Revista La Expuesta

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EDICIÓN NO. 01 Noviembre, 2018 Armenia, Quindío Colombia COMITÉ EDITORIAL Gabriela Gómez Gonzáles Maria José Porras Sepúlveda Angela María Quintero Ojeda Juan Sebastián Castellanos López Jhonathan Esneider Villegas Betancourth DIAGRAMACIÓN Maria José Porras Sepúlveda Juan Sebastián Castellanos López CORRECCIÓN DE ESTILO Jhonathan Esneider Villegas Betancourth ILUSTRACIONES Gabriela González Gómez Angela María Quintero Ojeda PORTADA Y CONTRAPORTADA Sebastián Ciro Castaño PERIODICIDAD Anual CONTACTO Dudas, críticas, sugerencias, escríbenos a laexpuesta@gmail.com ISSN: 2665-4334 (EN LINEA)

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EDITORIAL El arte es un prisma en el que se refleja el mundo. Sus posibilidades de expresión son múltiples y su presencia habita el misterio y la comprensión del alma humana. El arte se ha transformado porque el ser humano ha mutado. En ese camino, las prácticas artísticas contemporáneas tienen mucho que ver con el contexto, con la política, con lo relacional y, a la vez, con los mismos medios técnicos, expresivos y creativos que hacen parte de la experimentación. Este hecho genera que los límites se diluyan y que las fronteras del arte y sus expresiones se expandan. Teniendo como premisa esta idea, queremos apostarle a otras posibilidades en los formatos de las revistas académicas en el área de las artes: imaginamos una revista interactiva, con un contenido visual y escrito que detone la creatividad, conversación e intercambio de opiniones con nuestros lectores, una revista en la que podamos, incluso, jugar con el formato clásico del texto editorial. Es por esta razón que la editorial piensa en el propio formato de la editorial y no presenta el contenido de nuestro primer número, más bien los invita a una propuesta que queremos que sigan, ustedes, nuestros lectores, que disfruten y que los lleve a imaginar. Ahora bien, si la imaginación y la creatividad artística la puede despertar una conversación, hablada u oída, una canción, una situación, una experiencia, un relato, una epifanía…, parece necesario que debemos cultivar el asombro, la sensibilidad y la capacidad de observación. Siguiendo estas ideas, para el primer número de la Revista La Expuesta, del Programa de Artes Visuales de la Universidad del Quindío, les proponemos, como línea editorial, la ilustración de tres personajes literarios, a saber: Funes el Memorioso (Borges) El Sr. Wakefield (Hawthorne) y El artista del Hambre (Kafka). Aquí les ofrecemos nuestro imaginario, nuestra observación, nuestro asombro.

Por: Jhonathan Villegas Betancourth Comité Editorial Revista La Expuesta Contacto: laexpuesta@gmail.com Docente Programa de Artes Visuales Universidad del Quindío


FUEGO SORDO Gabriela Gómez CADA VEZ QUE DESPIERTES Carlos Hoyos

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PIJAO DE FRENTE Carlos Alberto Castaño Aguirre, Iván Darío García Ordóñez Heber Danilo Figueroa Contreras MIRADAS INDÍGENAS Gabriela Moreno LA EXPUESTA PREGUNTA A DANIELA HOYOS Maria José Porras LANGOSTA, LEGITIMAR DESDE LO FALSO Juanita Porras Sepúlveda

SOBRE EL ARTE CORPORAL Carolina Blandón

AL ARTE / AL FONDO John Andrés Álzate Calle MINANDO LA HABANA 1 (1972), PRUEBAS GRÁFICAS Álvaro Ricardo Herrera

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PAISAJES DE UN SUPUESTO CAOS Gabriela Gómez FOTOGRAFÍA Sebastián Ciro Castaño QUIRÚRGICO REY ROSA Nahúm José Villamil Garcés

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VIVIR HERMENÉUTICAMENTE Camila Tabares

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AMAR A LAS NEREIDAS: DE LO SUBLIME A LO SINIESTRO Jhon Isaza MI CAMINAR Cesar Cardona

POEMAS Shara María Ramírez

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ANCESTROS EN LA PIEDRA Juanita Ayala Cruz SIN TÍTULO Stefanía Díaz Molina

ENSEÑAR A PENSAR Juan David Zambrano-Valencia TÓRRIDO Laura Alejandra Llano Villa

LECHE DE VENUS Gabriela Gómez

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RESEÑA: REPETICIONES, TRADUCCIÓN DE OBSESIONES, GESTOS Y LISTAS INDECIBLES. ERIKA OROZCO LOZANO Juan Sebastián Castellanos lópez

ASÍ VA EL PROGRAMA Mildred Eugenia Gutiérrez

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En esta serie fotográfica me inspiro en la famosa frase de Julio Cortázar “Sí, pero quien nos curará del fuego sordo (...)” (Rayuela), tomando sólo esa parte e interpretándola a mi manera como aquellas llamas de fuego intrínsecas en nosotros y, consecuentemente, cómo éstas nos van quemando poco a poco.

Por: Gabriela Gomez Contacto: 9869gaby@gmail.com Estudiante Artes Visuales Universidad del Quindío

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Por: Carlos Hoyos Contacto: redssantaana@hotmail.com Licenciado en literatura

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Adelaida encendió la vela al tercer intento; no pudo hacerlo con los primeros dos fósforos que se apagaron al tocar el pabilo. Cuando la habitación se prendió en juguetonas sombras, advirtió los sollozos de la niña. Faltaba un cuarto para la media noche. La niña, inmersa entre las cobijas, miraba al cielorraso con los ojos prendidos de brillo. Las sombras y la luz naranja, que la luz de la vela fraguaba en la habitación, tiritaban; mudaron en perfiles hasta que Adelaida estuvo frente a la cama. -Niña, qué le pasa, por qué llora –, preguntó sobre la vela, en un rostro inflamado en luminaria de temblores. La niña reveló sus labios halando lentamente la cobija. -Erialén se murió. – Dijo la niña, ahogada en minúsculas convulsiones. Adelaida, luego de un corto silencio, dijo con primor: - ¿Quién es? Cadenciosos sollozos suprimían su llanto. Hablaba con ahogos entre sílabas. Bajo sus ojos, un ingreso brillante y delgado de lágrimas declinaba hasta las sienes. -Era un sueño, niña, no es verdad. –Dijo Adelaida con un deje de ternura en la voz. Luego añadió: -No llore. -También es una historia que me contó Dago. La tarde fue gris y llena de vientos surcados por leves brisas inconstantes. Los pinos, de largas melenas, se estremecieron por entre sus ramas frente a la casa. Y de lejos llegaron oleadas ruidosas que atravesaban los campos en mil sonidos de quiebre sobre las frondas cercanas. La niña pasó gran parte de la tarde sentada a la mesa del corredor, con los ojos puestos en cualquier lugar que no era éste. Parecía mirar los pinos, pero también las montañas desvanecidas en azules lejanos. Cuando se hizo de noche, no hubo energía que encendiera las bombillas y la música de la radio. El viento menguó en grillos y noche serena. Adelaida pensó adecuado creer que toda la circunspección del día se prestaba amablemente para la sensibilidad afectada de la niña. -Dago inventa muchas cosas –, dijo Adelaida luego de sentarse a la cama-. No le ponga cuidado. -Todas las cosas que inventa son tristes. -No piense en eso –, dijo Adelaida claramente afectada. Adelaida lanzó cuanto pudo para conmover la tranquilidad de la niña. Al final, ésta, pareció adoptar una actitud tranquila en sus ojos y en su pecho hasta entonces alterado. Ambas rezaron el ángel de la guarda. Cuando Adelaida estuvo segura de la serenidad de la niña, besó su mejilla y desapareció tranquila por la puerta hasta su habitación. Minutos más tarde, la niña se quedó dormida pensando en que Adelaida, su mamá, nunca moriría.

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Ilustración Arquitectónica de Fachadas del Conjunto Fundacional del Municipio de Pijao, Quindío para la sostenibilidad y Difusión de la Arquitectura Local. Por: Carlos Alberto Castaño Aguirre Contacto: carlosalbertoca@misena.edu.co Iván Darío García Ordóñez Contacto: igarciao@sena.edu.co Heber Danilo Figueroa Contreras Contacto: danilofigueroc@outlook.com *Grupo de investigación GIDA y el semillero Representación y Desarrollo Gráfico ReDG del Centro para el Desarrollo Tecnológico de la Construcción y la Industria. Servicio Nacional de aprendizaje - SENA., regional Quindío.

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En el marco de la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero por parte de la UNESCO, el reconocimiento internacional de la red Cittaslow y la certificación como destino turístico sostenible del ICONTEC al municipio de Pijao, Quindío, se establece el desarrollo de acciones, proyectos y estrategias para la sostenibilidad del valor histórico, estético y simbólico que poseen los municipios del departamento del Quindío. La investigación plantea generar insumos gráficos-artísticos bajo la técnica de expresión de la ilustración que permitan reconocer el valor arquitectónico de los conjuntos dentro del marco de la plaza fundacional de los municipios del Quindío, haciendo lectura en fachada de los detalles formales, ornamentales y colorimétricos característicos de uno

de los procesos habitacionales más importantes del país, la colonización antioqueña, como se muestra en la Figura I. El objetivo de la investigación es el desarrollo de ilustraciones arquitectónicas de las fachadas del conjunto fundacional del municipio de Pijao- Quindío, para la sostenibilidad y difusión de la arquitectura del lugar. Desde un enfoque metodológico de investigación-creación, se hace una propuesta de expresión gráfico-artística que represente las características de la arquitectura en el marco de la plaza fundacional del municipio de Pijao, basado en una investigación de tipo descriptivo donde se identifican las cualidades

de las fachadas arquitectónicas bajo los parámetros de formalidad, ornamentación y colorimetría actuales. La reconstrucción de las fachadas arquitectónicas, desde la ilustración, en el municipio de Pijao, fortalece la memoria del lugar y permite a un espacio físico el reconocimiento estético, simbólico e histórico. Su difusión en el colectivo, robustece el valor de los territorios y la exaltación de lo local. A través de los bienes inmuebles de interés cultural representativos de la arquitectura propia del municipio, se construye una bitácora del habitar un lugar. De acuerdo con Pinto (2013): Por más de nueve décadas Pijao conservó su típica arquitectura. Desde la reconstrucción que data de 1999 perdieron algunas viviendas de atractivo arquitectónico. Recorriendo la plaza y sus alrededores y aún más sobre la carrera quinta, podemos observar un buen número de casas en bahareque, de dos plantas muchas de ellas en gran riesgo de desaparecer.” (p. 52). Lo cual evidencia un desconocimiento por el valor de las expresiones arquitectónicas locales y autóctonas, tanto por parte de la administración local, como de privados, incluyendo los mismos propietarios, dejando en riesgo el patrimonio cultural del municipio y los reconocimientos de su arquitectura.

Figura I. Ilustración fachada casa municipio de Pijao Quindío.

Para Betancourt (2017), la memoria colectiva es la que recompone el pasado y cuyos recuerdos se remiten a la experiencia. Un lugar de memoria, es aquel que constantemente se transforma, se reinventa con quienes lo habitan y se reconoce. Las ilustraciones permiten la visualización

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Figura II. Ilustración fachadas centro fundacional municipio de Pijao Quindío casa 1.

Figura III. Ilustración fachadas centro fundacional municipio de Pijao Quindío casa 2.

Figura IV. Ilustración fachadas centro fundacional municipio de Pijao Quindío casa 3.

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Figura V. Ilustración fachadas centro fundacional municipio de Pijao Quindío casa 4.

de piezas arquitectónicas que, por su historia, estética y simbolismo, tienen un valor dentro del patrimonio mundial. Esta visualización, a su vez, facilita el acceso y reconocimiento a la información sin las limitantes físico espaciales de los territorios y admite explorar nuevas expresiones grafico-artísticas contemporáneas que contribuyen a la sostenibilidad y la identidad territorial, una representación gráfica del habitar un lugar. Figura VI. Ilustración fachadas centro fundacional municipio de Pijao Quindío casa 6.

Referencias Betancourt Echeverry, D. (2017). Memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. Hojas Universitarias, (47), 1722. Consultado de http://editorial.ucentral. edu.co/ojs_uc/index.php/hojasUniv/article/ view/1386 Pinto, N., (2013). Monografía del municipio de Pijao. Armenia, Colombia: Biblioteca municipal de Pijao.

Figura VII. Ilustración fachadas centro fundacional municipio de Pijao Quindío casa 7.

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Las fotos fueron tomadas en la comunidad indígena Cocalito Bongo, asentada en Buenaventura. Esta serie de fotos nos muestra la pureza, tranquilidad e inocencia en la mirada de los niños de la comunidad indígena.

Por: Gabriela Moreno Contacto: gmorenoo@uqvirtual.edu.co Estudiante Artes Visuales Universidad del Quindío

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LA EXPUESTA PREGUNTA Entrevista a DANIELA HOYOS danielahoyos29@gmail.com

La expuesta decidió entrevistar a Daniela Hoyos, una estudiante de Artes Visuales de la Universidad del Quindío, acerca de su punto de vista frente a la situación actual del deficit presupuestal de la educación en Colombia y su relación con las expresiones artísticas.

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¿Cuál crees que es la función que cumple el arte en este momento, reconociendo el panorama político actual?

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Pienso que nuestro país atraviesa un momento político lamentable, nuestros mecanismos de expresión como ciudadanos se ven cada vez más coartados. Las leyes que se están votando en el congreso no nos representan, los medios institucionalizados no están dispuestos a escucharnos, pero somos más lo que nos encontramos de este lado. En este sentido el arte tiene un gran poder, nos convoca, reúne, teje lazos, puentes y nos sensibiliza. Sin embargo, no pienso que el arte como tal tenga que cumplir una función en la sociedad, existen inconmensurables maneras de hacer arte y precisamente esta variedad de expresiones es la que ha permitido su transformación constante y su existencia hasta nuestros días.

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¿Si vivieramos en una nación democrática e ideal, qué papel jugaría un artista en ella? Empecemos por recordar que el arte no siempre ha tenido fines contestatarios, como mencionaba anteriormente, el arte ha tenido múltiples transformaciones en el transcurrir de la historia. Remontemonos a las cuevas de Altamira donde las representaciones pictóricas que se encuentran allí son representaciones de las formas de vida que llevaron nuestros antepasados. Ahora, en nuestros días, éstas son un reflejo de lo que alguna vez fuimos, de ese mismo modo el arte ha reflejado el constructo social durante siglos, nuestros paradigmas y formas de pensamiento, como se evidencia a través de la historia del arte. De este modo, aunque viviéramos en una democracia real y fuéramos el reflejo de una verdadera evolución como especie en un sentido integral y holístico, allí estaríamos los artistas para reflejarlo, representarlo, reinterpretarlo y cuestionarlo si es necesario.

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¿Qué estrategias artísticas podrían utilizarse para expresar simbólicamente el rechazo a la violencia? Yo creo que muchos artistas colombianos han respondido de maneras magistrales esta pregunta, la cantidad de sangre y de horror que se ha derramado en este país ha sido lamentable y ha llevado a muchísimos artistas a cuestionarse en su quehacer artístico, generando obras contundentes referentes a la situación que ha atravesado el país, más que nada, pensaría yo, para mitigar el dolor de quienes han vivido en carne propia el horror. Artistas como Yorladi Ruiz, Doris Salcedo, Erika Diettes, Óscar Muñoz, entre otros muchos, han trabajado el tema de la violencia en Colombia y creo que son referentes inspiradores de cómo los artistas podemos simbolizar estos temas.

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Por: Juanita Porras SepĂşlveda Contacto: juanitaprs25@gmail.com Cursa el mĂĄster de estudios literarios Universidad Nacional de Colombia

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En el mundo de Lanthimos, la soledad es monstruosa, y para el propósito de encontrar una pareja, el amor es irrelevante. Se habla de tener un par como de ser competente para la vida. Es el mundo de Lanthimos, sí, pero también es el mundo real. En las reglas de su universo uno es convertido en un animal –de su preferencia- si en cuarenta y cinco días no logra “enamorarse”. Su lógica alterna funciona como un espejo oblicuo ante el que nos reflejamos deformados, puesto que ese universo es tan bizarro y odioso para el amor como el mundo real. En Langosta (The lobster, 2015), lo que se narra está mediado por lo artificial, lo impuesto y lo mecánico, es la representación de lo falso: desde sus personajes, solteros de comportamientos pueriles y parsimoniosos, reunidos en un hotel en busca de resolver su situación; desde lo sonoro, que se presenta melancólico y repetitivo; y desde lo visual, que es estático y distante, siendo el entorno y su vacío el mayor acaparador del cuadro. En una de las escenas, sentados en un pequeño auditorio, observamos junto con los huéspedes, la teatralidad de la soledad. Una mucama del hotel encarna a una mujer que camina sola en el escenario y que en su desamparo es violada por un hombre -representado por un mesero-. Ambos están vestidos con sus uniformes de trabajo, no hay puesta en escena ni ningún detalle que aporte realismo, solo un par de manos que se mueven artificiosamente en señal de auxilio mientras, sin histrionismo alguno, la mucama dice “ayuda, ayuda” y el hombre la toma mecánicamente por la cintura. Posteriormente, la mujer camina en compañía de otro hombre y, gracias a la presencia masculina, el violador sigue su camino. Esta es una teatralidad dentro de una teatralidad, Langosta se presenta como un mundo artificioso, donde lo auténtico y legítimo, parece no tener cabida, parece extirparse con la necesidad de no estar solos, de no convertirnos en “menos que hombres”. Desde un principio, los huéspedes se nos presentan como seres incompletos, miopes, cojos, con problemas del habla o nasales, que además carecen de cierta naturalidad. Despojados del placer de la conquista, buscan a un par en las mismas condiciones, pero en la imposibilidad de encontrarlo en el plazo estipulado, fingen padecer males ajenos: un cojo finge que sangra por la nariz para acercarse a una mujer que realmente padece dicho mal, la compañía es el resultado de una pantomima. Aun así, en el interior del engaño, logra nacer lo legítimo cuando un hombre miope se enamora de una mujer miope en el bosque, un lugar prohibido donde habitan los solitarios y el amor está vetado.

Aunque la representación de lo falso no se detiene, los planos siguen distantes, amplios y estáticos, la música es la misma y los personajes siguen tan pueriles como mecánicos, se delata el amor en la forma de fingir su ausencia. En una de sus furtivas visitas a la ciudad – lugar permitido solo para las parejas-, “los miopes” aparentan estar juntos al besarse apasionadamente. En su representación, es visible el deseo, sus caricias, aunque mecánicas, carecen de artificialidad, resulta más forzoso el detenerse y fingir compostura. Juntos hacen de las apariencias un juego para poder amarse, encuentran un lenguaje propio, una forma de hacer propia. En el mundo de Lanthimos, el amor legítimo se presenta como una cuestión de defectos, de igualdad, no se trata de complementarse sino de saberse incompletos y compartir la ausencia. Pero así como de la igualdad nace el amor, este acaba si ella acaba. Todo termina cuando pierden su defecto, cuando ella queda ciega y en desventaja. Al no existir otra similitud a la que aferrarse, Lanthimos deja únicamente una puerta abierta que solo podemos entrever si nos preguntamos ¿qué tan incompletos estamos dispuestos a ser por amor?


Por: Carolina Blandón Contacto: cblandong@uqvirtual.edu.co Estudiante Artes Visuales Universidad del Quindío

Estaba en algún lugar del universo contemplando cada pliegue de su piel. El transporte para recorrer su piel es mi pincel. Descubro sus cicatrices y cada una de las historias de su origen: “Esta me quedó después de cruzar el alambrado cuando robaba guayabas en la finca de mi abuela”. Veo algunas manchas de sol, producto de las vacaciones pasadas cuando fue al mar, luego de una dura ruptura amorosa; fue allí a reencontrarse consigo misma. Continua mi pincel recorriendo su piel y puedo ver cómo cambia de matices, es tan suave que me doy cuenta que es un libro, tal vez el más maravilloso de todos: su cuerpo me cuenta más historias que su misma biografía. En su piel tiene los besos que le tocaron el alma, los morados y marcas de noches que parecían ser eternas sumergiéndose en la inopia con otro ser que le profesaba amor. En su piel están las estrías que dan fe de su cambio de peso y algunos de los morados que se hizo accidentalmente en medio de la rutina. Pienso que su cuerpo es un libro con una textura, un color y olor particular. El cuerpo es el mejor libro, con las mejores historias. El mejor lienzo es el cuerpo humano y apreciar la desnudez es realmente algo maravilloso.

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**Propuesta editorial para el primer número de La Expuesta: Ilustración de personajes literarios. Collage digital realizado por Gabriela Gómez, basado en Un artista del hambre de Franz Kafka.

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A lo mejor la gente tiene miedo de descifrar mis silencios y mis ojos de burbuja. Tal vez sea yo, el que provoca miedo, lástima y hasta asco, ¿Ha visto usted las uñas de mis pies descalzos? A veces las miro pero creo que me da igual, siempre el pegante que inhalo tiene la solución. No piense que no tuve papá o que mamá es una desgraciada por no cuidar de esta semilla podrida, es más, no piense nada. Sólo míreme, ¿Es capaz de ver su reflejo en estos ojos perdidos? No somos tan diferentes, aunque a usted le brille el sol siendo noche y a mí me nuble la adicción a cualquier hora, venimos siendo la misma vaina con fulgor distinto.

Cómo entender que somos las esquirlas del sueño que se quebró al contemplarnos desnudos. Cómo asimilar que en un parpadeo puede desaparecer la inocencia, sin penas ni dolientes, solo la oscuridad dando paso a un nuevo sol. Qué hacer cuando el pecho se agite, el cuerpo pida gritar, y las lágrimas como un pincel, recorran el lienzo que no pedimos tener pero debemos amar. Dónde encontrarnos sin tantas cortesías, sin tantas precauciones. Solos para acariciar las heridas y darnos el perdón por rasgar a destiempo las ilusiones, los sueños de infancia y las paredes del alma.

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La esperanza es un pétalo caído, un hueso roto, un fruto podrido. Qué será de la tierra si sembramos semillas infértiles. ¿Nacerán niños sin corazón? La esperanza es un hombre que duerme en un costal, es una niña sin piernas, es una mujer que llora en la tumba de su hijo. La esperanza es un país que se alimenta de odio y aun así, se acuesta con el estómago vacío.

Por: Shara María Ramírez Contacto: shabue14@gmail.com Estudiante Comunicación Social - Periodismo. Universidad del Quindío

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Por: Stefanía Díaz Molina Contacto: sdiaz@uqvirtual.edu.co Estudiante Artes Visuales Universidad del Quindío

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Técnica: Ilustración Digital Dimensiones: 800 px x 720px


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Por: Juan David Zambrano Contacto: jdzambrano@uniquindio.edu.co Docente Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana Universidad del QuindĂ­o

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Sternberg, Roberte y Spear-Swerling, Louise (1999). Enseñar a pensar (trad. Rafael Llavori). Madrid: Aula XXI/Santillana. [145 páginas]. Sternberg y Spear-Swerling configuran una obra dirigida fundamentalmente a docentes de primaria y primeros años de secundaria. El libro se organiza sobre la teoría de la inteligencia tripartita o tríadica, que reconoce tres tipos de razonamientos: analítico, creativo y práctico. El primero supone analizar, juzgar, evaluar, comparar, contrastar y examinar. El segundo implica crear, descubrir, producir, imaginar y suponer. El tercero significa practicar, utilizar, aplicar y realizar. De ahí que los mismos autores sostengan que el fin último del libro es: ayudarles [a los profesores] a entender las diferentes clases de razonamiento para que puedan aplicar estos conocimientos directamente a su actividad docente […] Los alumnos aprenden mucho mejor cuando razonan de forma eficaz sobre la materia que están aprendiendo. El aprendizaje y el razonamiento no son dos entidades distintas e independientes; por el contrario, si los alumnos razonan al aprender, aprenden a razonar y aprenden lo que necesitan saber de un modo más eficaz que si únicamente lo intentan memorizar (1999: 8).

Un profesor que lea este libro de forma crítica se encontrará en condiciones adecuadas para animar la capacidad de razonar de sus estudiantes, e inclusive para potenciar la suya propia, pues los autores, conocedores profundos de la actividad docente en la escuela y de sus implicaciones formativas, estudian múltiples situaciones del contexto escolar, atinentes a las prácticas de enseñanza de los docentes y a la efectividad del aprendizaje del alumnado; y diseñan alternativas serias para afrontar algunos problemas específicos del ámbito escolar. Notará el lector, a la vez, que esta obra tensiona la relación –no siempre coherente– que se establece entre el estilo de pensamientos de los estudiantes y el aprendizaje que se les impone. La superestructura del libro comprende, en primer lugar, un objetivo (capítulo) inherente a la comprensión de los tres modos correctos de pensar y de los procesos de pensamiento de orden superior subyacentes; en segundo, un objetivo relativo a la comprensión de las estrategias docentes para intensificar el acto de pensar; en tercer lugar, un objetivo relacionado con la comprensión del papel que tienen las preguntas en el desarrollo de la capacidad de razonar; en cuarto, un objetivo concerniente a la enseñanza de los tres tipos de razonamiento; en quinto, un objetivo referido a la enseñanza y la evaluación de las capacidades del ingenio creativo; en sexto, un objetivo correspondiente a la comprensión de los principios básicos y de las dificultades de enseñar a pensar; en último lugar, Sternberg y Spear-Swerling, responden a la pregunta ¿por qué fallan (con tanta frecuencia) los que razonan correctamente? Esta obra, en definitiva, favorece el hecho didáctico; esto es: resolución de problemas concretos de aula, modos diferentes de tratar los contenidos conceptuales, práxicos y axiológicos, transposiciones que consideren disímiles rutinas de aprendizaje… Además, se convierte en un estudio crucial sobre la importancia de estimular los tres tipos de razonamiento en la formación inicial de los niños, porque privilegiar en la sala de clases, de manera paralela, procesos analíticos, creativos y prácticos incidirá directamente en la formación de personas capaces de tomar decisiones y ofrecerle alternativas a la sociedad, de personas que lean y escriban el mundo desde diversas ópticas y realidades.

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Técnica: Mixta (Grafito y lápices de color) Dimensiones: 17.5 cm x 24.5 cm

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AL ARTE

Por: John Andrés Alzate Calle Contacto: jhonandres00011@gmail.com Estudiante Artes Visuales Universidad del Quindío

¿Cómo suponer clasificarte, categorizarte, reducirte a conceptos, sacarte a patadas del mundo inmaterial, si de ti depende el rumbo del mundo que pisamos? Y claro que puedo decir que eres un mundo aparte de los hombres, un mundo secreto, un paraíso de la abstracción, solo hecho para aquellos que se atreven a penetrarlo, desnudos, enfrentados con la soledad propia y la del mundo. Si me atrevo a escribirte, Arte, es solo porque soy un sinvergüenza y me limpio de aquellos conceptos de fábrica, en serie, que intentan asirte en un intento desesperado por atraparte. Tu presencia es de omnipotencia, han pasado los siglos y has estado más presente que dios, como dios. No me arrodillo ante ti porque estoy todavía perplejo, encandilado como cuando vienes y me encuentras. El artista por ley debe ser un atormentado, aquel que a través de sus manos busca liberar la constante de la angustia, allí está gran parte de tu poder, ese de ser alivio metafísico en las cabezas de los hombres. Y no digo Arte que haya que desecharte, lanzarte al asfalto sucio cada vez que cumples tus cometidos, más bien estoy diciendo que eres tú el que nos puede arrojar al concreto como te plazca, -al menos haz lo que quieras de mí-. Nos damos por servidos, todo lo que se hace bajo tu nombre está salvado porque nada de humano tienes. Tu permanencia a través del tiempo nos demuestra que nada tienes que ver con lo terreno, naciste minutos antes que el primer hombre, por eso eres más grande que nosotros. Lo guiaste, lo inspiraste haciéndole creer que eras una musa, una magia, una idea, pero no dudo que seas algo mucho más grande que eso. No busco la inmortalidad a través de ti, ni me interesa encabezar las primeras páginas, ni las listas de los destacados; busco austeramente militar en tu causa que es la de la vida, una más elevada que la de ir en un bus y no pensar en nada. Así pues, que mis ventanas dejarán pasar el aire que es tu hálito, porque eres tan grande que hasta en la naturaleza permaneces agazapado. Basta observar el horizonte para constatarte ahí, sin pretensiones, natural y orgulloso, elevado y sublime, mientras que los hombres corren a cristalizarte en los lienzos o en los borrosos recuerdos. Sentir que se es dueño de algo, poseerlo por entero, darle una forma, elegir su cauce, son tareas que solo un dios podría desempeñar, ríe y se complace en su poder; pero el hombre solamente dispone del arte para su función de dios, y el arte dispone del hombre en función de permanencia. El arte y el hombre deben llevarse bien. Esta relación, en principio, debe ser de unión y lucha, siendo el Arte aquello preponderante frente a la batalla que no será, aquello que es el combate contra la muerte, en vida, que semeja a un yermo campo donde nada brota, donde el hombre se resigna en su condición de hombre y no de instrumento y dios, como ser el pincel y el artista al mismo tiempo. Quisiera hoy levantar mis ojos y tratar de verte el rostro, Arte, la única forma de describirte para mí es viéndote a través del catalejo de la poesía, que es el lenguaje que hablas. Toda la subjetividad nace de tu poder, te vuelves tan inabarcable que te presentas ante los hombres de maneras distintas. Múltiples son tus rostros, nutridas son tus formas, estéticos son tus movimientos. Los hombres o se espantan o se quedan perplejos, no tienes puntos medios, Arte, existes o no existes, y sin duda existes.


AL FONDO Me gustaría pasar toda mi vida en el asiento trasero de un bus. Una carretera infinita de paisajes. El viento que revuelca mi pelo. La sensación de tener un rumbo fijo sin tenerlo. Mi pensamiento se ensancha en las busetas, nostálgicamente. Y descifro, desde el fondo del pensamiento, la solución a todos los males; pero las señoras no se enteran que sentado a su lado está el próximo Jesús o el próximo anticristo. Salgo a toda velocidad de la cuidad, dejo atrás el maleficio de los cláxones y los edificios, ahora me saludan las estepas y las montañas. Una larga carretera directo a la nada, conducida por un chofer hecho de grasa; desarmonía de la belleza. Recuesto mi cabeza en la ventana y pienso qué hubiese sido de mí si en vez de esto hubiese hecho lo otro, pero no contemplo otra posibilidad salvo esta, la de estar sentado en la última fila de asientos, pensando, tramando, encubierto, mezclándome con el trabajador de corbata que va a mi lado. El chofer nos mira por el retrovisor, no hay diferencia entre él y yo. Respiro aliviado, nadie supo del anticristo.


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Técnica: Fotografía digital de grabados y placa de cobre (aguafuerte y aguatinta no-tóxicos, técnicas mixtas en hueco y electrólisis) Año: 2016 Dimensiones: 25* 18 cm Aquí se reúnen cuatro experimentos realizados en el Taller de Grabado del programa de Artes Visuales, en los que se ha comenzado a probar formas alternativas de producir impresos sin el uso de los perjudiciales ácidos mordientes.

Técnica: Grabado en hueco a partir de objeto encontrado en Papel Fabriano Rosaspina Año: 2016 Dimensiones: 12,5* 9 cm Este es el inicio de una serie gráfica, parte del proyecto que inicié en el 2006 bajo el título “Minando La Habana”. En este grabado dejo que surja la impronta de monedas encontradas como un índice de una historia que inicia en su acuñación (en 1972), pasando por el día en el que la rescaté de la calle, y terminando en el tiempo presente.

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Por: Gabriela Gómez Contacto: 9869gaby@gmail.com Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío

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En tu abrazo hay brisa, calma se entiende lo inexplicable, no callas se siente lo intangible, me das fuego me das un pequeño hogar, ahí en las comisuras de tu boca, en las grietas de tus labios. Y yo camino, me construí un fino sendero en las venas de tus brazos, y si caigo, no me lastimo y si me lastimo, no caigo. Me acurruco, me abandono en tus suspiros, me olvido entre sábanas, te miro, no confío en la pólvora de tus palabras, sólo me entrego a las cenizas de tu discurso. Pequeño ser de manos violeta, a tu lado, me haces recordar cuanto me necesito.


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Por: Sebastián Ciro Contacto: sebastian.ciroc@uqvirtual.edu.co Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío

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Conocí a Rey Rosa cuando él ya era un ex aspirante a médico, había trasegado Occidente y desembarcado en Tánger. Por aquellos años yo frecuentaba a Paul Bowles. Además de mi lengua, dominaba el francés, el inglés, ritmaba el alemán, balbuceaba griego y garabateaba latín. Bowles me llamó una tarde. Me recibió con aquel grupo de hojas sin encuadernar y dijo, como una hierofanía, “the best short-story writer since Borges”. Le expliqué que ignoraba casi por completo el español y a los pocos días estábamos los tres desentrañando The Beggar’s Knife (El cuchillo del mendigo) a la luz del infaltable kif, dispensado con la prolijidad -quizá misericordiosa- de Bowles. De allí todo fluyó: empecé a frecuentar la lengua española y a compartir espacios remotos de la India o el turbulento Báltico con Rodrigo. Años después me confesaría que nuestras coincidencias físicas no fueron más que deliberados encuentros fortuitos, fabricados por sus maneras poco ortodoxas del ejercicio vital. Por: Nahum José Villamil Garcés nahumvilla@hotmail.com Escritor y Crítico literario Cartagena

Si bien fui asaltado por la imposibilidad de la escritura en castellano, fatigué la ardua lectura y traduje sus cuentos al húngaro y al francés. Cité una tarde a Rodrigo en el restaurant Drouant de París junto a la entrañable de Lapparent, quien estaba ansiosa por publicar “Le couteau du mendiant” en la atávica editorial de su familia. La versión francesa circuló por sesenta francos en las librerías parisinas, en aquella cuidada edición de la que hoy restan pocos de los quinientos ejemplares y de la que ni él conserva el que le firmase como traductor, ni yo el que me fuese dedicado por la entrañable complicidad del autor. La amistad derivó en el completo deslumbramiento que su escritura ejerció sobre mí. El grueso de su obra: relatos neoyorkinos, narraciones desérticas y selváticas, recuentos precisos y preciosos de la condición humana,

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secuencias equiparables a la mejor tradición cinematográfica, fueron conduciendo una sólida voz literaria por los más diversos avatares de la creación artística. El punto de no retorno de esa voz está fechado, para mi dicha, en la ocasión que Rodrigo visitó mi casa de Tánger durante 1989. Trajo un paquete de tabacos y el manuscrito de “Cárcel de árboles” que depositó en mis manos con cierta timidez propia de su ser. Mientras él fumaba, yo aspiraba cada bocanada del relato para contagiarme de la afasia inoculada a sus personajes. Fui poco a poco limitándome a una sílaba última para expresar mi mundo. Sentí también como si yo fuese un resultado de aquel intolerable experimento y uno más de la legión soñada por la doctora Pelcari, soñada por el doctor Rey Rosa. Me miró, entre nervioso e intrigado y solo atiné a balbucear una frase de su relato: “Enlace de los nervios de recepción del lenguaje y los nervios de recepción del placer”. Tras la aparición en castellano de Cárcel de árboles, dedicada a Paul Bowles, vinieron otros relatos “quirúrgicos”, como suele llamarlos el autor, y cuya incidencia en la

QUIRÚRGICO REY ROSA psiquis del lector son equivalentes o mayores a la que sobrellevan los personajes. Quienes leen a Rey Rosa se ven inmersos en arduos laboratorios de experimentación clínica, psicológica, cronológica y en narraciones cuya factura está al alcance de pocos maestros de la lengua y que en títulos como “Ningún lugar sagrado”, “Que me maten si…”, “Lo que soñó Sebastián” o “Negocio para el milenio” tomaron forma de diván, sórdidos orfanatos, centro de investigaciones clandestino, recintos penitenciarios panópticos, y otros que sería indecoroso adelantar, para así darle forma al inenarrable psíquico de la humanidad que habita los linderos del nuevo milenio. Que usted, amable lector, esté ante mis digresiones es culpa de Paul Bowles y su idea de “Joder a Rodrigo con una publicación húngara”. Esta obra reunida es, primero, una venganza contra las traducciones que Rey Rosa hiciese de su maestro norteamericano, después una provocación a los lectores (quienes sabrán perdonarnos las facturas del psicólogo) y un homenaje, ante todo, al mejor cirujano de la literatura, a quien, por implicaciones del pudor, no le traduciré nunca estas palabras. 1 1. Prólogo de Zoltan Borval a “Fák börtöne”, título que reúne la obra literaria de Rodrigo Rey Rosa en húngaro y cuya única edición data del año 2002. Traducción de Nahum Villamil Garcés.

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ATRAPADOS EN EL PASADO Si se hubiera preguntado a sus conocidos cuál era el nombre que con seguridad no haría hoy nada digno de recordarse mañana, habrían pensado en Wakefield. -Wakefield (2003)

**Esta es la propuesta editorial para el primer número de La Expuesta. Ilustración digital hecha por Angela Quintero, sobre Wakefield de Nathaniel Hawthorne y Funes el memorioso de Jorge Luis Borges


Mas recuerdos tengo yo solo que los que habrรกn tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo. -Funes el memorioso (1944)


VIVIR

HERMENÉUTICAMENTE Por: Camila Tabares Contacto: ctabaresg@uqvirtual.edu.co Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío

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Qué hay más allá de esto que veo


En la vida cotidiana de los seres humanos hay cantidad de información que recibimos, esta información es asimilada en muchas ocasiones de manera automática, estamos predispuestos a responder de cierta manera gracias a nuestro contexto social y político. Pero cuando esta acción de recibir la información se vuelve algo repetitivo e inconsciente, perdemos la experiencia de las cosas, capturar la esencia de la vida, no hacemos que cada detalle que llega a nosotros a través de las experiencias cobre su sentido profundo.

Las cosas en el arte son tan poderosas que pueden adquirir múltiples significados, viajar a través del tiempo. Hoy en día se disfruta de las grandes pinturas negras de Goya, la mofa en las obras de Velásquez, la crítica social y política que ponía sobre la mesa Picasso; es posible preguntarse por el tiempo y el espacio como el maestro Dalí. Indudablemente los temas que tocaban estas obras son temas con los que nos identificamos hoy en día y nos demuestran que el arte habla, y habla para todos y a quien sea, siempre y cuando se esté dispuesto a escuchar.

Ese sentido se capta viviendo en una actitud hermenéutica que nos permita despojarnos de la costumbre, de lo que ya hemos aprendido, de lo que nuestra cultura dicta, para así experimentar completamente la vida y que las manifestaciones artísticas que se dan a través de ella, y que las obras del pasado, trasciendan el tiempo, lugar y cultura. No solo hablamos de una interpretación de las cosas superficialmente, sino de un “encontrarse en la cosa”, sumergir todo lo que somos en lo que se nos está presentando.

En efecto, como dice Gadamer, la hermenéutica es un diálogo, un choque gentil de mundos que están dispuestos a acariciarse y a conocerse, la contraposición de signos y de maneras de percepción. Lo que dice Gadamer es comparable con los seres humanos y con sus relaciones, ya que para que una relación sea estable y funcione necesita de la comunicación, de la capacidad de entender al otro, y a pesar de la diferencia, amarlo. Es un despojarse por un momento de las propias ideas y dejar que el otro me hable y me guie, es como empezar a ver por los ojos de otro y viceversa.

Evidentemente esta es una tarea difícil, no me atrevo a decir que es algo que logramos en un día fácilmente; pero, como todo, es una disciplina a la que podemos someternos hasta que se vuelva un estilo de vida. Como todas las disciplinas, es preciso empezar por percibir las cosas de manera hermenéutica, o sea, experimentando y encontrándonos en la cosa. Debemos hacer que esto se vuelva algo consciente, e intencionalmente, interpretar lo que nos pasa y lo que recibimos pensando más allá de nuestro presente. Ahora bien, ¿qué implicaciones tiene esa información, esa experiencia en mi vida y cómo se vuelve algo trascendental? Cuando entramos al “mundo del arte”, la experiencia hermenéutica debería ser más profunda, más consciente; en ese sentido, ¿qué hay más allá de esto que veo?, ¿cuál es el significado para mi existencia? El hecho de negar que una obra de arte es susceptible a la interpretación sería negar la misma naturaleza de los seres humanos, esa naturaleza que quiere entender, descubrir, ir más allá. En su texto Contra la interpretación, Susan Sontag afirma que las cosas, y específicamente el arte, no están para ser interpretados, que las cosas son como son y no hay más que decir respecto a ellas. Curiosamente, se contradice en su texto Sobre la fotografía, donde ella declara que la fotografía es una interpretación de la realidad. Entonces ¿es o no válida la interpretación para ella?

Otro “sujeto” con el que podemos dialogar, a parte de los humanos, es la naturaleza. Ella nos habla con sus colores, con sus ciclos y con la manera cómo se comporta. Quizás la actualidad de nuestro planeta se deba a que no hemos sabido interpretar y encontrarnos en la naturaleza, que, aunque no es como nosotros, también tiene un lenguaje, diferente al nuestro, pero lenguaje al fin. Y, por último, pero no menos importante, dialogar con ese universo que no percibimos a simple vista, con las fuerzas que rigen el universo, pensar nuestra vida más allá de lo terrenal para ver también lo espiritual como una experiencia que debe ser interpretada de una manera totalmente sincera y fluida, nunca forzada. Recopilando, somos unos grandes receptores de sensaciones, mensajes y experiencias. Tal vez la vida se trate de encontrarnos en todas esas cosas para vivir en un diálogo y comprensión constate de lo que somos, pero también de lo que es el otro o lo otro. No seamos ajenos a la idea de que cada mente y ser vivo que se comunica, es un mundo complejo y diferente, y que la manera como experimenta la vida, puede mostrarnos otras alternativas de comprensión. Ello implica despojarnos de lo que somos, de donde somos y ver con los sentidos físicos y espirituales para entender lo que nos es dicho. Estar dispuestos a escuchar, a entender, a ahondar en los “mundos” que son diferentes para así vivir hermenéuticamente.

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AMAR A LAS NEREIDAS:

DE LO SUBLIME A LO SINIESTRO El presente texto está compuesto por dos partes. La primera tiene como propósito ampliar el concepto de lo “sublime”, ligado a la exposición realizada por Kant en La Crítica del Juicio. En la segunda se hará lo propio con lo “siniestro”, y allí mismo se intentará mostrar la relación entre lo “sublime” y lo “siniestro”, todo, con el propósito de ofrecer al lector herramientas para comprender, entre otras cosas, cómo es posible que la escena de un hombre arrodillado ante cámaras a punto de ser decapitado por otros hombres nos parezca desgarradora y no obstante sigamos en ella, fijando los ojos extáticos por el terror, o el placer.

El juicio estético En 1790 el filósofo alemán Immanuel Kant publicó La Crítica del juicio, una de las trenzas de tres cabos del sistema kantiano, una de las patas de ese trípode del entendimiento, digamos. Nueve años antes había publicado La Crítica de la razón pura, una obra monumental que sirvió de escalera para su inmortalidad, en ella intentó ofrecernos la estructura de nuestra relación epistémica con el mundo, y para lograrlo realizó una especie de síntesis entre el empirismo y el racionalismo, y sostuvo que hay condiciones a priori del entendimiento, y que estas condi-

(…) Así como no hay amor sin turbamiento del corazón, no hay casi voluptuosidad verdadera sin admiración de la belleza. El resto no es más que funcionamiento mecánico, como la sed y el hambre. El hombre que amó las Nereidas, Marguerite Yourcenar

ciones nos permiten organizar todo aquello que recibimos por nuestros sentidos, con esto causó lo que se conoció como la revolución copernicana en nuestra comprensión del mundo. Seis años después de La Crítica de la razón pura publicó La Crítica de la razón práctica, en ella se ocupó de nuestros principios morales, e intentó demostrar que la razón contiene principios constitutivos a priori, y que están en relación directa con nuestra voluntad que es, en últimas, el soporte de nuestra moralidad. El proyecto de La Crítica del Juicio se ocupa de la estética y la teología, naturalmente, el par de cosas que diremos en adelante versarán sobre la primera, sobre cómo construimos nuestros juicios artísticos y de gusto, y en este tipo de juicios caeremos fundamentalmente en los sentimientos de lo bello y lo sublime. Una cosa más sobre esta Crítica, como en las otras dos, en ésta Kant también considera que tenemos condiciones a priori para nuestros juicios estéticos, afirma que la razón contiene principios a priori, constitutivos o regulativos, en relación al sentimiento de placer y dolor. De los juicios del gusto, por ejemplo, afirma que son desinteresados, universales y encierran una finalidad sin fin1: para entender esto debemos diferenciar entre ésta, y una finalidad con fin. Las finalidades con fin tienen en el juicio del gusto una utilidad, así que no es por el objeto del gusto sino por lo que conseguimos de él que se yergue el juicio. Es decir: nos gusta algo, un hombre, digamos, por los beneficios que podemos encontrar en él (si es que los encontramos), antes que por el objeto mismo. Una finalidad sin fin la encontramos en aquellos objetos que despiertan la atracción de mi imaginación y mi entendimiento sin nada que medie o mancille. La finalidad de los objetos estéticos no está sujeta a nuestra capacidad de conceptualizarlos, es decir, más 1. “(…) nosotros sólo podemos explicar que exista algo conforme a fines si suponemos “una causalidad según fines, es decir, un querer”, de tal modo que no se sigue de dicha necesidad subjetiva que la conformidad a fines corresponda también de hecho a un querer (33). “Puede haber, por tanto, conformidad a fines sin un fin” (33). La belleza de lo bello muestra una adecuación de su forma con nuestra facultad cognoscitiva en su conjunto, pero el ser cognoscibles no es el fin por el que las cosas existen. La belleza de lo bello consiste en la conformidad a fines, libre de fines, de su forma (61).” Günther Poltner.


Collage por Gabriela Gรณmez @gabrgomz

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allá de que podamos o no decir algo sobre ellos, de razonar intereses o beneficios o virtudes, su poder, el poder de los objetos que despiertan en nosotros el gusto, y que son para nosotros una finalidad sin fin, consiste en poner en suspenso nuestra atención y convertirse en nuestra finalidad, por fuera de cualquier otra noción de uso. En ese marco estético ubicamos el sentimiento de lo sublime. Y en este paso Darin McNabb recuerda algo que nos va a enlazar directamente con lo que buscamos: “Lo que determina el juicio del gusto no es el concepto del objeto sino el sentimiento del sujeto”2. Antes de seguir debemos intentar comprender cómo es que se da en el hombre la construcción del juicio estético. Veamos: la naturaleza, los fenómenos, puede ser pensada como por medio de una “concordancia”, “correspondencia”, “adecuación” o “conformidad” a leyes en el hombre, es decir, es a la luz de estas leyes que se adecúa la naturaleza con finalidad de comprenderla y asirla; Kant supuso que era posible hablar de una unidad entre naturaleza y libertad3. Por otro lado, la condición de posibilidad de una realización de la libertad reside en la conformidad a fines de la naturaleza. Traducido: conformidad a fines4 es el principio para enjuiciar la naturaleza5. El enjuiciamiento de la naturaleza que interesa es aquel en el que se enjuicia ésta de acuerdo a su relación con la facultad de conocimiento en general, caso en el cual se habla de una representación estética de la naturaleza, y lo que permite a la naturaleza ser juzgada como bella o sublime6.

El sentimiento sublime La conformidad a fines en el caso de lo sublime, a diferencia de la conformidad a fin para el juicio bello, es subjetiva, y lo es por cuanto el sentimiento de lo sublime depende enteramente del sujeto y es independiente de la sensibilidad: lo sublime no puede hallarse en la naturaleza, así que nada que pueda ser objeto de los sentidos puede ser llamado sublime. Este detalle es de radical importancia para la comprensión de dicho sentimiento. Lo sublime se genera en el hombre, es un sentimiento en él, y quizá allí reside precisamente su atractivo: “[…] para lo bello de la naturaleza debemos buscar un fundamento fuera de nosotros; para lo sublime, en cambio, sólo en nosotros […]”. De donde tenemos entonces que la experiencia de lo sublime nos dice algo sobre nuestra propia naturaleza. Veremos que lo sublime, estrictamente hablando, es aquello absoluto, sin comparación alguna y cuya magnitud no sea entonces el caso. Traducido: sublime es, digamos, la

agitación del espíritu causada en el hombre por aquello que lo supera: una tormenta, la inmensidad abrumadora de unas montañas cubiertas por un mar de niebla (pintadas por Caspar David Friedrich), la amenazadora brutalidad de unas olas que parecen tragarse unas barcazas, y unos barqueros que se baten infructuosamente contra ellas (Katsushika Hokusai). Ya veremos con más claridad algunas formas de lo sublime, es menester que demos una pincelada a otro sentimiento que acompaña al sublime, y que nos permitirá, en su diferencia, comprenderle mejor. El sentimiento de lo bello ofrece una tranquila contemplación, no es una perturbación, como el sublime, sino un acto reposado que está conforme a los fines de la naturaleza, es decir, que sí depende de lo empírico para darse. Ambos, el sentimiento de lo bello y lo sublime, suceden en el hombre, habitan, como antítesis y complemento. Quizá el lector se pregunte: ¿cómo es posible que exista tal diferencia entre uno y otro sentimiento? ¿Cómo es posible que en uno y el mismo hombre se den dos fuerzas (la turbia y la tranquila)? Pues bien, resulta que Kant considera que hay por lo menos dos tipos de juicios que hace el individuo, unos, los juicios lógicos-determinantes, dependen por completo de la experiencia, y es sobre ellos que versa La crítica de la razón pura, otros, los juicios reflexivos, logran independencia de ella. Así, cada que el hombre, haciendo uso de su libertad7, enjuicia la naturaleza mediante la razón, es el juicio reflexivo, no limitado por la experiencia (aunque alimentado por ella), el que dirige los sentimientos de lo bello y lo sublime. Y acá vamos abriendo trocha, digamos, en la comprensión del fenómeno estético en Kant. Notemos que bello y sublime no son acá objetos, es decir, no estamos diciendo X es bello, o Y es sublime, sino que X causa en el sujeto el sentimiento de lo bello o lo sublime, y esto es fundamental para comprender, entre otras cosas, por qué se dice que los juicios reflexivos, los juicios de donde parten aquellos sentimientos, no están sujetos a la experiencia. Es decir: hay como una especie de disposición a priori en el individuo, no sujeta a la experiencia, que le permite construir los juicios de lo bello y lo sublime. Iremos a ello en un momento. Sigamos, entre tanto, caracterizando ambos sentimientos. El sentimiento de lo sublime es ilimitado. El sentimiento de lo bello no8. Y entendemos aquí ilimitado como no-restricto, como no dependiente de la sensibilidad, de las impresiones a las que el sentimiento de lo bello está impelido. Así, la razón ofrece al sentimiento de lo sublime independencia de todo lo sensible. Es por esto que en Observaciones sobre lo bello y lo sublime, Kant expresa: […] Un largo espacio de tiempo es sublime. Si corres-


ponde al pasado, resulta noble; si se le considera en un porvenir incalculable, contiene algo de terrorífico. Un edificio de la más remota antigüedad es venerable. La descripción hecha por Halles de la eternidad futura infunde un suave terror; la de la eternidad pasada, un asombro inmóvil (Kant, 1964: 16).

Lo noble, lo terrorífico, lo venerable, el asombro y lo sublime no debe “[…] ser buscado en las cosas de la naturaleza, sino únicamente en nuestras ideas […] nada, pues, que pueda ser objeto de los sentidos ha de ser llamado sublime […] sublime es aquello cuyo solo pensamiento da prueba de una facultad del ánimo que excede toda medida de los sentidos […]” (Kant, 1790:164. §25. 85-84). Se trata no de lo que sucede, sino de lo que nos sucede. Es el ánimo y nuestra relación de superioridad o inferioridad frente a la naturaleza, quienes determinan la sublimidad. Es el desafío de nuestras fuerzas el que despierta, el que alberga en nosotros aquel íntimo respeto por su poderío infinito, ante nuestra limitada condición. […] Los ojos tienen campo para espaciarse en la inmensidad de las vistas, y para perderse en la variedad de objetos que se presentan por sí mismos a sus observaciones. Tan extensas e ilimitadas vistas son tan agradables a la imaginación como lo son al entendimiento las especulaciones de la eternidad y del infinito (Addison, 1771). Lo sublime, advertíamos, es aquello en comparación con lo cual toda otra cosa es, en nosotros, pequeña, insignificante, inofensiva. Sublime es lo infinito en nosotros.

Lo siniestro Hay cierto maridaje entre los sentimientos de lo sublime y lo siniestro, y ciertas otras características de lo sublime nos permitirán llegar a este otro sentimiento. Es lo infinito, dijimos, lo que se presenta ante el sentimiento de lo sublime, y así lo retoma Eugenio Trías al mostrar que: “[…] Lo infinito se mete así en nosotros, en nuestra naturaleza anfibia de espíritus carnales”. Se trata, pues, de un proceso mental cuyo recorrido sigue cinco etapas: 1. Aprehensión de algo grandioso que sugiere la idea de lo informe, indefinido, caótico e ilimitado. 2. Suspensión del ánimo y consiguiente sentimiento doloroso de angustia y de temor. 3. Conciencia de nuestra insignificancia frente a esa magnitud inconmensurable. 4. Reacción al dolor mediante un sentimiento de placer resultante de la aprehensión de la forma informe por medio de una idea de la razón (Infinito de la naturaleza, del alma, de Dios).

2. Darin McNabb: https://www.youtube.com/watch?v=tzL-YHtjX6I 3. Libertad en sentido positivo (práctico), es independencia de la vo-

luntad con respecto a la imposición de los impulsos de la sensibilidad; es autonomía de la voluntad: determinación de la voluntad por sus propias leyes.

4. “La conformidad a fines no es algo que esté en la constitución de las cosas naturales, su concepto no es un concepto empírico, es decir, no se obtiene por comparación, reflexión y abstracción, sino que es un esquema a priori del juicio, una ley que éste se da a sí mismo” Kant, 1790: §23. 79-78, (XXVII). 5. Naturaleza constituida en el hombre por el entendimiento, y sobre la cual se construye un juicio a la luz de un concepto de libertad.

6. Un adelanto: sublime es aquello en comparación con lo cual toda otra cosa es pequeña.

7. Libertad, en sentido negativo (trascendental), significa independencia de todo lo empírico y, por tanto, de la naturaleza en general; es una forma de causalidad distinta a la causalidad de la naturaleza: es la capacidad de iniciar por sí mismo un estado. 8. El entendimiento ofrece a lo bello la limitación a las impresiones de los sentidos. Comprendemos pues que en uno y otro caso se den, en uno y el mismo hombre, dos sentimientos tan diversos. Uno lo rige la razón y otro el entendimiento.


5. Meditación cumplida entre espíritu y naturaleza en virtud de la sensibilización de la infinitud (Trías, 2006: 39). En tanto que es el sentimiento de finitud del hombre ante la infinitud de la naturaleza el que representa el sentimiento de lo sublime, son la fascinación, lo inquietante, el misterio y el error, algunos de los aspectos de lo siniestro. “[…] En general, sugiere Freud, se da lo siniestro cuando lo fantástico (fantaseado, deseado por el sujeto, pero de forma oculta, velada y autocensurada) se produce en lo real; o cuando lo real asume enteramente el carácter de lo fantástico. Podría definirse lo siniestro como la realización absoluta de un deseo (en esencia siempre oculto, prohibido, semicensurado)” (Trías, 2006: 39). Siniestro se entiende entonces no sólo como “aquello que debiendo permanecer oculto ha sido expuesto”, sino también como un sentimiento de extrañeza, como una mezcla de la realidad con la fantasía, mezcla que produce la sensación de lo siniestro, y esta forma de concebir lo siniestro es la que nos acerca más al interés del texto: siniestro es, así, todo aquello que provoca en nosotros una especie de atracción morbosa. Ya Trías se proponía demostrar que “[…] lo siniestro constituye condición y límite de lo bello”, pues bien, lo siniestro es condición y límite de la representación estética en la medida en que la permite, en la medida en que no se hace presente, no se devela, digamos pues que vemos el “lado externo de la caja” mientras el vacío “permanece oculto”, y es gracias a dicha permanencia que se da la representación estética bella; lo siniestro limita la representación estética, en cambio, en el mismo momento en que se revela. Esa revelación, revelación cruel, pornográfica, mórbida, noestética, es el límite de lo que debería permanecer oculto: un fragmento de cuerpo malformado y expuesto, desnudo, de forma escueta y perversa; un animal agonizante y jadeante que sabemos tardará horas, días en morir; un gemido de dolor a la distancia, repetitivo, ascendente, interminable, generan en el hombre el sentimiento de lo siniestro.

Por: Jhon Isaza Contacto: jaisaza@uniquindio.edu.co Librero - Docente Programa de Filosofía Universidad del Quindío

Si bien es cierto que Trías contrasta lo siniestro a lo bello, lo hace en la medida en que lo bello es, de suyo, aquello que nunca se presenta como oculto, es aquello que está siempre expuesto, aquello que se da. Lo que hace que atribuyamos el juicio de lo bello a un fenómeno es precisamente el fenómeno mismo, pero ¿qué es lo que hace que atribuyamos la categoría de siniestro? La revelación, sí, pero ¿en dónde está lo siniestro? Como lo sublime, lo siniestro está “sólo en nosotros”, ya no por la infinitud de la naturaleza, sino por los límites de la sensibilidad llevada al extremo, el extremo de la sensibilidad es ese punto que, dice Trías, debe permanecer oculto. ¿Por qué?


Porque lo siniestro nos daña por dentro, es como un cáncer estético… no, es como respirar… no, es como salir a la superficie después de intentar infructuosamente salir del agua a la que caímos impulsados por una ola, tras veinte desesperanzadores segundos de manoteos y vacío bajo los pies…, no, lo siniestro es lo que sucede hasta el segundo dieciocho. Lo siniestro es la revelación estética de nuestra insignificancia.

mundo ya, después de sucumbir a una Nereida. Así que si seguimos, si su cabeza aún le permite usar las estructuras del lenguaje y por eso usted está leyendo esto, es sólo porque el azar no ha querido para usted y para mí el destino de Panegyotis, envidiable destino. Esperemos que cuando sea la hora de encontrarse con lo que nos cause lo sublime y lo siniestro, no sea una ola, o una tormenta, sino el imperio de la pasión lo que nos enmudezca.

Marguerite Yourcenar, la francesa, escribió en 1983 un cuentico que se llama El hombre que amó las Nereidas. En él cuenta un fragmento de la historia lamentable de Panegyotis, un muchacho de bien, que tenía un presente y futuro calmo en una población pequeña, y que un día apareció mendigo, como embobado, baboso colgante y en apariencia mudo, gimiendo apenas palabras sueltas, repitiéndolas una y otra vez y otra: “Las Nereidas… Las damas… Nereidas… Bellas… Desnudas… Es colosal… Rubias… Cabellos todos rubios.”, una y otra vez.

Referencias:

Jean Demetriadis, el propietario de la fábrica para la que alguna vez trabajó el harapiento Panegyotis dice que quedó así porque un día salió al campo y se encontró a las Nereidas desnudas. Y ya. Resulta que en ese mundito las Nereidas son como ninfas, o hadas, brutalmente superiores a cualquier otra mujer u hombre bellos que pudiera uno imaginar:

________. (1999). Crítica del juicio. Madrid: Espasa- Calpe

Estas hadas verdaderamente fatales son bellas, desnudas, refrescantes y nefastas como el agua en la que se beben los gérmenes de la fiebre; quienes las han visto se consumen suavemente de languidez y de deseo; los que han tenido el atrevimiento de acercárseles se vuelven mudos de por vida, pues los secretos de su amor no deben ser revelados al vulgo.” (Yourcenar, 2008).

Ahí está la explicación de la mudez estúpida del mendigo, y la explicación también de su mendicidad. La idea de Yourcenar es tan perturbadora como seductora: ante el hallazgo de lo bello superior todo lo otro carece de valor, a qué vienen ya las ropas, o las posesiones o el futuro o el pasado si nuestras pupilas han sido ya cegadas por la superioridad eterna de lo sublime, y qué remedio le queda ya al frágil, limitado y caricaturesco razonamiento, a esa nada que es el lenguaje, cómo puede uno reducir una Nereida a palabras, cómo pueden las letras encerrar placeres y pasiones que enturbian la vida y se burlan del sentido, qué queda ya sino sucumbir a lo siniestro, a lo que nos atemoriza y supera, a lo que por nuestro bien debería ocultarse y que una vez revelado nos hace suyos, qué puede uno, ¡mortal!, como decía Szymborska: hacer con canicas después de haber jugado con ángeles. Para qué el resto del

Addison, Joseph. (1711). “Los placeres de la imaginación”. En: revista The Spectator. Inglaterra. Serie de artículos titulada: los placeres de la imaginación. Kant, Immanuel. (1964). Observaciones sobre lo bello y lo sublime. Madrid: Austral

________. (2006). Crítica de la razón pura. Madrid: Taurus Trías, Eugenio. (2006). Lo bello y lo siniestro. España: DeBOLSILLO. Yourcenar Marguerite. (2008). Cuentos Orientales. Punto de Lectura.

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MI Por: Cesar Cardona Contacto:cacardonag_2@uqvirtual.edu.co Estudiante de Artes Visuales Universidad del QuindĂ­o

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Mi caminar era como el de todos, hasta que un día, reconociendo mi existir, comienzo a dar otros pasos. Se me dificulta hablar de ambiente o ambientalismo separado de mi vida o como un estudio aparte, sin expresar lo que siento y vivo, ya que me siento ambiente, no un ser superior ni inferior, un ser vivo como la vida que nos rodea. Los escritos que leemos en la clase de estéticas ambientales evocan mi experiencia de vida, pensamientos y conflictos a los que nos lleva una postura ambiental. Antes de conocer esta palabra, el pensamiento ambiental y lo que representa, ya había tenido algunas reflexiones profundas sobre la vida y choques en esta contemporaneidad, comprendiendo, ahora por la academia, lo que se conoce como la escisión ambiental. Desde muy niño viví en la ciudad y, gracias a mis padres, quienes tal vez por su inexperiencia y confianza, me dejaban salir mucho, resulté algo callejero y caminante, intercalando con la bicicleta, recorriendo distancias que, haciendo ahora memoria, son difíciles de creer; así conocí atajos y barrios que ahorita me costaría reconocer. No siempre lo he tenido todo y mi padre me enseñó a estar bien con lo que había y cuando no pues no. Comprendí como la política y la economía influenciaban el hogar y, al contrario de la mayoría en su resignación, le llegué a coger fastidio a ese anhelo de poseer y al dinero, aunque sea algo a veces necesario y al que nuestros padres indiscutiblemente lo ven necesario y casi como fin último de todas las cosas. Al no ser del todo tan rebelde y más bien respetuoso, le daba una oportunidad al mundo de que me mostrara algún cambio, aceptando así, obedientemente, lo que este iba pidiendo en este transitar (estudiar, trabajar, prestar servicio…). De esa manera fui guardándome los sueños y la imaginación para otra ocasión… He sentido el llamado de la naturaleza más allá de estas normas que nos encasillan en una sociedad, dudando siempre de esta. Hace tiempo estudié publicidad para no creer en ella y lo único bueno que pude sacar de esa profesión fueron algunos conocimientos fotográficos y audiovisuales. Así me fui conflictuando con la modernización y lo que esta venía trayendo: el computador, la velocidad, la producción, el afán, etc. Así como le tengo fastidio y rabia al dinero, desconfío mucho varias de las “creaciones” del hombre y más por la aceptación que ciertas instancias nos quieren imponer como verdad y realidad absoluta.

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"Ahora, en mi existir, aprecio hasta la más mínima gotica de agua."

Una de mis primeras reflexiones surgió con la expresión: “Esta puta vida”, o cuando oía decir “la vida es así”. En mi interior decía “la vida no es así, la gente está emputada es con lo que el hombre, con sus creaciones, con su sistema o sus normas, le está haciendo sentir”. Desde ahí reconocía la vida más con lo de afuera, con lo que está más allá de estas paredes, con la creación verdadera que siempre ha estado ahí: nuestro universo diverso, disperso y extenso. Después de esto pasé a fijarme en toda forma de vida, desde sus bichos más pequeños, hasta las formas de vida más complejas. Después de haber matado a cualquier bicho, como todos, pasé a observarlos, viendo su existir, sus movimientos, sus dinámicas; pasé a respetar sus vidas. En ese entonces no se evidenciaba tanto la crisis ambiental, tampoco la del agua. Ahora, en mi existir, aprecio hasta la más mínima gotica de agua. Por choques con el método científico nunca me gradué de publicidad y de paso ese fue un choque con mis padres. Seguramente los lastimé y los entristecí, pero también pude haber despertado alguna reflexión y duda en ellos, tan estructurados al mundo. Pero, como a la final a todos les interesa el dinero, no pensé mucho en cómo llegar a él, por esto pasé por diferentes oficios sin resaltar lo malo y más bien sacando lo bueno y aprendiendo de cada labor que realicé: fui mesero, taxista, oficinista, burócrata, en fin. Tampoco estudiaba para ganar plata como nos acostumbran a creer y así seguí mi caminar hasta que decido salir del país hacia una “ciudad global”, tan global que uno se pierde en esa burbuja y hasta tu familia y mejores sentimientos quedan perdidos y reducidos a la homogeneidad del día a día: esa que define el camino del trabajo a la casa y de la casa trabajo. Allí me desempeñé en diferentes oficios

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informales que son a los que un inmigrante, así esté preparado, puede aspirar. No obstante, puede haber excepciones como en todo, pero igual es a lo que cualquier ser se enfrenta en una gran ciudad. Viví muchos años en esa gran ciudad donde afiné mis sentidos y pude ver y experimentar hacia donde la sociedad en la cual crecí nos quiere llevar, sin suponer o pensar, el tope del desarrollo, ya que sin tope se quiere mostrar la falsa superioridad. Como inmigrante trabajé de carpintero, mesero, de domicilio (en bicicleta), como fotógrafo, albañil, demoledor, hice trabajo de alturas arriesgando la vida cada día, veía racismo, estandarización y homogenización en sus industrias y su sistema de consumo. Todo me parecía igual. No tenía derecho a enfermar o a dudar, ni a vacacionar, ni a soñar, todo se iba solo en trabajar, toda mi vida se me iba en un afán ajeno, en un afán por terminar no sé qué; quizá la propia vida, como dice el poeta León de Greiff: “juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida”. En ese modo de vida, si no producía, no existía. Daba mi vida por algo ajeno a mí, por un no-ser… En aquella parte del mundo pareciera que el resto de habitantes y que otros modos de vida no existieran. Allí es como si se pensara que todo el mundo funciona como su ciudad: iluminada, organizada, comunicada, al menos en lo que en apariencia se muestra. No obstante, es solo una de sus muchas fachadas, ya que, en su interior y sus dinámicas, es uniforme y reina la oscuridad de almas solitarias, de familias lejanas, de habitantes silenciosos que se guardan su sensibilidad, una especie de desorganización de almas pasajeras. En relación con esa experiencia me pregunto ¿hasta ese punto queremos llegar? Entre estéticas bellas que atrapan nuestro mirar, aguanté hambre, comí mal. De la misma manera, sentí una complicidad que ya no quería experimentar. Por más que trabajara, no alcanzaba ningún propósito y sentía que no aportaba nada a la sociedad. Todo el gris del cemento surcó mi vida, hasta que varias lesiones corporales cambiaron mi caminar hacia algo más lento. Con tiempo para pensar, volví a soñar, comprendí que primero debía cambiar,


Todo el gris del cemento surcó mi vida, hasta que varias lesiones corporales cambiaron mi caminar hacia algo más lento. entonces dejé de creer en ciertos modos de vida, en esos que el modelo mundo y la economía colonial implantan como único modo de existencia. Así fue como me acerqué a dos conceptos que despertaron toda mi creatividad: la bioconstrucción y la permacultura. Con la bioconstrucción, veo la posibilidad de construir sin dañar; y con la permacultura, la posibilidad de conseguir un buen alimento sin envenenar, tratando de proteger y armonizar nuestro existir conviviendo con en hábitat. De esa manera, deposito mi confianza totalmente en otro tipo de vida, una que se acerca más con lo natural, aunque esto nos lleva a un cambio total, a reconstruir lo construido y volver a empezar, un proceso que me llevó a descolonizarme y renacer en medio de la vida, de la tierra viva, donde el alimento se hace medicina. Esta nueva posición de vida, que es política, me lleva a confrontaciones, ya que, en una gran ciudad con tanta variedad, paradójicamente, todo el alimento es uniformado, congelado, empaquetado y transgénico. Ese tipo de alimentos es lo que más fácil se puede encontrar. De esa confrontación inicia mi amor por el alimento vivo, el cual parte de reconocer esta economía que nuestro consumo ha creado, pero también de la posibilidad de hacerlo a un lado y vivir de otra manera, vivir nuestro tiempo, nuestro sentir. Este cambio de perspectiva me permitió comprender la importancia de la seguridad alimentaria, ya que quien controla tu comida, controla tu vida; también entender la resonancia que tienen nuestros actos en la tierra y en todo lo que de ella viene, en nuestra vida y entre los diversos modos de vida. Este lento caminar me acerca a mi ideal. Después de la quietud de varias cirugías, llegué a comprender que al pensar y al respirar estamos haciendo algo, aunque parezca que no es nada, esa nada es algo. Esa, como otras situaciones y experiencias, me acercan al ambientalismo, lo que me ha llevado a ser ambiente, a sentirme y a explorar creativamente la sensibilidad natural. Consciente de este sentir, decido dejar esa ciudad global junto con lo que nos ata a ellas, esa dinámica de comprar objetos de marca, ropa, calzado, carro o salir cada ocho días. He aprendido lo que es vivir con poco, aunque ese poco, por ahora, proviene de ayudas familiares con quienes mis actos igualmente chocan, pues se preocupan por mi estilo de vida, porque no consumo como todos, ni salgo como todos. Estas decisiones me han hecho alguien solitario. Sin embargo, sigo fortaleciendo mi compromiso y voluntad con la vida, ya que esa vida, esa naturaleza, lo es todo para mí, en este que ha sido mi caminar.

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Collage por Gabriela Gรณmez @gabrgomz

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Por: Juanita Ayala Cruz Contacto: jayalac@uqvirtual.edu.co Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío

Colisión de tiempo y polvo de estrellas. Estar en aquel momento donde la luz permeaba apenas el infinito vacío. Tumultos enormes y chocantes de historia y silencio. Estar en mares o cielos, en vitrinas de decoración o en planetas inexplorados, otros lugares, miles de espacios donde fui una y ahora soy diez o quizás ahora soy polvo. He surcado de sur a norte, de una galaxia a otra, sin nave. No tengo poder ni movimiento, no vuelo ni camino, no hay fuerza solo peso, pero soy más que cualquier sol, soy persistente a mi forma, y si me parto, ahora soy dos siendo la misma. Estuve cuando el primer animalucho salió a tocar tierra en el mundo. Varios lagartos babosos se paraban en mis puntas y fuimos miles las que aplastamos a más de uno. Tengo la historia misteriosa del inicio en el tiempo, pero no delato al espacio que decidió darme el voto de silencio. El tiempo se mide en mi tamaño, aunque mi tiempo es infinito, sólido y no variable. Llaman ancestros a aquellos que antecedieron nuestros pasos, los que dejaron recorrido en caminos y se fueron. Yo, no siendo más que un pedazo de materia, soy más vieja que el abuelo del tercer hombre y cuento más historias que el mismo sol. Sentí tripas, huesos y traición en mis puntas cuando el hombre me vio con cara de arma. Protagonicé tantas heridas mortales que ya no sé si yo soy la asesina o el hombre que me portó con odio hacia el corazón o la cabeza de hombres herejes y mujeres brujas. Del recorrido de espacio, ríos, pastizales, macetas y pieles, me quedan las marcas y los rostros de cada residente del tiempo, y soy la mismísima prueba del infinito y eterno espacio. En mis grietas está el devenir del exterior, la historia que se cuenta en rayones y no en letras. Infinita, fuerte, ruda y fría, si soy la piedra de mil mundos y mil historias.

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L V E E D C N E H U E S Por: Gabriela Gómez Contacto: 9869gaby@gmail.com Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío

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Mis pálpitos están bailando, entre las comisuras de tus labios sólo entiendo las formas que mis oídos intentan descifrar. Se escurre tu voz entre mis piernas. El frío es dulce y las luces me golpean, ¿serás tú, quién me cure hoy, de mi herida seca? Me derrumbé entre tus ropas, y los trozos de remembranzas y palabras se volverán laguna: no quiero salir a flote tan pronto. Si frotas con cautela esta impaciencia, y siento tu boca succionándome el temor; me salvarás de una muerte súbita. Nos vi, de hecho, suspendidos en el vacío. Te escuché, siquiera, tartamudear tus plegarias, que fuera de tus labios no son nada más que cantos de un ave perdida. Estabas más lejos que Venus. A pesar de sentirte tan adentro, a pesar de mutar y por un instante, ser casi parte de tus carnes: en el fondo, cierto es, sigo tratando de encontrarme en la inmensidad de tu piel. Terminé entonces atónita y aturdida, por el ruido del vacío. no me queda más, que observarme en el espejo.

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Por: Juan Sebastian Castellanos López jscastellanosl@uqvirtual.edu.co Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío *Fotografías pertenecen al archivo del la artista.

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Una labor casi épica aquella de investigar, ¿y la de investigarcrear? Como maestras y maestros en Artes Visuales, asumimos la aventura de indagar y profundizar en nuestras intuiciones, para luego enunciar categorías y traducirlas a metáforas. Escudriñamos textos interminables de referentes permanentes, colectivos y familiares, es decir, perseguimos quimeras para con ellas crear. Es el caso de Érika Orozco Lozano, quien comparte con los visitantes el resultado de sus procesos artísticos, creativos y reflexivos en la exposición Repeticiones, traducción de obsesiones, gestos y listas indecibles, que se encuentra en la sala de La Alianza Francesa; exposición que es producto de la aplicación de metodologías rigurosas, prácticas disciplinadas, reflexiones e inflexiones potentes: sus repeticiones, obsesiones y gestos. Sin mayores pretensiones, el trabajo de Orozco es el reflejo de un derrotero conceptual. Recopilado a lo largo del ejercicio académico, sus conceptos y categorías son interiorizadas para luego ser traducidas en lenguajes propios. La obra de esta artista es una apuesta por la cotidianidad, por las tareas invisibles e imperceptibles que nos identifican como individuos. Orozco apuesta también por la virtualidad, por el mapeo de espacios cotidianos, por la reinterpretación del lenguaje sonoro y los gestos pictóricos. Toda la exposición se articula en las dinámicas de la investigación-creación, pues construye un universo donde es posible la reflexión continua sobre las prácticas artísticas, cuestionando las variables implicadas para concebir resultados diversos. En virtud de su esfuerzo, el mérito es aún mayor por instalarse en las nacientes propuestas de la investigación en el campo de las artes. Encuentro profundamente inspirador la decisión de Orozco por aventurarse a mostrar su trabajo, por ser la primera de un grupo de Artistas Visuales que reconoce otros lenguajes, otras conversaciones, también por explorar y abrir caminos para las nuevas generaciones de artistas engendrados en la academia quindiana y asumir la labor épica de investigar-crear.

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Por: Mildred Eugenia Gutiérrez Directora Programa Artes Visuales Universidad del Quindío Contacto: megutierrez@uniquindio.edu.co

La propuesta formativa del programa de pregrado en Artes Visuales de la Universidad del Quindío, fortalece año tras año su modelo académico, cuya base se remonta a la génesis de un proyecto social y artístico basado en dinámicas de transformación sociocultural desde la academia, en una dimensión de valores que diseña y crea estrategias de desarrollo académico para la innovación educativa, dentro del marco del sentido de pertenencia por lo público con principios y valores de solidaridad social y trabajo en equipo. Desde la primera oferta académica en el año 2014, el programa de Artes Visuales consolida sus ejes misionales hacia la construcción del sentido de la vida ligado a lo cotidiano, entendiéndose lo cotidiano como el proceso y el evento generador de riqueza inmaterial en el intercambio y en la capacidad del ser humano para inventar modos de crear, concebir maneras de relacionarse y desplegar valores o formas de convivencia necesarias para el siglo XXI. En esta dimensión de valores y en el ejercicio de la práctica artística, la comunidad académica del programa proyecta significaciones estéticas aplicadas a diversos proyectos de investigación creación, en el horizonte de los fenómenos artísticos surgidos de las experiencias de formación, tal y como se manifiesta en el Proyecto Educativo del Programa. Surgen de esta manera prácticas destacadas y ligadas a las experiencias de aula, como la muestra de estudiantes Maneras de Persistir, evento artístico situado en el escenario de la formación de públicos y en la proyección social del programa, mediante convenio interinstitucional con el Museo de Arte del Quindío, MAQUI. De igual forma, y en el reconocimiento de la actividad investigativa, el proyecto del semillero de investigación “Planigrafías del Habitar” desarrollado por los estudiantes Juan Sebastián Castellanos, Daniela Hoyos y Eduardo Chavez, sustenta prácticas relacionadas con la investigación formativa, dando cuenta además del conjunto de actividades surgidas en el Grupo de Investigación “Sonoridades Contemporáneas” y de las líneas de investigación del programa en las que se inscriben los proyectos de investigación; tal es el caso del proyecto “Habitancias”, el cual propone diversas actividades en “el campus uniquindiano como laboratorio de experiencias estéticas para la paz y la sana convivencia”. De esta manera, se llevan a cabo lecciones inaugurales, seminarios, conferencias, laboratorios y talleres, entre los cuales se destacan, en el 2018, la Lección Inaugural “Investigar Crear / Crear Investigar”, de PhD. Margarita Calle; la Conferencia “Equilibrio – Desequilibrio. (re) Construyendo el camino entre las tecnologías, las humanidades, las ingenierías, las matemáticas, las artes y las ciencias” de PhD. Ricardo Dal Farra; la Conferencia “La investigación creación como el nuevo paradigma de las prácticas artísticas contemporáneas” y el laboratorio “Poéticas del espacio sensorial” de PhD. Ana María Gómez, como también el laboratorio “Cuerpos en acción” del Maestro Adrián Hueso Hueso, docente del programa de Artes Visuales. En todos estos casos, desde la dirección del programa, en conjunto con su claustro de docentes, se proyecta permanentemente una aproximación artística crítica y sensible al mundo, desde dimensiones estéticas que permiten articular acciones educativas en el espacio de cualificación de las prácticas artísticas, tanto desde el punto de vista individual como colectivo y desde la diversidad de las experiencias formativas contemporáneas.

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