelectuales, artistas, estudiantes, obreros… necesitamos todas las manos y mostrar la otra fuerza política que es capaz de hacer respetar nuestro derecho como ciudadanos.
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CULTIVO DE LA MILPA MESOAMERICANA EN LA SIERRA MAZATECA Litay Ortega Etnógrafa y cineasta litay.ortega@gmail.com
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a milpa mesoamericana es un policultivo en el que se expresa la biodiversidad mexicana y cuyo corazón es el maíz. El cereal crece junto con decenas de otras plantas silvestres o domesticadas: calabazas, quelites, chayotes, malangas, tepejilotes, flores de cempaxúchitl, frijoles, guasmole, etcétera. No es necesaria la utilización de pesticidas o de fertilizantes. Las interacciones benéficas entre las distintas plantas aseguran la mineralización de los suelos, la protección contra plagas y la obtención de cosechas variadas y ricas en nutrientes. En la Sierra Mazateca de Oaxaca ha permanecido prácticamente inalterado a lo largo de los siglos, el cultivo tradicional de la milpa mesoamericana. Los mazatecos la siembran en las laderas rocosas de la sierra que habitan, cuya orografía es tan accidentada y caprichosa que vuelve muy desafiante la práctica de la agricultura. Y sembrar entre los mazatecos se ha vuelto un arte, arte que se respalda en un calendario y en una serie de técnicas y saberes que se fueron perfeccionando al paso de los siglos. El calendario, chan, que literalmente significa cuenta o medición en mazateco, se estructura como un calendario prehispánico en un año solar dividido en 18 veintenas más cinco días sobrantes. Pero contrariamente al calendario ritual nahua, el cempoallapoalli, el calendario mazateco sí tiene un día bisiesto y por eso es verdaderamente agrícola.
La ausencia del día bisiesto en el calendario nahua lo hacía inservible para la agricultura y se cree que únicamente se empleaba con el propósito de estructurar la vida ceremonial de aquellos pueblos. “El momento de la siembra se adelantaba una veintena entera cada 80 años”, explica Florencio Carrera González en un interesante artículo sobre el tema (Van Doesburg, G., 1996, Códice Ixtlilxochítl, apuntaciones y pinturas de un historiador. México: Fondo de Cultura Económica, 167). No sabemos, ni hay forma de comprobarlo todavía, si el día bisiesto fue introducido en la mazateca por la Conquista o si ya existía un equivalente en tiempos prehispánicos. Cada veintena del calendario mazateco lleva un nombre que hace alusión a la fuerza que predomina en esos días: un color, un elemento, o incluso un fruto. El calendario establece con mucha precisión los momentos idóneos para tumbar, rozar, sembrar y cosechar una gama muy amplia de plantas y leguminosas además del maíz. Pero como prevalece una concepción indivisible de la naturaleza como un espacio donde interactúan incesantemente las fuerzas del mundo visible e invisible, la agricultura mazateca –siendo una agricultura mesoamericana– es indisociable de su marco mágico religioso. Así como existen días precisos para sembrar, doblar y cosechar, hay otros iguales de precisos para ofrendar y agradecer a los dueños de los Cerros, los Chikon, amos y soberanos del territorio sin
cuya intercesión sería imposible que los cultivos prosperasen. El Chan no existe en papel, es una cosmovisión y un conocimiento que se transmiten únicamente por la palabra y que varía mucho según las localidades. La Sierra Mazateca es un territorio que se extiende sobre las vértebras montañosas de la Sierra Madre Oriental hasta diluirse en planicies cálidas al extremo noroeste de Oaxaca, ya colindando con el estado de Veracruz. Las condiciones climáticas no son homogéneas y por esa razón cada subregión maneja su propia cuenta del tiempo. También existen municipios o comunidades que, por diversas razones, han perdido inexorablemente su calendario. En el municipio de San José Tenango, uno de los 23 municipios mazatecos, existen localidades que cosechan el maíz hasta tres veces al año. La abundancia de las cosechas se explica por el acertado manejo del calendario, la exuberancia de las lluvias, la alternancia y reposo de tierras, la exitosa asociación de plantas, la entrega puntual de ofrendas, pero también por la gran cantidad de trabajo. Don Felipe, un campesino de Agua Camarón, me confiesa que “al que le da flojera usar el machete no se le da su milpa”. En el mes de mayo me sumé a la labor de pizcar mazorca en Cañada de Mamey con el campesino Chatío, sus hijos y un sobrino. El trabajo de la milpa se sigue sustentando en lazos de solidaridad comunitaria, es un trabajo comunal o chaon,
como se le nombra en mazateco. Para desempeñarlo se convoca a familiares, compadres y vecinos para que aporten sus saberes y mano de obra. Se gratifica a los participantes de la cosecha con un caldo de res o de pollo, acompañado de tortillas recién hechas y café caliente, así como con una carga de mazorcas.
alrededor. Muy pronto empecé a experimentar una poderosa comezón en toda la extensión de mis brazos. El sol ardía inclemente sobre nuestras cabezas. Reí al pensar en el espanto que experimentarían los consumidores de productos orgánicos al admirar este verdadero espectáculo de biodiversidad.
Las espigas de maíz dobladas y ya secas se agrupaban por montones de cuatro. Los hombres piscaban con rápida destreza e iban forrando los costales. Llevaban una pequeña cuchilla con la que ágilmente le quitaban las hojas a las mazorcas más pequeñas. Observo que incluso las mazorcas más diminutas no son excluidas, se pizca parejo. Los tallos y mazorcas rebosaban de hormigas, moscas, gusanos, arañas y sepa cuantos insectos más que trepaban o volaban a su
Muchas veces los proliferantes mercados de productos llamados “orgánicos” nos han vendido otras ideas y estereotipos. Pero claramente, lo contrario de un monocultivo tipo Monsanto, rociado con hartos pesticidas y fertilizantes donde crecen únicamente espigas de tamaños, formas y colores uniformes, es esta milpa multicolor y agreste que alberga todo un ecosistema de animales, minerales, plantas e incluso fuerzas sobrenaturales que interaccionan entre sí.
CELEBRAR EL MAÍZ DE LA VIDA: SAN FELIPE CUAUHTENCO María Alejandra Elizabeth Olvera Carbajal* y Milton Gabriel Hernández García** *Escuela Nacional de Ciencias Biológicas-IPN **Instituto Nacional de Antropología e Historia
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n las faldas de la Matlalcueye, en el contexto de la fiesta patronal de San Francisco de Asís, en la comunidad de San Felipe Cuauhtenco del municipio de Contla de Juan Cuamatzi, el pasado 11 de febrero se realizó la “Primera Feria de la Biodiversidad Indígena”. En un ambiente de camaradería, campesinos y productores agrícolas de diversas regiones del estado expusieron los productos del campo tlaxcalteca, que resaltan por su alta diversidad de maíces nativos, pues representan 20 por ciento de la riqueza con la que se cuenta en nuestro país. En dicha feria se dieron cita campesinos locales de Cuauhtenco y de otros municipios, entre ellos San Francisco Tetlanohcan, Españita e Ixtenco; productores de fresas del municipio de Tla-
telulco; productores agroecológicos de Tepetitla; fabricantes de productos medicinales de Chiautempan; productores de miel, artesanos, e integrantes del Mercado Alternativo de Tlaxcala, que ofrece productos agroecológicos cada viernes en la capital del estado. El Grupo Vicente Guerrero fue el iniciador de este tipo de ferias que promueven la autosuficiencia alimentaria; algunos de sus objetivos principales han sido favorecer el intercambio de conocimientos y de semillas entre campesinos de diferentes regiones y promover la producción agroecológica, además de dar a conocer al público en general la gran diversidad y riqueza de los productos del campo. Estas ferias se han vuelto ya una tradición. Tan sólo en el municipio de Españita, Vicente Guerre-
ro, se celebrará el mes próximo la feria número 20. En palabras de los organizadores, “en este espacio se valora la milenaria cultura del maíz, se alerta a la población contra la pérdida de nuestra soberanía alimentaria y de los riesgos de la contaminación con granos transgénicos y se muestra cómo recuperar la identidad maicera de Tlaxcala”.
preservarlas como un patrimonio tangible e intangible.
En unas cuantas horas, que resultan insuficientes, los campesinos compartieron con cualquiera que tuviera curiosidad, parte del conocimiento que han heredado de sus abuelos, que han adquirido por prueba y error y que les brinda el saber sobre el medio en el que viven. El resultado del trabajo ancestral son sus semillas, resguardadas por decenas de generaciones y sobre las cuales sienten el deber de
Es por eso que gracias al trabajo del Grupo Vicente Guerrero y de otras organizaciones, el estado de Tlaxcala es pionero en el lanzamiento de un instrumento jurídico que protege los maíces criollos de la contaminación de los transgénicos: la “Ley de protección al maíz como patrimonio originario, en diversificación constante y alimentario para el estado de Tlaxcala”.
Este tipo de eventos visibilizan la riqueza de las semillas generada a lo largo de miles de años y permiten reflexionar sobre el peligro en que se encuentran debido a la codicia de empresas que pretenden monopolizar y homogeneizar todo a su paso, como Monsanto.
Los promotores de la feria difundieron entre los asistentes los acuerdos a los que llegaron las organizaciones que participaron en el Foro El Campo Tlaxcalteca ante la Crisis Energética y los Tratados Comerciales, en el Congreso del estado, el pasado 26 de enero. Algunos de esos acuerdos son seguir defendiendo al maíz nativo frente a la amenaza de los transgénicos e impulsar a la agricultura campesina como una opción frente a los impactos socioambientales de la agroindustria. Tlaxcala sigue festejando al maíz, a la milpa y a los campesinos. Por lo pronto nos vemos el 11 de marzo en Vicente Guerrero, el 25 en la Quinta Feria Campesina Agroecológica del municipio de Tepetitla y el 7 y 8 de abril en el municipio otomí de Ixtenco.
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LA MILPA COMO UN MENSAJE DE VIDA ANTE A LOS PROYECTOS DE MUERTE QUE AMENAZAN AL TERRITORIO MASEUAL En nuestro campamento maseual no sólo crece la milpa, crece también la esperanza, y nuestras raíces se encuentran y fortalecen con el tejido de la hermandad de nuestros pueblos María Luisa Albores González Asesora de la Cooperativa Tosepan Titataniske, miembro del COTIC mary@tosepan.org
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ómo empezó este camina. El 19 de noviembre de 2016, la Asamblea de Pueblos de Cuetzalan del Progreso, Puebla, reunida en la plaza central del ayuntamiento (municipio con 72 por ciento de su población maseual) decidió la “Cancelación popular definitiva” del proyecto denominado “Subestación y Trazo de línea de alta tensión Cuetzalan entronque Teziutlán II-Tajín”. El proyecto recibió una negativa por parte de los órganos ejecutivo y técnico del Comité de Ordenamiento Territorial Integral de (Cuetzalan COTIC) ya que revisaron la información que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) presentó en su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) y concluyeron que este proyecto no debería ser autorizado. La decisión fue tomada con base en los lineamientos de uso del suelo que establece el Ordenamiento Ecológico de Cuetzalan, por las siguientes cinco razones:
1) La línea de alta tensión, con extensión de 20 kilómetros y un ancho de 18 metros, tendría un alto impacto sobre las zonas arboladas y especialmente sobre los ricos cafetales bajo sombra (Kuojtakiloyan) y toda la gama de productos que de ahí obtienen los productores. 2) No se presentaron estudios ni datos que demostraran que la obra responde a las necesidades de la población local. Por el contrario, el proyecto lo ha justificado la CFE para cubrir la demanda futura de energía en la zona de Cuetzalan, mencionando al turismo y a la minería como dos sectores de referencia, que aumentarían dicha demanda. 3) Se ha recabado información de investigaciones que afirman que las líneas de alta tensión de 115 mil voltios generan serios daños a la salud. Por ejemplo, se ha encontrado que los niños que están altamente expuestos al campo electromag-
nético tienen dos veces más riesgo de desarrollar leucemia (cáncer en la sangre). Esto ha provocado que en otros sitios se hagan movilizaciones para evitar la instalación de este tipo de proyectos cerca de las comunidades y ciudades. 4) Un estudio realizado entre 2000 y 2015 por la Universidad de Berna (Suiza) llegó a la conclusión de que las torres de alta tensión en las inmediaciones de las viviendas elevan el riesgo de contraer Alzheimer (pérdida de memoria) en las personas adultas. 5) Igualmente preocupante es que cerca de las líneas de alta tensión las abejas Pisilnekmej (Scaptotrigona mexicana) dejan de recoger polen y producir miel, al ser afectado su sentido de orientación por el campo magnético que generan las líneas. Cuetzalan es reconocido como santuario de la abeja Pisilnekmej, y el movimiento internacional Slow Food clasifica su miel como un baluarte de la alimentación mundial. Por estas razones, el grupo Altepetajpianij (Guardianes del Territorio, en lengua maseual) puso a consideración de la Asamblea el proyecto y ésta determinó la urgencia de hacer valer la decisión de los pueblos, y acudió al sitio donde se pretende instalar la subestación eléctrica. Así, desde el 19 de noviembre de 2016, se mantiene instalado un campamento para vigilar que la decisión del pueblo sea respetada. El campamento se estableció en un terreno que está enfrente del espacio de la pretendida subestación y pertenece a un ciudadano
que tiene familiares que padecen afectaciones a su salud por vivir durante más de 30 años bajo líneas de alta tensión. Esta persona otorgó al grupo Altepetajpianij permiso para usar el terreno. Mediante faenas, se construyó allí la casa “Maseual o Maseualkali”. Su material es bambú planchado y entretejido. Tejido simbólico ya que esta casa ha permitido la convivencia diaria de diferentes representantes de los pueblos. La “Maseualkali” nos enseña que es posible avanzar hacia un uso racional de la energía mediante la instalación de dos estufas ecológicas ahorradoras de leña. Derivado de la solidaridad de otros colectivos y personas que en lo individual han aportado su conocimiento, desde el 14 de enero de este año se ha instalado un módulo de captación de energía solar para convertirla en energía eléctrica. Este lugar se ha convertido en un espacio para compartir experiencias y aprendizajes diversos. Vemos que a pesar de que Cuetzalan es uno de los municipios más lluvioso del país, es posible la captación de energía mediante celdas solares. En esta casa comunitaria reflexionamos de manera colectiva, cantamos, oramos, leemos, y compartimos lo más sagrado: los alimentos. Éstos, provenientes de hermanas y hermanos de otras comunidades tutunakus y mestiz@s, que por su lejanía no han podido venir a montar guardia, pero sus corazones están en el campamento con nosotr@s. Ahora sí… platiquemos de la milpa de la resistencia. Nuestro movimiento es un caminar y peregrinar en el que vamos acompañados de diferentes pueblos y colectivos. Como pueblo indíge-
na y campesino, somos inquietos y sembradores de sueños y esperanza. Por eso el 10 de diciembre, “Día mundial de la Madre Tierra”, convocamos a compañer@s a realizar una milpa en el espacio del campamento. Acudimos como pueblo maseual con nuestras semillas de maíz, frijol, calabaza, jitomate, chile y quelites y con ánimos de sembrar vida. Con este acto quisimos demostrar que somos un pueblo campesino, trabajador y que pedimos permiso a nuestra madre tierra para ser sembrada y no la maltratamos o lastimamos porque nosotr@s sembramos vida, no muerte, sembramos en forma de caracol porque así creemos que es nuestro movimiento: inicia del centro tomando fuerza y poco a poco se va expandiendo como un caracol, ya que much@s compañer@s se han ido sumando en este camino y cada vez vamos teniendo más fuerza. Hemos encontrado mucho cobijo en diferentes momentos; situaciones que no imaginamos, como tener en nuestra milpa a hermanos mayas, siux, cheyenes…. Reflexionamos en torno a lo que somos, pueblos originarios con un modelo propio de vida, con una forma de ver la vida que no tiene que ver con el capital o con el valor monetario, sino con el valor de la vida. Pues vida es lo que somos en esencia como seres sintientes, nosotr@s las personas, las plantas, los animales, la tierra, el agua, los guardianes de este territorio, las montañas, las rocas, el agua y todos los elementos de nuestra madre tierra. El 19 de febrero de 2017 cumplimos tres meses de nuestro campamento y refrendamos que la milpa que crece allí significa un modo de ser, una forma de expresar nuestro ser campesino, una forma de hacer un cambio, una revolución de conciencias. No nos oponemos sin propuestas. ¡No!, nostr@s sabemos lo que queremos y a dónde queremos ir, y tenemos claro que nos oponemos a los proyectos de muerte, proyectos que exterminan la vida: la tierra, el agua, las plantas y los animales, porque para nosotr@s nuestros territorios son sagrados y tienen sus propios guardianes, y nuestra milpa es una ofrenda al territorio que nos cuida y nos da vida. En este presente nos toca cuidar y defender este espacio de vida. La vida se defiende con propuestas de vida. Como pueblos con identidad compartimos por medio de la milpa lo que somos: un ¡pueblo de amor y respeto a la vida!
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UN UNIVERSO BAJO NUESTROS PIES: LA DIVERSIDAD DE VIDA Y REGENERACIÓN DEL SUELO Ercilia Sahores Regeneration International. Coordinadora América Latina ercilia@regenerationinternational.org
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olemos pensar en el suelo como algo que nos sostiene y nos da seguridad. Poner los pies sobre la tierra es una llamada a volver a la realidad. Cemento, asfalto, baldosas, tierra yerma, pasto; nuestra percepción de aquello sobre lo que caminamos es muy limitada. Si al mirar hacia el cielo nos sentimos abrumados por la cantidad de estrellas, planetas y satélites que nos miran desde arriba, al tomar un puñado de tierra en nuestras manos, la sensación debería ser equivalente. Según James J. Hoorman, “en una cuchara de té de suelo sano hay más microbios que gente en el planeta”. El suelo contiene una increíble diversidad de vida; en él conviven algas, hongos, bacterias, protozoos y muchísimas más criaturas. Lo que hacen estos habitantes del suelo es luchar por su supervivencia alimentándose de materia orgánica generada por organismos vivientes (plantas y animales) cuyas secreciones y residuos son ricos en carbono. Esta fuente de energía constante es asimilada por los microbios del suelo, que están constantemente hambrientos. Que tengan hambre es una muy buena noticia porque esto significa que en suelos sanos, con materia orgánica o comida disponible, la misma es absorbida en sus cuerpos o quemada como energía y secretada como dióxido de carbono. Ahora bien, la razón por la cual el carbono en un suelo diverso y hambriento no desaparece rápidamente es en gran medida porque las plantas constantemente lo renuevan. Las plantas tienen la capacidad de sacar carbono del aire y convertirlo en materia orgánica por medio del proceso de fotosíntesis, que todos aprendimos de niños. A través de la clorofila en sus hojas, las plantas absorben la energía de la luz y separan las moléculas de agua en átomos de hidrógeno y oxígeno. El oxígeno, como sabemos, es liberado hacia la atmósfera y el hidrógeno es almacenado temporalmente hasta unirse con moléculas de dióxido de carbono para crear carbohidratos simples como la glucosa de azúcar. Las plantas, claro, aprovechan su capacidad de fotosíntesis para crecer y alimentar su estructura celular pero de forma previsora derraman parte en el suelo como carbono líquido. Esto es un festín para los organismos del suelo, que devoran las secreciones de la raíz, que contiene carbono y ayuda a las plantas a su vez a producir más fotosíntesis y recomenzar el ciclo. Es entonces una relación simbióti-
ca perfecta. Este ciclo virtuoso, sin embargo, se ha visto alterado por un depredador con poca visión a largo plazo: el ser humano. La agricultura como problema. Reducción de emisiones, energías alternativas, mercados de carbono. El planeta no da abasto y los desastres ambientales y la consecuente pérdida de biodiversidad son cada vez más evidentes. Pero el enfoque de reducción de emisiones es justamente eso, reduccionista, y será insuficiente en la medida en que no se complemente con un esquema que permita reabsorber las emisiones ya existentes en la atmósfera. La alimentación, la agricultura y el cambio en el uso del suelo para permitir mayores extensiones agrícolas son los mayores contribuyentes a la crisis climática. Según cifras del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), nuestro sistema alimentario en toda su complejidad es responsable de aproximadamente 43-57 por ciento de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero (GIF) y continúa destruyendo la biodiversidad de los suelos por medio del uso de organismos genéticamente modificados (OGMs) y del monocultivo, con lo cual los nutrientes del suelo se destruyen; se amenaza la seguridad y soberanía alimentaria y la nutrición, y se reduce la resiliencia del ecosistema, cada vez más expuesto a los
impactos de las inundaciones y las sequías, al eliminar el escudo protector provisto por el carbono orgánico del suelo. La agricultura industrial es un factor clave en la generación de GIF, pues los fertilizantes sintéticos y los pesticidas, los monocultivos, la deforestación, el transporte y desperdicio son parte de un sistema alimenticio que genera grandes emisiones. Desde que la humanidad comenzó a practicar la agricultura, labrando, arando, desmontando y deforestando, se ha liberado un exceso de dióxido de carbono, proceso que fue acelerado a partir de la Revolución Industrial, por medio de la industrialización de la agricultura y el uso de combustibles fósiles. Nuestros suelos están tan degradados que se libera mucho más carbono del que se recupera. Para efectivamente asegurar que podamos cultivar alimentos suficientes y ricos en nutrientes, es necesario revertir este ciclo cuanto antes, por aquello de que el carbono del suelo sale rápido, pero ingresa muy lentamente. La agricultura como solución. A veces la solución reside en el problema. En este caso, la solución está en el suelo. Si bien la manera en que cultivamos nuestros alimentos contribuye enormemente a la crisis climática, puede que también sea la mejor oportunidad que tenemos de restaurar el carbono en el suelo y no solo mitigar, sino revertir el cambio climático. Podemos resolver el calentamiento glo-
bal y regenerar la tierra haciendo un manejo de uso de suelo consciente. Esto se encuentra al alcance de nuestras manos y ya cuenta con tecnología barata, replicable y escalable que es utilizada por miles de campesinos en el mundo. Un suelo diverso es un suelo sano, y éste se logra justamente protegiendo, estimulando su riqueza y rotando cultivos. Una de las claves para apoyar la vida de microbios en el suelo es estimular la diversidad, porque cuanto más diverso sea el suelo, será más sano y resistente. Un cultivo diverso previene pestes. Un monocultivo exprime la tierra, estimula enfermedades y no deja crecer y convivir a todos nuestros amigos que están bajo el suelo y que son parte de un sistema integrado. La próxima vez que estén en el campo, prueben recostarse en el suelo y observar. Si se encuentran sobre un suelo degradado, lo más probable es que solo vean amplios campos de filas perfectas de girasol, maíz y soya, uniformes y definidas y que a nivel de suelo la vida sea mínima. Si en cambio eligen un terreno que no haya sido sobreexplotado y que el agricultor consciente haya protegido sabiendo que es su herramienta, sustento y vida, se asombrarán al ver lombrices, escarabajos peloteros, nematodos, hongos... Restaurar el carbono en el suelo no es una fantasía. Es una necesidad y beneficia a todos: a los agricultores, para que puedan lograr mayores rendimientos y cosechas
mucho más nutritivas, con suelos que retienen líquidos, y consumidores, que sabrán lo que están llevando a su boca. La complejidad y diversidad del suelo es un tema que debe tratarse cuanto antes. En vez de continuar invirtiendo en tecnologías que perforan, degradan y maltratan el suelo, debemos protegerlo, estudiarlo y alimentarlo. La agricultura orgánica regenerativa practicada sobre tierras agrícolas y de pastoreo holístico puede capturar el exceso de carbono en la atmósfera y devolverlo al suelo como materia orgánica. Esa es en definitiva la manera en que se formó el suelo y es una de las medidas más efectivas que podemos tomar para revertir el cambio climático, además de reforestar y eliminar nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Como consumidores, apoyemos a los productores que practican la agricultura orgánica regenerativa y devuelven más al suelo de lo que le quitan. Como ciudadanos, presionemos para que existan políticas públicas que apoyen modelos regenerativos, y cuando cultivemos o tendamos nuestro huerto, siempre tengamos el cuidado de dejar cultivos de cobertura, de rotar aquello que sembramos, de sumar más fertilidad a nuestra tierra. Pongamos de una vez por todas los pies sobre la tierra y entendamos que si no protegemos, honramos y alimentamos la diversidad del suelo, llevamos todas las de perder.
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HACIA DÓNDE CAMINA LA CARAVANA DE LA DIVERSIDAD BIOCULTURAL
“No cesaremos en la exploración y el fin de todas nuestras búsquedas será llegar adonde comenzamos, conocer el lugar por vez primera”. T.S. Elliot
y entre nosotros, y de concepción sobre sus elementos, basadas en cimientos sólidos, lo que ha llamado Víctor Toledo “una tradición contemporánea”.
“Cuando emprendas tu viaje a Itaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias…” Constantino Kavafis
La construcción de un nuevo paradigma civilizatorio, en el cual la bioculturalidad entendida como una nueva relación humanidadnaturaleza será un largo viaje. Las aventuras que se vislumbran en este caminar implican en primera instancia plantearnos nuevas formas de avanzar, de sumar a las
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omo Caravana, emprendimos un largo viaje a un destino que imaginamos lejano y difícil de alcanzar, pues hablamos de la Diversidad Biocultural como una propuesta diferente en la relación humanidad-naturaleza. Este viaje tal vez inició cuando la humanidad comenzó a construir las grandes civilizaciones. Un punto urgente a redescubrir es la propuesta alternativa en este momento en que el “progreso” nos ha llevado a una crisis de proporciones inimaginables, en donde la naturaleza se ve como un recurso ilimitado del cual podemos sustraer todo lo que deseamos. “El Capital pretende ahora manejar la naturaleza, dominarla, domesticarla, explotarla. Es decir, destruirla”, a decir de los zapatistas. El camino apunta a quienes han manejado por siglos la naturaleza desde otra cosmovisión; a escucharlos, para saber cómo han logrado mantener y utilizar los elementos de la naturaleza sin deteriorarlos, y en algunos casos, como es el del maíz, mejorarlos y adaptarlos a las cambiantes condiciones. Un viaje que, lejos de ser de retorno, se plantea como una espiral ascendente hacia un futuro deseable en que buscamos nuevas formas de relación con el mundo
muchas y muchos a esta propuesta de cambio de nuestra relación con la naturaleza y con los otras y los otros. Largos caminos en los que hemos de emprender nuevas aventuras como Caravana, novedosos episodios como los ya emprendidos. Caminos que nos llevan a impulsar nuevas relaciones con otras bases en las que se rediseñan, se deconstruyen y forman un nuevo tejido social. El reto es seguir sumando de manera horizontal,
como esa milpa que se hace en el campo pero que también, como nos ha recordado Armando Bartra, hacemos en la sociedad y donde cada quien aporta su experiencia y habilidad. ¿Hacia dónde vamos ahora? Tal vez el siguiente paso es saber lo que sucedió a lo largo de 15 días en uno de los complejos más exclusivos y excluyentes del paradisiaco puerto del Caribe. ¿Qué y cómo tomaron decisiones funcionarios alejados de los Pueblos y cerquita del gran Capital? Nuestra
labor será sistematizar esa información, entenderla y darla a conocer a quienes no pudieron llegar a Cancún. Este Suplemento es parte de ese esfuerzo. Continuaremos con pláticas en múltiples espacios para compartir a miles de personas la trascendencia de los temas que nos animan. Una labor fundamental de esta Caravana es amplificar la voz de los sujetos capaces de dar luz sobre esa forma de relación diferente con la naturaleza, en especial los pueblos originarios y campesinos que han sido aislados, excluidos y despojados. Es singular y revela con claridad su objetivo que una integrante de la familia empresarial de este país impulse en el Congreso la Ley de Biodiversidad, una legislación hecha a oscuras y sobre las rodillas… Frente a ello, la Caravana busca animar el debate nacional para plantear una visión diferente que impida la mercantilización de la naturaleza y ponga en el centro los derechos de los pueblos y de las generaciones futuras. Nuestro viaje a Itaca se antoja largo y con muchas aventuras. Sin embargo hemos iniciado con un buen barco y vamos remando entre muchas y muchos con entusiasmo y voluntad capaz de enfrentar tormentas y de llegar a buen puerto algún día. Hemos de aprender de la cosmovisión de nuestros ancestros: nuestra existencia es efímera, pero la humanidad persiste y mientras haya personas, colectivos y comunidades con sensibilidad, creatividad, solidaridad y agradecimiento a la Madre Tierra, existirá la esperanza. ¡Seguiremos cultivando un Mundo Diverso!