Tragaluz Lúbrico

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LACAJADELAEXPLORADORA

LACAJADELAEXPLORADORA@GMAIL.COM


EDITORIAL: Les damos la bienvenida a nuestro querido y lubricado primer fanzine. Para traerlo al mundo, hemos recorrido un camino de piernas largas y vello espeso. Nos hemos hundido en lo húmedo y escrito lo inmencionable. Y, sobre todo, nos hemos revolcado a nosotras mismas, repasándonos de pies a cabeza para dejar que se riegue lo erótico en lo político (o lo político en lo erótico). Estos textos emergen de un proceso de tres meses en el que leímos autoras de literatura erótica y nos acercamos a teóricas feministas que abren la sexualidad como camino. Este recorrido como lectoras nos agudizó preguntas y derribó miedos. Colectivamente comenzamos a entender la experiencia sexual como una forma de rebeldía, expresión, potencia, apertura y cuestionamiento de todas las categorías que damos por sentadas. Leer erotismo y producir textos eróticos se tornó en una búsqueda radical de placer y transformación. El taller de escritura y lectura erótica Escribir lo Inmencionable, gestado por el colectivo La Caja de la Exploradora, sirvió como detonante e impulsor para construir estos nuevos anteojos para leer lo erótico, nuestras guías fueron diversos ejercicios de escritura, de los cuales surgen los textos que aquí compilamos. Escribir, leer, escuchar y volver a escribir se convirtió durante estos más que 1 5 sábados en el ritual con tintes de aquelarre al que las siete mujeres que aquí escribimos nos entregamos para nombrarnos. El resultado es increíble. En estos textos lo erótico toma vuelos poéticos, humorísticos, juguetones e incluso se roza con la ciencia ficción. Esperamos que sea para todos una lectura divertida y movilizadora. Que quienes lean desacralicen el lugar de la alta literatura y se animen a escribir, así como a dinamitar los miedos y explorar con la sexualidad, la palabra y el dibujo. Crear contenidos es para nosotras una parte fundamental de la rebelión feminista. Les deseamos buenas lecturas, buenos polvos, nuevas exploraciones del cuerpo, nuevas comprensiones del poder. Les deseamos sobre todo mucha tinta y valentía para la escritura de su propia experiencia. Sigan, y métanse en el tragaluz. L A CAJA D E L A E PLORADORA

-L AURA O RTIZ , B EATRIZ G ONZÁLEZ3


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BESTIARIO

DE

INCOGIBLES

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A. LOS JORGE RIAL: Sara Mago

Los Jorge Rial son seres con la panza muy peluda, de múltiples colores, que incluyen las tonalidades de azules y grises. Tienen ombligos huecos, húmedos y redondos como palanganas, evidencia fáctica de que el cordón umbilical del cual eran propietarios tuvo dimensiones y diámetros extraordinarios. Estas cicatrices son realmente depósitos colosales de monumentales pelusas. De cuerpos grandes y espaldas prominentes, sus miembros no corren la misma suerte. Poseen proporciones bastante discrepantes. Disfrutan particularmente del sexo violento con más de dos personas y les encanta el dedo en el culo, aunque desde su profesión no hacen más que metérselos a los demás. Les encanta que les toquen los pezones con ahínco, además. La mayoría debutó con una mala experiencia, lo que resultó en un gran disparador para su misoginia. De esta forma, las mujeres le parecen seres ajenos y distantes. Sin embargo, envidian sus pezones más erógenos y abultados. Amarían tener unos iguales. Usan trajes de marca, pero no saben diferenciarlas. Tienen fantasías con políticos y mecánicos, ya que aman la mugre. Disfrutan el dolor en la cama y el dolor ajeno en la pantalla. Por eso eligen ser periodistas de espectáculos, una forma muy conveniente de resolver esta doble inquietud. Piensan que usan bien la lengua -refugiados en la masividad y alcance de sus chimentos- y ensayan besos imposibles con naranjas (con limones se les dificulta más, ya que les produce un ardor en las papilas gustativas que temen). Su película preferida es Blancanieves. En privado -antes de irse a dormir- parafrasean la escena del espejo en el baño, sintiendo deseos cada vez más profundos y narcisistas. Su vello púbico es muy intenso y gustan de peinarlo con un cepillo de cerdas suaves cada mañana, suelen ponerlo para un costado y hasta hay quienes lo cubren con gel, bordeando una línea prolija y pronunciada o moldeando una cresta de onda. 6


Les gusta gritar agudamente mientras los penetran y nombrar a todos los famosos que entrevistaron en esa jornada. Aman desaforadamente inventar cosas del otro y verse como seres auténticos y progres. No tienen códigos, sólo conservan el código de barra de los alimentos que consumen y los apilan. Estos recorten los obsesionan hasta el punto que utilizan estos fragmentos para cubrir las bocas de sus amantes. Son seres bastante temerosos de la mirada ajena, por eso se ocupan de ser la mirada vigilante de la vida de los demás. Tienen ampollas verdes e incurables en el paladar que solo alivian con bicarbonato y silencio.

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CLAVARSE Sara Mago

UN

PAPARAZZI:

Una experiencia con un Jorge Rial es realmente algo muy aburrido. Si eres mujer, no parará de mirarte los pezones lasciva y envidiosamente. Algunos hasta suelen pedirte si pueden tomarte fotografías y sacan una regla para medir las dimensiones de la aureola de cada teta. Los enloquece hasta hacerlos acabar. Si eres hombre, no pararán de pedirte que metas el dedo en su trasero. Y como les gusta muchísimo la mugre, esta práctica constituye en sí misma algo bastante sucio. Durante la previa de cada encuentro sexual, convencidos de que su barba empezada es la entrada al paraíso, raspan con sus agudas cerdas el cuello y las piernas de sus parejas, furiosamente. Aman transpirar sobre sus parejas sexuales, les encanta ver las gotas de sus cuerpos resbalando por sus pelos abdominales y púbicos. Aman el movimiento ondulante que predican sus vientres. Ellos realmente piensan que es algo muy sexy y codiciado. Entonces, en el clímax, miran penetrantemente a la persona y llevan sus manos a su pecho ardiente y pronunciado, radiante de pelos gruesos, brillantes, largos, de colores diversos. Luego lamen sus dedos. No porque les exciten los dedos del otro, no. Lo que realmente les excita es el sabor de su sudor en el cuerpo de sus parejas. Y ni hablar si ese sudor tiene olor a ajo. Aman el ajo, humeante y siniestro. Algunos comen pesto a cucharadas antes del encuentro sexual y no se lavan los dientes. La idea es conservar los vestigios orgánicos cuales pastillas de olor. Tienen erecciones cortas en todo sentido (en tiempo y en diámetro) pero efectivas. Circulares y lúdicas. Son erecciones solitarias que no contemplan en ningún momento las emociones del otro. Amantes bastante egocéntricos, solo conciben la práctica sexual a partir de una cosmovisión de lo desagradable.

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B. LAS MADRES TERESA CALCUTA:

DE

Teresa de Jesús

También conocidas en La Mazmorra como Madresté. Suelen enfundarse en una suerte de blancas escafandra de algodón, con el propósito de cubrir los apretados elementos BDSM con que envuelven sus extremidades. Se sienten satisfechas en ambientes incómodos en los que los elementos se acoplan a sus pieles vigorizando sus rendimientos. Les encanta, por ejemplo, merodear entre los escombros, derrumbes y otros desastres naturales. Siempre procurando tropezar, recorren discretamente los recodos más difíciles sin calzado. Los aglomeramientos y el caos, las excitan especialmente, lo demuestran con repentinos trastornos del sueño. En éstas circunstancias, pueden pasar días enteros despiertas, sumergidas en un vórtice de placer que aumenta sus capacidades físicas. Pueden transitar entre muchedumbres yendo y viniendo sin parar con pesados cargamentos de asistencia para los necesitados. De este modo, aumentan la posibilidad de recibir 10

desesperados apretones accidentales ocurridos entre los que asisten por su ayuda. Las madresté jamás gimen o demuestran públicamente sus espasmos de placer, pues la mayor satisfacción de su especie consiste en reprimir y controlar el ardor que les produce la autoflagelación oculta que serpentea sus cuerpos. Lucen gráciles y gentiles. Sobretodo, cuando tienen la oportunidad de asistir a personas que accidentalmente se encontraron comprometidas con materiales lascivos. Entonces ellas intervienen con premura, atraídas por el propósito de liberar a los padecientes involuntarios y apropiarse de los elementos hirientes. Si usted siente dolor, se ha atascado en una trampa de osos o se ha aferrado accidentalmente a algún objeto punzo penetrante; busque inmediatamente a una madreté, a través de ella podrá expiar toda experiencia lacerante.


¡ MISERICORDIOSA

ES LA NATURALEZA Y TODAS SUS BESTIAS :

!

Hoy, como cada mañana, me desperté diligentemente a las cinco. Cuando no repunta ni el primer rayo de sol en estos días fríos. Una pena, porque sin algo de calor el atuendo de cuero no se te pegotea en la piel ni te irrita las comisuras como es debido. Igual, cumplo con mi rutina: mis bombachas apretadas, mis pulseras y las tobilleras encadenadas entre sí que me proporcionan solemnes pasos cortos.

salga por una de las mangas mientras rezo, para que alguien que me encuentre pecadora le meta un jalón, aunque sea por piedad y me castigue como lo he merecido siempre.

También uso un corsé que me deja la mitad de las tetas afuera. Lo que pasa es que a veces se me salen y me cuelgan sobre la panza. Sólo un poco porque son pequeñas, pero es algo que me espero, la edad no da para más ni para menos. El corsé lleva una cadena que termina anudada en una soga que sobresale debajo de los hábitos.

Hoy me sentía ecuánime y templada; sin embargo, me amarré una teta con uno de los cintos de cuero que usualmente llevo en las muñecas y lo acordoné a través de una cabuya que dejé salir unos 1 5 centímetros por debajo de las faldas.

En fin, hay trampas en todas mis prendas. Una suerte de cableado se escapa hacia afuera a través de las mangas y los ruedos. Cuando estoy muy desesperada me dejo los cordones un poco más largos y con un tropezón improvisado, me siento Yo me subo las tobilleras todo lo que bendecida. puedo, como tengo las piernas tan raquíticas, me llegan casi a los Sí, encubro todas mis debilidades gemelos. Apretaditas sí, lo justo y hedonistas en los mantos y espero necesario. Bueno, no tan justo, pero que Dios me perdone. Pero una nace sí lo necesario. así y no hay con qué darle.

Tuve un día extraordinario. Debo agradecer al Señor por su sabia creación. Verdaderamente, la Yo no le hago daño a nadie con naturaleza se abre camino y nos ponerme de vez en cuando una pinza muestra su inmensa generosidad en una teta atada a un cordón que cada día. Tuve que asistir a un grupo 11


de rescatistas en una comunidad en la que un deslave había cobrado varias vidas, una pena tremenda. Lo último que me esperaba era que un viejo caniche, mientras se esforzaba en salir de unas pilastras que habían apiñado la mitad de su cuerpo, descubriera el cordón bendito. En el propósito de su supervivencia, el animal aferró sus fauces con decisión. ¡Glorioso es el Señor! El animal salvaba su vida y al mismo tiempo me tironeaba la teta como bien lo merece una sucia y puerca pecadora que se atreve a investirse de misionera. El caniche se aferraba al cordón, tironeaba como un gran danés y yo gozaba con mi rostro incólume porque mi hedonismo, junto a mi dolor estaban salvando una vida y eso se respeta. ¡Alabado sea Jesucristo! Hacía mucho que no recibía un castigo como era debido, casi sentía al animal mordiéndome la piel. Su vida por mi teta. ¡Sí! Bien que lo merezco, ¿Quién es la perra acá? Soy una sucia pecadora, lucha por tu vida cachorro, tironea más fuerte, le gritaban mis pensamientos. Y el animal me escuchaba. ¡Viste que tienen un sexto sentido las bestias 12

del Señor! En un último zarandeo, el caniche me volteó la teta y yo me exploté entre las piernas. Caí de rodillas devotamente y el animal aprovechó el impulso de mi derrumbe, la resignación de mi cuerpo, para terminar de salir. El caniche lloraba de felicidad y me relamía todo el rostro agradecido. Yo también lloraba y le lamía las patas para limpiar a esa pequeña bestia superior que había dado una ablución a mi mal comportamiento. Teresa de Jesús


C. LOS MAURIS

Jennifer Löcher

La especie de los Mauris suele habitar grandes mansiones con numerosas habitaciones, donde a veces se pierden, ya que su inteligencia es más bien baja. Nominalmente viven en parejas monógamas, aunque disfrutan principalmente de coger a la clase obrera por el culo, sin vaselina. Los machos introducen sin más su pene con violencia en los cuerpos preferiblemente golpeados y demacrados de personas de tez café y desempleadas hasta llegar al clímax. Las hembras, para ese propósito, se atan la cinturonga. Ambos se calientan con saber que el encuentro sexual no es deseado por la otra persona y disfrutan del sometimiento violento. Su vida cotidiana está erotizada, ya que gran parte de sus acciones en el mundo tienen como finalidad volver cogibles a cada vez más especímenes negros o, también, a negros de alma. Estos últimos, si bien tienen tez más clara, presentan características similares a los primeros: miseria y necesidad. En ese sentido, los Mauris no son racistas. La reproducción de la especie de los Mauris es compleja, por lo que existen en cantidad reducida sobre la tierra, aunque nunca en peligro de extinción. Para aparearse, suelen elegir entre dos opciones: sexo misionero en la cama matrimonial, comprada para tal propósito, en condiciones higiénicas y con sábanas blancas de 400 hilos, o inseminación artificial. Este último método goza de cada vez mayor popularidad, ya que evita el contacto físico entre los miembros de la especie. La reproducción genera aproximadamente una o dos crías por pareja de Mauris. Las crías suelen ser puestas al cuidado de alguno de los objetos masturbatorios de empleo doméstico. 13


REFORMA LABORAL

Jennifer Löcher

Tener al negro de mierda tan vulnerable, accesible y excitante no fue difícil, sólo necesitó ser perseverante en el acecho. Primero, lo echó de la fábrica de lavandina y se aseguró de que ningún otro lo contratara. Después esperó con paciencia el paulatino desgaste desde una distancia prudente. Todos los lunes, el detective privado le entregaba un sobre con fotos que documentaban la creciente depresión, las peleas con la pareja, el llanto de las dos hijas angustiadas. A los dos meses, se empezaron a formar pequeños agujeros negros en los estómagos de toda la familia. Esos agujeros gruñían, reclamaban al propio cuerpo, a los cuerpos cercanos. Querían comer. Él vio el agujero en las pupilas del negro por primera vez hace tres semanas. Suavemente cerró la puerta de su despacho, se bajó la bragueta y sacó su pija mirando los ojos hundidos de la foto. Ver ese cuerpo débil, atacado desde adentro, le hizo sentir tan poderoso, tan fuerte e intocable, que el mero hecho de tocarse a sí mismo lo electrizó. Se le puso dura enseguida y su mano sintió el esplendor firme y redondo de su carne en expansión. Con los movimientos de su mano derecha le empezaron a recorrer oleadas de calor, cosquilleo en la punta de su miembro, un pulso desde el abdomen cada vez más violento, hasta derramar sus jugos encima de la foto del negro delicioso. Por unos momentos, permaneció sentado en el sillón de cuero, el cuerpo todavía caliente, la sangre corriendo por sus venas azules. Iba a ser un buen día. Efectivamente, en la reunión del mediodía, la junta directiva comunicó que se aumentaría la productividad de las cinco fábricas de la costa 14


mediante un plan de reducción de personal y redistribución de tareas. Tanto él como sus negocios estaban más vigorosos que nunca. Las próximas dos semanas fueron las más difíciles de aguantar. No había que precipitarse. Las entregas del detective mostraron el declive vertiginoso. Al faltar el ingreso de la fábrica, su mujer duplicó la cantidad de prepizzas que vendía con su hermana, y con el paso del tiempo, ella empezó a actuar diferente. Fue una gran pelea cuando le planteó que él se encargue de limpiar la casa porque ella estaba todo el día ocupada. El negro le dijo que el día que tuviera que agarrar los trapos de limpieza, se pegaría un tiro. Desde su despacho, él lo comprendía. Cómo el negro se plantó ante la mujer, le infundió un respeto insospechado. No le había pegado, pero ella había entendido qué pasaría si dejara de limpiar. Qué placer va a ser tenerlo a mis pies, arrodillado, lamiéndome la pija, pensó. Se imaginó la escena. Le voy a atar las manos por detrás de la espalda y le voy a vendar los ojos. Cómo va a gozar ese hijo de puta. Le voy a llenar la boca con mi pulso, agarrar su cabeza con mi mano y empujar sus labios hasta el nacimiento del órgano. Voy a decirle: -Chupala, forro de mierda. Voy a sentir sus labios envolverme todo, el calor de su aliento, los movimientos inseguros de quien no ve. Dirigirlo con mi mano firme. -Yo sé lo que es bueno para vos. Sus movimientos se van a volver deseantes, y con un dejo de odio me va a querer devorar la carne, esa pulsación de sangre y vasos dilatados al máximo. Lo voy a agarrar por los pelos de la nuca, esa deliciosa nuca, levantar su cuerpo, darlo vuelta y apuñalarlo por detrás. Apuñalarlo, una y otra vez. Qué le duela, qué grite. Esa voz negra, furiosa. En mis manos, sus caderas, y su pija. Va a estar dura, cuando la apriete va a gemir. Voy a escupir en mi mano y le voy a untar mi baba a ese pedazo de carne glorioso, lo voy a amasar, va a respirar fuerte. Se imaginaba al negro inclinado delante de él, su espalda arqueada resaltando ese culo sabroso que le va a abrazar el ser. Juntos nos vamos ir al piso, fantaseaba, a punto de estallar, las rodillas temblorosas sobre el parquet, mis huevos van a estar hechos dos pelotas de golf. Mis movimientos se van a acelerar, le voy a pegar las nalgas y va a resonar hasta los rincones de la oficina, la hinchazón se va a volver insoportable. Con un grito de guerra voy a descargar sobre su espalda. 15


Abrió los ojos. El día está muy cerca, pensó, mientras se pasaba una toalla de papel por el pene. Por lo pronto era hora de terminar el día en la oficina e irse a casa. Pasó así los últimos días hasta llegar a este momento minuciosamente preparado. Se hizo pasar por dueño de una tienda online y lo citó al negro en un café en José León Suárez, con el pretexto de un posible empleo como repartidor. Entra al local y lo ve ansioso al lado de la ventana, con un vaso de soda. Se miran, el negro no sabe quién es él, nunca había conocido al dueño de la fábrica de lavandina. Se levanta y se dan la mano. El contacto de la piel rugosa pasa directo a la red de terminaciones nerviosas que parten desde la superficie de la mano y recorren el cuerpo entero, hasta la punta de los pelos y los dedos de los pies, un cosquilleo breve e intenso. Hablan unos diez minutos sobre el reparto, los productos, los clientes, y le dice: -Acompañame que te muestro el depósito, así ya lo ubicás y empezás el lunes. Se levantan, él deja la plata para el café y la soda sobre la mesa. Afuera brilla el sol, está haciendo un día de otoño resplandeciente. Caminan la media cuadra hasta la camioneta, la abre con el control remoto de la llave y se sube. El 16

negro duda por una fracción de segundo, lo mira, y entra al auto. Él lo ve, al lado suyo, concentrado en un punto fijo en la pared de enfrente. Mete la llave en la ranura, pone el auto en marcha y agarra con delicadeza la palanca de cambios. Sus miradas se cruzan, los ojos del negro indagan en la cara que tiene enfrente y que le sonríe apenas con las puntas de la boca. Él nota cómo intenta parecer calmo y seguro, casi puede sentir el latido de su corazón acelerado a través del aire. Su sangre sigue el ritmo de ese pulso, se acelera, llega hasta las extremidades con ímpetu. Van saliendo del centro hasta llegar a una calle con una fábrica donde él estaciona al lado de un portón. Al bajar, al negro se le cae el celular del bolsillo, se agacha y lo levanta de la vereda. Al ver la pantalla, se queda un instante tecleando algo, luego se da vuelta y pregunta: -Es acá? -Sí. Vamos. Él abre el candado de las rejas, las tira para un costado y entran. Pasan por un terreno baldío a cuyo fondo se ve el depósito, el negro lo mira disimuladamente y ve cómo se mueven sus manos en los bolsillos. Él también gira los ojos para su costado una o dos veces, detiene la mirada un instante sobre los duros rasgos de la cara oscura. Pareciera impenetrable, la piel que no se mueve, curtida y con arrugas


alrededor de los ojos y la boca. Se imagina sus dedos que se van a hundir en esa piel, que la van a tensar al límite, tal vez desgarrarla un poco. Lo que parece intocable, no lo es. No para él. Llegan a la puerta del depósito que se abre con otro girar de llaves. Entran a la oscuridad, y antes de que el negro pudiera reaccionar, se cierra la puerta y escucha la voz de su futuro empleador: -Hay otro requisito más para el empleo. El negro siente su respiración en la nuca y se congela durante un cerrar y abrir los ojos. Su cuerpo se endurece, el primer instinto le indica la fuga. Sin embargo, sabe que ese no va a ser el camino. Él, del otro lado, nota el cuerpo tieso, huele el miedo y se excita. Finalmente, es ahora. Acerca su pecho a la espalda del negro, al punto de percibir la electricidad entre los dos cuerpos. Sus manos se estiran lento hacia las caderas, envuelve los huesos con las yemas y lo trae hacia sí. Trae ese culo redondo hacia su miembro que ahora busca su camino, empuja y exige. Nadie habla. El negro está quieto, no reacciona. Él no puede creer su dicha, saborea el momento previo a lo que va a ser una carnicería. De repente, siente algo frío en la garganta. Por un momento no entiende si está en una fantasía o si es la realidad. Hay alguien más. Alguien respira cerca de su oído. -Puto de mierda. No te muevas. ¿Cómo? -Soltalo. Soltalo o te corto. Hay un cuchillo debajo de su mentón. El filo apunta a las venas, está a dos milímetros de un río de sangre. Despacio desprende sus manos de las caderas del negro, que se da vuelta y lo mira desde el fondo oscuro de sus pupilas dilatadas. No se aleja de él, sus caras casi se tocan.

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Se sienten pasos en la puerta del despacho, entran varias personas y rodean a los tres hombres. El negro da un paso atrás. -¿Así que me la querías poner? Te equivocaste, putito.- Le escupe en la cara. -Pero ya que estamos acá, no quisiera que hayas hecho el camino al pedo.”- El círculo de gente se estrecha. -Invité a unos amigos a la fiesta. Él siente un nudo en la garganta, justo debajo del metal. Su sangre corre desesperada por el cuerpo, el cerebro hace conexiones sin sentido. Su impulso es correr, pero el cuchillo lo impide. Los fragmentos de su ser disparan veloces hacia lugares diversos, se desintegra en terror. Está atrapado. Un instante después, el hombre del cuchillo saca el metal frío de la garganta y el puño del negro descarga la furia de los últimos tres meses en la cara blanca y empresarial. El chorro caliente de la sangre le entibia los nudillos y sus músculos se encienden. Le pega, lo patea, le grita. Se desespera y empieza a llorar de la rabia, empieza a destrozarlo, partirlo en pedazos, y lo deja hecho un trozo miserable de carne inconsciente.

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D. LAS MIRTAS

Sara Mago

Si bien son oriundos del viejo continente, habitan en todas partes del mundo. Tienen una esperanza de vida mayor a 1 20 años. Se han registrado especies que han superando los 1 60 años, según fósiles hallados en el sur de Latinoamérica. Solían excitarse con prácticas orgiásticas y violentas, con los años tendieron a formar parejas monogámicas, ejemplificadoras y adoctrinadoras. Elitistas en su posición política, lo son también con sus elecciones para el sexo. Aunque en secreto se masturban y desean lo que en público rechazan. Tienen tabués heredados, nuevos y resignificados, pero se calientan pensando que los transgreden. Portan auténticas joyas y visten elegante, pero su ropa interior es vieja y tiene más de un uso. Les gusta mucho la saliva, por eso hablan de más, para sentir la lubricación en alguna parte de su cuerpo. No se cuestionan nunca ni sus deseos, ni sus decisiones, en el fondo sospechan que la casa de naipes es demasiado frágil y se desestabilizaría. Leen “Las 50 sombras de Grey” porque sus amigas se lo recomendaron y sueñan con enamorarse y tener un orgasmo para presumir con pruebas de lo que es. Ambiguos, retrogradas, dictatoriales, dinosaurios nunca en extinción. Estatuas inflexibles y dogmáticas. Rezan por las noches por un mundo mejor, compadeciéndose del otro, del distinto, mientras levantan y militan banderas de odio. En general, se excitan con el felpudo de los sillones, después de la sobremesa.

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MIRTHA: EL ULTIMO ´ Sofía Copula

PICO DE RATING Este será un show inolvidable. Lo sé. Lo predijo Aschira hace 75 años cuando hice mi primer vivo. Así lo sentenció, la muy solemne: “El día que las cortinas no combinen con el mantel, faltará un cuarto de hora para ir al aire, sentirás un ardor inconfundible en la boca del estómago, y verás mi rostro flotante, translúcido y fabuloso. En ese momento sabrás que se acerca el final” Yo le escupí el vino blanco dulce en la cara y no nos volvimos a ver.

Hoy llegué al set temprano, como de costumbre, para notar que las cortinas no combinan con el mantel. Faltaba un cuarto de hora para ir al aire cuando sentí un ardor inconfundible en la boca del estómago. Y aquí estoy, con el espectro de Aschira a un costado de la mesa, se ríe como enferma pero en algo no acertó: no es fabulosa, es abominable. Intenté escupirle la terrina de choclo, pero le di en el ojo al limpia copas. Al parecer esta cabeza fantasmal es como un cassette pre-grabado porque repite una y otra vez lo mismo: que se acerca el final, que me despida de los míos... ¿Final? ¿YO?. Todos sabemos que eso del final es algo que se dice para tener rating. Qué ordinariez morirse, por favor. Se hace difícil ignorarla. ¿Cómo hace un espectro para tener mal aliento? Me voy a 21


concentrar en la mesaza. La verdad que la terrina que prepararon estos ignorantes es un horror. No está a la altura de la familia presidencial. muero de la vergüenza. que la Demasiado tarde, lo puedo creer.

Me Voy a pedir cambien. están entrando... No

Son una visión divina. No caminan, flotan. Qué elegancia. Qué altura. ¿Qué pasa? ¿Qué es esto que siento en mi boca? ¿Agua? Si todavía no me inyecté el bálsamo salival... ¿Será el tratamiento de células madre? No, no, esto es extraño, es diferente, la mesa tiembla... Me siento abrazada por un montón de plumas. Ni sé cómo pero ya atravesamos el aperitivo. Siento el éxtasis de mis mejores almuerzos multiplicados, los momentos más álgidos de mi vida atraviesan mi cuerpo. Aquellos en los que entrego mi inconsciente a la conversación, hechizada por los vapores de las luces del set. Sus voces son como el canto de mil querubines. Charlamos, reímos. Mmm, ¿Lo digo o no lo digo? Bueno, lo digo. Lo miro a los ojos y pregunto: -¿Se viene el zurdaje, Mauricio?Se ríen de una manera que solo los puros de estirpe conocemos. Le pregunto a Juliana si le gustan mis esculturas de porcelana. Me dice que son de mármol. Creo que me hice un poquito de pis. ¡Cuánta clase! Se limpian los labios con servilletas de satén. ¿Trajeron sus propias servilletas? Qué buen gusto. Esta sí es gente linda. Es el presidente más elegante que tuvimos. Y eso que yo los conocí a todos. -Mauricio, qué traje. Juliana, seguro lo vestiste vos. Antonieta, qué carita de ángel.- Cómo ríen, qué dientes tan blancos. Yo también río. ¡Ay! Qué inoportuno, un tirón entre las piernas. -Tomen asiento, disculpen las cortinas.¿Qué hacen? Se preparan para comer. En simultáneo, los tres estiran la servilleta sobre sus regazos y sirven el vino hacia la izquierda de acuerdo con el orden victoriano. Qué encanto, pensé que solo yo conocía ese 22


código ancestral. -Me fasan el vimo wanko.Balbuceo, qué horror, al aire. Es que me envuelve un zumbido que no comprendo. Mauricio levanta los brazos para arremangarse la camisa. Jadeo. Sus bocas brillan con el pudor del hambre pero su educación no les permite comer hasta que yo no dé el primer bocado. ¿Qué es este calor? Se me saltó un botón del saco. -Antonieta, divina, ¿me lo alcanzás? ¿Qué pasa? ¿Por qué te asustas mi amor?-¡¿Por qué se me están hinchando los pechos?! Ah, ah… Mauricio, no hagas eso, no te inclines así a buscar el botón. Juliana, no le ofrezcas el pan así. Ah, ah… Siguen creciendo. No puedo más. Cómo ignoran lo que ocurre con esa indiferencia burguesa. ¡Coman! ¡No me esperen! Qué irreverencia, lo sé, ¡blasfema soy! ¡la peor, la más guarra! Mis tetas piden el cielo y mi coño... ¡¡El salmón!! ¡¡¡Tráiganlo!!! ¡¡Mastiquen!! ¡¡Engullan!! Sus codos, perfectamente inclinados. No hay vuelta atrás. Este cosquilleo sin igual, este calor que sube hasta mi frente, ¡Soy inmensa! Ah, ah, ay, qué horror… ¡Apaguen la cámara! ¡Así no me quiero ir! Ah, ah… Así no, ¡¡No coman la terrina!! ¡¡¡¡¡Aschiraaaaa!!!!

¡¡¡¡¡KABUMMMMMM SPLASSSSSHCHHH KAPUFFFFFFFF!!!!!!

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Gaby Rottaris

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ARMARIO

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SE VENDE Sara Mago

Lo fácil sería decir que los sindicalistas tienen sobres de papel madera con dinero de las coimas que reciben de la patronal. Lo fácil sería decir que los sindicalistas conservan las tangas de las travestis que visitan antes de llegar a sus casas. Eso lo sabe todo el mundo. El aspecto poco común de un sindicalista es que algunos tienen ediciones exclusivas de “El manifestó comunista”, la biblia y también la colección bilingüe de Harry Potter. Muchos tienen antifaces con lentejuelas bordados a mano y guardan la bandera LGTB, ya que participan en todas las marchas disfrazados. Aunque puertas adentro se muestran homofóbicos y retrogradas. Algunos son coleccionistas exhaustivos de figuritas tales como FRUTILLITAS, LOS OSITOS CARIÑOSOS y HEIDI. También conservan como oro, en un cajón escondido, libros de dietas imposibles. Pero en redes presumen los asados que se comen. Otro aspecto no tan prensado -pero si presumido- es su adicción al gimnasio o vigorexia. Tal es el fanatismo que en su clóset conservan pesas de 20 kilos que jamás podrán levantar. Aficionados por la silicona, algunos guardan prótesis que solo conservan para manosear en crudo las noches de verano. Básicamente poseen un doble discurso para todo. Con sus familias son padres de hogar y gavilanes en lo sexual: tradicionales y conservadores, por un lado y rudos, penetrantes, por el otro. Pero en el clóset guardan seudónimos que les producen exquisitos orgasmos en zonas de lo más ermitañas. Algunos en circulación a saber: Cristina, Juliana, Margaret, Melania, Isabel. En su armario guardan también unos taco aguja que, a veces, en fiestas privadas gustan de utilizar. Mientras más brillantes y llamativos, mayor será el deseo que sentirán para garchar o dejarse garchar por su pareja. Conservan una bolsita con cotillón, ya que después de encarar una orgía aman repartir guirnaldas, pelucas y sonajas. Si bien se la dan de muy duros, la flaccidez es uno de sus grandes problemas tanto de sus genitales como del resto de sus cuerpos, por eso siempre tienen reservado un consolador para usar con otros o bien para sí mismos. 31


TE AMAMOS El gobernador se desplaza por los corredores con una marcha profunda y tensa. No serán aprobadas algunas de sus licitaciones y además reconoce que ha perdido popularidad. Las encuestas presumen que sus seguidores cuestionan su proceder, frente a las propuestas de acción primigenias que prometía su partido. Con la frente transpirada y sus manos temblorosas, el gobernador se encierra en su pieza privada, echando llaves al pomo de la puerta. Cierra las ventanas y extiende las persianas. Se acerca a su placard y desencastra una cajonera móvil que deja entrever un compartimiento secreto, encriptado con claves electrónicas. En el interior del compartimiento, el gobernador resguarda cientos de felpudos, blandos y aterciopelados. Peluches de todos los colores y tamaños. Todos expresan su amor con pequeñas pancartas, pendones y/o consignas que proyectan toda vez que se aprietan sus manitas, a través de discretos parlantes incrustados en sus bocas. 32

El gobernador se sumerge en el pequeño compartimiento y aprieta desesperadamente a todos sus ositos de modo impulsivo. La polifonía de sus voces electrónicas expresa en tono monódico: - ¡Te amamos, te amamos! El gobernador gime de placer con sus ojos virulentos virados a su cerebro. Después de la descarga, llora como un niño indefenso y confiesa a su colección aterciopelada que desea intensamente que, al menos la mitad de sus seguidores verdaderos, fuesen así de suavecitos.

Teresa de Jesús


FEMINAZI vol I

Sofía Copula

Sería esperable encontrar una variada serie de juguetes sexuales en el closet de la feminista, que en público aboga por la libertad de su propio placer. Algunos querrán imaginar que la feminista no guarda secretos en su closet. Aunque, si dejamos que vuele la imaginación, bien podrían ser sus vestiditos rosa de niña cis o aquellas cartitas sumisas que se escribía con su primer amor, o los dibujos donde se imaginaba a sí misma al galope del corcel de su príncipe azul, o una barbie con el pelo quemado y la cara derretida, o una pinypon mutante producto de la fusión calórica de muchas en una. Nada de eso. Con regularidad, Laura abre su cajón de ropa interior, roza con la yema de los dedos el encaje de sus bombachas de ocasión especial mientras desliza su mano hacia el fondo de la cajonera. De ese rincón oscuro y húmedo donde parece no entrar nada más, extrae una caja vieja de zapatos color marrón, que trae consigo el olor

del encierro.

Nadie sospecharía. Sus maneras al observar la caja vieja y sucia se modifican apenas. Sus ojos se iluminan de expectativa mientras que su gesto permanece tieso. Bien sabe disimular, y este placer extremo se ve favorecido por el aliento reptante del secreto. Se sienta sobre la cama, con las piernas apenas abiertas. Apoya sobre ellas la caja. Con las dos manos acaricia los extremos de la tapa, suspira hondo, siente sus pezones erguirse, comienza a surtir efecto. Con las dos manos abre la caja, despacio, con el sabor de la anticipación. El satén de un retazo mal cortado acaricia los extremos de una fibra arrugada, que pasaría inadvertida para cualquiera. Pero no para Laura, que sonríe, a veces larga una carcajada, a veces llora. Coge entre los 33


dedos el pedazo de piel vieja. Aún le quedan unos pelos. Alguna vez estuvo vivo y sintió el correr de la sangre caliente por sus venas. Se acaricia con él el rostro, devolviéndole la vida al recuerdo. Capturaron al violador entre varias. Lo engañaron con la cuenta falsa de una niña de once años. Lo golpearon y lo subieron encapuchado a una camioneta blanca, donde lo sometieron a una tortura lenta que acabó por matarlo. Ella cortó el primer trozo de epidermis. Fue una porción de antebrazo. Hizo tres tajadas con un cuchillo, a modo de porción de torta, mientras sus compañeras lo sujetaban de piernas y brazos abiertos y le estallaban el tímpano con una aguja. Ella levantó el extremo del corte, como una solapa cuadrada, y tiró desollando el antebrazo de un 34

tirón. El tipo se desmayó del dolor y ella observó su premio con altura. Cada corte de la carne caliente había crujido generando una textura que le erizó los pelos del pubis. Con esa sensación estaba cuando, mirando su trofeo de tibio tejido sangrante, sintió correrse entre las piernas. El ambiente ensordecido, los gritos ahogados y las risas sádicas de sus compañeras sólo se adivinaban por los gestos que veía desvanecerse detrás de una cortina de vapor. Allí acaba su recuerdo, que evoca cada vez que posa sus dedos sobre ese pedazo de células marchitas. Ese cuero añejado la penetra como ningún artefacto. Se eleva como la primera vez, siente el flujo tibio deslizarse hasta sus nalgas, entre sus labios hinchados, acariciados por sus muslos que arden con el recuerdo del calor de la sangre derramada.


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Gaby Rottaris

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PARAFILIA

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´ corresponda: Unir segun

1

. Acto de meterse botones en orificios mucosos como: vagina, uretra, nariz, ano o el hueco de una

encía tras una extracción molar.

2

. Encontrar placer sexual gracias al auxilio

ser

de los postres Serenito (o similares). Puede mediante

frote,

absorción,

regurgite,

ingesta, tacto, saboreo, etc…

3

. Encontrar placer erótico en el lamido sistemático de objetos sonoros. Ejemplo:

walkman,

stereo.

Uno

de

sus

efectos

secundarios más comunes es la ingesta de cables pelados. .Exitación producida toda vez que

4

se consume el primer vocado de una

receta nueva.

5

.Excitación intensa

y

prolongada

por

ver

ropa ajena secándose al sol. .Descontrol del placer

6

similar al sexual debido

al canto de las

7

ballenas.

.Pulsión sexual ligada al hábito de sacarse los

mocos y hacerlos bolitas.

1. AUDIOLAGNIA 42

2. BLASTOLAGNIA

3. CATAFILIA


8

.Fijación

sexual

por

los

maxilares.

Excitación que proviene de la observación

detenida de mandíbulas, dientes, mentones y labios partidos. .Poder sobrenatural de erotizarse con

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ocurridos

a

grandes

clímax

distancias.

Los

clismafílicos suelen vivir en la calle, lugar en el que sus antenas tienen menos interferencias para gozar.1

10

. Obsesión sexual asociada a las personas con el nombre Catalina, o excitación súbita ante

la sola mención del nombre.

11

. Preferencia sexual por los gnomos

preferentemente

de en

jardín, días

de

tormenta.

12

. Excitación crónica ante la expulsión

de plumas de ganso a través de las heces.

13

. Intensa exitación a causa de usar pantuflas

en verano.

14

. Placer irreductible luego de la experiencia

de la trepanación.

4. D ACRIFILIA 5. CLISMAFILIA

6. AMOMAXIA 43


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Gaby Rottaris


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Bastónlagnia

Teresa de Jesús

-A ver si me explico, ¡quiero un bastón de punta roma! Los vendedores intentan meter por los ojos uno de diseño italiano, supuestamente tallado a mano y tú te preguntas, “¿Qué carajo tiene que ver la punta roma con lo italiano?... Un poco tal vez, la punta roma viene del rombo, de la peonza que gira. Un artefacto de ocio probablemente prehelénico y eso me encanta, girarme las puntas romas debajo de la axila. Igualmente, te preguntas, “¿Quién coño a éstas alturas de la vida no sabe qué es una punta roma?” O, capaz, los vendedores se hacen los boludos para vender cualquiera. Hablemos del término para ablandar las dudas. PUNTA ROMA: Sinuosas, convexas, esquivas, pensadas para prevenir situaciones hirientes con las esquinas de las mesas o sus patas. Fálicas, aunque ese carácter no necesariamente sería un detalle planificado. Las puntas romas son sumisas, una suerte de genuflexión de los vértices. Sí, la geometría está llena de roles sublimes: El bondage y el infinito. Los ángulos agudos y obtusos, dentro del sadismo y el masoquismo. Y, 50

por supuesto, las puntas romas versus los vértices denotan ciertos carácteres sumisos y dominantes. Todo tiene sentido. Todo encaja. Sobre todo en mis axilas, se me encajan en muy buenas proporciones los bastones en sus variadas longitudes cilíndricas, siempre y cuando conserven las `puntas romas. Sólo he conocido un bastón con la punta adecuada y es rara en un bastón, porque cualquiera se puede resbalar. Así que es un capricho complicado. El asunto es que tengo un bastón así y debería devolverlo. Así es, no es mío. Se lo he robado a un vecino ciego que ahora se ayuda de la punta de una escoba rota para poder trasladarse. Me lo cruzo en la escalera, el ascensor, el living de entrada y me siento culpable. Sin embargo, no creía que podía devolverlo. Nunca tuve un bastón semejante, con dimensiones tan perfectas. Cuando agarro la punta de su mango curvo y lo dirijo hacia mí por debajo del brazo ese extremo me queda automáticamente envuelto por todas las paredes axilares. ¿Me lo puedes creer? Sin embargo, el puto bastón del ciego está hecho a la medida de mi proporción áurea.


Le compré un bastón cualquiera de regalo, lo dejé en la puerta de su casa, pero sigue usando el puto palo de escoba. Yo lo entiendo, o él me entiende a mí, porque justo se guía con la punta roma del palo de escoba. Es por eso que llevo un par de meses buscando un bastón semejante. Entendí que compartimos el mismo aprecio por las puntas sumisas. Sin embargo, mi idilio con el bastón terminó hace una semana. El ciego y yo compartimos el ascensor, así que me animé y le pregunté sobre las puntas romas. Le advertí que había notado su inclinación por ellas a través del detalle de su viejo bastón y el pedazo de escoba con el que ahora se manejaba. Ésta fue su respuesta: -Me permite entender mejor las superficies por las que me desplazo, pero lo que más me interesa, es que me gusta masajearme el nie oprimiendo la punta roma, como decís, suave y profundo en la región.

la mañana siguiente en la puerta de entrada del lugar al que pertenece. El ciego es muy respetuoso. Lo he visto otro par de veces en el ascensor. Ayer me preguntó: -¿Por dónde se pasaba usted la punta roma? -Por las axilas respondí. -Comprendo... ¿Oprimía o hacía circulitos? -Yo prefiero los circulitos. -Bien, son ideales esas puntas para hacerse círculos... Despreocúpese, soy un hombre límpio. -No lo dudo. En la noche, al tirar la basura, he encontrado un fragmento de palo de escoba cortado a la medida del bastón del ciego, ¡¿por qué no se me había ocurrido antes?!... Francamente, creo que estoy enamorada.

Casi sentía que el ciego era mi alma gemela, hasta que le pregunté: -¿Qué es el nie? -Es una parte del cuerpo muy estrecha entre el agujero del orto y los huevos. Se le dice así porque ni es uno, ni es el otro. Obviamente, el bastón apareció a 51


C LISMAFILIA SofĂ­a Copula

Entre aquellos que trae la luna

existe un poder insospechado

que solo brota en la intemperie.

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De dĂ­a, cargan sus antenas al sol.

Para recibir por las noches su cura.

El placer orgiĂĄstico de todo lo que respira.

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BREVES NOCIONES ´ ANATOMIA

DE

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Detrรกs de la Casa Rodante, mirando la aurora boreal, su hermana besรณ mi nuez de Adรกn y sus dedos traspasaron el pulover de lana hasta llegar a mis nalgas blandas color de chancho.

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LABIOS m. Los labios son ventosas. Bien utilizadas, desintoxican los excesos de pasado y/o futuro. Se activan con fuego fatuo invisible sobre los vientres.

Se

ajustan

bien

sobre

cualquier

superficie, pero no generan vacío, sino presencia; porque

aumentan

la

experiencia

sensorial

aminorando los pensamientos sobre lo que ya se ha hecho o sobre lo que se debería hacer.

LÓBULOS m. Partes blandas del cuerpo ubicadas dentro de los órganos sensitivos de la audición. Mantienen el funcionamiento del sistema nervioso que comparten las amantes con las lobas. Cuando una amante muerde el lóbulo de otra amante, ésta aúlla y a la loba le recorre una oleada de calor.

ARRUGAS , P LIEGUES , L LAGAS f. Cuando la piel se aburre de estar sola y decide independizar sus medios, adopta nuevas formas que la llevan a dejar de ser una. Puede optar por caerse y ser parte del suelo o volar y desprenderse como una fina lámina al viento. Otras se arenan en pequeñas partes hasta disolverse del todo. Pero una gran cantidad de esas pieles crecen, evolucionan, se estiran y para eso hacen uso de toda una vida, hasta llegar a fusionarse con una piel vecina, de la que habían estado largamente enamoradas.

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E SPUMA f. .Dícese del líquido burbujeante emanado por los cuerpos y localizado en distintas fosas o agujeros sensibles. Muy sensibles al tacto, suele ser más

VENAS

efervescentes a mayor intensidad. Cabe destacar la

f.

espuma que se despide desde la comisura de los labios,

1. Conjunto de conexiones gruesas y finas,

desbordando sin previa anticipación. Suele ser indicio de

palpitantes y, en general, moradas. Son

estupefacción, placer irrefrenable o miedo fundacional.

flexibles y su unión, semejante a una

Actualmente,

constelación, posee distintos relieves y

varios tipos de espuma: la de

se

conocen

texturas,

y

sal (propia de los mares y de

Suele

algunos besos), la de las

considerárselas indicadoras de distintos

almohadas y colchones (este

paisajes y emociones, según cómo se

es un tipo de espuma sólida

manifiesta su voluptuosidad.

típica

2. Especie de guía T lanzada en el

también es sonora o musical,

cuerpo, quimérico mapa o tatuaje nativo.

ya que rechina ante los

Una

de

movimientos violentos), la

vibración, una especie de puente entre

espuma de carnaval (propia

las arterias y el corazón (conjunción

de las comparsas, las murgas

emocional primitiva).

y las orgías), entre otras.

las

atraviesan

orgánica

cuales la

envuelven carne.

logística

carmín

3. Una telaraña bordada en la piel, que a veces parece trampa y otras invitación.

de

Latinoamérica,

L AGRIMAS f.

Si se siguen sus bifurcaciones y caminos,

Cuando

alguien

siente

excitación

entre

y

desconocidos, o cuando la temperatura del ambiente

destinos propicios para el des-arme de

condensa la transparencia de las personas, se produce

una/o de las/os amantes, mientras la /el

un fenómeno conocido como lágrima. Esta discurre por

otra/o se abate en una especie de

las

combate lúdico de desciframiento y

naturalmente decanta una curva. Lo cierto es que la

entrega. Algunas, también, manifiestan

lágrima es la salvadora de esa grieta, por la que se

heridas de profunda excoriación (“Las

escurre con elegancia y obsecuencia. Produce en ella

venas abiertas de América Latina”, por

un cosquilleo que sorprende a la vez que acaricia y

se

producirán

cosquillas

suaves

grietas

humecta,

menos

haciéndola

exploradas,

desearse

aquellas

más

donde

amplia

y

produciendo un segundo fenómeno de expansiva concurrencia: el de la percepción conjunta de éxtasis y

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escasez.


FILAMENTOS

ELÁSTICOS NACARADOS

m. Son estrellas de múltiples vectores iridiscentes que se prolongan sinuosos con el aumento de la circulación. Aparecen con las fruiciones, aunque se conocen casos de reproducción espontánea en

donde

las

mismas,

paradójicamente,

surgen

como

una

consecuencia. Dichos vectores crecen con las inhalaciones y se ramifican con las exhalaciones. En éste sentido, se recomienda tener precaución al hiperventilar en momentos de euforia, ya que los vectores se instalan a través del sistema circulatorio con fibras de alta permanencia que producen estertores jubilosos e involuntarios en cualquier situación.

Si usted desea deshacerse de los filamentos elásticos nacarados, puede debilitar los vectores con suaves retenciones respiratorias, durante un tiempo confortable. Tenga presente que las retenciones prolongadas son compensadas con exaltadas inhalaciones que, en consecuencia, vigorizan las fibras de los filamentos. Si usted se atiene a las instrucciones, en pocos minutos, los filamentos serán expulsados a través de la orina. Esté preparada, sus últimas secreciones corporales

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PORGASMOS

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Teresa de JesĂşs

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A

CABANDO

Me fragmento y una nueva ósmosis me perfora desde la nuca El cuerpo a chorros se entrega Y la fiebre diminuta y expansiva empodera mi deseo como nuevo tópico mordiéndome toda Mis sinapsis se alzan al cosmos soy un pez, levito neurológicamente desdoblada me abrazo a una nueva redención Mis piernas escupen estrellas y entre roce y roce una fricción alada me hace cosquillas, siempre con gusto a prólogo Entonces trazo con mis dedos una domesticación nueva donde gime un viejo antojo y uno mis pliegues escindidos en un brillante beso parturiento asfixiado de esbozos, silencios y giros Mareada, me desarmo sobre la luna y cuelgo. Sara Mago

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C

HARCO DE

G RACIA

Una onda se expande en la atmósfera, acariciando todos los extremos, los propios y los ajenos. Se estremecen los rincones de carne olvidada. Se retuercen los músculos desvergonzados. Se desparrama el placer, hasta agotar la conciencia. Sofía Copula

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FAHRENHEIT XXX

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APOCALIPSIS SEXUAL liam or!!! ¡¡ ¡S e le galizó el po

E l o rg asm o fe m e n in o re lacio n e s se d o m in ó las xu ale s. El po st po rno se bri nd ó en las escu elas co mo materia oblig ato ria.

La m astu rba ció n d e jó e m barazad a s a m il e s d e m u je re s e n e l m u n d o. ban un a dé cada de va lle e qu as tic iá an as as en un a profun da U n grupo de an ci ar br vi ó gr lo a, iv ct co ro de m ed itaci ón co le s pe rm iti ó in iciar un as le e qu a tic né ag co m pe ne tració n m o fu e escu ch ad o hasta en provin ci ge m id os cu yo cant ue las lle garo n a lo s vé rtices de su bi as ab zadas al ed añ as. Las sa raccio ne s si ncro ni nt co s la de ia nc pe rie la po bl ació n. E l de o pl acer, an te la ex st re al í as o , ntag iand pu eblo de Tai wan de su s úteros, co o lic có bu un en orig en rado epicen tro tu vo su m en in os ha ge ne fe os id m ge s lo ci ón de eta. pe ro la em an ci pa en el re sto de l pl an estrem ecim ie ntos m uj er y al fin ha es a rr ie T La . er uj ie rra es m han abie rto risco s e ¡ATE N C IÓ N ! La T S . da ga ne n ió facc ad en co ntrado la satis en do nd e la graved , or ad cu E el en os os. profun do s y lú bric habi tantes ce rcan s lo s do to a e rb ntro l. au m en ta y abso tá crecie nd o si n co es ta ie gr La : E T IM P O RTAN 68


de

en t od

ing Re d el a i n a cto de ma I n g s tu l a t e rb a rra t o ri o .

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ac i ón ina h C s en ex n . vi v u a s e al to o e l co a ad ás ne nd en s m s cu e m d ca ci e l o el a ost n e . s . ra c no Am e s ra s c a a i ón n m ne ci o d e l hu a si a l La n e u AF pa e f l t u ra an r d IP r d a en e n d ec tal ge o rr ra l a t n re t . e a e s g ar ó e l U n su p al e ch e i m p m i n u es . sa to a o D l

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RE DE N CI ON S E X U AL

El mundo está a punto de implosionar. Todos lo saben y como último acto desesperado, todas y todos empiezan a coger con quienes tienen al lado. Las olas energéticas que se desprenden de la orgía mundial restablecen el equilibrio y vuelve a salir el sol. Se proyectaron escenas sadomasoquistas entre las princesas de Disney, desatando el furor y cristalizando el auténtico deseo de las personas, quienes motivadas por tal honestidad, incluyeron en sus prácticas sexuales cotidianas, cotillón de cuero y orgías.

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Se creó un dispositivo tecnológico con idénticas facciones humanas capaz de encarar una relación sexual y amorosa de forma más óptima que una persona. Pronto, los seres humanos comenzarían a elegir robots como parejas, ya que estos también podían ser capaces de engendrar vida y reproducirse. Paradójicamente, las relaciones fueron más armónicas y equilibradas. FERIADO NUDISTA: Sábado, domingo y Feriado Nudista!!! TODAS LAS SEMANAS

!

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Se inaugura la universidad sexual humana. Todos los colectivos, todas las prácticas, todas las culturas participan compartiendo conocimiento. La investigación interdisciplinar deriva en el descubrimiento de que los fluidos sexuales pueden abrir la puerta a la cuarta dimensión. Paulatinamente los humanos cruzan el portal. Toda la humanidad trasciende.

Un chamán en el amazonas entabla un diálogo con el jaguar. Este le revela la verdad del universo: todo lo que existe está en permanente coito. La energía del universo se funde en una danza sexual interminable. El chamán logra transmitir este conocimiento a todas las cosas. Aunque no todo está en armonía, de alguna manera lo está. Y no importa. Los gorditos se ponen a la orden del día cuando los flacos descubren el placer de retozar sobre ellos. Surge un movimiento que inhabilita las posibilidades de estereotipar la belleza. 72


El sexo se transforma en un líquido inyectable que se propaga en cada célula haciendo que todas las células del cuerpo se encuentren en éxtasis. Todos los nacidos en el 201 8 se niegan desde tempranas edades a usar vestimenta. Se consolidó un comando de instructores de orgasmos no genitales cuya tarea principal consistió en escoltar a todas las parejas al clímax y explosión sexual con múltiples y novedosas prácticas, con el objetivo de evangelizar el placer. El papa besa amorosa y apasionadamente a Trump y éste decide tomar los hábitos.

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Una pentareja (relación sexoafectiva de cinco integrantes) con más de 30 años juntos publicó su Kama Sutra con las mejores posiciones grupales para alcanzar el placer en el siglo XXI. Cada vez que alguien garcha, acciona una palanca y un magnate dona un plato de comida. Se descubre que algunas monjas pueden levitar cuando tienen sexo. Todos los religiosos hacen filas para probar la experiencia con algunas devotas que se ofrecen en virtud humanitaria para defender la felicidad de los que han llevado una vida de sacrificios. Se pone de moda el closet del patriarcado.

El sexo dejó de ser la manera para concebir la especie, por lo tanto, salvamos al mundo.

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Epidemias de orgasmos espontáneos suceden toda vez que se escuchan lecturas eróticas a través de voces femeninas. Mujeres de todas condiciones, países y culturas deciden leer en las plazas, en todos los idiomas. Existen testimonios de violaciones frustradas por eyaculaciones precoces conseguidas con las afortunadas lecturas.

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76


E

N ESTA O RGÍA PARTICIPARON :

. Beatriz González Gaby Rottaris . Jennifer Löcher . Laura Ortiz Sara Mago Sofia Copula Teresa de Jesús

CONTACTO:

LACAJADELAEXPLORADORA@GMAIL.COM

BUENOS AIRES, ARGENTINA 2017

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