Cultural 06-07-2018

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suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro Carmín Q.

Guatemala, 6 de julio de 2018

Martí,

Guatemala y la niña que murió de amor


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presentación

ay quienes piensan que Ernesto Ché Guevara sufrió una transformación radical en la estructura de su pensamiento a causa de su paso por Guatemala. Se afirma, nada menos, que fue en nuestro país, donde probablemente descubrió su vocación revolucionaria que lo condujo al compromiso de por vida por la liberación de los pueblos latinoamericanos. ¿Se puede hablar en términos semejantes de José Martí en su paso por nuestro país? Quizá sí. Y por ello es importante el texto que nos presenta el doctor René Arturo Villegas, titulado, “El itinerario docente de José Martí y su romance con la Niña de Guatemala”, quien nos devela tanto el lado humano del poeta enamorado, como el significado y valor de su trayectoria por esta tierra. Villegas Lara resume así el periplo de Martí: “Por sus conocidos dotes de poeta, crítico y periodista, se le designó Catedrático de literatura y filosofía en la Escuela Normal, desempeñándose hasta el año de 1878. Después, volvió a México para contraer matrimonio con la señora Carmen Zayas Bazán e Hidalgo, con quien volvió a Guatemala, a encontrarse con que el amor platónico de su vida, María García Granados y Saborío, la Niña de Guatemala, se murió de amor”. Con la colaboración anterior, el Suplemento ofrece la segunda parte de la reflexión crítica sobre el racismo, a cargo de Marta Elena Casaús Arzú. Como en el texto primero, la intelectual evidencia la “persistencia racista” guatemalteca presente fundamentalmente en la estructura y corazón mismo del Estado. Sobre ello afirma que “la ofensiva racista y racialista de las elites que se consideran blanco-criollas no es más que la reacción unánime de un núcleo oligárquico y racista, empeñado en seguir controlando el Estado y en manejarlo como si fuera su finca”. Nos alegra su preferencia por la lectura de nuestros textos. Deseamos que nuestra propuesta satisfaga su voluntad de conocimiento y el esfuerzo común por una Guatemala más humana e inclusiva. Con ese pensamiento nos despedimos. Un buen descanso para usted. Feliz fin de semana y hasta la próxima.

es una publicación de:

El itinerario docente de José Martí y su romance con la niña de Guatemala René Arturo Villegas Lara Abogado y maestro

Antes de iniciar la relación del itinerario magisterial del patriota cubano José Martí en Guatemala y su romance con la Niña María, quiero referirme a una frase suya, que aparece en su precioso libro “Guatemala”, en el que describe con mucha belleza, como pocos lo han hecho, toda nuestra geografía, sin omitir ningún rincón del territorio, lo que supone haber viajado a “lomo de caballo”, pues en ese tiempo no existían ni carreteras ni medios de transporte.

Y

es que es importante hacerlo, sobre todo para quienes nos graduamos en la Gloriosa Escuela Normal Central de Varones. Resulta que nosotros solemos repetir: “Y me hice maestro que es hacerme creador”. Pero, la verdad es que confundimos la frase, porque lo que dijo el Apóstol Martí fue: “Y me hizo maestro que es hacerme creador”, frase que aparece en las primeras líneas del libro “Guatemala”, en el cual habla de nuestros pueblos, de su gente, de sus costumbres, con una prosa muy poética de todo lo que descubría en sus vivencias y recorridos por los cuatro rumbos del territorio. Este libro, por su belleza, está a la par de “La tierra del Quetzal” del peruano Luis Alberto Sánchez; o “Guatemala las líneas de su mano” de Luis Cardoza; o los poemas de Rafael Landívar; o la exquisitez de César Brañas en “Como un Arco Roto”. El agradecimiento de Martí por hacerlo maestro es, así, para Guatemala, porque aquí se le dio la oportunidad de enseñar al impartir literatura en nuestra Escuela Normal, lo que induce a pensar que él no había sido docente con anterioridad y fue la Escuela Normal la que le abrió la puerta del aula, con el beneplácito del maestro cubano don José María Izaguirre, primer director de la Escuela en la década de 1870. En 1874, el general Justo Rufino Barrios, comisionó a don Francisco Lainfiesta, para que fuera a los Estados Unidos de América a observar su desarrollo educativo,

especialmente los sistemas de enseñanza en los niveles primario y secundario, para luego introducirlos en el país, aprovechar la oportunidad para que también contratara “profesores competentes” que desearan venir a trabajar en los establecimientos del gobierno. El señor Lainfiesta dedicó su estancia a visitar centros escolares, bibliotecas, museos y tuvo acceso a los libros que se utilizaban en la preparación de los estudiantes. Tuvo la oportunidad de conocer al pedagogo cubano don Luis F. Mantilla, quien le sirvió de guía en el cumplimiento de su misión.

En noviembre del mismo año, se embarcó para volver a Guatemala, acompañado de los maestros cubano José María Izaguirre, a quien se le confiaría dirigir una escuela secundaria que resultó ser la Escuela Normal Central. También se embarcó con él otro profesor cubano, don Manuel Seller, los esposos Stender, de nacionalidad estadounidense, como profesores, y la señorita James, contratada para dirigir un instituto de señoritas, que presuma se trata de Belén, porque éste fue fundado en las mismas fechas que la Escuela Normal. En verdad, Belén se fundó como Escuela


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Normal de Señoritas, no como instituto. El profesor Seller falleció al poco tiempo de haber llegado con Lainfiesta, sin haber desempeñado la labor para la que se le había contratado. Instalados en Guatemala, al profesor Izaguirre se le confió la dirección de la Escuela Normal de Varones, funcionando en un edificio que el Arzobispo García Peláez había construido para un colegio religioso. El director Izaguirre hizo arreglos al local y muy pronto demostró la veracidad de los elogios que le había hecho a Lainfiesta, don Luis F. Mantilla: Introdujo la clase de educación física con el nombre de calistenia; inició la celebración de las veladas artísticas y las fiestas literarias, que durante muchos años existieron en nuestra práctica educativa como veladas de fin de año, con la presencia de señoras y señoritas con aficiones artísticas y que gustaban de las bellas letras. Cuenta Lainfiesta que, en una de esas veladas en la Escuela Normal, fue cuando conoció a José Martí, potente orador y amigo apasionado de la libertad, que años después ofrendó su vida por conquistar la libertad e independencia de su patria. En cuanto a la señorita James, dirigiendo la Escuela Normal de Señoritas “Belén, en el poco tiempo de su desempeño, desarrolló una labor educativa encaminada a despertar en la mujer una inclinación por alcanzar calidades profesionales y terminar con la idea de que había trabajos que sólo los podían realizar los hombres, casi como un germen de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres que es una divisa de la sociedad actual. Según el testimonio del doctor Jorge Luis Arriola, José Martí llegó a Guatemala en el año de 1877, como proscrito, recomendado al Presidente Justo Rufino Barrios, por el padre Fermín Valdés Domínguez. Con Martí vino también su hermano, Hildebrando Martí, quien también se desempeñó como maestro en la Escuela Normal. Según Arriola, Martí muy pronto se unió a la intelectualidad guatemalteca y ejerció notable influencia en la corriente del Modernismo, según afirma Max Henríquez Ureña. Por sus conocidos dotes de poeta, crítico y periodista, se le designó Catedrático de literatura y filosofía en la Escuela Normal, desempeñándose hasta el año de 1878. Después, volvió a México para contraer matrimonio con la señora Carmen Zayas Bazán e Hidalgo, con quien volvió a Guatemala, a encontrarse con que el amor platónico de su vida, María García Granados y Saborío, la Niña de Guatemala, se murió de amor. ¿Cómo narra el patriota Jorge García Granados en su “Cuaderno de Memorias”, las intimidades que la familia sabe de la Niña de Guatemala? Transcribo algunos párrafos de sus referencias a José Martí: “Desde pequeño oí a mis familiares hablar de mi tía María, de lo bella y culta que era, de lo bien que cantaba y tocaba el piano y del golpe tremendo que fue para la familia, especialmente para mi abuelo

que la adoraba, su muerte con tan solo 17 años. En una ocasión conocí un escritor cubano, que después de oír mi nombre e indagar quién era yo, me dijo: ‘Ven acá muchacho, quiero estrechar la mano del sobrino de la Niña de Guatemala’. Al regresar a casa le pregunté a mi tía quién era la Niña de Guatemala. “Ese es un poema de José Martí dedicado a tu tía María con motivo de su muerte. Se ha fantaseado mucho sobre esa historia, pero lo cierto es que ella murió de una neumonía galopante”. El general Miguel García Granados, el intelectual de la Revolución Liberal de 1871, vivía en su amplia casa de la 12 calle y 4ª. avenida. Retirado de la vida política, su residencia era visitada por los intelectuales de Guatemala y los extranjeros no podían faltar a esas tertulias, con torneos de ajedrez, canto y bailes. Allí llegaban el maestro Izaguirre, José Joaquín Palma y un buen día apareció José Martí, que impresionó a don Miguel por su intelecto, por haber viajado mucho y por haber encontrado un recio oponente en el tablero del juego ciencia. Izaguirre y Palma introdujeron a Martí en los cenáculos del patriarca de los García Granados, en donde luego descubrieron sus cualidades que le otorgaban una romántica personalidad. Y dicen las memorias: “…antes de conocerlo, esas descripciones habían despertado en María el deseo de conocer a tan interesante hombre y parece que no quedó defraudada, pues Martí resultó ser extremadamente atractivo y un conversador sumamente seductor. Él también se quedó impresionado por la frágil belleza de la ‘niña María’ y fue cautivado por su forma de tocar el piano y de cantar, pues ella era una consumada

intérprete.” Martí llegaba a visitar a don Miguel con el pretexto de competir en el ajedrez; pero, también se quedaba ya entrada la noche, platicando con la niña María. Al pasar algunos meses, Martí se dio cuenta que se había enamorado de María y sospechaba que ella estaba enamorada de él. Pasados algunos meses de sufrir tormentos amorosos por esa relación, un día, sin decir el motivo, se despidió y volvió a México, a cumplir caballerosamente un compromiso que había dejado, de contraer matrimonio con la cubana Carmen Zayas, a quien quizá ya no amaba, como amaba a la niña María. Cuando volvió de México, con su esposa, hizo algunas visitas a la casa de don Miguel; pero: “… la intimidad había desaparecido para siempre… Pocas semanas más tarde, la joven y bella María contrajo repentinamente una enfermedad y murió en pocos días… Le celebraron unos funerales impresionantes y Martí, según escribió más tarde, se quedó después en el cementerio llorando sobre la tumba” Martí parece que no fue feliz en su matrimonio y se separó de Carmen, a quien le quedó la custodia del único hijo que procrearon. Después consagró su vida a la lucha por la libertad e independencia de Cuba. Escribió ese bello poema, universalmente conocido: La Niña de Guatemala, en donde describe su amor por la Niña María, a cuyo cortejo asistieron obispos y

embajadores. “Al leer el poema, le pregunté a mis familiares sobre la verdadera causa de la muerte de María…Parece que ella, estando resfriada, se fue a nadar a los Baños de Ciudad Vieja… Eso complicó su dolencia y pese a los esfuerzos de los médicos, María falleció en pocas horas”. De manera que no la sacaron de un río, sino de un baño de Ciudad Vieja. Pero, el poeta buscó la palabra que rimara con la palabra frío, para que el verso tuviera rima. La mujer que Martí más amó en su vida se había ido para siempre. Pero, nos quedó el poema; nos quedó esa canción de la vieja hermandad entre el pueblo cubano y el pueblo de Guatemala.


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La persistencia del racismo en Guatemala (Segunda Parte) Marta Casaús Arzú Académica e investigadora

A pesar de los cambios que se han producido en la legislación de Guatemala y en la aplicación de algunas leyes como la de la discriminación y en algunas medidas destinadas a paliar los efectos de la discriminación étnico-racial, la persistencia del racismo aún sigue vigente y se manifiesta en los espacios interétnicos, en la justicia, en los medios de comunicación y especialmente en los espacios públicos del Estado.

E

l segundo episodio donde el racismo se ha exacerbado fue el que se desarrolló en torno al juicio por crímenes de deberes contra la humanidad y por violación y sometimiento de esclavitud sexual a quince mujeres maya quekchí en el destacamento de Sepur Zarco. La respuesta de las élites simbólicas y de las redes sociales fue muy similar a la que se generó en el juicio contra Ríos Montt, con comentarios como: “a saber qué habrían hecho esas indias” y “al igual que Rigoberta Menchú mintió en su libro, ellas también mienten”. Además, las ONG y las abogadas que llevaban el juicio recibieron un sinnúmero de acusaciones y amenazas. Otra vez se escucharon de manera repetida epítetos dirigidos en contra de los y las intelectuales mayas que escribían a favor de las testigos, del estilo de “todas las indígenas son resentidas, rencorosas y buscan vengarse y dividir al país, quieren de nuevo una guerra” y “no se puede probar, después de 36 años, que fueron violadas”. Las reacciones en la prensa volvieron a dividirse entre los negacionistas y el resto de la prensa nacional que mostraba su sorpresa y una cierta incredulidad, pero no se atrevía a negar los hechos. Fueron escasos los artículos que apoyaron la sentencia. En este contexto, otra vez el racismo volvió a recrudecerse y los insultos y las descalificaciones hacia las mujeres mayas quekchí irrumpieron de forma virulenta. El tercer brote de racismo iracundo se desató en enero de 2017, cuando las autoridades tradicionales mayas, en el marco de las reformas constitucionales de la justicia, propusieron que se apruebe el artículo 203 sobre el derecho maya y la necesidad de buscar una coexistencia entre dos sistemas jurídicos que, de hecho, vienen conviviendo desde tiempos ancestrales. Además, la necesidad de fortalecer la seguridad jurídica de las comunidades indígenas y de sus autoridades ya estaba contemplada en el AIDIPI. Tras la propuesta, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), la Cámara de Comercio y las élites simbólicas y de poder desataron una campaña furibunda en la prensa en la que retomaron el viejo binomio de civilización versus barbarie. Argumentaron que “el derecho maya es atrasado,

violento y, además, pretende dividir al país” y que carece de “certeza jurídica” frente al derecho oficial, que “es equilibrado, racional y unifica a la sociedad y legitima un Estado de derecho”. De nuevo vuelve a aparecer el temor a la rebelión de los indios y el fantasma del indio irredento, vengativo, cruel y resentido en todos los diarios y comentarios y, sobre todo, en las declaraciones oficiales del CACIF.1 Y yo me pregunto, ¿no fue el derecho “oficial”, es decir, el derecho positivo, el que se apropió en el siglo XIX de todas las tierras comunales de los pueblos indígenas o el que en la actualidad hace concesiones millonarias para que las compañías mineras extranjeras se adueñen del subsuelo, o el que permite que las élites continúen contaminando los ríos para montar sus hidroeléctricas o el que facilita el expolio del patrimonio cultural de los mayas? Ese derecho positivo es el que permitió que en un gobierno como el de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti se pudieran robar millones de quetzales o,

lo que es peor, es ese Estado y su legislación los que permitieron las masacres y el genocidio de miles de indígenas y que años después anularon la sentencia que condenaba a algunos de los responsables. Ese es el Estado que “emite una justicia equilibrada, racional y unificadora”, pero exclusivamente para unos pocos, las oligarquías y los militares y sus intereses, y que excluye a buena parte de los ciudadanos, 1 Opiniones como que el derecho maya es de un “racismo retrógrado que lo que quiere es dividir al Estado y a la Constitución” o que no puede existir el derecho maya porque “los mayas no existen, solo los indios que no tienen cultura ni civilización”, hasta las versadas en un artículo de Martín Banus sobre “el indio feo y sucio”, que no solo no tiene derecho ni educación, sino que además es un depredador por naturaleza (en línea: http://lahora.gt/el-indigena-feo/).

especialmente a los pueblos indígenas. Ese Estado es un Estado racista. Esta ofensiva racista y racialista de las élites que se consideran blanco-criollas no es más que la reacción unánime de un núcleo oligárquico y racista, empeñado en seguir controlando el Estado y en manejarlo como si fuera su finca. Es así que frente a cualquier intento de los pueblos indígenas de hacer valer sus derechos más elementales –que ya han sido aprobados en los Acuerdos de Paz desde 1996 y que están recogidos en otros instrumentos legales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Constitución de la República– la élite reacciona con un racismo virulento y recupera su capacidad de meter miedo al conjunto de la población con la amenaza del “fantasma del indio vengativo e irredento”.2 Actuando de una manera completamente opuesta, las autoridades mayas, con toda la serenidad y madurez del caso, retiraron el artículo 203 de las reformas constitucionales con el fin de que se aprueben todas las otras leyes necesarias para impartir una justicia autónoma. ¿Y qué pasó entonces? Una vez más, el mago de Oz dejó de tener a un interlocutor indígena al que responsabilizar de todos los males, dejó de interesarse en las reformas y las dejó tiradas o en estado de hibernación, tal como sucedió con la sentencia por genocidio contra Ríos Montt. Si eso no es racismo histórico-estructural, que venga la justicia internacional y lo juzgue.3 Un último caso, que parece anecdótico pero que no lo es, sobre todo por la reacción desmesurada que generó en las redes sociales, es la demanda interpuesta al Ministerio Público por parte de organizaciones mayas, a través de CODISRA, por el nombre de una tienda de ropa típica llamada “María Chula”, que a varias organizaciones de mujeres mayas les pareció racista, pues el nombre “María” es usado de forma despectiva y humillante para 2 El comentario de un individuo sobre las reformas constitucionales en el Prensa Libre del día 15 de febrero de 2017 en relación con el pluralismo jurídico no tiene desperdicio. Dice: “Las autoridades mayas quieren el pluralismo jurídico para poder abusar de la ley y terminar con el Estado de derecho. No se les puede permitir porque con ello lo que se garantiza es la impunidad y la violación de los derechos humanos” y termina: “INSTO A LOS DIPUTADOS A LEGISLAR CON EL FIN DE HACER PATRIA, Y NO PARA TERMINARLA DE DESTRUIRLA, que es lo que realmente pretenden esos desgraciados que se rasgan el pecho en defensa del derecho indígena”. 3 Sobre la respuesta de las elites intelectuales mayas a la ofensiva y discurso racista de las elites de poder y simbólicas véanse los siguientes artículos: Sara Mux y Tik Naoj, “El pluralismo jurídico en Guatemala”, Brújula, 25 de enero de 2017; Itzamná Ollantay, “Desafíos del pluralismo jurídico en la Guatemala multicultural”, TeleSur, 17 de octubre de 2016, y especialmente los artículos de Gladys Tzul, “Autoridades indígenas, no venimos a limosnear””, “El derecho indígena no está en crisis, el ordinario sí”, así como el excelente artículo de Diego Vásquez Monterroso, “La jurisdicción indígena es clara y eficaz: historia de las falacias y verdades a medias sobre la superioridad del sistema oficial”, en www.plazapublica.com


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referirse a las mujeres indígenas que venden en el mercado –al igual que a los hombres se les llama Juan o José– además de quedar asociado al calificativo de “chula”. Este es un tipo de racismo encubierto y naturalizado del que los guatemaltecos y las guatemaltecas muchas veces no somos conscientes, pero que el discriminado lo padece y lo sufre. En la demanda presentada por CODISRA, con la que coincido, se argumenta que el nombre de “María”, en ese contexto, es utilizado para anular la identidad como sujeto de las mujeres mayas al quedar todas ellas englobadas bajo un mismo nombre. El adjetivo “chula” es agregado para dar a entender que son bonitas y rebajar así el epíteto negativo. En otras palabras, este apelativo corresponde, discursivamente, a un tópico con una carga paternalista, además de comportar claramente una connotación negativa.4 El apoyo a la demanda por parte de otras mujeres mayas que han sufrido ese tipo de humillación, como la cantante maya Sara Curruchiche, la joven estudiante y artista Lucía Ixchiú o la pedagoga Delfina Mux, no se hizo esperar. Todas ellas contaron muchos ejemplos de las veces que habían sido humilladas o sufrido burlas por parte de los y las ladinas.5 Tal vez lo más llamativo, una vez más, vuelven a ser los insultos y las descalificaciones publicadas en las redes sociales a propósito de esta polémica y la cantidad de tópicos racistas esgrimidos en contra de la demanda interpuesta. En contrapartida, destacaron las voces de mujeres mayas que narraron sus experiencias negativas de agravios, descalificaciones y humillaciones de distinta índole. Antes ellas callaban, pero ahora tienen voz y expresan sus demandas en diferentes foros y a través de distintas instituciones, entre ellas CODISRA, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), las Defensorías de la Mujer y el Ministerio Público. Destaca en este caso, además, la actitud de un periodista conocido por sus tópicos y actos de habla racistas durante el juicio. Este señor niega o se mofa del hecho de la denuncia al proclamarse como no racista y expresar su temor de que, por esa regla de tres, cualquiera puede terminar en la cárcel por comentarios de esa índole. Dice así: “[el] caso es un despropósito, una farsa y una preocupante manipulación. Espero que no tachen de racista o discriminadora esta columna de opinión y me exijan disculpas bajo el irrefutable argumento de que mi subconsciente es racista sin que yo lo sepa”.6 Resulta una burla su argumento de desconocimiento de sus propias posiciones, expresadas a lo largo de muchos años, sobre todo en sus columnas durante los juicios por genocidio y crímenes de lesa humanidad.7 La realidad es que muchos ciudadanos y ciudadanas guatemaltecas no quieren darse cuenta de que en Guatemala las cosas están cambiando y que ahora la ley se aplica para todos de la misma manera. Ya no solo van a la cárcel los más débiles o los que roban una gallina, sino que también se empieza a condenar a militares, presidentes, ministros y miembros de las élites económicas que nunca habían sido tocados. Esto los asusta porque por primera vez en el país las leyes se están aplicando para todos por igual y aquellos que crearon las instituciones del Estado y las leyes también están siendo juzgados por ellas. Algunos casos paradigmáticos son los del presidente Otto Pérez Molina, su vicepresidenta y buena parte de su equipo o el escándalo del ex ministro Alejandro Sinibaldi y sus allegados. Todo ello nos permite pensar que Guatemala va avanzando en , 7 de febrero de 2017, p. 2. 4 Véase el artículo “María Chula no es María Félix”, respuesta de CODISRA al ataque en las redes sociales por la demanda interpuesta al Ministerio Público bajo el amparo de la ley contra la discriminación racial, 18 de julio de 2017. 5 La cantante María Curruchiche cuenta la experiencia de su madre y la de ella al ser llamadas de forma despectiva como marías y considera que es una forma de desvalorización, menosprecio y racismo. Nómada, 20 de julio de 2017. 6 Pedro Trujillo, “María Andrea discriminada”, Prensa Libre, 27 de julio de 2017. Resulta novedoso la respuesta de las redes al periodista acusándolo de “racista y de personaje oscuro que se viste de oveja pero es un lobo”, con base en los comentarios del coronel Castañeda, Desde el cuartel, F&G, 2017. 7 Pedro Trujillo (2013b), “Leguleyo Lego”, Prensa Libre (2013d), “Reflejos en el espejo” (2013a), “Made in Guatemala”, Prensa Libre (2013d).

materia de corrupción, de impunidad y también de lucha contra el racismo, aunque falta mucho por andar. Podríamos continuar abundando en otros casos sangrantes, como la discriminación de las mujeres mayas por ir vestidas con su traje original, como fue el caso emblemático de Irma Alicia Velásquez, o la falta de igualdad de oportunidades para las mujeres mayas intelectuales y docentes de la Universidad de San Carlos, que han expresado en múltiples ocasiones sus demandas ante los medios, y un sinfín de otros casos que nos remiten a la conclusión de que el racismo sigue siendo una lacra para la sociedad guatemalteca y que el Estado de Guatemala sigue operando con una lógica racista y racialista, tal y como se relata en el artículo “El racismo: un enemigo difícil de combatir”, aparecido en elPeriódico.8 Este racismo se expresa no solo en los aspectos políticos o sociales y en las prácticas racistas, sino también en la discriminación económica y, lo que es aún más serio, en la negación de oportunidades a los pueblos indígenas en el ámbito de la salud, la educación, la vivienda, la seguridad alimentaria y la igualdad en el acceso a los escasos beneficios suministrados por el Estado. Como prueba de ello nos referimos al último informe del Instituto Centroamericano de Informes Fiscales (ICEFI), que cuestiona directamente al Estado de Guatemala por operar con un criterio de discriminación económica contra los pueblos indígenas al comprobar que el Estado invierte solo 2.2 % del PIB en comunidades indígenas frente al 6.5 % invertido en comunidades no indígenas. De los 42 mil 623 millones 8 Véase en línea: https://elperiodico.com.gt/domingo/2017/07/30/ racismo-un-enemigo-dificil-de-combatir/

de quetzales que el Estado invierte en la población, solo 10 mil 646 millones están destinados a la población indígena.9 Estas políticas públicas discriminatorias ya las habíamos denunciado en el Diagnóstico sobre el racismo, específicamente en los capítulos de Wilson Romero y Sandra Sanz de Tejada,10 donde quedaron consignadas las grandes desigualdades de acceso y de oportunidades existentes entre la población indígena y la no indígena en materia de salud y educación, así como el enorme costo que la discriminación económica tiene para el conjunto de la población y, en general, para la economía del país. A pesar de todo, de los últimos brotes racistas y de aquellos que se avecinan junto con el recrudecimiento de las ideologías trasnochadas sobre la supremacía blanca en otros países, creo que nos encontramos en una tesitura favorable para lograr un proceso de toma de conciencia de la ciudadanía ante tanto atropello e impunidad. Creo que la sociedad guatemalteca es más sensible y más abierta que en el pasado y que los pueblos indígenas han encontrado canales mediáticos e institucionales para hacer oír su voz y hacer valer sus derechos. También opino que cierto grupo de empresarios ha tomado conciencia de que ya no se puede volver a la situación del pasado y que tienen que abrirse nuevos cauces de respeto y de diálogo con los pueblos indígenas y sus comunidades. Pero, sobre todo, alienta el hecho de que el Estado y algunas de sus instituciones, entre ellas la justicia, hayan demostrado su firme voluntad de hacer cumplir la ley y escuchar las demandas del conjunto de la población. Este lento proceso de “pluralización del Estado”, o al menos de algunas de sus instituciones, permite pensar que el Estado racista, homogéneo y monoétnico empieza a desmoronarse, a pesar de que algunas élites de poder y mediáticas se sigan resistiendo al cambio. Parafraseando a Galileo Galilei: “a pesar de todo y de algunos, la tierra se mueve”. Quiero terminar citando un fragmento de un gran literato guatemalteco, Eduardo Halfon, por su fuerza, claridad y belleza retórica, al que le pedimos que nos hiciera un ensayo sobre el racismo, que creo refleja muy bien esa naturalización del racismo, ese racismo encubierto que aún no queremos reconocer, razón por la cual resulta indispensable que continuemos haciendo hincapié en ello: […] el racismo es como la tos, no se puede ocultar. Emerge porque existe suprimido y lo suprimido generalmente emerge de una manera impulsiva y súbita y muy violenta y camuflada siempre en las palabras, en el lenguaje, en los chistes y en las bromas. Nos delatamos en el lenguaje. Allí desenmascaramos la realidad que tanto deseamos esconder, que enfáticamente tratamos de negar. Si el lenguaje es la casa del ser, como proponía el filósofo alemán Martín Heidegger, la casa del guatemalteco está fundida sobre la discriminación y cimentada sobre el racismo y en cualquier momento tiembla un poquito y se desmorona sobre todos. El lenguaje coloquial del guatemalteco, sus expresiones y dichos y en especial sus chistes y bromas, es un lenguaje ardientemente racista, siendo el indígena y la cultura del indígena los blancos fáciles para desembocar todo el suprimido odio racial (Halfon, 2007: 56).11 9 El ICEFI señala que existe discriminación económica del Estado contra los indígenas en La Hora,13 de julio de 2017. Véase también el artículo de Jonathan Menkos, “El Estado como productor de discriminación racial”, Prensa Libre, 18 de julio de 2017, en el que opina que el racismo es la institución más exitosa del país porque promueve a través de sus políticas públicas la discriminación racial. 10 Wilson Romero, “Los costos de la discriminación étnica en Guatemala” y Sandra Sanz de Tajada, “Diversidad étnica y acceso diferenciado a los servicios públicos de salud y educación”, en Marta Elena Casaús Arzú y Amilcar Dávila (coords.), Diagnóstico del racismo en Guatemala. Investigación interdisciplinaria para una política integral por la convivencia y la eliminación de racismo, vol. I, SIAVPS, Serviprensa, Guatemala, 2006, pp. 69-94 y 97-131. 11 Eduardo Halfon, en Marta Elena Casaús Arzú y Amilcar Dávila (coords.), Diagnóstico del racismo en Guatemala. Investigación interdisciplinaria para una política integral por la convivencia y la eliminación de racismo, op. cit., vol. III, 2007, p. 56.


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STROPHARIA Maco Luna Escritor

Subo al transporte, gano el sillón que tiene joroba, sobre la llanta cuache, y limpio un boquete en el vaho del vidrio. El paisaje mete cercos de yerbamala y flor de izote por los cristales sucios. Garraspea la caja de velocidades antes de que entre la primera.

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l armatoste se echa a rodar en su ruta, y al salir de una curva, el camino se peina de cúpula en medio y ofrece alfombras con cagadas de campana. A puros molinetes con el timón y escupidas por la ventanilla, el chofer se abre paso entre el grupo de feligreses. Ocho minutos adelante se termina el asfalto. Las calles de los pobres están intransitables. Todo porque al brazo de la comuna se le ocurrió abrir zanjas en invierno. Vibra la rienda del timbre, y una esquina después, la camioneta se detiene. El radiador hierve como caldera del infierno, suelta algunos estampidos y la mecánica eleva su incienso al firmamento. El alcalde no sé qué hace hoy, pero ayer estuvo muy ocupado revolviendo la mierda de todo el vecindario en los drenajes viejos. Se embelesó tanto en la obra que no sintió cuando el cielo de la noche se deshizo en agua sobre la pálida ciudad. Al amanecer, la sangre de la zanja era un río de lodo. Al que madruga Dios le ayuda, dice la gente (Los dichos son puertas), este madrugador entró y su premio fue batuquear el lodazal ida y vuelta. Pobre mi traje blanco de marinerito con dos anclas doradas bordadas en el cuello. Brincando entre los charcos llegamos frente a la puerta...Toco toco toc... Toco toco toc... La manita de hierro agarra fuerza entre la mano de carne y...Toco toco toc...Toco toco toc... ¡Ahí viene mi tío, ahí viene mi tío, ahí viene mi tío!, gritan los primos desde adentro. Los viejos mandan a traer guaro, descuelgan guitarra y destapan marimba /¿Qué quieren almorzar?/ Por qué pregunta otra vez la tía Imelda, si la costumbre se llama Pepián. Al rato se barrerán con los valses. Ahora cantan porque la enagua levantada baila el tungue tungue de los corridos. Entre canciones y tragos, la tierra pone el lado B. Gira lento el disco del crepúsculo y poco a poco es noche de volver a llover. La necedad ya metió su cuchara en el banquete y / Yo te quiero y te respeto / y va abrazo y va apretón de mano, va apretón de mano y

va abrazo y / Yo te quiero y te respeto /. Boca, pescuezo y barriga el dios del vino desapareció en el culo de la botella. / Lléveme pues m´ijo. / Él recuesta toda su alegría sobre mi traje blanco de marinerito con dos anclas doradas bordadas en el cuello. Con lodo hasta en los oídos alcanzamos la parada. Los buses pasan muy llenos y no nos quieren llevar. La luz roja de un semáforo colabora y nos mete en el viaje de regreso. La apretazón viene en lo mejor y a mi viejo se le antoja otro trago. Saltamos... Persianas adentro la cantina es mesa con banquitos. Las piernotas atienden el pedido, se van y pronto vienen con el trago. Ahorita le traigo las boquitas. /¿Le gustan los hongos con recadito, nene?/ El sonido fuerte de la rocola se traga mi respuesta. ¡Salú, m´ijo! Mi papá ya es Tarzán y cuenta que venció a muchas fieras con sólo agarrar grito en los llamados de la selva. El hongo suelta sabor a tierra entre los dientes... Persianas afuera, el golpe de los cuatro vientos le suelta la rienda al hongo. Las grietas de las paredes son profundos barrancos, la lluvia se enreda con el viento y bailan Corazón de embudo. La garganta del torbellino se lleva todo, arranca los árboles y se traga los techos. Hasta un osito de peluche gira que gira dentro del trompo. Con fuerza brutal me arranca de la mano de mi padre y me avienta al mero ojo del remolino... Sin pruebas de haber vivido, entro en el ferrocarril de la muerte. Un ángel de overol me espera en la última estación, se arremanga las alas, se arregla el cabello y me dice: /Vení conmigo al mundo del tiempo detenido. Allí se vive regido por el código de las lluvias, en medio de montañas que cumplen cabal su función de dividir las aguas. Allá las nubes son cada vez más altas y más espesas. Los furores de arriba son repentinos e inexorables, pasándose del bochorno que impone el aire quieto, a los aires que corren de norte a sur, levantando el oleaje de los raudales, antes de que el cielo transformado en fragua negra descargue gigantescos martillazos sobre los yunques, hundiendo garfios de fuego en la inmensidad. Para los que allí viven, el tiempo no corresponde al de efímeros relojes. Lo detiene la vida para envolverlo en sus propias conjeturas. / Bueno, ya lo verán tus ojos. Ponete esas botas de nube y seguime / La virtud tiene cuatro rostros, extrema belleza en las alas y rapidez en los desplazamientos. En medio del deslumbramiento producido por tantas plumas de pájaros, por tanta policromía, por tantos objetos llenos de poesía, ascendemos por muchas escaleras. Antes de llegar vi una puerta abierta /Subí acá y te mostraré/ Vi un trono, y alrededor del trono un arco iris y cuatro seres con seis alas cada uno y ojos por todos lados que día y noche, sin cesar, decían /Santo, Santo, Santo es el Señor todopoderoso/ Largos pasillos nos abren salones, de los que brotan jardines de música. La colección de instrumentos musicales es verdaderamente notable y de mucho interés, por su riqueza y diversidad. Me asombro cuando veo las

trompas gigantes destinadas a usos mágicos y ese extraordinario tambor que constituye un eslabón perdido entre el Bastón de ritmo y el Tambor de madera ahuecada que se sitúa ya a la cabeza de la evolución. Pero, sobre todo, me maravilla una flauta recta, de caña, cuya columna de aire, puesta en vibración con un dedo, responde a la mayor o menor intensidad del soplo, con escalas de una increíble extensión dentro de un timbre exquisitamente agreste. También están la flauta de hueso humano y la caracola para no perderse en los pantanos, que suena como la sirena de la niebla de los barcos; los instrumentos que imitan el canto de los pájaros, los cachos de venado y los cornos con boquilla de hueso de mono. Todo esto fascinante, misterioso y magnífico es la Gran Orquesta de los Ángeles, que ensaya en el Mundo del Tiempo Detenido. Los querubes y querubines forman acordes con las voces, los serafes y serafines conforman la sección de cuerdas, sonidos brillantes de metal dorado. Un grupo de ángeles toca guitarras, bajos, percusiones y teclados; los arcángeles escriben arreglos para las trompetas, saxos y trombones. Es un jolgorio de notas que se vuelven cristal antes de agarrar onda en el viento. Cada uno repasa sus pasajes, deben pulirlos muy bien y tenerlos a punto para el ensamble final. El ensayo general aún no llega. Y por esto la dedicación se concentra en el estudio individual y por secciones, nada más. La familia de las cuerdas está muy tensa. La emoción, en lugar de restar, más bien suma empuje y sentimiento para llegar a nuevas sonoridades. Las arpas montan lindas melodías, las notas cristalinas saltan en arpegios y beben de la hermosa fuente de las siete ninfas. ¡Mañana es el gran día, y por fin llega el mañana! Desde muy temprano comienzan las vocalizaciones y las embocaduras. Afinan todos con las vibraciones exactas por segundo. No hay comas de diferencia, todo está a la misma altura. Los que tocan sentados, sentados; los que tocan parados, parados. Cuenta de entrada. La melodía del bajo susurra entre armonías suspiro de cuerdas y una trompeta de arcángel. Arpegio de pianos, y de nuevo la melodía del bajo. Majestuosa, entra toda la orquesta y el alma es sonido. Las voces de querube alcanzan agudos increíbles. Arrullados por el colchón de instrumentos vibran juntos a tiempo detenido. Sonidos experimentales obedecen la batuta del arcángel. Él, muy expresivo, blande la varita a los cuatro confines y logra efectos verdaderamente asombrosos. Los edificios sonoros se yerguen sublimes, plenos de toda belleza. La energía del rock empuja fuerte al clímax y todo se ilumina de colores vivos. El final llega, los instrumentos callan, el sonido duerme. El ángel de overol me entrega el boleto del retorno... Subo al tren, me meto al túnel del embudo, y después del aprietacanuto, los que me esperan son los bomberos. Me aplican oxígeno, tratan de revivirme. Estoy acostado en el lodazal de una empinada calle de la zona 8. Pobre mi traje blanco de marinerito con dos anclas doradas bordadas en el cuello.


Guatemala, 6 de juLio de 2018 / Página 7

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Epistolario

a hispanista francesa Liliane Hasson recibió el 10 de diciembre de 1990, en su domicilio parisiense, una carta de ultratumba. Había sido escrita por Reinaldo Arenas días antes de su suicidio, el 7 de diciembre. El escritor cubano, de 47 años, la había entregado en sobre cerrado a su traductora norteamericana. “Si muero, se

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ueridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta años. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad. Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Solo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país. Al pueblo cubano, tanto en el exilio como en la Isla le exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy. Reinaldo Arenas New York.

Reinaldo Arenas

la envías a Liliane, por favor”, dijo. Liliane Hasson conocía a Arenas desde hacía dos décadas y había traducido al francés algunas de sus obras. Era una carta breve, casi telegráfica, desnuda de cualquier gesto literario. La hizo acompañar con la instrucción de que fuera publicada en el Diario Las Américas,

y enviada a todos sus amigos. Poco después de escribirla preparó un cóctel de alcohol y tranquilizantes. Y se lo bebió. Muy pocos días después de que lo hallaran muerto, sus amigos recibieron su última carta. “Ya soy libre”, decía... Yo soy libre… Con información del periódico español El País y cartasenlanoche.blogspot.com


Página 8 / Guatemala, 6 de juLio de 2018

Nueva sala de exposiciones del Museo del Prado, destinada al Bosco (2016). Diario “El País”.

ONG culturales, mueren Miguel Flores castellanos Doctor en Artes y Letras

Algo que siempre llama la atención al visitar un museo en los Estados Unidos, o presentación de danza o música clásica, es la forma en que los ciudadanos se involucran en la dirección y administración de sus organizaciones culturales. Existe toda una infraestructura que permite formar y orientar la labor voluntaria de personas que prestan su colaboración en su tiempo libre a diversas tareas en el mundo cultural.

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n Guatemala han existido, desde la década de los 70 del siglo XX hasta principios del siglo XXI, grupos de voluntarios que lograron un aporte significativo en el desarrollo de las artes en Guatemala. La falta de visión de futuro y un pensamiento de corto plazo, sumado a la falta de destrezas de gestión cultural, hizo que no dejaran una huella documental, si hoy se pregunta por ellas serán pocos los que las recuerden. Uno de los más notorios fue el Patronato de Bellas Artes (PBA), que en su momento logró la construcción de las actuales instalaciones de la Escuela de Artes Plásticas. En ese tiempo fue el facilitador para la gestión de los grupos artísticos como el Ballet Guatemala o el Ballet Moderno y Folklórico. Fue una organización que logró articular programas como Interteatro que modificó la apreciación de representaciones de alta calidad. Además de los premios Opus de teatro y Opus para todas las ramas del arte.

En los años que existió, aún no se conocían profesiones como la gestión cultural. Su principal fuente de ingresos lo constituyó en ese período la gestión de donaciones (de publicidad y servicios) del sector privado especialmente para presentaciones internacionales de danza, música y teatro, con la ayuda de las embajadas representadas en el país. Esto daba a la organización un glamur al que muchos querían adherirse. El arte siempre ha sido un medio donde el capital simbólico de los artistas y de gente vinculada con el arte, sirve para generar nuevas conexiones empresariales. Para 1999 había administrado la presentación de más de 87 grupos artísticos de diferentes géneros procedentes de diversos países. El último gran esfuerzo del PBA fue administrar, en forma eficiente y bajo normas internacionales, el Museo de Arte Moderno, Carlos Mérida. Poco se sabe de este modelo de gestión que dio buenos frutos, tres grandes exposiciones sobre el arte guatemalteco, que nunca se habían realizado, una catalogación profesional. Reparaciones de las instalaciones, para comenzar por los servicios sanitarios. Pero lamentablemente el modelo fue interrumpido por el propio Ministerio de Cultura y Deportes. En sus últimos años coordinó esfuerzos por la recaudación de fondos para las artes, algo que nunca logró a satisfacción. Los empresarios no daban fondos para el arte, lo veían como algo de poco interés, o simplemente no lo entendían. Luego, otra organización, Colloquia, fue

fundada por Luis González-Palma con la ayuda de Hivos. Tras sentar las bases del paradigma del arte contemporáneo, haber organizado junto al PBA, Fotojornadas, sumado a un trabajo profesional con directivos importantes del sector productivo del país, tampoco logró capitalizarse para continuar sus labores. A los pocos años de creada cerró sus puertas. Como un caso sorprendente, se forma en Quetzaltenango otra organización, Ciudad de la Imaginación, también apoyada por Hivos. Durante varios años fue el centro del arte contemporáneo de Xela, formó cuadros en diferentes ramas de la cultura, tuvo una galería de exposiciones importante, donde las muestras fueron señeras para esa región. Hoy, luego que finalizaron los fondos de la ONG, se ha replegado a un espacio muy pequeño, con poca actividad, subsiste en precarias condiciones. De igual forma el sector industrial y comercial de esa ciudad le ha dado la espalda en la recaudación de fondos. Uno de los casos paradigmáticos de sobrevivencia cultural es Caja Lúdica. El fin de estas organizaciones fue la falta de recursos. Las ideas ahí están, las personas también, pero vemos un sector productivo que no le interesa el soporte de las artes, por otro lado, como un hecho insólito, solo un coleccionista privado ha donado alrededor de medio millón de quetzales en obra al Museo de Arte Moderno. Esta situación para las artes es preocupante.


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