poemario Enrique Clar贸s
Curso de Poes铆a
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El viento se llev贸 lejos tus im谩genes y con ellas desapareci贸 la certeza de tu recuerdo en mi oscilante memoria.
viento fugitivo
Yo conservo recuerdos que tú has perdido para siempre, fragmentos de tus olvidos que retengo sin que tú lo sepas. Cuando abandones la memoria de todos los que te guardan habrás agotado tu nombre.
apócrifo
Tras de ti tu huella indefinible, la trasparencia del espacio perturbada por la influencia de tu cuerpo desaparecido. Una ausencia palpable en el aire vacĂo, el escalofrĂo de la inmensa inquietud, como la desolaciĂłn milenaria que yace adherida a las grietas de la tierra.
sin
La luz del fuego ondulante y perezosa desdibuja nuestras siluetas sobre el muro, proyecta su aura resplandeciente. Somos sombras que se diluyen y luego se agigantan, " indecisas se fugan entre grietas y hiedra. Sobre las piedras, la noche.
llamas
En ese momento de la tarde cuando tiemblan las sombras y en las frondas un silencio contenido anuncia la noche expectante. Un viento distraĂdo agita al sauce, ramas de indolente apatĂa convergen en la infinitud. Una sĂĄmara se desprende gira sin saber volar lentamente busca el suelo, remolinos de aire ensimismado.
sauce a Li Po
Caminante desnudo invadido por el tedio, solo puede salvarte de la derrota el horror del abismo. Vives independizado del tiempo en esa dimensión vacía, limpia y clara, como si ya estuvieras muerto. Si el tiempo es un invento del hombre, acaso también lo sea la muerte. Sin saber cómo, sin reconocer signo alguno de aviso tu vida se ha convertido en una foto, perdida, sin revelar, cerrada en su caja de hojalata, esperando una química imposible. Todo es ahora difuso y fragmentario, una entelequia inaccesible flotando en el límite incierto de tu existencia.
caminante a Bolaño
Tu imagen en el espejo ha perdido materia en el trayecto, algo tuyo ha desaparecido, retenido en el páramo al que van a parar las asimetrías, el espacio que encierra las claves de lo real, de lo que ha sido y será.
conservación de la materia
Las infinitas formas de las nubes fugitivas lentamente se transforman, se deshilachan en tu pensamiento absorto como las olas en su arena infinita ondulante como el aire de la sรกmara.
absorto
Y tomó la forma del agua, la invisibilidad líquida para poder tocarte. Se convirtió en arena, disuelta en la infinitud del desierto para ser tu huella. Fue aire en el viento caprichoso envolviendo el espacio para respirar en ti. Y es el mismo que ahora desordena en silencio las hojas de un patio solitario, y las de este libro olvidado que aún te espera.
anónimo impalpable a J.A. Valente
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