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CHOPIN ENTRE ALGARROBOS

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Chopin Amid The Carob Trees

El Concurso Internacional de Piano de Ibiza llega este verano a su vigesimoquinta edición manteniendo la filosofía con la que un grupo de vecinos de Sant Carles empezaron a organizarlo a finales de los ochenta

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The Ibiza International Piano Competition will be holding its 25th celebration this summer, under the same original philosophy that led a group of Sant Carles locals to found it in the late 1980s

Julian von Károlyi tocaba como los ángeles las obras de Frédéric Chopin. Algunos vecinos de Sant Carles sabían que aquel abuelo de acento alemán y apellido húngaro que vivía cerca de la playa de es Figueral era uno de los mejores pianistas del mundo. “Por eso fuimos a su casa para proponerle que participara en la primera edición del Festival de Música. Nos pidió un millón de pesetas que, claro, no podíamos pagarle”, dice Jaume Ferrer Marí. Pero a Von Károlyi se le ablandó el corazón un día que bajó a comprar al colmado del pueblo. A su oído llegó la música que salía del salón de actos parroquial. Sonaba un piano (pequeño, vertical, de pared): Jaume lo había comprado poco antes desde su casa de Palma, en Musicasa, y la familia del bar Ca n’Anneta y un grupo de amigos se encargaron de subirlo hasta Sant Carles dentro de una furgoneta. Von Károlyi entró en el pequeño auditorio y se quedó sorprendido: alrededor de las teclas blancas y negras un grupo de niños disfrutaba de la música clásica. Debió sentir el maestro una

Julian von Károlyi could play the works of Frédéric Chopin like an angel. Local people in Sant Carles knew the old man with the German accent and Hungarian surname who lived near Es Figueral beach was one of the world’s greatest pianists. “So we went over to his house to invite him to take part in the first edition of the Music Festival. He asked us for a million pesetas, which, of course, we couldn’t afford to pay him,” says Jaume Ferrer Marí. But Von Károlyi’s heart melted one day while shopping at the village grocery store, as the music from the parish assembly hall reached his ears. What he heard was a small upright piano: Jaume had bought it shortly before at Musicasa for his house in Palma, and the family of Ca n’Anneta Bar and a group of friends brought it over to Sant Carles in a van. Von Károlyi wandered into the small auditorium and was amazed: a group of children were huddled around the black and white keys, enjoying classical music. The maestro must have felt a deep connection with his own times as a student at the Franz Liszt Academy in Budapest, because he changed his conexión muy fuerte con sus tiempos de estudiante en la Academia Franz Liszt de Budapest porque cambió de opinión. No solamente rechazó cobrar por formar parte del jurado sino que acabó ofreciendo un concierto para cerrar el certamen. “Le quitó las tapas al piano para que sonara más fuerte. Hasta que murió fue el presidente de nuestro jurado”, recuerda Jaume. Era el verano de 1987.

Para Algunas De Las Promesas De La Pian Stica Internacional Sigue Siendo M Gico Tocar A Bach En Un Rinc N Buc Lico Del Mediterr Neo Como Sant Carles

La anécdota explica la esencia del Concurso Internacional de Piano de Ibiza, evento paralelo al Festival Internacional de Música de Ibiza. Pasan las décadas y las ediciones –este año se alcanza la vigesimoquinta– y para algunas de las promesas de la pianística internacional sigue siendo mágico tocar a Bach en un rincón bucólico del Mediterráneo como Sant Carles de Peralta. Con un preludio y fuga del compositor barroco arranca un programa que, como tantas otras cosas, se mantiene inalterable. Además, los intérpretes deben elegir una sonata y una tercera pieza que sea de su gusto. El tacto que tienen los pianistas que, después de Von Károlyi, han ocupado la presidencia (Joaquín Soriano, el griego George Hadjinikos o, en los últimos concursos Antonio Baciero y la hongkonesa Mary Wu) también es otra seña de identidad. “A diferencia de otros certámenes, aquí no les van a parar por falta de tiempo. Los menores de diecisiete tienen treinta y cinco minutos y, la categoría de hasta treinta años, tres cuartos de hora. Poder tocar el repertorio entero gusta mucho a los participantes”, explica Jaume. El alma máter de la idea ha llegado a los noventa años. Desde hace tiempo, la tarea de organizar y dirigir el evento la comparte con su hija, la musicóloga Maria Àngels Ferrer Forés. Criada en Mallorca, recuerda la amistad que hizo durante las vacaciones de verano de su infancia y adolescencia con los chicos y chicas de su edad que vivían en el norte de Ibiza y estudiaban música. Esos amigos y ella estuvieron entre los participantes de las primeras ediciones del concurso.

mind. He not only refused to be paid to sit on the jury; he ended up giving a concert to close the competition. “He uncovered the piano to make it sound louder. Until he passed away, he was the president of our jury” recalls Jaume. That beginning was the summer of 1987.

This anecdote illustrates the essence of the Ibiza International Piano Competition, an event that runs alongside the Ibiza International Music Festival. The decades and editions continue to go by (this year marks the 25th edition) and for some of the most promising international pianists, it still feels magical to play Bach in a bucolic corner of the Mediterranean like Sant Carles de Peralta. A prelude and fugue by the baroque composer kick off the programme, which, like so many other things, has remained unchanged. What’s more, the performers must also select a sonata and a third piece of their own choice. The sensitivity of the pianists who have succeeded Von Károlyi in the presidency (Joaquín Soriano, the Greek pianist George Hadjinikos, and in recent competitions, Antonio Baciero and Hong Kong’s Mary Wu) is another hallmark of the event. “Unlike other competitions, here the participants aren’t stopped due to a lack of time. Those under age 17 have 35 minutes to perform, and those in the under-30 category have 45 minutes. The participants really enjoy being able to play the full repertoire”, explains Jaume. The father of the project is now in his 90s. For some time, he has been sharing the tasks of organising and running the event with his daughter, musicologist Maria Àngels Ferrer Forés. Raised in Mallorca, she fondly remembers the friendships she formed during her summers as a child and teenager with the kids her age who lived in the north of Ibiza and studied music. She and those same friends were among the participants of the competition’s first editions.

“In the mid-1980s, the island had no conservatory and there was no regular classical music programme,” says Maria Àngels. The competition founded by her father, who was an avid music lover, and other villagers was a window to the outside world. With greater boldness than means, they managed to bring in the most promising talents of the national and international music scene without the help of the internet, which had yet to be created. Jaume used a list of contacts provided by the Ministry of Culture and sent out the rules (which have never been altered) by post to all the conservatories and music schools in Spain. Word of mouth did the rest: the event took in one hundred competitors, and for several years now, participation has remained stable at around sixty.

“A mediados de los ochenta la isla no tenía conservatorio y tampoco había una programación estable de música clásica”, dice Maria Àngels. El concurso que se inventaron su padre, melómano empedernido, y otros vecinos del pueblo fue una ventana abierta al exterior. Con más audacia que medios consiguieron atraer a las mejores promesas del panorama nacional e internacional sin la ayuda de internet, entonces todavía un desconocido. Jaume, con una lista de contactos que le habían facilitado desde el Ministerio de Cultura, enviaba por correo postal las bases –nunca alteradas– a todos los conservatorios y escuelas de música de España. El boca a boca hizo el resto: el concurso llegó a los cien participantes y, desde hace algunas ediciones, se ha estabilizado en torno a los sesenta.

EL CONCURSO LLEGÓ A CONGREGAR A CIEN PARTICIPANTES Y,

Maria Àngels explica el secreto: “Muchos de los grandes pianistas españoles de la actualidad han pasado por aquí. Los ganadores vuelven como miembros del jurado en la siguiente edición y ofrecen un concierto en el Festival que acompaña al Concurso. Eso nos ha permitido disfrutar del estreno mundial de más de una obra y estamos muy agradecidos. En una misma edición puedes escuchar exponentes de las escuelas centroeuropea, rusa o asiática. El trabajo de tantos años ha permitido que en el mundo del piano se vea este concurso como un trampolín para las carreras que están por comenzar”. El portugués Máximo Klyetsun, un adolescente de dieciséis años que ganó en 2021 en la categoría de menores de edad, se está preparando para ingresar en el Conservatorio de Moscú Piotr Ilich Chaikovski. Un reto mayúsculo.

A principios de septiembre se repetirá la escena. Un grupo de jóvenes con un talento extraordinario se reunirán un lunes por la tarde frente a la puerta del pequeño auditorio de Sant Carles. Se escuchará hablar castellano, alemán, ruso, chino, coreano. Entre ellos, probablemente, elijan el inglés para comunicarse. Habrá un sorteo, para repartir los horarios de actuación cuando, durante la semana, tengan que tocar frente al jurado. Y otro, para distribuir los ensayos, que serán en el campo. Hay en Sant Carles casas payesas con piano propio y todas, una quincena, colaboran con el concurso convirtiendo sus porxos en locales de ensayo.

Maria Àngels reveals the secret: “Many of today’s great Spanish pianists have performed on this stage. The winners return as jury members in the following edition and give a recital at the competition’s accompanying festival. This has enabled us to enjoy the world premieres of several works and we are very grateful. In a single competition, you can hear performers from the Central European, Russian and Asian schools. Thanks to our years of work, the piano world has come to regard this competition as a career launchpad for up-andcoming musicians”. Portugal’s Maximo Klyetsun, a 16-year-old who won the junior category in the 2021 competition, is now preparing to join the Pyotr Ilyich Tchaikovsky Conservatory in Moscow. A major challenge.

The scene will repeat itself at the start of September. A group of extraordinarily talented young people will gather on a Monday afternoon outside the door of the small auditorium in Sant Carles. They will be heard speaking Spanish, German, Russian, Chinese and Korean. Among them, they will probably decide to use English to communicate. There will be a draw to distribute the performance schedules to determine the times they will have to play in front of the jury during the week. And then another draw to organise the rehearsals, which will be held in the countryside. In Sant Carles there are some 15 farmhouses equipped with their own pianos, and they all cooperate with the event, converting their porxos into rehearsal spaces.

Acostumbrados a la frialdad de las aulas de los conservatorios y los auditorios vacíos, no es habitual dar los últimos repasos a las partituras entre algarrobos. Para los concertistas que cruzan el planeta, venir a Ibiza es una experiencia inolvidable. “Aunque compiten, el entorno hace que estén mucho más relajados. Durante esa semana conviven porque duermen todos en el mismo hotel. El día que entregamos los premios, muchos y generosos, patrocinados por Consell, el Ajuntament de Santa Eulària y muchas empresas locales, como Las Dalias, se aplauden unos a otros. Nunca ha habido una queja ni una mala cara. Esa hermandad creo que es nuestro mayor éxito porque no es lo habitual. No tendría sentido organizar el Concurso en otro lugar que no fuera nuestro pueblo”, reflexiona Jaume. Lo dejó escrito el compositor británico Malcolm Arnold: “La música es el gesto de amistad más grande que existe”.

Accustomed to the coldness of conservatory classrooms and empty auditoriums, it is unusual for them to put the final touches on their scores amidst the carob trees. For the concert musicians who travel the world, coming to Ibiza is an unforgettable experience. “Although they are competing, they are much more relaxed because of the environment. They spend the week together, as they all stay at the same hotel. On the day we present the awards, which are many and generous, sponsored by the Consell, the Santa Eulària Town Council and many local companies, including Las Dalias, they applaud each other. There has never been a complaint or a frown. I think this companionship is our greatest achievement, as it isn’t the norm. It wouldn’t make sense to host the competition anywhere other than here in our town,” Jaume reflects. As the British composer Malcolm Arnold wrote, “music is the strongest gesture of friendship there is”.

La XXV edición del Concurso Internacional de Piano de Ibiza se celebra en Sant Carles de Peralta entre el 29 de agosto y el 3 de septiembre de 2023.

The 25th edition of the Ibiza International Piano Competition will be held in Sant Carles de Peralta between 29 August and 3 September 2023.

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