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25° edición, otro paso hacia el restablecimiento

ENOTURISMO El turismo del vino vuelve a brindar

JOAQUÍN CAMPANA

Aunque para muchos pueda sonar novedoso, producto del creciente interés por la cultura del vino, el enoturismo no tiene nada de nuevo. Según algunos historiadores existen registros sobre la existencia de viajes organizados a bodegas en los tiempos de la antigua Grecia. En el libro “12 grandes bodegas de España”, José Peñín –escritor, crítico de vinos y creador de la guía vitivinícola que lleva su nombre– menciona que la emperatriz Eugenia de Montijo (esposa de Napoleón) visitó la bodega de Alvear, mientras que Isabel II recorrió las instalaciones de González Byass y Alfonso XIII hizo lo propio en las bodegas Codorniu, Domecq y Franco Españolas. Pero la aceptación oficial del vocablo enoturismo se hizo esperar. Fue en 2005 cuando, a través de la Unión Europea, la organización Vintur –encargada de regular y ordenar al turismo del vino en el Viejo Continente– brindase la primera definición de enoturismo. “El producto consistente en la integración bajo el mismo concepto temático de los recursos y servicios turísticos de interés existentes y potenciales de una zona vitivinícola”, resumió la entidad.

El enoturismo muestra positivos signos de recuperación. Mercados y tendencias. Los pilares del negocio. Perfil del viajero. Las grandes capitales del vino.

LAS CLAVES DEL NEGOCIO

El concepto de ruta del vino consiste en generar, en determinados destinos rurales con orientación clara hacia el turismo cultural y rural, un producto integrado y basado en las actividades vitícolas, gastronómicas y culturales, y acompañarlo por una amplia oferta de alojamiento, servicios relacionados (vinotecas, museos del vino, etc.) y actividades complementarias como golf, hípica, oferta comercial, restaurantes y vida nocturna. Pero una ruta del vino no se limita a la señalización, sino que

también incluye horarios concretos para visitar las fincas, la capacidad de guiar y mostrar la empresa, el saber recibir y dar la bienvenida al turista, la modificación o adaptación estructural de la bodega, el cuidado de la limpieza y la oferta de venta de productos. La Secretaría de Estado de Turismo de España define una ruta del vino como “la integración bajo un mismo concepto temático de los recursos y los servicios turísticos de interés, existentes y potenciales, de una zona vitivinícola, planteados desde la autenticidad y la vocación vivencial, con el fin de construir un producto desde la identidad propia del destino, que facilita la comercialización conjunta de toda la zona y garantiza el nivel de satisfacción de la demanda, impulsando así el desarrollo económico-social integral de la misma”. Lo cierto es que el turismo del vino impulsa el desarrollo socioeconómico integral y sostenible del territorio generando empleo y riqueza y mejorando la calidad de vida de la población local. Fomentar la actividad turística en cualquier Denominación de Origen posibilita la generación de nuevas vías de ingresos complementarios para los productores vitivinícolas, al aumentar las ventas de sus productos. Por tanto, el enoturismo puede ayudar a desarrollar la economía local y a preservar el paisaje natural de la zona al mantener los campos de viñedos, generando ciertos efectos positivos que incluyen un complemento a la oferta turística local, atracción de nuevas inversiones, aumento en la generación de empleo y en la recaudación de impuestos, y difusión de la cultura local.

SECTOR EN CRECIMIENTO

Hoy, en un mundo marcado por la pandemia, el turismo del vino ha pasado a ser una alternativa de creciente demanda, ya que se realiza mayormente en espacios abiertos y naturales, y con pocos volúmenes de personas. Así, según el “Análisis de la demanda turística” realizado por la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) entre el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021 este segmento ha exhibido una notable recuperación, con un gasto medio de € 173,12 diarios por persona, € 11,07 más que en el estudio anterior. Italia es otra nación desarrollada donde el turismo del vino es cosa seria y complementa a la perfección su deliciosa cocina. Representaba, previo al Covid-19, más de US$ 3,5 millones al año y sus regiones más significativas están atravesadas por 140 “wine roads”. Francia no se queda atrás: Burdeos, por caso, con un área urbana de 600 mil habitantes solía recibir más de 2 millones de turistas anuales que dejaban en sus arcas cerca de € 1.000 millones. En Estados Unidos, solo el valle de Napa, con 3,9 millones de arribos al año y una derrama económica de US$ 2,2 mil millones prepandemia, ostenta más de 400 bodegas y espacios de degustación. Es algo así como Las Vegas del vino, con su propio Wine Train y bodegas que exhiben una impactante arquitectura. Desde un monasterio griego todo blanco (Sterling Vineyards), a un templo egipcio (Clos Pegase) y un jardín chino (Chateau Montelena). Recientemente, el Ayuntamiento de Napa votó por unanimidad la asignación de un superávit de ingresos proyectado de US$ 5,4 millones correspondientes al año fiscal 2020-21, que finalizó en julio pasado, para ayudar a varias áreas, incluyendo la turística, afectadas por la inactividad producto de la pandemia.

El turismo del vino impulsa el desarrollo socioeconómico integral y sostenible del territorio generando empleo y riqueza y mejorando la calidad de vida de la población local

LOS SEIS PILARES

Según el Vademécum del Enoturismo Europeo, aplicable a cualquier lugar del mundo, son seis las bases necesarias para desarrollar el negocio. -CULTURA. La cultura del vino es el eje temático de este producto/ servicio y el turista debe percibirlo durante todas las etapas de su viaje y en cualquier componente de la cadena de valor. El carácter distintivo de los diferentes territorios se traducirá a través del vino y todas sus manifestaciones culturales: en las características arquitectónicas de la zona y las bodegas, en festivales, en el folklore, en la forma de trabajar la tierra y cultivar la vid, etc. -TURISMO. El turismo y el turista son dos factores clave que determinarían claramente la demanda y la oferta del producto enoturístico. El viajero, como elemento clave del negocio, debe estar en el punto de mira de cualquier medida o desarrollo de la oferta. Un aspecto de especial importancia pasa por la calidad de los equipamientos turísticos del destino y la existencia de servicios complementarios. -TERRITORIO. Desempeña un papel muy importante y se establece como base o marco de referencia del desarrollo de la oferta en destino. El territorio de la Ruta Europea del Vino, por ejemplo, está compuesto por espacios naturales y urbanos y por un entorno o ambiente general que lo identifica y le confiere su carácter distintivo e identificativo. Para garantizar el carácter enológico de una ruta, ese territorio debe estar vinculado a una Denominación de Origen Protegida (DOP). -SOSTENIBILIDAD. El enoturismo europeo se desarrolla bajo los principios del turismo sos-

Valle de Casablanca, una de las más destacadas zonas vitivinícolas de Chile.

tenible. Según la OMT (Organización Mundial del Turismo), los principios que definen el turismo sostenible son: a) los recursos naturales, culturales y otros se conservan para su uso continuado en el futuro al tiempo que reportan beneficios a la sociedad cultural; b) el desarrollo turístico se planifica y se gestiona de forma que no cause serios problemas ambientales o socioculturales; c) la calidad ambiental se mantiene y mejora; d) se mantiene un alto nivel de satisfacción de los visitantes y el destino retiene su potencial comercial y su prestigio; y e) los beneficios del turismo se reparten ampliamente entre toda la sociedad. -AUTENTICIDAD. La autenticidad del territorio y de la experiencia turística son factores muy valorados por el enoturista experimentado, frente al turismo de masas, producido en cadena y dirigido a un público escasamente diferenciado y con bajos niveles de exigencia. -COMPETIVIDAD. La competitividad de un destino enoturístico es el resultado de adaptar su oferta de productos y servicios y sus sistemas productivos a los cambios del mercado; y de hacerlo de manera que sea sostenible en el uso de los recursos, socialmente beneficiosos y rentables a largo plazo. En este sentido, existe una relación directa y clara entre el concepto de sostenibilidad y la competitividad. La sostenibilidad de un destino enoturístico no se puede entender sin la competitividad y viceversa.

PERFIL DEL ENOTURISTA

El estudio “Turismo del vino, una aproximación a las buenas prácticas”, elaborado por María Millán Vázquez de la Torre, Emilio Morales Fernández y María Castro Freire, devela cuatro clases de viajeros involucrados en el enoturismo: -AMANTES DEL VINO. Personas que tienen una vasta educación en temas enológicos, siendo la motivación principal de su viaje catar diferentes tipos de vino, comprar botellas y aprender in situ. También suelen estar muy interesadas en la gastronomía local. -ENTENDIDOS DEL VINO. Personas que, aunque no tienen una vasta educación en temas enológicos, conocen bien el mundo del vino. Suelen tener formación universitaria y la motivación principal de su viaje es llevar a la práctica lo que han leído en diferentes publicaciones especializadas. -INTERESADOS. Personas que no tienen una formación técnica en temas enológicos pero les interesa este mundo. Su principal motivación es conocer algunas bodegas, aunque no con carácter exclusivo sino como complemento a otras actividades. -INICIADOS. Personas que por diferentes razones (publicidad de una ruta, tener nuevas experiencias, etc.) se acercan a una bodega sin tener ningún tipo de conocimientos en este campo. Su motivación de viaje es diferente, pero aceptan pasar unas horas visitando una bodega. Las compras que suelen realizar en la misma se destinan a consumo particular y a regalo. Por otra parte, una investigación italiana da cuenta de cuatro segmentos de enoturistas en base a estilos de vida: -PROFESIONALES. Personas de entre 30 y 45 años, conocedoras de los vinos de la zona que visita y de otros vinos del mundo. Puede discutir con el bodeguero y juzgar de manera competente las virtudes y faltas de un vino. Presta un interés especial a descubrir nuevas cosas y desea dedicar tiempo y energía a sus descubrimientos. -APASIONADOS. De 25 a 30 años, le gusta el vino y lo ve como vehículo para cimentar la amistad. Disfruta de la comida y explora el campo. Generalmente viaja con amigos (algún profesional) y suele llevar una guía del vino de bolsillo. Motivado para aprender, pero menos serio que el profesional. -PARÁSITOS. Entre 40 y 50 años, con dinero, atraído por los vinos y con algún conocimiento, lo considera una marca de distinción. Sa-

ENOTURISMO CORPORATIVO

Además de sus propuestas enfocadas en el viajero de placer, muchas bodegas han incorporado espacios dedicados al turismo de reuniones. Sus generalmente acogedoras instalaciones son ambientes ideales para el lanzamiento de productos y la celebración de sesiones de team building, capacitaciones, seminarios, workshops y más. Y en esa línea, varios turoperadores disponen de productos a medida relacionados con el vino, con programas que incluyen estadías y visitas a bodegas, catas, degustaciones, etc. Un reconocido travel planner dispara: “¿Por qué volver a organizar un evento corporativo en un hotel? Las empresas tienen que aprovechar las ventajas que ofrecen las regiones vitivinícolas para crear una impresión indeleble de su próxima reunión.”

tisfecho con el conocimiento básico, es más fácil de influir por los comentarios de otros. Se decanta también por nombres famosos y se impresiona con relativa facilidad por las apariencias. Pide descuentos. -CONOCEDORES. Entre 50 y 60 años, visita bodegas como parte de un grupo el fin de semana. Es una alternativa al bar. Toma vino y pide más. Suele comprar en grandes cantidades.

La competitividad de un destino enoturístico es el resultado de adaptar su oferta de productos y servicios y sus sistemas productivos a los cambios del mercado

LAS GRANDES CAPITALES DEL VINO

Great Wine Capitals (GWC) es una red global de ciudades de regiones vitivinícolas internacionalmente reconocidas. Fundada en 1998, es la única entidad en su tipo que incluye los llamados Viejo y Nuevo Mundo del vino con el propósito de promover el turismo, la cultura y el intercambio comercial entre sus miembros. En GWC revisten sólo 11 destinos vitivinícolas de relevancia a nivel mundial. Un selecto ranking integrado por Adelaide (Australia), Bilbao (España), Bordeaux (Francia), Cape Town-Cape Winelands (Sudáfrica), Lausanne (Suiza), Verona (Italia), Mainz-Rheinhessen (Alemania), Porto (Portugal), Napa Valley (Estados Unidos), Valle de Casablanca (Chile) y Mendoza (Argentina). Del 24 al 29 de octubre pasado la entidad celebró su Asamblea Anual en Mainz-Rheinhessen, evento que se focalizó en la creación y desarrollo de ideas innovativas de marketing relacionadas con la actividad. Al cierre del mismo, se dio a conocer que el restaurante DiamAndes, de Clos de los Siete, fue elegido como el mejor restaurante de bodega de la región. Pero Mendoza volvió a casa con una distinción aún mayor: será sede de la Asamblea Anual GWC 2022, a realizarse del 30 de octubre al 3 de noviembre. Se calcula la asistencia de más de un centenar de personas que representarán a distintas naciones y culturas, a las que se sumarán sus acompañantes y empresas vinculadas con la industria vitivinícola y prensa, lo que podría duplicar la cantidad de asistentes. Según se anticipó, el programa incluirá reuniones de trabajo, jornadas de capacitación, tareas de comisiones (negocios, turismo y comunicación), visitas a bodegas y viñedos, e intercambio con enólogos mendocinos.

EL MEJOR HOTEL DE ENOTURISMO

Diversos rankings coinciden en que el mejor hotel de vino del mundo es el Marqués de Riscal, de Elciego, España. Inaugurado en septiembre de 2006 en torno a viñedos que datan de 1858, integra el portfolio de Marriott International y debe su diseño futurista al famoso arquitecto canadiense Frank Gehry. Paredes inclinadas, ventanas en zigzag, techos de gran altura y un conjunto de detalles excepcionales hacen de esta propiedad una verdadera obra de arte que cobija 43 habitaciones y suites. Uno de sus dos restaurantes gourmet ostenta una estrella Michelin, mientras que el spa Vinothérapie Caudalie Marqués de Riscal basa sus tratamientos en las propiedades beneficiosas de la uva.

PANORAMA SUDAMERICANO

Aunque Argentina, Chile y Uruguay no son los únicos productores de vinos en Latinoamérica, sí son los principales y sobre los que nos referiremos a continuación. En Chile, los valles de Aconcagua, Maipo, Cachapoal, Colchagua, San Antonio y del Maulle conforman una verdadera cruzada de degustaciones y placeres. Y el vino no es el único motivo, pero sí una buena razón para conocer hoteles y rutas de cabalgatas, hacer recorridos en bicicleta y visitar museos, entre otras opciones que hacen que viajar por estos valles sea toda una experiencia. Con una copa en la mano, claro. Saliendo de San Fernando, a 140 km. al sur de Santiago, el Tren del Vino de Colchagua (momentáneamente suspendido a causa del Covid) ofrece un apasionante recorrido donde se pueden degustar una gran selección de cepas acompañadas por quesos finos de la zona. Según el programa estratégico Enoturismo Chile, el país cuenta con 144 viñas abiertas al turismo. En Argentina el enoturismo exhibe una notable recuperación pospandemia con la provincia de Mendoza acaparando más del 90% de la demanda. Desde Bodegas de Argentina opinan que “Mendoza se adelantó respecto a otras provincias del país al entender que el turismo era una oportunidad para desarrollar el destino. Y no sólo por el vino; también por el Aconcagua, la segunda cumbre mundial detrás del Everest; sus espejos de agua y muchos atractivos más”. En este país, la cantidad de bodegas abiertas al turismo creció en la última década un 100%. Son más de 245 establecimientos, siete de las cuales pertenecen a capitales netamente locales que tienen como principales mercados internacionales a Brasil (31%), Estados Unidos y Canadá (27%), Francia (7%) y Chile (5%). Del otro lado del Río de la Plata, la Asociación de Turismo Enológico del Uruguay (ATEU), también conocida como Los Caminos del Vino, agrupa a más de 80 bodegas que esperan, con la reciente apertura de las fronteras nacionales, atraer viajes de calidad. A comienzos de septiembre de 2021, Uruguay presentó el Bus del Vino Colonia, servicio que recorre cada sábado una o dos bodegas turísticas preagendadas, con degustaciones y almuerzo, en tanto que en octubre pasado Bodega Garzón obtuvo por tercer año consecutivo el cuarto puesto del certamen World´s Best Vineyards.

En un mundo marcado por la pandemia, el enoturismo ha pasado a ser una alternativa de creciente demanda, ya que se realiza mayormente en espacios abiertos y naturales, y con pocos volúmenes de personas

FIT 2021 25° edición, otro paso hacia el restablecimiento

MARCOS LLOBET

Tras la cancelación de la versión 2020 por la pandemia de Covid-19, la Feria Internacional de Turismo de América Latina pudo celebrar sus bodas de plata. La 25° edición de FIT, que convocó a más de 73 mil visitantes (el 41% fueron profesionales), quedará en retina de la industria turística no solo por haber sido el reencuentro del trade tras 18 meses, sino además porque fue un nuevo paso hacia la recuperación. “Tuvimos una gran FIT histórica”, resumió Gustavo Hani, presidente de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), quien aseveró que el evento permitió consolidar la reactivación incipiente del mercado doméstico; así como sentar las bases para recuperar el receptivo y emisivo internacional.

FIT fue el punto de reencuentro para los profesionales y un espaldarazo para la reactivación. La demora en la reactivación del receptivo internacional y las trabas para el despertar al mercado emisivo, fueron tópicos recurrentes.

RADIOGRAFIA DEL EVENTO

En los pasillos del complejo ferial La Rural no faltaron los esfuerzos o presupuestos de la mayoría de los destinos nacionales para seducir a los turistas. Aquí desentonó la propuesta de la provincia de Buenos Aires, que, a pesar de ser el centro vacacional preferido por los argentinos durante el verano, su puesta en valor poco convocó a los visitantes. También se extrañaron los tradicionales espectáculos y actividades aportados desde Córdoba. Desalentados por la macroeconomía nacional, hubo ausencias destacadas en el sector internacional, el cual no sólo vio reducida su superficie, sino también las acciones de marketing características durante la feria. En el debe hay que mencionar que un par de stands no estuvieron operativos durante gran parte del fin de semana. Estados Unidos, España, Brasil, Cuba y Uruguay salvaron la ropa con una propuesta atractiva desde lo estético, nutrida delegación, actividades recreativas y gastronomía. Por otra parte, el tradicional Centro de Negocios de FIT, auspiciado por Ladevi Medios y Soluciones, fue nuevamente el epicentro del networking entre expositores para negocios y reencuentros. En este exclusivo espacio de 200

m2, profesionales y funcionarios pudieron aprovechar tanto para concretar actividades comerciales, como distenderse con viejos amigos y conocidos de la actividad.

A FLOTE, A PESAR DE TODO

La dura crisis socio-económica que atraviesa Argentina y que impacta de diversas formas en la industria fue un tema dominante de la feria, aunque no llegó a opacar el estado de ánimo por el reencuentro. Dirigentes empresarios no disimularon su malestar y reclamaron que el emisivo continúa dormido y sin planes de activación; así como denunciaron que el receptivo todavía no logra captar el fruto de la brecha cambiaria. En línea advierten que el turismo interno, a pesar de que la temporada de verano nacional está “sobrevendida”, sigue sin ser rentable. Sin embargo, y con sus más y sus menos, lo cierto es que FIT resistió los avatares del presente de manera decorosa. El hecho de que en plena pandemia la superficie expositiva no se haya visto resentida significativamente, que 39 países digan presente, que el público en general la colme durante el fin de semana, y que pese a todo se sigan sumando espacios para hacer negocios, son algunas muestras de que la centralidad de la feria en el calendario turístico resiste.

PREVISIBILIDAD O MUERTE

Preguntándose cómo se paran para lo que viene, Gustavo Hani reconoció que para reactivar el negocio receptivo, emisivo y el turismo de reuniones se necesitarán asistencias específicas. “Para trabajar el sector necesita medidas claras. Si queremos llegar al día después necesitamos previsibilidad”, enfatizó en su discurso de apertura, siendo, tal vez, el único momento en que logró despabilar a una “apichonada” platea. En este orden, y tal como anticipó este medio, celebró algunos ajustes a tiempo que le permitirán sostener al sector: -La prórroga de los vencimientos de los créditos otorgados por el Banco Nación. -ANAC autorizó los vuelos para el primer trimestre de 2022 sin la separación operativa de 30 minutos entre despegues y/o aterrizajes. -MinTur compensará la pérdida del beneficio Repro II (Programa de Reproducción Productiva), por la baja de la categorización de “sector crítico”. -La inclusión del programa promocional PreViaje en el borrador de la ley de inversiones turísticas para que se convierta en una política de Estado. En sintonía, Matías Lammens, ministro de Turismo, reconoció que el trabajo debe ser en conjunto y articulado con todos los sectores. Afirmando que el turismo está en marcha, indicó que FIT reflejó una nueva etapa de reaperturas y expectativas. “Quedó demostrada la resiliencia de la industria y que somos uno de los sectores más pujantes y protagónicos para la recuperación económica de Argentina”, declaró.

LADEVI, PREMIADA EN LA GALA

Con gran respaldo político, Faevyt organizó la cena que celebró los 25 años de la Feria Internacional de Turismo de América Latina. En ese marco, Ladevi Medios y Soluciones fue reconocida por su apoyo y compromiso constante durante todas las ediciones de FIT. En la imagen, Gustavo Hani y Mario Ijelman, presidente y vicepresidente de Faevyt, respectivamente, encargados de entregar el galardón a la editorial. Claudia González y Gonzalo Yrurtia, directora comercial y director de Ladevi, respectivamente, recibieron la distinción.

FIT 2021 EN NÚMEROS

+150 países participantes 24 provincias 27.100 expositores 841 mil profesionales del turismo +1,5 millones de público final

APUNTES FINALES

Respecto a las Rondas de Negocios, los comentarios fueron dispares. De hecho, algunos protagonistas reconocieron que no pudieron completar las reunidas pactadas, mientras que otros denunciaron “la superposición de citas, porque el martes no estarían en la feria”. En otro orden, y aunque sin datos oficiales, el FIT Sale no habría cumplido con las expectativas de algunos empresarios. “Vendimos apenas un 5% respecto a 2019”, confesaron desde una tradicional agencia de viajes con destacado historial comercial en la feria. Asimismo, tras resaltar la oportunidad turística que tuvo Uruguay por ser país invitado de FIT, Tabaré Viera Vázquez, ministro de Turismo de Uruguay, exhortó a los países de la región a trabajar articuladamente para posicionar la marca “Visite Sudamérica” en los mercados lejanos y emergentes. En este aspecto bregó por una promoción conjunta y la unificación de la oferta. “Tenemos un mundo por explorar como región”, advirtió, y agregó: “El turismo será el motor de recomposición de empleos y economías dañadas”. Asimismo, el funcionario pidió para que los países miembros del Mercosur se coordinen acciones y políticas a fines a los estatus sanitarios, los protocolos y la flexibilización de fronteras y visados, que simplifiquen el tráfico turístico de los extranjeros por Sudamérica. “Necesitamos que los turistas puedan movilizarse con seguridad por toda la región, ya sea por tierra, agua o aire, mostrando sus carnés de vacunación y PCR”.

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