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VICIOS OCULTOS

VICIOS OCULTOS

La muerte de la prensa: distopía y posverdad

Por Julieta Lomelí / @julietabalver

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La prensa, una útopica idea ilustrada. La prensa, como la idea contemporánea que tenemos ahora de ser un medio para expresar de forma crítica hechos y construir opinión pública desde la libertad, nace durante la Ilustración, en el siglo XIX, cuando el optimismo por la razón y la autonomía humana eran los faros que guiaban la época. Aún se conservan esos ideales que construyeron la primera prensa ilustrada, mismos que como María Javiera y Aguirre Romano señalan en Ética de los medios de comunicación, consisten en los valores como la verdad, la democracia, la libertad y la responsabilidad. El sentido de la libertad, en la Ilustración, estaba conectado con la concepción de la libertad política, que era alimentada por la prensa, por “el enriquecimiento de la democracia y el debate de ideas colectivo”. Para ello, el ejercicio del pensamiento expuesto en la prensa era primordial para la construcción de un Estado que defendiera la crítica y el derecho a disentir.

Escribía el pensador francés Alexis de Tocqueville, en 1835, que “la libertad de prensa no deja solamente sentir su poder sobre la opinión política, sino también sobre todas las opiniones de los hombres. No modifica solo las leyes, sino las costumbres”. En esa modificación de las leyes y las costumbres se encontraba el riguroso trabajo de la prensa, una que también colaboraba en la construcción de la democracia. De ahí que la Ilustración se tomara tan en serio la faena de la prensa como un ejercicio que no podía faltar a la verdad y, por ello, no habría de estar supeditado a ningún poder político, sino que ella era la vigilancia pública de las tareas de aquel, y de los líderes que tomaban en sus manos al Estado, lo cual a veces podría convertir a la prensa —desde entonces— en una contestataria acérrima del gobierno. Sin embargo, escribe Tocqueville, “así constituido, en medio de una nación escéptica, el poder de la prensa no debe tener casi límites. Es un enemigo con quien el gobierno puede hacer treguas más o menos largas, pero frente al cual le es difícil vivir largo tiempo”. De ahí que la verdad de la prensa habría de ser ejercida de manera responsable, esto significaba que iría tras la búsqueda de la verdad, por más incómoda que esta fuera para el gobierno en turno. En este sentido, la prensa inducía cambios políticos, y no al revés, o al menos eso pretendía la utopía ilustrada.

Tocqueville dice al respecto: “la soberanía del pueblo y la libertad de prensa son, pues, dos cosas enteramente correlativas: la censura y el voto universal son, por el contrario, dos cosas que se contradicen y no pueden encontrarse largo tiempo en las instituciones políticas de un mismo pueblo”. Porque pese a que la prensa pueda ser muy incómoda para algunos personajes influyentes, e incluso obstaculice decisiones que en lo inmediato podrían considerarse las mejores, su impacto radica en ser una mirada distante y objetiva de los hechos sociales. Nuevamente me remito al pensador francés, quien comenta que entre más observaba la “independencia de la prensa en sus principales efectos”, llegaba a la conclusión de que lo más importante de su faena era la construcción de un pueblo autónomo y crítico que defendiera sus derechos frente a los abusos del Estado. Tener una prensa sin censura, responsable, democrática y afanosa de la verdad, era “el elemento capital, y por decirlo así, constitutivo de la libertad. Un pueblo que quiere permanecer libre tiene, pues, el derecho de exigir que a toda costa se la respete”.

Los medios de comunicación contemporáneos dejaron de servir a los fines de la verdad —lo cual implicaba darla a conocer más allá de la aceptación o no del poder político—.

La muerte de la prensa: María Javiera y Aguirre Romano señalan que posterior al siglo XIX la prensa comenzó a crecer y a manifestarse de múltiples maneras que no solo incluían la prensa escrita. Así nacieron los medios de comunicación como la televisión y la radio, mismos que fundaban primeramente sus propósitos sobre la base de las categorías ilustradas, pero que después, como dicen los autores, se encontraron lejanos a aquellos ideales críticos, responsables y democráticos, para recibir su influencia “de la empresa mediática y sus imposiciones, postergando reflexiones éticas respecto a la validez de los principios que la inspiran y privilegiando los intereses de la empresa, intereses que son extrainformativos”. Lo cual significa que la prensa, o mejor dicho, los medios de comunicación contemporáneos dejaron de servir a los fines de la verdad —lo cual implicaba darla a conocer más allá de la aceptación o no del poder político—, para convertirse en un medio que legitima tanto a las corporaciones a las que pertenecen —sean corporativos editoriales, televisoras o radiodifusoras— como a instancias privadas o públicas que estén dispuestas a pagar por la información.

En este sentido, en el siglo XX y XXI podríamos declarar la muerte no solo de la prensa, sino también de la libertad de expresión, una muerte al menos desde su sentido moderno y progresista, para dar paso a una prensa sin ética, que en muchos de los casos, como dicen los autores, sirve a objetivos extrainformativos. Un ejemplo de ello podría verse en las democracias populistas, en las que el manejo pasional y emotivo de la información tiene como propósito legitimar a líderes autoritarios, antes que ser el medio para denunciar las prácticas antidemocráticas. El populismo es la administración de las emociones, antes que de los hechos objetivos, sin importar la búsqueda de la verdad. Acudimos entonces a la época de la tan citada posverdad, una verdad que no es mentira, pero tampoco pasa por el filtro de la objetividad, lo cual implica que dicho fenómeno difunde los hechos desde versiones muy particulares y subjetivas. Desde dicha posición se pueden dar por verdades universales creencias que están sustentadas en las pasiones, en la intolerancia y en sesgos cognitivos dañinos para la construcción de una comunidad crítica y liberal. Pero no podemos esperar más de una prensa que a fines del siglo pasado comenzó a agonizar en su sentido moderno y ético, reemplazando sus ideales morales —esos que no tenían precio— por valores monetarios, y egoístas, inherentes a una empresa o grupo específico alejados del bien común, pero que van imponiendo sus propios intereses, y haciéndolos pasar o creer que son del interés y la necesidad del bien común.

Como escribe Yuval Noah Harari en 21 lecciones para el siglo XXI: “las historias falsas tienen una ventaja intrínseca frente a la verdad cuando se trata de unir a la gente. Si pretendemos evaluar la lealtad de grupo, hacer que la gente crea en un absurdo es una prueba mucho mejor que pedirle que crea la verdad. Si un gran jefe dice: “El Sol sale por el este y se pone por el oeste”, no se requiere lealtad al jefe para ovacionarlo. Pero si el jefe dice: “El Sol sale por el oeste y se pone por el este”, solo los verdaderos leales batirán palmas. De forma parecida, si todos los vecinos creen el mismo cuento extravagante, podemos contar con ellos para que estén unidos en tiempos de crisis. ¿Qué demuestra eso?

El pasado 15 de mayo, el director de Diario Cambio, de Puebla, fue detenido por la Policía ministerial poblana en un departamento de la Ciudad de México. Acusado por intento de extorsión y por supuesto uso de recursos de procedencia ilícita, vive ahora en el penal de mediana seguridad en Tepexi de Rodríguez.

El caso Rueda abre un tema tabú en la sociedad mexicana: la perversa relación entre la prensa y el poder. Arturo Rueda es socio del líder de los diputados en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Ignacio Mier Velasco, en la empresa Multisistema de Noticias Cambio, S. de R. L. de C. V., la cual es investigada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) desde 2021 por lavado de dinero, manejo de recursos de procedencia ilícita y triangulación de recursos, pues son 427 millones de pesos que se movieron en 32 empresas y fueron enviados al extranjero, al menos a nueve paraísos fiscales.

En Puebla muy pocas veces un periodista ha sido encarcelado. Que se tenga memoria, en la historia reciente, a finales de los años ochenta y principios de los noventa, Édgar Bello fue encarcelado, acusado de asesinar, a punta de golpes de patineta, a un reportero local.

La prensa poblana y, en especial, Diario Cambio están en el ojo del huracán por sus asociaciones con un personaje que no es menor y que ha dicho que es muy amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador: Ignacio Mier. Incluso ha hecho correr la versión que él será el impuesto por el líder moral de Morena como candidato a la gubernatura en 2024.

Dada la importancia del poder de la prensa, en esta edición retomamos este escándalo que deberá darse a conocer por el bien de los propios periodistas, ya que los límites nos ayudan a no caer en excesos.

El caso Rueda, llamado Operación Angelópolis, solo es la punta del iceberg de la perniciosa relación que ha existido desde hace décadas entre el gobierno, los partidos políticos, las religiones, las empresas y la prensa.

12NO FICCIÓN

Las glorias del periodismo. A forma de título

Por Mario Martell Contreras

Ysu nombre era multitud. Puebla es la cuna del periodismo político independentista y transgresor. La Abeja Poblana, impreso publicado por Juan Nepomuceno Troncoso Bueno.

Abundaban en Nepomuceno Troncoso las profesiones. Lo mismo era poeta que abogado, político que periodista y hasta sacerdote. Juan Nepomuceno ha sido omitido y quizás olvidado. En las escuelas de comunicación y de periodismo se prefieren los grandes nombres. Nepomuceno, para la historia local, tenía un leve defecto: era veracruzano. La Abeja Poblana se vendía en la ciudad de México, en Oaxaca y en Veracruz.

Y su nombre era tinta y offset. El general José García Valseca promovió que el 7 de junio se haya institucionalizado como el Día de la Libertad de Prensa. El 7 de junio de 1951, durante el gobierno de Miguel Alemán Valdés, por primera vez, dueños de los medios de comunicación y el presidente celebraron esta alianza. La prensa era para el Estado y el Estado requería de la prensa. El general García Valseca creó los “soles” en todas las regiones del país. El presidente en turno abrazaba a García Valseca. El Estado tenía a su vocero. A su impresor. A su verdad.

El apocalipsis del periodista

Quedarse en la provincia es asumir los riesgos de la marginalidad y los injertos de la barbarie cotidiana.

En las sociedades provincianas el periodista es el héroe mítico, el prohombre con su estatua en el paseo escultórico que algún político de moda le dedica.

Consuelo de lo efímero, la estatuaria es la única gloria para el prócer. La otra es ser José Revueltas o teñirse de niño héroe en los párrafos de las crónicas monsivaítas.

El periodista del edén gentrificado es devenir consejero que con El libro rojo de Mao en mano le aconseja al político la revolución, aunque esta sea institucionalizada. Es, a veces, pero con mucho infortunio, el Maquiavelo que se siente iluminado y que le ofrenda la estrategia travesti para hacerlo mesiánico mientras de modo rimbombante brinda por su destino.

El periodista es el vehemente orador consumado que ha preferido las letras que la gloria de la oratoria venal. O al revés, es el vehemente orador venal que destaza las tragedias con misoginia encapsulado en una cabina o, bienvenidas sean las transmisiones en vivo, desde su streaming favorito.

En las sociedades fundadas por el culto a la palabra, el periodista es el conductor de las masas que pretende incendiar con sus invectivas la transformación del mundo.

El periodista es el Homero de una sociedad necrófila. O es, a veces, el incrédulo frente a las fuerzas del poder que ocupa la palabra para aguijonearlo.

En las sociedades provincianas, aquellas en la que los políticos se transportan en su Escalade y no en el transporte público, o por lo menos en taxi, los periodistas le aportan a la historia local, el confesionario y la apología de los héroes sexenales.

El periodista quiere mimetizarse con aquello de lo que escribe.

El periodista añora su Escalade y su avioncito. Su isla en las Bahamas y su cohorte de seguidores y aduladores. El periodista quiere mimetizarse en el superyó del político. En su motor inmóvil y en el habitante de sus fantasías emperifolladas por el latigazo de la libido.

Frente al tradicionalismo del mundo moderno en las sociedades barrocas y provincianas, porque la modernidad no se mide con el número de segundos pisos de una ciudad, por sus plazas comerciales o por sus metros de concreto hidráulico, el periodista imita al integrante de la clase política, el político quiere ser periodista o por lo menos migra a las funciones del periodista, y esa frontera entre poder e información se difumina.

Son las potencialidades celebridades que repiten una y otra vez las jaculatorias del poder. Son la coreografía del devenir poder, como bocetea Monsiváis a los periodistas en la Zona Rosa en su Apocalipstick.

“En los restaurantes, los hombres de negocios departen con los políticos, y los periodistas obtienen las noticias exclusivas que, por lo común, jamás publican. Allí se traza el Hit Parade del tan odiado Mexiquito, los rumores devienen cosa juzgada, y en las sobremesas se organizan las complicidades”.

Pero poco a poco, el país se moderniza. Las celebridades requieren nuevos maquillajes. Otros trajes. La brusquedad del proscenio, porque las exclusivas que el periodista calla y jamás publica son la punta del iceberg. Y helas aquí.

Los periodistas dejan de ser los estudiantes desertores de las universidades. Los outsiders que han devorado literatura, rock progresivo y cumbias, alcohol y la decepción de la militancia política, amores platónicos y amores contingentes, ese híbrido entre poesía y sociología, para dejar su espacio al periodismo emprendedor, porque el marketing dictaminó que no existe el que carece de branding.

Los periodistas dejan de ser los kamikazes de las redacciones que al terminar la edición acaban cenando con doña Marilyn Molot o en alguna taquería que ha naufragado en la madrugada.

Los periodistas dejan de ser los que aprendieron el oficio desde el taller y la formación de las planas hasta cruzar por las pantanosas fuentes informativas; por supuesto, sin olvidar la nota roja, y “ya que escribes tanto, pues escríbete la columna”.

Los periodistas dejan de ser los que aprendieron el oficio desde el taller y la formación de las planas hasta cruzar por las pantanosas fuentes informativas; por supuesto, sin olvidar la nota roja, y “ya que escribes tanto, pues escríbete la columna”.

Las tribulaciones del periodista

Mientras en el interior de la república mexicana, los periodistas viven, en su mayoría, en condiciones precarias y cumpliendo diversos trabajos, el poder político celebra con fanfarrias el Día de la Libertad de Expresión el 7 de junio.

El periodista en las periferias es un milusos que resiste a la línea editorial de algún monopolio informativo, que intenta sobrevivir compitiendo con las sensaciones informativas y emocionales de las redes sociales, e intenta, en los lugares más peligrosos del país, sobrevivir a las estadísticas que han convertido a México en el país de mayor riesgo para el ejercicio periodístico.

El periodista patea el avispero, pero no para tomarse una selfie o para ganar el rating, sino porque el mundo requiere ser bullicioso y carnavalesco, celebración de la carne y rumor de lo vivido; el periodista de la periferia es tan periferia como aquel sepulcro en Viernes Santo.

En tanto, la clase política, eufemismo para referirse al grupo dominante que posee recursos económicos políticos y simbólicos para generar los consensos que le permitan gobernar, haciendo de los escándalos la norma, conserva su papel de mecenazgo y de control hacia ciertos sectores periodísticos.

Las loas que el poder político dispensa el Día de la Libertad de Expresión hacia los periodistas están en función del deterioro de la calidad periodística.

“Dime cuánto me elogias y te diré cuánto te necesito”, diría el clásico.

Rutinizados en prácticas poco imaginativas, los periodistas de la República Letrada e Iletrada, de ese espacio anticelestial que inicia saliendo de la calzada Ignacio Zaragoza hacia la otra periferia, reciclan muchas veces los boletines de prensa de las oficinas de gobierno porque es la única manera de sobrevivir a la vida informativa.

En muchas ocasiones, los periodistas se han creído aquel ingenioso dogma de la prensa priista en la que la “prensa es el cuarto poder”.

El espíritu del general García Valseca se ha apoderado de sus mentes. No hay nada más peligroso que una ideología disfrazada de ocurrencia de café.

Quienes le han apostado a ese viejo dogma de catecismo prefiguran una condición de riesgo para la sociedad cuando los poderes fácticos se enciman unos a otros y se disputan el espacio que el Estado mexicano había ganado.

Peor aún, esa tradición “poderosista” ha conducido a los periodistas a un callejón sin salida.

Por un lado, ese deseo de ser el “cuarto poder” ha alejado a los periodistas de la sociedad, los ha transformado en correas de transmisión del poder y ha provocado el desdén de las personas hacia el ejercicio del periodismo.

Quieren ocupar el sitio que Platón en su República les otorgaba a los filósofos para que solamente el rey filósofo fuera el buen gobernante. Por eso ya nadie cree en los periodistas, o no a todos, pero sí a la mayoría, porque se postraron a la efigie de García Valseca, y añoran el 7 de junio, el Otro sombrío, y anhelan que el productor de la Verdad los abrace con aletazo de caguamo.

Prensa y poder en Puebla: escenas delirantes y barrocas

Por Mario Alberto Mejía

Eran los años de Guillermo Jiménez Morales.

Un periodista llamado Sergio Olimán fuma marihuana en el camión de prensa, mientras sus colegas prefieren brandy o whisky. Todo está permitido.

López Portillo gobernaba el país persiguiendo a su hijo José Ramón en los jardines de Los Pinos, y terminaba tacleándolo. Ambos corrían con el dorso desnudo. El país se gobernaba con ese tipo de ocurrencias. La escena de la cómica persecución aparecía en los cortos cinematográficos que antecedían la función de cine. La voz de Agustín Barrios Gómez hacía la crónica de esa lucha romana presidencial. El público aplaudía la escena complacido.

Qué verde era mi valle.

Federico Chilián, militante de un partido de izquierda, exige su derecho al “chayote” a través de una columna en el periódico Síntesis. Rafael Cañedo Benítez es el presidente municipal de Puebla. Ramón Beltrán, jefe de prensa, lo manda por un tubo desde una poderosa motocicleta de marca. Beltrán viste con ese trajecito sin mangas que usaba López Portillo: una especie de prenda confeccionada por un sastre panameño.

Chilián lleva su protesta a la plaza pública. El “chayote”, explica, es un acuerdo verbal hecho con la gente del alcalde. Beltrán, incluido. A raíz de esa columna, el psicólogo y sedicente periodista deja de publicar en Síntesis.

Arturo Rueda abandona la academia por el periodismo. Su columna Tiempos del Nigromante, publicada en Intolerancia Diario, provoca asombro y envidia. El análisis que hace de la sucesión de Melquíades Morales Flores es brutal: una mezcla de ensayo político con una leve ironía. Rueda escribe a la sombra de Jorge G. Castañeda y Carlos Ramírez. La fama efímera golpea su ego. Este crecerá desmedidamente una vez que se convierte en director de Cambio. El analista profundo desaparece.

El periodista metido en la piel de la academia da paso a un empresario de medios locuaz. Su estilo periodístico sale por la ventana del baño. Lo que viene es mortal para cualquiera que tunda teclas: un video en el que intenta extorsionar a Jorge Estefan Chidiac se hace público, una manifestación de mujeres estudiantes en la Libre de Derecho culmina con su salida como profesor, y la parodia como género periodístico para enfrentar el oprobio y la vergüenza se vuelve, en su caso, salida recurrente. Rueda se asume como el Señor de los Tlacoyos. El pudor ha quedado en el cesto de basura. Todo lo que podría matar a cualquiera, él lo transforma en burla permanente. Y genera un nuevo público: el que viene de la tradición de la carpa mexicana. Es nuestro Palillo que le mienta la madre a los políticos que no son generosos con él. A cambio de eso, el público lo llama

Rueda se Mantecochas. Él acepta resignado el calificativo. Es el precio que hay que pagar. asume como La picardía mexicana se va a vivir a sus columnas y a su programa de el Señor de Facebook. El único límite es que no hay límite. Algo tendrá que pasar como los Tlacoyos. terrible colofón: una tarde de mayo, metido en una playera rosa, Rueda es apreEl pudor ha hendido por lavado de dinero, uso de recursos de procedencia ilícita y evasión quedado en fiscal. Y todo en una trama que incluye extraños movimientos de más de 400 el cesto de millones de pesos en efectivo. El analista serio graduado en Madrid terminó mebasura. tido en el callejón de las cachetadas. Y él en el papel del payaso que las recibe. Un último drama: desde prisión envía una nueva columna política. Se llamará, muy a la Gramsci, Tiempos de Cárcel. En su primera entrega se va con todo en contra del gobernador Barbosa. Escrita a mano, la columna va de lo cómico a lo grotesco. Narra que Víctor Hugo Islas lo recibió en el penal de Cholula con una banana y un rollo de papel de baño. ¿Qué metáfora oculta hay en la escena? Viniendo de quien acepta ser llamado Mantecochas cualquier significado es posible. La nueva columna dura tres minutos circulando en la página web de Cambio. La mano invisible del mercado —su argumento para extorsionar a Estefan— lo censura. Entre Olimán, Chilián y Rueda ha vivido la prensa en Puebla. Hace falta una novela que narre esto al detalle. El último en escribirla que lance la primera tecla.

La infame relación entre la prensa y el poder

Por Carlos Peregrina

Cuando Mario Marín dijo en su momento “no somos santos”, la prensa poblana respondía al unísono con un: “te alabamos, Señor”. Cuando Mario Marín dijo “ya le di un coscorrón a la vieja cabrona (Lydia Cacho)”, la prensa poblana, con la cabeza agachada, decía en voz alta: “te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor”.

Que nadie se haga el sorprendido, pues desde los tiempos de García Valseca y su cadena de los “soles”, la prensa festejaba a la bella hija del presidente municipal, festinaba la decisión del gobernador estadista y su atinada decisión de disparar contra unos campesinos; acusaba a los jipis, denunciaba a los universitarios comunistas, a las conjuras masónicas, a la bola de marihuanos que dañan a nuestras juventudes.

La prensa jugaba un papel preponderante en acusar a los enemigos del poder, porque en el binomio partido-gobierno o PRI-gobierno se necesitaba un vocero en esa cadena de mando y lo mejor es que fueran los reporteros, columnistas, directores y dueños de medios quienes se sentaran en torno al poder para justificar sus acciones.

“El Sistema gaseó unos campesinos.”

“Sí, pero fue poquito.”

“El sistema negoció con el crimen organizado.”

“Sí, pero es por nuestro bien.”

“Un alto funcionario acosó sexualmente a su secretaria.”

“¿Tienen pruebas? Seguro ella lo provocó.”

“No existe la libertad de expresión.”

“Sí, pero tantita. Además, ¿te estás expresando, ¿no? ¿Alguien te está callando? No, ¿verdad?, deja al Mesías en paz.”

La prensa ha jugado el papel policiaco de denunciar a los campesinos revoltosos, a los que exigen justicia, a sus propios compañeros que sí escriben temas que no agradan al poder; acalla a las voces críticas, a veces, incluso, ha inventado crímenes y ha dejado correr rumores. Cuando alguien se atreve a ir más a fondo en las denuncias y ponen en evidencia al reportero, no ha faltado el periodista que responde con señalamientos de acusaciones sexuales.

Esto no es un mal local o de la aldea, como dicen los que se hacen los interesantes; quizá sea un mal humano. Hay una película basada en un hecho real llamada Maten al mensajero (Estados Unidos, 2014; dir. Michael Cuesta) en la que un periodista de un diario local en la Unión Americana descubre que la CIA financió al narcotráfico en Colombia a cambio de armas para sostener a los Irán-Contras. El periodista fue arrinconado por la propia prensa estadounidense, fue tratado como inadaptado social y su final fue triste y a la vez extraño: “se suicidó de dos balazos”.

Nosotros nos escandalizamos, pero no vemos más allá; al parecer al poder no le gusta la verdad, y hablamos de cualquier poder. El poder miente para mantener y mantenerse. Para hacerle creer a sus gobernados que “vamos bien”. A los líderes empresariales demostrar que su verdad es la única; a los líderes de sectas, que hacen el bien a los demás, aunque

Al poder no le gusta la verdad, separen a sus familias y les convenzan y hablamos de de que deben dar todo el dinero para alcanzar la paz interna y la felicidad; cualquier poder. al crimen organizado, que no se metan con sus negocios, aunque sea El poder miente lavado de dinero, secuestro, venta de drogas, trata de personas. para mantener La prensa ha sido la aliada y protectora de un sistema para que y mantenerse. se mantenga. No importa cuantos Carlos Denegri tenga que crear, alimentar, comprar, para que sean ellos los que repartan el evangelio del gobierno y que sus columnas, al hablar del orden público, sean las sagradas escrituras. Es el propio sistema político que se encarga de la creación y la manutención de los “periodistas” que encumbran la verdad, su verdad, y así la vida social y política no se resquebraje. Los periodistas mal pagados, mal comidos, traicionados, no encuentran otro camino que subirse al tren de quien gobierna para no ser borrados, ser declarados los “loquitos de la cuadra” que lamentablemente son llevados al rincón de los inadaptados. Ser un periodista pobre es ser un pobre periodista, quizá pensó algún Carlos Hank González pero de por aquí cerquita. Recuerdo que alguna vez, en una reunión por la libertad de expresión, un director de un medio, junto con el titular de Comunicación Social del estado, se burlaban frente a una reportera y ambos hacían mímica para mostrar que abrían una lata de atún, se la comían y decían “uy, qué rico, una lata de atún sabe a honestidad. Mmm, qué sabroso sabe el atún en agua con galletas de información verídica”. La reportera solo los observaba con molestia, mientras ese par se burlaba de ella porque no vivía como los hombres del gobierno: gordos y llenos de billetes. El caso de Arturo Rueda, acusado de intento de extorsión y porque al parecer operó con recursos de procedencia ilícita, es una muestra de que los políticos, los empresarios, lo alimentaron, lo impulsaron a ser un presunto delincuente. El tango y la corrupción se baila entre dos personas, nunca se hace solo, porque para matar a una vaca se necesita que alguien le detenga una pata. Rueda fue un invento del sistema para operar con él. Recuerdo la película Las Poquianchis (México, 1976; dir. Felipe Cazals), la historia de las madrotas más famosas de San Francisco del Rincón, Guanajuato, cuando son juzgadas, y en medio de los careos con sus denunciantes, ellas le gritan a los jueces, a los periodistas, a los abogados, que se acordaran cuando ellos mismos les pedían que les llevaran vírgenes a sus cuartos de los prostíbulos. Eso fue Rueda, alguien que operó para gobernantes, para empresarios, para políticos, y si existía era porque era su mal necesario, lo preferían comprar a verse retratados como lo que eran —en realidad— en sus periódicos. No faltarán quienes cubran ese papel en la prensa, porque siempre habrá un Rueda que extorsione, denuncie, exija dinero a cambio de mantener la verdad de los políticos.

La podredumbre de la prensa poblana y la Operación Angelópolis

Por Zeus Munive Rivera / @eljovenzeus (Este texto está basado en las investigaciones de Néstor Ojeda, Víctor Hugo Arteaga, Mario Alberto Mejía, Ignacio Juárez, Álvaro Ramírez, Fernando Maldonado y Gerardo Ruiz)

Para armar un entramado de tráfico de influencias, lavado de dinero y uso de la prensa para chantajear, amenazar y golpear enemigos a cambio de jugosas cantidades de dinero, primero pongamos a un director de un periódico local —encarcelado por el delito de extorsión y por presuntamente operar con recursos de procedencia ilícita—. Añadamos que ese mismo director del medio de comunicación es socio del líder de los diputados morenistas en San Lázaro, es decir, no cualquier legislador.

A todo esto, coloquemos una investigación judicial que está en proceso en la Fiscalía General de la República y en la de Puebla por el sospechoso e inexplicable uso de 427 millones de pesos que fueron lavados a través de 32 empresas creadas en menos de dos años. Anexemos un sindicato de meseros y, por supuesto, la empresa que administra el rotativo en cuestión.

A todos esos ingredientes, agreguémosle un edificio que alberga al periódico local, el cual, aseguran, costó alrededor de 40 millones de pesos y que se desconocen las transferencias y pagos a los constructores. Además, el inmueble no existe en el Registro Público de la Propiedad, pues solo aparece como terreno baldío, porque los dueños del diario y del edificio nunca reportaron su edificación.

Faltarían otros componentes: el auditor general del estado de Puebla —ya en prisión— y un presunto prestanombres que creó y representó legalmente a las mencionadas 32 empresas, las cuales movieron los 427 millones de pesos a varios países y paraísos fiscales para que regresaran a las cuentas personales de los investigados.

A todo esta investigación sobre lavado de dinero, tráfico de influencias, extorsión a través de un periódico poblano y el presunto uso de recursos de procedencia ilícita se le conoce como la Operación Angelópolis, el cual puso al descubierto la perversa relación que ha existido entre la prensa y el poder en el estado de Puebla.

Vamos paso a paso a la historia de este mecanismo de corrupción:

La tarde del domingo 15 de mayo de 2022, en el portal de noticias XPectroFM. com, los periodistas Néstor Ojeda y Víctor Hugo Arteaga revelaron un escándalo que cimbró a todo el círculo rojo de Puebla: la Operación Angelópolis.

“El líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velasco; el exauditor general del Puebla, Francisco José Romero Serrano, y el dueño del Diario Cambio de ese estado, José Arturo Rueda Sánchez, son investigados por lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y la evasión de impuestos por alrededor de 400 millones de pesos, revela una amplia investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). ”El máximo operador de la 4T en la Cámara de Diputados, encargado de acordar con los partidos de oposición, figura en esta amplia investigación de la UIF de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). ”La denuncia sobre la Operación Angelópolis dirigida al fiscal general de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, tiene fecha del 7 de julio del año 2021, con número de oficio 110/231/2021 y está firmada por Santiago Nieto, el anterior titular de la UIF. La carpeta de investigación sigue abierta en la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla. ”En términos de jerarquía, Ignacio Mier Velasco es uno de los dos principales líderes que Morena tiene en el Poder Legislativo de México. Es el primero en la Cámara Baja y en el Senado de la República, Ricardo Monreal. ”A Mier Velasco la UIF lo ubica como parte de un enorme entramado de presunto lavado de dinero y evasión de impuestos de empresas ligadas a personajes políticos de Morena e incluso compañías periodísticas y publicitarias en Puebla.

”La Fiscalía de Puebla logró el 4 de marzo de 2022, la vinculación a proceso del ahora ex titular de la Auditoría Superior del Estado de Puebla, Francisco José Romero Serrano, preso formalmente y acusado del presunto delito de operaciones con recursos de procedencia Ilícita derivado de la investigación de la UIF. ”En el caso también es investigado el propietario del periódico Cambio de Puebla, José Arturo Rueda, quien complementa la posible asociación delictuosa, indagatoria en la que se busca además a Florentino Daniel Tavera Ramos, un representante de 32 empresas fachada, con movimientos por más de 400 millones de pesos en México y el extranjero”.

Ese mismo día por la tarde, Arturo Rueda, hasta hoy director de Diario Cambio, inició una guerra de tuits en contra de los dos periodistas que descubrieron los actos de corrupción en los que se le señala a él, a su socio Ignacio Mier y al exauditor de Puebla, Francisco Romero Serrano. En sus publicaciones los acusó de que no le dieron el derecho de réplica correspondiente y los acusaba de mentirosos.

Pero Rueda, en su actitud beligerante y hasta un tanto cuanto pendenciera, nunca midió que le esperaba un verdadero calvario que arrancó ese domingo 15 de mayo y que culminó con él en prisión unos días más tarde, el 21 de mayo.

Cabe agregar un dato: el sábado 21 de mayo de 2022, que fue detenido el director de Diario Cambio en la colonia Anzures de la Ciudad de México por la Policía Ministerial de Puebla, Arturo Rueda se casaría con su prometida, Gabriela Arratia.

A dicha boda —que nunca se llevó a cabo y que se celebraría en el salón Tres Marías de San Andrés Cholula— fueron convocados políticos, empresarios y hasta los rectores de las universidades más importantes de Puebla. Se casarían por la iglesia y luego el civil, para Rueda y su pareja sería el sábado más feliz del año, pero como dice el lugar común: si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes.

Rueda amenaza a Miguel Barbosa

Regresemos ahora al lunes 16 de mayo. Por la mañana Arturo Rueda anunció, a través de redes sociales, la cancelación de su boda con Gabriela Arratia (planeada, como habíamos dicho, el 21 de mayo), porque dijo que prepararía su defensa legal ante los señalamientos de lavado de dinero y manejo de recursos de procedencia ilícita por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera. Rueda desmentía, en cada una de sus publicaciones, que existiera una carpeta de investigación en su contra.

Ese lunes por la mañana, Ignacio Mier, líder de los morenistas en San Lázaro, denunció que detrás de las acusaciones en su contra y de su socio estaban “los tres cochinitos”. En una entrevista radiofónica concedida al periodista Ciro Gómez Leyva, solo quiso identificar a uno de los tres cochinitos y señaló directamente al extitular de la UIF, Santiago Nieto. A manera de sorna dijo que “era el más pequeño de los tres”, en referencia a la canción de Francisco Gabilondo Soler.

El propio Mier dijo que la investigación de la unidad especializada de la SHCP solo le requería una aclaración de 97 mil pesos, la cual ya había hecho con antelación. Y negaba, al igual que su socio en el periódico Cambio, que existiera un lavado de dinero por 427 millones de pesos.

Mientras eso ocurría, el gobernador Miguel Barbosa declaraba en su tradicional rueda de prensa mañanera que se había enterado de dicha acusación, pero les advertía a los implicados: si no tienen nada que esconder, que no se preocupen. Un poco en el sentido de la frase clásica: quien nada debe, nada teme.

Por la noche de ese día, en su programa de YouTube, Rueda, acompañado de tres reporteros de su periódico, inició bromeando con la investigación e, incluso, frente a las cámaras, se ponía a correr porque la Fiscalía de Puebla lo investigaba.

Los reporteros de su diario le hicieron preguntas a modo y él decía que hasta el momento no había sido notificado de ninguna investigación, no se le habían congelado sus cuentas bancarias, pero lo peor vino cuando quiso involucrar al gobernador de Puebla y de esa forma amenazó a Miguel Barbosa:

“Los poderosos que hoy son poderosos —ya lo hemos visto— dejan de serlo, y los poderosos, hemos visto, especialmente en Puebla, luego tienen, eh, finales complejos, cuando el poder necesita mesura. Mario Marín se confabuló contra una periodista y 15 años después acabó en la cárcel…” “Los poderosos que hoy son poderosos —ya lo hemos visto— dejan de serlo, y los poderosos, hemos visto, especialmente en Puebla, luego tienen, eh, finales complejos, el poder necesita mesura. Mario Marín se confabuló contra una periodista y 15 años después acabó en la cárcel…”.

—Sigue ahí, ¿verdad? —preguntó Rueda a sus interlocutores. —Sí, sigue ahí guardado — responde uno de sus colaboradores.

Rueda continuó con su advertencia: “15 años después, sigue ahí. Eeeeeh… Rafael Moreno Valle no fue mesurado en el uso de su poder; sufrió una tragedia que todavía es inexplicable. Simplemente digo eso, hay que ser mesurados siempre, y siempre hay que entender que estos procesos a veces son cíclicos y a veces no lo son”.

Fue el miércoles 18 de mayo que Barbosa Huerta respondió —en su conferencia de prensa— de manera tajante a la amenaza de Rueda: “el caso de Lydia Cacho fue una violación de derechos humanos. ¿Al señor (Rueda) se le violentaron sus derechos? No, ¿verdad? Ni yo soy Marín, ni él es Lydio Cacho (sic). De Rafael Moreno Valle no se puede hablar porque ya está muerto, pero si viviera, por supuesto que habría una investigación en su contra por los abusos cometidos. Así que no vengan a inventar”.

En esa misma conferencia de prensa, el gobernador dijo que él supo de la investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera, así como Arturo Rueda e Ignacio Mier, porque hace un año en una mesa de seguridad a la que asisten gobernadores, funcionarios de seguridad, militares y el propio presidente de la República, se planteó, pero aclaró que jamás intervino para frenar o alentar sobre el particular, pues solo fue informado del tema.

La investigación periodística toma su rumbo

Hay que decir que a partir de la revelación de la Operación Angelópolis, hecha por los reporteros Néstor Ojeda y Víctor Hugo Arteaga, varios periodistas poblanos comenzaron a darle seguimiento al caso: Mario Alberto Mejía, Ignacio Juárez, Álvaro Ramírez, Fernando Maldonado, Gerardo Ruiz y Rodolfo Ruiz. Este último reveló, por ejemplo, que en la Auditoría Superior del Estado (ASE), la prometida de Arturo Rueda, Gabriela Arratia, su hermana y un tío de ella cobraron como aviadores, mientras su titular Francisco Romero Serrano, hoy en la cárcel, estaba al frente.

En esa semana del 16 al 22 de mayo se fueron revelando cada vez más casos de corrupción que ponían en evidencia cómo es que se habían lavado más de 400 millones de pesos y, de esa forma, se fueron uniendo las piezas de un complejo rompecabezas.

Entre lo dado a conocer por los periodistas mencionados, por ejemplo, son las propiedades que adquirió Arturo Rueda desde 2008 a la fecha. Hay que decir que en ese año fue nombrado director de Diario Cambio.

Entre las propiedades que Rueda compró están: una casa en la colonia El Mirador con un costo aproximado de 4 millones de pesos, una ampliación de dicha casa; un terreno en la colonia Anzures aquí en Puebla que pertenecía al Colegio de Contadores Públicos de Puebla y que presidía, coincidentemente, Francisco Romero. En ese terreno se erigieron las oficinas de Diario Cambio, que se calcula tuvieron un costo de 40 millones de pesos y que comparten un piso con Ignacio Mier Velasco.

Asimismo, un departamento en la Ciudad de México y se habla, incluso, de un terreno que le donaron en la zona exclusiva de Aras del Bosque, al nororiente de la ciudad. También se documentó una casa de interés social en la colonia Héroes de Puebla de alrededor de un millón de pesos y un departamento en la colonia El Carmen.

Para contextualizar todo esto, Francisco Romero Serrano, antes de ser el auditor del estado, fue contador de Diario Cambio, además de llevar la contabilidad de Ignacio Mier Velasco y de Arturo Rueda.

Francisco Romero, “Pacorro”, como lo llamaba de cariño Rueda, ahora vive en la cárcel porque fue acusado, primero, de violencia intrafamiliar y, segundo, porque se descubrió el manejo de recursos de procedencia ilícita. Dichos recursos son parte del entramado de la Operación Angelópolis, pues parte de los recursos fueron lavados en la auditoría, procedentes de municipios poblanos y en los que intervenía la empresa Multisistema de Noticias Cambio, S. de R. L. de C. V., de la cual es socio Arturo Rueda Sánchez de la Vega con una propiedad de 44%; en tanto que Ignacio Mier Velasco es dueño de 32% de dicha empresa.

El director editorial de Hipócrita Lector, Ignacio Juárez, detalló, en esta investigación, que Florentino Tavera es el representante legal de 32 empresas, las cuales, junto con un sindicato de meseros llamado José Vasconcelos, y Multisistema de Noticias Cambio, se movieron los mentados 427 millones de pesos. Muchas de esas compañías que fueron creadas en tan solo dos años, con diferentes notarios del estado de Puebla, enviaron dinero a paraísos fiscales en el extranjero, dinero que era devuelto a las personas morales y físicas que fueron denunciadas por la Unidad de Inteligencia Financiera.

Fue el periodista Mario Alberto Mejía, columnista y director general del diario Hipócrita Lector quien descubrió que Florentino Tavera sí existe, es una persona de carne y hueso, aunque muchas de sus empresas sean fantasmas, es decir, que son consideradas EFOS (empresas de facturación y operación simulada) para la Secretaría de Hacienda. Tavera, relató Mejía, vino de menos a más y empezó a facturar a varios empresarios de Puebla que conoció en un gimnasio que estaba en un hotel de la ciudad de Puebla.

Todo indica que Tavera era el operador de “Pacorro”, y con sus clientes, como Multisistema de Noticias y Arturo Rueda, hicieron las operaciones que se presumen son ilícitas.

La pista de Arturo Rueda

Arturo Rueda Sánchez de la Vega nació en Puebla el 15 de diciembre de 1976. Hijo de Guadalupe Sánchez de la Vega y de Ranulfo Rueda (QPD). Estudió la primaria en la escuela José María Lafragua, la secundaria y preparatoria en el CENHCH y la carrera de abogado en la Escuela Libre de Derecho de Puebla.

Inició como articulista para la sección de El Universal Puebla-Tlaxcala que dirigía Rodolfo Ruiz. Conoció a Mario Alberto Mejía a principios de 2000 y posteriormente lo invitó a escribir sobre la sucesión a la gubernatura en el 2004.

La familia de Rueda era muy cercana a Mario Marín y a Mario Montero en ese momento. Trabajó en el gobierno del estado en la Secretaría de Gobernación, cuando estaba Manuel Bartlett, y posteriormente viajó a hacer una especialidad en Madrid gracias a Melquiades Morales, quien le pagó la beca, según denunció en 2004 el secretario de Finanzas de esa administración.

Mario Alberto Mejía lo llevó a Diario Cambio como coordinador de Opinión, primero, y luego como subdirector editorial. Mejía renunció a la dirección a principios de 2008 y Rueda fue ascendido a director del diario en cuestión.

En mayo de 2015, el priista Jorge Estefan Chidiac, quien aspiraba a ser diputado federal, lo denunció por extorsión, ya que Rueda le pidió 10 millones de pesos a cambio de no publicar una grabación en la que se hablaba de la presidencia de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

Esa extorsión quedó grabada y se hizo viral en redes sociales. Ahí Rueda le ofrece a Estefan Chidiac que el dinero que le deposite se lo puede facturar con una constructora que él tiene. Además, se hizo muy famosa la frase “no, cabrón, si yo no vendo tlacoyos”, cuando un amenazado Estefan le dice que tiene 500 mil pesos.

Fue Rafael Moreno Valle, primero, y Tony Gali, después, quienes hicieron que la denuncia quedara archivada. Ha trascendido que, a cambio de que no siguiera la denuncia penal por extorsión, Rueda tenía que “destruir” públicamente a Blanca Alcalá Ruiz, quien en ese momento contendía por la gubernatura del estado contra Gali.

No fue la primera vez que se denunciaba a Arturo Rueda por extorsión, pues se sabe de un constructor y del senador Alejandro Armenta (primo hermano de Ignacio Mier), a quienes les pidió dinero con el ánimo de “administrar sus reputaciones”.

También se denunció que cobró 2 millones de pesos a unos pobladores de Palmarito Tochapan para publicar un video en el que el Ejército dispara contra unos huachicoleros, después de que uno de ellos asesinara a un militar.

Ese mismo video lo trató de vender a gobierno del estado por un millón de pesos a cambio de no transmitirlo en sus plataformas digitales, la administración estatal se negó a darle el soborno. Esa situación le generó problemas con el secretario de la Defensa Nacional, y fue Tony Gali quien imploró perdón a nombre de Rueda.

Rueda, de haber nacido y crecido en una casa en Los Sapos de la capital poblana, terminó con propiedades millonarias. Un edificio de 40 millones de pesos. Dos departamentos. Una casa que fue ampliada y hasta una vivienda de interés social en la colonia Héroes de Puebla.

De manejar un carro Gol usado terminó con camionetas de lujo. Una de ellas se dice que fue regalada por el gobernador interino de Puebla, Guillermo Pacheco Pulido.

Rueda fue, junto con Ignacio Mier, quienes impulsaron a su contador Francisco Romero para puestos de elección popular y, al final, para que quedara al frente de la Auditoría Superior del Estado. Se sabe que hubo varias personas que Rueda colocó para que trabajaran ahí, pero el caso más cercano fueron las aviadurías de su pareja, su cuñada y el tío de ambas.

Otros dos casos que ponen en jaque al director de Diario Cambio es que a funcionarios del ayuntamiento que presidió Claudia Rivera Vivanco, Rueda los amenazó para que contrataran el negocio de ventanas ciudadanas, el cual es llevado por el sobrino de Ignacio Mier, Moisés Valleverde Mier, quien es suplente de Miguel Carrillo Cubillas, primo del líder de Morena, Mario Delgado Carrillo.

La segunda ocasión fue cuando Arturo Rueda pidió a la directora de Comunicación Social, Magaly Herrera, la cantidad de 4 millones de pesos mensuales a cambio de que él dejara de criticar y acusar a Claudia Rivera y que enfilara sus baterías en contra de Miguel Barbosa.

Si se preguntan qué tiene que ver todo esto con la Operación Angelópolis, es que la Unidad de Inteligencia Financiera descubrió la denuncia por extorsión contra Estefan Chidiac y vieron en esas oficinas el video en el que Arturo Rueda asegura que tiene una constructora para poder facturar 10 millones de pesos.

21 de mayo, el peor día de nuestras vidas

Ese sábado de 2022 por la mañana nos enteramos del terrible feminicidio de la abogada Cecilia Monzón Pérez ocurrido en San Pedro Cholula. La tarde de ese día, Arturo Rueda y su pareja, Gabriela Arratia, se encontraban en un departamento en la colonia Anzures de la Ciudad de México. Se presume que dicho departamento lo comparte con su socio Ignacio Mier.

Por la tarde, después de la terrible noticia, Rueda primero aseguró que los responsables serían Jorge Estefan Chidiac o Javier López Zavala (hoy vinculado a proceso por dicho feminicidio). Rueda quiso aprovechar sus temas personales para señalar al diputado local priista, ya que había una denuncia penal de Cecilia Monzón contra Chidiac por la supuesta falsificación de la firma de la activista en 2018.

Posteriormente, Rueda exculpó a Javier López Zavala en sus tuits, hasta que de pronto cayó el silencio. Fue el periodista Ricardo Morales quien dio la primicia y anunció que Rueda había sido detenido en la Ciudad de México por el delito de extorsión contra Jorge Estefan Chidiac.

Ese mismo día, si nada hubiera ocurrido, estaría casándose con Gabriela Arratia, pero la vida y el destino son algo que desconocemos.

En la siguiente semana, Rueda escribió desde la prisión de San Pedro Cholula una carta en la que retaba al gobernador Miguel Barbosa, lo responsabilizaba y llamaba a enfrentarlo, relataba cómo le habían regalado un papel de baño y un plátano. Esa carta fue subida a Diario Cambio y bajada minutos después.

La noche de ese día, la hija de Ignacio Mier, la diputada local Daniela Mier, junto con un grupo de morenistas aliados a Mier y a Claudia Rivera, se reunieron con el gobernador del estado de Puebla.

Rueda fue enviado a una prisión de seguridad mediana, al Cereso de Tepexi de Rodríguez, en donde dicen que vive aislado, en la oscuridad, y solo lo han ido a visitar su mamá y los abogados que le llevan su caso.

Rueda fue vinculado a proceso no solo por el delito de extorsión, sino por el delito de Operaciones de Recursos de Procedencia Ilícita (ORPI).

Diario Cambio se quedó sin director, aunque Rueda sigue apareciendo en el directorio. Unos días después, como lo relató el periodista Gerardo Ruiz, Ignacio Mier llamó a los reporteros de ese diario y dijo que su socio “se enfermó de poder”.

Mier ha buscado a como dé lugar que se le borre de la investigación de la UIF, incluso se sabe que presionó al actual director, Pablo Gómez, para que lo deslindara, pero el excomunista solo envió una carta de extrañamiento a la Fiscalía de Puebla por “haber filtrado una investigación”, pero el exdiputado federal jamás negó que existiera una carpeta de investigación contra Rueda, Mier, Florentino Tavera, 32 empresas y un sindicato.

Incluso, públicamente se ha intentado deslindar de él, cuando asegura que es su amigo, pero que existe “el libre albedrío”. Lo que no sabe Mier, o no quiere admitir, es que ese libre albedrío lo involucró en un entramado de lavado de dinero.

Lo que deja esta investigación

Rueda creció al amparo de funcionarios ligados a Enrique Doger y Mario Marín Torres. Su fortuna se acrecentó con la llegada de Rafael Moreno Valle y aún más con Tony Gali a la gubernatura. Rueda se sintió poderoso, inmune e impune. Nunca tuvo límites. Pensó que era inmortal. Que podría hacer lo que quisiera.

No obstante, para que exista la corrupción siempre debe haber dos: y si Rueda hizo lo que hizo es que el poder en Puebla lo alentaba, lo compraba, lo promovía, lo protegía y lo impulsaba. Usaron a Rueda a cambio de dinero, para hacerse millonarios, para mandarlo a golpear enemigos, para sacar más dinero y para humillar a los que se salían de la línea.

Es la Operación Angelópolis el primer llamado para que la prensa regrese a saber lo que sabe hacer: informar. Y no a administrar reputaciones.

Esto solo es el inicio en el que no sabemos cuántos caerán, cuántos huirán y cuántos más se esconderán.

Involucra la UIF a Mier en lavado de dinero

Por Néstor Ojeda y Víctor Hugo Arteaga - XPectro FM

Este reportaje sobre el lavado de dinero en el que están involucrados periodistas y políticos se incluye en esta edición de Revista 360° y se presenta íntegramente con la autorización de sus autores. También se puede leer de manera completa en la siguiente liga: https://bit.ly/3yqw5Zt

El líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velasco; el exauditor general de Puebla, Francisco José Romero Serrano, y el dueño del Diario Cambio de ese estado, Jorge Arturo Rueda Sánchez, son investigados por lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y evasión de impuestos por alrededor de 400 millones de pesos, revela una amplia investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

El máximo operador de la 4T en la Cámara de Diputados, encargado de acordar con los partidos de oposición, figura en esta amplia investigación de la UIF de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

La denuncia sobre la Operación Angelópolis dirigida al fiscal general de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, tiene fecha del 7 de julio de 2021, con número de oficio 110/231/2021 y está firmada por Santiago Nieto, el anterior titular de la UIF. La carpeta de investigación sigue abierta en la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla.

En términos de jerarquía, Ignacio Mier Velasco es uno de los dos principales líderes que Morena tiene en el Poder Legislativo de México. Es el primero en la Cámara Baja, y en el Senado de la República, Ricardo Monreal.

A Mier Velasco la UIF lo ubica como parte de un enorme entramado de presunto lavado de dinero y evasión de impuestos de empresas ligadas a personajes políticos de Morena e, incluso, compañías periodísticas y publicitarias en Puebla.

La Fiscalía de Puebla logró, el 4 de marzo de 2022, la vinculación a proceso del ahora extitular de la Auditoría Superior del Estado de Puebla, Francisco José Romero Serrano, preso formalmente y acusado del presunto delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita derivado de la investigación de la UIF.

Al respecto, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, confirmó que Romero Serrano fue detenido a raíz de la denuncia de la UIF y aclaró que su administración no intervino en esta; además explicó que el funcionario se encuentra suspendido y corresponde al Congreso del estado determinar su remoción.

En el caso también es investigado el propietario del periódico Cambio de Puebla, José Arturo Rueda Sánchez, quien complementa la posible asociación delictuosa, indagatoria en la que se busca además a Florentino Daniel Tavera Ramos, un representante de 32 empresas fachada con movimientos por más de 400 millones de pesos en México y el extranjero.

Operación Angelópolis, el entramado de lavado de dinero

La investigación financiera descubrió depósitos millonarios en transferencias y en efectivo entre docenas de cuentas bancarias de empresas, algunas de ellas fantasma o con reportes de ser fantasma, para “limpiar” los recursos recibidos de ayuntamientos y dependencias estatales de la administración pública estatal.

Tras un análisis la UIF identificó “hechos probablemente constitutivos de delito” y puso en la mira a tres personas físicas y cuatro personas morales directamente involucrados en esas actividades.

Los sospechosos etiquetados por la SHCP como personas físicas son José Arturo Rueda Sánchez de la Vega, Florentino Daniel Tavera Ramos, Francisco José Romero Serrano y el mismo diputado federal Ignacio Mier Velasco.

Las personas morales son Multisistema de Noticias Cambio, S. A. de C. V., CESA Ingeniería y Consultoría Integral, S. A. de C. V., Sindicato José Vasconselos de Trabajadores de Empresas de México, y Comercio y Servicios Edubi, S. A. de C. V.

La UIF concluyó, tras sus pesquisas, que las personas involucradas están relacionadas intrínsecamente con operaciones “que al parecer” tienen su origen en actividades ilícitas.

En esta trama los personajes denunciados, argumenta la UIF en su denuncia ante la FGE de Puebla, han desplegado conductas tendientes a ocultar el origen de los recursos, a fin de disponer de ellos a través del blanqueo de capitales actualizando elementos propios de las operaciones con recursos de procedencia ilícita, dice el reporte de 110 páginas del que www.xpectrofm posee copias.

El hilo de la madeja

Las alertas del sistema financiero mexicano se encendieron cuando detectaron operaciones inusuales relacionadas con la actividad empresarial de José Arturo Rueda Sánchez y de su empresa Multisistema de Noticias Cambio (Diario Cambio), de la cual es accionista el líder de la bancada morenista en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velasco, según consta en las escrituras de la compañía.

Fue un escándalo mediático del empresario periodístico socio de Mier el que detonó la investigación, pues en el proceso electoral de 2021, el entonces candidato a diputado local del PRI, Jorge Estefan Chidiac, demandó penalmente a Rueda por intento de extorsión y exhibió un video donde el dueño del periódico Cambio, entre otras cosas, ofrecía facturar los montos recibidos de la aparente extorsión a través de una constructora.

Esa videograbación marcó la pauta para la UIF, que detectó irregularidades y altos indicadores de lavado de dinero con personas morales consideradas como fachada, además de personas físicas presuntamente prestanombres.

Los testaferros físicos y morales para la UIF son Florentino Daniel Tavera Ramos, Francisco José Romero Serrano; Multisistema de Noticias Cambio, S. A. de C. V., CESA Ingeniería y Consultoría Integral, S. A. de C. V., Sindicato José Vasconselos de Trabajadores de Empresas de México, y Comercio y Servicios Edubi, S. A. de C. V.

La investigación de la UIF establece que el esquema de blanqueo alcanzó también operaciones con municipios del estado de Puebla, las cuales según la autoridad pudieran tratarse de simulaciones para desviar recursos por tratarse de adjudicaciones directas de servicios entre el ayuntamiento y empresas de publicidad sin que existiera justificación aparente para prescindir de una licitación.

Rueda, propietario de Diario Cambio, reportó al SAT, del 2013 al 2019, ingresos por 6 923 292 pesos.

Otra alerta fue que el empresario editorial recibió 43 transferencias electrónicas por 10 000 736 pesos por concepto de préstamos, pagos y becas de 14 empresas y personas físicas, siendo las operaciones más relevantes de la empresa operadora de Diario Cambio.

Por lo cual, la UIF establece que esta situación “no permite a esta unidad determinar el origen real de los recursos declarados y, por lo tanto, es posible dudar de la naturaleza legal de los mismos” y más al existir datos públicos que “vinculan a José Arturo Rueda Sánchez de la Vega en posibles actos de extorsión y desvío de recursos mediante sus empresas”.

La autoridad fiscal encontró en sus declaraciones diversas irregularidades, entre ellas un depósito en efectivo de 350 000 pesos sin identificar concepto; la emisión de tres cheques por 2 398 000 pesos a dos personas físicas, pero sin justificar el motivo de la transferencia.

Según la carpeta de investigación de la UIF existe la emisión de otros seis cheques por 208 000 pesos, la mitad de ellos al entonces titular de la Auditoría Superior del Estado de Puebla, Francisco José Romero Serrano.

Con base en ello, la UIF encontró un indicio de la ruta del dinero que siguieron adquisiciones directas con diversos municipios del estado de Puebla, pagados en concepto de publicidad y que posteriormente llegaron al que sería el funcionario encargado de su revisión vía auditoría.

También se detectó que el empresario Rueda recibió un préstamo por 1 700 000 mil pesos sin que se tengan mayores datos respecto al acreedor.

Además, el dueño del periódico Cambio de Puebla adquirió un departamento en la colonia Anzures de la Ciudad de México por 1600000 pesos; una casa en Puebla por 710000 pesos y un inmueble sin identificar por 4 millones.

Se logró comprobar que también es accionista y representante legal de la empresa Periodismo, Comunicación y Publicidad de Puebla, S. A. de C. V., la cual se encuentra dentro de la lista de proveedores del gobierno de Puebla, sin registrar operaciones dentro del sistema financiero.

José Arturo Rueda Sánchez de la Vega es accionista, además, de la empresa Multisistemas de Noticias Cambio S. de R. L. y, de acuerdo con el Registro Público 27618, también lo acompaña como accionista Moisés Ignacio Mier Velasco, líder de la bancada morenista.

El rastro internacional del dinero

En el andamiaje y entramado de empresas y nexos resaltó en la investigación el nombre de Florentino Daniel Tavera Ramos, representante legal de 32 empresas constituidas entre 2017 y 2019, entre ellas CESA Ingeniería y Consultoría Integral, S. A. de C. V.; y Comercio y Servicios Edubi, S. A. de C. V.; estas dos últimas con nexos y transferencias con las empresas del empresario poblano.

Al igual que en las empresas fantasma de Javier Duarte en Veracruz, en la Operación Angelópolis se confirmó que las compañías comparten domicilio, teléfono y representante legal y realizaron transacciones con el empresario periodístico.

En todas, los especialistas detectaron que no existía “una lógica transaccional”, pues registraban poca permanencia de recursos, depósitos efectuados de manera fraccionada y domicilios correspondientes a una casa habitación.

A Florentino Daniel Tavera Ramos le detectaron una cuenta de cheques en la que de febrero a mayo de 2021 recibió 175 depósitos por 780 000 pesos y efectuó 233 retiros por 1 400 000 mil pesos, la mayoría de ellos a la empresa CESA Ingeniería y Consultoría Integral, S. A. de C. V., Ducomosel, S. A. de C. V.

Además, fue relacionado con operaciones irregulares de moneda nacional y extranjera a través de las empresas fachadas por 43 millones de pesos en total provenientes de Colombia, Estados Unidos, Uruguay, China, Canadá, Alemania, Hong Kong, Países Bajos y Suiza.

Según la plataforma internacional, Tavera Ramos adquirió autos de lujo por más de un millón de pesos y el traslado, por medio de la empresa de seguridad Pan Americano, de más de 400 millones de pesos en efectivo.

El auditor auditado

En las investigaciones financieras destacó Francisco José Romero Serrano, quien fue electo como titular de la Auditoría Superior del Estado de Puebla el 28 de noviembre de 2019 y separado del cargo el 31 de marzo de 2022 por pesar en su contra una denuncia por violencia familiar.

El funcionario fue detenido y permanece preso en Puebla señalado por la FGE de dos presuntos delitos, uno por violencia familiar y el otro por el presunto delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

La UIF y sus investigadores detectaron que Romero Serrano es socio mayoritario de la empresa Diseño Corporativo y Finanzas, S. A. de C. V., la cual cuenta con dos domicilios fiscales. El primero de ellos coincidente con 16 personas físicas y morales, y el segundo coincidente con 9 personas físicas y morales.

Este hecho alertó sobre posibles irregularidades, altos indicadores de posible desvío de recursos, conflicto de intereses y posible enriquecimiento ilícito.

Se detectó que antes de ser funcionario realizó operaciones financieras con la empresa Multisistema de Noticias Cambio, S. de R. L. de C. V. y con el empresario José Arturo Rueda Sánchez de la Vega, también investigados previamente por sospecha de lavado de dinero.

Se encontró también que de 2013 a 2018 Romero reportó al SAT ingresos por 12 millones de pesos y que en 2020 recibió depósitos por 702 000 pesos, sin que se pueda identificar el concepto de los depósitos, así como las personas físicas o morales que las realizaron.

En el período de 2015 a 2016 recibió tres cheques del empresario periodístico José Arturo Rueda Sánchez por 130 000 pesos, sin que se demostrara el motivo de la transferencia, y de febrero de 2019 y noviembre de ese mismo año recibió una transferencia por 68 000 pesos de Multisistema de Noticias Cambio, S. de C. V., empresa investigada en la trama de lavado de dinero.

En contraparte, detectaron en la UIF que Francisco José Romero compró un vehículo por 1 648 000 pesos y la compra de un vehículo usado por 665 000pesos de la empresa Diseño Corporativo y Finanzas, de la cual el implicado es socio.

Se localizaron 10 avisos de American Express Company México, mediante los cuales notificó que de febrero de 2017 a noviembre de ese mismo año registraron 2 931 000 pesos por uso de tarjeta de una mujer, identificada como Marlene Pérez Bayliss, beneficiario del servicio del ahora exfuncionario y socia de su empresa Diseño Corporativo y Finanzas.

Las investigaciones encontraron una posible evasión fiscal, pues no presentó declaraciones de los ejercicios 2019 y 2020, ya siendo funcionario público, aun cuando tenía la obligación de presentar informe sobre sus sueldos percibidos.

Para la Unidad de Inteligencia Financiera pudiera actualizarse conflicto de interés entre las empresas que guardan vínculos del gobierno del estado de Puebla y Francisco Serrano, además de los vínculos con el empresario periodístico, “quien presenta un esquema de posible evasión fiscal y con una demanda penal en su contra por delitos de extorsión y chantaje”.

Empresa periodística en la mira

La indagatoria financiera se enfocó en la empresa Multisistema de Noticias Cambio, S. de R. L. de C. V. creada en 2007 por Salvador Rivera Solano y Adolfo Mendoza Ramos.

En 2009, según el instrumento público 27618, se presentó un incremento de capital y la admisión de dos socios: Jose Arturo Rueda Sánchez de la Vega y Moisés Ignacio Mier Velasco, actual líder de la bancada morenista.

Entre 2014 y 2020, la empresa reportó ingresos por 56 millones de pesos, pero presentó deducciones por 53 millones (94% del total), por lo que la autoridad financiera determinó que el margen de impuestos causados es muy bajo.

La UIF encontró que entre 2015 y 2021 registró operaciones con 20 organismos, dependencias y municipios, entre ellos la Auditoría Superior del Estado de Puebla.

Entre marzo de 2015 y mayo de 2021, la empresa emitió 106 cheques por 4 293 000 pesos.

La empresa Consultores Comerciales la Noria, S. A. de C. V. recibió 689 000 pesos, sin embargo, se encontró que comparte representante legal con las personas morales Comercio y Servicios Edubi, S. A. de C. V. y Operadora Comercial Tisoarei.

Otros 394 000 pesos fueron al Bufete de Proyectos de Información y Análisis, compañía denunciada por delitos electorales, y 174 000 a Comercializadora Etilay, reportada como posible facturera.

Dentro de ese paquete de cheques, se emitió uno al actual coordinador de la bancada morenista, Moisés Ignacio Mier Velasco, por 97 500 pesos.

También se encontró que la empresa de Rueda y del líder de la bancada morenista recibió 102 transferencias electrónicas de fondos por 657 000 pesos, de los cuales el 96% provenían del ayuntamiento de Atlixco.

La compañía periodística transfirió al socio Arturo Rueda, en agosto de 2019, 2 360 000 pesos por concepto de reembolso por aportación futura aumento, lo que para autoridades fiscales podría representar un posible escenario de evasión fiscal.

El proceso sigue abierto en la FGE de Puebla, la cual aún no emite declaraciones sobre el resto de los involucrados en el caso y no es público en qué punto se encuentran las indagatorias ni el alcance de la denuncia de la UIF.

La versión de los involucrados

Se solicitó la opinión del diputado Ignacio Mier y el empresario José Arturo Rueda sobre el contenido de esta investigación de la UIF, en el caso de Mier a través de su coordinador de Comunicación, Carlos Pérez Coliote; y al empresario Rueda a través del director general de Diario Cambio, Arturo Rueda.

Hasta el cierre de esta edición no había respuesta del coordinador de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier ni de su oficina.

Sin embargo, José Arturo Rueda Sánchez, presidente del consejo y director de Diario Cambio, dio su versión y dijo que no tiene ningún requerimiento del SAT por discrepancias fiscales, aunque checaría sus declaraciones ante Hacienda.

XPectroFM le ofreció una entrevista para responder el cuestionario que se le envió sobre la indagatoria de la UIF cuando tuviera esa información.

Además, en entrevista telefónica, afirmó que el diputado Mier no tiene que ver “hace 10 años” o “desde 2010” con la administración de Diario Cambio y aseguró no conocer a Florentino Tavera Ramos, representante legal de 32 empresas, algunas de las cuales tuvieron relación con el empresario poblano, a las que la UIF señala como parte de un esquema de lavado de dinero.

Respecto al auditor Francisco Romero Serrano, Rueda señaló que “prestó sus servicios contables a Diario Cambio” y que los cheques emitidos a su nombre por la empresa fueron por servicios profesionales de 2015 a 2020, que dejó de haber relación al asumir como auditor superior, y afirmó que “si enloqueció” y después “se peleó con el gobernador” Miguel Barbosa, es algo que desconoce.

Respecto a la denuncia de extorsión por parte del priista José Estefan Chidiac, quien exhibió públicamente un video donde Rueda le exige 10 millones de pesos y le ofrece facturarlos a través de una constructora, señaló que en 2016 “se determinó el no ejercicio de la acción penal” en la FGE.

Alegó que la publicación de la investigación sería “un delito, porque además me pone en riesgo personal” y que los periodistas y las fuentes consultadas en esta investigación “podrían ser denunciadas por violar el secreto fiscal” y “habría una clara violación legal al sigilo de las investigaciones” de la FGE.

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