Cultural 28-12-2018

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suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro Carmín Q.

Guatemala, 28 de diciembre de 2018

Jesús, el judío


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presentación

n ocasiones se insiste más en la figura de Jesús como Hijo de Dios que como Verbo Encarnado. Los creyentes no dejan de hablar de sus milagros, portentos y citas que lo descubren como alguien radicalmente distinto a los demás hombres. Ese tipo de aproximación olvida a veces los elementos históricos de Cristo, sus orígenes, humanidad y hasta las dificultades propias en el descubrimiento de su propia vocación terrena. El biblista Carlos René Morales Lara enfoca en este texto, titulado Jesús y la fiesta de Sukkot, el ámbito judío del “hijo del hombre”. Explica cómo Jesús estaba inserto profundamente en su propia cultura, sus fiestas, prácticas, ritos y horizonte vital. Subraya la importancia de ese tipo de estudios porque permite una comprensión más amplia de la rica personalidad del Redentor. En ese sentido lamenta lo siguiente: “Cuántas veces se ha confundido estudio bíblico con memorización de citas bíblicas, cuántas veces nuestros fieles ni siquiera conocen el mínimo significado de lo que memorizan, cuántas veces nosotros como sacerdotes, pastores, predicadores, hemos mal acostumbrado a nuestros fieles a ver en la Escritura un libro en donde basta abrirlo y cerrarlo para saber automáticamente la voluntad divina, cuántas veces hemos deformado en lugar de formar a nuestro pueblo fijando cánones dentro del canon bíblico, propiciando lecturas en clave ciegamente proselitistas, pseudoapologéticas y simplemente devocionales, cuántas veces inclusive en nuestras casas de formación, los estudios del hebreo, arameo, griego son relegados a una tercera o cuarta categoría, prefiriendo el aprendizaje de lenguas modernas, las cuales aun conteniendo un fin aceptable, no suplen la relevancia que las lenguas bíblicas tendrán en los futuros sacerdotes o pastores”. La colaboración del sacerdote se hará en dos entregas con el propósito de dar cabida a una reflexión que merece lectura sosegada. Creemos desde La Hora que este tipo de colaboraciones es pertinente no sólo porque vivimos en un país de raíces cristianas donde muchos profesan la fe, sino porque ofrece la oportunidad de entender el universo de una religión extendida más allá de nuestras fronteras. Como en nuestras demás ediciones, compartimos con usted otros textos de autores variados. En esta ocasión, se suman al Suplemento, Jorge Carro, René Arturo Villegas, Gustavo García Fong y Miguel Flores. Cada uno expone sus ideas, realiza una crítica o crea universos literarios con el afán de someterlo a los lectores. Queremos que disfrute la edición, al tiempo que le deseamos un Feliz Año Nuevo y muchas bendiciones para el próximo 2019.

es una publicación de:

Adentrarse al análisis de un texto bíblico requiere una actitud capaz de reconocer las múltiples limitaciones con las que uno puede encontrarse en el proceso interpretativo. Uno de los grandes retos es precisamente el conocimiento o desconocimiento de las lenguas bíblicas, dado que por muchas circunstancias razonables la mayor parte de nuestros fieles no tiene o no tendrá acceso al estudio de estas. De hecho, la traducción de un texto de la Escritura no siempre corresponde en su totalidad al sentido dado originalmente, el significado empleado tiende a ser una interpretación in actu, buscando adecuar la noción de ciertos conceptos a la realidad de los lectores concretos a los cuales se dirige determinada versión de la Escritura.

E

s lamentable el poco interés emitido a esta situación, dando por descontado el impacto descomunal y las complejidades subsiguientes que este puede provocar no solo en la comprensión del mensaje bíblico, sino en su misma recepción. Cuántas veces se ha confundido estudio bíblico con memorización de citas bíblicas, cuántas veces nuestros fieles ni siquiera conocen el mínimo significado de lo que memorizan, cuántas veces nosotros como sacerdotes, pastores, predicadores, hemos mal acostumbrado a nuestros fieles a ver en la Escritura un libro en donde basta abrirlo y cerrarlo para saber automáticamente la voluntad divina, cuántas veces hemos deformado en lugar de formar a nuestro pueblo fijando cánones dentro del canon bíblico, propiciando lecturas en clave ciegamente proselitistas, pseudoapologéticas y simplemente devocionales, cuántas veces inclusive en nuestras casas de formación, los estudios del hebreo, arameo, griego son relegados a una tercera o cuarta categoría, prefiriendo el aprendizaje de lenguas modernas, las cuales aun conteniendo un fin aceptable, no suplen la relevancia que las lenguas bíblicas tendrán en los futuros sacerdotes o pastores. Esta carencia nos conduce a otra problemática mayor porque de la incomprensión del significado del texto se asiste al mínimo interés por el “mundo del texto”, océanos mentales que repercuten de alguna u otra manera en el modo que asumamos un texto bíblico. En muchas oportunidades la riqueza de la literatura intertestamentaria y peritestamentaria es sustituida por los comentarios de línea

Jesús y la fiesta de Sukkot (Primera Parte) Carlos René Morales Lara, FMM Doctor en Teología Bíblica Pontificia Universidad Urbaniana

Representación gráfica del rito de la libación del agua en la fiesta de Sukkot (M. Sukk 48b). Imagen tomada del sitio: http://israelpalestineguide.files.wordpress.com/2010/05/siloam_ sukkotwaterdrawing-sm.jpg

teológico-pastoral, como si estudiar la Biblia fuese sinónimo de fundamentación bíblica de las predicaciones, homilías o discursos. Si olvidar que, por lo general se corre el riesgo de canonizar ciertos métodos de interpretación bíblica, sin tener consciencia de la pluralidad de estos, dependiendo la temática o textos bíblicos a afrontar. Ciertamente, el reto es promover los espacios para una sólida formación bíblica yendo más allá de la simple hojeada, para dar paso a una visión integral y coherente. Quisiera partir de un ejemplo concreto a fin de mostrar la relevancia que tiene el conocimiento de las fuentes extra-bíblicas en el proceso de reconstrucción tanto escénica como teológica de un pasaje bíblico. En este caso, hacer recurso a la llamada literatura rabínica que sirve de puente, en cuanto que brinda continuidad a la tradición bíblica anterior, pero que difiere en términos generales con la tradición del NT. De cualquier forma, cubre un arco temporal que va desde el siglo I al VII de nuestra era cristiana1. La literatura rabínica clásica,

1 Para una noción introductoria de la literatura rabínica: J. Trebolle Barrera, La Biblia judía y la Biblia cristiana. Introducción a la historia de la Biblia (Madrid 42013); G. Stemberger, G. El judaísmo clásico. Cultura e historia del periodo rabínico (Madrid 2011); G. W. E. Nickelsburg, Jewish Literature between the Bible and the Mishnah (Minneapolis, MN 22005); G. Aranda, et al, Literatura judía

aunque editada no antes del s. III d.C., contiene numerosas tradiciones narrativas, dichos y sentencias de maestros, así como prescripciones halákicas, que es posible remontar hasta la época neotestamentaria y hasta siglos antes de Cristo. Por tal motivo, debe ser abordada por sí misma y respetando al máximo su propia autocomprensión. La gran tarea de los rabinos fue recopilar la Ley Oral en la Mishná y Tosefta, y la de justificarla con la exégesis en los Midrashím2. Este tipo de datos nos ayudan a insertar por intertestamentaria (Estella 22000); F. Manns, Le Midrash. Approach et Commentaire de l’Écriture (Jerusalem 1990); H. L. Strack, - G. Stemberger, Introducción a la literatura talmúdica y midrásica (Biblioteca Midrásica 3; Valencia 1988); A. Díez Macho, El Targum. Introducción a las traducciones aramaicas de la Biblia (Madrid 1982). Cf. Jn 7,2.8.10.11.14.37. 2 Mientras Misnah y Tosefta pertenecen a lo que se puede llamar literatura legal, los Midrashím son obras básicamente exegéticas; los Targumim son, por su parte, traducciones arameas, de la Biblia, aunque se deban entender también como exégesis. Para una noción introductoria de la literatura rabínica: J. Trebolle Barrera, La Biblia judía y la Biblia cristiana. Introducción a la historia de la Biblia (Madrid 42013); G. Stemberger, G. El judaísmo clásico. Cultura e historia del periodo rabínico (Madrid 2011); G. W. E. Nickelsburg, Jewish Literature between the Bible and the Mishnah (Minneapolis, MN 22005); G. Aranda, et al, Literatura judía intertestamentaria (Estella 22000); F. Manns, Le Midrash. Approach et Commentaire de l’Écriture (Jerusalem 1990); H. L. Strack, - G. Stemberger, Introducción a la literatura talmúdica y midrásica (Biblioteca Midrásica 3; Valencia 1988); A. Díez Macho, El Targum. Introducción a las traducciones aramaicas de la Biblia (Madrid 1982). Cf. Jn 7,2.8.10.11.14.37.


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ejemplo los escritos del NT alrededor de un contexto literario al cual no fueron ajenos. De lo contrario, se pensaría fantasiosamente que surgieron de la nada o, bien, no tuvieron relación directa e indirecta con el resto de literatura propia del tiempo. Para afrontar dicha situación se toma como base un pasaje del Cuarto Evangelio, a saber, Jn 7,37-39, tantas veces comentado, pero en pocas ocasiones se subraya la gama de elementos que evocan un trasfondo claramente religioso, litúrgico y cultural. Todo ello, en el marco de la celebración de la fiesta judía de las tiendas o Sukkot: 7,37 Y en el último día, el más grande de la fiesta Jesús puesto en pie exclamó en voz alta: Si alguno tuviese sed que venga a mí y beberá. 7,38 El que cree en mí, como recitó la escritura: De su regazo fluirán torrentes, agua vivificante. 7,39 Sin embargo, dijo esto acerca del Espíritu el cual, iban a recibir los que le habían creído, pues aún no había Espíritu, porque Jesús todavía no había sido glorificado. Jn 7,37-39 describe un episodio acaecido el último día el grande de la fiesta. El texto no indica por cuántos días se celebraba esta fiesta, la cual gracias a Jn 7,2 sabemos que se trata de Sukkot o fiesta de las tiendas. Tampoco se explica el porqué del superlativo el día grande, ¿acaso por su importancia en cuanto punto cúspide de la fiesta o simplemente porque era el último en orden de sucesión? A lo largo de la fiesta, aun cuando enfrente diversos frentes de oposición, Jesús se muestra moderado en sus intervenciones. ¿Por qué precisamente en el último día reacciona de un modo enérgico alzando la voz, gritando? ¿Por qué no mostró ese tipo de reacción desde el inicio inclusive con sus propios hermanos y discípulos? ¿Qué relación pudiera tener ese cambio repentino con último día, el grande de la fiesta? ¿Qué y cómo se celebraba ese último día? A la luz del texto, una de las mayores amenazas que sufre Jesús es una trazada conspiración a fin de atentar contra su vida. Sin embargo, sobreponiéndose a dicha situación y dejándola en segundo plano, Jesús en el acto de gritar lejos de exponer un discurso apologético de su persona o mensaje, hace una invitación: si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Podemos imaginar la reacción de sus perseguidores, este galileo a quien todos buscan para ponerle fin a su existencia ahora no solo les grita, sino ahora él se ofrece para saciar la sed del que la tenga. En efecto, para algunos era considerado un endemoniado (Jn 7,20), para otros un usurpador (Jn 7,27) o un desequilibrado mental pues sus declaraciones eran como acertijos (Jn 7,3536). ¿Acaso dicho pronunciamiento es aislado o tiene relación con la fiesta de Sukkot? ¿Qué significa tener sed en el marco de esta fiesta judía? ¿a qué se refiere el hecho de ir a él y beber? En otras palabras, estaría diciendo yo soy el Agua por excelencia, pero tienen que beber de mí. No sería la primera vez que los judíos escucharán algo así, ya que en uno de los episodios precedentes malentendieron el anuncio de Jesús cuando se presentaba como Maná vivo bajado del cielo. Al respecto, estos decían: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? (Jn 6,52). Desde esta perspectiva, la paradoja era que no tenían únicamente que comérselo sino bebérselo, es decir, comer su carne y beber su sangre.

Otro elemento relevante es centrar nuestra atención en la importancia que tiene el agua no solo en la fiesta de Sukkot, sino en toda la Escritura3. En efecto, solamente el vocablo agua es utilizado en múltiples y variadas formas, por ejemplo, se encuentra en un aproximado de 1,500 versículos del AT y 430 del NT. Sin descartar que, más allá de su cuantiosa recurrencia, dicho elemento encierra en su campo semántico un caudal de significados y sentidos simbólicos. La primera y la última página de la Biblia ponen el agua como elemento dominante. La protología y la escatología concuerdan al dar al agua un puesto importante. Es como si quisieran decirnos que toda la historia de la tierra, desde su comienzo hasta el final está regida por este elemento vital. Agua al comienzo, agua al final, agua en los momentos culminantes de la historia. Es como si el hombre bíblico, que vive en un ambiente escaso en aguas, no pudiese prescindir del agua como personaje de una historia donde ella es necesaria para que la vida pueda mantenerse y sin la cual la existencia se convierte en un problema decisivo para su futuro. El texto de Jn 7,37-39 forma parte de la sección que se extiende desde Jn 7,1-8,59 y tiene como trasfondo un proceso progresivo de auto-revelación de Jesús en el Templo de Jerusalén4 en el marco de la fiesta de los judíos, la de las tiendas (ἡ ἑορτὴ τῶν Ἰουδαίων ἡ σκηνοπηγία)5, que por su relevancia en la historia del pueblo de Israel será aplicado el vocablo hebreo ‫( תֹו ֻּכּס‬Sukkot). Asimismo, se pueden constatar referencias evidentes o escenarios convergentes en toda la sección, a saber, el contexto ritual: la fiesta (ἡ ἑορτή)6, el punto o lugar eje de la fiesta: en el Templo (ἐν τῷ ἱερῷ)7 y los factores circunstanciales o situaciones que denotan y permiten identificar ya sea, acciones y reacciones de los protagonistas del relato, como también la actividad concreta con la que se enmarca a Jesús8. A nivel geográfico, se distingue un desplazamiento de Jesús del norte al sur de Palestina, ya que, la asistencia a la fiesta de Sukkot, presupone un viaje de Galilea a Jerusalén. En efecto, después de la información sobre su retorno a Cana de Galilea (Jn 4,46), donde Jesús sana a distancia al hijo de un funcionario, se especifica que acababa de volver de Judea a Galilea (Jn 4,54). Luego se menciona una fiesta de los judíos a la cual también Jesús asiste, lo cual conlleva otro viaje de Galilea a Jerusalén (Jn 5,1), ocasión que le permite sanar al paralítico de la piscina de Betesda (Jn 5,8-9). Además, se detalle el encuentro de este recién sanado con Jesús en el Templo de Jerusalén (Jn 5,14), no obstante, se desencadena un fuerte deseo de quitarle la vida porque aparte de quebrantar la ley del sábado, se hacía a si mismo igual a Dios, al llamarlo su propio Padre (Jn 5,18). Posteriormente, se sitúa a Jesús a la otra orilla del lago de Galilea, cerca de Tiberíades, denotando otro recorrido de Jerusalén a Galilea (Jn 6,1), acentuando de nuevo la fiesta de los judíos (= 3 En el cuarto evangelio recurre 21x: Jn 1,26.31.33; 2,7.9; 3,5.23; 4,7.10,13.46; 5,7; 7,38; 13,5; 19,34. 4 Cf. T. Wardle, «The Jerusalem Temple and early Christian identity», Reihe 291 (Tübingen 2010) 13-45; A. J. köstenberger, John (BECNT: Grand Rapids, MI 2004) 239-242. Cf. Jn 7,2.8.10.11.14.37. 5 Cf. Jn 7,2. 6 Cf. Jn 7,2.8.10.11.14.37. 7 Cf. Jn 7,14.28; 8,20.59. 8 Cf. Jn 7,14.28.35; 8,2.20.

la Pascua, Jn 6,4). En este contexto, Jesús lleva a cabo la señal de la multiplicación de los panes (Jn 6,1113), el prodigio de caminar sobre las aguas (Jn 6,19) y el pronunciamiento del discurso del pan de vida (Jn 6,32-58) al parecer en la sinagoga de Cafarnaúm. Aun cuando sutilmente el narrador exprese de Jesús la voluntad de no querer estar en Judea porque los judíos los querían matar (Jn 7,1), lo cual daría consistencia temática y coherencia en la trama de los capítulos precedentes, se pueden notar una serie de cambios al respecto: a) a partir de Jn 7,2 la fiesta de los judíos deja de hacer referencia a la Pascua, dando paso a la fiesta de las tiendas o Sukkot; b) a partir de Jn 7,3 son expuestos otros personajes, más allá de los frentes de oposición identificables abiertamente, con los cuales Jesús establece enérgicas polémicas, ahora emergen sus hermanos, los habitantes (Jn 7,25), los guardias del Templo (Jn 7,32.45); c) luego de haber dirigido grandes discursos a la multitud u obrar señales manifiestamente e incluso desde la sinagoga, ahora se pone a enseñar nada más y nada menos que en el Templo de Jerusalén (Jn 7,14.28), es decir, desde el corazón religioso y punto de convergencia del Judaísmo de su tiempo, en presencia quizá de muchos peregrinos o participantes de la fiesta. Como resultado, se constata un giro dramático en el contenido y la forma de su mensaje salvífico9.

A pesar del esquema lógico de inicio, mitad, y final de la fiesta, la descripción del Cuarto Evangelista no ofrece al lector una descripción precisa acerca de los gestos, palabras, ritos, ceremonias, itinerario celebrados en el desarrollo de la fiesta de Sukkot, por ejemplo, la ceremonia del agua o del fuego en el marco de la fiesta. Tal situación, quizá no conllevó tanta complejidad en modo de proceder para quienes estaban acostumbrados a celebrar o participar de dicha fiesta. La dificultad para interpretar estos pasajes bíblicos no solo estriba en el hecho de su complicación inherente, sino radica en la fisura o ruptura del texto bíblico con su contexto circunstancial, el cual conduce a afrontar factores de índole intrabíblicos como extrabíblicos. En nuestro caso, se hace notar la necesidad de considerar ciertos documentos de la literatura rabínica10, con el objetivo de introducirnos y tener una mejor panorámica de la manera en que la fiesta de Sukkot o de las tiendas era celebrada, aunque dando mayor énfasis por cuestiones temáticas al significado del agua. 9 Una bibliografía detallada y actualizada se encuentra en la primera página del artículo de G. bienaimé, «L’annonce des fleuves d’eau vive in Jean 7, 37-39», RTL 21 (1990) 281-310; 417-454. 10 En este particular: el tratado de la Mishná, Sukka y el tratado Sukka de la Tosefta.


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La publicidad en Guatemala Jorge Carro Director de la Red de Bibliotecas Landivarianas Presidente de la Asociación Enrique Gómez Carrillo

El texto fue pronunciado a principios de diciembre por el autor para conmemorar el trabajo pionero de la publicidad guatemalteca en los años 70.

C

uando en 1973 pasé junto a Myriam Yagnam y nuestros hijos Claudio y Rodrigo las primeras navidades chapinas, nunca soñé que 45 años después volvería a desearles felices fiestas a los sobrevivientes de aquellos años donde la Publicidad era una fiesta y mucho menos pensar que llegaría el día donde pueda con tristeza asumir que la Publicidad sería cada vez menos creativa y más abrumadora… Porque como bien lo señala un excelente artículo publicado en “PuroMarketing”, que me hizo llegar mi amiga Ana María Palmieri: “La publicidad en la era digital ya no es ni sorprendente, ni emocionante, ni llamativa.” Es… ‘simplemente una molestia’”. Recordemos aquellos tiempos en que teníamos tiempo para jugar al fútbol con Rodolfo Gutiérrez Machado o con Chilolo Serrano, o tomar un café espantoso en el “Fu Lo Sho” con Julio Estrada de la Hoz o planear en el “Feocarril” de la avenida de Las Américas, una salida a tomar unas fotografías con Jimmy Ortiz (que precisamente hoy nos dejó), los anuncios no estaban confinados solo a una pausa publicitaria. Los anuncios también aparecían en programas especiales, que pautabamos gracias al apoyo de Fernando Villanueva, Ángel Gonzalez o Tono Mourra, sin olvidar que mis primeros anuncios televisivos en Guatemala los pauté en el Canal 3, en “El show de Pumarejo”. Los espectadores veían aquellos anuncios porque además de escuchar que los personajes eran como ellos y hablaban como ellos, eran llamativos, creativos, inesperados y la mayoría de las veces eran mensajes publicitarios que no se podían ver en el medio en el que se estaban emitiendo. Por entonces se veían y escuchábamos anuncios –recordémoslo colegas– estadounidenses, mexicanos o argentinos. “Claro que estábamos en la época pre-YouTube y antes del viral de internet”. La publicidad tuvo años dorados en los cuales, en crear “anuncios era una labor catalogada como un arte que incluso suministrado en pequeñas dosis, era suficiente para que los consumidores salieran a la calle a contarlo repitiendo el último eslogan de moda”. Y ahora, a lo que hemos llegado unos cuantos años después, es a las listas de virales de la red que incluyen anuncios, cierto, pero suelen estar confundidas por videos musicales. En medio de este desbarajuste, no olvidemos que el video más visto de la historia de YouTube es “Despacito” y no el anuncio viral aquel que todo el mundo parecía haber estado compartiendo en un momento. “Pero no solo eso: la percepción de las cosas también ha cambiado... Para los consumidores, la publicidad ya no es ni sorprendente, ni emocionante, ni llamativa. “Simplemente es una molestia”. A medida que se ha abandonado la creatividad para “usar más herramientas tecnológicas y científicas, se ha ido también modificando la percepción. Internet ha hecho que se intenten exhibir más anuncios que nunca y que el peso de los algoritmos en cómo, qué y cuándo se dicen las cosas, sea mayor”. ¡A lo que hemos llegado! A que un algoritmo decida “qué tema te interesa y otro cuándo vas a ver el anuncio. Lo importante ha dejado de ser que el anuncio sea sorprendente y llamativo…”. En buen romance colegas, Internet nos ha vuelto a jubilar, al crear “un modelo diferente sobre qué son los anuncios y qué se debe hacer con ellos. El modelo creativo y el anuncio llamativo, ese que los consumidores apreciaban, han dejado

paso a un nuevo modelo. (…) Ahora también parece que la creatividad es lo de menos. Hasta los tradicionales banners display parecen quedarse obsoletos ante propuestas y formatos más intrusivos. Y es que, al margen del formato, la ética y las buenas prácticas están desapareciendo junto a la creatividad que tanto se cotizaba”. Nos agrade o no: “Internet ha asentado el modelo de la publicidad intrusiva, del anuncio que estamos hartos de ver y de la publicidad que aburre y satura”. Tal vez el problema se deba a la propia industria de la publicidad digital ha devaluado la creatividad. “¡Es el mercado! dirían algunos. Es por ello, que ahora, para muchos (…), la única forma de rentabilizar su labor es utilizar la publicidad de forma masiva, intrusiva o molesta”. Por tanto, queridos colegas, agradezcamos el hermoso tiempo que nos tocó compartir y preparémonos a celebrar con los nuestros, las próximas fiestas de fin de año… Y que en el 2019 tengamos una nueva oportunidad para reunirnos y compartir una copa y muchos de los recuerdos de mi primer casi medio siglo en este país que me es indispensable para vivir, como el pan y el vino. ¡Felices fiestas!


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El cuero de la media noche René Arturo Villegas Lara Abogado y Maestro

El reloj de la comandancia únicamente daba las doce de la noche cuando llegaba el último segundo, ya cuando toda la gente del pueblo estaba durmiendo, incluyendo a los dos soldados que montaban guardia en las atalayas del cuartel y que cada dos horas, al puro cálculo, tenían que gritar: ¡Parte sin noveeedaaad! La verdad es que no todas las noches cumplían con esa advertencia que le daba tranquilidad a los vecinos, pues lejos había quedado el tiempo en que el sereno se paraba en cada esquina, para advertir que se podía seguir durmiendo en la santa paz de Dios. Pero, esa noche sucedió algo que nunca se había oído, además del grito de los soldados, pues era un ruido, como quien arrastra un cuero tieso, aunque no se puede decir que alguien lo haya visto.

R

esulta que desde la primera casa del barrio de San Sebastián, casi diez cuadras arriba del atrio de la iglesia, por donde principiaban las faldas de la cordillera, se oía que alguien iba arrastrando un inmenso cuero de vaca o de un viejo buey de tiro de carreta, que pasaba por calles y callejones haciendo el ruido que no solo despertaba a todo el vecindario, sino que se les despelucaba cuanto pelo tuvieran en su cuerpo; y los que aún no los

tenían, porque no habían llegado a edad de pelechar, soltaban llantos lastimeros sin que les doliera absolutamente nada. El ruido que hacía el cuero al rozar con los empedrados de las calles producía un eco, como si a lo lejos viniera cayendo un fuerte aguacero sin tempestad. Entonces, los perros empezaban a aullar, los gallos y las gallinas cacaraqueaban a media noche, los caballos y las yeguas relinchaban en los corrales, los gatos se metían debajo de las camas y hasta las

parturientas no podían parir. Y como todo estaba hundido en un silencio de fantasmal, eso hacía que el sonido del cuero fuera más intenso, más tétrico y producía un miedo que cundía en todos los seres vivientes, menos en los que eran sordos. Cuando todos los vecinos se dieron cuenta de ese nuevo espanto, que vino a sumarse a la Llorona, al Cadejo, a la Siguanaba y al Sisimite, el Intendente Municipal se vio obligado a llamar a un cabildo abierto, para tomar medidas urgentes de policía y evitar que el ruido del cuero siguiera intranquilizando y asustando a la población. Incluso se mandó a llamar al padre Damasio, un viejecito español de la orden franciscana, que tenía como cuarenta años de estar al frente de la parroquia, para que, como fiel seguidor de San Francisco de Asís, quien nunca creyó en esas cosas, pues eran de gente pagana, se podía hacer una excepción y regar agua bendita en calles y callejones, para ver si así cesaba el ruido del cuero. El padre Damasio, ante el requerimiento del Intendente, accedió a regar el agua y recomendó colgar trenzas de ajos en las paredes de las esquinas, amarradas con un listón rojo, porque es una contra que suele ahuyentar a todo espíritu chocarrero que no se quiere ir de este mundo. Doña Agapita, mujer de camándula y oraciones,

aconsejó que al oír el arrastre del cuero se cantara la Salve en cada casa, por si se trataba de almas en pena que quisieran rogaciones para descansar en paz. Durante muchas noches oscuras y sin luna, se estuvo escuchando el canto fantasmal de la Salve, mientras el ruido del cuero se escuchaba en todo el pueblo, al extremo que los buses que partían de madrugada hacia la capital tuvieron que pasar sus horarios de salida hasta que despuntara el sol, pues la gente que iba a viajar no se atrevían a dejar sus casas y caminar hasta la terminal. Un día, el propietario de la camioneta La Niña le consultó al Brujo de la Boca del Monte cómo se podía contrarrestar a ese cuero y el consejo fue que regara sal en calles y callejones. Una tarde, se vio que descargaban muchos quintales de sal que traía una camioneta y luego la regaron en todos los empedrados, que casi parecía que allí hubiera nevado. Desde esa vez no se volvió a oír el ruido del cuero y la vida en las noches se normalizó: las cantinas volvieron cerrar hasta la una de la madrugada, los enamorados reiniciaron sus serenatas y las camionetas volvieron a sus horarios regulares. Cuando al Señor Yeyo, el brujo mayor del pueblo, se le preguntó que qué tenía que ver la sal con esas cosas, se concretó a decir: “Es que la sal sirve para muchas cosas…”.


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EPISTOLARIO

Carta de Juan Rulfo a Clara Aparicio Chiquilla: ¿Sabes una cosa? He llegado a saber, después de muchas vueltas, que tienes los ojos azucarados. Ayer nada menos soñé que te besaba los ojos, arribita de las pestañas, y resultó que la boca me supo a azúcar; ni más ni menos, a esa azúcar que comemos robándonosla de la cocina, a escondidas de la mamá, cuando somos niños. También he concluido por saber que los cachetitos, el derecho y el izquierdo, los dos, tienen sabor a durazno, quizá porque del corazón sube algo de ese sabor. Bueno, la cosa es que, del modo que sea, ya no encuentro la hora de volverte a ver. No me conformo, no; me desespero. Ayer pensé en ti, además, pensé lo bueno que sería yo si encontrara el camino hacia el durazno de tu corazón; lo pronto que se acabaría la maldad a mi alma. Por lo pronto, me puse a medir el tamaño de mi cariño y dio 685 kilómetros por la carretera. Es decir, de aquí a donde tú estás. Ahí se acabó. Y es que tú eres el principio y fin de todas las cosas. Juan


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POESÍA Gustavo García Fong Escritor

El oficio de migrar Cuando migre y escriba mis versos en los rincones oscuros de los puentes, bajo el cobijo de estrujados cartones y amarillentos periódicos. Cuando migre y mi familia la conformen unos cuantos desconocidos, compañeros de infortunio y herederos del crujir de sus vientres. Cuando migre y el frío de la temporada se asemeje más a una hoguera, comparado con el hielo de la soledad, el abandono y la indiferencia. Cuando migre y mi vida anterior se disipe en la amargura del recuerdo, y mis huesos griten a los cuatro vientos que los años que me quedan pasarán de prisa. Cuando migre y me echen de su memoria los pocos amigos que tuve, y lo único que me alimente sea el instinto de conservación. Cuando migre y comenzando desde abajo, ojalá y encuentre lo que he buscado: la paz interior, pero sobre todo, a mí mismo. Cuando migre y, quizás, en el bregar cotidiano me sorprenda el sonido de la última campanada, en pleno campo de batalla.


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Monstruos de la vida diaria No, esta nota no trata de los actuales políticos y gobernantes. ¡Qué va! son monstruos que habitan en nuestra periferia, en la oficina o en el hogar, es el inmenso mundo de los insectos. Pocos tienen la posibilidad de ver a estos frente a frente y observar sus características si no se es especialista, como el biólogo y fotógrafo Alejandro Anzueto. Los fotógrafos Estuardo Vila y Luis Pellecer, miembros galardonados a lo largo del año en el Club Fotográfico, han derivado parte de su trabajo a la fotografía de insectos, con lo que ambos se han acercado a este mundo estético fascinante.

L

Sin título (2018) Luis Pellecer. Club Fotográfico de Guatemala.

Miguel Flores castellanos Doctor en Artes y Letras

a tecnología en fotografía ha avanzado mucho en los últimos años. Los lentes se han perfeccionado para la cámara digital, prueba de ello son las imágenes que se presentan a continuación. Pellecer presenta el acercamiento a una mosca. Desde la primera visura de esta imagen, el fotógrafo transporta al observador a un mundo alienígena, propio de las narraciones del género fantástico, usted lector lo puede comprobar. Esta imagen tiene contenida una narración casi completa al contemplar la estética del terror. Por su parte, Vila presenta el detalle de una libélula, insecto incomprendido que recibe también el nombre de Aguja del diablo. Es lógico que, en una sociedad como la guatemalteca, surjan distancias para este volador incontrolado. Estuardo Vila lo presenta en todo su esplendor. Ambos fotógrafos presentan a

través de su cámara una forma de filosofía, un detenerse en lo pequeño, en lo que otros dejan pasar. Gracias a sus cámaras y su paciencia logran una visión como pocos.

En todo su esplendor (2018) Estuardo Vila. Club Fotográfico de Guatemala.


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