Cultural 22-12-2017

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Guatemala, 22 de diciembre de 2017

suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro CarmĂ­n Q.

z i l Fe d a d i v Na


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presentación

No hay deber más perentorio que el de dar las gracias”. Cicerón. Queremos agradecer desde este espacio del Diario La Hora, la fidelidad y la constancia por preferirnos como su lectura de fin de semana. Gracias por los consejos recibidos a través de su correspondencia, por su ánimo, acompañamiento y cercanía... nunca terminaremos de pagar la deuda con que expresan su cariño hacia nosotros. En esta edición, a propósito de la fiesta del natalicio de Nuestro Señor Jesucristo, presentamos a usted dos textos para la ocasión, uno, “Navidad en bicicleta”, escrito por José Ramón Mena Asaba, el otro, “Fábula de Navidad”, de la pluma de Leonidas Letona Estrada. Creemos que estos cuentos están a tono con la celebración y representan los sentimientos de la época que vivimos. Asimismo, desde el número anterior, hemos querido abrir el género epistolar, de la mano de la correspondencia amorosa de algunos personajes importantes del ámbito literario. Empezamos con Franz Kafka y Gustave Flaubert y continuaremos con Oscar Wilde, Lewis Carroll, Balzac, Ernest Hemingway... entre tantos otros. Conocer el alma humana de esos colosos de la escritura es una forma fantástica de apropiarnos de su producción literaria. No queremos finalizar la presentación, sin agradecer a quienes han sido parte de estas páginas, particularmente a los colaboradores de esta edición, los ya mencionados y Miguel Flores y Adolfo Mazariegos. Para todos, la familia del Diario La Hora, les deseamos una muy Feliz Navidad y un Venturoso Año Nuevo. Muchas bendiciones para usted y su familia.

es una publicación de:

Navidad en bicicleta José Ramón Mena Asaba

Para aquellas ocho familias que vivían como una gran familia allá por la 10.ª avenida, cerca del Cerrito del Carmen, el año 1956 era como cualquier otro: sin pena ni gloria pasaban los días y los meses sin nada especial, pero no era así para Pepe y su mamá, pues el papá de éste estaba preso desde el mes de enero por “atentado contra las Instituciones Democráticas”; su pecado o delito era haber pertenecido a un sindicato durante los efímeros 10 años de la Revolución de Octubre y él prefirió quedarse en su país a sufrir la ignominia del exilio.

A

sí las cosas, la mamá de Pepe tuvo que dedicarse a lavar y planchar ropa ajena para poder subsistir y este patojo se convirtió en el “gerente de distribución”, pues era el responsable de efectuar las entregas de la ropa perfectamente lavada y planchada, labor que multiplicaba su tiempo, pues también era el responsable de visitar tres veces al día el Primer Cuerpo de la Policía para llevar los tres tiempos comida a su papá y por otro lado no descuidar los estudios, pues era el abanderado de la escuela. El tiempo avanzaba y a pesar de que los abogados del Bufete Popular ponían atención especial al caso, fundamentalmente por el cariño que le habían tomado a Pepe, pues ellos ya eran clientes del lavado y planchado de ropa, cuyos ingresos eran abonados a cuenta de honorarios. El caso no avanzaba positivamente, terminó la época escolar en el mes de octubre y nuevamente Pepe fue el abanderado de la escuela por sus notas altas, pero sus días eran tristes, pues no había podido entregar a su papá las calificaciones. El mes de octubre de ese año la prensa anunció un concurso para los niños que ya estaban de vacaciones; consistía en anotar los números de placas de una marca conocida de autos para determinar la presencia de esa marca en la ciudad. La labor de Pepe de “gerente de distribución de a pie” le permitió conocer prácticamente toda la capital y como ya no había compromiso escolar, después de entregar la comida en prisión, o de entregar

ropa, se iba con su cuaderno en mano a recorrer todas las calles para apuntar los números de las placas de la marca de autos que indicaba el concurso. Por las noches verificaba que no hubiese duplicaciones con las apuntadas el día anterior y con la ayuda de una sumadora de mano con un rollo de papel que un vecino le prestaba, pasaba impresos en el rollo los números de placas ya depurados. Esta actividad permitió a Pepe olvidarse un poco del drama que vivían él y su mamá. Finalizó el mes de noviembre y el 1 de diciembre los listados debían ser entregados en la oficina de distribución de los autos. Inmediatamente después de llevar el desayuno a su papá, Pepe se dirigió a entregar su listado debidamente ordenado en un rollo de sumadora y el encargado de recibirlo le dijo: “Qué buena idea la tuya, patojo, no dejés de venir el 23 de diciembre en la tarde porque ese día se sabrá el resultado del concurso”. Pepe soñaba en ganarse aunque fuera un pequeño carrito o cualquier juguete, pues sabía que para esa Navidad no tendría acceso a manías o habas, mucho menos una manzana o un juguete; por lo tanto, deseaba con toda su imaginación de niño ganar algo en el concurso. Corrían los días y no había esperanza de que su papá saliera de prisión y cuando pepe iba con su mamá al bufete la respuesta era siempre la misma: “No se preocupe, señora, lo sacaremos antes de Navidad”. Pepe sufría, pues sería la primera Navidad de sus infantiles y puros diez años que no estaría papá en la casa. Llegó el amanecer del 23 de diciembre de 1956 y muy de mañana fueron al bufete a implorar, a suplicar, que hicieran algo por sacar al papá de Pepe, pues durante muchos días éste no había probado calor humano y mucho menos el de su familia. El abogado tomó su maletín y con mucho cuidado se puso el dedo índice en la boca para indicar a la mamá que hiciera silencio y que se fuera directamente hacia el “primer toro”, como era conocida esa ergástula. Pepe iba extrañado por el silencio de todos y, al llegar a la prisión, el abogado se dirigió al jefe de policía: –Estimado jefe, traigo la orden de libertad del señor Pepe Jara… —Pepe no muy entendía—.


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–Licenciado, antes necesito revisar los papeles para ver si todo está en orden. –Claro que sí, aquí los tiene. —mientras pasaban segundos que parecían años—. –¡Todo está en orden, Sargento! —el clap del tronar de los tacones sonó a un eco muy fuerte—. –¡¡¡Ese que le llaman Pepe Jara sale libre con todo y chamarras!!! El triple abrazo padre, madre e hijo realmente indescriptible; lágrimas, besos, abrazos, risas, todo al unísono; no hubo tiempo

para agradecer al abogado y se fueron en un solo abrazo, caminando, viendo la luz del día a su cuarto allá en el palomar. Para toda esta gente, que era como una gran familia, fue una agradable sorpresa ver entrar a los tres en un solo abrazo y alguien dijo: –Yo pongo un peso para el ajuste de una pescuezuda. –Yo estoy preparando un caldo y alcanza para todos — dijo doña Tomasa—. –¡Yo pongo las tortillas! –¡Yo pongo las aguas! Y así, aquel 23 de diciembre fue una Navidad anticipada, más por el calor humano que por las pertenencias materiales. A eso de las tres de la tarde, doña Tomasa habló y dijo: “Mirá Pepito, recordate que hoy dan el resultado de las placas.” –Pero no sé si ir o no, porque como ya está mi papá aquí, creo que no quiero ir —dijo Pepe—. –Andá m´hijo, de repente te ganaste algo. Y así, Pepito se fue a averiguar el resultado del concurso. Llegar, entrar y preguntar.

–Disculpe, señor, quiero saber el resultado del concurso de las placas –¿Cómo te llamás, patojo? Pepe Jara –¡¿Pepe Jara?! ¡Pero si vos te ganaste el primer premio! –¡¡*gulp*!! –El encargado de la distribuidora se emocionó con la cara de sorpresa e inocencia de Pepito—. –¿Y no sabés cuál es el primer premio? —preguntó el encargado—. No, no sé, tal vez un carrito. —respondió Pepito—. –No, patojo, es una bicicleta. –Bici…bici… ¡¿bicicleta?! ¡¿Yo?! ¡¿Para mí?! –Sí, para vos. ¿Y qué te pasa? ¿No estás contento? — Preguntó el encargado con cara de angustia—. –Sí, pero, ¿Cómo hago para llevarla a mi casa si no sé manejarla? Nunca he tenido una… –No te preocupés, Pepito, yo te envío con todo y cycle a tu casa. –Gracias, señor, y feliz Navidad para usted y todos sus hijos. —Al encargado de la distribuidora se le hizo un nudo en la garganta porque ese primer premio quedó en alguien a quien hizo feliz y eso sin saber todo el drama que vivió Pepito—. –También a vos, Pepito, feliz Navidad y desde luego a tus papás. y, decime, ¿feliz por tu cycle? –Sí, muy feliz porque me ayudará mucho. –¿En qué te ayudará? –En que cuando aprenda a montarla, entregaré más rápido la ropa que mi mamá lava y plancha… El encargado ya no pudo articular palabra; el transporte de la distribuidora a su casa pareció un siglo y al llegar todo se convirtió en un manicomio. La felicidad de la libertad del papá, más la bicicleta que se ganó, ¿qué más podría pedir a la vida? Así fue como Pepe tuvo la Navidad más feliz de su vida y, hoy, después de tantos años, la recuerda como su Navidad en bicicleta.


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Realismo Sucio

Una corriente literaria con más detractores que seguidores, pero que, a pesar de todo, gana terreno Adolfo Mazariegos Escritor y Columnista Diario La Hora

Hace algunos años, conversando con el novelista y poeta guatemalteco Gerardo Guinea Diez, surgió, en medio de una breve pero muy amena conversación, el nombre de Raymond Carver (1939 - 1988), “te recomiendo que lo leas” me dijo “tendrás otra perspectiva del relato corto”, y anoté el nombre en un pequeño trozo de papel que guardé, doblado por la mitad, en el bolsillo de la camisa. No había leído nada de Carver hasta entonces, y pasaron algunas semanas hasta que, por una de esas “casualidades” que con dificultad podemos explicar satisfactoriamente, una tarde, buscando a Sartre en la librería Pegasus de la avenida Shattuck, en Berkeley, California, di con un ejemplar de Will You Please Be Quiet, Please?, (en español publicado con el título “¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?”), primer libro de relatos cortos de Carver: una genial creación literaria escrita y reescrita por el autor a lo largo de quince años, y que, a decir de críticos y editores, una vez publicada le supuso la consagración inmediata.

E

se fue el primer contacto (consciente) que tuve con el Realismo Sucio, una corriente literaria que a lo largo de su existencia ha contado quizás con más detractores que seguidores, nacida en Estados Unidos, cuyo “boom” se dio más o menos a mediados de los años 50 del siglo XX. Sin embargo, vale mencionar el desarrollo que tuvo en la década

de 1970, que fue de singular trascendencia y que sirvió como futura referencia de dicho movimiento. La corriente se caracteriza por centrarse, como su nombre lo indica -Dirty Realism-, en la sucia realidad que se vive cotidianamente en toda sociedad y que simplemente nos rodea (lo percibamos o no, lo aceptemos o no). Una corriente que utiliza la parquedad, la sobriedad y la precisión para contar historias que prescinden del exceso de adjetivos y que reduce la utilización del adverbio al mínimo. No suele basarse en situaciones imaginarias o grandiosas, sino en existencias que pueden llegar a parecer mediocres o incluso rutinarias. Con un lenguaje simple, directo, llano, retrata personajes convencionales y comunes, muchas veces corrientes y grises, que van incluso, más allá del minimalismo de autores como Hemingway o Miller, ese minimalismo que también está presente en la pintura, la música y otras diversas expresiones artísticas de hoy en día, y del cual, a decir de algunos expertos y académicos, se ha derivado (aunque con ciertas características propias) lo que ha llegado a conocerse como Realismo Sucio; su existencia, por lo tanto —dicen—, es cuestionable. Charles Bukowski; Tobias Wolf; J. D. Salinger; John Fante; Raymond Carver; Richard Ford, son algunos de los exponentes de esta rama de la narrativa contemporánea particularmente estadounidense, pero puede inferirse que, de alguna manera, la corriente ha calado también en el mundo de las letras en español. Al parecer, el Realismo Sucio, nos guste o no, ha llegado para quedarse por un buen tiempo, ganando terreno en el mundo de la literatura y deslizándose con sigilo por entre páginas y páginas escritas también por fabulosos autores hispanoamericanos. Escritores como Zoé Valdés o Roger Wolfe, por ejemplo, son representantes de una variante de esa corriente con la que cientos de lectores hispanohablantes empiezan a identificarse, sea por la realidad cruda -y nefasta en muchos casos- con la que conviven miles de personas en las sociedades actuales, sea por una necesidad puramente estética o de exploración de nuevas formas narrativas que empieza a hacerse patente en ese universo vasto y rico en posibilidades y al mismo tiempo incierto que es la literatura. El Realismo Sucio está, es innegable, y todo parece indicar que va ganando terreno muy a pesar de quienes han renegado de él. Veremos, dentro de algunos años, si logra afianzarse en el gusto de los lectores hispanoamericanos, y lo que es más, si logra afirmarse como corriente y medio de expresión en el trabajo de los muchos autores que escriben en español.


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FÁBULA DE NAVIDAD Leonidas Letona Estrada Escritor

La noche estaba helada, los pinos repetían sin cesar los quejidos del suave viento que inundaba el bosque, la niña Ali acompañada de su hermanito Mateo, su primito Thiago Matías y sus amiguitos, un conejito, un venado y una comadreja, todos husmeaban el bosque no sabiendo cómo salir de él.

que era la más grandecita les dijo: tengan cuidado, miren bien el camino así no nos perdemos y les sugirió lo siguiente:

a entraba la noche y el frío cada vez más intenso y los seis amiguitos se sostenían el estómago, ya que el hambre les apremiaba y no había forma de salir de aquel tupido encierro, tonos verdes por todos lados, pinos, cipreses, álamos que prácticamente los tenían encerrados, solo un caminito bordeaba la arboleda y ese caminito los llevó a un claro y allí se sentaron. De pronto la comadrejita saltó y avisó a sus amigos lo que había visto y con curiosidad se acercaron todos y era un pozo de agua clara y en él se reflejaba una cosita brillante en el fondo. Esa cosita brillante era una estrella que, a pesar del espesor del agua sus rayitos salían e iluminaban las caritas de los amigos que con hambre y con frío se acercaron al borde del pozo. Ali,

–Sí, dijo Ali, sigamos adelante ya que aún recibimos los reflejos de la estrellita y mientras vemos el cielo despejado veremos más estrellitas y nos conducirán hasta nuestra casita.

Y

–Si sacamos toda el agua nos quedaremos con la estrellita. –No, dijeron sus acompañantes, esa estrella está allí para alumbrar a los pescaditos que nadan en la noche y les haríamos mucho daño al quedar en la oscuridad.

Siguieron su camino y cerquita encontraron el claro del bosque y quedaron maravillados de ver el cielo completamente estrellado y siguiendo el caminito los llevó hasta su casa, pero cuando estaban ahí escucharon el estallido de cohetes y notaron que el cielo estaba cruzado de canchinflines y estrellitas que muchos chiquillos agitaban en sus manitas. –Miren, dijo Ali, el cielo hoy está más estrellado, más claro y más hermoso y hoy apareció una nueva estrella

tan grande como la que vimos en el pozo de agua allá en el bosque. –Es la misma estrella dijeron los amiguitos de Ali, nos está alumbrando como si fuera de día y nos está diciendo que ya llegamos a la casa. Cuando entraron a ella fueron recibidos con mucha alegría por sus padres y muchos amigos que estaban alegres y se disponían a cenar tamales, chocolate y suficiente pan. –Siéntense niños dijeron los mayores, hoy es Navidad y pensamos que se habían perdido en el bosque. –No, dijo Ali, y contó que una estrella grande los iluminó desde el fondo de un pozo y los condujo hasta su casa. –Fue la estrella de Navidad dijeron todos y se abrazaron gritando emocionados, ¡FELIZ NAVIDAD! Empezó la música y la alegría fue más intensa porque todos se acercaron al “nacimiento” para rendir pleitesía al Niño Jesús que acababa de nacer para gloria y felicidad de la humanidad.


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Verano

Giuseppe Arcimboldo 1527-1593 El pintor milanés Giuseppe Arcimboldo fue contratado como retratista en la corte de los emperadores de Habsburgo, en Praga, si bien alcanzó una gran popularidad gracias a sus “caprichos”, una original frivolidad muy demandada en la época. Este tipo de pinturas parece que contienen cabezas y figuras si se miran desde cierta distancia; no obstante, al mirarlas de cerca, el observador se da cuenta de que están compuestas de frutas, verduras u otros objetos. Arcimboldo creó una imagen de la Agricultura a partir de palas, arados, guadañas y otros útiles de campo; de igual modo, la representación del Verano que pintó en 1573 está formada por los productos de la estación. Esta imagen doble que transforma una cosa en otra inspiró al pintor surrealista Salvador Dalí. Con información del libro de: Sarah Carr-Gomm. Historia del arte. El lenguaje secreto de los símbolos y las figuras de la pintura universal. Ed. Blume. Barcelona, 2009. 218 pp.

POESÍA SELECTA Federico García Lorca 1898 – 1936

E

n España y en muchas partes del mundo se reconoce la calidad literaria del poeta y dramaturgo español Federico García Lorca (1898-1936), quien reflejó como pocos autores el espíritu de su país natal, el folclorismo y el hálito popular. Miembro de la llamada Generación del 27, Lorca es considerado uno de los autores más influyentes de la literatura española de la época, en España y en América Latina, donde estuvo en países como Cuba y Argentina. Aunque existen varias versiones sobre la fecha de su muerte, la más aceptada es que el poeta granadino falleció el 17 de agosto de 1936. A 81 años de su asesinato a manos de la represión franquista, seleccionamos estos textos para usted.

“Soneto de la dulce queja”, de Sonetos del Amor Oscuro Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua, y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas, y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento. Si tú eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío, no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi Otoño enajenado.

“Asesinato” de Poeta en Nueva York ¿Cómo fue? -Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea hasta encontrar las raicillas del grito. Y el mar deja de moverse. -¿Cómo, cómo fue? -Así. -¡Déjame! ¿De esa manera? -Sí. El corazón salió solo. -¡Ay, ay de mí

“Casada infiel”, de Romancero Gitano Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en el oído, como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos. Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revólver. Ella sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas

tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena yo me la llevé del río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. Le regalé un costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río.


Franz Kafka

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Carta del escritor enamorado a Felice Señorita: Discúlpeme si no escribo a máquina, pero es que tengo tan enorme cantidad de cosas que decirle, la máquina está allá en el corredor, además esta carta me parece tan urgente, y por añadidura hoy tenemos día festivo aquí en Bohemia (lo cual, por lo demás, ya no tiene tan rigurosamente que ver con la disculpa arriba mencionada), además la máquina no me escribe lo suficientemente veloz, y el tiempo es bueno, caluroso, la ventana está abierta (mis ventanas siempre están abiertas), entré en la oficina canturreando, cosa que no ocurría desde hace mucho tiempo, y en verdad que, de no haber venido a buscar su carta, no sé por qué iba a haber entrado en la oficina hoy, día de fiesta. ¿Que cómo he dado con su dirección? Seguro que no es eso lo que quiere usted saber cuando hace esa pregunta. Sus señas me las he agenciado mendigándolas, ni más ni menos. Al principio me mencionaron no sé qué sociedad anónima, pero eso no me agradó. Luego me dieron las señas de su casa, primero sin y después con el número. Satisfecho, no pasé a escribir de inmediato, pues tener la dirección era ya algo, además temía que fuese falsa, porque ¿quién era Immanuel Kirch? Y nada más triste que enviar una carta a una dirección dudosa, ya no es una carta, más bien es un suspiro. Cuando me enteré de que en su calle hay una iglesia de San Manuel recobré el bienestar por algún tiempo. Pero, aparte de sus señas, me hubiera gustado tener la indicación de un punto cardinal, ya que esto suele acompañar siempre a las direcciones berlinesas. Yo por mi parte me hubiese inclinado a situarla a usted en el norte, pese a que, según tengo entendido, es un distrito pobre. Pero dejando de lado estas preocupaciones por lo de las señas (en Praga no se sabe con exactitud si vive usted en el 20 o en el 30), ¡lo que ha tenido que sufrir esta desdichada carta mía antes de llegar a ser escrita! Ahora que la puerta entre usted y yo comienza a abrirse, o al menos tenemos ambos la mano en el picaporte, puedo decirlo ya, aun cuando no esté obligado a hacerlo. ¡Qué humores me dominan, señorita! Una lluvia de neurastenias cae ininterrumpidamente sobre mí. Lo que quiero ahora al momento siguiente ya no lo quiero. Al acabar de subir la escalera, me quedo en el rellano sin saber jamás en qué estado me hallaré si entro en el piso. Sin que lo pueda remediar, las incertidumbres se me amontonan en mi interior, antes de que se conviertan en una pequeña certeza, o en una carta. ¡Qué de veces -para no exagerar pondré que hayan sido diez noches- habré compuesto, antes de dormirme, aquella primera carta! Por otro lado, uno de mis

tormentos es el de no lograr transcribir con fluidez nada de lo que previamente había compuesto dentro de un orden. Cierto que mi memoria es muy mala, pero incluso la mejor de las memorias sería incapaz de ayudarme a transcribir con exactitud un párrafo, por pequeño que sea, pensado y retenido de antemano, pues dentro de cada frase hay transiciones que deben permanecer en suspenso con anterioridad a su redacción. Cuando me siento luego, con el fin de escribir la retenida frase, no veo sino fragmentos que están ahí y que no logro ni atravesar ni sobrepasar con la mirada. Si siguiera el dictado de mi indolencia no haría otra cosa que tirar la pluma. No obstante, aquella carta me la medité mucho, pues no estaba nada decidido a escribirla, y esta clase de meditaciones son también precisamente el mejor medio para que me inhiba de escribir. Una vez, recuerdo, llegué incluso a saltar de la cama a fin de escribir una de mis reflexiones para usted. Pero me volví a acostar enseguida reprochándome -este es el segundo de mis tormentos- lo chiflado de mi nerviosismo, y afirmándome a mí mismo que aquello exactamente que tenía en la cabeza en aquel momento igual podría escribirlo a la mañana siguiente. Tales afirmaciones siempre se abren camino hacia la medianoche. Pero si sigo por estos derroteros no llegaré nunca a término. No hago sino parlotear sobre mi carta anterior, en lugar de ponerme a escribir las muchas cosas que tengo que decirle. Le ruego se fije en qué es lo que confiere a aquella carta la importancia que ha adquirido para mí. Es que a aquella carta me ha contestado usted con esta que tengo ahora a mi lado, con esta carta que me produce una ridícula alegría y sobre la que en este instante pongo mi mano para sentir que la poseo. Escríbame otra pronto. No se tome la molestia, toda carta produce molestias, se mire como se mire; escríbame, pues, un pequeño diario, eso es pedir menos y dar más. Naturalmente, tendrá usted que escribir en él más cosas de las que sería menester si fuese para usted sola, puesto que yo no la conozco apenas. Un día consignará, por tanto, a qué hora entra en la oficina, qué tomó en el desayuno, qué vistas se contemplan desde la ventana de la oficina, qué clase de trabajo se hace en ella, cómo se llaman sus amigos y amigas, por qué le hacen a usted regalos, quién quiere perjudicar su salud regalándole bombones, y mil cosas más de cuya existencia y posibilidad nada sé. Sí, ¿dónde se ha quedado lo del viaje a Palestina? Se hará pronto, muy pronto, seguro que la próxima primavera, o el otoño. La opereta de Max duerme por el momento, (1) él está en Italia, pero pronto va a lanzar en Alemania un formidable almanaque literario. (2) Mi libro, librillo, folletito, ha tenido feliz aceptación. (3) Pero no es muy bueno, hay que escribir cosas mejores. ¡Y con esta sentencia, que le vaya bien! Suyo. Franz Kafka ___________________ 1) Probablemente alude al proyecto de representación de la opereta Circe y sus cerdos [Circe und ihbre Schweine], selección de Franz Blei y Max Brod, Berlín, 1909, proyecto que nunca llegó a realizarse. 2) Arkadia, almanaque de poesía [Arkadia, Ein Jahrbuch für Dichtkunst], que apareció en junio de 1913, en la Editorial Kurt Wolff (Leipzig). 3) Primer libro publicado por Kafka, Contemplación [Betrachtung], Editorial Ernst Rowohlt, Leipzig.


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Se sigue viviendo sin ellos

Un repaso a lo más notable en el arte de este año Miguel Flores Castellanos Doctor en Artes y Letras

Está por finalizar 2017 y conviene hacer un recuento. El mundo cultural sigue vivo gracias a gestores culturales independientes que invierten tiempo y dinero en sus producciones. Es posible detectar el ánimo de hacer teatro, literatura, danza, arte visual, música. Aunque la calidad no es homogénea, y no se ve un horizonte prometedor, por falta de formación sistemática, la creación artística siempre existirá. El arte guatemalteco no tiene memoria.

E

l costo por ir al teatro se ha convertido en un lujo. Se está consciente de los índices de inflación, pero muchas veces el costo no va de la mano de la calidad escénica. Joan Solo sigue contra viento y marea con mantener una sala digna en programación y subsistencia en la zona 13. Un buen escenario para producciones que resaltaron como Macbeth. Instituciones binacionales han apoyado el teatro, como el Centro Cultural de España, que en los últimos años ha generado una visión contemporánea del acto escénico. Lamentablemente el teatro del IGA, es solo una sala en alquiler, sin asumir el liderazgo de años atrás, como con el resto de sus diferentes programas culturales. Un hecho importante para el teatro es el retorno a la escena de Luiz Tuchán. Este mítico director continúa con la misma fuerza escénica de siempre, se espera que sus próximas producciones sigan manteniendo la llama de un teatro rico en contenidos simbólicos propios de una obra de arte. Patricia Orantes, ahora como directora, mantiene la tradición teatral de calidad en el Laboratorio de Artes Landívar, en la Universidad Rafael Landívar, un trabajo modesto, pero de gran proyección dentro de la comunidad estudiantil. En la música sin duda un hecho importante lo constituye el reconocimiento a Joaquín Orellana por parte del público europeo, especialmente en Atenas. Todo esto posible gracias a la gestión de jóvenes inquietos como los de Ultravioleta. Llevar a Orellana no es una tarea fácil, dado que el maestro viaja con sus propios instrumentos, realizados ya emblemáticos para los conocedores, pero una novedad para el público especializado de Europa. Una música procedente de un país pobre, interpretada con instrumentos pobres, que suenan con eficiencia y poder de estas tierras. En la música de cámara el entusiasmo del Cuarteto Contemporáneo que tuvo brillantes presentaciones, se ha sumado el Cuarteto Asturias, que ha logrado difundir la música de cámara desde un bar-galería, algo no visto antes. Esta actividad los llevó a generar el Festival de Música de Cámara en distintos

Isabel Ruiz (2017), fotografía del artista Mario Santizo

espacios. Es de lamentar su programación – entre semana– sus horarios, en momentos en que las personas trabajan y la movilización de un punto a otro de la ciudad se ha convertido en una tortura. Si bien hay interés por la zona 1, hay que tener en cuenta la falta de estacionamientos. Algo similar ocurre con la Orquesta Sinfónica, que este año 2017 tuvo una gestión activa, uso de varios espacios, numerosos solistas invitados y una planificación estratégica que es visible. En la literatura el año estuvo marcado por Miguel Ángel Asturias y la reivindicación de su obra ante los propios guatemaltecos. Sin duda lo mejor del año Asturias lo fue una pequeña, pero muy bien lograda exposición patrocinada por la Fundación Paiz en Filgua. En contraposición con la presentada, el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias y patrocinada por la Embajada de Francia, no se ve el trabajo del último Premio Nacional de Literatura que viajó a Francia para el efecto. Cómo hacer una exposición en un lugar que no se diseñó para esto. Se falla a uno de los principios de la gestión cultural, cada actividad en su espacio, o crear un espacio, pero bajo cánones profesionales, no chapuces. Pero el campo literario también vive por la actividad de grupos como el Centro PEN Guatemala que mantiene una actividad constante y la edición de su revista en forma continua. La Universidad Rafael Landívar mantiene sus certámenes literarios uno interuniversitario y el Rafael Landívar, para escolares, este año rompió de récord de recibir más de 400 trabajos entre poesía y cuento. La Universidad de San Carlos estableció el certamen Francisco Albizúrez Palma que será una posibilidad más de leer a nuevos

escritores. El Banco Agrícola Mercantil (BAM) y F&G Editores, continúan con su premio de novela, el cual se ha constituido como la vitrina de buena literatura actual en el país. El campo de las artes visuales, sigue marcado por el gusto de las galerías de arte y el mercado que gira a su alrededor. Sin duda la exposición más importante fue la del Centenario de Yas, producida por CIRMA. Las galerías de arte continuaron con su programación de acuerdo a sus líneas de trabajo y visión del arte actual. Del Museo de Arte Moderno es notorio su cambio de logotipo, de ahí a las exposiciones internacionales del Banco Promerica, nada. En un letargo lamentable. Entre los artistas visuales con más notoriedad internacional sigue destacando Regina José Galindo, sus performances siguen destacándose en revistas especializadas de varias partes del mundo, la más reciente ha aparecido en Hyperalergic. También Ultravioleta, llevó a Los Ángeles su huevo-museo, gracias a gestiones estratégicas que se aplauden, nadie las había hecho antes. Otra gran exposición fue la llevada a Santa Mónica, donde se pudo apreciar una evolución del arte plástico como nunca la veremos en Guatemala. Sin duda un premio que causó regocijo a todo el mundo del arte visual fue el premio Carlos Mérida a la destacada artista Isabel Ruiz, una mujer visionaria, humilde, con un discurso potente y desgarrador. Como pueden apreciar los lectores, el arte y la cultura puede vivir sin el Ministerio de Cultura y Deportes y sus funcionarios. ¿No será mejor un fondo nacional para la cultura como ADESCA? Quizá deba liberarse el arte de la burocracia. Es de pensarlo en profundidad.


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