Suplemento Cultural 28-04-2012

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Una idea original de Rosauro CarmĂ­n Q.

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FermĂ­n Argueta: es un ave, un artista urbano

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“TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín Rojas DECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE

Historia

Eva Perón: esa mujer, ese cuerpo

“Esa mujer”, así denominaban despectivamente a Eva Perón la oligarquía y los militares que el 16 de junio de 1955, con el fin de derrocar el gobierno de Juan D. Perón, elegido democráticamente por el pueblo, bombardearon la Plaza de Mayo en la hora pico. Esa mujer, amada, adorada, venerada, sacralizada o denigrada, vilipendiada y calumniada hasta el hartazgo, fue nombrada “la Mujer del Bicentenario” en el marco de las celebraciones que el 25 de mayo se llevaron a cabo en Argentina. Han pasado doscientos años de la ruptura colonial.

U

n homenaje acertado hacia Eva Perón, quien ha sido, incluso desde antes de su muerte, una leyenda. Luego, un mito que se acrecentó día a día. Para muchos era un puta, y según otros muchos fue una santa. Constituye un ícono de tal dimensión que, tras su muerte, su cuerpo fue una bandera y un símbolo que sus enemigos intentaron hacer desaparecer, robándolo y ocultándolo con el afán de borrarla de la memoria de su pueblo. Vana empresa, porque los pueblos pueden reescribir su historia; “queremos matar el mito”, dijeron-. ¡Matar el mito! Pero, señores, el mito no es un cuerpo o un objeto. En una de sus acepciones, el mito es una cualidad del saber, del pensar y del reaccionar, que se caracteriza por ser imaginativo y acusadamente emocional, además de que posee una connotación religiosa y una expresión poética. El mito es ante todo una imagen plástica, una narración de hechos concretos que no se expresa en abstracciones ni posee una lógica causal, pero hasta la mentalidad más primitiva o infantil se ayuda siempre de la razón; así también como las más abstractas meditaciones científicas y filosóficas se acompañan en mayor o menor medida de imágenes subjetivas. Por ello, para matar al mito los militares tendrían que matar a los desheredados de la patria, a los humildes, a los obreros, a los campesinos y a la clase trabajadora en general. A millones. Por supuesto que sabemos que mito, en el sentido más elemental, significa fábula o relato de ficción y por extensión mentira. Tyler, en su libro Cultura primitiva, supone que el saber mítico no difiere del saber intelectual, puesto que se vale del mismo orden lógico para enlazar sus contenidos; y el francés Doutté considera al mito como la expresión de un deseo colectivo. Es así que para millones, Evita era la viva representación de una santa, y para otros una furcia. Esto analizado en aquel contexto histórico, aunque por inercia algunos sostienen la misma visión. Obviando que un análisis fuera del contexto social imperante es, cuanto menos, parcial o incompleto. Porque en esa época la libertad en el amor era una prerrogativa de las élites sociales, las intelectuales, artistas plásticas, escritoras. Nadie se atrevería a juzgar a Victoria Ocampo o Silvina Bulrrich, por ejemplo. Para entonces, ellas eran la representación de un feminismo doblemente legal: eran intelectuales y pertenecientes a lo más granado de la clase alta porteña; a una casa donde -en el caso de Victoria - a pesar de que el apellido no era precisamente inglés o francés, se jactaban de haberse iniciado al lenguaje en el idioma francés. Y tampoco puede pasarse por alto que la “representación social legal” del feminismo encarnado por

POR MILLY CASCALLAR

Victoria Ocampo estaba atravesado de un sectarismo encubierto: no en vano se opuso al voto femenino, contradicción que solamente puede ser ingenua para quien no quiera develar la motivación interna o ideológica que se esconde en esa postura. Así pues, los “técnicos de la decencia” veían en Eva a una evasora del conformismo social, a una subversiva del imperativo colectivo, a una practicante cuestionadora del paradigma cultural sin tener autoridad social ni intelectual para hacerlo. Una burladora del cliché del modelo a seguir. Alguien que había vivido en concubinato con Perón y había tenido la osadía de casarse con él. El encarnizamiento político practicado con el cuerpo embalsamado de María Eva Duarte muestra, por un lado, y de manera encubierta, la misoginia y el conservadurismo reinante en la estructura mental de cierta clase social; y, por otro lado, los sentimientos oscuros y perversos del amorodio que ella generaba en los mismos. El machismo imperante de entonces no solamente era asumido por los hombres, sino por las mismas mujeres de los estratos medios de la escala social. Evita muere a los treinta y tres años (o treinta y cinco) el 26 de julio de 1952, y esto paradojalmente supondrá precisamente su paso a la inmortalidad. La inmortalidad no le fue dada por el hecho de que, al igual que los faraones del antiguo Egipto Perón hubiera desafiado las leyes de la naturaleza intentando negar la muerte de su esposa embalsamando su cuerpo, la prenda más venerada de la clase trabajadora argentina. El aragonés Pedro Ara, doctorado en Medicina, catedrático de la Universidad de Madrid, académico de número y famoso en ese entonces por haber realizado trabajos de ese estilo con ciertas celebridades (incluso fue llamado de Rusia para embalsamar a Lenin, aunque por motivos ideológicos rehusó el encargo). Su interés era la Anatomía y estaba considerado a nivel internacional el mayor especialista en técnica anatómica. Estaba relacionado con la República Argentina desde el año 1925, donde residió durante veinticinco años entre la Córdoba argentina y Buenos Aires. En Córdoba, se desempe-

ñó como docente y cirujano especialista en anatomía en la Universidad y fue Director del Instituto Anatómico que hoy lleva su nombre. En Buenos Aires, se desempeñaba como agregado cultural de la embajada de España en Argentina. Era muy comentado por esos años la labor realizada a una jovencita de dieciocho años, a quien su padre, médico y colega argentino del Dr. Ara, había hecho embalsamar. Realizó el trabajo sin cobrar absolutamente nada y en homenaje al pedido de su amigo. También había realizado tarea similar a Manuel de Falla, el anciano compositor español; e hizo un busto, que se hallaba en el Centro Cultural, de un mendigo porteño cuya nobleza y grandiosidad en el porte le había impresionado. Los trabajos realizados, según dijo él mismo, fueron pocos porque su labor se centraba en la cirugía anatómica que con fervor enseñaba y practicaba. Pero su fama había trascendido los límites de las fronteras de Argentina y España. No obstante su prestigio, ninguna de sus obras tuvo la relevancia ni repercusión científica, social y política como la que realizó a Evita. En su trabajo con Eva Perón, el tiempo y la técnica empleada le demandó un gran esfuerzo, pero la convirtió en una vestal, una diosa yacente y eterna. Incorruptible. También él la consideró modestamente su obra maestra y durante tres años vivió pendiente de ese cadáver-muñeca de aspecto cuasi púber. Como muchos artistas, Ara se enamoró de su obra. La “revolución libertadora”, nombre con la que se autoproclamó el golpe militar de 1955, secuestró el cuerpo de Evita, que descansaba en un ataúd de cristal en el segundo piso de la Confederación General del Trabajo (CGT), organización que mantenía con Eva Perón un vínculo entrañable. Como defensora de la causa obrera y mediadora de los acuerdos o desacuerdos sindicales, Eva había sido una ferviente sindicalista que, desde muy joven, en su etapa de actriz, había fundado con otros compañeros la Asociación Sindical Radial Argentina (ARA). Los obreros veían en ella, además de la esposa del

líder, a una “compañera de lucha” y a una activa promotora de todos los derechos de los trabajadores, por aquella época explotados y desposeídos. La Argentina de las mieses y la abundancia, la Argentina rica y exquisita de la Belle Epoque y los años cuarenta, era un país donde los asalariados eran explotados en forma vil, no tenían horarios ni derechos. Los inmigrantes europeos explotados fueron los que, bajo banderas de carácter anarquista, sembraron con su sangre la Patagonia y muchas calles de la europea Buenos Aires. Era una Argentina muy rica, es cierto, pero la riqueza era para pocos. Y es la irrupción de Juan Domingo Perón con sus aciertos y sus errores quien reivindica al desposeído y al trabajador. Y Eva, compañera del líder, era la interlocutora al que el inconsciente colectivo asignaba el rol de novia-hermana-madre, ”La dama de la esperanza”. No el puente, sino el arcoíris, como ella misma gustaba decir… Los militares golpistas (1955-1957) deseaban la desaparición y extinción definitiva del peronismo y trataron de borrar de la memoria de cada argentino todo tipo de referencia o vestigio del mismo. Así, emitieron el Decreto Ley 4.161, donde quedaba tajantemente prohibida la sola mención del apellido Perón, Eva Duarte, familiares de ambos, fotos, símbolos etc. Se impusieron penas de prisión y monetarias a todo aquel que incumpliera dicho precepto, ya se tratara de ámbitos públicos o privados. No es difícil imaginarse lo que podría llegar a suceder con el cuerpo de Eva. Yo misma recuerdo, en mi infancia porteña, haber visto como una gallega inmigrante conocida de mis padres, en razón de haberse desempeñado como empleada doméstica en casa de mis abuelos paternos en Caldas de Reyes, sacar del fondo de un baúl un almanaque celosa y amorosamente escondido que contenía fotos de Eva Perón realizadas por el fotógrafo oficial de la Casa Rosada. Fotos donde Evita se me antojaba un hada. Un hada valiosa que contaba con un plus, ya que le encontraba rasgos de su rostro similares a los de mi propia madre.


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Galería de artistas

Es un ave, Es un artista urbano

Probablemente muchos no lo conozcan, pero han visto una que otra ave particular pintada sobre algún mural de la ciudad. Un street art y grafitero que trabaja bajo tres identidades, Es Bird, Es Eazy y Es; Fermín Argueta es un artista gráfico que encontró su identidad en las líneas y los colores de una “pieza”. . ¿Qué significa cada uno de tus sobrenombres? - Es Bird es la representación de libertad, el simbolismo de una mentalidad libre; tenemos derecho a volar, pero siempre debemos tener los pies sobre la tierra, para no despegarse de la realidad; tal como lo hacen como las aves. “Es”, es la forma de darle la existencia a las cosas; por ejemplo, “es” tu nombre, “es” la vida, “es” tu arte, “es” la madre tierra. Es Eazy, es una forma de simplificar mi nombre, me di cuenta de lo difícil de pronunciar Es Bird, por eso transforme easy (fácil en inglés) con Eazy. Tengo pensado, con cada nombre manejar un concepto.

POR JODY GARCÍa

- ¿Qué conceptos con cada nombre? - Con Eazy quiero trabajar rostros con caracteres mayas. Mucho de lo que yo pinto tiene que ver con la cosmovisión maya; pinto los birds (aves) por el nahual Tz´ikin, que no es mi nahual, pero me identifico mucho con él porque me ha ayudado y me ha guiado en muchas ocasiones. Tz´ikin ha estado bastante conmigo, y lo he sentido, me ha enseñado; en ocasiones en que cosas muy buenas me han pasado, siempre encuentro una pluma tirada, y a veces me han caído plumas desde arriba. Eso me lleva a Es Bird, por eso bajo ese concepto quiero pintar aves; con Es Eazy pintar tótems y caracteres mayas, y con Es, mujeres. - ¿Desde cuándo pintas? - Desde niño hacia dibujos, me enseñó mi hermano mayor. Él estaba estudiando arquitectura y cuando se desvelaba, yo lo ayudaba con las maquetas, con los planos, lo ayudaba a dibujar. Él me indicaba que hacer y a la vez me enseñó. Cada vez que dibujaba, notaba que mi trabajo iba mejorando, pero lo que yo hice desde los seis hasta hace tres o cuatro años, no eran cosas mías; si yo tenía ganas de dibujar, copiaba un rostro y allí lo dejaba. - ¿Cuál fue “tu primer” dibujo? - El primer dibujo que hice, y que salió completamente de mi mente, fue un ave gorda con lentes oscuros, me gustó tanto que la sigo haciendo. Tiempo después alguien me dio la idea de pintar gorras, lo hice y a la gente le gusto, las vendía, pero deje de hacerlo, quería hacer cosas diferentes. Pinte cuadros en acuarela y después de eso, un amigo que hace grafiti, me sugirió que hiciera lo que hacía, pero más grande. - ¿Eso te llevo al grafiti? - Sí. Un día él me llamo para que le ayudara con un trabajo que tenía que realizar en un fin de semana, era un grafiti en tres paredes. El creyó que no podía, y me había llamado, solo para que le ayudara a pintar el fondo. Cuando llegue, le dije que no había llegado solo a eso, así que le pedí que me diera latas

(de pintura en aerosol), que no tenía miedo. Fue ese el día en que realice mi primer grafiti, un ave. - ¿Cuándo lo pintaste? - Fue en marzo del año pasado, y en ese momento me enamore del grafiti y me encontré en él. - ¿Te consideras un grafitero? - Aunque lo mencione, yo no me considero un grafitero, soy parte del street art. Me siento agradecido por estar haciendo lo que me gusta, si quiero hacer algo, lo dibujo y lo pinto en la pared. No se trata de darle gusto a alguien, o hacer lo que alguien me pida, sin embargo a las personas les gusta. - ¿Las personas reconocen tu trabajo? - Hace poco que hice un dibujo en un mini Cooper de un restaurante. Un grupo de artistas que desde hace muchos años representan este arte en Guatemala, llegaron a la actividad. No sé cómo, pero desde que inicie ellos han visto mi trabajo y notaron mi evolución, en la actividad lo mencionaron y fue que algo que me hizo sentir muy bien, porque son personas que yo respeto mucho. Me siento increíble, es muy satisfactorio; me he

esforzado mucho y allí veo el resultado. Todos los fines de semana salgo a pintar, yo mismo me reto a seguir mejorando, a cada vez hacer o cosas más grandes o dibujos más detallados y simétricos, sin necesidad que alguien me lo diga, porque es algo que me apasiona. - ¿Qué es lo característico de tu arte? - En cada pieza que hago, en cada carácter, dibujo aves, y si hago una mujer, dibujo plumas. Todo lo que hago tiene que ver con las aves, para mandar un mensaje de paz y libertad. - ¿Un mensaje de paz y libertad? Lo que hago, lo hago para enviar un mensaje de paz, de libertad y conciencia, sin embargo no siempre envío ese mensaje, no soy único, a veces tengo una situación en mi vida, donde a través de un dibujo y la pintura, la plasmo; puede que nadie más lo entienda. Considero que todos los artistas en el mundo son subliminales, pero yo quiero manejar mucho simbolismo, que todo lo que este allí, tenga un significado. Si quiero pintar algo es porque tengo algo que decir. Participaste en el proyecto de intervenciones artísticas en el espacio urbano, De mi barrio a tu barrio, organizado por el artista alemán, Jim Avignon,

el cual tenía como propósito crear en países de Latinoamérica una obra mural en un espacio urbano, ¿Cómo llegaste a ser parte de los seleccionados guatemaltecos? ¿Cómo fue la experiencia? A través de otro artista vi el proyecto en internet, en noviembre del año pasado envíe una fotografía de mi diseño. La convocatoria fue lanzada en Enero y creí que por haberme adelantado no me tomarían en cuenta; sin embargo, quede seleccionado junto con otros once artistas. Hasta el momento ha sido el mayor logro de mi vida, compartir con otros grafiteros, me lleno de motivación. Teaser para ver videos de la actividad, http://demibarrioatubarrio.com/ - ¿Qué cosas sueñas hacer? Quiero pintar cosas grandes, edificios de tres o cinco niveles, quiero llegar a saber y a convencerme de que no tengo limites, que nadie tiene límites. - ¿En que trabajas en este momento? Actualmente estoy buscando un artista callejero que quiera acompañarme y hacer grafiti, con pasión y empeño. Con otro artista creamos un colectivo llamado Subliminal s y esperamos establecerlo como un grupo de artistas que represente el arte callejero.


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Personajes

Isabel Allende

o la magia de las palabras Nació en Lima, Perú (1942). Hija de Tomás Allende, funcionario diplomático y primo hermano de Salvador Allende, y de Francisca Llona. Antes de ser novelista, Isabel Allende era muy conocida como periodista en Chile y Venezuela, su patria adoptiva desde 1974, y un poco menos, como cuentista y autora teatral. POR EDDIE MORALES

L

a escritora creció al lado de su madre, en casa del abuelo, luego que esta anulara su matrimonio; en esa casa vivió rodeada de una corte de tíos solterones, todos ellos personajes estrafalarios. Estos tenían establecido algo así como una firme tradición del relato oral en la familia. Esta tradición, así como las lecturas de colecciones de Julio Verne, Emilio Salgari, la Enciclopedia Británica, el Tesoro de la Juventud, nutren su imaginación en los días de infancia. Según Coddou, “no sorprende que, ya convertida en mujer madura y escritora de fama, Isabel Allende pueda sugerir que fue de esa familia suya, tan extravagante, que sacó las ideas (como ella dice) para su primera novela”. En casa de su abuelo creció hasta que su madre se unió a Ramón Huidobro, diplomático de carrera, y todos partieron de viaje por diversos países. Cuenta Isabel Allende en un artículo periodístico de 1988 en el desaparecido diario La Época: “A los 11 años yo vivía en Bolivia. Mi madre se había casado con un diplomático, hombre de ideas avanzadas, que me puso en un colegio mixto. Tardé meses en acostumbrarme a convivir con varones, andaba siempre con las orejas rojas y me enamoraba todos los días de uno diferente”. De Líbano regresó a Chile en 1958 enviada por el “tío Ramón”, ya que ese país estaba al borde de la guerra civil. Vuelve a la casa de sus abuelos: “la estabilidad de la infancia -a donde siempre le devuelve su memoria como un espacio feliz-, está muy ligada a la vieja casona familiar; allí transcurre parte importante de la historia que, compañera suya por años y alimentada por experiencias personales posteriores, se convertirá en la base de su primera ficción”. En una entrevista reproducida en el semanario chileno Hoy, Isabel Allende revela que su trabajo como periodista que inició en 1967 en la revista Paula, es el resultado no de una preparación sistemática, sino producto del azar mientras trabajaba en las oficinas de la FAO en Santiago, cuando debió salir al aire en un programa televisivo en forma inesperada. Posteriormente, colabora en forma regular con artículos, entrevistas y reportajes en la mencionada revista

Paula. Luego dirigirá una revista infantil, Mampato, donde publica algunos cuentos. Incursiona con no poco éxito en el teatro con tres obras escritas especialmente para la compañía teatral de Tomás Vidiella, entre estas, cabe destacar El embajador, que se representa en Santiago en 1973. En 1974 marcha exiliada a Venezuela, junto a su familia, su esposo Miguel Frías y sus hijos Paula y Nicolás. Trabaja en el periódico El Nacional de Caracas escribiendo artículos de humor, e incluso con algunas amigas formó también una sociedad y sacó adelante un colegio, trabajando en la parte administrativa. Ha contado que de vez en cuando se encerraba y escribía cuentos, ideas para cuentos, ideas para novelas que cristalizarán en 1982 cuando publique La casa de los espíritus. A partir de esa fecha, y con el éxito inmediato que alcanza, Isabel Allende se dedica plenamente a la literatura. En los años siguientes aparecen De amor y de sombra (1984), Eva Luna (1987), Cuentos de Eva Luna (1989), El plan infinito (1993), Paula (1994), Afrodita (1997), Hija de la fortuna (1999), Retrato en sepia (2000), entre otros textos. La escritora, de acuerdo con el esquema generacional de la literatura hispanoamericana y chilena de Cedomil Goic, pertenece a la generación de 1972. De acuerdo con la propuesta teórica de José Promis, la novelista chilena se adscribe al programa narrativo de la novela de la desacralización. La poética de Isabel Allende, que puede ser descubierta a través de las entrevistas, artículos y conferencias, permite sostener que para ella la literatura, el oficio de la escritura, es un ejercicio que permite recuperar la historia, es decir, traer a la memoria aquellas circunstancias vitales necesarias para no perder la propia identidad y la identidad colectiva. La autora piensa que la clave de la literatura está en “escribir para que los hechos no se esfumen, para que la memoria no sea borrada por el viento. Escribir para registrar las cosas y nombrar las cosas. Escribir lo que no se debe olvidar” (La Época, Santiago, 6 de octubre de 1987). Por otra parte, sostiene que lo que busca es establecer una comunicación entre el emisor textual y el receptor real del discurso literario. En el mismo artículo citado, manifiesta que “eso tiene de maravilloso un libro: esta-

blece un vínculo entre quien lo escribe y quien lo lee. Es la magia de las palabras”. Para Isabel Allende, las palabras son el medio maravilloso que tiene el escritor para crear el mundo literario y provocar la emoción en el lector y llamarlo a la “conversión”. Las palabras, según la autora, tienen un poder mágico capaz de trasmutar la realidad o de aprehenderla en su más cruda realidad; por eso le llamaron desde pequeña la atención y construía con ellas juegos, canciones y relatos. La casa de los espíritus es una novela que ha sido repetidamente reeditada por el éxito que tuvo desde el principio. Incluso fue llevada al cine en 1993 por el director Billie August y protagonizada por Jeremy Irons en el papel de Esteban Trueba. La novela de Isabel Allende entra en constante relación dialógica con la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, sin presuponer con ello que es una mera copia de la misma, como se pensó en un primer momento de recepción del relato, ya que hay en ella “numerosas modalidades de distanciamiento”, que permiten que el texto afirme su propia identidad “al proyectarse a ámbitos de significación que se apartan, en grado importante, de los que caracterizan al del narrador colombiano”. Entre estos rasgos distanciadores están ciertamente las figuras femeninas de la saga familiar: Nívea, Clara, Blanca, Alba que muestran en la escritura de Isabel Allende “un paso distinto y distante de las escritoras que la precedieron”, ya que las figuras femeninas “que reclaman para ellas una transformación de sus condiciones de existencia (y a) ejercer el derecho a ser sujetos del discurso”. Otra de sus novelas, también muy exitosa y llevada al cine, es De amor y de sombra que, en una primera lectura, aparece como una historia de amor entre Irene y Francisco, sus protagonistas; sin embargo, dicha relación se entrecruza con la historia política social de los cadáveres descubiertos en una mina aban-

donada y los fenómenos paranormales de Evangelina Ranquileo. La novela es esencialmente política, y su finalidad es hacer la crítica y la denuncia de un sistema político. La crítica recibió dividida la publicación de El plan infinito. Algunos la consideraron un traspiés en la producción narrativa de Isabel Allende, mientras otros le descubrieron méritos. La novela está ambientada en el oeste de los Estados Unidos y tiene como protagonista a Gregory Reeves, personaje que, según la propia escritora, está construido sobre la base de su actual marido. En el relato, el realismo brutal y los sobresaltos de la imaginación se entrelazan para dar cuenta del destino excepcional de un hombre y de la compleja textura de California. Precisamente, en la California del siglo XIX sitúa parte de la acción su novela Hija de la fortuna, en la época del descubrimiento del oro. El relato es una novela histórica femenina que recrea dimensiones espacio-temporales de una década del siglo pasado en Chile, California y China. Después publicará Retrato en sepia, otra novela histórica situada a fines del siglo XIX en Chile, que narra la historia de una poderosa saga familiar, apareciendo en ella personajes ya conocidos de La casa de los espíritus y de Hija de la fortuna. Sus últimas obras son novelas llenas de sorprendentes aventuras protagonizadas por dos adolescentes como La ciudad de las bestias y El reino del dragón de oro. Son relatos escritos sobre la base de los más tradicionales códigos y tópicos escriturales de las novelas de aventuras del siglo XIX, que logran atrapar a todo de lectores por la agilidad de la prosa y al encanto de sus personajes. La imaginación prodigiosa de Isabel Allende queda plenamente corroborada con estas novelas que tienen un primitivo antecedente en los cuentos que publicó en la revista infantil Mampato. Isabel Allende es, en definitiva, una escritora en plena evolución.


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Galería de artistas

Alfredo Ceibal: la línea incesante

La idea de movilizarme desde el Centro Histórico de la ciudad hasta el remoto salón 10 del tercer nivel del edificio J del campus central de la Universidad Rafael Landívar para ver “Los confines del fuego verde”, una instalación saturada de significados de Alfredo Ceibal, me pareció muy acorde al espíritu de la obra de este artista que plantea recorridos interminables por diversos mundos como metáfora de su vida de migrante y, al mismo tiempo, una especie de ritual propiciatorio para despojarme de hábitos —no sólo mentales— demasiado arraigados y acceder a la sabiduría que se desprende del andar por el camino. Allí, en esa área lejana y propicia de la facultad de Humanidades, su obra transparente llama a reflexiones y lecturas más rigurosas que las que ha provocado en los ámbitos no académicos en los que también la he visto, demostrando con ello “la naturaleza mutable de los contextos y los significados”, como dice Marcia Vásquez, curadora de la exposición.

E

n ese pequeño salón de exposiciones, una pintura en tonos verdes, de angustiante atmósfera onírica, de tema vagamente mítico, doblemente encerrada en un recuadro blanco y un marco con motivos estelares, parece ser el punto de partida o del final de una línea que recorre los muros blancos abriendo a su paso un paisaje suspendido en el tiempo que comprende campos, valles y hondonadas, montañas y barrancos, lagos, ríos y volcanes, pequeños pueblos rurales y complejas ciudades industriales; paisaje total que articula en un contínuum todos los escenarios posibles que esa línea incesante sorprende, por así decirlo, en medio de la vida que les es propia en cada instante. Dos marcos más privilegian, seccionándolos arbitrariamente, otros tantos segmentos del paisaje interminable, recorrido por esa línea tangencial que, como el tiempo, no se detiene en ningún punto del espacio que ella misma instaura. Nacido en Guatemala, Alfredo Ceibal se hizo artista en Nueva York, sin asistir a ninguna academia ni pretendiendo aprender un oficio y ejercer una profesión, sino simplemente como una manera de marcar un territorio desconocido con los signos remotos y precisos de su origen. Más adelante, sus grafitis en lugares públicos fueron financiados por galerías e instituciones diversas; recogidos, reproducidos en revistas y comentados con lucidez participaron en la dinámica cultural de esa ciudad cosmopolita que es el destino de millones de migrantes desarraigados de todos los lugares del mundo. De manera que por su espontaneidad y su origen vital, de sobrevivencia, la obra de Ceibal se relaciona más con las expresiones de la cultura popular y las imágenes intuitivas y poéticas de un artista ingenuo que con la tradición culta del surrealismo y la pintura metafísica europeos o el realismo mágico latinoamericano. Teniendo en la mente esa referencia a su experiencia vital y artística, la obra actual de Alfredo Ceibal, y no sólo la que ha instalado en la Universidad Rafael Landívar, se deja interpretar ya no sólo como paisaje sino también y más adecuadamente como recorrido, en el que lo significativo no es el espacio sino la historia que narra

POR JUAN B. JUÁREZ

a medida que lo recorre. De allí que no sea el dibujo el protagonista de sus creaciones sino el avanzar incesante de la línea y los rastros que deja en

el muro, el papel o en la mente. En “Los confines del fuego verde” es, en efecto, esa línea tenue y delicada, trazada limpiamente con lápiz fino la

que sube montañas, recorre los campos, bordea los lagos, desciende a los barrancos, cruza los puentes, atraviesa los pueblos y ciudades y regresa al cuadro mítico del que partió; esa línea incesante que nos ha involucrado en su itinerario circular y nos introducido en el interior de la visión poética y existencial del artista. Diríase que, más allá de las conocidas propiedades y funciones descriptivas, definitorias, formales, didácticas, conceptuales y expresivas de la línea, Alfredo Ceibal descubre y cultiva otra, quizás más esencial: la narrativa, que se funda en el desplazamiento manual en el que concretamente se origina, en las necesidades vitales e intelectuales a las que satisface por su naturaleza abstracta y simbólica y en el carácter teóricamente infinito de su recorrido interminable. Naturalmente, las historias a las que se accede desde la línea y desde la sensibilidad de Ceibal resultan por lo menos extrañas para los que habitamos permanentemente en el interior de uno estos mundos habituales que el artista recorre tangencialmente, de paso a… Historias nómadas que nos exigen un acomodo mental bastante difícil: un ajuste de la perspectiva del punto fijo al punto de vista inestable de la línea vital en movimiento. Para quienes se aventuren a experimentar las emociones y reflexiones que suscita la extraña perspectiva vital de Alfredo Ceibal, les informo que la galería de la Universidad Landívar abre de 10 a 12 de la mañana y de 4 a 7:30 de la tarde.


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Al pie de la letra

Sacrificio y humildad; un corazón sin límites

Recuerdo claramente la persistencia de ella para que las cosas se hicieran bien. A veces se molestaba pidiendo que se tuviera orden, se dejaran las cosas en su lugar y se ayudara en el trabajo de la casa. Aunque no trabajaba diariamente fuera de casa, su responsabilidad con el hogar, la obligaba a levantarse temprano por la mañana para ayudar a los hijos a prepararse para ir a estudiar. Recuerdo que despertaba junto a mi padre y encendían la radio para escuchar la radio, el Padre Navarro y luego el infaltable Guatemala Flash, pero para esas horas, mis hermanos y yo ya habíamos salido de casa para estudiar en los institutos nacionales de aquella época, mi hermana en Belén y mi hermano y yo en el Central para Varones. POR JUAN JOSÉ NARCISO CHÚA*

E

lla se dedicaba entonces a terminar de recoger la ropa de todos, se disponía a lavarla en la pila, ponerla en jabón, desaguarla y ponerla a secar en el lazo que se colocaba en el pequeño patio enfrente de la casa. Hasta ahí disponía de su primera etapa para relajarse un poco y tomar su desayuno. La radio constituía su acompañante permanente. Luego de terminar de escuchar Guatemala Flash, se disponía a escuchar a Higueros Carrillo con la Mosca, el Almanaque y casi al mediodía llegaba el turno de El Club de la Olla y la Sartén, para esperar la segunda emisión de Guatemala Flash al mediodía. Durante todo este espacio ella se dedicaba a barrer y trapear la casa, siempre decía que era necesario y obligado hacerlo, pues la casa se

miraba más ordenada. Esta casa había sido adquirida por mi padre, en un programa del antiguo y desaparecido INVI, denominado Esfuerzo Propio y Ayuda Mutua, por lo que había tenido que trabajar durante los fines de semana en tareas propias de la construcción y así conseguir que le otorgaran una casa allá en San Rafael en la zona 18. Yo recuerdo bien ese acto en un terreno preparado para tal efecto, a donde llegó el entonces presidente Julio Cesar Méndez Montenegro, a quien tuve la oportunidad de ver de cerca y fue al primer mandatario que pude ver directamente. La casita era pequeña pero bonita. Una sala reducida pero en donde cupieron cabalmente los muebles de sala que mi padre le había a comprado a Chepe el esposo de mi tía Marta, con su respectiva mesita.

El comedor contiguo a la sala, solo que al fondo, también dio cabida al amueblado de comedor de toda la vida y que nos había acompañado ya en varias casas. Luego la cocinita, en donde cohabitaban una pila, un mueble de cocina, la estufa –esta ya tenía por lo menos seis años de uso previos- y la refrigeradora, también había sido comprada a Chepe. El cuarto de mis papas, quedaba entre la cocina y el único baño de la casa y el cuarto de los hijos se encontraba a la par de la sala y el comedor, un closet dividía dos ambientes, el pequeño lo utilizaba mi hermana y el otro, un poco mayor, lo compartíamos con mi hermano. Ella, por su parte, al filo del mediodía, ya había hecho el almuerzo y esperaba que llegaran los patojos de estudiar y los tres casi coincidíamos en horarios de llegada y ahí estaba la comida caliente esperán-

donos para recuperar fuerzas para jugar, ver televisión y estudiar. Su orgullo se agigantaba ante la bendición que significaba contar con comida para alimentar a los hijos, así como por el hecho de saber que todos la disfrutábamos y generosamente se lo agradecíamos. Su permanente actividad para mantener el control de la casa fue impresionante, jamás faltaron alimentos, nunca hubo espacios de suciedad, la ropa siempre estaba lavada y planchada, siempre habían champurradas para desayunar los domingos después de misa. Nunca hubo una queja manifiesta por las limitaciones financieras y por los constantes aunque exiguos gastos que implicaba la educación nuestra y los pocos espacios de diversión que ameritaban algún dinero adicional. Hoy me pongo a pensar cómo pudo mi mamá atender todo esto y aun así era espléndida cuando traíamos amigos a estudiar o mi papá llevaba amigos a tomarse unos tragos y


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Nueva Guatemala de la Asunción, 28 de abril de 2012 cenar. Tampoco se arrugaba cuando quería convidar a cualquiera de sus hermanas y ellas llegaban a almorzar los domingos a casa. El tiempo pasó. La casa de San Rafael es hoy solo un agradable recuerdo. Vinieron los casamientos. Mi hermana primero, luego mi hermano y finalmente yo. Aun recuerdo esa mudanza de la casita de San Rafael a San Cristóbal y el acomodamiento de mis padres en otra casita, únicamente que ahora estaban solo ellos dos. Sin embargo, eso no fue obstáculo para recrear otros ambientes agradables durante los fines de semana, solo que ahora ya no éramos los tres hermanos, sino se sumaban los nietos, nuestros hijos, y esposo y esposas, con lo cual la casita se llenaba con 17 personas. El almuerzo, como siempre, preparado con gran delicadeza y meticulosidad por mi madre, ahora para lucirse más allá de los hijos, con los nietos, nueras y yerno. Éste siempre estaba acompañado por la infaltable marimba que mi padre adoraba y que incluía las piezas del abuelo: Río Polochic, Clavel Tinto y Josesito entre las principales, estos encuentros familiares son inolvidables, pues marcaron el crecimiento de las familias y el de los hijos. Previo a la muerte de mi padre, en estos memorables almuerzos, yo empecé a notar en ella dos cosas que me llamaron la atención y me preocuparon enormemente. Uno, la insaciable necesidad de mi madre de querer estar en todas las conversaciones. Aun estando ocupada en terminar de preparar el almuerzo, buscaba enterarse o involucrarse en cada conversación que se abría, fuera de futbol, fuera de clases, fuera de trabajos, fuera de familia, ella buscaba intervenir, pues era una magnífica platicadora. La segunda cosa que me llamo la atención fue la repetición de algo que comentaba o contaba, aunque primero pensé que era una casualidad, luego fui dimensionando que no, algo andaba mal y me preocupé. Los años pasaron rápidamente, los hijos crecieron y las reuniones familiares menguaron, por ausencia de la familia de mi hermana principalmente, y pasaron a convertirse en refacciones, por las limitaciones de tiempo de todos; pero igual resultaban convergencias sumamente afectivas, agradables y festivas. El aniversario de bodas de plata de mis padres en 2006 constituyó todo un evento. Decidimos celebrarlo en grande y como sorpresa para ambos. Todos contribuimos, pusimos plata para la música, para la comida, sillas mesas, trago e hicimos el listado de invitados, para lo cual pensamos en qué amigos o familiares de mis padres estarían contentos de estar ahí y conseguimos seleccionar aquellos más cercanos y más queridos. Luego el listado de los amigos familiares y de los amigos de cada uno, pero que habían tenido alguna relación con la vida nuestra y de nuestros padres. La sorpresa resultó un éxito. Todos los invitados tomaron el papel de cómplices en una forma agradable, para lo cual les pedimos que llegaran anticipadamente para estar ahí en el momento de la llegada de mis padres, a quienes “engañamos” con una simulada sesión de fotografía con todos los hijos y los nietos, para lo cual les pedimos que se vistieran formalmente, tal como aceptaron. La casa del evento sería la de mi hermana por contar con un patio enorme y ahí se dispusieron las mesas, los manteles, los toldos, los adornos y las vajillas. Recuerdo que todo era un color dorado y champagne, combinación que me agradó y creo que a todos nos gustó. Mis hermanos y yo, así como todos los sobrinos colaboraron con diferentes cosas, pero la complicidad fue fabulosa, todo coincidió perfectamente. Únicamente mi papá se portó un tanto renuente a bajarse del vehículo que los llevaba a la “sesión de fotos”, pues aducía que no había necesidad de la parada en la casa de mi hermana y que constituía una auténtica pérdida de tiempo. Cuando conseguimos que entraran juntos y

rebasaran el umbral del portón de la casa de mi hermana, los invitados rompieron en el grito de sorpresa y luego de la inquietud y duda inicial, mis padres se sintieron gratamente convidados y sorprendidos. Ahí estaba toda la familia, los viejos y nuevos amigos, los compañeros de vida de mis hermanos y yo, los nuevos amigos de todos. Los únicos familiares de mi papá, la familia de mi mamá y los antiguos amigos de mi padre, contribuyeron a un ambiente festivo, agradable, musical por demás y de buena comida y buenos tragos. La parranda se alargó hasta entrada la noche y pudimos disfrutar de una convivencia agradable con todas esas personas que representan los mejores y más cercanos compañeros de viaje de toda la vida. Durante el aniversario veintinueve, me correspondió llevarlos a almorzar y lo disfrutamos exageradamente. No sabíamos que era la despedida de mi papá para siempre. Falleció el 8 de marzo siguiente y la situación de mi madre se deterioró aún más. Hoy ver a mi madre con una afección mucho más seria, en donde se encuentran seriamente limitadas sus condiciones mentales, resulta extremadamente difícil sobrellevarlo. La demencia senil ha hecho serios daños en su lucidez mental. Es muy difícil que pueda recordar el pasado reciente, aunque hayan pasado minutos. Pero aun dentro de estas sombras tan profundas, me impresiona su capacidad de recordar el pasado lejano, su memoria de largo plazo es, contradictoriamente, exquisita. Recuerda su casa familiar, cuando estaba junto con sus padres en la vieja casa del Barrio Moderno en la zona 2 y rememora como taparon el desagüe que corría cerca de la primera calle, añora la seguridad de Ubico y cuenta con detalles como vivió ella y su familia la Revolución de Octubre. Es impresionante el nivel de detalle que cuenta de su anterior casa en la Aldea de Llano Largo. Me cautiva cuando cuenta como sus tíos le pagaban para que ella bailara con piezas que emanaban de una guitarra. Me encanta cuando me cuenta cuando iba con el turco que tenía una tienda y compraba ganchitos para el pelo. Me deja anonadado con la descripción de su casa, el pozo de agua, la ida a lavar la ropa al río. Me explica con detalles la descripción del pozo que estaba detrás de unos platanares. También me divierte cuando me da el nombre de la directora de su escuela en este lugar, de cuando la Tía Tina la protegía cuando su mama le iba a pegar. De las diferencias entre su mama y el Tío Basilio. Me impresiona cuando recuerda el nombre de la vaca negra que tenían ahí que se llamaba Nochebuena y que una vez se les estaba ahorcando. Una vez en la Antigua, la lleve a un Café Barista y estando solos los dos, platicamos de todo esto, en eso empezó a buscar ente su bolsa y sacó una moneda de quetzal, me la dio y me dijo: Mijo para la propina. Cuando salimos y pagué la cuenta, me llamó a la hilaridad, pues al dejar lo correspondiente a la propina, agregué un billete de cinco quetzales, se admiró y me dijo: “…mucho mijo”. * Tercer lugar en Cuento Corto del certamen Literario: “Construyamos juntos una cultura de paz y amor”, promovido por el Programa Permanente de Cultura de Paz de la PDH. Jurado Calificador: Carolina Vásquez Araya, Max Araujo, Mónica Hernández y Brenda Monzón.

Desde mi butaca

Saber la letra de nuestro Himno Nacional

Vi la cola del segmento nacionalista del programa “Viva la mañana” de Guatevisión, en el que se hace preguntas a transeúntes sobre el conocimiento de la letra de nuestro bello Himno Nacional, la mayoría por lo menos, repitieron las primeras estrofas, supongo que lo saben todo, no sé si en las preguntas iniciales a lo que vi; alguno ni siquiera sabía eso, es posible.

Y

POR JOSÉ ANTONIO GARCÍA URREA

es que nuestro nacionalismo deja bastante que desear, resultado de la falta de interés en inculcarlo, desde la Primaria en las escuelas públicas y se puede decir en todo el sistema educativo nacional. No se necesita ser patriotero sino de tener conciencia de lo que es pertenecer a un país y respetar sus símbolos patrios con toda la con ciencia de lo que representan: nuestro bello Himno Nacional y nuestra insignia por excelencia, la Bandera azul blanco y azul celestes. Del Himno. ¡Oh cosa!, se ha tratado de hacer campaña para que se haga uno nuevo, y por ahí lo cantan alterado en su música, sin que las autoridades de gobierno correspondientes tomen cartas en el asunto, como que no fueran guatemaltecas. El Himno en su letra y música fue aprobado por acuerdo gubernativo del entonces Presidente de la República, general Reyna Barrios y por lo tanto para una reforma, que nunca debe de ser, ha de contar con un nuevo Acuerdo Gubernativo o Decreto del Congreso de la República. Se habla de la reforma que se le introdujo en su letra durante el régimen del dictador Jorge Ubico, pero de acuerdo a una investigación que se hizo, se actuó a instancias del Gobierno de España para aminorar las atrocidades que cometieron los españoles de la conquista, no solo en nuestro territorio sino en toda la América Latina, y correspondió a quienes eran miembros de la Real Academia de la Lengua cumplir con esos encargos. No se sabe desde cuando se inició

ese descuido, especialmente en las escuelas públicas y posiblemente también en colegios privados. Cuando hay un acto público privado u oficial y hacen tomas para televisión, se ve a mucha gente que no lo sabe cantar, o no ponen la palma de la mano derecha sobre el corazón, no se descubren la cabeza, si son hombres, se ve a algunos en gran plática: hay acuerdos gubernativos, como leyes del Congreso de la República que mandan que todo acto público debe iniciarse con la entonación de la música y letra de nuestro Himno Nacional, y debe estar presente nuestra Bandera Nacional, pero parece que les tienen tirria. En lo que a mí me corresponde, y lo expreso con satisfacción, tengo escrita para teatro la historia del Himno Nacional, solo se logró representarla para el primer centenario del Himno en una temporada para Colegios privados porque el costo del montaje es alto, y no tuvimos el Maestro Manuel Lisandro Chávez y el que esto escribe, ninguna ayuda económica oficial ni de la iniciativa privada. Los catedráticos y directores de los Colegios que la vieron la consideraron pedagógica y eminentemente histórica. El libreto está aprobado por el Consejo Técnico del Ministerio de Educación en dictamen número 88-82, del 20 de abril de 1983, es de decir que este mes está cumpliendo 29 de haber sido aprobada y está como quien dice, desperdiciada. Me han comentado que si esto hiciera en otro país, agarra fuego. Es de esperar que en dicho programa. Viva la mañana, se continúe con esa labor nacionalista, de ver quién de los viandantes sabe la letra de nuestro glorioso Himno Nacional.


8 Suplemento Cultural

Nueva Guatemala de la Asunción, 28 de abril de 2012

Agenda cultural

Revista de libros

Diarios de viaje, de A. Schopenhauer

L

os Diarios de viaje de 1800, 1803 y 1804 — que ahora se publican por primera vez en castellano— reflejan las variadas experiencias del niño y el adolescente Schopenhauer en su primer contacto con el ancho mundo: Alemania, Holanda, Francia, Inglaterra, Suiza, Austria: visitó innumerables museos, contempló célebres monumentos y paseó por espléndidos jardines. Respiró la atmósfera de las grandes ciudades con sus tráfagos y ajetreos: Ámsterdam, Londres, París; soportó las inclemencias del tiempo recorriendo en coche de caballos por las más variopintas regiones; lo sobrecogió la sublime hermosura de los Alpes; subió montañas y trabó relación con gentes de todos los estamentos sociales. Fue un turista instruido cuando el turismo era un lujo y una prioridad cultural de las clases adineradas; viajó para aprender y ello le ayudó a pensar mejor, con la mente despejada, abierta y clara. Los interesantes diarios de aquellos primeros viajes no contienen textos filosóficos, pero sí testimonios de unos días plenos de experiencias vitales para Schopenhauer, sin las cuales habría sido vana su posterior filosofía. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) fue el padre del pesimismo filosófico; “la vida es sufrimiento” es su aserto más celebre. Se le recuerda como el pensador malhumorado y, para quienes desconozcan su biografía, suponer que sufrió mucho sería lo más lógico. Sin embargo, Schopenhauer no tuvo una vida trágica; en nada se asemejó, por a un Nietzsche camino de la locura, ni a un Wittgenstein descreído y en perpetua lucha contra sus pasiones. Llevó una vida sin grandes incomodidades y lo más parecida a la de un reposado rentista amante de la costumbre. Schopenhauer fue un hombre de mente lúcida, curioso y cosmopolita; y uno de los filósofos alemanes más viajeros de todos los tiempos. Sabemos que en sus viajes el filósofo pesimista fue incluso feliz. A Italia fue de vacaciones después de haber terminado a los treinta años de edad, su obra capital. En “el país donde florecen los limoneros” gozó de las ruinas de la Antigüedad y demás tesoros artísticos; del paisaje de la Campagna tanto como de los arreboles multicolores de las puestas de sol en el Mediterráneo; y de algo más, tal y como comentó con picardía en su vejez: “En Italia no sólo disfruté de la belleza, sino también de las bellas”. Su padre, un acaudalado comerciante de Danzig, quería que su primogénito fuera un “hombre de mundo” y que creciera libre de prejuicios; que aprendiera a ver las cosas tal como son. A ello contribuyeron los viajes por Europa que otorgaron al niño Schopenhauer carta de mundanidad, una pátina de cosmopolitismo y nada menos que los pilares de su método filosófico basado en la reflexión nacida de la experiencia

POR JOSÉ CARLOS GARCÍA FAJARDO directa del mundo. SCHOPENHAUER Su filosofía, concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta. En su obra tardía, a partir de 1836, presenta su filosofía en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos, y especialmente contra Hegel, lo que contribuyó en no escasa medida a la consideración de su pensamiento como una filosofía «antihegeliana». Su trabajo más famoso, Die Welt als Wille und Vorstellung (El mundo como voluntad y representación), constituye desde el punto de vista literario una obra maestra de la lengua alemana de todas las épocas. Supone además una de las cumbres del idealismo occidental, y el pesimismo profundo (que no profundo pesimismo) que perdura en la obra de escritores y pensadores de los siglos XIX y XX, de la talla de Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche, Thomas Mann, Ludwig Wittgenstein, Émile Cioran, Carl Gustav Jung, León Tolstói, Albert Einstein, o Jorge Luis Borges, entre otros. Arthur Schopenhauer nació el 22 de febrero de 1788 en el seno de una acomodada familia de Danzig. El padre de Arthur, Heinrich Floris Schopenhauer, fue un próspero comerciante que inició a su hijo en el mundo de los negocios, haciéndole emprender largos viajes por Francia e Inglaterra. Su madre, Johanna Henriette Trosenier, fue una escritora que alcanzó cierta notoriedad al organizar soirées (veladas) literarias en la ciudad de Weimar. Tales reuniones le brindaron al joven Arthur la oportunidad de entrar en contacto con grandes personalidades del mundo cultural de su tiempo como Goethe y Wieland. Por lo demás, el carácter extrovertido y jovial de Johanna contrastaba con la hosquedad y misantropía de su hijo. De ahí que la relación entre ambos fuera bastante conflictiva. Este rasgo de la personalidad de Schopenhauer condicionó también el trato con su única hermana, Adele, nueve años menor que él. En 1793, poco antes de que Danzig fuera anexada a Prusia, la familia se trasladó a Hamburgo. Por expreso mandato paterno y a contramano de su propia vocación, Schopenhauer inició en 1805 la carrera de comercio en calidad de aprendiz. Ese mismo año murió su padre, presumiblemente por suicidio. No obstante, Arthur siempre llevó una buena relación con él, estima que aparece en sus es-

¿Qué hacer en esta semana? DÍA DE LA DANZA Mañana, domingo 29 de abril, a las 17:00 horas, en la Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, se celebrará el Día Internacional de la Danza, con la presentación de diversos grupos. Entrada libre. MÚSICA Mañana, domingo 29 de abril, a las once de la mañana, en la Sala Quiroa del Hotel Museo Casa Santo Domingo, (3ª. calle Oriente No. 15 La Antigua Guatemala), se realizará el concierto “Canción de Arte Guatemalteca del Siglo XX”, con Karin Rademann (voz) y Consuelo Medinilla (piano). Admisión: Q100.00 CONCLUSIÓN El lunes, a partir de las 9:30 de la mañana, en ArteCentro Graciela Andrade de Paiz (9ª. calle 6-54 zona 1, Centro Histórico), finaliza la exposición “Por azar”. Entrada libre.

critos al agradecer que su independencia económica heredada de su progenitor le hubiera permitido llevar a cabo su verdadera vocación. Al morir Heinrich Floris, el resto de la familia se trasladó a Weimar. Es allí donde su madre decidió iniciar las ya mencionadas tertulias literarias. Arthur, sin embargo, permaneció en Hamburgo con el fin de ejercer la profesión de comerciante. Pero, poco antes de cumplir los veinte años de edad, Schopenhauer decidió abandonar definitivamente el comercio para emprender estudios universitarios. De este modo, en 1809, se matriculó como estudiante de Medicina en la Universidad de Gotinga, donde asistió a varios cursos. Allí conoció a Gottlob Schulze, un profesor de filosofía que le aconsejó emprender el estudio pormenorizado de Platón y Kant, para que luego lo complementara con la lectura de las obras de Aristóteles y Spinoza. La lectura de estos autores despertó en Schopenhauer su vocación filosófica y en 1811 se trasladó a Berlín, donde estudió durante dos años, para seguir los cursos de Fichte y Schleiermacher. Sin embargo, ambos filósofos —muy en boga por aquel entonces— sólo consiguieron decepcionarlo. Algo parecido puede decirse de Schelling, a quien Schopenhauer leyó intensamente, como también a Fichte, en sus años de estudiante en Berlín. A pesar de haberse pasado a la facultad de filosofía, Schopenhauer también se matriculó en cursos de filología clásica y de Historia y asistió también a un buen número de cursos de ciencias naturales, pues consideraba que estos conocimientos ampliaban y reforzaban su formación filosófica.

EXPOSICIÓN El próximo jueves, 3 de mayo, a las diez de la mañana, en Galería El Áttico (4ª. avenida 15-45 zona 14) se inaugura la muestra de “Grabados Europeos”, de Luisa Stallo, la cual permanecerá abierta hasta el 30 de mayo. Entrada libre. PINTURA El viernes 4 de mayo, a las nueve de la mañana, en Galería Sol del Río (14 avenida 15-56 zona 10), se inaugura la exposición con la obra reciente de Cecilia Paredes, la cual estará en exhibición hasta el 26 de mayo. Entrada libre. BORDADOS El próximo sábado 5 de mayo, a las diez de la mañana, en Galería El Áttico (4ª. avenida 15-45 zona 14), se inaugura la muestra de Bordados Italianos de Rosangela Veglio. Estará abierta hasta el 30 de mayo. Entrada libre. RETROSPECTIVA El próximo sábado 5 de mayo, a las 18:30 horas, en la Sala Quiroa. Hotel Museo Casa Santo Domingo (3ª. calle Oriente No. 28 La Antigua Guatemala), se inaugura una muestra retrospectiva de Efraín Recinos, la cual estará abierta hasta el 22 de julio.


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