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Las gallinas felices de Lina y Neus

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La Granja des Fornàs es una idea de Lina Ferrer y su marido. Su hija mayor, Neus Costa, que estudiaba Veterinaria y Ciencia y Producción Animal en Lleida, fue la colaboradora necesaria. Lina estaba a cargo de un negocio familiar de hostelería, hasta que decidió volver al campo de su infancia y montar una granja de huevos camperos. Un proyecto que iniciaron con intención de que creciera poco a poco, pero al que, tras el confinamiento y el coronavirus, decidieron darle un gran impulso cuantitativo. El gallinero se amplió hasta alcanzar las 1.000 gallinas.

Gallinas felices que se pasan horas picoteando por el campo tanto gusanos como frutos que se caen de los árboles. Ponen entre 500 y 600 huevos camperos diarios. Y producen unos 200 pollos payeses al mes para llevarlos al mercado. Apostando siempre por el producto local y de proximidad.

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Lina cuenta con el apoyo de su hija Neus, una apasionada del campo y de los animales. Una profesional joven formada en Producción Animal y que está empeñada en demostrar sus conocimientos. Además, ella es la veterinaria de la Federación de Razas Autóctonas y, con su trabajo, vela por mantener y ampliar el número de animales pertenecientes a las razas autóctonas de las Pitiusas: gallina, cabra y oveja, así como el porc negre y el conejo. Estas razas están en grave peligro de extinción. Neus vela por conservarlas en buenas condiciones genéticas y trabajar para que no desaparezcan.

La Granja des Fornàs is the brainchild of Lina Ferrer and her husband. Their eldest daughter, Neus Costa, who studied Veterinary Medicine and Animal Science and Production in Lleida, was the final piece of the puzzle. Lina ran a family hospitality business until she decided to go back to her countryside village and set up a free-range egg farm. The project began with the intention of growing little by little, but after coronavirus and the lockdown, they decided to take a big leap and expand the coop to 1,000 hens.

These happy hens spend hours in the field pecking worms and fruit that fall from the trees. They lay between 500 and 600 free-range eggs a day and they produce about 200 farm chickens a month to take to the market. The idea is to promote local and nearby produce.

Lina has the support of her daughter Neus, who is passionate about the countryside and animals. Neus is a young professional trained in Animal Production who is committed to demonstrating her knowledge. In addition, she is the veterinarian for the Federation of Native Races and works to conserve and expand the number of animals belonging to the native pitiusa chicken, goat and sheep breeds, as well as the porc negre (black pig) and the rabbit, which are in serious danger of extinction. Neus takes care to preserve their genetic diversity and ensure that they do not disappear.

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