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Millie Small, la primera estrella internacional del Caribe

Millie Small

la primera estrella internacional del Caribe

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Hace poco vi una serie que me dejó loquita perdida: Small Axe. En ella se nos presenta, a partir de 5 increíbles capítulos, la vida de las comunidades caribeñas negras en Londres en las décadas de los años 60, 70 y 80. El tema de la migración caribeña a Inglaterra después de la II Guerra Mundial es muy interesante.

Hacia 1948, el Empire Windrush transportó a más de 500 pasajeros de comunidades caribeñas desde Jamaica. Entre ellos iba Lord Kitchener, un cantante de Calipso proveniente de Trinidad a quien por casualidad grabó la compañía de noticias al bajar del barco cantando London Is The Place For Me.

La manera de cantar del Lord impresionó bastante al público inglés, que rápidamente se apropiaron del Calipso. Estas nuevas comunidades caribeñas en Inglaterra se asentaron en barrios, creando auténticas comunidades (o guetos en algunas ocasiones), donde la música y la comida estaban muy presentes (porque normalmente a los pobres y marginados sólo se les permite su legado cultural, que además les mantiene en un estado constante de ser el diferente).

Por eso, en 1959 se celebró por primera vez el Carnaval de Notting Hill, donde actuaron los

músicos más famosos del Caribe emigrados, y, así, se inició una tradición musical muy importante que permitirá el asentamiento de estilos como el Ska, el Reggae, o el Rocksteady, con artistas que ya conocéis como Alton Ellis o Laurel Aitken.

En toda esta vorágine de inmigración, apropiación cultural y músicas de ida y vuelta, se encuadra la protagonista de esta entrega, una joven de voz aguda que se convirtió en la primera estrella internacional del Caribe, concretamente de Jamaica. Hablemos pues de Millie Small.

Millie Small, la primera estrella internacional del Caribe

tubre de 1947 en Claredon, Jamaica. Proveniente de una familia muy numerosa (tenía 7 hermanos y 5 hermanas…), pasó sus primeros años en una plantación de azúcar, donde su padre era supervisor.

Como la mayoría de los artistas jamaicanos, Millie Small comenzó apuntándose a concursos de talentos. Ganó el Vere Johns Opportunity Hour con tan sólo 12 años, algo que la convenció para dedicarse a la música. Con esa visión, se instaló en Love Lane en Kingston junto a unos familiares, y comenzó a hacer audiciones por aquí y por allí, hasta que finalmente dio con el famoso productor de Studio One, Coxsone Dodd.

Este quedó bastante impresionado con Millie Small, pues su manera de cantar le recordaba mucho a Shirley Goodman, muy conocida en Estados Unidos por dúo Shirley&Lee. Así el productor ideó un dúo para Millie junto al cantante Owen Gray.

Juntos hicieron varios discos, destacando Sugar Plum, que se convirtió en un éxito local. Al poco, Gray reanudó su carrera en solitario, así que Millie se unió a Samuel Augustus “Roy” Panton, con quien tuvo varios éxitos, como We’ll Meet. Poco a poco nuestra protagonista fue adquiriendo fama, trabajando con los productores y músicos del momento en Jamaica, como Lindon Pottinger o el gran Prince Buster.

En 1963 conoció al empresario Chris Blackwell, que, viendo su potencial, se convirtió en su gerente y tutor legal. A finales de ese año, Millie Small se encontraba en Forest Hill, Londres, recibiendo una intensísima formación, tanto en baile como en dicción. Éste será el momento de su primera grabación en solitario, Don’t You Know, que no tuvo mucho éxito, la verdad, pero que sería el preludio del éxito internacional.

Junto al guitarrista y arreglista Ernest Ranglin, se propuso hacer un éxito comercial, y para ello eligió hacer una versión Ska del tema de la adolescente Barbie Gaye, My Boy Lollipop. Y lo petó, pero muchísimo, eh.

“pinchaos el temazo de Millie Small y bailad, malditos, bailad, como si no hubiera mañana, porque así se mantienen vivos los legados”

De repente empezó a aparecer en todo tipo de programas de renombre de la televisión británica como Top of the Pops, se puso en el número 2 de los UK Singles Chart, y se posicionó en el Billaboard Hot 100 de Estados Unidos, Canadá y Australia, vendió más de 600.000 copias en Reino Unido, y ha vendido más de 7 millones de copias en todo el mundo.

Esto os puede parecer una tontería, pero estamos hablando de 1963. Tener ese alcance internacional en esa época fue todo un hito.

My Boy Lollipop es un punto de partida en la historia del Pop británico. Fue el primer gran éxito de Island Records, y sentó un precedente, pues era el primero de los temas grabados en el estilo Bluebeat, que era la discográfica que sacaba discos de Calipso, Mento, y, más tarde, Ska en Reino Unido, con artistas en su haber como Laurel Aitken y precursores de todo el movimiento Mod y Skinhead de los años 60.

Con todo el éxito a sus espaldas, y sin parar de hacer giras y actuaciones, la presión pudo con Millie Small y colapsó por agotamiento durante un tiempo; sin embargo, ya era toda una celebridad internacional a la que se le concedió un disco de oro en Nueva York, y a la que se homenajeó con honores en la capital jamaicana (al más puro estilo Simpsons, la pasearon por toda la ciudad en un descapotable) donde realizó importantes actuaciones.

En 1965 se embarcó en una gira mundial que la llevaría a Asia, Australia, EE.UU. Sudamérica… También grabó varios discos junto a Jackie Edwards, pero no tuvieron mucho éxito. ta de un one hit wonder, pero casi… En 1968 rompería todos sus contratos de grabación y desaparecería de la escena hasta varios años después, cuando presentó el tema My Love And I, y realizó una serie de trabajos para Trojan Records. Mayfair sería la última canción de Millie Small, una canción reivindicativa sobre la situación en la comunidad caribeña británica. Aquí acabó su carrera discográfica. En 1971 decide marcharse a Singapur.

No habrá noticias suyas hasta 1987, cuando Thames News reveló que se encontraba en la indigencia, viviendo en un albergue junto a su hija. Ese mismo año reaparece públicamente en un acto donde recibió la Medalla de Reconocimiento por el Gobierno jamaicano. Y no se vuelve a saber nada de ella hasta 2006, donde se rumoreaba que estaba realizando nuevas grabaciones.

Después de casi 40 años alejada de la opinión pública, Millie Small concedió una entrevista a Tom Graves, donde hablaba en profundidad de su temprana carrera y del impacto de su éxito internacional, además de explicar que nunca recibió royalties por su éxito.

Moría en 2020 a causa de un derrame cerebral.

Millie Small se nos presenta menuda, con voz fina e infantil, pero con un ritmo caribeño que antecede a toda una revolución musical, y que es testigo de un movimiento cultural tan importante como son el desarrollo de la cultura del Reggae en Europa.

Una artista cuyo nombre casi nadie reconoce, pero cuyo éxito está ya incrustado en nuestro imaginario musical, como suele pasar con la mayoría de los artistas que supusieron una revolución, porque la historia suele ser muy desagradecida con sus creadores…

Por eso, pinchaos el temazo de Millie Small y bailad, malditos, bailad, como si no hubiera mañana, porque así se mantienen vivos los legados.

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ukelele 80’s

el espíritu de la mejor década sigue vivo

Ukelele 80’s se nos presenta como una banda llena de pasión por lo que hacen, y con un carisma arrollador. Con reminiscencia de una de las mejores décadas en la Historia de la Música, y con Mayte García a los mandos, se posiciona como la sorpresa del 2021 en la cultura musical extremeña, estrenando Hasta la eternidad, su primer trabajo, de una forma más que eficiente.

Como decíamos, Mayte García ha sabido reunir a grandes músicos dentro de un proyecto completo, donde el espíritu de la mejor década sigue vivo, y contando con invitados de lujo para su primer trabajo. Con canciones inclusivas que llegan al alma, nos cuenta una historia de superación, esfuerzo y alegría que no tiene nada que envidiar a lo que nos puede contar cualquier grupo asentado en las primeras posiciones de las listas de venta españolas.

Cualquiera que escuche el nuevo trabajo de Ukelele 80’s podrá identificarse en sus letras, y podrá viajar con cada una de las canciones de este disco a cualquier rincón escondido de su alma, descubriendo sentimientos que emanan a flor de piel. ¡Damos la enhorabuena a Ukelele 80’s por un magnífico trabajo!

Texto por S.Plata

Mayte, es un placer de nuevo volver a hablar contigo. Antes de que nos cuentes más acerca de Ukelele 80’s, nos gustaría conocerte más como persona y músico. Sabemos que empezaste muy joven tocando el piano, y después la batería y el bajo en algunas bandas. Cuéntanos esas primeras experiencias. ¿Cómo recuerdas aquellos primeros pasos? He tenido la suerte de poder tocar varios instrumentos, pero no domino ninguno de ellos. Creo que cada día se aprende algo nuevo.

El piano fue el primero. Más que aprender, se puede decir que me sirvió para educar el oído al ser tan pequeña. Seguidamente estuve en el Conservatorio de Música de Puertollano, y aprendí lenguaje musical, algo que considero bastante importante, pero para mí el método de enseñanza no es el más correcto.

Realmente mi vocación la encontré en el Colegio María Inmaculada, donde recibí clases de guitarra. Aprendiendo canciones de la iglesia, que por cierto me encantaban, también di rienda suelta a sacar de oído canciones de los 80’s de bandas como Los Secretos, La Guardia, Loquillo y muchos más. Esto de sacar de oído se ha ido perdiendo. Una pena, la verdad.

Con trece años tuve la suerte de empezar a tocar el bajo con nuestra primera banda, La Revuelta. Me enseñó mi hermano, y dediqué muchas horas a aquel proyecto. Recuerdo que compramos una batería a una chica, María. Era alemana y Hippie, una chica auténtica. También cantaba. Me hizo tanta ilusión la batería, que me pasaba horas y horas tocándola. Aprendí de forma autodidacta. Así, unos añitos después, decidieron que fuera la baterista de la banda.

Luego vendrían muchos más proyectos, todos ellos igual de ilusionantes. Con Promesa Rota nos conocieron en la Región con el camión del Súper Uno de Los Cuarenta Principales. Incluso volví al Conservatorio. Esta vez en Almendralejo, y toqué el Fagot y el Clarinete.

Tras ese primer contacto, y ya en el 2010, fundas tu propio proyecto llamado Imaginando un Color, y consigues grabar seis temas. ¿Con quiénes contaste para la formación de esta banda? ¿Qué fue lo que aprendiste de esta etapa como músico? Conté con Josu Arévalo, Isidro Raya, Félix García y Pedro Alfaro. Lo fundé junto con Josu. Disfrutaba haciendo versiones y canciones propias. Él en ese momento impartía clases de guitarra en Monterrubio de la Serena, y decidimos proponerles a dos de sus alumnos que se unieran a la banda. Isidro y Félix eran dos adolescentes. Me recordaban a mis inicios.

Ellos conocían a Pedro, un chico que estudiaba en el mismo instituto y tocaba la batería. Fue así como Pedro se unió también. Grabamos un EP de cinco canciones, y un sencillo dedicado a la Salud Mental financiado por Proines, la asociación a la cual le debo mucho al ser usuaria de allí. Recuerdo a esta banda como la mejor terapia cuando tocábamos Piedras en la maleta, A mil Kilómetros o Cocktail de Besos.

Tu nuevo proyecto es Ukelele 80’s, y tenemos entendido que lo has llamado así porque te encanta el ukelele y la música de los 80, pero ¿en qué momento decides dar el paso para su creación y por qué? Llevaba mucho tiempo pensando en este proyecto, pero nunca tenía tiempo cuando me dedicaba a la Hostelería. Más tarde sucedió Imaginando un Color, pero parte de sus miembros eran muy jóvenes y se fueron a estudiar fuera de la localidad. Así pues, mi ilusión se fue apagando.

Pasaron unos años, y yo ya residía en Villanueva de la Serena y conocí a mi pareja, y no dudé en pedir el traslado e irme a vivir con ella a Badajoz. Nada más llegar, me inscribí en la Academia de música, y pasado un año ya allí se me ocurrió que le podía regalar a mi pareja una canción por su cumpleaños. Esta canción da nombre al primer disco, Hasta la Eternidad. Desde entonces no he dejado de componer y grabar. Creo que la culpa de esto es tener tiempo y encontrarme agusto y feliz en mi nuevo hogar.

Sabemos que llegaste a conocer a Manolo Tena, y nos gustaría que nos contaras cómo fue, quién os presentó, y con qué motivo. ¿Qué ha significado para ti este artista? Además de él, ¿quiénes han sido tus mayores influencias musicales? Manolo Tena nació en nuestro pueblo vecino, Benquerencia de la Serena. Alguna vez lo vimos en Monterrubio. Dio un concierto cuando estaba en la cima más alta de la fama, presentando Sangre Española. A ese concierto tuve la suerte de asistir. Recuerdo que me salté las vallas de seguridad, y le toqué la bota Rockera de piel de Cocodrilo, y casi se equivoca al cantar. El vigilante me cogió y me sacó de allí. Esa anécdota jamás se me olvidará.

Esa noche estuvimos con él en los camerinos, y le dimos un disco de nuestra banda, Promesa Rota. Ya más tarde, en 2014, actuó en los Acústicos al Fresquito, y me hizo tanta ilusión que le comenté a mi hermano que quería hacer dueto con él. Me preparé Sangre Española.

Recuerdo que él llegó la víspera de Reyes, se tomó un Poleo Menta, y me alegró ver su imagen madura y ver que se cuidaba. Cuando hicieron la prueba de sonido, mi hermano le comentó mi idea de hacer dueto con él, y optó por escucharme. Le gustó tanto, que hicimos cuatro pases de la canción, dos el primer día y otros dos el segundo.

Antes de los conciertos me estuvo hablando de él. Me dio a entender que era una persona humilde, y que por ese motivo muchos se aprovecharon. Me habló de la Movida Madrileña, de su grupo Cucharada, y lo divertido que era disfrazarse.

Después del concierto le hice lo que fue mi primera entrevista. Hablamos de Salud MenEn 2016, después de fallecer éste, mi hermano quiso hacerle un Homenaje en los Acústicos al Fresquito, y se lo hicieron Mikel Erentxun y Alexandre LaCaze, este último con la mala suerte de fallecer unos años después.

En mi disco hay una canción dedicada a Alexandre en la que nombro a Manolo Tena, Naufragar sin vela. Ambos estarán siempre en mi recuerdo, y descubrí el último disco que sacó Manolo Tena, y me di cuenta de que sin duda es el mejor de su carrera. Me encanta.

Mis mayores influencias musicales han sido y son Los Secretos, Hombres G, Los Ro-

meos, La Guardia, Loquillo, La Frontera,

Tennessee, y la mayoría de bandas ochenteras. También tengo mucha influencia de bandas extremeñas como Ama o Vanagloria.

En este proyecto te acompañan varios músicos, como Amalia Mateos, Pedro Martínez y Víctor Villaverde. ¿Los conocías previamen-

te? ¿Habías pensado ya en ellos para este proyecto? Cuéntanos cuál es su aportación a Ukelele 80’s. Amalia Mateos ha sido mi profesora en Academia Harmony. Cuando le dije que había compuesto canciones y le comenté que quería grabarlas, me apoyó desde el primer momento, y me ayudó a trabajarlas. Cuando me confirmó que quería estar en mi proyecto, me hizo mucha ilusión. Es una gran músico y profesora, tiene otros proyectos como Tudo bem. En el disco ha grabado todos los pianos, y en otros dos temas, la flauta travesera y el Saxo.

A Pedro Martínez le conocí hace muchos años, cuando tenía otros proyectos. En pleno confinamiento vi videos suyos de Violinista en el tejado, grabados en el balcón de su casa. Contacté con él para que formara parte de la banda, y mi sorpresa fue que aceptó. Es una gran persona y músico.

A través de Pedro conocí a Víctor Villaverde, y no dudó en unirse al proyecto. Él es quien pone el toque de humor en la banda. Tuvo varios proyectos con bandas como Ducks Tails y Trilogía, esta última también recorrió la Región con el Súper Uno de Los Cuarenta Principales. Ahora tiene otros proyectos como Black Birds y la Comparsa Caribe. Una excelente persona y músico.

Tu primer trabajo con Ukelele 80’s, llamado Hasta la Eternidad, se publicó en diciembre de 2020 en plena pandemia, y no habrá sido sencillo. Cuéntanos cómo lo has llevado a cabo, y cuánto tiempo te ha llevado todo el proceso de composición, grabación, mezclas y demás. La Pandemia sólo tuvo de positivo que, al estar confinada, terminé más rápido la composición del disco. Incluso hice una canción dirigida a lo que vivimos en ese momento, Yo me quedo en casa. He trabajado mucho en el disco, mis horas libres las dedicaba a eso. El trabajo tardó en publicarse año y medio aproximadamente, pero es la primera vez que estoy orgullosa de verdad con el disco. Se ha hecho sin prisas y como se debe hacer. Este método sale más caro a la hora de pagar las sesiones de grabación, pero yo creo que es el más correcto y eficaz. Creo que grabar un disco entero segui-

do puede saturar. Las mezclas, al igual que la grabación, se han hecho sin prisas, algo que también creo importante, y que David Capellán ha logrado realizar con éxito.

En este disco encontramos once temas con temáticas como la salud mental, el maltrato animal, la inclusión social, e incluso el ámbito deportivo, pero vayamos por partes desgranando este trabajo. Tu salud mental es el título de uno de los temas, y es autobiográfico. Háblanos de esta canción, y qué quieres transmitir con ella. Tu Salud Mental es una canción que trata sobre la experiencia que llegó a mi vida en 2005, donde tuve problemas graves de Salud Mental. Gracias al consejo del Especialista, me uní a la Asociación Proines de Don Benito, y, allí, el equipo de profesionales me hizo trabajar para conocer la enfermedad y afrontar una nueva vida. Aprendí a quererme y valorarme a mí misma. Conseguí llevar una vida ordenada y saludable. A base de formación y mucho empeño hice unas prácticas a través del programa laboral, y conseguí tener el trabajo que hoy desempeño en una tienda de deportes. La primera terapia que me aconsejó mi psicóloga fue tocar media hora al día la guitarra, algo que un principio no conseguí, pero podéis comprobar que con tiempo y trabajo todo se consigue.

Hay varios temas muy inclusivos, como decíamos anteriormente, en los que nos hablas sobre la parálisis cerebral y el trastorno de espectro autista. Son concretamente Eva y La última pieza del Puzzle, respectivamente. Cuéntanos más acerca de los protagonistas de estas canciones. Un día, viendo la Gala de los premios de la revista Grada, vi un reportaje de Eva y me quedé asombrada. Me considero su fan. Me parece un ejemplo claro de superación. Entonces contacté con José Antonio Lagar, su padre. Yo ya le conocía anteriormente, y le propuse hacer la canción. Él me ayudó mucho a conseguir el resultado final. Incluimos en la letra lo que más me llamó la atención de ella. Cómo día a día trabaja en su rehabilitación, cómo en los Carnavales de Badajoz sale bailando con su silla de ruedas junto a la Comparsa a la que

pertenece, cómo maneja las Redes Sociales a través de las nuevas tecnologías. Quise hacer una canción con música actual, de Pop fresco, en la línea de Bombay o Efecto Pasillo, para que a Eva le gustara más, y el resultado fue acertado. Le encantó, y es una de las canciones más escuchadas.

También tuve la suerte de contactar con Isidro Arenas, de Tennessee, a través de José Antonio, el padre de Eva, y éste sin dudarlo aceptó hacer dueto conmigo en la canción.

Me encanta escucharla. Es una canción optimista, y la voz de Isidro la hace aún más.

La Última pieza del Puzzle es una canción que sale desde el fondo de mi corazón. Va dedicada a Rafael, mi sobrino. Tiene trastorno del espectro autista. En un principio, a mí todo eso me sonaba raro y me costó entenderlo. Entonces estudié sus comportamientos y me informé sobre ellos. Supe por qué me rechazaba al abrazarle, por qué se asustaba cuando yo hablaba alto por mi alegría al verle, y muchas más cosas. Entonces me di cuenta de que es un verdadero Ángel. Sus avances, por muy pequeños que sean, nos colman de alegría. Solo escuchar una palabra de su boca, un estímulo, una reacción, para nosotros es un logro. Sus padres, y la familia en general, trabajamos mucho con él, y, cómo no, el movimiento asociativo siempre estará presente en su vida.

Cuando grabé esta segunda canción quise que quedara perfecta, y que emocionara al escucharla. Lo conseguí. Varias asociaciones de TEA me dieron la enhorabuena.

También hay hueco en este disco para otros temas no menos relevantes: Pan y Rosas, que habla sobre la violencia machista, Adopta, que lo hace sobre el maltrato animal, o Amor puede más que odio, dirigido al colectivo LGTBI. Háblanos más acerca de cada una de estas canciones. ¿Cómo desarrollaste la composición de estos temas? Pan y Rosas es la historia de cómo las mujeres lucharon por sus derechos. Trata de acabar con el machismo pidiendo la empatía y pro-

poniendo la igualdad. Por desgracia, en esta sociedad esto es muy difícil, pero poco a poco seguimos dando pasos para avanzar. Reflejé en esta canción tristeza. Al escucharlo me recuerda a uno de mis ídolos, Antonio Vega. Amalia Mateos grabó un piano precioso. Es una canción muy sentida y muy trabajada.

Adopta es una historia ficticia. En realidad, los protagonistas son Clara Lago y Dani Rovira, ambos actores y fundadores de Fundación Ochotumbao. La canción trata de la tristeza que siente un animal maltratado y abandonado, cómo cambia su vida al ser adoptado por ellos. De pequeña me apasionaba el mundo animal, y sobre todo el canino. Recuerdo que el regalo que más ilusión me hizo fue Tobi, mi primer perro. No tenía raza, pero sin duda fue lo más bonito que en mi niñez me pasó. Jamás se me olvidará.

Dos de los temas de este primer trabajo de Ukelele 80’s cuentan con una especial dedicatoria: Naufragar sin Vela, dedicada a nuestro querido Alexandre Lacaze, y Y ese gol... llegará, dedicada al Club Deportivo de Monterrubio. ¿Cuál ha sido tu relación con los protagonistas de estos temas? Alexandre LaCaze fue un amigo de la casa. Me refiero a que formaba parte de la familia del Festival Acústicos al Fresquito que organiza mi hermano. Él estuvo varias veces actuando, y le acompañaba Mercedes y sus hijas, su bonita familia. En 2016 le hicieron un homenaje a Manolo Tena por su reciente pérdida, y ese mismo día Alexandre LaCaze no se encontraba bien, y estaba a la espera de unos resultados de unas pruebas. No tardaron mucho en darle la mala noticia: leucemia aguda. Él fue un luchador, tenía inmensas ganas de vivir, y eso a mí se me quedó grabado. Contacté con Mercedes, y le propuse mi idea de crear una canción sobre él, y le encantó. Fue un duro golpe para todos. A veces la vida es injusta. Siempre recordaremos con mucho cariño.

Cambiando de tema, hablemos del Club Deportivo Monterrubio. Hace unos años tuve la idea de hacerles una canción, pero al final se quedó solo en idea. El año pasado subieron

de categoría por primera vez en la historia, y ahí sí que llegó mi inspiración. La canción habla de un club humilde, de cómo todos de pequeños en sus calles jugábamos al fútbol, y de la felicidad de un pueblo entero al ver su ascenso.

Ukelele 80’s acaba de comenzar a dar sus primeros pasos, y, como ocurre en muchos casos, vivir de la música no es nada fácil. Además de trabajar como músico, también te ganas la vida en una tienda, y seguro que compaginar ambos trabajos a veces resulta complicado. En tu caso, ¿cómo te organizas para estar en todo? ¿Qué es lo más complicado? Hace tiempo aprendí que lo mejor en esta vida es ocupar tu tiempo realizando tareas que te gusten. Mi trabajo en la tienda de ropa deportiva me encanta. Me siento realizada con esa rutina. Gracias a ese trabajo he podido autoeditar un disco, y estoy haciendo el segundo. En mi tiempo libre realizo mi trabajo musical. Son muchas horas de composición, de ensayos, pero eso está claro que tiene su recompensa, y lo más importante es el beneficio para mi salud mental. La música lo cura todo. Vivir de la música es mi sueño. Es difícil, pero lucharé para conseguirlo.

Has demostrado no sólo constancia, sino también mucha pasión por lo que haces, algo que pensamos es imprescindible para alcanzar los objetivos que nos propongamos. En tu caso, ¿cuáles son esos objetivos personales con Ukelele 80’s? ¿Hasta dónde te has propuesto llegar con este proyecto? Mi sueño, como he dicho antes, es vivir de la música, crear canciones que le abran los ojos, por así decirlo, a todo oyente o espectador. Quiero disfrutar haciendo música. En esta vida es lo que más me gusta, y nunca nadie me quitó mis pájaros de la cabeza porque en realidad no lo eran. Seguiré trabajando, y, si algún día consigo algo, le recordaré a la gente que nunca hay que dejar de luchar por sus sueños.

Ahora, con la situación sanitaria debido al Covid19, hemos visto cómo han disminuido los conciertos, pero, a pesar de todo, se siguen haciendo algunos eventos. ¿Podremos ver pronto a Ukelele 80’s sobre los escenarios? ¿Tienes previsto una gira de conciertos para presentar este nuevo trabajo? Nos hubiera gustado presentar el disco en los Acústicos al Fresquito, pero no nos daba tiempo a prepararlo. Con suerte queremos presentarlo en el Teatro López de Ayala de Badajoz el 7 de Octubre, si todo sigue bien respecto a las nuevas medidas Covid.

Además de este nuevo disco, nos has comentado que ya estás trabajando en nuevos temas. ¿Qué puedes adelantarnos? ¿Seguirán los nuevos temas la línea de Hasta la Eternidad? Seguiré con la misma línea de canciones, inclusivas, reivindicativas, y autobiográficas, pero en lo que es la música aparece el violín. Quiero darle un aire al grupo The Coors, pero en castellano. Algo parecido a lo que consiguió Enrique Urquijo y Los Problemas. También quiero añadir a la banda la presencia de una intérprete de lengua de signos. Hace muchos años tuve esa idea, y no la llevé a cabo porque mi proyecto no maduró. Cuando vi que Rozalén tuvo la misma idea, me alegré mucho. Ojalá todos sigan sus pasos.

Mayte, ha sido un placer conocer un poco más en profundidad tu proyecto Ukelele 80’s, y estamos seguros de que con tu pasión y esfuerzo conseguirás llegar tan lejos como te propongas. Esperamos que vuelvas pronto a LaCarne Magazine para que nos cuentes cómo te ha ido. Mucha suerte, y gracias por dedicarnos un poco de tu tiempo. ¡Un fuerte abrazo! El placer ha sido mío. Antes de acabar estas líneas, quiero aprovechar para recordar a los lectores que la música, como dice aquella maravillosa frase, es sinónimo de Libertad. Gracias a LaCarne Magazine por aportarnos cultura. Recordad, la Cultura es segura. ¡Un abrazo!

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