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DIEZ AÑOS SIN EL COMANDANTE

ca Latina es aún más difícil, como entender, sin dogmatismos, sus propuestas para un socialismo del siglo XXI, que nada más y nada menos partía de la exigencia extraordinaria de rastrear hasta los mínimos detalles del pasado de nuestro continente, escarbar a fondo en los nichos ocultos de identidades perdidas o agazapadas, y llamar a renaceres, imposibles de entender para el academicismo duro o encerrado la independencia y en sus objetivos, confiscados por el incipiente capitalismo que estaba cimentando el camino hacia el imperio, que hasta hoy sigue manejando los hilos de nuestra dependencia?

El presidente de entonces, Rafael Caldera, había dispuesto la liberación de los detenidos por el alzamiento cívico-militar, que Chávez comandó en febrero de 1992, dos años después de la primera rebelión popular que se produjo en la región contra las medidas neoliberales que intentó imponer el ex presidente Carlos Andrés Pérez. La represión del Caracazofue feroz y dejó un millar de muertos.

Hugo Chávez Frías sabía desde mucho antes de qué se trataba el enemigo a enfrentar. Investigando aquella figura dialécticamente incomparable del Árbol de las tres raíces podemos advertir cómo fue que daba frescura a sus palabras y a la forma en que podía comunicarse con el pueblo abiertamente, sin intermediarios.

Su natural inteligencia apresuró asombrosamente los caminos de la dialéctica. ¿Quién más hubiera ascendido a un gobierno, como él hizo en febrero de 1999 –después de ganar en las elecciones presidenciales de fines de 1998– rompiendo con el decadente bipartidismo y las falsas “democracias” en ese país para instalar de inmediato un proceso Constituyente, para lo cual no dudó un momento en que se hiciera con la participación del pueblo?

Ese mismo pueblo siempre relegado por los gobernantes del “puntofijismo” para los cuales era un lejano convidado de barro, ni siquiera de piedra.

Recuperar el pasado de lucha y resistencia de América, desde la “conquista” española en adelante, era para él uno de los pasos más importantes con un objetivo definido: la emancipación e independencia definitiva. Esto marcaría el carácter emancipatorio del proceso de inte-

Este hecho único fue entendido por Chávez como prioritario, porque con las viejas constituciones y las leyes de la Cuarta República, ningún cambio profundo podía hacerse en Venezuela.

Basta con leer la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para entender la visión política de alguien como Chávez, que nunca fue inventado por nadie. Fue una construcción popular auténtica, capaz de rescatar de las cenizas el bolivarismo en su esencia de lucha anticolonial e independentista para convertirlo en el pensamiento contrahegemónico en tiempos del retorno colonial por diversas vías, en el contexto de la brutal expansión global con que el Imperio entró al siglo XXI.

Difícil explicar a Chávez e innecesario, pero todo lo que llevó adelante lo hizo con una sorprendente audacia revolucionaria, fruto de una encarnadura dialéctica que lo hacía partir rápidamente desde la cruda realidad hacia la solución de los problemas, desde los más pequeños, y casi imperceptibles para otra mirada que no fuera la dad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y el Mercado Común del Sur (Mercosur), están trazados con un criterio emancipatorio que hace la diferencia con lo que es la Unión Europea, tan debilitada hoy. Por eso Venezuela resulta una nación estratégica para la unidad en estas circunstancias.

Las democracias que sucedieron a las dictaduras, al genocidio del siglo XX y dentro del mismo esquema

CONTROLAN OPOSITORES 34 MIL MDD BLOQUEADOS A VENEZUELA

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