Cultural 02-11-2018

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JesĂşs,

el Galileo suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro CarmĂ­n Q.

Guatemala, 2 de noviembre de 2018


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Jesús, ¿alias el Galileo?

presentación

ay mucho por conocer sobre la historicidad de ese hombre que transformó la humanidad con su prédica y ejemplo. Permanece, todavía, un velo que impide descubrir los detalles que configuraron la suerte del crucificado que ayudarían a dar valor a su labor redentora. Por fortuna, teólogos, biblistas, arqueólogos y muchos estudiosos más, se han dado a la tarea por revelarnos el verdadero rostro de Cristo sobre la tierra.Desde La Hora nos interesa compartir con nuestros lectores los aportes que nuestros colaboradores nos envían porque creemos que, más allá de la fe, conocer en profundidad la humanidad de Jesús, la vida de la Iglesia y todo lo que se encuentra alrededor de la experiencia religiosa, nos incumbe como un dato que contribuye a nuestra formación intelectual y cultura general. En esta edición, el doctor Carlos Lara, graduado en teología bíblica por la Universidad Pontificia Urbaniana, plantea cómo la pertenencia de Jesús a Galilea es un dato que no carece de importancia por el significado geográfico y político que influirá en los acontecimientos de la vida del Salvador. El teólogo nos ofrece pistas de reflexión que nos ayudan a entender la compleja relación de Jesús con sus contemporáneos en ese espacio (Sitz im Leben) donde desarrolló las buenas nuevas. Se trata de dilucidar, explica el teólogo, “si la distinción que se hace de Jesús como ‘Galileo’ es efectuada en referencia a su procedencia, o sea más bien una especie de ‘nickname’ con el que es posible identificar ideológicamente la actividad de Jesús. Lo cierto es que Galilea estaba formada en su interior por una población mixta, y en consecuencia probablemente pasaba a los ojos de los habitantes de Judea por tierra de paganos”. Con el texto del Padre Lara, ofrecemos a usted las contribuciones de Juan Antonio Canel Cabrera, que continúa con la reseña biográfica de Marco Augusto Quiroa; la crítica de arte de Miguel Flores y la reflexión de Carlos René García Escobar. Es nuestro deseo que mantenga su fidelidad a nuestro Suplemento y que nos comparta su opinión sobre los textos. No deje de dejarnos sus comentarios a través de nuestra edición electrónica. Feliz fin de semana. Hasta la próxima.

es una publicación de:

Carlos R. M. Lara, FMM Doctor en Teología Bíblica Pontificia Universidad Urbaniana

Para adentrarnos a las incidencias directas que tuvieron los orígenes galileos del Jesús histórico en cuanto “Galileo” vamos a tomar como base el análisis exegético de Lc 23,6: Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo (Πιλᾶτος δὲ ἀκούσας ἐπηρώτησεν εἰ ὁ ἄνθρωπος Γαλιλαῖός ἐστιν). Un versículo sin paralelos en los demás evangelios, lo cual aduce a pensar que sea probablemente de redacción lucana resaltando en buena manera, su afán por historizar y contextualizar algunas escenas en un marco histórico específico.

D

esde esta perspectiva, se inicia del contexto, es decir, proporcionando una reseña panorámica de Galilea que sirva de plataforma y clave de comprensión de las implicaciones concretas del “ser Galileo” o “ser de Galilea”, tomando en cuenta algunos factores de índole social, político, económico, religioso y geográfico. Luego se trata de dilucidar si la distinción que se hace de Jesús como “Galileo” es efectuada en referencia a su procedencia, o sea más bien una especie de “nickname” con el que es posible identificar ideológicamente la actividad de Jesús. Lo cierto es que Galilea estaba formada en su interior por una población mixta, y en consecuencia probablemente pasaba a los ojos de los habitantes de Judea por tierra de paganos. I. Contexto histórico-geográfico: 1.1 La región de Galilea Galilea no solo tenía su propio pasado peculiar, sino también su organización política, social, económica y religiosa que contribuía a diferenciarla del resto de Palestina. Este distrito situado en el extremo norte era una pequeña isla en medio de mares hostiles. Hacia el oeste colindaba con Tolemaida (Acre) y el monte Carmelo (originalmente galileo), ambas zonas pobladas principalmente por gentiles. Al norte estaban las ciudades sirio fenicias de Tiro y Sidón y sus dependencias. En su frontera oriental las ciudades paganas Ganlanitis, Hippos y Gadara. Además, en el Sur se hallaba separada de Judea por el

territorio helenístico de Escitopolis (Beth Shean), y toda la provincia hostil de Samaria. En consecuencia, aunque la Transjordania, o Perea, compartiesen el mismo gobierno que Galilea en el periodo del NT, no cabe duda que la provincia constituía en gran media una unidad étnico-política autónoma y cerrada. Alrededor del siglo VIII a.C. el profeta Isaías aludía al “distrito de los pueblos (gentiles)” (‎‫ )םִיֹוּגַה ליִלְּג‬1, frase de la que deriva el nombre de Galilea. La colonización del norte del reino de Israel conquistado por pueblos mesopotámicos tampoco pudo alterar esta situación, aunque no hay duda de que la ocupación israelita nunca cesó del todo2. Pero la minoría judía se vio sometida a tal presión pagana en la época de la rebelión macabea, que Simón Macabeo, tras obtener un cierto alivio temporal, decidió como medida drástica trasladas a los judíos de Galilea a Judea. 1 2

Cf. Is 9,1. Cf. 2 Re17,1ss.

Los refugiados retornaron sin duda a sus hogares tras el triunfo final de los macabeos, pero el norte de Galilea y sus distritos adyacentes no se anexionaron hasta el mismo final del siglo II a.C. al reino macabeo-hasmoneo, como resultado de la victoria de Aristóbulo I sobre Iturea3/4. Flavio Josefo habla también del ultimátum de los vencedores a los vencidos, cuya presencia sería tolerada si estaban dispuestos a “circuncidarse y vivir de acuerdo con las leyes de los judíos”5. Respecto a los sistemas del gobierno que imperaban en la Palestina romana durante la primera mitad del primer siglo cristiano, la provincia de Galilea poseía una estructura administrativa diferenciada de Judea, hecho que reforzaba aún más la autoconciencia galilea. Tras la deportación de Arquelao a 3

Cf. 1 Mac 5,1ss.

4

Cf. Josefo, Ant. 13, 318-319; BJ 1,76.

5

Cf. Ant. 13, 319.


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Galia (6 d.C.), el efímero gobierno de Judea por un etnarca herodiano fue sustituido por un dominio romano directo. A partir del censo decretado ese mismo año por Publio Sulpicio Quirino, el legado de Siria, un caballero romano llamado Coponio, fue nombrado prefecto de Judea y como tal, responsable directo ante el Emperador de la administración militar, financiera y judicial de la región6. De este modo, pese al auténtico poder que aun poseía el Sanedrín, los sumos sacerdotes y los funcionarios del templo, Judea no podía por menos sentirse humillada ante la presencia de la Roma Imperial. Sin embargo, Galilea no sufrió ese ultraje, dado que desde el año 4 a.C. al 39 d.C. (a lo largo del arco de vida de Jesús) la administró, lo mismo que a Perea, un tetrarca herodiano, Antipas, y luego un rey, Agripa I (39-44 d.C.). Roma no apareció en escena salvo entre los años 44 y 66 d.C. e incluso entonces la “región” del Lago Tiberiades estuvo bajo la jurisdicción de Agripa II entre el 54 y el 66 d.C. Los herodianos eran la aristocracia nativa de la provincia; además los administradores de las 204 ciudades y pueblos de la alta y la baja Galilea y del Valle, es decir, la “regio” del Tiberiades7, como por ejemplo también el ἄρχων (oficial jefe) Jairo, descrito como presidente de la Sinagoga8, eran galileos, así como los recaudadores de impuestos, cuyo deber era llenar las arcas del tetrarca, no del Emperador. Cabe resaltar que la Galilea de Jesús era populosa y relativamente próspera. “Nunca faltó valor a los hombres ni hombres al país”9, escribe Josefo. La razón de su bienestar económico era la extraordinaria fertilidad de la tierra y el pleno uso que hacían de ella sus habitantes. Tal como nos la describe Josefo, es “tan rica en terreno agrícola y en pastos y produce tal variedad de árboles, que hasta los más indolentes se sienten tentados por estas facilidades a dedicarse a la labranza. Aunque más pequeña que Perea, sus recursos eran mayores, pues se cultiva toda ella y produce cosechas de un extremo a otro”10. Uno de sus productos era el aceite de oliva, que se exportaba en grandes cantidades para los judíos de Siria, Babilonia, Media, Egipto y Capadocia, regiones de la Diáspora que carecían de este importante recurso11. Esta rica industria 6 En contraste con lo manifestado en Lucas 2,1-5, el censo de Quirinio lo data Josefo en el año 10 de Arquelao, es decir, treinta y siete años después de la batalla de Actium (31 a.C.); o sea, seis años d.C. Ver Ant 17,342; 18,1-2,26. La supuesta inscripción de Pilato descubierta en Cesarea Marítima, ha aclarado la polémica sobre si los primeros gobernadores de Judea (entre los años 6 y 41 d.C.) eran procuradores o prefectos. Ver, además: C. G. BRUSA, Scavi di Cesarea Marítima (Roma 1966) 217-20. 7

Cf. Vita 235; BJ 3, 35; Mishna Shebi’ith

9,2 (mSheb -Séptimo año-). 8

Cf. Mt 9,18. Ver, además: Vita 69, 294-

6,134, 278. 9

Cf. BJ 3, 42.

10

Cf. BJ 3,42-4.

11

Cf. BJ 2,591-2; Ver también, Talmud de

Babilonia Shebi’ith 26a. (bSheb).

agrícola, junto con la pesca del Lago, y el trabajo en las artesanías normales que exigía la vida diaria12, daban a Galilea cierta autosuficiencia que, con la herencia de su historia y la ruda sencillez de su vida, es probable que alimentase el orgullo y la independencia de sus habitantes. 1.2 Los rebeldes galileos Desde mediados del último siglo precristiano fue el distrito más agitado. Simón Dubnov no exagera cuando escribe: “De Galilea surgieron todos los movimientos revolucionarios que tanto inquietaron a los romanos”13. De hecho, si la identificación de Judas hijo de Ezequías como Judas de Gamala, conocido como Judas “el Galileo”, es correcta,14 la principal inspiración de toda la agitación zelota surgió de la misma familia galilea rebelde. Ezequías, descrito como un “jefe de bandidos”, era el patriarca de los revolucionarios que a mediados del siglo I a.C. asolaban la Galilea superior. Capturado y ejecutado hacia el 47 a.C. por el joven Herodes, gobernador entonces de Galilea15, continuó sus actividades su hijo Judas, que cuando murió Herodes, asaltó el arsenal del rey de Seforis en el año 4 a.C. y “se convirtió en la causa del terror para 12 Cf. M. Avi-Yonah, Geschichte der Juden im Zeitalter des Talmud (Berlin 1961) 16-25. 13 Cf. S. Dubnov, History of the Jews I (London 1967) 67. 14 Cf. E. Schürer – G. Vermes – F. Millar – et al., The History of the Jewish People in the Age of Jesus Christ (Edinburgh 1973-1987) 381. 15

Cf. BJ 1,203-4; Ant. 14,158-9.

todos los hombres”16. Diez años después este mismo Judas, apodado “el Galileo”, incitó a sus compatriotas a rebelarse en la época del Censo, los unió para que no pagasen impuestos a Roma, y, en general, para que no reconociesen a ningún amo extranjero. Convirtiéndose así, junto a un fariseo llamado Zadok, en co-fundador no solo de una banda de agitadores sino también de un partido político-religioso, de los Zelotas17. Todavía unos cuarenta años más tarde, durante el tiempo en que fue procurador de Judea, del 46 al 48 d.C. Tiberio Julio Alejandro, sobrino del filósofo judío Filón de Alejandría y totalmente romanizado, juzgó y condenó a la crucifixión a dos de los hijos de Judas “el Galileo”, Jacob y Simón18. El último de los sobrevivientes, Menahem, tomó a los romanos el bastión de Masada e intentó, en el año 66 d.C. al principio de la primera Guerra Judía, imponer su autoridad suprema entre los rebeldes entrando en el templo con aparato regio. Sin embargo, él y la mayoría de sus seguidores murieron en la lucha que surgió por entonces entre las diversas facciones revolucionarias en Jerusalén19. Uno de los que escaparon a la matanza fue otro descendiente de Judas “el Galileo”. Era un sobrino de Menahem, Eleazar, hijo de Jairo, el legendario capitán de Masada, y a la cabeza de unos centenares de zelotas continuó la resistencia contra Roma durante cuatro años después de la 16

Cf. BJ 2,56; Ant. 17,271-2.

17

Cf. BJ 2,118; Ant. 18,4-10.23.

18

Cf. Ant. 20,102.

19

Cf. BJ 2,433-48.

caída de Jerusalén20. La lucha contra el Imperio no fue sin embargo solo un asunto de familia, sino una actividad galilea general en el primer siglo d.C. Los peregrinos cuya sangre mezclaba Poncio Pilato con la de los sacrificios debieron ser revolucionarios galileos21, y fueron también un grupo de galileos, quienes, en el 49 d.C., pidieron a las masas judías de Jerusalén que tomasen las armas, proclamasen su libertad y rechazasen la intolerable esclavitud que imponía Roma22. Además, uno de los caudillos más sanguinarios de la guerra del periodo 6670 d.C. fue Juan el hijo de Levi de Gischala (Gush Halab), en Galilea Superior23. Él y sus seguidores, “el contingente galileo”, adquirieron gran notoriedad en la Jerusalén asediada por su “ingenio, astucia y su audacia”24. A modo de síntesis, se puede notar que para el orden palestino establecido del primer siglo d.C. la palabra “Galileo” no solo aludía a un área geográfica particular, sino adquiría la oscura connotación política de una posible asociación con Judas “el Galileo”25. Inclusive el “hereje Galileo” de la Mishna es un nacionalista que reprocha a los fariseos que incluyan el nombre del Emperador en un documento legal judío26. Por tanto, en líneas generales se puede describir a los galileos como firmes nacionalistas y amantes de la libertad que, en palabras de Josefo, “habían combatido siempre cualquier invasión hostil” y estaban “desde la infancia acostumbrados a la guerra”27. Aunque según las referencias rabínicas eran pendencieros y agresivos también entre ellos mismos28; sin embargo, hasta sus críticos admitían que, en contraste con los habitantes de Judea, que se preocupaban más de sus riquezas que de su gloria, “ellos preferían el honor al lucro financiero”29. II. Análisis de Lc 23,6 Siguiendo la dinámica del relato, es decir, considerando los versículos previos y posteriores a Lc 23,6 se pueden distinguir las siguientes acciones: a) Primero se levanta la asamblea y conducen a Jesús hacia Pilato (Lc 23,1); b) son dadas a conocer las acusaciones -se presupone que Pilato ya los haya recibido-; c) luego Pilato interroga a Jesús sobre su realeza, - más NO sobre la cuestión de la agitación del pueblo-; (Lc 23,3); Pasa a la página 4. 20

Cf. BJ 7,253.275.320-401. Puede ser el

Ben Yair cuyo nombre figura en una inscripción descubierta recientemente en las ruinas del bastión zelote. Ver, además: Y. Yadin, Masada (London 1966) 201. 21 Cf. Lc 13,1. 22 Cf. Ant. 20,120. 23 Cf. BJ 2,585. 24 Cf. BJ 4,558. 25 Cf. M. Hengel, Die Zeloten (Leiden 1961) 57-9. 26 Cf. Mishna Yadayim 4,8 (mYad). 27 Cf. BJ 3,41. 28 Cf. Mishna Nedarim 5,5 (mNed): Talmud de Babilonia Nedarim 48a. (bNed). 29 Cf. BJ 3,35; mSheb 9,2.


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Viene de la página 3. d) Jesús de hecho, confirma ser rey -sin que se relate reacción alguna departe de Pilato ante tal afirmación- (Lc 23,3); e) hasta aquí Pilato se presenta a la luz del relato como dominador de la situación, e inclusive termina diciendo a los sacerdotes y a la asamblea: No encuentro ninguna culpa en este hombre (Lc 23,4), Sin embargo, justamente en el v. 6 se nota un giro repentino y brusco en la actitud de Pilato, probablemente dada la “insistencia” (Lc 23,5) y presión del momento, aunque sin descartar que tal reacción pudo haber sido propiciada por el uso mismo del verbo άνασείω (anaseo), en el sentido de “agitar, provocar, sublevar”. Esto advertía que tal incidente podía comportar un foco desestabilizador y desembocar en desorden público, considerando también que de fondo había posiblemente una fiesta, y por ende una oportunidad propicia para llamar a la emancipación e independencia del poder Romano; f) Luego entra en escena también Herodes Antipas, sin olvidar que, como Galileo, Jesús dependía políticamente de él (Lc 23,712). En el evangelio de Lucas, este parece seguir de cerca a Jesús (Lc 9,9). Cabe mencionar que Herodes no vacilo en ejecutar a Juan Bautista y quizá la muerte de Jesús le habría venido bien. Según Marcos, sus seguidores junto a los fariseos concordaron en contra de Jesús maquinando su muerte (Lc 13,31). En todo caso, se tratan de subrayar la proveniencia de Jesús considerando las implicaciones que esto tenía de por sí, dados los prejuicios sociopolíticos del tiempo. Dichas acusaciones30, podrían evidenciarse del siguiente modo: 1) Agitación o sedición del pueblo31; 2) Oposición o impedimento del pago de impuestos al Cesar32; 3) Autoproclamación Mesiánica 33 ; En síntesis, Jesús es presentado como un alborotador de las masas, escandaloso y bullanguero34. De hecho, el verbo διαστρέφω (diastrepho)35, puede entenderse no solo como oponerse a algo o alguien, sino también en el sentido de fomentar el desorden público, alejar y poner en tela de juicio la fe tradicional, corromper, pervertir, 30 Que forman parte del llamado “proceso Romano”: Algunos exegetas tienden a subdividir este relato en tres momentos: a) Comparecencia frente a Pilato (Lc 23,1-5); b) frente a Herodes Antipas (Lc 23,6-12) c) reaparición en presencia de Pilato (Lc 23,1325). Cf. Josefo, Vita 235; 31 Lc 23,2 ...Hemos hallado que éste pervierte (agita) nuestra nación. 32 Lc 23,2 ...oponiéndose a pagar impuesto al César. 33 Lc 23,2 (¿declarándose?) que Él mismo es Cristo, un rey (¿Mesías rey?). 34 Lc 23,5 Él alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí. 35 Cf. Lc 23,2

tergiversar e instigar al pueblo etc. Sintácticamente se resalta sobre todo la proposición interrogativa indirecta: si aquel hombre era galileo, llamada también “proposición dubitativa” 36; en la regente se encuentra normalmente un verbo de preguntar. Pero dubitativa en qué sentido, en cuanto que a estas alturas Pilato ¿todavía no conocía los orígenes o raíces de Jesús? ¿No era consciente de su actividad en Jerusalén y ni mucho menos en Galilea cuando su residencia estaba en Cesárea Marítima? O quizá ¿es obra del Evangelista crear un tipo de “triangulación” Pilato-JesúsHerodes? o ¿probablemente situar al Galileo en contraste con el poder extranjero (Roma) y el poder local (Político= Antipas Religioso= Sumo Sacerdote de Jerusalén) dando así un alto grado de mesianicidad a su relato? Finalmente se evidencia que el adjetivo “Galileo” (Γαλιλαίος) puede aludir sea a un nativo de Galilea37, sea a un habitante de Galilea ¿cómo en el caso de Jesús?, aunque parece extraño que ninguno sepa o mencione que Jesús haya nacido en Belén de Judá. III. Conclusiones Al final de cuentas, ¿En qué modo todo esto contribuye a acercarnos 36 Cf. F. Poggi, Corso avanzato di greco neotestamentario (Cinisello Balsamo; MI 2009) 172. 37 Cf. Mt. 26,69: Mc 14,70: Lc 13,1; 22,59; 23,6: Jn 4,45: Hch 1,11; 2,7; 5,37.

y abordar de modo más profundo al Jesús histórico? Se plantean las siguientes conclusiones: o Queda claro que fuese o no zelote, Jesús fue sin duda acusado, juzgado y condenado como tal, y es más que probable que esto se debiese a su país de origen y al de sus discípulos. o Se puede notar que, a los ojos de las autoridades, herodianas o romanas, cualquier persona de la tetrarquía galilea con apoyo popular era, cuando menos, un rebelde potencial, como en el caso de Jesús. A este respecto el relato de Josefo sobre el destino de Juan el Bautista es iluminador. Se le pinta como un “hombre bueno”, que “exhortaba a los judíos a vivir justamente... y a hacerlo así uniéndose en el Bautismo”. Pero cuando sus predicaciones comenzaron a conmover a las multitudes: Herodes se alarmó. Desde luego una elocuencia que ejercía tan gran efecto sobre los hombres podía llevar a alguna forma de sedición, pues parecía que las gentes se dejasen guiar por Juan en todo. En consecuencia, Herodes decidió que sería mejor actuar a tiempo y librarse de él, antes de que su actividad provocase una sublevación38. o Es interesante observar que el Cuarto Evangelio atribuya a un motivo casi idéntico la conjura sacerdotal contra Jesús: 38 Cf. Ant. 18, 117-18 Jn 11,47-50.

¿Qué haremos? Se decían. “Este hombre hace muchos prodigios. Si le dejamos, todo el populacho creerá en él. Entonces vendrán los romanos y arrasarán nuestro templo y nuestra nación”. Y el Sumo Sacerdote Caifás enfatiza: “ni toman en cuenta que les es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca”39. o No se puede pasar por alto que entre los apóstoles uno al menos, Simón “el Zelote”, llevaba un sobrenombre de contenido político amenazador40; pero varios de sus otros seguidores galileos estaban imbuidos al parecer de un espíritu de rebeldía y esperaban que Jesús convirtiese su ministerio religioso en el papel político reservado al Mesías real41. Además, la última pregunta que Lucas pone en boca de los apóstoles atestigua la supervivencia de sus aspiraciones políticas en el periodo postpascual42. o Podría deducirse que, probablemente la primera versión judío-galilea de la vida y doctrina de Jesús se concibió dentro de un espíritu políticoreligioso que muy probablemente fuese responsable, en parte al menos, de su vigoroso énfasis mesiánico. o Por tanto, Jesús pasó a ser políticamente sospechoso, a criterio de los gobernantes de Jerusalén, porque era galileo. Además, si se aceptan las teorías de los historiadores judíos que hacen referencia a la falta de cultura y a la heterodoxia galileas43, su mismo origen galileo le hacia también sospechoso desde el punto de vista de la religión. Si se juzgase tendencioso, sin embargo, este enfoque del carácter galileo, la antipatía rabínica hacia los galileos y la hostilidad de los fariseos hacia Jesús podrían atribuirse justificadamente, no tanto a una aversión a la heterodoxia y la falta de cultura, sino simplemente, tal como insinúa el estudioso israelí Gedalyahu Alon, a un sentimiento de superioridad de la elite intelectual de la metrópolis hacia los toscos provincianos44. 39 Cf. Jn 11,47-50. 40 Cf. Mc 3,18: Mt 10,4: Lc 6,15. 41 Cf. Mc 11,9-10: Lc 19,37-8. 42 Cf. Hch 1,6 43 Cf. S. W. Baron, A Social and Religious History of the Jews I (New York 1952) 278. 44 Cf. G. Alon, The History of the Jews in Palestine in the Period of the Mishnah and the Talmud I (Jerusalen 1967) 319.


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Quiroa: un recorrido por su vida

La lectura para llegar a la escritura Cuarta parte

En mi artículo anterior, publicado en este Suplemento Cultural de La Hora, el 5 de octubre de 2018, les comenté sobre la habilidad de Marco Augusto Quiroa para provocar situaciones anecdotarias y de aprendizaje sobre las maneras de ser de los humanos. En esta entrega les contaré algo sobre esa ponzoña que se le inoculó, primero, para llevarlo al placer de la lectura; luego, a la literatura como oficio. Juan Antonio Canel Cabrera Escritor

L

os primeros tanes que Marco Augusto Quiroa hizo para llegar a la estación de la literatura fueron los que dio para convertirse en lector. En ese sentido, su padre Benigno Quiroa Obregón, tuvo mucho que ver porque, libro en mano, les inculcó el hábito de la lectura a Maco y a Jorge, su hermano. Don Nino era una persona culta; además, juez de paz y muy buen lector de libros. Con ese ejemplo tuvo la autoridad para inculcar, sobre todo en sus hijos varones, el hábito de la lectura. El método de tío Nino, como Marco Augusto lo llamaba, consistía en dejarles, como tarea, la lectura de un libro. Al cabo de un tiempo razonable se reunía con ellos y lo comentaban. Al principio tío Nino tuvo que hacer un poco de presión para que cumplieran con la tarea, pero pronto ambos se convirtieron en lectores infatigables. Don Benigno, aunque fue un hombre severo, nunca gritó ni dijo una malcriadeza frente a ellos. A lo más que llegó fue a darles con varejón, de las rodillas para abajo. Siempre fue una persona muy equilibrada; hasta en los terrenos del amor, fue un “mujeriego discreto”, según testimonia una de sus hijas. Además, Maco siempre respetó y sintió mucha admiración por don Benigno. En ese ámbito, desde los diez años comenzó a ganar los concursos escolares en composición que se convocaban para el día del Árbol, de la independencia, de la Madre, etc. Esa facilidad expresiva también lo consolidó como lector. Su hermana Gloria dice que, desde los doce años, no había quien lo desprendiera de los libros. La lectura fue el mundo alrededor del cual giró Marco Augusto en esa etapa; sustituía con frecuencia muchas diversiones que los demás muchachos tenían a esa edad con tal de leer. Su capacidad expresiva, su pasión por la lectura y la sensibilidad que poseía

fueron, entonces, el terreno propicio para el futuro artista que sería Marco Augusto. Por otra parte, su madre, doña Maclovia, que fue maestra, también puso su aporte impulsándolos a que se formaran para que tuvieran mejores herramientas para la vida. Ella los presionó para que se fueran a estudiar a la ciudad de Guatemala. La lectura, repito, fue el primer paso en firme que Marco Augusto dio para convertirse después en un escritor. Como él decía, fue de sus primeros placeres aunque en ese entonces aún no manifestaba su preferencia por la literatura como oficio. Ya como escritor consolidado, una de sus principales críticas a muchos escritores guatemaltecos fue: “quieren escribir sin haber leído”. El primer libro que Maco leyó, según su propio testimonio, fue el Cantar de mio Cid. La lectura fue lenta porque muchas de las palabras allí contenidas eran desconocidas para él; entonces, picado por la curiosidad, le preguntaba el significado a don Nino y así pudo concluir esa lectura, de la cual conservó en su memoria trozos extensos que recitaba en ocasiones de bohemia o tertulia literaria. Ruy Díaz de Vivar, el protagonista de esa monumental pieza literaria, caló hondo en Marco Augusto; no solo porque fue el centro del poema heroico, cruzado entre historia y mitología, sino porque cabalgando en la aventura comenzó a sentir verdadero placer por la lectura de poesía. Además, toda esa fuerza que el Cid encarnó como figura emblemática de todo un pueblo lo deslumbró en su temprana edad. Saliendo de esa lectura entró a la lectura de un género que lo marcó de manera profunda: la picaresca española. Luego leyó a autores gringos e ingleses, que fueron los que don Benigno le propuso. De allí se pasó a los griegos y clásicos europeos y asiáticos. Sin embargo, las vivencias populares que Marco Augusto comenzó a tener en los viajes que hacía

con su padre, lo fueron proveyendo de otras preferencias. Después, cuando comenzó a tener conciencia de su predilección por el oficio de escritor, volvió a los escritores gringos pero de otra época: Faulkner, que fue tan importante en su oficio de escritor para conocer a fondo la naturaleza del tiempo en la literatura; Joyce, Dos Pasos, Steinbeck, etc. Por el lado gringo, según el mismo Marco Augusto Quiroa, quienes más lo impactaron fueron Faulkner y Steinbeck: “Mis cuentos que tienen como tema problemas de tipo rural están estructurados con una técnica moderna, o sea, yo siento que mis influencias están más cerca de Faulkner o Steinbeck...”1 1 Marco Augusto Quiroa, en entrevista entre Marco Augusto Quiroa y Marco Vinicio Mejía (¿Quién es el mejor cuentista de Guatemala?), en Tzolkin, 21 de noviembre de 1985.

De Faulkner recogió el reiterado gusto por las frases largas que fueron el terreno propicio para los ejercicios casi barrocos que hacía con las metáforas; sobre todo, el hábil manejo del tiempo en sus narraciones. Pero también de Faulkner fue de quien mejor aprendió la técnica literaria. Ese factor fue reconocido desde el aparecimiento de su primer libro: Semana menor. Caryl Alonso cita a Lizardo Porras diciendo de Quiroa: “Es un consumado narrador que no se aleja de la realidad, va y viene en el tiempo, pero es intemporal: su fuerte, el hábil manejo del tiempo”.2 La concisión de Steinbeck y su capacidad para narrar con brevedad y concisión un mundo que el lector 2 Caryl Alonso, Marco Augusto Quiroa y Semana Menor, revelación en la Narrativa de los 80’s, en Tzolkin, 7 de marzo de 1985.

Pasa a la página 6.

Marco Augusto Quiroa en sus años mozos.


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Viene de la página 5. sentirá inagotable, lo deslumbraron. Sobre todo, por la inclinación social con la cual marcó Steinbeck su literatura y en la cual sobresale su obra Las uvas de la ira. De allí, me parece, y de la marca que los sonetistas del Siglo de Oro español dejaron en él, le viene ese gusto primario por la brevedad que manifiesta, sobre todo, en muchos cuentos de su libro Semana Menor; no me parece una influencia de Augusto Monterroso, como expresa Ramón Luis Acevedo en la tercera de forros de la segunda edición de Semana Menor y repite Dora Judith Klee Rodríguez, en su tesis La Resustantivación en la Columna Periodística Shute ques uno, de Marco Augusto Quiroa: “Se percibe cierta influencia de Augusto Monterroso en algunos cuentos de Quiroa, principalmente en el manejo de la brevedad, la ironía y el humor negro”. Es más, Augusto Monterroso no fue un escritor que entusiasmara mucho a Quiroa. La ironía y el humor negro me parece, le deviene por la vía de la picaresca española, que tanto lo cautivó y por la cual tuvo una devoción reverente. Por otro lado, decir que Monterroso influenció a Quiroa en cuanto a la brevedad, sería como afirmar que quien escriba sobre el jazz está influenciado por Cortázar; quien discurra sobre el tiempo, está influido por Proust, etc. Como refranista, palindromista y dicharachero incorregible que era Maco, con frecuencia repetía el viejo refrán de Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. En una oportunidad, mientras tomábamos café en su estudio, que tuvo por poco tiempo en la zona 12, le pregunté: “Maco, ¿qué libro me recomendarías para comenzar a aprender el arte de la

novela?” No titubeó y me dijo: “hay una verdadera obra de arte que debés leer y si podés, memorizar; es la novela De hombres y ratones, de Steinbeck. Allí está el summum; es una novelita pequeña de tamaño, pero enorme en su contenido y en su fuerza narrativa. Es una obra maestra”. Ese libro lo conmovió tanto que, en Semana Menor, en el cuento Los primos la evoca con deslumbramiento. Después, en reiteradas ocasiones hablamos in extenso, sobre ese asunto y su fascinación por la brevedad. Quizá por eso, su encanto por el soneto que tan bien aprendió a hacerlo guiado por los maestros del Siglo de Oro, sobre todo de Góngora y Quevedo. Le fascinaba hacer sonetos y darles tono picaresco; sin embargo los escribía más como ejercicio y distracción que como poemas pulidos y bruñidos. Era lector incansable de poesía y se sabía de memoria infinidad de poemas que se quedaron asentados en su gusto. El mismo Maco lo reconocía: “... me gustan las buenas piernas, aunque sean de mujer, y tengo la obsoleta, anticuada y ‘demodé’ costumbre de leer poesía”.3 Como muestra, trascribo uno de los miles que escribió; fue publicado en la serie Sonetos para oír llover, publicado en la Revista ocasional de la rial academia, de 1986: Soneto al mingitorio del parque “La Concordia” Entro a mear mientras la lluvia pasa y al pagarle al portero dos centavos 3 Marco Augusto Quiroa, en entrevista entre Marco Augusto Quiroa y Marco Vinicio Mejía (¿Quién es el mejor cuentista de Guatemala?), en Tzolkin, 21 de noviembre de 1985.

miro como defecan unos chavos en cuclillas, los pies sobre la taza. Dos sacudidas. Punto. Y a la casa entre pecho y espalda cuatro octavos de esos venados ágiles y bravos que siendo agua a la vez son brasa. Don Beto el cantinero me aconseja pide un taxi, no abusa con la cuenta llega con sus violetas una vieja que me arranca un billete de a cincuenta y yo apechugo una leve queja lenta, muy lenta, lentamente lenta. Su gusto por la poesía era enorme. Tan así que no había día sin que leyera algún poema. En una oportunidad le pregunté: — ¿Por qué no te dedicás a escribir poesía como oficio? Su respuesta fue: —Porque le tengo mucho respeto. No obstante, tengo algunos poemas juveniles de Maco, que denotan su temprano gusto e inclinación por el arte poética, aunque no son de un poeta consumado, como puede verse en este que les muestro a manera de ejemplo: Esta sombra es mi propio cuerpo y esta mi sombra es solo un aire negro, una luz que se quedó en almendra, un buzo ciego, un buho con los ojos vueltos hacia adentro. Y este mi cuerpo es solo una sombra que gotea tristeza, que le cae a pedazos la amargura como una lepra negra,

Marco Augusto Quiroa y Luis Ortiz, palindromistas, trabajando en Unipublic & Asociados, en 1977.

y hasta mi esqueleto es como sombra tímida de hueso. Y que la sombra de mi propia sombra se me vuelca en el pelo, me cae hacia el disperso ramo de las venas, me hace coágulos de tiniebla en los ojos, abajo de los párpados, en el lugar exacto de la pupila donde me aflora el alma. 22/3/61 marco-augusto Quiroa Y como colación, ese gusto suyo por poner, al final de sus extensos artículos dominicales, publicados en su columna Shute que´s uno, las décimas que condensaban su amazónico discurrir. De ese ejercicio de escribir pequeños poemas, versitos, ingeniosidades, o piropos en papelitos o servilletas también tenía aparejada la manía de producir palíndromas; los escribía en cualquier papel porque sólo los consideraba ejercicios de ingenio. Incluso, en la primera edición de su libro Semana Menor, en el taco de calendario que ilustra la página 121, hay un ejemplo de esa “ociosidad” — como él la llamaba— para producir ingeniosidades con brevedad y espontaneidad; es el siguiente palíndroma: NO LE PASA, PELÓN. En ese mismo libro, en su cuento El día siguiente se refiere a ellas así: “pendejadas intrascendentes, llamadas palindromas, capicúas de palabras que se leen igual al derecho y al revés, letra por letra: Sí róbate la maleta Boris. Se lo creí miércoles. Allí va la renegada generala Villa”. Luis Ortíz, en su libro El muerto de hambre y otros cuentos (10) recrea, en el cuento La última cláusula, esa afición de hacer palíndromas que practicaba Marco Augusto: “Meses atrás nos reuníamos, cada poco, en la casa de Marco Augusto, a comentar la situación del país, a soñar con una sociedad más justa y a escribir palíndromas, esas frases que se leen exactamente igual al derecho y al revés. Siempre nos ha gustado hacer alarde de ingenio al cultivar los más caprichosos subgéneros literarios, entregándonos al goce estético de hilvanar palabras que se pueden engarzar por un lado o por el otro. Entre los palíndromas de Marco Augusto que más me gustan están: La turba brutal Alba tajará a rajatabla El birrete terrible”. El espacio implacable me pide que concluya esta entrega; así que, en una próxima, seguiré con el tema.


Guatemala, 2 de noviembre de 2018 / Página 7

LA DESACRALIZACIÓN DEL ARTE POPULAR.

LOS BARRILETES GIGANTES

Un anuncio a página completa en un diario matutino informa sobre un festival del barrilete en dos municipios periféricos del departamento de Sacatepéquez en nuestra Guatemala: Santiago Sacatepéquez y Sumpango Sacatepéquez. Carlos René García Escobar Antropólogo y Escritor

M

e hizo recordar que en 1977 viajé en la grata compañía del maestro, primer etnomusicólogo de Guatemala, Manuel Juárez Toledo, a la sazón, investigador del Área de Etnomusicología del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, al municipio de Santiago Sacatepéquez, en plan de trabajo

de campo, para documentar el fenómeno de los barriletes gigantes de ese lugar. No imaginaba yo que presenciaría un hecho visionario al respecto del futuro inmediato de dicho fenómeno del arte popular y sagrado de los vecinos de dicha comunidad. Recuerdo que cuando llegamos a media mañana de ese 1 de noviembre, ya estaban colocadas en el cementerio las dos empresas que ofrecían su producto, refrescos Coca-Cola y Cerveza Gallo, invitando al mismo tiempo a un concurso para premiar al mejor barrilete y que, además, lograra levantarse del suelo. Tal situación indignó al maestro Juárez Toledo de tal manera que, subió a la tarima y les arrebató el micrófono para alertar a los presentes sobre la falta de respeto que se cometía por tales empresas al comercializar una actividad sagrada propia del arte popular y tradicional de los santiagueños. Los locutores y empleados de tales

empresas se enojaron lógicamente y quisieron también arrebatarle el micrófono, pero no lo lograron. Viendo tal cosa yo también me subí dispuesto a no dejar que lo fueran a golpear y a liarme a golpes con ellos si era necesario. Entonces le quitaron el sonido a las bocinas, pero el maestro continuó sus reclamos levantando la voz para ser oído. Le dejaron hablar lo que quería y luego nos bajamos para continuar con nuestro trabajo de campo. Era la primera vez que yo llegaba a Santiago Sacatepéquez para presenciar esa maravilla que son los barriletes gigantes y admirar los esfuerzos de la gente para volarlos. -“Es que en esta región se aprovechan las corrientes de aire que vienen del norte- me explicaba el maestro, -“Hay que evitar que esta gente se aproveche de la ingenuidad de los santiagueños y en aras de comercializar sus productos para obtener ganancias de la venta, terminen por desacralizar una

tradición de arte popular tan hermosa como esta, organizando concursos que incentivan el sentido de superioridad sobre los demás, cuando esto es altamente comunitario y sagrado en relación con sus difuntos”. El maestro falleció poco tiempo después, pero me quedó la costumbre de regresar a Santiago Sacatepéquez ya con mi familia y amigos para disfrutar de la tradición. Esta apareció pocos años después en Sumpango en donde aceptaron realizar ese tipo de actividades comerciales y de entretenimiento y diversión. Por ello, a Sumpango nunca he querido ir para no ver dicha tradición en estado de desacralización total. Ahora está pasando en ambos municipios a la sombra del incentivo turístico nacional e internacional. La desacralización de esta tradición ya llegó y lo que queda, por de pronto ya es documentarla para su historización. Lástima.


Página 8 / Guatemala, 2 de noviembre de 2018

Registro de la propiedad intelectual del arte Miguel Flores castellanos Doctor en Artes y Letras

Pocos artistas guatemaltecos han tomado en cuenta registrar sus obras como propiedad intelectual. El arte actual, que utiliza elementos prefabricados, o detalles elaborados por otra persona, crea mucha confusión sobre su autoría y ha provocado más de algún incidente terminado en los tribunales. De esto se sabe poco, más si pasa en un país como Guatemala.

P

ara muchas personas que admiran y consumen arte, el concepto de “original” y obra única, tiene mucho peso. Esta visión es modernista, tiene su origen en el mismo Renacimiento. Esto cambia en el arte actual, y desde 1917, aunque establecer fechas exactas es arriesgado, Marcel Duchamp (18871981) transformó la visión del arte con su célebre “Fuente” (2017), al establecer que el creador no necesariamente tiene que involucrarse en la elaboración de la obra (sudar la camiseta), puede mandarla hacer, o hacerla con elementos ya existentes. Lo que priva es la idea, algo que nace del intelecto, es decir que el acto de designación (poder de decir que su obra es arte), propio de los creadores, cobró mayor vigencia. En Guatemala este nuevo concepto de lo que es arte aun no es del todo aceptado. Basta oír comentarios en la Bienal Paiz, para darse una idea de los diferentes conceptos que se tienen de lo que es arte. He aquí un hecho real. Un artista presentó su obra a una entidad cultural señera en Guatemala, la que decide tomarla como emblema de su actividad. Se distribuye la imagen como se hace en una actividad importante y trascendente. La obra en su estructura mostraba características especiales que solo un experto podría realizarla: detalles con pintura a soplete. Por lo que fue contratado un artesano que pintaba puertas, carros, bicicletas, motos, etc. Se dejaron los bocetos de cómo se necesitaba el trabajo de pintura. Se acordó el precio por pintar los diseños y se estableció la fecha de entrega. El trabajo fue entregado a tiempo según lo acordado. Hasta acá fue una transacción normal, aunque el artesano se ha de haber preguntado para que querían ese tipo de dibujos sobre esa superficie. Gracias a las redes sociales y a la publicidad, el artesano se percató de la actividad de la entidad. Miró los

Fotografía: Galería Kurimanzutto

Cosmic thing, (2002), acero inoxidable, alambre, beatle 83 y plexiglass. Dimensiones variables. Damián Ortega.

anuncios que llevaba como ilustración aquella obra que le pintó detalles con soplete. Preguntó su precio y ¡oh sorpresa! sobrepasaba en mucho lo que había cobrado por pintar en parte con soplete. El pintor de soplete, mal aconsejado, exigió la mitad del precio de venta de la obra de arte, como mínimo. Este artista que en forma profesional registra todas sus obras que salen de su estudio en el Registro de Propiedad Intelectual, esgrimió su propiedad total sobre la obra y sus derivadas, el pintor de soplete había recibido el pago convenido en la fecha acordada. Fue difícil hacer ver a este obrero que simplemente había realizado un trabajo según las especificaciones de un diseño dado previamente, y no era el copartícipe de la obra, la cual estaba ya registrado como idea del artista. El anterior ejemplo por un lado deja claro lo importante que es para el arte actual el registro intelectual de la obra de arte, algo que se hace poco. Por otro, la idea de que el artista tiene que hacer él mismo todo en una obra ha caducado. Hoy en día ante las dificultades de traslado de obra de arte, lo que se mandan son instrucciones, como mucha de la obra de Sol LeWitt, del cual es posible recrear sus murales en base de líneas.

Fotografía: Galería Kurimanzutto

Misterios del capital (2006), cubos de concreto dimensiones variables. Damián Ortega.

O la famosa exposición “Do it” la cual se instala en cualquier museo o galería, recibiendo las instrucciones de la forma de elaboración, y las cédulas de identificación lleva el nombre del artista que ideó la obra. Aunque el registro de una obra de arte sea un proceso que muchos creen engorroso, no lo es. Artistas visuales de todo tipo de soporte, así como músicos, escritores y bailarines puede dirigirse a las oficinas del Registro de la Propiedad Intelectual para hacerlo: https://rpi.gob.gt/portalrpi/registroob Es mejor prevenir que lamentar.

Fotografía: Galería Kurimanzutto

Elote clasificado (2015), mazorca de elote seco, 15 x 5 x 5 centímetros. Damián Ortega.


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