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31- Silvana Sosa ASÌ SON LOS AMIGOS

ASÍ SON LOS AMIGOS Silvana Sosa- Argentina

Los amigos se cotizan, en las buenas y en las malas, los descubres en la vida, a la corta o a la larga. Cada uno los encuentra, y van juntos de la mano desde niño, desde joven, de desde adulto o desde anciano.

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Si fue desde la niñez, los recuerdos serán muchos si la vida los separa, siempre habrá un: Yo, te escucho. Amigos inseparables, de torta y chocolatadas meriendas interminables, y de muchas carcajadas.

Anécdotas de las clases, y de cosas de la escuela del club, del barrio, del cine y también de las carreras. Las tardes de figuritas, y de jugar la pelota, alguna que otra pelea, que después ya no te importa.

Porque después se amigaban, para jugar otro rato, playstation, trompos… cartas… y jugar al pato ñato.

Y llega la adolescencia, junto a los bailes y citas hacerle la “gamba” al otro, para conocer su chica. Y salir con la más fea, sólo para acompañar a ese amigo del alma, que casi está por noviar.

Pasarse toda la noche, entre previa y la salida tomando vodka, guindado y también cerveza fría. Sólo para estar “en onda”; yo debo, fumar un pucho, y mi amigo me recuerda: “Ojo, a lo que hacés en grupo” . Época de desparramos, y también de despatarros, un amigo es quien nos saca, de todo ese zafarrancho. Nos vuelve a la realidad, y nos vuelve a encaminar algunos se desembocan, sin una oportunidad.

Y nos llega la adultez, es la etapa de “asentarse” de formar una familia, ser más formal y casarse. Y los amigos se alejan, los encuentros ya declinan y aparecen más personas, trabajo, club y oficina.

Y son pocas las “salidas” , la familia es primordial cada uno está en la suya, para poder mejorar. Un fulbito los domingos, o una charla en celular con eso nos conformamos, con amigos de verdad.

Y va pasando la vida, los amigos se alejaron pero quedan los recuerdos, de esas épocas de antaño. Y cuando ya sos anciano, más tratás de recordar esas épocas doradas, con amigos de verdad.

Y repasás las acciones, que pasaron en tu vida y ver si dejaste huellas, en otros… pero sin tinta. Es que la vida es un tren, en que viajamos ligero por un rato, corto o largo, donde cambian pasajeros.

Esos amigos del alma, Dios nos pone en el camino para que aprendamos juntos a ser buenos peregrinos. Y es que la vida es el viaje, que vamos acompañados estaciones que bajamos, y estaciones que pasamos.

Amigos, son los amigos, esos amigos del alma que nos enseñan un poco a despejar nuestro karma.

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